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INSTITUTO TECNOLOGICO

SESIÓN 10: EL SER HUMANO, UN SER


RELACIONAL.
CON SI MISMO, CON LOS DEMÁS, CON EL
COSMOS Y CON DIOS
Siendo imagen de Dios, el hombre se hace digno de
su poder para garantizar y afirmar su soberanía
como único Señor del universo
CONSTITUCIÓN DEL HOMBRE. SU SER PERSONAL Y SOCIAL

La antropología teológica tiene que defender la originalidad de la


definición cristiana del hombre: persona creada a imagen y semejanza
de Dios

 Dirigimos nuestra mirada a los aspectos del ser humano y ver como
se manifiesta la condición de imagen de Dios (todo hombre ha sido
creado para existir en relación con Dios) y cómo a la vez esta no
destruye, sino que integra los aspectos de la condición humana que
descubrimos en la experiencia de nuestra vida
 A la luz del encuentro con Cristo debemos reconsiderar lo que nos
dice nuestra experiencia de encuentro con el hombre, con nosotros
mismos y con los demás.

 Ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento pretenden en primer lugar


desarrollar una antropología. Pero es evidente que la presuponen y
que el diálogo con Dios, que nos testimonian, muestra al menos
implícitamente una concepción del hombre sin la cual este diálogo no
tendría sentido.
Debemos fijarnos ahora en la constitución del hombre que posibilita
estas relaciones.

Se considera en general que el pensamiento bíblico presenta una visión


fundamental unitaria del hombre. En el Nuevo Testamento se entiende
perfectamente esta unidad que subraye, si tenemos en cuenta que todo
hombre está llamado a participar de la resurrección de Jesús.

La unidad no significa que no se distinguen aspectos en el ser del


hombre. El hombre es:

- Un ser cósmico
- Material
- Concreto corpóreo o carnal.
Pero a la vez un ser:

- Vivo
- No autosuficiente
- Necesitado y deseoso
- Dotado de sentimientos
- Capaz de adoptar actitudes
- Razona, reflexiona. Hace planes y toma decisiones
- Está dotado de poder
- Es capaz de ser movido por Dios, de recibir de Él la fuerza vital, de
tener buen ánimo.
 Es el poder de Dios, la fuerza de su Espíritu la que hace potente al
hombre (noción teológica)

 En el Nuevo Testamento el Espíritu Santo se revela como asociado al


Padre y al Hijo en la realización de obra salvadora

 Al poder de Dios comunicado al hombre y principio de su vida según


Cristo se opone la “carne” como debilidad humana o pecado (Gal. 5, 16-
29). El hombre contempla en su situación concreta de adhesión o de
rechazo a Jesús en el mundo que le rodea

 En el Nuevo Testamento encontramos la contraposición alma-cuerpo en


un logion de Jesús (Mt. 10, 28) “no temáis a los que maten el cuerpo,
pero no pueden matar el alma; temed más bien al que se puede llevar a la
perdición alma y cuerpo en la Gehenna”; en cambio en la versión Lucana
(Lc. 12, 4-5) no se encuentra la distinción alma-cuerpo. En otras
ocasiones el alma se asocia a la idea de la inmortalidad (Apoc. 6, 9)
cuando se habla de las almas de los difuntos.
 Los Padres de la Iglesia: Justino, Ireneo y Tertuliano (con la base
Paulina) frente a la tendencia helénica de identificar el alma con el
hombre, que se desarrollará también en el ámbito cristiano, se va a
subrayar la unidad de los dos componentes: tanto el alma como el
cuerpo son del hombre. Existe por tanto una unidad que es el punto
de partida.

 Se incorpora la noción de “espíritu” a la noción a la antropología


bíblica sobre el hombre. El hombre “perfecto” consta de alma, cuerpo
y espíritu, donde éste último elemento, en su complejidad teo-
antropológica, es al mismo tiempo, trascendente, divino y necesario
para nuestra “perfección”

 Santo Tomás, con su fórmula del alma como única forma del cuerpo,
ha hecho sin duda una aportación de inestimable alcance a la
antropología cristiana. Su concepción de la unidad del hombre, en la
diferenciación entre alma y cuerpo, impide que ninguno de estos dos
elementos por separado pueda considerarse “el hombre”
 El Concilio de Viena (año 1312) se expresa en términos semejantes.
Esta alma no es común a todos los hombres, sino individual, racional,
intelectual e inmortal.

 El Concilio Luterano V (año 1513) en conjunto la Iglesia ha mantenido


una concepción unitaria del hombre, frente al dualismo que considera
negativamente el mundo material (idea incomparable en la
concepción creacionista), y contra el monismo de cualquier signo que
reduce, sea en el sentido materialista sea espiritualista, las
dimensiones del ser humano. Se subraya, además, el destino
trascendente del hombre individual, porque su alma es inmortal en
virtud de su naturaleza.

 En la teología y en el pensamiento moderno, se insiste en que el


hombre no tiene un alma y un cuerpo, sino que “es” alma y es
cuerpo.
 Solo a partir de su unidad (cuerpo-alma) se pueden distinguir
aspectos o dimensiones nunca parte de su ser:

- El hombre es cuerpo: existe en el espacio y en el tiempo, es parte de


este cosmos, está abocado a la muerte

- El alma: trasciende los condicionamientos de este mundo, es


inmortal, y esto tiene sentido porque el hombre es ser para Dios
(creado a su imagen, llamado a la comunión con Dios en Cristo y la
configuración con el Resucitado)

 La noción de “espíritu en sentido fuerte, del divino, como


perteneciente, según los Padres, a la perfección del hombre. Esta
dimensión “espiritual” (alma) del hombre que conocemos no viene
sólo del alma como realidad ontológica, sino también de la llamada en
el Espíritu de Dios, espíritu a la comunión con Él (trascendencia del
hombre a este mundo la dimensión dialogal, la comunión con Dios)
 Dios puede crear un ser que lo llama a la comunión con Él, y darle,
con esta misma llamada, todas aquellas características y
dimensiones “ontológicas” que necesita para responder a ella.

 Nos encontramos con el tema del uso de la libertad, el hombre podrá


en su momento aceptar o rechazar esta comunión divina que se le
ofrece, pero el primer paso dado por Dios (llamada) determina todo su
ser desde el comienzo y en todas sus dimensiones.

 La relación intrínseca entre alma espiritual y referencia a Dios,


permite una aproximación más satisfactoria a la cuestión de la
creación inmediata del alma por Dios (Tradición, Magisterio de la
Iglesia).

 El hombre es persona, es un sujeto, dueño de sí, libre, en atención a


ello, capaz de configurar su ser de modo creativo. El concepto de
persona entra en el pensamiento cristiano gracias a la cristología y la
doctrina Trinitaria.
 Definiciones clásicas de la persona:

- Boecio y acepto santo Tomás sus modificaciones insisten en


individualidad del ser racional en su irrepetitividad e
incomunicabilidad, en su relativa “independencia”. Yo soy yo no soy
otro. (estas definiciones no aportan en la dimensión relacional)
- En Cristo recibe el hombre la determinación teológica, donde el
hombre recibe una “misión”, un papel que desempeña en el “drama”
divino-humano. Cristo ha recibido del Padre una misión, “Tu eres mi
Hijo predilecto”. El hombre es elevado a ser “persona” en cuanto
participa de la misión universal de Cristo, que es tal que deja espacio
para misiones personales irrepetibles.
- El concepto de “persona” deriva de Cristo ya que sólo en este ámbito
el hombre es interpelado y asumido en el servicio de Dios. Por ello la
Iglesia será la auténtica comunión espiritual, comunión basada en la
Trinidad.
 La persona se autoposee y se realiza en libertad.

 La libertad:

- Emerge de la naturaleza del hombre

- De sus deseos y tendencias inconclusos que le obligan a enfrentarse


con la realidad.

- Al hacerlo, el hombre se conforma a sí mismo a la estructura natural


de su tendencia. Por ello la libertad no es tanto capacidad de elegir
sobre o aquel bien finito (sobre una u otra cosa exterior) sino la
capacidad de elegir sobre nosotros mismos, sobre nuestro propio
ser.
 Dado el carácter teológico de nuestra libertad, éste no puede tener
otro modelo ni otro fundamento sino la libertad de Jesús, que se ha
entregado a la muerte por amor a todos los hombres (en la creación la
libertad de su amor).

 El ser personal del hombre nos abre a la dimensión social. El libro del
Génesis nos muestra esta dimensión humana como esencial, “los
hizo hombre y mujer” Gen. 1, 27.

 En términos positivos paulinos, bastará mencionar la Iglesia como


Cuerpo de Cristo, en la diversidad de funciones y carismas de cada
uno para la común utilidad.
BIBLIOGRAFÍA

Introducción a la Antropología Teológica


Autor Luis F. Ladaria
Páginas desde la 79 a la 93.
Ed. Verbo Divino
GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN

DOCENTE: PBRO. TOMAS RIFFO


RIQUELME

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