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El origen de los títeres

Integrantes:
Reina Chay Castro
Sofía Couoh Nic
Brisa Homá Carreón
Jannet Marín Cab
Yuridia Medina Heredia
El origen de los títeres
El teatro de títeres es muy antiguo. El arqueólogo francés Gayet Jelwis encontró ya en una tumba egipcia una
estatuilla de la diosa Isis articulada con hilos. Los asirios, los caldeos y aún más los orientales usaron títeres
desde hace muchos siglos.
En general, son de tres tipos: de guantes o guiñoles, de hilos o marionetas y de sombras (manos o siluetas
recortadas manipuladas con varillas). Pero hay otros modelos como el bunraku japonés, en el que un actor
vestido de negro manipula un muñeco casi de su tamaño. Había ya marionetas chinas con mecanismos desde el
siglo X.
Los muñecos articulados también son frecuentes en la Edad Media y el Renacimiento europeos, y en Inglaterra
fueron muy populares en la época isabelina. Luego se desarrollaron personajes característicos, como Punch y
Judy, igual que de Italia exportaron personajes de la Commedia dell’Arte, como Pulcinella.
El Títere está en el principio del teatro, pues títere son los símbolos figurativos iniciales, las
estilizaciones de los dioses o las fuerzas de la naturaleza, los primeros disfraces de los hechiceros, las
primeras máscaras.
Muchos son los visitantes que llegan a estas páginas en busca de información acerca del origen de
los títeres. Hoy os presentamos dos trabajos que dasarrollan tal tema. Han sido extraídos de “El rincón
del vago”, y al final de estas líneas encontraréis los enlaces para llegar a dichos trabajos en su
desarrollo completo.
“Para estudiarla historia del teatro hay, pues, que estudiar, inevitablemente, la historia de las
religiones. Las primeras representaciones teatrales son las litúrgicas, pues teatro y religión van unidos
en sus inicios. El primer sacerdote es el primer actor, el primer escenario es el primer altar y los
primeros fieles son los primeros espectadores. Cuando ante el misterio de la naturaleza hay que crear
una figura que la represente, nace el primer ídolo. El ídolo no sólo es la representación del dios en la
tierra: el ídolo es la excusa para que a su alrededor se monte un espectáculo, con luces, sus sonidos,
sus declamaciones. Al nacer el primer ídolo articulado nació el teatro de muñecos. Pero hay que
distinguir entre uno y otro, y no confundir ídolo con muñeco.
La marioneta, que remeda al hombre vivo rompe sus proporciones, que altera su dimensión, fue en
opinión de Paul McPharlin, “el siguiente paso” de la máscara. La máscara y la marioneta pudieron ser
encarnaciones simultaneas del espíritu mágico y cumplir funciones rituales distintas, sin romper por eso
su parentesco.
En lo que concierne al arte y al teatro de los muñecos están todos los autores generalmente de acuerdo
que en situar sus inicios en Egipto; de donde pasó a Grecia, particularmente en el arte del mimo que
practicaban los helenos.
En Grecia los muñecos animados eran llamados con el nombre de “Neuropasta” y en las ferias y fiestas
representaban espectáculos profanos que atraían una multitud de espectadores Xenofonte, en el
Symposium, nos cuenta que no sólo actuaban muñecos que representaban figuras humanas sino que
también se representaban los personajes de la mitología, los centauros, los muñecos, los faunos… Las
pantomimas que se representaban con muñecos eran tanto o más apreciadas que las de actores.
Herodoto, historiador de la antigüedad, consigna las representaciones de
muñecos animados en los espectáculos religiosos en Grecia y en el antiguo
Egipto, y sabemos que las tragedias de Eurípides se representabas en el teatro
de Dionisios. Xenofonte, además habla de un titiritero de Siracusa
llamado oteinos, que movía muñecos en el mismo teatro en el que se
representaba a Eurípides.
El más conocido manipulador de muñecos griegos ha sido Photino. Su
popularidad ha llegado hasta nosotros a través de múltiples citas de los
autores de la época. Hay alusiones a las marionetas en los escritos de
Aristóteles, Apuleyo, Marco Aurelio, Petronio. San Agustín anota una
representación de marionetas en la Roma decadente. A Photino le habían
autorizado los actores a actuar con sus artistas de madera en el teatro de
Dionisios, al pie de la acrópolis. Se había instalado, sin duda para ser mejor
visto por la asistencia, sobre el thymele, el altar del dios que cada teatro
griego tenía en el centro de la orquesta.
Arquímedes tuvo tiempo, entre tantas y tantas complejas ocupaciones como
debía de tener, de diseñar y construir complicados muñecos con extraños
mecanismos, con los que lograba imitar todos los movimientos humanos. Por
desgracia no ha llegado hasta nosotros más que la descripción de los
movimientos desarrollados, pero ninguna sobre los mecanismos que los
impulsaban. Es decir, sabemos el qué, pero no el cómo.
En cuanto a los muñecos en sí mismos, estaban suspendidos por la cabeza a
una vara metálica, con lo que se parecían acaso a las marionetas actuales que
se fabrican en Lieja y en Sicilia.
Ya en el tiempo de Pericles las representaciones que se daban en la plaza pública de la ciudad o de la pequeña población eran
seguidas siempre por una enorme cantidad de público, niños y adultos. Esa es la característica del teatro de muñecos de esa época y
de casi todas las épocas: sirve para divertir indistintamente a los pequeños y a los mayores. En tiempos de Sófocles consta que los
muñecos no actuaban sólo en Atenas, sino que recorrían todos los pueblos.
En Atenas, a finales del siglo V antes de Cristo, el muñeco es sujeto de controversia entre los que gustan de sus espectáculos y de los
que, como Aristóteles, no ven en él más que puerilidad. Se indigna, porque personalidades importantes se interpretan por los
muñecos y los hacen representar en el curso de banquetes para la distracción de sus invitados.
Es innumerable la cantidad de títeres para niños que se han encontrado en las sepulturas infantiles griegas. Era costumbre de la
época enterrar a los difuntos con sus objetos personales más queridos, y lógicamente enterraban a los niños con sus juguetes más
preciados, su marioneta.
De Grecia pasa la tradición del teatro de muñecos articulados a Roma. Los muñecos griegos son los que los romanos llevaron de sus
conquistas. El origen de los muñecos en Roma está indiscutiblemente en Grecia.
Entre los romanos el teatro de muñecos (como el resto de las expresiones teatrales) no estuvo excesivamente considerado. Sus
actuaciones fueron pronto asimiladas a los juegos del circo, consentidas y estimuladas para el populacho por cálculo político. Las
marionetas no podían faltar en la Roma imperial, como no han faltado en ninguna época en ninguna ciudad. Los romanos, sin
embargo, en su gravedad, en su orgullo de ciudadanos privilegiados, en su conciencia de domadores del mundo, tenían prohibido
dedicarse a estas artes del mundo, tenían prohibido dedicarse a estas artes menores que desprestigiaban al hombre: las artes de
distraer a los otros hombres. Y así los actores (y entre ellos los marionetitas, claro) no podían ser ciudadanos romanos. Se podía ser
mago, charlatán, actor o marionetista, sólo en dos casos: o siendo extranjero o siendo esclavo.
Es triste terminar este ensayo sabiendo que el gran esplendor que vivían las marionetas en la antigua Grecia fue destruido, y
terminaron siendo un arte menor, y que por desgracia hoy en día sigue siendo así.
¿Qué es un títere?

La historia de títeres, muñecos y marionetas tiene raíces muy lejanas. Podríamos decir que nació con la historia del hombre. De hecho, desde sus más remotos
orígenes los seres humanos han sentido la necesidad de reproducir en diferentes dimensiones ‘objetos’ similares en todo a la estructura del cuerpo humano y
dotarles de movilidad, utilizando materiales diferentes como marfil, piel, madera, plata, barro cocido, tejido o paja.
No existe lugar de nuestro planeta donde tanto en la antigí¼edad como en el edad contemporánea no se encuentre huella de este especial lenguaje expresivo que
se llama ‘teatro de figuras’. -¿Cuál es el encanto de estos personajes? -¿Qué ha empujado a historiadores, científicos, filósofos, pensadores, escritores, artistas,
músicos y literatos a interesarse por marionetas y títeres a lo largo del tiempo? -¿Y por qué hoy, en la era tecnológica, siguen logrando tanto éxito y suscitando tan
vivo interés?
Para responder a tales interrogantes sería oportuno, en primer lugar, preguntarse qué es una marioneta o un títere: es un objeto realizado habitualmente a mano
que reproduce una forma similar a la humana, o mejor dicho, que la recuerda en conjunto y en cada una de sus partes. Pero tal forma no aparece completamente
igual al hombre. Incluso su dimensión, cualquiera que sea, crea relaciones entre las diferentes partes del cuerpo que no corresponden a las de la figura humana en
que se inspira. Quizás hayas visto películas en las que aparecen criaturas ‘construidas’ por el hombre, como Frankestein y Golem. Cabeza enorme, brazos muy
largos y manos grandes, en definitiva, cada una de las partes del cuerpo, junto a la deformación, te habrá permitido identificarlos como ‘monstruos’. Esto no
sucede con la marioneta y el títere, en los que cada sección anatómica concuerda con las otras para generar un sistema absolutamente armónico que refleja y
devuelve, transfigurada, la realidad. Con razón en la jerga teatral se llaman ‘figuras’.
Evidentemente dejamos fuera de esta definición aquellas ‘figuras’ en las que el constructor ha tratado deliberadamente de crear un ‘monstruo’ por medio de una
marioneta. Y por supuesto, no se le escapará a nadie que damos aquí la definición clásica, es decir, anterior a la institución y desarrollo del ‘teatro de objetos’, en
el cual, por ejemplo, una lata de sardinas, puede convertirse en el Romeo de una versión moderna, en la que Julieta pudiera ser un abrelatas.
Unid a esta imagen el movimiento, que no es el nuestro, el de los humanos. Es un movimiento mecánico, siempre ‘rígido’, que conquista la sonrisa del espectador
precisamente por su “imprecisión”, como si quisiese decir a las personas: mirad qué graciosos sois cuando os movéis.
La gesticulación es ‘positiva’ cuando los brazos se abren o se levantan hacia el cielo y ‘negativa’ cuando los movimientos se cierran hacia el cuerpo o el rostro. La
vehemencia o la dulzura de los gestos revelan el carácter del personaje que interpretan.
Hablan y cantan como los seres humanos, pero la voz no les pertenece; sin embargo, gobiernan y ordenan cada sílaba, cada nota, con la materia de la que están
construidos, con su movimiento y su presencia en el escenario.
Clasificación de títeres

Títere de varilla

Son aquellos cuyo movimiento se consigue articulando los miembros del muñeco y moviéndolos mediante unas varillas.

Muppets
De “Marionetts” y “Puppets” son el tipo de marionetas creadas por Jim Henson y conocidas sobre todo por los programas
de televisión “Sesam Street”y “The Muppets Show”.

Bunraku
Teatro de títeres tradicional de Japón, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XVII, y cuyo centro geográfico es la ciudad de Osaka.
Títere de guante
Son aquellos muñecos que se manipulan colocando la mano en su interior.
Marote
Marote o Marotte: Marioneta en la que las manos del muñeco han sido sustituidas por las propias manos del manipulador o manipuladores.
Pupi
Tipo de títeres de varilla, manejados desde arriba. El más conocido es el pupi siciliano.
Títere de Wayang
Conocida por sus títeres elaborados y por sus complejos estilos musicales, esta antigua forma de narración se originó en la isla de Java.
Durante diez siglos el wayang se desarrolló en las cortes reales de Java y Bali, así como en las zonas rurales.
Sombras chinescas
Espectáculo, o parte de él, que consiste en proyectar la silueta de una figurillas en movimiento detrás de una pantalla.
Marionetas danzantes en el agua
Su nombre: Mua Roi Muoc, cuya traducción aproximada es: marionetas danzantes en el agua. También se las conoce como marionetas
acuáticas.
Marioneta de hilo
En la actualidad existen muchos tipos de crucetas y de fijación de los hilos, algunas con nombres concretos: percha checa, percha burma,
vertical,
horizontal, etc.
Marionetas Kathputli
Las marionetas de Rajasthán, llamadas Kathputli, son accionadas mediante dos únicos hilos, de los cuales, uno va desde la cabeza a la
cintura
de la marioneta, y el otro de una mano a otra.
Títere Plano
Suelen ser figuras recortadas en madera o cartón y que son manipuladas con desde abajo con una varilla.
Títere de Dedal
Son pequeñas cabezas que se insertan como un dedal en los dedos de la mano.
Títere sobre mano o Títeres Corpóreos
Para el movimiento de estos títeres, que pueden ser siluetas o enteramente corpóreos, se utilizan distintas partes del cuerpo del titiritero como cuerpo
del personaje, generalmente la mano; pero pueden ser otras partes, como la rodilla, el codo, etc.
Marionetas de manipulación directa
También llamadas marionetas de manipulación a la vista.
Títere de Peana
Son aquellos que están sujetos a través de una varilla colocada en su parte inferior a un soporte de madera, al cual que se le denomina “peana”•
.
Marionetas de Viento
Son marionetas -más bien siluetas- de varilla cuyo mecanismo es movido por el viento.
Jinete
Modalidad de marioneta en la que la cabeza del muñeco está sostenida por la cabeza del actor, mediante una gorra, un casco o una especie de cilindro.
Titiritero, titerero o marionetista puede referirse a la persona que construye títeres y a la que los maneja ante un
público en representaciones teatrales, cine, televisión y otros espectáculos mixtos.1 Según la RAE también es
sinónimo de volatinero, cuando el artista que hace acrobacias se acompaña de muñecos o ingenios mecánicos.
Entre los más famosos titereros humanos, el más reciente quizá sea el estadounidense Jim Henson, y entre los
seres de ficción: Maese Pedro en Don Quijote de la Mancha, y el carpintero Geppetto del libro infantil Pinocho.

El titiritero, como artista y hombre espectáculo, desarrolla tres cualidades esenciales: capacidad para desdoblarse
en un muñeco y mimetizarse con el mundo que representa; habilidad para mover el títere que maneja
consiguiendo comunicar un relato fantástico; disponer de varios registros de voz y sentido del ritmo para darle
vida el muñeco.

Técnicamente, el oficio de titiritero requiere, además de un talento innato y vocación profesional: a)


entrenamiento físico; b) conocimiento de las técnicas de actuación; y c) dominio de la manipulación del muñeco.
Los principales inconvenientes con los que ha de enfrentarse todo titiritero son: el espacio reducido en el que ha
de moverse (muchas veces compartiéndolo con otros compañeros) y la ausencia de visión espacial, pues por lo
general está debajo o detrás de los muñecos.

Un títere puede moverse (extremidades, ojos, boca, etc.) sin expresar nada, para que esos recursos o componentes
mecánicos comunique algo necesitan la voluntad y el espíritu teatral del manipulador. Entre los titiriteros la
ausencia de gracia en los movimientos del muñeco se denomina familiarmente sacudir el títere. En síntesis, el
titiritero es un actor especializado que desarrolla un doble trabajo, para el que además de dominar la manipulación
del tipo de muñeco al que da vida, requiere una destreza teatral o técnica de actuación.4 Y técnicamente, en
muchas ocasiones, la técnica determina parte de las posibilidades dramáticas del actor-titiritero. El director sueco
Michael Meschkeafirmaba que "el punto de partida y los métodos de trabajo son completamente distintos para el
titiritero y el actor... No se es actor por ser titiritero ni se es titiritero por ser actor... Es triste observar que muchos
profesionales del teatro de títeres consideren al actor como un huésped que viene de un mundo superior, cosa que
algunos actores también creen...".
La directora de teatro y titiritera argentina Mane Bernardo en un estudio espacial de la relación
entre el titiritero y su herramienta señaló que el títere puede ser ajeno al titiritero (como la
marioneta y el títere de sombra) o formar parte de él, como los títeres de guante y los de varilla.
En cuanto a la colocación del manipulador, éste puede operar desde arriba (marioneta), desde
abajo, (varilla y guante) o desde un lateral (títeres 'a la planchette' y títeres acuáticos); un caso
diferente pero también a mencionar es el del bunraku japonés, cuyos operadores, manipuladores
o titiriteros se colocan detrás del muñeco, a la vista del público.

Relativamente cercanos en el tiempo, los titiriteros del siglo XX cuentan entre sus mayores
méritos el hecho de haberle lavado la cara al títere tradicional y haber abierto vías
experimentales que son la base de la fisonomía del teatro de títeres moderno. De una lista
interminable, pueden extraerse algunos nombres, distribuidos en dos espacios geográficos.
Titiriteros del Viejo Mundo
Muchos investigadores sitúan en Alemania uno de los más activos focos de renovación del
teatro de muñecos. Se mencionan: Paul Brann(discípulo de Max Reinhardt), Ivo Puhonny, el
austriaco Richard Teschenr y el checo Josef Skupa. Entre los más coloristas estuvieron los
maestros italianos como Vittorio Podrecca. No menos importante fue la escuela rusa, con el
matrimonio Efimov, Nikolai Zykov y, por supuesto, Serguei Obratzov. En la órbita francesa
sobresalió Albrecht Roser; y no conviene cerrar la breve lista sin citar el trabajo de Michael
Meschke, nacido en Polonia pero emigrado a Suecia huyendo del nazismo.
Maestros americanos
Estados Unidos, México y Argentina han sido poderosas y ricas canteras de titiriteros. Pionero
en USA fue Tony Sarg (nacido en Guatemala) y, siguiendo su estela, Bil Baird, Rufus y Margo
Rose o Donald Cordry y Remo Bufano (de ascendencia italiana). Del equipo de los Muppets
nombrar a Jerry Nelson, Frank Oz, Dave Goelz y Jane Henson.
En México resulta ejemplar la familia Rosete Aranda, la saga de los Cueto, Wilberth Herreray
Roberto Lago. En Argentina, se considera iniciador y maestro a Javier Villafañe, evocado luego
por Mané Bernardo, Ariel Bufano, Silvina Reinaudi o Eduardo Di Mauro que continuó su labor
en Venezuela, país en el que también sobresalió Fredy Reyna.
Titereros del siglo XXI
La recuperación de los espacios abiertos como escenario del arte ha devuelto a muchas
tradiciones su entorno natural. Así puede decirse de gran parte de los espectáculos de títeres, que
han regresado a plazas y calles, invadiendo luego parques, jardines y otros emplazamientos para
la fiesta callejera, como festivales al aire libre y ferias.
La fantasía de los nuevos titiriteros se viene desbordando, desde el último cuarto del siglo XX,
ante las posibilidades de los nuevos espacios y el concurso de las nuevas tecnologías. Ejemplos
de ello, de entre los muchos que pudieran mencionarse, son: la compañía francesa Royal de
Luxe, los estadounidenses del Bread and Puppet Theatreo La Gran Reyneta en Chile. En
Españadestaca el colectivo Carros de Foc, y algunas de las puestas en escena de La Fura dels
Bausy del grupo de teatro de calle Xarxa Teatre que incluyen elementos del universo titiritero.
Titiriteros literarios
El universo de los títeres ha tenido un popular reflejo en la literatura universal, al menos desde
el siglo XVII al siglo XX. Entre los fabricantes, maestros artesanos del títere, el más famoso es
probablemente el abuelo Gepeto, constructor de Pinocho. Y entre los manipuladores, merece un
lugar de honor Maese Pedro, el "trujamán" del Quijote cervantino, inmortalizado musicalmente
por el compositor gaditano Manuel de Falla.
Los otros titiriteros
Cuadro de Isidoro Marín Gares (Granada, 1863-1926), titulado Titiriteros en la plaza del Conde,
recogiendo una escena de volatineros en el barrio del Albayzin, de Granada.
Ajenos muchas veces al círculo de los títeres, complementarios en otras ocasiones, referencias
en libros, obras de fotógrafos y canciones han dado noticia de diversos tipos de volatineros
popularmente llamados y conocidos como titiriteros a lo largo de varios siglos
Referencias
https://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/cual-es-el-origen-de-los-titeres-
121409130430
Fuentes.
* Beloff Angelina, Muñecos Animados, prologuista Antonio Acevedo Escobedo, México, Ediciones de
la Secretaria de Educación Pública, 1945.
* Cueto Mireya, El teatro Guignol, México, Textos del Teatro Estudiantil de la
UNAM, 1953.
* McPharlin Paul, Animal Marionettes, New York, Harper & Brothers Publishers, 1936.
* McPharlin Paul, The Puppet Theate in America, New York, Harper & Brothers Publishers, 1949. ”
https://www.titerenet.com/2006/01/19/origen-del-titere/
https://www.titerenet.com/2007/05/18/que-es-un-titere/
https://www.titerenet.com/2005/12/15/clasificacion-de-titeres/

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