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La poesía lírica

Elementos constitutivos de la lírica

• Hablante lírico: “Un ente ficticio con una


capacidad lógica integrativa de su propia
conciencia, los contenidos de su discurso,
mundo, son referidos a objetos distintos a él
mismo, se encuentran integrados en su propia
conciencia, de tal modo que las objetividades en
juego, son ellas más la conciencia del hablante”.

• Motivo lírico: Cualquier elemento (ser de la


naturaleza, objeto, sentimiento, etc.) capaz de
transformarse en objetividad para el poeta.
• Temple de ánimo: “El temple de ánimo, no tiene
nada que ver con el humor, en el sentido
habitual de “estar de mal temple”; no implica
nada festivo ni sentimental, sino que quiere
decir que la persona en su totalidad está
templada, atemperada, sintonizada, en cierta
forma, y sin que en ello intervenga el capricho o
la voluntad. No podemos provocar un temple de
ánimo: éste surge dentro de nosotros y nos
invade.” J. Pfeiffer. La Poesía.
Actitudes líricas:

• Actitud Lírica: Situación de distancia que adopta


el ánimo del poeta a través del hablante lírico.
• A) Actitud enunciativa: predomina la función
representativa del lenguaje. (3ra. persona)
• B) Actitud apostrófica: El hablante se dirige a
un “tú”, predomina la función apelativa del
lenguaje.
• C) Lenguaje de la canción: Sujeto y objetividad
se funden. Predomina la función expresiva del
lenguaje. (1ª. persona)
Belleza inmortal. W. Shakespeare (1564-1616)

Yo te comparo a un día de verano,


Pero eres más hermosa y más templada.
Flores de mayo brotarán en vano,
Pues la pompa estival no dura nada.

Alguna vez la luz solar calcina


y hasta el oro del sol es menos fino;
toda beldad alguna vez declina,
Siguiendo así su natural camino.

Pero tu estío no ha de pasar nunca,


Ni perderás la belleza que te inviste,
Ni ha de lograr la muerte tu conquista.

Así en la eterna estrofa que no trunca


El tiempo al cual nada resiste,
Tú vivirás mientras el hombre exista.
Rondó. Carlos de Orleáns. (S XII)

Allí, en mi libro de pensamiento


he encontrado escribiendo a mi corazón
la verdadera historia de Dolor
con lágrimas iluminada

Borré la imagen amada


de la grata Dulzura
Allí en mi libro de Pensamiento.

¡Ay! ¿La encontró mi Corazón?


gruesas gotas de sudor
Le cubren, de esfuerzo en la labor
noche y día repetida
allí en mi libro de Pensamiento
Mientras que por competir con tu cabello
Fray luis de Góngora (1561-1627)
Mientras que por competir con tu cabello
oro bruñido el sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio el medio, el llano
Mira tu blanca frente el lirio bello;

Mientras a cada labio por cogelio,


Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello;

Goza cuello, cabello, labio y frente,


Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lirio, clavel, cristal luciente,

no solo en plata o viola troncada


se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en polvo, en sombra, en nada.
Soneto
:

- Su creador fue Francesco Petrarca (1304-1374)


(Italia)
Consta de 14 versos endecasílabos distribuidos
en dos cuartetos y dos tercetos. Ambos
cuartetos están unidos por la rima.
- El 1er. Y 4to. Versos del primer cuarteto
consonantan con el 1ero. Y 4to. del segundo, y
el 2do. y 3ero. del primer cuarteto, igualmente,
con el 2º. y 3ero. del segundo cuarteto. La
consonancia de los tercetos queda al gusto del
autor.
El estío. José Joaquín de Mora (1783-1864)

Hermosa fuente que al vecino río


Sonora envías tu cristal undoso,
Y tú, blanda cual suelo venturoso,
Yerba empapada en matinal rocío.
Augusta soledad del bosque umbrío
Que da y protege el álamo frondoso,
Amparad del verano riguroso
Al inocente y fiel rebaño mío.
Que ya el suelo feraz de la campiña
Selló julio con planta abrasadora,
Y su verdura a marchitar empieza,
Y alegre ve la pampanosa viña
En sus yemas la sabia bienhechora,
Nuncio feliz de la otoñal riqueza.
La imagen:

“ En la poesía (…) lo esencial es vivir las palabras


en toda su virginidad, plenitud de sentido y
plasticidad; la intuición se eleva sobre la
comprensión, la imagen sobre el concepto.”
El espejo de agua. V. Huidobro (1893-1948)

Mi espejo, corriente por las noches,


Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.

Mi espejo, más profundo que el orbe


Donde todos los cisnes se ahogaron.

Es un estanque verde en la muralla


Y en medio duerme tu desnudez anclada.

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,


Mis ensueños se alejan como barcos.

De pié en la popa siempre me veréis cantando.


Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
En paz. Amado Nervo (Mexicano 1870-1919)

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,


porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.

Porque veo al final de mi rudo camino


que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las hieles o la miel de las cosas,
Fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:


¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas,
mas no me prometiste tú sólo noches buenas,
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.


¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!.
Un ruido dulce
interrumpe mi sueño.
Gotas de lluvia sobre el follaje.

Basho.
Tara,tara,tara
Son dos picos de los patos
Contra el fango primaveral.

Kyoshi.
Tres árboles.

Tres árboles caídos


Quedaron a la orilla del sendero.
El leñador los olvidó, y conversan,
Apretados de amor, como tres ciegos.

El sol de ocaso pone


Su sangre viva en los hendidos leños,
¡y se llevan los vientos la fragancia
de su costado abierto!
Uno, torcido, tiende
Su brazo inmenso y de follaje trémulo
Hacia otro, y sus heridas
Como dos ojos son, llenos de ruego.

El leñador los olvidó. La noche


Vendrá. Estaré con ellos.
Recibiré en mi corazón sus mansas
Resinas. Me serán como de fuego.
¡Y mudos y ceñidos
Nos halle el día en un montón de duelo.

Gabriela Mistral. (1889-1957

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