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• Proliferan en un medio con [ ] altas de cloruro de sodio (6.5%) y a temperaturas altas (46°C).
• Son no hemolíticos; sin embargo, algunas cepas de E. faecalis causan la lisis de eritrocitos de seres
humanos, caballos y conejos.
• La mayor parte de enterococos hidrolizan la pirrolidonil- β-naftilamida (PYR) característica que permite
distinguir los enterococos de microorganismos del grupo de Streptococcus gallolyticus que incluye
Streptococcus pasteurianus y Streptococcus infantarius y de especies de Leuconostoc.
• En infecciones de seres humanos se han aislado cuando menos 18 especies de entorecocos, pero una
mayoría abrumadora de casos es causada por dos especies: E. faecalis y Enterococcus faecium.
• Especies aisladas con menor frecuencia son Enterococcus gallinarum, Enterococcus durans,
Enterococcus hirae y Enterococcus avium.
• Los enterococos viven normalmente en el colon de adultos humanos como simbiontes, aunque en general
comprenden <1% de la microflora intestinal cultivable.
• Los enterococos son intrínsecamente resistentes a los antibióticos que se excretan en la bilis y son de
amplio espectro (cefalosporinas que actúan en anaerobios y bacterias gram negativas). El incremento en
la colonización parece deberse no sólo a la erradicación de componentes competitivos de la flora, sino
también de la supresión de señales inmunitarias (la lectina RegIIIγ) que ayudan a que el número de
enterococos permanezca en niveles bajos en el intestino normal de los seres humanos.
ENTEROCOCOS
Muchos de los fallecimientos por meningitis meningocócica sola (la cual no incluye
septicemia), se acompañan de hipertensión intracraneal cuya manifestación inicial
es disminución del estado de conciencia, bradicardia e hipertensión relativas, signos
neurológicos focales, posturas anormales y signos de afectación del tronco del
encéfalo, es decir, pupilas desiguales, midriáticas o con poca reactividad;
movimiento anormal de los ojos y disminución de las respuestas corneales.
Septicemia.
Comprende incluso 20% de los casos de enfermedad por meningococos. Va desde síntomas
iniciales inespecíficos hasta el fallecimiento en cuestión de horas. Las tasas de mortalidad
infantil por dicho síndrome han sido elevadas (25 a 40%), pero el tratamiento intensivo
pueden disminuir dicha cifra a <10%).
Los primeros síntomas son inespecíficos y sugieren el desarrollo de un cuadro clínico similar
al de la gripe (influenza), con fiebre, cefalea y mialgias acompañadas de vómito y dolor
abdominal.
Si se presenta exantema quizá tenga el aspecto de un cuadro viral hasta que surgen
petequias o lesiones purpúricas. En casos graves, se manifiesta púrpura fulminante en que
hay múltiples lesiones purpúricas de gran tamaño y signos de isquemia periférica.
Pueden sobresalir algunos signos, como dolor de extremidades, palidez (que incluye zonas
con máculas y cianosis) y frialdad de manos y pies. El estado de choque se manifiesta por
taquicardia, perfusión periférica deficiente, taquipnea y oliguria. La disminución del riego
cerebral origina confusión, agitación y un decremento en el estado de conciencia. Con el
estado de choque progresivo hay insuficiencia de múltiples órganos; la hipotensión es un
signo tardío en niños, quienes con mayor frecuencia presentan el estado de choque
compensado (taquicardia, perfusión periférica deficiente y presión arterial normal).
La culminación letal incluye ausencia de meningismo, hipotensión, poca edad, coma,
temperatura relativamente baja (<38°C), leucopenia y trombocitopenia. Las hemorragias
espontáneas (pulmonares, del tubo digestivo o cerebrales) pueden ser consecuencia del
agotamiento de los factores de coagulación y de trombocitopenia.
Meningococemia crónica
Tiene como manifestaciones iniciales episodios repetidos de petequias, acompañados de fiebre,
artralgias, signos de artritis y esplenomegalia; si este trastorno no se trata, a veces evoluciona a
septicemia meningocócica aguda.
En la modalidad recurrente, la bacteriemia desaparece sin tratamiento y luego reaparece.
Dx. Diferencial: la endocarditis bacteriana, la fiebre reumática aguda, la púrpura de Henoch-
Schonlein, la mononucleosis infecciosa, la infección gonocócica diseminada y la vasculitis por
complejos inmunitarios.
El trastorno se ha atribuido a deficiencias del complemento en algunos casos y, en otros, al
tratamiento inadecuado con sulfonamidas. En un estudio se observó que 50% de las cepas aisladas
a partir de pacientes con meningococemia crónica mostraba lípido A subacetilado (de molécula de
superficie LPS) por una mutación en el gen lpxL1, lo que reducía de forma considerable la
respuesta inflamatoria a la endotoxina.
Enfermedad posmeningocócica reactiva
En un pequeño porcentaje de pacientes con enf. meningocócia (4-10 días después) surge una
enfermedad por complejos inmunitarios cuyas manifestaciones incluyen maculopápulas o
exantema vasculítico (2% de los casos), artritis (incluso 8% de los casos), iritis (1%), pericarditis y
poliserositis acompañada de fiebre o ambas.
Los complejos inmunitarios formados por un antígeno polisacárido de meningococos y originan el
depósito de inmunoglobulinas y complemento, con un infiltrado inflamatorio. Los signos anteriores
muestran curación espontánea sin dejar secuelas.
DIAGNÓSTICO
• Elevación del recuento de leucocitos (WBC, white blood cell) y de las cifras de los
marcadores de inflamación (p.ej., las concentraciones de proteína C reactiva y de
procalcitonina o de la velocidad de eritrosedimentación). En presencia de fiebre y
petequias, los aumentos sugieren enfermedad meningocócica.
• En individuos con septicemia meningocócica grave: hipoglucemia, acidosis,
hipopotasemia, hipocalcemia, hipomagnesemia, hipofosfatemia, anemia y coagulopatía.
• Si se sospecha meningitis meningocócica hay que enviar sangre de manera sistemática
para llevar a cabo cultivo y con ello confirmar el diagnóstico; los hemocultivos son
positivos incluso en 75% de los casos. Es importante no usar medios para cultivo que
contengan sulfonato de polianetol sódico, dado que pueden inhibir la proliferación de los
meningococos.
• La tasa de confirmación diagnóstica aumenta >40% en el análisis de muestras de sangre
completa por medio de la reacción en cadena de polimerasa (PCR) de tiempo real y los
resultados obtenidos con dicho método pueden conservar su positividad varios días
después de administrar antibióticos.
• Salvo que existan contraindicaciones (hipertensión intracraneal, estado de choque no
corregido, trastornos de la coagulación, trombocitopenia, insuficiencia respiratoria,
infección local, convulsiones persistentes), habrá que practicar la punción lumbar para
identificar y confirmar el origen de la meningitis meningocócica sospechada, cuyo cuadro
inicial puede ser idéntico al de la meningitis por otras bacterias.
• Tomografía computarizada (CT) del cerebro antes de la punción lumbar, porque existe el
peligro de hernia cerebral en sujetos con hipertensión intracraneal.
DIAGNÓSTICO