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Análisis bibliográfico

“Conflicto y Humanidades”

- Rodrigo Valenzuela Cori -


Introducción:
Hacer el bien o decir la verdad;
El terreno movedizo de la razón práctica;
La argumentación jurídica.

Poética:
El cuento como argumento;
Qué pasó;
Las herramientas del oficio.
Hermenéutica:
Qué hace el que interpreta la ley;
Los usos del instrumento;
Hermenéutica.

Retórica:
La argumentación como acción;
Tres pilares de la retórica;
Las herramientas del oficio.
Planteamiento básico

Todos alguna vez nos hemos preguntado cual es


la labor que tiene “aquella persona, licenciada
en Derecho, que ejerce profesionalmente
defensa de las partes en juicio y en toda clase
de procesos judiciales y administrativos.”

Rodrigo Valenzuela, en su libro “Conflictos y


Humanidades”, trata de explicarnos esto.
Planteamiento básico

“Esta actividad tiene como objetivo que otras


personas actúen de cierta manera, es decir, el
abogado debe ganarse el acuerdo de
terceros para que realicen la acción que
constituye el problema, ya que éste en
comunidad y mediante la acción pública busca
atender la necesidades del prójimo. Para ello
utiliza la herramienta de la argumentación, la
cual es apoyada en la ley, cuyo fin no es decir la
verdad, sino que hacer el bien ante el
problema.”
Por esta situación, el buen abogado se
enfocará en la intención de la determinada
acción ocurrida: esto sucederá porque el
licenciado de ciencias jurídicas, a través
de la ley, buscará la mejor solución que se
adopte al problema que ha recaído en sus
manos, ya que él (abogado) no
argumenta para describir el mundo sino
para intervenirlo: busca generar un
cambio en el mundo real.
Verdad v/s Justicia

Sin embargo, generalmente se considera que el


abogado es aquella persona que actúa a favor
de la verdad, debido a que en sus estudios
siempre está presente el concepto de justicia,
que debe siempre enaltecer; debido a este
último punto el abogado no siempre lleva a cabo
la utilización de la verdad propiamente tal, como
se diría en un vocabulario simple, ya que como
debe hacer uso de un criterio justo, siempre
debe tener presente la intención del actuar de la
persona acusada.
Por ello, tendrá que considerar el por qué de la
acción que una o determinadas personas le han
conferido a este estudioso de materia jurídica.
Aunque muchas veces esto traerá acarreado el
problema de la credibilidad, pues las personas,
comunes y corrientes por así decirlo, verán de
distinta manera a ese abogado que promovió la
libertad de aquel joven que mató a su padre (a
modo de ejemplo), pues no se enfocarán de las
intenciones que este titulado buscó en ese joven
para que lo dejaran salir libre; ya que solamente
uno se fija en el acto ocurrido y no en la esencia
del caso, es decir, el por qué de la acción.
Los tres mal entendidos

En un ensayo sobre argumentación


jurídica, Rodrigo Valenzuela, da a
conocer tres mal entendidos que se
relacionan con la creencia de que el
abogado debe predicar verdad del
sistema al cual pertenece, y no para
hacer el bien ante el problema
presentado.
1º “El Derecho está dado”
“El primer mal entendido es la creencia de que
el Derecho está dado. Desde esta
perspectiva, la ley dice aquello para casos como
ése, incluso desde antes que se presentara el
problema, todo conforme lo declara en ella la
voluntad soberana mediante un acto del poder
legislativo constituido por representantes electos
de la ciudadanía.”

Se le resta fuerza al dinamismo del Derecho


2º “Los hechos están dados”

“El segundo mal entendido es la creencia


de que los hechos están dados.
Conforme a esta visión de las cosas, lo
único que se espera que haga un abogado
con los hechos es averiguarlos y
probarlos, descubrirlos y acreditarlos.”

Se le resta valor al cambio que efectúa el


abogado en el mundo externo
3º “Uso de un método analógico”

“El tercer mal entendido se relaciona con


el método, es decir, se espera que, ante
hechos similares y con igual ley vigente,
dos jueces no debieran sino fallar en igual
sentido, a menos que uno de ellos esté
errado o actuando de mala fe.”

Se le resta fuerza a la interpretación


¿Qué importa si hay un mal
entendido?
Por estos mal entendidos la gente, y como
ya se dijo, cree que el abogado o los
jueces sólo se limitan a hacer el bien de la
comunidad a la cual pertenecen o están
ejerciendo su labor; y esto no es así,
quizás suene repetitivo, pero éstos a
través de las leyes buscan la que más se
relacione con el caso.
El primer y segundo mal entendido se
relacionan entre sí, ya que establecen a
modo de resumen y fusión entre estos dos
que, las leyes se crean antes que
ocurra la acción juzgada por éste, y
se supone que todos los individuos
conocen que aquellos actos prohibitivos,
aunque esto no sea así debido a que son
tantas leyes las que existen en nuestro
sistema jurídico, que ni siquiera el mejor
abogado las conoce todas.
Por otro lado, el tercer mal entendido es el que
se da más frecuente, ya que, como dice éste, las
personas suponen que si dos personas, por
ejemplo, en casos diferentes mataron a alguien,
deben ser castigado de la misma manera, y esto
no ocurre, y no porque un juez sea menos
honesto o más justo con la persona que falleció,
sino que los casos ocurrieron en situaciones
distintas: esto quiere decir que quizás en el
primer crimen fue por defensa personal, en
cambio el otro fue meramente porque aquel
individuo le dio la gana.
¿Solución a los tres problemas?
El abogado busca dar solución al
problema concreto que tiene delante,
generando con su argumentación a la vez
convicción personal y aceptación de los
terceros cuya acción es necesaria para
que la solución se produzca, es decir, el
abogado persigue un hacer.
¿Solución a los tres problemas?

En otras palabras, es utilizar los medios


idóneos para lograr una finalidad de
antemano acordada, por ello va a colocar en
tela de juicio los mismos fines, y no los medios
para lograrlos; pero antes se debe decidir cuál
es el fin que se busca. Por lo tanto el abogado
no argumenta por argumentar, sino que para
lograr ciertas cosas. Dicho de otro modo, la
argumentación no es un fin en sí, sino un medio,
un instrumento, una herramienta.
El buen abogado se dará el tiempo que estime
conveniente para el análisis del caso que está en
sus manos, estudiarlo y después de este
pequeño proceso podrá determinar el objetivo
que gatilló a la persona acusada a realizar tal
acto; de esta manera, el abogado podrá recurrir
a la ley por la cual se está acusando y penando
al “criminal”: así éste (abogado) se enfocará en
la intención de su cliente, por así decirlo, y
argumentará a favor de esa situación, por lo
tanto, no predicaría ni se enfocaría en la
verdad del acto, aunque tampoco entrega
mentiras: solamente se enfoca en el contexto
de que ocurrió la acción.
Por lo tanto, el profesional utilizará la
argumentación como su herramienta de
combate para dar solución al determinado
problema que se le ha conferido que
resuelva, y que él, enfocándose en el fin
de este cometido, tratará de dar
solución convenciendo a la audiencia
de que tal acto ocurrió por una
situación determinada y no por que
el acusado lo quiso así.

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