Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Evidencia 3. Marco Teorico Corregido
Evidencia 3. Marco Teorico Corregido
Evidencia 3. Marco Teorico Corregido
NUEVO LEON
FACULTAD DE AGRONOMIA
Taller de investigación
Equipo:
Arleth Hernandez Pérez 2083741
Ángel Francisco Pérez García 1866879
INTRODUCCION:
El maíz, adquirido de manera constante en la historia y cultura mesoamericanas, representa no
solo un alimento fundamental, sino también un símbolo de identidad y sustento para las
comunidades agrícolas en México. No obstante, su producción presenta una serie de
obstáculos estructurales en el municipio de Puebla, de acuerdo con lo identificado por el
Sistema Producto Maíz. Estos obstáculos incluyen desde condiciones climáticas adversas hasta
una falta de organización de los productores, lo cual tiene un impacto negativo en la eficiencia y
competitividad del sector. Dado que el debate acerca de los organismos genéticamente
modificados (OGM) continúa prosperando, se intensifican las cuestiones acerca de los peligro
para la salud humana, el entorno natural y la economía agrícola. En este contexto, es
fundamental examinar de forma crítica tanto las ventajas como los posibles riesgos asociados
con la adopción de tecnologías biotecnológicas en la producción de maíz, teniendo en cuenta la
importancia de preservar la diversidad agrícola y la seguridad alimentaria.
MARCO TEORICO:
Hacia la mitad del siglo pasado, la población mundial superaba los 2 mil millones de habitantes,
mientras que el crecimiento en la producción de alimentos era más lento, lo que indicaba que
las predicciones de Malthus estaban en camino de hacerse realidad. (Gomez, Baldovinos.,
2004)
Para hacer frente a esta situación temporalmente, se implementaron tecnologías que permitían
aumentar la producción de alimentos por unidad de superficie. Estas tecnologías, conocidas
como "revolución verde" desde la década de los sesenta, se basaban en la mejora genética de
las especies cultivadas mediante la incorporación de un "paquete tecnológico" específico para
cada variedad y región, con el fin de maximizar su potencial genético. (Gomez, Baldovinos.,
Aunque no hay evidencia científica contundente sobre los daños a la salud causados por los
alimentos transgénicos, se han identificado algunos que pueden provocar alergias en humanos.
Algunos casos, como el del maíz Starlink, han sido autorizados solo para consumo animal pero
se han encontrado en productos destinados al consumo humano, generando preocupación y
debate sobre la seguridad alimentaria. (Massieu., 2004)
Los transgénicos, organismos modificados mediante ingeniería genética con genes de otras
especies, como el maíz transgénico con genes de Bacillus thuringiensis, ofrecen beneficios
ambientales significativos. Estos incluyen la reducción en el uso de agroquímicos, como
insecticidas y herbicidas, así como beneficios económicos al reducir las pérdidas por plagas e
malezas y los costos de producción. (Triana, Cobos, Gomez, Perez.,2023)
Sin embargo, la modificación genética de los alimentos no está exenta de controversia. Se
señalan riesgos potenciales, como la posibilidad de toxicidad y la provocación de alergias.
(Triana, Cobos, Gomez, Perez.,2023)
Los investigadores han expresado una preocupación persistente por la aparición de cultivos
transgénicos en la década de 1980 mediante la tecnología del ADN recombinante, sobre todo
por su impacto potencial en el ambiente ecológico y la diversidad genética de cultivos y
especies silvestres afines. El maíz, un cultivo fundamental en México y Mesoamérica, ha sido
objeto de especial atención debido a su domesticación hace unos ocho mil años, posiblemente
en la cuenca del Balsas en el surde México, y a su continua importancia como recurso genético
en la región. (Kato-Yamakake, s. f.)
La agricultura en México, en cualquier escala, suele incluir el cultivo de maíz, lo que demuestra
la relevancia y la dinámica de la diversidad genética del maíz en el país, con miles de
variedades y más de 30 razas que se intercambian y transportan constantemente entre
localidades y regiones, incluso a largas distancias. (Kato-Yamakake, s. f.)
Aunque estos eventos serían poco frecuentes con cada transgen transferido al maíz nativo, con
el tiempo podrían volverse más evidentes, lo que aumentaría la complejidad y los riesgos
asociados con la introducción de transgenes en la población de maíz nativo. (Kato-Yamakake,
s. f.)
Además, la acumulación de variantes de transgenes podría generar interacciones con genes
nativos o normales, algunas de las cuales podrían ser dañinas, favorables o neutras. Además,
si los transgenes contaminantes inactivos se transmitieran pasivamente entre poblaciones y
regiones, podrían sufrir mutaciones durante su dispersión, ampliando así la gama de
interacciones genéticas posibles. (Kato-Yamakake, s. f.)
Actualmente, las variedades transgénicas de maíz son limitadas, pero en el futuro podrían
desarrollarse numerosos nuevos transgenes que codifiquen características no solo
agronómicas, sino también farmacéuticas e industriales. Estos nuevos transgenes complicarían
aún más los aspectos discutidos anteriormente, planteando desafíos adicionales para la
conservación de la diversidad genética y el manejo de los recursos agrícolas en México y
Mesoamérica. (Kato-Yamakake, s. f.)
Este proceso representa una ruptura con el patrón natural de cruzamiento entre especies, ya
que mezcla organismos poco relacionados filogenéticamente: una planta del reino vegetal y una
bacteria del reino animal. (Gomez, Baldovinos., 2004)
El debate actual sobre los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) muestra una
evolución significativa en comparación con las décadas de 1980 y 1990, cuando se reconocía
claramente el potencial transformador de esta nueva tecnología en la producción agrícola y
alimentaria. (Massieu., 2022)
Este debate tuvo sus orígenes en México, a través de una iniciativa de la Fundación
Rockefeller, que condujo a la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas en la
década de 1950. El objetivo principal era abordar el problema del hambre mundial mediante la
creación de semillas de alto rendimiento para los cultivos alimentarios clave, como el maíz y el
trigo. En este contexto, se estableció el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el
Trigo (CIMMyT), con financiamiento internacional, cuya sede se encuentra en Texcoco, Estado
de México, donde también se ubicaron los campos experimentales del entonces INIA.
(Massieu., 2022)
El acceso y uso del germoplasma o material genético ha sido crucial para el desarrollo de la
agricultura y la producción de alimentos, especialmente en América Latina, donde una gran
parte de este material es originario. Cada variedad de germoplasma lleva codificados rasgos
que permiten responder a diversas exigencias económicas y ambientales, siendo la base para
la creación de nuevos cultivares. (Soledad., 2021)
Con más del 90% del desarrollo de la biotecnología en manos del sector privado, el tema de la
propiedad intelectual y las patentes adquiere una importancia crucial. La dependencia de países
ricos en biodiversidad respecto a los ricos en innovación tecnológica genera preocupación,
pues un manejo monopólico de la venta y distribución de semillas podría comprometer la
seguridad alimentaria y otros valores asociados a la biodiversidad. (Soledad., 2021)
Las posiciones en torno a los organismos genéticamente modificados (OGMs) se han
polarizado, con defensores que ven en ellos soluciones para problemas alimentarios y
detractores preocupados por los posibles riesgos para la salud humana, el medio ambiente y
los impactos socioeconómicos. La rápida expansión de los cultivos transgénicos está
modificando el mapa de las ventajas comparativas y competitivas de los países de la región,
afectando a los productores según su tamaño, grado de capitalización y acceso a nuevas
tecnologías. (Soledad., 2021)
La Sagarpa, en 1998, declaró una moratoria sobre la liberación de maíces transgénicos debido
a la preocupación por los posibles riesgos para la diversidad biológica, siendo México centro de
origen y diversidad biológica del maíz. Sin embargo, posteriormente, autorizó la liberación de
maíz, algodón y soya transgénicos, priorizando una política comercial sobre la conservación de
la diversidad. (González, Castañeda., 2018)
Sin embargo, la LBOGM solo exige etiquetado para organismos con diferente composición
nutricional a la convencional, favoreciendo a las empresas agrobiotecnológicas al no requerir
etiquetado para todos los OGM, lo que sugiere un riesgo potencial en su consumo.
El cuadro 1 muestra las autorizaciones para experimentación de campo de cultivos transgénicos
durante 2005-2017, destacando pruebas en algodón, maíz y soya. (González, Castañeda.,
2018)
“Los cultivos de algodón3 y soya fueron probados a cielo abierto y autorizados para su
comercialización. El maíz transgénico no ha sido liberado para su venta y se detuvieron las
pruebas experimentales. Cabe señalar que estos tres CGM pertenecen a la empresa
transnacional Monsanto, líder en la producción de cultivos transgénicos” (González,
Castañeda., 2018)
Esta colaboración ha dado lugar al surgimiento del maíz transgénico como un elemento
extraído de la naturaleza, transformado y comercializado para aumentar las oportunidades de
acumulación de capital. Se buscan formas más eficientes de controlar el intercambio de
semillas que no se ajustan a las leyes del mercado, representando alternativas al capital que no
subordinan su relación con el maíz a las fuerzas del mercado. (Ortega, Zizumbo, Monterroso,
Hernandez., 2016)
Este panorama sitúa a las leyes como reguladoras de los avances científico-tecnológicos,
siempre que se ajusten a las demandas de una sociedad de mercado. Sin embargo, ninguna
ley desafía los paradigmas de producción de alimentos y reflejan una perspectiva que considera
a la naturaleza como un conjunto de objetos explotables y mercantilizables. Esto justifica
cualquier forma de producción, incluso si es perjudicial para el entorno y la salud, como la única
solución ante una crisis civilizatoria propiciada por el mismo capitalismo. (Ortega, Zizumbo,
Monterroso, Hernandez., 2016)
El principal desafío radica en que las empresas transnacionales se han convertido en la única
opción para la adquisición de semillas comerciales tras el desmantelamiento de la Productora
Nacional de Semillas. Estas grandes empresas se centran principalmente en atender a
productores con grandes extensiones de tierra y recursos agronómicos y económicos
adecuados, quienes producen para el mercado. (Luna, Bethel, Altamirano, Reyes., 2015)
Esta situación ha llevado a que las empresas transnacionales ejerzan un dominio sobre la
producción y comercialización de semillas. Además, su modelo de negocio, que incluye la venta
de semillas junto con agroquímicos, se ha fortalecido con el desarrollo de cultivos
biotecnológicos, especialmente aquellos resistentes al glifosato. (Luna, Bethel, Altamirano,
Reyes., 2015)
Hasta la fecha, se han discutido los riesgos, incertidumbres y peligros asociados con las líneas
de maíz actualmente comercializadas. Aunque los riesgos para la salud no son evidentes en
estas líneas, los estudios sobre sus efectos se basan en el principio de equivalencia sustancial,
ampliamente criticado en Europa. Este principio establece que una planta transgénica y una no
transgénica son iguales, diferenciándose únicamente en la proteína producida por la primera.
Por lo tanto, los efectos en la salud de las plantas transgénicas se limitan generalmente a los
efectos de estas proteínas recombinantes, sin considerar su contexto dentro de la planta.
(Alvarez, Piñeyro., 2010)
Es esencial promover estudios sistemáticos que aborden los efectos de las plantas transgénicas
en varias generaciones de animales de laboratorio. Algunos estudios independientes han
señalado posibles efectos nocivos que no han sido ampliamente investigados en diferentes
organismos. Además, en Estados Unidos no se está llevando a cabo un escrutinio cuidadoso de
los transgenes en sus productos, y al ingresar 10.2 millones de toneladas de maíz al país sin
requerir etiquetado y segregación, existe un riesgo latente de contaminación por genes que
codifican para sustancias farmacéuticas o industriales. (Alvarez, Piñeyro., 2010)
Por lo tanto, es crucial y urgente que el gobierno mexicano: a) determine con rigor qué tipos de
transgenes están presentes en las cadenas de producción y alimentación del maíz; b) realice un
escrutinio minucioso para identificar las vías de entrada de los transgenes; c) en caso de
detectar transgenes, implemente mecanismos efectivos para evitar su entrada y, por ende,
prevenir la contaminación de los acervos de maíz con genes que codifican para sustancias no
aptas para el consumo animal y humano. (Alvarez, Piñeyro., 2010)
Greenpeace es parte integral de la campaña ciudadana nacional "Sin Maíz no Hay País", la cual
se ha desarrollado a lo largo de una década con el objetivo de eliminar la agricultura y la
alimentación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con el fin de
salvaguardar la soberanía alimentaria y promover la reactivación de la agricultura campesina en
México. Un aspecto central de esta campaña es la prohibición de la siembra de alimentos
transgénicos. Además, se busca la inclusión del "derecho a la alimentación" en la Constitución
Mexicana, un logro que se materializó en el año 2011. (Azpíroz 2019)
Además, los costos asociados con plaguicidas y herbicidas representan una proporción
relativamente baja de los gastos totales del proceso productivo. Es evidente que incluso para
los productores medianos y grandes, el cultivo de maíz transgénico no ofrece una solución clara
a sus problemas económicos. La situación es aún más desafiante para los productores
pequeños, quienes no realizan una inversión significativa en semillas al reutilizar parte de la
cosecha anterior cada año. (Chauvet, Lazos., 2014)
Persisten diversas acciones llevadas a cabo por el Grupo de Vigilancia del Gobierno (GVG) y
grupos de campesinos e indígenas organizados en Tlaxcala en defensa del maíz nativo. Estas
estrategias adquieren relevancia a nivel nacional e internacional debido a la defensa del
derecho a la diversidad en la producción agrícola, en contraposición al modelo dominante de
monocultivo intensivo y uso de insumos costosos. (Noreiro, Masseiu.,2018)
La producción agrícola actual tiende a homogeneizarse bajo estándares que priorizan aspectos
económicos y la mercantilización, impulsada por innovaciones científico-tecnológicas que
requieren grandes inversiones de capital. En contraste, en el mundo campesino, la lógica de
producción se relaciona con la autosuficiencia alimentaria sin estar necesariamente
desvinculada del mercado. La defensa del maíz nativo representa, en última instancia, la lucha
por preservar un modelo de producción diversificado a pequeña escala, que respete la
autonomía y la cultura de las comunidades campesinas e indígenas. (Noreiro, Masseiu.,2018)
Según las entrevistas realizadas con los productores, las semillas híbridas muestran dificultades
para adaptarse a las variaciones climáticas en Puebla, mientras que las semillas criollas o
nativas ofrecen rendimientos estables de entre 3.5 y seis toneladas por hectárea en diferentes
agroecosistemas. (Avila, Castañeda, Massieu, Norieru, Gonzalez.,2014)
En el estado de Puebla, se enfrentan diversos problemas estructurales en la producción de
maíz, según ha identificado el sistema producto maíz. Estos problemas incluyen condiciones
climáticas adversas, falta de adaptabilidad de las semillas, insuficiente asistencia técnica y
financiamiento, baja vinculación entre productores y comercializadores, escasa innovación
tecnológica y una incipiente organización de los productores. Estos desafíos afectan
negativamente la eficiencia y competitividad del sector maicero en la región. (Avila, Castañeda,
Massieu, Norieru, Gonzalez.,2014)
Sin embargo, es evidente que este protocolo de bioseguridad no sería aplicable en las etapas
piloto y comerciales. Las limitaciones tecnológicas del maíz transgénico en su estado actual, las
prácticas de mejoramiento genético autóctono, la biología reproductiva del maíz y la eventual
adaptación de nuevas variedades transgénicas al agroecosistema mexicano plantean
preocupaciones sobre la acumulación progresiva de transgenes en las razas nativas. (Turrent,
Cortes, Espinosa, Mejia, Serratos., 2010)
Álvarez-Buylla, E., & Nelson, A. P. (2009). Riesgos y peligros de la dispersión del maíz
transgénico en México. https://www.revistas.unam.mx/index.php/cns/article/view/14835
Chauvet, M., & Lazos, E. (2014). El maíz transgénico en Sinaloa: ¿tecnología inapropiada,
obsoleta o de vanguardia? Implicaciones socioeconómicas de la posible siembra comercial.
Redalyc.org. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=305031707002
Fernández, A. T., Flores, J. I. C., Calderón, A. E., Andrade, H. M., & Hernández, J. A. S. (2010).
¿Es ventajosa para México la tecnología actual de maíz transgénico? Dialnet.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4172538