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Colombia Nunca Mas. Anexo - Desaparición de 19 Comerciantes y Masacre de La Rochela
Colombia Nunca Mas. Anexo - Desaparición de 19 Comerciantes y Masacre de La Rochela
• Reynaldo Corzo Vargas, de 29 años de edad, había nacido en San Gil, pero
vivía con su abuela en Bucaramanga, ella fue la última persona de su familia que
lo vio antes de salir para Cúcuta. Había estudiado Administración de Empresas;
en la Universidad lo llamaban "Sacapuntas"; terminó materias en 1984, pero le
habían rechazado la tesis de grado y no había podido conseguir empleo, por lo
que aceptó la invitación de un amigo para llevar contrabando de Venezuela a
Medellín. Ya llevaba más de dos años dedicado al comercio con otros amigos
que tenían locales en San Andresito en Bucaramanga. El último viaje que hizo,
lo habían planeado con bastante anterioridad; su abuela se quedó preocupada,
pues llevaba mucho dinero y ella temía que se lo pudieran robar.
Cuando las víctimas llegaron al sitio Lizama, los paramilitares los estaban
esperando. Según declaraciones de miembros del grupo paramilitar, a los
comerciantes los detuvieron, los torturaron y los descuartizaron, lanzan- do luego
sus cuerpos al río Ermitaño, en un sitio llamado El Mango, en jurisdicción de la
inspección de policía Zambito. Los cuerpos nunca fueron encontrados. Con la
mercancía que les quitaron montaron el Almacén Q- qui en la plaza principal, en
el piso inferior de los juzgados de Puerto Boyacá, manejado por Luz Marina Ruíz
de Pérez, la esposa del jefe paramilitar Henry Pérez; el cual, a raíz de las
investigaciones, fue cerrado y la mercancía repartida entre los miembros de la
Asociación de Campe- sinos y Ganaderos del Magdalena Medio ACDEGAM-.
Los carros que les quitaron fueron escondidos bajo unas carpas prestadas por
el alcalde de Puerto Boyacá, Luis Alfredo Rubio Rojas, pero cuando se
percataron de que el caso estaba siendo investigado decidieron desaparecer
también los automotores, siendo cortados con soplete y lanzados a un lago
ubica- do en la hacienda El Diamante.
La comisión judicial había llegado hacia las 8:00 a.m. a la vereda La Rochela.
Tres miembros del Cuerpo Técnico de Policía Judicial se desplazaron de allí a la
Vereda Pueblo Nuevo; cuando cruzaban el Río Opón fueron interceptados por
un nutrido grupo de hombres fuertemente armados, quienes se identificaron
como miembros del XXIII Frente de las FARC. Uno de ellos se identificó como el
"Comandante Ernesto"; en realidad se trataba del paramilitar Julián Jaimes
Rodríguez, quien les prometió valiosa ayuda e importantes testimonios.
Antes de retirarse del lugar los paramilitares escribieron con spray en los
vehículos: "FUERA EL MAS - FUERA LOS PARAMILITARES"; también se
llevaron consigo trece de los quince expedientes que llevaba la comisión.
Según declaró el paramilitar Efrén Galeno López, Baquero Agudelo recibió 200
millones de pesos por la masacre, los cuales fueron enviados en un maletín por
Yanine Díaz. Galeano López fue encargado por el alto oficial de hacer la entrega,
la cual se hizo en las afueras de las instalaciones de la XIV Brigada en Puerto
Berrío. Efrén Galeano fue desaparecido tiempo después de que declarara. Así
mismo Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Escobar Gaviria le enviaron cada uno
1500 millones de pesos a Henry de Jesús Pérez, "en agradecimiento", según
declaró Baquero Agudelo.
• Los crímenes siempre se dieron en zonas de control militar donde los grupos
paramilitares se movían con toda libertad y eran apoyados en sus acciones por
los organismos de seguridad del estado y autoridades civiles.