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Historia Moderna y Contemporánea de la

Educación
Lic. y Prof. en Cs. De la Educación
U.N.S.A.M.
La formación cristiano feudal y la emergencia del mundo
burgués: saberes y prácticas educativas diferenciadas en
la Europa Medieval
POSIBLES CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO
ROMANO DE OCCIDENTE (476 d.C.)

 CRISTIANISMO Aspecto que debilitó unicidad


cultural romana
 DEBILITAMIENTO DE LA SALUD Algunos
historiadores sugieren que existieron enfermedades
en el pueblo romano a partir del siglo V d.C.
producto de plomo en sangre (tuberías, copas)
 PESTE SARAMPIÓN Desde siglo II esta
enfermedad atacó a 1 de cada 10 personas en el
Imperio.
 GUERRAS CONTINUAS Necesidad de mantener
limes romano.
CAÍDA FINAL DEL IMPERIO

 Se toma por fecha el año 476 de nuestra era.


 En 476, el último emperador romano Rómulo
Augústulo fue destituido por Odoacro, jefe de los
hérulos (tribu germánica)
 Sin embargo…. En 410 los Visigodos, otro pueblo
germano proveniente de Asia, había saqueado Roma
 Puede decirse como conclusión, que durante el siglo
V d.C. las relaciones entre pueblos bárbaros
germanos y Roma dejaron de desarrollarse de modo
pacífico.
Pero… ¿de dónde provienen los pueblos germanos?

Los pueblos germanos se establecieron alrededor de


las costas del mar Báltico y el mar Negro
aproximadamente en el año 500 antes de Cristo.
Coexistieron en la misma época de los griegos, quienes
no supieron de su existencia, y también en la del
imperio romano, quienes los conocieron por la
movilización de los germanos causado por ataques de
los hunos
Sabemos mucho de los aspectos sociales, políticos y
económicos de Roma pero… ¿respecto los germanos?

La organización social de los pueblos germanos estaba relacionada con el


parentesco familiar. Tenía las siguientes características:

 Su sistema de gobierno era una monarquía, donde el rey era elegido por la
nobleza guerrera. Dicha nobleza disfrutaba de una gran influencia política.
 La nobleza guerrera formaba parte de un consejo, el cual prestaba su
asesoramiento al rey en la parte judicial y administración de recursos.
 Existían tribus conformadas por familias, quienes se dedicaban a trabajar
la tierra de forma comunitaria.
 Los germanos contaban con una asamblea de guerreros, conocidos también
como hombres libres, quienes decidían asuntos relacionados con la tribu,
además de propuestas de los jefes y actos judiciales.
 La fidelidad era algo sumamente importante que los hombres libres debían
demostrar ante sus jefes, quienes les daban recompensas y también su
protección.
 Entre los germanos existía lo que se conoce como derecho consuetudinario,
el cual consistía en leyes orales que se convertían en cultura con el uso.
Aspectos religiosos de los pueblos germanos

Los germanos desarrollaron una forma de adoración


politeísta. Los dioses germanos de mayor importancia eran
Thor, Odin, Loki y Frey. Estos tenían forma humana y
poderes inimaginables.
Por otro lado, la religión de los germanos se fundamentaba
en las acciones de las personas, más que en escritos
sagrados. Por eso, era común el sacrificar animales como
parte de la adoración a sus dioses.
Con el paso del tiempo, los germanos fueron
cristianizándose, adoptando la forma arriana de aquella
religión.
¿Cómo quedó el mapa europeo una vez instalados los
germanos en el antiguo territorio imperial romano?
ALGUNAS CUESTIONES IMPORTANTES
ANTES DE COMENZAR
• Hacia finales del siglo IV el cristianismo se estableció
como religión predominante en Imperio Romano.
• Los primeros cristianos se reunían en las ciudades de
Occidente y Oriente para celebrar la “eucaristía” y
“bautismos”.
• La palabra “Iglesia” proviene del griego “ekklesía” que
refiere al pueblo unido por asuntos públicos. Es decir
que los cristianos se juntaban en comunidad por asuntos
que les eran comunes como “seguidores de Jesús”.
• La palabra “católica” proviene del griego “Catholicós”
que significa universal, o relativo a la totalidad.
• Una vez instaurada la libertad de culto (Edicto de Milan
313) los cristianos se organizaron a imagen y semejanza
de la administración romana (diócesis, vicarías)
ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA

• Debido al crecimiento de fieles cristianos, la Iglesia


comenzó a organizarse territorial y políticamente:

Las parroquias estaban dirigidas por sacerdotes


(párrocos)
Un conjunto de parroquias de una ciudad estaba a
cargo de un Obispo (obispado/ diócesis)
Los obispados de cada provincia romana estaban
controlados por un Arzobispo.
La cabeza de la Iglesia, el sucesor de Pedro
Apóstol, era el Papa, quien era el Obispo de Roma.
ORGANIZACIÓN JERÁRQUICA, PIRAMIDAL
DE LA IGLESIA ORGANIZADA
PRINCIPALES OBISPADOS CATÓLICOS
DE LA ALTA EDAD MEDIA
Hubo durante la Alta Edad Media cuatro obispados
principales. Los mismos afirmaban haber sido
fundados como centros cristianos por los apóstoles
que los visitaron en su misión de evangelizar luego de
la muerte de Jesús:

• ROMA (en la zona del Lazio de la actual Italia)


• JERUSALÉN (ciudad del corredor siriopalestino)
• ALEJANDRÍA (ciudad de Egipto a orillas del
Mediterráneo)
• ANTIOQUÍA (actual ciudad de Turquía, al norte del
corredor siriopalestino)
¿POR QUÉ HUBO NECESIDAD DE ORGANIZAR
A LA COMUNIDAD CRISTIANA?

1. Necesidad de organizar vida y culto de miles de


cristianos en todo Oriente y Occidente.
2. Establecer un control del culto cristiano y
dictaminar un único dogma de fe.

CONTROL DE HEREJÍAS (VISIÓN NO ACEPTADA


DEL CANON CRISTIANO) QUE COMENZARON A
APARECER ENTRE EL SIGLO III Y IV.
CISMAS DENTRO DEL CRISTIANISMO
CONSIDERADAS, LUEGO DE CONCILIOS,
COMO HEREJÍAS
• ARRIANISMO: Propuesta por sacerdote de Alejandría (Egipto)
en el siglo III. Sostiene que Jesús no se corresponde a la
naturaleza divina. Para Arrio no puede poseer la misma
naturaleza que Dios. El arrianismo fue considerado herético en
Concilio de Nicea en 325. Esta versión del cristianismo fue
sostenida por los reyes germanos una vez instalados sus reinos
en todo Occidente.

• DONATISMO: Propone que sólo aquellos sacerdotes cuya vida


fuese intachable podían administrar los sacramentos, entre
ellos el de la transubstanciación del pan y el vino en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo (eucaristía), y que los pecadores
no podían ser miembros de la Iglesia. En el siglo V fue
declarado como visión herética y se consideró que los
sacramentos que impartiera un sacerdote eran siempre
válidos, más allá del estado moral de quien los oficiara.
LOS MONJES, EL ROL DE LA IGLESIA FRENTE
A LA CULTURA CLÁSICA Y PAPEL DE LAS
MISIONES EVANGELIZADORAS
• Clero secular: compuesto por el obispo y todos los
sacerdotes que no están vinculados a una orden religiosa
católica y, por tanto, no están regidos por ninguna de sus
reglas monásticas.
Secular proviene de “saeculum” y hace referencia a los
que viven con el mundo, en la temporalidad de la
comunidad.
• Clero regular: compuesto por los sacerdotes católicos que
son miembros de una orden religiosa regular. Pueden ser
monjes destinados a la vida monacal en monasterios
aislados del mundo exterior; o aquellos que se destinan a
misiones evangelizadoras.
Regular proviene de “regula”, que en latín significa regla.
Hace referencia a que este grupo de sacerdotes viven de
acuerdo a las reglas que impone su orden.
LOS MONJES Y SUS MISIONES

• En un principio, alrededor del siglo III, los monjes


eran aquellos sacerdotes que se aislaban de la
vida humana ordinaria con el fin de perseguir un
ideal de santidad y dedicación total a Dios. Monje
proviene del latín “monachus” que refiere a quien
vive sólo, o en soledad.

• Luego, a partir del siglo VI los mojes emprenden


nueva acción: la de misionar evangelizando a los
paganos, heréticos… es decir a los germanos y
aquellos que desconocían “la Fe de Cristo”.
LA ORDEN DE SAN BENITO – LAS
REGLAS DE LA VIDA MONÁSTICA
• Entre 520 y 530 Benito de Nursia (localidad italiana
de la actual provincia de Perugia), establece un
grupo de reglas que rigen la vida de un monje
cristiano. A partir de allí aquellos que seguían este
camino de reglas estrictas basadas en la
moderación y la oración a Dios pasarían a ser
miembros de la Orden de San Benito.
• Se considera a San Benito como el iniciador de las
reglas monacales en Occidente.
SAN BENITO DE NURSIA
MONASTERIOS Y LA RELACIÓN CON LA
CULTURA CLÁSICA
• El clero era el único grupo social que había
preservado la cultura letrada.
• Los monasterios eran centros de copiado de textos
clásicos (greco-latinos) y santos (la Biblia); además
de funcionar como almacenamiento de distinto
tipo de textos.
• De alguna manera la cultura clásica quedó bajo la
custodia de la Iglesia, en un mundo que había
perdido aquella cultura.
MISIONES EVANGELIZADORAS

A PARTIR DEL SIGLO V Y VI NUEVO ROL DE MONJES

Expandir fe cristiana y lograr llevar cristianismo a


zonas donde aún regía el paganismo germano

• Patricio: cristianizó territorios de la actual Irlanda


• Agustín: cristianizó territorios de la actual Inglaterra
• Bonifacio: cristianizó territorios de la actual
Alemania
EL “RENACIMIENTO” CAROLINGIO
Otros elementos de la dominación política de Carlomagno fue la cultura. En esos
tiempos era difícil encontrar a alguien que supiera leer y escribir: el propio Carlomagno
era analfabeto.

Por esta razón, el emperador impulsó la apertura de escuelas para la formación de


funcionarios públicos y religiosos. Una de ellas fue la famosa Escuela Palatina, que
funcionaba en Aquisgrán (capital del Imperio y palacio real) y que se destinó a la
instrucción de los futuros funcionarios del estado. Allí se estudiaban las llamadas artes
liberales formadas por Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el Quadrivium
(aritmética, geometría, música y astronomía). Estas disciplinas, propias del mundo griego
clásico, se convirtieron en la base de todo el saber medieval.

También se fundaron escuelas en las iglesias y en los monasterios, que llegaron a


conformar importantes bibliotecas, en las cuales el mundo occidental conservó una
gran parte de la tradición cultural latina a partir de la copia de las obras clásicas de la
antigüedad. La copia de aquellos ejemplares eran realizadas en la llamada Scriptoria.

A fin de impulsar este movimiento de renacimiento cultural, Carlomagno se rodeó de


figuras de relieve, como el religioso Alcuino de York y el francés Eginardo, que escribió su
biografía. También se preocupó por las artes: mando construir numerosas iglesias que
imitaron el estilo romano y bizantino como, por ejemplo, la capilla del palacio de
Aquisgrán.
SCRIPTORIUM
ALCUINO DE YORK
MINIATURA CAROLINGIA
LA DESINTEGRACIÓN DEL IMPERIO
A la muerte de Carlomagno en 814, lo sucedió su hijo Ludovico Pío (Luis el
piadoso). Podría estipularse que su obra de gobierno más característica fue
la mantención de los límites del Imperio que había formado su padre. Sin
embargo, luego de su muerte en 840, sus tres hijos, Lotario, Luis el Germánico
y Carlos el Calvo se repartieron el territorio en el Tratato de Verdún (843). A
través de este pacto el Imperio se fragmentó en tres reinos:

• Carlos el Calvo recibió la Francia occidental que corresponde,


aproximadamente, a la actual Francia.
• Luis el Germánico obtuvo Francia oriental o Germania equivalente a la
Alemania actual.
• Lotario adquirió el título de emperador y los territorios situados entre los de
hermanos, que se conocieron como Lotaringia: los Países Bajos, Alsacia,
Suiza e Italia.

A partir de esta fragmentación, el aumento del poder de la aristocracia


local fue exponencial; mientras que la figura imperial perdió capacidad de
control sobre aquel sector estamental. También a partir del siglo IX una serie
de invasiones fomentaron el fraccionamiento del poder político que, en
algún momento, supo formalizar Carlomagno.
EL IMPERIO TRAS EL TRATADO DE
VERDÚN EN 843
El sistema feudal

A partir del siglo XI comenzó a consolidarse en Europa una nueva forma de


organización política, social y económica que duraría varios siglos.

Al estar profundamente arraigada en la propiedad de la tierra por parte de una


poderosa y rica aristocracia (las propiedades de los aristócratas eran
denominadas feudos, como veremos) los historiadores utilizaron el nombre de
Feudalismo para designar a este verdadero sistema que dio forma a las
relaciones, al trabajo y a la vida de las personas durante siglos.

Estudiaremos aquí los orígenes y los aspectos organizativos más importantes


de este sistema feudal.

Para comenzar, ¿qué es el Feudalismo? ¿cuándo, cómo y dónde surge este


sistema?
¿Qué es el Feudalismo?

Comencemos con una definición básica de lo que vamos a estudiar en esta clase: el Feudalismo
es un sistema (o modo de organización) político, social y económico, que se caracteriza por la
fragmentación del poder político en manos de una aristocracia (o nobleza) laica (guerreros) y
eclesiástica (miembros de la Iglesia católica) y por la apropiación privada de la tierra por parte
de esa aristocracia privilegiada, que posee diversos derechos sobre un campesinado
dependiente. Surge en Europa Occidental y se consolida a partir del siglo IX.

¿Qué significa esto? Que, a diferencia de otros sistemas (o modos de organización) estudiados
hasta ahora, en el Feudalismo la capacidad de mando no está concentrada en un rey con poder
absoluto y plena propiedad de la tierra (aunque la figura del rey no desaparece en este periodo),
sino que se encuentra repartida entre un conjunto de aristócratas o nobles (que conforman un
sector privilegiado). Como veremos, esta clase social, es la dueña de la mayor parte de la tierra y
posee plena capacidad de mando en sus territorios, incluyendo el derecho a cobrar rentas y a
ejercer justicia sobre los campesinos, quienes constituyen la mayor parte de la población (y
conforman, en su gran mayoría, el sector no privilegiado de la sociedad). Esta aristocracia es
poderosa y privilegiada porque posee o bien la fuerza militar (sector laico o guerrero) o el control
de la religión (sector eclesiástico).
Las tesis sobre el origen del Feudalismo (I)

Como en tantos temas que estudia la Ciencia Histórica, los historiadores no están completamente de
acuerdo acerca de los orígenes del Feudalismo. Se destacan dos grandes tesis o explicaciones para
tratar de comprender cuándo, cómo y por qué surge el Sistema Feudal...

1.- La tesis clásica o tradicional:


Como la consolidación del Feudalismo coincidió cronológicamente
con la llegada de pueblos que invadieron Europa Occidental en los
siglos VIII y, especialmente, IX (las llamadas Segundas
Invasiones), algunos historiadores plantearon que este fenómeno
era el causante del surgimiento de este nuevo sistema.
Según estos historiadores, la llegada de estos invasores
(musulmanes desde el sur y suroeste, normandos -o vikingos-
desde el norte y húngaros -o magiares- desde el este) provocó el
debilitamiento de los reyes, quienes resultaron incapaces de
controlar y frenar las invasiones y tuvieron que entregarle el poder
político, la capacidad de mando sobre los territorios y el derecho de
ejercer justicia a las aristocracias locales (especialmente a los
guerreros, expertos en el combate) para que ellos organizaran la
defensa del territorio y la protección de las poblaciones
amenazadas.
Veamos un poco qué fueron las Segundas Invasiones...
Las Segundas Invasiones
(siglos VIII-IX)

Entre los siglos VIII y IX, Europa sufrió las


invasiones constantes de pueblos de
orígenes diversos que llegaban desde
diferentes regiones. El proceso se
extendió hasta el siglo X e incluso, en
algunos casos, hasta el XI.
Se las denominó Segundas Invasiones
para diferenciarlas de las primeras, las de
los pueblos germánicos, que tuvieron
lugar en los siglos IV y V.
Los invasores a menudo saqueaban los
territorios apropiándose de sus riquezas y
aterrorizaban a la población, pero
muchos también buscaban nuevas y
mejores tierras en las cuales poder
instalarse.
En este caso los invasores fueron:
- los musulmanes (también llamados
sarracenos), a partir del siglo VIII;
- los normandos (o vikingos), desde
fines del siglo VIII;
- los húngaros (o magiares), desde el
siglo IX.
Las invasiones musulmanas
(sarracenas)
Como vimos cuando trabajamos el Islam, los musulmanes llegaron a Europa Occidental, procedentes del norte
de África, a comienzos del siglo VIII. Más precisamente, en el 711, cuando vencieron a los Visigodos del rey
Rodrigo en la batalla de Guadalete y, posteriormente, lograron conquistar prácticamente toda la Península
Ibérica (con excepción del reino de Asturias). Trataron de invadir también el reino de los Francos, pero fueron
detenidos por las tropas de Carlos Martel en la batalla de Poitiers del 732 y luego obligados a retroceder de
nuevo hasta España. Avanzaron desde el sur-oeste y desde el sur y lograron conquistar territorios no
solamente en España, sino también en Sicilia y en el actual territorio de Serbia, en los Balcanes.
A lo largo del siglo VIII y también entre el IX y el XI, los musulmanes atacaron los reinos europeos por mar. A
los piratas musulmanes se los denominó “sarracenos” (que probablemente signifique “habitantes del desierto”).
Los cristianos los consideraron sus grandes enemigos y este conflicto se profundizaría con las Cruzadas a
partir del siglo XI.

En verde claro los


territorios
dominados por los
musulmanes en
Europa durante el
período de las
Segundas
Invasiones.
Las invasiones normandas o
vikingas
De todos los pueblos que llegaron a Europa en estos siglos, los nórdicos (o
escandinavos) son los que han ganado mayor notoriedad en los últimos tiempos.
Popularizados por la serie televisiva “Vikings”, son hoy en día más conocidos que
los sarracenos o los magiares.
Los pueblos nórdicos, llamados normandos por los cronistas de la época
(normannen o norsemen: literalmente, “hombres del norte”) comenzaron a
incursionar en los reinos europeos desde fines del siglo VIII. La primera noticia que
se tiene de ellos es el saqueo del monasterio de Lindisfarne, una isla situada en
el norte de Inglaterra, en el año 793. Los guerreros vikingos robaron las riquezas
del monasterio, mataron a la mayoría de los monjes y se llevaron a algunos como
esclavos. Este hecho quedó registrado en las crónicas anglosajonas de la época,
en las que se reflejó el horror que provocaba en las poblaciones locales “la ira de
los hombres del norte” (“the wrath of the norsemen”) y se considera el inicio de la
“era vikinga”.
A partir de este momento comenzaron a llegar regularmente, (habitualmente entre
primavera y verano) oleadas de guerreros que desembarcaban en las costas
inglesas (en la imagen a la derecha se aprecia una miniatura inglesa del siglo
XIII en la que se representa la llegada de vikingos daneses en el siglo IX) pero
también en las de Francia. La era vikinga se extendió hasta la primera mitad del
siglo XI. Si bien eran frecuentes las incursiones de saqueo, numerosos vikingos se
asentaron en tierras inglesas y francesas y fueron integrándose con la población
local.
Conozcamos un poco más acerca de este pueblo...
Las invasiones normandas o
vikingas
Los vikingos arribaron provenientes de la Península
Escandinava (principalmente desde Noruega y
Dinamarca, pero también de Suecia). Eran pueblos
indoeuropeos, muy similares (en sus formas de
organización -política, social y económica-,
costumbres, tradiciones y creencias) a los germanos
que ya estudiamos.
Eran excelentes navegantes y constructores de
barcos. Sus embarcaciones, ligeras y veloces pero
también muy sólidas y resistentes, les permitieron
atravesar los mares y penetrar en los territorios a
través de los ríos. Sus barcos se denominaban
“drakkars” (dragones), eran alargados y angostos y
poseían velas y remos (a la derecha puede verse un
drakkar auténtico, el “Barco de Oseberg, que se
encuentra en Oslo, Noruega”).
Con estas embarcaciones llegaron hasta el
Mediterráneo (España, Italia, norte de África), liderados
por un jefe llamado Bjorn “brazo de hierro”, pero
también hasta Islandia, Groenlandia e incluso se
sostiene que fueron los primeros europeos en pisar el
continente americano.
Las invasiones normandas (o
vikingas)
Las crónicas medievales, elaboradas por hombres de la Iglesia,
describen a los vikingos como feroces y sanguinarios guerreros,
sedientos de riquezas para saquear. Las series televisivas (como
“Vikings” o “The last Kingdom”) han reforzado esta imagen. Esto es
parcialmente cierto, los vikingos desembarcaron repetidamente en
Inglaterra (especialmente en el siglo IX, en el que finalmente pudieron
ser contenidos por el reino de Wessex liderado por el rey Alfredo “el
grande”) y en Francia (lograron saquear París en el siglo IX), también
saquearon ciudades en España e Italia.
Sin embargo, más allá de que la guerra y el saqueo eran actividades
muy importantes de los pueblos escandinavos, muchos de ellos
buscaban tierras aptas para asentarse y permanecer en ellas, ya que
practicaban fundamentalmente la agricultura y la ganadería. Tanto en
Inglaterra como en Francia lograron realizar acuerdos con algunos
reinos y establecieron asentamientos permanentes. El más famoso de
estos pactos fue el que el rey de Francia Carlos “el simple” estableció
con el caudillo vikingo Hrolf (Rollo o Rollon) en el 911 y que les permitió
instalarse en territorios del norte de Francia a cambio de protección
contra posteriores avances vikingos. Rollo se convirtió al cristianismo,
juró lealtad al rey, se casó con Gisela, una de sus hijas y se instaló en Miniatura de un manuscrito
Rouén (en cuya catedral descansan hoy sus restos). Esto dió origen al religioso francés del siglo XI en el
actual territorio francés de Normandía. que se aprecia la imagen que los
cronistas de los reinos europeos
tenían de los vikingos.
Arriba a la izquierda, un fotograma de la serie
“Vikings” en el que se representa el saqueo al
monasterio de Lindisfarne en el 793. A la derecha,
representación de un desembarco vikingo en las
costas de un reino europeo occidental.
Abajo, ruinas del monasterio de Lindisfarne en la
actualidad.
Las invasiones húngaras (o magiares)
Desde el este, procedentes de la zona de las
estepas rusas llegaron a Europa central y
oriental los húngaros o magiares en el siglo
IX. Avanzaron por oleadas hasta el siglo X, en
el que fueron detenidos por el rey sajón Otón I
en la batalla de Lechfeld en el año 955.
Sus incursiones alcanzaron la Península Itálica
y el actual territorio de Francia, también
penetraron en territorio de la actual Alemania y
en el Imperio Bizantino, llegando hasta
Constantinopla.
Se sabe poco de los húngaros, porque
carecían de escritura, pero eran un pueblo de
pastores, expertos jinetes y grandes y feroces
guerreros. Si bien realizaron actos de saqueo
y ejercieron violencia contra las poblaciones
locales de las regiones que invadieron, los
húngaros lograron asentarse en un territorio
denominado Panonia (en Europa central,
coincidente en gran parte con el territorio de la
actual Hungría) en el que formaron un reino.
Las invasiones húngaras (o magiares)

Arriba, representación moderna de un


jinete húngaro.
A la derecha, la llegada de los
magiares, según la representación de
un pintor húngaro del siglo XIX. Puede
apreciarse la presencia de guerreros a
caballo frente a un campo de batalla y
de un pastor con bueyes, mostrando
los dos aspectos más conocidos de
los magiares.
Las tesis sobre el origen del Feudalismo
(II)
2.- La tesis reciente o actual:
Sin embargo, la tesis tradicional presentaba algunos problemas. El principal
de ellos era explicar por qué en algunos casos las invasiones habían
provocado el debilitamiento del poder de los reyes (por ejemplo en Francia),
mientras que en otros casos habían ayudado a que se fortaleciera
(Inglaterra, con Alfredo el grande o Alemania, con Otón I). Otro
inconveniente que presentaba esta tesis clásica era el de explicar por qué
los reyes no recuperaron el poder político una vez que terminaron las
invasiones. Finalmente, un tercer problema era que ya se encontraban en
las fuentes primarias evidencias de relaciones sociales y políticas similares a
las del feudalismo antes de que comenzaran las Segundas Invasiones (en
los siglos VII y VIII en Francia, España e Inglaterra, por ejemplo).
Por esto es que fue desarrollándose una nueva explicación histórica, que
sostenía que el Feudalismo se había originado a partir de las prácticas
políticas y sociales que poseían los antiguos germanos y que habían
reproducido en los reinos que comandaban tras instalarse en los antiguos
territorios del Imperio romano. Esta es la que llamamos tesis reciente sobre
el origen del Feudalismo y es la que defienden los historiadores
actualmente
Analicemos esta tesis con un poco más de detenimiento...
Como recordarás, los germanos
establecían relaciones políticas
y sociales a través de la práctica
del obsequio de regalos y la
realización de banquetes. Los
jefes debían ser generosos con
sus guerreros, para lograr su
lealtad, apoyo y obediencia a
cambio. Esto generaba un
vínculo de reciprocidad entre el
líder y los aristócratas guerreros
en el que se basaba la
organización de la sociedad y
de la política.
Cuando los germanos se
instalaron en el Occidente y
dominaron los territorios
formando los Reinos Romano-
Germánicos, estas prácticas
continuaron con algunas
modificaciones.

Guerreros germánicos
Si bien las monarquías fueron dejando de ser electivas para pasar a ser
hereditarias, los reyes romano-germánicos aún tuvieron que continuar
ganándose el apoyo y la lealtad de los guerreros, reunidos ahora en el
consejo del rey (o Curia Regis). Más allá de los regalos suntuarios y las
celebraciones que los reyes continuaron realizando, los monarcas
comenzaron a recompensar a los guerreros con extensos territorios,
dándoles además la capacidad de cobrar rentas, de mandar y de ejercer
justicia (en su nombre) en ellos. A lo largo del tiempo esta práctica fue
fortaleciendo a la aristocracia terrateniente, que acompañaba militarmente
a los reyes pero que resultaba cada vez más difícil de controlar a causa
del gran poder político, económico y militar que iba acumulando con el
correr del tiempo. La Iglesia, aliada de las monarquías, también recibía
tierras y poder político.
Es así como durante los siglos VI, VII y VIII, las aristocracias se
fortalecieron y los reyes fueron perdiendo poder, al tener que entregar
territorios y capacidad de mando a sus seguidores para asegurar su
lealtad. A partir del siglo IX, la aristocracia logró convertir la propiedad de
la tierra y ese poder de mando en hereditarios gracias al Capitular de
Quierzy, una autorización del rey de Francia Carlos “el calvo” (en la
imagen a la derecha) del año 877.
Para muchos historiadores, esta es la forma en la que el Feudalismo fue
formándose, de manera gradual, en un proceso que llevó varios siglos y
terminó de consolidarse en el siglo IX.
La Organización política del Feudalismo

Tal como señalamos al comienzos de esta clase, uno de los aspectos definitorios
del Feudalismo es la fragmentación del poder político en manos de un conjunto
de aristócratas laicos (guerreros) y eclesiásticos (funcionarios de la Iglesia). Los
historiadores afirman que en el Feudalismo el poder político está atomizado o
disperso, en lugar de estar concentrado en manos de un rey o gobernante. ¿Qué
implica esto?
Que, como vimos, los reyes de la Europa medieval tuvieron que ir entregando
tierras a los aristócratas (que comenzaron a recibir el título de Señores feudales -
Sir en el área inglesa, Sire, en la francesa, Señor en en la española, Signore en la
italiana y Herr en la alemana-) a cambio de su apoyo, lealtad y acompañamiento.
Esto debilitó a las monarquías, a la vez que fortaleció a estos señores feudales,
que tenían amplios territorios en los cuales ejercían el poder de mando (en la
Edad Media se llamaba “poder de ban” o poder jurisdiccional -ya que tenían una
jurisdicción o área sobre la cual lo aplicaban-), estaban autorizados a cobrar
diferentes tipos de rentas sobre los campesinos y ejercían justicia sobre toda la
población que habitaba en ellos.
Los señores feudales eran ricos, poderosos y socialmente prestigiosos. Además se
dedicaban a la guerra y tenían grupos de guerreros que peleaban con ellos y los
ayudaban, tal como ellos mismos hacían con los reyes.
Las monarquías en el Feudalismo
¿Y qué sucedió con los reyes en Europa Occidental durante este
periodo?
Las monarquías, tal como dijimos, no desaparecieron, pero sí se
debilitaron mucho. Los reyes siguieron siendo considerados enviados
de Dios para gobernar al pueblo, y la Iglesia compartía, reforzaba y
difundía esta imagen, ya que estaba aliada con las monarquías y recibía
tierras por las que, al igual que los señores feudales laicos, no debía
pagar impuestos y tenía el derecho de cobrar rentas y de ejercer justicia
en ellas.
Los reyes debían ser generosos con los señores y recompensarlos con
tierras por su ayuda y servicio. Cada vez que el rey entregaba territorios,
su poder y su riqueza disminuían, pero no tenía otra alternativa para
lograr el apoyo militar y la lealtad de los señores, a los que necesitaba.
La ayuda y el consejo de los señores feudales eran imprescindibles para
los reyes cuando debían ir a la guerra contra otros reinos o contra otros
pueblos.
Fue así como en algunos casos, ciertos señores feudales lograron ser
más ricos y poderosos que algunos reyes europeos. Los reyes
medievales pasaron a ser considerados en sus reinos como Primus
Inter Pares, que quiere decir un primero entre iguales. Esto significa que
eran los más prestigiosos e importantes en teoría, pero que eran pares o
iguales con los señores… y sin duda tenían menos poder que el conjunto
de los señores.
Los pactos feudo-vasalláticos

Esta organización política del Feudalismo se construyó a partir de un tipo


particular de vínculo entre el rey y los señores feudales y también de los
señores feudales entre sí: los pactos feudo-vasalláticos.
¿Qué eran estos pactos? Eran acuerdos que realizaban voluntariamente el
rey con señores feudales particulares y también los propios señores entre sí
(eran acuerdos entre hombres libres) en los que se formalizaba un vínculo y
un compromiso entre ellos con obligaciones para ambas partes.
Mediante este pacto, el rey o un señor importante (denominado concedente)
otorgaba a otro señor de menor rango e importancia (denominado vasallo)
unas tierras (denominadas feudo) y el derecho de mandar (poder de ban),
cobrar rentas y ejercer justicia en ellas. A cambio, el concedente se convertía
en vasallo u hombre del concedente, le rendía homenaje y le prometía
fidelidad, consejo y apoyo político y militar. El vasallo juraba brindar
auxilium et consilium (ayuda y consejo, en latín) a su señor a cambio de la
tierra y los derechos que acababa de conseguir.
Los pactos feudo-vasalláticos garantizaban a los señores feudales la
inmunidad en sus tierras, esto es, la seguridad de que nadie podría entrar a
su territorio sin que ellos lo autorizaran.
Se consideraba que este pacto era sagrado, y quien lo violara cometería un
acto de felonía (traición) que era una de las peores cosas que podía hacer
un señor.
Los señores podían establecer pactos feudo-vasalláticos entre sí y, de
hecho, este tipo de compromisos se multiplicaron en Europa Occidental a
partir del siglo IX. De este modo se formó una verdadera pirámide feudal
(o pirámide de infeudaciones):
- Los reyes establecían acuerdos con los llamados grandes señores
(podían hacerlo con señores menores, pero preferían hacerlo con los más
importantes), aquellos que tenían los títulos de condes, duques o
marqueses. Eran señores feudales ricos, poderosos y prestigiosos. El rey
se ubicaba así en el primer escalón de la pirámide feudal. También podían
darse casos de pactos de este tipo entre dos reyes.
- Estos grandes señores (que integraban el segundo escalón), a su vez,
poseían grandes territorios y tenían a otros nobles, de un rango menor, con
los que también establecían estos pactos: los castellanos. Estos
castellanos estaban en el tercer escalón, dominaban territorios más
reducidos que los grandes y lo que los diferenciaba de los señores
menores era que poseían un castillo (de ahí su nombre).
- Finalmente, en el escalón más bajo de la pirámide feudal (que no debe
confundirse con la pirámide social de la Edad Media) se encontraban los
caballeros. Estos eran guerreros que poseían un caballo y eran
recompensados con porciones de territorio más pequeñas a cambio de su
fidelidad. Hacían pactos con los castellanos, pero también con los grandes.
Todos estos sectores eran parte de la aristocracia guerrera, tenían tierras,
prestigio, derechos y numerosos privilegios.
La Pirámide de infeudación

Rey

Condes/Duques/ Condes/Duques/
Marqueses Marqueses

Castellano Castellano Castellano Castellano


s s s s

Caballeros Caballeros Caballeros Caballeros Caballeros


Los pactos feudo-vasalláticos poseían todo un ritual, es decir, se
realizaban mediante ceremonias que tenían una serie de pasos
establecidos que solían repetirse.
En general se realizaban en una Iglesia, con la presencia de algún
funcionario religioso, aunque también podían concretarse en un
castillo.
El concedente permanecía de pie o sentado, mientras que el
vasallo debía arrodillarse. Ambos prometían fidelidad mutua y
realizaban un juramento sobre la Biblia, para mostrar el carácter
sagrado del vínculo, realizado ante los ojos de Dios.
El concedente a menudo entregaba una rama o un poco de tierra
en una bolsa de tela. Esto simbolizaba la entrega del feudo.
Algunas veces (en los juramentos de los caballeros) solían Arriba, el
entregarse espadas, como símbolo del poder que se otorgaba. Inmixtio
El vasallo colocaba sus manos entre las del concedente, para manum.
simbolizar que se convertía en su hombre, que se encomendaba a
él. Este paso se llamaba Inmixtio manum.
Finalmente ambos se besaban en los labios, dándose el osculum Abajo, el
(beso) que significaba que se había sellado la unión. osculum. En
Convertirse en vasallo de otro señor no tenía para los aristócratas ambos
un sentido humillante o degradante, ya que se consideraba que casos se
este vínculo era honorable y prestigioso. trata de
miniaturas
medievales.
Juramento y homenaje (arriba) e Inmixtio manum
(derecha)
La Sociedad Feudal
La sociedad feudal era una sociedad estamental. Esto
significa que estaba integrada por estamentos, es decir
sectores sociales entre los cuales la movilidad es muy
reducida o prácticamente inexistente. Para quien nacía en el
sector o estamento campesino, era prácticamente imposible
lograr ascender socialmente, porque se consideraba que el
nacimiento (o la “sangre”) de la persona determinaba su
condición social. Así, por más que un campesino o un
artesano se enriquecieran, jamás podrían alcanzar la
condición de un señor feudal.
A su vez, por más que un señor feudal perdiera toda su
riqueza y sus tierras, su condición social y su prestigio
seguirían siendo elevados, ya que se consideraba “de noble
cuna” o “de sangre azul”.
La sociedad feudal se representa con una pirámide social
(que no hay que confundir con la pirámide de infeudaciones
que vimos) con el rey y la aristocracia laica y eclesiástica
(señores feudales) como sectores privilegiados y los
campesinos en la base, como aquellos que sostienen con su
trabajo a los demás, como el sector no privilegiado de la
sociedad.
La aristocracia (nobleza)
El sector privilegiado estaba conformado por la aristocracia, también llamada nobleza.
¿Cuándo hablamos de aristocracia y cuándo de nobleza? El término aristocracia hace
referencia al predominio político y a la influencia de los sectores más altos de la sociedad
(viene de los términos griegos aristoi, los mejores y kratos, poder o gobierno). Por su parte
el término nobleza (del latín nobilitas) hace referencia al nacimiento, o al origen social de
la persona. En la Edad Media, ambos términos pueden utilizarse para caracterizar al grupo
dirigente integrado por la realeza y los señores feudales.
Este sector estaba integrado por una aristocracia (o nobleza) laica, que se dedicaba a la
guerra y a la política y una aristocracia (o nobleza) eclesiástica, que se dedicaba al
manejo de los asuntos religiosos. En ambos casos se trata de grupos privilegiados,
propietarios de tierras (en el caso de la aristocracia eclesiástica la tierra pertenecía a la
Iglesia como institución, pero la gestionaban sus funcionarios), dotados de poder de mando
y de la capacidad de ejercer justicia. Tenían el derecho de cobrar rentas sobre un
campesinado dependiente, que estaba obligado a trabajar para ellos y a obedecerles. Un
privilegio que poseían estos nobles o aristócratas es que no debían pagar impuestos.
Los laicos solían habitar en sus castillos y se dedicaban a la guerra (imagen de la derecha
arriba) y a los torneos (imagen de la derecha abajo) y exhibiciones militares. Los
eclesiásticos vivían en monasterios o abadías en el campo y junto a los edificios religiosos
en las ciudades y se dedicaban a las actividades de culto.
Para la aristocracia, el lujo y la ostentación de riquezas formaban parte de su status social,
es por esto que gastaban constantemente en bienes suntuarios para demostrar su poder
al resto y tratar de demostrar su superioridad social.
Los campesinos
medievales
El sector más numeroso de la población era el de los campesinos. Eran
más del 90% de la población y los que sostenían a los demás con su trabajo.
La mayor parte del campesinado estaba sometida a relaciones de
servidumbre, es decir que tenía una situación de semilibertad (movilidad
reducida, sometimiento al señor, obligación de pagar rentas): habitaba en
tierras de los señores y debía trabajar duramente para pagar la renta y
subsistir. Algunos campesinos eran jurídicamente libres, pero estaban en
tierras de los señores y debían pagar rentas para poder permanecer allí.
Otros (la menor parte) eran libres y propietarios de sus tierras, llamadas
alodios.
Los campesinos eran autosubsistentes, ya que
producían prácticamente todo lo que consumían
(alimentos, vestimenta, muebles). Algunas cosas
debían obtenerlas en el mercado, porque no podían
fabricarlas (objetos de metal, por ejemplo) y también
comenzaron a vender su producción en el mercado
cuando tuvieron que pagar rentas en dinero.
Vivían en aldeas, aunque el hábitat podía ser
agrupado (una zona de casas campesinas, separada
de los campos de cultivo) o disperso (las casas de los
campesinos estaban a cierta distancia una de otra y
cada una estaba junto a sus tierras de cultivo). La
casa campesina era muy pobre (imagen superior a la
derecha), no poseía habitaciones y todos vivían y
dormían juntos, hacinados, lo que facilitaba la
transmisión de enfermedades. Además, en muchos
casos, los animales domésticos pasaban la noche
dentro de las casas campesinas, por seguridad y
como fuente de calor. La higiene personal era
realmente escasa. Vivían siempre al límite de la
subsistencia y sus condiciones de existencia solían
ser penosas. Estaban sometidos a una dura
explotación por parte de los señores, quienes exigían
constantemente el pago de rentas para incrementar
su consumo suntuario.
La Iglesia Católica medieval: control social,
cultural y epistemológico
Para comprender de modo íntegro el mundo medieval
y sus procesos debemos atender a sus características
fundamentales para luego poder profundizar en sus
especificidades.

Si aceptamos aquella premisa, debemos reconocer al


cristianismo católico como un aspecto cultural
hegemónico y fundamental dentro de la sociedad
medieval europea de los siglos X y XII.

A su vez, si afirmamos lo anterior, debemos proceder a


identificar a la Iglesia Católica como la Institución que
custodia el ordenamiento social-cultural de aquel
escenario.
¿A qué nos referimos con hegemonía y
aparato cultural?
Para que la explicación anterior cobre sentido debemos
intentar definir los conceptos de “hegemónico” y
“aparato cultural”. Esto nos permitirá comprender los
aspectos fundamentales de esta clase:
Hegemónico: Cuando un pensamiento, o modo de
comprender el mundo material, logra traspasar todo
ámbito social, y por tanto consigue que dicho
entendimiento sea general a todo el espectro social,
puede ser considerado hegemónico.

Aparato cultural: Se trata de los códigos sociales,


conocimientos, tradiciones, costumbres, compartidos por
una sociedad, o extracto social determinado. Identificar
los mismos nos permite conocer mejor la sociedad, o
grupo que deseamos estudiar.
¿Cómo se explica el ordenamiento
social de la Europa occidental entre
los siglos X y XI?
 Tal como venimos analizando, el ordenamiento
social refiere al modo de regular al conjunto de la
sociedad de acuerdo a determinados criterios.
Entonces… ¿Quién dispone aquellos criterios que
regularán dicho ordenamiento?.

 Si seguimos la lógica de la clase la respuesta resulta


obvia. El cristianismo católico, a través de la Iglesia
Católica dirigida desde Roma, como modo
hegemónico de entendimiento del mundo funcionó
como organizador de la sociedad.

Analicemos lo anterior leyendo a los protagonistas del


período que estamos estudiando.
“La Teoría de los Tres Órdenes”: el
ordenamiento social de Dios para la
humanidad
“El orden eclesiástico no compone sino un sólo cuerpo. En cambio
la sociedad está dividida en tres órdenes. Aparte del ya citado, la
ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo que no se
rigen por la misma ley. Los nobles son los guerreros, los protectores
de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo
que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos.
La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no
posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministradas a
todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos.
Así pues la ciudad de Dios que es tenida como una, en realidad es
triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres órdenes
viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno
de éstos órdenes permite los trabajos de los otros dos. Y cada uno a
su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en
vigor el mundo ha estado en paz. Pero, ahora, las leyes se debilitan
y toda paz desaparece. Cambian las costumbres de los hombres y
cambia también la división de la sociedad.”

ADALBERON DE LAON, "Carmen ad Robertum regem francorum" (a.998) en M.


Artola, "Textos fundamentales para la Historia", Alianza, Madrid, 1968, p. 70.
Ordenamiento social entre los
siglos X-XI. El orden divino perfecto
“La razón de ser de los corderos es proporcionar leche y lana; la de los bueyes
trabajar la tierra, la de los perros defender de los lobos a los corderos y a los
bueyes. Si cada especie de esos animales cumple su oficio, Dios los protege [...].
Igual hace con los órdenes que ha establecido con vistas a los diversos oficios que
han de realizar en este mundo. Ha establecido a los unos –los clérigos y los
monjes– para que rueguen por los otros y para que, llenos de dulzura como los
corderos, los empapen con la leche de la predicación y les inspiren con la lana
del buen ejemplo un ferviente amor de Dios. Ha establecido a los campesinos
para que hagan vivir –como los bueyes con su trabajo– a sí mismos y a los otros. A
otros, en fin –a los guerreros–, los ha establecido para que manifiesten la fuerza, en
la medida de lo necesario y para que defiendan de los enemigos, como de los
lobos, a los que ruegan y a los que cultivan la tierra”.

Eadmer de Canterbury a comienzos del siglo XI


(Teólogo inglés)

Tomado de Estudios de Historia medieval, Universidad de Buenos Aires, Facultad


de Filosofía y Letras, 1988, pág. 350.
Leamos la reflexión de un medievalista
respecto dicho ordenamiento social.
“La teoría de los tres órdenes se elaboró en el
pequeño mundo de los intelectuales. Según
esta teoría, Dios, desde la creación, ha dado a
los hombres tareas específicas. Unos tienen la
misión de rezar por la salvación de todos; otros
están llamados a combatir para proteger al
conjunto de la población, y al tercer grupo,
mucho más numeroso, le corresponde
mantener con su trabajo a las gentes de la
Iglesia y a las gentes de guerra. Este esquema
[...] servía para justificar las desigualdades
sociales y todas las formas de explotación
económica”

Duby,G. Guerreros y campesinos. Desarrollo


inicial de la economía europea, 500-1200.
México, Siglo XXI, 2009.
Georges Duby;
medievalista francés
Problematicemos conjunto a Perry Anderson, otro
gran historiador, respecto la sociedad feudal y la
actualidad “Entrevistador: –Esta sociedad que tiene Estados
débiles, que construye muros entre distintos sectores
y que privatiza la seguridad, ¿no es muy parecida a
la sociedad feudal?

Perry Anderson: –Se parece, pero hay diferencias [...]


(En ese momento) estaba la Iglesia cristiana, que
daba
un sentido de unidad y ayudaba a que la gente
aceptara esa sociedad [...] No había grandes masas
de gente excluida. El siervo, por más que su papel
hoy nos parezca poco honorable, estaba
completamente integrado a la comunidad. La
sociedad de esa época necesitaba su aporte y él
era consciente de eso. Ahora es diferente: los
marginales, los que no consiguen ningún trabajo ni
tienen casa, no se sienten necesarios.”

Fragmento de J. Halperín y
, “¿En qué nos parecemos a la sociedad feudal?“
(entrevista a Perry Anderson), Clarín, 2 de abril
Perry Anderson; historiador de1994
inglés
Pongamos en comunión lo
estudiado hasta aquí
Cuando Duby afirma que aquel esquema social “servía
para justificar las desigualdades sociales y todas las formas
de explotación económica” está confirmando que la
desigualdad y roles sociales son aceptados dado que todos
los integrantes del conjunto social comparten la visión
cristiana católica del orden social. El cristianismo católico es
culturalmente hegemónico en la sociedad medieval.
Andreson, por su parte, nos invita a pensar que más allá de
la condición de explotación a la que el siervo era sometido,
éste se sentía integrado y necesario en dicho ordenamiento;
acepta su rol y lo entiende como una parte del todo.

Conclusión: el ordenamiento social europeo, a partir de los


siglos X y XI, obedece al aparato cultural católico y por
tanto es posible decir que éste resulta hegemónico.
Esquema para recordar la
formulación social analizada
La Paz de Dios: otra evidencia del control
social ejercido por el alto clero
Dada la conflictividad y enfrentamiento entre los aristócratas durante el
siglo X y parte del XI, la Iglesia busco mediar y ordenar dicha situación.
Podríamos vislumbrar que los motivos de dicha intervención refieren
tanto a cuestiones espirituales y materiales:

 En lo espiritual social: la Iglesia debe responder ante un orden social


que, producto de los combates entre señores, se ve “dañado” e
impide la voluntad de Dios.

 En lo material: las propiedades eclesiásticas sufrieron dureza la


violencia y eran víctima de saqueo de sus tierras y robo de sus
peculios.

A mediados del siglo X entonces surgió un movimiento de reforma social


de la mano de la Iglesia que estipuló una moderación del
comportamiento de la aristocracia en pos de encausar la violencia
intra-señorial.

Veamos de que se trataba…


Paz y tregua de Dios
Se restringió la violencia dando una serie de
directivas que incluían la prohibición de atacar a
indefensos y desarmados, la directa negativa de
intrusión y ocupación de cualquier templo.

Los castigos por la violación de dichas premisas


resultaban de orden religioso (la excomunión o
negativa a ser sepultado de modo cristiano).

Se llegó a estipular tiempos específicos para la


realización de la guerra; por ejemplo los días
santos, domingos y los períodos previos a las
festividades cristianas de Navidad o Pascua.
Las universidades medievales, las cuales llegaron
a su esplendor a partir del siglo XII, responden al
desarrollo de las llamadas “escuelas monásticas”
y “escuelas catedralicias”.
En cuanto al plano temporal podemos centrar su
existencia entre los siglos IX y XI. Las escuelas
monásticas, tal vez las primeras instituciones
dedicadas a la preservación y transmisión de la
cultura antigua, tuvieron como protagonistas a los
miembros del clero regular y su función era la de
acompañar las tareas manuales realizadas en los
monasterios en pos de elevar el espíritu
conciliando la educación clásica con las
enseñanzas del evangelio.
Las escuelas catedralicias, continuadoras
de la acción nacida en las abadías y
monasterios, tuvieron durante el siglo XI su
apogeo estableciéndose en cada ciudad
poseedora de una Catedral (Chartes,
Reims, París, Laon, Soissons) tuvieron como
finalidad formar como letrados a
aquellos hombres que oficiaran como
Sacerdotes aunque también comenzaron
a recibir individuos laicos que buscaban
instrucción y formación en las artes de la
antigüedad. La educación resultaba, para
la aristocracia, parte del herramental
necesario para su labor de control y
dominio político. Los Consejos de nobles,
ya desde el siglo X, comenzaron a
involucrar Letrados en sus filas.

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