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Historia Moderna y Contemporánea de La Educación
Historia Moderna y Contemporánea de La Educación
Educación
Lic. y Prof. en Cs. De la Educación
U.N.S.A.M.
La formación cristiano feudal y la emergencia del mundo
burgués: saberes y prácticas educativas diferenciadas en
la Europa Medieval
POSIBLES CAUSAS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO
ROMANO DE OCCIDENTE (476 d.C.)
Su sistema de gobierno era una monarquía, donde el rey era elegido por la
nobleza guerrera. Dicha nobleza disfrutaba de una gran influencia política.
La nobleza guerrera formaba parte de un consejo, el cual prestaba su
asesoramiento al rey en la parte judicial y administración de recursos.
Existían tribus conformadas por familias, quienes se dedicaban a trabajar
la tierra de forma comunitaria.
Los germanos contaban con una asamblea de guerreros, conocidos también
como hombres libres, quienes decidían asuntos relacionados con la tribu,
además de propuestas de los jefes y actos judiciales.
La fidelidad era algo sumamente importante que los hombres libres debían
demostrar ante sus jefes, quienes les daban recompensas y también su
protección.
Entre los germanos existía lo que se conoce como derecho consuetudinario,
el cual consistía en leyes orales que se convertían en cultura con el uso.
Aspectos religiosos de los pueblos germanos
Comencemos con una definición básica de lo que vamos a estudiar en esta clase: el Feudalismo
es un sistema (o modo de organización) político, social y económico, que se caracteriza por la
fragmentación del poder político en manos de una aristocracia (o nobleza) laica (guerreros) y
eclesiástica (miembros de la Iglesia católica) y por la apropiación privada de la tierra por parte
de esa aristocracia privilegiada, que posee diversos derechos sobre un campesinado
dependiente. Surge en Europa Occidental y se consolida a partir del siglo IX.
¿Qué significa esto? Que, a diferencia de otros sistemas (o modos de organización) estudiados
hasta ahora, en el Feudalismo la capacidad de mando no está concentrada en un rey con poder
absoluto y plena propiedad de la tierra (aunque la figura del rey no desaparece en este periodo),
sino que se encuentra repartida entre un conjunto de aristócratas o nobles (que conforman un
sector privilegiado). Como veremos, esta clase social, es la dueña de la mayor parte de la tierra y
posee plena capacidad de mando en sus territorios, incluyendo el derecho a cobrar rentas y a
ejercer justicia sobre los campesinos, quienes constituyen la mayor parte de la población (y
conforman, en su gran mayoría, el sector no privilegiado de la sociedad). Esta aristocracia es
poderosa y privilegiada porque posee o bien la fuerza militar (sector laico o guerrero) o el control
de la religión (sector eclesiástico).
Las tesis sobre el origen del Feudalismo (I)
Como en tantos temas que estudia la Ciencia Histórica, los historiadores no están completamente de
acuerdo acerca de los orígenes del Feudalismo. Se destacan dos grandes tesis o explicaciones para
tratar de comprender cuándo, cómo y por qué surge el Sistema Feudal...
Guerreros germánicos
Si bien las monarquías fueron dejando de ser electivas para pasar a ser
hereditarias, los reyes romano-germánicos aún tuvieron que continuar
ganándose el apoyo y la lealtad de los guerreros, reunidos ahora en el
consejo del rey (o Curia Regis). Más allá de los regalos suntuarios y las
celebraciones que los reyes continuaron realizando, los monarcas
comenzaron a recompensar a los guerreros con extensos territorios,
dándoles además la capacidad de cobrar rentas, de mandar y de ejercer
justicia (en su nombre) en ellos. A lo largo del tiempo esta práctica fue
fortaleciendo a la aristocracia terrateniente, que acompañaba militarmente
a los reyes pero que resultaba cada vez más difícil de controlar a causa
del gran poder político, económico y militar que iba acumulando con el
correr del tiempo. La Iglesia, aliada de las monarquías, también recibía
tierras y poder político.
Es así como durante los siglos VI, VII y VIII, las aristocracias se
fortalecieron y los reyes fueron perdiendo poder, al tener que entregar
territorios y capacidad de mando a sus seguidores para asegurar su
lealtad. A partir del siglo IX, la aristocracia logró convertir la propiedad de
la tierra y ese poder de mando en hereditarios gracias al Capitular de
Quierzy, una autorización del rey de Francia Carlos “el calvo” (en la
imagen a la derecha) del año 877.
Para muchos historiadores, esta es la forma en la que el Feudalismo fue
formándose, de manera gradual, en un proceso que llevó varios siglos y
terminó de consolidarse en el siglo IX.
La Organización política del Feudalismo
Tal como señalamos al comienzos de esta clase, uno de los aspectos definitorios
del Feudalismo es la fragmentación del poder político en manos de un conjunto
de aristócratas laicos (guerreros) y eclesiásticos (funcionarios de la Iglesia). Los
historiadores afirman que en el Feudalismo el poder político está atomizado o
disperso, en lugar de estar concentrado en manos de un rey o gobernante. ¿Qué
implica esto?
Que, como vimos, los reyes de la Europa medieval tuvieron que ir entregando
tierras a los aristócratas (que comenzaron a recibir el título de Señores feudales -
Sir en el área inglesa, Sire, en la francesa, Señor en en la española, Signore en la
italiana y Herr en la alemana-) a cambio de su apoyo, lealtad y acompañamiento.
Esto debilitó a las monarquías, a la vez que fortaleció a estos señores feudales,
que tenían amplios territorios en los cuales ejercían el poder de mando (en la
Edad Media se llamaba “poder de ban” o poder jurisdiccional -ya que tenían una
jurisdicción o área sobre la cual lo aplicaban-), estaban autorizados a cobrar
diferentes tipos de rentas sobre los campesinos y ejercían justicia sobre toda la
población que habitaba en ellos.
Los señores feudales eran ricos, poderosos y socialmente prestigiosos. Además se
dedicaban a la guerra y tenían grupos de guerreros que peleaban con ellos y los
ayudaban, tal como ellos mismos hacían con los reyes.
Las monarquías en el Feudalismo
¿Y qué sucedió con los reyes en Europa Occidental durante este
periodo?
Las monarquías, tal como dijimos, no desaparecieron, pero sí se
debilitaron mucho. Los reyes siguieron siendo considerados enviados
de Dios para gobernar al pueblo, y la Iglesia compartía, reforzaba y
difundía esta imagen, ya que estaba aliada con las monarquías y recibía
tierras por las que, al igual que los señores feudales laicos, no debía
pagar impuestos y tenía el derecho de cobrar rentas y de ejercer justicia
en ellas.
Los reyes debían ser generosos con los señores y recompensarlos con
tierras por su ayuda y servicio. Cada vez que el rey entregaba territorios,
su poder y su riqueza disminuían, pero no tenía otra alternativa para
lograr el apoyo militar y la lealtad de los señores, a los que necesitaba.
La ayuda y el consejo de los señores feudales eran imprescindibles para
los reyes cuando debían ir a la guerra contra otros reinos o contra otros
pueblos.
Fue así como en algunos casos, ciertos señores feudales lograron ser
más ricos y poderosos que algunos reyes europeos. Los reyes
medievales pasaron a ser considerados en sus reinos como Primus
Inter Pares, que quiere decir un primero entre iguales. Esto significa que
eran los más prestigiosos e importantes en teoría, pero que eran pares o
iguales con los señores… y sin duda tenían menos poder que el conjunto
de los señores.
Los pactos feudo-vasalláticos
Rey
Condes/Duques/ Condes/Duques/
Marqueses Marqueses
Fragmento de J. Halperín y
, “¿En qué nos parecemos a la sociedad feudal?“
(entrevista a Perry Anderson), Clarín, 2 de abril
Perry Anderson; historiador de1994
inglés
Pongamos en comunión lo
estudiado hasta aquí
Cuando Duby afirma que aquel esquema social “servía
para justificar las desigualdades sociales y todas las formas
de explotación económica” está confirmando que la
desigualdad y roles sociales son aceptados dado que todos
los integrantes del conjunto social comparten la visión
cristiana católica del orden social. El cristianismo católico es
culturalmente hegemónico en la sociedad medieval.
Andreson, por su parte, nos invita a pensar que más allá de
la condición de explotación a la que el siervo era sometido,
éste se sentía integrado y necesario en dicho ordenamiento;
acepta su rol y lo entiende como una parte del todo.