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EDAD MEDIA

Durante mucho tiempo se pensó que la Edad Media significó una parálisis del progreso, un período de
estancamiento, ubicado entre la gloria de la Antigüedad Clásica y el Renacimiento. Hoy se reconoce a esta
edad como una más de las que constituyen la evolución histórica, con sus propios procesos de desarrollo.
No es cierto que haya sido una etapa oscura, sino que sentó las bases para los desarrollos de la
modernidad.
Inicios de la edad media:
Durante este período se producen tres procesos históricos preponderantes:
* Aparición de los germanos (llamados bárbaros)
* Destrucción del mundo Antiguo
* Propagación y triunfo de la religión cristiana.
El imperio romano había logrado su mayor esplendor cultural y territorial cuando comenzaron las
relaciones con los pueblos que habían quedado fuera de esas fronteras. Fueron bautizados “bárbaros”,
pero no eran un solo pueblo, sino muchos distintos que sólo tenían en común “estar del otro lado”. Al
comunicarse, los bárbaros incultos se “romanizaron”, mientras que los cultos romanos se “barbarizaron”.
Los primeros conocidos, en el siglo I, fueron los germanos: grupos de cazadores de mínima cultura, que
se ocupaban de sumar cabezas de ganado pero no cultivaban la tierra, se abrigaban con pieles de
animales y no manejaban la escritura ni construían casas. Su principal actividad era la guerra y la
demostraron invadiendo el imperio varias veces (llegaron a tomar Roma en el 410), cada vez fueron
rechazados, por fuerza o dinero. Con el tiempo fueron incorporados como aliados al Imperio.
Las costumbres romanas estaban en crisis y hasta la religión fue cambiada. En el año 325 el emperador
Constantino presidió el Concilio de Nicea donde se fijaron las bases del cristianismo como religión
organizada y oficial del Imperio.
Nuevas invasiones debieron ser rechazadas por emperadores cada vez más débiles para sostener la
unión del territorio. En 395 el emperador Teodosio (general de origen español) dividió definitivamente el
Imperio entre sus dos hijos. Oriente con capital en Constantinopla demostró ser menos débil que Occidente
con capital en Roma.
En el 451, las legiones romanas formadas por el ejército regular y bárbaros contratados rechazaron en la
Galia a Atila y los hunos. El llamado “azote de Dios” retornó a saquear Roma y sólo se detuvo cuando los
negociadores del Papa le ofrecieron una suma que no pudo rechazar. En el 476 los grupos bárbaros de
vándalos y alanos ya se habían establecido como reyes de Italia, aunque en Roma todavía había un
emperador. Ese año el jefe Odoacro destronó al emperador Rómulo Augústulo y puso fin, formalmente, al
Imperio Romano de Occidente. Sin embargo, este evento no fue iniciador de una nueva época para sus
contemporáneos.
A finales del siglo V, varios procesos de larga duración, entre ellos la grave situación económica y las
invasiones y asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio Romano, cambiaron Europa. Durante los
siguientes 300 años Europa occidental mantuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la cultura del
Imperio romano, que nunca llegó a perderse por completo.
Legado romano:
El legado cultural romano se basó en lo adquirido de los griegos, pero su reinterpretación lo hizo único.
Artes: desarrollaron la arquitectura logrando expresiones de gran volumen y diseño gracias al arco de
medio punto y la bóveda (arcos de triunfo, templos, foros, basílicas, acueductos, carreteras, circos y termas
pueden observarse aún hoy). Pintura y escultura imitaron y perfeccionaron los estilos griegos. Letras: el
Latín fue su lengua y su presencia y adopción en los extremos del Imperio por los pueblos bárbaros formó
las actuales lenguas romances. Lograron desarrollar el Teatro, la Historia, la Filosofía, pero su aporte fue el
Derecho Romano (que aún inspira las leyes de occidente).
TEMPRANA EDAD MEDIA (s. V a VIII)
Fragmentación de la autoridad en Europa Occidental:
Luego de la caída del Imperio no existió un gobierno unitario y las diferencias entre las tribus permitieron
la formación de reinos. El desarrollo político y económico era fundamentalmente local y el comercio regular
desapareció casi por completo, aunque la economía monetaria nunca dejó de existir del todo. Los distintos
reinos bárbaros fueron: * Vándalos en África del N. * Ostrogodos en Italia. * Anglos y Sajones en Bretaña.
* El primero organizado fue el de los Francos seguidores de Clodoveo, iniciador de la dinastía merovingia.
* El reino de los Visigodos en España se debió a que las tribus que estaban en Francia fueron desalojadas
por Clodoveo; en España se organizaron alrededor de Toledo con una monarquía electiva que impuso la
romanización. Fueron invadidos en el 711 por los musulmanes, lo que separó a España del resto de
Europa, ya que solo se dedicaron a combatirlos durante 8 siglos.
Los pobladores vivían en un clima de inseguridad constante que impedía el comercio y acentuó la vida
rural, los campesinos comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para
obtener su protección, defensa guerrera y una rudimentaria justicia, en lo que constituyó el germen del
régimen señorial siguiendo el camino de la relación romana entre patrón y cliente.
Imperio Bizantino:
El Imperio Bizantino era el territorio conocido como Imperio Romano de Oriente, con capital en
Constantinopla, si bien era el continuador de Roma, su base era el territorio de la antigua Grecia, cuyo
idioma reemplazó al latín. Su existencia se prolongó gracias a la ubicación estratégica de Constantinopla
que la hacía inconquistable aunque durante años debió soportar los intentos de invasiones persas y turcas.
Todo el poder estaba en el emperador, que también era cabeza de la Iglesia, (estuvo separada de la de
occidente, por lo que siguió caminos independientes que hasta hoy están separados). La designación del
emperador dependía de las tropas, el senado y el pueblo. Su mejor emperador fue Justiniano que organizó
las leyes bajo el Código de Justiniano. El legado de Bizancio es amplio en cultura, pero lo más importante
es que actuó como escudo protector para los reinos de occidente, al contener a árabes y turcos.
El Islam:
El Islam, imperio formado por los árabes seguidores de la religión propuesta por Mahoma (profeta de un
Dios único, Alá), difundió entre los nómades de los desiertos una creencia rígida de principios militantes, ya
que debía ser impuesta a los infieles. Su libro sagrado es el Corán (que alentaría la Guerra Santa). La
expansión se realizó por Asia y África, hasta confrontar a Bizancio y los grupos españoles, donde fueron
detenidos.
El sistema del Islam era un gobierno cuya cabeza era el califa (poder político y religioso), las provincias
del Imperio tenían mucha autonomía, por lo que varias veces hubo luchas internas. Su legado consiste en
el desarrollo de artes y ciencias que estuvieron mucho más adelantadas que las europeas.
La Iglesia:
La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido
una fragmentación de la autoridad. Todo el poder estaba en las manos de los obispos de cada región. El
papa tenía un cierto privilegio por ser sucesor de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien Cristo le
había otorgado la autoridad, pero la idea de “Iglesia encabezada por el Papa” demoró 500 años más.
Se veían a sí mismos como una comunidad espiritual de creyentes, exiliados del reino de Dios en un
mundo hostil hasta el día de la salvación. Los miembros más destacados estaban en los monasterios,
diseminados por toda Europa y alejados de la jerarquía eclesiástica.
En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el calendario y las reglas
monásticas (de los monasterios), opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Con estas medidas se
conservaba la tradición cultural del Imperio romano. Varias de estas tendencias no lograron su objetivo,
sino que fueron condenadas como herejías (contrarias a la fe cristiana) y colocaron a la Iglesia en posición
de enfrentarse a verdaderas guerras civiles entre los distintos creyentes.
Vida cultural:
La actividad cultural durante los inicios de la edad media consistió principalmente en la conservación del
conocimiento del pasado y se copiaron y comentaron las obras de autores clásicos. Se escribieron obras
enciclopédicas, como las Etimologías (623) de san Isidoro de Sevilla, en las que su autor pretendía
compilar todo el conocimiento de la humanidad. Se estudiaba la Biblia: todo aprendizaje llegó a ser
considerado como una mera preparación para la comprensión del Libro Sagrado.

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