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Ensayo - 2
Ensayo - 2
Sostenible"
Presentado Por:
Junior Andrés López Moreno
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Educación, Salud y Desarrollo Sostenible: Forjando un Futuro Equitativo
Tal como plantean Álvarez, López, Sáenz (2008), Los objetivos para el desarrollo
sostenible marcan la necesidad de una educación para el desarrollo sostenible que logre
mantener la salud planetaria. Así, las instituciones de educación superior que forman a
profesionales sanitarios deberían considerar la integración de competencias para
promover la salud planetaria. Las competencias para lograr la salud planetaria incluyen
los desplazamientos debidos al cambio climático, las poblaciones vulnerables como
niños, ancianos o los más pobres, la seguridad del agua y alimentaria, la carga de
enfermedades infecciosas, las catástrofes como inundaciones o temperaturas extremas,
los contaminantes aéreos, o los efectos en la salud mental. De esta forma, la educación
para el desarrollo sostenible pretende dotar y capacitar al alumnado con los
conocimientos, las habilidades y las actitudes para que pueda ser eficaz en la resolución
de los retos de la salud planetaria, como son la interdependencia de los ecosistemas y la
salud humana, incluyendo los efectos del cambio ambiental en la salud, así como el
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impacto del sector sanitario y su dependencia del medio ambiente. Algunas universidades
europeas ya han empezado a sostenibilizar la formación de profesionales sanitarios,
siendo ejemplos de los pasos necesarios a seguir.
Por otro lado, se enfatiza la necesidad de una educación para el desarrollo sostenible que
aborde la salud planetaria. Esto implica integrar competencias en la formación de
profesionales de la salud para abordar desafíos como el cambio climático, la seguridad
alimentaria y del agua, y la gestión de desastres naturales. Se argumenta que esta
educación debe capacitar a los alumnos con conocimientos, habilidades y actitudes para
resolver estos desafíos, reconociendo la interdependencia entre los ecosistemas y la salud
humana. Se destaca, además, la importancia de sostenibilizar la formación de
profesionales de la salud como un paso hacia un futuro más saludable y sostenible.
Por otro lado, la salud de los individuos está estrechamente vinculada a su capacidad para
acceder a una educación de calidad. La falta de acceso a servicios de salud adecuados
puede resultar en enfermedades crónicas o condiciones de salud precarias que impactan
directamente en la capacidad de los estudiantes para asistir regularmente a la escuela y
participar activamente en el proceso educativo. Además, las condiciones de salud
deficientes pueden afectar negativamente el rendimiento académico, ya sea debido a
ausencias frecuentes por enfermedad o a dificultades para concentrarse y aprender debido
a dolencias físicas o mentales no tratadas.
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dos áreas no solo se complementan entre sí, sino que también se refuerzan mutuamente,
creando un ciclo virtuoso en el que la educación y la salud se convierten en pilares
fundamentales para el crecimiento personal y el progreso social. Es por eso que hoy en
día, tal como plantea Horacio Ferreyra (2012), en el marco de una educación auténtica,
las humanidades no son solo una expresión de la experiencia humana, que se transmite de
generación en generación, sino que constituyen una oportunidad para transformar la
realidad y transformarse a partir de procesos de comprensión inteligente, compromiso
ético y construcción situada en torno a la mejora de lo humano. Las humanidades no
están ahí como piezas de museo o muestrario de las bellezas del pasado, sino que
motorizan nuevas búsquedas y transformaciones en lo personal y social.
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las dimensiones relevantes del desarrollo humano sostenible. Relying únicamente en las
ideas de Sowell para argumentar en contra de la importancia de la educación y la salud en
este contexto podría resultar en una visión parcial y limitada del tema.
Para finalizar, Podemos decir que la intersección entre educación y salud emerge como
un pilar fundamental para el bienestar humano y el progreso sostenible. Esta asociación
va más allá de una mera conexión; representa el motor que impulsa tanto el avance
individual como el colectivo. La educación, lejos de ser solo un medio para el desarrollo
intelectual, depende intrínsecamente de una base saludable para su pleno florecimiento.
De manera similar, la salud, arraigada en el conocimiento y los hábitos adquiridos a
través de la educación, se convierte en un elemento crucial para el progreso general. En
este diálogo entre educación y salud, se vislumbra la promoción de un bienestar integral y
un acceso equitativo a servicios de calidad como los pilares esenciales para construir una
sociedad más justa y equitativa.
La visión de Sowell (2010) aporta una perspectiva crítica al debate, argumentando que un
enfoque excesivamente centrado en la igualdad de resultados podría socavar los
estándares y desincentivar la excelencia, debilitando así la calidad de la educación y los
servicios de salud. Desde su punto de vista, abogar por una mayor libertad individual y
responsabilidad personal podría conducir a mejores resultados en términos de educación
y salud. Sin embargo, esta postura podría subestimar el papel crucial que desempeñan la
educación y la salud en la creación de sociedades más resilientes y prósperas.
Bibliografía
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1. Educación para el desarrollo sostenible. (2007). Recuperado de:
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000216756