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La Rebelión de Coré

Números 16:1–5
1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos
de Rubén, tomaron gente, 2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de
Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre. 3 Y se juntaron contra Moisés
y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio
de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová? 4 cuando oyó
esto Moisés, se postró sobre su rostro; 5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana mostrará
Jehová quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a Él; al que Él escogiere, Él lo acercará a sí.

Introducción
Este es otro episodio de rebelión y murmuración en el pueblo de Israel.
En este caso cuatro lideres principales del Israel se rebelan contra Moisés y Aarón. Coré (Levi-Coat), Datán,
Abiram y On (Rubén). Con ellos 250 príncipes de Israel
Consideraban que no solamente Aarón tenía potestad de hacer el trabajo sacerdotal (Numeros 16:3 “Y se
juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos
ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la
congregación de Jehová?”)
Y que el liderazgo de Moisés era también deficiente. Querían darle golpe de estado a Moisés y Aarón, sin
considerar que Dios fue quien los puso ahí.

La causa
Las cosas no habían ido bien para Israel, estaba condenados a vagar cuarenta años por el desierto.
Estos hombres culpaban a Moisés y Aarón por el fracaso de no entrar a la tierra prometida,
Pero la culpa era de todos ellos por no creer en la promesa de Dios y prestar oído a los espías incrédulos.
Así el ser humano busca culpar a otros de su fracaso, ciegamente se creen mejores y señalan duramente a
los que están en liderazgo cuando su situación es debida a sus malas decisiones.
Había amargura, incredulidad, envidia, presunción, rebeldía y vanidad en sus corazones la cual produjo
fruto de muerte.

La prueba
Moisés y Aarón tomaron la sabia decisión de no pelear su posición, estuvieron dispuestos a despojarse de su
liderazgo y presentarlo ante Dios para que Él decidiera.
Números 16:4–7
4 cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro; 5 y habló a Coré y a todo su séquito, diciendo: Mañana
mostrará Jehová quién es suyo, y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo
acercará a sí. 6 Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, 7 y poned fuego en ellos, y poned en
ellos incienso delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto os
baste, hijos de Leví.
Los lideres puestos por Dios no necesitan pelear su posición, lo ponen en las manos de Dios. (En una iglesia
un hermano criticaba mucho al pastor hasta que le tocó cubrirlo cuando enfermó.)

Dios no tolera la rebeldía


Coré había convencido al pueblo para estar contra Moisés y Aarón,
Dios declaró a Moisés que traería juicio, él intercedió por el pueblo y pidió castigo solo para los que se
revelaron.
Números 16:20–22
20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 21 Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en
un momento. 22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne,
¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?
Los cuatro lideres rebeldes fueron tragados por la tierra. Mientras que los 250 que tomaron incensarios
fueron consumidos por fuego.

Conclusión
Dios escoge a sus siervos para ejercer su liderazgo sobre la iglesia, somos investidos con una unción
ministerial la cual es la que se debe respetar más que a la persona. Si somos malos obreros tendremos más
condenación. En este caso fue Dios quien escogió a Moisés y Aarón y solo Él podía quitarlos.
Moisés ordena a la gente apartarse de estos rebeldes para que no sufrieran el juicio. De la misma manera
debemos apartarnos de los que hacen iniquidad para no ser participes de su castigo. 2 Corintios 6:17 “Por lo
cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré.”
Cuando enfrentemos el fracaso meditemos si es a causa de una mala decisión antes de señalar a otros.
Tristemente en esta historia los israelitas no aprendían la lección, al otro día seguían murmurando contra
Moisés y Aarón por lo que vino muerte, fue necesario que Aarón presentara ofrenda para detener la
mortandad.
Números 16:41–50 (RVR60)
41El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo:
Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová. 42Y aconteció que cuando se juntó la congregación
contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo había cubierto, y
apareció la gloria de Jehová. 43Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión. 44Y Jehová
habló a Moisés, diciendo: 45Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y
ellos se postraron sobre sus rostros. 46Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar,
y sobre él pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor ha salido de
la presencia de Jehová; la mortandad ha comenzado. 47Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés
dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él
puso incienso, e hizo expiación por el pueblo, 48y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la
mortandad. 49Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por
la rebelión de Coré. 50Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la
mortandad había cesado.
SEGUNDA…..

La rebelión de Coré
POR ADMIN · 13 ENERO, 2022

Tema 19

Núm 16:22 Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un
solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?
El hombre que levantó una de las rebeliones más trágicas en el Antiguo Testamente fue el levita Coré, Núm
16:1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los
hijos de Rubén, tomaron gente, Núm 16:2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los
hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre ; y por las escrituras se
denota que no era parte del pueblo común, sino un príncipe Levita que tenía el gran privilegio de ministrar al
pueblo de Dios, pero que al querer el sacerdocio de Aarón, se llenó de inconformidad, contra Moisés y
menosprecio su posición, Núm 16:8 Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví: Núm 16:9 ¿Os es poco
que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el
servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, Núm 16:10 y que te
hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio ? La
murmuración de Coré era notoria, Núm 16:11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra
Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis ? Pero esta murmuración ya había afectado y
contaminado a otros líderes del pueblo con rebelión, Núm 16:12 Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram,
hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá. Núm 16:13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una
tierra que destila leche y miel (tanto era la inconformidad en el corazón de estos hombres, que ven a Egipto,
como la tierra que fluye leche y miel), para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de
nosotros imperiosamente? Núm 16:14 Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has
dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos. Este es el resultado que
ocasionan los murmuradores dentro de las iglesias, el murmurador Coré ha dañado el corazón de estos
líderes para rebelarse contra su autoridad; En la versión del lenguaje sencillo dice más claramente: Núm
16:13 Bastante daño nos has hecho con sacarnos de un país en donde siempre había abundancia de
alimentos como lo era Egipto. Tú prometiste llevarnos a un territorio con muchos campos y muchas viñas, en
donde siempre habría abundancia de alimentos. ¡Pero sólo nos trajiste a morir a un desierto donde no hay nada
bueno! ¿Y aun así quieres que te obedezcamos y te sigamos? ¿Crees que estamos ciegos? ¡No queremos verte, ni
hablarte!», la murmuración de Coré cobra una advertencia importante porque creo una rebelión realmente
grave, pues el pueblo y los príncipes de Israel, lo seguían y si Dios no hubiese intervenido, posiblemente
hubiesen matado a Moisés y Aarón, Núm 16:19 Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la
congregación a la puerta del tabernáculo de reunión; entonces la gloria de Jehová apareció a toda la
congregación. Núm 16:20 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Núm 16:21 Apartaos de entre esta
congregación, y los consumiré en un momento. Y es que cuando alguien causa un problema de estos en las
iglesias, es visto delante de Dios de una manera realmente grave, pues este fue el problema del Querubín
rebelde y sus Ángeles que no quisieron sujetarse a sus autoridades, los que causan divisiones en las iglesias,
siguen le ejemplo del Querubín y por ello estas cosas son graves a los ojos de Dios, que si Moisés y Aarón no
hubiesen intervenido, Dios hubiese desaparecido a todo el pueblo, Núm 16:22 Y ellos se postraron sobre sus
rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte
contra toda la congregación? Todo el gran problema lo había ocasionado un solo hombre, un dirigente, un
príncipe de Israel, pero murmurador que había contaminado, a prácticamente todo el pueblo, pero en especial
a los príncipes incitadores Datan, Abiram, los cuales fueron llevados vivo al Seól, juntamente con su líder
Coré, sus familias y todas sus posiciones, Núm 16:31 Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas
palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Núm 16:32 Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a
sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Núm 16:33 Y ellos, con todo lo que
tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación . Y también
murieron por el fuego de Jehová los doscientos príncipes que se habían revelado igual que ellos, Núm 16:35
También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el
incienso. A pesar de todo el juicio que Dios había enviado, sobre Coré, Datan, Abiram y los doscientos
cincuenta príncipes, la semilla de la inconformidad y la murmuración ya estaba en el corazón de mucho
pueblo, pues el día siguiente ya estaban otra vez murmurando , Núm 16:41 El día siguiente, toda la
congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al
pueblo de Jehová. Esta última murmuración va a traer una mortandad severa sobre todo el pueblo que al final
fueron miles los que murieron por la inconformidad y la murmuración de un solo hombre, Núm 16:49 Y los que
murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré . Es triste
ver la calamidad, que puede traer un murmurador con autoridad dentro de las iglesias.
La murmuración es una de los pecados que dañan directamente la comunión en un iglesia y contamina el
ambiente sano de reunión, por eso es que este pecado es tan aborrecible para Dios, Pro 6:16 Seis cosas
aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Pro 6:17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos
derramadoras de sangre inocente, Pro 6:18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos
para correr al mal, Pro 6:19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre
hermanos. Seis cosas aborrecen Dios, y la séptima es la más detestable de todas estas cosas, pues la
murmuración no solo lleva la mala intención de contaminar y separar, sino en última instancia es el inicio de la
rebelión contra el orden de Dios.

EL VERDADERO MOTIVO DE LA REBELIÓN DE CORÉ Números 16:11-18


“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis
la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col 3:23-24)
Moisés pudo discernir el verdadero motivo que llevó a Coré a rebelarse, según el relato bíblico: “Dijo más Moisés a Coré:
Oíd ahora, hijos de Leví: ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él
para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, y que
te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio? Por tanto, tú y
todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?” (Nm 16:8-11).
En realidad, aquel grupo de levitas estaba insatisfecho porque no tenían la función sacerdotal de la casa de Aarón. Sin
embargo, a pesar de las palabras de Moisés, no mostraron ninguna reacción de arrepentimiento.
Datán y Abiram, por su parte, dijeron también mentiras contra el liderazgo instituido por el Señor y no atendieron al
llamado de Moisés: “Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; más ellos respondieron: No iremos allá.
¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que
también te ENSEÑOREES de nosotros IMPERIOSAMENTE?” (vs. 12-13).
Ellos no habían subido de una tierra que destilaba leche y miel, sino de Egipto, donde eran esclavos. Esto muestra
cuantas mentiras y difamaciones este grupo usó para atacar a Moisés y a Aarón.
Por esa razón, la ira del Señor se encendió contra el pueblo según leemos: “Y Jehová habló a Moisés y a Aarón,
diciendo: Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros,
y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la
congregación?” (vs. 20-22).
Esto nos muestra que Moisés y Aarón se preocupaban por el pueblo, por eso intercedieron a Dios en su favor.
Además, vemos la orientación de Dios para que el pueblo fuera salvado de la muerte: “Entonces Jehová habló a Moisés,
diciendo: Habla a la congregación y diles: Apartaos de en derredor de la tienda de Coré, Datán y Abiram” (vs. 23-24).
Este es el principio de Dios que debemos observar para ser guardados del mal:
No asociarnos con aquel que es desobediente y promueve la rebeldía (2 Ts 3:14-16). Esta fue la orientación de Dios, que
Moisés fielmente le transmitió al pueblo: “Y él habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de
estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis en todos sus pecados” (Nm 16:26).
Cuando se trata de una situación de rebelión, no podemos dejar que nuestros afectos o vínculos naturales prevalezcan
sobre la determinación de Dios. Porque a Cristo el Señor servimos (Col 3:24).

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