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Norbert

Elias
Element os para una sociología
figuracional de la Sociedad

Soc. Luis J. González Oquendo, M gSc

PAPEL DE TRABAJO N O. 003


PROYECTO DOCTORAL “ REDES SOCIALES Y ESPACIOS DE PODER EN CIUDAD OJEDA,
1939-1989” - TUTORA: DRA. BELÍN VÁZQUEZ

M ARACAIBO, OCTUBRE DE 2009


N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

Norbert Elias
Por una sociología figuracional de la Sociedad

1
Luis J. González Oquendo
2

In t r o d u cci ó n

La hist oria de la sociología implica una secuencia de aut ores que –a t ravés de sus

publicaciones- han llegado a convert irse en referencias clave. También implica ot ro grupo

que -independient ement e de la calidad de su obra- no logran que sus ideas sean

consideradas o valoradas en t érminos disciplinarios, quedando poco a poco en la

obviedad. Incluso, se han dado casos, aún después de haber sido reconocidos por sus

pares, algunos aut ores pudiesen quedar paulat inament e sumidos en el olvido. Así, el

est udio const ant e y profundo de la t eoría sociológica lleva necesariament e a considerar

t ant o aquellos que se han convert ido t ant o en est rellas como aquellos que por cualquier

mot ivo han quedado est rellados, pasando incluso por quienes han perdido su luz hast a

quedar en la oscuridad.

El present e t rabajo considerará un personaje que logró evadir est a sit uación.

Durant e su larga vida, su amplia obra fue obviada de la misma manera como muchos de

1
Sociólogo, M agist er Scient iar um en Desarrollo Social, M agist er en Ciencia Polít ica, DEA en Gobernabilidad y
Gerencia Polít ica, DEA en Ciencia Polít ica. Invest igador del Cent ro de Est udios Sociológicos y
Ant ropológicos de la Universidad del Zulia. M iembro Nivel II del Programa de Promoción al Invest igador-
PPI. C-elect rónico: t eoriasocial_luz@yahoo.com.mx
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su generación alcanzaron el reconocimient o. Sin embargo, en las últ imas dos décadas

ant es de su muert e, comenzó a obt ener un rut ilant e reconocimient o. Aún, después de su

deceso, su obra se ha convert ido en una nueva referencia int elect ual. De hecho, algunos

señalan que plant ea propuest as verdaderament e innovadoras en el ámbit o del análisis

social. El present e t rabajo dará cuent a de la obra de Norbert Elias.


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Norbert Elias
Dat os biográficos
Nació en 1897 en Breslau, Alemania, en el seno de una
familia judía encabezada por un indust rial acomodado.
Después de pelear en la Primera Guerra M undial, siguió
una t rayect oria educat iva diferent e: est udió medicina,
psicología, filosofía. Después de doct orarse en filosofía, se
fue a Heidelberg a est udiar sociología, haciéndose amigo
de Karl M annheim, Alfred Weber así como M arianne
Weber, la viuda de M ax Weber. Inició su carrera
académica en Frankfurt en 1930. Tras el ascenso de Hit ler,
emigró a Suiza y París, llegando finalment e a Londres,
donde desarrolló buena part e de su carrera aunque sin
puest o fijo hast a que en 1954 ingresó como profesor en
Leicest er. Además de est as universidades, t ambién dio
clase t ant o en Bielefeld, Legon [Ghana] y el London School
of Economics. M urió en 1990 en Amst erdam, Países Bajos,
país donde se había inst alado desde 1984.

Elias [ver cuadro de Dat os biográficos] formó part e de esa generación de

int elect uales que le t ocó inst it ucionalizar y profesionalizar la sociología a part ir de la

década de 1930. Inicialment e formado como filósofo –aunque con una formación

académica verdaderament e diferent e- se int eresó en la invest igación sociológica

formándose en la Universidad de Heidelberg, donde la espirit ual presencia de M ax Weber

y la mat erial presencia de Karl M annheim le impulsaron al desarrollo de un proyect o de


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int erpret ación no-ideológica de la Sociedad. Aunque fue cont emporáneo a una

generación de sociólogos alemanes que logró fama int ernacional ant es y después de la

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Segunda Guerra M undial y la part e más import ant e de la obra de Elias se produjo en la

décadas de 1930 y 1940, sin embargo, como ya se señaló, fue ampliament e ignorado y

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marginado. De hecho, el reconocimient o académico se le dispensaría al final de su vida:
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primero en los espacios académ icos alemanes y holandeses, luego en Francia y por últ imo

la Gran Bret aña, aunque buena part e de su vida residió en Inglat erra, llegando incluso a

5
adopt ar ciudadanía brit ánica (Weiler, 1998: 9).

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En sus relat os aut obiográficos, Elias señala que desde muy joven t uvo int erés en desarrollar una carrera
académica. Cont ó con el apoyo de su padre, comerciant e que ambicionó est udiar una carrera universit aria
pero que no pudo por carencia de recursos. Por sat isfacer a su padre y porque la encont raba int eresant e,
se mat riculó en la Facult ad de M edicina e inició simult áneament e est udios de filosofía en Breslau. Aunque
la reconoció como part e import ant e de su formación, abandonó la medicina y se doct oró en filosofía. Tras
un período como administ rador en una acería, Elias se int eresó en la sociología y se fue a la Universidad de
Heidelberg –cent ro fundament al de la sociología alemana, aún incluso después de la muert e de M ax
Weber- donde t rabajó con Alfred Weber y especialment e con Karl M annheim. En un primer moment o, su
paso a la sociología, fue una reacción a su formación humaníst ica de t radición idealist a. Con M annheim se
sumergió en el análisis de las ideologías y se proyect o en un int erés en alcanzar una imagen no-ideológica
de la Sociedad. Al respect o, llegó a señalar: “ Por mis est udios de biología, química y física t uve una idea
sólida de la ciencia y lo que luego encont ré en la sociología se hallaba en agudo cont rast e con ello. Por ot ra
part e, amaba la sociología, pues promet ía est e t ipo de rupt ura [con las mit ologías y falsas idealizaciones].”
(Elias, 1995a). A est a t area sociológica, Elias la denominará luego «dist anciamient o»: especie de
neut ralidad axiológica o reflexividad liberadora (Béjar, 1994: 16). M ás adelant e se desarrollará mejor est e
concept o.
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Elias llegó a est udiar sociología a Heidelberg, donde se encont raba Alfred Weber –hermano de M ax Weber
y sociólogo con mérit o propio- y Karl M annheim, quien sería luego la figura clave de la sociología del
conocimient o. Se movilizó con ést e últ imo a Frankfurt , donde t rabajaba ent onces el grupo de
invest igadores del Inst it ut o de Invest igaciones Sociales, liderado por M ax Horkheimer y Theodor Adorno.
Incluso hay correspondencia de Elias con Walt er Benjamin (Elias, 1995a; Kort e, 1998).
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Su primer libro fue publicado en 1936, El proceso de la civilización. Est udios sociogenét icos y
psicogenét icos, no volvió a ser edit ado hast a t res décadas después. Arribó a Londres en 1935 después de
no encont rar lugar en Suiza y Francia. No fue hast a 1954 cuando encont ró un puest o docent e en la
Universidad de Leicest er y llegó a ser profesor t it ular de sociología en 1962 en la Universidad de Ghana
(Elias, 1995a; Kort e, 1998; Weiler, 1998).
5
En 1977, Elias fue el ganador cuando la ciudad de Frankfurt ot orgó por primera vez el Premio Theodor
Adorno. Ent re 1976 y 1988, se vendieron en Alemania más de 80.000 ejemplares de El proceso de la
civilización . Los primeros libros de Elias no serían publicados en cast ellano hast a 1982 (Weiler, 1998). Un
ejemplo de ello es la presencia del aut or en los t ext os escolares de t eoría sociológica. Elias no aparece
reseñado en el t ext o de Rit zer en su edición de 1993, siendo incorporado apenas en el t iraje de 2002.
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La principal cont ribución de la obra de Elias est á en el desarrollo de una sociología

figuracional basada en procesos. La sociología t radicionalment e t iende a opt ar ent re una

lect ura desde los individuos o una desde la Sociedad. Elias plant ea –a t ravés del concept o

«figuración»- una int erpret ación de procesos de const rucción de la Sociedad desde los

individuos en el que est os no son t ot alment e libres y aut ónomos. Est a int erpret ación se
5
complement a con una inserción del hecho hist órico, llevando a la sociología al est udio de

largo plazo.

Si la sociología figuracional es un proyect o t an innovador, ¿a qué se debió el

marginamient o de su aut or? M ás que dar cuent a de fact ores personales -Elias no era

huraño, si bast ant e reservado- es necesario visualizar las condiciones de cont ext o

int elect ual en la que desarrolló su producción t eórica. En primer lugar, la crít ica de Elias al

est ilo de invest igación dominant e en la sociología de la décadas de 1940 a 1960 -a la que

acusó como behavioral science, visión a la que señalaba como limit ada y deformant e

(Elias, 1995b: 159)- en un moment o donde imperaba la invest igación de t ient e empirist a

lo excluyó de los principales escenarios académicos. Asimismo, el mismo Elias señalaba su

perspect iva fue marginal ya que en la sociología no est aba de moda pensar en procesos a

largo plazo (Elias, 1995a: 79).

El present e t rabajo no t endrá la vida del aut or como objet o clave de invest igación,

6
el énfasis se colocará en sus concept os y modelos int erpret at ivos. Por ello, el primer

6
Un t ext o fundament al para el est udio biográfico de Norbert Elias fue la ent revist a biográfica, conducida por
A.J. Heerma van Voss y A. van St olk, durant e la est adía del aut or en el Cent ro para la Invest igación
Int erdisciplinaria de la Universidad de Bielefeld así como en su domicilio en Amst erdam . La t ranscripción
de la misma fue unida a una aut obiografía int elect ual de Elias y edit ada en alemán en 1990. Cinco años
después, la t raducción cast ellana fue publicada por la Edit orial Península con el nombre de la aut obiografía
(Elias, 1995a).
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acápit e est ará dedicado a la part icular visión de Elias sobre la sociología y la Sociedad

organizada alrededor del concept o «figuración». Luego, se dará cuent a de la lect ura

relacional de los concept os sociológicos elaborados por Elias: no es posible ent ender la

sociología figuracional si se t rabajan con una lect ura est át ica de los fenómenos social.

Frent e al homo clausus surge un homo apert is, quien const ruye lo social en el const ant e
6
proceso de conformación de relaciones y vinculaciones. Luego, considerando que Elias

t iene un claro int erés en el est udio hist órico de largo plazo, se hace referencia al modelo

de análisis evolut ivo en el que da cuent a de la const rucción de la civilización en el ámbit o

de la Sociedad europea. Para Elias, el análisis de la evolución social se realiza a part ir del

abordaje de los procesos de sociogénesis y psicogénesis, en los cuales se aborda la

relación inseparable ent re el devenir de las est ruct uras de la personalidad y las

est ruct uras sociales. Finalment e, t omando en cuent a la originalidad del enfoque

sociológico figuracional, se dará cuent a de las part icularidades met odológicas implicadas.

El present e esfuerzo de invest igación se enmarca en el proyect o “ Redes sociales y

espacios sociales de poder” el cual, además de ser un proyect o de invest igación adscrit o al

Cent ro de Est udios Sociológicos y Ant ropológicos, es el proyect o doct oral del aut or. El

int erés fundament al est á en la cont ribución eliasiana en el análisis procesal de las

int eracciones sociales concret izadas en las figuraciones. El lapso de est udio es muy cort o,

pero el esfuerzo del aut or para proponer un nuevo proyect o de sociología hist órica es

verdaderament e innovador.
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La So ci ed ad y l a so ci o l o gía p ar a El i as

Norbert Elias señala que la gent e –cuando habla acerca de la Sociedad y su

nat uraleza- t iende a opt ar ent re dos posiciones. Una post ura se aproxima a las

formaciones hist óricas sociales como si est as hubiesen sido bosquejadas, proyect adas o

creadas por una serie de individuos o ent idades. Para la ot ra post ura, los individuos no 7

desempeñan papel alguno, present ándose a la Sociedad como una ent idad orgánica

supra-individual que puede ser int erpret ada más o menos con los modos de pensar de las

ciencias nat urales [generalment e la biología] o, bajo ciert as condiciones, lect uras con

modos de pensar religiosos o met afísicos [p.e., anima collect iva, ment e grupal, et c.].

M ient ras en la primera posición el cent ro de int erés est á en las acciones individuales –

obviando con ello los est ilos y f ormas cult urales, las formas económicas e inst it uciones- en

la segunda posición se habla más bien de fuerzas mecánicas y anónimas, dejando de lado

la relación de est as con las personas individuales y sus objet ivos. Cada una de est as

nociones es excluyent e, no encajan complet ament e la una con la ot ra. En est e sent ido, la

posibilidad de una visión global mediant e el cual se pueda analizar al mismo t iempo el día

a día y cómo el agregado de individuos forma algo dist int o requiere nuevos modelos

ment ales (Elias, 2000a).

En est e sent ido, un problema epist emológico fundament al para la sociología t iene

que ver con lo relat ivo al caráct er de su observación: la sociología est udia a la Sociedad, se

ocupa de sus problemas y la reflexiona en t ant o objet o que se encuent ra separado del

observador. Tal percepción encuent ra su expresión en concept ualizaciones y giros

lingüíst icos en el que se habla de la persona y su medio [p.e., el niño y su familia, el


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individuo y la Sociedad] sin caer en cuent a que ese medio est á const it uido por ot ras

personas, incluyendo el observador mismo. Los concept os y el lenguaje est án

configurados en gran medida como si t odo lo que est á fuera de la persona individual t iene

7
caráct er de objet o, proceso que Elias denomina «caráct er cosificador del lenguaje».

Frent e a est as cosificaciones [p.e., familia, escuela, indust ria, Est ado, ciudad, sist ema,
8
et c.], Elias plant ea la necesidad de considerar que es necesario ver a la Sociedad como

muchas personas individuales que –por su alineamient os, int eracciones y dependencias

recíprocas y funcionales- const it uyen ent re sí ent ramados de int erdependencias o

figuraciones con equilibrios de poder más o menos inest ables del t ipo más variado (Elias,

8
1995b).

En est e sent ido, la solución a la ant it esis individuo/ Sociedad sería posible mediant e

la rupt ura de la disyunción, es decir, la superación de la ant it esis misma. No es necesario

privilegiar una noción frent e a la ot ra en t ant o que –al carecer cada uno de ellos de

finalidad- simplement e est án allí, uno no puede exist ir sin el ot ro. Los individuos est án en

una Sociedad de individuos -cuya exist encia no t iene sent ido- que const it uyen el t ejido

7
“ … Las palabras dadas con la que cuent a el hablant e part icular, los mismos concept os, que cont ribuyen de
manera decisiva a det erminar el modo de pensar y las acciones de la persona criada bajo su esfera, hacen,
en últ imo t érmino, que parezca como si el ser hum ano part icular, t ildado de individuo, fuera
ant ológicament e dist int o a la mult iplicidad de personas present ada como Sociedad.” (Elias, 2000a: 11)
8
“ … El ent ramado de la remisión mut ua ent re los seres humanos, sus int erdependencias, son las que vinculan
a unos con ot ros, son el núcleo de lo que aquí llamamos composición, composición de unos seres humanos
orient ados recíprocament e y mut uam ent e dependient es. Como quiera que los seres humanos t ienen un
mayor o menor grado de dependencia recíproca, primero por nat uraleza y luego por el aprendizaje social,
por la educación y por la socialización a t ravés de necesidades de origen social, est os seres humanos
únicament e se manifiest an como pluralidades; si se permit e la expresión, como composiciones…” (Elias,
1987: 44). Es necesario señalar que –en aquellas sit uaciones en las que hay una mayor división social del
t rabajo- lo que se increment a es la dependencia funcional (Elias, 1987: 354).
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sobre el que los seres humanos bordan las cambiant es figuras de su sent ido, de su fin

9
(Elias, 2000a: 24-25).

Aunque es verdad que una Sociedad est á const it uida por individuos, los planos

sociales poseen sus propias regularidades que no pueden at ribuirse sin más a los

individuos (Elias, 1995a: 78). Por ello, es un error asumir que las Sociedades no son más
9
10
que agregados de át omos individuales. Para Elias, la Sociedad est á const it uida por

individuos que se const it uyen en redes de individuos, conformando lo que denomina

«figuras sociales»: pueblos, familias, grupos, fábricas, et c. Ya ant eriorment e el aut or había

definidos a est as cat egorías como cosificaciones, pero al señalarlas con figuras sociales las

conviert e en ent idades const it uidas por personas en int eracción que ejercen presión

11
específica sobre esas mismas personas. Cosificar implica un análisis het erónomo,

9
“ Los seres humanos se ot organ fines según lo requieran las circunst ancias, y no exist en más fines que los
que ellos mismos se ot organ. «La Sociedad es el fin últ imo y el individuo sólo su medio», «el individuo es el
fin últ imo y la agrupación de los individuos en una Sociedad es sólo un medio para alcanzar el bienest ar de
los individuos», est as dos frases son consignas de guerra proclamadas por grupos ant agónicos en relación
con sus circunst ancias act uales, con sus problemas e int ereses del moment o. Cada una de est as consignas
expresa algo que el grupo que la proclama desearía que fuera realidad. Sólo cuando se t rascienden est as
consignas, cuando se supera la necesidad de abogar de cómo debería ser , según los propios deseos, la
relación ent re individuo y Sociedad, sólo emerge ant e nuest ros ojos la cuest ión element al, el cómo es
realment e, de manera universal, la relación ent re individuo y Sociedad … Sólo ent onces est aremos en
condiciones de inst aurar sobre un diagnóst ico seguro el t rat amient o de las carencias de nuest ra
convivencia …” (Elias, 2000a: 25)
10
“ … La afirmación de que los individuos son «más reales» que la Sociedad no es más que una expresión de
que las personas que sost ienen esa opinión consideran a los individuos más import ant es y al grupo que
forman, la Sociedad, menos import ant e . La idea de que en «realidad» no exist e nada parecido a una
Sociedad, sino sólo muchas personas individuales, dice t ant o como que en «realidad» no exist e nada
parecido a una casa, sino sólo muchas piedras part iculares, sólo mont ones de piedras.” (Elias, 2000a: 26)
11
“ … Por lo vist o, en est e ajet reo de personas que corren ent remezcladas act úa, a pesar de la libert ad de
movimient os de cada persona individual, un orden ocult o, un orden que no puede palparse con los
sent idos. Cada persona part icular posee un lugar det erminado dent ro de ese barullo humano… Cada ser
humano que pasa por allí t iene, en algún moment o y en algún lugar, una función det erm inada, una t area
de algún t ipo con los demás, o quizá una función perdida, bienes perdidos o un t rabajo perdido… No puede
escapar de ellos a su capricho. No puede, aunque lo desee, cambiar simplement e de una función a ot ra… El
orden impercept ible direct ament e a los sent idos, el orden invisible de est a convivencia, ofrece a la persona
individual únicament e un abanico más o m enos limit ado de posibles m odos de comport amient o y funciones

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met afísico, que las deshumaniza. La idea es aproximar las int errelaciones de la act uación

humano-social a la comprensión propia procurando un fondo cada vez mayor de saber

fiable de esas int errelaciones basado en t érminos de equilibrio más que en relaciones

12
dinámicas asociadas a sust ancias inmóviles. Así, la sociología se ocupa de la invest igación

sist emát ica de los ent ramados sociales viéndolos como formados -no de personas aisladas
10
e int erdependient es- sino de grupos int erdependient es de personas organizadas a escalas.

Para Elias, no se puede comprender o explicar las est ruct uras de ent ramado a part ir de la

reducción del análisis a los comport amient os de cada uno de los part icipant es (Elias,

1995b).

13
El concept o «figuración» es clave en la obra de Elias. Al respect o, señala que sirve

de herramient a concept ual para relajar la const ricción que dificult a hablar de las personas

como individuos al mismo t iempo que pensar en ellos como Sociedades. Est e debe ser

vist o como un proceso de ent ret ejido de personas: no son est ruct uras ext ernas y

… El ser humano individual vive, y ha vivido desde pequeño, dent ro de una red de int erdependencias que él
no puede modificar ni romper a volunt ad sino en t ant o lo permit e la propia est ruct ura de esa red; vive
dent ro de un t ejido de relaciones móviles que, al menos en part e, se han deposit ado sobre él dando forma
a su caráct er personal. Y en est o radica el verdadero problema: est e cont ext o funcional posee una
est ruct ura muy específica en cada grupo hum ano …” (Elias, 2000a: 28-29)
12
“ … Nuest ros lenguajes est án const ruidos de t al manera que en muchos casos sólo pueden expresar un
movimient o const ant e, un cambio cont inuo, si al hablar y pensar acerca de un objet o aislado en sit uación
de reposo y luego, en ciert o modo a post eriori, añadiendo un verbo precisamos que lo que normalment e
est á en reposo se mueve. Si por ejemplo nos hallamos frent e a un río y t rat am os de capt ar
concept ualment e el flujo const ant e de agua ant e nuest ros ojos y queremos expresarlo en com unicación con
los demás no pensamos y hablamos, por ejemplo, de est a manera: «mira el flujo const ant e de agua»;
decimos y pensamos, más bien: «mira lo rápido que va el río». Decimos: «el vient o sopla», com o si el vient o
fuese en principio algo inmóvil que se pusiese en un det erminado moment o en movimient o y empezase a
soplar, como si fuese algo dist int o de lo que sopla, como si pudiese exist ir un vient o que no soplase. Est e
t ipo de reducción a un est ado de reposo aparece como evident e a quienes se han educado aprendiendo
esos lenguajes…” (Elias, 1995b).
13
Vale señalar que en algunas t raducciones al cast ellano, aparece el t érmino «configuración». Incluso, en la
edición cast ellana de El proceso de la civilización se ut iliza el t érmino «condicionamient o» (Elias, 1987:
128). En el present e t rabajo se ut ilizará figuración pero, en t odo caso, se señala que t odos hacen
referencia a la misma idea.
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coercit ivas de las relaciones ent re las personas, son más bien esas int errelaciones. Los

individuos se consideran abiert os e int erdependient es y const ruyen esas figuraciones

(Rit zer, 2003).

Sin embargo, es necesario t ener un cuidado especial: aunque Elias valora a los

individuos, no plant ea una lect ura microsociológica de los fenómenos sociales. El


11
concept o de figuración se puede aplicar t ant o a nivel macro como a nivel micro, incluso a

los fenómenos sociales que se dan ent re ambos polos. Ent re los individuos de un grupo

[maest ros y alumnos, médicos y pacient es, client es en un bar, niños en una guardería,

14
et c.] las figuraciones son relat ivament e comprensibles. En el caso de espacios sociales

más amplios [una ciudad, una nación, los habit ant es de una población, et c.] las

figuraciones t ambién exist en pero ést as no pueden ser direct ament e percibidas ya que las

«cadenas de int erdependencia» son más largas y diferenciadas (Rit zer, 2003: 464).

Rel aci o n es y vi n cu l aci o n es

Como ya se señaló, Elias señala que las figuraciones deben ser vist as como un

proceso de ent ret ejido de personas: no como est ruct uras ext ernas y coercit ivas de las

relaciones ent re las personas, más bien como las int errelaciones mismas (Rit zer, 2003).

Por ello, es enfát ico en señalar que la aproximación desde una sociología que considere

los procesos se fundament a en la comprensión del plano de exist encia de los grupos

14
Elias prefiere ut ilizar el concept o «figuración» al de grupo ya que permit e hacer explícit as peculiaridades
de la condición humana, dest acándolas como element os const it ut ivos de dicho concept o frent e a ot ros.
Una es que los hombres, debido a su fundament al int erdependencia, siempre se agrupan en figuraciones
específicas lo que lleva necesariament e a que las t ensiones, conflict os y cambios no pueden ent enderse sin
est udiar est as formas específicas de int erdependencia recíproca (Weiler, 1998: 18).
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humanos –es decir, en el plano de las relaciones ent re seres humanos. Por ello, no cabe

emplear como medios de orient ación concept os y modos de formular concept os que de a

15
ést os caráct er de ley. No se puede presuponer que las regularidades de las relaciones

que se observan en el present e son t ambién observables de manera idént ica en t odo lugar

y en t odo moment o, sea est e present e, pasado o fut uro (Elias, 2000a: 200).
12
Para Elias, la pregunt a clave de la sociología es: ¿Cómo y por qué las personas se

unen para formar figuraciones dinámicas específicas? (Rit zer, 2002: 464). Para poder

comprender la element al dependencia social de los seres humanos individuales, su

predisposición a convivir con ot ros seres humanos, los hechos que se t ienen direct ament e

16
en frent e son suficient es (Elias, 2000a: 36-37). Con el concept o de figuración, emerge el

problema de las int erdependencias humanas ¿Qué es lo que relaciona a unos hombres

con ot ros, qué es lo que los hace mut uament e excluyent es? Aunque no descart a la

exist encia de ciert as inclinaciones element ales inst int iva del individuo hacia ot ros

15
Tal post ura ya est aba present e en la t esis doct oral de Elias y la mant uvo hast a el final de sus días.
Elaborada en la especialidad de filosofía, comenzó a delinear algunos rasgos significat ivos de su t eoría del
conocimient o: asumió que el asunt o del a priori no t enía sent ido. Señaló que le no podía pasar por alt o lo
que Kant reconocía como int emporal y dado ant es de cualquier experiencia [sea est o nexo causal, t iempo,
leyes morales o nat urales] señalando que para que est uviese disponible en la conciencia individual era
necesario que fuese aprendido de ot ros seres humanos. Una consecuencia de t al aseveración llevó incluso
a requerir una reformulación del concept o t radicional de individuo para sacarlo de su aislamient o y no ver
a la hist oria como un product o int elect ual de personas aisladas: no hablar de «el hombre» sino de «los
hombres». Asimismo, ot ro asunt o le llevó a dist anciarse del pensamient o filosófico aprioríst a: plant eó el
problema de la hist oricidad, del modo de ver en la nat uraleza, guiándose por los hechos. Tales
señalamient os le llevaron a enfrent ar abiert ament e a su t ut or, el reconocido filósofo neokant iano Richard
Hönigsw ald. Al final, para darle salida a la t it ulación, Elias modificó el t ext o, suprimió o amort iguó los
pasajes conflict ivos. Aunque Hönigsw ald acept ó el product o sin hacer coment arios y Elias post eriorm ent e
le declaró su respet o y agradecimient o, sin embargo, t ambién le pareció inút il present arse con el maest ro
como candidat o para una habilit ación (Elias, 1995a: 108-109, 119; Kort e, 1998: 38-39).
16
Se ha señalado la impront a posit ivist a de la lect ura eliasiana: para Elias, conocimient o cient ífico es aquel
que se at iene met ódicament e a un conjunt o de hechos circunscrit os y los lee a part ir de marcos t eóricos
adecuados. Sin embargo, ést a idea est ará mediada por la necesidad de const ruir el dist anciamient o
afect ivo o emocional con respect o al objet o observado para evit ar que int erfieran los impulsos libidinales.
Al respect o, Ramos Torre señala que la originalidad epist emológica de Elias est á en el hecho de haber
plant eado «un ingenuo posit ivismo pasado por el diván psicoanalít ico» [sic] (Ramos Torr e, 1994: 34 n22).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

individuos [p.e., el deseo sexual], señala que no t odas las dependencias mut uas de los

hombres son idént icas. En est e sent ido, se puede ver que la perspect iva de análisis de

Elias es esencialment e relacional: t odos los concept os sociológicos han de ser analizados

17
en t érminos del concept o de relación (Elias, 1995b).

Est o obliga a reformular la definición sociológica de «individuo». Para Elias, ést e no


13
puede seguir siendo ent endido como un adult o sin relaciones con nadie, cent rado en sí

mismo, complet ament e sólo. Para Elias, la mayoría de los sociólogos t rabajan con lo que

denomina « Homo clausus»: una imagen de los seres humanos individuales, cada uno de

los cuáles es independient e de los demás, un individuo en sí mismo. El desarrollo de una

sociología basada en la t eoría de las figuraciones exige una imagen del individuo como un

act or int erdependient e y abiert o. Frent e a la imagen del homo clausus, Elias convoca la

necesidad de t omar la imagen de una pluralidad de hombres envuelt os en procesos

abiert os e int erdependient es, al que denomina « Homines apert i » (Elias, 1995b; Rit zer,

18
2002: 464-465).

17
“ … ningún símil t ransmit e una imagen suficient e de la import ancia que poseen las relaciones humanas
para el caráct er del individuo; únicament e profundizando en la nat uraleza y la est ruct ura de esas
relaciones es posible hacerse una idea de cuán firme y hondament e at a a las personas la int erdependencia
de las funciones humanas; en pocas palabras, únicament e así puede obt enerse una imagen más nít ida de
la int egración de los individuos en una Sociedad …” (Elias, 2000a: 35)
18
La idea de «hombre abiert o» –cont rario al «hombre cerrado»- ha sido organizada alrededor del concept o
«aut onomía relat iva», clave en la hist oria de la sociología [Durkheim, Lukács, Alt husser, Poulant zas, ent re
ot ros]. Elias ut ilizaba est e concept o para dar cuent a de la sit uación en la que los seres humanos no t ienen
aut onomía t ot al y absolut a y que –desde el inicio hast a el final de su vida- se remit e y se orient a a ot ros
seres humanos y depende de ellos (Elias, 1987: 44). Un organismo, sobre t odo si es humano, es
considerado como un cont inuum en devenir muy específico que llena la dist ancia ent re el nacimient o y la
muert e, con sus regularidades inmanent es y su aut onomía relat iva. Los hechos que suponen una
mult iplicidad de hombres int erdependient es y que, por est a razón, poseen una aut onomía relat iva e
incluso ejercen una coacción sobre cada individuo (Elias, 1989). Kilminst er (2000b: 13) señala que Elias lo
ut ilizó para describir el proceso por el que el conocimient o humano se independiza de sus product ores
originales y t ambién el medio por el que las inst it uciones sociales especializadas [económicas, polít icas y
cient íficas] llegan a aut osust ent arse y vincularse funcionalment e ent re sí en Sociedades complejas.
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

Elias define algunas dependencias universales que generan diferent es t ipos de

vinculaciones que –en su int ent o de sust it uir la imagen de homo clausus- permit en

conexiones. En primer lugar, señala las vinculaciones afect ivas en las personas necesit an

de ot ros para sat isfacer sus int ereses. Est as vinculaciones son muy int ensas en el cara-a-

cara o pueden desarrollarse indirect ament e a t ravés de la referencia de símbolos


14
comunes. Las vinculaciones est at ales est án sust ent adas a t ravés de objet os de

ident ificación colect iva [Est ado, ciudad-est ado, t errit orio, et c.]. También est án las

vinculaciones profesionales, cuyo ent ramado de int erdependencia se est ruct uró a part ir

de la int egración/ diferenciación funcional (Elias, 1995b: 161-163).

Un aspect o import ant e: para Elias, las relaciones humanas –en t ant o que se

const ruyen en la relación misma- carecen de normas y reglas. Est o no significa, sin

embargo, que sean caót icas o desordenadas. Todas las relaciones humanas est án

est ruct uradas, sólo que en det erminados planos de int egración: incluso en aquellas

sit uaciones en las que parece haber desorden, exist en conexiones que plant ean órdenes

de t ipo específico. A est os procesos abiert os e int erdependient es -que const it uyen las

figuraciones- Elias los denomina «juegos». El t ranscurso de un juego result a del

ent ramado de las acciones de un grupo de individuos int erdependient es Asimismo,

t ampoco hay act uaciones humanas funcionales o disfuncionales: sólo se puede hablar de

funciones sociales si se est á si se est á frent e a int erdependencias más o menos coact ivas.

Asimismo, la dist inción ent re individuo y Sociedad es problemát ica desde los modelos de

ent ramado ya que ést e exist e en el mismo sent ido que no se descompone en sus part es

int egrant es (Elias, 1995b).


N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

El caráct er relacional de lo social t ermina t eniendo implicaciones para ot ros

concept os. Así, por ejemplo, la expresión «poder» puede llevar a inducir -desde el punt o

de vist a de Elias- a un error: el poder no se posee, es una peculiaridad est ruct ural de t odas

las relaciones humanas. Ést e no es más que la expresión –más rígida, m enos diferenciada-

del especial alcance del margen de decisión propio de det erminadas posiciones sociales,
15
una expresión de una posibilidad part icularment e grande de influir sobre la aut odirección

de ot ras personas y de part icipar en la det erminación de su dest ino. En t oda sit uación en

la que haya una int erdependencia funcional ent re los hombres, exist en equilibrios de

poder. Est o no significa necesariament e que se encuent re igualit ariament e dist ribuido,

19
por el cont rario, los diferenciales de poder pueden ser grandes o pequeños. El asunt o es

que, en cualquier caso, hay sit uaciones en las que hay equilibrios de poder, event o que

20
describe como «desigualdad armónica». Por ello, Elias recomienda más bien ut ilizar la

19
“ Si, digamos, la fuerza social de personas o grupos del mismo espacio social es ext raordinariament e
desigual, si capas sociales muy débiles, por t ant o de menor rango, y sin apenas posibilidades de elevarse
socialment e, conviven con ot ras que monopolizan y disponen de oport unidades incomparablem ent e
mayores de ejercer presiones sociales, al margen de la decisión individual de las personas de los grupos
socialment e más débiles será mucho menor…” (Elias, 2000: 72). Para Elias, lo que dist ingue a los
est ablecidos de los marginados en un grupo social es la disponibilidad de recursos de poder, lo cual influye
incluso en sus percepciones (Béjar, 1994: 21).
20
“ … mis padres const it uían un mat rimonio excelent e. En ciert o modo formaban un mat rimonio a la ant igua,
lo que se ha definido con la expresión de «desigualdad armónica». Un modelo de «desigualdad armónica»:
él t omaba t odas las decisiones, pero eso era lo que ella esperaba de él. M i madre era t ot alment e incapaz
de sacar adelant e ningún asunt o de dinero, y t ampoco t enía por qué hacerlo. Por ot ro lado, era ella quien
t omaba en sus manos t odas las t areas sociales. Cuando había que hacer una visit a, daba la señal de
part ida y decía: «Vam os allá» …” (Elias, 1995a: 17)

“ M e ha ocurrido, de vez en cuando, encont rarme en las calles de Londres con un indio de edad. Su esposa,
vest ida con un sari, al modo de la India, marchaba con modest ia dos o t res pasos det rás de él. Parecían
conversar ambos con animación. Pero no se miraban. Él le hablaba en voz baja, sin volver la cabeza, como
si se dirigiese al vacío delant e de él, mient ras que ella le respondía sin levant ar los ojos, pero a veces, con
una evident e energía.

Es est e, a mis ojos, un ejemplo vivient e del equilibrio desigual ent re los sexos, y t ambién de lo que podría
llamar la ‘desigualdad armónica’. M uest ra en part icular que se ha conformado aquí un t ipo de desigualdad
que ha sido codificada por la Sociedad en cuest ión de modo de convert irse no sólo en una cost umbre, sino
t ambién un hábit o, part e preponderant e del habit us social de los individuos. La const ricción ejercida por la
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

expresión «fuerza relat iva de juego» para dar cuent a de las posibilidades de ganar con que

cuent a un jugador en relación con las de ot ro (Elias, 1995b; Elias, 2000a: 72; Rit zer, 2003:

464).

La evo l u ci ó n , l a ci vi l i zaci ó n y l a p er sp ect i va el i asi an a 16

Una part e import ant e del proyect o de invest igación eliasiano es la elaboración del

esquema de análisis procesal a part ir del concept o de figuración. Sin embargo, la

aspiración cent ral del aut or no se reduce al est udio de fenómeno en pequeñas

configuraciones y en moment os muy específicos. De hecho, a part ir de la línea de t rabajo

ideada en su obra El proceso de la civilización de 1939, su t rabajó enfocó en la posibilidad

de explicar analít icament e el cambio social a largo plazo.

Para Elias, la hist oria no es una t ransformación caleidoscópica, una sucesión

desest ruct urada de hechos sociales o algo así como una acumulación de grandes

hombres: es una ordenación det erminada de los sucesos, una sucesión est ruct urada y

21
dirigida por la evolución social (Elias, 1991: 52). Elias señala que el cambio hist órico

cost umbre social ha pasado a convert irse, en gran part e, en una segunda nat uraleza, y t ambién en una
aut oconst ricción. Un hombre y una mujer involucrados en est a t radición difícilment e pueden romper con
ella sin perder el respet o de sí mismos t ant o como el respet o de su propio grupo –aún cuando, en las calles
bulliciosas de Londres, est a cost umbre parezca ext raña.” Elias, cit ado por Heinich (1999: 41).
21
Vale la pena resalt ar un aspect o que –por anecdót ico que parezca- es import ant e para comprender la
lógica de t rabajo de Norbert Elias: llegó al t ema de una manera circunst ancial. Cuando arribó a Londres sin
t rabajo y sin dinero, recibió el apoyo de un Comit é de refugiados judíos que le asignó lo suficient e sólo
para comer y pagar una habit ación. Int eresado en escribir un libro, se recluía en la bibliot eca del M useo
Brit ánico para revisar el cat álogo y ver los t ít ulos que le int eresaban. Para ent onces no t enía claridad sobre
lo que quería escribir pero poco a poco, sobre la base de hurgar en los libros y acumular asociaciones, dio
con un rast ro que le pareció promet edor: a part ir del est udio de los libros de buenas maneras, se plant eó
analizar las paut as de conduct a de los seres humanos del pasado y most rar el cambio y las diferencias de
normas (Elias, 1995a: 66-67).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

corresponde a la part icular fat alidad con que el ent relazamient o de seres humanos –dadas

unas t ensiones de ciert a int ensidad- se ve impulsado a una mayor o más amplia

int egración o hacia una relat iva desint egración [«vict oria de las fuerzas cent rípet as»]. La

hist oria parece así una de esas poderosas corrient es que avanzan en una dirección

det erminada pero sin cauce fijo o preexist ent e. La mirada del ser humano sólo est ará libre
17
para ver el aut omat ismo del cambio hist órico cuando no sólo t enga ant e sus ojos el

present e inmediat o sino la larga hist oria inmediat a de la que ha surgido su propio t iempo

22
(Elias, 2000a: 66-67).

Con el t érmino «evolución», Elias da cuent a del curso de t ransformaciones

generales en el largo plazo y en una dirección: basadas en relaciones objet ivas, su

plant eamient o empírico-t eórico se concent ra en los cambios est ruct urales específicos de

larga duración (Elias, 1987). La evolución hace posible el desarrollo, sin embargo, es

necesario plant ear algunos det alles part iculares. Ambos procesos se cent ran en la

t ransmisión de medios de supervivencia de una generación a ot ra y en sus cambios

[algunos de los cuales ayudan a mejorar esas posibilidades]. Sin embargo, lo que se

t ransmit e y cómo se t ransmit e difiere not ablement e en los dos casos. En el caso de la

evolución, el inst rument o principal de t ransmisión y cambio es una est ruct ura orgánica

llamada «genes». En el caso del desarrollo, el inst rument o principal de t ransmisión y

cambio son símbolos en el sent ido amplio del t érmino que no sólo incluyen

23
conocimient o sino t ambién, por ejemplo, normas de conduct a y sent imient os, cuya

22
Dividir el t iempo en et apas implica un ejercicio de abst racción académica, lo cual no se ajust a a la
nat uraleza procesal de los hechos sociales (Elias, 1991: 20).
23
Exist en dos formas diferent es de ordenar las experiencias: los individuos experiment an el mundo sea
como «nat uraleza» o, por ot ro lado, como «hist oria» o «cult ura». Los acont ecimient os de est e mundo –
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

forma principal de t ransmisión es el lenguaje de individuo a individuo aunque luego

emergieron ot ras [símbolos socialment e det erminados]. Elias recomienda dejar el t érmino

«evolución» para los procesos del primer t ipo mient ras que «desarrollo» queda para los

procesos de t ipo no evolut ivo. La evolución aport a medios innat os de sobrevivencia y

orient ación que pueden debilit arse llevando a que los humanos dependan para
18
comunicarse y orient arse del fondo de símbolos socialment e t ransmit idos por el lent o

crecimient o. La capacidad humana de regir su conduct a por medio de conocimient os

aprendidos les proporcionó una vent aja evolut iva sobre las ot ras especies: es lo que Elias

denomina «emancipación simbólica» (Elias, 2000b). Para est udiar concret ament e est e

proceso, Elias se plant eó analizar la civilización como proceso de evolución social.

La civilización es una de las manifest aciones cent rales de la evolución social.

Implica una ola secular de int egración progresiva, un proceso de const rucción del Est ado,

con el proceso complement ario de una diferenciación t ambién progresiva, es un cambio

de composición que, considerado a largo plazo, en su ir y venir, en sus movimient os

progresivos y regresivos, mant iene siempre una única dirección a lo largo de muchas

generaciones (Elias, 1987: 12).

Una post ura civilizat oria en una Sociedad requiere un grado de aut odisciplina

relat ivament e alt o: (Elias, 1994: 141). Según Elias, exist en t res t ipos de cont roles básicos

que pueden señalarnos el grado de desarrollo y complejidad de una Sociedad: (a) el

cont rol de los hombres sobre la nat uraleza a t ravés del desarrollo de la ciencia y la

vist o como nat uraleza- se repit en una y ot ra vez, siguiendo obedient ement e leyes inmut ables bajo un
orden prescrit o. Cuando se ve al mundo como hist oria, est e t ambién t iene sus regularidades. En ambos
casos, se represent a el mundo por medio de símbolos de regularidades invariables en el que se
represent an la est ruct ura de cambio sucesivo (Elias, 2000b).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

t ecnología; (b) el cont rol sobre las relaciones de los hombres ent re sí mediant e la

organización social t ant o a nivel nacional como int ernacional; y (c) el nivel de aut ocont rol

que cada uno de los individuos ha llegado a alcanzar sobre sí mismo y que corresponde al

proceso de la civilización. Est e últ imo, a pesar de no t ener a largo plazo un caráct er

planificado, unilineal o irreversible, es suscept ible de ser analizado como si t uviera una
19
est ruct ura int erna que, a part ir de la Edad M edia, ha adopt ado en Europa la dirección de

un «proceso civilizador» que t iene diversos rasgos nacionales caract eríst icos (González

García, 1994: 53).

El dat o cent ral e irrevocable de t odas las Sociedades es la nat uraleza humana, pero

la unicidad del hombre en relación con ot ros seres vivos se muest ra ya en el hecho de que

la palabra «nat uraleza» -cuando se aplica a los hombres- t iene un significado al que se

ut iliza en ot ros cont ext os. En aquellos, significa inmut able, et erno, que no varía. En el caso

del hombre, se part e de la idea que puede cambiar de manera específica. La est ruct ura de

las Sociedades const it uidas por seres vivos no-humanos sólo cambia cuando cambia la

est ruct ura biológica de esos seres. La est ruct ura de las Sociedades humanas puede

cambiar sin que se alt ere la const it ución biológica del hombre y sin que cambie la especie

(Elias, 1995b).

En est os t érminos, Elias est aba int eresado en la forma como se producían los

cambios graduales t ant o en la conduct a como en el caráct er psicológico de las personas

de Occident e. La idea era capt ar las conexiones ent re los cambios en la est ruct ura de la

Sociedad y los cambios en la est ruct ura de la conduct a y el caráct er psicológico. Est os

cambios no se producen racionalment e sino que surgen inconscient ement e. Tampoco hay
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

un avance en línea rect a, pudiendo incluso darse movimient os hacia at rás o en lat eral

(Rit zer, 2002: 466).

Elias puso en duda la nat uraleza de concept os como «progreso» o «desarrollo»,

marcados por una promesa de cont inuo avance de la humanidad, un ascenso en línea

rect a hacia un dest ino feliz. Para él, est os concept os no t ienen ningún caráct er met afísico
20
o t eleológico. Así, la formulación de una t eoría del desarrollo social ajust ada a la realidad y

ajena a ideales no puede excluir de sus t eorías de la Sociedad la lect ura dinámica de las

Sociedades humanas, es decir, lect uras basadas en procesos (Elias, 2000a: 201-202).

So ci o gén esi s, p si co gén esi s y cam b i o so ci al

Para Elias, el cambio social puede analizarse t ant o a nivel colect ivo como a nivel

individual, lo que le lleva a dist inguir ent re el análisis psicogenét ico y el análisis

sociogenét ico. La invest igación psicogenét ica, como su nombre lo indica, cent ra su int erés

en la psicología de los individuos. La invest igación sociogenét ica t iene mayor alcance y

cent ra su int ernes en la est ruct ura general –no en una única Sociedad est at al- del campo

social formado por un grupo de Sociedades int erdependient es y del orden secuencial de

su evolución (Rit zer, 2002: 471).

Cada ser humano individual nace en una det erminada Sociedad: es sólo en ést a

donde el niño –con sus funciones psíquicas flexibles y relat ivament e indiferenciadas- se

conviert e en un ser diferenciado. En ot ras palabras, se conviert e en un ser psíquicament e

adult o poseedor del caráct er de un individuo y digno de ser llamado ser humano adult o,
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

es decir, se hacen relat ivament e aut ónomas [t ienen una est ruct ura de personalidad bien

definida, relat ivament e única]. Sólo en compañía de ot ros seres humanos y según sea la

hist oria y la est ruct ura del grupo en el que el niño se críe, se generarán progresivament e

24
det erminados esquemas de regulación de inst int os y t ipos de act it ud propios de la edad

adult a. Sin embargo, es import ant e señalar que -incluso dent ro de un mismo grupo
21
humano- las relaciones de dos personas, sus hist orias part iculares, no son complet ament e

iguales. Cada persona part e de una posición única dent ro del t ejido de relaciones y

25
at raviesa una hist oria única hast a llegar al moment o de su muert e (Elias, 2000a: 37).

Del mismo modo como Elias desecha la separación ent re individuo y Sociedad,

«individualidad» y «dependencia social» de una persona no est án en cont radicción ya que

la primera sólo es posible cuando una persona nace y crece en el seno de un grupo

humano, una Sociedad. Elias llama «individualidad» a los rasgos singulares y la

diferenciación de las funciones psíquicas. La individualidad no depende simplement e de la

const it ución nat ural del niño sino de la est ruct ura básica que est á det erminada por la

est ruct ura de la Sociedad en la que nace y que le es preexist ent e. Para Elias, no se podrá

proyect arse una verdadera luz sobre la relación individuo-Sociedad si no se incluye en la

t eoría de la Sociedad lo relat ivo a la individualización: en el marco de est a est ruct ura

24
La act it ud es una paut a personal de conduct a y sensibilidad que el individuo compart e con los demás y
forma part e de la est ruct ura de la personalidad. La act it ud social del individuo brot a de una act it ud social
(Elias, 1989).
25
Bajo est e principio, es que Elias desarrolló el que sería su obra póst uma: M ozart . Sociología de un genio .
Est e t rabajo no es una biografía: es la vida de un individuo part icular el cual, debido a su condición de
virt uoso de la música, se insert ó de una det erminada manera en un det erminado t ejido de relaciones
sociales, la Sociedad cort esana. Su vida –más que una experiencia individual- implicó t ant o la sit uación
social de la t ransición del art e art esanal al art e art íst ico como la sit uación psicológica de la sublimación en
la genialidad art íst ica. Al respect o, ver Elias (1991).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

básica generada por las est ruct uras sociales, la individualización sería el proceso de

const ant e formación de individuos en una Sociedad (Elias, 2000a: 37-41).

M uchas veces, la individualización se ve disfrazada o encubiert a por su

cont rapart e: la socialización del individuo (Elias, 1989: 27). Por ello, es necesario prest ar

at ención a la relación ent re individualidad y nat uraleza del grupo social en el que se
22
individualiza. Las diferencias ent re las hist orias de las personas part iculares, ent re

posiciones y funciones relacionales que at raviesan a lo largo de sus vidas, son menores en

grupos humanos más sencillos que en Sociedades muy diferenciadas, siendo incluso

26
mayor la individualización de los adult os en est as últ imas (Elias, 2000a: 37-41). Incluso,

en una misma Sociedad, no exist e un mismo nivel de individualización: el dist int o grado de

individualización que poseen las personas pert enecient es a diferent es grupos y capas

sociales es una muest ra clara de ello. Así, la Sociedad no es únicament e igualadora y

t ipificadora, sino t ambién individualizadot a (Elias, 2000a: 80).

El devenir de las est ruct uras de la personalidad y de las est ruct uras sociales se

realiza en una relación inseparable la una de la ot ra (Elias, 1987: 16). Es propio de la

Sociedad humana –formada por muchos- que sus manifest aciones no sólo const it uyan un

mundo ext erior, sino una caract eríst ica de la est ruct ura personal del individuo (Elias,

26
“ Resumiendo, est os leit mot ive son caract eríst icos de una época en la cual funciones de prot ección y
cont rol que ant es eran ejercidos sobre los individuos por grupos endógenos más reducidos, como clanes o
comunidades rurales, lat ifundios, gremios o clases, pasan a ser ejercidas por agrupaciones est at ales
alt ament e cent ralizadas y cada vez más urbanas. En el t ranscurso de est e cambio, los seres humanos
individuales, al llegar a la edad adult a, salen cada vez más de est os grupos endógenos y prot ect ores más
reducidos y locales. Con la crecient e pérdida de funciones de prot ección y cont rol, la cohesión de est os
grupos se relaja. Y dent ro de las Sociedades est at ales, más amplias, alt ament e cent ralizadas y cada vez
más urbanas, el ser humano individual depende más de sí mismo. La movilidad de los seres humanos
part iculares, t ant o en el sent ido social de la palabra, aument a. Disminuye su ant erior encapsulamient o,
inevit able y vit alicio, dent ro de familias, grupos ligados por el parent esco, comunidades locales y ot ras
agrupaciones similares …” (Elias, 2000a: 143)
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

1989: 27). En est e sent ido, la psicogénesis se conviert e en un aspect o clave para el análisis

sociológico ya que cada individuo debe recorrer, por su cuent a y de manera abreviada, el

27
proceso de civilización que la Sociedad ha recorrido en su conjunt o. Sin embargo, la

28
psicología enfat iza como objet o de est udio la idea del «Yo puro» , mient ras que la

sociología cont rapone la idea que ést e sale fuera de sí mismo para relacionarse con ot ras
23
personas y una Sociedad. Por ello, no es posible separar la psicogénesis de los hábit os del

individuo adult o independient ement e de la sociogénesis. Así, pasando de la hist oria a la

ant ropología y la sociología, Elias señala lo que denomina «ley fundament al

sociogénet ica»: durant e su vida, el individuo vuelve a recorrer los procesos que ha

recorrido su Sociedad a lo largo de la suya. Así, la exist encia del individuo t iene sent ido

como expresión de una det erminada figuración hist órica del t ejido humano y su

correspondient e modelado de la conciencia del ser humano (Elias, 1987: 49; Elias, 2000a:

29
48; Heinich, 1999: 12).

27
En el ámbit o de la relación ent re psicogénesis y sociogénesis, se incorpora de manera significat iva el
concept o «habit us», es decir, la incorporación individual de normas t ransmit idas por el grupo de
pert enencia (Heinich, 1999: 42).
28
Un det alle import ant e: Elias no menosprecia la psicología. De hecho, la considera el puent e ent re las
ciencias de la nat uraleza y las ciencias sociales (Elias, 2000a: 58-59).
29
“ Cuando t rabajaba en aquel viejo libro [El proceso de la civilización] me t ope una y ot ra vez con el
problema de la relación ent re individuo y Sociedad. El proceso de civilización se prolongó a lo largo de
muchas generaciones. Se me hizo pat ent e gracias a los ejemplos que most raban una t ransformación, en
una dirección det erminada, de los umbrales de precariedad y pudor. Est o significaba que las personas de
cada generación post erior a ot ra ent raban en una et apa post erior del proceso de civilización. Como
individuos, al hacerse mayores t enían que elaborar un nivel de pudor, de precariedad, de t odo el proceso
social de formación de conciencia, post erior al de las personas de las generaciones ant eriores. El conjunt o
de modelos de aut orregulación social que el ser humano part icular t iene que aprender y desarrollar dent ro
de sí mismo durant e su formación como individuo único es específico de cada generación y, por t ant o, en
un sent ido más amplio, específico de cada Sociedad…” (Elias, 2000a: 12)
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

Lo m et o d o l ó gi co en l a so ci o l o gía f i gu r aci o n al

Se puede observar que la obra de Elias no se limit a a un solo esfuerzo: se mueve

ent re una sociología con fuert e orient ación hist órica y una hist oria fuert ement e influida

por la sociología (Kocka, 1994: 94). Así, se ha de considerar que el t rabajo de Elias int ent a
24

dar cuent a de una sociología hist órica. Asimismo, la est rat egia elisiana de invest igación se

mueve en dos planos: por un lado, su esfuerzo de invest igación se corresponde con su

enfoque procesal, por el ot ro, se refiere a sus est udios de largo plazo. Cada uno de est os

planos requiere –en t érminos met odológicos- precisiones part iculares (Weiler, 1998: 14-

15). En el primer caso, el inst rument o fundament al de invest igación es el concept o

«figuración». En el segundo, la est rat egia se organiza alrededor de la dist inción

sociogenét ico/ psicogenét ico. Considerando que ya est os son t emát icas desarrolladas en el

present e t rabajo, se colocará en las condiciones de uso y en las crít icas met odológicas que

implican.

La originalidad t emát ica de la producción académica de Elias ha llevado a que se

haga la pregunt a acerca del caráct er disciplinario de su obra: ¿es Elias un hist oriador, un

psicólogo, un sociólogo o un ant ropólogo? Se ha señalado que est a int errogant e es inút il

ya que –en función de su concepción del hecho social- Elias se consideraba est aba más

30
int eresado en la est ruct ura del proceso del universo humano. Heinich (1999: 58) señala

30
“ Elias desarrolló su t rabajo de manera int erdisciplinaria básica, es decir, sin preocuparse por las front eras
de ninguna disciplina académica y sin necesidad de coordinar la cooperación de los correspondient es
depart ament os. Tuvo mayor libert ad de la que hoy es común en relación t ant o con est as convenciones
como con ot ros crit erios de aut oridad, debido en part e, a su prolongada condición marginal. Ent re la
est ruct ura del proceso del universo humano y la configuración de las disciplinas, en su manera de enfocar
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

que -para Elias- los individuos son forzosament e la conjunción indisociable de un cont ext o

hist órico, de una figuración ext erior y de una int erioridad. Independient ement e de su

esfuerzo, se visualizan un doble límit e disciplinar: ent re sociología y ant ropología en el

nivel de la evolución colect iva, y ent re sociología y psicoanálisis en el nivel de la evolución

31
individual. Ant e est a pregunt a, más allá de cualquier reflexión acerca de la peculiaridad
25
de su perspect iva, el mismo Elias señalaba en su t ext o aut obiográfico que él era un

sociólogo. El punt o fundament al de discusión sería –más que su originalidad t emát ica o la

peculiaridad de su perspect iva- su int erpret ación procesal de los fenómenos sociales.

Heinich señala que el pensamient o eliasiana sust it uye la reflexión sociológica por

una perspect iva hist órica de largo plazo: se ubica en la front era ent re ambas disciplinas,

cuest ionando a los sociólogos el caráct er insuficient ement e hist órico de la mayor part e de

las invest igaciones sociológicas –ret rayéndose en el present e- mient ras que a los

hist oriadores les objet a su falt a de int erés en el largo plazo –enfocando sólo lo part icular-

32
(Heinich, 1999: 79). Tal propósit o es t an import ant e que llegó a afirmar que cualquier

los problemas, la balanza se inclina a favor de la primera. De est o podrían salir favorecidos t ant o el
desarrollo de los crit erios acerca del valor cognoscit ivo de los conocimient os logrados acerca de dicho
universo como la discusión concernient e a la eficacia de unas y ot ras est rat egias de invest igación .” (Weiler,
1998: 13-14)
31
Para Elias, se debe a Freud un gran progreso en la comprensión de procesos grupales en cuyo curso van
cobrando forma las inst ancias de aut ocont rol humano. El principal element o que t oma Elias del
psicoanálisis es el uso del Yo, Ello y Superyo en la t esis de la economía psíquica y el aut ocont rol: exist e una
capacidad específicament e humana de aprender a cont rolar, en alguna medida, las pulsiones libidinosas,
maleables de acuerdo con las experiencias en un grupo generador de normas. Ain embargo, Elias se
dist ancia en el poco lugar ot orgado a lo hist órico y lo colect ivo en la experiencia individual, haciendo casi
biológicas las det erminaciones de las const ricciones. Para Freud, cada hombre aparece como una unidad
aut ocont enida, lo que lleva a un Homo clausus. Los mecanismos reguladores y orient adores aparecen
como aut ónomos de los procesos grupales en los que est os hombres se involucran (Elias, 1998: 123-124;
Heinich, 1999: 59-60).
32
Elias int ent a demost rar lo insuficient e de la reconst rucción de la hist oria a part ir de relat os descript ivos y
lineales [aquel que se limit a a dar cuent a de lo sucedido, pret endiendo que el simple cont ar hace ya
int eligible el hecho hist órico]. Frent e a una narrat iva hist oriográfica de caráct er lineal, que enfat iza la
hist oria individual y at iende lo único e irrepet ible, plant ea el análisis procesal de la realidad social (Ramos
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

t eoría sociológica fut ura debería cont ener en su núcleo una t eoría de los procesos sociales

33
a largo plazo (Elias, 1995a: 145).

La crít ica de Elias al est ilo de invest igación dominant e en sociología lo llevó a

caract erizarla como una behavioral science, una disciplina que pret ende avanzar en la

resolución de problemas sociológicos sit uando en el cent ro de at ención la conduct a de


26
34
individuos singulares. Una primera observación t iene que ver con el hecho que se

reducen los problemas específicament e sociológicos a problemas psicosociales. Además,

la realidad social aparece como aquello que es posible abst raer como rasgos comunes de

las conduct as de los individuos singulares. A est a visión, Elias la señala como limit ada y

deformant e de la t area de la sociología (Elias, 1995b: 159). Con respect o a la invest igación

est adíst ica -aunque en muchos casos la considera imprescindible- le objet a que puede

llegar a hacerse se hace sin ningún marco t eorét ico o, en el peor de los casos, sit úa la

Torre, 1994). En est e sent ido, señaló en múlt iples ocasiones su int erés en la sociología hist órica de la
Escuela de los Anales, t ant o en lo relat ivo a la hist oria de las ment alidades como en el int erés en lo
individual y lo polít ico, coincidiendo además con el proyect o desarrollado por M ichel Foucault (Heinich,
1999: 82-83).
33
Para Béjar (1994) el énfasis del esfuerzo t eórico de Elias no est á en la microsociología sino más bien en la
macrosociología: su proyect o iría dirigido a explicar los procesos no planeados del cambio. Al respect o,
Weiler (1998: 14-15) señalaría: “ Con Elias result a imposible ignorar el hecho de que los procesos de largo
plazo no planeados y ciegos influyen radicalment e sobre cualquier planeación de cort o plazo, la cual, como
es de conocimient o común, en la act ualidad consume enormes energía humanas, incluyendo las de buena
part e de los est udiosos de la vida social. La incomprensión de los hechos de largo plazo rest ringe de
manera radical las posibilidades de cont rol sobre lo que suele denom inarse consecuencias no deseadas de
la planeación de cort o y mediano plazo. La perplejidad ant e las consecuencias no int encionadas, o mejor no
cont roladas, de nuest ros act os puede reducirse, y la planeación de cort o plazo podría ajust arse mejor a las
realidades, si perfila sus condicionam ient os en el largo plazo …”
34
Aunque Elias no descart a la posibilidad de ut ilizar medios est adíst icos auxiliares para el est udio de los
procesos de figuración, señala que ést os deberán ser mucho más adecuados a su nat uraleza (Elias, 1995b:
159-160).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

invest igación de la conduct a como un hecho casi independient e de los individuos

35
concret os invest igados (Elias, 1995b: 159-160).

El concept o de figuración desvía la at ención a las int erdependencias de los

hombres. Para Elias, no se puede comprender o explicar las est ruct uras de ent ramado a

part ir de la reducción del análisis a los comport amient os de cada uno de los part icipant es:
27
es necesario abordar las figuraciones (Elias, 1995b: 160). Est o se debe a que la figuración

represent a los diferent es aspect os sociales que crean los individuos con sus int eracciones

en t odos y cada uno de los ámbit os que forman una Sociedad. En est e sent ido, el

concept o se conviert e en un inst rument o de int erpret ación de las orient aciones recíprocas

de los individuos en los diferent es niveles de la realidad social (M ont esinos y M art ínez,

36
2001: 824).

Lo import ant e, en t odo caso, es que se debe t ener mucho cuidado. Aunque Elias

comprende que el concept o «figuración» haya sido comparado con ot ras propuest as

ant eriores –p.e. Durkheim, Simmel, Teoría de sist emas, ent re ot ros- objet a que se obvie el

núcleo fundament al de su propuest a: las figuraciones son const ruidas por los seres

humanos en cooperación. La diferencia clave es que est as ot ras propuest as sit úan lo

35
M ient ras un Inst it ut o dedicado a las encuest as int erroga a las personas acerca de sus práct icas,
int ensiones u opiniones, los dat os nunca son puest os en relación con el grado de int erés que t ienen los
ent revist ados: no se sabe si las respuest as se han dado acorde con la sit uación, con el int erés de t rasmit ir
una imagen acorde a su ideal, int ereses, convicciones o cualquier ot ra cosa (Heinich, 1999: 34). En est e
sent ido, una frase que ut iliza el aut or puede ser út il para explicar est a sit uación: la cola t ermina agit ando al
perro (Elias, 1995b: 160).
36
La Sociedad est á const it uida por individuos que, en sus int eracciones r ecíprocas, generan figuraciones. Sin
embargo, est as figuraciones no se limit an sólo al espacio de cont act o inmediat o. Exist en figuraciones de
cont act o inmediat o ent re los individuos como la familia hast a figuraciones más complejas como el Est ado-
nación. En est e sent ido, la Sociedad es una gran figuración const it uida por sub-figuraciones hast a llegar al
nivel mínimo const it uido por los individuos dándose así una jerarquía de unidades sociales
int errelacionadas (Elias, 2002: 73; M ont esinos y M art ínez, 2001: 826).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

colect ivo por encima de los niveles de int egración individual al ser humano. Aunque la

idea de ent ramado aparece en ot ras propuest as analít icas, Elias señala que su esquema

37
t eórico implica un nuevo act o de dist anciamient o (Elias, 1995a: 164-165). En est e

sent ido, se hace necesario t omar en cuent a est os det alles para poder elaborar precisiones

en lo relat ivo a las t écnicas que se pueden ut ilizar para desarrollar una sociología
28
figuracional.

El mét odo sociogenét ico seguido por Elias le lleva a comparar las cost umbres de

los hombres en Sociedades menos diferenciadas y la gran línea de t ransformación, que

aquí se t rat a de subrayar, aparece de modo claro y dist int o: con la diferenciación del

ent ramado social t ambién se hace más diferenciado, generalizado y est able el aparat o

38
sociogenét ico de aut ocont rol psíquico (Elias, 1987: 453).

Ot ro aspect o import ant e a considerar como f uent e de información al moment o de

invest igar desde un punt o de vist a sociológico figuracional son las represent aciones

simbólicas. Est o es posible en t ant o que –debido a formas muy definidas de regularización

social dent ro de una misma Sociedad- t odos sus miembros pueden ident ifiquen con las

37
Con los t érminos «dist anciamient o» y «compromiso» Elias remit e a dos t ipos de comport amient o e
impulsos vit ales en lo referent e a las relaciones de una persona con ot ras, con objet os no-humanos y
consigo mismo. No son t endencias independient es del ser humano: no remit en a dos grupos separados de
hechos psíquicos sino cat egorías que describen los ext remos de un cont inuo. La dist ancia remit e a lo
racional u objet ivo [que lleva al dominio de sí mismo] mient ras que el compromiso inclina a lo irracional o
subjet ivo, ext endiéndose ent re est os dos polos una escala de modelos int ermedios .El nivel de desarrollo
social det ermina que el comport amient o de cada grupo o de cada individuo de un grupo t ienda t ienda a
uno de ést os debido a presiones sociales o psíquicas y lleve a que los individuos experiment en sus
sensaciones o at ribuyan significado según las formas de saber alcanzado por su evolución social. Ningún
grupo o individuo puede llegar a est os ext remos en t érminos absolut os: la vida social se quebraría (Elias,
2002).
38
“ … los element os del proceso incont rolable que podía ut ilizar para dominar en provecho de su propia
supervivencia las condiciones bajo las cuales se desarrollaba aquel proceso. Al represent arse
simbólicament e la est ruct ura y la dirección del curso de los acont ecimient os, descubrió un camino para
escapar de ést e. Como puede verse, en est a sit uación el grado de dominio sobre uno mismo y el grado de
dominio sobre el proceso eran int erdependient es y complement arios. ” (Elias, 2002: 106)
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

mismas a diferent es objet os de conocimient o t angibles o int angibles en un sent ido

aproximado (Elias, 2000b).

Una t écnica que Elias recomendó fue el uso de los pronombres personales. «Yo» es

sint omát ico del caráct er del conjunt o, señalizador de posiciones específicas de las

personas que se comunican en sus mut uas relaciones. Est a posición –que puede aplicarse
29
a t odos los grupos humanos- sólo puede ser ent endida en conexión con las demás

posiciones represent adas por los ot ros miembros de la serie. No exist e «Yo» sin «Tú», «Él»

o «Ella», sin «Nosot ros», «Vosot ros» o «Ellos» (Elias, 1995b: 149). Con ello se pueden ver

las orient aciones recíprocas ent re los individuos. Un import ant e a considerar es que la

relación AB engloba en realidad dos relaciones dist inguibles: por un lado AB vist a desde A,

que es muy diferent e a la relación AB vist a desde B. La serie de pronombre aport a un

mat erial concept ual adapt ado para la comprensión de los fenómenos sociales desde una

perspect iva relacional (Elias, 1995b: 149-152).

Ot ra est rat egia met odológica ut ilizada por Elias fue la lit erat ura. Se ha señalado

cómo Elias ut iliza profusament e la lit erat ura como ejemplificación de sus propuest as

t eóricas en el campo de la sociología. Es recurrent e el empleo de t ext os lit erarios como

una forma de aclarar concept os sociológicos, como modelo explicat ivo de formas de

conduct a o de relaciones y ent relazamient os const ant es de los individuos. La lit erat ura

cumple un papel muy import ant e desde est e punt o de vist a, si bien un papel clarament e

subordinado a la t eoría sociológica, como mera forma de aclaración de las cat egorías de la
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

39
ciencia social. Elias no ut iliza la fuent e lingüíst ica sólo con caráct er argument at ivo,

t ambién la ut iliza con propósit o de fuent e de información. En El proceso de la civilización ,

considera import ant e para la sociología la hist oria det allada de las palabras, el análisis de

40
sus orígenes y cambios sociales es import ant e para la sociología. Como discípulo de

M annheim, considera que el florecimient o de palabras dent ro de una lengua indica casi
30
siempre t ransformaciones en la vida de los seres humanos, especialment e cuando se t rat a

de concept os que est án dest inados a permanecer en el cent ro de la act ividad humana.

Génesis y evolución de las palabras, génesis y evolución de las formas de pensar, sent ir y

comport arse, génesis y evolución de det erminadas inst it uciones sociales, configuran el

núcleo de una t eoría de la civilización concebida como un proceso hist órico con diversas

variant es nacionales en el que se va dando un cont rol cada vez mayor del individuo y una

t ransformación de las formas ext ernas de coacción en formas de aut ocoacción (González

García, 1994).

¿Est udiar grandes unidades sociales, o más bien pequeñas? Est a pregunt a no t iene

una respuest a fácil. Ant e ella, Elias responde cuáles son las oport unidades y las

limit aciones para cada una de las opciones. En el caso de unidades de observación como

las mult it udes y poblaciones, un objet ivo apropiado es el desarrollo de modelos t eóricos

39
González García (1994) da cuent a y analiza cómo Elias ut iliza t ext os lit erarios para const ruir o explicar
concept os. En un ensayo ut iliza el cuent o “ El descenso de M aelst röm” de Edgar Allan Poe para explicar la
dialéct ica compromiso/ dist anciamient o y el concept o «doble vínculo» o «doble enlace» (Elias, 2002). En
“ La Sociedad de los individuos” recurre a Goet he y Rilke para exponer su punt o de vist a (Elias, 2000a). En
el ensayo “ Civilización y violencia” , Elias explica la violencia a t ravés del cuent o “ El pueblo cont ra el
pueblo” de Walt er Bluhm (Elias, 1994: 145).
40
La mayor originalidad de El Proceso de Civilización fue haber ut ilizado como objet o de invest igación
sociológica un t ema aparent ement e fút il: las maneras de administ rar las funciones corporales. Para ello,
ut ilizó los manuales de civilidad de Renacimient o como corpus de análisis, pudiendo no sólo ilust rar el
est ado de las cost umbres sino verificar su evolución (Heinich, 1999).
N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

de una unidad compuest a cont emplada como un t odo, es decir, una lect ura est ruct ural

(Elias, 2002: 64). Quien est udia aspect os de figuraciones universales en el marco de una

comunidad de pocos miles de habit ant es t iene que cont ar de ent rada con algunas

limit aciones obvias para su invest igación, la cual t ambién implica vent ajas: la ut ilización de

una unidad social pequeña como foco de invest igación sobre problemas que se pueden
31
encont rar en una gran variedad de unidades sociales mayores y más diferenciadas,

posibilit a la explot ación de est os problemas con considerable det alle o, como dice el

propio aut or, «bajo el microscopio». Se puede const ruir un modelo explicat ivo a pequeña

escala de la figuración que se considera universal; un modelo que puede ser probado,

ampliado y, de ser necesario, revisado a t ravés de est udios sobre figuraciones

relacionadas, a mayor escala… Al aplicarlo como un medidor a ot ras figuraciones más

complejas de est e t ipo, se pueden ent ender mejor las caract eríst icas est ruct urales que

t ienen en común y las razones por las cuales, bajo condiciones diversas, ellas funcionan y

se desarrollan de diferent es modos (Elias, 1998: 84).

Id eas f i n al es

Dos ideas pueden resalt arse como claves en la propuest a analít ica eliasiana para el

est udio de la Sociedad. Por un lado, el element o figuración como est rat egia de int egración

de lo individual y lo colect ivo. Por el ot ro, la int egración de lo social y lo psicológico a

t ravés de los concept os psicogénesis y sociogénesis.


N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

Para Elias, la Sociedad est á const it uida por muchas personas individuales que –por

su alineamient os, int eracciones y dependencias recíprocas y funcionales- const it uyen

ent re sí ent ramados de int erdependencias o figuraciones con equilibrios de poder más o

menos inest ables del t ipo más variado. Los individuos est án en una Sociedad de individuos

-cuya exist encia no t iene sent ido- que const it uyen redes de individuos, conformando lo
32
que denomina «figuras sociales»: pueblos, familias, grupos, fábricas, et c. Ya

ant eriorment e el aut or había definidos a est as cat egorías como cosificaciones, pero al

señalarlas con figuras sociales las conviert e en ent idades const it uidas por personas en

int eracción que ejercen presión específica sobre esas mismas personas.

El concept o de figuración plant ea, de est e modo, que el cambio social –t ema clave

en la invest igación sociológica- pueda analizarse t ant o a nivel colect ivo como a nivel

individual, aspect o considerado en la dist inción ent re el análisis psicogenét ico y el análisis

sociogenét ico. La invest igación psicogenét ica, como su nombre lo indica, cent ra su int erés

en la psicología de los individuos. La invest igación sociogenét ica t iene mayor alcance y

cent ra su int ernes en la est ruct ura general –no en una única Sociedad est at al- del campo

social formado por un grupo de Sociedades int erdependient es y del orden secuencial de

su evolución

Llama la at ención que una propuest a t an innovadora, t odavía hoy, se mant enga

casi a nivel del desconocimient o. El concept o de figuración es una cont ribución

import ant e que puede cont ribuir a desarrollar una sociología que aproveche el dat o

hist órico para const ruir un conocimient o dinámico y relacional del cambio social.

Ciudad Universit aria de M aracaibo, oct ubre de 2009


N ORBERT ELIAS: ELEM ENTOS PARA UNA SOCIOLOGÍA FIGURACIONAL DE LA SOCIEDAD

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