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LOS DEFRAUDADORES DE SEGUROS

AL DESCUBIERTO

“Explicación de varios tipos de fraude con ejemplos reales”


Índice

¿Por qué habría que leer este libro electrónico? 3

Capítulo 1 4
Definición del defraudador

Capítulo 2 8
El defraudador oportunista
• El fraude derivado de un hecho
• El fraude puntual frente al fraude estructural
• Historia de un fraude: La dentista Donna

Capítulo 3 12
El defraudador semiorganizado
• Fraude externo
• Fraude interno
• Historia de un fraude: El taller de Ralph

Capítulo 4 15
El defraudador organizado
• Corredores e intermediarios
• Colisión para conseguir dinero
• Historia de un fraude: Matteo de Malta

Conclusión 18
¿POR QUÉ HABRÍA
QUE LEER ESTE LIBRO
ELECTRÓNICO?
Los defraudadores de seguros al descubierto permite vislumbrar el
mundo del defraudador de seguros.

Independientemente de que se trabaje en siniestros, finanzas, suscripción


o en la Unidad Especial de Investigación (UEI ), el fraude es algo que
todos tienen que afrontar. El defraudador moderno no sigue las reglas
y las normas establecidas por una organización, sino que innova con
malicia para encontrar las lagunas que le benefician. Una compañía de
seguros multinacional presente en todo el mundo podría ser el objetivo,
pero también un pequeño corredor que se encuentre a la vuelta de la
esquina. Y el fraude es perjudicial. Ralentiza los siniestros legítimos,
aumenta las primas y puede poner en peligro a víctimas inocentes. La
sociedad carga con los resultados, sea cual sea su magnitud.

Después de leer este libro electrónico, debería quedar claro qué es lo


que impulsa al defraudador, cómo disuadirlo y cómo ir por delante de su
juego. Además, este libro también presenta una recopilación de historias
reales*, a veces increíbles. Proceden de la memoria de personas con
años de experiencia en el campo del fraude en seguros .

* Se ha eliminado la identificación de todas las referencias a nombres, personas y lugares.

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DEFINICIÓN DEL DEFRAUDADOR

Antes de entrar en los ejemplos de fraude en seguros, conviene explicar


qué es realmente el fraude y las posibles razones por las que se produce.
Esto puede ayudarle a entender los motivos de las personas implicadas
en los ejemplos reales.

Fraude
Perversión intencionada de la verdad para inducir a otra persona a
desprenderse de algo de valor o renunciar a un derecho legal.

Defraudador
Una persona que comete un fraude.

Disuasión del fraude


La identificación proactiva y la eliminación de los factores causales y
facilitadores del fraude. La primera vez que se utilizó la palabra defraudador
se remonta a 1960. Sin embargo, este fenómeno es tan antiguo como el
camino hacia Roma.

El defraudador. ¿Se trata de un grupo definible de personas o son los


defraudadores, simplemente personas que viven su vida como gente
“normal”, aunque con una faceta “provocadora”?

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Por lo general, las personas suelen comportarse como gente normal y
hacen el bien. Sin embargo, hay muchas razones por las cuales “hacer el
bien” puede convertirse en una zona gris. Si el gris se convierte en la norma,
la situación podría empeorar y provocar que las personas se conviertan en
defraudadores repetitivos. Es posible que no tuvieran la intención de llegar
a ser así, sino que algo les empuja en esa dirección. Muy raramente es
la ocasión la que hace al defraudador; hay muchos más elementos, como
pronto descubrirá.

El tamaño del fraude podría variar entre una ocasión puntual y un fraude
organizado a gran escala. Hay muchísimos escenarios posibles. A veces,
el defraudador actúa a partir de una necesidad inmediata, por ejemplo, si
necesita dinero. También puede ocurrir que alguien empiece a cometer un
fraude porque la presión del entorno es demasiado grande; por ejemplo,
si el defraudador vive por encima de sus posibilidades. El fraude se puede
producir dentro de una empresa, o una empresa puede sufrir debido a
un defraudador externo. El fraude puede ser puntual o sistemático. En
el primer caso, el fraude termina en cuanto el defraudador alcanza un
objetivo determinado. Los defraudadores sistemáticos encuentran lagunas
en la defensa de cualquier organización para aprovecharse de la situación
a gran escala.

Sea cual sea la ocasión, el fraude no se produce al azar, sino que se da en


unas determinadas condiciones. Esas condiciones se definen en lo que se
conoce como triángulo del fraude. Si uno de los pilares, en combinación con
un equilibrio ponderado de riesgo-ganancia, presenta suficiente potencial,
el fraude queda justificado para el defraudador.

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El triángulo está compuesto por cuatro factores, que se encuentran en
todas las situaciones de fraude:
• Racionalización: la mentalidad del defraudador que justifica perpetrar
el fraude.
• Presión percibida (o motivo): la necesidad o la razón para cometer el
fraude.
• Oportunidad percibida: la situación que permite que ocurra el fraude.
• El riesgo ético: un factor que se aplica a todos los factores mencionados
anteriormente.

El modelo del triángulo del fraude se aplica a todos los elementos descritos
anteriormente. Suele existir un riesgo bajo de ser descubierto, ya que las
prioridades para atrapar a los defraudadores son bajas. El bajo riesgo,
combinado con unos beneficios que suelen ser importantes y el hecho de
que siempre hay una oportunidad de comportarse de manera fraudulenta,
hace que el fraude compense.

Detener el fraude significa eliminar las oportunidades atractivas para


el defraudador. Se podría tratar de iniciativas a corto o largo plazo. La
oportunidad percibida es, a lo lejos, la que más fácilmente se puede
influir. Las empresas podrían aumentar la concientización sobre el fraude
en todos los niveles para elevar el estandar. Cuanto más esfuerzo tenga
que hacer un defraudador para cometer un fraude, menos atractivo le
resultará cometerlo. La presión percibida se puede reducir cambiando las
circunstancias externas; por ejemplo, cambiando el hábitat del defraudador.
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La racionalización quizás sea el factor más difícil de reducir, ya que consiste
en un equilibrio entre lo que hay en la mente del defraudador y su idea de
la realidad.

Los defraudadores son inteligentes y se aseguran de no llamar la atención.


Utilizan un modus operandi distinto, diferentes aseguradoras e identidades
falsas, simplemente para asegurarse de que no los descubran.

El éxito en la detección del fraude organizado varía según la cultura y suele


ser un tema delicado. Imagine a detectives hombres y mujeres, que llevan
puesto un traje o unos vaqueros y un jersey, y hablan con elocuencia o con
la jerga de la calle.

En este libro electrónico, el fraude se describe desde tres perspectivas


diferentes:
• Fraude oportunista
• Fraude semiorganizado
• Fraude organizado

“ Una vez que los defraudadores


cometen un fraude en una
aseguradora, pasan fácilmente a
otra.

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FRAUDE OPORTUNISTA

El primer grupo de defraudadores está compuesto por quienes cometen el


fraude conocido como oportunista u ocasional. La gente dice una mentirilla
en beneficio propio. Se beneficia intencionadamente de una situación que
llama a un comportamiento fraudulento. O ve una posibilidad de conseguir
dinero fácil gracias a un error de reglamentación en la empresa.

En este grupo de defraudadores oportunistas se distinguen dos grupos:


• El fraude derivado de un hecho
• El fraude puntual frente al fraude estructural

El fraude derivado de un hecho


Es la forma más habitual de cometer fraude. La mayoría de las personas ni
siquiera lo considerarían un fraude, ya que lo consideran algo insignificante
y nada perjudicial. La probabilidad de ser descubierto es muy baja y
los hechos suelen ser tan poco importantes que no vale la pena seguir
investigándolos.

Lo que sucede con mucha frecuencia en las aseguradoras es que tienen


que afrontar siniestros de daños antiguos que se presentan como daños
nuevos. Alguien podría conducir durante meses con un parachoques
con arañazos, sin atreverse a reclamar los daños porque se reduciría el
número de años sin siniestros. Tras producirse una colisión grave, los
daños se podrían utilizar para conseguir el importe definitivo reclamado a
la compañía de seguros.
Otro ejemplo frecuente son las personas que compran un vehículo sin GPS.
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Poco después de la compra, esas personas acuden a su aseguradora,
afirmando que les han robado el sistema GPS. Después de cobrar, es
entonces cuando añaden una unidad GPS a su vehículo.

También podría tratarse de una “interpretación errónea” de las facturas


recibidas. Alguien vuelve de sus vacaciones y envía a la compañía de
seguros una nota manuscrita muy educada de la tienda en la que se compró
unas gafas de sol nuevas después de que se le rompieran las gafas viejas.

El importe se reclama en moneda local, ya que corresponde a diez veces el


valor de la moneda utilizada en la dirección de las vacaciones. A veces, las
personas incluso llegan a utilizar unos daños para reclamarlos en varias
ocasiones.

Como se ejerce mucha presión sobre los gestores de siniestros para


que actúen con rapidez y eficacia, estos casos apenas se estudian e
investigarlos resulta complicado porque su valor es muy bajo. Las personas
implicadas no consideran que su comportamiento es fraudulento, ya que
están aseguradas, siempre pagan sus facturas y es posible que nunca
hayan presentado una reclamación.

El fraude puntual frente al fraude estructural


Los casos de fraude derivado de un hecho suelen ser fraudes puntuales.
También se dan casos en los que el fraude se vuelve más estructural y se
organiza mejor. A veces, esos casos se apoyan en un grupo de personas
impulsadas por un acontecimiento especial o por varias personas que ven
la posibilidad de ganar un dinero fácil.

Los vehículos de empresa suelen dar lugar a comportamiento fraudulento.


Todos hemos oído hablar del tipo que tenía el privilegio de conducir un
vehículo de empresa. Sin embargo, iba a trabajar todos los días en bicicleta.
Tras un tiempo, la empresa decidió comprobar qué estaba pasando, ya que
los registros reflejaban que estaban pagando combustible. Se descubrió
que la esposa del empleado tenía una autoescuela y estaba encantada de
utilizar el vehículo de su marido en su negocio.
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La dentista Donna

EUn ejemplo de un fraude terrorífico y muy bien preparado es el


de la dentista Donna. Este extraño ejemplo de una colisión puntual
para obtener dinero sucedió así:

Donna, una dentista, contaba con una


clientela propia. Después de unos años de
prosperidad, tuvo problemas para llevar las
facturas al día. Se dio cuenta de que podía
solicitar varias pólizas de seguro de vida en
varias aseguradoras. Como Donna era muy
lista, se aseguró de extender la cobertura
de la póliza: algunas pólizas se pagarían
inmediatamente y otras, a lo largo del tiempo. Como estaba muy
bien asegurada, se vio implicada en un choque de un solo vehículo.

Durante el choque, el volante giró con tanta rapidez que le arrancó


el pulgar, lo que le impedía seguir practicando su profesión.
Como resultado, las aseguradoras tuvieron que pagar a Donna
los importes asegurados. Sin embargo, una de las aseguradoras
consideró que había que seguir investigando antes de proceder
al pago. El investigador responsable observó que el pulgar se
había arrancado con mucha delicadeza. Además, la investigación
demostró que la mano contenía sedantes procedentes de una
clínica dental. Donna tuvo que admitir que con la simulación del
accidente había querido convertir los malos resultados de su clínica
en una gallina de los huevos de oro.

Al final, no solo perdió el pulgar, sino también su clínica y su


credibilidad, en lo que debería haber sido un caso de fraude brillante.

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Como habrá observado, hay pocas barreras ante estos tipos de fraude. Por
lo general, las personas no sienten las consecuencias del fraude para una
organización. Asimismo, pueden justificar que la enorme empresa a la que
llevan años pagando sus primas debería darles algún tipo de rendimiento
por su inversión. Resulta fácil para la gente cobrar dinero en una ocasión,
un dinero que se puede gastar fácilmente en algo que se quiera conseguir.

En la mayoría de los casos, estos defraudadores son típicos defraudadores


oportunistas. Con frecuencia tienen grandes deudas económicas e intentan
tapar algún agujero. Se vuelven creativos para encontrar nuevas formas de
conseguir dinero.

Lo que estas personas tienen en común es que son aficionados. Un


investigador ve desde lejos estos intentos de fraude. A veces, la simplicidad
de los intentos provoca vergüenza ajena:

• Un documento de identidad copiado con un nombre y una dirección en


tipos de letras distintas.
• Suscripción de varias pólizas de seguro nuevas en la misma compañía
para conseguir dinero reclamando un suceso varias veces.
• Presentación de una reclamación antigua por segunda, tercera o cuarta
vez, ya que las reclamaciones inferiores a un determinado importe no
se investigan.

La situación se complica cuando el fraude es menos oportunista y más


organizado. En esos casos, debería llevarse a cabo una investigación seria.

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FRAUDE SEMIORGANIZADO

El fraude semiorganizado va un poco más lejos que el fraude ocasional. No


se produce accidentalmente, sino que se trata de una ocasión específica
en la que la oportunidad percibida es importante. Por lo general, se trata
de un fraude puntual que ha salido bien y se puede repetir fácilmente. El
riesgo ético es bajo y, en ocasiones, el fraude incluso da un cierto estatus
al defraudador en un grupo de amigos o colegas.

Este tipo de fraude se puede dividir en dos categorías:

• Fraude externo
• Fraude interno

Fraude externo
En ocasiones, las personas encuentran medios fáciles para ganar dinero.
El riesgo de ser descubierto y la prioridad de que se detecten pequeños
intentos de fraude son bajos.

Sigue siendo bastante fácil asegurar un vehículo varias veces con nombres
distintos. En este caso, ¡un hombre repitió el engaño con 17 aseguradoras!
Después de pagar a todas las aseguradoras un solo plazo de una prima,
reclamó daños a todas las aseguradoras y consiguió que le pagaran.
Solo hubo un investigador de fraudes al que se le ocurrió consultar una
base de datos para comprobar si el siniestro era o no el primero de esa
clase. Descubrió que la matrícula del vehículo aparecía muchas veces
con los mismos daños. Había dado en el blanco: el defraudador quedó al
descubierto. 12
El taller de Ralph

Ralph tiene un taller desde hacía muchos años. Es un mecánico


excelente y tiene una gran cartera de clientes. Siempre paga
el alquiler, no tiene antecedentes policiales y nunca ha tenido
problemas con las compañías de seguros. La gente confía en Ralph.

Sin embargo, Ralph se da cuenta


de que para mantener a su familia
necesita ganar más dinero con el
negocio. Sabe que cada vehículo
dañado puede aportarle dinero gratis.
Cada año, aproximadamente 1,5
millones de airbags se despliegan en los choques, salvando miles
de vidas. Ralph tiene el privilegio de reemplazar varios de estos
airbags cada mes. Cada vehículo que entra en su taller para ser
reparado se equipa con un nuevo airbag como parte del proceso.

La compañía de seguros recibe una reclamación en la que se indica


la sustitución. Lo que la gente no sabe es que Ralph no utiliza los
airbags con certificación oficial. En lugar de ello, sustituye esos
costosos airbags por otros de imitación, mucho más baratos. La
compañía de seguros sigue recibiendo una reclamación por
el tipo original, y así Ralph se enriquece con dinero extra. Este
comportamiento no solo es fraudulento, sino que también supone
un riesgo para la vida.

Esto sucede con más frecuencia de lo que se imagina. Hay muchos


talleres honrados, pero también hay muchos talleres fraudulentos.
Un consejo: pida siempre un informe del vehículo y compruebe
la luz del airbag, que debería encenderse brevemente para luego
apagarse.
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Fraude interno
El fraude también podría producirse entre las paredes (extendidas) de una
aseguradora, desde sus agentes hasta sus empleados.

En el Reino Unido, un Departamento especial de Lucha contra el fraude


en seguros (IFED, por sus siglas en inglés) advierte a los empleados de
las aseguradoras sobre los métodos utilizados por los defraudadores para
intentar acceder a los datos de los clientes. Esta unidad particular de la
Policía metropolitana de Londres ha publicado informes que indican cómo
los delincuentes se acercan a los empleados del Sector Seguros en pubs,
restaurantes o las redes sociales.

Además, esos informes reflejan que los empleados de seguros también


son objeto de espionaje y se acercan a ellos cuando salen de la agencia
de seguros y van caminando hacia su vehículo o el transporte público. Una
vez obtenida la información de los clientes, se utiliza para realizar llamadas
molestas a esos clientes, que se sienten acosados e intimidados por las
empresas de gestión de siniestros. Luego, esas empresas presentan
reclamaciones de seguros falsas o exageradas “en nombre” del cliente,
que nunca habría presentado una reclamación de ese tipo de no haber
sido por esa situación. Los defraudadores también pueden utilizar los
datos confidenciales de los clientes para cometer otros delitos de fraude
de identidad.

Los empleados de un departamento de deudas suelen estar autorizados


a llegar a acuerdos de pago con los clientes. En este caso, un empleado
descubrió que cuando un pago acordado ascendía a menos de 0,03
céntimos, este importe no se cargaba, ya que los costos serían demasiado
altos. Tras descubrir esto, dividió su póliza personal en fracciones inferiores
a 0,03 céntimos, y así consiguió que la póliza le saliera gratis. Le salió bien y
repitió la jugada con las primas de sus amigos y familiares. Como resultado,
la compañía de seguros no cobró ninguna prima de varias pólizas activas.
El empleado y sus amigos siguieron estando bien asegurados, pero llegó
un momento en que este cuento de hadas salió a la luz.
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FRAUDE ORGANIZADO

A lo lejos, los casos de fraude más perjudiciales se producen de forma


organizada. Aunque los ejemplos de fraudes ocasionales y fraudes
semiorganizados sí constituyen riesgos para una compañía de seguros,
no llegan en absoluto al porcentaje de pérdida de ingresos del fraude
organizado.

Corredores e intermediarios
Los intermediarios consiguen provisiones por hacer crecer la cartera de
una aseguradora. Por lo tanto, también suscriben pólizas a personas que,
por su pasado, nunca deberían conseguir una póliza. Como el intermediario
puede ajustar las respuestas a las preguntas de forma que todo parezca
viable, la aseguradora acepta al cliente. Los intermediarios también pueden
ayudar a los clientes rechazados en una aseguradora para que presenten
su suscripción en otras aseguradoras hasta ser aceptados. Aunque
pareciera que las agencias más pequeñas son las que tendrían que estar
más implicadas en estos casos, esto también puede representar toda una
“cultura” en las agencias más grandes. Este tipo de fraude suele ocurrir
porque el intermediario tiene una relación más cercana con el cliente que
con la compañía de seguros.

Ejemplo real: una compañía de seguros ofrecía precios dinámicos, en los que
los descuentos se basaban en la edad del asegurado. Los intermediarios lo
sabían y, tras un tiempo, la compañía de seguros descubrió que su cartera
incluía una cantidad extremadamente alta de personas de 30 a 35 años.

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¿Qué había ocurrido? Los intermediarios recomendaron a sus clientes
que eligieran el seguro por el intervalo de edad bonificado con el mayor
descuento, aunque no pertenecieran a ese intervalo de edad en cuestión.
Aparentemente, la satisfacción de los clientes era más importante que la
honradez.

Tratar al cliente como un rey da suele dar lugar a situaciones fraudulentas.


En este ejemplo, un corredor de seguros tenía un cliente que era portero.
Este portero cobraba un sueldo relativamente alto para su puesto y siempre
cobraba en efectivo. Invirtió una gran parte de su dinero en edificios
pendientes de construcción, siempre a través del mismo corredor. Llegaron
a un acuerdo sobre una construcción en la que el portero solamente tenía
que pagar una vez entregado el edificio. Así podía invertir una gran cantidad
de dinero en muchas propiedades sin correr con los riesgos. Tras la entrega
del edificio, alquilaba las viviendas para cubrir sus inversiones e hipotecas.
El corredor no debería haber aceptado esto, pero se benefició de un cliente
satisfecho y no lo comunicó.

Colisión para conseguir dinero


Un método de fraude cada vez más frecuente es el de la colisión para
conseguir dinero. En el Reino Unido, los costos de los accidentes simulados
se estiman en 400 millones de libras esterlinas al año. La idea de la colisión
para conseguir dinero consiste en preparar un accidente en el que se pueda
reclamar dinero al seguro.

Hay tres formas conocidas de simular un escenario de colisión para


conseguir dinero:
• Una colisión provocada deliberadamente por el defraudador, que frena
de repente para provocar una colisión con el vehículo que circula detrás.
• Una colisión simulada por dos defraudadores que actúan juntos.
• Una reclamación falsa por una colisión que nunca ocurrió.

La compañía de seguros debe evaluar el siniestro minuciosamente, ya que


a veces resulta difícil saber si la reclamación es genuina o no. Es decir,
hasta que se descubre un patrón determinado.
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Matteo de Malta

En enero de 2016, en Malta se juzgó a 22 personas por su implicación


en un gran caso de fraude en seguros. La banda de defraudadores
fue descubierta con relativa rapidez, porque las compañías de
seguros implicadas intercambian datos. A partir de esos datos,
surgieron patrones que señalaban un fraude.

Una banda de defraudadores no aparece


de la noche a la mañana. El caso de
los defraudadores de Malta empezó,
muy probablemente, con un siniestro
válido entre un habitante de la isla y
un turista con un vehículo de alquiler.
El accidente, afortunadamente, solo provocó daños materiales. El
turista era el culpable y la compañía de seguros contaba con unos
procesos administrativos correctos. En resumen, un caso sencillo.
El maltés, a quien llamaremos Matteo, presenta un siniestro, pero
no repara los daños. En lugar de ello, se queda con el dinero del
pago del siniestro. Se lo cuenta a un amigo, que se siente atraído
por el dinero fácil y sugiere que preparen un accidente similar.
Eligen otra compañía de seguros y el segundo siniestro también
se paga. De repente, Matteo y su amigo tienen mucho dinero fácil
para gastar y otras personas empiezan a darse cuenta.

Así es cómo surge una red de amigos y conocidos, compuesta


por personas que se piden prestados sus vehículos, unas a otras,
para cobrar siniestros falsos. Los accidentes se preparan y varias
personas reclaman los mismos daños a varias aseguradoras. Como
suele suceder con casos así, la situación se fue intensificando
rápidamente. ¿Para qué se va a hacer un gran esfuerzo con unos
daños de carrocería que solo cuestan unos cientos de euros? Los
importes aumentan y llegan incluso a dispararse hasta una pérdida
total ficticia de € 27,000.
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CONCLUSIÓN
La honradez es la mejor política

Resultaría difícil imaginar un mundo en el que nadie respetara las normas.


Las personas como Donna, Ralph y Matteo no tienen forzosamente la
intención de defraudar o convertirse en defraudadores. Quizás crean que
es una buena ocasión o sientan presión para mantener las apariencias, o
crean que se pueden conseguir beneficios muy fácilmente.

Como hemos visto, el fraude también puede ser perjudicial y se tiene que
tomar en serio. Los siniestros legítimos deberían tratarse correctamente
y las primas deberían ser honestas, y a ninguno de nosotros nos gustaría
ver un aumento de víctimas inocentes. Por lo tanto, es mejor prevenir que
curar. En un mundo ideal, se detiene al defraudador al principio.

En la actualidad, se pueden detectar muchos riesgos potenciales de fraude


en seguros gracias al historial de seguros o las relaciones de una persona.
Indudablemente, esto ayuda a la aseguradora a mantener una cartera
saludable en la que las primas sean lo más honestas posible. Además, los
empleados de seguros pueden recibir formación sobre cómo detectar un
fraude potencial. Tienen que seguir los pensamientos de un defraudador
para descubrirlo. Hay que ponerse a la altura del cliente, pero pensar como
un defraudador.

Al atar cabos entre los siniestros y las personas aparecen vínculos que,
de lo contrario, serían difíciles de descubrir. Y cuanto antes se descubra a
un defraudador, mejor. Si las aseguradoras colaboran más estrechamente
y comparten sus datos, tanto a nivel nacional como internacional, se
reforzaría la lucha contra el fraude.
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Acerca de los autores
FRISS se dedica al 100 % a la detección de fraude y la mitigación de
riesgo para las compañías de seguros de no vida en todo el mundo.
FRISS ayuda a las aseguradoras a mejorar su ratio combinado para
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aseguradoras de confianza en el mercado. FRISS cree en las primas de
seguros honestas y justas para todos.

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de 120 implementaciones con aseguradoras. La configuración específica
del cliente constituye la parte principal. En lugar de utilizar un software
analítico de carácter general o sistemas internos que hay que desarrollar
desde cero, FRISS es una solución prediseñada en su mayor parte y, por
lo tanto, es una solución comercial lista para usar.

Como estándar probado, la puntuación FRISS permite tomar mejores


decisiones. Constituye el fundamento de las soluciones e indica el
riesgo de cada presupuesto, póliza o siniestro. FRISS se preocupa por
su cliente antes, durante y después de la implementación. El Ciclo de
aprendizaje de FRISS facilita una trayectoria de mejora continua para
seguir por delante en una época dinámica y mantenerse para el futuro.

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