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Benjamin Constant y La Cuestión Francesa.
Benjamin Constant y La Cuestión Francesa.
La figura elegida para el ensayo es Benjamin Constant. Nacido en 1767 veremos cómo
desde muy joven estuvo en contacto con las ideas surgidas en occidente a partir de la
Ilustración, experimentando en sus propias carnes, como consecuencia de sus constantes
viajes, cómo las interpretaciones de éstas variaban de unos lugares a otros. A parte de su
prosa literaria, que a modo de memorias (El cuaderno rojo), de diario (Diario íntimo) o de
novela autobiográfica (Adolph) nos deja constancia de sus experiencias en los círculos
intelectuales y políticos de la época (que tendían a ser lo mismo) y son de una reconocida
calidad; se recuerda a Benjamin como uno de los grandes defensores y teóricos de la
libertad, con escritos como su discurso "De la libertad de los antiguos comparada con la
de los modernos" pronunciado en el ateneo de París en 1819.
Es precisamente ese discurso el que se ha utilizado como bibliografía principal del
ensayo, pues en opinión del ensayista, el discurso no es sino un intento de evitar a otros el
enorme pesar que, para Benjamin Constant y muchos de los intelectuales de la época,
supusieron sus bienintencionados errores. La fuente principal se ve complementada por los
ya mencionados Diario íntimo y El cuaderno rojo que servirán para conocer los círculos
por los que nuestro personaje se movía.
El ensayo está dividido en una primera sección teórica, que estudia los posibles modo
de relación de una obra con su contexto, y otra en la que se procede a relacionar, en base a
la teoría, producción intelectual e implicación. La parte práctica estudiará, en base a los
dos elementos que, como veremos más adelante, intervienen en la producción de la obra,
las posibles conexiones con los distintos procesos de los que fueron testigos.
Como particularidad, este ensayo va a tener una estructura doble: La primera parte del
ensayo se dedicará al estudio riguroso de las posibles relaciones que puedan establecerse
entre una obra y la experiencia de su autor; para ello será necesario estudiar la naturaleza
de la obra. En segundo lugar, una vez establecidos los tipos de conexión posibles, se verá
cuales son las relaciones que en la obra de Constant podemos apreciar.
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Diez Urretavizcaya, Andrés Hª Mundo Contemporáneo Grado en Filosofía
En vistas a cumplir los objetivos académicos del presente proyecto, que se podrían
resumir en establecer la relación entre la producción intelectual de un pensador del S. XIX
y su implicación vital en algún proceso o acontecimiento histórico, me veo obligado a
empezar preguntándome ¿Qué es exactamente la producción intelectual? Para, una vez
definida, analizar el modo en el que puede relacionarse o no con su realidad.
Cualquier producción intelectual es en esencia lo mismo, un tránsito, de una posición
inicial de ignorancia, aún cuando ésta es parcial, respecto de un objeto, a una posición final
de comprensión, según el razonamiento del productor. Este tránsito no es sino una
representación del proceso de aprendizaje que vivió el autor, a veces contado en directo.
Una vez establecida la relación entre la obra y el proceso de aprendizaje de su autor, es en
éste último en el que nos centraremos para ver de qué modo se relaciona con su contexto.
En el aprendizaje se pueden diferenciar dos elementos que se relacionan: el sujeto y el
objeto. El sujeto posee, en relación al aprendizaje, una serie de estructuras de
entendimiento y un cuerpo de conocimientos, previa experiencia del objeto; una vez se da
la experiencia, manteniéndose invariantes las estructuras, el cuerpo de conocimiento se
actualiza. En este sentido el cuerpo de conocimiento a priori, como punto de partida y con
la intención de entender el objeto, hace uso de un sistema de representación que
evidentemente, por nunca haber tenido la experiencia, no puede representar de modo
correcto al objeto, pero tras la experiencia y mediante la acción del entendimiento el
sistema de representación evoluciona, arrojando luz en zonas donde antes había oscuridad
o matizando lo que se encontraba desdibujado. Sin embargo el sistema de representación
no es el único que evoluciona, paralela a la de éste, tiene lugar otra evolución: la del objeto
como experiencia fenoménica, es decir, el objeto que tu experimentas en un primer instante
evoluciona junto con el sistema de representación que lo observa, siendo cada vez más él.
Resulta evidente que cualquier relación existente entre obra y contexto, que será la
misma que éste tenga con el proceso mental al que refiere aquella, debe aludir o al sistema
de representación a priori del sujeto, o a los objetos a los que se refiera. Las influencias en
el ámbito del a priori serán un conjunto de las corrientes e intereses intelectuales de la
época unido a la formación y las experiencias personales del individuo en cuestión, estas
influencias constituyen el marco teórico a partir del cual se realiza la reflexión, de éste
modo estas influencias son ineludibles. En cuanto al objeto de estudio, no está relacionado
con el contexto por necesidad (pues cada objeto tiene su propio contexto), pero la
necesidad aparece cuando la reflexión es sobre la actualidad; los objetos propios de cada
contexto determinarán la dirección que tomen los nuevos sistemas de representación. Otra
vía que se puede abordar es el modo en que la obra puede influir en la realidad a
posteriori, así se nos abren dos posibilidades: el nuevo sistema de representación fruto de
la obra se expande y se configura como el nuevo punto desde el que una gran parte de la
sociedad observa la realidad, anteriormente veíamos como el sistema se adaptaba al objeto,
ahora una nueva perspectiva, a través de las acciones de los individuos, dará lugar a una
nueva realidad y a nuevos objetos; la obra carece de repercusión (sin tener en cuenta
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Diez Urretavizcaya, Andrés Hª Mundo Contemporáneo Grado en Filosofía
cuando esta falta de trascendencia se debe a la existencia de otra obra que comparte su
objeto), en cuyo caso veremos cómo los errores que ésta denuncia siguen cometiéndose y
las virtudes que ensalza apenas se alcanzan.
Vamos a analizar, según lo dicho anteriormente, todas las formas en las que una obra
como sobre la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos puede
relacionarse con su contexto histórico. Observaremos además cuándo estas relaciones
obedecen a circunstancias de ámbito europeo y cuándo hacen referencia al ámbito francés
en particular. Desde este punto de vista, el discurso es un estudio de los cambios políticos
de la Francia revolucionaria, desde el paradigma de libertad e igualdad típico de la
ilustración, con la intención de comprender en su totalidad los conceptos de los que este
paradigma hace uso.
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"Mi padre (...) hastiado, después de tantas tentativas inútiles, de cualquier tipo de educación privada, tomó
la decisión de inscribirme, a la edad de 14 años, en una universidad de Alemania." (Constant, El cuaderno
rojo, 2008)
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"Sabía ya un montón de palabras griegas, y estaba ocupado (...) aprendiendo la gramática griega, cuando
mi preceptor fue despedido. Tenía cinco años." (Constant, El cuaderno rojo, 2008)
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acontecidos, de los posibles significados y matices que esconde la palabra libertad. Parece
justo decir, en opinión el ensayista, que es posiblemente en base a su conocimiento de
estos movimientos políticos e intelectuales escoceses que Constant empieza a significar el
concepto de libertad colectiva o libertad política, concepto que seguirá delineando en sus
múltiples contactos con gran cantidad de príncipes alemanes ilustrados, intelectuales
europeos y políticos de todo signo 3. Sin embargo, por las propias indicaciones que
Benjamin hace en su Diario íntimo, parece adecuado poner su reflexión sobre la libertad
individual a la luz del protestantismo continental, cuyo enfrentamiento con el catolicismo
tiene, en aquella época, una importancia capital en Europa, y en Benjamin. La libertad
individual parece estar en estrecha relación con las costumbres, normalmente definidas por
la moral, de modo que muchas veces no es el poder político el único del que ésta depende;
en este sentido B. entiende el catolicismo como una religión excesivamente dogmática y
limitante con una excesiva injerencia en la vida privada, hasta suponer una amenaza contra
la libertad de los individuos4, frente al protestantismo que supone una revalorización de la
individualidad también en el contexto de la moral y las costumbres religiosas. Las
diferencias entre los distintos dogmas protestantes (Luteranismo, calvinismo,
anglicanismo...) permitió a Benjamin ver que, en último término, la libertad individual
depende de que los juicios morales, que anteceden a una acción y determinan su
conveniencia, sean propios5 y no producidos por una autoridad externa; en ese sentido
prefirió el protestantismo alemán (luteranismo) 6, que acababa con la estructura jerárquica
en pos de una horizontal, frente al anglicanismo que, al ser una consecuencia de las
disputas de poder entre el Papa y Enrique VIII, mantenía demasiadas similitudes con el
catolicismo como el poder sobre los juicios morales que ahora reside en el Rey.
También había en Benjamin referencias propias del ámbito francés. Sentía una gran
admiración por Rousseau y, aunque cuando hablemos de los objetos veamos que es crítico
con él, hace uso de su filosofía en su defensa de la igualdad; similar admiración sentía por
Montesquieu, cuya idea principal, la necesidad de establecer mecanismos a través de los
cuales se limite el poder, hace suya.
También es interesante explorar cómo en estos primeros instantes de liberalismo, la
visión del comercio es ciertamente ingenua. El aumento de libertades en materia de
comercio había supuesto siempre un aumento de las posibilidades de promoción social
(incluso había quién con dinero ascendía a un estamento superior) y sobretodo un aumento
de la libertad en general, pues el dinero permitía huir de un sistema opresor; así parece
lógico que la visión del comercio en esta época este llena de esperanzas y vaguedades.
3
En el Diario íntimo se relatan infinidad de encuentros entre Constant y todo tipo de personalidades. De gran
importancia son: Madame de Stäel, Goethe, Schlegel, Schelling, Napoleón, el zar Alejandro...
4
"(...)la disposición mental, estrecha y sumisa que favorece la religión católica." (Constant, Diario íntimo,
2008)
5
"(...) fiel al verdadero espíritu del protestantismo, reclama siempre la libertad de examen en lo que atañe a
la religión." (Constant, Diario íntimo, 2008)
6
"Día a día la religión protestante en Alemania se vuelve más una cuestión de de sentimiento que una
institución. (...) El protestantismo en Inglaterra está mucho más atrasado." (Constant, Diario íntimo, 2008)
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Esta cita es muy similar a una reflexión que encontramos en su diario: "Esta cualidad de propietario
confiere a la personalidad una independencia totalmente ajena al carácter del individuo.(...) por su sola
calidad de propietario, posee, sin embargo, un impulso de resistencia a la opresión" (Constant, Diario
íntimo, 2008)
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encontraría la sociedad tras el fin del terror) empieza el análisis de la segunda etapa. La
segunda parte del discurso es un intento por descubrir los errores que se cometieron, entre
1800 y 1814, para pasar de un sistema democrático a un autoritarismo. Debe ser que, igual
que los antiguos modos de comprender la libertad tenían sus peligros, esta nuevo modo
acarrea sus propios peligros; estos peligros serán precisamente un embebimiento del
individuo en su dimensión privada, alejándose cada vez más de las instituciones que son
única garantía del mantenimiento de la libertad individual. Aparece en el discurso un aviso:
"(...) el peligro de la libertad moderna puede consistir en que (...)
renunciemos con mucha facilidad al derecho de tomar parte en el
gobierno político, Los depositarios de la autoridad no dejarán de
exhortarnos a que dejemos que suceda así (...) ellos nos dirán: ¿Cuál es
el objeto de vuestros esfuerzos, el motivo de vuestros trabajos y el
término de vuestras esperanzas? ¿No es la felicidad? Pues dejadnos a
nosotros este cuidado, que nosotros os la daremos." (Constant, De la
libertad de los antiguos comparada con la de los modernos, 1988)
Si así ocurriese, si los individuos dejasen en manos de otros las garantías de sus
libertades individuales, éstas acabarían cayendo bajo la arbitrariedad del déspota. De hecho
esta situación de la que habla Benjamin no es hipotética sino una representación de lo que
sucedió en la segunda etapa de la revolución; y que constituye el nuevo objeto de estudio.
Parece obvia la relación que existe entre lo que dicen "los depositarios de la autoridad" de
la cita anterior y las dos frases conocidas a Napoleón el mismo día del golpe de estado: "La
revolución ha terminado", "La revolución soy yo"; pretendiendo siempre que los
individuos deleguen en ti sus derechos de participación política.
Napoleón consiguió que la sociedad le confiase su libertad política, pero como explica
Benjamin, en cualquier sistema en que no haya suficientes garantías y contrapesos está
sujeto a las arbitrariedades de un único hombre, lo que deriva, en ultimo termino, en un
sistema despótico sin libertades. En este sentido Benjamin habla también de la ley
intentada aprobar en 1810:
"Me acuerdo que en 1810 se propuso un ley (...), un artículo que
introducía en Francia el ostracismo griego (...)" (Constant, De la
libertad de los antiguos comparada con la de los modernos, 1988)
Tras el análisis de los dos momentos de la revolución, Benjamin ha logrado, no solo
diferencias entre libertad individual/colectiva y libertad antigua/moderna, sino que ha
establecido cuál es la apropiada a nuestro tiempo y de qué modo conservarla. Al final hace
una reflexión en la que no solo defiende la actividad pública como garantía de los derechos
privados, sino también como una actividad que dignifica al individuo.
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Bibliografía