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Universidad Autónoma de Nuevo León

PORTAFOLIO PARTE 1
2da rotación cirugía plástica

Esperanza Carolina Ruiz Suárez 1909980


Dra. Cynthia Minerva González Cantú
Zonas de Huger (vascularidad del abdomen) y su importancia en lipoescultura
y abdominoplastía.

La irrigación vascular del abdomen está compuesta por las arterias epigástricas profundas y
superficiales con contribuciones de las intercostales y subcostales. Las zonas de Huger son
una división del abdomen en 3 áreas; en la zona 1 el abdomen medio es delimitado lateralmente
por la pared lateral de los músculos rectos del abdomen, superiormente por la apófisis xifoides
y de manera inferior por la línea arqueada de Douglas, su irrigación depende de los vasos
epigástricos profundos superiores e inferiores. Esta área ocupa la parte media del abdomen.

La zona 2 de Huger se está delimitada superiormente por una línea imaginaria entre las espinas
ilíacas anterosuperiores, de manera inferior abarca hasta la región inguinal. La vascularización
de esta zona está dada por las arterias ilíacas circunflejas superficiales, arterias epigástricas
superficiales y las arterias pudendas externas, así como las arterias epigástricas inferiores en
el plano profundo. La zona 3 de Huger corresponde a la extensión lateral de la zona 1 a partir
de la línea de Spiegle hacia la línea axilar anterior, nutrida por los vasos intercostales,
subcostales y lumbares. Comprende las regiones hipocondríacas, flancos y fosas ilíacas.

La importancia de conocer estas zonas reside en que antes de una abdominoplastía el


suministro principal de sangre proviene de la zona 1; después de la cirugía este tramo vascular
se pierde y la zona predominante pasa a ser la 3 por medio de arterias perforantes y en menor
medida de la zona 2. Se debe de tomar en cuenta al momento de la intervención ya que el dejar
una pobre irrigación provocará entonces un riesgo de isquemia con posible necrosis del tejido;
además si se realiza una lipoescultura y se resecan gran cantidad de tejido graso aumenta el
riesgo de una mayor destrucción de vasos, por lo que se debe respetar la zona superior para
no comprometer la vasculatura.
Músculos flexores de la mano y tendones flexores de la mano; zonas de lesión
tendinosa flexora.

Estos se dividen en intrínsecos y extrínsecos, de acuerdo si sus orígenes son en la mano o


fuera de ella. Hablando sobre los músculos extrínsecos, estos se encuentran en el
compartimento anterior del antebrazo y son inervados por el nervio mediano, a excepción del
flexor cubital del carpo y la mitad medial del flexor profundo de los dedos. Este compartimento
se subdivide a su vez en un plano superficial, donde se encuentran 4 músculos, siendo estos el
flexor cubital del carpo, flexor radial del carpo, palmar largo y pronador redondo, todos estos
músculos se insertan de manera proximal en el epicóndilo medial del húmero mediante un
tendón común de los flexores, y de manera distal se insertan en la mano a excepción del
pronador redondo, que se inserta en la cara lateral de la diáfisis del radio; en el plano intermedio
el único músculo es el flexor superficial de los dedos, que cuenta con dos cabezas que se
originan en el epicóndilo medial del húmero y radio, y se insertan de manera distal en la
superficie palmar de la falange media del primer al cuarto dedo; por último, en el plano profundo,
se encuentran el flexor profundo de los dedos, flexor largo del pulgar y el músculo pronador
cuadrado siendo inervados ya por la rama interósea del nervio mediano, exceptuando la parte
medial del flexor profundo de los dedos, dada por el nervio cubital. En cuanto los músculos
intrínsecos, tenemos el palmar corto originado de la aponeurosis palmar y el retináculo flexor,
insertado en la dermis de la parte medial de la palma; los interóseos palmares y lumbricales
que son los más profundos; en la eminencia tenar se encuentra el oponente del pulgar, abductor
corto del pulgar y flexor corto del pulgar; en la eminencia hipotenar tenemos el oponente del
dedo meñique, el abductor del meñique y flexor corto de este. Respecto a las zonas de lesión,
son relevantes ya que de acuerdo con qué zona esté lesionada será el tratamiento a realizar,
pronóstico y resultados, por el sistema de poleas que comprenden los tendones de los músculos
que se describieron antes.
Músculos extensores de la mano y tendones extensores de mano; zonas de
lesión tendinosa extensora.

Estos a comparación de los músculos extensores de la mano, son originados desde el


compartimento posterior del antebrazo, y se dividen únicamente en superficiales y profundos.
Todos de manera general se encuentran inervados por el nervio radial. En la capa superficial
tenemos un total de seis músculos, el braquiorradial, extensor radial largo del carpo, extensor
radial corto del carpo, extensor de los dedos, extensor del dedo meñique, extensor cubital del
carpo; respecto a la capa profunda, tenemos cinco músculos, siendo estos el supinador,
extensor del índice, el abductor largo del pulgar, extensor largo del pulgar y extensor corto del
pulgar. Los tendones del extensor de los dedos con la inserción de los demás extensores
propios, que son el extensor del índice, extensor del meñique y el extensor largo y corto del
pulgar, forman un capuchón extensor en el dorso de la mano, este tiene una forma triangular
con su vértice direccionado en la base de la falange distal, y su base envuelve a la articulación
metacarpofalángica, que es en donde se inserta el tendón de los lumbricales e interóseos, que
al tensarse estos en el momento de la extensión de las falanges conducen a una flexión de la
articulación metacarpofalángica y sirven para los movimientos finos de la mano en coordinación
con los flexores en tareas como la escritura o manejo fino de instrumentos. Así como con los
músculos flexores, los extensores también se clasifican anatómicamente para un mejor manejo
de las lesiones en esta zona; así teniendo que las lesiones de las zonas I y II afectan a la
inserción terminal del mecanismo extensor, en la zona III suponen una rotura de la cintilla central
del tendón del extensor común de los dedos, la zona V ubicada sobre la articulación
metacarpofalángica, la VII sobre el carpo, y la diferencia entre la zona VIII y la IX es que en la
VIII aún hay tendones y en la IX solo se encuentran ya vientres musculares.
Fases de cicatrización, cicatrices hipertróficas y queloides, y opciones de
tratamiento

Esta consta de 3 fases, siendo la primera la inflamatoria, que comienza inmediatamente al


momento en que se hace la injuria con la hemostasia, por medio de la cascada de coagulación
por exposición al factor tisular que provoca un tapón plaquetario para impedir la salida de sangre
además de la formación de una malla de fibrina que permite la migración celular y secreción de
múltiples factores de crecimiento; después de este momento de vasoconstricción hay una
vasodilatación en la zona herida, ayudando a la migración de células, en esta fase se generan
moléculas quimiotácticas como la TGF-B y complemento (C3a y C5a) para reclutar demás
células inflamatorias, neutrófilos, monocitos y macrófagos, en ese orden, siendo las más
predominantes las primeras para fagocitar el material necrótico y detritos celulares, además de
combatir a las bacterios y microorganismos patógenos; los principales mediadores inflamatorios
son la IL-1 y el TNF-a; en tota la fase inflamatoria dura aproximadamente 2 días. Después se
sigue con la fase proliferativa, que tiene una duración aproximada de 3 semanas, donde los
queratinocitos empiezan a proliferar y migrar de la periferia al centro y de la base a la superficie
por la debilitación de las uniones desmosomales que permiten este movimiento, influenciada
además por el factor de crecimiento epidérmico, así mismo los fibroblastos y macrófagos
comienzan a degradar el colágeno para sustituirlo por tejido de granulación, constituido por
macrófagos, fibroblastos y comienzo de la angiogénesis, a su vez los fibroblastos comienzan a
diferenciarse a miofibroblastos para empezar a contraer la superficie de la herida. La última fase
es la de remodelación que se puede extender hasta los 2 años después de la herida, en esta
fase se trabaja en aumentar la fuerza tensil de la zona y tratar de llegar a la que era antes de la
injuria, por lo que hay un cambio en las fibras de colágeno tipo III por colágeno tipo I. Este
proceso es el de una cicatrización no patológica, sin embargo alteraciones en alguna de estas
fases ya sea individual o en conjunto puede acarrear en una cicatrización patológica, como son
las hipertróficas, caracterizadas por tener un borde elevado pero delimitado a los límites de la
herida, que genera prurito y después de una resección no suelen recidivar; y una cicatriz
queloide, que a diferencia de la hipertrófica se extiende más allá de los bordes originales de la
herida, son de crecimiento rápido y tienden a recidivar. Algunas opciones terapéuticas son el
uso de esteroides tópicos o intralesionales, uso de factores de crecimiento epidermoide humano
recombinante, terapia con oxígeno hiperbárico, etc.
Clasificación de los colgajos.

Un colgajo es de forma simple un tejido del cuerpo que conserva una irrigación propia y que es
elevada o puesta en otra parte del cuerpo ya sea de manera adyacente o distante del defecto
principal para reparar o reconstruir una herida; es diferente de un injerto ya que este no cuenta
con una irrigación propia al ser un corte que se limita a la dermis de la zona donadora. De
acuerdo con esto, los colgajos se clasifican de acuerdo al tipo de tejido que contienen, ya sea
cutáneos, fasciculocutáneos, musculocutáneos, óseos; de acuerdo a la vascularidad presente,
siendo estas por una vascularización aleatoria referente al tramo sanguíneo presente debajo
del plexo subdérmico, o una vascularización axial si va acompañada de un pedículo sanguíneo
previamente planeado resecar; de acuerdo con la movilización que tiene, siendo esto escogido
de acuerdo a la zona del defecto, extensión, profundidad, área anatómica afectada y el tejido
disponible de la zona donadora. Todo esto es importante tomarse a consideración en la
planeación pre quirúrgica para asegurar la sobrevivencia del colgajo en la zona receptora y
reducir las posibles complicaciones del paciente durante y después de la cirugía. Aparte de
estas clasificaciones presentadas hay 2 que ayudan a escoger el tejido a donar, como lo son la
clasificación de Mathes y Nahay que habla sobre la irrigación de colgajos musculocutáneos de
acuerdo a cómo están organizados sus aportes sanguíneos, si en pedículos únicos dominantes
o la presencia de pedículos secundarios, y de acuerdo a estos serán los requerimientos
vasculares necesarios para que el colgajo pueda sobrevivir, el tipo 1 solo consta de un pedículo
dominante (tensor de la fascia lata), el 2 de pedículos secundarios y uno dominante donde
puede sobrevivir únicamente con su pedículo dominante (recto femoral), el tipo 3 con dos
pedículos vasculares dominantes donde solo necesita uno de los dominantes (glúteo mayor), el
tipo 4 que consta de varios pedículos vasculares segmentarios donde necesita de todos para
su supervivencia (sartorio) y por último el tipo 5 que costa de un pedículo vascular dominante y
pedículos vasculares secundarios segmentarios que puede sobrevivir ya sea con el dominante
o los secundarios (pectoral mayor); la otra clasificación es la de Cormack-Lamberty la cual
clasifica en A (vasos perforantes múltiples), B (vaso perforante solitario), C (vasos perforantes
segmentarios).
Reconstrucción mamaria en el cáncer de mama

La reconstrucción mamaria con implante es el método más común y algunas de sus ventajas
son un menor tiempo de cirugía, no hay morbilidad del sitio donador y se tiene una recuperación
menos prolongada, pero dentro de sus desventajas está el riesgo a infecciones, una contractura
capsular o una mala acomodación del implante. Esta reconstrucción puede ser inmediata o
retardada, en la primera se coloca el implante per se o un expansor, que tiene la ventaja de que
va aumentando de manera gradual el tejido dándole la oportunidad de adaptarse y llegar al
tamaño deseado, aunque tiene como desventaja que es un proceso más tardado y que
involucra una segunda cirugía para la colocación del implante; en otro escenario, un implante
inmediato trae como riesgo la asimetría, proyección inadecuada o tamaño no deseado. Junto
con el implante se puede utilizar una matriz dérmica acelular para reparar los defectos cutáneos
de la mastectomía.

Otras de las opciones para la reconstrucción es la utilización de un colgajo cuando la paciente


recibió o recibirá radioterapia o se desean evitar las complicaciones que trae consigo la
utilización de implantes; dentro de los colgajos candidatos pueden ser libres o pediculados, los
más comunes son del dorsal ancho o el TRAM o DIEP, que es acosta del recto abdominal; otras
opciones son colgajos del muslo o glúteo mayor. Para esta opción reconstructiva se debe tomar
en cuenta si la paciente es candidata o no, la cantidad de tejido del área donadora, que tenga
buena vasculatura y que se tendrá cierto grado de morbilidad por pérdida parcial o total de la
función del área tanto receptora como donadora.
Bibliografía
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