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Resumen Del Texto 4
Resumen Del Texto 4
El estudio del desarrollo humano ha sido abordado por diversos autores como Gesell, Moscovici y
Newman, desde enfoques como la maduración, la psicología social y la psicología ecológica. Existe
consenso en que el desarrollo implica cambios y procesos, influenciados por factores biológicos y
ambientales. Autores como Maier, Good, Brophy, Craig y Sullivan coinciden en que el desarrollo
implica la integración de cambios constitucionales y aprendidos que conforman la personalidad en
constante evolución. En cuanto a las etapas del desarrollo, autores como Erickson y Rice proponen
divisiones en la vida del ser humano, destacando la importancia de los primeros años y los cambios
históricos en las etapas adultas.
Hasta el siglo XIX, el desarrollo humano se dividía en dos categorías claras: los mayores y los niños,
a menudo considerados como versiones más pequeñas de los mayores. En el inicio del siglo XX,
se establecen dos grupos principales de desarrollo humano: los Mayores y los Menores de Edad, a
los que se añade un período previo que abarca desde la concepción hasta el nacimiento.
1. DE LA CONCEPCIÓN AL NACIMIENTO
El desarrollo humano desde la concepción hasta el nacimiento es un tema debatido, con posturas
diversas como la de la Iglesia y la feminista sobre la determinación de continuar o interrumpir un
embarazo. Se destaca que el feto es un ser vivo desde la concepción, con actividad cerebral y
procesos orgánicos, lo que lo hace receptivo a estímulos y vulnerable a influencias nutricionales,
afectivas y ambientales. A pesar de que su socialización se limite al desarrollo del sistema nervioso
en etapas tempranas, el feto inicia su camino hacia la humanidad desde ese momento, lo que
plantea cuestiones éticas en relación con avances tecnológicos como la fecundación in vitro, la
intervención genética y la clonación. Por tanto, se propone denominar este período como "ETAPA
PRENATAL", donde el ser humano comienza a formar tanto su cuerpo como su psiquis.
A mediados del siglo XX, se alcanzó un consenso científico sobre el máximo desarrollo humano
promedio a los 18 años, tanto en aspectos biológicos como psicológicos. Se considera que hay un
punto en el desarrollo en el que el individuo alcanza su pleno potencial humano, pasando de ser un
"menor" a un "mayor", capaz de interactuar de manera madura y responsable en la sociedad. En
1948, las Naciones Unidas reconocieron esta distinción y oficialmente denominaron "NIÑOS" a los
menores, mientras que, en 1989, la "Convención de los Derechos del Niño" definió a los niños como
seres humanos desde el nacimiento hasta la "mayoría de edad". Aunque esta definición puede
dificultar el consenso global debido a las diferencias culturales en la transición a la mayoría de edad,
se reconoció legalmente en la década de los noventa un grupo poblacional de "mayores de edad" y
otro de "niños".
La Primera Infancia (0-5 años) se caracteriza por la dependencia y alta morbilidad, con un alto riesgo
que disminuye con la edad. Se requiere un estricto control de desarrollo y crecimiento.
La Segunda Infancia (6-11 años) se destaca por la apertura al mundo externo y la adquisición
acelerada de habilidades sociales.
Aunque el riesgo es menor que en la primera infancia, se necesita un control anual de desarrollo y
crecimiento. La falta de satisfactores adecuados en este grupo se denomina "Edad Crítica”.
2.2. Adolescentes
Durante la adolescencia (12-17 años), se experimenta un crecimiento acelerado del esqueleto, lo
que provoca cambios en la autoimagen y en el manejo físico del espacio. Se desarrollan los
sistemas respiratorio, circulatorio y reproductivo. A nivel psicológico, los adolescentes exploran su
identidad social y de género, mostrando una inquietud por conocerse a sí mismos y al entorno.
Se distinguen dos subperíodos dentro de la adolescencia: los "adolescentes primarios" (12-14 años)
y los "adolescentes tardíos" (15-17 años). Los adolescentes tardíos enfrentan un vacío social en
cuanto a respuestas favorables a su desarrollo, lo que puede llevar a situaciones de imputabilidad
legal por conductas perniciosas. Al finalizar la adolescencia, se vive un período de transición hacia
la mayoría de edad, marcado por la formación, crecimiento y desarrollo, denominado ETAPA
FORMATIVA.
Al cumplir 18 años, los individuos son formalmente reconocidos como "mayores de edad" en la
mayoría de países, lo que les otorga una serie de derechos y responsabilidades, entre los cuales
se encuentran:
• Responder por sus actos ante la justicia.
• Participar en el sistema de defensa nacional.
• Participar en actividades sociales y políticas.
• Tener la capacidad de unirse en matrimonio y formar una familia.
A lo largo de la vida, los adultos experimentan un período de transición llamado "Climaterio", que
los divide en trabajadores y jubilados, marcando dos etapas diferenciadas en su desarrollo.
Los jóvenes, según la UNESCO y Estados Unidos, abarcan desde los 14 años hasta los primeros
años de la madurez. Sin embargo, las diferencias entre los adolescentes tardíos y los jóvenes
adultos son significativas. Entre los 18 y 24 años, los individuos muestran madurez en crecimiento
y desarrollo psicológico, pero aún son inexpertos en el mundo adulto. Su entusiasmo, dinamismo y
creatividad compensan esta inexperiencia, manteniendo una gran facilidad para el cambio y el
aprendizaje rápido. Al finalizar este período, la mayoría de los jóvenes han completado sus estudios,
tienen trabajo y han tenido relaciones de pareja, aunque pocos se han casado. Muchos aspiran a
asumir responsabilidades familiares. Se observa en los jóvenes con estudios superiores un alto nivel
de competencia y logro, así como un distanciamiento de proyectos de familia propia. En cuanto a
los estereotipos sexuales, presentan un nuevo modelo de relaciones de pareja y una visión más
amplia y exigente del mundo. Por estas características, se considera "Jóvenes" a las personas de
18 a 24 años.
a) Adultos Jóvenes (25 a 39 años) enfrentan conflictos entre la actividad juvenil y las
responsabilidades familiares y laborales. Experimentan cambios físicos y desafíos laborales
en un entorno competitivo.
b) Adultos intermedios (40 a 49 años) enfrentan cambios familiares y de pareja, influenciados
por cambios en los estereotipos sexuales y el climaterio. Se enfrentan a desafíos psico-
sociales debido a la presión de mantener una juventud perenne.
c) Adultos mayores (50 a 64 años) lidian con el climaterio, el síndrome del nido vacío y la
transición a la jubilación. Deben gestionar el tiempo disponible y la economía del hogar.
Esta etapa se denomina ETAPA LABORAL por su enfoque en la capacidad laboral y de inserción
en el trabajo.
4. LOS JUBILADOS
Cuando un trabajador cumple 65 años, puede jubilarse, lo que implica dejar la actividad económica.
Jubilar es eximirse de trabajar por edad y también significa alegrarse. La jubilación debería ser un
período en el que se disfruten los beneficios acumulados durante la etapa laboral, como la pensión
y el apoyo de la familia. Aunque el estudio de esta población es reciente, se pueden distinguir dos
grupos: los Senectos y los Gerontes.
Los "Senectos" son adultos de 65 a 74 años, sinónimo de vejez, distinto de senilidad que es una
enfermedad mental. Existen prejuicios sobre los envejecientes como pasivos o asexuados,
cuestionando si son aprendidos socialmente. A pesar de ello, tienen valiosa experiencia y
necesitan respuestas sociales adecuadas. Se dividen en senectos primarios (65-69) y senectos
intermedios (70-74), enfrentando desafíos como la pérdida de pareja y la dependencia en países
con débiles programas de jubilación. EsSalud ha creado el Programa Edad Dorada para jubilados,
denominando este subperíodo como EDAD DORADA.