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Educacion Especial 182 361
Educacion Especial 182 361
respuesta, de entre las cuales sólo una es la correcta. “La impulsividad cognitiva
se puede definir como una tendencia del sujeto a precipitar sus respuestas, espe-
cialmente en tareas que explícita o implícitamente conllevan incertidumbre de
respuesta, y a cometer más errores” (Servera y Galván, 2001, 14).
Otro estilo cognitivo que puede afectar a la realización de las tareas es el de
dependencia-independencia de campo, es decir, la forma de abordar la tarea puede
ser analítica o global. Parece que existe una tendencia a que los niños que presen-
tan altas puntuaciones en impulsividad también las tengan en la dependencia de
campo, aunque se trata de una tendencia moderada.
¿Cómo puede reconocer el maestro a un niño “impulsivo puro”? Según Ser-
vera y Galván (2001), este niño únicamente presenta problemas visibles en el ren-
dimiento académico, pero no es, en absoluto, conflictivo en casa o la escuela e,
incluso, puede pasar bastante desapercibido. En las tareas escolares comete erro-
res “tontos”, se precipita a la hora de responder, parece como si su acción fuera por
delante de su planificación, no es sistemático a la hora de recopilar toda la infor-
mación que le sería necesaria para solucionar los problemas.
En general, se puede afirmar que se puede ocasionar un problema de apren-
dizaje, si el maestro ignora los estilos de aprendizaje de sus alumnos y utiliza
metodologías de enseñanza o estilos de enseñanza que no se adecuan a los mis-
mos. Dun y otros (1981) señalan algunos elementos que afectan al aprendizaje de
los alumnos, a la vez que éstos tienen determinadas preferencias en relación con
aquéllos: ambientales (sonido, luz, temperatura, diseño); emocionales (motiva-
ción, persistencia, responsabilidad, estructura); elementos sociológicos (preferen-
cia por determinados tipos de agrupamiento, para aprender); elementos físicos
(alcance perceptivo; alimentación, tiempo y movilidad) y psicológicos (caracte-
rísticas cognitivas: analítico-global, reflexivo-impulsivo...).
En el caso del alumnado con un marcado estilo impulsivo, la variable
tiempo es fundamental. Por ello, el profesor debe marcar el tiempo de ejecución
de las tareas, a fin de que no se precipiten en su realización y cometan errores
innecesarios.
del currículo cognitivo, elaborado por Prieto y Ferrándiz (2000) y cuyas fases son:
“Primera fase, consiste en introducir y mostrar a los niños un amplio rango de
áreas de aprendizaje. Segunda fase: se centra en identificar los puntos fuertes de
las ocho áreas o inteligencias a través de éstos, paliar los desfases o lagunas.
Tercera fase, se orienta a fomentar los puntos fuertes que se han identificado.
Finalmente, se construyen y transfieren los puntos fuertes de los niños en otras
áreas” (Prieto y Ferrándiz, 2000, 40).
Las estrategias generales, atendiendo al agente principal de las mismas, se
clasifican en tres categorías:
ACTIVIDADES
Proyecto de Megía 1993 CEPE Desarrollar la inteligencia e incre- Alumnado de Educación Pri- Observación, razonamiento,
Inteligencia Fernandez, M. mentar la posibilidad de aprender maria de 8 a 12 años y de Se- resolución de problemas, in-
Harvard (PIH) (coord.). de los estudiantes. cundaria de 12 a 16, así como ventiva, toma de decisiones,
alumnos/as lentos en aprender. clasificación...
Proyecto de Barqués, M. 1995 SM Potenciar el autoaprendizaje y tra- Personas de 6 a 12 años. Percepción, atención, memo-
Activación de la bajar las aptitudes y habilidades ria, lenguaje, psicomotricidad.
Inteligencia (PAI) constitutivas del aprendizaje.
Método Ideal para Bransford, J.B. 1994 Labor Aprender a resolver problemas y Identificación, definición, ex-
el desarrollo de y Stein, B.S. (4ª mejorar la capacidad de aprendi- ploración, generación de res-
problemas edición) zaje y pensamiento. puestas, comunicación de
ideas...
Aprendo Monerero, C. 1992 Pascal. Lograr que el alumnado aprenda a Alumnado desde tercero a sex- Observación, reflexión, análi-
a Pensar Investigación aprender y a pensar. to de Educación Primaria. sis, imaginación, recuerdo,
educativa hablar en público...
Programa Haywood, Desarrollar habilidades cognitivas Niños/as de entre 3 y 6 años. Autorregulación, compara-
Bright Start Brooks especialmente en poblaciones de ción, clasificación, secuencia-
y Burns. desventaja social. ción...
Programa para la Yuste, C. 2002 CEPE Enseñar las habilidades verbales El programa presenta varios ni- Discriminación, clasificación,
Estimulación de y no verbales que están en la veles, abarcando desde los 5 seriación, motricidad, razona-
las Habilidades base de un adecuado desarrollo años hasta los 14. miento, diálogo, comunica-
Problemas relacionados con la cognición: evaluación e intervención educativa
Desarrollo de De la Cruz, M. y 1997 TEA Incrementar la comprensión ver- Desde los 11 años. Trabaja el razonamiento abs-
las Habilidades Mazaira, M.C. bal y la comunicación expresiva. tracto y el verbal.
Cognitivas (DHAC)
El lenguaje es una realidad pluridimensional que puede ser analizada desde una
triple perspectiva: a) como objeto (lengua) de estudio; b) como actividad personal; c)
como instrumento o vehículo de comunicación.
Hay varios modelos sobre la estructura del lenguaje, que, si bien presentan as-
pectos controvertidos, todos ellos coinciden en admitir ciertos componentes en la ca-
dena de la comunicación humana (Crystal, 1981, 1983). Dichos componentes no están
aislados, dependen unos de otros, influyéndose mutuamente, y se combinan entre sí, de
194 Bases psicopedagógicas de la educación especial
LENGUAJE
INTERVENCIÓN DIFICULTADES
acuerdo con unas reglas, que permiten considerar la lengua como un conjunto organi-
zado de elementos interdependientes.
Los componentes del sistema lingüístico, no obstante, pueden ser agrupados en
tres dimensiones (forma-contenido-uso). En efecto, el lenguaje está representado por
una determinada forma lingüística, posee un campo de significación, limitado por la
propia lengua y puede ser utilizado en un contexto concreto (Cfr. Cuadro 1).
La forma del lenguaje hace referencia a la regulación a la que se halla sometido el
código lingüístico. Su ordenación más simple la regulan la fonética (que se ocupa de los
sonidos del habla) y la fonología (que regula los sonidos de la lengua). La regulación de
los morfemas y palabras es competencia de la morfología (centrada en la estructura de las
palabras) y la ordenación de las palabras dentro de la frase compete a la sintaxis (contiene
las reglas que ordenan y combinan las palabras para formar oraciones).
La Fonología estudia el modo de organizarse los sonidos de una lengua y cómo las
palabras (oraciones) pueden decirse con diferentes tonos de voz. Independientemente de
que el ser humano pueda emitir múltiples sonidos, sólo un número relativamente peque-
ño le permite expresar significados. Por medio de la fonología, se identifican los rasgos
sonoros que diferencian significados (/k/ > velar; /t/ > dental...). Las unidades fonológi-
Problemas relacionados con el lenguaje oral: evaluación e intervención educativa 195
• Léxico, vocabulario.
CONTENIDO Semántico • Significado de la frase.
• Relaciones de significación.
cas básicas son los fonemas (cuyo número es limitado), que son las unidades de la segun-
da articulación (Martinet) o las unidades más simples de expresión hablada. La realiza-
ción acústica de los fonemas conforma el sistema de sonidos (cuyo número es ilimitado),
teniendo en cuenta que a un mismo fonema le pueden corresponder diferentes sonidos y
que los fonemas pueden ser representados por diferentes letras o grafías.
La Morfología tiene por objeto el estudio y clasificación de las palabras, aisladas
del contexto, así como el análisis de los componentes gramaticales de una palabra (mor-
femas), siendo las unidades básicas de aquélla, el morfema y la palabra. De otra parte, la
Sintaxis estudia las combinaciones de palabras y sintagmas en la oración, teniendo por
unidades básicas, la palabra (en el contexto), el sintagma, la proposición y la oración.
El contenido del lenguaje se refiere a la semántica –cada término lingüístico
hace referencia a algo–, componente muy complejo, por cuanto actúa sobre el mundo
categorizándolo (Del Barrio, 1985). Las categorizaciones más genéricas son: el cono-
cimiento de los objetos (concretos y abstractos); las relaciones entre los objetos (ver-
bos, adjetivos, etc.); las relaciones entre sucesos (tiempo, causalidad, consecuencia...).
La Semántica estudia el significado lingüístico, que se da ya con las primeras
palabras del niño. Los enunciados que produce un sujeto pueden ser analizados desde
el punto de vista semántico y gramatical. Esto permite abstraerse de la forma en que se
combinan las palabras y centrarse en lo que cada una significa. Pero el análisis semán-
tico del lenguaje de un sujeto debe ser considerado no sólo desde la perspectiva de la
palabra aislada, sino dentro de la estructura oracional en la que se produce.
196 Bases psicopedagógicas de la educación especial
El uso del lenguaje hace referencia a sus funciones (véase Cuadro 1) y al contex-
to. El contexto del lenguaje determina el sentido de lo que el sujeto dice, “así como la
selección que hace de aquello que le sirve para adecuar su conducta lingüística a cada
situación puntual (...). Todas –las funciones– pueden naturalmente encontrarse en las
formas patológicas del lenguaje, tanto por su distorsión como por ausencia o exceso”
(Del Barrio, 1985, 11).
La Pragmática considera al lenguaje desde una perspectiva dinámica, como un
conjunto de situaciones comunicativas en las que las creencias e intenciones de los
interlocutores tienen un papel relevante. Su preocupación es el estudio de las funciones
del lenguaje y de los actos de habla, incidiendo en el análisis de los aspectos verbales y
no verbales del lenguaje.
¿Cómo se adquiere el lenguaje?, ¿cómo los niños son capaces de hablar? Éstas
son cuestiones cuya respuesta permanece todavía en el terreno de lo opinable. Los
estudios existentes ofrecen una descripción convincente sobre el particular, pero nin-
guno puede dar una explicación satisfactoria de cómo los niños aprenden el lenguaje.
La preocupación por cómo los niños aprenden a hablar y a comprender su len-
gua no es nueva, siendo la Psicolingüística la disciplina que ha elaborado diversas
hipótesis explicativas sobre la adquisición del lenguaje.
a) Hipótesis conductista. Desde la publicación del “Comportamiento Verbal”
(Skinner, 1957), la adquisición del lenguaje se consideró como un proceso en el que los
niños aprenden a hablar imitando a los adultos, y, a través de un mecanismo de estímu-
lo-respuesta, ensayo-error, recompensa y reforzamiento, van perfeccionando sus pro-
ducciones, hasta llegar a reproducir el modelo adulto.
Ahora bien, que la imitación juega un papel relevante en la adquisición del
lenguaje parece evidente, pero también es un hecho contrastado que la imitación no lo
explica todo, dado que ésta no aporta una explicación convincente al problema, pues
resulta difícil admitir que los niños aprendan la gramática de su lengua por inducción o
por el simple placer de aprenderla (Bruner, 1986).
b) Hipótesis innatista. Las limitaciones de la teoría conductista hicieron que,
después de la publicación de las “Estructuras Sintácticas” (Chomsky, 1957), se abor-
dara el estudio de la adquisición del lenguaje desde la teoría generativa o transforma-
cional, que admite la existencia de una gramática universal, válida para todas las len-
guas, pues todos los lenguajes humanos, pese a sus diferentes estructuras superficiales,
comparten una misma estructura profunda. A partir de ella, se admite una capacidad
innata en los niños (DAL: Dispositivo de Adquisición del Lenguaje) para el desarrollo
del lenguaje. Así, la utilización del DAL permite al niño comprender el lenguaje de su
entorno y aplicar la gramática. Tras un proceso de ajuste progresivo, se producirá la
adecuación del habla infantil al habla adulta.
Problemas relacionados con el lenguaje oral: evaluación e intervención educativa 197
12-18 meses
Lenguaje en jerga. Holofrases. El vocabulario consta de 5 a 20 palabras.
24 meses
Combinación de dos o tres palabras. El vocabulario va de 12 a algunos centenares de palabras.
36 meses
Lenguaje comprensible para extraños. Progresiva complejidad de los enunciados y precisión de los
significados. Edad “preguntona”.
48 meses
Período floreciente del lenguaje. Notable mejoría de la articulación fonemática. Etapa del monólogo
individual y colectivo.
60 meses
Desaparece la articulación infantil defectuosa. El sistema lingüístico es similar al de los adultos. Uso
social del lenguaje.
El lenguaje hay que entenderlo como un fenómeno social, un medio para rela-
cionarse con los demás, un instrumento mediador de la conducta, que da la posibilidad
de hacer cosas con palabras (Austin, 1982). El lenguaje oral es un instrumento privi-
legiado de comunicación en las sociedades humanas, gracias a su capacidad de repre-
sentación, a su carácter simbólico. A través de él se transmiten los contenidos cultura-
les y se posibilita su aprendizaje.
Ahora bien, para que la comunicación sea eficaz, es necesario que los interlocu-
tores compartan un mismo código, aprendizaje vinculado a factores socio-relaciona-
les, que deriva de la experiencia compartida con los demás, sin necesidad de una ense-
ñanza específica, a diferencia de los procesos de alfabetización, que reclaman una
instrucción sistemática.
La consideración del lenguaje desde esta perspectiva funcional (comunicativa)
puede justificarse porque: a) se centra en mejorar la eficacia comunicativa de los alum-
nos; b) prioriza la enseñanza de los procedimientos; c) integra el conocimiento lingüís-
tico formal y el dominio instrumental del lenguaje; d) adopta una perspectiva cognitiva
(Vilà y Vila, 1994, 50).
En definitiva, aprender el lenguaje es adquirir el control de las funciones (Cfr.
Cuadro 3), es aprender sus usos, sus significados y el potencial de significación asocia-
do a ellos.
2. Reguladora: el lenguaje como medio de control de los demás (“hazlo como yo te digo”).
3. Interaccional: el lenguaje como medio de interacción con los otros (“yo y tú”).
4. Personal: el lenguaje como medio para expresar la propia individualidad (“aquí llego yo”).
5. Heurística: el lenguaje como medio para conocer la realidad (“dime por qué”).
6. Imaginativa: el lenguaje como medio para crear un entorno propio (“vamos a hacer como si”).
7. Representativa: el lenguaje como medio para transmitir información (“tengo algo que decirte”).
Siguiendo a Halliday, el niño pasa por tres fases hasta dominar su lengua. En la
primera, que comprende de los 9 a los 15 meses, llega a dominar ciertas funciones. La
segunda fase, considerada por el lingüista como de transición al primer lenguaje adul-
to, se inicia hacia los 16 meses, y en ella tiene lugar el aprendizaje del diálogo (aproxi-
madamente a los 18 meses), hecho que permite al niño la interacción definitiva con su
200 Bases psicopedagógicas de la educación especial
NIVELES PROBLEMAS
• Dislalias.
En el habla • Disglosias.
• Disartrias.
• Disfemias.
En la voz • Disfonías/afonías.
Bajo esta denominación se incluyen casuísticas muy diferentes, que van de los
retrasos simples de lenguaje hasta las denominadas afasias infantiles, pasando por las
disfasias o Trastornos Específicos de Lenguaje (TEL). Lo cierto es que las abundantes
“etiquetas diagnósticas” creadas hacen que, en muchas ocasiones, las dudas persistan
acerca de la presencia de varios problemas de lenguaje o de la existencia de un único
desorden lingüístico, que admite diferentes grados de severidad.
Los niños con retraso simple de lenguaje (RSL) muestran algunas dificultades
en la producción de ciertos fonemas de su lengua y también ligeros déficits de tipo
Problemas relacionados con el lenguaje oral: evaluación e intervención educativa 201
LAS DISLALIAS
Son las alteraciones más frecuentes en la edad escolar, que consisten en una
dificultad para pronunciar de forma correcta determinados fonemas o grupos de fone-
mas de la lengua. El trastorno puede afectar a cualquier vocal o consonante y referirse
a uno solo o a varios fonemas, en número indeterminado. Desde un punto de vista
etiológico, se diferencian cuatro tipos de dislalias:
202 Bases psicopedagógicas de la educación especial
LAS DISARTRIAS
Por último, los tests estandarizados son instrumentos que complementan eficaz-
mente cualquier valoración global del lenguaje. Entre otros, cabe citar, la Prueba de
Lenguaje Oral de Navarra (Aguinaga, Armentia, Fraile, Olanga y Uriz, 1990), Batería de
Lenguaje Objetiva y Criterial (Puyuelo, Wiig, Renom y Solanas, 1998) o el Test Illinois
de aptitudes psicolingüísticas de Kirk, McCarthy y Kirk (Ballesteros y Cordero, 1984).
e) Inversión: el niño cambia el orden de las sílabas de una palabra (p.e. “cocho-
late”, por chocolate).
Los errores descritos (sustitución, omisión, inserción, distorsión e inversión)
deben ser analizados desde una triple perspectiva: a) en lenguaje espontáneo; b) en
lenguaje dirigido; c) en lenguaje repetido.
se perfilan como los más idóneos para encontrar respuestas eficaces a la diversidad de
problemas lingüísticos. En efecto, subraya Crystal (1983, 33), los modelos no están
normalmente en conflicto, sino que se complementan mutuamente.
juegan los procesos naturales en ese aprendizaje. En efecto, las bases para la interven-
ción del lenguaje son sus propios usos, los cuales se convierten en la fuerza que motiva
el aprendizaje (Rees, 1986).
Ambos enfoques, sin embargo, lejos de ser antagónicos, han de considerarse
como complementarios, aunque, en perspectiva didáctica, el segundo debe preceder al
primero. Los alumnos tienen que adquirir las habilidades comunicativas necesarias
para utilizar su lengua en los contextos y situaciones diferentes, que tienen lugar en su
vida cotidiana. Pero, al mismo tiempo, no se puede ignorar la importancia que tiene el
aprendizaje progresivo de reglas y de vocabulario hasta que los alumnos llegan a domi-
nar su propia lengua. De aquí puede colegirse la necesidad de huir de planteamientos
metodológicos enfrentados y de apostar por propuestas didácticas integradoras, en las
que los alumnos puedan adquirir su lengua, participando en ámbitos comunicativos
diferenciados y aprendiendo las reglas que rigen esos intercambios, mediante la ins-
trucción directa y también de forma natural.
Las tareas del profesor, no obstante, se perciben sensiblemente diferentes, en
función del marco metodológico elegido. Desde una perspectiva conciliadora, se su-
giere que, en el contexto escolar, los profesores deberían optar por tareas en las que los
alumnos puedan experimentar con el uso de su lengua, como principal medio o instru-
mento de comunicación, para, a partir de ellas, proporcionar las explicaciones y co-
rrecciones necesarias que puedan contribuir al conocimiento de la misma. Sin embar-
go, la impresión que existe es muy distinta: el uso natural del lenguaje parece reserva-
do a situaciones comunicativas extraescolares, mientras que el aula se presenta como
el espacio idóneo para organizar y controlar todas las prácticas lingüísticas. Este doble
planteamiento metodológico (formal-funcional) deriva de dos hipótesis explicativas
diferentes acerca de la naturaleza del lenguaje y su mismo aprendizaje: conductismo e
innatismo (Cfr. 1.2).
Sin pretensiones partidistas, lo “didácticamente correcto” sería apostar, en
principio, porque los procesos de aprendizaje natural de la lengua se instalasen en el
quehacer cotidiano del aula. En efecto, las exigencias actuales reclaman un mayor
compromiso de los profesores con los procesos de enseñanza-aprendizaje de la lengua
(oral-escrita) desde el punto de vista comunicativo, por diversas razones.
Los programas de lenguaje constituyen un recurso eficaz para orientar las accio-
nes de los profesionales. Sin embargo, difícilmente un único programa de intervención
lingüística puede dar una respuesta adecuada a cuantas dificultades de lenguaje puedan
presentar los sujetos. En efecto, es necesario huir de la aplicación mimética de progra-
mas “prefabricados”, “enlatados”, y recurrir a estrategias que permitan elaborar pro-
gramas individualizados, en los que el proceso de intervención comience por la plani-
ficación y la programación de éstos (Ruder, 1986).
Con propósitos orientadores, se incluyen, en al Cuadro 6, algunos de los progra-
mas diseñados para facilitar el desarrollo del lenguaje.
Programa para Bush, W.J. y 1974 Desarrollar las aptitudes psi- Alumnos de Educación
desarrollar las aptitudes Giles, M.T. colingüísticas, siguiendo las Básica.
psico-lingüísticas directrices del Test Illinois de
Aptitudes Psicolingüísticas
(ITPA).
Programa de lenguaje Bereiter, C. y 1977 Prevenir las dificultades comu- Alumnos de Educación
para niños Engelman, S. nicativo-lingüísticas de los ni- Infantil.
con deprivación ños que conviven en situación
sociocultural de desventaja social.
Programa de desarrollo Cooper, J.; 1982 Desarrollo de los procesos inte- Alumnos de Educación
para niños con Moodley, M. lectuales implicados en el desa- Infantil.
problemas de lenguaje y Reynell, J. rrollo del lenguaje.
en edades tempranas
Programa para el Kent, L.R.; 1982 Desarrollo de la comunicación, Alumnos con necesidades
aprendizaje de las Basil, C. y siguiendo tres fases: preverbal, educativas especiales.
primeras etapas del Del Río, M. J. receptiva verbal y productiva
lenguaje (P.A.P.E.L.) verbal.
Programa “Juegos de Pardal, C. 1991 Estimular el lenguaje oral para Alumnos de Educación
Lenguaje” facilitar el desarrollo cognitivo. Infantil con deprivación
socioculatural.
Programa de Estimula- Rosell, V. 1993 Estimular el desarrollo del len- Alumnos de Educación
ción del Lenguaje Oral guaje infantil. Infantil.
en Educación Infantil
Programa para el Gallego, J.L. 2000 Facilitar el desarrollo fonológico Alumnos de Educación
desarrollo de habilidades del lenguaje infantil y prevenir Infantil.
articulatorias alteraciones en la articulación.
ACTIVIDADES
4. Diseñar una unidad didáctica para corregir algunas de las disfunciones (fonéticas,
morfológicas, sintácticas, semánticas y pragmáticas) en el lenguaje oral (indicando
tipo de alumno, objetivos, actividades, temporalización, recursos y criterios de eva-
luación).
CAPÍTULO X
TEXTO
OBJETIVOS
Descodificación
Estrategias cognitivas
E
S
DESCODIFICACIÓN
T
R Comprensión
LECTOR PROBLEMAS INTERVENCIÓN A
COMPRENSIÓN
T
E
METACOMPRENSIÓN G
I Contextuales
A
S
Habilidades Lingüísticas
Metacomprensión
FASES
CONTEXTO
MODELO DE
MODELO DIDÁCTICO
APRENDIZAJE
Los procesos básicos que intervienen en la lectura deben ser objeto de ense-
ñanza. Por ello, su profundo conocimiento permite establecer las estrategias di-
dácticas más apropiadas para su adquisición por parte de los alumnos.
La descodificación: consiste en traducir símbolos escritos en significados.
Algunos autores consideran que ése es el proceso específico de la lectura y se
basan en que la lectura implica siempre un análisis perceptivo de estímulos visua-
les. Además de estos procesos perceptivos, existen las siguientes estrategias bási-
cas de descodificación:
A. Vía visual, directa, léxica, ortográfica o logográfica, por medio de la
cual la palabra escrita es percibida por el lector como una unidad global, que per-
tenece a su vocabulario o léxico visual. En la utilización de esta vía, basta un
análisis visual, para reconocer la palabra y llegar de modo inmediato al sistema
semántico o léxico, donde se captaría su significado. Es decir, el lector reconoce la
palabra escrita como un dibujo que representa un significante.
B. Vía fonológica, indirecta, subléxica, no léxica o auditiva, por la cual la
palabra es pronunciada, asociando a cada grafema (representado por letras) su
fonema, lo que supone un análisis fónico y estructural de la palabra (raíz, sufijos,
afijos, sílabas y diptongos...), que hace posible pronunciarla. Esta pronunciación
puede ser imperceptible (sub-vocálización). Esta descodificación permite leer
nuevas palabras, aún desconociendo su significado. Defior (1999, 98) señala las
habilidades necesarias para un correcto procesamiento fonológico:
218 Bases psicopedagógicas de la educación especial
OPERACIONES DE EJEMPLOS
COMPRENSIÓN LECTORA
Interrelación de unidades léxicas para formar Marcos Heredia rompió la foto de su mejor
estructuras proposicionales. amiga.
Agente-acción-receptor de la acción.
Vinculación de proposiciones en base al cono- Marcos estaba muy triste y rompió la foto de
cimiento de la realidad. su mejor amiga Sentimientos/causa-acción
efecto.
Extraer el significado global que impregna y Marcos estaba muy triste y rompió la foto de
organiza los significados locales, creando ma- su mejor amiga. Después, se fue corriendo a su
croestructuras de significado o explicación cuarto y estuvo llorando toda la tarde.
global de una serie de proposiciones. Macroestructuras posibles: Es un niño travie-
so/ está enfadado con sus padres/su amiga le
ha hecho daño.
Organización de un modelo mental o escena- Marcos es un chico de 16 años que está ena-
rio donde tiene lugar la información del texto. morado de su mejor amiga. Ésta le regaló una
Exige conocimientos genéricos y específicos foto suya y le propuso ir al cine. Marcos lo
sobre el contenido del texto. planea todo perfectamente, pero cuando María
se entera que Marcos es gitano no quiere jun-
tarse con él.
Situación-propósitos-acciones-resultados-re-
acciones.
2.1. Los problemas en los alumnos. Las dificultades lectoras y sus causas in-
trínsecas
La enseñanza del proceso lector pretende que los alumnos tomen concien-
cia de todos los procesos básicos que intervienen en la lectura, ejercitándolos de
forma simultánea, en un contexto educativo de intercambio cultural de significa-
dos. Para ello se perseguirán los siguientes objetivos:
1. Tomar conciencia de los procesos básicos de la lectura en su interacción.
Lo que se pretende es que los alumnos descodifiquen frases completas,
las comprendan y sean capaces de evaluar y controlar el proceso lector
de forma simultánea, tomando conciencia de sus errores y aciertos en la
descodificación, por sus implicaciones en la comprensión, y corregirlos.
Todo ello, haciendo uso del contexto textual.
2. Identificar las macro-estructuras de un determinado texto. Lo que se pre-
tende es que los alumnos agrupen una serie de proposiciones en una uni-
dad más global de sentido. También se pretende que relacionen esos sig-
nificados globales con su propia experiencia o sus conocimientos y
los expresen.
Problemas relacionados con la lectura: evaluación e intervención psicopedagógica 231
tar el número de palabras que hay en una frase, las sílabas o el número de
fonemas que hay en determinadas palabras; 3) identificar la palabra extra-
ña entre palabras que tienen fonemas comunes (“casa”, “caza”, “cama”,
“pala”); 4) detectar diferencias y semejanzas en segmentos similares:
“ese niño tiene una tetera”; “ese niño tiene una cafetera”; 5) suprimir fo-
nemas o sílabas en posición inicial, media o final.
• Actividades para combinar unidades: 1) leer frases donde se han sustitui-
do palabras; 2) leer palabras donde se han suprimido fonemas; 3) invertir
palabras, sílabas o fonemas en segmentos dados.
Estas estrategias, pretenden alcanzar el objetivo 1, descrito anteriormente.
B. Estrategias para la enseñanza de la comprensión: se distinguen dos ni-
veles: el nivel microestructural (palabra y oración) y nivel macroestructural (texto
global).
En el nivel microestructural se incluye:
• Comprensión del significado de las palabras: a) asociación: dar el signifi-
cado de una palabra antes de iniciar la lectura; b) establecer relaciones
semánticas entre unas palabras y sus currelatos semántico (antónimos,
homónimos, sinónimos); c) predicción: leer un texto sencillo, en el que se
han omitido algunas palabras, fáciles de inferir; d) usar el diccionario (bá-
sico, de antónimos, sinónimos) para obtener el significado de palabras
nuevas.
• Comprensión de frases y párrafos: a) reconocimiento de la estructura de la
frase; b) clasificación y categorización de estructuras; c) completar fra-
ses; d) reconstrucción de oraciones; e) paráfrasis de una oración, con el
mismo significado; f) analizar una oración compleja en sus componentes
proposicionales.
• Nivel Inter-oracional: a) ordenar párrafos de un texto por medio de conec-
tores; b) introducir conectores en un texto con lagunas.
Estas estrategias facilitan la consecución de los objetivos 1 y 2, presentados
en el apartado anterior.
En el nivel macroestructural, se incluye el conocimiento de la estructura
textual, estrategias de procesamiento para obtener significado, adquisición de
conceptos y experiencias sobre el mundo y el aprendizaje de contenidos:
• Utilizar la estructura del texto como un mecanismo de predicción. Se pue-
de utilizar con los diversos tipos de texto, aunque al principio es conve-
niente empezar con un texto narrativo. Técnicas concretas para aplicar
esta estrategia son: a) explicar con la ayuda de un diagrama cada uno de
los elementos de la gramática textual; b) dominar la estructura del texto,
la identificación del tema del texto y la esquematización del contenido; c)
identificar las características comunicativas del texto, el estilo, y recono-
cer tipos de texto en distintas situaciones; d) reconstruir un texto, a partir
234 Bases psicopedagógicas de la educación especial
ACTIVIDADES
tach, 1996). Ambos códigos (oral y escrito), sin embargo, son modalidades de
una misma lengua, que comportan características y funciones específicas, sirven
a finalidades distintas (Sánchez Miguel, 1999) y poseen divergencias evidentes
(Salvador Mata, 2000).
En este capítulo, como puede apreciarse en el mapa conceptual (Cfr. Gráfi-
co 1), se presenta un enfoque global de la expresión escrita, se identifican los
elementos básicos implicados en la producción textual, se analizan las dificultades
que pueden surgir en dicho proceso y se describen algunas estrategias de interven-
ción didáctica.
EXPRESIÓN ESCRITA
implica
ESCRITOR CONTEXTO
TEXTO
PROCESOS CLIMA
PROCESOS
ESTRUCTURA FORMA COGNITIVOS Y ENSEÑANZA DE
NEUROLÓGICOS
METACOGNITIVOS AULA
EVALUACIÓN INTERVENCIÓN
Para Camps (2003, 19), los estudios textuales han hecho una aportación
fundamental para la enseñanza del lenguaje escrito: “poner en primer término
una visión global del texto como unidad y mostrar la dependencia de sus ele-
mentos y de los recursos formales respecto de esa globalidad”. De ahí que el
análisis de la expresión escrita, desde un enfoque global, permite considerar los
tres elementos básicos implicados en la producción textual: el escritor, el texto y
el contexto. En efecto, difícilmente el análisis del texto puede ser abordado sin
tener en cuenta las relaciones de éste con su autor y con el contexto sociocultural
en el que se produce.
a) En el proceso de planificación:
– No dedicar suficiente tiempo a la planificación de las tareas de escritura.
– Ignorar a la audiencia o los posibles destinatarios del texto.
– Deficiencias en la búsqueda de ideas.
– Desconocimiento de las estructuras textuales.
b) En el proceso de transcripción:
– Pobreza de las composiciones o redundancia de ideas.
– Exposición anárquica de las ideas en el texto (estrategia de “decir el
conocimiento”): exponen las ideas según se les ocurren.
– Incoherencia en la exposición de ideas en el texto.
– Necesitad de apoyos constantes durante la elaboración del escrito.
244 Bases psicopedagógicas de la educación especial
Las dificultades que atañen al texto escrito afectan tanto a la estructura dis-
cursiva (en función del tipo de texto) como a la forma textual (gramática). Las
causas son también diversas (textualización inmediata e indiscrimina de ideas,
dificultades en la memoria a corto plazo, limitaciones en el desarrollo conceptual
y lingüístico...).
a) En la estructura discursiva y cohesión textual:
– Brevedad, incoherencia y escasa información en los textos narrativos.
– Dificultades para elaborar textos expositivos.
– Escasa organización e inadecuación de contenidos en la construcción
de textos argumentativos.
– Ausencia de cohesión textual y dificultades para mantener la continui-
dad temática.
– Incoherencia entre el tema, el destinatario y los objetivos del texto.
b) En la forma textual:
• Plano formal: abundancia de errores ortográficos, de puntuación, de
uso de mayúsculas y de convención gráfica (disgrafías).
• Plano morfológico: dificultades en la utilización de los morfemas de
género, número, tiempo, aspecto... en la composición de palabras y en
el uso de adjetivos y artículos.
• Plano sintáctico: errores de concordancia, construcciones gramaticales
inadecuadas, oraciones inacabadas, escasez de oraciones complejas.
• Plano léxico: escasez de vocabulario e insuficiente capacidad para uti-
lizar adecuadamente las categorías gramaticales.
La evaluación del texto escrito es una tarea compleja por diversas razones.
En primer lugar, porque el texto es el resultado final de un proceso, en el que
confluyen diversidad de mecanismos mentales, perceptivos y motrices, con una
finalidad comunicativa. En segundo lugar, porque en el texto escrito coexisten
muchos aspectos que pueden ser analizados (Salvador Mata, 2000):
1. Cohesión: relaciones semánticas entre palabras y frases, enlaces, conec-
tores o marcadores textuales, estructura textual...
2. Coherencia: ordenación lógica de las ideas, precisión y exposición de
informaciones relevantes, evitación de informaciones superfluas e inne-
cesarias, cantidad y calidad de las informaciones, estructuración de la
información, corrección y variedad léxica...
3. Adecuación: adecuación al tema, pertinencia de las informaciones, uso
adecuado de registros y de los recursos lingüísticos...
4. Pragmática del discurso: intención comunicativa, claridad del mensaje,
uso social del lenguaje...
6. Convenciones: ortografía, caligrafía, formato de la página, márgenes,
sangría, legibilidad (letra clara) y limpieza...
No obstante, el análisis del texto escrito proporciona datos relevantes para
comprender cuáles son las habilidades del alumno al enfrentarse a una actividad
de escritura. Dos aspectos complementarios deben ser objeto de estudio: a) la es-
tructura textual y b) la forma gramatical.
a) La evaluación de la estructura textual. En la bibliografía especializada
(véase, p.e., Salvador Mata, 2000), se contemplan diversidad de procedimientos
para la evaluación, en función del tipo de texto. A continuación, para la evaluación
de los textos, se ofrecen algunos indicadores, a los cuales se puede asignar una
puntuación ponderada, de 0 a 3, teniendo en cuenta la siguiente escala de estima-
ción: 3. Bien; 2. Suficiente; 1. Insuficiente; 0. Deficiente.
Para valorar textos descriptivos, se puede recurrir al uso de escalas que con-
templen los siguientes indicadores: 1) si la secuencia y estructuración de los he-
chos descritos se presentan al azar; 2) si la secuencia y estructuración de los he-
248 Bases psicopedagógicas de la educación especial
• Convenciones sociales:
1. Presentación de los escritos (formato, destinatario, márgenes...);
2. Disposición del texto en el espacio del papel;
3. Escritura correcta de las letras;
4. Reglas ortográficas, sintácticas y léxicas.
5. Signos de puntuación;
6. Riqueza y precisión léxica;
7. Complejidad y estructuras sintácticas.
En general, dos han sido los enfoques que han gozado de un mayor interés
en la enseñanza de la expresión escrita: a) el enfoque centrado en el producto, de
claro predominio hasta la década de los ’70, tenía como principal preocupación la
mejora del texto escrito; b) el enfoque centrado en el proceso, predominante a
partir de la década de los ’80, enfatiza no ya el producto final conseguido, sino el
proceso mismo de la composición (la expresión escrita se elabora en contextos
diferentes, con propósitos y fines distintos y para audiencias diversas), en el que
confluyen una serie de operaciones cognitivas. Se pretende, fundamentalmente, la
enseñanza de estrategias, mediante la acción directa del profesor.
Por tanto, la enseñanza de la lengua escrita no puede producirse en situacio-
nes de aprendizaje descontextualizadas, sino a partir de actividades significativas,
250 Bases psicopedagógicas de la educación especial
ACTIVIDADES
2. Analizar un texto escrito por un alumno para identificar y describir los siguien-
tes aspectos: a) estructura del texto; b) variedad léxica; c) estructuras sintácti-
cas (posibles disfunciones); d) mecanismos de cohesión textual; e) grafías y
ortografías.
Las matemáticas constituyen una de las áreas más importantes del currí-
culo escolar, tanto por su contribución a la formación integral de la persona
como por su nivel de aplicación práctica a las situaciones y problemas cotidia-
nos. Sin embargo, las matemáticas representan una de las áreas más difíciles
para los alumnos y provoca en éstos, en muchos casos, actitudes negativas hacia
ellas.
En este tema se analizan las posibles causas que pueden provocar los proble-
mas relacionados con las matemáticas, tanto individuales como contextuales, para
poder trabajar de forma adecuada con estos alumnos en el aula (ver Gráfico 1).
1. EL APRENDIZAJE MATEMÁTICO
Las matemáticas son necesarias porque ofrecen una cultura cuantitativa sin la
cual sería muy difícil afrontar muchos de los problemas cotidianos que se plantean
(Alsina y otros, 1998). Sin embargo, a medida que se avanza en su aprendizaje,
aumenta el nivel de inseguridad en los alumnos y el sentimiento de fracaso. Las
matemáticas tienen un alto grado de abstracción y generalidad (Skemp, 1993), lo
que hace que muchos alumnos tengan dificultades en su aprendizaje. Según Gonzá-
lez-Pienda y Álvarez (1998), las dificultades en el aprendizaje de las matemáticas
260 Bases psicopedagógicas de la educación especial
Individuales Contextuales
Evaluación
Intervención
(DAM) se refieren a los alumnos que, teniendo una inteligencia normal, presentan
un rendimiento bajo en las tareas escolares relacionadas con las matemáticas. De
otra parte, las dificultades matemáticas pueden derivarse de múltiples factores
(Gross, 2004): la forma en la que se presentan las tareas escolares, las características
individuales de los alumnos (dificultades espaciales, dificultades en la motivación o
en la memoria, dificultades generales de aprendizaje...), las características del con-
texto, etc. Un análisis de todos estos elementos arrojará luz sobre el posible plan de
acción a seguir para intervenir en los problemas más frecuentes que encuentran los
niños en esta área.
Desde esta óptica, se entiende que las dificultades de aprendizaje que tiene
el sujeto no se deben a sus características personales o intrínsecas, sino que se
deben a las condiciones del ambiente en el que se desarrolla y a la escasez o ausen-
cia de estímulos adecuados que hay en el mismo (Aguilera y Saldaña, 2003).
El contexto incluye tanto el ambiente físico como el ambiente socio-afecti-
vo y ético del currículum y, el contexto político, económico, social y cultural de
los alumnos y profesores. Pero además, en el contexto interactúan todos los ele-
mentos del proceso didáctico, por eso de él pueden derivar dificultades en el
aprendizaje (Salvador Mata y Arroyo, 2001).
dos (Pérez, 2003). Sin embargo, algunos de los factores presentes en este con-
texto, pueden convertirse en un obstáculo para el desarrollo de los alumnos y
generar dificultades de aprendizaje en este ámbito. En este sentido, pueden sur-
gir problemas relacionados con los agentes que intervienen de una forma u otra
en el contexto educativo, así como el tipo de interrelación que se da entre ellos.
También en los recursos y medios que se utilizan en los procesos de enseñanza-
aprendizaje de las matemáticas, o en la forma en la que éstos se organizan y
distribuyen. Así mismo, se deben considerar los elementos que posibilitan y
aseguran el funcionamiento de la institución escolar, como el calendario, los
horarios, agrupamiento de los alumnos...
Desde una perspectiva ecológica, todo sujeto está envuelto por un conjunto de
ecosistemas que condicionan y determinan su desarrollo. En primer lugar, estaría la
sociedad, que refleja en la escuela sus contradicciones, valores, posibilidades y limi-
taciones. La propia sociedad, en numerosas ocasiones, se encarga de difundir la idea
de que las matemáticas son complejas y que sólo unos pocos pueden dominarlas.
Esto aumenta la fobia hacia las matemáticas y el desinterés hacia ellas.
En segundo lugar, el sistema político (política educativa) interpreta y me-
diatiza estos valores para que sean desarrollados en la escuela, por medio de di-
Problemas relacionados con las matemáticas: evaluación e intervención educativa 269
“Es muy difícil” Sentimientos de impotencia, fracaso e Repetir una y otra vez
inutilidad. el inicio de la tarea.
dades de aprendizaje, o partir de las actividades, para elegir el material más ade-
cuado. En cualquier caso, es conveniente tener claro el uso que se va a hacer de los
mismos y las funciones que van a cumplir. Algunos de los materiales estandariza-
dos que se pueden emplear son (Fernández, Llopis y Pablo, 1991; Álvarez y otros,
2002; Gross, 2004):
• Material Montessori. Material específico para enseñar la numeración, las
operaciones concretas y el sistema decimal (bastones prismáticos, perlas
de color, carteles con cifras, ábacos...).
• Material Decroly. Conjunto de juegos visomotores para el aprendizaje
del cálculo (juegos de clasificación, de agrupamiento, de análisis, de
cifras...).
• Regletas de Cuisenaire. También conocido como números en color, con-
siste en 241 regletas, agrupadas en tres familias, según el color: rojo (2, 4,
8), verde (3,6, 9) y amarillo (5, 10). El blanco (1) y el negro (7) se presen-
tan solos.
• Material Discat. Pivotes metálicos para insertar discos de madera o bolas
de colores, bloques de madera, regletas, cubos, esferas, pirámides...
• Bloques lógicos de Dienes. Consiste en 48 elementos, agrupados por atri-
butos de color, forma, tamaño y grosor. Utilizando estos bloques de ma-
nera lúdica, los alumnos aprenden las nociones matemáticas.
• Ábacos. Material para el cálculo, que consiste en barras de alambre donde
se insertan bolitas de colores.
• Tarjetas numéricas. Son paquetes de tarjetas, numeradas del 0 al 9, con
actividades de acompañamiento (20 Activities for KS1 and 2, de Active
Maths).
• Fotografías. Puede ser interesante el uso de las fotografías como material
útil para desarrollar la visión espacial y el uso de términos geométricos
(esfera, cilindro...).
• Recursos tecnológicos. Existen numerosos programas informáticos, que
pueden ser utilizados, tanto en el aula como en casa: Fun School (destre-
zas numéricas, el tiempo, el dinero...); Number Train de Sherston; Rapid
Maths de Collins; Number Shark de White Space, etc.
ACTIVIDADES
2. Tras consultar los sitios web que se relacionan, seleccionar aquellos que mejor
pueden ayudar en la práctica al aprendizaje de las matemáticas (recursos, acti-
vidades, contenidos...), justificando la elección:
• www.matematicas.net
• http://archives.math.utk.edu
• http://platea.pntic.mec.es/~aperez4
• http://www-groups.dcs.st-and.ac.uk/~history/Indexes/H.html
• http://www.redemat.com
• htpp://platea.pntic.mec.es/Ÿjescuder/
• http://www.forum.swarthmore.edu/
4. Inventar, al menos, tres juegos de mesa en los que se trabaje algún concepto
matemático. En cada juego deben aparecer: material, objetivos, edad de los
niños a los que está dirigido y reglas del juego.
CAPÍTULO XIII
EVALUACIÓN
INDIVIDUAL
CONTEXTO
INTERVENCIÓN
FAMILIAR ESCOLAR
TÉCNICAS
SOCIAL
plia literatura sobre el tema de las habilidades sociales, que trata de definir y
describir los términos y sus diversas acepciones que se han venido empleando
para referirse a ellas. Aún hoy se puede constatar que no existe una aceptación
universalmente consensuada en lo que se refiere a una definición de la expresión
“habilidades sociales”. De ahí que este término sea comúnmente definido, aten-
diendo al enfoque (conductual, psicosocial, interaccionista, cognitivo, etc.) des-
de el cual se trabaje. A continuación se recogen algunas definiciones, que pue-
den facilitar una conceptualización más específica del término “habilidades so-
ciales”:
Caballo (1993, 25) considera la conducta socialmente habilidosa como “un
conjunto de conductas realizadas por un individuo en un contexto interpersonal
que expresa sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo
adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que general-
mente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras reduce la pro-
babilidad de que aparezcan futuros problemas”.
Gil y León (1998, 15), realizando una síntesis sobre diferentes aportaciones,
definen el término “habilidad social” como “la capacidad de ejecutar aquellas
conductas aprendidas que cubren nuestras necesidades de comunicación inter-
personal y/o responden a las exigencias y demandas de las situaciones sociales de
forma efectiva, o si se prefiere, son una clase de respuestas pertinentes para des-
empeñar con eficacia las siguientes funciones: a) Conseguir reforzadores en si-
tuaciones de interacción social; b) Mantener o mejorar la relación con otra per-
sona en la interacción interpersonal; c) Impedir el bloqueo de refuerzo social o
mediado socialmente y; d) Mantener la autoestima y disminuir el estrés asociado
a situaciones interpersonales conflictivas”.
El término “habilidades sociales” se relaciona con otros de significado
próximo, como “competencia social” y “competencia interpersonal”. Diferentes
teóricos de la Psicología Social han elaborado diversas definiciones del término
“competencia social”. Algunos autores ponen el énfasis tanto en la capacidad
como en las habilidades cognitivas a nivel social; otros lo hacen en la conducta
manifiesta de la persona; finalmente, algunos señalan que la competencia social
está determinada por el juicio de los demás.
Algunos autores consideran que el término “competencia social” es un
constructo más genérico, que engloba al de “habilidades sociales”, entendida
aquélla como un constructo hipotético y teórico global, multidimensional y am-
plio, mientras que las habilidades sociales pueden verse como parte del cons-
tructo de competencia social. Entendido así, las habilidades sociales son com-
portamientos sociales específicos que, en conjunto, forman las bases del com-
portamiento socialmente competente. En general, el término “competencia” se
refiere a una generalización evaluativa y el término “habilidades” se refiere a
conductas específicas.
282 Bases psicopedagógicas de la educación especial
• Responder ante una queja: escuchar lo que otra persona nos reprocha y
sugerir otra solución.
• Deportividad tras el juego: mostrar comportamientos amistosos y cordia-
les, después de realizar una actividad competitiva.
• Manejo de situaciones embarazosas-resolver la vergüenza: comunicar
nuestro desagrado ante una situación que nos ha resultado comprometida.
• Arreglárselas cuando le dejan de lado: expresar que se quiere formar par-
te, que te incluyan en las actividades.
• Ayudar a un amigo-defender a un amigo: defender los derechos de otra
persona ante una situación de injusticia.
• Responder a la persuasión: decidir por sí mismo, una vez expuestas las
opiniones de otras personas.
• Responder al fracaso: determinar qué factores han provocado la situación
de fracaso y tomar medidas para modificarla y que no vuelva a suceder.
• Manejo de mensajes contradictorios-enfrentarse a los mensajes contra-
dictorios: reconocer cuándo otra persona te presenta cosas opuestas, al
mismo tiempo, y comunicarlo.
• Manejo de una acusación-responder a una acusación: responder adecua-
damente a la inculpación que sobre nosotros realiza otra persona.
• Prepararse para una conversación difícil: afrontar una situación difícil y
enfocar la conversación de manera que produzca los mejores resultados.
• Manejar la presión de grupo-hacer frente a las presiones del grupo: com-
prender lo que nos están exigiendo y decidir lo que se quiere hacer.
Las dificultades que los niños o adultos pueden tener con determinadas ha-
bilidades sociales, en ocasiones, pueden ser explicadas por factores de origen indi-
vidual o personal. Estos problemas, atendiendo a diferentes modelos alternativos o
complementarios, pueden ser: 1) el sujeto carece de habilidades sociales necesarias,
que le impiden la conducta adecuada; 2) el sujeto posee esas habilidades, pero se
produce una interferencia de procesos cognitivos-perceptuales, emocionales y
motivacionales, que impiden la manifestación de esas habilidades sociales.
A) Interferencias de carácter cognitivo-perceptual. Surgen cuando los suje-
tos, previamente a la práctica de una habilidad social, no analizan la
situación ni valoran los múltiples factores de la misma, por lo que no
tienen en cuenta el contexto donde se manifiesta esa habilidad social ni
son capaces de percibir los pasos o formas de proceder en una situación
determinada, de manera sistemática, ordenada y “socialmente aceptable
o adecuada”, en función de la singularidad de ésta. Estos problemas se
han asociado, con frecuencia, a niños hiperactivos, impulsivos o con di-
ferente grado de dificultades cognitivas.
B) Inferencias de carácter emocional. Se refieren fundamentalmente a
factores de personalidad y temperamento, así como a la propia capaci-
Problemas relacionados con las habilidades sociales: evaluación e intervención educativa 287
dad de los sujetos para regular sus propias emociones, lo cual incide en
el adecuado despliegue de relaciones interpersonales. Algunas mani-
festaciones de este tipo de interferencias son: ansiedad, depresión, ti-
midez, sentimientos de inferioridad, hipersensibilidad y el miedo que
algunos niños pueden sentir ante determinadas situaciones sociales
(relaciones con sus amigos, profesores, familiares, etc.). Estos factores
impiden la relación entre unos niños y otros, evitando esa situación de
malestar. Estas situaciones provocan que los sujetos se enfrenten a
esas situaciones reales.
C) Interferencias de carácter motivacional y atribucional. La importancia
de la motivación en las conductas sociales es notable, bien sea ésta in-
trínseca (la actividad es reforzante en sí misma) o extrínseca (proporcio-
nará un refuerzo externo o autorefuerzo). Por ello, no sólo hay que saber
cómo se ha de actuar en una situación, sino que es necesario tener pre-
disposición o querer actuar. Así, algunos niños encuentran dificultad en
las habilidades sociales, por dos posibles motivos: a) tienen muy bajas
expectativas de éxito en la interacción social; b) atribuyen el éxito a fac-
tores externos (a la suerte, a los demás) o atribuyen su fracaso a factores
intrínsecos (poca capacidad, esfuerzo o aptitud). Aquellos niños que han
experimentado reiteradamente varios fracasos en la interacción social
pueden comenzar a sentir “indefensión aprendida” (estos niños mantie-
nen la idea de que, hagan lo que hagan, todo seguirá igual).
Por último, tanto los aspectos motivacionales como los estilos atributivos
pueden provocar en los sujetos un bajo autoconcepto, unido a una baja autoestima,
sentimientos de autodesprecio o autocrítica y, en casos más graves, depresión.
Son numerosas las estrategias que pueden utilizarse para entrenar las habi-
lidades sociales. Estas técnicas pueden aplicarse bien individualmente o de mane-
ra combinada. A continuación se relacionan algunas de las estrategias, amplia-
mente utilizadas en numerosos programas de intervención y que pueden ser fácil-
mente aplicables tanto en el contexto escolar como en el entorno familiar.
A) Técnicas conductuales
ducta visible más que sus estructuras internas. Sus raíces están en el condiciona-
miento clásico y operante, la modificación de conducta y la teoría del aprendizaje
social. Esta última propone un modelo de la conducta humana, en el que ésta se
autocontrola en función de la retroinformación que recibe.
A través de estas técnicas, se pueden adquirir las destrezas que inicialmente
son necesarias, en contextos muy controlados y estructurados, para, posteriormen-
te, generalizarlas a otros entornos y situaciones.
Las diversas técnicas conductuales, en este modelo, deben aplicarse en el
orden que se describe a continuación (Caballo, 1993; Gil y León, 1998; y, Paula,
2000):
1. Instrucciones. Son explicaciones claras y precisas de la conducta que va
a ser objeto de entrenamiento en cada sesión. El maestro las utiliza para
favorecer que los alumnos centren su atención en determinados aspectos
de su comportamiento, los ejecuten adecuadamente y puedan ser refor-
zados y afianzados.
2. Modelado. Consiste en la emisión de conductas adecuadas, a través de la
observación de modelos que las realizan y que reciben reforzamiento
por ello. A través de esta técnica, se puede aprender tanto a realizar una
conducta nueva como a mejorar otra que ya existía.
3. Imitación, práctica, ensayo de conducta o representación de papeles. En
el ensayo conductual, los participantes ponen en práctica las habilidades
observadas en los “modelos”. Este tipo de ensayo puede ser real, cuando
los alumnos practican las conductas en situaciones reales de interacción
social, y simulado o encubierto, cuando los alumnos deben imaginarse
ejecutando las conductas.
4. Retroalimentación y moldeado. La retroalimentación es una parte inse-
parable del ensayo. Suele realizarse inmediatamente después o de forma
simultánea, ya que consiste en proporcionar información correcta y útil
a los alumnos acerca de la actuación que ha tenido en el ensayo conduc-
tual, para que éstos vayan consiguiendo progresivamente un nivel de
ejecución lo más idóneo posible.
5. Reforzamiento. Se trata de proporcionar consecuencias positivas a los
sujetos, cuando éstos hayan emitido la conducta adecuada y/o realizado
algunas de las aproximaciones que se desean fortalecer. El refuerzo po-
sitivo puede emplearse para incorporar una nueva conducta habilidosa al
repertorio de los niños o para mantener o potenciar un comportamiento
ya exhibido por ellos; o, simplemente, como ayuda para reforzar las ac-
tividades diarias que realiza.
Los reforzadores extrínsecos son proporcionados por el ambiente que
rodea a los sujetos y, concretamente, por personas cercanas a éstos: pa-
dres, profesores, compañeros y cualquier otra persona de su entorno que
Problemas relacionados con las habilidades sociales: evaluación e intervención educativa 295
B) Técnicas cognitivas
ciales, son: 1) crear un clima relajado y acogedor, en el que todos los alumnos se
sientan respetados, apoyados y aceptados; 2) desarrollar actividades cooperativas,
para fomentar las relaciones entre compañeros, en un plano de igualdad; 3) las
tutorías entre iguales ayudan a los alumnos a salvar las barreras del desconoci-
miento recíproco, a aceptarse mutuamente y a lograr un encuentro verdaderamen-
te interpersonal, a pesar de las diferencias cognitivas, cronológicas, etc.; 4) facili-
tar un contexto en el que las habilidades sociales y de relación interpersonal sean
valoradas y premiadas, potenciando, así, el interés de los alumnos por adquirir y
poner en práctica las mismas.
ACTIVIDADES
4. Diseña una unidad Didáctica, para desarrollar (corregir) una habilidad social
en un alumno concreto, incluyendo: tipo de alumno, objetivos, actividades,
temporalización, recursos, criterios de evaluación.
CAPÍTULO XIV
Contexto
CURRÍCULUM
Presupuestos Fundamentos
INTERCULTURAL
Finalidades
contrar esa necesaria unidad, que pueda resolver los conflictos o problemas multi-
culturales. Por lo tanto, desde de esta opción inicial se van a analizar los proble-
mas o conflictos del currículum multicultural, que impiden el avance hacia la in-
terculturalidad.
Previamente se profundizará en la opción, que supone educar en y para la
interculturalidad, para poder entender los conflictos, que impiden esta opción y las
propuestas didácticas que la fomentan.
sobre todo, del grupo o grupos dominantes; a la vez que se asume el hecho de que
cada cultura puede encontrar complemento a sus carencias en las aportaciones de
las demás.
Ofrecer opciones a distintas formas de vivir, percibir, pensar, expresarse,
conocer, sentir y relacionarse. Asumir esta finalidad supone organizar un currí-
culo centrado, no en el contenido, sino en el trasvase de ideas, de recursos, de
actitudes, de valores, de procedimientos, de conocimientos, de hábitos, de ri-
tos... entre individuos; que ofrecen opciones a distintas formas de vivir, de per-
cibir, de pensar, de expresarse; acordes con un fondo común de valores, compar-
tidos por los miembros de la comunidad educativa. Este fin pretende, en primer
lugar, el desarrollo de todas las potencialidades del ser humano en todas sus
dimensiones (estéticas, afectivas, cognitivas, motrices, sociales y éticas), ofre-
ciendo una amplia gama de competencias culturales; en segundo lugar, pretende
que el individuo pueda elegir aquellas competencias culturales más acordes con
su personalidad, circunstancias, experiencias... y, en tercer lugar, pretende que
el individuo conozca todas las competencias culturales que le ofrezcan la posibi-
lidad de adaptarse a los más variados contextos sociales y vivenciar plenamente
la diversidad étnica.
Lograr experiencias interculturales de pensamiento divergente, de trasvase
de valores, de elección libre, de adaptación a lo diverso y de actitud independien-
te. Una educación intercultural pretende que el individuo elija libremente sus pro-
pias competencias culturales para adaptarse al medio que más le satisface. Pero no
es posible la elección sin el conocimiento de las distintas posibilidades, y a ese
conocimiento no se puede llegar con los métodos, contenidos y recursos del currí-
culum oficial. Las experiencias de interculturalidad deben ser creativas y recreati-
vas de formas culturales diversas, de resolución positiva de conflictos, de análisis
y reflexión crítica sobre los significados de cada cultura, de ejercicio de la toleran-
cia y el cambio, experiencias que forjen diversidad de identidades sólidas y flexi-
bles; y que se dirijan a la captación y cambio de valores, actitudes y estereotipos.
4. LA METODOLOGÍA INTERCULTURAL
Para alcanzar los fines del currículum intercultural, en base a los principios
pedagógicos de la enseñanza creativa intercultural, en este apartado se presentará
la dimensión práctica del currículum intercultural, atendiendo a los recursos del
aula y a las estrategias básicas de enseñanza intercultural.
res presupuestos para crear aulas espaciosas, bien equipadas de material bibliográ-
fico y nuevas tecnologías (retroproyectores, ordenadores...) y, de esta forma, re-
convertir el centro educativo en confortables espacios para el deporte y el encuen-
tro comunitario cultural.
La importancia de los recursos en la enseñanza creativa intercultural exige
también que el personal docente emplee gran parte de su tiempo en planificar la
decoración, la disposición del mobiliario y otros equipamientos en su clase, para
que los alumnos puedan encontrar con facilidad lo que necesitan en la realización
de sus actividades y, a la vez, se sientan cómodos y estimulados en el trabajo.
La enseñanza creativa intercultural es aquella que se planifica e implementa
más allá de los límites físicos del centro educativo, buscando, en el entorno inme-
diato o lejano, los recursos para experimentar la diversidad cultural en todas aque-
llas áreas o temas de que trate el currículum sin escatimar en medios (salidas,
excursiones, visitas, viajes, documentos escritos y audiovisuales, Internet...); por
otra parte, es aquella enseñanza que hace emerger en cada actividad de clase o del
centro la diversidad cultural de sus propios alumnos. Por lo tanto, cada recurso es
un incentivo, que despierta todas las formas de expresión de los alumnos y el
profesor está atento para hacer notar sus significados, por lo que las experiencias
de los alumnos y sus producciones se convierten en el recurso más valorado, apre-
ciado y estimulante del currículum.
Los recursos son el mayor exponente del tipo de enseñanza que se está rea-
lizando y hasta el momento, en lo que respecta a la enseñanza en contextos multi-
culturales, el despliegue de materiales referentes a la diversidad cultural se hace
de forma puntual y generalmente desconectada del resto del currículum. Los es-
fuerzos del centro intercultural deben ir encaminados, en primer lugar, a proveer
recursos relevantes y representativos de la diversidad cultural, es decir, que expre-
sen la esencia de cada cultura y no sólo sus aspectos folklóricos. Esta esencia, sin
duda, la encontraremos, básicamente, en recursos que muestran formas distintas
de comunicación, procedentes de diferentes culturas (pintura, música, danza y
deporte, lenguaje verbal y escrito..), en aquellos que muestran distintas formas de
resolver necesidades vitales y problemas de cada día en las diferentes culturas
(sistema de cantidad, peso y medida, vestido, comida, utensilios y tecnologías,...)
así como en aquellos recursos que ofrecen diferentes respuesta a los grandes inte-
rrogantes de sentido de la vida humana en las diferentes culturas (sistemas religio-
sos y filosóficos, mitos, leyendas...).
ACTIVIDADES
Problemas relacionados
PELIGROS con el contexto social POTENCIAS
Proyectos de transformación.
Desde la E. Especial/terapia. Aprendizajes imprescindibles para todos.
INTERVENCIÓN
Segregación y diferenciación. Desde capacidades y necesidades.
Acelerando “buenos” aprendizajes.
Estructural
Med. choque
Particular Global
programas Centro
Son, pues, varios los elementos de exclusión, que van desde la propia legis-
lación y la estructura de la sociedad, que no arbitran medias eficaces para promo-
cionar y proteger equitativamente los derechos básicos para la integración produc-
tiva de la ciudadanía, hasta las causas familiares y personales, pasando por otras
socio-económico-laborales, educativas y culturales. Incluso se identifica una in-
tensa interrelación entre los factores tradicionales anteriores con los propios de la
globalización y la mercantilización de la sociedad (y la escuela) actual. Se dan
elementos y condicionantes personales, familiares, socieconómicos y culturales,
difícilmente modificables sin la participación de todo el sistema y de todo un pue-
blo; pero también –y ello es de capital importancia– otros propiamente escolares y
educativos, que sí se podrían cambiar en sus realidades y efectos. Entre estos se-
gundos se podrían destacar:
• Inadecuada selección de los contenidos, sin tener clara la necesidad y la
obligación de promocionar para todos unos aprendizajes imprescindibles
para vivir con un mínimo de dignidad y soltura en esta sociedad.
• Excesiva parcialización y artificialidad del currículum.
• Bajo nivel de escolarización precoz, que comporta una inadecuada educa-
ción del carácter y entrar en el sistema en condiciones de acentuada des-
ventaja.
• Insuficientes relaciones familia-escuela.
• Poca consistencia y relación entre la cultura escolar (abstracta, formalizada,
elitista y académica) y la de los alumnos (muchas veces desestructurada).
• Bajo nivel de expectativas (también entre el profesorado), que acrecien-
tan la incidencia del “efecto pigmalión”, haciendo que las profecías de
fracaso se cumplan.
• Graves errores didáctico-estratégicos, que quieren adaptar el alumno al
sistema, en lugar de partir de sus estilos de aprendizaje, necesidades, rea-
lidades y contextos, hasta llegar a otras capacidades y competencias más
pertinentes y potentes, de cara a la promoción de aprendizajes.
• Inadecuados e “injustos” procesos de evaluación.
• Encargar a los más noveles los cursos y niveles más complejos.
• Asumir que las condiciones estructurales y curriculares de la escuela son
así porque no pueden ser de otra manera...
1.2. Los efectos que produce: sobre qué se corre el riesgo de ser excluido
“se les impide sistemáticamente (y por diversos y sutiles medios) el acceso a posi-
ciones que les permitan una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales
determinados por las instituciones y valores en un contexto dado” (Castells, 1998,
98). La exclusión es el resultado extremo de una sucesión de situaciones específi-
cas de exclusión de los derechos fundamentales, que comporta un “no reconoci-
miento” por la comunidad y que el excluido “deje” de acceder al ejercicio legítimo
de sus derechos fundamentales.
Los procesos de desigualdad social se producen a causa de una creciente espi-
ral heredada de desventaja, que reproducen y acentúan, a la par, los procesos de
pobreza y de fracaso escolar o los de enriquecimiento y éxito escolar (Connell,
1997) (Ver figura 2). Por una parte, la distribución desigual de los recursos sociales
lleva a que determinados grupos de interés participen en el sistema de desigualdad,
acumulando, acreditando y legitimando la desigualdad. Por otra parte, los “exclui-
dos” se encuentran en una situación de pobreza personal y comunitaria, que se tradu-
ce en fracaso escolar y dificultades educativas. La suma de esta necesidad educativa
con la necesidad de trabajo y recursos básicos conduce a un abandono temprano, a
una baja formación y a una casi total falta de cualificación profesional. Todo ello les
sitúa, en relación con el competitivo mercado de trabajo, en un estado de fragilidad,
vulnerabilidad y desprotección social, que reproduce nuevamente, cuando no crispa,
la situación de desventaja, pobreza, exclusión y vulnerabilidad.
Pobreza. Distribución.
Vulnerabilidad. Desigual de
Fracaso escolar. recursos.
sociales, se cubren, con un tupido velo, los posibles mecanismos internos de las
instituciones y de los profesionales que podrían estar influyendo en este fracaso.
Por lo que está de más cuestionarse qué escolarización se oferta, de qué calidades
se habla, ni qué se hace con los más desaventajados para asegurar “su” derecho a
la buena educación y a la inclusión.
De otro lado, desde una posición estereotipada, llegan a sustituir la realidad
por las representaciones o miradas y lo que creen que se ha puesto de manifiesto
de ella, sin entrar a discernir la intención o los intereses que hay de detrás de ello.
Estos estereotipos dirigen procesos de identificación, de socialización, de predis-
posición de sensibilidades y de creación de estados de opinión que terminan por
afectar importantemente a la propia realidad social y a su potencialidad de orienta-
ción y de transformación. Llevados por estos estereotipos y por visiones alienan-
tes –basadas en presunciones de fracaso y de “necesaria” dependencia de estos
sujetos y/o colectivos (en los que se incluyen también sus “maestros”)– surgen
“reformas” y “profesionales” que se erigen en salvadores ilustrados, que diagnos-
tican, dan recetas, diseñan programas infalibles o intervienen terapéuticamente...
pero, ignorando la realidad, la voz de los sin voz, sus potencialidades y miserias, y
a los propios docentes, sus acciones y propuestas “expertas” y “externas” no lle-
gan a calar en la práctica ni a transformarla.
Frente a todas estas situaciones, cabe otra perspectiva más crítica y cons-
ciente de la incidencia de la violencia estructural. Se trata de una mirada (auto)
reflexiva, capaz de pensar que el asunto del fracaso no reside tanto en las condicio-
nes personales y o sociales y en su incapacidad para esforzarse y adaptarse a las
reglas de juego, sino que tal vez tenga esto más que ver con otras dimensiones que
atañen directamente a los modos de sentir la educación, las lógicas, los estilos de
aprendizaje y las reglas por las que habitualmente se rigen y que entran en abierta
contradicción con las sociales/escolares. Concretando, algunos mecanismos suti-
les de exclusión escolar podrían ser los siguientes:
• Insistir en evaluaciones del fracaso y en acciones que personalizan en
exceso y sólo inciden en el ámbito personal o individual, pues ello limita
la acción y las posibilidades, ayuda a no ver otras perspectivas, responsa-
bilidades o causas.
• Justificar la selección y la promoción del currículum desde la óptica de
que es natural, lógico e inamovible.
• Justificar la libertar de compromiso profesional con la equidad y la cali-
dad para todos, alegando la certeza de ciertas y cómodas rutinas o la li-
bertad de cátedra.
• Caer en los peligros de las reformas de la diversidad (Elboj y otros,
1998), consecuencia de una excesiva adaptación (a la baja) o en la trampa
de nuevas categorizaciones o dualizaciones del sistema, dentro de las
mismas aulas o del centro y a coexistir, sin un nexo de continuidad, siste-
Problemas relacionados con el contexto social: evaluación e intervención educativa 331
Los sujetos que viven en zonas de vulnerabilidad y/o asistencia, por mos-
trar débiles convicciones y expectativas, por la inestabilidad de sus relaciones y
posibilidades económicas y por su constante precaución, dependencia y riesgo,
suelen ser catalogados como “frágiles”. Ahora bien, insistir en estas dificultades
es poco justo y lleva más veces al asistencialismo o al fatalismo que a la promo-
ción real de condiciones de desarrollo y éxito. Sin duda, estos colectivos suelen
presentar dificultades concretas, que han de ser debidamente atendidas (tanto pre-
ventiva como terapéuticamente), pero sin olvidar nunca que muchos de estos
alumnos viven una situación insufrible de explotación, vulneración o destrozo de
su persona y de formalización de sus pautas conductuales disruptivas, que silen-
cian y ahogan sus potencialidades.
Generalmente, no son los alumnos la causa, sino los primeros que sufren
estas consecuencias y los agentes en los que se hacen palpables las dispedagogías
e injusticias que padecen en su realidad y entorno y por el olvido de una sociedad
insolidaria y la violencia estructural de la que la escuela también forma parte
332 Bases psicopedagógicas de la educación especial
3. EVALUACIÓN
que interesa en este punto. Pero, incluso, esta evaluación formativa (orientada a la
acción y la mejora) tiene luces y sombras. Entre las primeras, qué duda cabe, está
la posibilidad de ajustar programas y medidas de acción. Pero, entre las segundas,
pese a estar guiados por un sana intención, pueden darse errores estratégicos, con
graves consecuencias. Insistir en los problemas y en las dificultades y hacerlo
desde una perspectiva focalizada en el sujeto o colectivo en riesgo puede hacer
recaer en él y los suyos todas las culpas y los peligros de la catalogación y la
separación. La excesiva focalización en el alumno y en sus características puede
terminar por estigmatizarlo y por nublar la perspectiva del resto de factores que
334 Bases psicopedagógicas de la educación especial
“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho
que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso
sirve, para caminar” (Eduardo Galeano, “Ventana sobre la utopía”).
ACTIVIDADES
1. Utilizando el material del tema, debate en pequeño grupo y extraiga una con-
clusión que dé respuesta a la siguiente cuestión: “¿en qué medida catalogar
centros, colectivos y sujetos como ‘vulnerables o en riesgo de exclusión’ y
actuar desde la educación especial y el apoyo, más que ayudar a su integración
y a la aceleración de buenos aprendizajes, puede acelerar procesos de exclu-
sión o diferenciación?”. Para ello, razona en qué medida es posible que la exis-
tencia de programas específicos en un centro educativo, especialmente diseña-
dos para atender a alumnos y colectivos vulnerables, puede suponer una nueva
categorización y un reforzamiento de que la escuela debe seguir siendo como
es para el resto de los estudiantes del centro.
Cuadro 3. Marco global e inespecífico de actuación global para todos (Domingo, 1998, 184).
340 Bases psicopedagógicas de la educación especial
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