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LAS FUNCIONES DE LA OBRA LITERARIA

Aleksandar Flaker

(YUGOSLAVIA)

“Pojam funkcije kod Mukarovskog i Jakobsona” y “Prijedlog pojmovnog sustava (funkcija knjizeznosti)”, unidades del trabajo
“Stilska formacija" en: Aleksandar Flaker. Stilske formacije, Zagreb, Liber, 1976, pp. 29-45.

Traducción del serviocroata por Desiderio Navarro.


Tomado de “Textos y contextos. Una ojeada en la teoría literaria Mundial”, Tomo I.
Editorial Arte y Literatura. Ciudad de la Habana, 1985. Páginas 181-202
El concepto de función en Mukarovsky y Jakobson

El concepto de función, desde luego, no es nuevo. Oponiéndose a la explicación sociogenética y causal de


los fenómenos literarios que había sido desarrollada por los críticos rusos que partían de la doctrina de
Plejánov sobre el «equivalente social» de la obra literaria, los formalistas rusos -primero Shklovski y
después particularmente Tyniánov- llegaron a la concepción de la funcionalidad de la obra literaria e
incluso -en el caso de Tyniánov- a la tesis de que las particularidades estilísticas de la obra dependen de
la función inmediata de la forma literaria dentro de determinada situación social.
Sin embargo, el concepto de función sólo fue elaborado de manera más fundamentada por Jan
Mukarovsky en su sistema estético, y ello cuando, con el curso de la evolución interna de su concepción
sobre la naturaleza y la estructura de la obra literaria y artística -también desempeñó cierto papel en esto
el contacto establecido con el marxismo-, comprendió que era necesario salir del círculo cerrado del
estudio inmanente de la literatura. En su libro La función, la norma y el valor estéticas (1936), Mukarovsky
definió su concepción de la función estética, por cuya presencia las obras artísticas se diferencian de las
no-artísticas; pero inmediatamente subrayó que no hay ninguna frontera firme entre «el objeto y el
acontecimiento» que son portadores de la función estética y los que no lo son. El arte tiene, pues, otras
funciones además de la estética,- así, una de sus características es la oposición «entre la subordinación y
la supraordinación de la función estética en la jerarquía de las funciones»; esas fuerzas opuestas «lo
organizan y, al mismo tiempo, lo desorganizan, o sea, mantienen en él un movimiento ininterrumpido de
desarrollo», y ya con esto, de hecho, el teórico checo mostró la importancia de las funciones para la
dinámica del proceso historicoartístico e historicoliterario.
Sobre la naturaleza de las otras funciones Mukarovsky no habló en su libro de manera más fundada.
Con todo, destacó cómo a la función estética le hace la competencia en la literatura la función
comunicativa (funkce sdelovací), particularmente manifiesta en la oratoria, el ensayo, la poesía didáctica,
la biografía novelada, pero también en la prosa artística en general. Aquí también es significativa una
observación sobre el drama, formulada a la ligera y característica en especial de un pensador que
pertenece a un pueblo con unas tradiciones claramente manifiestas de lucha nacional en el siglo XIX:

El drama oscila entre el arte y la propaganda; la historia de la edificación del Teatro Nacional
checo muestra claramente cómo decidieron los motivos extraestéticos, en particular la
necesidad de una propaganda nacional.

Ya en ese libro Mukarovsky puso en conexión la cuestión de la función (estética) con la


«colectividad», des tacando que. las tendencias hacia el ensanchamiento o el estrechamiento de la esfera
estética son hechos sociales, y por eso tomó los ejemplos de la literatura y el arte modernos y subrayó,
por una parte, el «panesteticismo» del simbolismo y la decadencia, y, por otra, la polémica que contra el
esteticismo («umeleckost») dentro del arte contemporáneo sostuvieron el constructivismo, el
surrealismo y, después, también el realismo socialista. Por consiguiente, las funciones, según
Mukarovsky, se realizan a través de totalidades supraindividuales y se ligan a las normas de un
determinado período.1

En un artículo sintético y claro sobre el estructuralismo checo, escrito en 1947 para el público polaco,
Mukarovsky formuló concisamente la correlación entre la función estética y las demás -las funciones
prácticas- en el arte, de la siguiente manera:

La finalidad es el «contenido» de toda función, determina su cualidad y, por regla, le da nombre:


económica, política, cognoscitiva, etcétera. La función estética no tiene tal contenido y, en este
sentido, carece de contenido, es formal. Es una negación dialéctica de la funcionalidad en general.
No obstante, eso no impide que entre en relaciones dialécticas con otras funciones, formando
con ellas una síntesis; precisamente a causa de que no tiene una cualidad específica, asume muy
fácilmente la cualidad de otras funciones que ella acompaña. Así es en el arte y fuera de él. Sin

1
J. Mukarovsky, Studie z estetiky, Praga, 1966, pp. 19-22.
embargo, en el arte el polo fundamental, «asintomático», de la antinomia es la función natural y
básica: la estética; fuera del arte, ese polo es una de las funciones extraestéticas.

Después de destacar que «la investigación de las funciones del arte apenas está en sus inicios»,
Mukarovsky concluye así la sección dedicada a esta cuestión:

Al ser obligado sin cesar, como contra su naturaleza, a intervenir prácticamente en el proceso
vital, el arte renueva su construcción estética. Por ende, a la luz de las funciones la relación del
arte con la realidad natural y el acontecer social se manifiesta en toda su variedad e intimidad.
La ciencia de las funciones, junto a la ciencia de la semántica del arte da la posibilidad de crear
un vínculo orgánico entre la sociología del arte y el estudio de la construcción artística, dominios
que hasta ahora -en detrimento propio- han manifestado más bien la tendencia a un aislamiento
mutuo.2

En su doctrina sobre las funciones de la obra artística vio Mukarovsky, pues, la posibilidad de
establecer un vínculo orgánico entre la sociología del arte y el estudio del arte y la literatura, vínculo que
habían tratado de establecer los positivistas en el siglo xix y en el que después insistieron inflexiblemente
aquellos marxistas que, partiendo de la doctrina de Marx sobre la lucha de clases, abordaron la literatura
-moviéndose, sin embargo, unos y otros, del análisis de las relaciones sociales hacia la obra literaria, y no
en dirección contraria, o sea, de la obra literaria y su análisis hacia su funcionamiento en el interior de las
relaciones sociales.
Sin embargo, Mukarovsky no se adentró en la elaboración misma de la problemática de las funciones
extraestéticas de la obra literaria. Nombró sólo algunas de las posibles funciones del arte, como, por
ejemplo, las funciones cognoscitiva, educativa, moral, social y política.
En los trabajos de Félix Vodicka, su discípulo, podemos ver una aplicación de la doctrina de
Mukarovsky sobre las funciones en el proceso historicoliterario y en el estudio de éste. Precisamente
interpretando los estudios estéticos de Mukarovsky, este historiador literario llegó a la conclusión de que
«la estructuración y desestructuración del arte -y, por ende, también de la literatura- dependen
necesariamente de la estructuración y desestructuración del sistema de funciones que se aplican en la
vida del hombre en una situación histórica concreta».3
Vodicka, que estudia ante todo la historia de la literatura checa, subraya constantemente la
especificidad de sus «funciones sociales» en las condiciones y circunstancias del romanticismo europeo;
y al realismo europeo, cuya esencia ve en el «análisis social», contrapone el movimiento de la literatura
checa en la segunda mitad del siglo XIX, la que sigue cultivando el «llamado social» y realiza las formas
realistas de tal manera que el realismo checo surge' como un medio de búsqueda de «modelos educativos
nacionales», manteniendo la continuidad de la «concepción educativo-social de la literatura», y, en
consonancia con la constante reanimación de las funciones heredadas de los tiempos del renacimiento,
«modifica de nuevo la continuidad establecida» con las literaturas europeas. 4 El concepto de «función
práctica» Vodicka lo sustituyó, de hecho, por el concepto, más amplio y más adecuado al material
histórico, de función social (funkce spolecenská), en calidad de contrario fundamental de la función
estética como la elaboró Mukarovsky dentro de su sistema.
Si Vodicka aplicó algunos principios del estructuralismo de Mukarovsky a la historia de la literatura
como «estructura de la evolución» de ésta, Jakobson acercó el concepto de la función al sistema
conceptual de la teoría de la información y la lingüistica contemporáneas, y sobre estas bases elaboró
toda una tipología de las funciones del lenguaje. Partiendo de los factores que determinan toda
transmisión de información lingüística -es decir, del emisor que envía un mensaje a un receptor, mensaje
que se refiere a un determinado contexto y exige un determinado código en el entre el emisor y el
receptor-, Jakobson construye su tipología de las funciones sobre la base de las orientaciones
fundamentales contenidas en el texto. Así obtenemos la siguiente serie de funciones del lenguaje:
1. La orientación hacia el contexto desarrolla la junción referencial, o también denotativa o cognitiva
(referential, denotative, cognitive íunction), como «principal tarea de numerosos mensajes».

2
Ibidem. p. 123.
3
F. Vodicka, Struktura vyvoje, Praga, 1969, p. 327.
4
pp. 73 y 113.
2. La orientación hacia el emisor desarrolla la función emotiva o expresiva (emotive or expressive
function), que «tiene por objetivo la expresión directa de la actitud del que habla hacia aquello sobre lo
que habla».
3. La orientación hacia el receptor desarrolla la función conativa (conative function), que «halla su
expresión gramatical más pura en el vocativo y el imperativo», o sea, en la apelación directa al receptor.
4. La orientación hacia el contacto, «el establecimiento, la prolongación o la interrupción de la
comunicación, la comprobación del funcionamiento correcto del canal, etcétera», tiene a la función fática
(phatic function), la cual, desde luego, es menos relevante para la obra literaria.
5. “Cuando al emisor o al receptor (o a ambos) se les presenta la necesidad de comprobar si están
empleando un mismo código (...) el discurso realiza una junción metalingüística (o sea, glosante)”
(metalingual, i. e. glossing function).
6. Y la orientación hacia el mensaje como tal, «la puesta en foco del mensaje por sí mismo, es la
función poética (poetic function) del lenguaje».
Jakobson considera la «función poética» en consonancia con lo que ya Mukarovsky había dicho sobre
la función' estética del arte -y, por ende, también de la obra literaria-.
Todo intento de reducir la función poética a la esfera de la poesía o de limitar la poesía a la
función poética, constituiría una simplificación engañosa. La función poética no es la única
función del arte verbal (of verbal art), sino sólo su dominante, su función determinante; en todas
las otras actividades verbales, por el contrario, actúa como un constituyente secundario,
colateral.5

Tipología jakobsoniana de las funciones del lenguaje

Esquema A (Factores)

Contexto

Emisor ------------------------- Mensaje ----------------------------- Receptor

Contacto

Código

Esquema B (Funciones)

Referencial (denotativa, cognitiva)

Emotiva (expresiva) --------- Poética ---------------------------------- Conativa

Fática

Metalingüística

Esta tipología jakobsoniana de las funciones de la. comunicación lingüística fue adaptada a las
necesidades de la teoría literaria y a objetivos didácticos por los autores del manual polaco Bosquejo de
poética (Zarys poetyki, 1972). Para cada una de las funciones que cumple la obra literaria ellos adujeron

5
Cf. Style in Language (ed. por Th A. Sebeok) Nueva York-Londres, 1960, pp, 353-357, y, en traducción servia, R. Jakobson,
Lingvistika i poetika, Belgrado, 1966, pp. 290-296
ejemplos de la literatura polaca, pero, a la vez, aproximaron conceptualmente todo el sistema a las
tradiciones del estudio de la literatura, y así en su sistema tenemos la siguiente serie de funciones:
1. Función comunicativo-cognoscitiva (con orientación hacia lo designado).
2. Función expresiva (con orientación hacia el emisor).
3. Función impresiva o apelativa (con orientación hacia el receptor; aquí los conceptos de función
«expresiva» y «apelativa» han sido tomados, evidentemente, de la Sprachtheorie de Bühler, a la que se
remiten tanto Jakobson como Mukarovsky).6
4. Función fática.
5. Función metalingüística (éstos son conceptos tomados del sistema de Jakobson, pero no son
elaborados más detalladamente, porque, en opinión de los autores, por lo general no aparecen en los
«comunicados lingüísticos»),
6. Función poética o estética, que se logra mediante «la sobreorganización del texto» como texto
literario.7
De manera semejante procedieron también los autores del manual polaco, ahora ya standard.
Bosquejo de teoría literaria (M. Glówinski, A Okopien-Slawinska y J. Slawinski), al tiempo que
introdujeron, como «una forma particular de manifestación de la función metalingüística», la función
metapoética, que se manifiesta cuando «el escritor introduce en el enunciado literario algunas reflexiones
que conciernen a tales o cuales propiedades del habla poética».8
Sin embargo, cuando pasan de la cuestión de las funciones del enunciado a la cuestión de las funciones
de la obra literaria, estos autores polacos, partiendo de la doctrina de Mukarovsky acerca de la función
estética de la obra artística como dominante/ reducen las funciones sociales de la obra literaria a dos
tipos básicos: la función estético-cognoscitiva y la estético-educativa, pero, al hablar del intercambio de
funciones con las otras series, mencionarán también la función utilitaria de la obra artística -y la función
estética de los objetos utilitarios-, y, al hablar de la función educativa y destacar cómo ella se realiza de
diversas maneras, los autores polacos volverán a poner de relieve la función expresivo-impresiva,
fundiendo así dos funciones del enunciado en una:

En las obras épicas, la función educativa está en. estrecha dependencia de los valores
cognoscitivos de la imagen; y en las obras líricas, además y hasta en primer término, está en
dependencia de la función expresivo-impresiva.9

Los autores de este manual son particularmente conscientes de la importancia de la mutación de las
funciones en el proceso historicoliterario, en el curso del cual las distintas funciones se «especializan» en
la. vida social y «junto con ellas se forman distintas propiedades que cada vez se presentan en un sistema
específico».10 Los autores polacos elaboraron especialmente esta cuestión en el capítulo sobre el período
literario, donde escriben:

Los fines específicos, estéticos, de la literatura, siempre se vinculan con algunos fines
extraestéticos, lo que está ligado, entre otras cosas, al hecho de que la obra literaria, a causa de
su material lingüístico, tiene un carácter polifuncional. Sin embargo, la jerarquía de estas
funciones puede ser muy variada en la conciencia cultural de las distintas épocas. En cada
ocasión se presentan aquí dos tendencias, de las que se toma conciencia en mayor o menor grado
y que son formuladas teóricamente en mayor o menor medida: la tendencia a separar la
literatura de las demás formas de acción social y la tendencia a establecer parentescos y
dependencias (o incluso subordinaciones) entre la literatura y los otros dominios de la actividad
social y cultural. Bajo la presión de estas dos tendencias y con la participación diversa de cada
una de ellas, se forman las opiniones sobre los fines de ja creación. literaria y el papel del escritor
en las distintas épocas11

6
Cf. Style in Language, p. 352, y J. Mukarovsky, Kapitoly z ceské poetiky, I, Praga, 1941, p. 83.
7
Cf. E. Miodonska-Brookes, A. Kulawik v M. Tatara, Zarys poetyki, Varsovia, 1972, pp. 155-162.
8
M Glówinski, A. Okopien-Slawinska y J. Slawinski, Zarys teorii literatury, Varsovia, 1972, p. 87.
9
Ibidem, p. 59.
10
Ibidem, p. 464.
11
Ibídem, pp. 475-476.
En la sucesión de sus afirmaciones, los autores de este .manual abandonan muy pronto la explicación
del modo en que las funciones aisladas se realizan dentro de una obra literaria o de un conjunto de obras
literarias, y pasan a la explicación de las diferencias en la conciencia dentro de períodos
historicoliterarios aislados al tiempo que elaboran en particular las cuestiones de la vida literaria, el
público literario, la cultura literaria, las instituciones de la vida literaria y las instituciones editoriales, y,
por último, también el concepto de generación literaria. Así, ligan más la cuestión de las funciones
sociales de la literatura con las cuestiones que pertenecen a la socio- logia de la literatura, que con las
cuestiones de la organización [ustroistuo] de la obra literaria.
Desde las posiciones de la sociología de la literatura y partiendo evidentemente de la necesidad de
métodos estadísticos actuales en la investigación sociológica del funcionamiento de la literatura, también
llegó a la cuestión de las funciones sociales de la literatura el investigador eslovaco Rudolf Lesnák, quien,
en realidad, también sigue las directivas teóricas de Mukarovsky, precisamente de la misma manera en
que son aplicadas en los manuales polacos. Sin embargo, Lesnák encuentra un equivalente [adekuat]
sociológico para el concepto de función, concepto que él deja para la propia obra literaria: al definir la
relación obra literaria-receptor como una relación bidireccional, subraya la dualidad de los conceptos que
designan esta relación: «desde el punto de vista de la obra literaria, es el concepto de ¡unción, y desde el
punto de vista del receptor, el concepto de necesidad». Si con el concepto de función, según Mukarovsky,
está ligado el concepto de valor (hodnota), entonces con el concepto de necesidad, según Lesnák, está
ligado el concepto de comunicación, la que se realiza como accesibilidad de la obra literaria, y el valor y
la comunicación (la comunicatividad) se hallan en una dependencia recíproca directa:

La accesibilidad, la «transmisibilidad» y, por ende, también la receptibilidad disminuidas del


texto influyen directamente en la medida de la funcionalidad de los medios expresivos y, al fin y
al cabo, también en la medida del valor estético de la obra. 12

Partiendo de esa dependencia recíproca de la función social y la necesidad social, Lesnák construye
su tipología sistemática de los diferentes niveles de la recepción de las obras literarias, en la que destaca
cómo a cada nivel de recepción habría de corresponder también una diferente funcionalidad de la obra.
El teórico eslovaco distingue así los siguientes tipos de recepción de la literatura: utilitaria, social, emocio-
nal, ética (a este tipo de recepción del lector corresponde la función educativa de la obra), racional (a este
tipo corresponde la función cognoscitiva de la obra) y estética; y también él deja fuera de su tipología un
tipo de recepción de la literatura como es el de la recepción de diversión [zabauna].13
Entretanto, no se ha reparado suficientemente en la proposición de una tipología de las funciones
sociales de la literatura, que en su manual para la enseñanza media, El mundo de la literatura (1967),
expusieron los autores reunidos en torno a Félix Vodicka, En este libro hallamos un capítulo muy
estimulante sobre «Las funciones de la literatura», el cual también extrajo conclusiones del sistema
estético del estructuralismo de Mukarovsky, guiándose por las necesidades de la sistematización con
fines didácticos.
Según el autor de este capítulo del libro cuyo redactor fue el difunto Vodicka, son tres las funciones
fundamentales de la literatura: cognoscitiva, expresiva y valorativa (poznavaci, vyjadrovací, hodnoticí). La
literatura en función de conocimiento objetivo se esfuerza por reproducir fenómenos singulares de la
realidad para aprehenderlos y comprenderlos -ora ocupándose de propiedades humanas claramente
puestas de manifiesto, ora dejándoles a las personas y al acontecer rasgos individuales, y esforzándose,
a la vez, por poner de manifiesto aquellas propiedades humanas y fenómenos sociales «que caracterizan
a los grupos humanos o a los acontecimientos sociales en determinado tiempo y en determinado lugar».
La literatura en función de expresión subjetiva aprehende el mundo por la vía de la subjetivización,
extrayéndolo de los sentimientos del individuo que, en su interioridad, «refleja el mundo, busca el sentido
de su destino vital, vivencia la armonía o el conflicto de sus ideas y aspiraciones con su experiencia vital
propia». La expresión subjetiva, según la idea del autor, puede desarrollarse «por mediación de la
fantasía liberada» en el acontecer, como en el Mayo de Mácha, o puede «penetrar las vastas compo-
siciones de la novela, poniendo en primer plano el mundo psíquico de sus héroes», como, por ejemplo,
en la forma de monólogo interior en el Ulises de Joyce. La literatura en función de valoración (el autor

12
R. Lesnák, “Typologické problemy vyskumu recepcie 'iteratúry”, Slovenská literatura, XX, 1973, n. 3, p. 279.
13
Ibídem, pp. 285-286.
destaca también el concepto de función educativa) toma los fenómenos de la realidad vital para
compararlos con un determinado ideal, partiendo de los valores establecidos, es decir, de las normas que
ayudan a «crearlos, consolidarlos y educar para su adopción». En los fenómenos de la realidad de la vida
la literatura demuestra entonces ciertas tesis o su comprensión de los problemas fundamentales del
hombre, de la sociedad y de la humanidad, sirviéndose de la idealización de algunos valores humanos y
de la creación de «héroes standard». En el otro polo de tal literatura se halla la construcción de cuadros
fantásticos, utópicos o alegóricos, «que abarcan situaciones, caracteres, relaciones y conflictos límites
enteramente definidos, de tal manera que en ellos se puedan revelar y evaluar las cuestiones
fundamentales de la existencia humana, de la moral, de las leyes de la conducta humana».
En todos estos casos, esas funciones se sueldan con el «carácter estético» de la literatura y no
podemos identificarlas con el conocimiento científico, con la expresión auténtica de la psique del autor o
con la influencia educativa directa. Todas esas funciones están presentes en la obra literaria, aunque en
«una determinada situación del desarrollo literario» algunas de ellas se reducen a cuenta de una sola.
También estos autores dejan fuera de esta tipología básica de las funciones de la literatura a las obras
que son creadas en el supuesto de su carácter entretenido, o sea, divertido, y que se basan principalmente
en «juegos, ocurrencias o ingeniosidades» (se aducen los ejemplos de diferentes juegos de palabras; de
la solución de diferentes combinaciones de relaciones mutuas de personas; de las novelas detectivescas),
pero pueden servir también a otros fines.14

Proposición de un sistema conceptual (de las funciones de la literatura)


Si intentamos condensar las anteriores proposiciones de caracterización de las diferentes funciones del
enunciado y ‘de la obra literaria como estructura, seleccionando las que- son particularmente aplicables
para la caracterización de las distintas formaciones estilísticas en consideración a sus funciones,
obtendremos aproximadamente él siguiente' esquema conceptual:
Si tomamos como oposición fundamental, inmanente a toda obra literaria como obra artística, la
contradicción entre su función estética y su función social, comprobaremos que la función estética
caracteriza a toda obra, organizando su texto, pero, desde luego, en algunas formaciones esa función
estará más acentuada, y en tales casos, al caracterizar la formación, subrayaremos precisamente esa
función; así ocurre, por ejemplo, en el simbolismo o en la secesión dentro del período que llamamos
moderno. Una función estética más acentuada, lo sabemos, conduce a la disminución de las funciones
sociales de la literatura, y al conducir hacia la hipertrofia del enunciado en función poética dentro de la
obra literaria (la poetización), disminuye, al menos en el primer momento, la orientación del mensaje al
receptor y pone en cuestión la accesibilidad del texto y su recepción (poemas «para unos pocos», poemas
«para poetas», etcétera).
Junto a la acentuación de la función estética de la obra, junto a la dominación del enunciado poético,
en el texto literario también aparece muy frecuentemente el enunciado en función metatextual, como
forma particular del enunciado metalingüístico. También la metatextualidad es, en realidad, una
particularidad de toda obra literaria, porque no hay una obra literaria que no se halle en cierta
correlación con obras literarias u otros textos culturales ya existentes, pero no hablaremos de función
metatextual del enunciado cuando eso se sobrentienda, sino cuando- el -texto con que el enunciado se
relaciona, sea indicado de una u otra manera (alusión, cita, etcétera). Los enunciados metatextuales
aparecerán regularmente en los casos de desarrollo de nuevas formaciones o de modificaciones
acentuadas de formaciones particulares sobre otro suelo social o nacional, y su aparición frecuente nos
autoriza a hablar también de una función de revaloración estética, que trae consigo la necesidad de un
nuevo entendimiento entre el emisor y el receptor. Abundan en enunciados metatextuales, por ejemplo,
las obras del romanticismo inicial (por ejemplo, Ruslán y Liudmila de Pushkin, o incluso Evgueni Oneguin
como la forma «totalmente» nueva de la «novela en verso», con una función de revaloración estética muy
manifiesta y digresiones metatextuales del autor en las que se dirige al lector para explicarle el nuevo
«código»), y las del realismo inicial (confróntese, por ejemplo, el prólogo de Lérmontov a Un héroe de

14
Svet literatury, I. Napsal autorsky kolektiv za vedení Felixe Vodicky, Praga, 1967, pp. 24-25.
nuestro tiempo, o el prólogo de Balzac a La comedia humana); y la función de revaloración estética está
particularmente manifiesta tanto en las obras de la vanguardia europea como en las obras de la literatura
actual (el desarrollo particularmente característico del llamado minus-procedimiento, que remplaza al
enunciado meta- textual directo). Por lo demás, ya al designar determinada formación con el nombre de
vanguardia, en realidad estamos destacando su función particularmente acentuada de revaloración
estética, y también por esto el concepto se ajusta bien a los rasgos distintivos fundamentales de la
formación.
Si volvemos al segundo polo de nuestra oposición, es decir a la junción social de la literatura,
obtendremos los siguientes tipos fundamentales de su realización:
En primer lugar debemos hablar aquí de la literatura en función de conocimiento (la función
gnoseológica) la que, en consideración al objeto de conocimiento, designaremos en adelante como
cognoscitivo-social, cognoscitivo-psicológica, cognoscitivo-antropológica, etcétera. Si el procedimiento
fundamental con que se realiza tal función es analítico, entonces podemos, desde luego, hablar
directamente, por ejemplo, de la función analítico-social de la literatura del realismo europeo o de la
función analítico-psicológica de ciertas formas de la novela en la época de la desintegración del realismo
y de la literatura moderna, por ejemplo, todo hasta Proust, o incluso hasta Filip Latinovicz de Krleza (en
este último caso, con una acentuada función de revaloración estética). Una función de conocimiento
acentuada conduce a la frecuencia de los enunciados cognitivos, especialmente en los casos de descuido
de la función estética de la obra, como, por ejemplo, en el naturalismo europeo.
En segundo lugar se debe hablar de la literatura en ¿unción de expresión (la ¿unción expresiva), la que
conduce ante nosotros al sujeto de la expresión (el emisor) y presenta el mundo desde su punto de vista.
Aquí es necesario distinguir los casos en que el sujeto de la expresión (en muchos casos se trata de un
sujeto lírico) habla en su nombre individual (función de expresión individual) o en nombre de un grupo
social o nacional (función de expresión de grupo, colectiva). De acuerdo con esto distinguiremos, por
ejemplo, las diferentes modificaciones de la formación estilística del romanticismo, algunas de las cuales
tendrán un carácter nacional acentuado (por ejemplo, el romanticismo polaco) cuando el sujeto de la
expresión hable no sólo en su propio nombre, sino también en nombre de toda la nación. Se comprende
que a la literatura con función expresiva acentuada la caracterizarán los frecuentes enunciados expresivos
y, en los casos en que el sujeto de la expresión Se oriente hacia el receptor (el lector o el oyente), también
los enunciados impresivos; algunas veces estos últimos asumirán un carácter apelativo y podremos
llamarlos enunciados apelativos o, simplemente, apelaciones. Así, serán impresivos, por ejemplo, los
fragmentos paisajísticos en el autor romántico, y los enunciados apelativos caracterizarán, por ejemplo,
las budnice y las davorije en la poesía del renacimiento nacional croata, el cual, si lo comparamos con el
romanticismo europeo, reduce considerablemente la función básica de esa formación estilística, la
expresiva, y desarrolla la función social axiológica de la literatura. Desde luego, la función expresiva no
es característica únicamente de la formación estilística del romanticismo europeo; aparecerá de nuevo
en la era moderna, una de cuyas formaciones designaremos con el nombre de impresionismo, lo que
indica de manera excelente la orientación hacia la impresividad del enunciado poético; y la función
expresiva en particular será acentuada también por la vanguardia europea -especialmente en esa forma
de su manifestación que es el expresionismo, pero también en otras de sus formas- cada vez que el sujeto
de la expresión no sólo intervenga con frecuentes enunciados expresivos, sino que, a la vez, los suelde
con una acentuada función de revaloración estética del mundo que lo rodea.
En tercer lugar hablamos aquí de la literatura en ¡unción de valoración (la función axiológica), lo que
no significa que ella esté menos extendida que las dos primeras funciones básicas.
Es más: precisamente ella se realiza en un gran número de series específicas. Desde luego, podemos
diferenciar la realización de esa función según el punto de vista desde el cual se valoran los fenómenos
y, por consiguiente, distinguir obras con función de valoración moral, ética, social, nacional, política, de
partido (cf. la categoría de «partidismo» en la literatura del realismo socialista), etcétera; y, a la luz de
esto, las literaturas de los pueblos que en él siglo xix no resolvieron la cuestión nacional, tendrán una
acentuada función de valoración desde el punto de vista nacional, y podemos decir que ellas
desarrollaron las formaciones estilísticas modificándolas en consonancia con la función nacional de la
literatura. Por otra parte, la función de valórame n puede ser diferente según la acentuación del propio
acto de la valoración en la estructura de la obra literaria, y así obtenemos la serie de la función educativa,
la función pedagógica, la función didáctica (por ejemplo, la fábula clasicista) y, por último, la función
directamente utilitaria, la cual, con su dominación, amenaza a la función estética de la obra, pero puede
desempeñar cierto papel en la revaloración estética de las estructuras halladas, como seguramente lo
hicieron los textos para los afiches de agitación y propaganda que escribió Maiakovski después de la
Revolución de Octubre. Las obras literarias en función de valoración desarrollan todos los tipos de
enunciado, pero, en consideración a la necesidad de su accesibilidad para el receptor, esos enunciados
deben ser comunicativos, lo que quiere decir: menos orientados a la revaloración estética y, por ende,
más tradicionales y subordinados a cierto sistema estético normativo estable. En ocasiones, en tales
estructuras aparecerán enunciados apelativos indirectos o directos con los que el escritor se dirige di-
rectamente al lector o al auditorio.
Un lugar especial le pertenece a la literatura en función de diversión (la función lúdicra),15 por la que
se distinguen regularmente las obras que clasificamos en la literatura trivial o en la subliteratura, pero
que en el proceso historicoliterario se hallan en cierta correlación con las formaciones literarias; los
formalistas rusos (Shklovski) llegaron incluso a la conclusión de que las nuevas formas aparecen
precisamente como resultado de la interacción entre las llamadas formas canonizadas y la subliteratura.
Así, no hay duda de que algunos tipos de obras literarias que inicialmente tuvieron una función lúdicra,
han adquirido, a través de su restructuración y funcionalización en el sentido de ía toma de otras
funciones, la significación de literatura canónica en consonancia con las normas de las formaciones esti-
lísticas dominantes. Así, es conocido el caso de las novelas de Dostoievski, que surgieron en la interacción
de la literatura del realismo ruso con las novelas de función lúdicra acentuada de procedencia
euroccidental (la llamada novela de boulevard, la novela policial). En la literatura croata son muchos los
procedimientos característicos de la sátira en las revistas satíricas del Partido Croata del Derecho (que
en la época del realismo eran consideradas como un fenómeno subliterario), y también elementos de
enunciados metatextuales (enunciados paródicos) hallaron su lugar en la estructura socialmente
funcional de la gran novela de Kovacic En la oficina de registros. Por otra parte, la literatura con funciones
lúdicras impugna a menudo las estructuras de la literatura canonizada y también se basa en enunciados
metatextuales (ironía, parodia, etcétera); dentro de la formación estilística y del proceso
historicoliterario adquiere un lugar notable precisamente a causa de su correlación con textos que
reconocen determinadas normas de una formación estilística ya gastada. En la literatura rusa del periodo
del realismo es conocida así la figura mistificada de Kozmá Prutkóv, supuesto autor de parodias de
sentencias sabias y de poesía (romántica); en la literatura inglesa ocupa un lugar destacado la llamada
nonsense literature (Carroll, Edward, Lear, Chesterton), con una frecuente correlación con la literatura
canonizada; y ese tipo de impugnación de la «gran literatura» con frecuentes enunciados metatextuales
también lo hallamos abundantemente dentro de la literatura de vanguardia (el surrealismo francés, los
oberiuti en la literatura rusa, etcétera), también con una destacada función de revaloración estética.

Sinopsis de las funciones del texto literario

Funciones Enunciado característico

I. FUNCIÓN ESTÉTICA
función de revaloración estética poético
metatextual

II. FUNCIÓN SOCIAL


a) función de conocimiento (gnoseológica) cognitivo
b) función de expresión (expresiva) expresivo, impresivo
c) función de valoración (axiológica) acentuadamente comunicativo, apelativo
función de diversión (lúdicra) acentuadamente comunicativo, metatextual

El aparato conceptual así bosquejado -que, desde luego, es necesario completar- puede servirnos
provechosamente en la investigación de la historia de la literatura y, en especial, para la búsqueda de
aquellos elementos de la obra literaria y de formaciones estilísticas enteras, que ligan directamente el

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Como señaló H. R. Tauss en su contribución al debate sobre mi ponencia «La cuestión de las funciones sociales de la literatura»,
que presenté al coloquio de científicos croatas y alemanes celebrado en la Universidad de Constanza, esa función, en realidad,
puede catalogarse como una subespecie aislada de la función estética de la obra literaria.
proceso historicoliterario con los procesos historicosociales. Desde luego, también en esta ocasión es
necesario acentuar, junto con Mukarovsky, la polifuncionalidad de la obra literaria y de las formaciones
estilísticas enteras, que sólo se constituyen con la jerarquización y desjerarquización de las distintas
funciones y que, precisamente, sólo podemos caracterizar según las funciones dominantes en ellas, y sólo
de acuerdo con esas funciones podemos investigar su puesto dentro de la estructura cultural general de
un determinado período y también su funcionamiento dentro de la estructura social y dentro de una
formación social particular.

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