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La Salud Colectiva1

Jaime Breilh, Md. MSc.PhD.2

Área de Salud
Universidad Andina Simón Bolívar –Ecuador

La categoría salud colectiva fue acuñada en el Brasil como producto de los debates
preparatorios a la VIII conferencia de salud. Su concepción fue producto de la imposibilidad
de describir un sujeto social renovado para la acción en salud. Mientras la esfera de las
acciones individuales o clínicas tenía una claridad del sujeto, en cambio para definir una
acción enfocada en la colectividad y no en lo individual asistencial el único concepto que
había era el de salud pública. En sentido estricto salud pública se entiende como salud que se
hace desde la institucionalidad pública y eso no abraca muchas formas y espacio de acción
que rebasan ese límite. De ahí se propuso que la contraparte de salud individual fuera salud
colectiva.

De modo amplio, el concepto salud colectiva abarca las tres acepciones o sentidos en que
puede comprenderse la salud: la salud como objeto de la realidad; la salud como sujeto o
conjunto de ideas; y la salud como campo de acción o praxis. Tres aspectos interdependientes
de un fenómeno que amerita una comprensión integral. Por eso decimos que hay una salud
colectiva realmente existente, una conceptualización sobre la salud colectiva y una praxis de
la salud colectiva.

Para formular una explicación completa de la salud colectiva, es necesario establecer primero
una clara ruptura respecto a la concepción biomédica, que reduce la salud a los procesos
individuales, bio-psicológicos, y más aun, a la curación o asistencia frente a las enfermedades
en personas. Distorsión que lamentablemente no corrige la salud pública convencional,
puesto que apenas substituye la elaboración integral sobre lo colectivo, por una mera
agregación empírica o sumatoria estadística de fenómenos individuales, recogidos bajo la
lógica biomédica y la prevención a la gestión sobre fenómenos individuales.

Una vez aclaradas dichas distinciones, podemos perfilar una definición. En cuanto objeto real
la salud colectiva abarca los fenómenos que se producen, observan y afrontan en la dimensión
social o colectiva; es decir, más allá de las personas, los procesos económico- políticos y
culturales de una sociedad, que imprimen la lógica de la reproducción social del conjunto,

1
Extracto de textos que constan en varias obras del autor como: Breilh, Jaime. 2010. Epidemiología:
economía política y salud. 7ma ed. Vol. 4. Biblioteca Ecuatoriana de Ciencias. Quito: Corporación Editora
Nacional - Universidad Andina Simón Bolívar; Breilh, Jaime. 2003. Epidemiología crítica : ciencia
emancipadora e interculturalidad. Buenos Aires: Lugar Editorial; Breilh, Jaime. 2010. “Una Perspectiva
Emancipadora de La Investigación y Acción, Basada En La Determinación Social de La Salud.” In , 14 –29.
México: ALAMES - Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco.

2
Jaime Breilh, Md.MSc.PhD.; Universidad Andina Simón Bolívar; mayo 2013
con sus formas de metabolismo con la naturaleza. Ese marco general determina los modos
de vivir de los grupos particulares, los cuales a su vez encarnan patrones típicos de exposición
y vulnerabilidad de dichas clases sociales, al igual que las fortalezas y protecciones de las
que disfrutan, elementos que en su interacción posibilitan ciertos estilos de vida individuales,
en cuyo marco se desarrollan las posibilidades y características concretas de salud de las
personas, con sus genotipos y fenotipos. En ese movimiento complejo de procesos malsanos
y de procesos saludables y protectores, se produce lo que hemos llamado una subsunción de
lo individual en lo particular, y de lo particular en lo general; los procesos más complejos
subsumen o condicionan el devenir de los procesos más simples al determinar la generación
de la salud.

El conjunto de ideas sobre esa complejidad es la salud colectiva como sujeto, y abarca las
formas de entender dicha complejidad, su movimiento, y las relaciones profundas que existen
entre las tres dimensiones de la realidad.

Y finalmente, en cuanto praxis la salud colectiva es el conjunto de acciones que la sociedad,


sus organizaciones sociales y los especialistas de sus instituciones desde varios sectores
impulsan. La salud colectiva si bien tiene al sector salud como un pilar fundamental, lo
trasciende y complementa mediante la construcción interdisciplinaria, intersectorial e
intercultural de la acción.

Por lo dicho, no podemos confundir los conceptos salud pública y salud colectiva. La salud
pública abarca sólo las funciones tecno-burocráticas del convencionalmente llamado sector
salud del gobierno.

Fue necesario que el movimiento latinoamericano de la salud colectiva comprenda estas


diferencias para abordar la salud como proceso complejo, multidimensional, y actuar frente
a los procesos que existen y se reproducen en tres dimensiones de la vida:
a) La sociedad general, con su lógica de reproducción social (relaciones de poder
económico, político y culturales) que determina el espacio y contenido de la vida, con los
modos de vivir o enfermar y morir que son característicos de un tiempo y espacio
históricamente determinado, y que en cada época y territorio, condicionan el grado de
desarrollo de cuatro condiciones vitales que moldean históricamente la calidad social y los
socio-ecosistemas: la sustentabilidad; la soberanía; la solidaridad y la bioseguridad);

b) Los grupos o clases sociales particulares con sus modos de vivir específicos (que se
realizan en los espacios de trabajo, los de consumo y vida doméstica, los de organización
política, los de construcción cultural y los de relación con la naturaleza) y sus relaciones de
género y etno-culturales; y

c) Las personas y familias con sus características biológicas, psicológicas y con sus estilos
de vida cotidianos.

La salud colectiva estudia los procesos de esas tres dimensiones y su interrelación frente a la
determinación las condiciones de salud y organiza las formas de acción público-sociales
necesarias para transformar la lógica y relaciones de poder generales que destruyen la salud;
los aspectos malsanos en los modos de vivir y la potenciación de sus protectores; todo con el
fin de construir espacios y relaciones que viabilicen la mejor acción de la salud individual
que se realiza en las unidades asistenciales. La salud colectiva previene, protege, promueve
y repara la vida actuando en y con los grupos y la sociedad en su conjunto. Mientras que la
salud individual cura, previene, y promueve la salud en y con las personas y su cotidianidad,
mediante una clínica integral y las terapias integrativas.

Determinación Social de la Salud3

Latino América cuenta con un sistema económico capitalista, caracterizado por la explotación
de modos de vida no sustentables con el medio ambiente y la aparición de inequidades
económicas entre las diferentes clases sociales, fruto de un capitalismo acelerado que afecta a
la mayoría de habitantes, procesos que han surgido a raíz de las relaciones de la ciencia con el
poder creando a su vez confrontaciones históricas y debates éticos importantes; para (Breilh,
La determinación social de la salud como herramienta de transformación hacia una nueva
salud pública (salud colectiva), 2012) en este escenario,
La determinación social de la salud es una de las tres categorías centrales de la
propuesta para una epidemiología crítica, enunciada desde mediados de la década del
70 y luego desarrollada y complementada por otros autores especialmente de la
corriente latinoamericana. Junto con las categorías reproducción social y metabolismo
sociedad-naturaleza han conformado el eje teórico de una propuesta de ruptura con el
paradigma dominante de la salud pública. (pág.13)
Partiendo de esta realidad, no cabe duda la necesidad urgente de un cambio estructural
en las condiciones de vida de las clases proletarias, teniendo presente en todo momento la
mejora de la salud. Si para alcanzar este objetivo, se parte de la epidemiología clásica no es
posible explicar la relación entre el sistema social, los modos de vivir y la salud; impide
también, analizar las vulnerabilidades que surgen por las diferencias de clases sociales o la
relación sociedad-naturaleza, por lo que es improbable lograr una transformación en salud
pública visible y perdurable en el tiempo; para este modelo espacio y entorno son categorías
fenoménicas, que forman una variable no substancial en la protección de la salud.
La determinación social de la salud, hace referencia a las circunstancias que rodean al
individuo a lo largo de su vida y surge como resultado de la distribución de los recursos, del
dinero y el poder que le pertenece a cada nación, es por esto que los determinantes sociales
sirven como herramienta para entender la relación entre los modos de vivir, la enfermedad y

3Texto tomado del documento borrador de la Política Publica Universitaria en Salud Colectiva y Buen Vivir de la Universidad
de Nariño 2020.
la muerte. “Es decir, la nota distintiva de su carácter crítico fue siempre asumir la
incompatibilidad del sistema social imperante y el modo de civilización que lo reproduce,
frente a la construcción de modos de vivir saludables” (Morales & Eslava, 2014, pág. 24). La
determinación social, tiene en cuenta la relación directa entre el sujeto, el objeto y la praxis, el
sujeto no puede existir separado de un lugar específico, mientras que el objeto no existe en un
“en sí”, separado del sujeto, esta relación está determinada por un movimiento práctico que
sucede en un tiempo y espacio definido, el cual varía si se cambia alguno de los elementos
que la componen; Además, la mediación entre sujeto y objeto está constituida por estructuras
simbólicas existentes de la cultura. (Argoty, y otros, 2019), expresa:
“Aquí existe una relación dialéctica entre sujeto–objeto–praxis que se retroalimenta, genera y
mantiene, dando lugar a procesos interculturales de carácter histórico no lineales. Al introducir
estas categorías se analizan las diferentes dimensiones como la matriz de triple inequidad en la
determinación de la salud: clase, género y etnia. Esta triple inequidad fue introducida en los
años 80, y propició una crítica a la sociedad de mercado, demostrando su inviabilidad en tanto
modo de civilización al poner en riesgo la supervivencia de la vida en el planeta.” (pág.57)
Por esta razón, la determinación social puede ser entendida como una alternativa a los
procesos tradicionales que se llevan a cabo en las ciencias de la salud, en el detrimento del
ambiente y la sociedad, por lo tanto se propone tomar en consideración el movimiento de la
vida en conexión con la naturaleza y la relación material con la sociedad; “[…] con la finalidad
de buscar la generación de lo que se llamarían las cuatro "Eses” de la vida que comprenden: lo
sustentable, lo soberano, lo solidario y lo saludable” (Argoty, y otros, 2019, pág. 57).
(Breilh, 2012) Refiere con respecto a las cuatro “s” de la vida que lo sustentable, está
más ligado a la realización de los cambios profundos que produzcan durabilidad en el
tiempo, para construir no cualquier forma de vida, sino una plena, feliz y saludable en
condiciones dignas.
Lo soberano, hace referencia al control que se debe tener sobre la propia vida, como
una herramienta para avanzar y esforzarse por ser mejores personas cada día.
En lo solidario la estructura económica productiva se organiza en favor de la vida y
del bien común; donde exista una distribución equitativa con todos que haga posible el buen
vivir y donde sea posible que todos los pueblos desarrollen a plenitud su identidad y su
cultura; donde la conducción de la vida colectiva ofrezca la posibilidad de incidir sobre el
Estado.
Lo saludable permite contar con modos de vida adecuados que posibiliten espacios una
buena calidad de vida biológica y psíquica, con procesos protectores y soportes colectivos,
familiares e individuales, posibilitando una mayor longevidad y disfrute del placer y la
espiritualidad.
De esta manera, la unidad social que abarca es el núcleo principal de análisis, es por eso
una emancipación saludable en favor de los pueblos más afectados quienes necesitan con
urgencia cambios significativos hacia la protección de la vida. Es un “[…] paradigma distinto
que busca acompañar el esfuerzo histórico de los pueblos por derrotar y desmontar el sistema
actual de acumulación acelerada de capital, exclusión social y destrucción de la naturaleza,
con su modo civilizatorio consumista, contaminante y derrochador” (Morales & Eslava, 2014,
págs. 51-52). Por lo tanto, intenta transformar la sociedad capitalista hacia un buen vivir,
teniendo presente la sustentabilidad y la salud/bioseguridad en un aspecto integral y no
fragmentado que permita el cambio.
En este contexto, las universidades se encuentran en la disyuntiva de superar sus
propios limitantes, por una parte está sujeta a los procesos neoliberales que amenazan la vida
sustentable, por otra lado el mundo académico se encuentra ante la urgencia de consolidar una
ciencia crítica transdisciplinaria y emancipadora que sea responsable con los procesos
sociales; por lo tanto, es necesario replantear el conocimiento en términos de salud, en un
mundo globalizado, donde las TICs ya son parte sustancial en los procesos educativos. Breilh
(como se citó en Morales & Eslava, 2014) piensa que:
[…] De ahí hemos desprendido, en lo que hace a nuestro papel en las academias, las
cinco tareas nodales de la Universidad crítica: 1) impulso del conocimiento y la
investigación crítica; 2) desarrollo de instrumentos técnicos para la operación de
cambios hacia la vida saludable; 3) avance de herramientas para el control social,
veeduría y rendición de cuentas de los responsables de las políticas y la gestión; 4)
consolidación de mecanismos de construcción intercultural e interdisciplinaria de la
investigación/ incidencia; y 5) con lo anterior, contribución al empoderamiento
democrático sanitario. (pág. 53)
Estas tareas surgen de la necesidad de formular una epidemiología crítica en las aulas,
como una forma de cuestionamiento a la epidemiología lineal, que promueva la creación de
un modelo alternativo a los procesos neoliberales, en un avance de conciencia hacia un mejor
cuidado del planeta.
Referencias
Argoty, A. D., Guevara de los Rios, C., Jiménez, F., Pabón, R., Pimiento Montoya, J. S.,
Ruiz, F., & Santa Cruz, G. (2019). Haciendo visible lo invisible Estrategia de
Movilización Social en Salud Ciudad Bienestar. Pasto: Editores Alcaldía de Pasto
Secretaría Municipal de Salud – Pasto Salud E.S.E.

Breilh, J. (2012). La determinación social de la salud como herramienta de transformación


hacia una nueva salud pública (salud colectiva). Revista Facultad Nacional de Salud
Pública, Vol. 31, ISSN 0120-386X.

Breilh, J. (2012). Principios y estrategias para las 4 "s" de una agricultura para la vida:
perspectiva desde el derecho a la vida y la salud integral.

Morales, C., & Eslava, J. C. (2014). Tras las huellas de la determinación Memorias del
Seminario Inter Universitario de Determinación Social de la Salud. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia.

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