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Filosofía política
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Artículo principal: Historia de las doctrinas políticas
Antigüedad
Antigua China
La filosofía política china data del periodo de las Primaveras y Otoños,
específicamente con Confucio en el siglo vi a. C. La filosofía política china se
desarrolló como una respuesta a la ruptura social y política del país
característico del período de primaveras y otoño y del período de los Reinos
Combatientes. Cada una de las principales filosofías durante el período, el
confucianismo, el legalismo, el moísmo, el agriculturalismo y el taoísmo, poseía un
aspecto político en su desarrollo disciplinario. Filósofos como Confucio, Mencio, y
Mozi, se centraron en la unidad y en la estabilidad como base de sus filosofías
políticas. El confucianismo abogó por un gobierno meritocrático jerarquizado,
basado en la empatía, la lealtad y las relaciones interpersonales. El legalismo
propugnó por un gobierno altamente autoritario basado en castigos y leyes
draconianas. El mohismo defendía la idea de un gobierno comunitario y
descentralizado, centrado en la frugalidad y el ascetismo. Los agrarios abogaban
por un comunalismo utópico campesino y el igualitarismo7. El taoísmo defendía un
protoanarquismo, mientras que el legalismo era la filosofía política dominante de
la dinastía Qin, pero fue substituido por el confucionamismo de Estado durante la
dinastía Han. Antes de la adopción del comunismo por parte de China, el
confucianismo de Estado seguía siendo la filosofía política dominante en el país
hasta el siglo xx.8
Antigua India
La filosofía política india evolucionó en tiempos antiguos y efectuó una distinción
clara entre “nación y Estado” y “religión y Estado”. Las constituciones de los
estados hindúes evolucionaron con el tiempo y se basaron en tratados políticos y
jurídicos y en instituciones sociales predominantes. Las instituciones del Estado
se dividieron en gran parte en aquellas dirigidas a la gobernabilidad, la
administración, la defensa, la ley y el orden. ´´Mantranga´´, el principal cuerpo
gobernante de estos estados, consistía en el rey, primer ministro, comandante en
jefe del Ejército, y el Sacerdote-Jefe Real. El primer ministro encabezaba el
comité de ministros junto con el jefe del ejecutivo (Maha Amatya).
Cristiandad medieval
Agustín de Hipona
Tomás de Aquino
San Agustín
La filosofía cristiana temprana de Agustín de Hipona fue fuertemente influenciada
por Platón. Un cambio clave provocado por el pensamiento cristiano fue la
moderación del estoicismo y la teoría de la justicia del mundo romano, así como el
énfasis en el papel del Estado en la aplicación de la misericordia como ejemplo
moral. Agustín también predicó que uno no era un miembro de su ciudad, sino que era
tanto ciudadano de la Ciudad de Dios (Civitas Dei) como de la Ciudad del Hombre
(Civitas Terrena). La Ciudad de Dios de Agustín es una obra influyente de este
período que atacó la tesis, sostenida por muchos cristianos romanos, de que la
visión cristiana podría realizarse en la Tierra.17
Al-Farabi
Avicena
El surgimiento del islam, basado tanto en el Corán como en Mahoma, alteró
fuertemente los equilibrios de poder y las percepciones de origen del poder en la
región mediterránea. La filosofía islámica antigua enfatizó un vínculo inexorable
entre la ciencia y la religión, y el proceso de iŷtihad para encontrar la verdad;
en efecto, toda filosofía era "política", puesto que tenía implicaciones reales
para la gobernabilidad. Esta opinión fue desafiada por los filósofos
"racionalistas" mutazilitas, que sostuvieron una visión más helénica, poniendo la
razón por encima de la revelación, y como tal, son conocidos por los eruditos
modernos como los primeros teólogos especulativos del Islam; Fueron apoyados por
una aristocracia secular que buscaba libertad de acción independiente del califato.
Sin embargo, hacia finales del periodo antiguo, la "tradicionalista" visión
azharita del islam había triunfado en general. Según esta, la razón debe estar
subordinada al Corán y a la Sunna.18
Averroes
Ibn Jaldún
La filosofía política islámica, estaba, de hecho, arraigada en las mismas fuentes
del islam, es decir, el Corán y la Sunna, las palabras y prácticas de Mahoma,
haciéndolo esencialmente teocrático. Sin embargo, en el pensamiento occidental, se
supone generalmente que era un área específica peculiar meramente a los grandes
filósofos del Islam: al-Kindi (Alkindus), al-Farabi (Abunaser), İbn Sina (Avicena),
Ibn Bajjah (Avempace), Ibn Rushd (Averroes) e Ibn Jaldún. Las concepciones
políticas del Islam como kudrah (poder), sultán, umma, cemaa (obligación) -e
incluso los términos "básicos" del Corán -como, ibadah (culto), din (religión), rab
(maestro) e ilá (deidad)- se toman como base analítico. Por lo tanto, no solo las
ideas de los filósofos políticos musulmanes sino también muchos otros juristas y
ulama plantearon ideas y teorías políticas. Por ejemplo, las ideas de los jariyíes
sobre el califato y la umma en los primeros años de la historia del islam, o las de
los chiitas sobre el concepto de imamah, se consideran pruebas del pensamiento
político. Los enfrentamientos entre los sunitas y los chiitas en los siglos VII y
VIII tuvieron un auténtico carácter político.
Ibn Jaldún
El intelectual árabe Ibn Jaldún es considerado uno de los más grandes teóricos
políticos. El filósofo y antropólogo británico Ernest Gellner consideró la
definición de gobierno de Ibn Jaldún "...una institución que previene la injusticia
de otra manera que la que comete a sí misma", como la mejor en la historia de la
teoría política. Para Ibn Jaldún, el gobierno debería restringirse a un mínimo por
ser un mal necesario, siendo la restricción que hacen los hombres a otros
hombres.19
Europa Medieval
La filosofía política medieval en Europa estaba fuertemente influenciada por el
pensamiento cristiano. Tenía mucho en común con el pensamiento islámico mutazalita
en el sentido de que los católicos, aunque subordinaban la filosofía a la teología,
no sometieron la razón a la revelación, pero en caso de contradicciones,
subordinaron la razón a la fe como los islámicos azharitas. Los escolásticos, al
combinar la filosofía de Aristóteles con el cristianismo de San Agustín,
enfatizaron la armonía potencial inherente a la razón y a la revelación.20 Quizás
el filósofo político más influyente en la Europa medieval fue Santo Tomás de
Aquino, quien contribuyó a reintroducir las obras aristotélicas, las cuales solo
habían sido transmitidas a la Europa Católica a través de la España Musulmana,
junto con los comentarios de Averroes. Su utilización, por parte de Tomás de
Aquino, instaló la agenda para que la filosofía política escolástica dominara el
pensamiento europeo durante siglos, hasta el Renacimiento.21
Renacimiento europeo
Durante el Renacimiento, la filosofía política secular empezó a emerger después de
cerca de un siglo de pensamiento político teológico en Europa. Mientras que la Edad
Media sí vio la política secular en la práctica bajo el gobierno del Sacro Imperio
Romano Germánico, el campo académico era completamente escolástico, y por lo tanto,
de naturaleza cristiana.
Maquiavelo
Una de las obras más influyentes durante este floreciente período fue “El príncipe”
de Nicolás Maquiavelo, escrito entre 1511 y 1512 y publicado en 1532, después de la
muerte de su autor. Ese trabajo, así como los “Discursos sobre la primera década de
Tito Livio”, un riguroso análisis del período clásico, influyeron mucho en el
pensamiento político moderno en occidente. Una minoría (incluyendo a Jean-Jacques
Rousseau) interpretaba “El príncipe” como una sátira destinada como regalo a los
Médici después de su recuperación de Florencia atendiendo a la posterior expulsión
de Maquiavelo de Florencia.23 Aunque la obra fue escrita para la familia Médici
quizás con el fin de influir para que lo redimieran del exilio, Maquiavelo apoyó a
la República de Florencia en lugar de la oligarquía de los Médici. En cualquier
caso, Maquiavelo presenta una visión pragmática y un tanto consecuencialista de la
política, según la cual el bien y el mal son simples medios utilizados para lograr
un fin, es decir, el Estado seguro y poderoso. Thomas Hobbes, conocido por su
teoría del contrato social, continuó ampliando esta visión a principios del siglo
xvii durante el Renacimiento inglés. Aunque ni Maquiavelo ni Hobbes creían en el
derecho divino de los reyes, ambos creían que el egoísmo era inherente en el
individuo. Fue esta creencia la que necesariamente los llevó a adoptar la idea de
un fuerte poder central como el único medio para impedir la desintegración del
orden social.24
Ilustración europea
Retrato del jesuita español Juan de Mariana, autor de De rege et regis institutione
(1599), obra en la que argumenta la legitimidad de una revolución o de la ejecución
de un rey si actúa con tiranía en contra de los intereses del pueblo.
Durante el periodo de la Ilustración, nuevas teorías sobre lo que es el ser humano
y sobre la definición de la realidad y la forma en que esta se percibe, junto con
el descubrimiento de otras sociedades en las Américas y las cambiantes necesidades
de las sociedades políticas (especialmente después de las revoluciones en
Inglaterra, Francia, las colonias inglesas en Norteamérica y Haití) llevaron a
nuevas preguntas e ideas de pensadores como Thomas Hobbes, John Locke, Montesquieu
y Jean-Jacques Rousseau. Con sus obras más enblematicas "Leviatán", "Dos tratados
sobre el gobierno civil", "El espiritu de las leyes" y "El contrato social"
respectivamente.
Estos teóricos fueron impulsados por dos preguntas básicas:¿ Por qué derecho o
necesidad las personas forman estados? ¿Y cuál podría ser la mejor forma que
debiera adoptar un Estado? Estas preguntas fundamentales implicaban una distinción
conceptual entre los conceptos de "Estado" y "gobierno". Se decidió que "Estado" se
referiría a un conjunto de instituciones duraderas a través de las cuales el poder
sería distribuido y su uso se justificaría. El término "gobierno" se referiría a un
grupo específico de personas que ocuparían las instituciones del Estado, y crearían
las leyes y ordenanzas por las cuales las personas, incluidas ellas mismas,
estarían obligadas. Esta distinción conceptual continúa operando en la ciencia
política contemporánea, aunque algunos politólogos, filósofos, historiadores y
antropólogos culturales han argumentado que la mayor parte de la acción política en
cualquier sociedad ocurre fuera del Estado, y que hay sociedades que no están
organizadas en Estados que igualmente deben ser tenidas en cuenta en términos
políticos. Mientras no se introdujera el concepto de orden natural, las ciencias
sociales no podrían evolucionar independientemente del pensamiento teísta. Desde la
revolución cultural del siglo xvii en Inglaterra, que se extendió a Francia y al
resto de Europa, la sociedad ha sido considerada sujeta a leyes naturales similares
al mundo físico.25
John Locke, en particular, ejemplificó esta nueva era de la teoría política con su
obra Dos tratados sobre el gobierno civil, donde propone una teoría del estado de
naturaleza que complementa directamente su concepción de cómo ocurre el desarrollo
político y cómo puede fundarse a través de la obligación contractual. Locke refutó
la teoría política paternalista fundada por Sir Robert Filmer en favor de un
sistema natural basado en la naturaleza en un determinado sistema. La teoría del
derecho divino de los reyes se convirtió en una fantasía pasajera, expuesta al tipo
de ridículo con que John Locke la trató. A diferencia de Maquiavelo y Hobbes, pero
como Tomás de Aquino, Locke aceptaría el dictamen de Aristóteles de que el hombre
busca ser feliz en un estado de armonía social como animal social. A diferencia de
la visión preponderante de Aquino sobre la salvación del alma del pecado original,
Locke creía que la mente del hombre entra en este mundo como una tabla rasa. Para
Locke, el conocimiento no es innato, revelado ni basado en la autoridad, sino
sujeto a la incertidumbre templada por la razón, la tolerancia y la moderación.
Según Locke, un gobernante absoluto como lo propuso Hobbes es innecesario, porque
la ley natural se basa en la razón y busca la paz y la supervivencia para el
hombre.
Tiempos contemporáneos
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1971, cuando John Rawls publicó
su Teoría de la Justicia, la filosofía política declinó en el mundo académico
angloamericano, a medida que los filósofos analíticos expresaban escepticismo sobre
la posibilidad de que los juicios normativos tuvieran contenido cognitivo y la
ciencia política se volcara hacia los métodos estadísticos y el conductismo. En
Europa continental, por otra parte, las décadas de la posguerra vieron un
florecimiento enorme de la filosofía política, con el marxismo dominando el campo.
Esta fue la época de Jean-Paul Sartre y Louis Althusser, y las victorias de Mao
Zedong en China y de Fidel Castro en Cuba, así como los acontecimientos de mayo de
1968, provocaron un creciente interés por la ideología revolucionaria,
especialmente por la Nueva Izquierda. Algunos emigrantes europeos continentales a
Gran Bretaña y Estados Unidos, incluyendo a Karl Popper, Friedrich Hayek, Leo
Strauss, Isaiah Berlin, Eric Voegelin y Judith Shklar, fomentaron el estudio
continuo de la filosofía política en el mundo angloamericano, pero en los años 1950
y 1960, ellos y sus estudiantes permanecieron en contra del establishment
analítico.
Uno de los temas más destacados de la filosofía política reciente ha sido la teoría
de la democracia deliberativa. El trabajo seminal es de Jurgen Habermas en
Alemania, pero la literatura más extensa ha sido en inglés, dirigida por teóricos
como Jane Mansbridge, Joshua Cohen, Amy Gutmann y Dennis Thompson.33