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Gestión de Conflictos

Book · June 2019


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Francisco Jiménez Bautista Roberto Beltrán Zambrano


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CAPÍTULO III. EL MÉTODO TRANSCEND: EL CASO DE
COLOMBIA

Francisco Jiménez Bautista


Profesor de Estudios de la paz
Universidad de Granada, España

Una vez expuestos en el capítulo primero los conceptos elementales del conflic-
to, en el capítulo segundo las técnicas de resolución de conflictos, en este capítulo
consideramos oportuno hacer referencia a la Teoría de Conflictos de Johan Galtung
(Galtung, 2004; Jiménez, 2007, 2016a; Calderón, 2009, 2010) y presentar el método
Transcend para la transformación de los conflictos por medios pacíficos. En palabras
de Galtung: «El método está siendo creado, todavía no es un producto totalmente
terminado. Pero hay algunos aspectos básicos después de diez años de experiencia»
(Galtung, 2004: 252).
El punto central del trabajo sobre el conflicto será el conflicto mismo, por ello
las palabras más usadas dentro de este método, además de trascender y transformar,
serán empatía, creatividad y no violencia. Todo esto en la perspectiva que afirma-
mos: si el conflicto representa crisis y oportunidad, el manejo positivo constructivo
de ambas dimensiones representará para la humanidad una oportunidad para el
reencuentro, la reconstrucción y fortalecimiento de sus relaciones y del desarrollo.
Según Galtung la violencia (directa, estructural y cultural) genera traumas y,
una forma de superar un trauma, tanto en la víctima como en el victimario, es justa-
mente posibilitar la construcción y ejecución de un proyecto conjunto. Para las otras
naciones y quizás para el mundo convendría una revisión de la Organización de las
Naciones Unidas (que algunos Estados no tengan más poder de veto que otros) en
el sentido de que ninguna nación esté por encima de otra. En palabras de Galtung:
«Puede que la igualdad no garantice la paz, pero la desigualdad seguramente que es
garantía de conflicto» (Galtung, 2007: 19).
Hoy pensamos que el trauma no debería exhibirse. Creemos que como mejor sa-
nan las personas es cuando hablan de lo que has hecho para lidiar con tu experiencia
72 Francisco Jiménez Bautista

y cómo has desarrollado prácticas curativas, eso es lo que la gente necesita ver. Sin
embargo, hay tanta evidencia en el mundo sobre la supervivencia y recuperación
para demostrar que repetir eso no te ayuda. Revivirlo no te ayuda.
Partimos de dos hipótesis que nos pueden ayudar a comprender mejor una
Teoría de conflictos:
a) Es factible una Teoría General de Conflictos, siguiendo a Galtung, que abarque
las diferentes dimensiones de la existencia humana: micro, meso, macro y
mega.
b) Es factible una Teoría General de Conflictos que abarque los diferentes
espacios de la vida humana y sus relaciones humanas: Naturaleza, Tiempo,
Persona, Sociedad, Mundo y Cultura.
Por ello, y con la intención de alcanzar nuestro objeto propuesto, trabajaremos
con un solo caso, el caso de Colombia, caso meso, y no entraremos a trabajar con los
casos (micro, macro y mega) que constituyen otros tipos de conflictos. Este caso que
presentamos constituye una prueba de fuego a la Teoría de Conflictos y al método
Transcend, para una zona tan conflictiva como es América Latina y que podemos
definir con los siguientes conceptos:
- Micro-conflicto: Dentro y entre las personas. Tiene que ver con el fundamento
existencial de los seres humanos y de las metas que estos establecen en sus
vidas.
- Meso-conflicto: En las sociedades. Se pasa de lo personal a lo social, y en cuanto
a disciplinas nos referimos a la psicología social, antropología, sociología,
economía, política y jurídica. Según Galtung serán ocho las construcciones
sociales que interactúan en la sociedad: Raza, clase, fuerzas políticas, fuerzas
económicas, defensa, escuelas, salud y género.
- Macro-conflicto: Entre los Estados y las Naciones. Estamos hablando de
conflictos geopolíticos que atañen a los Estados y a las Naciones en general.
El mundo tiene hoy cerca de 200 Estados que contendrían cerca de 2.000
naciones. Para Galtung, los Estados son países definidos geográficamente,
mientras que las naciones son grupos definidos culturalmente (histórica-
mente, lingüísticamente y religiosamente) con algún adjunto a un pedazo
de geografía. Si en un Estado coexisten dos o varias naciones, este será un
escenario propicio, un caldo de cultivo permanente, para un nacimiento de
conflictos. Por ejemplo, «los seres humanos parecen preferir ser gobernados
por personas de su mismo tipo (aún si su mismo tipo no es gentil» (Galtung,
2004: 104).
- Mega-conflictos: Entre regiones y civilizaciones. Nos referimos a los conflictos
entre regiones (que tienen a Estados como miembros) y entre civilizaciones
(que tienen a naciones como miembros). Más allá de las afirmaciones de
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 73

Samuel P. Huntington «The clash of civilizations», vemos que en la actualidad


las regiones y civilizaciones están construyendo bloques en un mundo cada
vez más globalizado.

1. Principios y características básicas de la transformación como metodología

Señalamos que las características y la identidad del método Transcend se mueven


en los siguientes planteamientos:
a) Es liberal en el sentido de alentar pequeños pasos;
b) Es marxista en el sentido de construir sobre la trascendencia y la dialéctica
de la contradicción;
c) Y, es budista, en el sentido de tener como guía fundamental las necesidades
básicas humanas.
Lo interesante de la propuesta de unir: marxismo, budismo y liberalismo, es que
los tres tienen facetas contrapuestas como son:
- El budismo se opone al marxismo en cuanto a que el marxismo tiene una
perspectiva materialista, mientras que el budismo predica prescindir de lo
material para alcanzar la felicidad y la plenitud.
- El budismo aboga por la reencarnación algo nada material si pensamos en
la existencia del alma. Con todo ello, el marxismo promulga el ateísmo, por
lo que tampoco puede ser compatible con una filosofía de vida como es el
budismo.
- El liberalismo se contrapone, igual al budismo que al marxismo. Puesto que
el marxismo idealiza una sociedad igualitaria, en cuanto a derechos y pose-
siones, el liberalismo idealiza una sociedad y economía de mercado de libre
competencia en la que se permita alcanzar el máximo punto de posesiones
materiales.
Por lo tanto, tenemos tres extremos en este método que debemos neutralizar. Se
puede situar en un consenso, escoger lo mejor de cada uno y ver la compatibilidad
con el resto, evitando, así, los extremos, lo que nos llevaría a una neutralización
(Jiménez, 2014).
Desde la paz neutra, nosotros apostamos por el «compromiso» que pueda satis-
facer a todas las partes. Los compromisos pueden que no agraden al principio para
conseguir los objetivos previstos, en un tiempo determinado, pero si los objetivos
comunes que sí cubren las necesidades. Pensamos que el compromiso puede ser un
nuevo elemento que falta por introducir al método Transcend, el compromiso, puede
ser la neutralización para solventar el declive y, con él, el conflicto.
74 Francisco Jiménez Bautista

Desde una neutralidad activa, desde el punto de vista liberal, marxista y budista,
esta búsqueda de un lugar de encuentro entre posiciones tan diferentes es ya en sí
misma representativa del carácter unificador del método. De esta forma demostra-
mos que no se trata de contraponer diferentes doctrinas para llegar a un encuentro,
en el que cada uno tenga que ceder o «conformarse» con lo que le toque, sino de
utilizar las contradicciones en los conflictos para que puedan surgir en ellas una
oportunidad para construir algo nuevo que pueda ser beneficioso para ambas partes.
Este método, no obstante de actuar a niveles macro y mega, no se propone
macro-revoluciones, busca antes que nada actuar en micro-revoluciones. Los esce-
narios micro por ser a escala menor son como pequeños experimentos (en tiempo
y en recursos) y que si no se tiene éxito las consecuencias son hasta cierto punto
bastante previsibles, controlables y reversibles. Con la macro-revolución al poder
estar equivocados, podemos errar gravemente y los daños pueden ser irreparables.
Basta una «idea creativa basada en la empatía y que pueda ser llevada a cabo
de un modo no violento», que permita trascender el conflicto para poner todo el
mecanismo en marcha. En este sentido «las ideas son como semillas», nos recuerda
Johan Galtung constantemente.
En la Teoría de conflictos la tarea es exactamente crear nuevas realidades. Para
ello se tiene que superar la camisa de fuerza que impone el positivismo, es decir,
que todo lo que podría haber ocurrido en el pasado, y todo lo cualitativamente
nuevo que podría tener lugar en el futuro, aparte de una continuación del pasado
y de tendencias pasadas, está más allá de la preocupación activa del investigador.
El análisis positivista de la vida y su complejidad, es una guía muy pobre, cómo se
está demostrando actualmente, desde el ámbito de las Ciencias Sociales y Humanas.
Este método no es infalible, sobretodo si no se tienen en consideración las
culturas profundas y/o las estructuras profundas. Johan Galtung recuerda que no
todas las incompatibilidades y contradicciones tienen que ser trascendidas, disueltas
o resueltas. Las matemáticas son obsesivamente hostiles a las contradicciones. Dos
tesis incompatibles son una señal de que algo ha marchado mal. Pero como en la
tira de Möbius, también son un reto a trascender descubriendo e inventando nuevas
matemáticas. Pero ¿qué hay de la tercera posibilidad? «[…] con esta contradicción
puedes vivir, continúa trabajando hacia la trascendencia, pero no te conviertas en
víctima de respuestas demasiado sencillas» (Galtung, 2007: 254).
El concepto de contradicción nace en el ámbito de la filosofía. Aristóteles (384 a.
de C. al 322 a. de C.), es uno de los primeros pensadores que definió de forma precisa
el llamado principio de contradicción (considerado uno de los cuatro principios
básicos de la Lógica Formal), asumiéndolo como fundamento de la filosofía primera
o metafísica. En su libro IV de su Metafísica, se describe de la siguiente forma: «[…]
es imposible que el mismo atributo pertenezca y no pertenezca a una misma cosa,
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 75

al mismo tiempo y bajo la misma relación» (Abbagnano, 1993: 172-173). Es decir,


una cosa puede ser blanca en un cierto período y no blanca en otro; así en un tiempo
puede ser más pequeña de otra o más grande de otra y así sucesivamente.
Este planteamiento filosófico llegará al siglo XVIII, al campo de la Lógica para
convertirse en una de sus leyes fundamentales del pensamiento muy vigentes en este
siglo. Será en el siglo siguiente con el filósofo alemán Rudolf Carnap (1891-1970)
que nos dirá:
«[…] en la lógica no hay moral, cada uno es libre de construirse su propia lógica,
es decir, su forma de lenguaje como lo desee. Todo ello ciertamente se puede hacer,
si alguien es capaz de plantearlo y declarar los métodos y reglas sintácticas de su
discurso, en vez de perderse en argumentos filosóficos» (Carnap, 1996: 17).

Por ello, señalamos que ontológicamente una cosa puede y no puede existir al
mismo tiempo. Lo mismo puede ocurrir con la Lógica, donde aparentemente no
pueden existir dos cosas iguales, pero deja abierta la posibilidad al lenguaje, que
como el único capaz de darles esta categoría. Este tipo de discusiones nos deben
ayudar a dialogar con el principio de contradicción que suelen diferir según se haya
acentuado el aspecto ontológico o los aspectos lógicos del mismo.
- Primero, desde un punto de vista ontológico, las distintas posturas se agrupan
en torno a dos polos: de un lado, el principio se entiende como la expresión
de la estructura constitutiva de lo real; la realidad es no contradictoria, por
lo tanto, el principio se afirma y justifica por reflejar la estructura verdadera
de lo real.
- Segundo, niegan el principio aquellos que, como Hegel (1770-1831), con-
sideran que la realidad es intrínsecamente contradictoria. Hegel hace de la
contradicción una de las bases del movimiento interno de la realidad, la cual
se desarrolla según los principios de la dialéctica; por otra parte, debe tener en
cuenta que en la mayoría de los ejemplos dados por el filósofo no se refieren
a realidades contradictorias, sino contrarias (AA.VV., 1998: 207).
Desde un punto de vista lógico, el principio de contradicción (más propiamente
llamado «principio de no contradicción» en este ámbito) es equivalente al «principio
del tercero excluido» (A o no-A). La discusión en este campo se genera entre los
que opinan que el principio debe ser considerado como un axioma evidente por sí
mismo y los que piensan que dicho principio no expresa sino una convención de
nuestro lenguaje que nos permite hablar acerca de la realidad.
Johan Galtung considera que el concepto de contradicción puede ser un ins-
trumento para potenciar la complementariedad. No existirían contradicciones
absolutas (yin-yang) ni imposibles de superar (cinta de Möbius).
76 Francisco Jiménez Bautista

Figura III.1. Yin-yang y la cinta de Möbius.

  

- Primero, el yin-yang es un concepto fundamental, sobre la dualidad de todo lo


que existe en el universo, según la filosofía oriental, que es de donde procede.
Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y comple-
mentarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se suele seguir este
patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, frío/calor, movimiento/quietud, vida/
muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino. Según este planteamiento, cada
ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su
existencia y que a su vez existe dentro del él mismo. Por ello, podemos concluir
que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una
continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su
contraria si se la mira desde otro punto de vista.
- Segundo, la cinta de Möbius, imagen usada frecuentemente por Galtung, es una
superficie con un solo lado y un solo componente de contorno. Para realizar
este ejemplo se necesita una tira de papel más o menos de 20 cm., de largo y
2 cm., de ancho y un lápiz. En la parte superior de la tira se escribe «A» y en
la parte baja, pero ahora del otro lado, se escribe «B». La cuestión es que se
tiene que trazar una línea, no necesariamente recata, de «A» hasta «B», pero
sin que esta cruce el borde de la tira. Se evidencia una contradicción entre
dos objetivos. Hay muchas salidas que se pueden encontrar, desde las violen-
cias hasta las más creativas: unas personas pueden decir, «¡vamos a cruzar el
borde!», otras dicen «¡no es tan importante que la línea sea contigua!», otros
proponen «¡compromiso!», o finalmente otros pueden decir cansados «¡es
un problema ridículo, tenemos cosas más importantes que hacer!».
Estas son, sólo, cuatro formas de escapar del reto. Sin embargo, existe una quinta
alternativa que propone: «vamos a explorar con Möbius». Esta será la pieza central
de cualquier trascendencia, el esfuerzo por descifrar y elegir la contradicción. Johan
Galtung nos ayuda con la respuesta a este acertijo: sostén la tira en el aire, da un giro
a una de sus orillas antes de unirla con la otra. «A» y «B» ahora están del mismo lado
–de hecho, ahora todo está en el mismo lado–. La contradicción fue trascendida, ya
que no existe más. Un giro, un buñuelo transformado, y el problema está resuelto.1

1
Si se corta a lo largo de una cinta de Möbius, a diferencia de una cinta normal, no se obtiene
dos bandas sino que se obtiene una banda más larga pero con dos giros y no uno como original. Luego
de esto, es muy difícil volverla a su estado original. Si a ésta banda se la vuelve a cortar a lo largo, se
obtienen otras dos bandas con vueltas pero entrelazadas. A medida que se van cortando a lo largo cada
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 77

La contracción, antes de ser un concepto excluyente, absoluto y limitante, es un


espacio para la complementariedad y un desafío a la creatividad. En este momento
la creatividad, pensamos que es una de las claves en la gestión de conflictos, consi-
deramos que implica un proceso a largo plazo en la transformación pues «el precio
a pagar por la creatividad es que la gente necesita tiempo para acostumbrarse a las
nuevas ideas» (Galtung, 2000: 78).
Una limitación en la concepción de las contradicciones puede llevar a actitudes
equivocadas y fundamentalistas como las acciones de pacificación a cualquier precio.
Este sería según Johan Galtung un error típico de los Estados Unidos, sobre todo
en las últimas incursiones en Medio Oriente (Irak, Afganistán, etc.), e igualmente
como de Rusia (para el caso de Siria) por solamente concentrarse en dos países en
contradicción: capital versus trabajo, acumulando así el odio y la violencia en su
población (Galtung, 1980: 90), conflictos que siguen en la actualidad.

1.1. El valor de la dimensión contradicción (C)

Si partimos de la afirmación de que un conflicto es A + B + C, no significa


necesariamente que los tres tienen que tener el mismo peso. Normalmente, la parte
observable de un conflicto es el comportamiento «B», mientras que «A» y «C»,
permanecen en el nivel latente.

Figura III.2. Triángulo del Comportamiento, Actitudes y Contradicciones.


%
&RPSRUWDPLHQWR

1LYHOPDQLILHVWR
Empírico, observable, consciente
1LYHOODWHQWH
Teórico, deducible, subconsciente

A &
Actitudes, presunciones &RQWUDGLFFLyQ

Fuente. Galtung, 2003.

una se siguen obteniendo más bandas entrelazadas. Esto se puede comprobar con un experimento
casero. Este objeto se utiliza frecuentemente como ejemplo de topología (Galtung, 2004: 8).
78 Francisco Jiménez Bautista

La parte visible e invisible del conflicto prescinde del análisis del origen del
conflicto. Como vimos precedentemente, un conflicto no siempre se inicia en «C»
(contradicción), sino que puede iniciarse también en la acumulación de «A» (acti-
tudes y presunciones), o en «B» (comportamientos ofensivos o provocativos). En
cualquier caso, siempre tendrá en «B» su aspecto visible.
Por ello, un conflicto normalmente se inicia en la esquina «C» y se difunde
haciendo metástasis a todo el cuerpo; no se descarta que también pueda comenzar
en una mente llena de odio «A» y/o en un acto o un organismo que conduce a la
violencia «B». Por ser el punto «C» un punto en el que se hace evidente el conflicto,
Johan Galtung recuerda que este tendrá siempre un peso relevante con respecto a
«A» y «B».
Existe mucha literatura sobre el modo en qué actúa «A» y los efectos de «B»,
de forma que la mayor parte del conjunto de conflictos son explicados por esos
dos elementos polarizados. Pero puede ser un error, nos advierte Johan Galtung,
al considerar que la paz se pueda alcanzar con la resolución sólo de «A» y «B», sin
considerar «C» que tiene un rol orientador y que es el punto referencial desde el cual
se construye la empatía y la comprensión de los objetivos de las partes en conflicto.
Normalmente, en lenguajes mediáticos y hasta en los académicos los términos
de contradicción y conflicto vienen siendo usados indistintamente para referirse a
una misma realidad problemática. Queremos aclarar que esta simplificación de los
términos puede prestarse a confusiones innecesarias que pueden menoscabar la
comprensión cabal del conflicto, así como negar posibilidades para la transforma-
ción del mismo. Es muy importante por ello evidenciar algunas diferencias:
a) La contradicción (problema): es el estado de los objetivos incompatibles en
un sistema de persecución de dichos objetivos.
b) Los conflictos: Actitudes/presunciones + Conducta + Contradicción/conte-
nido.
¿Cómo se verían estas posiciones en el proceso de un conflicto? Veamos el siguiente
ejemplo para que nos pueda ayudar a comprender de mejor forma dicha diferencia:

Cuadro III.1. Etapas de A + B + C.

Ejemplo: Una asociación de beneficencia recibe una donación de 15.000,00 Euros.


C Surge una contradicción (problema) cuando una parte de los socios sostiene
que prefiere usar el dinero de la donación en los proyectos de la asociación,
pero hay otro grupo de miembros que estarían más interesados en invertir
el dinero en la renovación de los equipos de informática de las oficinas de la
asociación.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 79

B En la discusión, las partes se van radicalizando en sus posiciones, llegando


algunos a alzar la voz y hasta en algunos momentos a hacerse acusaciones y
ofensas unos contra otros (violencia verbal).
A Los socios que quieren comprar las computadoras son los más jóvenes y creen
que con la renovación de las mismas, la asociación crecerá en eficiencia y
beneficiará a más personas (creen que los socios adultos son conservadores y
por ello poco fiables).
Los otros socios, los más adultos, prefieren que se crezca más en presencia
social (tienen mucha desconfianza de los miembros jóvenes, los creen
irresponsables).
Fuente: Elaboración propia.

1.2. La violencia como método de abordaje de conflictos

La idea que tengamos del conflicto, determinará el enfoque con el que lo


comprenderemos y el método con el que intervendremos. No obstante, persiste en
nuestra sociedad contemporánea la idea confusa de asociar conflicto a violencia
(Jiménez, 2012). Esto se ve en la presencia de mensajes de fácil aprehensión y
decodificación los que hacen que la opinión general de muchas personas se mueva
con solo dos opciones: ganar-perder, buenos-malos, victoria-venganza, en forma
de pensamiento dicotómico.
Cómo hemos visto en las distintas Guerras del Golfo y luego en los Balcanes,
existe en la actual comunidad internacional intentos por recuperar el viejo mito de la
violencia salvadora y útil para el mantenimiento de la paz a nivel local e internacio-
nal. Es decir, que como la policía al interior de un Estado puede usar la fuerza para
mantener el orden público, de igual modo resulta útil usar la fuerza para mantener
el orden y la paz internacional.
Fue en esta ocasión, más marcadamente que en el caso de la Guerra del Golfo,
que se inició a actualizar el discurso sobre la «Guerra Justa» vinculándola a la
exigencia del bien supremo del respeto a los Derechos Humanos. Este hecho según
muchos autores consolida la idea que la paz es sustancialmente un aspecto de la
seguridad interna e internacional. En este sentido, la guerra contra Irak, presentada
como lucha contra el terrorismo, ha encontrado rápidamente una justificación para
la utilización de la fuerza armada.
Cuando se recurre a las razones de las armas se razona exactamente igual. No se
busca la solución a los problemas que están sobre el tapete, se abandona la reflexión
y la crítica. La atención se traslada sobre otros problemas, que son más inmediatos y
contundentes: cómo defenderse, cómo limitar los daños, cómo atacar, cómo vencer.
80 Francisco Jiménez Bautista

Es evidente que de este punto de vista el uso de la violencia se limita a cubrir


temporalmente los conflictos que no se han querido –o en el mejor de los casos, po-
dido– resolver, gestionar, transformar o neutralizar de modo diferentes los conflictos.
Una guerra se puede detener pero la violencia No. Ya que existen mecanismos
de control por parte del poder, que hacen que la guerra sea rentable, que los con-
flictos internos y externos de un país en guerra engendra violencia son difíciles de
trascender, pero muy lucrativos en lo económico.

1.3. Trascendencia y transformación

La perspectiva que consideramos más acorde con estos planteamientos deben es-
tar estrechamente vinculada a los presupuestos de los Estudios para la paz, de forma
cómo señala Vicenç Fisas: «[…] aprovecha el conflicto para construir la paz a través
de compromisos a largo plazo que involucran toda la sociedad» (Fisas, 1998: 229).
Desde esta forma de intervenir, los conflictos se convierten en retos que nos
brindan la posibilidad de crear oportunidades positivas y neutras. La metodología
Transcend construida por Johan Galtung, permite dicha perspectiva en hacer una re-
gulación positiva y neutra de los conflictos, convirtiendo las situaciones conflictivas
en experiencias pedagógicas, de concientización, de empoderamiento, de estímulo
y desarrollo de la creatividad. Por eso, «La trascendencia presupone esperanza y la
esperanza está localizada en visiones de lo positivo, en un futuro constructivo, no
en replicar un pasado traumático» (Galtung, 2004: 19).
Se trata de la creación de un nuevo tipo de realidad, algo que en potencia era ya
presente y que se convierte en la realidad empírica. Galtung define la transformación
como:
«[…] el trascender los objetivos de las partes en conflicto, definiendo otros
objetivos, dislocando el conflicto fuera del lugar que las partes le prepararon,
incluso los discursos que afirmarían que la incompatibilidad es insuperable (la
contradicción no transcendible) y encajándolo en una dirección más prometedora»
(Galtung, 2006: 33).

La transformación es posible también agregando partes en causa y objetivos


sobre los cuales los participantes mismos no siempre piensan. Aquí el simplificar
mediante la eliminación de algunas partes (ejemplo de los extremistas) sería un error
grave: estos seguramente se harían sentir (el proceso de paz de Israel/Palestina o el
proceso de paz en Colombia). El simplificar eliminando los moderados, también es
un error (el proceso de paz de Irlanda del Norte y el caso de ETA en España son dos
ejemplos interesantes). El camino para una transformación fructífera pasa por la
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 81

complejización, con la posibilidad de algún reagrupamiento de partes y objetivos,


pero siempre buscando evitar la deformación del conflicto. Es decir, poner el con-
flicto fuera del lugar que les han preparado las partes.
En este sentido si se asume que un conflicto pueda ser fuente sea de destrucción
como de creación, la perspectiva de transformación del conflicto consiste en el actuar
en modo tal que prevalezcan los aspectos creativos. Esto definitivamente significa
hacer mucho más que alejar la violencia. Existe además la posibilidad de guiar el pro-
ceso hacia el desarrollo, el desarrollo humano de los actores individuales implicados,
el desarrollo social de los actores sociales, sea el desarrollo global. Por ello, aquellos
que intervienen en los conflictos deberían tener meta-objetivos ambiciosos, como
paz y desarrollo en Medio Oriente, reducción de la miseria en África o América con
mayor equidad y justicia social. A este propósito, Eduard Vinyamata suele señalar,
que los conflictos no se crean ni se destruyen:
«[…] los conflictos, como decían de la energía, no se crean ni se destruyen,
se transforman; es decir, forman parte de la vida misma y no llegan realmente a
‘resolverse’ sino que se transforman en actos positivos, constructivos que dan por
finalizado un conflicto específico en su aspecto pernicioso, indeseable» (Vinyamata,
1999: 125).

En este sentido, si se asume que un conflicto puede ser fuente de destrucción


como de creación, la perspectiva de transformación consiste en actuar en modo tal
que prevalezcan los aspectos creativos. Esto implica hacer mucho más que alejar la
violencia. Sino que constituye la posibilidad de guiar el proceso hacia el desarrollo,
el desarrollo de los actores individuales implicados, el desarrollo social de los actores
sociales, así como un desarrollo global.
La transformación hace evidente así mismo los meta-objetivos (ambiciosos),
como paz, desarrollo, derechos humanos, reducción de la pobreza, etc. Un meta-
objetivo no sirve si no está en relación a una profunda comprensión de la cultura y
de la estructura dentro de la cual se despliega el conflicto, de los actores y sobretodo
del conflicto mismo. «La práctica del conflicto debe estar enraizada en la teoría del
conflicto; la teoría del conflicto debe estar enraizada en la práctica del conflicto»
(Galtung, 2006: 19).
Es interesante observar dentro de la Investigación para la paz a los investiga-
dores que privilegian solo la teoría, lo que no es negativo, sim embargo, creemos
que desprovistos de la praxis (hechos) y el análisis de los problemas de la realidad la
investigación se vuelve perversa. Algunos autores, Galtung, Einstein, suelen señalar
que «nada es más práctico que una buena teoría», e incluso el propio Borges, señaló
que «Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa
82 Francisco Jiménez Bautista

es lo que se hace con ella». Nosotros nos quedamos con la idea de Hawking, cuando
nos señala:
«Yo no pido que una teoría se corresponda con la realidad porque yo no sé que
es eso. La realidad no es una cualidad que se pueda verificar con papel tornasol.
Todo lo que me interesa es que la teoría prediga los resultados de medidas. La teoría
cuántica hace eso con gran éxito. Predice que el resultado de una observación es
que el gato está vivo o que está muerto. Es lo mismo que decir que una mujer está
ligeramente embarazada: o lo está o no lo está» (Hawking, 2011: 158).

Para la transformación se tiene que tener mucho conocimiento de los diferentes


tipos de violencia, no solo de la violencia directa bien manifestada en el meta-
conflicto, sino también de la violencia cultural y de la violencia estructural, es decir,
la cultura y la estructura negativa que están debajo del conflicto (Jiménez, 2012). En
la misma línea de Galtung, Martínez Guzmán afirmará:
«El conflicto se considera un fenómeno que transforma los acontecimientos,
las relaciones humanas en las que ocurre e, incluso, a sus mismos creadores. Es un
elemento necesario en la construcción y reconstrucción humanas transformadoras
de las realidades y organizaciones sociales» (Martínez, 2001: 196).

Consideramos tres razones por las que el uso de la transformación es más pro-
picia para la construcción de una Cultura de paz (Galtung, 2003):
- Primera razón: Cosmológica o epistemológica que enfatiza la idea del tiempo y
el carácter finito de los conflictos. Es decir, según la resolución los conflictos
poseen un determinado final. En cambio, la transformación los observa como
infinitos, que no tienen principio ni fin.
- Segunda razón: destaca la aparición de contradicciones en la búsqueda de
energía positiva. Como ya hemos señalado, todo conflicto posee energía
positiva y energía negativa. El hecho que en un conflicto predomine más un
tipo de energía que otra, depende de técnicas y métodos que las personas
implicadas pongan en práctica. Con la transformación resulta más sencillo
hacer surgir y crecer las energías positivas al estar caracterizada por la em-
patía, la creatividad y la noviolencia.
- Tercera razón: La constatación de que la aparición de energía negativa en
un conflicto hace surgir nuevas contradicciones. Es importante recordar
que la transformación no es una tarea sencilla y que se pueda realizar en
un momento determinado. Es un proceso que en primer lugar requerirá la
participación activa y cooperativa de las partes además que puede durar en
intensidad (kairos) y en el tiempo (khronos).
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 83

Los conflictos como la suma de intereses, percepciones, valores y satisfacer


necesidades básicas, nos lleva a plantear como Harari, «A diferencia de las leyes de la
física, que carecen de inconsistencias, todo orden creado por el hombre está repleto
de contradicciones internas. Las culturas intentan constantemente reconciliar dichas
contradicciones, y este proceso impulsa el cambio» (Harari, 2014: 186).
Jean Paul Lederach observará una dificultad en llevar a cabo la transformación.
Señala que para poner en práctica una buena transformación de los conflictos se ha
necesitado una buena educación en la escuela, como señala Paulo Freire (2001), y de
una tecnología apropiada para sus investigaciones etnográficas. Por eso, la educación
que pueden recibir los estudiantes le han dirigido a llevar acciones aplicadas a cada
contexto determinado. Para ello, ha tenido en cuenta los recursos y los conocimien-
tos de la gente en cada uno de esos contextos que se derivan de las circunstancias
que los rodean y de sus propias experiencias (Lederach, 1998).
Todas estas experiencias deben de concretarse en una Educación para la paz
neutra siguiendo la evolución de las etapas (olas) de la Educación para la paz (EpP)
y nosotros añadimos «neutra» (EpPn). Siguiendo a Xesús R. Jares (1999), señalamos:
primera ola: El movimiento de la escuela nueva; segunda ola: creación de la Orga-
nización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencias y la Cultura (UNESCO); tercera ola: la investigación
para la paz como nueva disciplina científica; cuarta ola: el legado de la noviolencia
de Gandhi; y nosotros añadimos una quinta ola: Educación para la paz «neutra»
(Jiménez, 2018b), que nos lleva a la siguiente conclusión:
«[…] una EpPn, no se puede obviar la evidencia de que los procesos educaticos
comienzan, inexorablemente, en los diferentes contextos sociales en los que
comenzamos a vivir –familia, primeros años de escolaridad, grupo de iguales,
ambiente y contextos social, etc.–. En consecuencia, este tipo de educación
construye y se modela dialécticamente desde los diferentes contextos sociales en los
que vivimos. […] El discurso postmoderno neoliberal nos invita a la resignación, a
vivir el presente sin posibilidad de cambio. Y para ello el fomento de la desesperanza
es uno de sus objetivos fundamentales, en tanto en que cuando es una cualidad
que inhibe la acción y desmotiva cualquier tipo de iniciativa» (Jiménez, 2018b: 37).

Allí donde exista una acción humana, que inevitablemente habrá de ser social,
nosotros presentamos una Antropología de la neutralidad como una utopía, ya que
nada es neutral. Pero poder trabajar en un mundo dónde se viva de forma neutral,
dónde reducimos los conflictos al máximo, dónde la Antropología no es sólo una
ciencia que estudia al ser humano sino que se encarga de buscar los «por qués» y los
«cómos» y todo lo que conlleva esto, dónde la cultura es neutral que se caracteriza
por las amalgamas, eclecticismos, mestizajes en las relaciones sociales, es decir,
aquella en la que la paz neutra, la cual sustituye la aceptación de la violencia por la
84 Francisco Jiménez Bautista

legalización de la paz, fundamentándose en el diálogo y la empatía. Todo esto está


imbuido de transversalidad en cuanto estudia la acción humana sin importar el
ámbito donde ésta ocurra, ya que las actividades humanas, «Sólo la acción es pre-
rrogativa exclusiva del hombre; ni una bestia ni un dios son capaces de ella, y sólo
ésta depende por entero de la constante presencia de los demás» (Arendt, 2009: 38).
Por todo ello, los aspectos que muchas veces nos relata Lederach, aunque puedan
ser vistos como didácticos, con el nivel de detalle con los que describe solo recrea
su espíritu literario. Sin un nuevo paradigma pacífico (paz mundo y paz neutra)
(Jiménez, 2011), con creatividad y riesgo, no es posible construir la paz. Primero,
es necesario generar espacios diferentes a las violencias (directas, estructurales,
culturales y/o simbólicas e híbridas) se puede realizar mediante el obligado uso
de redes, mallas, cartografías que exijan una interdependencia comunicacional.
Segundo, descifrar etimológicamente los términos, paradojas y curiosidades de la
sociedad que uno pretende pacificar. Tercero, todo este andamiaje hermenéutico,
lleva a Lederach al siguiente peldaño de su construcción teórica, que denomina el
acto creativo y finalmente se termina con una diatriba epistemológica y ontológica
sobre la técnica e imaginación al éxtasis del saber moral. La posición idealista de
Ledereach, se debería de dar cuenta que los asuntos con los que se enfrenta están
más allá de los compromisos éticos y morales de los individuos. Requiere una
transformación o neutralización del colectivo y de sus modos de vida. Por eso, sin
lograr acuerdos, en un conflicto es complejo, es complicado sin construir verdaderos
espacios de paz, cómo se está viendo desde la Acuerdos de La Habana de 2016 en
la sociedad colombiana.
Estos aspectos son percibidos también por Fisas, quien afirma que: «[…] el
planteamiento de transformación de los conflictos adopta como sistema de análisis
el viaje al interior del conflicto para trabajar también desde su corazón» (Fisas,
1998: 231).
Igualmente, para poder transformar un conflicto son importantes todos los
datos y hechos que se puedan extraer del conflicto, desde que se inicia hasta que se
termina. Los cambios realizados con la transformación de los conflictos (transformar
conflictos para buscar la paz) tienen que ser sostenibles en el tiempo y facilitando
en la medida de lo posible en el surgimiento de una espiral de la paz. Galtung esta-
blece, grosso modo, algunos modos de intervenir con la transformación en relación
al tiempo:
- Acciones en situaciones de crisis (inmediatas).
- Preparación y entrenamiento en casos de crisis humanitarias (períodos cor-
tos).
- Diseño de un cambio social (revolución), se referirá a un período mucho más
largo. Se necesitará capacidad de análisis y de previsión (período medio).
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 85

- El futuro deseado (período largo).


Debemos otra idea importante respecto a la metodología de Galtung, cabe decir
que se encuentra íntimamente vinculada a la Educación en valores. Aquí podemos
citar la experiencia de los niños de la Sabona Peace and School, experiencia que es
acompañada por Galtung. La prospectiva de esta escuela es brindar una educación al
conflicto para poder favorecer una Cultura de paz de tal modo que las personas pue-
dan tener herramientas para poder enfrentarse en forma autónoma y constructiva a
las situaciones de conflicto como se pueden concretar en Colombia (Sánchez, 2015;
Del Pozo, 2018, Del Pozo, Jiménez y Barrientos 2018) o Puerto Rico (Barrientos,
2016) por poner unos ejemplos.
Señalamos algunas características de este método presentado por Galtung
(2006):
- Superar el conflicto con la finalidad de que todas las partes alcancen sus
objetivos. Hacer, crear las condiciones para que los aspectos transformativos
sean dominantes.
- Observa el diálogo como el método más adecuado para llevar a cabo esta
acción. Diálogos transformativos.
- Empatía, creatividad y noviolencia.
- Considera a los actores como partes iguales. La transformación va más allá de
las asimetrías sociales. ¿Pero cómo es posible esto puesto que la gran mayoría
de los conflictos se debe a estas asimetrías sociales?
- Supone el conocimiento de todas las circunstancias que rodean al conflicto,
así como los orígenes de la violencia.
- Supone la presencia de una tercera persona, el trabajador de la paz, que actúe
fundamentalmente como moderador entre las partes implicadas.
- Implica las nociones de las 3R (Reconciliación, Reconstrucción, Resolución).
- Tiene incorporado el principio noviolento de la reversibilidad.
Por último, no vale si se hace análisis del conflicto desde lejos. Es necesario sentir
que se forma parte del mismo, formar parte de su interior desde donde podemos
seguir su ritmo y conocer todas aquellas circunstancias que lo rodean. No debemos
concentrarnos exclusivamente en cómo finaliza o en cuales son sus consecuencias.
Es decir, para poder transformar un conflicto son importantes todos los datos que
se puedan extraer del mismo, desde que se inicia hasta que se termina.
86 Francisco Jiménez Bautista

1.4. Carácter científico de la transformación y reducción del sufrimiento humano

La transformación por estar comprendida dentro de los Estudios para la paz


neutra, tendrá su mismo estatus disciplinar. Algunas características que considera-
mos conveniente señalar son:
a) Su centro es el conocimiento e intervención práctica en los conflictos. Eduard
Vinyamata la llamará conflictología a la que define como la: «[…] disciplina
de intervención práctica que intenta reflexionar sobre lo que hace y sobre la
trascendencia de las decisiones y circunstancias humanas que generan con-
flictos y sustentan crisis. Es una disciplina abocada a la acción» (Vinyamata,
2006).
b) Es una a-disciplina, en el sentido que tiene carácter transdisciplinar. No está
vinculada exclusivamente a alguna disciplina dado que su aplicación abarcará
todos los ámbitos. El reconocimiento de la transdisciplinariedad para no
cosificar el conocimiento. Trabajando todas las disciplinas involucradas en
el conflicto en cuestión, para obtener un conocimiento profundo de lo que
ocurre realmente, y así colaborar entre las distintas disciplinas, y las partes
afectadas para conseguir una transformación real y duradera.
c) La transversalidad para encontrar la complejidad de relaciones en los con-
flictos. Producir distintos quehaceres.
d) Resulta innovadora en sus métodos, pudiendo producir una reacción espon-
tánea de compromiso.
Existe una visión positiva del método Transcend que se basa principalmente
en la inclusión de elementos que se pueden reivindicar como necesarios en
las Ciencias en general y que parece más fácil su ingreso en las Ciencias So-
ciales y Humanas, por su carácter crítico de base para construir una nueva
neutralidad. Otros elementos pueden ser:
e) La ruptura con las dicotomías. Buscar puntos de equilibrio, neutralizar los
extremos.
f) La reivindicación de la intersubjetividad como un paso más allá entre la ob-
jetividad y la subjetividad (pues ésta obliga a considerar la tarea del científico
como un producto social, inseparable de la cultura, en diálogo con los demás
científicos y con la sociedad). Debemos optar por una «intersubjetividad
transparente y neutral» que permita que nuestra interpretación sea examinada
por otros para evitar los sesgos personales.
g) La comprensión de los conflictos desde una manera global y holística, a escala:
micro, meso, macro y mega.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 87

h) Recuperar la axiología, los valores a tener en cuenta en este método son:


primero, la neutralidad dentro de los conflictos, esta neutralidad se consigue
mediante dos conceptos: paz mundo (a través de micro-revoluciones que
construyen nuevas realidades) y paz neutra; y, una herramienta positiva: el
diálogo, observando la violencia como un valor negativo; segundo, sería el
valor de la interdisciplinariedad.
La transformación de conflictos para reducir el sufrimiento humano es un tema
importante y se suele explicar en la relación Dukkha (Sufrimiento) Sukha (Autorrea-
lización) como el gran escenario donde se mueven los Estudios para la paz. Resulta
evidente afirmar que el sufrimiento humano existe y que es parte de la cotidianidad
de la vida de las personas. Nos hemos acostumbrado o en algunos casos nos han
acostumbrado a vivir con él.
El concepto de sufrimiento en la cultura occidental deriva de los términos latinos
sufferre que significa hacer o llevar las propias capacidades por debajo (sub) de las
peculiaridades que nos caracterizan como seres humanos que somos parte de la
tierra (Martínez, 2001). Es decir, las personas tienen sufrimiento cuando tienen
obstáculos que les impiden hacer o satisfacer acciones o necesidades que tienen
derecho a cubrir. En este sentido se les prohíbe desarrollar todas las habilidades
que tienen, y por esta razón, viven en condiciones de inferioridad; por debajo de las
condiciones naturales, al sentir un daño moral y físico.
Desde la Investigaciones para la Paz consideramos que debemos de ir justamente
direccionadas a buscar mecanismos pacíficos para regular dicho sufrimiento hu-
mano, y «potenciar la vida» de una Cartografía de paces que nos ayuda a eliminar
el daño moral o físico que nos evoca el sufrimiento. El objetivo es mostrar a las
personas cuáles son sus habilidades y buscar alternativas para que dichas personas
puedan vivir en condiciones naturales desarrollando todas sus peculiaridades y
potencialidades que les caracterizan como seres humanos.
En este sentido consideramos a la transformación de conflictos para busca
la paz como uno de los principales mecanismos que los Estudios para la Paz
ponen en práctica para hacer frente al sufrimiento humano. Esto porque la
transformación propone una regulación positiva de los conflictos por medio de
la empatía, creatividad y la no violencia. Usa herramientas que ofrecen soluciones
que buscan satisfacer al máximo a las partes en conflicto y que buscan transformar
las tensiones del presente recordando el pasado y construyendo un nuevo futuro
donde las relaciones estén fortalecidas y los objetivos sean nuevos. Ciertamente,
la trascendencia no podrá evitar el normal sufrimiento que provoca el estar frente
a una situación conflictiva, aunque el conflicto en cuestión se resuelva en manera
positiva.
88 Francisco Jiménez Bautista

1.5. El diálogo como motor de la transformación

Existe una simple y eficaz fórmula para concebir el diálogo: preguntar. Un signo
que evidencia esto es el paso que dan las partes del uso del signo de exclamación al
signo de interrogación, es decir, cuando nacen las preguntas por las causas, por el
mal que se sintieron, etc. De estas preguntas brotarán algunas constataciones de cara
al presente: se hubiera podido evitar, se hubiera podido controlar, etc. Serán de estos
cuestionamientos entre el pasado y el presente que se propone un futuro diferente.
El método de la transformación es una constante dialéctica entre pasado y
futuro. El diálogo es el vehículo para ir hacia atrás y hacia adelante en este polo
doble. En general el desarrollo es suave a partir de este punto, lo que se necesita son
buenas piezas de información e ideas, jugando en la identidad y el isomorfismo. El
trabajador de conflictos trae consigo al diálogo el conocimiento general de conflictos,
usando la identidad y el isomorfismo, y sus habilidades. Las partes del conflicto traen
profundo conocimiento específico acerca del conflicto. De esta forma se encuentran
como iguales. Ambos tienen algo que dar al otro. Todo esto pasa por el diálogo, a
través de la palabra, dirá Galtung:
«El lenguaje es simple, cuestionar sin examinar, con un tono de voz equilibrado
y placentero. Trata de evadir todas las palabras de negación como “no”, “pero”, “sin
embargo”; ellas instigan defensas en la otra parte. ¡Y cuida tu lenguaje corporal!
Ninguna expresión de aburrimiento como ver tu reloj, y no tomes la postura de
un profesor enderezando tu espalda y viendo diagonalmente a la otra parte, o
agresivamente viéndolo fíjamente con los ojos e incluso señalándolo, o inclinando
tu cuerpo hacia delante como un animal frente a su presa. Las emociones negativas
como estas deberán por lo menos, no ser expresadas con el lenguaje corporal.
Siéntate de un modo relajado, inclinándote hacia atrás como en un buen sofá para
una conversación, las piernas juntas, paralelas o cruzadas, una sobre la otra. Y
atención en el código de vestuario: neutral» (Galtung, 2004: 226).

Podemos pensar que la paz y la neutralidad son un anhelo utópico, ese es el


deseo que tenemos los seres humanos al intentar vivir en total armonía desde un
mundo interior (paz interior) y un mundo externo (paz social) (Jiménez, 2014).
La paz interior tiene una meta última por conseguir una perfecta liberación que
equivale a la plenitud humana. El método de la transformación tiene que tener
un planteamiento neutral (o neutralizar) que propone, al contrario, un cambio
de paradigma, para visualizar sus formas de neutralizar las violencias (culturales
y/o simbólicas) mediante unas morales y una praxis a la vez. Su metodología está
basada en las aproximaciones dialógicas con el doble fin de establecer vínculos
para la comprensión de los fenómenos (relaciones de naturaleza-sociedad,
incluidos los fenómenos interpersonales) y para de-construir los discursos
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 89

violentos. Por eso, el lenguaje se convierte en una herramienta de resolución,


gestión, transformación y neutralización de conflictos, ya que permite producir
un intercambio de ideas, sentimientos, colaboración, interacción entre seres
humanos, entre ellos mismos y las instituciones. En términos ricoeurianos, los
lenguajes es una pura mediación entre seres humanos y la realidad; entre los
seres humanos y los otros.
El lenguaje es imprescindible para neutralizar la violencia cultural. Primero,
utilizándolo apropiadamente, dando el significado exacto a cada término que utili-
zamos; segundo, ir eliminando poco a poco los términos con elevada significación
violenta y tercero, añadir otros valores positivos implícitos en el lenguaje y en lo
referente al trato entre personas, clase social, género, etnia, etc., cada una con sus
distintas lenguas donde debamos utilizar un lenguaje neutral.
Es muy difícil ir en contra de la ciencia, que ha hecho de si misma el criterio y la
clave interpretativa en nuestra sociedad. Pero es posible y necesario, desde los Estu-
dios por y para la paz, comenzar a reconstruir una nueva concepción de la ciencia
vinculada a valores y, concretamente, al valor de la paz y los Derechos Humanos.

2. Metodología para la trascendencia y la transformación

2.1. ¿Qué significa la trascendencia?

El llamado método Transcend elaborado por Johan Galtung busca ir más allá del
conflicto, «desarticulándolo» de su estado actual y «rearticulándolo» en una nueva
realidad: ir más allá de la situación de recursos limitados y orientarse a la coopera-
ción para satisfacer las necesidades básicas del ser humano. El procedimiento elegido
depende del resultado esperado en un conflicto.
Trascender es también ir hacia los fundamentos a través del diálogo. Por ello
Johan Galtung, como matemático, parte de la convicción de que todo problema
tiene escondida la propia solución dentro de sí. Lo único que se tiene que hacer en
este caso es contar con un método y generar las condiciones para que esta aparezca.
La trascendencia del conflicto viene representada por Galtung en el siguiente
sistema cartesiano de coordenadas con dos ejes donde se pone en juego las tesis
sobre el modo de analizar y abordar los conflictos. Este modelo, representado en la
Cuadro III.1, se basa en cinco tesis sobre el trabajo de los conflictos:
90 Francisco Jiménez Bautista

Cuadro III.2. El conflicto: Los 5 resultados base de la trascendencia.

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Fuente: Elaboración propia a través Galtung, 2006.

- Tesis nº. 1: El uso de la violencia tiende a conducir a resultados [1,2], donde


prevalece una parte. La violencia viene usada para imponer al derrotado los
objetivos del vencedor, o sea: para prevalecer = estar en la cima, la violencia
es el procedimiento.
- Tesis nº. 2: El uso de los tribunales hasta una adjudicación tiende a resultados
[1,2], donde prevalece una parte. La adjudicación es usada para establecer
quién tiene razón (es inocente, no responsable), o sea: para prevalecer = tener
razón, la atribución judicial es el procedimiento.
- Tesis nº. 3: La prevaricación tiende a conducir al resultado [3], el retiro: «los
tiempos no son todavía maduros», se prefiere el status quo, etc., o sea: para
el retiro, la prevaricación es el procedimiento.
- Tesis nº. 4: La negociación entre las partes tiende a conducir al resultado [4],
el compromiso donde ninguna de las partes se impone, o sea: para alcanzar
un compromiso, la negociación es el procedimiento.
- Tesis nº. 5: La trascendencia donde el diálogo con las partes tiende a conducir
al resultado [5], la trascendencia, que define una nueva situación, o sea: para
trascender un conflicto, el diálogo es el procedimiento (Jiménez, 2016a).
Cuando se habla de resultados del conflicto nos estamos refiriendo a una cuestión
neutral, pero en el Cuadro III.2, precedente hacemos referencia a una jerarquía de
los mismos resultados. El resultado más alto es el [5], la trascendencia, que significa
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 91

introducir un elemento nuevo. No es necesariamente lo que las partes tenían como


objetivo: en la mayoría de los casos este algo nuevo logra revolucionar la situación
en modo tal que las partes podrían obtener más de cuanto deseaban, o algo que hace
aparecer como menos interesante el motivo por el que se luchaba en precedencia.
Se quería un pedazo de tierra, y se encuentran con una propiedad, compañía, paz
y tranquilidad; querían dominar un Estado como nación líder y se encuentran a
compartir el poder con otros Estados ganando en amistad, paz interna; querían
demostrar de tener razón en un debate y se encuentran comprometidos en diálogos
sinceros de búsqueda común y de respeto mutuo; y así por el estilo.

Cuadro III.3. Formulaciones del método Transcend.

Nº POSICIÓN RESULTADO PROCESO SUMA TRABAJO


[1] 1/0 Uno-otro Victoria Lucha 1 1
[2] 0/1 Uno-otro Victoria Lucha 1 1
[3] 0/0 Ni-ni Retirada Posponer 0 2
[4] ½/½ Mitad- Compromiso Negociación 1 1
mitad
[5] 1/1 Tanto- Trascendencia Diálogo 2 0
como
Fuente: Elaboración propia.

El conflicto consiste en objetivos incompatibles que aparentemente se excluyen


entre si. Pero la trascendencia es posible. La solución descansa en mostrar que
con un pequeño giro ya no se excluyen entre sí. Vamos a comparar el número de
formulaciones de estos cinco puntos:
- [1] y [2] son claras. Son lo mismo: una meta se realiza, pero la otra no. Estos
son dos objetivos diferentes, o dos diferentes partes/personas con la misma meta,
como sería el disfrutar de una naranja que descansa sobre la mesa. Hemos usado
palabras del lenguaje de la guerra tales como «victoria» y «lucha». Victoria señala al
ganador, y la existencia de un ganador presupone la de un perdedor.
Si elegimos la «lucha», entonces podemos llegar a la victoria, un objetivo satis-
fecho, lo que significa un trabajo hecho a la mitad; con el riesgo de que la victoria
pueda ser, en los hechos, demasiado cara. La victoria puede traer consigo venganza,
revancha, arrogancia. El término lucha no siempre tiene una connotación negativa,
más al contrario tendrá un significado no-violento, como «crisis».
- [3] puede significar varias cosas: «los tiempos todavía no están maduros» o po-
dría ser una forma de reconocer que todos somos incapaces en el momento presente.
«No-ni puede ser también una solución, como cuando la ONU dice no-ni a
dos partes que se están peleando y ellos entonces administran un territorio como
92 Francisco Jiménez Bautista

UNMIK en Kosovo. A esto nos podemos referir como trascendencia negativa»


(Galtung, 2004: 26).

Si escogemos posponer, entonces no se ha satisfecho ninguna meta. El conflicto


sigue ahí y tal vez como una herida supurando porque los objetivos no han sido
satisfechos. Una meta insatisfecha por definición lleva a la frustración, y si a eso
agregamos que esa meta es una necesidad básica, esto puede ensombrecer todo lo
demás. La frustración puede llevar a la agresión. Pero el argumento no es que una
frustración debe atenderse para prevenir la violencia. El argumento es que una nece-
sidad básica debe atenderse, como la miseria en el Tercer mundo, estemos «nosotros»
en peligro o no. Posponer y retirarse muy rara vez traen consigo la sustentabilidad.
Pero la trascendencia negativa puede tener alguna aceptabilidad y sustentabilidad
porque una nueva realidad se ha creado.
- [4] es el compromiso tan elogiado demasiado a menudo: «si ambos se rinden
un poco encontrarán una solución», «él es un hombre de compromiso», «las negocia-
ciones no llegaron a ningún lado porque no había voluntad de compromiso». Según
el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra compromiso,
que proviene del latín compromissum, significa: obligación contraída, palabra dada,
convenio entre litigantes, por el cual someten su litigio a árbitros o amigables compo-
nedores; Escritura o instrumento en que las partes otorgan este convenio. Bajo estos
términos la palabra compromiso para Galtung no es una palabra positiva. Evoca
pasividad y mediocridad (RAE, 2017).
«El compromiso es la comodidad de los pobres, es decir, de aquel que sabe tan
poco sobre lo que puede resultar de un conflicto que él/ ella cree que el compromiso
es la única alternativa. Lo que ocurre en los hechos es un compromiso sobre un
resultado que no satisface a nadie, frecuentemente con ambas partes esperando
que la otra parte esté por lo menos igual de insatisfecha, se unen en torno a la
insatisfacción compartida, se felicitan mutuamente, beben champaña en honor de
esa insatisfacción compartida» (Galtung, 2004: 26).

- [5] es la trascendencia positiva (clave de transformación en el método Trans-


cend). La tarea es crear un tanto-como ahí donde no existía. Se trata de buscar lo más
alto, hay que dar el salto. Esto demandará imaginación y creatividad. No estamos
rechazando completamente el compromiso y la negociación, pero hay que verlas
como inferiores a la trascendencia –ir más allá– y al diálogo.
Los números debajo de los encabezados suma y trabajo dan una ida de que tan
lejos se ha llegado, y de que tanto trabajo queda todavía por hacer por cada resultado.
Es como multiplicar crecimiento económico con distribución económica (con 0
como la desigualdad total y con 1 como la igualdad total) para tener una idea del
lugar en el que se localiza un país económicamente. Un crecimiento del 10% con
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 93

una distribución del 0.5 rinde 0.5, que también puede significar 5% de crecimiento
con distribución perfecta (Galtung, 2004: 27).
Si llegamos a la trascendencia positiva entonces el trabajo se ha cumplido. Pero
aquí el problema puede ser que hemos ido demasiado lejos en nuestro esfuerzo por
«ir más allá». La propuesta puede haber sido demasiado creativa para ser entendida,
en tal caso, hay que dejar que sola sea aceptada. La solución es demasiado inusual.
La palabras solución es algo absoluto cuando hablamos de conflictos, cualquier
transformación solo es provisional, por qué el conflicto aun está presente. Neutrali-
zar de forma creativa debe ser un elemento nuevo a introducir en la transcendencia
de los conflictos, pero también necesita empatía, tolerancia, diversidad y algo de
solidaridad con el «otro» u otra parte.
En este sentido, trascender es también superar la idea preconcebida del com-
promiso que puede ser identificado con una posición intermedia que no satisface
en realidad a ninguno. Una solución de este tipo puede ser además muy dolorosa.
Ejemplo el famoso rey Salomón y su propuesta de cortar en dos el niño reclamado
por las dos madres, pues le será posible reconocer a la madre verdadera en la mujer
que prefiere dejarlo a la otra con tal de salvarlo. Conocemos el final de la historia,
Salomón entrega el niño a la madre que por amor renunció a él (Re 3, 16.28). Se trata
de crear propuestas extra-paradigmáticas.

2.2. Las fases del método: diagnóstico, pronóstico y terapia

Un aspecto importante del método Transcend, es el isomorfismo que hace con


las Ciencias de la Salud, siguiendo el esquema: de diagnóstico, pronóstico y terapia.
Estos términos, tomados del campo de la medicina, enfatizan la relación que existe
entre «salud y paz» por un lado –el objetivo a lograr– y por el otro «enfermedad y
violencia»: lo que debe evitarse, prevenirse y superarse (Calderón, 2010: 164-165).
Teniendo en cuanta los tipos de violencias, para la transformación de los con-
flictos se va a abogar como método el diálogo y las fases de la metodología para tras-
cender (Transcend) los conflictos que serán: a) el diagnostico (datos y descripción);
el pronóstico (descripción y teorización) y la terapia (normativa y prescriptiva) o si
se prefiere: estudio y análisis, predicción y remedios.
La primera cosa que se tiene que hacer al analizar un conflicto, después de
hacer un mapa de las partes, las metas y las contradicciones, es dividir las metas en
legítimas e ilegítimas. Si una meta va en contra de las necesidades básicas, entonces
es ilegítima. Aquí las necesidades humanas básicas se convierten en derechos y que
existen aunque los sujetos no lo exijan. Uno de los aspectos más positivas que tiene
el método Transcend es que tienen las necesidades humanas como guía fundamen-
94 Francisco Jiménez Bautista

tal que nos llevará a intentar cumplir con esas expectativas y aunque nos lleve al
campo de la utopía, que mayor fin que la búsqueda de esta. El método Transcend,
al igual que Malinowski, el método se centra en las necesidades humanas, pero a
diferencia de él, el objetivo del método es convertir las necesidades humanas básicas
en Derechos Humanos.

Gráfico III.4. Triángulo de la transformación del conflicto: diagnóstico, pronóstico y


terapia.

'LDJQyVWLFR

Pronóstico 7HUDSLD

Fuente: Elaboración propia.

a) Diagnóstico
El diagnóstico es descriptivo, basado en datos, en algo que ya ha tenido lugar,
en otras palabras en el pasado. Un buen diagnóstico debe incluir una descripción
lo más completa posible de dos elementos:
- Primero, la formación del conflicto: Este primer elemento del diagnóstico
debe incluir a todos los actores y partes, y no sólo a los que se hallan dentro
de un país o una zona de conflicto. Análisis unilaterales pueden no llevar a
un total entendimiento y análisis cabal del conflicto (sus reales causas y sus
consecuencias). Todos los actores tienen que ser considerados: los actores
de la paz y los actores de la violencia, y dentro de estos, a los grupos y/o in-
dividuos de una categoría que a menudo también están en la otra, es decir,
los que usan la violencia y pueden volverse actores potenciales de la paz y los
que trabajan en pro de la paz y pueden convertirse en actores de la violencia.
- Segundo, la historia, o vida, del conflicto. Este elemento abarca el relato o vida
total del conflicto, no simplemente el inicio y el fin de la violencia. Sus raíces,
su historia, proceso del cómo se llegó a la situación actual. Aquí seguramente
las partes en conflicto tienen mucha información valiosa que aportar, pero
no serán la única fuente.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 95

- Tercero, la lógica del conflicto. Un conflicto está formado por un conjunto


de actores con sus respectivos objetivos. El mapa que se hará de ellos es de
vital importancia dado que expresará los intereses y los objetivos de cada
una de las partes, lo que posibilitará combinaciones diferentes de cara a la
transformación del conflicto. Conflictos del tipo [2/1] (dos actores un solo
objetivo), existen solo en teoría (trátese de un territorio u otro recurso). Los
conflictos reales son más complejos.2
El mapeo adecuado del conflicto es un ejercicio altamente político. Cuando el
conflicto es más complejo, se pueden hacer transacciones más constructivas, por
ejemplo X cede algo a Y sobre un cierto objetivo, Y cede a Z algo sobre otro objetivo
y Z cede a X algo sobre otro objetivo.
Hace unos años en un Congreso Internacional expuse el conflicto que existe
entre Inglaterra, España y Marruecos en la Universidad de Rabat, Marruecos, como
suele exponerlo Johan Galtung: Inglaterra le da a España el Peñón de Gibraltar;
España le da a Marruecos Ceuta y Melilla, pero el problema está en que Marruecos
no tiene nada que darle a Inglaterra y por tanto no se puede resolver el conflicto.
Algunos marroquíes presentes se enojaron por este tipo de ejemplos nada simpá-
ticos. Tenemos que plantear alternativas a los conflictos ya que generan tensiones
entres los Estados cada vez más utilizados como conflictos externos al país. El caso
de Gibraltar o las fronteras de Melilla y Ceuta son conflictos latentes entre tres países:
Inglaterra, España y Marruecos.
El diagnóstico también implica abordar el análisis usando el triángulo A-B-C
(actitudes, comportamiento y contradicción) para todos los actores que intervienen
en el conflicto), y el triángulo D-E-C (violencia directa, estructural y cultural) para
el conflicto mismo. ¿Qué es lo importante? Que el análisis del conflicto sea lo más
completo y minucioso posible. Es preferible la complejidad a la simplificación, ya
que cuantos más actores e intereses haya, mayor será la oportunidad de idear un
enfoque creativo para transformar el conflicto. Hay que ir más allá de la explicación
simplista de los conflictos que brindan la cultura de la guerra y los libros de texto,
que tienden a:
1. Limitar el número de actores a dos: A y B;
2. Reducir los factores explicativos a uno: la maldad o la estrategia del lado
«malo»;

2
Galtung aquí advierte que pueden existir partes poderosas dentro del juego y que están buscando
un determinado resultado y que generalmente se presentan como «terceras partes», como si fueran
neutrales/objetivas, escondiendo así sus propios objetivos. «Estos pueden hacer aparecer los conflictos
en la periferia como «conflictos étnicos» entre dos grupos violentos que se «odian», mientras el centro
juega los roles de peace-keeper, peace-maker, peace-builder y juez, proyectando la situación [2/1] (dos
actores un objetivo) sobre situaciones más complejas y prometedoras (cfr.: Galtung, 2006).
96 Francisco Jiménez Bautista

3. Limitar las actitudes a «negro/blanco», «bueno/malo»;


4. Presentar una visión maniqueísta del conflicto: el Bien versus el Mal;
5. Disminuir al «Otro» mediante la deshumanización y la demonización;
6. Personificar el conflicto; por ejemplo:
- Terrorismo = Osama bin Laden
- Venezuela = Nicolás Maduro
7. Limitar los métodos para encarar el conflicto a uno solo: la violencia (D-E-
C);
8. Reducir los resultados posibles a «derrota o victoria», «o esto o lo otro».
Por todo ello, es muy importante comprender la complejidad de cualquier
conflicto para poder intervenir. Lederach nos dirá «múltiples actores, que persiguen
una multiplicidad de acciones e iniciativas, al mismo tiempo, en numerosos niveles
de relaciones sociales en un escenario interdependiente» (Lederach, 2007: 64).

b) Pronóstico
El pronóstico es también descriptivo, pero con un salto al futuro, tal como el
diagnóstico toma el riesgo de saltar a la profundidad, del síntoma superficial a algo
más profundo, la enfermedad. Ambos, tanto el diagnóstico como el pronóstico
necesitan de teoría para hacer el salto. Y son frecuentemente controversiales.
En relación a los conflictos es la comprensión de hacia dónde se dirige el
conflicto. Son resultados que se pueden obtener sobre la base del diagnóstico de la
situación. Estos datos evidencian el daño que podría ocurrir si no se trata el conflicto
de manera constructiva así como las ideas y posibilidades de alcanzar determinados
resultados.
Nosotros consideramos que todos estos resultados son generados por una
violencia cultural que suele aparecer en las contradicciones de lo explícito como lo
implícito, en el exceso de normas y regulaciones. En un mundo que no mira hacia
el futuro, hacia los grandes retos de los problemas globales que tienen planteados
hoy día toda la humanidad. Los valores de la violencia cultural, consumismo, la
mercantilización de todo, la cultura del placer y del dinero, la superficialidad, la
primacía de lo privado, los valores de mero «tener» y de no «ser», etc.,).

c) Terapia
La terapia es algo diferente. También está orientada al futuro, como el pronóstico,
pero es normativa y prescriptiva. No se detiene en lo que va a ocurrir, sino que se
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 97

enfoca en qué es lo que tiene que hacerse. La terapia puede por supuesto dejarse a
la persona en sí misma.
Que generalmente es la parte más difícil del proceso y depende enteramente de
las dos primeras etapas. Como sucede en las ciencias de la salud, una buena terapia
–es decir, lo que hay que hacer para volver al estado de salud/paz– debe asentarse
en un buen diagnóstico de cuál es la «enfermedad» o causa de la violencia, o cuál es
el obstáculo que impide recobrar la «salud».3
La terapia considera las propuestas, ideas, sugerencias para transformar el con-
flicto de manera creativa, constructiva, noviolenta, y para garantizar que se tomen
en cuenta las necesidades de todos los actores o partes del conflicto. Es la estrategia,
la visión o el mapa de ruta para saber cómo llegar desde el punto violencia, conflicto,
situación no pacífica; a la meta deseada, la paz. Es decir, Transformar conflictos para
buscar la paz (Jiménez, 2011).
Evidentemente en un conflicto las terapias no se pueden imponer desde arriba
(líderes, políticos, generales o elites) ni desde afuera (líderes, políticos, generales
extranjeros o elites). Su fundamento debe ser propuestas reales y concretas que re-
sulten significativas para las partes en conflicto y para los que viven en comunidades
a las que éste afecta.
Las terapias efectivas deben proveer medidas prácticas para lograr la paz, idear
estrategias de transformación del conflicto que tengan sentido para la gente en su
vida diaria, lo que se basará en la participación, la movilización y el empoderamiento
para la paz, y que no sólo sirvan para reforzar las estructuras elitistas de dominación
y control. Por lo tanto, la terapia debe ser creativa y adecuada al conflicto.
Una de las herramientas para lograrlo es el diálogo, o más bien, no es un solo
diálogo sino de miles, en cada nivel de la sociedad y en repetidas oportunidades; de
modo a estimular la creatividad y el surgimiento de la mayor cantidad posible de
ideas y acciones a favor de la paz. Se necesita entonces actuar, trabajar y construir de
3
El ejemplo de la salud es muy interesante entender las terapias, por ejemplo, la oncología hoy,
pasa por realizar un tratamiento ajustado a los hallazgos genéticos peculiares de cada individuo. Todo
esto esta cambiando el desarrollo de las nuevas terapias, que buscan bloquear o reparar las alteraciones
específicas propias de un tumor concreto (en nuestro caso, el conflicto colombiano). El concepto
anatómico de cáncer ligado a un órgano (cáncer de mana o de pulmón) va a ser desafiado probablemente
por un nuevo paradigma, según el cual los tumores se agruparán por anomalías genéticas. Por ello,
la elaboración de un atlas de genes para cada enfermedad permitirá comprender mejor sus raíces,
descifrar su código y encontrar fármacos dirigidos a cada anomalía. ¿Qué hace falta para todo esto?
Pues dedicación, integración de equipos de diversas disciplinas, cooperación entre distintas ciencias
básicas, aplicadas o clínicas, visión de futuro y una gran dosis de generosidad humana. Defendemos
la idea de paradigma pacífico como: «Los desequilibrios son el resultado de la evolución humana y
por tanto este es el mecanismo que el ser humano ha encontrado como el más eficaz constructo para
dotar de garantías la construcción de futuros. Pero esto no implica que exista un constructo que es la
moral y la ética para que la especie tenga posibilidades de supervivencia» (Jiménez, 2011: 67).
98 Francisco Jiménez Bautista

manera constante, a fin de lograr un empoderamiento de las partes, del entorno y del
mundo para promover la paz por medios pacíficos, rehusando siempre la lógica de
la violencia. Un trabajo donde la paz sea el objetivo y –a la vez– el camino a seguir.

3. Estudio, análisis y diagnóstico de un caso: colombia

En este apartado vamos a analizar un conflicto que constituye un buen ejemplo


para aplicarlo al método Transcend.

3.1. Contexto histórico

Desde la independencia en 1810, Colombia ha estado embarcada en una serie


de conflictos y guerras civiles, cuyo resultado hoy se puede mostrar en los diferentes
escenarios políticos y su polarización. Construida ésta en los últimos cinco años
sobre la base de propalar informaciones sesgadas. Así se fue estableciendo la lógica
del conflicto, la corrupción como fundamento de todas las culturas integrantes
de la cultura nacional. Es esto lo que puede entenderse como la dinámica de un
conflicto que debe ubicar sus inicios con la Revolución de los Comuneros4 y llega
hasta nuestros días. En aquel entonces el pueblo o los comunes se insurreccionaron a
consecuencia de los impuestos en especial el del tabaco y el maltrato a las poblaciones
de indígenas y de negros por parte de los virreyes que actuaban en representación
del rey español.
Para Pizarro Leongómez (2004), el colombiano es «un conflicto interno, irregu-
lar, prolongado y con raíces históricas de índole ideológica». Afirma también, que el
concepto de guerra civil no sería adecuado, ya que no se presenta la confrontación
de dos o más proyectos de sociedad antagónicos ni un proceso de polarización social
que los legitime. Por otra parte, no se carece de una institucionalidad de carácter
democrático y no se podría hablar propiamente de una soberanía escindida. Algunas
de las formas de la Guerra civil, van a ser claras y si se revisa por ejemplo la Guerra
de los 1000 días entre un proyecto liberal que tiene como una de sus grandes apues-
tas la Constitución de 1863 aunque en contextos distintos generan una similitud
(Bernd, 2016).
Los anteriores intentos de consolidar unas instituciones y su expresión cons-
titucional es preciso mirarlas como un continuo que se inicia con las guerras de
independencia en 1810 y finalmente alcanzada en 1817. Al no resolverse lo planteado

4
Revuelta iniciada en 1781 y que pedía en su principal consigna: ¡Abajo el mal gobierno, viva
el Rey!!!!
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 99

en los intentos de la Revolución de los Comuneros y su radicalización posterior, lo


que habrá hasta 1863 serán guerras que en muchos casos no tendrían sentido, como
las que se han apreciado en Colombia desde la década de los 80 en adelante, no obs-
tante, con otros actores. Al llegar a la mítica Constitución de 1863, se consolidarán
los escenarios de lo que serán los partidos liberal y conservador. La ruta seguida será
de unas guerras pequeñas pero constantes a lo largo de toda la geografía colombiana.
Entrados en el siglo XX, hubo intentos reformistas de parte del Partido Liberal
que no fueron aceptados por el Partido Conservador como es el caso de la Ley 200
de 1936. Parte del conflicto de inicios del siglo XX hasta 1948 se puede resumir en
un centralismo incipiente basado en la fuerza y unas regiones bastante pobres a
donde el consenso para aclimatar las disputas políticas tiene poco desarrollo y, en
cambio, existe la tendencia a resolverlas por la vía de las armas como se argumenta
adelante (Jiménez y González, 2013). Esa forma de gobierno se puede observar en
la importancia de las élites radicadas en la capital, a donde se procesa la política.
Se desarrolla un estilo político incendiario en el cual lo importante es la creación
de inestabilidad a fin de ganar fuerza. Este estilo de hacer política se resumirá en la
frase atribuida a uno de sus principales dirigentes, Laureano Gómez: «calumniad,
calumniad, que en la calumnia algo queda».5
Así se llega a los finales de la década de los cincuenta del siglo XX. No es difícil
registrar y existe abundante literatura sobre este período en el cual los muertos fue-
ron cerca de trescientos mil (Guzmán, Fals y Umaña, 2005; Pécaut, 2009; Sánchez y
Metters, 1983; Betancourt, 1990 y Jiménez y González, 2013). El problema central
que va a originar esta conflagración es el conflicto por la tierra y será sellado con
un acuerdo de participación burocrática del poder político entre las grandes casas,
mediante el Pacto de Sitges y Benidorm, firmado en 1956 y ampliado en 1957, entre
el partido liberal, representado por Alberto Lleras Camargo, y el conservador,
representado por Laureano Gómez.
Las hipótesis de las grandes casas u oligarquías pueden presentarse con: por un
lado, en el liberalismo, Alberto Lleras Camargo fue tío del segundo presidente del
Frente Nacional y este a su vez tío de German Vargas Lleras, uno de los candidatos a
la presidencia en las elecciones de 2018. En los conservadores: La casa de Laureano
Gómez tendrá como uno de sus mejores exponentes a uno de sus hijos, Álvaro
Gómez Hurtado, asesinado en 1995, hecho que no ha sido resuelto claramente.
Es de resaltar hasta aquí, como en el período que se inicia con la Revolución de
los Comuneros, el de la Guerra de Independencia, hasta el final del conflicto hasta
aquí narrado, en 1957, con la caída de la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla
como resultado del Pactos de Sitges y Benidorm y la construcción del Llamado
5
Frase que se le atribuye a Laureano Gómez, pero que tiene sus orígenes en Francis Bacon
(1625) en su obra De dignitate et Argumentis Scientiarum y en posteriores usos literarios.
100 Francisco Jiménez Bautista

Frente Nacional. De este solo hicieron parte los partidos liberales y conservador y
se alternaron en el poder garantizando una equitativa distribución de la burocracia
estatal durante 16 años. También debe remarcarse que, a los guerrilleros del libera-
lismo en esta época, fueron asesinados muchos de ellos y sobre esta experiencia se
fundarán las nuevas guerrillas: guerrillas liberales y guerrillas del Llano.
Ninguno de los problemas señalados anteriormente ha sido resuelto y harán
eternas y sucesivas las guerras y serán el caldo de cultivo de una cultura de la violen-
cia (hoy incrustada en la sociedad colombiana que llamamos violencia híbrida) en
la resolución de conflictos en la sociedad colombiana que llega hasta nuestros días.
Es de esta manera que puede entenderse como el antecedente cercano del conflicto
colombiano tiene sus raíces en el periodo denominado como La Violencia. Esta
arranca, como se argumentó, el 9 de abril de 1948 con el asesinato del caudillo liberal
Jorge Eliécer Gaitán y generará la degradación, verbigracia, hacerle «la corbata»
a un prisionero, lo cual consistía en cortar su garganta y sacar por ahí la lengua a
manera de corbatín. Estas expresiones de la degradación agenciada desde el Estado
y los partidos liberal y conservador, se extiende hasta principios de los sesenta. En
estos años surgen los grupos guerrillas campesinas de autodefensas campesina
remanentes de la guerrilla liberal, con mínima influencia del Partido Comunista
(Caballero, 2015 y 2016).
En el año 1964 se da el surgimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), y en 1964 surge también el Ejército de Liberación Nacional
(ELN). Las FARC con un gran anclaje en el problema de la tierra que, como veníamos
mostrando es de vieja data. De otra parte, el ELN nace en Cuba y a consecuencia de
la guerra fría dominante en el conflicto entre Estados Unidos de Norteamérica y la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con una orientación hacia la reivindica-
ción del nacionalismo en el marco del socialismo cubano. A él se suma la corriente
de teología de liberación de la Iglesia Católica a través del emblemático cura Camilo
Torres. Habrá también en esta época el inicio de otras formaciones guerrilleras como
el M19, de inspiración nacionalista y el EPL inspirado y apoyado por la Revolución
China. Es decir, guerrillas de primera generación, como la FARC-EPL y ELN y
guerrillas de segunda generación como son M19, MAQL, PRT y otras.
El conflicto perdura invariante hasta la inclusión del narcotráfico en la década
de los ochenta, el cual actúa como un elemento que sustenta, potencia y recrudece la
violencia, financiando y haciendo alianzas con las guerrillas. La ruptura de parte de
esta alianza, por secuestros de familiares de los narcotraficantes, dará paso a la pri-
mera formación delictiva de la derecha: alianza narcotráfico y Ejército de Colombia
en lo que se denominará MAS o Muerte a Secuestradores. Este fenómeno permite
la aparición de diversos grupos de autodefensas articulados posteriormente por las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 1997. Éste actor armado llevará a cabo
un proceso de desarme, desmovilización y reintegración, cuyo saldo es que toda la
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 101

cúpula dirigente fue enviada extraditada a Estados Unidos y los remanentes que
quedaron conformaron lo que hoy se denominan las BACRIM o bandas criminales.

3.2. Conflicto: estructura y actores

En la literatura, sesgada desde posiciones ideológicas, los principales procesos


han sido atribuidos al conflicto colombiano y, denotándose con ello a las formas
armadas de participar en la política, sean guerrilleros o paramilitares. Sin embargo,
una rápida mirada al texto de Sanabria et al., (2015) muestra como en términos
porcentuales el delito es mayor en las ciudades que en los campos a donde se adelanta
el conflicto. Esto es importante señalarlo porque como hipótesis indica hacia dónde
se dirige el problema de Colombia que podemos concluir que corresponde a mitos
en la mayoría arcaicos y representaciones. En su delimitación pueden ser reunidos
en dos categorías:
- Primer factor, son las causas estructurales, relacionadas con elementos como
la propiedad de la tierra, la poca flexibilidad del sistema político, la debili-
dad del Estado en el ejercicio pleno de su soberanía y la precariedad en el
ejercicio de su función social, entendido como ejecución clara de políticas
de erradicación de la pobreza, la generación de empleo y el ejercicio armado
desde el ladrón callejero hasta los hechos ocurridos «montaña adentro» y los
acaecidos en la ciudad y que podrían tipificarse como terroristas, de acuerdo
con las expresiones contenidas en los medios de comunicación.
- Segundo factor, hace referencia a la construcción mítica derivada de la itera-
ción de las causas estructurales y de la iteración de ellas sobre las mismas
transformando a la sociedad colombiana en una estructura al borde del
colapso y, por lo menos, en una histeria colectiva que explica los resultados
del Plebiscito por la Paz que ganó por muy estrecho margen el No. Unos y
otros dieron mensajes apocalípticos si se votaba Si o si se votaba No. Nunca
se recordó que, en estas mismas situaciones, de una guerra más en los medios
que en la realidad, se ha vivido desde que la velocidad de la transmisión de
datos permite construir y deconstruir un mito en cuestión de semanas. Es el
calumniad, calumniad, que de la calumnia algo queda referido anteriormente.
Se debe resaltar este uso perverso de los medios de comunicación mediante los
cuales construye los fake news, los cuales al iterar se transforma en una verdad que
se sabe puede ser falsa, pero que no tiene ni el tiempo ni la lógica de la verificación.
Sólo se acepta y permite establecer comportamientos a partir de la construcción
mítica. Ese mismo mecanismo, el de la velocidad de transmisión de información,
permite construir relatos o post-verdades juntando los pequeños trozos de las ver-
dades puestos en escena. Así se arman culturas sin un relato decantado y pasado por
102 Francisco Jiménez Bautista

la prueba de la palabra escrita. Vale la pena tener en cuenta estos nuevos aspectos de
la trama por cuanto definirán lo político y lo social del conflicto en esta última fase
de definiciones de un Acuerdo de Paz al cual se le dieron votos a partir de micro-
noticias en noticieros o en los ciento cuarenta caracteres de twitter.
En una gran caracterización el conflicto desde sus inicios, los cuales se ubican en
la Revolución de los Comuneros, permite caracterizar dos actores con una base de
territorialidad claramente definida. Es el campo, una élite con un mayor desarrollo
cultural y, con la posesión de las mejores tierras versus la territorialidad más pobre
y generalmente cercana a la frontera agrícola. A este escenario del campo se junta
lo urbano con una élite con un claro sentimiento nacional, como lo definiera Weber
(1993) y una buena parte de la sociedad urbana pobre, ausente de los grandes avances
y consolidaciones del progreso económico (Marquardt, 2017).
El desarrollo producido principalmente en el siglo XX y lo corrido del XXI,
cambiará lo formal del problema, pero deja su sustancia aún sin resolver. Así, el
conflicto se desarrollará en la forma descrita entre actores rural-urbano en su defensa
de las formas civilizatorias (Elías, 2011) contenidas en las leyes preexistentes versus
quienes desde el ámbito de lo moral busca otra forma de progreso, en muchos casos,
sobre todo lo rural, intentando resolver las contradicciones propias del desarrollo,
pero sin presentar una formulación clara, más allá del discurso ideologizado. Podría
decirse que será así: unos eternos buscadores de la justicia, sin una clara posibilidad
de alcanzarla, enfrentados a los detentadores del poder económico, político y cultural
que, en la estructura racional que le es propia, tendrían una mayor posibilidad de
acumular económica y políticamente, si se resuelve el problema de la justicia. Pero
esto supone que los bandos contendientes históricamente cedan parte de lo recla-
mado como sus acumulaciones de riqueza social.
En el final descrito ingresa un tercer actor: el narcotráfico. Este permeará no
solo la actividad del actor ilegítimo ubicable en las estructuras militares gue-
rrilleras y las asociadas a los paramilitares, también en las estructuras legítimas
del Estado. Sirva para ello, como ejemplo, la financiación de la campaña a la
presidencia del período 1994 a 1998. Pero ¿cómo se puede considerar la conti-
nuidad de estos escenarios políticos? Se puede recordar que en la insurrección
de los comuneros la consigna que agrupaba a los insurrectos era ¡Abajo el mal
gobierno, viva el rey! Y que 1810-1816 este periodo se denominó «la patria boba»
por cuanto no se resolvían los urgentes problemas de los pueblos, sino que todo
se dilataba en reuniones estériles y en la lucha por el predominio de las ideas
centralistas y federalistas.
Posteriormente se dan revueltas y se termina con nuevas constituciones como
solución de los problemas. En el cuatrienio del empresario Alfonso López Pumarejo
se definieron algunos aspectos, revolucionarios y liberales para la época, se estable-
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 103

ció: la función social de la tierra, se consagró una reforma tributaria, universitaria y


judicial, entre muchas otras (Ley 200 de 1936). Se aprobó el primer plan estructurado
de gobierno y de Reforma Agraria. Este espíritu tomó su base del pensamiento de
Franklin Delano Roosevelt y de John Maynard Keynes. Sin embargo, esto no fue de
buen recibo por parte de los conservadores, principalmente los grandes propietarios
de la tierra. Es bueno recordar cómo este mismo problema se arrastraba desde la
época de los Comuneros.
Estas contradicciones se van ver exacerbadas con el asesinato de Gaitán y
consolidación de la trágica decena de 1947 a 1957 y que se titula como la Violencia,
pero la lógica de la construcción social pasa por el enfrentamiento derivado de la
inflexibilidad en el manejo de la propiedad y del uso del poder por parte de casas que
anclan su prosapia desde la gesta de los Comuneros y más atrás al ser descendientes
de la aristocracia española venida a menos y asentada en estas tierras.
Este refresco de la historia sirve para mostrar cómo la emergencia del actor
constituido por las bandas de narcotraficantes, solo pudieron hacerlo operando con
inteligencia en las interacciones fallidas del sistema social y de su entorno, como lo
formula Lhumann (2007). Como actor y motor de la dinámica conflictiva, puede
presentarse una importante categoría con efectos de tipo social (económico, político
y cultural), a través de la cultura traqueta6 y de tipo político al lograr primero la
alianza en el margen con la guerrilla, luego en un segundo margen con los parami-
litares y finalmente con el sistema político central con la infiltración de la elección
presidencial de por lo menos uno de los candidatos a la presidencia en el período
1994-1998.
En este período la insurgencia consiguió la fuerza suficiente para desafiar
claramente el Estado y lograr, mediante una posibilidad de negociaciones de paz,
cooperar con uno de los candidatos y garantizar su elección como presidente. De
nuevo perdió el margen insurgente en razón al Plan Colombia instrumentado por el
gobierno colombiano con el apoyo de Estados Unidos de Norteamérica. Este va a ser
también otro parteaguas formal del conflicto, pero con las mismas causas eficientes
que señalaba el gran Estagirita. Al volver la vista atrás, se puede rememorar 1990 y
las negociaciones de paz con el M19, la Constituyente en 1991 que redefinió muchas
cosas, entre ellas re-consagró la función social de la propiedad añadiéndole que esa
función genera obligaciones (Constitución Política, artículo 58) como si esto fuera
exógeno a la propiedad.

6
El traqueto (es un hombre de bajos recursos o campesino que con el tráfico de drogas cambia
su vida de manera radical, pero que mantiene costumbres de hombre de campo. Se caracteriza por
un fuerte machismo, el eventual acceso a las extravagancias y muchas dificultades para ingresar en
los círculos de las clases más poderosas de la ciudad por la discriminación y por su origen humilde)
(Jiménez, 2013).
104 Francisco Jiménez Bautista

«Artículo 58.
Acto Legislativo 01 de 1999, artículo 1. El artículo 58 de la Constitución Política,
quedará así:
- Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo
a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes
posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivos de utilidad
pública o interés social, resultare en conflicto los derechos de los particulares con
De los Derechos Sociales, Económicos y Culturales Artículos 54-58, la necesidad
por ella reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social.
- La propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal, le es
inherente una función ecológica.
- El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de
propiedad.
- Por motivos de utilidad pública o interés social definidos por el legislador,
podrá haber expropiación mediante sentencia judicial e indemnización previa.
Esta se fijará consultando los intereses de la comunidad y del afectado. En los
casos que determine el legislador, dicha expropiación podrá adelantarse por vía
administrativa, sujeta a posterior acción contenciosa-administrativa, incluso
respecto del precio» (Constitución Política, 2016).

Se procesó una nueva Constitución que dentro de sus hechos extraños tenía
participación de los partidos políticos anclados en la historia que arrancó en esta
narración con los Comuneros, gestaron la independencia, condujeron guerras,
firmaron paces y hoy reclaman un lugar digno en la historia actual. De otra parte,
participaron las minorías indígenas, las organizaciones guerrilleras, los cristianos
y un representante de los paramilitares asociados al narcotráfico, su actuación se
puede asumir definitiva para introducir un artículo que prohibirá la extradición de
nacionales (Constitución Política, artículo 35).
«Artículo 35. Acto Legislativo No. 01 de 1997, artículo 1. El artículo 35 de la
Constitución Política quedará así:
- La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados
públicos y, en su defecto, con la ley.
- Además, la extradición de los colombianos por nacimiento se concederá por
delitos cometidos en el exterior, considerados como tales en la legislación penal
colombiana.
- La extradición no procederá por delitos políticos.
- No procederá la extradición cuando se trate de hechos cometidos con
anterioridad a la promulgación de la presente norma» (Constitución Política, 2016).

En síntesis, en este recorrido se puede aceptar que, con la caída de los grandes
carteles de la droga, Cartel de Cali, Cartel de Medellín y Cartel del Valle, en los
finales de la década de los ochenta y buena parte de los noventa, sucumbieron las
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 105

posibilidades estratégicas de un margen insurgente y del paramilitar. Con estas


derrotas van a aparecer dos actores sustantivos: por un lado, la cartelización de
las guerrillas y con ello el deterioro de la visión idílica de los revolucionarios y los
paramilitares y, por otro, la clara entrada en escena de las empresas criminales, las
cuales se tratarán adelante.
Llegados a 2017, las FARC hicieron dejación de las armas, en unas condiciones
generosas, pero sujetas a otras transacciones como las legales que hoy cursan en
el Congreso, con más sobresaltos que certezas. Hoy se reclama un catastro rural
para saber con certeza el que se puede repartir de la tierra, parecido a las bases de
los reclamos de los Comuneros y resultado del acuerdo de este proceso de paz. La
educación, si bien se ha ampliado, aún es incipiente en su capacidad de producir el
conocimiento necesario al progreso y el desarrollo. Sobrevive el ELN y una buena
cantidad de individuos conformantes de las antiguas FARC se han devuelto en razón
al incumplimiento de los Acuerdos. Pero debe entenderse que estos nacieron con
poca legitimidad en razón a los resultados del «Plebiscito por la Paz» en 2016. Se
votó y los resultados fueron mayoritarios, aunque en estrecho margen en favor del
no a los Acuerdos.
Se desarmaron los paramilitares y hoy se tramita una ley para dar unas mínimas
garantías para el desarme de sus sucesores, las BACRIM. Se tendrá unas importantes
caídas en el PIB, por ejemplo 2009 y 2016 y nacerá claramente el nuevo actor que
se dejó indicado atrás y permeará a los actores de la estructura central del sistema:
la corrupción. Al igual que en el escenario internacional, este será el nuevo agente
perturbador a la construcción de la justicia y equidad reclamada desde el siglo XVII.
El cambio sustantivo entre la corrupción del siglo pasado y hacia atrás, tiene dos
elementos importantes. Que, de lo conocido en la historia, se hacían saqueos como
forma de atesorar fortuna, pero esta actividad se debía entender como legítima y
parte de la explicación de la primera y segunda grandes guerras tienen mucho de
esto. Y, esto llega hasta las modernas guerras como las de Irak y Siria. Por otro lado,
existe una gran velocidad en la transmisión de información que hace casi imposible
no llegar hasta la médula de la nueva corrupción, la cual presupone, también, la
existencia de una organización fuerte que se encargue no sólo de la planeación del
robo, sino también de la logística de las rentas capturadas.
Es de anotar, que es imposible este nivel de la corrupción, contado en billones,
si no hay un acuerdo entre el Estado garante de la protección de los recursos y las
mafias que lo procesan. Como lo afirma Luis Jorge Garay et al.,
«En estos casos, pueden surgir escenarios de corrupción mucho más complejos
que aquéllos caracterizados únicamente en el ámbito económico de baja escala;
pueden surgir escenarios complejos de Captura del Estado y, eventualmente, de
Reconfiguración Cooptada del Estado» (Garay et al., 2008: 10).
106 Francisco Jiménez Bautista

Otros autores también plantean la degradación del conflicto colombiano hacia


la búsqueda de recursos, de forma que los actores armados desarrollan también
una lógica económica y empresarial ligada principalmente al elemento narcotráfico
(Rubio, 1997, 1999). Paul Collier plantea el tema de la rebelión como «una depreda-
ción a gran escala de las actividades económicas productivas» (Collier, 2004). Y, en
la reflexión desde este capítulo se contempla el cambio evolutivo de dos sociedades
que buscan, la mas pobre, sobrevivir y, la otra, expandir el mercado como necesidad
de implementar su proyecto estratégico de desarrollo capitalista.
No se perciben ambas categorías como excluyentes, ya que pueden darse una
combinación entre un conjunto de condiciones estructurales y unos actores que
frente a ellas reaccionen en la búsqueda de sus intereses particulares. De igual
forma, no puede negarse la importancia de la ideología, que sigue operando de
forma desigual en las organizaciones de los grupos armados ilegales, teniendo
así un determinado impacto. Es importante visualizar ambos tipos de causas
de forma que se logre desarrollar un lente híbrido que permita diferenciar los
efectos de la estructura sobre la práctica de los actores y la forma en que ellos
actúan frente a los diversos escenarios del conflicto, defendiendo también sus
propios intereses.
Con respecto a los actores, es preciso diferenciar un escenario nacional y otro
internacional. En el primer caso, se encuentran los actores que están directamente
relacionados con el conflicto como lo son los grupos guerrilleros (ELN), los
grupos paramilitares (AUC), el gobierno colombiano y la sociedad a través de
expresión de opinión pública, el esquema de clientelismo soporte de la actividad
política, la asociada a los sectores más empobrecidos desde donde hoy opera el
margen no legítimo (aceptando la expresión de Weber, 1993) y, una gran capa
de población, mayoritaria si se mide desde la abstención en la participación en
las elecciones.
Finalmente, un segundo caso, aunque con poca fuerza, se puede observar algunos
nuevos actores de carácter internacional, estos están divididos en dos temáticas ge-
nerales: los Derechos Humanos en el que juegan un papel importante la Comunidad
Europea y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y, la CPI –Corte Penal
Internacional–. Otros son menos nuevos, pero ejercen presión a los problemas cuya
deriva es el conflicto colombiano: Estados Unidos como el actor más importante y
Venezuela como país garante y clave en el proceso de paz, actualmente no parece
que tenga una clara postura en relación con la paz y la insurgencia guerrillera en el
caso de ELN.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 107

3.3. Gestión internacional del conflicto

A continuación, se presentará un especial énfasis en el comportamiento y per-


cepción de la comunidad internacional frente a las características y desarrollo del
conflicto colombiano.
a) Estados Unidos. Estados Unidos se ha convertido en el actor imprescindible, en
parte por su propia política, la defensa de sus intereses y, en parte, porque el gobierno
colombiano sostiene una política de alineamiento con Washington, como salida a sus
múltiples problemas y sobre todo a la guerra que se prolonga indefinidamente. Por
ello, los temas claves de la vida nacional giran en torno a esta relación, entre ellos:
el conflicto armado, el narcotráfico y las políticas de integración, como el Tratado
de Libre Comercio (TLC).
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, hacia el 2005 la
proporción de exportaciones colombianas hacia Estados Unidos era del 40% y las
importaciones que recibía del 35%; estas cifras ponen de manifiesto la importancia
que el comercio de Estados Unidos tiene para Colombia. Así mismo, la lucha contra
las drogas ha sido fundamental en la agenda internacional, si bien el problema de
producción puede ser localizado en áreas específicas en Colombia, los insumos y el
consumo son aspectos que hay que abordar para poder hacerle frente al problema
de manera real y contundente.
En esta línea, los grupos armados son considerados terroristas por el gobierno
estadounidense, en razón a que la producción y la venta de narcotráfico es su prin-
cipal fuente de sostenimiento. Para luchar contra esto se creó el Plan Colombia en
1999, que contenía diez estrategias, que pueden ser sintetizadas en dos: la antinar-
cóticos y la económica (Ahumada y Álvaro, 2004). Este Plan permitió la confluencia
entre dos estrategias: antinarcotráfico y contrainsurgencia (antes estaban por sepa-
rado, ahora se unifican).
El nexo directo de Estados Unidos con el conflicto armado colombiano se debe
inicialmente al Plan Colombia, sin embargo, después del 11 de septiembre de 2001,
los grupos guerrilleros FARC y ELN son considerados como grupos terroristas y
bajo la política de seguridad nacional de EE.UU. se contempla el apoyo al gobierno
colombiano en la lucha y neutralización de las guerrillas.
b) Países vecinos. El orden internacional fue reconfigurado a partir el 11 de sep-
tiembre de 2001 de las posteriores intervenciones de Estados Unidos en Afganistán
e Irak. Desde el 11-S el terrorismo ha tenido una gran influencia directa en la región
andina (Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela).
108 Francisco Jiménez Bautista

- Por un lado, la guerra contra el narcotráfico iniciada desde la década de los


80 que ha sido también una fuente de presión por parte de Estados Unidos
hacia dicha región.
- Por otro lado, es preciso tener en cuenta la inestabilidad sociopolítica que
presentan los países que conforman el área, además, de una crisis económica
y política, y un descontento generalizado de sus habitantes expresado en va-
rios movimientos políticos. Los países andinos, además, comparten ciertas
dificultades y problemáticas internas en especial la debilidad estatal y los altos
índices de corrupción.
Colombia comparte 6.000 kilómetros de fronteras, repartidas entre los límites
con Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá y Brasil. Estas, en parte por sus condiciones
geográficas (selvas tropicales, montañas y desiertos), han estado difícilmente aten-
didas por el gobierno colombiano también gracias a la ausencia de políticas y de
infraestructuras suficientes. Esto ha permitido que los actores armados, narcotrafi-
cantes y traficantes de armas logren establecerse y transitar por dichos corredores.
Así los actores armados, por ejemplo, han usado las poblaciones fronterizas para
refugiarse de la fuerza pública y allí cometer múltiples delitos como el secuestro de
habitantes de dichos países y el tráfico de drogas.

3.4. Resultados y futuro

Frente a la construcción del post-acuerdo es preciso afirmar que la paz es un


proceso multidimensional que implica la articulación tanto a nivel macro como mi-
cro, su construcción no puede observarse únicamente desde el nivel gubernamental,
sino que también se debe en cuenta a las experiencias que se encuentran dentro de
la sociedad civil (Marquardt, Martínez y Sánchez, 2018), la paz en Colombia se ha
vuelto híbrida, una paz híbrida (Jiménez, 2018).
Desde el nivel gubernamental se debe hacer especial énfasis en la Política
de Seguridad Democrática que desarrolló el presidente Álvaro Uribe y que está
caracterizada especialmente por una respuesta militar frente a las acciones de las
guerrillas. No obstante, desde el año 2003 se inició un proceso de negociación con
las Autodefensas Unidas de Colombia, el cual logró un proceso de desarme, des-
movilización y reintegración de más de 30.000 combatientes. Para ellos se creó un
marco normativo de alternatividad penal materializado en la Ley de Justicia y Paz
(Ley 975 de 2005) aprobada por el Congreso Nacional en el año 2005.
Por otro lado, se ha iniciado un proceso de acercamiento con el grupo guerrillero
ELN, con el que se ha dado una extensa historia de intentos de negociación con los
anteriores gobiernos, sin llegar a resultados contundentes. El actual proceso se está
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 109

realizando en La Habana (Cuba) y cuenta con la presencia y el apoyo de múltiples


actores de la Comunidad Internacional y la Sociedad Civil.
Por último, se evidencian múltiples iniciativas (Castro, Duque y Sánchez, 2018)
por parte de organismos no gubernamentales y organizaciones de víctimas que se
movilizan en la defensa de los Derechos Humanos y la denuncia de las violaciones
perpetradas por todos los actores armados y el Estado. Aunque estas últimas son
más difíciles de visualizar, nos propondremos realizar una observación exhaustiva
de estas iniciativas de construcción de paz desde la base, ya que desde ellas se activa
realmente un proceso de reconciliación (que trabaja el meta-conflicto).

4. El caso colombiano desde la perspectiva transcend

Partimos del triángulo: diagnóstico, pronóstico y terapia:


- Diagnóstico: alta anomia con una falta e incongruencia de normas sociales
lo que provoca una destrucción de las culturas y destrucción sistemática de
las estructuras.
- Pronóstico: una siempre creciente violencia y corrupción en todos los grupos
sociales.
- Terapia: un trabajo intenso de reconstrucción cultural, ampliar las comuni-
dades y las zonas de paz.

a) Diagnóstico
Señalamos algunas perspectivas que no se excluyen entre sí:
1. Un caso extremo de poderes fácticos (latifundistas, militares y paramilitares),
un poder altamente jerárquico y explotador. Si perteneces a un sindicato, el
terrateniente te echará de la tierra y el paramilitar te asesinará. El resultado
es violencia desde abajo (guerrillas, FARC y ELN) y contra-violencia desde
lo alto (paramilitares), en frentes móviles de guerra civil encubierta. Sabemos
que es más complejo, pero grosso modo es la estructura de la violencia en la
que vive Colombia.
2. Un sistema bipartidista que lleva a cabo objetivos políticos del siglo die-
cinueve, incapaz de absorber en el espacio público y en el debate político,
la democracia social, instancias verdes, comunismo (guerrilla) y fascismo
(paramilitares) y otros enfoques políticos que puedan ser alternativos.
3. Después del homicidio del líder político Gaitán, el 9 de abril de 1948, se
desencadenó una Guerra Civil (conocida en la historia colombiana como
110 Francisco Jiménez Bautista

La Violencia), en la cual se asesinaban impunemente a aquellos que votaban


a la parte contraria.
4. Un caso extremo de tráfico de droga, con Colombia como proveedor, produce
enormes ganancias para los hombres claves del poder, a lo largo de ciclos eco-
nómicos altamente violentos. La droga permea a toda la sociedad y garantiza
la corrupción, en una sociedad donde los colombianos se han convertidos en
transeconómicos (personas con un gusto de rico pero atrapados en un cuer-
po de pobre), esa realidad transforma y genera una violencia híbrida (como
amalgama de las distintas formas se violencia (directa, estructural, cultural
y/o simbólica).
5. El espacio público se ha convertido en un campo de batalla anárquico y
corrupto, entre los distintos grupos dentro de la sociedad.
Los últimos tres puntos (3, 4 y 5) podemos realizar una profundización, que
tiene que ver con:
6. Un caso extremo de disolución de las normas, de los valores y de la cultura
social que regulan los comportamientos en el espacio público, con la impu-
nidad de los homicidios: anomia.
7. Un caso extremo de disolución del tejido y de la estructura social, del espacio
público con fragmentación y atomización de la sociedad colombiana.
Estas condiciones producen violencia (directa, estructural, cultural y/o simbólica
e híbrida), corrupción, fortalecen la cadena productiva de la droga (productores,
distribuidores y consumidores), y la formación de grupos violentos que actúan como
sectas, en los cuales la gente encuentra una guía y un tejido social.
Resultado final, una crisis social total: Colombia no es ya una sociedad vital, sino
una sociedad de «noconciliación».

b) Pronostico
La dialéctica entre una extrema verticalidad y una extrema disolución de las
estructuras y de la cultura del espacio público, determina una violencia endémica;
la prognosis debería considerar un ulterior desarrollo de la violencia hacia un nivel
pandémico, que convive con la violencia híbrida (amalgama de todas las violencias).
Los militares/la policía, siendo parte de un espacio público, más que de la so-
lución son parte del problema, como posible causa de su forma de actuar, de aquí
el papel preponderante realizado por los paramilitares como espacios privados que
actúan en un espacio público.
El paso siguiente podría ser una intervención internacional (1os Estados
Unidos en colaboración con otros países latinoamericanos, además, ONU, OEA o
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 111

UNASUR), tornando la existencia de la guerrilla de izquierda, del narcotráfico y/o


las incursiones armadas en países vecinos, como justificaciones de la intervención
armada. El resultado podría ser un atolladero evidente como Vietnam o latente
como Bosnia, Irak, Siria, etc.

c) Terapia
Los remedios dependerán del diagnóstico elegido. Cualquier remedio generado
u orientado sobre un solo factor está destinado al fracaso, por lo siguiente:
1. El paradigma de un pacto entre los gobiernos y los guerrilleros, presupone
culturas cohesionadas (rendir honor a una promesa) y estructuras cohesionadas
(estar obligado con los demás). No es este el caso bajo la anomia. Además,
existe la tentación de ver un pacto como un fin, no como un medio. Punto
general: busquemos más hechos y menos pactos. Tenemos necesidad de menor
y no de mayor fe en los pactos.
2. También el paradigma político del multipartidismo personalizado puede ser
contrastado, rindiendo las elecciones más rituales y el parlamento menos
relevante.
3. El paradigma legal (más policía, aumento de los castigos) presupone estruc-
turas cohesionadas y culturas que comparten el espacio público.
4. El paradigma de la guerra a la droga (crimen organizado) tiene sentido solo
si es enfrentado eficazmente todo el ciclo económico del narcotráfico, in-
cluyendo, junto con las sustancias químicas y el transporte aéreo, las causas
radicales de la demanda (como la anomia de los países consumidores como
los Estados Unidos, España,…). El problema es encontrar sustitutos econó-
micos para hacer de la paz una realidad remunerativa. ¿Existe la certificación
por parte de los países productores de los esfuerzos EE.UU. para combatir las
causas de la demanda de droga?
5. El paradigma institucional, que tiende a dotar un espacio público con insti-
tuciones que operan honesta y eficazmente, es neutralizado por la anomia,
y por una policía y un ejército sobre los cuales pueden alimentarse grandes
dudas.
6. El paradigma del Plan Colombia, dejando progresivamente el trabajo a los
Estados Unidos y a la OEA (Organización de Estados Americanos), puede
crear a largo plazo, dependencia y colonización.
Por último, un punto general: más hechos, menos pactos; menos fe en los pactos y
en los acuerdos. No rechazando tales enfoques, un abordaje completo de la compleja
problemática de la anomia es de todos modos indispensable. El problema funda-
112 Francisco Jiménez Bautista

mental es cómo construir una sociedad civil para vivir en paz. Pero para esta tarea
es necesario trabajar duro en los siguientes apartados:
1. Contra la anomia: (re)crear un sentido de normas vinculantes y valores; o la
misión que está llevando de forma intensa la Iglesia –en particular para los
sacerdotes jóvenes, para la escuela y la familia– en cuanto agentes cardinales de
la socialización en una sociedad con un comportamiento (que no conducta)
corrupto. La cuestión es (re)crear las reglas del movimiento en un espacio
público, comenzando por normas tales como «No debes matar» y «No debes
robar» y con los valores de la solidaridad con el pobre, rechazando el análisis
egoísta del costo-beneficio y el individualismo materialista de la economía.
Una moral social y una dirigencia mundial necesitan ser sostenidas, a través
de micro-revoluciones, creando nuevas realidades que puede ser una solución
en Colombia.
2. Contra las malas acciones: (re)crear el tejido social en el espacio público,
diseñando una tupida telaraña de ONG de diferente tipo que se cruzan,
con adhesiones múltiples, no olvidando los parientes, amigos, colegas de
trabajo y los compañeros de fe, que sirven como canales para las normas de
solidaridad. Estas malas acciones construye una cultura de la mediocridad, o
mejor aún, una cultura de la supervivencia ante el medio que nos rodea, las
dificultades para llegar a cubrir las necesidades básicas, donde las preocu-
paciones diarias tienen que ver con el pago de la pensión del hijo, el pago de
los servicios públicos que pueden ser cortados por la falta de pago, el pago
del seguro de salud o la obtención de un cupo en el Sisben (sistema adoptado
por el Gobierno de Colombia para brindar salud a los pobres).
Esta cultura del rebusque nos puede llevar a ser oportunistas, a querer obtener
las cosas de forma más ligera y excluir a los demás, por eso a los colombianos no
les gusta hacer cola en los bancos, no respetan el paso de cebra en las calles, ni el
semáforo amarillo, en lugar de «prepárese» como en cualquier parte del mundo,
en Colombia significa: «¡Acelere, rápido, pase!». En cualquier país –sea Suecia– se
cae la moneda al piso es honorable entregarla a su dueño o llevarla a la policía, en
cambio si en Colombia se cae una moneda al piso «De malas el que la perdió, bien
pendejo si no la coges».7
Además, podemos añadir algo más:
1. Aumentar la capacidad de tratar los conflictos en todos los niveles sociales,
ampliando los repertorios de conflicto, utilizando la Iglesia, la universidad,
la escuela y las transmisiones televisivas y radiales, cada semana, por años,

7
Escribir estas cosas no son fáciles, son situaciones dolorosas, pero tenemos la obligación de
señalarlo y aceptar estas situaciones. Mientras no se supere esta comportamiento (que no conducta)
del oportunismo desde toda la sociedad no se podrá iniciar el camino de la paz.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 113

con el objetivo de combatir la ignorancia sobre el conflicto y formación en


una Cartografía de paces (Jiménez, 2018).
2. Dar poder a las mujeres y a los jóvenes como operadores de conflicto y de
la paz, formándolos como mediadores (¿por medio de una Escuela de Alto
Gobierno?).
3. Introducir la Educación para la paz y de los conflictos en las escuelas, po-
niendo a disposición de los estudiantes textos con 50-100 historias de eventos
noviolentos y de gestión creativa de los conflictos, como ejemplos para la vida
(Rosenberg, 2011).
4. Introducir el Periodismo para la paz, o en palabras de Galtung, reporteando
conflictos (Galtung, Lynch y Goldrick, 2006) en los medios de comunicación,
focalizando más en las raíces de los conflictos y sus posibles éxitos y proce-
sos, y menos sobre el meta-conflicto violento y el vencedor, concentrando
la atención más sobre la gente común y menos sobre las elites. Como señala
Cristina Ávila para el caso de México,
«Hilvanar las muchas historias del horror que se entretejen en mi país fue un
trabajo sumamente doloroso, pero al mismo tiempo fue una labor esclarecedora de
mi profesión […] de pronto caí en la cuenta de que la violencia también tiene una
semántica y una sintaxis, y que es a través de un ‘arsenal de imágenes y palabras’
que nos llega al supuesto ‘retrato cotidiano del mundo’ por los grandes medios de
comunicación» (Ávila, 2017: 17).

Aunque últimamente observo un exceso de exhibición del trauma. Buscar un


equilibrio en compartir historias sobre cómo sanar a las personas. Es decir,
cuando se plantea una historia de lo que significa lidiar con determinadas
experiencias y cómo se han desarrollado distintas prácticas durativas, eso,
creemos, es lo que la gente necesita. Pensamos que hay tanta evidencia en
el mundo sobre supervivencia y recuperación que repetir eso no te ayuda.
Revivirlo no te ayuda.
5. Crear zonas pacíficas sin armas, sostenidas por confederaciones de munici-
pios y por las ideas anteriormente mencionadas; promover las zonas de paz
teniendo en cuenta los próximos puntos e introduciendo en las mismas, la
protección internacional, al estilo de zonas neutrales (López y Jiménez, 2004)
como las Comunidades de Paz de San José de Apartadó (Antioquia).
6. Para el Peacekeeping internacional, con la ayuda de los países vecinos utili-
zar la doctrina de Sun Tsu, mejor que aquella de Von Clausewitz. Se usen
conjuntamente la policía, la noviolencia y la mediación, con muchas mujeres
como peacekeeper, rechazando cualquier intromisión o injerencia de EE.UU.
7. Verdad y reconciliación siguiendo las directivas de la experiencia sudafricana,
preferiblemente a la centroamericana, utilizando los tribunales, las iglesias,
114 Francisco Jiménez Bautista

la psicología y los medios de comunicación para trabajar en la conciliación


dentro de la sociedad colombiana.
8. Promover líneas económicas (como café, cacao y aguacates hass) siguiendo
criterios productivos modernos que posibiliten mayores ingresos para los
trabajadores/productores y eliminen los intermediarios.
9. Establecer economías de subsistencia basadas en el microcrédito tecnologías
apropiadas, cooperativas, paralelamente a una economía de crecimiento.
10. Como parte de la lucha contra la anomia, atacar las patologías de la cultura
colombiana, como el machismo, homofobia y el culto a la violencia directa.
11. Crear niveles de seguridad interna mas elevados, re-cualificando y formar la
policía y el ejército para todas las tareas antes mencionadas.
12. Usar los Derechos Humanos, incluidos los derechos económicos, sociales y
culturales, como líneas morales que guíen la construcción de una democracia
vibrante.
Todo esto debe ser hecho paralelamente –es decir, simultáneamente, no por
etapas– para crear una sociedad donde se pueda trascender este conflicto de clase
tan profundo.
Esta la conclusión de un observador académico, que en definitiva es mi valora-
ción general, reconozco que no veo muchas señales –incluso con los colombianos
que hablo no enfrenta la realidad con coraje– de muchos años de «patear» Colombia,
desde Tibú en el norte a Mocoa en el sur, de entrevistarme y hablar con todo tipo de
personas, a esto hay que añadir mi sentido común que nos señala que el proceso de
paz (que no postconflicto) sigue en una deriva peligrosa.
La violencia está tan naturalizada que ha trascendido al conflicto, ataca a la
población y todo se ha vuelto vulnerable. La violencia al igual que el cáncer (como
sinónimo de violencia) ha evolucionado hacia una violencia híbrida que acabó
cronificandose dentro de toda la sociedad. La enfermedad –la violencia– ya ha
hecho metástasis y la metamorfosis plena en la mayoría de la cultura de Colombia,
no sabemos que es una vida sin el orden de la violencia y lo que ella aporta, ya no
sabemos vivir sin ella: la violencia.
El problema son los colombianos (hombres y mujeres), cómo ha puesto de
manifiesto el referendo colombiano sobre la corrupción con más de 11,6 millones
de personas que acudieron a las urnas. No llego a la tercera parte del electorado, con
un total de 36 millones de colombianos estaban autorizados a votar. A esto hay que
añadir el anterior plebiscito de los colombianos a decidir con el 50,2% al rechazar
los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC.
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 115

Quizás hemos descubierto que la violencia no es objetable, sino que vive en la


inconformidad del ser humano, en sus imágenes mentales representadas en modelos
de narcotráfico, desigualdad económica, corrupción, injusticia social y abuso fami-
liar. Cuando el pueblo colombiano aprenda a nominar a los actores de un conflicto
armado finito (cómo ha demostrado los Acuerdos de La Habana en 2016), los que
se sienten vencidos o vencedores por sed de venganza o poder generan una nueva
utopía que se funda en una moralidad cívica, carente de ética, pero superalimentada
por imágenes de dolor que se llaman injusticias. Colombia es un país de injusticias.
Colombia es un país de «noconciliación».8
Estos planteamientos de la no conciliación, no-conciliación y noconciliación, pue-
den relacionarse de forma coherente con la no violencia, no-violencia y noviolencia,
al estar relacionadas con las formas de violencias (directas, estructurales y culturales
y/o simbólicas), lo que nos llevaría a la construcción de una violencia híbrida que
busca una paz híbrida, en un mundo de guerras híbridas, como pone de manifiesto
la Figura III.3., cómo secuencia conceptual.

Figura III.3. Diferencias entre no violencia, violencias y no conciliación.

Violencia Directa No violencia No conciliación


Violencia estructural No-violencia No-conciliación
Violencia cultural Noviolencia Noconciliación
Violencia simbólica
Fuente: Jiménez, 2018.

Podemos pensar que las violencias o los conflictos (nunca postconflicto) no


tienen solución (neutralizarlas al máximo), sino que vivir el eterno retorno de
la agresividad. Tenemos muchas preguntas y pocas respuestas ciertas. Debemos
desarrollar capacidades y habilidades de gobierno que proponga un modelo an-
tropológico cultural que hablen de mitos, símbolos e imágenes no fundadas en el
valor económico sino en el respeto a la persona y su dignidad humana, que pueda
neutralizar progresivamente nuestro dolor –el dolor de los colombianos, que yo
me sumo– con una Educación para la paz neutra, que nuestra inconformidad se
transforme en una vida digna, con libertad, amor, igualdad de oportunidades,
con justicia social, con un Estado social y democrático de derecho, dónde la cos-
tumbre y la ética vallan de la mano y construyan la posibilidad de conciliar una
convivencia pacífica.
8
En Investigación para la paz, se habla de reconciliar (que trabaja el meta-conflicto) hacer que
dos o más partes vuelvan a ser amigas. Colombia es un país de extremos. Concilar (Del lat. Conciliare)
sería unir o asociar, poner de acuerdo o dos personas o cosas que están enfrentadas (RAE, 2017), que
visto el referendo sobre la corrupción y el plebiscito sobre los Acuerdos de Paz de La Habana, nos
confirma esta nueva categoría de noconciliación que conecta con las violencias culturales y simbólicas.
Colombia vive en la suma de todas las violencias, que hoy llamamos «violencias híbridas».
116 Francisco Jiménez Bautista

5. A modo de conclusión

1. A lo largo del presente capítulo son muchas las ideas que ya hemos expuesto
desde una rigurosidad científica y complejidad que implican todas estas
teorías. Los Estudios sobre los conflictos van cobrando cada vez más impor-
tancia y se conforman como uno de las temáticas más importantes dentro de
la Investigación para la paz y Estudios de la paz, como pone de manifiesto el
gran número de publicaciones que se realizan al respecto.
2. El método Transcend no pretende llegar a la paz «como primer objetivo», si
no que el objetivo sea que cada paso que se realice, suponga la dirección que
lleve a la paz. La paz más que una realidad tiene que ser un referente utópico,
un proceso.
3. El método Transcend, es transcendental, ambicioso, práctico y realista: a)
Transcendental, por que intenta ofrecer una perspectiva a las partes en con-
flicto para que se pueda llegar a un acuerdo que satisfaga, en la medida de
lo posible, a ambas partes; b) Ambicioso, porque presupone una disposición
por ambas partes, a buscar una solución, acuerdo, paz, en todos los niveles,
erradicando prejuicios, estereotipos, venganzas, rencores, aunque se procu-
re Educar en valores; c) Práctico, porque plantea unos pasos concretos que
pueden por ambas partes en tiempo y en forma para llegar a un punto de
acuerdo, no exento de tensión, pero que expresa una paz neutra; d) Realista
porque puede ser factible dentro de las posibilidades, limitaciones, de ambas
partes en conflicto.
4. Para aprender a construir las paces necesitamos desaprender las violencias,
y si se alcanza este cambio subjetivo, de forma natural podríamos ver como
cada ser humano puede alcanzar su desarrollo personal y se convierte en un
instrumento facilitador de contextos con características cívicas de paz desde
su propia realidad.
5. Existe al mismo tiempo diferentes formas de poder abordar un conflicto,
en nuestro caso el conflicto colombiano. No obstante, parece ser que la
trascendencia-transformación se está convirtiendo en el modelo útil para
plantear alternativas a muchos conflictos. Nos dirigimos hacia una nueva
concepción de conflictos que nos permiten concebirlos positivamente en
función de cómo sean regulados, gestionados, transformados y transformarlo.
Este hecho es muy importante, ya que perdemos la imagen negativa de los
conflictos basada en la destrucción y la violencia y toma lugar una nueva
imagen basada en las alternativas y las posibilidades positivas y creativas.
6. La violencia en Colombia es un fenómeno múltiple, añejo y protéico que se
remonta hasta el descubrimiento, conquista y colonia y que se repite con le-
tales efectos en la comunidad colombiana hasta nuestros días, convirtiéndose
Capítulo III. El Método Transcend: el caso de Colombia 117

en telón de fondo de la historia nacional. Esa violenta insensata y persistente


ha permeado de tal manera los espacios y tiempos del acontecer nacional
que ha devenido en una Cultura de violencia lo que conlleva necesariamente,
de un lado, una gran dificultad para definirla pues en Colombia tiene una
compleja superposición de sentidos, y de otro, dificulta en grado sumo un
proceso de paz y reconciliación nacionales. La paz en Colombia no es posible
sin equidad social (Jiménez, 2016b). Ya que es un país incrustado en una
violencia híbrida.
7. La violencia a la que nos referimos en Colombia no es la que se produce
aisladamente sino aquella que acontece con elevados índices e inusitada
frecuencia en los diferentes aconteceres sociales (económicos, políticos y
culturales), violencia que han permeado nuestras cotidianidades creando así
una cultura que se manifiesta en casi todas las actividades, desde el lenguaje
mismo hasta el uso de múltiples formas de violencia para dirimir querellas
o discrepancias sin que la Justicia Estatal actúe contra ella de manera pronta
y eficiente.
8. La violencia en Colombia es múltiple, poliforme y ubicua y la cultura de la
violencia tiene una serie de indicadores estructurales (propios de la natura-
leza de la violencia), mentales (tendencia y disposición a la violencia) y de
ausencia de normas (anomia social) que la pudieran limitar. La violencia
es persistente y abarca casi todas las órbitas de la vida social. Esa esencia,
esa realidad y esos ropajes hacen relación con los factores estructurales de
la violencia en Colombia, entre los que podemos señalar su ubicuidad, una
disposición arraigada a la violencia y una tendencia al uso de la violencia
extrema para solucionar problemas elementales.
9. En cuanto hace relación a los esquemas mentales que indican arraigados siste-
mas de pensamiento, y permanencia de conceptos estimulantes que propician
la violencia en el imaginario colectivo colombiano, hay que destacar el ansia
de destrucción del enemigo, la tendencia a la intolerancia y al maniqueismo
y el culto al hombre fuerte.
10. Uno de los planteamientos erráticos es evidenciar sólo la utilización de un
método científica clínico para solucionar algo que no se ubica en el com-
portamiento patológico. Aquí reivindicamos una postura neutra al intentar
buscar equilibrios que nos ayude a evidenciar en determinadas situaciones
de los conflictos que puede haber un choque de posiciones antropológicas
(Antropología de la Neutralidad y Antropología del Conflicto), manifestadas
todas ellas en la cultura pero que en el fondo lo único que manifiestan es la
mala distribución histórica de los recursos en el valor de la tierra (que puede
ser un valor económico dominado por los Imperios) (Hardt y Negri, 2000).
Las estructuras de poder se hacen frágiles por el encuentro con otras visiones
y generan el afán por controlar el poder bajo cualquier escudo que nuestra
118 Francisco Jiménez Bautista

cultura manifieste, como se puso de manifiesto en la política de Seguridad


Democrática.
Por ello, una Antropología de la neutralidad es una utopía, ya que nada es neu-
tral. Pero trabajar por un mundo dónde viva la neutralidad es un mundo de paz. La
Antropología no solo es la ciencia que estudia al ser humano sino que se encarga de
buscar los ‘por qués’, los ‘cómos’ y todo lo que conlleva, hasta ir configurando una
Antropología del conflicto. Sabemos que la cultura es neutral aquella que se carac-
teriza por las amalgamas, los eclecticismos, los mestizajes en las relaciones sociales,
es decir, aquella en la que se da la paz neutra, la cual sustituye la aceptación de la
violencia por la legalización de la paz, fundamentándose en el diálogo y la empatía
en el «otro».
Por último, es muy difícil ir en contra de la ciencia, que ha hecho de si misma
el criterio y la clave interpretativa en nuestra sociedad. Pero es posible y necesario,
desde los Estudios por y para la paz, comenzar a reconstruir una nueva concepción
de la ciencia vinculada a valores y, concretamente, al valor de la paz y los Derechos
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