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I CONCURSO DE CUENTOS

TEMA: “La salud humana es el reflejo de la salud


de la tierra, cuidemos la tierra”.

Autor : CLIVER NANDO


JILARE CARI
Azángaro, abril del
IEP 2024 de Huanca
: 72723 Señor

LA RANITA MENSAJERA

Cuentan los abuelos, que en tiempos antiguos, a las faldas del apu Misk'iunu
existía un pueblito del mismo nombre, donde habitaba, gente trabajadora, que vivía
de la agricultura y la ganadería. Al pie del peñasco, brotaba a borbotones agua
cristalina, parecía nunca acabarse, se almacenaba en una laguna, el agua era tan
pura como la nieve, se veía azul como el cielo mismo, a las orillas de la laguna
vivían felices hermosos pececillos multicolores, las ranas croaban furiosamente;
plantas como el saqarara, el oqoruru, llantén, totorilla, llachu y una variedad de
plantitas, parecía el paraíso mismo. Los animales bebían de él, los pobladores todas
las mañanas recogían agua en cántaros para su alimentación, al medio día bajo el
sol resplandeciente los niños chapoteaban en sus dulces aguas de la laguna de
Misk'iuno.
Cuentan los abuelos que no se podía recoger agua después del mediodía
porque sus aguas del Misk'iuno eran encantadas, no podían pescar ni arrancar sus
plantitas, porque tenían la idea de que si lo hacían les causaba dolores de cabeza y
no les alimentaria, es más, aun peor, el agua de la laguna se secaría poco a poco.
Los pobladores respetuosos de sus apus y su Taita Inti, nadie recogía hierbas ni
agua después del mediodía, así vivieron cientos de años. Los pobladores tenían un
respeto muy sagrado a su laguna, al punto que nadie podía arrojar siquiera una hoja
marchitada.
Un día llegaron al pueblo cuatro forasteros montados en sus caballos blancos,
después de varios días de permanecer en el pueblo, los forasteros vieron que el
pueblo tenía agua en abundancia, las mujeres iban temprano a recoger agua de la
laguna, los niños chapoteaban al medio día en sus aguas, la gente vivía de su
ganado, y sus chacras florecían como verdaderos jardines. Los forasteros reunieron
a los pobladores y les preguntaron: ¿Por qué recoger agua solo antes del medio
día? ¿Porque no pescar los peces de la laguna?, ¿Por qué no coger las plantas que
crecían en sus orillas?. Un sabio anciano le respondió – no hacemos esas
cosas porque respetamos a nuestra naturaleza, el agua es fuente de vida,
debemos criar el agua como si fuera un verdadero niño, para así poder tenerla
para siempre. El forastero se rió; jaaa ja jaa ja ja, y dijo con voz burlona –
TONTERÍAS, SON CREENCIAS, EL AGUA NO SE ACABA, EL AGUA NO SE CRÍA,
VEN COMO BROTA EL AGUA SIN DESCANSAR, les propongo llevar el agua hasta
sus chacras por canales pequeños, agua cerca de su casa, pescamos peces y se
alimentan mejor, de sus hierbas hacemos medicinas y nos curamos y vivimos más
sanitos. El sabio le dijo: si eso hacemos, el agua de la laguna se va a secar y
viviremos una hambruna, nuestro Taita Inti, nuestros Apus se enojaran y no
nos enviará lluvia y los campos se secarán. El forastero de contextura gruesa
dijo: - los campos ya no necesitarán lluvias si llevamos agua a las chacras para
irrigarlas. Los pobladores aceptaron que los forasteros les guíen y así fue, llevaron
agua a sus chacras, agua hasta la puerta de su casa, ya no había necesidad de ir
hasta la laguna por agua, en un principio los campos enverdecieron había mucha

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producción, la gente empezó a echar basura a la laguna, a sus riachuelos, orinaban
en ella, ya nadie respetaba las costumbres del pueblo ni cuidaban el agua.
En la laguna el agua empezó a bajar su cantidad, los peces empezaron a
morir, las ranas y los sapos ya no croaban, las plantas como el saqarara, el oqoruru,
llantén, totorilla, llachu y demás platas empezaron a marchitarse a falta de agua, la
gente empezó a enfermarse porque ya no había plantas medicinales, el agua de la
laguna cada vez más se iba secando y hacía falta el agua.
Por las noches se oía el croar de una rana, con voz triste, melancólica,
parecía lamentarse de lo que estaba pasando.
La gente empezó a sentir la falta de agua, y pidieron ayuda a los forasteros
para tener más agua, uno de los forasteros dijo: vamos al peñón, hagamos un hoyo
más grande de donde brotará el agua más y más. La gente con palas, picos y
demás herramientas empezaron a escarbar el ojo de agua con la idea de
ensancharlo, pero el agua seguía brotando igual que antes, cansados, al atardecer
se fueron con la esperanza de volver el día siguiente y hacer un hoyo aún más
grande. El sabio les dijo: - eso es en vano el agua no saldrá más, solo se
secara, nuestros apus se están enojando el castigo pronto llegará, como si
presagiara la catástrofe que se venía.
Al día siguiente, grande fue la sorpresa al ver que el peñón ya no tenía forma
de rana y el agua ya no brotaba igual, brotaba cada vez menos, y así pasaron varias
primaveras, el agua brotaba cada vez menos, en el campo ya no caía lluvia, los
campos se secaron, la laguna se secaba, las aves ya no trinaban como antes,
parecía el final de todo, la gente y los animales se morían de hambre y sed, la gente
presagiaba que era el fin del mundo, oraban a sus apus, ofrecían pagos, ruegos,
sacrificios, todo era en vano y la lluvia no regresaba, la laguna seguía secándose
cada vez más.
El anciano sabio, cada atardecer se iba a la cima del cerro donde se
encontraba el peñasco a ofrecer sus oraciones y pasada la media noche volvía,
cada vez sin esperanza. En una ocasión el anciano se había quedado dormido en la
cima del cerro, en sueños el Taita Inti le dijo; - para salvar a tu pueblo de la sequía y
castigo de los Apus, deben volver a CRIAR EL AGUA, para ello recoge un poco de
agua de la laguna, lleva a tu casa para criar y haz crecer hasta que este lo
suficientemente grande, luego lo llevas al peñasco y volverá a brotar el agua como
antes, pero debes recoger el agua a la media noche en luna llena, El sabio espero
que llegue la luna llena y esa noche a la hora indicada cogió su pequeño cántaro y

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fue a recoger agua, una vez recogida regreso a su casa, al amanecer vio que en su
Jarra había una pequeña ranita, quiso sacarla, pero ella muy ágil no se dejaba
coger, entonces recordó la frase “DEBEN VOLVER A CRIAR EL AGUA” y pensó
que la prueba era criar la ranita, en ese momento ubicó en un rincón donde había
unas piedras, ahí la ranita se quedó a vivir, pero cada vez que echaban basura o
desperdiciaban el agua, la ranita se ponía a llorar triste como si se lamentara, y, el
agua de la laguna se secaba más rápido que antes. Al ver esta actitud de la ranita, el
sabio empezó a predicar en el pueblo, que ya no deben ensuciar el agua, que
deben cuidar, solo usar lo necesario.
A la gente le costó creerle al sabio, cada vez que volvían a ensuciar o
desperdiciar el agua, la ranita lloraba. Incrédula la gente fue hasta la casa del sabio
para ver a la ranita, entonces la gente vio como la ranita se sentía feliz, saltaba de
un lado para otro, cuando cuidaban el agua, y lloraba cuando lo ensuciaban o
desperdiciaban. El sabio les dijo: - los Apus me dijeron que CRIARA EL AGUA,
pero solo estoy criando una ranita, para que crezca esta ranita todos debemos
comprometernos a cuidar el agua “CRIAR COMO ANTES” CUIDAR Y RESPETAR.
La gente conmovido con la actitud de la ranita, volvieron a cuidar la poca agua que
quedaba en el Misk'iuno, pasaron varias luna llenas, una mañana el sabio vio que la
ranita había crecido tanto, a la media noche decidió llevarlo al peñasco, cuando
llegó, arrojo a la rana, y esta se pegó a la roca que se transformó tomando la forma
de una rana, y el agua volvió a brotar como antes, volvieron los peces, volvió la
lluvia, el campo verde, la laguna volvió a ser como antes, la gente aprendió a cuidar
el agua. Volvieron a vivir como antes, los forasteros aprendieron a respetar las
costumbres del pueblo.

DATOS INFORMATIVOS

1. Nombres y apellidos : CLIVER NANDO JILARE CARI


2. Domicilio : Azángaro
3. Correo : --
4. DNI : 80928110
5. Nº de Cel. Del Tutor : 971900236
6. Docente tutor(a) : Livia Alejandrina Mendoza Montesinos
7. Título del trabajo participante : “La Ranita Mensajera”

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8. IE a la que representa : 72723 Señor de Huanca

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