Está en la página 1de 10

"Un profesor me dijo que al entrar a clase se pone más cerca de

la puerta, por si tiene que salir corriendo": el preocupante


aumento de las agresiones que sufren los profesores en todo el
mundo

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Alicia Hernández / BBC News Mundo

“Siento una presión fuerte en el pecho. Me ahogo. Siento que me


voy a caer. Ni siquiera sé dónde estoy”.

Dos semanas después de escribir eso, Lee-Min so, una maestra


de primaria de Corea del Sur, se quitó la vida. Aunque el suicidio
es un suceso multifactorial, su familia encontró en sus diarios
que estaba abrumada y acosada por los padres de sus alumnos.

Esto desató una ola de indignación entre los docentes del país,
que exigieron más protección.

Es la cara más extrema de un problema que viven los profesores


en todo el mundo: el aumento de agresiones y presiones por
parte de padres y alumnos.
En Inglaterra, por ejemplo, casi uno de cada cinco profesores
fue golpeado por un alumno este año, según los datos de una
encuesta encargada por la BBC en la que se preguntó a 9.000
docentes en los últimos dos meses.

Una mirada más cercana al mundo hispanohablante, revela lo


mismo.

En España, una profesora de secundaria de un centro de


Valencia recibió patadas y puñetazos de un alumno hace un
mes. En Bogotá, una profesora denunciaba por redes una brutal
golpiza por parte de una alumna en su centro, tras solicitarle
que no usara el celular. En Santiago de Chile, un profesor quedó
inconsciente tras darle una paliza un estudiante al que
comunicó, junto a su madre, que repetiría curso.

Y se trata de una preocupante tendencia al alza.

Más agresiones que hace dos años

Pie de foto, Lorraine Meah ha sido profesora durante 35 años y ha visto cómo los malos
comportamientos aumentaron incluso entre los más pequeños.

Lorraine Meah ha sido maestra de escuela primaria en Reino


Unido durante 35 años, los últimos 5 como suplente, porque le
da más flexibilidad. En los últimos años, dice, el
comportamiento de los estudiantes ha empeorado.
Cuenta que ha visto a alumnos en edad de guardería "escupir e
insultar" y que el peor comportamiento lo mostraban niños de 5
y 6 años con "tendencias peligrosas" como tirar sillas.

“Cuando en una clase de 30 niños tienes tres o cuatro que


muestran un comportamiento desafiante, es difícil lidiar con
eso”, le cuenta Meah a la BBC.

En Chile, el Colegio de Profesoras y Profesores, que cuenta con


más de 100.000 afiliados, realizó un sondeo que arrojó que el
86,8% de los docentes fue víctima de insultos y amenazas
hechas, principalmente, por estudiantes y apoderados, es decir,
padres, madres o representantes.

En el país austral, ven cómo estas situaciones se han casi


duplicado desde 2018.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto, El vínculo entre profesores y alumnos se ha deteriorado.

Para María Elena Duarte, psicóloga chilena especializada en el


área educacional y clínica, una de las causas detrás de este
fenómeno es el cambio en cómo se percibe la escuela y el
vínculo entre los docentes y el alumnado.

“Antes era un espacio al que se le tenía respeto, aunque ese


respeto tenía que ver, desde mi perspectiva, con autoritarismo
y, en algunos casos, con maltrato. El fin de ese modelo está
bien, pero, con el tiempo, hemos pasado a otro en el que la
escuela pierde todo significado como institución", sostiene.

Duarte cree que el acceso actual a tanta información y


tecnología tiene algo que ver con esta pérdida de significado.

En un mundo en el que cada vez es más fácil acceder a


contenidos, las escuelas deben adaptarse y abogar por el
proceso de aprendizaje y desarrollo, y fortalecer el vínculo entre
profesores y alumnos, dice la experta.

"Como esto no pasa, como la escuela, en teoría, no da un valor


añadido, tenemos a muchos alumnos que nos dicen que asisten
a clase 'porque hay que', pero no quieren", dice.

A la vez, "se ha perdido el trabajo de potenciar el vínculo


emocional y afectivo entre profesores y alumnos", asegura.

"Por un lado, tenemos docentes saturados, cada vez con


condiciones menos óptimas para trabajar, sobreexigidos. Por
otro, alumnos desmotivados, que no quieren estar en clase...
Esto no ayuda a ninguna de las partes", sostiene.

Este cambio social ha llevado a que, en muchos casos, se pierda


el respeto, algo que en algunos lugares se trata de revertir a
fuerza de ley.

Por ejemplo, en diversas Comunidades Autónomas de España a


los docentes se los ha convertido en figuras de autoridad por
ley, como lo puede ser un policía. Por lo tanto, una agresión a un
maestro sube de nivel y es una agresión a la autoridad.

Pero esto no ha evitado que también en España hayan


aumentado las agresiones a los profesores.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto, Manifestación de docentes en Chile clamando, entre otras cosas, en contra de la situación de violencia en
las aulas.

Viejas agresiones, nuevos formatos


En España, el 91% de los profesores de la escuela pública
denunció problemas de convivencia en las aulas y 8 de cada 10
sufrió agresiones físicas o verbales, según un estudio realizado
por el sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de
Funcionarios.

Lo más frecuente son agresiones físicas como empujones,


golpes en la nuca, lanzamiento de objetos y falsas denuncias.

A eso se añaden nuevos modos de malos tratos fuera de las


aulas como el ciberacoso a los docentes.

Detrás de las cifras hay personas que, como cuenta a BBC


Mundo Teresa Hernández, coordinadora del servicio del defensor
del profesor de ANPE, sindicato de la enseñanza en España,
tienen miedo de entrar en las aulas.

"Un profesor me comentaba que lo que piensa al entrar a clase


es dónde se pone para estar más cerca de la puerta, por si tiene
que salir corriendo", cuenta.

Y sostiene que no hoy modo fácil de enfrentar un encontronazo


con un alumno.
"El docente tiene que hacer que no le afecte que le hayan
puesto la zancadilla o se hayan reído de él porque, después de
que pase un episodio de agresión, debe volver al día siguiente a
clase y ser profesional, porque, además, le toca ver de nuevo al
alumno en el aula... No es sencillo", apunta.

Esto se traduce en altos índices de ansiedad.

Hernández cuenta que, de los docentes que atienden, alrededor


del 80% la padecen y un elevado número está ya de baja con
síntomas de depresión. “Son datos que nos preocupan mucho”.

El fenómeno es similar en Chile, donde el curso pasado


aumentaron las licencias médicas asociadas al estrés.

“Muchos se plantean dejar la profesión y eso es grave porque es


una profesión muy bonita, vocacional y necesaria”, señala
Hernández.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES


Pie de foto, Las nuevas tecnologías en las aulas trajeron nuevos desafíos y modos de maltrato.

Un problema antiguo con agravantes


actuales
Encuestas, estudios y las expertas consultadas coinciden en
que, aunque la conflictividad en el aula no es un fenómeno
nuevo, hubo algo que hizo que se incrementara: la pandemia.

“A partir de ahí vemos que hay más problemas de salud mental,


más enfermedades mentales, conductas más agresivas en las
redes sociales”, señala Teresa Hernández.

“Fue un estresor gigantesco, no solo porque estaba en riesgo


nuestra vida sino porque el encierro hizo que nos tuviéramos
que mirar y ver cómo gestionábamos las emociones, las rutinas.
Y si no existía ese manejo, pues la situación estalla como una
bomba”, dice Duarte.

Esto se transforma en falta de desarrollo emocional y en


problemas de conducta.

"En los últimos años, en ANPE estamos denunciando la


necesidad de atender la salud mental de la comunidad
educativa, en este caso del alumnado, desde que se produjo la
pandemia", sostiene Hernández.

FUENTE DE LA IMAGEN,CORTESÍA
Pie de foto, María Elena Duarte, psicóloga clínica y especialista en educación, ve un problema creciente de
agresiones a docentes en Chile.
En Reino Unido, Patrick Roach, secretario general del sindicato
NASUWT de docentes, le dijo a la BBC que esta situación de
malestar mental "se agravó por los recortes en servicios
especializados en salud mental para niños y dejó a los maestros
con el papel de tener que llenar estos vacíos".

En algunos casos, esos servicios ni siquiera existían antes de la


pandemia.

Duarte cuenta que, para muchos niños y adolescentes, el


encierro supuso perder una etapa con un aprendizaje valioso: el
de cómo convivir con sus iguales y cómo gestionar límites.

Y, además, tuvieron que gestionar la socialización a través de


las redes sociales.

“Volvimos así todo al espacio social con toda esta carga y sin un
trabajo transicional para conectar con el otro. Y entonces, en la
postpandemia nos encontramos con estas situaciones de
maltrato”.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY
Pie de foto,Los padres también tienen un rol en la situación que se vive en las aulas.

Los padres, un problema añadido


En la relación entre docentes y alumnado hay una tercera pata
que influye mucho, según los expertos: los padres y madres.
Si antes en casa se pensaba que lo que el docente decía "iba a
misa", ahora hay una tendencia a restarles autoridad,
sobreproteger a los menores y darles a estos la razón en casi
todo, incluso culpando a los docentes.

La psicopedagoga Mar Romera considera que esto tiene que ver,


en parte, con la caída de la natalidad.

"Lo determinante es que tenemos pocos hijos, y si tú tienes un


jardín con 200 geranios y una orquídea, te centras en cuidar la
orquídea. Y hay una sobreprotección", considera Romera.

"Si los padres defienden a sus hijos ante todo sin cuestionarse
nada, esos hijos hacen lo que quieren en clase sin
consecuencias. La labor de los progenitores no se desarrolla
correctamente en muchos casos y eso nos preocupa", sostiene
por su parte Teresa Hernández.

Y apunta que la labor de educar al menor y que se desarrolle no


puede ser solo responsabilidad de los docentes. "También debe
venir de casa".

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES


Pie de foto, Personal educativo de España en una manifestación.

María Elena Duarte insiste en que hay un problema con el


vínculo entre el docente y el alumno, que debe trabajarse al
igual que un padre o madre debe cultivar el vínculo con sus
hijos.
Por un lado, debe haber un trabajo socioemocional con los
docentes, dice. Pero, por otro, darnos cuenta de qué les está
pasando a los menores.

"Hay malos tratos a los docentes, sí, pero es que esto también
se da entre los estudiantes, que cada vez se tratan peor entre
ellos. Es un problema de convivencia en general", señala Duarte.

Y, como dice, es un problema de doble vía: "Si tenemos niños,


niñas y adolescentes que hoy día no logran hacer esta gestión
emocional, también es porque tenemos adultos que no han
logrado visualizar la importancia que esto tiene".

Todo pasa por la salud mental de todos.

“Necesitamos estar muy bien mentalmente, tanto los alumnos,


como las familias y los docentes. Los problemas en el aula cada
vez son más y más graves”, asegura Teresa Hernández.

Los expertos señalan que, de no poner remedio a esta situación


y no crear protocolos adecuados de convivencia, el problema no
cesará.

*Con reportería adicional de Lauren Moss y Elaine Dunkley.

También podría gustarte