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TRABAJO DE HUMANIDADES II

TEMAS:
POSCONFLICTO Y PAZ

PERTENECE A :
Diego Torres Marquez

PROFESORA:
Dailyng Boom Carcamo

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR


FACULTAD DE CIENCIAS BÁSICAS
4to SEMESTRE
14 DE MARZO 24-1
VALLEDUPAR, CESAR
Colombia es un país complejo y heterogéneo que históricamente se ha caracterizado por
registrar diversos escenarios de violencia y conflictos armados. Para nadie es un secreto que
la violencia sociopolítica medió gran parte de la configuración del conflicto armado colombiano
y que sólo fue reconocido expresamente hasta el año 2010, considerándose entonces, como
uno de los contextos más dilatados del mundo. Caracterizar la violencia que ha transformado
al Estado colombiano en estas últimas décadas, siempre se ha pensado como una de las
labores más complejas y arduas, puesto que se ha buscado establecer los diferentes perfiles
en que este fenómeno ha adquirido mayor poder en los escenarios sociopolíticos,
económicos, culturales, interpersonales y familiares, pero el lograr comprender estos
conflictos y sus dinámicas en las entidades territoriales más afectadas, indiscutiblemente se
convertido en un verdadero reto para la consolidación de una nueva construcción y cultura de
paz frente al diseño de las políticas públicas de posconflicto de todos los involucrados.

En efecto, fue hasta el año 2010 donde se reconoció formalmente el conflicto armado en
Colombia, examinándose sus múltiples causas y consecuencias que dieron origen al inicio de
la llamada política de prosperidad social, en la cual se expidieron normas como la Ley 1448 del
año 2011, más conocida como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (LVRT), que permitió
sistematizar y establecer las medidas administrativas, económicas, políticas y judiciales del
gobierno colombiano en favor de las víctimas del conflicto armado interno. Sin embargo, a
pesar de que dicha norma pretendía la satisfacción de las necesidades de la población tanto
directa como indirecta desde la postura de un Estado Social de Derecho, para diversos
sectores esta ley se había convertido en una política asistencialista. Empero a ello, de que esta
perspectiva pueda basarse desde la subjetividad de cada individuo no deja de ser un avance
en el restablecimiento de derechos y un punto y aparte en la terminación del conflicto y una
forma de construcción de paz.

La Constitución Política de 1991 en Colombia representa un hito histórico en el país, no solo


por su contenido sino también por el contexto en el que fue concebida. Surgió en un momento
crucial de la historia colombiana, caracterizado por la violencia política y social, el narcotráfico y
la presencia de grupos armados ilegales. Ante la necesidad de abordar estos desafíos y
promover la reconciliación nacional, se emprendieron negociaciones con algunos de estos
grupos, lo que eventualmente condujo a la redacción de una nueva Constitución.

Esta Carta Magna, comúnmente conocida como la "Constitución para la Paz", reflejó la
aspiración de la sociedad colombiana de establecer una convivencia pacífica y justa. En este
sentido, el texto constitucional incluyó numerosas referencias al concepto de paz, reconociéndo
como un valor fundamental, un derecho fundamental y un deber constitucional. El preámbulo
de la Constitución destaca la paz como un valor supremo y un objetivo a perseguir en la
construcción de un país más justo y equitativo. Este reconocimiento subraya la importancia que
se le otorga a la paz como fundamento de la convivencia democrática y el desarrollo nacional.

En el artículo 22 de la Constitución, se consagra la paz como un derecho fundamental de


todos los colombianos. Esto implica que el Estado tiene la obligación de garantizar un
entorno seguro y libre de violencia para sus ciudadanos, promoviendo así la protección de
sus derechos humanos y la consolidación de la paz, por su parte, el artículo 95 establece la
paz como un deber constitucional, tanto para el Estado como para los ciudadanos. Esto
significa que todos los actores sociales tienen la responsabilidad de contribuir activamente a

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la promoción de la paz y la resolución pacífica de conflictos, como parte del compromiso
colectivo con el bienestar común, además de estas disposiciones constitucionales, la
jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia ha desempeñado un papel crucial en
la definición y aplicación del concepto de paz. La Corte ha interpretado la paz en un sentido
amplio y multidimensional, considerándola no solo como la ausencia de conflicto armado,
sino también como un estado ideal de convivencia basado en la justicia social, el respeto a
los derechos humanos y la reconciliación nacional, sin embargo, la interpretación amplia y
compleja de la paz por parte de la Corte Constitucional también ha generado desafíos y
dificultades en su comprensión y aplicación práctica. La falta de un concepto definitivo de
paz ha llevado a debates sobre su alcance y significado, así como a la necesidad de
establecer políticas y garantías concretas para su promoción y protección.

Colombia sigue avanzando en su proceso de posconflicto y consolidación de la paz después


del histórico acuerdo firmado con las FARC en 2016. Aunque se han logrado avances
significativos, aún persisten desafíos importantes.

La implementación de los acuerdos de paz ha sido gradual y enfrenta obstáculos en áreas


como la reintegración de excombatientes a la vida civil, la restitución de tierras a comunidades
desplazadas, la seguridad en las regiones anteriormente controladas por las FARC y la lucha
contra otros grupos armados y el narcotráfico que han llenado el vacío dejado por la
desmovilización de las FARC, además, persisten tensiones políticas en torno a la
implementación de los acuerdos, con diferentes visiones sobre cómo avanzar en temas clave
como la justicia transicional y la participación política de antiguos miembros de las FARC.

A pesar de estos desafíos, Colombia ha experimentado una disminución general en los niveles
de violencia en los últimos años y ha logrado avances en áreas como la protección de
derechos humanos y la construcción de infraestructura en regiones afectadas por el conflicto.
Colombia ha estado marcada por procesos de negociación con grupos armados ilegales y
reformas constitucionales para abordar la paz, el concepto de paz sigue siendo central en el
discurso político y social del país. La integración del concepto de paz en el lenguaje común y
su promoción como un elemento fundamental de la vida cotidiana reflejan el compromiso
continuo de la sociedad colombiana con la construcción de una paz duradera y sostenible.

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