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LA JUSTICIA TRANSICIONAL

Fulvio Alexander Herrera Otaya


Leidy Daniela González Cortés
Liz Adriana Ospina González
Nelson Plazas Barreto
Nelson Ramírez Celis

Facultad de Derecho, UMB


Constitucionalismo Colombiano I
Dr. Jonathan Fernando Delgado Medina
Marzo 24 de 2024
1. INTRODUCCION

La justicia transicional en Colombia es un proceso complejo que se ha


desarrollado en el contexto del conflicto armado interno que ha afectado al
país durante décadas. Uno de los hitos más significativos fue el Acuerdo de
Paz firmado en 2016 entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), que sentó las bases para abordar las
violaciones de derechos humanos y los crímenes de guerra cometidos
durante el conflicto.

El componente central de la justicia transicional en Colombia es la


Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un sistema judicial especializado creado
para juzgar a quienes hayan participado en el conflicto armado, tanto
miembros de la guerrilla como agentes del Estado, garantizando la verdad, la
justicia, la reparación y la no repetición. La JEP permite que aquellos que
admitan su responsabilidad en crímenes graves reciban penas alternativas a
la cárcel a cambio de contribuir a la verdad y a la reparación de las víctimas.

Además de la JEP, el proceso de justicia transicional en Colombia incluye otras


medidas como la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la
Convivencia y la No Repetición, y el Sistema Integral de Verdad, Justicia,
Reparación y No Repetición (SIVJRNR). Estos mecanismos buscan abordar las
causas y consecuencias del conflicto armado, promoviendo la reconciliación y
la construcción de una paz sostenible en el país.

Sin embargo, el proceso de implementación de la justicia transicional en


Colombia enfrenta desafíos significativos, incluida la resistencia de algunos
sectores políticos y sociales, así como la falta de recursos y capacidad
institucional. A pesar de estos obstáculos, la justicia transicional sigue siendo
fundamental para avanzar hacia una paz duradera y la reconciliación en
Colombia.

2. ABSTRACT

Transitional justice in Colombia is a complex process that has developed in


the context of the internal armed conflict that has affected the country for
decades. One of the most significant milestones was the Peace Agreement
signed in 2016 between the Colombian government and the Revolutionary
Armed Forces of Colombia (FARC), which laid the foundation for addressing
human rights violations and war crimes committed during the conflict.

The central component of transitional justice in Colombia is the Special


Jurisdiction for Peace (JEP), a specialized judicial system created to judge
those who have participated in the armed conflict, both members of the
guerrilla and agents of the State, guaranteeing the truth, justice, reparation
and non-repetition. The JEP allows those who admit responsibility for serious
crimes to receive alternative sentences to prison in exchange for contributing
to the truth and reparation for victims.

In addition to the JEP, the transitional justice process in Colombia includes


other measures such as the Commission for the Clarification of the Truth,
Coexistence and Non-Repetition, and the Comprehensive System of Truth,
Justice, Reparation and Non-Repetition (SIVJRNR). These mechanisms seek to
address the causes and consequences of the armed conflict, promoting
reconciliation and the construction of sustainable peace in the country.
However, the process of implementing transitional justice in Colombia faces
significant challenges, including resistance from some political and social
sectors, as well as a lack of resources and institutional capacity. Despite these
obstacles, transitional justice remains fundamental to moving towards lasting
peace and reconciliation in Colombia.

PALABRAS CLAVE

Justicia Transicional, Esclarecimiento de la Verdad, Convivencia, Reparación,


No Repetición.

3. JUSTICIA TRANSICIONAL – ANTECEDENTES

La historia de los Acuerdos de Paz en Colombia se remonta a décadas atrás,


pero el proceso más destacado y significativo tuvo lugar durante el gobierno
de Juan Manuel Santos (2010-2018). El conflicto armado en Colombia se
originó en la década de 1960, con la formación de grupos guerrilleros,
principalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en
respuesta a desigualdades sociales, políticas y económicas en el país. A lo
largo de los años, se realizaron varios intentos de diálogo y negociación para
poner fin al conflicto, pero ninguno tuvo éxito duradero.
Durante el gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998 – 2002), con gestiones
de negociaciones iniciadas en el año 1997, tuvo lugar el Proceso de diálogo
con las FARC, el cual estuvo acompañado por gobiernos de varios países,
organizaciones multilaterales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y
sectores de la sociedad civil colombiana y extranjera. Se desarrollo en
inmediaciones de los municipios de La Uribe (Meta), Mesetas (Meta) y San
Vicente del Caguán (Caquetá) entre el 7 de febrero de 1997 y el 21 de febrero
de 2002 con nefastas consecuencias para la población civil, para las Fuerzas
Militares y para la nación como resultado del fortalecimiento de las FARC
durante la existencia de la mal llamada Zona de Distención.
En 2012, el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC iniciaron
conversaciones de paz en La Habana, Cuba, con el objetivo de encontrar una
solución negociada al conflicto armado, la cual finalmente se firmó tras
intensas negociaciones el 24 de noviembre de 2016 y sentó las bases para
poner fin al conflicto armado.

Sin embargo, en un sorpresivo resultado, el acuerdo fue rechazado en un


plebiscito celebrado el 2 de octubre de 2016 por la población civil, lo que
llevó a nuevas negociaciones y modificaciones al acuerdo original para
abordar las preocupaciones de los opositores. A pesar del revés inicial, el
gobierno y las FARC continuaron trabajando en la implementación del
acuerdo. Se establecieron mecanismos como la Jurisdicción Especial para la
Paz (JEP) para juzgar crímenes relacionados con el conflicto y garantizar la
verdad, justicia, reparación y no repetición. Se llevaron a cabo procesos de
desarme, desmovilización y reintegración (DDR) para los excombatientes de
las FARC, con el objetivo de facilitar su transición a la vida civil y contribuir a la
construcción de la paz. Aunque los Acuerdos de Paz han enfrentado desafíos
en su implementación, representan un hito histórico en los esfuerzos por
poner fin a décadas de conflicto armado en Colombia y avanzar hacia una paz
duradera y sostenible.

4. JUSTICIA TRANSICIONAL – IMPORTANCIA

Dados los conflictos internos vividos en Colombia a lo largo de los siete


decenios, la justicia transicional ha sido crucial para promover la paz, la
reconciliación y la justicia. Sus aspectos fundamentales pueden resumirse en
los siguientes cinco puntos a continuación:
1. Rendición de cuentas. Ayuda a responsabilizar a los perpetradores de
abusos de derechos humanos, promoviendo así la justicia y el estado de
derecho.

2. Reparación a las víctimas. Proporciona compensación y ayuda a las


víctimas para reconstruir sus vidas y comunidades afectadas por los abusos.

3. Verdad y memoria. Facilita la revelación de la verdad sobre lo que ocurrió


en el pasado, contribuyendo a la reconciliación y previniendo la repetición de
los mismos errores en el futuro.

4. Construcción de paz. Contribuye a la reconciliación nacional al abordar las


causas subyacentes del conflicto y establecer una base sólida para la
convivencia pacífica en el futuro.

5. Restablecimiento de la confianza en las instituciones. Fortalece la


confianza en el sistema judicial y otras instituciones estatales al demostrar su
compromiso con la justicia y los derechos humanos.

5. JUSTICIA TRANSICIONAL – CRITICAS Y DESAFIOS

La justicia transicional ha sido objeto de críticas y debates en diversos


contextos. Desde la perspectiva de las críticas, estas subrayan la complejidad
inherente a los procesos de justicia transicional, y destacan la importancia de
abordar de manera integral las necesidades y preocupaciones de las víctimas,
garantizar la rendición de cuentas y la construcción de una paz duradera y
sostenible. Y, desde la perspectiva de los desafíos, estos ilustran la
complejidad inherente a los procesos de justicia transicional y resaltan la
necesidad de enfoques integrales y adaptativos. En general, podemos
sintetizar estas críticas y desafíos en siete puntos fundamentales, a saber:

1. Impunidad y responsabilidad.
Critica: Algunas personas critican los procesos de justicia transicional porque
perciben que permiten cierto grado de impunidad para los perpetradores de
crímenes graves, lo cual ha generado desconfianza en los sistemas de justicia
y ha socavado la confianza en el Estado y en la eficacia en la aplicación de
Justicia.
Desafío: Un desafío fundamental de la justicia transicional es su contribución
para equilibrar la necesidad de garantizar la rendición de cuentas por
crímenes graves con la búsqueda de una paz sostenible, lo que implica
determinar - basados en la verdad - quiénes deben ser juzgados, cómo deben
ser procesados y qué tipo de sanciones les deben ser impuestas.

2. Falta de participación de las víctimas.


Critica: En algunos casos, las víctimas pueden sentirse excluidas o
insatisfechas con los procesos de justicia transicional, especialmente si no se
les otorga un papel significativo en la determinación de la verdad, la justicia y
la reparación.
Desafío: Asegurar la participación significativa de las víctimas en los procesos
de justicia transicional es crucial, pero puede ser difícil lograr una
representación equitativa y garantizar que sus voces sean escuchadas y
respetadas.

3. Limitaciones en la búsqueda de la verdad.


Critica: Los procesos de justicia transicional a menudo tienen limitaciones en
cuanto a la capacidad de establecer la verdad completa sobre lo que ocurrió
durante los conflictos. Esto puede deberse a la falta de cooperación de los
perpetradores o a la imposibilidad de investigar todos los casos.
Desafío: Obtener una comprensión completa y precisa de lo que ocurrió
durante el conflicto puede ser difícil debido a la falta de cooperación de los
perpetradores, la destrucción de pruebas o la distorsión de la narrativa
histórica. Garantizar la revelación de la verdad de manera completa y
equitativa es fundamental para la reconciliación y la construcción de la paz.

4. Falta de enfoque en las causas estructurales.


Critica: Algunas críticas argumentan que la justicia transicional se centra
demasiado en el castigo de los responsables individuales de crímenes, sin
abordar adecuadamente las causas subyacentes del conflicto, como la
desigualdad socioeconómica, la discriminación o la falta de acceso a la
justicia.
Desafío: La participación del Estado, la búsqueda de los factores
determinantes de las causas subyacentes del conflicto y la sensibilización del
Estado frente a la realidad de las victimas es un reto fundamental para
generar la eficacia del principio de No Repetición que abiertamente expone la
justicia transicional.

5. Reparación de las víctimas.


Critica: Una de las mayores debilidades de la justicia transicional ha sido sin
duda la reparación de las víctimas que, si bien ha pretendido compensar los
perjuicios económicos y sociales causados durante el conflicto, ha dejado en
evidencia la ineficacia del Estado en el perfeccionamiento de la reparación, la
materialización de dichas reparaciones y en muchos casos la
desproporcionalidad de estas.
Desafío: La reparación a las víctimas es un componente importante de la
justicia transicional, pero puede ser difícil determinar qué tipo de
reparaciones son adecuadas y cómo implementarlas de manera efectiva.
Además, la justicia restaurativa que busca restaurar las relaciones entre
víctimas y perpetradores, puede ser compleja de lograr en contextos de
conflicto. La implementación de procesos de justicia transicional requiere
recursos financieros, humanos y logísticos significativos.

6. Revictimización.
Critica: En algunos casos, los procesos de justicia transicional pueden resultar
en la revictimización de las personas afectadas por el conflicto, ya sea a través
de la exposición pública de sus testimonios o la falta de apoyo adecuado
durante los procesos judiciales.
Desafío: Los desafíos institucionales, como la corrupción o la falta de
capacidad judicial, pueden obstaculizar la efectividad de estos procesos.

7. Preservación de la memoria histórica.


Critica y Desafió: Mantener viva la memoria de las atrocidades cometidas
durante el conflicto es fundamental para prevenir la repetición de la violencia
en el futuro. Sin embargo, en algunos casos, puede haber resistencia política
o social a confrontar el pasado, lo que dificulta la preservación de la memoria
histórica.

6. EL EJERCICIO DE LA JUSTICIA TRANSICIONAL

La justicia transicional tiene sus raíces en el derecho internacional de los


derechos humanos, de allí que se fundamente en tres principios esenciales:
El derecho a la verdad, el derecho a la justicia y el derecho a la reparación.
Principios desde los cuales busca adoptar medidas extraordinarias que
trascienden los alcances limitados de la justicia penal ordinaria.
Para que exista la justicia transicional en Colombia, ha sido necesario que en
Colombia se hayan hecho grandes transformaciones jurídicas a través de la
adopción de mecanismos de justicia especiales que van desde el
restablecimiento psicológico de las victimas hasta la reconciliación nacional.
Mecanismos que dados sus efectos y su alcance se denominan transicionales.
La justicia transicional comprende entonces un conjunto de procesos de
transformación política y social que utiliza mecanismos para resolver los
problemas de conflicto armado en nuestro país en la búsqueda de los actores
del conflicto armado en Colombia que respondan por sus actos, sirvan a la
justicia y propendan por la reconciliación. Dichos mecanismos pueden ser
judiciales o extrajudiciales, cuentan con la participación internacional y
buscan lograr el enjuiciamiento de personas, la búsqueda de la verdad, el
resarcimiento, la reforma institucional, la investigación de antecedentes.
Según la corte Constitucional (Sentencia C–052 de 2012), la justicia
transicional “ es una institución jurídica a través de la cual se pretende
integrar diversos esfuerzos, que aplican las sociedades para enfrentar las
consecuencias de violaciones masivas y abusos generalizados o sistemáticos
en materia de derechos humanos, sufridos en un conflicto, hacia una etapa
constructiva de paz, respeto, reconciliación y consolidación de la democracia,
situaciones de excepción frente a lo que resultaría de la aplicación de las
instituciones penales corrientes”
En vista que las instituciones penales corrientes no lograron establecer un
sistema que permitiera restaurar y reparar a las víctimas de forma eficiente
en 50 años de conflicto armado en Colombia, se hizo necesario establecer la
justicia transicional como alternativa para poder brindar justicia y reparación
a las víctimas del conflicto armado a través de organismos que amparan los
derechos humanos vulnerados, entre otras la Comisión de la verdad, los
Tribunales especiales de justicia, las reformas políticas, las unidades de
búsqueda de personas desaparecidas y los sistemas de reparación integral
para las víctimas.
Para que sean consideradas normas de justicia transicional deben tener dos
referentes: uno político y otro normativo. El referente político hace
referencia la existencia de una transición que pase de un estado de conflicto a
un estado de posconflicto, o de un estado autoritario a uno democrático o de
violación de derechos humanos a uno de reconciliación, en los cuales se
deben adoptar el conjunto de normas que permitirán generar las condiciones
necesarias para construir el posconflicto.
El referente normativo busca que las normas de justicia transicional -
especialmente las de carácter judicial - cumplan con los estándares
internacionales en derechos humanos en justicia, reparación, verdad y
garantías de no repetición.
La expedición de la ley 975 de 2005, permitió que en Colombia se
estableciera la justicia transicional más conocida como la Ley Justicia y Paz.
Mediante ella, se logró la desmovilización de los grupos armados y el
establecimiento de una transición política entre un estado de conflicto
armado interno a uno de paz en el cual se garantizaban los derechos a la
verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición como
requisito para cualquier negociación con grupos armados para obtener
beneficios en cuanto a su desmovilización.
Antes de esta ley, varias normas jurídicas que buscaron desmovilizar a los
grupos armados al margen de la ley, v.g. la Ley 104 de 1993, y posteriormente
Ley 241 de 1995. Estas normas pretendían generar un contexto normativo de
búsqueda de la paz a través de la regulación de aspectos individuales y
generales.
Las leyes 104 de 1993 y 241 de 1995 fueron derogadas por la Ley 418 de
1997, verdadero hito normativo sobre la materia, normas que fueron
modificadas posteriormente por la Ley 548 de 1999 y por la Ley 782 de 2002
y reglamentadas por el Decreto 128 de 2003. La Ley 418 de 1997 incorporó
elementos de aplicación del Derecho Internacional Humanitario, los Derechos
Humanos, el cese de hostilidades y la generación de condiciones un orden
político y social justo, además de la desmovilización y reincorporación a la
vida civil. En conjunto, la promulgación de estas leyes, aunque fueron un
avance en la desmovilización y búsqueda de la paz, no pudieron considerarse
como normas de justicia transicional porque no cumplían con los estándares
internacionales en materia de derechos humanos.
Es así como a partir de la ley 975 de 2005 conocida como la ley de justicia y
paz se implementaron una serie de transformaciones institucionales en su
artículo 33, 34 y 35 se crearon las siguientes instituciones, Unidad Nacional
de Fiscalías para la Justicia y la Paz, el Sistema de Defensoría Pública para los
Postulados y la Procuraduría Judicial para la Justicia y la Paz, respectivamente.
Asimismo, como parte de la institucionalidad derivada de la Ley de Justicia y
Paz se creó la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) y el
Grupo de Memoria Histórica (GMH), cuyas funciones fueron asumidas por la
institucionalidad creada a instancias de Ley 1448 de 2011, conocida
popularmente como Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras.
Posteriormente, la Ley 1448 de 2011 reconoció la existencia del conflicto
armado interno y permitió el cambio de concepto predominante desde el
gobierno de Álvaro Uribe bajo el cual se consideraba el conflicto armado
interno como una amenaza terrorista y en consecuencia la legitimación del
uso de la fuerza para enfrentar a las FARC y el ELN. En resumen, el problema
inicial se originaba en la falta de reconocimiento del conflicto armado interno
y la legitimación internacional de los grupos alzados en armas.
Pero lo importante es entender que a través de la justicia transicional lo que
se busca no es darles legitimidad a estos grupos armados porque no se puede
legitimar actos violentos en este caso lo que se busca es dar protección a las
personas envueltas en conflictos armados.
La justicia transicional en Colombia se estableció para poder proteger a las
personas que resultan dentro del conflicto armado vulneradas en sus
derechos humanos , no debe ser ejercido por las instituciones regulares del
estado porque se puede dar conflicto de intereses, capacidades limitadas
para poder abordar los crímenes del pasado, falta de legitimidad, es así como
la ley 1448 de 2011 permitió el reconocimiento legislativo de la existencia del
conflicto armado convirtiéndola en una ley de justicia transicional
reconociendo a las víctimas y definiéndolas como aquellas que hayan sufrido
un daño antijurídico como consecuencia del conflicto interno desde el 1 de
enero de 1985.
Según la Ley de Victimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011) “Antes
de las normas de justicia transicional el reconocimiento de las víctimas se
hacía desde la óptica del código penal y se definía a partir de los perjuicios
causados con ocasión de una conducta punible y la obligación de repararlos”
pero esto era insuficiente para velar por los derechos de las víctimas del
conflicto interno porque según los estándares internacionales a través de la
asamblea general de las naciones unidas las víctimas no solo deben ser
reparadas con medidas individuales también deben ser reparadas con
medidas colectivas además se les debe garantizar el derecho a la verdad, la
justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
Es por esto que la justicia transicional es tan importante porque se enfoca en
reparar a las víctimas del conflicto armado de una manera integral no como
se hacía en el pasado desde la óptica del código penal donde no se tenía en
cuenta todos los factores relevantes para lograr de alguna forma poder
proteger y reparar a las personas que tanto han sufrido el conflicto armado
en nuestro país y donde todos los esfuerzos son pocos para poder compensar
la barbarie que han vivido, por tal motivo en la actualidad además de las
medidas de restitución se tiene en cuenta la indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición.

7. ACTO LEGISLATIVO 01 DE 2017

El Acto Legislativo 01 de 2017, también conocido como "Pacto por Colombia,


Pacto por la Equidad", fue promovido por el entonces presidente Juan
Manuel Santos y el mismo fue aprobado por el Congreso de la República de
Colombia en esa época, producto del proceso y acuerdo de paz suscrito con
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Este acto
legislativo, “Por medio del cual se crea un título de disposiciones transitorias
de la Constitución para la terminación del conflicto armado y la construcción
de una paz estable y duradera y se dictan otras disposiciones” modifico la
Constitución Política de Colombia, estableciendo normas o medidas en busca
de la promoción de la equidad, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad
en el país.
El acto legislativo responde al esfuerzo del gobierno de la época para
consolidar la paz, luego de alcanzar el acuerdo con las FARC en 2016 y poner
fin a más de cinco (5) décadas de conflicto armado en Colombia. Con el
acuerdo suscrito, era necesario que establecieran disposiciones en la
Constitución para que se facilitara la implementación de lo acordado,
garantizar la reincorporación de los excombatientes a la vida civil y
promocionar y promover la reconciliación nacional, sin olvidar que era
necesario promover la equidad y la inclusión social, mediante políticas y
programas que favorezcan la equidad de género, la inclusión de poblaciones
vulnerables y grupos étnicos, el desarrollo rural y la protección de derechos
humanos y la importancia de la conservación y protección del medio
ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales.
En esencia, el acto legislativo tuvo o tiene como objetivo o propósito
fundamental, varios elementos esenciales, entre los que se destacan:
1. Promover la paz y la reconciliación.
 Implementación de los acuerdos de paz.
 Mecanismos para la reintegración de excombatientes a la vida civil.
 Construcción de una sociedad más pacífica y cohesionada.
2. Fomentar la Equidad y la Justicia Social.
 Tratamiento de las desigualdades económicas, sociales y regionales.
 Promoción de la inclusión de la población vulnerable o marginada,
indígenas, afrocolombianos y campesinos.
 Acceso equitativo a servicios básicos, oportunidades económicas y
derechos humanos.
3. Contribuir al Desarrollo sostenible y protección del medio ambiente.
 Promoción de prácticas de desarrollo sostenible en áreas la agricultura,
energía y transporte.
 Medidas para proteger la biodiversidad, los recursos naturales y los
ecosistemas vulnerables.
4. Promover la Participación ciudadana y la gobernanza inclusiva.
 Elemento fundamental que fortalece la democracia y legitima las
instituciones públicas.
 Participación de la sociedad civil en la toma de decisiones.
 Medidas de transparencia, rendición de cuentas y lucha contra la
corrupción.
Lo expuesto, muestra que el Acto Legislativo 01 de 2017, se expidió con el
propósito de sentar bases constitucionales que permitan la construcción de
una sociedad más justa, inclusiva y sostenible, coherente y cohesionada a los
compromisos del proceso de paz y desarrollo nacional.
Aunque el Acto Legislativo 01 de 2017 no creó instituciones específicas, sentó
las bases de las disposiciones constitucionales para promover la paz, la
equidad y el desarrollo sostenible en el país, así como en facilitar la
implementación de los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno y las
FARC, a partir de las cuales se crearon y fortalecieron instituciones y
organismos gubernamentales dirigidos a programas específicos afines a la
Ley, entre otros:
 Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición, que es un ente temporal y de carácter extra-judicial.
 Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el
contexto y en razón del conflicto armado, que es un ente temporal y
tiene como objetivo la búsqueda de desaparecidos por el conflicto.
 Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), cuya duración de acuerdo al acto
legislativo es de 10 años y tiene como objetivo satisfacer la justicia a las
víctimas, ofrecer la verdad, proteger los derechos de las víctimas,
contribuir al logro de una paz estable y duradera, entre otros.
 Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación
del Acuerdo Final (CSIVI). Conformada por representantes del
Gobierno, las FARC y la sociedad civil, cuyo objetivo es supervisar y
garantizar el cumplimiento de los compromisos establecidos en los
acuerdos de paz.
 Aunque fue creada antes del acto legislativo, la Agencia para la
Reincorporación y la Normalización (ARN), es muy importante ya que
lidera procesos de reintegración de los excombatientes de las FARC a la
vida civil y proporciona apoyo en áreas como educación, empleo, salud
y vivienda.
 Aunque fue creado antes del acto legislativo, La Unidad Nacional de
Protección (UNP), cumple una función especial, ya que es la entidad
encargada de brindar protección y seguridad a personas en situación
de riesgo (excombatientes, líderes sociales y defensores de derechos
humanos), para garantizar la seguridad y protección de quienes
participan en procesos de reincorporación y construcción de paz.
 Aunque fue creado antes del acto legislativo, la Agencia de Renovación
del Territorio (ART), cumple un papel fundamental en la coordinación
de la intervención de entidades nacionales y territoriales en zonas
rurales afectadas por el conflicto armado, ejecutando planes y
proyectos que buscan renovar el territorio, su reactivación económica
y social y el fortalecimiento institucional para que se integren de
manera sostenible al desarrollo del país.
 Aunque fue creado antes del acto legislativo, la agencia de Prosperidad
Social juega un papel importante en las políticas, planes generales,
programas y proyectos para la asistencia, atención y reparación de las
víctimas de la violencia, la inclusión social, la atención de grupos
vulnerables y su reintegración social y económica.

8. COMPONENTES DEL SISNTEMA INTEGRAL DE VERDAD, JUSTICIA,


REPARACION Y NO REPETICION-

El conflicto armado en nuestra nación por más de 50 años dejó un sinnúmero


de violaciones al derecho internacional humanitario y a los derechos
humanos. Dentro de este proceso se desplazó a cientos de familias violando o
poniendo en vulneración los derechos fundamentales.

El Sistema Integral para la Verdad, Justicia y No Repetición o conocida como


Justicia Transicional por aquellas medidas adoptadas democráticamente en
especial en tiempos de violencia y graves violaciones a los derechos
humanos. Estas herramientas alternativas de carácter transitorio y
excepcional están enmarcados en los principios o derechos a la verdad, la
justicia, la reparación y la no repetición. La rigidez de la justicia ordinaria no
permitió dar paso a una alternativa de solución del conflicto armado que por
cinco décadas no permitió conocer la verdad, reparar integralmente a las
víctimas y buscar una paz estable y duradera.
Se critica que con la implementación no se conoce totalmente la verdad, no
se repara integralmente a las víctimas y se ha creado un laxo de impunidad en
los actores directos e indirectos que tuvieron que ver en los hechos
anteriormente referidos.

Por otra parte, se dice que no todos los actores involucrados en el conflicto
colombiano se han acogido a la justicia transicional y que por el contrario
producto de las desigualdades sociales, el comercio trasnacional de
estupefacientes y otras problemáticas, se han incrementado los actores
ilegales, dejando nuevos desplazamientos y violaciones a los derechos
fundamentales.

Desplazamiento forzado que aún persiste por los problemas que persisten
entre conflictos por minería ilegal, tráfico de estupefacientes, los no acuerdos
con grupos alzados en armas como el ELN, la no decisión del Clan del Golfo,
los migrantes y otras estructuras o grupos armados ilegales; entre otros
problemas de raigambre socio económico nacional.

Paralelamente la no entrega de bienes producto del accionar delincuencial de


los actores perpetradores de desplazamientos, masacres, violaciones al DH y
DIH, hace imposible la reparación integral puesto que el gran número de
víctimas se queda con la verdad a medias y sin reparación de tipo económico.
Esperar la efectividad de la normatividad vigente y la operatividad del aparato
judicial (jueces civiles de restitución de tierras) con relación a normas para la
gestión y restitución, como los activos administrados por la Sociedad de
Activos Especiales SAC, en especial de fincas, bienes y tierras que en su gran
numero fueron producto del despojo o desalojo a las víctimas del conflicto.

La política pública en los últimos periodos de gobierno ha sido la de la


búsqueda de la paz y la armonización de la tranquilidad en los campos o
zonas rurales fundamentalmente. Pero esta intención en consolidar dicha
política pública ha llevado ha consensos de tipo más político que de corte
democrático y fue la decantación en el Sistema Integral de Verdad, Justicia,
Reparación y No Repetición -SIVJRNR, que a la luz pareciese democrática la
decisión, pero es el desespero de dar una salida al conflicto de tantos años,
con las consecuentes problemáticas sociales; razón de más para considerar la
decisión como de tipo político más que democrático. Recordando que el
resultado del plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo
con las Fuerzas Armadas Revolucionarias FARC fue como ganador el NO,
considerando la alta tasa de abstención que es característica constante en las
justas democráticas nacional. Algunos consideran que el triunfo negativo ha
sido el resultado del inconformismo por el dolor de tantos años de guerra,
delincuencia (secuestro, homicidios y narcotráfico), impunidad y ausencia de
justicia.

La jurisprudencia y doctrina de la Corte Interamericana de los Derechos


Humanos con relación a la reparación integral ha considerado que esta es el
pilar en la atención a las víctimas, puesto que solamente cuando se repara
integralmente, es como volver al estado inicial igual o similar
preferentemente de las victimas antes de ver vulnerado sus derechos
fundamentales. Resultados que no han sido logrados plenamente por la
justicia transicional y sus mecanismos no judiciales no eficientes y efectivos
para la satisfacción plena de las víctimas.

El estado de cosas inconstitucional dado por la Corte Constitucional mediante


sentencia SU 599 de 1997, genera un espacio más allá de la tutela en donde
se pretende que se den respuestas inmediatas innovadoras, efectivas o
radiales para las violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Por esta
razón no ha sido un paliativo suficiente la justicia transicional en la búsqueda
de la solución al conflicto, sino que se ha convertido en un reto para el actual
y pasados gobiernos luego de la promulgación. Véase el desgaste actual en
los diálogos con el Ejercito Nacional de Liberación -ELN- en búsqueda de un
acuerdo de desmovilización para el cese aparente del conflicto armado, que
contribuiría a la paz tan anhelada. Pero sin resultados favorables, luego de un
trámite considerable, mediaciones internacionales y logística del gobierno
para la implementación; lo que aparenta que los actores criminales no les
conviene acogerse a la normalidad puesto que manejan negocios
trasnacionales que les dan amplios márgenes de ganancia.

Con relación al juez natural que se le atribuye a la JEP teniendo como base
que este es aquel a quien la Constitución o la Ley le ha asignado el
conocimiento de ciertos asuntos para su definición o competencia siempre y
cuando el legislador no altere el marco funcional definido en la Constitución
Política.

Nacieron varios interrogantes a saber: ¿Sustituye la CPC de 1991 la reforma


constitucional que le otorga las competencias a la JEP para hacer comparecer
obligatoriamente a los terceros civiles que cometieron delitos en el conflicto
armado con el fin de ser investigados y juzgados?

Para la corte no es necesario crear un órgano judicial ad hoc y después de la


comisión del hecho o delito, no otorga garantía de imparcialidad e
independencia.

La Corte Constitucional declara inexequible los incisos 2º y 3º del artículo


transitorio 16 del Acto Legislativo 01 de 2017.

La crítica se hace desde el punto de vista que no se sustituye integralmente


los elementos del juez natural con el que fue envestida la JEP porque se
mantienen las garantías procesales de independencia e imparcialidad con el
ánimo de investigar y juzgar obligatoriamente a los terceros civiles, pues esta
por encima el logro de la “paz” , se consideran las siguientes razones que lo
justifican:
• El principio fundamental en un escenario de transición en donde se
pueden adoptar regímenes excepcionales, temporales y distintos de los
ordinarios. En donde se puedan adoptar mecanismos variables con el fin de
resolver los problemas (Rendición de cuentas por parte de los responsables,
terminar con las violaciones a lo DDHH y DIH, servir a la justicia y lograr la
reconciliación). Elementos que caracterizan los procesos de justicia
transicional son: la excepcionalidad (Resulta insuficiente la ley ordinaria o
aplicación de la ley penal), la transitoriedad y el carácter extraordinario (La
complejidad por la que atravesaba el país ante la violación constante y
sistemática de los DDHH y DIH requería de la aprobación de normas
transitorias y extraordinarias, estableciendo jurisdicciones penales especiales;
dando una alternativa de solución posible que es la “PAZ”); para hacer la
transición hacia la paz estable y duradera.
• Lo que se piensa que la sustitución de la constitución en un escenario
transicional se vuelve flexible o flexibiliza. Permite celebrar acuerdos de paz y
por ende se debe flexibilizar sin desconocer principios universales por el
respeto a la dignidad y a los derechos humanos. La corte considero lo
inflexible de la Constitución, pero que esta rigidez se rompe en momentos de
coyuntura transicional cosa diferente si ocurriera en momentos de
normalidad; permitiendo así la flexibilidad y adaptación; sin eliminar de tajo
los principios constitucionales.
• No son ajenos a los procesos transicionales la conformación de
tribunales ad hoc que investiguen a terceros civiles que participaron en el
conflicto. Los tribunales especializados en la investigaciones y judicialización
de delitos cometidos como consecuencia del conflicto armado, tale como el
tribunal Ad hoc Militar Internacional de Nuremberg en Alemania luego de
terminada la 2ª guerra mundial. Tribunal que investigó a altos funcionarios de
empresas que habían colaborado activamente al régimen Nazi suministrando
gas venenoso para los campos de concentración.
• La JEP es un mecanismo autónomo, imparcial e independiente y su
creación es fundamentalmente democrática. En el art. 8º de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos que dice: “Toda persona tiene derecho
a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley”. La Corte Constitucional de Colombia en la sentencia
C-200 de 2002 sostiene que la garantía del juez natural tiene una finalidad
sustancia que formal: “no solamente protege el establecimiento de la
jurisdicción encargada del juzgamiento, de manera previa a la comisión del
hecho punible, sino la seguridad de un juicio imparcial y con plenas
garantías”. La JEP por tratarse de un tribunal especial, no deja de aplicar las
garantías que rigen los procesos penales ordinarios: “independencia e
imparcialidad”. Sin perder de vista que se deben acatar los principios al
debido proceso, a la defensa, asistencia de un abogado, a la presunción de
inocencia, a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en la
contra, a impugnar sentencia condenatoria, a no ser juzgado dos veces por
los mismos hechos y a la imparcialidad e independencia de los Magistrados
de la JEP.
• La forma de elección de los magistrados de la JEP no le quita la
imparcialidad e independencia. La diferencia en el nombramiento de
magistrados de las altas cortes para periodo fijo de 8 años, mientras que los
magistrados de la JEP mientras la jurisdicción se mantenga en
funcionamiento. Los miembros de la JEP serán seleccionados por un Comité
de Escogencia que gozará de autonomía e independencia y que será
conformado por el Reglamento expedido por el Gobierno Nacional.

Por las razones anteriores la competencia dada a la JEP para investigar y


juzgar los terceros civiles que hicieron parte del conflicto armado, Su balance
en la prueba de ponderación en favor de la “PAZ” como principio que
conduce a la reconciliación, a la verdad y al logro de la paz básicamente.

Para la corte por ejemplo el artículo 29 constitucional “nadie puede ser


juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante
juez o tribunal competente” y el art. 8º de la convención Americana de
Derechos Humanos que dice que: “toda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o un
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad
por la ley”. Lo anterior considera la corte da una confianza legítima y
seguridad jurídica, por considerar el derecho positivo existente y la confianza
que se deposita a la justicia por conocer el órgano judicial competente para
investigar y sancionar. Para la corte La JEP es un órgano judicial ad ho y ex
post con reasignación de competencias, no pertenece a la Rama Judicial
creada constitucionalmente (CPC de 1991).

REFERENCIAS
https://www.minjusticia.gov.co/programas-co/justicia-transicional/Paginas/
que-es-la-Direccion-de-Justicia-Transicional.aspx

https://www.jep.gov.co/Sala-de-Prensa/Documents/La%20justicia
%20transicional%20en%20Colombia.pdf

http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/anidip/a.5669

Naciones Unidas, Informe SGNU (2004) El Estado de derecho y la justicia de


transición en las sociedades que sufren o han sufrido conflictos, 3 de agosto
de 2004, p.4.

Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C-200 de 2002, M.P. Álvaro Tafur


Galvis.

Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C-674 de 2015, MP.P. Luis


Guillermo Guerrero Pérez.

https://www.minjusticia.gov.co/programas-co/justicia-transicionaL

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-
86972015000100004#:~:text=La%20justicia%20transicional%20implica
%20la,ordinaria%20(Corte%20Constitucional%2C%202012e)%3A
https://repository.iom.int/bitstream/handle/20.500.11788/1680/ABC%20JT
%20web.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=La%20Justicia
%20Transicional%20le%20permite,la%20no%20repetici%C3%B3n%20del
%20conflicto.

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