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LA OTRA HISTORIA DE LA COCA

Por: Natalia C. Hernández E.


Bióloga
Fundación Gaia Amazonas
Bogotá, Colombia
Mayo de 2002

Colombia, junto con otros países de Latinoamérica, ha sido señalada, rechazada, castigada,
empobrecida y hasta condenada por ser productora de la mal llamada coca. Cada vez que se
menciona esta palabra las imágenes que llegan a la mente de millones de personas son de
narcotráfico, guerra, laboratorios, mulas, toxicómanos, Estados Unidos, Plan Colombia,
fumigaciones, etc. Sin embargo, por desconocimiento o por olvido dejamos de lado una larga
historia y otras acepciones de la palabra coca, que nos remontan a la época precolombina. Este
escrito pretende informar al lector sobre esta historia, por pocos conocida, y el mal uso que se le
ha dado a la palabra coca utilizada solamente como sinónimo de cocaína.

Qué es la Coca?

Coca es el nombre dado a dos especies de la familia de las Eritroxiláceas perteneciente al género
Erythroxylum, del cual se han descrito más de 283 especies en los trópicos y subtrópicos, y que
contienen el alcaloide cocaína1. Estas son plantas cultivadas que pertenecen a cuatro variedades
originarias de Sur América:
- Erythroxylum coca Lam. var. coca (Coca Boliviana o Peruana)
- Erythroxylum coca var. ipadu Plowman (Coca Amazónica o Ipadú)
- Erythroxylum novogranatense (Morris) Hieron (Coca Colombiana)
- Erythroxylum novogranatense var. truxillense (Rusby) Plowman (Coca Trujillo)

En general, son arbustos de 1 a 2 metros de alto, con hojas verdes de forma ovalada de 4 a 8 cm
de largo, flores de color blanco marfil y pequeños frutos rojos.

La distribución geográfica de la coca es diferente para cada variedad. Así, la llamada Huánuco o
Boliviana puede cultivarse en áreas húmedas de bosque montañoso, de los Andes orientales,
entre los 500 y 1500 metros de elevación; la Amazónica en partes de Colombia, Perú y Brasil de
la cuenca del mismo nombre; la Colombiana a lo largo de la costa caribeña de Sur América
septentrional, en partes adyacentes a la América Central y en el interior de las montañas de
Colombia; y la Trujillo en todos los valles costeros del Perú, incluyendo la costa desértica cerca
de Trujillo, y en las estribaciones andinas adyacentes2.

1
Idrobo, J.M. Especies de Erytroxylum en Colombia. Noticias Químicas Vol. 22. No. 74. 2000.
(www.encolombia.com/ciencias/noticiasquimicas2274-3.htm)
2
Plowman, T. Aspectos Botánicos de la Coca. En: Jerí, F.R., D.M., y F.R.C.Psy (Eds.) Cocaína 1980. Actas del
seminario Interamericano sobre aspectos médicos y sociológicos de la coca y de la cocaína. Lima, Perú. 1980.
Las hojas de esta planta contienen gran cantidad de compuestos químicos que le conceden gran
valor nutricional. En un estudio comparativo con el promedio de 10 especies de nueces y
semillas oleaginosas, 10 especies de granos, 10 especies de cereales, 10 especies de vegetales y
10 especies de frutas que alimentan a toda la América Latina, el valor nutricional de 100 gramos
de hoja de coca es el siguiente3:

Contenido Coca (Hojas secas) Promedio de


alimentos vegetales
Calorías 305 279
Proteínas (g) 18,8 11,4
Carbohidratos (g) 44,3 37,1
Grasas (g) 3,3 9,9
Fibras (g) 13,3 3,2
Calcio (mg) 1.789 99
Fósforo (mg) 637 270
Hierro (mg) 26,8 3,6
Riboflavina (mg) 1,73 0,18
Vitamina A (U.I.) 10.000 135
Tiamina (mg) 0,58 0,38
Niacina (mg) 3,7 2,2

Además posee4:
- Alcaloides: cocaína, ecgonina, pectina, papaína, higrina, globulina, piridina, quinolina,
conina, cocamina, reserpina, benzoína, inulina y atropina.
- Vitaminas: alfa carotina, B1, B2, B6, beta carotina, C, E, G, ácido nicotínico y H.
- Oligoelementos: magnesio, potasio, sodio, aluminio, bario, estroncio, boro, cobre, zinc,
manganeso y cromo.

El contenido total de alcaloides no volátiles en 100 gm de hojas de coca es de 70-75 mg. La


cocaína se encuentra principalmente en las hojas de la coca y su contenido es variable como lo
muestra la investigación realizada por Plowman5, según la cual el contenido del alcaloide en E.
coca está entre 0,13-0,68%, en E. novogranatense varía entre 0,17-0,76% y en E.
novogranatense var. truxillense de 0,71%. De otra parte, se sugiere que la cantidad de cocaína en
la hojas de coca varía con la altitud, como lo informa el profesor Idrobo6 quien ha encontrado
que la “coca peruana” cultivada a 1500 msnm contiene cocaína y alcaloides afines en cantidades
de 1,68 a 2%, mientras que esa misma cultivada a 500 msnm o menos contiene solamente 0,44%
y la “coca ipadú” 0,25%. Esto confirma lo sugerido por Cliff Krol7 quien afirma que a menor
altitud, menor contenido del alcaloide cocaína.
3
Duke, J.A., Aulik, D. & Plowman, T. Nutricional value of coca. Bot. Mus. Leafl. Harvard Univ. 24(6):113-119.
1975.
4
Mortimer, Mantegazza, Mariani, Morales, Molina. La hoja increíble. Cochabamba, Bolivia. 1992.
5
Holmstedt, B., Jäätmaa, E., Leander, K. y Plowman, T. Determination of cocaine in some South American species
of Erythroxylum using mass fragmentography. Phytochemistry 16(11):1753-1755. 1977.
6
Idrobo, J.M. Op. cit.
7
Krol, C. The Coca Plant. Ethnobotanical Leaflets, Southern Illinois University Herbarium,. Carbondale, Il. Vol. 3.
1998. (http://www.siu.edu/~ebl/leaflets/coca2.htm)

2
La otra historia de la coca
Gracias a sus compuestos químicos, las hojas de coca han sido utilizadas durante milenios por
diferentes culturas indígenas andinas y amazónicas para la realización de actividades tanto
rituales como cotidianas. También han sido utilizadas por la medicina popular para curar varias
enfermedades y por la medicina alopática como fuente de varios medicamentos.

En cuanto a los usos medicinales, las hojas de coca en infusión o tisana son recomendadas como
sedativo, calmante suave en los dolores, calmante de los nervios, digestivo, antidiarreico,
antiasmático, calmante del “mal de alturas” o “soroche”, antifatigante, regulador de la presión
arterial, regulador del metabolismo de carbohidratos y sudorífico; sus hojas también son
utilizadas como tónico anestésico en colutorios y gargarismos pues alivia afecciones de la laringe
y las cuerdas vocales, y su decocción es utilizada en forma de paños para tratar la
conjuntivitis8,9,10,11. Además, la cocaína extraída de la coca ha sido utilizada para tratar eczema y
herpes zoster, y para producir anestésicos tópicos, locales y espinales12.

Las hojas de coca también fueron utilizadas para elaborar diversos productos. Es el caso del
francés Angelo Mariani quien popularizó en la segunda mitad del siglo XIX el “Vino Mariani”,
fabricado con vino y coca macerada, bebida apetecida por muchas celebridades de la época entre
las cuales se encontraban Sarah Bernhardt, la reina Victoria de Inglaterra, Julio Verne, Tomás
Edison, el Papa León XIII, el Zar de Rusia y el Presidente de Estados Unidos William
McKinley13,14,15. Además, sus hojas son actualmente utilizadas como saborizante de la Coca-
Cola, aunque en sus inicios fue utilizada con todo y el alcaloide cocaína, el cual fue retirado de la
bebida a partir de 1904.

Como vemos, la coca es el nombre dado a una planta que se ha utilizado en Sur América desde
tiempos remotos y cuya característica peculiar es poseer el alcaloide llamado cocaína. Muchas
especies vegetales que de alguna manera utilizamos contienen alcaloides, por ello confundir los
términos “coca” con “cocaína” es igual que confundir “café” con “cafeína” (más ahora que el
café descafeinado está de moda), “tabaco” con “nicotina”, “chocolate” o “cacao” con
“teobromina”, “té” con “teína”, “ají” con “capsaicina”, “mate” con “mateína”, “haba” con
“vicina” o “coca-cola” con “cocaína”.

8
García Barriga, H. Flora Medicinal de Colombia. Botánica Médica. Tomo II. Tercer Mundo Editores. Bogotá.
1992.
9
Pérez Arbeláez, E. Plantas útiles de Colombia. Edición de Centenario (5ta Edición). Fondo FEN. Bogotá. 1996.
10
Coca de la buena. Revista Cambio No. 432. pp. 44. Bogotá. 2001.
11
Movimiento “Tupay Katari”. Coca: An Andean Tradition. What´s Related. Documento presentado a la Comisión
de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, Subcomisión para la Protección y Prevención de la Discriminación
de Minorías, Grupo de Trabajo en Poblaciones Indígenas. Julio de 1993.
(http://leda.lycaeum.org/Documents/Coca:_An_Andean_Tradition.12967.shtml)
12
Rottman, A. Erythroxylum: The Coca Plant. Ethnobotanical Leaflets, Southern Illinois University Herbarium.
Vol. 2. 1998. (http://www.siu.edu/~ebl/leaflets/coca2.htm)
13
Mayer, E. Factores sociales en la revalorización de la coca. Debate Agrario No. 17, Centro peruano de
Investigaciones Sociales CEPES, Lima. Pp. 131-143. 1993.
14
Gómez, L.D. Botany in the Central Market: Coca: High Tea. Amigos Newsletter No. 51. The Robert and
Catherine Wilson Garden, las Cruces Biological Station, Costa Rica. OTS. 1999.
(http://www.ots.duke.edu/en/amigos/51/coca.htm)
15
Rottman, A. Op. cit. Pp. 3.

3
La otra historia de la coca
El origen del uso de la Coca

Hoy en día la coca es cultivada en Sur América, Africa, Ceilán, Taiwán, Indonesia y Formosa16,
pero su centro de origen se ubica en la zona montañosa oriental de los Andes ubicada por debajo
de los 2000 metros de altura17. Según evidencias arqueológicas18,19 la utilización de la hoja de
coca, y sus variantes20 ocurre hace aproximadamente 5.000 años por parte de las civilizaciones
indígenas de Sur América. En tumbas halladas tanto en la costa como en la sierra Peruana,
pertenecientes a culturas anteriores a la Inca, se encontraron atados de hojas de coca, bolsitas
tejidas que contienen restos de hojas de coca, calabazos con cal, cenizas y espátulas21. Las hojas
conocidas más antiguas (2500-1800 a.C.) fueron descubiertas en emplazamientos arqueológicos
en la costa del Perú, exactamente en el paraje Huanca Prieta22. Además, en la península de Santa
Elena, al sur oeste de Ecuador, se encontraron piezas de cerámica que contenían cal y que fueron
datadas como pertenecientes a la cultura Valdivia. Las evidencias también indican que las hojas
de coca no solo eran cultivadas y utilizadas por poblaciones locales, también eran distribuidas
por áreas en donde no se cultivaba por lo cual pudo adquirir gran importancia económica durante
aquellos tiempos prehispánicos23.

Gracias a relaciones culturales, políticas o económicas a partir de su centro de origen, su uso se


extendió hasta el norte de Argentina y Chile, por el sur, y hasta Centro América por el norte,
incluyendo la región amazónica. Según algunos escritos de los cronistas de la conquista, existía
una estrecha relación comercial entre sociedades de Ecuador y Perú con sociedades de Panamá,
la cual se llevaba a cabo por vía marítima. Esta hipótesis se ha confirmado por los hallazgos de
elementos peruanos y ecuatorianos, tanto de cerámica como de orfebrería, en Centro América,
como de elementos centroamericanos en Perú y Ecuador. En Panamá, estos hallazgos incluyen
figurillas antropomorfas con protuberancias en una o ambas mejillas, similares a las encontradas
en varias partes de Sur América24.

En Colombia, también existen evidencias del uso de la coca en tiempos precolombinos.


Solamente visitando el museo del oro se pueden observar artefactos de las culturas Muisca y
Quimbaya, los cuales representan los accesorios para la masticación de coca tales como poporos,
palillos para la mezcla y figurillas de masticadores de coca. En sitios arqueológicos de la cultura
Tairona se han encontrado ollas de cerámica para tostar coca, las cuales son casi iguales a las

16
De Witt, H.C.D. Plants of the World: The higher plants II. E.P. Dutton & Co. Inc., New York. 1967.
17
Bray, W. and C. Dallery. Coca chewing and high altitude stress: A spurious correlation. Curr. Anthropol. 24:269-
274.
18
Patterson, T. Central Perú: It Population and Economy. Archaeology 24:316-321. 1971.
19
Cohen, M.N. Archaeolological Plant Remains from the Central Coast of Peru. Mawpa Pacha 16:36-37. 1978.
20
Plowman, T. The Origin, Evolution and Diffusion of Coca, Erythroxylum spp. In South and Central America. En:
D. Stone (ed). Precolumbian Plant Migration. Papers of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology,
76:125-163. 1984.
21
Uscátegui Mendoza, N. Contribución al Estudio de la Masticación de las Hojas de Coca. Revista Colombiana de
Antropología. Vol. 3. Pp. 207-289. 1954.
22
Labrousse, A. Las Drogas, un mercado de engaños. Éditions Alternatives. Paris. 2000.
23
Hastorf, C.A. Archaeological evidence of coca (Erythroxylum coca, Erythroxylaceae) in the upper Mantaro
valley, Peru. Econ. Bat. 41:292-301.
24
Uscátegui Mendoza, N. Op. cit. Pp. 4.

4
La otra historia de la coca
utilizadas actualmente en la Sierra Nevada de Santa Marta25. De igual manera, la masticación de
las hojas de coca en San Agustín es fuertemente sugerida por las mejillas abultadas representadas
en muchas de las grandes figuras de piedra antropomórficas que allí se encuentran26.

Hay algún desacuerdo en torno a la edad del uso de la coca en la Amazonia occidental. Algunas
opciones favorecen una introducción reciente desde las montañas andinas. Otras prefieren creer
que su uso es muy antiguo en la región. Primero, normalmente se requiere de un tiempo
considerable para que una nueva variedad se desarrolle; segundo, los mitos de origen narran que
los primeros habitantes llegaron en una canoa arrastrada por una anaconda y en la que viajaban
un hombre, una mujer y tres plantas – la yuca, el yagé y la coca -; tercero, la planta de coca casi
siempre se siembra en un terreno distinto de aquellos usados para sembrar los alimentos, lo que
significa su reconocimiento especial como una planta sagrada. Estos hechos pueden interpretarse
como una sugerencia de una gran antigüedad relativa en el uso de esta planta en la Amazonia
occidental27.

Historia del uso de la Coca

El uso de la coca por parte de los indígenas en América comenzó a ser relatado por los primeros
cronistas de la conquista que registraron su uso en Panamá (Hernando Colón, 1539), Nicaragua
(Fernández de Oviedo, 1549), en la costa norte de Venezuela y Colombia (Vespucio, 1499; De
las Casas, 1561), Cuba (De las Casas, 1550) y Perú (Vicente Valverde, Obispo de Cuzco,
1539)28. Algunos ejemplos de estos relatos se presentan a continuación:

La primera vez que los españoles vieron el uso del hayo (coca) por parte de los indígenas fue en
la península de Paria (Venezuela) y zonas aledañas, tal como lo relató Américo Vespucio en
1499:
“Todos [los indios de Paria] tenían la boca llena de cierta yerba verde que rumiaban,
casi de la misma manera que los animales, de suerte que apenas podían articular
palabra. Traían también todos, colgando del cuello, dos calabacillas curadas, llenas la
una de la yerba que tenían en la boca y la otra de cierta harina blanquizca semejante a
yeso molido, y con cierto palo o bastoncito pequeño que humedecían y masticaban en
la boca, y metían muchas veces en la calabaza de la harina, sacaban la suficiente para
rociar a ambos lados aquella yerba que llevaban en ella; operación que repetían
frecuentísimamente y muy despacio. Admirados de esto, procuramos averiguar la causa
o misterio de esta costumbre, pero nunca pudimos comprenderla”29.

25
Reichel-Dolmatoff. Contactos y cambios culturales en la Sierra Nevada de Santa Marta. Revista Colombiana de
Antropología 1(1):17-122. 1953.
26
Uscátegui Mendoza, N. Op. cit. Pp. 4.
27
Schultes, R.E. & R.F. Raffauf. El bejuco del alma. Los médicos tradicionales de la Amazonia colombiana, sus
plantas y sus rituales. Ediciones Uniandes, Editorial Universidad de Antioquia, Banco de la República. Primera
edición. Bogotá. 1994.
28
Cáceres, B. Historia prejuicios y versión psiquiátrica del coqueo andino. Perú Indígena 12(28):31-72. 1990.
29
Fernández de Navarrete, M. Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y
organización de las antiguas posesiones españolas de ultramar. Tomo II. Pp. 155-156. Madrid. Gráficas Bachende.
Citado por: Patiño, V.M. Aspectos históricos sobre los recursos naturales y las plantas útiles en Colombia. Pp. 316.
Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá. 1977.

5
La otra historia de la coca
En 1514 Fray Bartolomé de las Casas hacía la descripción del uso de la coca por parte de los
indígenas del norte de Sur América así: “Desde que llegan los muchachos a diez o doce años,
traen todo el día si no es cuando beben y comen, en la boca dos bocados del tamaño de una nuez
de las hojas de un árbol llamado hayo, como de arrayán, uno en el uno, y otro en el otro carrillo,
las cuales cierto, son las hojas que en el Perú llaman coca, que en tanto precio es notorio las
estiman. Estas hojas les fortifican los dientes y muelas de tal manera que nunca se les pudren ni
sienten dolor en ellas, pero páranles la dentadura como una azabaja negra”30.

Por su parte, Nicolás Monardes informó sobre el uso que los indios hacían de la coca mezclada
con cenizas diciendo:
“toman almejas o conchas de ostra y quémanlas y muélenlas después de quemadas;
quedan como cal y muy molida y toman unas hojas de coca y máscanlas, como las van
masticando, van mezclando con ellas de aquel polvo hecho de las conchas, de modo
que hacen dello una como una pasta, llevando menos del polvo que de la yerba; y de
esta masa hacen unas pelotillas redondas y pónenlas a secar, cuando quieren usar de
ellas toman una pelotilla en la boca y chúpanla pasando de una parte a otra, procurando
conservarla todo lo más que pueden […]
Es cosa general el uso della entre los indios para muchas cosas; para cuando caminan
por necesidad y para su contento cuando están en su casa”31.

Sobre el uso de la coca por parte de los sacerdotes chibchas en el Nuevo Reino de Granada, el
obispo Fernández de Piedrahita escribía32:

“Hablaban pocas palabras y dormían menos, porque lo más de la noche lo gastaban en


mascar hayo, que es la hierba que en el Perú llaman coca y son ciertas hojas como las
de zumaque, de la misma suerte las labranzas en que las crían y cuando está la cosecha
en sazón (que se reconoce por la sazón de la frutilla de sus árboles), van cortándolas
con la uña del dedo pulgar, de una en una, a raíz del palillo en que nacen, y teniéndolas
en mantas que previene para ese efecto; después las ponen en una vasija de barro sobre
el fuego, y tostadas las guardan, o para el comercio en que fundan su mayor riqueza, o
para el gasto de casa y familia. El palillo es de muy suave olor y la hoja no es de mal
gusto antes de ponerla al fuego, pero después es amargo y entorpece la lengua. El jugo
de hayo es de tanto vigor y sustento para los indios, que con él no sienten sed ni
hambre, antes los alimenta para el trabajo, que viene a ser el tiempo que más lo usan, y
así mismo debe ser muy provechoso para conservar la dentadura, por lo que se
experimenta aún en los indios más ancianos. De antes usaban mascar esta yerba simple,
pero ya la mezclan con cal de caracoles, que han introducido algunos españoles y
llaman poporo, que es otro género de masa que ambrolla los sentidos. Las partes más
fértiles de esta hoja son en la provincia de Sutagaos y en Soatá de la provincia de
Duitama, y es de tanta estima que con ella sahumaban los Jeques a sus ídolos”.

30
Las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias. Cap. CCXLIV. Citado por: Uscátegui Mendoza, N. pp. 234. Op. cit.
31
Menéndez Pidal, Gonzalo. Imagen del mundo hacia 1570. Madrid, 1944. Citado por: Uscátegui Mendoza, N. pp.
234-35. Op. cit. Pp. 4.
32
Fernández de Piedrahita, Lucas. Historia general de las conquistas del Nuevo Reyno de Granada. pp. 14 y 15.
Bogotá. 1881. Citado por: Uscátegui Mendoza, N. pp. 239. Op. cit. Pp. 4.

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La otra historia de la coca
Los conquistadores no comprendían el uso de la coca por parte de las sociedades indígenas que
iban encontrando y sometiendo. Durante los primeros años del encuentro cultural, los españoles
rompieron con el orden social y cultural de los indígenas en muchos aspectos, incluido el uso de
la coca. Para muchas culturas (Inca, Muisca, entre otras) el uso del hayo o coca estaba
restringido a las elites sociales que debían seguir reglas muy estrictas. Sin embargo, los
españoles popularizaron su uso al darse cuenta que con ella los indígenas trabajaban más y
resistían mejor las condiciones infrahumanas de trabajo a las que eran sometidos. Además, al ser
la coca era un importante bien comercial en tiempos precolombinos, los conquistadores
obligaron a los indígenas a darles tributo en cargas de esta hoja, lo cual contribuyó a la
popularización de su uso.

En un escrito anónimo probablemente de finales del siglo XVI o comienzos de siglo XVII se
relata lo siguiente:
“Hasta que algunos españoles vinieron a ser sabidores desto y viendo que de este trato
se les podía resultar mucho interés, dieron en plantar chácaras de coca muy grandes
para todo el común, abriéndoles puerta para que quantos quisiesen la pudiesen comer
sin incurrir en pena ninguna. Con lo cual los indios comunes y principales, a quien
estaba reservado el comerla, acudieron todos a compralla enriqueciendo a los españoles
con el mucho interés que dello se les seguía, paresciéndoles que se les hacía mucha
merced en dejársela comer, aunque les costase tanta plata, que para este menester jamás
les faltaba, aunque les faltase la comida, y lo tenían por grandísima felicidad el usar de
la dicha coca. Luego los españoles vecinos principales de esta ciudad del Cuzco, como
hombres que tenían pusibles, repartieron entre sí las tierras y valles de los Andes en
donde se cría la dicha coca, por ser valle muy caliente y húmido por lo mucho que en él
llueve, que es lo que cría y conserva estos arbolillos de coca; y en otra parte que no
tenga esta calidad, no se dan los dichos árboles en ninguna vía.[…]
Que por serles de tanto interés dieron en plantar para todo el común chácaras tan
grandes y aún no había toda la que era menester, por acudir de todas las provincias del
reyno muchísima gente de indios a comprar la dicha coca, de suerte que valía un cesto
de la dicha coca, que pesaba veinte libras, catorce pesos ensayados, y no se hallaba. Y
así viendo los españoles el trato della ser tan grueso y que enriquecían muchos con él y
se iban a Castilla muy poderosos con la dicha ganancia, fueron multiplicando las dichas
chácaras de suerte que se venían a recoger en cada un año de sesenta mil cestas de coca
arriba. Y como en aquel tiempo que gobernaba este Reyno el Virrey don Francisco de
Toledo se descubrió el cerro de Potosí y el dicho Virrey señalase tan gran cantidad de
indios para la labor y beneficios de las otras minas, y que los indios que en ellas
trabajaban gastaban gran fuerça de coca, pareciéndole al dicho Virrey que sería bueno
el quitarles esta superstición por entender de cierto que lo era, subió en persona a Potosí
a ver la dicha labor de las minas dél y mandó a los señores de minas y ingenios que en
ninguna manera se diese coca a los indios que trabajaban en las dichas minas y que se
les diese toda quanta comida hubiesen menester y bebida para que trabajasen y
desechasen el mal usso que tenían de tomar la dicha coca, porque mejor trabajarían con
comer bien que con cuanta coca hubiese en los Andes.[…]
Visto lo qual, quiso el dicho Virrey don Francisco de Toledo desarraigar del mundo
este género de coca y estando, como he dicho, en Potosí dando la dicha traça, por
entender que comiendo y bebiendo todo lo que les bastase se les olvidaría la dicha
coca, lo qual no fue bastante en ninguna vía, y antes dijeron dueños de las dichas minas
y los mineros que en ellas trabajaban que con satisfacelles de comida tanto a los dichos
indios como su Excelencia mandaba, no querían trabajar ni valía todo quanto hacían el

7
La otra historia de la coca
tercio de lo que trabajaban cuando comían la dicha coca, por decir que les faltaba la
fuerça natural y se sentían dibilitados y sin aliento para poder trabajar por haberles
quitado la dicha coca. Porque con ella, sin comer el tercio de lo que les daban,
trabajaban mucho más, y que el metal se endurecía más, porque cuando ellos tenían la
coca en la boca que no se burlaba con ellos, porque en no queriendo saltar a dos
barretazos, sacaban una hoja de coca de la boca y untaban con ella el dicho metal y que
al punto sacaban grandísimas piedras dél, y que no se cansasen en no dársela, porque
en ninguna manera podrían trabajar como antes sino de la daban. Lo qual visto por el
dicho Virrey y que los quintos reales de su Magestad iban en gran disminución, tornó a
mandar se les diese la dicha coca y ussasen della.”33

Todo indica que la cantidad de hojas de coca que se comercializaba antes de la conquista era
mucho menor que la que llegó a circular después, cuando se convirtió en tributo. Su uso se
popularizó y entraron al mercado artículos novedosos provenientes de Europa por los cuales se
intercambiaba la hoja.

Se sabe que en el territorio actual de Colombia, a la llegada de los conquistadores, la coca


producida en el cañón del Chicamocha por comunidades muiscas y laches llegaba a los mercados
de Duitama, Sogamoso y Tunja, en donde era intercambiada por oro, pescado y sal; la coca de
comunidades periféricas que llegaba del piedemonte llanero se intercambiaba principalmente por
textiles; la coca proveniente del litoral venezolano era cambiada por esclavos de diferentes
procedencias34

De otra parte, durante la misma época el consumo de las hojas de coca es condenado por parte de
los religiosos, por considerarlo mágico y diabólico, asociado con prácticas paganas, lo cual
entorpecía sus funciones evangelizadoras. Por lo tanto, para tener mayor éxito había que
erradicar los cultivos y su uso cotidiano. Sin embargo, para muchos clérigos gran parte de los
diezmos recibidos eran producto de las hojas de coca, por lo que prefirieron permitir su comercio
y uso aunque su labor evangelizadora no fuese tan efectiva.

El Obispo de Cuzco en carta enviada al rey Carlos V de España anotaba que la “coca que es una
cosa que nunca los indios andan sin ella en la boca que dicen que aquello lo(s) sustenta y refresca
de manera que, aunque anden con sol no hay calor y vale en estas tierras a peso de oro y es la
principal renta de los diezmos” 35.

El franciscano Antonio de Zúñiga en carta al Rey de 1579 escribe: “Y si V.M. quiere saber la
causa porque siendo esta una cosa tan perniciosa no se ha dado noticia dello a V.M. para que lo
mande remediar, es porque los principales hombres del Cuzco tienen grandes sementeras della,

33
Relación de la coca y de su origen y principio y por qué es tan ussada y apetecida de los indios naturales deste
Reyno del Pirú. Pp. 33-37. Introducción y edición por María Brey y Víctor Infantes. Instituto caro y Cuervo. Bogotá
1996.
34
Patiño, V.M. Aspectos históricos sobre los recursos naturales y las plantas útiles en Colombia. Instituto
Colombiano de Cultura, Bogotá. 1977.
35
Valverde, Fray Vicente. (1539) Carta del Obispo del Cuzco al Emperador sobre asuntos de su iglesia y otros de
la Gobernación de aquel país, Cuzco 20 de marzo de 1539. Colección de Documentos inéditos relativos al...
Antiguas posesiones españolas de América. Edit. J.F. Pacheco et al (First Series 42 Vol., Madrid,), IU, 1998. Citado
por: Cáceres, B. Historia prejuicios y versión psiquiátrica del coqueo andino. Perú Indígena 12(28):31-72. 1990.

8
La otra historia de la coca
de donde sacan cantidad de pesos de oro, y el obispo que había de clamar, calla, porque saca del
diezmo della mucha parte de su renta…”36.

En la región amazónica también se describió el uso de la coca, aunque mucho más tarde. Así, el
intendente de la capitanía general del Río Negro, Francisco Javier Riveiro de Sampaio, quien
estuvo en visita oficial del 19 al 21 de septiembre de 1774 en la villa de Ega, situada cerca de la
confluencia del Purus con el Amazonas, relata:

“Entre os diversos uzos, que observei nos indios desta villa, foi hum delles o do ipadú,
do qual darei as noçoes, que pude alcançar. O ipadú he huma planta de mediana
grandeza, cujas folhas do tamaño das do louro (laurel) da Europa sao âs que servem
para a composiçao chamada do mesmo nome. Torradas estas folhas se reduzem a pó
em hum pilâo, misturando-se-lhe a cinza da folha da ambaubeira (yarumo). Deste pó
subtilissimo á maneira de tabaco, e de cor esverdeada, enchem a boca com tanta
quantidade, que ficâo as bochecas como inchadas, e pouco a pouco vâo engolindo o
dito pó, mas renovando na boca, tantoque vai disminuindo, para que as bochecas se
conservem sempre cheias. – As virtudes do ipadú, dizem que sâo, aliviar o peso do
sono, semque cauze damno o nâo dormir, e por isso os indios usâo principalmente de
noute deste exquisito remedio, de que fazem tanto cazo, e gosto; para assim se
conservarem em huma doce innacçâo, em que os Americanos, que vivem entre os
Tropicos, poem o summo bem”37.

El botánico Richard Spruce durante sus viajes por la Amazonia describe a su amigo William
Hooker, en carta envida el 1º de abril de 1851 desde el sitio llamado Barra do Río Negro, lo
siguiente:

“En el Jauauarí vi un pequeño sembrío de Ipadú, arbusto cuyas hojas reducidas a polvo
las mastican los indios en todo el Río negro. Tal como era de esperar, se trataba de la
Erythroxylon coca. Las hojas se tuestan y muelen en un mortero hecho de palma
Pupunha, de 4 a 6 pies de largo; la raíz sirve de fondo y el lado suave se cava. Es tan
largo, a causa de lo impalpable del polvo que, de otra manera, se esparciría y asfixiaría
al operador. El mortero se entierra bien en el suelo para trabajar cómodamente. El
pincel está hecho de madera dura. Cuando está bien molido se mezcla el polvo con un
poco de tapioca para darle mayor consistencia. Con un trozo de ipadú un indio puede
caminar dos o tres días sin comer ni sentir sueño. Le mando el ipadú reducido a polvo y
varias muestras de la planta en flor.”38.

36
Compte, Francisco María. Varones ilustres de la orden seráfica en el Ecuador, desde la fundación de Quito hasta
nuestros días. Tomo I. Pp. 44. Segunda edición, corregida y aumentada por el mismo autor, con las licencias
necesarias. Quito. Imprenta del Clero. 1885. Citado por: Citado por: Patiño, V.M. Aspectos históricos sobre los
recursos naturales y las plantas útiles en Colombia. Pp. 337-338. Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá. 1977.
37
Ribeiro de Sampaio, Francisco Xavier. Diario da Viagem que em visita, e correiçao das povoações da capitania
de S. José do Río Negro fez o ouvidor, e intendente geral da mesma… no anno de 1774 e 1775. Exornado com
algumas noticias geograficas, e hidrograficas da dita capitania, com otras concernentes à historia civil, política e
natural della, a os uzos, e costumes, e diversidade de nações de indios seus habitadores, e a sua população,
agricultura e commercio… pp. 34. Lisboa. Na Typografia de Academia. 1825. Citado por: Patiño, V.M. Aspectos
históricos sobre los recursos naturales y las plantas útiles en Colombia. Pp. 330. Instituto Colombiano de Cultura,
Bogotá. 1977.
38
Spruce, R. Notas de un botánico en el Amazonas y en los Andes. Editado y condensado por Alfred Rusell Wallace,
Londres, 1908. Versión en español de Ediciones Abya-Yala, Quito, Ecuador. 1996.

9
La otra historia de la coca
Un año más tarde, el mismo Spruce asiste a un baile en el río Vaupés cerca de la cachivera de
San Gabriel, un poco más arriba de la antigua aldea de Camanaos del cual relata:

“El dirigente de la fiesta distribuyó pescado entre los que había elegido, pero éstos
fueron muy pocos, y durante los dos días con sus noches que duró la fiesta, hubo
quienes no probaron bocado, manteniéndose sólo a base de cauim e ipadú. Aquí
recordaré que a intervalos de pocas horas se repartía el ipadú en grandes cuyas, con una
cuchara rota, de la cual se servía cada uno, siendo la ración un par de cucharadas.
Después de tomar una dosis de ipadú, suelen pasar unos pocos minutos sin abrir la
boca, acomodando cuidadosamente el ipadú en las mejillas dentro de la boca e
inhalando su deliciosa fragancia. Apenas podía contener la risa al ver sus carrillos
hinchados y sus miradas serias durante los minutos de silencio. Dos o tres veces tomé
una cucharada, pero no me hizo insensible al hambre, aunque sí de algún modo al
sueño. Tal vez tomé una dosis muy pequeña.
El ipadú no se chupa, sino que se deja que siga insensiblemente su camino al estómago
junto con la saliva. Me contaron que su uso en grandes cantidades no producía ningún
efecto negativo.”39

En 1854 el presbítero Manuel María Albis, cuando viajaba por el río Caquetá y sus afluentes en
su descripción de las “costumbres de la tribu bárbara de Mesaya que son estos Guaques” señala:

“[…] llevan consigo una petaquilla donde va la chaquira, el espejo y la chica para
untarse: en la misma roza se pelan con la leche de un palo las cejas y la cara: mascan
una hoja llamada coca para teñirse la boca y cada uno con su ramo en la mano llegan a
la casa tocando sus músicas de capadores, tambores y flautas”40.

Durante la colonia el uso de la coca disminuyó drásticamente en Suramérica debido a que las
poblaciones de indígenas fueron diezmadas por diversas razones (esclavitud, enfermedades,
batallas) y a la llamada “civilización” de estas sociedades por parte de las misiones católicas. Sin
embargo, aquellos que sobrevivieron física y culturalmente siguieron usando la coca y cuando
comenzaron las guerras de independencia los recursos brindados por la coca fueron esenciales,
pues el Rey estableció una contribución patriótica excepcional gracias a la cual el impuesto sobre
la venta de la coca llegó a ser hasta del 30%, incluso hasta 182541.

Luego, durante la República el uso de la coca continuó asegurando los trabajos agrícolas y
mineros a pesar de que se había desestructurado el mundo tradicional de muchas sociedades
indígenas y que Bolívar había dispuesto la erradicación de los curacazgos (Decreto del 4 de julio
de 1825)42.

39
Spruce, R. Pp. 206-207. Op. cit. Pp. 9.
40
Domínguez, C., Gómez, A. y G. Barona (Eds.). Viaje de la Comisión Corográfica por el Territorio del Caquetá
1857. Obra dirigida por el General Agustín Codazzi. Pp. 121. COAMA-UE, Fondo José celestino Mutis, FEN,
IGAC. Bogotá. 1996.
41
Labrousse, A. Las Drogas, un mercado de engaños. Éditions Alternatives. Paris. 2000.
42
Cáceres, B. Op. cit. Pp. 5.

10
La otra historia de la coca
A partir de estudios que se hicieron en el siglo XIX sobre la coca43,44,45,46,47,48 en los cuales se
presentaron al mundo sus potenciales usos médicos y del aislamiento del alcaloide cocaína por
parte del químico alemán Albert Niemann en 1869, en Estados Unidos y Europa se interesaron
por la planta de coca, su producción y mercadeo como precursora de productos farmacéuticos.
Así, laboratorios como Parke, Daves & Co. y E. Merck crearon diversas líneas de productos de
coca y cocaína, Angelo Mariani creó el Vin Mariani, Sigmund Freud se interesó por el estudio
del alcaloide cocaína y John Styth Pemberton introdujo la Coca-Cola.

Muchos médicos de la época, incluido Freud, creyeron encontrar en la cocaína la panacea para la
cura de muchas dolencias por lo cual la recetaban indiscriminadamente y en altas dosis para
curar trastornos digestivos y estados de debilidad, se usaba en el tratamiento del abuso de
morfina y alcohol, contra el asma, como afrodisíaco y como anestésico local. Debido a este uso
médico incontrolado se dieron casos de intoxicación aguda (algunos fatales) y de dependencia
crónica.

Por esta razones, en la última década sigo XIX se cataloga el uso de la cocaína dentro de las
toxicomanías, por lo cual su uso es restringido y su importación limitada. Como resultado de este
señalamiento, la utilización médica de la cocaína y el mercadeo de las hojas de coca se
convirtieron en actividades clandestinas.

En el Perú, se inició una fuerte campaña para la erradicación del uso de la coca por parte de los
indígenas por considerarse que causaba su degeneración y que representaba “el mayor obstáculo
para el mejoramiento de las condiciones sociales y de salud de los indios” y que “el uso de la
coca, el analfabetismo y una actitud negativa hacia la cultura superior están estrechamente
relacionados” como se menciona en un informe publicado en 1947 por el Ministerio de
Educación Pública del Perú49. Este informe sirvió como base para que en 1949 las Naciones
Unidas enviaran un grupo de expertos al Perú a estudiar el problema de la coca, quienes en su
Informe de la Comisión de Estudio de Hoja de la Coca50 recomendaron limitar la producción,
reglamentar la distribución y suprimir gradualmente la masticación de la hoja de coca en un
período de 15 años.

Actualmente solo se permite la exportación legal de hojas de coca a ENACO, la Compañía


Nacional de Coca del Perú, en cuyas bodegas cerca de Trujillo se mezclan las hojas provenientes
de diferentes áreas y se empacan en bultos de 80 kilos para ser enviadas a Estados Unidos, en
43
Unanue, H. Disertación sobre el aspecto, cultivo, comercio y virtudes de la famosa planta del Perú nombrada
Coca. Mercurio Peruano. Lima. Julio-Agosto 1794.
44
Unanue. H. Communication to Mr. Mitchil. American Journal Sciences and Arts, New Haven. 1821.
45
Mantegazza, P. Sulle virtu igieniche e medicinale della coca, a sugli alimete nervosi in generale. Milán. 1859.
46
Moreno y Mais, T. Recherches chimiques et physiologiques sur l’Erythroxylum coca du Pérou et la cocaine.
Louis Leclerc Libraire-editeur. Paris. 1868.
47
Christison, Sir Robert. The effects of Cuca or Coca: The leaves of Erythroxilon coca; Address before the Royal
Botanical Society of Edinburgh. British Medical Journal, I. London. 1876.
48
Freud, S. Escritos sobre la cocaína (1884-1887) R. Byck (Ed) Anagrama. Barcelona. 1980.
49
Gutiérrez Noriega, C. Estudios sobre la coca y la cocaína en el Perú. Ministerio de Educación Pública. Lima.
1947. Citado por: Davis, W. Pp. 500. Op. cit. Pp. 11.
50
Naciones Unidas. Informe de la Comisión de Estudio de Hoja de la Coca. Lake Success, New York. Consejo
Económico y Social. 1950.

11
La otra historia de la coca
donde el único importador legal, la Stephan Chemical Company de Maywood (New Jersey), las
recibe y les retira la cocaína para venderla a la industria farmacéutica, y el residuo es enviado a
la Coca-Cola Company para ser utilizado como saborizante de la famosa bebida51.

En Colombia se han realizado pocos estudios médicos, químicos o farmacéuticos sobre el


consumo de la coca, por no ser tan generalizado como en Perú o en Bolivia, y estar limitado a
sociedades indígenas ubicadas en la Sierra Nevada de Santa Marta y en algunas partes de Cauca,
Nariño, Huila, Tolima, Putumayo, Amazonas, Caquetá, Vaupés y Amazonas. Además, gran parte
de la población colombiana desconoce la existencia del consumo tradicional de la coca por parte
de los indígenas, ya que esta planta solamente fue conocida a nivel masivo gracias a la
desafortunada “narcotización” del país durante los últimos 20 años, por lo cual es asociada
exclusivamente con el narcotráfico y con los cultivos ilícitos.

Los usos tradicionales de la Coca por sociedades indígenas

El principal uso de la coca por las sociedades indígenas sudamericanas es la masticación de sus
hojas, actividad denominada en Colombia “mambear” y en el Perú “chacchar”. La forma de
utilizar las hojas de coca con este fin es una en la zona Andina y otra en la Amazonia. Sin
embargo, para todos los indígenas que mambean, la coca es una planta de origen sagrado que les
fue entregada por uno de sus seres míticos ancestrales.

La masticación de la coca se realiza durante actividades cotidianas y rituales. Cuando es


utilizada en actividades cotidianas que requieren de gran esfuerzo físico, como viajar por tierra o
por agua durante largas jornadas, pescar días o noches enteras, perseguir animales para cazarlos,
tumbar árboles para hacer un sitio de cultivo (chagra) o cargar diversos materiales (i.e. troncos,
bultos de hojas de palmas, leña, yuca), la coca para masticar o “mambe” provee energía,
disminuye la sensación de cansancio y diluye la sensación de hambre.

De otra parte, sus usos rituales permiten al aprendiz concentrarse para recibir el conocimiento
tradicional de su maestro; al chamán entrar en contacto con los “dueños” ancestrales del mundo
para realizar sus curaciones y sus rezos, recordar los mitos y oraciones, dirigir los bailes
tradicionales; al cantor para aprender y recordar las letras de las canciones de cada baile
tradicional; al relator recordar y relatar cada mito e historia tradicional en los diferentes ritos.

En general, el uso de la coca entre los indígenas ha sido y sigue siendo un elemento de cohesión
social y de traspaso del conocimiento tradicional de generación en generación. Además, los
controles culturales tradicionales que representa el mambeo reafirman la identidad política y
cultural de las sociedades indígenas.

A pesar de ello, como lo expresó el botánico Schultes, quien recorriera gran parte de Colombia:

51
Davis, W. El Río. Exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica. Primera edición en español. Banco de
la República, El Ancora Editores. Bogotá. 2001.

12
La otra historia de la coca
“La coca ha sido perseguida desde la llegada más temprana de los europeos a
Sudamérica y continúa siéndolo hasta hoy como un resultado del uso peligroso e ilícito
de su principal componente bioactivo, la cocaína, en muchas partes del mundo
civilizado. El mal empleo de una sustancia químicamente pura no debe ser confundido
con la masticación de las hojas de coca entre los indígenas, particularmente de las
tierras bajas, donde se entiende que suministra ciertos elementos que hacen falta en la
dieta local”52.

Como lo han demostrado varios estudios, el “mambeo” no es una toxicomanía pues no produce
ningún tipo de dependencia, ni daños a quienes así la consumen como lo expresa Weil:

“He vivido entre indígenas de los Andes y de la Amazonia colombiana y peruana que
consumen coca y no he observado ningún síntoma de deterioro físico atribuible a la
hoja. Nunca he visto un síntoma de toxicidad. Tampoco he observado dependencia
sicológica o fisiológica de la coca. Inclusive aquellos que llevan mambeando mucho
tiempo obtienen el efecto que ellos quieren a partir de la misma dosis a través del
tiempo; no hay desarrollo de tolerancia o síndrome de abstinencia cuando se
descontinúa su uso”53.

La Alcaldía Mayor de Bogotá en el documento “¿Qué son las drogas?” aclara: “La masticación o
"mambeo" de hojas de coca en poca cantidad, la absorción lenta y progresiva que facilita su
metabolización y eliminación por el organismo, y su uso dentro de prácticas sociales - económicas y
rituales - reconocidas comunitariamente, hacen que el consumo de esta sustancia por las comunidades
indígenas difícilmente pueda ser catalogado dentro de los criterios actuales de abuso y dependencia”54.

A comienzos de la década de los setenta el departamento de Agricultura de los Estados Unidos


encargó a los etnobiólogos Richard Evan Schultes y Timothy Plowman estudiar la coca, la hoja
sagrada de los Andes con la mala fama de ser la fuente de la cocaína. Para ello Plowman realizó
un viaje por los andes colombianos, ecuatorianos y peruanos, y parte de la amazonía colombiana
siguiendo los pasos que Schultes recorriera entre 1939 y 1953 y estudiando los orígenes
botánicos de las especies cultivadas, la química de la hoja, la farmacología de la masticación. El
papel de la planta en la nutrición, la extensión geográfica de las especies, la relación entre las
especies silvestres y cultivadas y el papel de la coca en la religión y la cultura de los indígenas de
los andes y la Amazonia. Entre los resultados obtenidos se estableció el gran valor nutricional de
la coca, su importante papel en la regulación del metabolismo de la glucosa y su estrecha
relación con la identidad cultural y la supervivencia de los pueblos indígenas que
tradicionalmente la han utilizado. Sin embargo, debido a la campaña para la eliminación de la
coca que hoy en día lidera el gobierno norteamericano, con gran ignorancia de la vida indígena,
“los mayores logros de Plowman y Schultes fueron negados e incluso traicionados por el mismo
gobierno que patrocinó su trabajo”55.

52
Schultes, R.E. & R.F. Raffauf. Pp. 99. Op. cit. Pp. 5.
53
A. Weil. "The Therapeutic Value of Coca in Contemporary Medicine". The Journal of Ethnopharmacology,
3:367-376. 1981.
54
Rodríguez Rueda, Alvaro. ¿Qué son las drogas? Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, D.C. Unidad
Coordinadora de Prevención Integral. Dirección Nacional de Estupefacientes, Unidad de Coordinación Nacional.
S.f. (http://www.dnecolombia.gov.co/doc/drogas.doc)
55
Davis, W. Pp. 11. Op. cit. Pp. 11.

13
La otra historia de la coca
En los viajes de Schultes y Plowman por el territorio colombiano, encontraron que mambeaban
indígenas de las siguientes etnias: inga, kogi, ika, guambiano, paez, coreguaje, huitoto, yucuna,
matapí, tanimuka, barasana, cubeo y en general todas las etnias del Vaupés.

Por mi parte, durante más de 11 años de trabajo en la Amazonia colombiana he sido testigo de la
utilización tradicional de la coca por indígenas de las etnias: huitoto, andoke, muinane, miraña,
yucuna, matapí, tanimuka, macuna, barasana, eduria, tatuyo, tuyuca, karapana, bará y tukano.

Cuando se mambea, las hojas de coca liberan el alcaloide cocaína al entrar en contacto con la
saliva, producen una ligera anestesia local en las membranas de la boca y el estómago. La
cocaína es rápida y extensivamente metabolizada por el hígado (la que es absorbida en las
mucosas de la boca evitan el metabolismo hepático presistémico), y luego las enzimas esterasas,
específicamente la colinesterasa, juegan un papel importante en el metabolismo hidrolizando la
cocaína a metabolitos hidrosolubles entre los que se encuentran la metil-éster-ecgonina y la
benzoilecgonina. La absorción de cocaína por vía oral es de 30 a 40% por lo cual un mambeador,
que en promedio consume 20 a 80 gramos de hojas por día, ingiere 0,16 a 0,64 miligramos de
cocaína.

Preparación de la coca en la Amazonia

Existen muchos estudios que han descrito la preparación del “mambe” en la región amazónica. A
continuación se presenta la descripción que hizo Christine Hugh-Jones56 al respecto.

“Los arbustos viejos de coca son arrancados y sus tallos se parten en varias partes
[esquejes], cada una de las cuales se siembra en filas largas de varias plantas de ancho.
Las filas se intersectan formando una gran figura geométrica que representa un cuerpo
humano extendido. Los arbustos de coca sembrados al mismo tiempo que la yuca,
continúan produciendo aún cuando los sitios de cultivo [chagras] se abandonan como
fuente de yuca.

Los hombres recogen en grupo las hojas de coca mientras conversan, hacen chistes y
comparten cigarrillos y coca [mambe]. Las hojas se ponen en un solo canasto y luego
su contenido se vierte en un gran balay ubicado en la parte central de la casa [maloca].
Después se tuestan en una olla redonda de cerámica puesta al fuego; mientras tanto
alguien es enviado a recoger hojas secas preferiblemente de uvo de monte (Pouroma
cecropiaefolia). Las hojas secas son pulverizadas en un mortero cilíndrico y largo de
madera con un pesado macerador de madera. Las hojas de uvo se queman, también en
el centro de la casa [maloca], y la ceniza resultante es recogida y mezclada con el polvo
de coca en una cuya [totuma] masculina. Esta mezcla se cierne con una bolsa de
corteza vegetal atada a un palo largo que se sacude rítmicamente dentro de un cilindro
de madera más largo atado al poste ritual. Las partículas que quedan en la bolsa son
pulverizadas y cernidas dos o tres veces más. El polvo resultante [mambe] se vierte en

56
Hugh-Jones, C. From the Milk River: Spatial and temporal processes in Northwest Amazonia. Cambridge
University Press. Cambridge, UK. 1979.

14
La otra historia de la coca
una cuya masculina en donde es ofrecido a la comunidad de hombres. Esta cuya se
pone en un soporte [janea], similar al utilizado para sostener el balay con casabe,
ubicado al lado del poste ritual. El proceso termina generalmente al atardecer. La
recolección de hojas puede hacerse en la mañana o la tarde, dependiendo de la cantidad
necesaria.

El procesamiento de la coca es seguido por discursos formales que hacen un recuento


del proceso de preparación y las fases son presentadas, generalmente más que
precisamente, de acuerdo al prestigio. El secado o tostado es asignado a un viejo con
experiencia, quien generalmente interpreta canciones de bailes tradicionales mientras
realiza este trabajo. La pulverización requiere bastante energía por lo cual es asignada a
hombres jóvenes, mientras que el cernido es llevado a cabo por el dueño del cocal. El
procesamiento de las hojas para ceniza es un trabajo menor que generalmente es
asignado a los hombres más jóvenes, visitantes o incluso a mujeres. La diferenciación
en los roles durante el procesamiento de la coca sirve para entrelazar a los miembros de
este equipo productivo en relaciones interdependientes”.

Relevancia cultural de la coca en el chamanismo

Para las sociedades indígenas que habitan la Amazonia colombiana, su territorio es entendido
como un complejo sistema, en donde la relación seres humanos-naturaleza constituye una
efectiva relación personal, en la cual animales y plantas reciben individualmente un tratamiento
respetuoso y cauto siguiendo las leyes de origen. Esta visión representa una comprensión
sofisticada del mundo natural acumulada durante varios milenios de convivencia, análisis y
observación de la naturaleza, en donde los seres humanos han adaptado y dado significado al
medio natural que los rodea, y ello define la forma como se relacionan entre sí.

Específicamente para los indígenas que habitan en el río Pirá Paraná (Vaupés), clasificados
dentro de la gran familia lingüística Tukano Oriental, el modelo de fuerzas en equilibrio que
constituye su mundo sólo es posible si los chamanes cumplen con su papel de intermediarios
entre las necesidades sociales y el mundo sobrenatural, representado por los dueños de los
diferentes ecosistemas. El objetivo de su trabajo de intermediación es mantener el equilibrio del
flujo en el circuito de energía, lo que se logra mediante el seguimiento de ciertos controles
sociales como la continencia sexual, el consumo controlado de alimentos, la presencia en
algunos sitios sagrados donde habitan los dueños sobrenaturales. De no cumplirse estos patrones
culturales se rompe el equilibrio 57.

Pero esta intermediación es imposible sin la coca, la cual permite que se re-cree la palabra de
vida, convivencia, historia e identidad cultural. El chamán cotidianamente recorre varios
ecosistemas negociando intercambios de energía con los dueños de cada microhábitat, “pagando
por la energía que le extrae a la naturaleza, ya que los indígenas consideran que la naturaleza

57
Reichel Dolmatoff, G. Chamanes de la Selva Pluvial. Ensayos sobre los Indios Tukano del Noroeste Amazónico.
Themis Books. U.K. 1997.

15
La otra historia de la coca
trabaja en la producción de sus elementos y recursos”58. Estos pagos usualmente se realizan
ofreciendo coca y tabaco y, ocasionalmente, con el “pensamiento” de seres humanos.

Adicionalmente, cada noche los hombres de la maloca se reúnen al rededor de su jefe de maloca
y chamán a mambear para analizar lo sucedido durante el día, planificar las actividades que se
deben realizar en los días siguientes y escuchar la palabra de vida y convivencia impartida por
los mayores.

Preparación de la coca en la Sierra Nevada de Santa Marta

De igual manera, son muchos los que han descrito el mambeo entre los indígenas de la Sierra
Nevada de Santa Marta. Aquí tomaremos la descripción que hace Gerardo Reichel-Dolmatoff
sobre esta actividad.

“El individuo que quiera sembrar coca debe en primer lugar proveerse de ciertos
“permisos” del máma. El mero cuidado de los cultivos de coca y la labor de la tierra
representa un trabajo masculino, pero la cosecha de las hojas es una actividad
femenina. Tratándose de una planta perenne, las hojas se pueden recoger en cualquiera
época del año. Las mujeres las arrancan y las llevan en mochilas grandes a las casas
donde los hombres las reciben para su elaboración. Primero se limpian las hojas de
insectos y se arrancan los tallos o partes secas y dañadas. Luego las hojas frescas se
ponen en una olla especial provista de dos asas opuestas y utilizada solo para este fin, y
se tuestan ahora dentro de la casa ceremonial sobre un fuego lento. Al mismo tiempo se
revuelven continuamente para evitar que se quemen, ya que deben quedar medio secas
y de color verde claro, dorado. Luego se ponen las hojas dentro de una pequeña
mochilita de algodón que se guarda dentro de una de las mochilas grandes que lleva el
hombre terciadas. Una mochilita llena se consume en uno o dos días. Para dar la
reacción deseada, las hojas deben mezclarse con cal. Esto se obtiene quemando
conchitas de bivalvos que se consiguen en las playas del mar, sobre una pequeña
pirámide de espartos delgado. Esta cal se recoge luego en un calabacito en forma de
botella, de 10-15 centímetros de alto y se extrae de este por medio de un palillo delgado
de madera dura, el cual se deja tapando la boca del calabacito cuando este no está en
uso. Primero el hombre toma con la mano derecha unas 50 hojas de la mochilita y las
introduce en la boca. Después de haberlas masticado por unos minutos, escupiendo
ocasionalmente el jugo verdoso, saca el palillo del calabacito y lo lleva a la boca,
chupando ruidosamente la cal adherida al extremo de la madera. Ahora, teniendo el
calabacito en la izquierda, coge el palillo a modo de un lápiz pero entre el índice y el
dedo del corazón y frota el extremo mojado de saliva alrededor de la abertura del
calabacito con el fin de secar el palillo así. Durante este proceso el palillo se frota
rápidamente con movimientos cortos y duros sobre el calabacito, la mano izquierda da
vueltas lentamente a éste. Con el tiempo se deposita así alrededor de la abertura del
calabacito una capa de cal que se endurece y crece hasta formar un cuerpo de color
amarillo. Este se modela con un cuchillo de vez en cuando y forma luego una especie
de cilindro o disco, según el tiempo que el calabacito haya estado en uso. Calabacitos
58
Reichel Dussan, Elizabeth. “La Danta y el Delfín: Manejo ambiental e intercambio entre dueños de la maloca y
chamanes. El caso Yukuna-Matapí” En: Revista de Antropología, Vol. V, Nos. 1-2. Departamento de Antropología,
Universidad de Los Andes. 1989.

16
La otra historia de la coca
de cal que tengan varios años sin haberse roto, tienen a veces un disco grueso y ancho
alrededor de la boca, el cual se recorta y se forma cuidadosamente. Cada 20-30 minutos
más o menos, el individuo extrae las hojas masticadas con la mano de su boca e
introduce otro tanto de hojas frescas. Las hojas masticadas no se escupen directamente
pero durante la masticación se escupe a cada rato el jugo verdoso y amargo”59.

Wade Davis en su libro refiriéndose a la utilización de la coca por los kogis y los ikas de la
Sierra Nevada de Santa Marta escribe:

“Es una tierra sagrada, donde cada planta es una manifestación de lo divino, mambear
«hayo», una variedad de coca que solo se encuentra en las montañas de Colombia,
representa la expresión más profunda de la cultura. La distancia en las montañas no se
mide por kilómetros sino por mascadas de coca. Cuando se encuentran dos hombres no
se dan la mano sino que intercambian hojas”60.

Preparación de la coca en la zona andina

Sobre esta zona existen muchas descripciones especialmente de Perú y Bolivia, pero en este
texto tomaremos una descripción hecha por Néstor Uscátegui sobre la forma de preparación de la
coca por parte del grupo Paéz de la región de Tierradentro.

“La siembra la hacen únicamente los hombres, pues tradicionalmente lo han hecho;
para ella no hay ceremonias especiales, solamente se hace una “minga” (reunión) de
vecinos y se permanece sembrando, bebiendo chicha y comiendo en los descansos,
hasta terminar la siembra del terreno, “minga” que se prolonga por varios días; para
ésta se sacrifica por lo general una cabeza de ganado vacuno, de la cual comen todos
los participantes. La coca es sembrada en los valles cálidos y templados, especialmente
en Togoima, Avirama, San Andrés y la Palma, entre los 1.500 y 2.000 metros de
altitud. Se puede sembrar sola pero es más común sembrarla alternada con los cultivos
de caña de azúcar, café y plátano, pues estos le dan sombra que es conveniente para el
buen crecimiento de la planta. Al año de sembrada ya se puede coger cosecha de hojas
y a los cinco años, los árboles son lo bastante grandes como para permitir cosecha en
cualquier época. […] No hay época especial para la cosecha de la hoja, cualquiera es
buena, esta la hacen especialmente las mujeres pero también la pueden hacer los
hombres. Se recoge la hoja en jigras que llevan pendientes del hombro y para ello se
escoge la más madura, es decir, aquella que tenga un color verde claro. […] La hoja es
llevada a la casa para la preparación. Allí se recibe en grandes ollas viejas de barro y se
procede a tostarla a fuego lento, volteándola continuamente para que la tostación sea
pareja. Cuando la hoja adquiere un color verde-oscuro con visos dorados, está lista para
su consumo. Se coloca entonces en unas bolsitas de lana tejidas por las mujeres,
llamadas “Kuetan-diajas” y que todo individuo de la tribu lleva colgadas al hombro.
[…] La región es rica en rocas calizas que producen muy buena cal. Hay sitios
especiales de donde sacan la cal y a ellos van hombres o mujeres indistintamente.
Llegados allí se procede a romper la roca por medio del fuego que una vez rotase

59
Reichel-Dolmatoff, G. Los Kogi: una tribu de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia. Pp. 75-77. Revista del
Instituto Etnológico Nacional. Vol. IV, Nos. 1 y 2. Bogotá. 1950.
60
Davis, W. Pp. 20. Op. cit. Pp. 11.

17
La otra historia de la coca
transporta a la casa, donde se tiene por quemarla cuando se hace necesaria. Esto se hace
en las primeras horas de la mañana y se usa para ello un tiesto en el cual se coloca al
fuego y cuando está al rojo vivo se le echa agua, con lo cual la piedra se rompe en
pedazos de color blanquecino opaco, esta es la cal usada para mezclarla con la coca. Se
lleva en un calabacito (kuetand-tuka) que se coloca en la misma bolsa de las hojas de
coca. […] El “mambeador” (individuo que masca coca con cal) toma una “mascada” de
hojas tostadas de su “kuetan-diaja” y las introduce en la boca, donde forma con ellas
una pelota que masca durante unos minutos, luego de la “kuetand-tuka” echa la punta
de una navaja de cal entre los dedos pulgar e índice, exactamente en la llamada
“tabaquera anatómica” y la pone en la boca mezclándola con las hojas. La cal se añade
a la coca hasta que esta adquiera un sabor dulce y entonces dice el “mambeador” que
“está buena” y no le añade más cal […]”61.

La condena de la Coca como producto de su mal uso

Como se había mencionado antes, el mal manejo de la coca y de la cocaína en los países del
norte condujo a la implementación de medidas restrictivas y prohibicionistas de su producción,
fabricación, transporte y mercadeo, a nivel internacional y nacional. Desde los primeros años del
siglo XX, y hasta la fecha, se han realizado muchos convenios multilaterales que pretenden
acabar con el consumo de estupefacientes acabando con su oferta más que tratando de disminuir
o acabar su demanda. A continuación se reseñan algunos de los convenios más importantes que
han servido, y siguen haciéndolo hoy en día, para dirigir las políticas antidrogas a nivel mundial
y nacional, resaltando únicamente lo relacionado al tema de la coca.

En los Convenios Internacionales del Opio celebrados en la Haya el 23 de enero de 1912 y en


Ginebra el 19 de febrero de 1925, los mandatarios de los estados participantes “resueltos a
procurar la supresión progresiva del abuso del opio, de la morfina, de la cocaína, igualmente que
de las drogas preparadas o derivadas de esas sustancias que den lugar o puedan dar lugar a
abusos análogos”, convinieron hacer efectiva por vía de acuerdo internacional, la limitación de la
fabricación de los estupefacientes a las legítimas necesidades del mundo para los usos
medicinales y científicos, y reglamentar su distribución. Para ello, cada una de las “potencias
contratantes” se comprometió a establecer una legislación para controlar la fabricación, venta y
mercadeo de la morfina, la cocaína y sus sales respectivas.

Más tarde, el 13 de julio de 1931, se realiza en Ginebra el Convenio para limitar la fabricación y
reglamentar la distribución de los estupefacientes, en el cual se define como “droga” (entre
otras) a “la cocaína y sus sales, incluidas las preparaciones hechas partiendo directamente de la
hoja de coca y que contenga más del 0,1 por 100 de cocaína; todos los ésteres de la ecgonina y
sus sales”. De igual manera se define: “Por "hoja de coca" se entenderá la hoja del Erithroxylon
coca Lamarck, del Erithroxilon novo-granatensis (Morris), hieronymus y de sus variedades, de la
familia de las Eritroxiláceas y la hoja de otras especies de este género de las que puedan
extraerse la cocaína directamente o pueda obtenerse por transformación química” y “Por
"cocaína" se entenderá el éter metílico de la benzoilecgonina”.

61
Uscátegui Mendoza, N. pp. 276-278. Op. cit. Pp. 4.

18
La otra historia de la coca
Nuevamente en Ginebra, se realiza la Convención para la represión del tráfico ilícito de las
drogas peligrosas, concluida el 26 de junio de 1936 y enmendada por el protocolo firmado en
Lake Success (New York) el 11 de diciembre de 1946, en la cual se introduce la definición de
"estupefacientes" o "drogas narcóticas" como “las drogas y substancias a las cuales se aplican o
se aplicarán las disposiciones de la Convención de La Haya del 23 de enero de 1912, y las
Convenciones de Ginebra del 19 de febrero de 1925 y del 13 de julio de 1931”.

Años más tarde, en la I Reunión Interamericana sobre el tráfico ilícito de cocaína y hojas de
coca convocada por el ECOSOC (Comisión de Estupefacientes del Consejo Económico y Social
de las Naciones Unidas) llevada a cabo en Río de Janeiro del 23 al 25 de marzo de 1960, el
Gobierno de Brasil tomó en consideración, el contenido del Informe que sobre sus labores en
1959 presentó al ECOSOC el Comité Central Permanente de Opio, en cuya parte pertinente se
dice: "...La masticación de las hojas de coca es la causa primordial de cierto tráfico ilícito
internacional de la cocaína, que además se presta para el abastecimiento de la fabricación
clandestina de ese producto. Encontrándose todo esto encuadrado en la finalidad del Comité, no
puede menos que llamarse la atención con respecto a ese hecho.... Es por consiguiente necesario
que todos los Estados sud-americanos afectados unan sus esfuerzos hacia una cooperación
regional y se pongan de acuerdo sobre las medidas que remediarán el problema...”. Esta Reunión
“Considerando el alarmante recrudecimiento del tráfico ilícito de cocaína cruda y refinada y de
hojas de coca en Bolivia, Perú y otros países americanos” y “que las víctimas actuales y
potenciales de este tráfico son Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia. Cuba, Chile,
Ecuador, Estados Unidos de América, México, Paraguay y Perú” llama la atención hacia la
necesidad de la completa y constante observancia de las disposiciones de los tratados
internacionales sobre estupefacientes relativos al tráfico ilícito de cocaína cruda y refinada y de
hojas de coca y solicita la urgente atención de los Estados Americanos hacia las
recomendaciones aprobadas por esta Reunión, encaminadas a la represión y supresión del tráfico
ilícito de cocaína cruda y refinada y de hojas de coca. Dentro de estas recomendaciones se
encuentra: “Que los Estados Americanos utilicen al máximo las oportunidades de asistencia
técnica ofrecidas por la Naciones Unidas y agencias especializadas con el fin de remediar las
deficiencias señaladas, sobre: a) Asistencia a las autoridades nacionales de los países productores
de hoja de coca para el efectivo incremento de las convenciones internacionales y de las leyes y
los dispositivos internos que regulan la siembra, el cultivo, la cosecha, la Industrialización y el
comercio de la hoja de coca y de la cocaína en bruto y refinada…”

En la Convención única de 1961 sobre estupefacientes llevada a cabo en Nueva York el 30 de


marzo, enmendada por el Protocolo de 1972 llevado a cabo en Ginebra el 25 de marzo, se
derogan los convenios internacionales antes mencionados (Excepto la I Reunión Interamericana)
y se establece un drástico régimen de fiscalización internacional para limitar el uso de
estupefacientes a los usos médicos y científicos aprobados. Además, se introducen definiciones
que condenan a la coca pues en ellas se establece que: “Por "arbusto de coca" se entiende la
planta de cualesquiera especies del género Erythroxilon…Por "hoja de coca" se entiende la hoja
del arbusto de coca, salvo las hojas de las que se haya extraído toda la ecgonina, la cocaína o
cualesquiera otros alcaloides de ecgonina…Por "cultivo" se entiende el cultivo de la adormidera,
del arbusto de coca o de la planta de cannabis…Por "estupefaciente" se entiende cualquiera de

19
La otra historia de la coca
las sustancias de las Listas I y II62, naturales o sintéticas…Por "producción" se entiende la
separación del opio, de las hojas de coca, de la cannabis y de la resma de cannabis, de las plantas
de que se obtienen.” Y como resultado de diversas campañas en contra de los usos tradicionales
se dispone que “La masticación de hoja de coca quedará prohibida dentro de los veinticinco años
siguientes a la entrada en vigor de la presente Convención”.

En abril de 1986 se elaboró el Programa Interamericano de acción de Río de Janeiro contra el


consumo, la producción y el tráfico ilícitos de estupefacientes y sustancias sicotrópicas
considerándose en sus principios que “Las políticas de reducción de la demanda y de prevención
del uso indebido de drogas y la lucha contra su tráfico ilícito deben figurar en el contexto de las
políticas de desarrollo socioeconómico de los Estados miembros; al igual que ser compatibles
con los derechos humanos, las prerrogativas básicas de las libertades y derechos individuales
reconocidos nacional e internacionalmente, el respeto a las tradiciones y costumbres de grupos
nacionales o regionales y la preservación del medio ambiente”. Sin embargo el punto relacionado
con los usos tradicionales no se desarrolla ni en las medidas ni en las recomendaciones que se
hacen a los Estados miembros y, por el contrario, plantea “Promover estudios que permitan
ampliar el conocimiento de las formas más adecuadas para concientizar a la sociedad respecto de
las causas y consecuencias del uso indebido de drogas, teniendo en cuenta las características
regionales de cada país”.

La Convención de las Naciones Unidas contra el trafico ilícito de estupefacientes y sustancias


sicotrópicas, suscrita en Viena el 20 de Diciembre de 1988, fue llevada a cabo para “concertar
una convención internacional que sea un instrumento completo, eficaz y operativo,
específicamente dirigido contra el tráfico ilícito, en la que se tomen en cuenta los diversos
aspectos del problema en su conjunto, en particular los que no estén previstos en los tratados
vigentes en la esfera de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas”. Si bien, en esta
Convención se acepta que “Las medidas que se adopten deberán respetar los derechos humanos
fundamentales y tendrán debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos, donde al respecto
exista la evidencia histórica, así como la protección del medio ambiente”, no se revisa el carácter
de toxicomanía atribuido a estos usos ni se considera el carácter de estupefaciente atribuido a la
hoja de coca.

Para tratar el tema de los estupefacientes y las sustancias sicotrópicas se han realizado muchos
otros convenios, reuniones, programas y declaraciones sin que en ellas se hayan tenido en cuenta
los usos tradicionales de la coca, por lo cual algunos países han seguido la directriz de la
Convención única de 1961 sobre la erradicación total del consumo de la coca (Argentina, Brasil,
Ecuador) y otros la han restringido a nivel local arguyendo que su uso es un encubrimiento de
una parte del tráfico ilícito de cocaína y que se presta para la producción del alcaloide. Tampoco
se han tenido en cuenta los múltiples estudios e investigaciones que prueban la importancia del
uso tradicional de la coca para las sociedades indígenas, sus propiedades alimenticias, sus
propiedades medicinales ni sus usos legales potenciales.

62
En esta convención se definen cuatro listas de sustancias consideradas estupefacientes. En la lista I se incluyen la
hoja de coca, la cocaína y la ecgonina. En la lista III se incluyen los preparados de cocaína que contengan una
cantidad no superior al 0,1% de cocaína calculado en cocaína base

20
La otra historia de la coca
A continuación se presentan algunos otros convenios y declaraciones de gran importancia a nivel
global y regional:
- ACUERDO SUDAMERICANO SOBRE ESTUPEFACIENTES Y PSICOTRÓPICAS - Buenos Aires, 27
de abril de 1973
- DECLARACIÓN DE NUEVA YORK CONTRA EL TRAFICO Y USO ILÍCITO DE DROGAS - Nueva
York, 1 de octubre de 1984
- CONVENIO "RODRIGO LARA BONILLA" ENTRE LOS PAÍSES MIEMBROS DEL ACUERDO DE
CARTAGENA, SOBRE COOPERACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DEL USO INDEBIDO Y LA
REPRESIÓN DEL TRAFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS
PSICOTRÓPICAS - Lima, 30 de abril de 1986
- DECLARACIÓN DE GUATEMALA "ALIANZA DE LAS AMÉRICAS CONTRA EL
NARCOTRÁFICO" - 15 de noviembre de 1986
- DECLARACIÓN POLÍTICA Y PROGRAMA MUNDIAL DE ACCIÓN APROBADOS POR LA
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS EN SU DECIMOSÉPTIMO PERIODO
EXTRAORDINARIO DE SESIONES - Febrero de 1990
- DECLARACIÓN DE CARTAGENA - Suscrita el 15 de Febrero de 1990
- DECLARACIÓN Y PROGRAMA DE ACCIÓN DE IXTAPA - Aprobado en la tercera sesión plenaria,
realizada el 20 de abril de 1990
- DECLARACIÓN ANDINA SOBRE LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO - Lima, 28 de julio de
1990
- CUMBRE SOBRE DROGAS EN SAN ANTONIO - Febrero 27 de 1992
- PROYECTO DE DECLARACIÓN DE SANTIAGO - Santiago de Chile, 21 de Octubre de 1994
- ACTA DE QUITO - 5 de septiembre de 1995

La legislación colombiana sobre el tema de la coca

Sobre este tema es vasta la legislación que existe en el país, pero aquí solamente vamos a reseñar
algunas norman que muestran que desde comienzos del siglo XX se ha seguido la
reglamentación internacional sobre el tema. Sin embargo, aunque en la Constitución Política el
Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación y se obliga a proteger sus
riquezas culturales y naturales, los usos tradicionales u otros usos lícitos que puede tener la coca
poco o nada han sido considerados en la normatividad del país.

Ley 11 de 1920: Sobre importación y venta de drogas que formen hábito pernicioso. En su
artículo 1º establece: “No podrán venderse las siguientes sustancias por mayor ni al detal, ni en
recetas o prescripciones, sino por orden o receta escrita de un médico o licenciado en medicina,
dentista o veterinario graduados en Facultades aceptadas por el Gobierno: cocaína o sus sales,
eucaína, alfa o beta, sean solas o combinadas con otras sustancias, y sea cual fuere el nombre con
que se las distinga[…]”.

Ley 118 de 1928: Por la cual se adiciona la Ley 11 de 1920, sobre importación y venta de
drogas que formen hábito pernicioso, y se dictan otras disposiciones relativas al servicio de
higiene. En el artículo 10º establece: “No podrán prepararse en el país cocaína y sus sales,
eucaína, alfa o beta, codeína, morfina o las sales de éstas o sus derivados o demás drogas cuyo
uso forme hábito pernicioso, sino en un laboratorio oficial designado por el Gobierno”.

Ley 36 de 1939: Por la cual se reglamenta el comercio de las drogas que forman hábito
pernicioso. Establece en el artículo 1º que “Desde el 1° de enero del año próximo sólo el

21
La otra historia de la coca
Gobierno Nacional podrá importar drogas que formen hábito pernicioso” y en el artículo 2º que
“El producto que se obtenga de la venta en el país de estas drogas, pagando su costo, se destinará
para la represión del tráfico ilícito y asistencia de la toxicomanía”. Además, deroga el artículo
10º de la Ley 118 de 1928.

Ley 45 de 1946: Por la cual se subrogan algunas disposiciones de los Códigos Penal y
Procedimiento Penal y se adicionan otras de la Ley 167 de 1941. Tipifica como delito el cultivo y
distribución de plantas de las cuales puedan extraerse estupefacientes. La coca era considerada
como una de esas plantas.

Ley 13 de 1974: Aprueba la Convención única sobre estupefacientes de 1961, modificada por el
protocolo de 1972.

Ley 9 de 1979: Por la cual se dictan Medidas Sanitarias. En su artículo 463 dice: “Queda sujeto
a control gubernamental: La siembra, cultivo, cosecha, elaboración, extracción, preparación,
acondicionamiento, adquisición, posesión, empleo, comercio, almacenamiento y transporte de
cualquier forma de estupefacientes, drogas, y medicamentos o sus preparaciones, sometidos a
control especial” y en el artículo 464 establece: “Unicamente el Gobierno nacional podrá
exportar productos estupefacientes, de acuerdo con los tratados y convenciones internacionales y
las reglamentaciones que se dicten al respecto”.

Ley 30 de 1986: Por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Estupefacientes y se dictan otras
disposiciones. En su artículo 7º establece: “El Consejo Nacional de Estupefacientes reglamentará
los cultivos de plantas de las cuales se produzcan sustancias estupefacientes y el consumo de
éstas, por parte de las poblaciones indígenas, de acuerdo con los usos y prácticas derivadas de su
tradición y cultura”. Sin embargo, han pasado doce años desde la expedición de esta Ley y aún
no se ha cumplido con lo establecido en este artículo, generándose así un gran vacío jurídico
sobre la materia.

Decreto 3788 de 1986: Reglamenta la Ley 30 de 1986 o Estatuto Nacional de Estupefacientes.


En su artículo 6º establece: “Cuando únicamente se encuentren hojas de plantas de las que
pueden extraerse sustancias estupefacientes, con el fin de dar aplicación al artículo 32 de la Ley
30 de 1986, se considera que cien gramos de hojas de coca en promedio corresponden a una
planta. Igualmente se considera que doscientos gramos de hojas de coca pueden producir un
gramo de cocaína”. Estos datos corresponden a los establecidos en las listas de estupefacientes a
partir de la Convención única de 1961 en donde “Un kilogramo de tintura de hoja de coca que
contenga 0,1% de cocaína, o sea 1 gramo de cocaína, debe considerarse equivalente a 200
gramos de hoja de coca. Un kilogramo de extracto líquido de hoja de coca que contenga 0,5% de
cocaína, o sea 5 gramos de cocaína, equivale a 1 kilogramo de hoja de coca”.

Ley 67 de 1993: Aprueba el Convenio de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de
estupefacientes y sustancias sicotrópicas de 1988 expresando algunas reservas y haciendo varias
declaraciones, entre las cuales se encuentra: “Colombia entiende que el tratamiento que la
Convención da al cultivo de la hoja de coca como infracción penal debe armonizarse con una
política de desarrollo alternativo, tomando en cuenta los derechos de la comunidades indígenas
involucradas y la protección del medio ambiente. En el mismo sentido, Colombia entiende que el

22
La otra historia de la coca
trato discriminatorio, inequitativo y restrictivo que se le da en los mercados internacionales a sus
productos agrícolas de exportación, en nada contribuye al control de los cultivos ilícitos pues,
por el contrario, es causa del deterioro social y ecológico en las zonas afectadas”.

Ley 365 de 1997: Por la cual se establecen normas tendientes a combatir la delincuencia
organizada y se dictan otras disposiciones. En esta Ley se modifican los artículos 33, 34, 40 y 43
de la Ley 30 de 1986 referentes al tráfico de estupefacientes.

Aunque en la jurisprudencia se encuentra la siguiente sentencia, que considera los usos


tradicionales de la coca y otros usos lícitos potenciales, no se ha expedido ninguna
reglamentación sobre este tema.

Sentencia C-176 de 1994. En esta sentencia la Corte Constitucional revisa la Ley 67 de 1993 y
establece que “No se puede colocar en el mismo plano la planta coca y los usos lícitos y
legítimos que de ella se han hecho y se pueden hacer, y la utilización de la misma como materia
prima para la producción de cocaína. Esta diferenciación entre la hoja de coca y la cocaína es
necesaria puesto que numerosos estudios han demostrado no sólo que la hoja de coca podría
tener formas de comercio alternativo legal que precisamente podrían evitar la extensión del
narcotráfico, sino además que el ancestral consumo de coca en nuestras comunidades indígenas
no tiene efectos negativos. Así, señala el Instituto Indigenista Interamericano, organismo
especializado del sistema interamericano:

"...podemos concluir que, aunque las sustancias activas de la coca (principalmente la


cocaína) tienen ante todo una acción antifatigante y productiva de placer, el hábito de
consumo en su forma tradicional no corresponde a la satisfacción de una necesidad
biológica, sino que está enraizada en ancestrales y profundas consideraciones
culturales, por lo que esta costumbre, como el consumo del tabaco y del alcohol en
otras culturas, debe ser enfocada no como un problema biológico sino como un
complejo cultural que forma parte del núcleo social indígena y que asume el carácter de
63
un símbolo de identidad étnica" .

Esta distinción entre la coca y la cocaína tiene además en Colombia una sólida base
constitucional puesto que "el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la
Nación colombiana" (Art. 7 CP), por lo cual la persecución del narcotráfico no puede traducirse
en un desconocimiento de la identidad cultural de las comunidades indígenas, protegida por la
Constitución”. Por lo anterior declara exequible la segunda declaración que Colombia hace ante
la Convención de Viena de 1988.

A manera de conclusión

Muchas veces habremos oído o dicho que “no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”. En
gran medida esto es lo que ha pasado con una, entre muchas, de las especies que durante miles de
63
Instituto Indigenista Interamericano. Informe sobre la Coca y sus efectos en Bolivia. México: mimeo, 1986.
Citado por: Alejandro Camino. Coca: del uso tradicional al narcotráfico. En Diego García Sayán (Ed.). Coca,
cocaína y narcotráfico. Laberinto en los Andes. Lima Comisión Andina de Juristas, 1989, p 93

23
La otra historia de la coca
años se han utilizado en Sur América y por tanto en Colombia: la coca. El mal uso que se ha
hecho de esta planta utilizándola como fuente del alcaloide “cocaína” ha enriquecido a muchos,
matado a otros tantos, convertido países en parias mundiales, originado guerras, enfermado
sociedades y corrompido gobernantes; las alucinaciones políticas, económicas, culturales,
sociales y ambientales que produce, y que exageradamente nos han mostrado los medios de
comunicación, proyectan una luz muy intensa que cubre el globo y nos deja ciegos descartando
usos tradicionales y potenciales de una planta para muchos sagrada.

El “mambeo” que practican muchas de nuestras sociedades indígenas no debe ser confundido
con la adicción a la cocaína extraída artificialmente y que tanto daño le ha traído al país. Por el
contrario, debe ser entendido como una forma de identidad cultural de nuestros pueblos y como
una forma de consumo no dañino que no debe verse afectado por las restricciones impuestas al
narcotráfico.

De igual manera, otros usos potenciales que tiene la coca gracias a sus compuestos podrían ser
aprovechados para generar una economía alternativa al narcotráfico, como por ejemplo el te de
coca o su utilización en medicina, especialmente en este país en donde el Estado promueve la
utilización de medicinas tradicionales y terapias alternativas para el cumplimiento de los
preceptos constitucionales referentes a la diversidad étnica y cultural de la Nación64.

Toda moneda tiene dos caras, y en este escrito se ha pretendido dar a conocer la otra cara de la
coca que no es violenta, ni adictiva, ni antisocial, ni corrupta, ni destructora de sociedades, ni
avara… Es una cara que podemos mostrar al mundo con orgullo por ser sagrada, generosa,
curativa, socializadora, natural, serena y austera. No es esta la cara que todos deseamos que
Colombia tenga ante el mundo y para si misma?

64
Resolución 5078 de 1993. Ministerio de Salud. Colombia.

24
La otra historia de la coca

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