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Ekpyrosis y Palingenesia
Ekpyrosis y Palingenesia
Concepto
Según los estoicos, las catástrofes periódicas que destruyen el mundo acontecen por
fuego o por inundación: tales desastres se deben al cese de la krasis (mezcla en que persiste
la identidad de las sustancias mezcladas) y el dominio total del pneuma bien en su estado
ígneo bien en el líquido.
En ese momento, el animal cósmico muere para que de esa muerte surja uno nuevo.
Como todo animal, el cosmos dispone de un determinado periodo de vida transcurrido el
cual debe disolverse. Si este proceso de disolución se consume como ekpyrosis
(conflagración), ello se debe a la concepción de Zenón acerca de la esencia ígnea de la
materia primigenia y del logos cósmico.
Los estoicos piensan que en el curso del periodo de conflagración hay dos fuegos: uno
destructivo y otro productivo, que se contraponen para transformar la catástrofe en
regeneración (palingenesia). Séneca describe el proceso imaginando un fuego monstruoso
que todo lo consume y que al hacerlo se consume a sí mismo: su temperatura descendería y
en este descenso el mismo fuego primordial mutaría en los restantes elementos. Sólo ese
fuego primordial es inmortal; los demás dioses (los astros celestes, el mismo mundo
generado a partir del fuego) perecen en el sentido de que son reabsorbidos en el fuego
primordial.
El cosmos estoico
Séneca: el diluvium
En las Cuestiones Naturales, Séneca piensa la destrucción final como diluvium: describe
el progresivo deterioro y licuefacción de la naturaleza, que acontece cuando la divinidad así
lo resuelve; lo cual no implica que sea libre de decidirlo, puesto que en el origo mundi
habita la semilla de su aniquilación. Aunque al final de la inundación emerge un nuevo
mundo y una nueva civilización, el proceso eterno de destrucciones y renacimientos
reproduce el único mundo y la única historia que conocemos.