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El Uno de Heideggerd y La Libertad
El Uno de Heideggerd y La Libertad
Revista Rizoma
La retirada del sujeto moderno
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Palabras claves:
Uno, auténtico, inauténtico, libertad,
líder, grupos.
Resumen | El presente
Pues bien, para cumplir con el propósito anterior, y antes de empezar con la definición
del Uno, es necesario hacer un pequeño repaso por la filosofía Heideggeriana y su
concepción del Dasein. Es menester hacer dicha aclaración porque Heidegger (2010), al
interrogarse por el sentido del ser, encontró que, a lo largo de la historia de la filosofía,
esta pregunta ha sido la más universal y, sin embargo, la más vacía. Así, para lograr
conquistar el sentido del ser (Sinn von sein), se dio cuenta que debía preguntarse por el
Dasein, por aquel que tiene una preeminencia no solo óntica, como se da con los demás
entes, sino también ontológica. De hecho, el Dasein es el único que tiene una
preeminencia óntico ontológica.
Pues bien, según Heidegger (2010) en el § 9, este término, hace relación al ser ahí, al
ente que en cada caso somos nosotros mismos, al único ente que es capaz de preguntarse
por su propia existencia. Es decir, así no se diga explícitamente, al ser humano. Así, si se
caracteriza cada Dasein resultan dos osas: La ese ia de este e te está e su se
elativa e te a el se que le va a este e te e su se es, e ada aso, ío p. .Lo
primero, implica que la esencia del Dasein está en su existencia y, lo segundo, implica que
el Daseines, como se había dicho anteriormente, el ente que en cada caso somos nosotros
mismos y que, no puede ser solo un ente ante los ojos de otro (Vorhandensein) o un ente
a la mano (Zuhandensein) (como los otros entes que están en el mundo) sino que, se
ocupa de su mundo. Po lo a te io , es la o ue la ese ia del Dasein consiste en su
existencia.
Por otra parte, es menester destacar que, para Heidegger (2010), nos movemos
siempre en un mundo que, fácticamente, supone ya estar comprendido. Asimismo, el
Dasein tiene una precomprensión de sí, una comprensión media de su ser en relación con
los entes en el mundo. Este comprender se da en relación con los otros. El Dasein siempre
está en relación con otro, siempre está relacionado con otros Dasein en el mundo,
siempre se es u o o el ot o. E to es, se -en-el- u do In-der-Welt-sein)siempre será
se -en-el-mundo- o sie p e ha á u e ue t o e t e los ot os Dasein, quienes se
ocupan del mundo y que no solo están referenciados a otra cosa como lo que está a la
mano (esto último hace relación a los útiles, a los entes que, si bien están en el mundo, no
se ocupan de él).Por lo anterior, estar-en-el-mundo (In-der-Welt-sein) implica estar con los
otros y en medio de los entes en nuestro entorno inmediato.
Todo lo original es aplanado, como cosa sabida ha largo tiempo, de la noche a la mañana.
Todo lo conquistado ardientemente se vuelve vulgar. Todo misterio pierde su fuerza. Esta
u a del té i o edio dese oza u a ueva te de ia ese ial del se ahí , ue
lla a os el apla a ie to de todas las posibilidades de ser (Heidegger, 2010, p.144).
Pues bien, según Heidegger (2010) la cura (Sorge) es una estructura esencial del estar-
en-el-mundo con la que el Dasein sale al encuentro de su mundo cotidiano circundante. La
cura, es una estructura en la que convergen el estar en el uno, el estar uno con otro, el
estar con otro, la circunmundaneidad, el mundo circundante y las demás estructuras del
Dasein. Sin embargo, en la cura de término medio no se revela el sentido del ser en su
cotidianidad, sino que tiende a aplanarse, a nivelarse en todas sus posibilidades de ser. Así
ha ié dose vuelto iego, po e el se ahí al se vi io de la i li a ió todas las
posi ilidades p. .
Ahora bien, Heidegger (2010) afirma que el Dasein, aparte de encontrarse en el Uno, se
encuentra en el mundo con un temple, un estado de ánimo. Esto es lo más ónticamente
conocido y cotidiano. El encontrarse es la manera en la que estamos en el mundo, en
tanto que tenemos siempre un estado de ánimo y, además, estamos en una condición de
arrojados (Geworfenheit), es decir, en un estado de yecto. Esto último sugiere que el ser
es y no puede ser de otra forma, no elige ser sino que es, ahí, en el mundo, encontrándose
afectivamente de cierta manera.
Este estado de yecto, sugiere una responsabilidad frente a lo que nos va de ser, a
uest a fa ti idad. Así la e p esió estado de e to us a suge i la fa ti idad de la
e t ega a la espo sa ilidad p. . Y, ade ás, Heidegge 010) afirma que el Dasein
o o e te es e t egado a la espo sa ilidad de su se , esulta e t egado ta ié a la
espo sa ilidad de o pode e os de ha e se e o t ado sie p e a p. . No
obstante, el Daseintiene dos maneras de asumir ese estado de yecto: desde la versión o
desde la a-versión. Cuando es desde esto último, se pretende escapar a ese estado, así, el
Dasein pretende huir de esa responsabilidad, de la responsabilidad que le viene su ser y su
temple de ánimo, es decir, su encontrarse. Como ve e os poste io e te, este hui
ubica al Daseinen el modo inauténtico de la comprensión, en el Uno.
Se mencionó un término que, según Heidegger (2010) tiene la misma originalidad que
el encontrarse, a saber, el comprender, el cual, es siempre afectivo. El comprender
(verstehen) no es, en cuanto existenciario (existenzial , u a pa te o algo , si o ue es el
ser en cuanto existir. Así, el Dasein es, siempre algo que puede ser, es decir, el Dasein es
posi ilidad. Po eso, el se ahí es se posi le e t egado a la espo sa ilidad de sí
mismo, es posibilidad yecta de u a o a ot o. El se ahí es la posi ilidad de se li e para
el ás pe ulia pode se p. . Así las osas, e el o p e der el poder-ser se abre
en sí mismo.
Entonces, así el Uno sea una estructura en la que la cotidianidad se da, esta se puede
comprender de manera auténtica/genuina o inauténtica/no-genuina. En el modo
inauténtico, que es el modo eminente de estar en el mundo, comprendemos por medio
de la habladuría, la ambigüedad y la curiosidad. La habladuría (Gerede) es la
Por su parte, la curiosidad (Neugier) es el ver por ver, en el que no hay ninguna
pregunta como tal, una pregunta que genere asombro y que se desee comprender, sino
que se parte de una pregunta que presupone ya una respuesta, que tiene ya,
previamente, una comprensión. Asimismo, la ambigüedad pretende hacerlo todo
comprensible, con anticipación. Y, la avidez de novedad es el deseo constante por lo
novísimo. Todo esto, muestra la carencia de morada del Dasein, la pérdida de interés, el
afán de verlo todo y el hallarse en todas partes y en ninguna. La existencia inauténtica
muestra siempre la huida ante sí mismo (Heidegger, 2010).
Así, observamos que cuando se está en relación con los otros se llega,
inexorablemente, a fundirse en una masa que se distancia de cada sujeto como tal y que
acepta todas las cosas en término medio, con cierta mediación. En el Uno se da tanto una
distanciación del Dasein con él mismo, como un aplanamiento de él. Aquello que se salga
de lo U o vuelve a él a su ho oge iza ió eto a al se u o o ueva e te. Ya o
so os solo u se a te los ojos de ot o Dasein, yo somos uno con ese otro, ya nos
fusionamos con él. Pues bien, del Uno no se puede salir, no es una posibilidad, es un
Con lo anterior vemos, primero cómo se forma una gran masa homogenizada en la
cotidianidad y segundo, cómo el Dasein, en ciertos casos, pretende huir de la
responsabilidad que le deviene asumir su ser, su estado de yecto. Así, podemos ver, cómo
se conforman los diferentes grupos que no tienen una capacidad de pensamiento crítico,
si o ue a túa po u ie o ú ue están bajo una sola manera de obrar
librándose de la responsabilidad de pensar por sí mismos. Pues bien, uno de estos grupos
es una banda, una banda delictiva como lo es la de los sicarios. Ramírez (SF) afirma que la
a da es o sola e te u ag upa ie to de jóvenes a partir de un interés criminal
común, sino también un mecanismo de socialización, alternativo a la familia y a la escuela,
de la ue ge e al e te ha dese tado p. .
A propósito de esto, Freud (1920) en su texto Psicologías de las masas y análisis del yo,
muestra cómo se estructura una masa artificial duradera. En este texto muestra que la
influencia de la masa hace que el sujeto presente una alteración psíquica: su rendimiento
intelectual disminuye y, asimismo, su afectividad aumenta. Esto produce que se dé una
homogenización de la banda, o, como lo dice Heidegger, una comprensión de término
medio, carente de fundamentos, propia de la forma inauténtica de estar en lo impropio.
Esto se da porque, la forma en que rinda intelectualmente cada sujeto de la banda
implicaría un rechazo por parte de sus compañeros y por esto, tienden a la igualdad, a la
homogenización. Ahora bien, Ramírez (SF) afirma que en la estructuración de la masa se
da una relación vertical al líder y una horizontal con los pares. El líder, se instaura como el
ideal del yo y como superyó en cada uno de los miembros de la banda. Es importante
aclarar que, Freud (como se cita en García, 2000) afirma que el superyó es quien mantiene
el orden en el sistema psíquico, es quien impone la norma y la moral y la manera en cómo
se debe obrar.
Pues bien, siguiendo con Ramírez (SF), como se ha dado una homogenización de la
intelectualidad y los miembros siguen a un líder,se mantiene un orden en el grupo. Así,
siguiendo a Heidegger, se ve que estas bandas están en el modo inauténtico de estar en el
Uno, en el que prima la carencia de interés, la avidez por lo nuevo, por el dinero, por lo
rápido y en donde hay una carencia de fundamento. Además, los miembros de la banda se
están despojando de la responsabilidad de asumir su propio ser, se lo están otorgando a
otro; al líder.Con esto, Ramírez (SF) afirma que, el líder al ponerse como el ideal de cada
sujeto, puede imponer cualquier tipo de norma, por absurda que parezca y será acatada
por sus miembros al pie de la letra. Asimismo, respecto a la relación entre los pares se
establecen ciertos códigos de comunicación que hacen que los sujetos se identifiquen con
los otros y que justifica sus comportamientos y sus conductas. Esta identificación, según el
autor, se da en el lazo libidinal que cada sujeto tiene con el otro, o podríamos relacionarlo
con el encontrarse de Heidegger, en donde estamos afectivamente dispuestos hacia el
otro de cierta manera.
Con esto, vemos cómo cada miembro de la masa vuelca su libido, hacia el mundo
exterior, hacia los demás y, sobretodo, hacia el líder. Por esta razón, cuando el líder
desaparece, toda esa líbido que estaba volcada hacia lo externo vuelve a lo interno y, al
desestructurarse la banda, cada sujeto vuelva su interés hacia sí mismo (Ramírez, SF).
Entonces, vemos que cada integrante de la banda de los sicarios, le entrega la autonomía
de sus actos al líder, a un sujeto externo. Con esto, se despoja de su capacidad de
desenvolverse en el Uno de forma genuina y se da, sin más, a todo lo que implica estar en
el Uno de forma no auténtica.
Si bien Heidegger no menciona a un líder sino más bien que todos estamos en el Uno;
es coherente deducir que, si hay una masa homogenizada, cualquier sujeto que intente
dominarla basándose en sus supuestos intereses comunes puede hacerlo. Caso explícito
es el de Adolfo Hitler, quien supo manejar esa tendencia a la igualdad de la Alemania de
su época y, así cualquier alemán quisiera oponerse al régimen nazi, no podía hacerlo
porque la publicidad lo restauraba en el Uno, en su aplanamiento y en su distanciación.
Del mismo modo sucede en la banda de los sicarios, en donde la ubicación del líder como
ideal del yo hace que ese Uno compacto y de comprensión media siga las normas del líder,
por descabelladas que parezcan, sin refutar. Esto porque cada integrante de ese Uno se ha
despojado de la responsabilidad que deviene su estado de yecto, que deviene su estar en
el mundo.
Con lo anterior, vemos que el Uno establece cierta determinación de la que el Dasein
o puede es apa . Ade ás, o es u a dete i a ió egativa de la ue se de a hui ,
por el contrario, es la manera más cotidiana en la que nos encontramos en el mundo. Si
bien se podría llegar a interpretar como algo de lo que hay que huir, porque muchos
piensan en el ideal de libertad total o libertad ontológica, es algo totalmente cotidiano. Es
a su do pe sa se u a i dete i a ió tal del a uí el aho a , ue os pe ita
realizarnos a cada instante sin tener en cuenta toda una serie de cánones preescritos en
nuestro existir. Es por esto, que la diferenciación que comúnmente se hace de la teoría
Heideggeriana con el psicoanálisis me parece parcial y poco profunda. La teoría
psicoanalítica habla de una determinación en el desarrollo psicosexual del sujeto; se
remite a la infancia y a la relación de este con sus padres y su entorno para determinar
por qué es como es o presenta tal o cual síntoma. Asimismo, vemos que el Dasein en su
cotidiano ser-en-el-mundo no es de otra manera que con los otros, quienes determinan
quién es él, así como este determina qué es lo otro. Vemos que no se bifurcan los
planteamientos ni mucho menos discrepan.
Bien sabemos que el cerebro humano es el más complejo de los órganos, con más de
85 millones de células nerviosas o neuronas haciendo sinapsis y mandando mensajes de
un lado a otro del cerebro. No obstante, usamos tan solo una porción ínfima de todo lo
ue pode os e plota le a uest a to e de o t ol , de todas fo as, he os eado
maravillas. Sin embargo, todas esas maravillas creadas y todo lo inimaginable que logró
imaginarse, se subsume a un gran Uno que determina cómo obramos. Por ejemplo, la era
tecnológica ha producido grandes avances, pero todo está ahí, homogenizado; sale un
elula uevo pe o este es solo u a odifi a ió del p i e siste a de o u i a ió
inalámbrico, es solo un cambio, no una novedad.
Ahora bien, vemos cómo en las bandas de los sicarios no hay un sujeto responsable, la
responsabilidad se le otorga al líder. Con esto, cada sujeto es despojado de la libertad de
disponer de su propio ser. Cada sicario le entrega la autonomía de sus actos a un sujeto
externo al cual se le volcó su pulsión libidinal. El líder, siguiendo a Heidegger y a Freud, por
la carencia de morada del sicario, se ubica como ideal del yo y lo despoja de todo atisbo
de libertad. Esto se da, porque el sicario, frente a su afectividad, decide huir y asumirse
desde lo no auténtico, dándole al otro todo de sí. No obstante, si el sujeto se desprendiese
de esa masa, despojara al líder de su responsabilidad y se asumiese en el Uno de su
cotidianidad, actuaría de manera diferente; de manera auténtica. De hecho, Ramírez (SF)
afi a ue ua do está solos so ue os … es cuando se juntan que se vuelven
aldadosos p. . Po eso, e la a da, ada sujeto o asu e su se ae e la a ea
inauténtica de estar en el uno.
Así, vemos que las bandas se conforman por una homogenización, por una falta de
consciencia, de auntenticidad, ante el Uno en el que se está, por eso que Heidegger
de o i ó pu li idad . Este es solo u o de los últiples eje plos de lo ue la
homogenización, el limar y pulir cerebros idénticos, el despojarse de la responsabilidad y
dársela toda a cualquier aspecto externo puede llegar a lograr. Si bien no podemos
escapar del Uno, debemos asumirnos en él, para no generar líderes que hagan las veces
de padres simbólicos o también, si ya hemos creado esos líderes, podemos derrocarlos
para volcar toda esa líbido en nosotros y no en lo otro. De hecho, como ya Heidegger lo ha
explicitado, el Dasein siempre está con los otros pero, pienso yo, eso no es una
prescripción para que nos fundamos en eso otro sin más. Solo conociéndonos y
entendiéndonos en la masa podemos asumirnos ante el mundo de manera auténtica y,
podríamos, dentro del Uno, ser libres.
Referencias bibliográficas:
Freud, Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. Recuperado de:
http://www.elortiba.org/pdf/freud_masas.pdf, 1920.
Heidegger, Martin. El ser y el tiempo. Buenos aires: Fondo de cultura económica, 2010.