Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Persona Libro
La Persona Libro
Persona, personalidad
y relaciones interpersonales
© Editorial Parmenia
bajo el sello de De La Salle ediciones
Carlos B. Zetina 30, Colonia Condesa
06170, Cuauhtémoc, Ciudad de México
(55) 52 78 95 04
www.editorialparmenia.com.mx
Dirección editorial
Manuel Javier Amaro Barriga
Desarrollo académico editorial
Antonio Rojas Tapia
Producción y distribución
Irma Rodríguez Vega
irv@ulsa.mx
Hecho en México
ISBN 978-607-749-033-3
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
www.editorialparmenia.com.mx
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Presentación
É rase una vez un país que había vivido una revolución, una guerra civil,
donde se derrocó al presidente que había estado ya más de 30 años en el
poder. Ocupó siete veces la presidencia de forma consecutiva. A pesar del
progreso generado hasta entonces y del que se beneficiaban unos pocos, la
mayor parte de la población era analfabeta y pobre. No había pues demo-
cracia, era una dictadura; y la riqueza generada no traía mayores beneficios
a gran parte de la población, la brecha entre los pocos que tenían todo y la
mayoría que tenía poco o nada era amplísima.
Después de la revolución, este país entró en un período de estabilidad
política y crecimiento económico. La democracia siguió siendo un asunto
pendiente, porque el partido en el gobierno, que era un partido de Estado,
ganaba siempre las elecciones, por las buenas o por las malas. Se pasó de un
sistema político totalitario a uno autoritario. Al menos en lo económico hubo
un cambio, a tal grado que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)
fue en promedio de 6.5% anual durante 30 años. Esto permitió que la mitad
de la población de este país llegara a ser lo que se llama clase media.
Todo parecía marchar bien, pero nuevamente, la falta de democracia se
tornó un problema. Ante la demanda de espacios democráticos de participa-
ción hecha por estudiantes universitarios, el gobierno en turno los reprimió,
realizó una matanza de estudiantes. El modelo económico que había funcio-
nado bastante bien, se agotó, entró en crisis; la corrupción de los gobiernos
en turno precipitó su colapso. Hubo crisis económicas recurrentes, y mucho
de lo logrado con grandes sacrificios por familias enteras, se fue al caño. La
inflación llegó a ser del 98% y la devaluación de la moneda fue de 120%.
Perdieron lo que habían logrado y, no solamente eso, habían quedado en-
deudados. La falta de democracia (un partido único que ganaba siempre) y
la falta de bienestar para la gran mayoría de la población (crisis económicas
recurrentes) eran, otra vez, una combinación explosiva.
Para enfrentar ambos problemas, el grupo en el poder cambió el modelo
económico de este país, y empezó a abrir espacios para la participación de
otros partidos políticos. Finalmente el partido de Estado perdió el poder,
después de más de 70 años; pero el recién instaurado modelo económico fue
profundizado por el nuevo partido en el gobierno. Un modelo económico
que generaba una gran cantidad de riqueza, pero que no la distribuía para
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Las preguntas que subyacen en este relato son las siguientes: ¿de dón-
de surge el mal en la vida y la historia humana?, ¿por qué el ser humano
se convierte en opresor y, muchas veces, en asesino de los demás indivi-
duos, sus hermanos?, ¿el mal es de origen divino o se origina en el cora-
zón humano por la envidia y los celos?, ¿somos responsables, por acción
u omisión, directa o indirectamente, de la injusticia, del sufrimiento de
otros seres humanos? Lo que el autor del Génesis tiene frente a su ojos es
la destructividad humana, el sufrimiento que los seres humanos se pro-
ducen unos a otros, el horror de la violencia y la muerte infligida a otros,
sobre todo hacia los más débiles, hacia los que están en situaciones de
8
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
9
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
10
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
11
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
12
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
13
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
4
Comte-Sponville, André, La Filosofía. Qué es y cómo se practica, Paidós, España, 2012, p. 33.
14
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
15
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
16
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
17
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
18
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Filosofía Filosofía
medieval •Hombre:razón contemporánea
•Cosmos y Physis
•Cosmocéntrica •Dios •Atropocéntrica
•Lenguaje
•Siglos VI a.n.e IV •Teocéntrica •Modernidad
•Cultura
•Siglos V-XV •Siglos XVI-XX
•Siglos XX-XXI
Filosofía Filosofía
antigua moderna
Renacimiento
Periodos
a) Cosmológico
b) Humanista
c) Ontológico
Maestros de la sospecha:
d) Ético C. Marx, F.
e) Religioso Nietzche, S. Freud
7
Cfr. Alfaro, Juan, De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios, Sígueme. Salamanca, 1989, p. 14.
20
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
21
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
que nada, un ser vivo. Lo que en el fondo propuso Scheler fue incorporar
el conocimiento científico en la comprensión filosófica del hombre. La
otra gran aportación de este autor fue su intento de articular los distintos
saberes sobre el humano en una visión integral.
En efecto, Scheler se dio cuenta de que había distintos acercamientos
para comprender al hombre, cada uno desde su propia perspectiva, sin
embargo, todos desarticulados. Él dice que, si se le pregunta a cualquier
europeo culto lo que piensa al oír la palabra hombre, en su cabeza surgi-
rán tres círculos de ideas que rivalizan entre sí.
El primer círculo de ideas le vienen de la tradición judeo-cristiana:
Adán y Eva, la creación, el Paraíso, el pecado original, etc.
El segundo círculo de ideas provienen de la Antigüedad clásica grie-
ga: el ser humano lo es porque tiene logos, es decir, la palabra y la facul-
tad de apresar el qué, la esencia de todas las cosas.
El tercer círculo de ideas le han llegado de las modernas ciencias de la
naturaleza y de la Psicología: el ser humano es resultado de la evolución,
un primate evolucionado; solamente se distingue de los animales por un
grado más complejo de evolución y desarrollo, materia evolucionada y
consciente, etc. Y destaca con gran claridad lo siguiente: “Esos tres cír-
culos de ideas carecen entre sí de toda unidad. Poseemos, pues, una an-
tropología científica, otra filosófica y otra teológica, que no se preocupan
una de otra. Pero no poseemos una idea unitaria del hombre. Por otra
parte, la multitud siempre creciente de ciencias especiales que se ocupan
del hombre, ocultan la esencia de este mucho más de lo que la iluminan,
por valiosas que sean…cabe decir que en ninguna época de la historia
ha resultado el hombre tan problemático para sí mismo como en la ac-
tualidad. Por eso me he propuesto el ensayo de una nueva antropología
filosófica sobre la base más amplia”.9
Desde que Scheler hizo su planteamiento sobre la necesidad y la ur-
gencia de una nueva reflexión sobre el ser humano, una nueva Antro-
pología filosófica, hubo quienes estuvieron de acuerdo y trabajaron en
ese sentido. Otros, dijeron que no era posible realizar tal empresa, como
fue el caso de Martin Heidegger y de Michel Foucault (1926-1984). No
es el objetivo de este texto profundizar en estas cuestiones, sino dar un
panorama general sobre las vicisitudes que ha tenido la pregunta sobre
el humano.
Pocos años después, se presentó un acontecimiento que, sin duda, fue
un hito en el desarrollo del pensamiento filosófico de Occidente y del mun-
9
Scheler, Max, El puesto del hombre en el cosmos, Losada, Buenos Aires, 2008, p. 28.
22
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
23
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
24
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Sanabria, José Rubén, Filosofía del hombre. Antropología filosófica, Porrúa, México, 1986, p. 244.
11
25
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
13
Reale, Giovanni y Antiseri, Dario, op. cit., Vol. III, p. 647.
26
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
14
Id., p. 645.
15
Id., p. 646.
16
Ibidem.
17
Ibidem.
27
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
28
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Ejercicios
29
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Razón
Voluntad Libertad
Persona
Conciencia Afectividad
31
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
32
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
33
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
22
Kant, Immanuel, Respuesta a la pregunta: ¿qué es la ilustración?, Alianza Editorial, Madrid, 2009, p. 83.
23
Martínez Llorca y cols., Diccionario de citas de filosofía, Maia, Madrid, 2010, p. 132.
36
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
24
Pascal, Blaise, Pensamientos, Alianza, Madrid, 1996, p. 131.
37
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
tingue al ser humano del resto de los seres. Es poco probable que al
preguntarle al individuo de la calle, ¿qué eres?, ¿qué es el hombre?, en lu-
gar de la clásica respuesta: “un animal racional”, conteste: “un animal
que siente”.
A la poca difusión de lo que los filósofos han escrito sobre la esfera
afectiva de la persona, también ha contribuido, probablemente, la di-
versidad de términos con los que la han abordado. En general los térmi-
nos que han usado son los siguientes: pasiones, emociones, sentimientos,
afecciones, afectos. Esto ha generado confusión, ya que frecuentemente
han usado estos términos de manera poco diferenciada, muchas veces
como sinónimos, de ahí que resulte difícil distinguir unos de otros. Di-
cha confusión parece disminuir hoy en día debido al surgimiento de la
psicología y, más recientemente, al avance de las neurociencias. En efec-
to, la psicología actualmente usa únicamente los términos emociones y
sentimientos, no utiliza el término pasiones. Este último ha sido utilizado
por la filosofía; baste recordar como ejemplo de ello la obra de Descar-
tes Tratado de las pasiones del alma, de 1649.
¿Qué se entiende por dimensión afectiva o afectividad? En primer lugar,
de acuerdo a lo que sostiene Heidegger en El ser y el tiempo25, hay que
reconocer que la afectividad, el ser afectado, es la primera forma que
tiene el ser humano de saber de sí mismo. En efecto, la persona empieza
a saber algo de sí misma cuando es afectada por el medio físico y por
las demás personas, ser afectado por algo es tomar conciencia de ese
algo y de sí mismo a la vez.
Sentir y tomar conciencia del entorno y de sí mismo es la primera
experiencia que vive la persona al existir en este mundo. Este sentir y
tomar conciencia no implica necesariamente que se comprenda algo del
entorno y de sí mismo. Por ejemplo, un bebé se siente afectado por el en-
torno y por lo que su madre hace y le dice, paulatinamente irá tomando
conciencia de sí mismo, del entorno y de su madre. Ello no quiere decir
que de entrada comprenda el entorno, a su madre y a sí mismo. En este
sentido, lo que primigeniamente vive el ser humano es la afectividad,
el ser afectado, antes que el ejercicio de su racionalidad. En el caso del
bebé, poco a poco irá comprendiendo el mundo en el que está y dará res-
puesta a ello, respuesta que dependerá de la forma en que fue afectado.
Otro ejemplo sería el de un joven estudiante o recién egresado de
la licenciatura que llega a su primer trabajo. El primer día laboral, en
el momento de ingresar a la empresa, se siente afectado por sus com-
pañeros, cómo lo saludan, qué le dice su jefe, por el espacio físico, en
25
Cfr. Heidegger, Martin, El ser y el tiempo, FCE, México, 1993, pp. 151-157.
38
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
39
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
40
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
41
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
42
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
31
Reale, Giovanni y Antiseri, Dario, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, Barcelo-
na, 1991, Vol. III, p. 522.
32
Sartre, Jean Paul, El ser y la nada, Altaya, Barcelona, 1993, p. 65.
33
Cfr. Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 2009, p. 994.
43
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
44
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
45
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
46
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
mo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mun-
do es responsable de todo lo que hace…El existencialista no cree en el
poder de la pasión… piensa que el hombre es responsable de su pasión”.36
Frente a su libertad absoluta y la absoluta responsabilidad de sus
propias elecciones, lo que hace el hombre es eludirla, engañarse a sí
mismo. A este engaño de sí mismo Sartre le llama mala fe. Pero, ¿es po-
sible engañarse a sí mismo? Para el filósofo francés sí es posible que la
persona se mienta a sí misma. En su obra filosófica más famosa El ser
y la nada de 1943, explica con el ejemplo concreto de una mujer lo que
entiende por mala fe.37 Ella es invitada a una primera cita por un varón,
al acceder y salir con él, sabe que al final las pretensiones del susodi-
cho implican un deseo erótico por ella, y en última instancia el deseo
de tener relaciones sexuales. Pensar en esto es muy duro para ella y lo
que hace es engañarse a sí misma, pensando que es un varón educado,
atento, hablan sobre diversos aspectos de la vida para no pensar en el
deseo sexual de él. En el fondo se está engañando a sí misma.
Para Sartre, este engaño lo logra hasta cierto punto, pero no puede
sostenerse mucho tiempo. Lo honesto para esta mujer sería reconocer
y aceptar que su pretendiente la desea sexualmente, pero ello implica
tener que elegir, poner en práctica su libertad, aceptarlo o rechazarlo.
Y eso es lo que hace el hombre, eludir su responsabilidad, negar su
libertad y hacer responsable de lo que decide a los demás, a Dios, al
gobierno, etc. Pero el engaño nunca se consuma de forma total, al final
de cuentas, la persona sabe que se está engañando a sí misma, por eso
busca una y otra vez justificaciones de su conducta, porque en el fondo
sabe que es responsable. En resumen, Sartre es implacable con la liber-
tad y responsabilidad humana.
c) La libertad situada. Hay quienes sostienen que si bien no es posi-
ble hablar de una libertad absoluta como la plantea Sartre, ya que
existen diversos factores que intervienen en las elecciones que la
persona hace, ello no implica que no se tenga libertad. O dicho
de otra forma, rechazan que el ser humano esté determinado to-
talmente por factores psíquicos, sociales, económicos. Ni liber-
tad absoluta, ni determinismo; libertad sí, aunque condicionada,
limitada, pero al fin de cuentas libertad. Un ejemplo bastante
ilustrativo es el de Viktor E. Frankl (1905-1997) en los campos de
concentración nazis.
36
Ibidem. pp. 40-41.
37
Cfr. Sartre, Jean Paul, El ser y la nada, Altaya, Barcelona, 1993, pp. 89-101.
47
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
38
Hegel, Georg. F. W., Principios de la filosofía del derecho, Biblioteca Nueva, Madrid, 2000, p. 89.
48
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
49
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
40
Platón, “Teetetes o de la Ciencia” en Diálogos, Porrúa, México, 2012, p. 468.
41
Abbagnano, Nicola. Diccionario de filosofía, FCE, México, 1980, p. 198.
50
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
51
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
45
Cfr. Ortiz Monasterio, Xavier, Para ser humano. Introducción experimental a la filosofía, Buena Pren-
sa, México, 2011, pp. 68-71.
52
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
embargo, hay que señalar que ninguna de estas dos visiones excluye
a la otra totalmente, es decir, los que destacan el aspecto racional de la
voluntad no dejan de lado que es un querer, un desear, una apetencia.
Viceversa, quienes ponen el acento en el querer, la apetencia de la vo-
luntad, no prescinden por completo de lo racional. Es una cuestión de
énfasis en uno u otro aspecto.
En la filosofía moderna esta doble concepción de la voluntad conti-
núa, pero lo que en el medioevo fue una cuestión de matices, ahora se
convirtió en una separación franca. Por un lado hubo filósofos como
Hobbes, quien sostuvo que no hay nada de racional en la voluntad,
esta es nada más un apetito inmediatamente anterior a la acción. Por
ejemplo, un padre de familia puede deliberar qué hará ante una per-
sona que dañó a su hijo. Si decide llevar a cabo una acción de ven-
ganza, la voluntad sería el apetito que surge inmediatamente antes
de vengarse, y en tal acción, dice, Hobbes, no hay algo racional. Por su
parte Kant, véase la cita respectiva de este filósofo, sostiene que una
voluntad determinada exclusivamente por estímulos sensibles es una
voluntad animal, pero aquella que es determinada por motivos racio-
nales, es una voluntad libre. Dicho de otra forma, quien actúa bajo el
influjo de lo sensible, dejando de lado su racionalidad, se comporta
como un animal.
En el siglo XIX, Arthur Schopenhauer (1788-1860) habló de la volun-
tad pero desde una perspectiva novedosa hasta entonces. En El mundo
como voluntad y representación, que es su obra más importante, sostiene
que la esencia del mundo, incluido el ser humano, es la voluntad, o
más específicamente, la voluntad de vivir. ¿Y qué es la voluntad de
vivir? La define como un impulso ciego, irracional, libre, no tiene un
fin ni un límite, es una aspiración sin término: “Cada fin realizado es
el punto de partida de un nuevo deseo, y así indefinidamente… La
manifestación de la voluntad es un perpetuo fluir, un eterno deve-
nir… Cada acto concreto tiene su fin, pero la voluntad en general no
tiene ninguno…”.46
Esta voluntad de vivir se expresa tanto en la materia inorgánica, por
ejemplo en la erupción de un volcán, como en la orgánica; y, por supues-
to, en la persona, en su cuerpo, en las motivaciones de su conciencia,
pero sobre todo en el acto sexual. Así, la propuesta de Schopenhauer
sobre la voluntad no es la de una fuerza exclusiva de la persona, sino
que es un impulso irracional, esencia y fundamento de toda la realidad.
46
Schopenhauer, Arthur, El mundo como voluntad y representación, Porrúa, México, 2013, pp. 176-177.
57
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
58
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Ejercicios
El hombre es trascendencia
y realiza su propio ser superándose a sí mismo,
se actualiza en tanto que se trasciende.
E. Coreth
47
Morin, Edgar, Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona, 1994, p. 32.
48
Barnes, Jonathan, Los presocráticos, Cátedra, Madrid, 2000, p. 84.
60
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
61
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Con todo este antecedente, en los siglos XIX y XX, diversos pensa-
dores hicieron una distinción fundamental. Todas las cosas de la natu-
raleza tienen un rasgo común: no únicamente existen, sino que son,
es decir, tienen una estructura o consistencia fija y dada. En otras pa-
labras, tiene una naturaleza. El ser humano, en cambio, no tiene una
naturaleza dada; por ello hay que estudiarlo no como si fuera una cosa
más del mundo, sino con categorías o conceptos radicalmente distintos
a los usados en el estudio de los objetos del mundo.
Esto explica la propuesta de W. Dilthey (1833-1911), quien sostuvo
que había dos tipos de ciencia, las Ciencias de la Naturaleza y las Cien-
cias del Espíritu, cuya principal diferencia era su objeto de estudio.
Las primeras estudian los objetos del mundo y las leyes universales
que los explican; las segundas buscan estudiar y comprender los pro-
ductos culturales: mitos, leyes, valores, filosofías, obras de arte, que
son resultado de la acción humana en la historia. En este contexto no
es rara la afirmación de J. Ortega y Gasset (1883-1955): “En suma, que
el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene… historia. O lo que es
igual: lo que la naturaleza es a las cosas, es la historia… al hombre”.49
Este énfasis en la dimensión histórica de la persona encontró su
culmen en el concepto de historicidad desarrollado sobre todo por M.
Heidegger. Este filósofo hizo una distinción entre la historia, como he-
chos del pasado, y la historicidad, que es una característica fundamen-
tal del ser humano. (Dasein) Los hechos del pasado son como cosas,
han sucedido y ya no pueden modificarse; son estudiadas por las cien-
cias históricas, también llamadas historiografía.
Ahora bien, ¿qué es o cómo se entiende la historicidad de la perso-
na? Para poder comprenderla hay que decir que la persona está inmer-
sa en la temporalidad y que es libre. Libertad y temporalidad son los
fundamentos de la historicidad humana. En otras palabras, la persona
es un ser temporal y libre, y esto hace posible que ella sea capaz de
constituir su propia historia y, por tanto, asumir su propio futuro. Si
se niega la temporalidad y la libertad en el ser humano, se niega por
tanto la historicidad. Es difícil negar la temporalidad porque la perso-
na tiene la experiencia del pasado, del presente y de la transformación
constante del futuro en presente. Lo que más se ha negado, como ya se
ha visto con la postura determinista, es la libertad en la persona.
En resumen, la historicidad de la persona es la posibilidad de construir
la historia y su historia; pero no una historia en solitario, sino una historia
con los otros. La persona, que es un presente cuyo pasado está constituti-
49
Ortega y Gasset, José, Historia como sistema, Revista de Occidente, Madrid, 1970, p. 51.
62
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Bolero
Julio Cortázar
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
50
Heidegger, Martin, De camino al habla, Serbal-Guitard, Barcelona, 1987, p. 11.
63
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.
65
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
66
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
55
Speamann, Robert, Ética: cuestiones fundamentales, EUNSA, Navarra, 2007, p. 44.
68
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
ce que si bien con Descartes emerge el ser humano como sujeto fuerte,
ya que se coloca como centro del mundo creado y con su razón para
explicarlo, el mismo filósofo y matemático del siglo XVI reconoce la fra-
gilidad humana: “…soy como un eslabón entre Dios y la nada, es decir,
que estoy situado de tal manera entre el soberano ser y el no-ser… si
considero que participo de alguna manera de la nada o del no-ser, es
decir, en la medida en que yo mismo no soy el ser soberano, me hallo
expuesto a infinidad de fallos, de modo que no debe extrañarme si me
equivoco”.56 Para Ricoeur, la labilidad (fragilidad) es consustancial a la
persona, es parte de su ser.
Ante la experiencia del sufrimiento la persona puede tener diferentes
actitudes: la huida, el fatalismo, la rebelión desesperada. Yepes y Aran-
guren57 plantean tres momentos o actitudes para encarar el sufrimiento:
a) Aceptarlo. Son los momentos dramáticos inherentes a la existen-
cia humana, no se trata de tener una actitud pasiva, sino de una
tarea libremente asumida.
b) Crecimiento. Se aprende a ver la realidad de otra manera; se dis-
tingue lo verdaderamente importante de lo superficial, se valora
lo que se tiene o lo que se perdió desde otra óptica; la fortaleza
interna para afrontar situaciones difíciles aumenta.
c) Darle sentido. Solamente puede afrontarse y trascender el sufri-
miento si se le da un sentido, si se sufre por algo o por alguien,
si se le integra en una tarea en la que adquiera sentido. Así, el
sentido del sufrimiento depende del sentido de vida que se tenga,
aquel se resuelve en este.
Las explicaciones dadas por filósofos resultan insuficientes ante el
sufrimiento concreto, real, cercano, de los débiles e inocentes. No hay
que renunciar a comprender esto que constituye parte de la existencia
de la persona; a exigir justicia y reparación del daño si este es posible; a
darle un sentido que ayude a trascenderlo; sin embargo tal vez conviene
reconocer que se está ante una realidad que desborda la comprensión
racional y que ante ella lo mejor es una actitud respetuosa y solidaria.
La última experiencia que pone frente a la persona de forma con-
tundente y radical su fragilidad y finitud es el hecho de la muerte. Un
acercamiento sobre lo que constituye el modo de existir de la persona
no puede soslayar este hecho. Toda persona se pregunta en algún mo-
mento de su vida: ¿qué será de mí en el final de mi existencia?, ¿hay o
56
Descartes, René, Discurso del método y meditaciones metafísicas, Espasa Calpe, Madrid, 2007, p. 156.
57
Cfr. Yepes, Ricardo y Aranguren, Javier, Fundamentos de antropología. Un ideal de la excelencia
humana, EUNSA, Navarra, 2003, pp. 326-327.
71
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
72
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
73
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
63
Sartre, Jean Paul, El ser y la nada, Altaya, Barcelona, 1993, pp. 568-569.
64
Cfr. León-Portilla, Miguel, La filosofía náhuatl, estudiada en sus fuentes, UNAM, México, 1993, p. 210.
74
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
65
Sartre, Jean Paul, El ser y la nada, Altaya, Barcelona, 1993, pp. 568-569.
66
San Agustín, De la verdadera religión, consultado en http://www.augustinus.it/spagnolo/verare-
ligione/index2.htm el 25 de febrero de 2016, p. 41.
75
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
76
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
tantes filósofos del siglo pasado, nunca quiso irse a vivir a Berlín; deci-
dió permanecer en Friburgo, una ciudad pequeña, donde tenía grandes
charlas con los campesinos, leñadores de la Selva Negra: “Aquí están
los presocráticos… Es aquí donde alimento mi reflexión. No quiero ir
a Berlín, la capital de Alemania, a ocupar una prestigiosa cátedra de
Filosofía. Me quedo aquí con mis leñadores”.68
Como toda realidad humana la trascendencia puede devenir en seu-
dotrascendencia. Muchas veces la sociedad actual le ofrece a la persona
y esta lo acepta; una forma de realización que en el fondo es una seu-
dotrascendencia. La búsqueda del éxito fácil, sin esfuerzo ni trabajo;
de la riqueza explotando al otro; del poder para someter a los demás.
El abuso de drogas es el ejemplo paradigmático de lo que constituye la
seudotrascendencia: una sensación de plenitud, de placer y bienestar
extremos, de omnipotencia y ausencia de límites, pero no como resul-
tado de un trabajo cotidiano y creativo, donde se crece día a día como
persona, sino consecuencia de un agente químico que eleva los niveles
de dopamina en el cerebro.
El “regreso del viaje” se torna en tragedia porque la realidad coti-
diana se presenta nuevamente en su terrible monotonía y problematici-
dad: el tener que trabajar, estudiar, esforzarse cada día, la vulgar rutina
diaria se vuelve insoportable. En el fondo no se acepta la inmanencia.
Hace falta entonces la droga, y esta puede ser no solamente una o varias
sustancias psicoactivas, sino cualquier otra actividad que libre artifi-
cialmente a la persona de sus limitaciones y de sus responsabilidades.
¿Cómo distinguir la trascendencia de la seudotrascendencia? Boff
propone el siguiente criterio: si esta o aquella experiencia ayuda a asu-
mir la cotidianidad en forma responsable, amplía la libertad, propor-
ciona vitalidad para enfrentar los desafíos, hace a la persona más gene-
rosa, solidaria y creativa, se trata de una experiencia de trascendencia;
de lo contrario se trata de una seudotrascendencia.
La persona busca la trascendencia porque en el fondo es un ser de
deseo, y la dinámica del deseo es no tener límites. El hombre desea
algo, y una vez que lo obtiene desea otra cosa, la obtiene y busca otra,
y así sucesivamente. Por eso Lacan (1901-1981) afirmó que el deseo no
tiene objeto, porque no hay nada que colme de una vez y para siempre
la dinámica deseante de la persona. El deseo lo quiere todo y solamente
obtiene una parte, de ahí la frustración humana.
La seudotrascendencia aprovecha esta paradoja de la persona, es de-
cir, manipula “la estructura de deseo y encauza toda nuestra capacidad
de deseo hacia una cosa limitada, identificando esta con la totalidad de
68
Boff, Leonardo, Tiempo de trascendencia, Sal Terrae, Santander, 2000, p. 53.
77
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
69
Ibidem. p. 63.
78
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
Ejercicios
A. La esquela
Instrucciones. Imagina que puedes escribir tu propia esquela
una vez que hayas fallecido: ¿A qué edad te gustaría morir?, ¿qué
te gustaría hacer antes de ese momento?
(Escribe tu nombre) murió ayer a la edad de (tantos) años. Era
miembro de (instituciones).
Le sobreviven (esposa, hijos). Se dedicaba a (labor) para llegar
a ser (proyecto).
Será recordado por (algo que hayas hecho) porque (méritos).
El mundo perderá su valiosa contribución (en las áreas de).
Lo que más amaba de la vida era (placeres).
Aunque siempre lo procuró no logró (deseos no cumplidos).
El cuerpo será (destino).
Si desea recordarlo puede acompañarlo en (lugar, hora).
B. La jaula de oro
Instrucciones. Lee antes de la clase el apartado 1.3 Dignidad hu-
mana y trascendencia y escribe lo que entendiste de cada uno de
los cuatro subtemas. Ve el documental La jaula de oro (dirigida por
Diego Quemada-Díez, México, 2013), observa y pon atención en los
comportamientos de los cuatro protagonistas. Una vez terminada
la proyección escribe un ejemplo tomado de la película donde se
muestre cada una de las cuatro características de la persona que
leíste en este subtema. Escribe una reflexión que aborde de qué
manera se relaciona o impacta en tu vida o no, cada uno de los
ejemplos relacionados con las cuatro características de la persona.
Participa en la plenaria conducida por el facilitador del grupo.
79
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Fuentes documentales
80
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
La persona humana
81
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
82
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
2.1 La personalidad
83
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Crimen y castigo
Fedor Dostoievski
84
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
86
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
parte del Corpus hippocraticum, haya sido escrito por el célebre médico
griego. Adjudican su autoría a su yerno y discípulo Polibio de Cos. Este
sistematizó de manera muy clara la teoría de los humores, como puede
observarse en el siguiente esquema:
enfermedades ca
ón a tar r
c i si ale
po ento fl emá
d is peram tico s
te m
Invierno
fl ema
di
s
sp
edo y frí
húm
o si
o
té s
tem
ció
ólic
a enfermedades dia
nae
pera
ento melanc
hú
crates, constituye el primer
Primavera
me
nfermedade
gran intento por explicar la
mento sang uí
y frío
atrabilis
Otoño
sangre
do y cálid
tierra
a i re
s
ión
s
ne o
a
t em
ngí
sic
s e co
y cálido científico, vol. I, Herder, Bar-
o
ne
sp
bilis
Verano
tem d is
peramento bilioso po
c i si es
ón a l ia r
enfermedades bi
88
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
89
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Los aspectos en los que estas definiciones coinciden son dos: por
una parte sostienen que el temperamento es un componente biológico-
genético y, por otra, afirman que dicho componente forma parte de la
personalidad. Las diferencias radican en la conformación de lo biológi-
co-genético: lo endócrino, lo fisiológico, etc.
Ahora bien, el término carácter proviene del latín character, que procede
a su vez del griego charaktér (χαρακτήρ, ‘el que graba o hace marcas’); deri-
vado del verbo charáttein (χαράττειν, ‘hacer una incisión, marcar, grabar’).
Fue un discípulo de Aristóteles llamado Teofrasto (371-287 a.n.e.) quien
usó este término ya en la antigua Grecia. Este discípulo, quien sucedió al
estagirita al frente del Liceo por indicación expresa de su maestro, escribió
una obra titulada Caracteres morales en la que dice lo siguiente:
Este fragmento, que forma parte del proemio de los Caracteres mora-
les, expresa el objetivo de Teofrasto en dicha obra, a saber, la descripción
y el análisis de los tipos morales de los hombres de su tiempo. Por tanto,
el primer uso del término carácter fue para designar el comportamiento
moral del individuo. En el siglo XIX, surgió la Caracterología estrecha-
mente ligada a la Psiquiatría; uno de sus principales promotores fue
Ludwig Klages (1872-1956), quien decía que la expresión es el reflejo
más inmediato de la vida anímica. Y esto vale tanto para individuos
como para grupos, de ahí la importancia de estudiar los gestos, los sig-
nos y las manifestaciones culturales de ambos.
1
Teofrasto, Caracteres morales, Gredos, Madrid, 1988. pp. 51-52.
92
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
2
Laplanche, Jean y Pontalis, Jean-Bertrand, Diccionario de psicoanálisis, Paidós, Barcelona, 1996,
p. 243.
93
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Temperamento
Personalidad
Carácter
Dimensión
cognitiva
Dimensión Dimensión
afectiva conductual
96
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Mírese a ese ser extraño e incomparable al que faltan todas las condi-
ciones de vida que poseen los animales y pregúntese: ¿qué tareas se
imponen a tal ser para que, simplemente, conserve su vida y su mera
existencia? Y se pondrá de manifiesto, a través de prolongadas y difíci-
les investigaciones, guiadas por este único pensamiento fundamental
que para ello es forzosamente necesaria nada menos que toda la gama
de la interioridad humana elemental: el pensamiento y el lenguaje, la
fantasía, los extraños impulsos (Antriebe) que no se dan en ningún ani-
mal, la peculiar motórica y motilidad. Cada uno de estos caracteres será
estudiado en sí mismo, en la perspectiva de aquella tarea global y se
comentará cómo cada uno de ellos hace referencia a los demás, y todos
ellos se esclarecen recíprocamente. Es necesaria una sumamente com-
plicada y admirable conjunción estructural de rendimiento para que un
ser dotado de tal constitución corporal pueda seguir viviendo mañana, la
próxima semana y el próximo año.3
3
Beorlegui, Carlos, Antropología filosófica. Nosotros: urdimbre solidaria y responsable, Universidad de
Deusto, Bilbao, 2009, pp. 403-404.
4
Damasio, Antonio, El error de Descartes. La razón de las emociones, Andrés Bello, Chile, 1999, p. 171.
97
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
98
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Figura. Lóbulos del encéfalo: Se muestra la localización y las funciones de los lóbulos del encéfa-
lo. Fuente: http://www.drugabuse.gov/sites/default/files/parentguidemod1sp_69.pdf
Corte longitudinal del encéfalo. Se muestran sus tres estructuras evolutivas. Fuente: http://www.
drugabuse.gov/sites/default/files/parentguidemod1sp_69.pdf
5
APA, Diccionario conciso de psicología, El Manual Moderno, México, 2010, p. 309.
99
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
6
Ibídem, p. 84.
100
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Procesos cognitivos
Sensación
contexto
contexto
Metamemoria
Percepción
Pensamiento Metalenguaje
Atención
Concentración
Lenguaje
Metaconciencia
Memoria
Inteligencia
Dimensión cognitiva. Se muestran los procesos cognitivos del ser humano en su nivel estructu-
ral. (Fuente: Aceves Chimal, Ma. del Carmen, Estructura y expresión del pensamiento, De La Salle
ediciones, México, 2012, p. 12.)
7
Cfr. Aceves, María del Carmen, op. cit.,pp. 11-13.
101
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
8
Ibidem, p. 21.
9
Galimberti, Umberto, Diccionario de psicología, Siglo XXI editores, México, 2012, p. 621.
102
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
10
Cfr. Reeve, Johnmarshall, Motivación y emoción, McGraw Hill. México, 2010, pp. 222-223.
104
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
BIOLÓGICA
INTENCIÓN
Dirigirse a
Cambios Suceso=
EMOCIÓN corporales
alguna meta
fisiológicos, Estímulo
cerebrales significativo
(Externo o
interno)
SOCIAL
Expresión
facial, vocal,
etc.
Alegría
Miedo Tristeza
Emociones
básicas
Enojo Asco
11
Cfr. Reeve, Johnmarshall, Motivación y emoción, McGraw-Hill, México, 2010, p. 232.
108
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Emociones básicas
Alegría. Es la emoción que surge cuando se obtiene un resultado
que se desea y, por lo general, está vinculada con los éxitos personales
y con la afinidad con otras personas. El aprobar el examen de una ma-
teria que se reprobó causa alegría.
Tristeza. Es la experiencia emocional opuesta a la alegría. Se da sobre
todo cuando una persona vive un fracaso o una separación. Es la emo-
ción más negativa y adversa. En la película Intensa Mente, la adolescente
protagonista Riley, experimenta esta emoción: se ha cambiado de ciudad,
por tanto ha cambiado de escuela y ya no ve a sus amigos, ya no juega
hockey, está dejando la infancia; en resumen, sufre muchas pérdidas.
Asco. Ante un objeto contaminado, deteriorado o podrido, la emo-
ción que se genera es el asco. La función de esta emoción es el rechazo,
es decir, la persona se aparta o aparta de sí aquello que le provoca esta
reacción. El aprendizaje debido a la cultura en la que se vive determina
en buena medida el sentir asco ante determinados objetos o situaciones.
Un ejemplo de esta emoción sería abrir un refrigerador donde hay co-
mida podrida o pisar en la calle excremento de perro y percibir su olor.
Enojo o Ira. Es la respuesta emocional que más menciona la gente
al preguntarles sobre las emociones. Cuando hay una restricción que
interfiere en los propios planes, las metas o el bienestar, surge el enojo.
En otras palabras, emerge cuando se considera que una situación no es
como se desea: hay una restricción, una interferencia, una crítica que
se considera ilegítima, etc. Por ejemplo, una estudiante se cita con una
compañera de la escuela, a una determinada hora y lugar para hacer un
trabajo escolar, y esta no llega y no contesta el celular. Lo más probable
es que la estudiante que se quedó esperando se enoje.
Miedo o temor. Cuando alguien piensa que una situación o persona
es una amenaza psicológica o física para sí mismo, para sus seres que-
ridos o sus bienes, la respuesta emocional es el miedo. Ello implica que
las capacidades para afrontar esta situación o persona, se consideran
que son insuficientes, por ello la persona experimenta una vulnerabi-
lidad que la hace sentirse abrumada. Así, un niño puede sentir miedo
cada mañana al ir a la escuela, debido al acoso escolar que sufre de
parte de uno de sus compañeros en el grupo.
¿Para qué sirven las emociones? Esta es una pregunta tan antigua
como la filosofía occidental. Ya desde los antiguos griegos se reflexiona-
ba en torno de esta cuestión. Esta pregunta adquiere mayor relevancia
si se tiene en cuenta la experiencia cotidiana: debido al enojo, un con-
109
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
110
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
optimismo amor
serenidad
vigilancia admiración
odio asombro
pena
desprecio aversión sorpresa susto
melancolía
remordimiento decepción
Examinación del
Nuevo territorio Anticipación Exploración del territorio
territorio
Objeto o situación Sorpresa Detenerse, alertarse Orientación
inesperada.
112
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
113
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
12
Laplanche, op. cit., p. 430.
115
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
ya no está a gusto, está enojada con él porque siente que pasa mucho
tiempo con su familia, en especial, está muy al pendiente de su madre,
la chica que aparece al final del sueño. Lo que siente ella en el fondo son
celos de la madre de su novio, le pone más atención que a ella y eso la
enoja mucho.
Además del sueño, es posible saber sobre los contenidos inconscien-
tes a través de los actos fallidos, de los lapsus linguae, de los síntomas;
estos últimos, expresiones de un conflicto psíquico. Según Freud, lo
inconsciente y sus contenidos son en realidad lo que configura funda-
mentalmente y desde lo más profundo, la personalidad de un indivi-
duo. De ahí la importancia de conocer los propios deseos inconscientes.
Por otra parte, ante el cuestionamiento de aquellos que no aceptan
la existencia de lo inconsciente, el sistema y sus contenidos, Tammy Ka-
lach Atri responde: “¿Cómo podríamos comprender que las personas no
pueden controlar ciertos actos, que hagan o deseen cosas que rechazan
explícitamente? ¿Cómo explicar ciertas sumisiones de los explotados a
los explotadores? ¿Cómo explicar los síntomas o las somatizaciones?”.13
El principal descubrimiento de Freud, para muchos, es la existencia de
esa instancia psíquica llamada inconsciente que cambia radicalmente la
comprensión que la persona tiene de sí misma.
13
Kalach Atri, Tammy, “El psicoanálisis ya no está de moda”, en Mitos del diván. Breves notas
introductorias al psicoanálisis, Lectorum, México, 2010, p. 95.
117
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Para esos momentos, Freud había planteado que el hombre tiene dos
tipos de pulsiones: las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte. Las
primeras, como su nombre lo indica, tienen como fin mantener la vida
y acrecentarla; las pulsiones de muerte tienden a la destrucción interna
(autodestrucción) y externa, es decir, a la disolución. Decir que el ello
es el reservorio de la energía pulsional significa que en esta instancia
psíquica radican las pulsiones de vida y de muerte, las fuerzas cons-
tructivas y destructivas, las cuales están en permanente conflicto. Así,
el ello es el aspecto pulsional de la personalidad, sus contenidos son
inconscientes, unos heredados y por tanto innatos, otros adquiridos y
que han sido reprimidos.
Un ejemplo donde puede decirse que actúan primordialmente las
pulsiones de muerte es el siguiente: una niña de cuatro años de edad ve
llegar a su madre del hospital con su hermanito recién nacido. Se sien-
te excluida porque piensa que su madre ya no le va a poner atención.
Cuando su mamá está ocupada y el bebé solo en su cuna, se acerca a
él y lo araña, o le dice a su papá que su hermanito llora mucho en las
noches y que no los deja dormir, que mejor lo regalen. Los celos y la
exclusión que siente esta pequeña se expresan en sus comentarios y en
la acción de arañar a su hermanito.
b) El yo. El contacto con la realidad hace que se forme esta segun-
da instancia psíquica, que va generando, poco a poco, un control de
las pulsiones. En otras palabras, el yo se forma a partir del ello, y va
teniendo influencia progresiva en áreas y niveles cada vez más am-
plios y profundos de este. El núcleo del yo es la conciencia. Además,
hay otras funciones que realiza el yo como son el control, consciente y
voluntario, de los movimientos del cuerpo (motilidad); el pensamiento
lógico y racional; la ordenación en el tiempo de los sucesos; entre otras.
A pesar de que la conciencia es el núcleo del yo, este tiene una parte
inconsciente, es decir, un área de la que la misma conciencia no se
percata, es aquí donde radican los llamados mecanismos de defensa.
Estos mecanismos son implementados por el yo y son inconscientes,
mediante ellos se busca lidiar con la ansiedad o angustia que generan
los deseos sexuales y agresivos, o las experiencias que causan un dolor
psíquico. Como su nombre lo indica, es una forma de defenderse, de
protegerse del yo.
Un ejemplo del funcionamiento consciente del yo es el siguiente: un
joven va conduciendo su automóvil en una de las avenidas de la ciudad,
se le cierra otro auto y casi choca contra el muro de contención. Decide
alcanzar al automóvil para reclamarle al conductor, se da cuenta de que
el conductor viene ebrio y acompañado de otros tres varones. Evalúa la
118
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
119
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Ejercicios
120
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
121
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
122
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
123
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
125
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
126
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
En esta lógica, entre más satisfaga los deseos de sus padres, mayor
cariño y aprobación obtendrá. Fink clarifica lo que se acaba de mencio-
nar: “Queremos saber lo que ellos quieren para poder satisfacerlos o des-
ilusionarlos en sus propósitos, para descubrir cuál es nuestro lugar en
sus expectativas y sus planes y para encontrar dónde incluirnos en su
deseo. Queremos ser deseados por ellos; como sostiene Lacan: ‘el deseo
del hombre es ser deseado por el Otro’ (aquí el Otro parental)”.17
Sucede que los padres a veces dicen lo que desean, otras dicen lo
que no desean, también a veces no dicen lo que quieren y, en ocasiones
o frecuentemente, dicen una cosa pero en el fondo desean otra, lo que
resulta bastante problemático para el hijo. De ahí que todo hijo se llegue
a cuestionar: ¿qué quieren de mí?, ¿qué es lo que quiere realmente mi
padre, mi madre? Cuando un niño hace algo que sus padres no quieren
que haga, por lo general, lo castigan; así, desiste de tal comportamiento
para conservar su cariño y aprobación. Por ello, buscará descifrar el
deseo de sus padres. En esta forma el deseo del Otro está no exclusiva-
mente en el origen de la existencia de un sujeto, sino en los primeros
vínculos afectivos de su vida. Su deseo se formará a partir del deseo del
Otro, en este caso, del deseo de sus padres.
Si el origen del deseo en un sujeto está en el deseo de sus padres, esto
tiene una consecuencia muy importante: no solamente se desea ser que-
rido por los padres, sino que se desea como ellos, es decir, se toman los
deseos de ellos como propios; se desea como el Otro, dice Lacan. El nom-
bre que le ponen a su hijo, la escuela a la que lo mandan, los deportes
que quieren que practique, etc. están cargados del deseo de los padres.
Esto explica por qué los adolescentes buscan sacudirse esa presen-
cia de los padres en su vida, ya no quieren salir con ellos sino con su
grupo de pares. Freud sostiene que el logro de esta separación de los
padres, sobre todo en sentido psíquico, es la tarea fundamental de la
adolescencia. Esta separación es un proceso doloroso, no únicamente
para los adolescentes sino para los padres, a veces, son los hijos quienes
no quieren llevar a cabo tal proceso, a veces son los padres.
Freud es muy claro al respecto: “En el individuo que crece, su des-
asimiento de la autoridad parental es una de las operaciones más ne-
cesarias, pero también más dolorosas, del desarrollo. Es absolutamente
necesario que se cumpla, y es lícito suponer que todo hombre devenido
normal lo ha llevado a cabo en cierta medida”.18 Uno de los objetivos en
Fink, Bruce, Introducción clínica al psicoanálisis lacaniano, Gedisa, Barcelona, 2007, p. 80.
17
Freud, Sigmund, “La novela familiar de los neuróticos”, en Obras completas, Amorrortu, Buenos
18
127
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
128
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Período
Etapa Etapa Etapa Etapa
de
oral anal fálica genital
latencia
a) Etapa oral. Del nacimiento a los 12 meses. Muy poco tiempo des-
pués de nacer, el bebé es alimentado por la madre, sea que le dé
pecho o en un biberón. La zona donde experimenta placer el bebé
es en la boca, y dicha experiencia placentera está vinculada no
tanto al alimento, sino a la acción de chupar, al movimiento de la
lengua, los labios y el paladar. En este primer momento el placer
está ligado, apuntalado dice Freud, sobre la satisfacción biológica,
es decir, el hambre. En esta etapa, que es la más primitiva, el pri-
mer objeto de amor para el bebé es el pecho materno, y empieza
a conocer el mundo y a relacionarse con él a través de la boca.
Dado que ha experimentado placer con el pecho, el bebé no tarda en
buscarlo de nuevo, si este no está entonces “alucina” que existe, es de-
cir, toma su dedo, o su cobertor, o su puño y lo chupa, experimentando
nuevamente placer. Con el paso del tiempo, la necesidad biológica del
hambre se hace presente de nuevo, es decir, aunque se chupe el dedo y
experimente placer en un primer momento, esto no logra calmarlo, por
lo que entonces recurre al llanto para que el pecho materno se haga pre-
sente. Una madre atenta a las necesidades del bebé interpreta este llanto
y le acerca nuevamente el pecho.
Este ciclo de ausencias-presencias del pecho materno tiene dos efec-
tos psíquicos cruciales:
129
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
130
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Por su parte, la niña se da cuenta de que los niños tienen pene y ella
no. Los dos buscan explicarse cómo es que los varones tienen pene y las
mujeres no. Es lo que Freud llamó teorías sexuales infantiles, que buscan
dar cuenta de esta diferencia y de otros asuntos. En lo que respecta al
complejo de Edipo puede decirse, de manera genérica, que es el conjunto
de deseos amorosos y hostiles que los niños experimentan hacia sus pa-
dres; generalmente se habla de los deseos amorosos hacia el progenitor
del sexo opuesto y de los deseos agresivos hacia el progenitor del mismo
sexo. En esta forma es lo que Freud llamó Edipo positivo, sin embargo,
también habló de que existe un Edipo negativo, que implica los deseos
amorosos hacia el progenitor del mismo sexo y los deseos hostiles hacia
el del sexo opuesto. El complejo de Edipo completo incluye las dos formas, la
positiva y la negativa; y todos, varones y mujeres experimentan ambos.
El complejo de Edipo en el niño, en su forma positiva, implica los
deseos amorosos hacia su madre y los deseos agresivos hacia su padre:
siente celos, odio, rechazo, hacia este. El pequeño varoncito, dice Freud,
tendrá que renunciar a la madre, superar sus sentimientos hostiles ha-
cia el padre e identificarse con este.
En el caso de la niña, los deseos amorosos están dirigidos hacia el
padre y los hostiles hacia la madre. En forma parecida, no igual, la niña
ha de superar la hostilidad que siente hacia la madre, renunciar al pa-
dre e identificarse con aquella. Tanto el papel del padre como el de la
madre con el niño o con la niña son muy importantes, para que se pue-
da tramitar todo este proceso psíquico de la mejor manera posible. Por
ejemplo, ayudar a que el niño o la niña duerman en una habitación
separada, no fomentar la hostilidad hacia el progenitor del mismo sexo
hablando mal de él o ella, etc.
La renuncia al padre o la madre es lo que se llama prohibición del in-
cesto, que es una prohibición muy importante para que se pueda formar
el superyó. Esta prohibición también tiene la función de limitar la endo-
gamia y genera como efecto que el sujeto salga del núcleo familiar para
buscar una pareja fuera de este, y así se inserte en la vida más amplia
de la comunidad y la cultura.
d) Período de latencia. De 6 años a la pubertad. La etapa fálica ter-
mina alrededor de los seis años de edad. En ese momento la se-
xualidad infantil, tan a flor de piel en los niños y niñas, sufre
los efectos de la represión. Inicia lo que Freud llamó latencia, que,
como su nombre lo indica, no quiere decir que la sexualidad haya
desaparecido, sino que está latente, en lo inconsciente. Ahora la
energía sexual es focalizada en el aprendizaje y el autoconoci-
131
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
133
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
135
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
21
Ibidem. pp. 355-356.
136
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Ejercicios
Varones Mujeres
1. Nombre: 1. Nombre
Aspectos Aspectos Aspectos Aspectos
agradables desagradables agradables desagradables
137
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
2. Nombre: 2. Nombre
Aspectos Aspectos Aspectos Aspectos
agradables desagradables agradables desagradables
3. Nombre: 3. Nombre
Aspectos Aspectos Aspectos Aspectos
agradables desagradables agradables desagradables
138
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
2.3.1 Autoestima
140
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
23
Hornstein, Luis, Autoestima e identidad: narcisismo y valores sociales, Fondo de Cultura Económi-
ca, México, 2011, p. 46.
141
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
que regresa la madre el bebé se pone contento, es posible decir que hay
un apego seguro.
También se trata de un apego seguro cuando el infante se aleja de la
madre y voltea o regresa de vez en cuando para corroborar que ella está
ahí. En cambio, si la madre se ausenta y al regresar el bebé la rechaza,
se enoja constantemente, no se acerca cuando necesita algo, se molesta
cuando lo cargan, pero se enoja aún más cuando lo bajan o apartan, se
trata de un apego evitativo. Asimismo puede darse un apego ambiva-
lente, que es cuando el bebé se pone ansioso antes de que la madre se
retire; si la madre sale de la habitación y regresa, el bebé la busca y la
rechaza dándole patadas o retorciéndose.
Como puede deducirse lo idóneo es que haya en todo infante un
apego seguro: las ansiedades disminuyen, se tiene mejores relaciones
con las demás personas y es la condición sine qua non para una autoes-
tima equilibrada. Bowlby 24 plantea que, si se da una de las siguientes
situaciones, trae como consecuencia una baja autoestima:
• La ausencia de una relación segura y satisfactoria con los adultos,
particularmente con la madre o quien hizo las funciones mater-
nas.
• Si al infante le dijeron que sus cualidades son pocas o insuficien-
tes para ser amado y valorado.
• Cuando vivió una pérdida importante y no hubo una sustitución
con un objeto adecuado.
Desde la perspectiva de Bowlby, los sujetos que no generaron un
apego seguro, ya desde pequeños desarrollan lo que en psicoanálisis
se llama mecanismos de defensa, cuyo objetivo es lidiar y sobreponerse
a las ansiedades que abruman su mente. El recurso a los mecanismos
de defensa no es el más adecuado, sin embargo, es la única forma de
enfrentar una situación con la que no pueden, que los sobrepasa. Des-
afortunadamente, con el paso del tiempo, la insatisfacción volverá, los
mecanismos de defensa a la larga generarán también insatisfacción y
sufrimiento psíquico.
Conviene recordar lo que ya se mencionó en el apartado anterior
sobre la confianza básica propuesta por Erick Erikson. Si se logra dicha
confianza, el sujeto se abre y se orienta hacia las demás personas y ha-
cia el mundo de manera segura, confía en sí mismo y en los recursos
con los que cuenta, y confía en los demás.
24
Cfr. ib., p. 46.
142
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
25
Ib., p. 52.
143
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
26
Ib. pp. 34-38.
144
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Aprecio Aceptación
Autoestima
Afecto Atención
27
Bonet, José-Vicente, Sé amigo de ti mismo. Manual de autoestima, Sal Terrae, España, 1997, p. 20.
145
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Vivir
conscientemente
Integridad Aceptarse a sí
mismo
Autoestima
Autoafirmación
28
Cfr. Hornstein, op. cit., pp. 78-79.
146
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Para finalizar este apartado hay que decir que la autoestima es una
realidad cambiante, que fluctúa dependiendo de las circunstancias y
los logros que va teniendo una persona a lo largo de su vida. Sin em-
bargo, es importante reconocer que existe un núcleo originario que se
gesta en los primeros años de vida; si existe tal núcleo, está dada la base
o sustento sobre el que se irá consolidando la autoestima.
Los grandes psicólogos le han llamado narcisismo infantil, con-
fianza básica, apego seguro, entre otros términos más. El nombre es lo
de menos. Lo importante es que ese núcleo originario exista con una
consistencia, con una solidez que le permita a la persona considerarse
como valiosa y capaz. Las diversas dificultades y vicisitudes de la exis-
tencia humana pondrán a prueba la fortaleza de este núcleo originario
de la autoestima. Si dicho núcleo es frágil y precario, le costará mucho
trabajo al sujeto sobreponerse a las diversas situaciones que enfrentará.
En ambos casos es responsabilidad de la persona hacer lo conducente
para poder lograr una existencia lo más satisfactoria y plena.
Represión
Regresión Negación
Mecanismos
de
defensa
Proyección Racionalización
Formación
reactiva
lo. Otro amigo se da cuenta de este trato y le sugiere que tal vez
se siente atraído por la chica, a lo que responde inmediatamente:
“¡No!, ¿cómo crees?, al contrario, me cae mal” Está negando su
deseo sexual por ella.
c) Racionalización. Con este mecanismo una persona da una expli-
cación coherente y lógica, y aceptable moralmente hablando, a un
acto, pensamiento o sentimiento que considera inaceptables o que le
causan dolor psíquico. Por ejemplo, una chica decide terminar la re-
lación con su novio. Cuando sus amigos le preguntan a este sobre la
situación, él responde: “Fue lo mejor, tener que ir a verla hasta donde
vive era muy cansado, gastaba mucha gasolina, además su familia
no me aceptaba, creo que fue lo mejor para los dos”. De esta forma
racionaliza para evitar el dolor psíquico de que ella ya no lo quiere.
d) Formación reactiva. Mediante este mecanismo un deseo repri-
mido se transforma en lo contrario, lo opuesto, como reacción a
aquel. Un ejemplo clásico es la limpieza, el orden y el ahorro de las
personas con rasgos obsesivos o con una neurosis obsesiva. En el
fondo les genera placer el desorden, la suciedad, el derroche, sin
embargo, dicho placer les genera ansiedad y por eso transforman
lo que desean en su opuesto.
e) Proyección. Este mecanismo es muy conocido, se le usa en la
vida cotidiana en expresiones como “no te proyectes”. Con dicho
mecanismo la persona expulsa de sí misma y coloca en el otro,
persona o cosa, cualidades, sentimientos, deseos, que rechaza en
ella. Este mecanismo está muy presente en las personas con ras-
gos paranoides o con un trastorno paranoide de la personalidad.
Por ejemplo, cuando un alumno se enoja con un maestro y expre-
sa que es muy malo enseñando o que no sabe nada, lo dice para
no aceptar que él es un estudiante flojo, que no hace tareas, que
no le gusta estudiar.
f) Regresión. Es el retorno a un nivel anterior de desarrollo, así la
expresión de la ansiedad se torna simple e infantil, es decir, es de
un nivel inferior. Es el caso de un niño que al ingresar a primaria
experimenta ansiedad y en consecuencia de ello comienza a te-
ner enuresis. Es una forma primitiva de enfrentar los problemas
y además tiene como resultado la pérdida de logros alcanzados
en el desarrollo. Otro ejemplo es el de una mujer casada o un va-
rón casado, que cuando tiene algún problema o discusión con su
pareja, se va a casa de sus padres y regresa al día siguiente.
149
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
150
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
151
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
152
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
153
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
154
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
155
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
cumplir u otro ser humano que encontrar, una causa a la cual servir o
una persona a la cual amar. Tan solamente en la medida en que alguien
vive esta autotrascendencia de la existencia humana, es auténticamente
humano o deviene auténticamente él mismo”.36
Tanto la afirmación de la existencia de una voluntad de sentido en
la persona, así como su derivado, la autotrascendencia, conducen a for-
mularse la siguiente pregunta: ¿qué es o en qué consiste el sentido de
vida? Como todas las realidades humanas más profundas, es difícil res-
ponder esta pregunta. Ayuda el echar mano de la experiencia que las
personas viven día a día.
Cuando se habla de sentido de vida no se está hablando de metas o de
objetivos. Una meta sería terminar una licenciatura con mención hono-
rífica. Un objetivo en la vida sería ser un deportista de alto rendimiento.
Tampoco se trata de las acciones inmediatas o mediatas, por ejemplo,
levantarse temprano para llegar a la Universidad porque se tiene una
exposición. Esta acción no brinda un sentido a la vida de un estudian-
te, si así fuera, en el momento en que termina la acción, en este caso
llegar a tiempo, termina el sentido de vida, lo que resultaría absurdo.
Hablar de un sentido de vida es hablar de un sentido totalizador,
global, de un marco en el que se integra toda la existencia. Por tanto,
todas las elecciones, los logros y fracasos, los deseos y compromisos,
los pensamientos, acciones y afectos, en resumen, todos los elementos
que integran la existencia de la persona quedan orientados hacia una
finalidad última, autotrascendente, que brinda coherencia y jala la vida
hacia ese faro que se llama sentido de vida.
Ahora bien, no existe un mismo sentido de vida para dos o más per-
sonas, tampoco existe un sentido de vida único para todas las personas.
Cada quien ha de descubrir su propio sentido de vida, es un trabajo
absolutamente personal que no puede delegarse en nadie.
Se trata de una experiencia experiencial, esto es, de un saber único,
personal e intransferible. Solamente se logra viviéndolo. Por ello dice
Frankl: “En última instancia, el hombre no debería inquirir cuál es el
sentido de la vida, sino comprender que es a él a quien se inquiere. En
una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente
puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; solamente
siendo responsable puede contestar a la vida. De modo que la logotera-
pia considera que la esencia íntima de la existencia humana está en su
capacidad de ser responsable”.37
36
Ib., pp. 36-37.
37
Frankl, El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona, 2008, p. 62.
156
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
157
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
39
Frankl, El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona, 2008, p. 63.
40
Frankl, Psicoterapia y humanismo. ¿Tiene un sentido la vida?, Fondo de Cultura Económica, Mé-
xico, 1987, p. 35.
158
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Ejercicios
Mecanismos de defensa
Calvin Hall
Inclusive las personas sanas y adaptadas exhiben conductas re-
gresivas para reducir su ansiedad o, como se dice, para desaho-
garse. Fuman, beben en exceso, comen de más, pierden el control,
se muerden las uñas, se pican la nariz, infringen leyes, hablan
como niños, destruyen propiedad ajena, se masturban, leen no-
velas de misterio, van al cine, se entregan a prácticas sexuales
poco usuales, mascan chicle y tabaco, se visten como niños, ma-
nejan de prisa y sin cuidado, creen en espíritus buenos y malos,
duermen la siesta, luchan y se matan entre sí, van al hipódro-
mo, sueñan despiertas, se rebelan o se someten a la autoridad,
apuestan, se pavonean frente al espejo, se vuelven impulsivas,
se sienten chivos expiatorios y hacen mil y un cosas infantiles
más. Algunas de estas regresiones son tan comunes que se toman
como signos de madurez, pero en realidad todas son formas de
regresión utilizadas por los adultos.
159
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
El sentido de vida
Instituto Internacional de Teología a Distancia,
IITA, Madrid, 1997.
Condenados a la libertad
En la corriente filosófica del existencialismo el hombre se con-
cibe a sí mismo como pura libertad, como ser por realizarse en
libertad. Libertad total, sin límites, absoluta, creadora de su pro-
160
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
161
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
162
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Personalidad y autoconocimiento
Fuentes documentales
163
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Bibliografía adicional
Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (DSM-5), Arlington, VA, Asociación America-
na de Psiquiatría, 2014.
Chemama, Roland y Vandermersch, Bernard, Diccionario del psicoanáli-
sis, Amorrortu. Buenos Aires, 2004.
De Mijolla, Alain, Diccionario Akal internacional de psicoanálisis, Akal.
Madrid, 2007.
Freud, Sigmund, “Carácter y erotismo anal” en Obras completas, Amo-
rrortu. Buenos Aires, 2003. Tomo IX.
______________, “Introducción al narcisismo”, en Obras Completas,
Amorrortu, Buenos Aires, 2003, Tomo XIV.
______________, “La novela familiar de los neuróticos”, en Obras Com-
pletas, Amorrortu, Buenos Aires, 2003, Tomo IX.
Hernández Ricárdez, Virginia, La personalidad, Navarra, México, 2012.
Roudinesco, Elizabeth y Plon, Michel, Diccionario de psicoanálisis. Pai-
dós. Buenos Aires, 2005.
Teofrasto, Caracteres morales, Gredos. Madrid, 1988.
164
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
1
Aristóteles, Política, Porrúa, México, 2013, pp. 210-211.
167
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
2
Ib., p. 211.
168
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
3
Ib., p. 211.
4
Ib., p. 212.
5
Torre, Fernando, Zarco, Miguel Ángel y Ruiz de Santiago, Jaime, Introducción a la filosofía del
hombre y de la sociedad, Esfinge, México, 2006, p. 40.
169
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
170
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
6
Pascal, Blas, Pensamientos, Tellus, Barcelona, 2014, p. 47.
7
Ib., p. 48.
171
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
172
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
173
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
¿Qué significa esto? Que “el ser del hombre siempre es una posibili-
dad que hay que actualizar, y por consiguiente el hombre puede elegirse
a sí mismo, puede conquistarse o perderse”.12 Si la existencia del hombre
es poder ser, es decir, posibilidad, ello quiere decir que es un proyecto;
puede proyectar, mejor aún proyectarse en el mundo. Y proyectarse en
el mundo implica la trascendencia, que para Heidegger significa ir más
allá de sí mismo.
La trascendencia, el ir más allá de sí mismo y proyectarse en el mun-
do, no es un acto más del hombre, es su constitución fundamental. Se tra-
ta en esta visión heideggeriana, de una trascendencia humana, que se da
y se vive en este mundo, no habla de una trascendencia religiosa. Dado
que el modo de ser del hombre es la trascendencia, es decir, apertura al
mundo, proyecto, es imposible que su modo de ser sea solipsista, que se
conciba a sí mismo como una isla enmedio de los objetos, de las cosas.
Por ello, la trascendencia lo lleva necesariamente al encuentro con los
otros, a ser con los otros (mit-sein), ya que no es posible un yo sin los otros,
aislado: “Puesto que la existencia es constitutivamente apertura, los otros
yos son en cuanto tales desde un principio partícipes del mismo mundo
en el que vivo”.13 La consecuencia de este ser con los otros, en la filosofía
de Heidegger, es el tener cuidado de los demás, que es la estructura bási-
ca del Dasein que hace posible la relación con los otros hombres.
Sin embargo, este tener cuidado de los otros puede darse de dos for-
mas: una que consiste en un simple estar juntos, es decir, apartar al otro
de la responsabilidad de su propia existencia; la otra que es un auténti-
co coexistir (mit-dasein), implica ayudar al otro a conquistar la libertad
para asumir su propio cuidado.
Jean Paul Sartre. Este filósofo francés es considerado el principal
representante del existencialismo ateo. Sartre plantea que hay dos tipos
de seres, el ser en sí y el ser para sí. El primero es el mundo, las cosas del
mundo, los objetos; el segundo es el hombre, más específicamente, la
conciencia del hombre. El hombre (ser para sí = pour-soi) se encuentra en
el ser en sí, en el mundo, pero es radicalmente distinto de este. Mientras
que el ser en sí, las cosas del mundo, están acabadas, son lo que son y no
pueden ser otra cosa, el ser para sí, el hombre, es posibilidad de ser, no
es un ser acabado sino que tiene la posibilidad de construirse mediante
sus elecciones libres.
12
Reale, Giovanni y Antiseri, Dario, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, Barcelo-
na, 1991, Vol. III, p. 519.
13
Ib., Vol. III, p. 520.
174
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
175
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
a otro hace de este una posesión suya, sin embargo, al mismo tiempo
se convierte en posesión de ese otro al que ama: al poseer al otro se es
poseído por este.
Este planteamiento ayuda a entender la relación de pareja que tuvo
Sartre con la escritora y filósofa Simone de Beauvoir (1908-1986); una
relación que hoy se llamaría abierta, es decir, cada quien vivía en su
respectivo departamento, se encontraban para charlar sobre filosofía,
política, libros, comer, hacer el amor, etc., y con el acuerdo de poder
tener parejas sexuales cada quien por su lado, sin restricción alguna.
Por otra parte, si el amor es un proyecto egoísta que pretende negar
la libertad de quien se ama, en el odio se reconoce la libertad del otro,
una libertad opuesta a la libertad de quien odia y que también trata
de negar. Este odio homicida degrada siempre al sujeto que lo experi-
menta a la condición de asesino. ¿Por qué se convierte en un asesino?
Porque reconocer la libertad del otro a quien se odia y querer negarla,
es negar lo que define al hombre, su libertad, es en definitiva matarlo.
Tanto el amor como el odio constituyen los dos tipos fundamentales de
relación con los otros, y ambos están destinados al fracaso porque cada
sujeto es un verdugo para los demás; de este planteamiento surge otra
de las célebres frases de Sartre: “el hombre es una pasión inútil”.
Esta visión de Sartre sobre la relación con los otros, tan radical y
desesperanzadora, fue matizada pocos años después en su conferen-
cia El existencialismo es un humanismo, impartida en 1946. Hay dos ideas
que conviene presentar para ampliar la visión sartreana al respecto. En
primer lugar, al explicar sus reflexiones sobre la libertad, la responsabi-
lidad y la angustia, Sartre afirma que cuando el hombre elige, no úni-
camente se elige a sí mismo, no solamente define su propia existencia;
sino que al elegir también compromete a la humanidad entera, define
el tipo de humanidad que quiere:
“Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no
queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individua-
lidad, sino que es responsable de todos los hombres... Cuando decimos
que el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige,
pero también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos los
hombres... Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que po-
dríamos suponer, porque compromete a la humanidad entera... soy res-
ponsable para mí mismo y para todos, y creo cierta imagen del hombre
que yo elijo; eligiéndome, elijo al hombre... Ante todo, ¿qué se entiende
por angustia? El existencialista suele declarar que el hombre es angus-
tia. Esto significa que el hombre que se compromete y que se da cuenta
176
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
16
Sartre, Jean-Paul, El existencialismo es un humanismo, Quinto Sol, México, 1994, pp. 34-36.
17
Ib., p. 54.
177
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
en lugar de Ello pueden entrar también las palabras Él o Ella. Por eso
también el Yo del ser humano es doble. Pues el Yo de la palabra básica
Yo-Tú es distinto del de la palabra básica Yo-Ello”.18
Esto significa en el pensamiento de Buber que las palabras Yo, Tú,
Ello no pueden comprenderse en forma aislada, no es posible decir Tú
sin un Yo que sea el que lo pronuncia, por eso son pares de palabras,
porque una hace referencia necesariamente a la otra, presupone la otra.
Dicho esto, cada palabra básica, cada par de palabras, genera dos mo-
dos de ser en el mundo, o, si se quiere, dos modos de existir, a saber:
a) El modo de existir Yo-Tú. Esta primera palabra básica es la que
hace posible el ámbito de la relación del Yo con el Tú; dicha rela-
ción puede darse con las demás personas, con la naturaleza y con
los seres espirituales (las ideas, el arte, Dios). Así, la relación con
el Tú puede darse en cualquiera de estas tres formas o posibilida-
des. Dados los objetivos del subtema que se está abordando, inte-
resa destacar la relación Yo-Tú en su primera vertiente, es decir,
la relación con las demás personas.
En efecto, el encuentro entre personas surge cuando un Yo pronun-
cia la expresión Tú; al pronunciarla no reconoce al otro como cosa u
objeto, sino como persona. De ahí que no pueda afirmarse que se tiene
a alguien, porque no es una cosa; lo que se tiene o posee son cosas, con
las personas lo que acontece son encuentros. Más aún, en el acto mismo
de reconocer al otro como persona, el Yo se reconoce a sí mismo tam-
bién con la misma condición, es decir, se sabe persona.
Del encuentro entre un Yo y un Tú surge un espacio interpersonal,
es decir, una relación donde no existe dominio, sometimiento o pose-
sión de uno hacia el otro, hay un encuentro, se hacen presentes el uno
al otro, sin por ello negar sus respectivas diferencias.
Este planteamiento, central en la propuesta buberiana, es lo que
constituye, desde la perspectiva del presente texto, el fundamento filo-
sófico de las relaciones interpersonales. En otras palabras, el encuentro
y diálogo entre personas es posible y se da porque hay una estructura
dialogal inherente en cada sujeto, es parte de la estructura antropoló-
gica de toda persona. Cuando dos amigos se encuentran y uno de ellos
habla sobre lo que le acontece en su interioridad y el otro lo escucha,
sin juzgar, sin aconsejar, sino simplemente estando presente con la to-
talidad de su ser, implicado en la relación; un encuentro de este tipo es
para Buber una relación Yo-Tú.
18
Buber, Martin, Yo y Tú, Caparrós Editores, Madrid, 1998, p. 11.
178
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
180
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
182
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Ejercicios
A. Encuentro Yo-Tú
Elige a uno de tus compañeros para realizar este ejercicio en
pareja; de preferencia que sea con alguien a quien no conoces o que
tengas poco contacto con él. Una vez que se han formado las pare-
jas, se sientan frente a frente, de tal manera que les permita estar
cómodos para el resto del ejercicio. Enseguida decidan quién inicia
esta primera parte del ejercicio. Una vez acordado quién comienza,
tienes 5 minutos para compartir con tu compañero algo sobre tu
vida. Si te toca escuchar no puedes interrumpir a tu compañero,
no trates de entenderlo, solamente escúchalo con la mayor atención
de que seas capaz. Transcurridos 5 minutos, intercambias papeles
con tu compañero. Después de 5 minutos concluyen esta parte del
ejercicio.
Ahora se ponen de pie y se colocan uno frente al otro. A partir
de este momento es muy importante que los dos guarden silencio
184
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
C. Frases-clave y vivencias
Lee atentamente las frases. Cuando hayas terminado, escribe
en una hoja una vivencia tuya que corresponda con la frase de la
izquierda. Una vez que hayas terminado y cuando el facilitador lo
indique, comparte con tu grupo una de tus vivencias.
185
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
No es bueno que el hombre esté solo dijo Dios para sí, ante la recién creada
soledad de Adán (Gen. 11, 18). Y como si esa sentencia tuviese el valor de un
principio metafísico, la condición humana no obtiene natural acabamiento
hasta que su soledad se ha trocado en compañía, hasta que el hombre, frente
a otro hombre al cual puede llamar “tú”, descubre y conquista su personal
posibilidad de llamarse “yo”.
Pedro Laín Entralgo. La empresa de ser hombre.
186
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
madre, o por el contrario, ayude a que esta tenga las mejores condicio-
nes posibles durante el embarazo.
La pregunta que cuestiona si la relación de la madre con su hijo du-
rante la gestación es de verdad una relación interpersonal en sentido
estricto es muy polémica y no se abordará pues excede los límites y
objetivos de este texto.
189
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
190
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
En general, los padres pueden asumir tres posturas respecto del desa-
rrollo de sus hijos, dando por resultado un determinado tipo de vínculos
intersubjetivos. Hay padres que muestran poco o nulo interés hacia el
infante: un padre que abandona a la madre durante el embarazo y no
le brinda apoyo alguno, más aún, no le interesa ni siquiera conocer a su
hijo o hija. Hay madres que tampoco se hacen cargo del bebé, delegan la
crianza en la abuela o en una nana. Por otra parte, hay padres que tienen
un cuidado excesivo con el infante. Le resuelven las cosas, le evitan hacer
esfuerzos que ayudan en su crecimiento, inhiben su desarrollo debido a
la sobreprotección. Finalmente, hay padres que apoyan el crecimiento de
sus hijos mediante una presencia que modulan de acuerdo con las necesi-
dades y desarrollo del infante. Puede colegirse de lo dicho anteriormente
que las relaciones interpersonales tiene una importancia de primer orden
en el ámbito psicológico, dado que no solamente ayudan en la estructu-
ración de la mente y la personalidad, sino que serán un factor decisivo
en la forma como se vincula la persona a lo largo de toda su existencia.
191
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
192
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Ejercicios
A. Frases célebres
Forma un equipo con tus compañeros de 4 integrantes. Aco-
moda tu pupitre de tal manera que veas a tus compañeros a la
cara. Elige con ellos un representante y un secretario que va a
escribir y entregar el ejercicio al final al facilitador. Uno de los
integrantes lee, de manera clara y pausada, las frases de los per-
sonajes mencionados en este subtema. Los demás siguen la lectu-
ra en su respectivo texto. Terminada la lectura, el representante
coordina al equipo para realizar la siguiente tarea: se ponen de
acuerdo para que cada integrante escoja una frase que haya lla-
mado su atención y que la pueda ejemplificar con una experiencia
de su vida. Una vez organizados, tienen 5 minutos para pensar
sobre su experiencia. El representante coordina a sus compañeros
para que en el equipo cada integrante comparta con los demás su
experiencia y además diga por qué le llamó la atención la frase
que escogió. Cada integrante tiene 5 minutos para compartir. El
secretario va escribiendo la frase y la experiencia de sus compa-
ñeros conforme vayan hablando. Al final, entre todos sacan una
conclusión sobre la importancia de las relaciones interpersonales
en la vida humana. El secretario escribe la conclusión y entrega al
facilitador el ejercicio.
193
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
194
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Reale, Giovanni y Antiseri, Dario, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, Barcelo-
21
197
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
22
Fadiman, James y Frager, Robert, Teorías de la personalidad, Oxford University Press, México, 2002, p. 413.
23
Avendaño Amador, César, en Mondragón, Carlos, Concepciones del ser humano, Paidós, México,
2002, p. 218.
198
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
con su suegra y con algunas de sus amigas, las percibe como personas
muy autoritarias. Con frecuencia se pregunta por qué en su vida se
encuentra constantemente con este tipo de mujeres, llega a decir que es
su karma; desde el punto de vista psicoanalítico es muy probable que
haya en su mente un conflicto no resuelto con las figuras de autoridad
femenina, así que lo que hace entonces es repetir constantemente el
rechazo que hay en su mente hacia su madre. Claro que ella no lo sabe
en forma consciente, cree que su karma, o su mala suerte en la vida, es
la causante de tal situación.
Para poder comprender la agresión en la vida de la persona y en sus
relaciones, también es muy importante tomar en cuenta los grandes
avances que ha habido en los años recientes en las ciencias. Ya se ha
visto en páginas anteriores que el enojo y el miedo, como todas las emo-
ciones básicas tienen mecanismos fisiológicos y neurobiológicos; y am-
bas emociones, por lo general, están asociadas con conductas agresivas.
En este sentido, el Dr. Díaz afirma que, con base en la investigación
neurocientífica reciente, puede decirse que “el lóbulo frontal está invo-
lucrado en múltiples comportamientos socialmente aprendidos de tal
manera que constituye un sector cerebral mediante el que es posible
regular el comportamiento agresivo en referencia a normas sociales de
índole moral. En apoyo de esta idea se ha identificado que los indivi-
duos que presentan conductas particularmente violentas muestran evi-
dencias de daño o disfunción de la corteza pre-frontal (Best, Williams
y Coccaro, 2002) incluyendo la disminución de los niveles o de la trans-
misión de serotonina, un neurotransmisor involucrado en la depresión,
en la conducta alimenticia y la agresión”.24
Estos hallazgos permiten concluir que en las conductas agresivas de
la persona hay un componente biológico que hay que tomar en cuenta,
sobre todo cuando hay una alteración en el funcionamiento o estructu-
ra de los órganos involucrados.
Hay que mencionar que hay autores que hacen una distinción entre
agresión y violencia. Aunque no hay un consenso al respecto, cada vez
va ganando más terreno esta distinción. En este texto se considera que
sí hay una distinción entre ambos conceptos, si bien están íntimamente
ligados.
Fernández Sotelo 25 hace mención del origen etimológico de la pa-
labra agresión para ayudar a entender su diferencia con la violencia.
24
Díaz, José Luis, en Medina-Mora, Ma. Elena, La agresión y la violencia: una mirada multidisciplina-
ria, Colegio Nacional, México, 2011, pp. 54-55.
25
Cfr. Fernández Sotelo, José Luis Diego, La comunicación en las relaciones humanas, Trillas, Méxi-
co, 1990, pp. 35-41.
200
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
201
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
INEGI. Encuesta nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública 2012, Ciudad de
29
México, 2012, p. 5.
202
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
30
IMJUVE. Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007: resumen ejecutivo, Mé-
xico, 2008, p. 14.
31
Ib., p. 15.
203
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Ejercicios
32
Goleman, Daniel, El cerebro y la inteligencia emocional: nuevos descubrimientos, B.S.A., Madrid,
2013, p. 11.
33 Danvila del Valle, Ignacio y Sastre Castillo, Miguel Ángel, “Inteligencia emocional: una revi-
sión del concepto y líneas de investigación”, en Cuadernos de estudios empresariales, 2010, Vol.
20, p. 113. Consultado en: http://revistas.ucm.es/index.php/CESE/article/view/38963 el 8 de abril
de 2016.
206
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Conciencia
Autoconciencia social
34
Goleman, Daniel, El cerebro y la inteligencia emocional: nuevos descubrimientos, B.S.A., Madrid,
2013, pp. 15-19.
207
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Ejercicios
209
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Edad Edad
Conductas Comuni- Conductas Comuni-
altruistas cación altruistas cación
Asuntos YO Persona
Asuntos TÚ Persona
incon incon
clusos lidad lidad
clusos
Agresión/ Agresión/
Perdón Perdón
Violencia Violencia
3.5.1 Edad
La psicología del desarrollo es una rama de la psicología que busca dar
cuenta de los procesos y crecimiento que va teniendo a lo largo de su ciclo
vital, sobre todo desde la perspectiva psíquica. Por tanto, uno de los aspec-
tos que estudia son las relaciones interpersonales que establece la persona a
medida que crece. Son dos perspectivas las que predominan en estos estu-
dios: por una parte la de quienes enfatizan la estabilidad y continuidad de
las relaciones interpersonales a lo largo de la vida de la persona; por otra,
la de quienes priorizan los cambios que se producen en su ciclo de vida,
es decir, se centran en la discontinuidad de las relaciones interpersonales.
A partir de lo que menciona Santrock35 en la obra Psicología del de-
sarrollo. Ciclo vital, se presentan de manera sintética las relaciones que
establece la persona en los distintos momentos de su ciclo de vida.
Primera infancia: del nacimiento a los 2 años. Desde que nacen, los
bebés comienzan a relacionarse con el mundo exterior, la forma de ha-
cerlo es a través de emociones al responder a estímulos sensoriales que
provienen de su entorno y de la interacción con otro humano, especial-
mente de la madre o cuidador. La reproducción activa de sonidos y ges-
tos es la manera que tiene el bebé para atraer la atención y comunicarse
con sus cuidadores. Así se puede observar que en los primeros meses
de vida se da una serie de secuencias en el estilo de comunicación, que
le permite desarrollar sus primeras interacciones con otra persona.
Desde el nacimiento, el llanto es la primera reacción emocional en
aparecer y generalmente es indicador de emociones negativas. Pue-
de ser señal de enfado, hambre, angustia o dolor. Durante el primer
o segundo mes, suelen mostrar placer a través de gorjeos; a mitad del
primer año, empiezan a balbucear emitiendo una serie de combinacio-
nes de vocales y consonantes. Paulatinamente, van emergiendo otras
emociones como enojo, alegría, tristeza, desagrado, y entre los 8 y los 12
meses, los bebés comienzan a utilizar gestos y sonidos guturales para
expresarlas o señalar algo.
En el transcurso del primer año, empiezan a articular sus primeras
palabras, que incluyen nombres de personas significativas para ellos
(mamá, papá, comida, juguetes). Se forma el apego, que desde la teoría
35
Cfr. Santrock, John W., Psicología del desarrollo. El ciclo vital, McGraw Hill, México, Madrid, 2006.
211
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
214
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
215
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
217
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
timientos de seguridad como los que antes ofrecían las relaciones con
los padres.
Por tanto, este tipo de relaciones requieren habilidades como compar-
tir pensamientos y sentimientos más íntimos, empatía, ideas y proyec-
tos, así como la capacidad de establecer acuerdos, resolver conflictos y la
habilidad para mantener compromisos. Dichas habilidades son básicas
cuando los adultos deciden consolidar una relación de pareja y formar
una familia de acuerdo con el estilo de vida que escojan: casarse, vivir en
unión libre, en soltería, relación homosexual, ser padres o no serlo.
Dentro de los temas más estudiados con relación al período de la
adultez, está el de la crisis de la mitad de vida que tiene lugar entre los
40 y 50 años. En este rango etario, existen una serie de cambios propios
de la edad que demandan nuevas adaptaciones y reajustes en la con-
ducta que a algunas personas les puede resultar difícil de afrontar y
manejar. La partida de los hijos que acontece en esta fase de la adultez
madura deja el nido vacío.
Adulto mayor o viejo, de 60 años hasta la muerte. Después de la ma-
durez, el potencial biológico del organismo humano comienza a decli-
nar. A este proceso inevitable, se le llama envejecimiento. El desarrollo so-
cioemocional en el período de la vejez es primordial, así como mantener
una vida activa para sentirse satisfecho. Las relaciones familiares y de
amigos cercanos son el contexto para una existencia emocional satisfac-
toria, así como la adaptación a la serie de cambios propios de esta fase.
Con la llegada de la vejez, las personas tienen que aprender a desarro-
llar destrezas de afrontamiento para sortear las diversas pérdidas que
esta etapa depara: afectivas, laborales, físicas, y la muerte inminente.
Desde el desarrollo psicosocial, Erikson definió la etapa de la vejez
como la etapa de la integridad frente a la desesperanza y constituye el octa-
vo y último estadio del desarrollo. Esta etapa se caracteriza por la bús-
queda de significado y reflexión acerca del pasado, de hacer un balance
de las decisiones vitales adoptadas. Si se llega a una resolución positiva,
la cualidad desarrollada es la sabiduría.
Es indudable que, a lo largo de la vida del adulto anciano, se produ-
cen alteraciones y cambios físicos, biológicos, psicológicos y sociales.
Estas alteraciones pueden tornarse en serios problemas y hacer que el
adulto mayor se muestre inseguro, temeroso, retraído o dependiente,
al grado de sentirse inútil para relacionarse por sí mismo en su con-
texto social. El altruismo, el apoyo social y familiar, las redes sociales
cercanas, así como la religión o espiritualidad suelen ser factores que
desempeñan una función muy importante en el curso de la senectud.
219
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
220
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
3.5.2 Personalidad
Se ha definido qué es la personalidad y las dimensiones que la conforman
en el capítulo anterior; asimismo, en el presente capítulo se ha definido qué
son las relaciones interpersonales. Se retoman ambas definiciones:
• “La personalidad se refiere a los patrones distintos de conduc-
ta, (incluyendo emociones y pensamientos) que caracterizan la
adaptación de cada individuo a las situaciones de la vida”. (Wal-
ter Mischel)
• “Asociación continua y por lo común vinculante entre dos o más
personas, como en una familia, amistad, matrimonio, asociación
u otro lazo interpersonal, en el que los participantes tienen cierto
grado de influencia mutua en los pensamientos, sentimientos y
hasta las acciones de unos y otros”. (Asociación Americana de
Psicología).
La interrogante que surge es si existe alguna relación entre ambas rea-
lidades de la persona. Y en caso de que la respuesta sea afirmativa, qué
tipo de relación existe, cómo se implican la una a la otra. Sin duda algu-
na, existe una íntima relación entre la personalidad de un individuo y la
forma como establece vínculos con los otros; se implican mutuamente
en forma estrecha. Para mostrar esta vinculación recíproca se presentan
algunos ejemplos:
• Se ha dicho ya que el origen de la personalidad y la estructuración
de la mente inicia a partir del nacimiento, es decir, del vínculo con
la madre o quien realiza las funciones maternas; poco después con
el padre y demás familiares. Esto quiere decir que la personalidad
se forja a partir de las primeras relaciones interpersonales que la
persona establece una vez que nace. Más tarde, una vez que la per-
sonalidad se ha formado y consolidado, esta impactará en la forma
cómo un individuo establece vínculos con los otros.
• Uno de los más brillantes discípulos de Freud, según el dicho
del mismo fundador del psicoanálisis, Carl Gustav Jung, aportó
dos conceptos para diferenciar sendos tipos de personalidad: la
introvertida y la extrovertida.
Un individuo con personalidad extrovertida, dice Jung, es aquella
que hace fácilmente amigos, no le gusta estar solo, disfruta estar en
reuniones y más. Es una persona orientada fundamentalmente hacia
afuera. Por su parte, un individuo con una personalidad introvertida es
aquella que tiene pocos amigos, trabaja mejor solo, habla poco, le gusta
el silencio y más. Está orientada fundamentalmente hacia dentro.
221
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
3.5.3 Comunicación
Cuando el cristianismo de los primeros siglos dejó de ser perseguido y
se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, algunos cristianos
tomaron la decisión de apartarse de las ciudades y poblados, se fueron a vi-
vir solos, en lugares apartados o al desierto. Criticaron que el cristianismo
había perdido su radicalidad y se había vuelto una forma de vida cómoda
y mundana, mimetizada con la vida común del Imperio. Por eso, entre
otras razones, se fueron a vivir solos. Poco tiempo después, a las puertas
de su ermita estaban otros cristianos, porque querían seguir su ejemplo.
222
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
223
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Fuente de
Transmisor Canal Receptor Destino
información
Fuente de
ruido
226
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
rador físico, entre otros; los atributos son las características positivas o
negativas de cada miembro del sistema, por ejemplo, el entrenador es
muy alegre y el preparador físico, muy callado; y las relaciones son los
vínculos entre todos los objetos del sistema, por ejemplo, la relación
entre la guardameta y la defensa central es de amistad, mientras que
la relación entre las titulares y las que están en la banca es de mucha
rivalidad.
Por tanto, los objetos del sistema no se pueden entender en forma
aislada, sino como partes de un todo, por ejemplo, la función principal
de la portera, que es evitar los goles, solamente es posible si hay un tra-
bajo coordinado, estratégico y comprometido de sus compañeras, sobre
todo de las que juegan de defensas. Por ello, en esta teoría el sistema es
una totalidad.
Otro de los conceptos relevantes dentro de la teoría de la comunica-
ción de Watzlawick es el de retroalimentación, esta se entiende como la
afectación que la conducta y comunicación de un individuo provoca en
cada una de las demás personas, y viceversa, cómo la conducta y comu-
nicación de estas afectan a aquella. La retroalimentación puede ser de
dos tipos: positiva o negativa.
a) Retroalimentación negativa. Consiste en una interacción entre
los miembros del sistema que no favorece el cambio del mismo,
es decir, lo que en el fondo se busca es mantener estable, sin cam-
bios, el sistema. Aunque en el discurso se diga lo contrario, las
conductas son para mantener el sistema como está. A esta estabi-
lidad del sistema se le llama homeostasis.
Vaya el siguiente ejemplo: Un adolescente que estudia secundaria
reprueba cuando menos dos materias en cada período parcial. Sus
padres están muy molestos con él. Lo regañan debido a las materias
reprobadas, lo castigan, sin embargo, él les insiste mucho para que le
disminuyan o le quiten el castigo. Al padre le cuesta trabajo poner lími-
tes y, frecuentemente, accede a las peticiones de su hijo. Todas estas in-
teracciones en el fondo lo que hacen es mantener el sistema como está,
es decir, un hijo que reprueba, unos padres que se enojan, que castigan
y al final acceden a la súplica de su hijo. Este adolescente seguirá repro-
bando materias, es decir, el sistema permanecerá estable.
b) Retroalimentación positiva. Se da cuando la interacción comuni-
cativa aumenta la desviación de la salida, en otras palabras, cuan-
do favorece el cambio en el sistema. Hay, entonces, una alteración
de la homeostasis, de la estabilidad del sistema. Por ejemplo, ante
227
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
229
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
230
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Watzlawick, Paul, Beavin Bavelas, Janet y Jackson, Don D., Teoría de la comunicación humana,
39
231
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
40
Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 2009, vol. IV, p. 3,704.
232
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
mino inteligencia sintiente. Con este concepto expresó que, si bien enten-
der y sentir no son actividades idénticas, tampoco pueden disociarse,
separarse; el sentir y la intelección en la persona son dos momentos de
la captación de la realidad, de un solo acto de aprehensión de lo real.
Por su parte, desde el campo de la psicología también se fue avan-
zando, poco a poco, para comprender que tanto la razón como el cora-
zón, el mundo de la racionalidad y el mundo de la afectividad, no son
dos mundos absolutamente ajenos. S. Freud hizo mucho hincapié en la
importancia de ciertos afectos, como la angustia, ya que impactan en el
desarrollo de la mente y en la salud mental.
Fritz Perls (1893-1970), creador de la psicoterapia Gestalt, hace mucho
énfasis en el trabajo emocional que ha de hacerse en los consultantes que
acuden a este tipo de psicoterapia. Hace poco más de dos décadas se po-
pularizó el concepto inteligencia emocional, que es el intento más reciente
desde la psicología y las neurociencias, para lograr una integración de los
aspectos emocionales y cognitivos de la persona. La conclusión de todo
este proceso es clara: afirmar un aspecto en detrimento del otro no es lo
más conveniente para el desarrollo integral de la persona.
Uno de los aciertos de la propuesta de D. Goleman al hablar de la in-
teligencia emocional es la incorporación a sus planteamientos de los re-
sultados de la investigación neurocientífica más reciente. En efecto, hoy
se sabe mucho más sobre los procesos cerebrales implicados en el pen-
samiento, en las emociones y en las conductas. Todavía más, se tienen
hallazgos de gran relevancia para entender la implicación mutua entre
las regiones cerebrales implicadas en las emociones y los centros cogni-
tivos del cerebro. A continuación se presentan algunos de los descubri-
mientos más recientes que presenta D. Goleman41 en uno de sus libros:
a) En el neocórtex se ubican centros dedicados a la cognición y a
diversas operaciones mentales complejas; por su parte, en el sub-
córtex, se encuentran los centros límbicos, que son las principales
zonas del cerebro responsables de las emociones. Pues bien, am-
bas zonas del cerebro están conectadas, hay ciertos circuitos que
conectan los centros cognitivos con los centros emocionales.
b) Lograr la autorregulación o autodominio de las emociones impli-
ca tener conciencia de lo que se siente y saber gestionarlo, saber
manejarlo. En muy buena medida, esta autorregulación de las
emociones depende de la interacción entre el córtex prefrontal,
que es el centro ejecutivo del cerebro, y los centros emocionales
41
Cfr. Goleman, op. cit., pp. 21-103.
233
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
234
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
235
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Estos casos son los menos, sin embargo, existen personas con esta
condición y requieren un abordaje distinto.
236
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
238
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
239
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
240
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
241
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
queo en cada una de ellas. Así, cada fase tiene un nombre específico,
lo mismo que su bloqueo correspondiente. En el siguiente esquema se
muestra el ciclo de la experiencia:
sensación f. figura
Desensibilización Proyeccción
reposo m. energía
Retención Introyección
postcontacto acción
Fijación Retroflexión
contacto precontacto
Confluencia Deflexión
Fase Bloqueo
Reposo. Estado de equilibrio y punto de Retención. Evita el proceso de asimila-
inicio de una nueva experiencia. ción e impide el reposo (Luego lo hago).
Sensación. Surgimiento de una necesi- Desensibilización. Se niega el contac-
dad aún no conocida. to entre la sensación del organismo y
la necesidad emergente (No siento).
Formación de figura. Se establece la Proyección. Se atribuye a algo externo
figura clara de la necesidad. lo que es propio del individuo (Por
culpa de).
Movilización de energía. Se reúne la ener- Introyección. Se incorpora algo externo
gía necesaria para satisfacer la necesidad. como propio sin asimilarlo (Debería de).
45
Cfr. Salama Penhos, op. cit., pp. 34-50.
242
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
46
Morales Domínguez, J. Francisco, y cols., Psicología social, McGraw Hill, Madrid, 2007, p. 388.
244
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
Ovejero Bernal, Anastasio, Las relaciones humanas: Psicología social teórica y aplicada, Biblioteca
47
245
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Ejercicios
A. El átomo social
Primera parte: elaboración
En esta ocasión elaborarás un átomo social, ¿qué es? Es un
mapa que muestra el conjunto de elecciones positivas, negativas
o neutras emitidas por una persona. Hoy realizarás dos mapas:
el primero, de la época actual; y el segundo, de un momento de-
terminado de tu infancia, el que tú quieras. ¿Cómo se elabora un
átomo social?
247
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Fr Is
Ar Sa
Si
YO
Mg
La
Lu
Wv
Momento actual
248
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
B. Es imposible no comunicar
Con base en lo visto en clase, cita un ejemplo de tu vida con
respecto de cada uno de los conceptos que aparecen en el siguien-
te listado. Al final comenta el ejercicio con tus compañeros.
• Ejemplo de sistema: objetos, atributos, relaciones
• Ejemplo del primer axioma: “Es imposible no comunicar”.
• Ejemplo del segundo axioma: “Toda comunicación tiene un
aspecto de contenido y un aspecto relacional”.
• Ejemplo del quinto axioma: “En la comunicación humana hay
interacciones simétricas y complementarias”.
C. ¿Y quién es mi prójimo?
Cita un ejemplo de conducta prosocial que hayas tenido. Ha
de cumplir con los 4 requisitos mencionados en el texto. Si no has
tenido una conducta de este tipo piensa en la de alguien cercano
que conozcas. Explica:
• Fui/fue voluntaria porque…
• Realmente benefició a la(s) personas porque…
• No era parte de una obligación de rol mía/suya porque…
• No busqué/ó ni recibí/ió ningún beneficio externo porque…
Fuentes documentales
249
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
250
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Relaciones interpersonales
251
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Índice
Índice
Presentación 5
Capítulo 1
La persona humana 7
1.1 Concepción del ser humano como persona 7
1.1.1 El paso del mito al logos en el pensamiento
occidental 7
1.1.2 El comienzo no es lo mismo que el origen 13
1.1.3 Los cuatro movimientos de una sinfonía 14
1.1.4 La máscara cambia de significado 19
1.2 Características esenciales de la persona 30
1.2.1 El logos habita al anthropos: la razón 31
1.2.2 El corazón tiene razones que la razón no conoce:
la afectividad 37
1.2.3 El anhelo de ser dioses: la libertad 44
1.2.4 La capacidad de representarse el propio yo:
la conciencia 49
1.2.5 La dynamis que empuja a la praxis: la voluntad 54
1.3 Dignidad humana y trascendencia 59
1.3.1 No es posible bañarse dos veces en el mismo río:
la historicidad 60
1.3.2 De todas partes nos viene el habla al encuentro:
el lenguaje 63
1.3.3 ¿El varón, nacido de mujer, corto de días y harto
de tormentos?: la finitud 67
1.3.4 Ser es trascender: la trascendencia 75
Capítulo 2
Personalidad y autoconocimiento 83
2.1 La personalidad 83
2.1.1 Definición de personalidad 84
2.1.2 Dimensiones que conforman la personalidad 90
2.1.3 Temperamento y carácter 90
252
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin
Persona, personalidad y relaciones interpersonales
Capítulo 3
Relaciones interpersonales 165
3.1 Definición y fundamento filosófico 165
3.2 Importancia de las relaciones interpersonales en
el crecimiento como persona 186
3.2.1 Importancia desde la dimensión filosófica 186
3.2.2 Importancia desde la dimensión biológica 188
3.2.3 Importancia desde la dimensión psicológica 189
3.2.4 Importancia desde la dimensión social 191
3.3 Relaciones interpersonales constructivas
y destructivas 194
3.4 Inteligencia emocional: definición y elementos 204
3.5 Elementos que influyen en las relaciones
interpersonales 210
3.5.1 Edad 211
3.5.2 Personalidad 221
3.5.3 Comunicación 222
3.5.4 Manejo de la agresión y violencia 232
3.5.5 El perdón a sí mismo y el perdón a otros 236
3.5.6 Asuntos inconclusos 239
3.5.7 Conductas altruistas o prosociales 243
Este libro es para uso exclusivo de Esteban Varela Martin