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r Debates i
Post Coloniales:
-~~(: :1,}~. .
·' Una Introducción
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a los Estudios de
la Subaltemidad
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Compilación de
Silvia Rivera Cusicanqui
Rossana Barragán

Traducciones de
Raquel Gutiérrez, Alison Spedding,
Ana Rebeca Prada y Silvia Rivera Cusicanqui

SEPH!S Aruwiyir·i

.....• COORDINADORA SOUTH • SOUTH


liXCHANGI TAUER DE
:~ ..,· l'E l'ROOllAMMI
FO R llfSEARCH
HISTO,llA
ORAi.
·:~~:-.:.;:. - j~
HISTORIA ON THE HISTORY
o, DEVELOPMENT ANDINA
l!,l}i~ :?
BIBLIOTECA DIGITAL

TEXTOS SOBRE BOLIVIA

EL DESENCANTO ANTE LAS INDEPENDENCIAS, ESTADO NACIÓN,


PENSANDO LAS REVOLUCIONES EN SU BICENTENARIO, LAS
REVOLUCIONES Y LAS FINANZAS, ¿CULPABLES DEL SUBESARROLLO
ACTUAL?, EL REVISIONISMO HISTÓRICO, EL CUESTIONAMIENTO AL
NOMBRE DE AMÉRICA, LA TEORÍA DE LA DESCOLONIZACIÓN,
HISTORIA DE AMÉRICA EN EL SIGLO XIX y XX, UNA TEORÍA DE LA
HISTORIA PARA AMÉRICA, HISTORIA CULTURAL DE AMÉRICA LATINA,
RELACIONES INTERNACIONALES E INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

FICHA DEL TEXTO

Número de identificación del texto en clasificación Bolivia: 6418


Número del texto en clasificación por autores: 16484
Título del libro: Debates Post Coloniales: Una Introducción a los Estudios de la
Subaltemidad
Traductor (es): Raquel Gutiérrez, Alison Spedding, Ana Rebeca Prada y Silvia Rivera
Cusicanqui
Autor (es): Silvia Rivera Cusicanqui y Rossana Barragán (compiadoras)
Editor: Editorial historias
Derechos de autor: Depósito Legal: 4-1-738-97
Imprenta: Gráfica Panamericana, S. de R. L.
Año: 1997
Ciudad y País: La Paz – Bolivia
Número total de páginas: 160
Fuente: https://es.scribd.com/document/182126575/Debates-Post-Coloniales-Una-introduccion-
a-los-Estudios-de-Subalternidad
Temática: El colonialismo y la teoría de la descolonización
CONTENIDO
Pag.
Referenc ias d e los autores
8
Presenta ción
lJ
1. ENSAYOS Y MONOGRARAS
1. Ranajlt Guha: Prefacio a los estudios de la subalter pidad.
. , ;: : ~' ~critos sobr~_la his to ria y ,soci_~d_a d {ú~~sl~t ft~•~:-
·· ·. · •··\ Ranajlt Guha: · Sobre algunos. aspectos ·ae•la !H';,t,iH,. ~-·,•·'
.:r; f . ·' 1
:· •
1

~t·t;-.
. · ' 1!' hlsto riograffá colonial de J¿, India:· . , ·:/-;,·•.' .. 25
R.lnajit Guba: La prosa e e contr.r(n surg_~~-c!Í:.\_: . ~. ,,• 33 ·
,':'
2. Gyan Pandey: Rebelión campesi na y nacio11a Usmo inc'io:
e EdItonal hL~tortas
El movimie nto camresi no en Awadh, 1919-2:~ (:; r ,_• 7~
Coordinad ora de Hlstort.1
, ,,¡' f , , • .,~ :.••l, 't'• J, '
1
,.. ·~ ,
.
Teléfono: 791912 - Casllla 14567 3. Shahld Amín: Testimo nio de un testigo-d e cargo:·
La Paz
.,,. ·• Discurso judlclal en e l ca:;o de Chaurl ClÍaufa'P,;~~.·.
.·, . ' '. ._. .'• . \ ;_;;i;,Máp'as de r'eferenc la ',) :,_\, ;,:. -:1•' (",.\ •,- ,"'.H·"·-'l' ·•,•,1' .:·:
:·119 ·
.,. _e Ediciones Aruwlytrt - - "El que Incendia 11\ voz· ·'154',,
n!OA - Taller de Hls1cr1a Oral Andina . ,. • ' • 1 •.· -.. . ;

Calle León M . to~a !l l t 99 (Alto San Pedro)


Tdéfono: 3 55761 • ca~111~, 14820 4. Dipesh Chak.rabarty: Sin dic alismo en una cultura
La Paz Jerárq uica: los trabajad ores del Yute de Calcuta,
1920-1950
f> SEPlllS 157
Sou th. South Exch~n~~ Pro~, ~mrnc rw Rcs<'Uffh
on thc Hlstory of Devclopm ent 5. Partha Chattcrje e: Lé1 na ció11 y s1Js campesi nos.
P.O. Oox 1738 195
l'\L 3000 DR Rotlcrdam Partlia Chatte1jee: El Estado Nacional 211
HolanclJ
11. DEBATE
Est a publlc;-¡clón ha sid• • pos ible ~ P'
gracias al lmponan tc at splclo del •~ :C PH IS

6. Dipcsh Chakra barty: C:,ebate: invi tación al d iálogo
235
I' Edición de l 000 ej emp la ·es
Derechos reservado s 7. Gayahi Chakravol':tY Spivak: Estudiof 1e la Subalte rnidad:
D.L. N• 4- J. 738-97 Deconstr uyendo la historiogr'llía
247 \'

rondo de tapa: Pintura e e Vtcl" · Eusebio Choque ~1


Diseño de tapa: Rene Gonzalo P.,z 8. Veena Das: La subalter nidad como pers pectiva I'
279 i
Esta es una producc!6n de:
O. Gyan PrakMh: bs es tudios de la suba,ter nldad como
!

DIERPE l'ubll<A<loO H
c rítica post-colo nial

Reseña sobre la India


293
Te!: 36980 4
La Paz · Bolivia 315
Glosarlo
Impreso en Bollv:ta - Pr1nted In Bolivia 319
8
9

,. Gyan Pandey fu e Catedrático en el Centro de Estudios en Ciencias


Sociales en Calcutta, India. Actualmente es Profesor de Historia en
la Universidad de üelhi. Es at:tor de numerosos artículos y ha escrito
REFERENCIAS QE LOS AUTORF.5
¡ The asa:r1dancy of the Congress in Uttar Pradesh, 1926-34: A .;tudy in
Imperfect Mobilization. (Delhi, 1978); y The Construction ofCommuna lism
in Colonial Northem India (Delhi, 1990).

Shatff'd ~in es Profesor Asociado de His~oria en In Universidad de


Delhi. ,Es autor de numeros'os artículos y de los libro_s Sugarcan~ and
Su,,ar in Gorakhpur: An !nquiry into Peasant Productton for Cap1taf1st
ErÍterprise in Coloniol India (Delhi, 1984); y Event, Metaphor. Mem o,y:
Chauri Chaura. 1922-1991 (Berkeley, 1995) .

Dlpesh Ci!aln·abarty fue Catedrático en Estudios Indios e Indonesios


l 1


Gyan Prakash es Profesor Asociado de Hls.t oria en la Universidad de
Princeton. Es Autor de numerosos artículos y entre sus libros s~ puede
citar Bonded Histories: Genealogies of Labour Servitude in Colonial India
(Cambridge, 1990); y editor del libro Alter Colonialism: J:nperial
Hislories and Postcolonial Displar ements (Princeton, N.J., 1995) ,

J
Gayab·l Chalo·avorty Splvak tiene la Cátedra Andrew fl Mellor. <le Ir .glés
en la Universidad de Melbourne, Australia. Actualmente! es profesor en la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania, EEUU. Es , ut ora de
en el Departamen to de L.en,gu.1s y Civilizaciones de _Sud Asia en la }
Universih.cl c1e Chicago. Es autor de numero~os art_iculos so~re_la
cultura y la práctica de la historia. Uno de sus hl.>ros titula Relh1nking
· Wor.'úng CIO$S ifistory: Bengal 7890-1940 (Princeton, N..J. 1984).
.l
·,
in Other Worlds: Essays in Culturgl Politics (Nueva York/Londres, 1987)
y de The Post-Colonia l Critic: fnteruiews, Strategies, Dialo¡;ue.s (Nueva
York/Londr es, 1990). Ha traducido a Jacques Derrida a1 inglés
l
Pa rtha Chattcrjec es Profeso r de Cienc;, s Políticas en el Centro de ~
Estud ios e, Ci~nci:ls Sociales en Calcuta. India, Entre S\1:-i nu in(~r_osas
publicacio nes se p ueden citar The Stare of Political 1 heory: So111e
.Ha1:ris1 l:.'srnys (Calcutta, 1978): National(~t Tlwuglit u/lll .//1e Co/()ntul
Worlcl A Deriuotire Uiscourse? ( Londres, 1986); y, The .\0110T1 ,Ulcf !g
Frogm ents. Colnniaf and Po ,tcolonial Histories ( Pnn,et<,n, i\.l ,
199:3),
Veena Das es Profeso ra de So ciología en !a Universidad d e Delhi.
Autora de numerosos artículos, ha publicado Structures and Cognition:
Aspects of Hindu Coste and Ritua_,t (Delhi, l 977) ; ~ Critica( Euents· \n
Anthropofog ical Perspt.cliue on Contemporary India ( Delht, 1995).

Ranajlt Guha fue Catedrático ~ Investigador ~r, la_ Escuel~ de


Investigaciones de los Estudios del Padllco en la L1ntvers1dad Nacional
de Australia en Can berra. Entre sus numerosas publicacion e~ se
pueden citar Rute of Property far. Bengal: An Essay nn the Ideo of
Permanent Settlement (Paris, 1963; New-Delhi, 1982); Elemema1y Aspects
of Peasant /nsurgency ·in Colonial India (Delhi, 1983). Edit~r de la
Revista Subaltern Studies, del volumen I a VI (Nueva Delh1, l 982-
1989).
11

Presentación

} .:, ~ El presente libro es una de las primeras _traducciones reali::adas en América ~


del Sur, de una colección de ensayos del gr).ipo de Estudios de la Subalternidad.
.-.~ - El grupo se conformó ·•
á fines de ',losl, áñtis'.70 eri Inglaterra,.y poco después co!Ílenzó
a editar en Delhi_una p_ublicacíóp•,R,er,fpd,I~ 1/a!Jia.d.~Jú,~g,ll)°·~1•
' •'\' ¡.'! . .-•
·:/ ,,~O•. .J)~ 1 ·' ' :, , -• f / ' 11 !h-'_ '/ ' '

,i. ·,',,~\[(( ~i'[I-.Studíes. Wri(i~g.i


1

..· ;,':h ;._:,}•.,· : -''.) ~/-:.


orl South Asían History and Sdciety;' éuyb primer·número vio la luz en 1982, bajo
1

el sello de Oxford India. A partir.-..;,.cie.... un.núcleo


0
t
........ ;·;-~-: \ 0 e 1. I : • \ 1 • ~'1-~~-; J ~-:r: .. .. _,, • •
"lnlclal
• ,',A¡ , -···-· ~-
Guha, Partha Chatterjee, Gyanendra Pandey,_Da.vid Hardiman, DavidAmold, Dlpesh
• ••
de hlstórladores
·,
(Ranajit
•1
"· -y,, -:.~, r\¡' .!, ~~
~'- ,:,:· •._:.,;1 ·, '.
.' . ~
Chakrabarty, Gautarri Bhadra )' Sháhid.Amlh)'. el'grÚpo. se: ha ampliado y reo·r~
sed~

ganlzad'o, bajo una'. conducción edtt"6~aj m~;c•ó1~tuv'á,Ysu' se ha trasladádo


.;~- <:~:·_:...,;~\ \ •' \ ,,::. ·-=::·"}'~ :~\i}'..i: ~-·:·: ·.
a laJriciia: Hast.:i°~l vol. VI, la colef~!1~(~t9-yo _;r(m_ ~n,oS.-:ct,71anaJlt Guha, quien

-;-íil ~;1¡::::i;~;:t: Y·.


• ·-. j,..:, •. i . ~.;'\'"'"· ·... ~· ;·· ,.
,~e~P,ués de sus -~os .en lnglat,~Jf.~.,.~~,Jia_hL1l.tr,~ lad~d.o'._{ Canberra, donde
ac(uahnente reside. ~ edi<;iones pos~erfores_pas~o!)_á la i:ésponsabilid 1
ad de
otrós miembros del colectivo: Chatterjef§_J::>ari'dey.(VJI), Arnold y Hardiman (Vil[),
'Amln y Chakrabarty (IX). La corriente de Estudios·de la Sub-'lltf,midad que inaugura
la labor del grupo se :nscribe en una rica y·erudita tradición académica india,
asentada en centros universitarios de gran prestigio y relacionada con los mayores
focos intelectuales de Europa. La e.xperienck de la diáspora y el p..1so más o
menos prolongado por las instituciones académicas·dcl norte, no dejan de imprimir
su sello en el estilo, problem,ttica y temas de discusión del grupo.
t}J La dfmenslón crítica de sus trabajos tiene un punto de :Partida doble, en el
!'. t,:~_/· colonir¡/ismo británico y en cJ. nacicnalismo indio. que lo desplazó, dando .can.ti:-
1
/1 , nuidad ¡¡ sus nociÓÓes..il\¿H;:.ad.as d.élSJJJ.e.to, como en una suerte de discurso
'r -' ; ,f , cspeculár y "derivativo" (Chatterjri;). Los trabajos del grupo intentan q~~!ar
eJ!ª ra.1.ón ilustrad<) y colonial. por el sólo hecho de que ~!)tan reslil!Jlr a los
(grupos, clases) sub; lternos su condición de sujetas...plurales Y.-cl.~~~.ra_(los,
•i .que "habitan de un modo territorial la espesura h!st6ri_ca. de la lndla. En la his-
··,i. torio~rafía dominante, estos múltipies sujetos ocuparon como un magma el
-~ territ<lrio y la crónica, y sobre su administración y control se instituyó bue,a
-~~ parte del legado documental y del aparato estatal del pals. LA hegemonía colonial
-~l en la construcción institucional e :maglnaria de la India es así cuestíoñáaadesde
" \ el punto de vista de una sociedad civ l(ao~:..la sociedad st'balterna-, qu~
"-. ~\~~p_r~ permanece heterogénea yelui:ivá á 1a·¡iolítica dt> los de "anlba". La pro.Jüi
•~ ' 1 ~ npción:de subaltemidad result1 forjada como algo dist nto, ajeno y preexistente /¡
•· 'ial mundo occidental -la Razón como Historia-, aunque sin desconocer que es
éste mismo mundo el que le ha legad.o este[oncep.t5Ydesde la vertiente
I ¡
• .o
gramsciana. . . . -
Su otra Inquietud teórica es el tema de la/io'!1inación/ un lenómeno que se
,._.,, .,.
.•
12 13

ancla en la produc~ién docum(~ntal de élites coloni.1\es británicJs. pero ta11bién el "palacio" de las universidades d~I norte, como lo llamara Spivak. Su creciente
de las élites nativas que primero habí,a11 colaborado con los hrit[ nicos y ,uego popularidad en los Esta?os Unidos (nuevo centro hegemónico postc.olonial) ¡0
se habían recons;ituido en el poder, pan poner en escena la rnisión civilizadora atestigua, como tamb1en el hecho de que la primera traducción al hindi de
de Europa en otro teatro, el del nacionalismo triunfante y su contraclictoria Su~a/tem Stud1es recién fue publicada en !a India en 1996. En este ámbito, es .,
pretensión de univers 1\idad. ,La \ectura·cultural de es.te p ri ceso coloca bajo la cunoso anotar que la producción individual y colectiva del grupo ha sido difundida j(
lupa la larga tradición ilustrada de la región bengalí, que facilitó este tránsito al ~n los. má:..~!versos _cír_culos académicos del Norte, y ha llegado asl, de rebote, ~
otorg,ule ~~ tejido cultural. Esta cult1,1ra noríndia· hltentó así cooptar a las masas a la d'. scus1on academ1ca de América Latina, desde la corríente.saidi,ma~'de- _ !j
insurrectas convocadas por. Gandhi, a la mi$lón de su propia autocivilízación. estudios cultu~ales hasta el debate ~istoriográl!~~-más,.n:clentr,i~;..f,¼(•,:,-H~J~!,.~.., 1,

1
No 8' cás.Í.iaí por ello qu~ una lectúrá fo!l cir!gjríal_de la insú'.rgenc_ia campesina Cuando fenomenos como el des ento se observan desde ·un pa1s como Boliv!a'i ,_ , ·¡
_ ')iaciónalista'',' d~ la texfualldad'~e~tat'ar'd d'e)as· pa~adojas.~e la cl~se obrera · resulta paradójico descubrir que los ecos:de muchos ·debatet,generados en'eÍ> . ;:: ·/,
· proveng,. de intelectuales como.Guha,,ChatterJee o Chakrabarty, c1ue conocen Sur acaban !legan~o a nuei:tros países mediatizados por la refi~íón académica- . . ,)- ¡f
íntimamente esta cultura hegemóniéa )'.:SUSforq1a~ de discurso verbd y corporal. del ~orte. Florencia Mallon plantea claramente esta paradoja en 'un artículo suyo,. .V ';
Como tampoco es casual,que la tradiéión irn.isülin'ana de la lucha·nacionalista, pub,licado en 1995 2_, En este trabajo, la- áutora evalúa críticamente las contrJs -- · . t!
y su conver3e.ncia no sectaria con lcis hfndúes_en el movimie11to gandhiano se
vean _reflejados: en los trabaj(ls de Amin y ~andey, con una Jectura innovadora
f
.1
buc1ones del ll~mJctO Grupo de Est_u?ío~ S~balternos ·Latín~americano, al que
compara con el Grupo Subalterno ongmal (sic), destacando Jastensiones teóricas .
f.
1
de las "iuchl;(comunaiistai que dividieró~:a)ácciones ri:Hgiosc.S, regionales y_metod.oló~icas que éste introduce, y que son pasadas por altó.por el primero,; J
Sm embargo; luego de una exposición pormenorizada y erudita, fvlaJJon simplifica J•
o de cásta en.el contexto de la-lucha po!_la),1 P.éper{dencia·, y'que continúan hoy
de
brind:ando üri ríco material' 1disi::tisiói'¡ y"lÜiáfisis crítico a la clase pólítica e !ª
un t¡rnt? reflexió_n indi3:" ·redociértdola a un cuestionablei'proyecto gra:rnsciano:·'r' ." ., ,. , it
lntelectua/'tte e~e país. >.': ,,. -·_
· '-( · -: · · . - .- .' ';' · ·,·. . "·( ·1 ,.: al serv,c.10 del cual deb1e~~ colocarse todo el debati;,postmo_q~rno-¡-.y;:postesi: · ¡·,
tructurahsta. Una forrnulac10n de esta naturaleza seencarga•asírparadójicamenter, . ,, •
· /\;';
·,fi
J En e.'lta vena, •~I prestar a' la ~ez atenéíón á lasi!fil.?trf1s])U9,~j,Ls,.s_u~tºJ' ele ' i' ;_\ -;
los propios ~ [ ) g f;.f.r~~i¿_~,r~s:~-aµnque mediatizados por las fuentes oficia- -t t de despo¡ar de sus p~cullaridades más notables a la c:ontribución teórica del gnipo
~e los Suba/1em S111d1qs. Esto no difiere mucho de la actit·.:d del Grupo de Estudios
'~
l
les- caracteriza a varios ele estos estudios, que analizan ~I momento ele rebc>!:'án
s,r.wi,o.rn.rnnem,o.,1.k1 ve,z,,ie,es1,JeHdo.r.y,,cJ,e lrJJ.fIJJ.º· Varios de ell11;; c;e ce11tr.in en Subalternos Latmoamencano, que terminan recluciendo las contribur:iones de ·
un¿¡ gran problemática. :.cóm,, 1-)S qu~.las .rlovilizaciones car 11),~:-;inas cr.,ntra el '.'.' l11dia a t~na casuística de vai-iadones etnog1áficas que ejemplifican desrle el
Raj (soberanía colorli,,I británica en l¡i India) se constituyeron y dei.,diaron el S~r la teona y las grandes líneas conceptuales producidas por el Norte. Como
orden vigente, y cómo finalment~ se fragmenta.ron y degradaron en comwwlismn bien apunta Veem1 D~s (en este volumen),j~ actitud crítica del grupo "no signifi..:a .' ~
-lo que aquí podríamós denominar fac.cionaltsmo- entre comunidades y castas rechazar las categonas occidentales; antes bien, es señal de que i- e ha iniciado '(~
hindúes) musulmanas'/ U, aclu.,ili<lad de es'ta ptobiemática nos rem ite a la un~ relación nueva y m;í,, autónoma con ellas". Esto mist110 parece subray1r Gayatrtl. . (~
inserción activa del grupo en el debate.político-académico de su país. hecho que Sp1vak, al mostra: que ciert~ esencia\is~10 basado en la irredJctlbilidad del sujeto '. / ,;, ~¡·"•
emana de una '.radición de cornprórniso que, en los mios 60 y 70, cstL,vo inevi- subalterno, podn.? const1tu1rse en la cnt1ca más válida al imperialismo, y ser ací ¡ 1 r¡
tablemente ligada al m;irxismo. No obflanle, lo que distingue al grupo es también una verdadera estrategia para nuestros tiempos" (ver Spivak, en este ·t-r/•'· •.,:,. .J
volumen) . .i
' na crítica/)?3',_HésQ:_<Ic.~urá.!_istj al marx smo, que devela sus ~ ~as,,a,tadurns con
., .cJ..¡;¡_e.ru;am.1~tQJ.~tr~~gsc_i)g,m~~Afj.,9.gR"li~W.1.L9..JJ!,1,•t!~,~frmite plante~rse Pe.ro Florencia no acierta tampoco en descubrir las implicaciones de los ,Jjj
;.,,.,, otra gran problemat,calla especHJ_~•~a_d--9~~.lJ~JW...,:;_Qi,¡,ruaf.(.o postc:olonral), Estudws_de 1~ Subalte ·nlducl para la ciencia social de América Latina, pues no :~
la naturaleza de la conciencia. de 1os _grupos subalternos, sus nociones éticas. ,.. muestra ,meres por el corpus de debates que, en nuestro subcontinente, se hablan ;1
_ rumores y mitos cotidianos, que han sido_~_;ii;gina~ por la tradición desarrollado en torno a lo colonial y postcolonial. Las tradiciones dP.l deb:.te 1
;l marxista ilustrada, siempre ~us~g,,d, 7'"'~ n~~~nalidad" detrás de las formas latmoamericano sobre la situación 'colonial, como sistema estructurante y resorte l
"\ tradicional~s de revuelta de !os·subalternos (el. fts· teictó"s"'"de Ranajlt Guha, Gyan
·'f~ Prakath y Veena Das, en este volumen)_. · . l, Pc.l rdEdw&;ir~ Said. auwr del iníluyt ntc: libr~ Orit11tw1.rm. W1?.ster11 Repre.sen1a1foru· 0 r111e O ricnt (Londr~s
1 Rout1e se "egan Poul, 1978), ' · ·. '
' ,1•., La Influencia y arraigo de'los Estudlos' de la Subalternldad en los debate~
Internos de la India es polémica y problemática, debido al contradlct'.lrio inflt• : · /fro"!"esa¡ t'~ma,de los es.cudios sub~llemos: persp~c1ivn.~ a panir de la historia Jatinoarnencana", llolertn
;~~:u!.
c~rni~:~1 ,.r,onu Arsen1ma Y Americana Dr. Emilio kavignam , Nº 12, 2º Semestte. 1995. Se adjut:ita aquf
que sobre ,dio, tiene la inserción de .los intelectuales indios de la diáspor,r
¡,
14 , 15

profundo de nuestras sociedades, se configu ran dPsdc ángulos muy cliv,~rso_s. y experiencia!, así como de su r•:culiar text11ra y especificidad historiográficas.
a partir de vertientes teóricas marxistas y postmarxistas. matizadas por el 1nflu¡o Aunq ue el grado de amplitud y continuidad del debate iniciado por el grupo de•
de procesos como la descolonización africana y la recurrente acción histórica la India no tiene, propiamente hablando, parangór. en América Latina, tenemos
de nuestros propios "insurgentes", sean estos campesinos indígena~ o pobladores la esperanza de contribuir, a travé!; de la pub)icación de estos textos, a replantear
empobrecidos de las grandes ciudades. Pero asimismo,.1m{LdeJfl§ P..~.culiar!dades algunas de las c 1estiones olvidadas, irresueltas o truncas, que ·qued 1ron en el
del debate latinoamerican<;>__~,~ _q~1~_~<;,y~n~a -~Jltr..,E:...$.!!~.,Q.n_iJ,~g9p,j§las con !-¡!_~to-. camino de la reflexión historiográfica y soclológl<:a' en América Latina, o qut
r'. ~~f?-~~ ~-e ~~.~?;!n_?$~~~~ t..,. ,H ~~Al~~~.s,¡i.up,.s~~¡o continúan debatiéndose hoy en terrnlnos_renovados,·pero quizás también.más
signaSo..a.Y,Q.,J,1.Q.r;~~iR~-B-1h!P.~ _ :pJ.AA~l~mq~e!~glom~!L~.9".1!:l.~!Q.Q· lragmentarios,-::~ t2~ie~iy_o fun,1... 'de·e,st,e,J!bro es, con todo, más modesto,
~ercue!ad~Ji(;,t.~!~~;~co¡ió~,l • a,~k~ptina;-~e los año~ 70;:ejemplihcada en nnes tan sól.Q ·asn1 t)l~¡¡--~m ~ · · .. ,. ---".- ,f ·b' -, ,~~;•_
, los trabáíoslde;Táñd~for,·Assád<i.u:rlan;,Oaravaglia y otros; sent~ las bases para .· ._arrri1~tfeMta~!til~t~lf~'fi•ro . ,,. . . .. eii.cf!'ií~rror
. . ·una 'r~·novación'.t!:órfcá·V\ii"etodóiógrt.i-.de impor'tantes alcances; por-el hecho · '," ,;pr•- piclspá1s~s';.~l~cltdesY-"üp(~~~süt rccló'ii"ífüs··:a~ . 1

:·: de haber centrcidtsJ'ái<ibsi? eri 'Potosí f~rtla po9~ación .'aborjos,a indígeria, el eje : 'qüe'riospermira } óñocer á1güñif'.. ,~ ''" ., . .· , . cas y pÍa~team\t~,~t~
·'1 , donde ~Rt~l~;c~?,·~~~~~,W1~~J~~,,:~ ~~J}.Att~.~fk .th1é¡:preiativ'oi, iá 'tlen:lpo de sáoóreif~~tlivérsoifest!ÍOil:·rtaftatlvos y-anal!t!cós
· un mercado.interl.or.cfe.:,l,1r..ga.dilrac1on'.j¡./Aunque 51gm1da por. modas europeas, que:; tienen.un a[r~ i,án distintf; t1é(i'~@EÍ~~ihlés'cl~.ó1Ths'1afitüd"e's''.'"·ª~~.'
, .. ·.. y''i nitárcacfa'e¡i~la~itn~):1a'rry~1(!ffcf modos de producción" (Spivak), esta . . Creemól que:e'i pfograma)!';íGíd7taltln$1f!d~Ígtpp0Cré ios EsÜ1dllfs d~ l~l
' ,,,, corri~nte; de'clatá;1~in1áfxistacgram·sc1ana, ha impactado de muchas maneras ~•;(·
.,,
'
Subalternídad, está ejemplarme_n te:expu,esto ·en el,frefacio que Ranajit Guha
' el aléance de la réfle"l<ióiÍ°filstóricasObre iíuestras sociedades. t\iUs recientemente,
;,:;,
.- ·· escribió para el pt,lrner número de,Ia s.o~i:lcd~n en-1982 (en este volumen}. Su
. •: en·-e1;·área ar1din a',:ioJ)értí~ de,~~insürgencia campesino-indígena y las formas . , .,.· " punto de partid(es una po:;íc,ó!J.;de.pt!n~lp/ó:_,'.;l':/0. hay nada en los aspec~os ~-
· ··?pé~uliar~,;(jue,-as~µ1e'rt"~;eá¡,lt.i_\ismo y.laopreslón oligárquica en los siglos XIX . : : ':~. <i espi{itüales _·ymateriales de la' córldl_~i.ó.*•su~álter~á;fpasad_os .y prese~tes; c¡ue ¡
·: yiX)( fuei:011"aboi:9áabs también·poJl,miemhros de la revista Avances y del·Taller 1; ¡ · ' ., •,. · .1 nó· nos i1ileresc':.;--•.U1t campo 'de 'a<:tiól}Janiva;to'hall~: expresión metodológl<:1/ ·
de Historia Oral Andina, y por.pew~nalidades indiYid~~-!U.!&:.!~J~entes. como . :, en un enfoque interdisciplinario: los trabajos d•?I grupo se interesan por la ''historia,
el historiador,Alber·o ,'le,re.~ Galindo. y el sociólogo;René Zavaleta,cntre otro.s , . la polí;ica, la economía y la sociología de la subalteri1ldad", tanto como por r.l
generando un. intenso der;,Tte, en muchos_ sentioosji_¾ ~ ' qtt~ plantearon estudio de las "actit udes, ideolo,¡ías y sistemas de opinión", todo lo cual es
nuestros colegas indios. A fines de los anos 60, el ~nc1ologo mexicano Pablo integrado en la noción sintetizadora de cultura. ·
l.ionzáles Casanovas había ya lanzado la hipótesis del colonialismo interno, para ¿Pero, en qué consiste, para Guha, esta condición rnbalterna•) El debate
explicar la profunda h( terogeneidad de nuestras scciedades y la vigencia de marxista de los años 60 y 70 es, sin duda, su punto de partida. Sin embargo, a
antiquísimas estru,:turas de dominación, que resultaron singularmente funcionales dilerenc:a de América Latina, el grupo de la India partió de la premisa -y de la
a la explotación n<:ocolonial, oligárquica y capitalista del campesinado indígen¡i reJlidad- de un proceso de i 1dependencla nacional que ap_enas había culminado
en vastas áreas rurales de nuestros países, Pero mclu~o se ha estudiado desde en 1947 y que les pern:i!tió .eog:i.r,¡:ªrla no~i.,ó):i P.!:: S.\l.P.al,ternldad co~ la exp_e(ler¡c!a,
varios ángulos la i11s1 1rgencia obrera, campesina e indígena contemporánea, y más reciente, del colonialism.Q_t:>ritánico y·de la,, luchas gaiidITTánás'y nacionalistas
se ha reinsertado el tc·ma.del colonlalismo interno en el debate político. Mallon
prefiere pasar por alto estas diversas tradiciones intelectuales -Flores Galin90 ¡ por la lndependen~ia. Se trataba el~ urt'nacfonaiis"iñO:andéofoñíáúsmó"rñiis ~!dioso
que cualquiera-déTas variantes latinoamericanas (e Interpelaba a un universo
es el único historiador latinoamericano que cita, no por citrto inmerecida- 1
Inmensamente más vasto). Sin rmbargo, en el Prefacio, aparte de una alusión
mente- y concentrarse en el debate academico del Norte. A_~ontrapelo de los 1
cortés al debate gramsciano, Guha articula sus puntos de vista en torno aJ11_ ~
postulados pluriclisciplin.1rios del grupo indio, el debate_n_ortearnericano paree.e subalternidad a travé:, de otros rastroi; .del discurso dominante, más internalizados /
nomás seguir líneas disc.. plinarias: se critica desde la hJ.$t9riqgr_alía las preten- ¡• l en laspecúliar~;esi'r" 1'ci'urasae'Po'dertre...Fcflff'cTf[':V'Xs'[ ño'siñcierto d~Jo.de Ironía, ~
sTones teóricas de 'o:; ~studios !'iterarlos o culturales,¿§..1P~U --QV. los sesgg~,1~ , ¡ recurre a la autoridad del Conci~e Oxford Dictionary para definir a la persona
localización lnvlsibles que la mediación del Norte pue_de intto,ducl[ __en lo!'- ~~.9ates ¡i} subal:erna, simplemente, como alguien "de rango inferior", sea en términos :le
historiográficos Su~-S\l.r, ~r.lli2.9. bJ.~.~i~119.o _su ho~i~onte te(lr:co y me_tOQ,Q,ill,g~.. _ "clase, casta, edad, género" u "ocupaciór.":-La esfera del·análisis de clase, si bien
Con la publlca..éión de esta colección de articulas queremos situar los ecos sólidamente documentada en las invéstigaciones del grupo, se convierte así en
· del debate postcolonial iniciado en la India al lugar de su primer; emisión, el punto de partida.para una serie dii ind.agaclones,. q'u.e les llevilrán a recorrer
restituyendo asf a la idea de relaciones Sur-Sur algo de su concreción geográfica los discursos dominantes y autorizados (del estado colonial, la él te naclonal!sté1
17
16

Das. En tercer lugar, hemos querido mostrar textos representativos de las div~rsas
o l.i inl<·lligcntsia marxista), tanto como el cor¡>us de sus tra<llciones esc:riturari as
Y reli~i1 ,sas propias, así como la contraparte oral y testimoni;il que acompaña rases de su reflexión, que van desde los anos iniciales hasta el período r3 ás
a su t1 ;,hajo de campo historlográlíco. Este proceso de cuestionam ien'tos les reciente, mostrn,1dt) temas rec urrentes y localizados, as! como 'Jalances más
contemporáneos y ambiciosos. Entre los primeros, podemos mencionar al trabajo
conduc:irfi a una lectura "entre líneas" de·sus fuentes, buscardo en ellas las lisuras
Y contra<1iccio:1es que les permítan seguír el rastro de las voces y demandas de Pandey sobre la mediación nacionalis ta y ghandlana de la lnrnrgencla cam-
pesina y el de Amin sobre el d:scurso judicial, que cierra el lente s,>bre un evento
obliteradas de los Insurgentes.
preciso, a la vez expresivo de la "historia local" en el más pleno de·:ms sentidos
No estamos entonces." frente a un ejercicio Intelectual que tan sólo adereza'
y .de las narrativas emanclpatorias de la nación en las que este~ev,é'nto:iermlna
el di~curso hlstoriográfíco convencional .c.como bien lo señaló Amin en una
enm~ranado, Entre.los segundos, están los tra.bajo~ d,~qiJ.~.t 'só,ij_i~J~fr,ii!-~e.lta-".!'
coníérencla3 - con las abígarradas::voéés c:leFrilundó campesino y étnico popular: ·~· ¡
. campesina, y la form~ cómo es reconstruida y,artlculáda ~é'ri: lo's:di~cúrsoá\"1d~ :· •
.P!!ro tampoco s·e trata de ·ufrlngertu.o' red°e~é§brif de.''otra histor. ia", recurriend o ológlcos dominantes, así como los análisis d~ Chatterjje; próvenlen t~' dé libro· sil
a fuentes menos sesgadas, que permitan' acceder a un nivel suµuesta mente The na/ion and its fragments, donde se discute 1.a construcción política de una
lricon~ amu~a éonclencia de los oprimidos. Como hien JI) señala Guha historia india de las luchas campesinas, asl·como la !extura de·los apar~tos.,
, -{:itamlo ÍI~ ; Jos,gf11.P_ES ~~~Ul.Q lLestáÍl-siempteJ\!.)et9.s·~ 1~ actividad
buroc~átlcos que racionalízan lo "nacional" en la etapa post-independencia.
;, ~jQS~'Utl},·s_q.µe &9J2,i~.r_ml1!,J!]clUS:> CUil!J~J)~Se~~~lan} s_ubl~van". La metáfora
···•: A modo de ilustrar algunos aspectos de la práctica historiográfica brevemente• ..
derrl<lel\íln de1li?ii!!ll'SMKW c~~.I!!:.<?.eº1:.;~..-M1•1!,Y'PJ~kas,'2:_~esul~a por ello tan bosquejada, analizaremos algunos textos de la selección que nos.ayuda¡án ª'·'
elo9101Jl;\nrn expresar esas ormas )5'o,:ros·as y dls.coñIT!!H~s:te,:!'!.:SO !l}:.!!!!E!!
precisar la·naturaleza de la ruptura epistemológica y metodológica·que plantean
mu titu rnanas,que se <lifunaen como
~~cap . .
aces de desata ~ ' . ..
reguero de pól~ora en un mundo rúral tan eíct"(,nso y caleidoscópico como el de
'• \
los Estudios de la Subalternidad, pero que además Ilustran muy bien· las co:itJ..,;
/J.
.," ,, nuidades y_virajes desde la etapa temprana a los trabajos J?ás.m~dµ
ros de/ grÚpo¡ (',..
.. :.,~ l¡l·India; pero también de;revertí}':'en in'e'xpllcables retrocesos, regrer.lones fac- ...\.:.. '
~

,- Cionallst as y der ro tas politlcas. En una.'situación éolonial donde los/a El tra?~J_o de Guh~ ~obre la ~~~a d~ !rªinsl!!? ~~~~•~:pa e
i't, i~~]-i'i1~{5~~!9i:i;;,
oprimidosl;is son den emin< iatoria" destle la cual podrían a 1~ ~s•o~ E.)~Ca!!~_a_de l~~~~l!,~ ~ca":..P,~ih.es, que las1retratáll' co'mo'.a
pi~ak la improbab!e"forea de ~Wl\l,[r esta actos reíle¡os, espasm'óclicas reacciones aniecausas externas de ordt!r económico
arti<"Uli\r 'll propiil historicidad
q,7 si,I,, ,,,,cJr1a realizarse mediante un minucioso ~jw,¡¡ de las hue_lJas,
torsiones o político. Analiza ent0.1ces los discursos "primarios", producido s por las
Ysilt•11d, -~ 11,scritO'.; en los propios discursos domina ntes~egÍiffi'i:J¡i<i y p.,cler instancias encargadas directamente de la represión y el control de estos movi-
prt>snipti1·11 resultarían así puestos en tela de juicio. mientos, con los cuales se construye el código básico de contrainsurgencia, que
lleva a la crlminalización de las acciones rebeldes y la expoliación de su sustancia
,'IJ., h,1 :<iclo fáci l pr,esentar un abanico que muestre lo~ divusos matices
ele
política y cohtrencia ideológica. Los recuentos o discursos "secundarios" serían J¡
una ¡,r:1,·t:ca historiográfica tan compleja y rica, s1gnad<1 tambil,n por diversas •!
las elaboraciones contP.mporáneas autorizadas o los textos de ftincionar ios
h>nsio11t•,- ~- debates intern0s. La elección de los artículcs traduc:idos ha seguido.
retirados, que pu~den mostrarnos una "semblanza de objetividad", expresada
sin c:111h:1r1.:11, algunos criterios, siendo el primero el de la a,:cesibilidüd. A pesar ·.~;.;
en una 1.1Q!:!:aliva impersonal, pero que ~lLQªn igualmente a estos eventos en una .1
de lllu·~t r,1s esfuerzos, no nos ha sido posible contar con los vol. VI r VII de la i~~i~ücijcl, que lueg, .,'
colcc:rí,1?1. que se hallan agotados. Hemos accedido en cambio al libro de Partha -~den a ~xQ1ªf~a ~áfrTouy~'2.~~l~s un:a_e:.ehi_ ~ ·•¡.
se u_san para !eJitlmJ!.l.(as accio~e~ civili~atorias o represivas desplega jas por
Chüth'r¡,•,,. ilSÍ como al Foro que dedicó al tema la revista American Historical ~1 las elites con el fin de errad).q1r.o.Qr~venlr [a :','.i_Qlep_c;l_a ~~_lp~ ln,g1rgentt:s .•A1
Revlc,_.. !'ara complementar algunos aspectos de l. 1 selección. Un segund0 criterio :l!
lrn sidn t'I de presentar trabajos q\Je proporcionen un oanorama gene al d'! los
fund.lnh•ntales principios teórico-metodológicos implíci:os y explicitas que como
grupo S<' plnntearon, as! como los ecos del debate académko que suscitaron sus
trabnjos. l::n esta perspectiva se encuentran los articulof de Guha, así como la
~l~ se_~.Pilva ªsi de la_sundiclón <!.E: suje.,to..q~ ~u pro~l<!.EE;Y.U•ili}, se lo
convl'e!t~ ~~-::\!9_~reJe"t~ pa,_r~ l<!!!W~!<i2n.!fa~!P~ ~2 auto~:!or,m ~~l?~
P,~t<f;l>?.,?.er\!s coJornal~.s. q i:ia¡:1?11al,~~- Fmalmente, e~rfan Tos dlscursós
terciarios -lncl•Jyendo las variantes liberal, naclonalls ta o marxista de la e@
f
\! ,.,"
!

hfstorlograffa- que ponen en evidencia una modalidad más solapada del código
defensn de Chakravarty ante las reacciones de una publlc;1clón colega de la India,
de co.ntralnsurgencia, al subsumir a los actores en la estrategia externa de su
tanto <.'limo los oa!ances de Gayatrl°Chakravurty Spivak, Gyan Prakash y Veena redención o nacionalización. Estos discursos resultan asl Instrumenta .es para
un nuevo despojo, que inscribe a las acciones rebeldes en teleologfas clvlllzatcrlas,
~ -~un ~cl ·• =--¡,h,·10 de SEPHIS. Shahtd Am1n rcnlizó ~na gira tte conftrC'nC'11s que- C'ubnJ I•~
0 r1ud11dcs di.! Bueno) despojándolos ~e su inteligibilidad, pero tenunciando también a comprcnd f"r
• ll\::C, L k,~_.,,, l.un,,. Cuzco, \.:'OC'habamba y La Paz. en octubre
de 1996.
- 18
rl ••• e

todo el tejido cotidiano de "rumores, visiones míticas, religio:idad Y_ lazos de


¡

fuente de legitimidad -la revoiució.n independentista M los años cuarenta.:. ge~era


19

comunidad", que subyace a la insurgencia campesina. En su ala~ de d1s,:1pllnar un permanente dilema: el de hacer converger· las.deiúandas de la racionalidad,
póstwnamente a los ins•Jrrectos, estos discursos ter~iar!os acabaran entrampados t con las demandas contrapuestas de la legitlmaclóh._' .La naturaleza del estado
postcolonial en la India se asentará así en ;'esa páreja contradictoria,... irónl,~a-
en la "narrativa ;naestra" de occidente y resultaran incapaces de supera~ los
marcos explicativos de la prosa de contrainsurge!lcia. De este modo, la ~rstc,- mente armoniosa" d:mde converg~n lo irr.áci;mal'de la polft!ca con lo racional
riografía se convertirá, según palabras de Guha, en una 'forma de conoc1m1ento de la planificación; un rásgo constitutivo y_paradójico-de la domina.::ión social
. colonialista", articulada en torno a discursos civilizator_ios superpuestos;_que contemporánea en la India, qce p9dr!a ser extensible a muchas ctras socled.1des
·.· :}t'encubreq·permane:1temente !o_s/á:!tros de la:í.nl~iativaJlist?~ica d~ los grupos no-occidentales del·Sur. __ ,• .. ,. . .. . . . •!
_;
: ,·...-:t, dÓfuinado's •para,t-arminar,otrecléi;ido_les --en el_plano_poht1co- ta~ sólo una
·, . Jt: ~cludad~!~:mi_tigáda y ele_s~gull?~ st.a.s:\_;--:.:\ ,_ /::-.:-~r;'!J~¿t ,: ·.' ,:" 'l • '. :~·-' ,
\r ; ,· El trabajo de Shahid Al:nlil; p-0r_su parte,_·c~nstit~ye una ª8!1~ª ~ectura c:itlca .
,,. de un tipo d~ fuent,: que se usa con fr~~enc1a en la h1storiograf1a de las r~be~10nes
....,~ campesinas: el discurso júd_icial que se genr.ra:én e! proceso des~ enjuciam1ent?,
~t! ,;,.
:• •; •;., ,. ·
. Creemos que él conjunto de en.sayo~ _que~·pre~entamosal público boliviaño .
y latinoamericano, ayudar~ a repl~nteiir u~~ s~rie dé témas~problema relevantes;
no sólo para las'clencias social~ ;".sinq:para 18s\'debates· so-)?re el destino polltléo
de los campesinos y otros grupos-·s\lba1ter:rios(qj1e·en el_área'and!na llenan,las· ·
·págin, s.de la hlstor.Íografia de la insiirgend~antlél;_ta_tal en,!es últl~os .cinco síglos, '
·;, ~
...: ~-
.

· (<fa través de.la detenninación'ge culpabilidades y la'fundamentac1ón_d.e las penas : Pensamos que la'rellexión y él élebate'lániados· por-jds,_cor~gas de la Indfat, ·
:} y castigos:· En el ~aso .Je los 172 peqhe~os-arrendi~s y :i.rtesanos ind1".1dualiz_ados permitirá con~ctar muchas de estas· i::ués_tiqn~s eón nu~·s'tra p:-opia reflexioh, '.,
.:·.. retomando temáticas ya esboza·d as pót dívér~os.cfrcuJos.Íatirioamericanós desde
~' como culpables (entre 11 na multitud de cerca. a mil personas) por _el_ mcend1Q_de
:; ;,;.Ja tliana'.(estación.policial) de Chauri Chaura y la muerte de 23 pohc1as, acaecida ~ ,'.: ' los años 70, pero t~~Íéii enfre°ht~n~• '~úey~' pr_egb9Jai/y·/~aiidades;'como !a ·
::t el ·4:de febrero ·de.1922, el ·análisis,: de -Amin revela que en el proceso.de cons: ... .'~'
}
que brindan las actuales
' movilizacíé.nés ·étn1~a$:;_i:¡µe·s'e
· . .,,\;'; ,.),:.;- r-.:,t.~~ ~ari
"'t..: kf_iij,,..;~_,.., . ,·-...- -·· • ·~ ·~
los · . .
véríido dando .
en ,; · ·
}/ ;:;-:: truc~ióná~ la evidencia incrímlnatotla para el_juicio se forman "campos de poder' · años 80 Y90 f~
. , a )? l<)rgo >' ancho d~t:58n~B~~-tT,~¡!.?.&-2~~1~f l1Jd:opción I¡:reflexf~ª ,..
1
1
. ' ' ' "'ctesde Jos·tuales resulta imposible comprender las motivaciones de·la rebeldia". , :de modas mtel~ctuales del norte, ~a;,pérm.jpg_o¡gu~.~nj1J~o~.~rculos aca¡:lémléos ·:,:. s\
para n '.> hablar de aproximarse a su lógica in~erna: A~ ~otar~. los actos rebeldes latinoamericanos, prime la actiúid de' ' .bcíif6n Ycü~rita nueva" frente a nuestras . 1!i

de una prehistori 1 y una articulación causal, y al 111d1vtdualiza-r ª. los culpa~les, · propiM tradiciones lntelectual~s •·Y el marxismo es úná de-ellas- que empobrece
el discurso judicial horra los nombres, los rostros y las estrategias de_los mdl- el debate latinoamericano y le dota de una cuali dad particularmente
viduos y de la multit11d amotinada (otiyars o diri~entes, t~nto c~rno part1c1pantes_ fragmentada.
rasos) para conducir a todos ellos al anonimato y la desfiguración que autorizan En e~ta perspectiva, esperamos que ésta :;ea una ocasión para emprender
su c~nversión er criminales. En este proceso, la rebeldía campesina resulta un diálogo más horizontal entre historiadores/as del Sur, tanto como entre
despojada a la vez ele su carácter político y de su hist~ricida_d, sauaci_ón _que_ ro nosotrns/as mismos/ as. Esperarn,>s también que los/as lectores/as puedan
podrá ser superada ni siquiera cuando 'a historiograha nac10nahsta mv1erta el encontrar en este libro sendas fructíferas para elabora·r sus p ropias reflexiones,
veredicto y convierta a los criminales en mártires de la gesta ant1colonial, Yen para renovar sus marcos de referencia, y para iniciar ese "diálogo entre frag-
benemérit~s y pensit,i1istas del estado independiente. mentos" (Pandey). No sólo por gusto, también por urgencia vital, es necesario
Estos ejemplos nos permiten destacar una perspectiva de ~nálisis central en volver a d1scutir temas como ¡J de la concienci-1 re.belde y la construcción del
los trabajos del grupo: el énfasis que ponen en la compre~s1ón de l~s formas poder burocrático del Estado-nación, anclado en nociones civilizatorias y
coloniales y po~tcoloniales del poder y la dominación en so_~1edades ~b1garradas coloniales que engranan eficazmente con las más modernas tecnologías y formas
y plurales corno la J 1dia. El trabajo de Cl~atterjee parte tarnb1en ¿e las borraduras de extra'cción y transferencia de excedentes.
y silencios" del dis('urso oficial, pero propone una lectura de la insurgencia d~sde
adentro, esto es, desde Ja noción de "comunidad" insurgente. El autor;:eflex10na
a partir de ta piedra angular de la contribución de Guha sobre los aspect_os Silvia Rivera Cusicanqm'
elementales de la rebeldía campesina", mostrando a los rebeldes como persona.¡_€$ Rossana Barragán
insumisos, aún para la historiografía, en su permanente reslstP.ncia a las rac10-
nallzaclones liberales o nacionalistas que se hacen en su norr.bre. En su segunda
contribución, e! aul or analiza el papel de las burocracias del desarro!lo en la
consumacl6n de u1a revolución pasiva del capital en la India postcolomal, cuya \
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Agradecimientos
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Esta publicación no habria sido posible sin el concursó de ~uchas


personas y grupos. En primer lugar, querertjos agradec~r.'al grupo
·, '. '•.·• ,..,,.~.~·;',,'\
. ,\ .•' .·.; de los Estudios de la Subalt~rn.Idad, p_rlncipalmente,a.Shahld Amln, .
:••. \ : ·•-·· . ~ - ..,, : por su contrlbudón y apoyo en toqo el proceso de elaboraclór.. de
1.. •. ;, .. -;. · este libro, y a Gyan Pandey como rrúembr~ <le! directorio del SFPI-IlS.
~1~:
';.(t.

,"".•: ·" ... A' Oxford Universlty Press, Princeton Universlty Press,'y ia revista
American HistoricaJ Review, por permitirnos publicar estos trabaj9s.
Al directorio del SEPHIS y a su Se.::retar!o Ejecutivo, Ulbe Bosma,
por su colaboración múltiple a los intercambios académicos entre
diversos palses del Sur. Queremos también mencionar la labor de
Raquel Gutlérrcz, Ana Rebeca Prada, Silvia Rivera y Alisan Spedding
por su compromiso con la labor de traduc.::ión. Van también nuestros
agradedmlent•)S a Varinla y Ileidi Oros, a Seemin Qayum y a Gon~al<>
Paz C., a los miembros del Taller de Historia Oral Andina, en es¡:,ed, 1
al Lic. Carlos Mamani Condori, y la Coordinadora de Historia, que
contribuyeron a este producto colectivo de muchas maneras.
!'
'1
i
1
9

Prefacio a los Estudios de la SubaHernidad


Escritos sobre la Historia y la Sociedad Surasiática·
.:..· . ,.,
Ranaji t Guha
1 ..... '

El propósito de la presente ('Olección de eilsayos: la primera de .una serie,


es
promover una discusión sistemática e intormada sobre temas de la subalter
nldad
en el campo de los estudios .surasláticos, para as! rectificar la lnclinaclén
\ ' elitista
característica de gran parte de la lnvestlgaclón y del tr_abajo académico en
este
área en particular.
La palabra ''subalterno" del titulo tiene el ~lgniflcado que le da el Concise
Oxford
D1c1ionary, es decir, "de rango inferior". Será utilizada en estas
páginas como
denominación del atributo general de subordinación en la sociedad surasiática,
ya sea ..:¡ue esté expresado en términos de clase, casta, edad, género. ocupaci
ón,
o en cu'llquier otra lorma.
Con las palabras "historiil y socieda d" del subtítu lo se intenta da r lorrna
;ibreviada a todo lo que implica la condición subalterna. Como tal, no hay
nada
en los aspectos espirituales y materiales de esa condición, pasados y presentL
?s,
que no nos interese. Obviamente sería ocioso de nuestra parte, esperar
que la

N E Tradumón de An, Rebec, rrod• del on/cu!o: "Pre/occ·. En. Suba/r,m


~ 1/ur.,,yanJ Sm '"'-'· Ran,.111 Guh>. cdi101. Dtlh,: Oxford Univer,;i1·, Prcss, 1996S1u,1,,., ' 1Vriti11x., ,,,, S,,wh A,ion
.<crA u11liiado con r.n ...~claralori.is y se distinguirá de ln.s nolas de pie de-página ( 1,82 . Lo N.E o ,'/,,,a E<J,rnriol
' d, los autor«, por la u1íliznci~•1
1 c.Jc:l :L-..1tri!M:'.::o o lo~ corc.he1c.1i. en caso dt! realizarse a.clnr.1C1oocs en el
kcton,, cncon1r:1r:ln wnbién N. de T qué s,!"'ifica N001 de TroducciOn. texto o nota: dtl autor. En algunos Cl.'H.):$, 1~
En las nocas de pie de ~ginn. he,ros respetado
1 l., forma de cim IJ bibliogr,ffa que 1,cne11 lo, n111ores. El contenido
~e algunos de las N.F.., como por ,jemplo lo
C'<-pllcacíón de lo),, (érmino~ qut: cst~n en
1droma-.: de la India ha sido, ,m
que 'i(; encuen1n11 JI final de fos volúmcne de Subalurn Studies, yen algunos·casos, c:xtroctudo de los glas.arios
nos hemos apoytldo en ll 1níunnacíó n
ottO.f;,
que nos proporctaw\ el 01 Shohid Amm. l'eme<A!laborado asimismo un glos:irio
hbro general. que figura ol final del
f.s1e Prdacio Jntroducw110 ni pnml!r número de la Revisto Subatu:u1 StuditJ
1ítu/o de: Prefacio Paro i.i1unrto en i;u conru.10, henos a.n,;1.d¡do el ttulo llevo, en .rn versión ongmal, sólo el
1

comple10
lo" di,•crso· ankulo-.. Jm rcíerenc1,1S ¡i la rcvis1a ser !ali.un, ya sea con su nombre de 13 rcvis1a, en ca-.iell~o. En
E1t1AJ,os Je lu Suhuftenudud, para hacer refcrenc, 1Lanto o lo revista como al cotec1ivo origin:ll, o bien craduclda como
No .<e ha acudido• lo versión más li<erol de ''Estudio.. Subaltomos" porque consideram o cargo de su publie.1eiót1.
d< Arnbigüedodes. que dcnooorlo lo <uboherr.id,d de los propios catudios, os que es un anglicismo cargado
\ ~•• respetar el conlcier genérico que 1iene el 1c!nnino ·subahemo• heme< y no 'sólo la de los suje1os subaltemo.s
1 ~1.Juha, cnmo ·cond,c16n" o "01rihu10 gener•I de subordmoción". recurrido m'5 bien al sentido que le rlo
4
24 , onoh,r Guho

gama de contribuciones a esta serie pueda corresponder, así sea remotamente,


al proyecto de seis puntos previsto por Antonio Gramsci en sus "Notas sobre la
· ., ~ historia italiana". Sin embargo_, de ntro d~ las limitaclon<?s del orc~ente estado
1 de la investigacióny de nuestros propios recursos, esperamos publicar ensayos
bien escritos sobre temas de la subalternidad, realizados por estudiosos que
trabajan en las humanidades y en las ciencias sociales. Habrá mucho en estas Sobre Algunos Aspectos de la Historiografía
páginas ctl!e se relacio~e con la h!stori~, la politlcat la tconomla y la sociolo?ía
de la subalternldad asfcomo con las·actitudes; ldeolog1as y sistemas de oplnwn; ,., Colonial de la India· 1 .;. • '·''? •. · · .,:; <:.j ,:.
e~lntesls,' con la ¡ultura que mol~ea esa condición: .. . ! •
..'t.:·,j#i_: y~:1(_:•·~t~¡
. - ~ .,-.CO...--~-"
&~tf
Reconocemos, por supuesto, que la subordinación no puede entenderse ' ,1,c,:J-.
~ fj/i-: ;f~~ ' ~;J ti::.:·;~;~~-,:··
1 • : •.• : .f .; 1

excepto como uno de los términos· cor.stltutlvos de una relación binaria en la ;_

• que el otro es'la dominación, ya que "los grupos subalternos están siempre sujet~~ ', . ;: , · \: ,.'.;. Ranajit.Gui1a
;; •

·· a la actividad de l0s grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan .


Los grupos dominantes recibirán, entonces en estos volúmenes, la consideració n ... ..·.-:::;
..
_.; .. '
.
que merecen, sin que se les dote, sin.embargo, de esa lals_a, primada que les asignó
la larga ,tradición de elitismo en los llStU~ÍOS surasláticos . De h_echo_. parte
l. La historiografía del nacionalismo indio•• ha :st;do ~~1~i~ada'du;·z~;~
tierr.po por el elitismo:• canto por el elitismo colonialista como por el elitismo
n;~~h~·
importante ele nuestro empeño consístE:en asegurar que nuestro t'.nfas1s en la
burgués-naéionalista 2• Ambos se originaron como producto ideológico <lel
subalternidad funcione como\medida de valoración objetiva del papel de la élite,
·. ·'t.'.,
gobierr¡o británico en la India, pero haf! sobreviv!do,a la.tr~ilsf~r~r;icia.9el p~ci~~
así como dé crítica a las lnterpr~ta,:jones elitistas de ese papel. . · ..
.~r. ·1'
:'· y han sido a~!milados a for.!lla~ de discurso necxo\onialistMy n~r.t11<1c,l,o_n11U.s.~as .
.l..1 ; · • Pens~uo:; que no esiamos.:solos·en nuestra pre,,cupación por tal elitismo ·. :~ •"'. •.,¡·
~ r/ en Gran Bretaña y en la India respectivamente. La,historiog~alía ~ütist~ d~tlpo ·
y en la necesidad de comoatirlo. Otros se han seotidc igcalmente Infelices frente co lonialista o neo-c•>lonia lista cuenta entre sus principales protagonis tas a
a las distorsiones y desproporciones generadas por est :1 tendencia del trabajo escritores e instituciones bri,ánicas, pero tiene hniladores en la India y también
acadP.mico sobre asuntos s urasiáticos. Esperarnos, por lo tanto, que otros en otros países. La historiogra!ía elitista de tipo nacionalista o neo-n ,clonadsta
estudiosos ~e unan a nosotros en esta empresa, publicandv por su cuenta o a es ante odo una práctica india, a•Jnque no carece de imitadores e'l a~ filas de
través nuestro sus investigacio nes sobre tem;is de la subalternidad, su crítica los historiadores liberales de Gran Bretaña y de otras partes.
al elitismo en sus respectivas disciplinas , y ayudándonos, e11 ¡!ene:al, con su
consejo sobr~ los contenidos de éste y los sub,,igu\entes volúmenes de Suix1/tern 2. Ambas variedades de elitismo co1nparten un prejuicio: que IJ construcción
Studies. de la nación india y el desarrollo ele l.:i conciencia que moldeó es:e proceso -el
nacionalismo-, fueron logros exclusiva o preJominantemente de élite. En las
historiogralías colonialista y neo-colonialis .a estos logros son atribuidos a
funcionarios y aclmlnistrnd,ores del gobierno colonial británico, a sw; políticas,
Canbcrra instituciones y cultura; en los estudios naciona listas y neo-nacio,1alistas, a
Agosto de 1981 personalidades, instituciones, actividades e ideas de la élite india.

¡¡
• Traducción de Ana Rettca Prad• del anlculo: •·on ,orne A.<pcc<s ofThc Hisiono~r•p~y u· Coloniul Jndl~". ¡1
En: Suhoh~ni S11«:/ie.1 /. \Vritíng.1 nn Suuth A.1in n Hu111n u,,J -~H.:iet_\·, Ranajil Gohil. editor Oclhi: Oxf.Jrd Univetslly i
l'ms. 1996 ( 1982), pp 1,8. •
1. El :i11tor ng~a.decc n,todos t~s autorc, incluidos en c.sce ~olumen. f N.E. Se refiere a Shuhid Amin.
Pnn~a Cha11e~e,,, David Hord,man y Gynn PandeyJ así como • Gau,0111 Bhadrn, Dipesh Chakr ,bony yDavid Amold,
Rnghubendra
Ch:irtopudhyny 1or SUNcomenlarios a una verMón ;in1erlor tic este 1exto.
•• N.E. Aunque el oojctivo inglés "indian" se 1roducc hobituolmcn1c ol castcllo.nocomo 'hir.d,:", ~.. v 1, 1a m1rcado
meucutud en esto fonna de traducción. Hi11dú se n:fiere o los p,accic3nce.< de lo religión hinuuí,ia, y no incluye
a. )O( mu~ulm:ines. budil1as y Olru congreg11Ciones ~ l1giosn ,s minonto.riAS e.le la India.
2. Remiilmos al lec1or o. lo norn imprcsil o.l final de C$h !' :,nf( u o parn uno definición de los1~nninos "~lito" "pueblo"
··~ubn.hc.rno", etc.• tnl con10 se utitizan rn es[os pán..ifos. ' '
i1:
¡·;

26 >;noh,1G·h > Sobre Hisloriogrofic Co,oniol de lo Indio 27

3. La primera de estas clos historiografías define al nacionalismo indio funda- 1


de algunas organizaciones de élite y de las personalidades británicas e Indias
mentalmente como una función de estímulo y respuesta. Basada en una
aproximación estrechomente conductista, representa al nacionalismo como la li más importantes. Nos ayuda, :Jabre todo, a entendf:r el carácter ideológico de
la historiografía misma.
suma de actividades e ideas con las que la élite india respondió a las instit1 1ciones, 1 6. Lo que no puede hacer, sin embargo, 1Jna escritura histórica de este tipo, es
oportunidades, recursos, etc., generados por el colonialismo. Existen varias explicarnos el nacionalismo indio, ya que no reconoce,·y menos Interpreta, la
versiones de esta historiografía, pero la modalidad central común a todas ellas contribución del puebl,) por sí mismo, es decir, independientemente de la élite,
es la descripción del nacionalismo indio como una suerte de "proceso de a la formación ydesarrollo de este. n_ a:éloriallsirio::En lo q·ue concierne.a er.te ~
aprendizaje" mediante el ct1al la élite nativa se habría involucrado en política al aspecto particular, la pobreza d¿ éstlhistorlograjfa'se derntiestra, más állá' de
intentar negociar con el laberinto de instituciones y el correspondiente complejo toda duda, por su incapacidad de comprender y valorar.la articulación masiva
c•1ltural introducido por las autoridades coloniales para gobernar el país. Lo de este nacionalismo, excepto negativamente; comó_un-problema de ley y orqen,.
que hizo que la é ite atravesara este proceso no fue, según esta historiografía,
un eleva<lo ldeafü,mo dirigido ai bien general de la nación, sino. simplemente, 1,
ya
o bien -si acaso- positivamente; sea como res·pues.ta: al carisma-de algún llder
de élite, o en los términos actualmente ró~ de modá:;:d~ una movilización veztical
cxnectativa de recompensas bajo la forrna·de una porción de la riqueza, el poder sujeta a la manipul lCión.faccionaJl_sta.- .La multitudinaria participación c1el pueblo
y ~I prestigio creados por el gobierno colonial y asociad~s a· él. Se no~ dice indio. a veces en números de cientos de miles e Incluso millones, en actividades ·
entonces que el estímulo de tales recompensas -con todo el 1ueg~ ~onco:11tant~ e ideas nacionalistas, se representa enfonces,ccimc una desviación frente al
de colaboración y comretencia entre el poder gobernante y la elite nativa, ~sl proceso políticc, supues:am-~nl'e '-'real", vale decir;·la laboriosa marr.ha de las
como entre varior. elementos de esta última-, fue lo que constituyó al nacionalismo ruedas del aparato del estado y,de fas instltucionés·de élite engranadas a él., En
indio. otros casos, esta participación es slmptem~nte-atr!bulda, como un acto.de
1. La orientación ~eneral del ),tro tipo de historiografía ~litis ta consiste en apropiación ideológica, a la influencia ~'lniciatlvá de.las élites-propiamente dichas,
representar al nacicnalismo indio éomo una empresa fundárricnt~l~ente l~ealista La bancarrota de esta hlstoriografía:·queda· claraménte.expuesta c'uP-ndo t:s
,.
en lil que !a élite indígena habría guiado al pueblo di· lu subyugac1on a_la hb_ertad. ' emplazada a explicar fenómenos como el levantamiento anti-Rowlatt de 1919'
l i!S diversas versiones de esta histr,riograH:1 difieren en el grado de enlas1s que y el movimiento Quit India [Abandonen la India) ·de 1942•·, para mencionar sólo
,,:0r¡p.a al papel que Jli•iaron Jos lideres int ividua!r" o las org;inizacio nes_ e dos u~las r1umerosas instancias de iniciativa popular que se alir.naron en el curso
instituciones de élite, coino fuerza rrFncipal o mr>tivadora de esta empres.\. Sin de las campañas nacionalistas en desafío al control de la élite o en ausencia de
embargo. la nrnrlalid~d c,,mún a tocias ellas es la defensa del naci0nalis n10 indio d . ¿Cómo puede ay udarnos 11na historiografía tari· unil 1teral y de miras tan
colllo una expresión fen oménica de la bondad de la €-lite nativa, magnilicando estrechas a comprender los desplazamientos profundos que, muy por debajo
-;:r,ntra toda evirlerH.:i~- el as pecto antagónico de su relación con el régimen de la superficie de la política de élite, hicieron posible Chauri-Chauro... o las
colonial en relación a :;11 aspecto colaboracionista. su papel como promotores manif~staciones militantes de solidaridad con los amotinados de RIN?
de la caJsa del purblo en relación al de explotadores y opres,Jre~. su altruismo 7. Esta insuficiencia de la historiografía elitista es consecuencia directa de la
y auto-abneoaci6n -en relación a la arrebatiña µor el escaso poder y privilegio visión estrecha y parcial de la política en la que se 1-ialla comprometida en virtud
que les fue r; concedido prr los gobernantes pa1 a asegurarse su apoyo al Ra/. de su perspectiva de clase. En todos los es'.udios de este tipo se presupone o
De esta manera, se escribe la historia del nacionalismo indio como una suerte declara que los parámetros de la política India son exclusiva o principalmente
de biografía esririt•Jal el,· la élite india. los de las instituciones introducidas por los británicos para el gobierno del naís
5. L.1 historiogralí,1 elitis:a no carece, por supuesto. de t tilid,id. Nos ayuda ;i
i
il,,
r.onocr.r más sobre ternas lomo la estructura del estado colonial, el funcionamientc
y manejo de sus diversos órganos en cierta.< circunstancias históricas, la naturaleza ¡ • N.E. El p,imcr rnovirnic11to de ma,Js, nivel de ' toda la India lanzado por Gonclhi para protcs1aren contra de un
de las alianzas de c:las,:s que lo sustentaban, algun(ls aspectos de la ideología

¡
c<>njunto de leyes que, bojo el pre1ex 111 de frenar y reprimir octividodes terroristas. cercenó las libenades civiles de
de la élite como ideología dominante del período, la contradicción entre las dos la población ,nd,a. En muchos lugurc~. d movirnlento fue rnds , 11:1 de los límites establecidos por Jandhi.
0
N.E. Movimiemo iniciado por Garidhi y su partido, el Congreso Nacion;1I lndlo. pa,a liberarst. de los británicos.
élites y la complejidad de sus oµo siciones y coaliciones mutuas, así como el papel b::i.jo l:i consigno ·'Abandonen ln l ndt:i'" . Quit India], que c.ondujo a una con:sidcr~ble violencia .
... N.E. Nombr, de un peque,10 pueblo-,ncrcodo en Uttil! Prodesh, en la po,ite septentri~ol de la India. Conocido
porque un.i mul1i1ud de campesinos. ulegando ser scguid()('Cs de Gandhi, se enfremaron con las fuerzas del orden
el 4 de febrero de 1922, quemando lo estación policial y ma1il!ldo a 23 policías. Ver al respecto el 1111frnlo de Shahid •
• N.E. Sobefanía cohmial bri!f1nica en la India. Amín, en este \'Oiumcn.
29
28
m,1s violenta La primera era, por regla general. más cautelosa y controlada
; la
v ,,¡ correspon diente conjunto de leyes, políticas, actitudes y otros cll'mentos ón popular en el período et loni::il halló
segunda más espontáne a. La movilizaci
de la superestru ctur a. lnevitablem -:nte, entonces, una historiogra fía paralizi!d<1
por tal definición 110 puede sino equiparar la política con el c0njunto ele arlividacl"S
su mái amplia realizaci ón en los lc\'a ntamiento s campesin os. Sin embargo,
t~mb,er. en las áreas urbanas, en muchas instancias históricas en las que par-
e ideas de quienes estaban directame nt!l involucrad os en el nwnejo de estas
ticiparon masas de trabajador es y miembros de la pequeña burguesía, la figura
institucio nes, es decir, los gobernan t es coloniales y sus eleves· -los gru pos
de la movilizac ión derivaba direc tamente del paradigm a de la insurrecc ión
dominante s de la sociedad nativa-, a tal punto que se pensaba que sus trans- campesina.
acciones mutuas constituía n todo el contenido del nacionali.; mo indio y que
la
con la esfera de le político. 10. En conjunto, ~a ideología operativa en esta esfera de influencia reflejaba la
,...
esfera de influencia de este último
' .
era.coincid ente f
1
d iver sidad de su composici ón social. con predomin io de la pe,rspectiv á de' slls
_. 8. Ló que queda clarament e fuera de esta hii.torio!!ra fla ahistór ica es la política i elementos dirigentes sobre la de J,.:,s demás, en cualquier época y en 'cualquler
;·;d,el puebk. Porque, paralelam ente a la esfera dé Influencia de la política de élite, ~vent.o en particular. S111 embargo, a pesar de tal divefsidad.euno d~ st s rasgos
, . eX:istió a lo largo d el período colonial otra esfera de la política india, en la
que r mvar,able s era la noción de r esistencia a la dominació n de élite. Esto es con-
los actores principale s no eran los gr upos dominante s de 1a·sociedad indígena lo
secuencia de la subalterni dad común a todos los integrante s de esta esfera,
ni las autoridade s coloniales, sino las clases y grupos subalternos que constitufan
que la· distin~ue nítidamen te. como tal, de la polí tica de élite. Este elemento
la n1asa de Ja ')Oblación trabajadora y el estrato intennedio de la ciudad y el campo. las
ideológico no ~ra, por supuesto, uniforme en calidad o densirfad en todas

f en suma, el pueblo. Esta era una esle,·a autónoma, dado que no se o r iginaba
~ólo era tradiciona l en
en
la instancias. En el mejor de los casos aumentab a la especificid ad, localizació n
y p·.; •
!
.,, la política de élite, ni su existencia dependía de ella. en que
tensión de la acción p·J!ítica subalterna. Sin embargo, hubo ocasiones
medida en que sus raíces podían rastrearse a los tiempo:. precolonia les, pero
de
su énfasis en intereses sector iales desequilibró los movimien tos populares,
do ningún modo era arcaica en el' sentido de ser anticuada. Lejos de ser destruida
por modo tal que surgieron . desviacion es economic istas y . rupturas rectariü.s,
.,. o virtualmen te desac tivada, comb sucedió con la política de élite tradlc ional ·
de · socavando por lo general las alianzas horizontal es. .
la Intrusión del cclonialism o, continuó í~ncionan do vigorosam ente, a pesar ,!, las
este ú timo, ,.íustándos e a !as condicione s imperante s bajo la soberanía británica 11 . Aún otro coníunto d( rasgos dlstinti\'OS de esta política derivaba de
sujetas, en gr ado variable, las clases
v r!~sarrollandc,. ~n m11chos sentidos, característ icas enteramen t\• nue\ 1s, tanto rondiciones de explolaclón a las que estaban
de
/nrnrnles come de contenido . Este dominio au tónom J. tan 111odcr11<> .:om,,
' ;i subalterna s, así .Mmo dr su relación rnn el trabajo p roduct ivo de l,1 mayoría
p, ,,iti,;a incfigtna c.fp élite, se distinguía por su relativa mayor p~r•f•1n<,id,1d. t,,n·,, sus prot¡igonis tas, es decir, trabajadnrP5 y campesinos, y con el trabJjo manual
la
t.1crnpornl c:om,J <1e est ructura. e intelectual de los pobres urbanos no 1ndustri~les y de los estratos bajos de
n, pequeña burguesía , r espec tivamente. La exper iencia de la explotar ón y del
9. l 'n,1 rk los r;_;sgos más importan tes de c·sta polític 1 estaba r ela<'iona;J ,
trabajo dutó a est¡i pnlitica de muchns idiomas. normas y valores ptculiares
prn:isanw nte. a ae¡udlns aspectos de la movilizaci ón tan poco 1•xphcadn s por en un,1 ratr.goría aparte de la política de élite.
st• que la situaron
l;i l 1i~to ri ,g-afia elitista. En el dominio de la pol!tica de élite. l 1 rnoviliz¡¡ción
(la
lograba \'ertical mente, mient ras qu~ en el de la polftica del s1 bal terno" s" la 12. Por supuesto. éstos y otros rasgos distintivos de la polílica del puehlo
ba ) no siempre aparecían en el estado puro
lc,graba horizontal me1te. La i11str umentaliz¡ .ción de la primen s" caracteriza !1st::i no es de modo alguno exhaus:1va
por una dependen cia relati vament<'. mayor respecto a las adaptaciones colomaii>s ,) al que se alude en los tres últimos p.írnfos. El impacto de las comnd1cc1ones
d e las Instituciones p,1rlament arias británicas y a los r esiduos d e lns in~ti tu cion('~ exist entes los modificab a en el curs<J ele su a<:tLalízac ió n en la historia. Sin
,.
políticas 5em'-feud ales del periodo precolonial; la de la segunda dependía mús embar¡;o, aún con todas las modificaciones. estos r...tsgos contribuy~n a demarcar
bien de ll organizac ión tradicional del parentesc o y la 1errit<>rialidacl o de
las la esfera de a política del subalt '!rno respecto a la de la polític.1 de él't<.·.
La ¡· ,,1
asociacio nei, de clase. según el nivel de conciencia de la gente implicada. La ~oexistenc i a de estas. Jos
~ es feras o vertien tes ~ue puede ser µtrcib id I lntui- I'.. :,
y de '
movlliwcl ón de élite t~ndfa a ser de orlentac ón relativame nte más legalista tlva mente. pero tamb1en comproba da medi3nte demostrac ión-, era el índ ice
n de los grupos y clases subalterno s relativamf' nte histórica importante : el fracas, de la burguesía indh en su intento ,~~
constltuclo nalli;ta; la movillzacló una verdad
de hablar a nombre de la nación. Hubo va~tas áreas de la v ida y la concienci a
\J •
1
del pueblo que nunca fuero n integrada$ a su hegemonía. La dicotomía estrnctural

que surgió de ello es un dato de la historia del período colonial de la India que
• N .E. En fr.1nds en d vng1nJI Alumno~. \tg1 1Jores. :icóluo4l o di~fpulos.
• • N.f.. Aquí. y en otra.o; p:inu de c~,c Yolumc n. se hJ co,u~rvado tl 1érm1110 ..wballtmo
._e C"1ponc. en ~ 11 l 111:u. :il t¿nnino "élice··.
. ....n la n)(d1J;1 en qu~
+
1
nadie que emprenda su interpreta ción puede ignor ar sin caer en un er ror.
30
31
J:1. Ta: dicotom ia 110 signihr~>- sin érnbargo, que estos
dos domini os es1 uvieran flores 110 unporta la 111,11a hierna" '. Pensarn os, realmen
hermé-ticamente cerr,1dos el uno par a el otro, ni que 110 te, que en la práctic a de
hubiera contact o alguno la historio grafía, aún los elitistas tienen algo que enseña
en tre ellos., Por el rnnt rari o. había un al to grado de superp rnos, así sea por medio
osición qre surgí~, de ejemplos negativos. Pno t:imbi '!n estamos convE nCtdos de
precisa mente. del esfl•erz o r ealizad o de vez en cuando que la historio grafía
por los elemen tos mas elitista debe ser i esueltan:!.!n:<; combat id.1 median te un discurs
avanzados de Ja élite indígena, especialmente la burguesía, o alterna tivc basado
por integrarlo.;. Cuando tanl<, en el rech;,zo al monism o espúre o y ahistór ico caracte
tal esfuerz o estuvo vin : ulado a luchas librada s consist rístico de su visión
enteme nte Y provist as del nacionalismo indio. como en el reconoc imiento de la
de objetiv os anti-irn penalis tas más o menos claros, produjo coexistencia e interaccló11
resulta dos esplén- · entre ambos dominio s político s. el. de la élite y el'del sugalte
didos. Pero en ot ·as ocasion es, cuando se vinculó a movimi rno.
entos que no tenían
otíietlv os antümperialista s totalme nte firmes, o que los 16. Estamos seguros de no ?Star solos en esta preocu pación
hablan perdi~o en el c_urso por el estado actual
de su desarro llo -<lesv!ándolos hacia com~ rv miso; legalista de la historio grafía política de la India colonial, 'ni tampoc
s, const1tucionahstas o en la búsque da' de
,), u otros con el gobiei ,.> colonia l-, produjo retirad; alterna tivas. El elitismo de la historio grafía•i ndia modern
i,; csp:cta culares Y graves a es un hecho opresiv o
•!if¼, r eversio nes hajo la fnr .na de luchas sectarias. En cualqui er caso, el tr_,rnza? que ofende a muchos estudiantes, profeso res y escritor
es, tantc, como·a nosotro s
o
j :t de las dos vertien tes, la politi:a de éli~e ~ la del subalte rno, conduj o
i_nvana-
mismos. Puede que no todos suscrib an Jo que hemos
señalad o sobre el tema,
.é1 L,iemente a situacio nes explosi vas que indican que las
masas convoc adas para
ele la misma manera en que lo hicimos . Sin embarg o, no
cabe duda que mncho s
t) luchar por los objeliv os de la élite, se las arregla ban
para escapar_ª s~ ~o_ntrol
otros nuntos de vista y prácticas historio gráficas podran
cnnverg er y aproxim ars?
:l, y estamp ar el sello caracte rístico de la política popular en las campan a nuestra posició n. El propós ito de hacer conoce r nuestra
perspe ctiva es el de
w as m1c1adas
I,romover to! convergencia. No pretend emos sino.po ner
,;;• por lar. clases alt,s. a prueba e indicar 'una
orientación, esperan do demost rar en la p~áctica, que esto
14. Sin embargo, la~: iniciativ as o ri¡,rinadas en la esfera de iníluen es factible. Esperamos
da de la política aprend er mucho de cualqui er debate que pueda surgir,
del subalte rno no tu.:ron ;:,or su parte lo suficien temente no sólo de la coincid encia''
podero sas como para c¡¡ n aqu ellos que piensan como nosotro s, si)) tambié
impuls ar al movimi t !lto nacio nalista a conver lirse en n de la crítica de los que
una !~c ha d~ liberac ió n n:> lo hacen.
naciona l hcc:ln y <l~:-c( ha. La clase trab:ij adora no estaba
a~n
r: madura en cuan! , a las condici ones objetiva s de su ser social suf1c1 c~ tc'.11 ente
y su conc1en<: a
de clJse-pa ra-~í, comr, lilJ 1prn::o estaba todavía firrnem<
'n t~ aliad_a al campcs inud•l.
Como resulta do. no podía hacer na.:la par.1 asumir la Una notu sobre t.:l usn dado a los ténni11 os,"flite " "puel
d1reccIon y com pletar la 1 ,lo' , "suhalt emo", etc.
misión que la burg11c· ia no había logrado r ealizar. El desenla
ce de todt' ello fue F.11 !.:Sl,1 prt:srntal'i/111 . .\(: l!a utili zado !.!1 térmi no
q 11 c los numero·:os l ••1antam icntos campesinos del período "i:llte" rnn el signific ado de
, algunos de ellos de !{rupc>'; cf,,11,mC1llln, tanto ,-:-.Iwnje ros como incli¡¡enas
alcance masivo y ricos en cor.cien cia anticolo nialista , Los gr upos 1/vmi11untes
espera ron en vano por un extra1111:rr,.1 inc:luí¡¡n J. tod,, s l,,s persona s de origen no indio.
lideraz go que 1-:s a lzara por encima del localism o y
los genera l izara en una es decir. princi-
pulmen t1! funcion arios lirit[111,c os d el estado colo nial.
campaña antiimpe~i ,lista a escala nacional. Eventualmente: tan·t o como industr iales',
gran par te de la luch~ n,nicrc iantrs fin;rnds tas. <lueños de plantac iones,- terraten
sectoria l de trabaja , lores. campesinos y pequeñ a burgues ientes y m 1si0nero s
1a urbana se entram po r::xt ra ni1'r, is.
en el econom icismu o. en caso de estar p<'litiza da, perman
eció, por falta de un Los grupos dominantes 11r,J(~cr111s mcluian a clases e interes
liderazg o r evoluci onario, demasiado fragmentada como es que operab.1n
para tomar electiv¡ im~nte
l¡i forma de algo parecid o a un movimie:it<J de liberaci
ón nacional.
en dos niveles. E11el nivd dí.! lo lm1ia en su conjunto, se
magnates fr.udaics, a lo~ representante, más importa ntes
encon traba )os mayore s a ·,
,¡'

15. La problem ática r.<,ntral de la historio grafía de la India colonia y mercan til_ y a los nativos recl11ta do s para los niveles más
de la burguesía industr ial ~¡
l es, precisa - 11
mente, el e~tudio de es':e fracaso histórico de la nación al tos de la 1
para ccns11twrse como tal. liurocroci¡¡_ t
Este fracaso se cehe a la inc apacida d de la burgue sía,
tanto como de la clase En los 1111w/cs regwna l y luca/, éstaban represe ntados
trabaja dor a, por cor¡duc irla a una victoria decisiv a sobre por aquellas clases y
el c?l?nialísm? Y a u~a otros ..Icn1entos que eran yu sea miembr os de los grupos
revoluc ión democr ático-bu rguesa, sea del tipo decimo a nivel d e la India (·n
nonico clásico baJo su conjun to incluido s en la categor ía anterio r, ya .~ea·
hegemo nía de la burguesía, sea de un tipo más modern aquello s que, aún perte-
o bajo la hegemo nía de
trabaja dores y campes inos, es decir, una democr acia de

t
"nuevo tip< '. No existe
una manera determi nada de investigar esta problemática.
"Con que broten muchas
• N. de_ T, En ingh~..li: /,,ti n hu11dredjlfll,'i1rs bln.rsom ami 11,
do1J't milul eve11 1/ie wetd.r, refrán
populonzado por Moo Tse Tun¡
!
32 : c·c:• 1 Ge·"

necien do a estrato.; sociale s jerárqu icamente inferio res.


act1111/ia11 r, partir cf,- to.,
intereses de rlichos grupos y no ·conforme I los interese
s uerd/llll'ranw111e corre~-
pond1en1es a su propio ser saeta/. .
To mad a en su conjun to y en términ os abstractos, esta
última cate::goría de la
élite e ra heterogénea en su compo sición y, graci,,s al
caráct er desigu al de los
desarro llos económico y soclal a nívet regional, era distinta
en cada área. La clase
o eleme nto domln dnte en un área, a partir de la definic
me.nte , pod!a estar entre los domin ados en otra. Esto
ión q ue se dio anterio r•
podía crea r mucha s 1
l .La Prosa de Contra-Insurgencia· 1
arfibig üedade s y contra diccion es - Y de hecho las creó-
especi almen te entre los estratos má,; bajos de la aristoc
en ac titudes f alianzas,
racia rural, los terrate- ¡1
nie ntes emr•o~ >recido s, lo~. campe sinos rieos y medios
idealmel!le hablando, a la catego ría de "pueblo" o de "cla
, los cuales pertentc:ían, } Ranajit Gu.ha
;es subalte rnas", tal como
se la define a contin uación . Es tarea de la lnvestigacié,n
•!Xplor ar, identilicar y
medir la natural eza especifica y el gradp de desviación de
estos elementos respec to
a l ideal. .así como situarl os his tóricam ente. I
Los términ os "puebl o" y "clases subalt ernas"
han sido utilizaclos c:o mu
s lnór irnos a lo largo de esta nota. [;os grupos y elemen En cu.dqu ler tiempo o lugar bajo el Ra/•, cuando un campe
tos socia les incl111clo:; en sinos<? le-1 antaba
P,:,ta catego ría represe nt.in la diferencia en rebelió n, lo hada necesa ria y expllc itamen te en violaci
demográfica en/TP. la poblacrón •ndta iotul ón de una serie de
y todos aquellos que hemos descrito como "élite". Alguna s de códigos que definían su ml,ma existencia como miemb ro
estas cíilses y grupos . de esa socied ad colonial
como s er la a ris tocra C'1 a rural más baja, los hacend Y aún en gran medida , semi-feudal. Porque su subalt ernlda
acl0s empob rec idos, los d era inateri alizada
1:amµesinus ricos y los campe s inO$:l'nedios, que iigurari por 1~ ~struc tura de la propie dad, institu cional izada por
a,1 "m1tvralmr 11tf'" t·omo la ley, santifi cada por
parte, e!• 1"puebl o· ;i de los "subal ternos ', podían , baje; la rehg16n y hecha tolerab le -y hasta deseab le - por la
,:icr! 1:; cir,·1rnst;i11<"i:i,; tradici ón; rebe larse era,
11c tu,1r ¡•i\ra la .... Jitf-' . c<Jm CJ ~e la definió an l ~r ior mente, en verdad , destru ir mucho s de los signos familiares que
y s1 , ;:si c la,ific,1(!,,, a había a prendi do a leer
pan ir e, e·aa en algunas situaci ones locales yregionale:;, ':' manipular para extraer un signific ado del duro mundo
.:mi., 'lli·d:id qui· 1,- to,·¡, a su alreded or ., conviv ir
ar!,1rc1r .11 h is toriarl ,H co n hase en una lecturn de tal con él. Bajo estas condicio nes, el riesgo d e "pone r las
la111 .v sr- n,al ,'.i ti,: i,1 cosas al revés er I cier-
cv1dcn r,a. tament e tan grande , que difícilmente podría incorp orarse
a tal provec lv en un
estado de distrac ción.
·
N~ hay na.da_e n las lucnte s prima rias de la eviden cia
histó rica w mo para
sugerir algo dis tinto. Ellas desmie nten el mito, cletalla
do con tanta frecue ncia
en textos descuidados e impres ionista s sobre el tema,
d~ q ue las sublevacio nes
campe smas habrían sido asunto s i>xclusivamente espont áneos
y sin premed itación.
La verdad es to talmen te o puesta. Sería dhícil citar un
levanta niento d,, escala
al go s ignific ativa que no haya &ido, de hr: cho, preced
ido ya sea po r tipos de
movilización me nos militan tes -cuand o :,e probó o tros
métod os ~l n r esulta-
dos-, o por debate s entre sus dirigen tes p.ua sopesa r 1

en pro Y e n contra de cualqu ier recurs o a las armas .


con seried ad J,Js factore s
En aconte cimien tos tan
¡
diferen tes entre sí en conte:< to, carác ter y r:ompo sición
como e l dhi11g [N.E. ·1
j
1

l
¡ • N.E. TraducL'i,,11 lt' 11 , I•' •I t :a11t!rrez y Alison Spedding, corregida
of,Counter•lrl\lUn· 1• ~. 11
cduor. Delln; U.\lutd U!U\'ttSll y Pr:ss. 1995 (198-J). pp. 1-42.
1 Agrnde,,eo los comertiu io., de mis colega., de! equipo tdi1orial
por Silvia Rivera. do! artículo: '7ñc Prosu
,\ubalrun Studie, 11. Wr,'ti'ngs 011 South A.sian Hütory and
Soci!!ty RM.3--t G h
' JI
sabre un borrador inicial de esrc ensayo
u a,
h

i. •• N.E. l'•·ríudoc olonial de la soberanía brit.lníca.


·
lo Prosa· de Conlro·lnsurgencio 35
34 Ronoh;1 G. · ,o

levantamiento) de Rangpuren contra de De Ji Sinha (1783), el bidroha [N.E. otro En la mayoría de las narraciones, esta omisión está en_: verdad teñida de.metáfora~.
térmíno local para levantamiento o rebelion] de Barasat encabezado por Titu
Mir (1831), el hool • Santa! (1935) y el "motín azul" de 1860, los protagonistas habían
intentado peticiones, comisiones u otras formas de súplica ant,:s de proceder
realmente a declarar la guerra a sus opresores2. Una vez más, las revueltas de
t que asimilan las sublevaciones campesinas con fenómenos naturales: estallan
como tormentas de truenos, se mueven c:omo·terremotos, se extienden como
incendios de monte, se contagian como epidemias. En otras palabras, cuando
el proverbial montón de tierra 5e da lá vuelta, se trata de un asunto a ser explicado
en ti'. rmínos de la historia natural. Incluso cuando esta hlstorlografla se ve obligada
los Kol (1832), los Santa! y los Munda (1899-1900)"', tanto ~orno el dhing de Rangpur
y las jacquerir.s~•~ eu los distritos de Allahabad y Ghazipur durante la Rebelión 1 a producir una explicación en térmll:los,más huma~o.s , lo har,A asumiendo, una ~
de los Cipayos de 1857-8.... (para nombrar sólo dos Instancias entre muchas
de~na serie notable), todas hablan sido inauguradas por consultas planificadas
y en algunos casos prolo:1gadas, entre los representantes de las masas campesinill?
del Jugar3. En verdad, casi no existe un ejemplo del campesinado, ya sean los .
aldeanos cautos y apegados a la tierra de las llanuras o los supuestamente más
l¡ i_dentldad. en~re natura_leza Y. cultura/ql!~\SeñaJ(~~;,e'~S}~,?}t1púestan.1eri~~Jí,1~Y.
bajo de c1vihzacl•n, e¡emphfica_do en:¡esos_estall.l dos,perló9icos de crimei~y
desorden a los cuales se entregan todas las tribus.:salviiJes''.;.'como lo expresó
el primer historiador de la rebelión.Chuar4.;:Alterna :ivamente, se buscará·una
expllcaclón en la enumeración de sus ca:usas¡,.factores éomo las prlvacio~es
volátiles adfva.~is•·••• de las reglones de altura, que se hubiese metido o dejado . económicas y pollticas, por ejemplo, queno.se.re)aé:ionan en.absoluto co1i'la
llevar inconscientemente a la rebelión. Tenían demasiado que apostar y no se conciencia del campesino o lo hacen de·maneríú1eght1váf'q~e desencademiiÚa
entregarían a ella sino como un modo deliberado, aunque desesperado, de salir rebelión como una especie de reflejo; es decir, comcfl.lila respuesta-in5Untiva"
de u11a condición lnsop )rtable de existencia. En otras palabras, la Insurgencia y casi sin raciocinio frente a sufrimientos físico:; de uno Ú,otró tipÓ (p.ej. hambre,
fue una actividad llevada a ca,bo de manera mo_tlvada y consciente por parte de tortura, trabajos forzados, etc.) o como una reacción pasivá ant~ alguna iniciativa
1
las masas rurales.· ' •.•• · · ,.,.': . · ' · del enemigo al que se r.ubordinani.En'arribos:~asó~ ~e'.e9il~ld~i:~.C-a la insurgén~'fa ·
Empero·, esta ¿onciencia ~a'rece ha,~~.r sido_~bjet{ éif ~9j:a ateilcióríeñ la . como exterior a la conciencia dél ~ampeslno'y ;;e i:ol9c4l~ :Caiisa como s1,1~titü~c;,-
literatura sobre el kma. La hlstoriograf:a se ha contentado con tratar a1 rebelde . .fantasma de la Razón, que se supone es la lógica de dich~ conciencia: <?. ·
campesino como una persona meramente empírica o miembro de una clase, pero
no como una entidad cuya voluntad y razón constituían la praxis llamada rebelión.
n
• N.E. L~vantrunientos y disturbios. Ténnino utilizado paro. describir l:i.~ insurreciones Santal de 1855. El aútor
!.t tttíece J
una serie de rebc1k11e:;ca,npesina.5 que varían desde. los alzamientos"1rib:1les'' y loo levamamientos hjndóe.~ ¿Có:no adquirió la hlstoriogr.ifía esta ceguera especifica sin encontrar n1.1nca
Je c,ms no registrad'lS , muchas v~CC$ m,lenaristas, corno aquellos de lo< Kols. Santa!, y ~1undas, hasta los
movimientos. Je losc.unpe.sinos musulmanes en Ocngala (como la revuelta dt: 18Jl sostenida porTitu Mir}, en conua un remedio? Para responc'er, se podría empezar miran',fo de cerca sus elementos
de lo.; l<!rratenicnt~s v corno afim1:1ción de una :identidad cn.mpcsina-musulmana para los campesinos:. ;,equeiios constitutivos y exaiúindndo esos cortes, costuras y puntadas -esas huellas de
propietarios y otros eiernenws plebeyos que emergieron dur:uue lo Gran Rebelión de lo, Cipayo.en 18:,7-1858.
2 L<>s ejemplos son demasiado numcrosoo para citorlos, Para alguna.s de. ellos, vease MDS, pp. 46-7. 48-9, sobre remiendo- que nos indican de qué material están hechos y la manera en que se
el ,11,ing de Ranppur: BC 54222; Melcalfe y Dlun< a la Cone de Dircc1ores ( 10 de abril 1832), párrafos · 4- 15 sobre los a!::Jsorbe en la tela de la escritura.
la suble\ación de Baro.sal; W W. Hunter, A111wls of R11ral Be¡¡gal (7a edición; Londres, 1897), pp. 32', -28 y JP, 4
de nctubre., 1855; "The Thacods Perwannah" para el hool S1ntal; C.E. Buckland, Bengal ,mder 1he U e,1e,wn1- El corpus de escritos históricos sobre la insurgenda campesina en la India
Covcmor.<'. lcr 1c,ino (C, lcutn, 1901 ); p. 192, para el "motín azul", colonial está constituido por tres tlp::,s de discurso. Estos pueden ser descritos
No1:1: PMa una lista de la.~ abrcvin1urn~ us.3.das en este capítulo, véase el fin:11 del artículo
•• N.C. Los Kols, Santals y Mondas ,,ran llamada.• tribus por la etnograffa y la administración colonial, aunque como primario, secundario y terciario, según el orden éh que han aparecido en
el criterio para delimitar rfgidamcnte l lS tribus de los campesinos, o los onirnislas (tribales) de las casta.s hindúes el tiempo y su filiación . Cada uno se diferencia de los otros dos por el nivel de
rur:'l!cs no siempre et;,1 .nn marcado. Los Santals era una de las más i.mpon3.fltcs y c:-;.tensas "tribus"' de nr.ricuhores
y jornaleros empicados en la construcción de vfas férreas, en las plantaciones de té y en las cílrboneras. su identificación formal y/o admitida (versus ,real y/r/ tácita) con un punto de
••• N.E. En francés en el original. Designa a los levantamientos y rebeliones campesinas, en rccuer~o del vista olicial, por el grado de distancia con respecto al evento al que se refiere,
lcvnnt;imiento de Jncqi:e : Don Homrne contra la nobleza de la "Isla" de Fr.utcia en 1358. Su nombre es sinónimo
de campesino y p"cblo. y por la proporción entre los componentes d!ttrihuúvos e integrativos en su
••" N.E. Entre 1857-~8. la Rebelión de los Cipayos, soldados indios empleados en el ejércilo de la Compañ!, narrativa.
Indio.. cubrió e,uensas panes del norte y centro de la India, con exclusión de Bengala.
3 Véase. por ejemplo, MD:l pp. 579-80; Freedom S1ruggl, in Uuar Pradesh, tomo 4 (Lucknow, 1959) pp. 284· ;¡
85, 549. ¡¡
••• •• N.E. Nombre dado a la poblai::,ón uibal que se sitú,, debajo del sistema de costas. Designa a miembros de
tribus registudas o cen.soda.< ("St:heduled •¡ en la Constitución Independiente de la India (1950) que dio derecho a
4 J.C. Pric<, 1ñe Chuar R •be/1/on o/ 1799, ¡•. el. La cdició., de In obra utilizada en este Ms•yo es I• publicada en :¡
·C.!ito.s grupos 1rndicionalment.! cx.p1o<ados a lo protección -:.stn1al, otorgándoles cuotas especiales para el ingreW a
escuela.~ y colegios. trabajos gubernamente.Jes y legislatura. '
A. Mitra (ed.) DiS1ric1 Ha,:dbook.r: Midnapur (Alipore, 1953), Apendlce 4. · )•
36 Ranahir :C .,ha lo ?,osad,;, Con1ra•fnsu,ge11,,a 37
1

i
Para empezar con el discurso primario, éste es, casi sin excepción. de carácter
oficial, en t!I sentido amplio del término. Es decir, se originaba no sólo entre
burócratas, militares, agentes y otros empleados directamente por el gobierno,
¡ TEXTO I
5

sino también entre aquellos del secior no-oficial que st! relacionaban de manera 1
simbiótica con el Raj, como ser los dueños de plantaciones, misioneros, AJ: Vice-Edecán ~eneral del Ejército.
comerciantes, técnicos y otros entre los blancos,.y terratenientes, prestamistas, Señor:
etc., entre los nativos. Tamblé_n ~ra oficial en tanto que se dirigía, en primer
1
ya
té.rmtno; 'iú1sos administrativos, sea par!l Informar al gobierno, para que éste
Habie~do recibido el Gob!ern~ lnfo:mación fidedigna de que un C'Uerpo de ~
,, · Insurgentes Faná//cos está cometiendo.actualmente las atrocidades má:: atrevidas
taiñe acciones ,) para determinar sus políticas. Incluso cuando Incorporaba · · Y desenfr';n~das contra los Pobladores del País en las cercanías de T ppy en la
declaraciones procedentes de "la otra parte" -la de los insurgentes o sus alia- J_urisdlcc16n de Barasat y de que han desafiado y rechazado la última fuer;a
dos-, como muchas veces fue-' el caso de menciom!s directas o indirectas que la Autoridad Civil del lugar pudiera reunir para apresarle:., he sido
'· contenidas en f!I cuerpo de la correspondencia oficial o, de manera , ún más encargado por el Honorable Vice Presidente en Consejo de pedl! que Ud
caracterfatlca, como "anexos" a ésta, lo hada.sólo como parte de un ar[ umento comunique sin retraso al Oficial General Comandante de la División p 1esidenciJ
guiado por Intereses administrativos. En otras palabras, sea cual fuere su forma las órdenes je! Gobierno para que ~n Batallón Completo de Infantería Nativa
específica -Y en verdad las habla en variedad· asombrosa, desde la carta intro- desde Barac~pore y dos Seis Llbras · que serán mu nidos para su cumplimiento
ductoria, el telegrama, el despacho y el·comunlcado, hasta el resumeri, informe, (sic) necesario de Golundaze desde Dum Dum, todos bajo el Mando de un Oficial
juicio y edtcto-finales- tanto su· producclóu como su <ir culación eran necesa- de Citmpañ ai con juicio y decisión, sean dirigídos inmediatam~nte a proceder

l
ria mente cbntingentes de laslrazoneli deEstado. ; ,..' . . Yencontrarse en Baraset donde serán encontrados por,1 Havildar y 12 &•lrlados
del Tercer. Regimie(.l!O_deJ:abalJería ½igera que actualmente forman Ja~colta
Un aspecto adicional que éÍÍstlngue'a esta clase.de discurso es su naturaleza \iel H9norable Vice,Presidente. . ,·. ·. ' _:: ' .· ·- ·: . .' ··'? ··•·' · ·
• ~. . ,
inmediata:-Ella surgía de dos condiciones: la ¡írlmera,que las declaraciones de
este tipo : ~ escribían en forma concurrente o poco tempo después del acon- r 2o. El Magistrado se encontrará en Baraset con el Ofici<.!.Enc·a~~ado del
tecimi ~nto, y la segunda, que eran redactadas p0r los propios partícipes Destacamento y le proporcionará la información necesaria pa ;-a su conducción
implicac. os. Para estos fines, un "partídpe" se define como un contemporáneo referente a 1~ ubicacié•n de los Insurgentes; pero sin tener autoridad algun~
involucrado d irecfamente en el acontecimiento en calidad de actor, o bien
para mterfenr con las operaciones Militares que el Oficial Encargado los de
Destacamentos pueda considerar oportunas, con el fin de derrotar O capturar
indirectamente, como observador. Por .supuesto, esto excluiría a aquel género o, en caso de resistenci::i, destruir a los que perseveran en desafiar la autoridad
de escritura retrospectiv,1, como.es el caso de algunas memorias, do nde el del Estado y turbar ta tranquilidad pública .
intervalo ~ntre el acontecimiento y ~1-recuercio es consíd€'rable: pe:o nos dejaría
aún con una documentación enorme _;'fuente~ primarias", como se las conoce 3o. Se ha arribado a la conclusión de que el servicio no será de naturaleza
tan prolongada como para requerir un abastecimiento de municiones mayor
en el oficio- que le habla al historiador con una espc;cie de voz ancestral,
al que se pueda llevar en Bolsa y en dos Carretones para los Cañones y que
haciéndolo sentir más próximo a su tema, no ocur~lrá ninguna dificultad referente al transporte. En caso l'.Ontr~rio se
Los dos ejemplos que se tra11scriben a continuación son bastante represen- proveera la ayuda· que fuere necesaria.
tativos del discurso primario. El ·primero se relaciona con la sublevación de
4o, El ~a~istrado será instruido para brindar toda la ayuda ref1:rente al
Barasat en 1831 y el segundo con la,'rebelión de los Santals en 1855. abastec1m1ento y otras cosas requeridas para la Tropa. ·1¡•
Sala de Consejo Yo soy etc. ¡¡·

10 de noviembre 1831

(Firma) Cnl. Wm. Casement. Sec. C:ob. Dep. Mil. ;t/

2• ounc,
BC ~422f 1~}2 de;oviembre 1831: "ExlJ'llCI frorn the>Proceedings of the Honou,.ble the Vice Presidei1t in
m I e . ' nary epnrtment underdate the 10th November 1831 ". Énfasis adicional.
N. de T. ~n mglés: "Two six-Pounders", cañones que lam:an baJa.,¡ de seis libras de pe-so.
~1
lo Preso de Conlro·lnsurgenclo 39
38 '-:inoh,r Guhc
bastante ruidoso como pm1 ser registrado con un ¡;usto evldente en esa nota
TEXTO 2" garabateada en Sreeconcl por un empleado europeo del Ferrocarrl_l de la India
Oriental, en beneficio de su colega y del sarkal· Una vez más, estas son paiabrai.
De: W.C.Taylor, caballero. que indican, tan directamente como sea po,sible, el impacto de una rebelión
A:. F.S.Mudg :, caballero campesina sobre sus enemigos durante sus primeras y sangrientas horas.
Fechado, 7 de julio de 1855. '
Mi querido Mudge: lll' , · ·" ·
~ H~y una reunión grande de Sontals 4 ó 5.000 hombres en un lugar a unas 8 : ~ .,. ,... ~ . ·:~t. !,•~.-¿ ·~ ~ ~':tJí-
rnmas de aqui y entiendo que todos están bien armados con Arcos Y llechas, '1
Tu/wars. Lanws et:. y es su i11lención asaltar a w1os·tos Europeos de los a/re-
dedores y ;aq:1ear sus bienes y asesinar/os. La ca.usa de todo esto_e_~ que
ti Nada de esa calidad lnst tntánea se filfr~ tw.st~Jei'°ntveÍ slgulenté, el deldiscu~Í~'
secundarlo. Éste :;e nutre del dlscursc>;ii~lmarió como''jnqtérid•, pero a la vez
súpuestame11te uno 1e .~us Dioses se ha Encamado y na herho su apartcron en lo transforma. Para contrastar los dc-s·tlpos de disi:urso s_e podría equiparar al
algún fugar cerca de aquí, y que es su intención gol,emar como Rey sobre toda primero con una suerte de historiogr~(il en.i5t~d,Ócrutlo,y primordial ·o con.~n
esta parte de la India, y ha ordenado a los Sontats reunir y dar muerte a lodos embrión aún no articulado como organismo c·on mlembr:os deflnldos, y al segundo
los Europeos y Nativos influyentes de las alredP.dores. Como este es el ~unto con el producto procesado, no importa cuán crudo s~a.el procesamiento, es decir,
más cercano a fa Reunión supongo que ."erá el p 'imero en ser asaltado Y prens_o un discurso debidamente constituido, ~unque lnfant!l.. : .. .' ·
que sería mejor para li rr¡andar aviso a 'as auto··idades en B_erhampore Y pedir Esta diferenci a se da obviame nte en función del tiempo. En la cronolog ía de
ayuda militar da::.,, que ser asesinado ne es una 1oerspec11va ag~adable, Y en
la medida en que pude ateriguar, este ei; un asunto bas'.ame seno.
.¡ este corpus particular, el texto secundario sigue at primario a cierta distancia
'1 y abre una perspectiva para convertir el acontecimien(o -~n historia, no sólo .é,n "
SreecondTuyo etc /)
la perczpclón de ajenos. sino tamblJn en la de los propios participantes. As( fue
7 de julio, 1855(l'irmado) W.C.Taylor que Mwk Thornhill . Magistrado de Mathura en el verano de 1857-cuando estallara
el motín ue los Guardias del Tesoro, provocando jacquenes en todo el distrito--
,ac.a podr:;i S'·r más inmediato que estos textos. Escritos tan pront~ con'.o . reconsideraría la cualidad alterada de su propi.i narrati\'a, en la que él mismo
1
figura como protagonista. En l.i introducción a sus conocidas memoria3 las
los acontecim ient,)S f1Jeron identíficados corno rebelión por quienes ten1an mas
s aventura s y experiencias personales de un magistrado durante el surgimiento,
razón para temerlos se e11cuentran entre los p1 imeros reglstr~s que P?seemo
suceso• en las coleccion es de la Bibliott>ca del lnd,a Off1ce y en los progreso y represión del ,\fc,fín ludio [The Pers,mal Adventures And Expen·en.::es
sobre dichos
Of A M, 1gistrote During ThR Rise, Pmgress, Ami Supression Of The lndian 1'vlutiny}
Archivos :Jel E.,tado de Bengala Occidental. Corno dcrnuestra la evid:ncia sobre
(Londres, 1884), escritas veintisiet e anos después del acontecimiento, anotó:
el bidroha [levan.amien10J de 1831 , no fue sino hasta el 10 de n~v1e01bre q~e
7

las autoridades de CalCL ta llegaron a reconocer fil citada violencia en la reg~~ n Después ele la represión al Molin Indio, empecé a escribir 1•n relato <le mis avC'n:
de Barasat como lo que era: una insum!c ,ión a totlo dar encabezada por 1 ttu turas .. [pero] cuando temiiné mi narración. el lnteres del )út,lico por el 'ema habla
l\lir y sus hombres. l.a carta del Coronel Casemcnt Identifica ~ara ~1~sotros el ~ desaparecido. Luego pasaron los años, y surgió otro ti;>o de interés. Los a.:l.'.'n-
momento preci:;o n1;,ndo el Titu, un hasta entonces descon_oc1do dmgent~ del 1 teclmlentos de esa épo,a se han convertido en historia y mi relato puede resultar.
campesinado lccal rompe lanzas contra el Raj y se lab~~ as, el ~a'.11lílO hacia ·la una contribución a esa hisloria... es asl que he decidido publicar esta narración
historia. La fechn del siguiente documento celebra tamb1en un inicio: el del hool
Santa!. Fue e$e mi~mo día, el 7 de Julio de 1855, que el asesinato del d.-iroga [Jefe Despojado de contempor,rneidad, el discurso es entonces rescatado como
de Policía] Manes h. después de que un encuentro ent~e su tropa Y_ los ca~~esinos elemento del pasado y clasificadb como histNia. Este cambio, a la vez formal
reunidos en Bhagnadihi hiciera estallar la sublevacion. El estallido deb,o ser lo y categorial, lo ubica en la intersección prec sa entre el colonialismo y la: his-
toriografía, otorgándole un doble carácter a partir de su vínculo simultáneo con
un sistema de poder y con la for1TJa de su representación.

t
el 11 de julio 1855. É,¡f,.is
6 JP. 19 de ¡uho 1855. Adjun1r a cllla del Magis1rodo de MurshidJbad Íe<hadu
.,d,cional. la lncha. ' N.E. Jefe, Supcnor. Aulor dad.
• N.de T. Deputnmento del g11bícrno británico <¡ue se ocup:ibn de sus ·cl'Tltorios en
de 1831), 0
N.E. En (nncés en el or11mal. Ma1c,:r1al. materia prima.
7 Asi. BC 542n: JC., d• o~ril r R~2: Alexandero Borwell (28 de noviembre
1
to P,a,a de Con"o·ln,u,genc,a 41
40

La autoría es de por sí un testimonio d ~.esta intersección, y Th ornh ill es tá del tema, y casi no exis te histori•lgrafía alguna en el siguiente n.vel d e discurso,
lejos de ser el único funcionario convertido en historiador. En verdad, era uno es decir el terciario, (]lle no se apoye en él como fundamento.
entre muchos funcionarios, civiles y militares, que escribieron en retrospectiva El prestigio de este género se debe en gran medida al aura de imµarcialidad
sobre los disturbios populares en la India rural bajo el Raj. Tomadas en conjunto, que lo rodea. Al mantener su narrativa decididamente fuera del ám bito de la
estas narraciones se dividen en dos.rategorías. . En primer lugar, estaban aquellas experiencia personal, estos autores han logrado, así sea sólo por implicación,
basadas en la experiencia propia de los escritores como partíc.ipes. Bajo la forma otorgarle una semblariza de verd2d. Como funcionarios, sirJ duda fueron por-
de memorias de uno u otrc tipo, lueron escritas, ya sea eon un considerable retraso tadores de la voluntad del Estado. Pero dado que escribieron sobre un pasado
en relación a los acontecimientos ·narrados, o. bien ~umultáneament e; pero a
diferencia del discurso primario, en este caso estaban dirigidas a la lectura pública.
¡ en el que ellos mlsmc,s no.figuraban como funcionarios, su~ declaraciones eran
tenidas por más·aúténticasy menos sesgad as que las de los otros, cuyos relatos,
Este t.echo marca una importante diferencia, pues muestra cómo la mente • basados en ·sus propios recuerdos, estaban :iecesariamente contaminados por
1 su intervención en los disturbios rurales en calidad de agentes o el Raj. En
colonialista lograba servir a la vez a Clío y a la contra-Insurgencia, de modo que
! contraposición a éstos, se cree que aquéllos se acercan "desde ..ilnera" a los
la supuesta. neutralidad de la primera, difícilmente dejaría de afec tar el apasio·
nannento de la.segunda. Sobre este tema retornaremos más adelant<,. Los dos acontecimientos narrados. ·:::orno observadores clínicamente apartados del sitio
tipos de reminiscencias abundan en la literatura sobre el Motín, que se cen tró y del asunto bajo diagnóstico, se supone que han encontrado para su discurso
en la violencia del campesinado (especialmente·en las Provincias noroccidentales un nicho en ese reino de la neutralidad per fecta -el reino de fa Historia- :;obre
y centrales dE, la Jndia) no en menor grado que en la de los ,)ropios cipayos. Relatos el cual presiden el pasado simple (Aoristo/ y la tercera persona.
como el que escribió Thornhill J1!t1Cho tiempo después d•~I acontecimiento, eran
equiparables a otros. casl contempor ánéos:como el Seroido y ai·entura con Khakee
Resallah [Service and Adventure, with Khakee Resal/ah], ola Caballería Voluntaria
de Meerut dwunte los Motines de 1857-58 {Meerut Vo/unteer Hors,! during the Mutinies
IV
of 1857-58] de Dunlop (Londres 1858), o Aventuras.personales durante la rebehtí11
india en Rohilcund, Futtehghur y Oudh {Personal aduenture,· during the fndiun ¿Hasta qué punto es válida esta aseveración de neutralidad? Para r esponder
rebeflion in f?ohifrnnd. Fu11ehghur ánd Oudh ] de Edwards ( L1,11dres 1858), para a esta pregunta debemos advertir que el mero hecho de origi nar, e en autores
mencionar sólo algJ n<1s oe e 1tn una multitud de pub licac:,rnes dr~slinad:1~ a comprometidos con el colonialismo no nos·¡:,ermite tomar nin gún sesgo como
satisfacer a un pú blico ávido de rela.tos .de horror y gloria. dado. Presu,poner que este sesgo es evidente por sí mismo ~-er ía negar a la
El otro :ip,) de prnsa que talificaría como discurso secundario es ta111b1,: n h istoriogrdía la posibilidad de ·econocer sus p ropias apor ías y derrotar así la
obra de funcionari os. De igual modo, ellos se dirigían a un público pred r,111i- finalidad de su ejercicio concreto. Como se clarificará más adelante, pr~L.sar:ientt:
nan temente no-oficial, pero no tocaban temat que estuvieron en directa rela•·i,·,n por negarse a probar lo que se presen ta como obvio, es que los historiadores
con su propiJ experiencia. Sus trabajos i ·1cluyen algunus cJ e los re latos m{1s de la insurgencia campesina quedan atra¡:,ados en lo obvio. La •:rític~, entonces,
ampliamente consultados y apreciados sobre sublevaciones campesinas, escrit,,s tiene que empezar no por nombrar el sesgo sino por examinar los componentes
.ya sea bajo la lorma de monografías sobre c iertos acontecimt\.! lltDs - la de Jamini del discurso, vehículo de toda ideología, e identilicar la forma cómo po drían
Mohan Ghosh sobre los disturb ios Sannyasi-y-Faqir y la de ele J.D. Price s"iw~ haberse combinado para de5cribir cualquie,· figura particular de.1pasado.
la Rebelión Chuar son ejemplos-, o bien en forma de relatos que hacían p,1rte Estos componentes, en ambos tipos de discurso y sus variedades comentadas
de obr as más ext ensas, como la historia de W.W.Hunter so bre el hool de los hasta el momento, son lo que llamaremos "segmentos". Están compuestos de
Santals, Incluida en sus Ana/e, de Bengala Rural /The An11als of Rural Bcngnt / la misma m_ateria lingüística, es decir, de series d e palabras de extn1si6n variable
Aparte de ellos, algunos ele los fu oclonarlos más brillantes del Servicio (Jv1I y, según la funci1m que desempeñan en el texto, se pueden dividir en dos tipos:
realizaron notables contribuciones _a··10s capitules históricos de las Gacetas de los segmentos "indicativos'' y los..'i11terpretativo,". Una primer a Ji 'erenciación
Distrito {District Gazetteers/' . Tomados en c onjun to, estos textos constitL1yf!11 general en un texto dado podrfa asignarles, respectlvamente, el papel de Informar
un sustancial corpu.; de. escritura, q·ue goza de gran autoridqd entre los es tu diosos j

• N.de T. Manuolcs para .1dministradorcs, es1.:ricos por los runc ion:irios pr,lfts.ionalt!~ del Servicio Cin l. J.l
odmínistración británica.
tl • • N. de T .. Viene del g~cgo nori11os, lnd~tenninado . E.s_e} pretérito i~dcfi~ido de la conjugación g1icg.c1; un.\ forma
v~rbal ~~x•onal que típicamente denota..sunplc ocun-encia de una occ1ón. srn rcfcr:nc..-ia a su e ¡nipletirnd. duración
o repct1c16n.
- ------ --
1.
42
lo P10$0 de Con11o•ln$urg>?nc10 4.)

y el de explicar. No obstante. es to no implica su mutua segregación. Por el


Consej~ de Calcula (C) p~ede ser leido, en térmill~s generales. como una con¡-
contr:irlo. muchas vec,,s se los encuentra iint>rlcados 11no en el otro. no sólo de
bmac1on de dos secuencias llamadas o/arma (a) e intervención (b), cada una de
hecho sino por necesidad.
las cuales se puede a su vez descomponer en dos segmentos: la pr imera se
En los Textos I y 2 pu€de observarse cómo funciona tal imbricación. En ambos,
cescompondría en insurrecc,ón P.stal/a (a) e in'formación rec11ida (a'), y la segunda
los segmentos indicativo s fi guran en tipo normal de letra, en tanto que los
en decisión de mouilizar al ejército (b') y orden impartida (b"). A .su vez, cad11
interpretativo s han sido puestos en cursiva. En cualquiera de estas cartas, los
componente de cada par podría ser representado por una nueva serle vinculada;
segmentos se interpenetran y sustentan mutuamente, sin seguir un modelo ni
así (a) se descompone en atrocidades cometidas (a1) y desafí9 aJa autoridad (a,) -
pat1tas ~specíficas, oara otorgar significado a lvS documentos; .mnque al hacerlo,
en tanto que (b") se descompo1e en infanteñá a·ser desplazaaa (b ) / apoyo:Cte'.:"
cotffi'eren a alguno:, de los hilos una ambigüedad que inevitablemen te se pierde 1
en·esta forma espedf1':a de representació n tipoff,'áfica. Sin embargo, incluso .en 3).
la artillería (bv y cooperación del magistrado (o En' otras palabras, la"í,arrati~a'"

este esquema, surge·eI bosquejo de una divislór de funciones entre dos clases
de este documento puede ser r f!cápituladá
que: ._\:, .
1

··, ., !t··· ..,.,


eil , .i•t,:.\t..J/•. ..:".1'',i .
fre's°'équlválen éias, de tal su~rte .:·
~ ,.... \: . r; '"t
de segment os: la aseveración Indicativa expone (es decir, informa sobre) las
a~ciones reales y antlcipc: das de.los r ebeldes y sus enemigos, y la aseveración
e 2 (a• b).............::-.:.:.:::....:.......:..7.'.~...::,: ;
. ., .• .> \-
' <:!.'fr:.
'•
interpret ativa las comenta con el fin de comprender (es decir; explicar) su = ~úa') + ?1'•~") ... :"._.·-·····:·;·¡··,··:~Jl ..;.,.,i,,: ,.:,;t~;,.,
significado.• , . +b, .+h...
= (a 1• a2)+a ,,_"l+ b)
1..u 1 +h. 111 ··,·. ·, ,., .· · ~
, 3 •·, •·: ·· .. ,, . •... :.·.r)¡:m:"
,. , ,
· •' ".- · ·. ' f ~, t., • · • -:•; •)µ~:.,~, '.
La diferencia entre ambas corresponde a lo que ocurre entre los dos com- Debe quedar claro, a partir de esta disposición,'q Le no-fodos los ele~e~t[;s
ponentes básicos de rualquier,disc urso histórico que, siguiendo la terminología
de Roland Barthe,;, llamaremos funciones e índices8. Las primeras son segmentos
del paso II pueden ser expres;i:Jos·en micro-secuencias del mls"m ó nivel. Por ende':.,·
en el paso 111 nos queda una concatenación ·de segme~to's extraidos de distiÓtot :·
que componen la :,ecuen,c la lineal de una narrativa. Son contiguos, pues ope~an ~lveies, que se Imbrican mut •~amenti(para cbnsiltúir 'ur(éi'~strÜctura:dé corte,' ·:
en una relación ce
s?liciarldad al Implicarse mutuamente y sumarse en sen es burdo y desigual. En la medida en' que las unldades1 func·ionaies del n ivel m'?is ''.''·
cada vez más largas que se unen para producir un enunciado agregativo. Este
último puede ser vis' o, entonces. como una suma de micro-secuencias, a cada
1'1 bajo son las que una narrativa llene romo sus re 1a1a sintagmáticos, su curso nunca
será rLgular. El hiato entr~ seg,,entos unidos de este modo desigual está
un« de las cuales. sean o no importantes. debería ser posible asignarl e nombres necesariamente car gado de incerti:lumbre y de "momentos ele riesgo", de modo
a través de una operación metnlingüística, utilizando términos que puedan o no tal que cada micro-securnc ia term ina por abr ir ru tas alternativas de las que sólv
pertenecer al texto bajo consideración . Es así que las funciones de un c~en_to una ser á seguida en 1~ próxima secue11cla para continuar con el relato. "Du Po'lt,
folklórico han sido llanudas por Bremond, siguiendo a Prcpp: haude, tra1c1on, futuro socio de Bond. le ofr<:C" fuego con su encendedor, pero Bond lo r echaza:
lucho, wnrraro, t>tc. y las de una trivialidad como el ofrecimiento e e un cigarrillo el significado de esta bifurrnrión es que 80,1d teme instintivamen te un aparato
en un cuento de Ja1111·s Bond. han sido clasificadas por Barthes en ofrecer, aceplar, con tn1npa explosiva"9 . Lo que Barthes identifica aq11í como "bifurcación" en
encender y f11rnar. ,' partir de este pr ocedimiento. se podrla quizás .encr una la fic<:1ón, ti ene sus paralelos también I·n el d isu.:rso histórico. La supuesta
pauta p;ira definir una exposición históric.. como discurso con un nomb~e, en realización de atrocidat.les (a I) en el comunicado oficial c!e 1831 elimina la creencia
el cual se sul)sume un número dado de secuencias nombradas. D'!ben.1 ser en la propagación pacífica de la n11en doctrina de ,::11u, q ue las autoridades ya
posible. entonces, hablar de una narrativa hipotética llamada "La imurrección conocían. pero que hasta enlences liéiblan pasado por alto por considerar la
ele T itu Mir" compuesta de (:n número de secuencias, que incluyen al T,ixlo l. lm:levante. La expresión desafío a la autoridad·(ai), que• se refiere a los rebeldes
Pongamos nombre a este documento y llamémoslo, por ejemplo, Actas del como habiendo ''desafiado y rechazado la última fuerza· que la Autoridad Civil
Consejo de C1/cuta . (Alternativas como Estallido de Violencia, o Ejército Movilizado del luga~ pudiera reunir oara apresarles", tiene como su otro término no enunciado,
también servirían y serían susceptibles de ser analizadas en términos similares, los esfuerzos de Titu para persuac:Ur al Gobierno, mediante 5olicitudes y comi-
aunque no it.lénticos, a los que siguen). En nuestro texto, el mensaj<; Actas del siones, para que atienda las reivindicacion es de sus correligionari os. Y as!,
suces:vamente. Cada una de estas unidades funcionales elementales implica ¡,sf
un nodo que no se ha materlaliz<1do totalmente en un ·hecho r eal, una efpecle
H Mi deudo con Rol>nd Bonhc.< en mucMS de lo< 1trm,no< y proccd1m1cn10< :malfücos uuooo en CSIC ordculo deberla
''" dcmo.<1odo ol>Vlo par• 1od0< los famihomodos con ,u ·s1ruc1ural An•lt<is oí ".l:ura1\vcs· y ;'1< S1ruggle w.1h de signo cero a través del cual la narrativa afirma su tensión. Y la hlstoriografíá
1hc Angel". en llonhes. /mo~••M,aic·Tc,1 ((;la.gow. 1977). pr. 79• l 4!.e Hos,~c•I O,<coursc . en M.l,ane (cd.)
Strurturu/i,<tn. 11 Readcr (Lond,c,, 1970). pp. 14.l•S5. como por. rcquenr referencia< dc1allados. además de aquellas
qu..: se h:tg:w explk'itas.
9 Banhcs, lmage•M11slc•Tu1. p. 102.
r

l• i ! r• 1 :, 1 :cq·Ji1 1 :,,11. 111 45

nunca deja de r esultar fascinante . precisamente porque ..;iendo la rep resen tac;ión Ln interve11riú11 vcrt icil l de índ iu~i en un discurso es posible gr aci<1$ a l;i
verbal del homlire sobre su propio pasado. esfá por su mismn 1;"1turaleza plagada desorganizaciún el e su linealidad por u 1 proc~so que corr espo11<lc a !;1 d ista:-.i,1
de peligros, repkta de la verosimilitud de este tipo rle disyuntivas tan Jgudamente e11 el comportam iento de nwchos idío111as natu rales. Bally, que ha t,, tudiildo
diferenciadas. En este sertido, el discurso histórico es e! rlmller más antiguo es te fenúmeno con gran detalle, encue ntra que una ele las diversas co1,díciones
1
del mundo. de su ocurrencia en francés es "cuando partes del mismo :;igno es ,ín ~cparadas ",
¡ ta! que la expresión "elle a pardonné" (ella ha perdonado]. al ser verti da en

V
El análisi:; secuencial demuestra, enton-:es, que un 1 narrativa es una con-
catenación de unidades funcionales que no están alineadas t.an estrechamente.
Estas últimas .5on d isociativas en su funéionarpiento y e~fatizan el aspecto analítico
¡ negativo, es trozada y recon-puesta como "elle ne nous ajamais p!us ¡.,ardonné"
[ella no nos ha ptrdonado jamás] 12. De manera parecida, el profético simple
bengalí "shé jabé-', puede reescribirse med i_¡mt~.!a inserción de un interrogativo
o una serie de.cc,ndÍcionáles negativos en,fr.e las' i:lós palabras para producir,
r espectivamente, "shé ki {abé' y ''shé na hoy na jabé'·': ·
En una narrativa histórica es también,~¡ proceso de "distensión y exp;111sión"
ele su sintagm:1 lo que ayuda a los elementos ¡:>aradigmáticos a Infiltrarse y
de u n discurso, más que el sintético.. Co~q tales, no son ~llas las que generan reconstituir sus segmentos -individuales en una. totalidad significativa. Es así,
por sí mismas su significado. Así-como el sentid.o_de una palabra (p.e. "hombre') precisamente, que se logra·1a·coordinación de los ejes metoními<:os y metaloricos
no est í repr~sentado en forma_fr~ccjo"nr.da.,po_r cada una d e las letr as (p.e. H. en un enunciado y se ac tualiza la interacción necesaria de sus funciones e índices.
O, M, B, R, E) que constituyen />U iniagen,gráfica, nl"una frase (p.e. "·~rase una vez') No obstante, estas unidades no se d istribuyen en proporciC\jleS iguales en todos
está repr~s~ntada en su~ pa)aJ;>ras. componente,stómádas por separado, así
0
los textos, pues c1lgunos tienen una incidenci.a_mayor de un tipo más que de otro.
también los .segmentos individUJ1les-de un. discurso no nos pueden informar por Como resultado, un discurso podría se~ predominantemente !1)eto11ímico o
separado acerca de lo q ue éste
signific:a. E~ ca9a instancia, el sígníficado es metafórico, dependiendo di'! si un nú111eri:rsigni fícativamente mayor de sus
p roducto de un proceso d e integ:acíón qu_ e complementa a la articulación com ponentes es :·ati ficado de manera sintagmática o paradigmática 13. Nuestro
secuencial. C<>rno lo d ijo Benvenlste, en cualquier Idioma "P.s la disociación la ·r Texto I corresponde al primer tipo. Puede verse el conjunto formidable yapa-
que nos 1nuestra su constitució;~ formal, en tanto q ue la integr,wión nos muestra r en temente irnpenetrable <.l e sus re l,1ta meto11írnica, en el paso 111 d el anúlisis
s us unidades sig11ific;mtes" 1º. secuencial pr~sentaclo arriba. Por fin hallarnos la perfecta ,1utentificatión de la
Lo mi.rn10 p uede decirse del lenguaje de la historia. En ,;u discurso, la <;pe- perspectivn de,I icliotn sobre la histo ria, como "una maldi to cusa después de o tra":
ración 1ntegrati\',H:s realiz:.tda por el otro tipo de unid.ides narrativas bási<:ns. sublev,1ción • información - decisión • rirden. No obs tante, una mirada m.ís cercana
es decir:- los índices. Correlato necesario e impresci11dible de las funcior1l's. se al texto nos permite detecUir las gr ietas por las que se ha deslizado i:1 ''cr· men-
distinguen de ellas en algunos aspec¡os impo_rtantes: tario", penetr ando la férrea armadur a de los "het:hos". Las frases en curs iva son
tes ti monio ele es ta intervención paradi gmática y constituyen su med ida. Son
Los índice~·. debido n la nalurale;,a :vertical.de sus rtlario11es, ·;on unidndes índ ices. y co11i o tales juegan el papel de los aJje!iuos o epílr::tos, por oposicit'J11
semánticDs vercl,1deras: a dilerenc'ia de las "/uncionef,... se reiieren a Jn signilicado.
no a una "operación". La ratilicación <le los fnclices ocurre más arriba" ...¡es] una a los verbos que, habl¡¡ndo en tér minos de una homología entre oración y
ratifica~lón par.icli.gmátlca. Por-el co_ ntrMio, fa.de las funclones está siempre "más narrat iva, juegan el papel de !unciones 1~ . Al trabajar íntimarr ente co n estas
11ilá"; es un-.1 rnlflicaclón sintagmática. Funcione.\' e Indice.~ en1onces, encubren otra últimas, conviert•m al -:omlrnic.ido en más que un mero registro de aco nteci-
distinci ón dáslca: los runr lones Involucran relata metonímicas, los Indices re.lata mientos y ayu,dan a imprim irl e un significado, una interpretación, m ~cfümte la
me'. alórices: las primeras respo11den a _una tunciQnalidad del hacer, los µ}timos cual los protagonistas emergen de él no como cam¡.,esinos sino como ''insurgentes'',
a una ·unclonalidad del ser 1_1. ·
no como musulmanes sino como "fanáticos"; su acción no es la resistencia a -,a
tiranía de la élite rural sino "las atrocidades más alreuidas y desenfrenadas con Ira

1O t;milc Oenvcnlatc:. l'mbl~mrs drt lin111Js1iq11r g,•nud(~ (Paris, 1966), p. 1::!6. El ·orl¡mal, "la tlbsociation 11uus

t
11~,e 111 cpnitltulion íun1,cllc; 1·in1d¡rutl0n.nou¡1: livrc t.lus unltdii: sl~nina.nts'" hci i:lcJo venido • I in¡¡:lds du n1odo di f..:rcnl\l l 2 Charl~s Oi!:lly, Lf11gr11's1iqwc: Ctnérah· 111 l.iJ1gv1s1t(}uC Fran.~aisP t 11erne, 1965), p. 14-1.
't la vtr,liión de la obr.- t!r1 ~sic idioina me rcsult~ menos s:ulsíac1oria. Ptol·l~m¡·fn Genual UnguisticJ (Florldtl, 197 l ),
p. 107. 13 llan.he..s Elt!1w,>nts oJ Scmi,logy fLondrt·s. 1967 J. p. 60.
J 1 ~ arthcs. lmoge•M11Jic• Tut. P'· 9J. 14 Bar1h~s. fmase •1\l/ush--Te.x1. p. 1~8-
116 47

¡," f ',,i1,'l/fJ,,res ·: ~t· p r ,yPrlo no es una 1·t•bcliú11 co11tr;1 ,,¡ ~1111111u/,111 · ,111,, I111 ·¡¡,._,"r,-,,
a /u uur,,ridod del Es/(1(/o n/J b húsc¡ued;i (Ir· 1111 r>rdv 11 ;dl t·rl 1:1I i v11 du11d r; !;1 j
¡"; TERR!l1LE lllEN
·,z ele! ,; ,Impo nP sea viol acl;i p or la anarquía ,,fir ral mcnlt' c·.,11 st·11ticl;1 dc·I insur1;e111es__
,;
1 . __ c.1mpesi nos .. - --------·-··_
!_!,l/1)1,11,ilis rn<J semi- eudal si110 la ''!urlx1ciú11 rlci la tro111¡wlid(I(/ ¡¡1i/1/im ". ·-·· ····- ·
- Si l a intervc~nció,1 de ínclices "sustituye f l :;ig11i ficad <J por la copi a di rel'lil d <i
fo IÓ/ÍCOS
- - · - - · - · - - - .4
~--· ·- --- ~ r,ita~.<?S islámic.os ~-- ,-•-- -
lr>s acontecimientos rel,1tados" I5 en un t ex' ü tan t argad<> de m ctoni m i;i /'01110 1 otrocidades atrevidas y des.:nfrenaJas

¡
1

és te. se puede confiar en que lo hará todav· a en 111 a 10r med i d a en aquellos contra los pobladores
4- ~ ~
resislenda ala opresión
discursos donde predomina lo metafórico. Es to p uede evidenciarse en 1•1 Tex/1/ desafío a la autoridad del E.,rado r~belión contra los zamindari
2. cJ.qnd e el elemento de coment.irio, que hemos puesto en letra cursiva, preval~ce lurbación de la 1ranq11ilidad púb.'ica lucha pO'r un orden mejor
arrÍpliamente sobre el elemento de reportaje. Este úl tirno puede ser representa?º
inlención de asaltar,
·-~--4., etc. intención de castigar a los opresor es
a través de una concatenación de tres secuenci as funcionales: reunión de Suntals l __ _ ,.,
Gobiemo de uno de sus D1r¡,,~s como Rey Autogobierne Santa!
-·--
armados, alterta a las cr:1toridudes y pedido de ayuda miliiar, y pue de ve1·se cúmo
la primer:.i. se ha ap artado de las demás mediante l ;i i nserción de un gra n trozo
de mal erial cxplic,,tl vo, y cómo las dos últimas resu ltan tambi ú n envuel tas y Lo que surge oe la i nt er acció n de estas matrices opuestas pero mutuament e
i mplicadas es que n uestro:. text o s no son un registro de observaciones i ncon-
encerradas por el con.entado. Este se i nspira en el te mor de que el poblado de
Sreecond, al ser "el pun•o más cerr:ano a la reunión... 1~rú el primero en seru.w1llado" taminadas por el sesgo, el j uicio o la opinión, si.10 que, por el contrario, nos hablan
y. por supuesto, qur ·:, ,•r t1sesinado no e., una perspectiva agradable". Sin e1n bargo, de una : omplicidad t otal. Si se putde decir que las expresiones en la columna
nótese que este mie lo se justili,ca políticamente, e~ d ecir, atr' huyenclo a los Santo Is derecha r epresent an, en conjunto, :i l a insurgencia. o sea al códi go que conti •aíl!•
una "intención rifi asaltar .. saquear... y dar muerte a lodos los Europeos y Nutivo.1 todos los si gnificant es de l a práctica subalterna de "ponr:r el mundo al revés"
influyentes·• para que ''uno de s11.s Diose::", eI, f0rma h umana, pueda "gobemor cm,11, y la conciencia q ue la alimenta, entonces la otra co lumna tiene que representar
Re,· sohre tndo ,,sra porte de la Indio" La actitud de estr r..locumr.nto no es cnto11ce.s su opue sto , es decir. l,1 contra-insurgencia. f.l antagon:smo entre l as dos es
11P;1tra! lrr:ntc ;_¡.), ,. ;I<:i Jíl ~cimi(•11t,,s testi111oni,1d o~: si se presen t;;rn nJm<, "p ruel):1 " irreducti b le v nü hay nacb f•, I ellas q ue pueda dejar espaci o para la n ~utralidad.
,,nt•· 1·! : , i hu nal ,¡,. l a h isl<,ri:i. apenas pod ría csper,1rsc ele ~I una 11:~ti!ic,,ri rJ11 Estos d ocume nto:; cJrec,:11 r>::tunces de sentido ( xcept o en tér m inos de u n código
inI¡;:1n ,.o i. 1'1,r ,.¡ ,:1¡1.trario. ,,s l:1 v,¡z del u >loni -cl 1:.r1 ,1¡ c;1¡1111¡r<11nv1idri. •I11 r, y;, de pacificación ei ue. b,;jo l'I //..,..era un com plejo de-intervenci ón coerc it iva. armada
li:1 tu,11;,,tr¡ p<,c•;ic:i,',n 1 11trr: la ¡.t<:rspc:c ti v,1d1: I auto:;ohi•:rn// Sa11lal ,·n
l >,llni 11-i-Kc.,h y v erbal. po r par te del Estad,, _,· sus pmlégés", ta élite nátiva. Como repr esent antes
v l ;i ,·1,r1t inuirl;,d dr: I f'r,1 ln i t;'111ic o. d isli nguiend{) 1, q ur: es sup Li l' Sl amc•11tr: !)tlc1111 del d iscurso de t ipo pr imari,, rén la hist orio grafía de las -su blevacion es canpesinas,
¡,ar;, •·l l,i1•I11·!-<l :1r 11,. J ll<J, co rn rJ t1m1ib lc y c;,tastri,lir:<, para el otr o . o .~r:;1 c:0 1m , és t os son especímenes de L! p roscI de contra-i nsu rgencia.
ú1111,ur,ru /g1,111111/,: w•nr, ', f::11 c¡I r;;s p;il;ib ras los ind11;,:,s Fil •.:st,~ tJ iscurso --n¡mr,
1,11 n l)ir•rr c:II c:I ;,n1cri11r- nos introduc;en a urI cúdigo ¡,;,rticu lar, c;orrs t it u1d1, clt : _t;rl
111;11:r:r:i q u~ p:Ira r ;Hla 1111 , d e sus signos tenernos un ;111líi11imo. un corr l ra-rno 1s;1jc. VI
1111 0 1r,, c-,'1di:_:f/. T,, rn,1n ·Ir, pres t ada una iorma el<:. r•:prese,,taci c,n bi n a ri ,1 q u r·
;vta" Ts •:-t1:11g 1117.0 h 111os,, 11'. lil lectu ra "¡Es lc17'ible 1" para cu alqui t·r elem ent o en
¿Hasta qu é punt o el discu rso secundario comparte también este compr omiso?
un,, d e rd los dclle a¡Jare;cer en el o tro como 'j'Est6 bien' " y viceversa. Par;¡ p resen l·or
¿Le e s posi b le fo rmular o l rJ prosa que no sea l a de. coritra-ínsurgen cia? P,>r
g r[1fic;i rn cn tc: ,,st c ci.oque cl t: cúd i gos, pu ede colo curse los índkes t ri c.:u rsiva
s upuesto, las narrati vas de t sta categoría, cuyos auto'.es figuran entre los pro-
dC! los "{e;,:1,,s / y 2 en uua matriz llamada "TERRIBLE" (tonforme al atributo ad jet ivo
t agoni st as, son so spechosas casi por definición, pues_en ellas, l a presen ci a de
e.le l ,1s un id·¿,<) es d e este tipo) proyect ándolos de tal maner~ que se h:1ga visib le
la primer a persona gr amatical debes l r r econocida como señ al d f! complic idad.
un mapa de l os t érmin<'s impl icados -aunque n o enunciados- en los textos
Cabe pregu ntarse, empero. si es p'osi ble compensar a<lecuadam rn.te la pér dida
n o rrn¡¡les, que corresponderia11 a l a mat riz "f31EN".
de objetivid ad que es to ocasio 1a, mediante el uso cons siente del pasado simple
(aonsto) en es tos texto s. Porque. como observa Benvenist e, la enunciación
• N.dc. T. Terr:1t<.:nk1ncs. gen¿rnlmcnle d~ co~ta elevada, a quienci; es!aba sujeta un.i poblo'lciónde peones de cas1n
Uaj., 4ué 1rabnj Jba11y \'iví;H1en ,u.s 1crrcnoi;, Por cx;1ensió 11, tl'lmbién l:i propicd~d o dominio sci,orill. ·
1S !bici.. r 119.
1(1 Sc:l,·tt,,,I Worktn/ ,\1, ,11 1' f'• lti11 i:. Tomo l(Pc:kin, 1967). pp. 26-7. .. f\J.E. En frnncb. en cf originul. l1rolt'f1dos
48 •. ;-, ... r 49

1,ist(,ric.i pcn .. :- l I,s,, dt ·n:~ 1·;,r1<:d,,d,·s d<-I ¡w·t(:rilCJ -,:1 ,,,n~t,,. , l II: ¡1•,rl,·c·u, ("In rasa de los Se t h . .nos renlmi con muchu f:Iellli /e::.o")_ Índices corn" t'stos
y el ¡¡luscuam:,'•rft·,·1,,-. C'.Slé!lld,, ti pi •:sc,IItr: t:.\clu1do I r,r el, /1111,:if,n 17• Eri [:/(;<:t i,. constituyen una suert e de marcas de nacimiento ideológi cas . que se c:x hiben
las 111r:111<ir;as :,l•·j:,clas rl<· li,s ,1t·r,n1t :i,i'lient"s rr. latac!os p,,r un laps<, l>;is l:.t11t<: no to r iamente en gra n pnrte de <c:s te tipo d e materiill sobre l as sublevaciones
lnr go. parec.:it:r:,11 s;11isfac.:<ir es ta co ndidím . Por lo tant o. I<, que cabe averi gu¡,r Cu111pcsinas. Es más, to mando en cuenta otr os aspectos re levan tes de l o:; textos
es 11asta qué pun t, , la fuer za del prett:rit<, c;(Jrrige el ;. sgo provnc..icJo pc,r la -por ejempl o, el modo de tratam iento abrupto . tan revelador de la con moción
ausencia de la terce ra person.i. y terror generados por el émeu1e·- estc-s índi ces revelan que toda fu e1idenciíl
Las memorias de Vlark Thornhill sobre e!'Motín nos pr1,porcionan un te xto supuestam~nte "obj eti va" sobre la militancia de las masas rurales. estarí,t con- -
donde el autor mira en retrospectiva una serie de eventos que había experi-
méntado vein tisiete años atrás. Corno señala en el fragment<1 que hemos ci tado,
··10s aconkcirr.:<:nt0s de ese tiempo" se.habían "convertido en historia" , y él tiene
i
~
laminada desde, u or igen por el pr ejuicio y punto de vista parcinl de sus enemigos.
Si los historiadores no consi guen darse cuenta de es tos signos r eveladores que
apar ecen como marcas en el alimento básico de su ofici o, est •! es un hecho que
l a intención d,:: i ,acer una con tnbur,ión "a esa histrma", prr,rl ,rci~nrJo así 1,, que 1 debe explicarse prin cipalinente en términ os de la óptica de una historiograf!a
r
hemos cJefinidr, corno un tipo espedliui de discurso sec.:un•iario. Quizás pueda colonialista; y no tanto así como un argumento a favor de la presunta obj etividad
,~preciarse m,,jr.·r la diferencia inscrúa 'en él por es te interva1,,. ,il crimparar!r, mn de sus "fuentes pr imarias'·.
,,lgunas muestr;,s del discurso primario que el pr opio autor :,os ha dejadc; s<;bre No hay nada tan inmediato o abrupto en el discurso secundario correspon-
1
,~ste mismo te ma. Cos de t· llas R pueden ser leidas en conjuntr, cr,,n,, el registrr, diente. Por el o ntrar io, éste incorpora d iversas perspectivas que l e otorgan
rie su percepcil,'7 dP. Ir, que pasó en la estnción de ,\ fothura y d cn.npo r.ircundante profundidad en el tiempo, y su significado deriva de esta determ in¡-¡ción temporal.
entre el 14 de m ayo y el 3 de j1Jni o clP. 1857. Escr itas con rl ¡,,pee· de Magistr ado Podemos co mparar, por ejemplo, el r el ato de l os acontecimientos en ambas
de Distrito y dir:gi das a sus superiores -la una el,:¡ de junio l ífi,, es decir, cuare,lla versiones para cada día específico; d igamos, el 14 d~ mayo de 1857, al p rincipio
y ocho h0ras despu?.s' cl e linalirndo el período bajo.consi deración , y la otra el <le nuestro período de tres semanas. Su contenido, que s~ resume en un corto
10 de agosto d e 1858. cuando l<;s acontecimientos eran aún recordados v ívi da- párrafo de cincuenta y si ete palab ras en la carta de Thornhill del 10 de i,lgosto
mente c omo un p,,siJd() muy r1 :C'11,nte- 1:stas.r:artas ce inciden t!n su ¡¡Jcance con de 1858, puede ser representado plenam ente en cuatro suscintos s,:grnen tos,
l:1s prim eras n-•·:-~n•:, r>!igin:-,~ ri,: s11lihr,,. q u,, c11 brs>n las m1'-111us tres se111:,n;Is, ~in p{:rdid:1 significa tiva alguna del mensaje: amotinados se acercan; informac1rin
;,r• r<J q1H: Ítlf•r: ., f•f.,,l'r' :1 ;1~; ( ;¡~,¡ rr, :; ·r!l•,•j 1 b1c; 111:'1.S t;1rdc:. ya, l• ll f~I ~r,n1!Jrr-:-,., 1 lt •I rwilm/r, desde r;u1gaon : confirmndo por eump'-'os ril Iu>r1e de:/ disrnto: 1r111wri:s v
L1s t, ,n,:rlo r. · no comlx111emes dr.>spachados a Agra. D;ido que el relato comi enza pr{1ctic~mtnt~
J\rn ~,;lS <;¡11 \ ~ t if·J r:n Uft r;:1rlH•f;J• pt í:dOHtiJl(ll1h· !llí;tJtf; J' . u ,nimJC í ) ~1 •11rlu 1
rnn f!Sta intru<lucdó11, no hay un exord io que si1va como contexto, y el instant[weo
.' ; 11 r ,rig,:r t C'.asi ~ ;nt ·n 1pr ,r:;.r! ,·J t ;1 b ·i·::-:p(.:riC'1 1d11<1 ut· n:lat;i 11 ·,doptan ll\"'C ':~(I ri ü·
1
clespr.gue transm i te el sent ido de una sor presa totai. En el lib1 o. no obstantl!,
J'r ;(· ll tf· j;, f<,rrr. ·. ,,,: l! IJ IHJS(j 111 :!! • .)' l.'(;[lllrl)IL''111 ;il l(;<.:I/J r , f.:íl " ' ' u 1.:n ci,1s c ;,,1 .'-1 11 ese mismo inslanle le 111erece un extenso trasfondo d e tres p:íginas y cudro meses
rr•spIr;1 1fi11. a!; , •,;1:; ,¡,. J;,s w;urr<:l!ci,1~ ·,k f'.S'! v,.r-1110 extrJ<¡rd111anc,. LI ~int,,~111,1 y medio de durac ió n ' pp. l-3). Todo est e tiem po y espacio se dedica a presentar
;1s111ru: r:ri tr,11c 1, , u11 :1 s1: 111hl;,m;, <I•: /:iclu;,lirJ;,d dr,nde c:;.1si n,,, : t!J(! ;:I r<JmemMiu. detalles t uidadosami.:nte escogidos ;icerca de la v ida y experiencia d ('.I autor en
l'en, aqu í r11 I1•·. a!Jlr•I Ite; un 1.::-::,: Iw11 dd_;.11l;1<io reve la rIuf.: h ,,,r,Jd;;dura <Ir: L1$ el período an teri or al Motín. Es tos so¡¡ realmen te signifiwtiuos. Como índic{'S,
u nid,Hks /u ncí• ,nalc:i ,.~ 1r11•nr 1s st',lirl; , lu.l,i que· ¡:>a(c1·c: a prinv,r:i ~,sta. lnc.:rust;idas preparan al lector para l o que está por venir y l e ayudan a m mprender los
e:n el las ha y in·ciin:s qL1<· , cvc:l,111 l,i,. _,¡11sir.d<1.d cs del guarcfüu, 1 ,cal de la lt:y y e:I acontecimientos df 114 de mayo y fechas p0steri ores. cuando eri tran a la narrativa
,,rdc:11 ("~l est,,d<'1 cJ 1·I rl istrit,1 1·11 .~<:tlf! ral r:s ta' qur, r/ 's(l/íü 1,, r/r, u , n/rr,/":. l,1 ley en forma escal onada. Así, l a mi steriosa c irculac ió n de chapa/is" en enero y la
1•st¡í p11mli:wdu ·). s,Is tr:111,,rr:s ("r111•1 1or-cs·muy C/{(lmJ/J.,fC' ,r>i>re el atercarnlent o preocupación silenciosa pero expresiva del hermano del n;irrador, un oliciul d e
del ej{:rcito n.:bl:lde"¡, su clesaprr,hac' ir',1i° 111or¡¡I de las acflviclucles de lns al cJ eanos al to rango, sobre un telegrama recibido en Agra el 12 de mayo. con l a noticia aún
amwdos ("los disturbios <rn el <1:strttC1 ... :,e incrementan ... enurmementri°J y. por no confirmada del levantamiento ,en Meerut. presagian los aconteci11,ientos de
contraste, su aprecio por los ,·r,l;dir,radores nntiwis· hostiles a los insurgentes dos c![as más tarde en su propia jelat ura de distrito. N uevamente, det:dt s · riv iales
como su "co nsiderable in;:reso y gran autoridad" , su casa, cabal10s, sirvientes,

17 Uenvi.:ni....tc. orvic. p. 2'.l9.

t
1X Frce,/11111 .rrru,;,:k in Uuar l'radt•,,;h , T omo:). pp..685-92.
• N, de_T . CJS<.:O lig¡:ro p;1rn ¡Jrot1.1gct~~ del 1>ol. 11sado (H.>r los colonhi.listas brit ·mcos: por e.>::tellsión. sírnboJo de * N.F En frarn..·é.s ...:n 1,• ' original. /vloiín.
la colon,n hn,fu11c.L. . ",.- N. di.! 1'. T ipo ti..: ~•rn ~jn tt!vm.lura hcclm c.k. h;mll,1 d~ 1rigo. Cor·uda d1.::in11 ..:n d nnnc (k Jn ln<li., ·'
,,
50 l,l :. -: •. . • " ; •1 •1;• : 51
un b,iúl lleno de vajilla de pla ta. que est,th:, en l,1 t•111 r,Hla y .. un;1 t.:r.111 de lo q1H· se· co11:;1Clcr .1 ll1,•n· - un atardece r apauble o 1111 cuar to elegante-
1t·st·rva , le
de rn;1nw s de Cachemira. perlas y diama.1 tcs ·: le ayud,111 a mos trar, por
r• or_11n 1stt:, pl'rm i tc enlatiw r. por rn11t raste. la semblanza "te1·rihle" de la violencia
popular
el holocaus to que pronto iba a r educir su autoridad ¡1 la nada y a l·o11,:crtrr clirig1d,1 ,ontra, 1Na¡. Rt ~ult 1 evidente que existe una lógica en esta
a ~us preferenc ia,
srrviente s en rel-Jeldes, su casa en un matadero y ~u propi edilcl en bot1·1 en cuya ílUtoafir nación se 11iega la posibilida d d e una serie de inver siones.
par;r lus É.s ta~
saqueado res pobres del pueblo y del campo. Al antrci par así los acn11tcci1 en combina ción co n ot ros signes d el mismo orden, constituy en un
nientos código d1i
narrados , aunque sea solo por implicaci ón, el discurso secu~da no insur!lencia. Idénticas a l;1s de magistra do, las pautas de elección del
destruye la liistoriad or
en tropía del prirrn ·ro, su materia prima. En adelante, no habra nada se amoldan así a un contr~-código, el código de cont ra-insurg encia.
en el relato
q ue se pueda con:,ider ar totalmen te inesperad o.
¡i,
.-:o·Este resultado es obra dí: los llamados "traslaJo res de o rgan1zac1 • • 4 ..

on , que
ayudan al autor a sup rponer una tempor,il idad pro¡>~ a la d<; su tema,
"a 'des-cron ologizar' el hilo histórico y res·aurM ,1sr sea s~1I~ po r medio
es_decir VII [;
del
recuerdo o la nostalgia, un Tiempo a la vez complt•jo . parametn .:o.
Y no-lmeal..:. Si en este gé11ero esµccílic o d~I di scurso secunda rio el efecto neutrallz ante ~4
trenzand o la cro nología d el contenid o con la del acto de lenguaje que
In relata . ,.)
En nuestr o ejemplo, el "trenzado " no consiste únicamente en encajar
un contexto
del pasado simple (oonstoi no logra entonce s prevalec er sobre la subjetivi
dad 11
evocativo a la secuenci a desnuda que se relata en el breve párrafo
d.! su carta.
<lel protagon ista como narrador , ¿c'5mo se da el !>alance de tiempo
y persona 1
Los trrslador es d?sorgan lzan el sintagma d0s vectls par a introduc
ir en arnbos
:?n la o tra variedad de escrit ura dentro d e esta categoría? En ambas
puede verse ..l
r esquicio s, momento s de tiempo autoral suspendi dos entre los deis el limcionn miento de dos lt ngltaj es, a la vez equipara bles en su Identifica
~olo~ de la ción
"espera". una figura 1rlealmente constitui da para permitir el ¡uego de
apartes y paréntes is que forn,an círculos y mennclros en la tr_ama,
d1gres1ones,
aumenta ndo
con el colonialis mo pero tambien diferente s por su forma de expresar
ejemplo de la variedad más bur da podemos u ; ar la rebelión Chuar de
Chuar Rebef/ior1 of 1799/, de J.C. Pricé. tscr to en 18i4, mucho tiempo después
!o. Corno
1799 (The :j
así su profundi dad. ,\ si , al esperar noticias sol;re los mov'.m1en to~
tinad1,s, c:1 autor , ellexi<•na sohre la paz del at,1rdl'<'<•r €"1 ,a est;icmn
~le l~s.a~~
dis,:1~.l,
del acontecim iento. es oh·:io que la intención del autor -por entonces
Oflchl ·,·~
desviánd ose de s u rr.latn para contarno s, en violílcii',11de1 1.:úrHm hi~lorro¡,! de .'\,,cntílmiento~ de 1\11cln;1pur- c•ra la de presentn r un r·elato histórico
rafrr ) directo,
sin un fin .idministr.1tiV11 "~pecí/ic o en mente. El rel.a tn 11-a d irigido
el<.· lif"inpo y pcr 5 or.a: "L,J escena ern ~imple,. llen;, el< 1 rPposr, clr_ ,·r'.la 1
!.n lo:; t 1Pmpr,s r.;nr :;ig11iero11 muchas vec,•s ,·"lvr:ri.i ;11m mr:n11,r1;1 . ) m:,s
b~ _lricn t;,I al "lector·
r.,1~ual. t:!nl,1 rnm11 ,: ,;u;:lquie r "funciona rio futuro de ~.lic!na¡..ore <.!Sper, ndu
tard1·. l'Plllp,1rl1r c· .. n "ilP~ "rf v11·, , inter és que he sentido al lee• los v iej os
•·~perarr<lo 1,tra,. ez .,1transpon e para llevar a los ~,',1('UMl1,s r e1111icl1,:: 1:1 ¡¡rchi1·0s de
'. ~11 -~¡1 l;r, :\lid11J¡;1,1,• 1" Pt•ir) t;d p 11• •·e que el "gozo... sentido" por el autor
;:.1 rc:llra pClr mv,~ instantes clr rs:1 noch1 part1n1l;u- para 1·orm·nt.. al repasar
r h:1 un:1 e~tns p;i¡v·ks tr-rmin:r fltl' producir un texto casi indisting uible del
ti;dJit:,rn/11 l1nd;; h11:n iluminada, alegre, r< n flore~ 1uc l,1 11111111;1 discur so
\'('./ qu{' h ,.,
;..·,i. y ,,sí qu<,da im¡>' (' sa en m i lrl('.llWTJ,t'· . pnnwio r111c utiliza como lt11·11te. Ante todo, es te úl timo resull,i conspicu
o debidc
!!astil qué punt<, ;iyud;i la <,per:iciÍ>n d<> f-'St11, Ir ";fadorP<; ,l cor wgi r el sP.~1.(11 a su mera presf'ncí a físit a. i\tús de una qu·nta parte de esa mít,1d
dd libro
rcs~; lt,111 te dP la int( rven ciún d el escritor rn pri11111:1 per s1m;1'1 Al específir ,nnentc dedicada ,t los h, chos de 1·:99_ se r.orn pone de ritas
p,1recer, _no directas
de es11~ J1Thi1·os y (>Ira ¡rn r:e cu 1siderable , de paráfriisi s apenas mod ificadas.
11111cf1c¡ porque r.ada uno de i<Js índ ices ac1111ndos t'II la narral_i~a repn•sPn ' ;! u1Ht
dl'ffiún de principio entn· los dos térmirm:; de un,1 oposi1.:1on parachgm Sin embar~o. lo importan te para r osotros es la evidencia que ofrel'e
el autor de
at1l'a l;i id(•r,lifica ción de sus pri¡pios sentimien tos con los de ese grupo
l-, 11 t n• 1,1; 11 1t11ridad (!('I jr·fe de <!istrito y el d~s;ilín di· p,1rtc <fp l:rs masas r educid o de
;irrn;idas. blancos q11r cosechJr on l.is te mpee.t1des ocasionadas por los vientos
,•111 r,· r·I scr vilis111<1 hnbit 1al cll: sus c:riacl1,s y la afirm,lf'r,'Jll d e su ;1111 or(•!lpcto que había
rr•l,rldc,:. entr e sus insignias ele riquC'za y poder (oro 1·.rhallo~. mantas.
como
hungalow )
semhr:1dn el Gobierno de la Compañí a' . ~! Introduc ir cambios ,·iolentam
disruptiv os en ese extremo surorien tal de Bengala. Sólo que el miedo
<.!nl•! j
y 1;1apropiac ión,. de:,tru cció n de las mismas por la mucl1cclu m l)rc s111)¡¡Jtern de los
11, ofici¡rles asediado s en la estación de Mldnapur en 1799 se convierte
el ,wtor, apeí'as d is inguible cle l func ionar io ele an tar10, elige rnnsist,·n , setentil y
temente cinco anos más tarde. en ese odio genocida caracterí stico de todo un
lo primero. La nostalgia hace todavía más cloc:uentr su elección; así, géner o de
el recuerdo

1? r:w., 1, e.,ro<ic1ón de ílOIT'•nJolro.<00 <Obre e.<ic coocc¡,to cla,e, , ,,., S.-let'l,d wn1111~., 2: W~nl nnd language
et...:. 1fay;i y P.arís, 1971 ), pp. 130•4 1 IJanh~ dc~3rrolla ~:i noción de 1r:,,laJcue.~
i 20 P1k:c. or. .:11. p. ch.
· 1ti,wnt:.1 1 Di~our~c .. , pp. 146-8. Todo.~los fra¡rncnrn~ cu:1do,: en c:-.1c 1•~rr.1ío de org~niuc1ón c,1 s~ enuvo
~, 111>h;iy olfU rc(er4•ncin.
hnn ~,do tOmJ.dos Je c~tc cnsn: J,

r • N. de T. L• Cu111paílfo de la lndi• (J,icmal (/:.'as, India Ccmpony/ fue una <ocicdad


" su <argo 11111chosasptc1os del iobiem,1dc la India duranre rl iislo XVJII y printip,osco111ercial in~lesa que 1ómó
dtl XIX.
-~f

53
52 : ... ._., ·G.-:

la soberanía britá111cél en tres distrilos orientales y resistirían cinco meses a las


escritura británica post-.\!otín. 'La falta de ir:c:linaclón de·:,. a11toridade ;, < l\ilcs
íuerz¡¡s unidas de. ejércíto coloníal y sus recientemen te adquiridos auxiliares,
o rnil1tans. a proceder personalme nte para ayudar a sofocar los clist url.>11>$ es
los ferrocarríles y el "telégrafo eléctrico". 3iendo uno de los primerns eje1 cicios
mu} impactante ". escribe para avergonzar a sus compatriota s. para lue~o
modernos en la h stor io grafía de las rebel ione:; campes inas indias, ubica al
jactarse:
levantamien to en :,u contexto cultural y socloeconó mico, analiza sus causas y
En es,os tiempos de fusiles modernos• una media docena tle europeos habría se nutre de archivos locales y relatos contemporáneos para evider.ciar su progreso
i~ ualado a veinte veces el número ele Chuars. Claro que con la n,,turnleza impcrfectn y eventual represión. Aquí, :;eg-ún parece, estamos frente a esa instancia clásica
de las a1mas de entonces no se podía esperar que los europecs se apurasen de disolución del sesgo y la opinión propios del autor, mediante el funcionamiento
-. infructuosamente a meterse en peligro, pero yo habría esperado que los oficiales del tiempo pasado y la tercera persona gramatical. ¿Quizás aquí el discurso
europeos de la posta hubiesen, al menos en algunas Instancias. enfrentado el asaho i
histórico se establece por fin y realiza el ideal de ese "modo de narrativa
en persona y repelido a i,us asalt3ntes. Me asombra el hecho ele que ningún oficial
europeo, civil o militar con la excepción quizás del Teniente Gill. admitió esa
r impersonal... diseñado para borrar la presencia del que habla"? •
24

sens,,ción lle persecución gozosa -1ue la mayoría ele lóven1;; sienten hoy en la caza, Esta semblanza de objetividad, de ausencia de sesgos obviamente demos-
o en cualquier actividad donde hay un elemento de peligro. Ue haber vivido en trables, no ti~ne sin embargo nada que ver con que "los hechos hablen por sí
1i%. p)enso que l;i mayoría de nosotros hublésemos·coni ideratlo mejor deporte mismos" en·una condición de metonimia pura, incontamina da por el comentario.
el haber capturado un Chuar merodeante, oloroso a sangre y botín. que al os:i
más grande que las selvas de Mid11apore puedan crla~ .-
21 Por el contrario , el texto está plagado de comentarios . Hay que compararlo con
algo así como el artículo casi contemporáneo sobre este tema en Ca/culta Review
Resulta ,claro que ni la separación ·del autor con respec1,, a su tema, ni la (1856) u incluso con la historia del hoo/ de K.K. Datta, escrito mucho tiempo
después de su represión, para darse cuenta cuán poco contiene sobre lo.-; detalles
diferencia entre el tiempo del' acontecimie nto y el de su narrativa, han hecho 25
rle lo que concretame nte pas6 • Es más, la narrativa del acontecimie nto ocupa
mucho para inspirarle objetivipad . . Su r.•asión parece del mismo or den que la
apenas 7% del libro, en el capítulo que se des:irrolla hacía él como u;1 clímax,
del soldado británico que en 1857, en la ..,íspera del saqueo Je Delhi. escribier¡¡:
y algo menoS' del 50% de ese capítulo lo ocupa el texto que se dedica específi-
"Confío con toda sinceridad que la orden Impartida cuando ataquemos Delhi será ...
21 camente a todo este tema. El sintagma se rompe una y otra vez por distaxia, y
'),!atadlos a todr,s; no hay ql)e dar cµartel'" . ·En estos térm inos. la actitL1d del
hada los rebeldes es indistinguib le de la del Estad1i: la actllucl dt'I la interpretaci ón se filtr a para en~arn blar los segmentos en una :0talidad signi-
ll1~torii1d,;r
ficativa de carácter may ,rmente metafórico. Para nuestros fines, la con!;ecucnc ia
, .,;;1clo1 fn:,nte ¡¡ su presa. Contempla do así, un lnsurgent,- no es :;u¡et,J de
más relevante de es a operación es la maner a en que distrihuye las relata
e, ,mprcnsV,n o mtt:rpr<!tac1 ón sino de exterminio, y el discurso de la hi:.túna. IPj",;
p;iradigmáticas a lo largo de un eje de continuidaci histórica q ue se divide en un
1/, · :;cr neutrnl, ~,rve cireclamen te para Instigar a la violencia ,,f1cii1I.
que "antes" y un "después". precedido por una contextualización y p rolongado en
S111 en\J:,argo, r:xis,en otros escril<.-res que han cu ltivado el 1111·m10 gé,neru.
una pcrspec iva. La representaci ón ele la msurgencia termina así con ese momento
~,,1.,10 de re,:0110C'lmi~11tci por habersE expresado en un idioma ::i• nos sanguin,,rio. intercalado entre :;u pasado y su futuro, da. tal modo que los va,ores particulares
•¿uiz.'1~· ~u mejor reprcsentan tante sea·W.W. f{unter , su rel,110 sobre l,1 insu-
de uno y n lro se grab, n sobre el evento para dotarle un significado particular.
1H;cció11 Santa! de 1855, que figura en los Anales de fün,;ala 111ml (The rlnnáls
,,r Ruml Bengal /. En muchos aspectos. es te es un texto dig110 ele comenlMi<>.
1
EsLrito una jécada dC'~pués del Motín y doce años después del lroo/ .1. no t10:r.~
n;ida de ese tono revanchista y rac ista com ún a gran parte de l.i liter:itu r a vrn
anglo-India del períoclo. Es más, el autor trata a los enemigos del Raj no sólo con
c:onsiderací ón s ino con respeto, au_nque en pocas semanas habían b,,rrido <:on Refiriéndonos en prim u lugar al contexto. cabe selialar que dos t,:r ceras partes
del capítulo que culmina en la historia del levantamien to se ocupa:1de un r elato
• ~· de T. 1-:11 ing14!j, breuh,lu11dt.rJ, tl1cr.1hnen1e N-car¡adorc~ de bisagra.". Fu ,1 es c,,n 1011 que Jic
puecJc cargar inicial de lo que se podría llamarse la historia n.:tural de sus protagonist as. A
, ·:irm:,. 11m1,; o :ravé-.. de unn h1~ugro entre c;il'lo 'i cul,:nn, rrul~ veloces que los ant1,;uos mo~<Juetcs que se c:ir3abn.n la manera de un ensayo etnog,·áíico, esta parte trata de los aspectos lísícos, ltlíoma,
por la h11<::1 del íu~il. ·
21 f'nlc, 1huJ.
22 l!e~l11old O. Wilbcrfon:r 11,, Unrwirrl,tl Cl1u¡11rr ,¡f1h, /11<1 ª" M•tiny, (2• edición; Londres, 1894), pp 76-7.
l.& Banm'\,lm,1,:~·M u,H •Tr,1. p. ti~
está (c::choda ti.¡
l.\ Sc¡;t.in un.1 101.1 de c,1.1 obr.i. pnrcce .~r que íue p.ircitllmcnlc cscrilil en 1866. L.l dcd1catorua :-éplima c:d1c:1M 7'he San;.tl fn!urr:cuon
dirett.'.ls o md1rc::c1as. coJTespondcn QJ Cap{u ro IV de la 25 ,-\nón,mo. 7lic Somh~I Rebelhou··. en Cu/,"'"' Rr,•,c·n•t, ~«ib). pp 22.l 6J, K.K. UauJ.
lit.' 1t1;Jr1.o el...: 1868. Todas nucMm, rcferenc1'1.1:, 1970), pp. 4J• 152.
,,r l85~•S1" .:n A1w-Orr11 \11 Plol\ mul M111·tmc-ur, hr for( /.' 57 (Mi:e1UI,
ll.tm1l1 "'·' · 1h97) si no h:1y 01r.1 imlic:u;ión.
54 =·_;--,:,;i-:,• =-= . :

55
trad iciones, mitr1::. re ligión, r itos. hábitat, m edio u111hie11te. prácti<.:as de carn y
agricul tura. orgar ización social y gobi erno co111 um1l de los San ta ls ele la r egi•n construcción de ferrocar rilt•s a lo largo de la región. Pero por o tro lado, rlos
de Birbhum. H,w muchos detalles aquí que apuntan al potencial con flicto. como conjunt0s de factor es se habrían c-ombinado para desmantelar todo el beneficie,
antagonismo entre el salvaje noble ele los cerro; y l os avaros explotadores de resu ltante del gobie1 no co lonial: I;, explotación y opre:<;lón de l os San ta l ¡,or p,,rce
las llanuras. Tal es el caso de refer encias a su dignidad personal CEI no se agacha de los hi nd úes -codici osos y fraudulentos_ter ratenientes y prestamistas- . y el
hasta el suelo como el hindú rural"; la mujer Santal "ignora la susceptibilidad tímida fracaso de la administraci ón local, s11 polfcfa y las cortes judiciales, en protegerles
de la hembra hindú' , etc.). Lo que este contraste implica es la potencial se~vi- o enmendar .los a::r avios e; ue ,.ufrían.
duiubr e en manos de prestamistas hindúes, su honestidad ('A diferencia del hindú,
¡,1iiu-~ca piensa en ganar d inero de extraños, evita escr upulosamente todo asunto
oe negocios y »e sie•1te dolido si se insiste en pagarle a cambio de la leche y fruta
1 IX
que su mujer saca": , la codicia y el fraude ele l os com erciantes y terratenientes
foráneos que '!ventualmente condujeron a l a sublevación, su desapego ("Lo~
Santal s viven tan alejados como pueden de los hinJúes"), la intrusión del diku
¡. Este énfasis en la contradicción sir ve al autor.pa·r a fines obvi amente inter-
pretativos. Le hace posibl e ubicar la causa de la subl evación , n el fracaso del
en su vida y en su terri }río y el hol ocausto q Je inevit,1blemente l e si guió. '
Rajen lograr que sus aspectos positivos prevalecierart sobre los defectos todavía
Estos índices otorgan a la sublevación no sólo una dimensión moral y'los persistentes y las deficiencias en el ejer ci cio de la autoridad. El relato del
val ores de una guerra ju,;ta, sino tambi én una p rofundidad en el tiempo. Esto acontecimi ento se encaja así directamente en el obj etivo enunciado al inicio del
últi mo se realiza a través de la operación de marcador es diacróni cos en el texto: í
capítulo, que es el de interesar no sól o al estudi oso "de estas razas decaídas"
un pasado imaginario a través de sus mitos de creación (~propiado para describir 1
1 sino tamb ién al hombre de es tado. "El hombre de estado indio descubrirá'', escribió
una empresa asumida según la guía espir i tual del Thakur ") y un pasado real pero
remoto ~adecu;-,do ¡,ara describir una rebelión saturada de tradi ci ón) a través
¡ refiriéndose eufemísticamen te a l os encargados C:e ejecutar la política b ritánica
en la India, "r¡ue estos Hijos de la '..ielva son... susceptibies a las mismas infl uencias
de fragmentos de !u prc:historia en el rito y en el habla. donde se menciona, por que los demás hombres para su mejorami ento, y q ue la extens ión futura de la
r•iem p lo. 1,, cer er:w11ia Santa! de "Pur ilicaci(>n p .. ra lo~ ,vluertos·•, como huella iniciativa ingles:i en Bengal,1. depende, en gr:lll medid a, d e su capacid:id para
de· un r ec:uc rdfJ borT<)' o de tiempos !cjanos, cua11 :lo moraban ill lado de grandes ci vilizarse". Esta prt!ocupac:ión por el "mejoi-amiento" (es decir. p•r la trans-
río,", o su idi" 11· ,1 r·,mo ese arch ivo intoca hle donde el pasado de una naci ó n íormac ijn aceleracln del ca111pesin ad o tribal eri mano· de o bra asalariada v •m
,:,~ inscribe m5s tv.Jt danw1<te que en tab las de bronce, o inc;cripciones en roca".
incorporación a proyectos típi<;amen .e colonialistas de explotació n de los r<'Cu~sos
indios), es l;1 que explica esa rnezcla de firmeza y "comprensic,n" que se traslucl.!
,\l ,,cercarse ~I acontecimiento, el autur I • otorga un pasado reciente, que cubre t•n la ac titud de Hunte:· hac:i¡¡ la rebe lión. Sie11do un imper i,1lis '.n lib~r al, él l a
un r er íodo de aproxilll,Jdamen te ses en t a años de "a dministr ación d irec ta " interpretó simultáneamente como una amenaza par.a la estabilidad del Raj. y como
{ bri t5nica ) en l a ·,!giuri. Los asp ec to$ mor ales y temporales de l a narra t iv a una crítica útil a una administració n que estaba lejos de ser perfecta. Así, mien tras
confluye n aquí en la figura d P. una cont r adi cc ión irreconci liahle. De u11 lado se censura al gobierno de la éroca por no haber declar ado la Ley Marci al sufi-
dieron, según Hunl ,·r . \1na ser ie ele medidas benéfiCits int1 oducidas pnr el gobiern o. rientemen te rápido como par;, cortar el hool en s us Inicios, se cu ida también
como el T~·atado De<:<nal que 6romo'<'ió la expa11s1ón clr,1ár ea c ultivada e indujo de difer enciarse de sus compíllriotas, que deseaban castigar a toda la corn uniclad
;1 lo.<; Santals, a partir de 1792. a al quil arse como peones agrícr;las; el estableci- Santal por el cr imen de sus re bel des y deportar a ultramar a la población en tera
miento. en 18:32. d e un espaci o demarcado )Or colum nas de pi edrJ, en el que de los distritos :nvolucrados. Un L11per ialista d e miras genuinamente amplias,
µodian colonirnr tierras vírgenes y bosques si11 temor a ser molestados pt)r tribus como Hunt er, no veía llegar la hora en que la tribu, como muchos otros pueblos
ho:;ti les; el desar rollo de la "inic iativa inglesa" en Bengala bajo la forma el e fábri cas aborígenes del subcontirJen te. clemosf.r ara su "cap~ci dad <Je civilización ", con-
de iliiil par a las c uales "los inmigrantes Santa! proporcionaban una pobl ación virtié;idos e en fuente inagotable de fu~rza d~ trabaj o barata .
de jornal eros"; y la última pero no l a m enos importante de las 'lonanzas, su Esta v isión se inscri be en lo que hemos llamado "perspectiva", con la que cierra
absorci ón . por rn iler. ;¡ partir de 1854, en cuadr illas de trab ajador es para l a su narración. Echando dir ectamente la culpa de la ,irr upción del hool a esa
"administraci ón avara y pr áctiq" que no hizo caso de _ l ;is quejas de l os San tal:;
' N F E.·\cr:1110. 1'1,\1,'lnJU•J,
y q ue se concentró sólo en recaw::lar impuestos , continúa catalogando l os
1
r NE, !)10,. beneficios algo ilusor ios d el "si stema más exacto que fue introducido después
56 ,, .; - - ' ~.¿-,' 57

de la reJ:,,Jión"' para 111ante11er el poder de los usurero~ sobre s11s clell(lores <ltrrlro a l a "iniciativa inglesa ·. o sea a IJ l>,1se del Imperio. El ob j ~tívo anunciado ni
de 1, •s límice; d<" la ley: restringir el uso de medidas :;. pesos f;li~, 1s en el c1,mert:i<i pr incipio del r elato podi \ c nlonte ~ s•:r reiterado hacia fi 1al. donde el autor t·k
al detalle y garantizar el derecho de los peones enganchados a escoger su libertad. declar aba haber escr ito JI rnenos ·te n parl e por las ense1ia112as que l a historia
sea desertando o cambiando de patrones. Pero más que la reforma administrativa. r ecien te ( de lus Santals. R.G.) nos proporciona sobre el método co r recto para
fue nuevamente l a "inici ativa -inglesa" la que habría contribuido radicalmente t ratar con las ra:-as aborígenes". La represi ón de las sublevaciones campesinas
al bienestar d e l a tribu. los ferrocarriles "cambiaron completamente la relaci ón locJ.les formaba parte de este método. per o ahora se integraba a una estrategia
del tratajo con el capital" y acabaron con esa "razón 1at ura l de la escla vi tu d, más amplia: dbeñada para enfrentar los problemas económicos del Gobi erno -
británico en la India como elemento de l os probl emas gl obales del gobierno
a..-saber. la ausencia de un fondo de salari~s para trabajadores libres". La demanda
imperial. "Estos son los probl emas ". dice Hunter al concluir el capítulo, "que los
de fuer za de trabajo para las plant'aciones de té de Assarn "estaba des tinada a
estadis tas Indios están llamados a solucionar en los próxim os cincuenta ai'los.
mejorar aún más la posición de los Santals", al igual que el estímulo para enganchar t, Sus predecesores han llevado la civilizaci ón a la India: será su deber hacer q ue
peones por contra to [indentured coo/íes} para las Islas Mauric io y el Caribe. Es
así q ue la prosperidad drd campesino tribal se daría gracias Jl desarrollo de un esta :ivillzación sea a la vez benefici osa para los nativos y segura para nosotros".
enor me mercado de trabajo subcontinental y _de ultramar dentro del I:-nperi o En otras palabras, se asignaba a estn historiogr aJía un papel en el p roceso poli tico,
Británi co. En los jard ines de té de Assnm "su familia completa encuentra empleo que habría de garantizar la seguridad del Raj mediante una com binación de fuerza
Y cada ni:'lo adicional, en lugar de_ser un medio para in,:rementar su pubreza. bruta para aplastar la rebelión cuan Jo ocurriera, y reforma con el fin de prevenirla
se convierte en una fuente de riqueza"; mientr as. los coolies se b}neficiarí,~ rr. a de antemano, arran cando al campesinad o tribal de sus bases r urales y distri-
su retorno de A/ri ca o las Indias Occidentales, "al término de sus contratos. m n buyéndol o como fuerza de trabajo barat a para su explotaci ón por el caoi tal
ahorr os de un promedio de 2p libras esterlinas, una suma suficien te para esta- británico, en la India y en ultramar. La prosa abiertamente agresiva y ner~iosa
bl ecer a tm San tal como pr óspero propi etario en su propia aldea". de la contra-l_n5Jrgencia, nacida de las p reocupaciones de la c.oloni ,1. temprana,
Como podemos constatarlo cori tina mirada retrospectiva después de un si¡,;lo.
llegó así a asumir, ,,n este género de escr iturn histó rica, el le nguaje firme pero
benigno. autoritari u per o compr e11°:i•10. de un ir,1perialismo m aduro y seguro de
m uchas de las suptIestas mejoras puede_ n más bien atribuirse ·1 sus tJ,if'nns dr•:a'r)s,
si m ismo.
o res ultaron t;i n efímeras que no tuvieron ningún impacto. La relac ión -e::\ti; :a
usura Y el peunaje enganchado por contrato se mantuvo du. ,nte todo el d r; min10
británico y hasta bi en rn trado el r égimen ele la lndi,t independiente. L.a libr-rnd
clel mercado de trabnj0 resultaba seriamen te res tri'1gida p<,r la f11lla el e crnnpc- X
te ncIa entre el capita l británico y el indígena. El emplrn d e f,11nilias tri bill es ! !'I
!as p lantaciones d e tú se volvió una fuente de erplotación cinica del trabaju de ;,Cómo es que hasta el tipú rná.~ l,l} f:ral úe di scu r·sri scc unJaril) f' S entv nc:es
m ujeres Y niños. Las ven tajas de la movilíclad y la contractabihd<1d fuernn anulad;is inc<1pa. dr, desu1reúMSE: del d,c.1 1¡"• rl•: C<Jntrn-rnsur~enci,1'.1 C<m toci as las vE:11tajas
por las irr:gu bridadl:'s en el proce~o de enganche y la manipulación que h:ici,in que ti ene escribir en tercera per son,, :,- !ratnr 11n p¿¡sado d istirnte, 1,;l lunc io nario
los arkat1s de fac tores adversos como )a deµendencia económica ,. la clifer·en- <:r,nve rtidn e11 l1islor iadr,r ~sl:í t<,d.,·· ,1i<'](,s de ser impun:ial c u,,ndo se trata de
ciaclón social. El sis tema ele contratos ayudaba menos a liberar el trabajo servil !<is inter ese$ r,l ir ial,~s. '.)us simp:1ti;,•, para cr¡n el su frimiento Je lcis campesi nos
que a des11rrollar un~ especie d e segunda servidumbre, y asl sucesivamen te. y •;u C/Jmpre:nsión de 1,, q ue les 1,1npr1!,,ba" rebelar se, no le m hil>e:n, nrando llega
Perc es:i. su vi sión nunca materializada, nos permi t,· comprender el ca rácter el mome11t<> cr'ti<·r1. cJe cr,!w;_,rse ;ii l,1dr1cJe la ey y e:1o rd en y justilicar el tr,1spaso
de este tipo de discurso. La per spectiva e ue inspirat. se resu mía en efe<.:!• ':'n e.le l;i <:am paf1a C'Olltra el hfJol d e m,, nr,s ci 1,•1.es a ma110s 111i li w r es con el fin de
un testimonio de fé en el colonialismo. · Según esta pers~ectiva. el hool se asimilaba ap l as t 1rlo de rna nera rápida y ab,,,l uta. Cnmo se señale'> anteric1r rnen t e, s u
a la trayectoria del Raj, as! como la empresa militante de un campes inado tr liJ;il pc,sición par,jalizada frente a lr/5 r r,suliados de J;i r ehelíón equivale a un com-
por lil>e1 ar~e del ylIgo tr iple de sarkari, sahukari.. y zamin.iari"'·, se asimil,iba prornisr., con las metas e intereses del ré~ irnen . El d iscurso de la historiJ, apenas

'ci..:uda y ~e co11,·t:r1{~ 11 c:1 um1 c~pt.>c..:u.: de s.i~r.•tis. iw.:hJ•,\>J1~rt"d11:u ii,._, del prcmmfr,ca. En Amé: ca Latina se conoce
L:'it:l fon na de: ! r:1b3JO ~0111c1 ¡itomljr o l!',\rh1n1ud ¡11>r ./('rrda.
... ~,.., N.~ El yuga ln¡Jlt: de lo~ srirkun, slJfwk,;r, ) :imwaiun M : n..· .~ri: 1,:spt:ct1vámen1i: al gob,en:u-csiado, i1 fos
l'(~~I JUll~[:LS : J lo:- 1cmm1cnlt'S,
58 59

di scernib:-:: del de !,, pvlitk,1 c.iel es¡¡,(lo. 1ernP11j ah~• rlJi•2ndo la;- preocupaciones dato en l,1Jlisturia de \'id;, del l111peri<'. pero no hacen 1111cln pilra Iluminar esa forma
\' nbjeliH,5 de esta ült i1 ·t ci t' conc iencia llamada ins11rg(•11cia. El rebelde no tiene lugar en est;i hbtoria como
- En est?. su aíinidad ( 11 •1 la política. la histo, iografía revela su carácter como sujeto de l a rebelién.
una forma d e cunocim1e,110 co/011ialisto. Es decir. emerge direct am ente del
1.'
conocimiento que la bur guesia había usado en su periodo ascendente para ·'¡,,
interpretar el mundo con el fin de adueñarse de él y establecer su hegemo!1_ía XI ;,_....~
1
sobre las sociedades occidentales, pero convertido en instrumento de opres1on 1
nac¡onal a medida que éstas adquirían para sí rnismas "un lugar bajo el sol". Fue
asíq-~e la ciencia política, que había definido el ideal de ciudadanía para las
naciones-estados europ~os. ~e usó en la India coton·a1 para establecer instituciones l No háy nada en el discurso tP.rc'ario para enmendar esta ausencia. Más ale_
en el tiempo de los acontecimientos que tiene como tema, este discurso si empre,
l os mira en terce ra personc1. En 1~ mayoría de l•)s casos, es obra de escrit ores
iado
t-:~
·'."}
y diseñar leyes especí•ic:an1ente destinadas a ger.erar una ciudadanía m~tigada ..••
no-ofici ~les, o bien de ex-funcionarios que ya 110 tienen ninguna limitaci ón u •/-

y d e segunda c lase. L:, eronomía política, que se había desarrollado en Eu_ropa ''
obligacil 11 profesion11l de representar el punto de vist~ del gobierno. Si r esulta
como una crít ica al feuda'. i ~mo. fue manejada p1ra prom over el gamonalismo
qu,! adoptan un pun to de vist,1 ofici:il, ello se debe a que el ·a utor lo ha escogi do
/.
neo-feudal en la India La historiogr afía se adaptó iambié11 a las relaciones de
por voluntad propia, más que por haber sido condicionado a Jd0ptarlo por lealtad -,.~'
j
roder bajo el Raj y resultó cada vez más engranada al carro del Estado.
o compromiso adminislrati vo. Es cierto que hay algunas ,)bt as históricas que ;[
fue <nacias a esta c1nexión, y a la suina de l¡ilentos desplegada para sus- m uestran abiertamente tal preferencia y no pueden expre~.arse en una voz que
tentar1/ que la h i sto r"cgrafía sobre temas del período colonial tomó _la for:17 a no sea la d e los guard ianes d( l a ley y el orden; son ejemplos de un cliscu·rso
de un discurso altamente codificado. Al funcionar en el marco de una afrr111ac1on ter ciario que r evierte a ese es tado de i dentificació n cruda con el r égimen. tan
multifacética del dominio bri tánico en el subcori tinente, asumió la func ión de carncterístico del discur so prwiario,
r cpresent;";:r el p,c'><1dn -ecien tc de su gen te como "L1ú hra de Inglaterra en la l~dia''.
Pero hay otros lengu;ijes muy d iversos dentro de.este género, que var. desde
." itndo un discnrso d : p(>der por derecho propi, . prcsPntaba cad a 1ino de sus
rl polo liber ill hnsta el de i zqlli('rda. E~te último ti::ne especial import,mcia debid o
rnu; 11entr,s ( ' ()til l ) ll ll '.r!l11tfo. ,.,, decir. 1'<)111') lii S t ( ·,,. Íil llliÍS favombl<' de •~ntrc
a que q L:izás n >~•,utuyu la n1:',s influ -, en te y pr ol fica de '.odas las varíerlades d el
,.: n 11Ll'l k i o ti c ¡:csih 1lid,,tlrs cr,n!licti\·¡¡s p;,1 a el r ••,;:1!1e11 c·11 •~ualquier in:,Lante
d1su1rso 1er,·iano. J:,, cs t<1 c<>r ri entc 'e debemos algunos de los mejor es es tudio:;
r•s¡,ccífico. Dte l'S C mudo. t n su fo r ma m;vlur,1- -co1,1<i e11los Ana/('S cié lfonter-
sol.ne l;1 i 11s11 rgcnci a u 11,ipe:. ina 1nd i;1 y _su ca ucl al es cada vez mayor, <.:0 111 0
-. la ront inuid,,cl figu r ,J, nrno u no de sus :1spr:c tos 11r' r es,1r1os Y Cilrd1n;iles. ,\
cvi den<.:i~ t,int,, d e u1 creci t' nt<.: inte-~s ae1dérnico ¡for el tema, como de la
rl i ferenci;, d,·1 tl iscur:;,, ¡,ri:narlo. 1,0 ¡,u•~de durs;, •~I lujo de ser l!ll esbo w dis-
re levanci1 qut• poseen •os 1110\'imientos subalternos del'pasaclo para compr ender
r·nntinurJ y car•,:nt<º ,¡,, cn 11~" •, 1H:nciil:;. El nu,nteci111iento no ,·o nstituye su
las tensiones co nternporánc,1~ "11 nues tro rincó n del niundo. Esta literaiura se
conleni do único, ¡-,u :3 es el término mtdio e111re u11 p1•incipi o que le sirve d e
dis ti ngue por su esfuerzo de romper c:on el código de contra-insurgencia. Asum P.
c on texto y un fi11al ,¡ur, es a :a vez una perspec ti v,1 vinculada ,1 J¡¡ prr'>xima
el punto de vista del insurge nte y conside ·a, con él. co rn o "bueno" l o que la otra
secuencia. En esta s,::r ie en movimi ento, _,¡ Crnicri Plemen to q ue per manece
parte llama "terri ble". y viceversa. No deja dudas en el lector de que desea que
<: on s tant 'ó! e.; t i frn p r~r io y las polít i cas 1wces~1ria~ p,ira resgu - rdar l o y
triunfen los alzados, y no sus e11em i¡,os_ Aq uí, a difer encia del d iscurso secundario
per petuarlo.
de t ipo liberal-imperialista. t>l reconoc11nient'o de los agravios cpe sufren l os
Al lunci onar como lo hact: dentro de es te código, Hunter , a pesar de 1,, buena campesinos conduce directa111E:rte a apoyar su luc h_a en ¡: os de una reivindicación
\'r, luntad que cleclarc1 solemnrmente en su dedicatoria ("Estas páginas... tienen por las c1rm a$.
poco que de.;ir en r elación a la raza gobernante. Mi asunto es con el p ueblo"),
Pero estos dos ti poi . tan clifer.en tes y contrarios en tre sí en su o r ient ació11
ter mina por escribir la his toria de una lucha popular como un episodio en el cual
ideclógica, tienen muchas otrJ~ cosas en común. Tómes~, por ejemplo, esa notable
el sujeto r eal no es ; 1 pueblo sino, en r ealidad, "la raza gobernante" mstitucio-
í0 ntrib uc ió 11 de la academia radical, Bharater Krisha/J-bidroha O Gorwlorllr'ik
nalizada corno Ro). Com, , cualquier otra narrntiva de este tipo, su relato del hoo/
Somgram 26 de Suprakash Ray y compárese su r e! 1to de la subl evación Santa! de
también estú ·1llí para cel ebrar una continuidad: la del poder británico en la India.
1855 co n el de Hunter_ Como nam,tivas, ambos textos sé hacen eca mutuamente.
La enunciación de causns y reformas no es más que un requerimiento estructur~ I
para este continuum, proporr.ionánclol e r esp"ctivarn ente. contexto y perspecti':"ª·
Arnbos sirven, de 111,.11era admir:thle, para r egistrar el acontecimiento como un 2,) Tomo l l'alrnlJ. 1966,. (.' :ip l J
l 1 1 ,,!., ,,,1. 61
60
,·11111 n·., ....
1 11 /.11111s111,1Vl'fl«. 1fJ()rrd1ill ,1tnbu, ,. , IM;11 11,·11H•. l' <I .,11~ /',·1w1111/ ,\tf1
,..,i('Jl !e, ;:1 clC! 1,uy u11a r1bra posterio r, po~ee todas las ve11L1¡;1s <le 11utrir,,1.• r/ ,• I..J i\"lol in 1·11 Ut1,1r l'r,1tk'ih. ;il n >1,1ps 11 cf,, las
a. /'t·ro 1, •s ;1lza111k11to s, 11r,d\'~ d..! ¡wríodo,
111,·••s1i1;:,cion<'·s rn,ís recientes, como la de Datca, y estar así 111a:; inlonnacl 1d,iciom• s ,1gr.1rí,h I r.1dino11al 1·s c111111,, w1s~·,u,·m ·ia d1•l adv1•11imie 111, 1 dl'I donunio
//1)(,/ es 10111ado
lfllJr.:h<, r:r: Je, quP tiene que decir sobre el inicio o desarroll o di•l
7 Arlc111iis. ;1mi>os l>ril(1nil'<•. (l'M.ill,•y icl vntilir .1 l;i r:1I1 d,·I /11clm/l({ de 1',1lm;1t'II J/{7:¡ rn l,1s
ahu~ivas
-de hecho, directamente citado- de los Anales ... de Hunter~ tic• /\'h,1i11L'S dt· I IJvc[,11
rl·nt;is r·x:ll'l' ion;1d,1s por los lcrr¡¡t,•I 111·11ILS. y la Co1ni:;iún
autores se apoyan en el artículo de Ca/cu/la Reuiew (ld56) po.1ra gr,in parte de acnbuye los clisturh1o s de llli!i, a la t·xplot,H:i ón del c,1111pcsi1 1.1do K1111l1i por p,1rtc
iento
su evidr..ncia. ::'.n consecuencia, hay poco en la descripci611 de c,te acontecim d e prestami stas foráneos c11 los distritos d e Puona y /\h1nt.!clnagM-' •
11
Se podría
tipos de discurso secundar io
específi co que difi era significativamente, entre los S<'guir ai1adiendo muchos otros a<:011tetimie11tos y lex tos il esta lis:a. El
espíritu
y tercia rio. represen tado en el siguiente fragmento de las Resolucw1 1es
n de tocios ellos está bien
r•!fampo co hay mycho que distinguir entre ambos, en ,érminos ele su admiració del Departamenlo Judicial [Judicial Dcpartment Resolutio ns] del 22 de noviembr
e
o
por el coraje de los rebeldes y su aversión por las opéracir)nes de genockli de 183 I, sobre el tema de la sublev,,c ión encabeza da por Titu Mir:
.ispcctos
mnntaclas por las fuerzas de contra-insurgencia. De hecho en ambr>S
recogido de primer?. m;u10
R11y reprc.-du,1 .: in extenso el testimon io de Hunter, !.a na~urnlcza seria de los últirnus distui-!Jios en el distrito de 8¡.raset hace
d e olici¡,les direct.irn ente involucra dos en la camp.:iña, en ~<•nli Jo de que sea un objeto de importancia sobresaliente el que l;i caus<1 que dio lugar
que J():,;
Sa11tals no entendfain de rendirse", mientras que para el efr( ito "no (ue
gucrról... a los mismos sea plename ntr 1111:esligada para que se puedan comprender se
"ix La simpatía expresad a por lo~ enemigos del Naj en el discurso correctam ente los motivos que activaron a los insurgentes y para que
fue ejecución en apropincla~ ;, fin de impedir
io colo- asuman a']uellas medidas qut! se consider
terciario raclic;;,I es plename nte equiparable a la del discuno secundar 1
la recurrencia de des<irden es similares-1 •
una lucha en11nente me11te 1us1a
nialista. Es rná~, el hool f 1e para ambos
ión q1,e derivan ele su coinciden cia en torno a los lilctores que lo pro- en la
apreciac
erciante s Eso' lo resume todo. Conocer la causa de un fenómen o es ya un paso
•✓ocarun. Terraten ientes m~lvados, usureros extor.;ionist; s, com via de controlar lo. Investigar y así compren der la causa de los disturbio s rurales
(u11ciona rios i rrespons able~ y procesos legales la
deshonestos, policííls venales,
Ambo!: ayuda a at.optar las medidas "que se consider en apropiad as a fin de impedir
p;irc:iali z.td,,s: t,,d os li~uran con ,gual prominencic en ambcrs relatos. rcwrrenc 1a de dcs,ir,fen es .wnifon:s·· Con este mismo fin, el ..:nrrcspo nsal ele
l 1i.~1<1r1acl"rcs 11tiliz,,:1 la ~videncia registrada sobre el erna en ti ,.•nsavo de
Ciilwlla "que ellos
Calcutta Reuieir (1851) recomend ó uq;1 ..retribució n merecida ", es decir,
nuevame nte en Hunter para gr¡u par'1- de st~ mform:1< u1 1
Nr·, w11 . ,. Ray s<· .ip11y;1
(l os Snn1al~. R.r;.) dchen st•r !'l'JT,Hln•, v nm1clris en tocias partes...que se les
debe
,-.1,,11
,;ril,r1 · ,.: ..,1d!'11d,111111:1110 Sünt,d y ly c~clavitud ele! contrnt<J v ::obr, la o ¡J1, nliligar a l,1luerz.1, •;i es nen'~a,in. ;, '>11h.er ;, U:1min-i-Koh y al campo tleva~
t,1do
¡,, ,, ¡,,,r!· ,el.• ¡,ri·:.ta1111·aas y lcrr.itcnicntes en connivencia c,11, íunn,J10:u ¡,.,; , ·, ,,1,,, ,•11 Bhangulp ore :v 15e1•rbho11m .• 1 ,,.,, :struir l,1s Jldea~ en ruinas, r, st,1urití los
19
t• ,t1[i1:,n 101; 1· :igmc·11tr,s liberalmente citados de su obra dcsol,1do s p,1r~ el <"Ultivo, ,,hrir caminos y ejecu tar ohr.1:, pú,Jlicas en
;,, r,:. l'illllpos
'-i111 1 ·1r1l1an¡n, los dos csi:ri tores utilizan 1,, causalldüd p;, r;, c/1•,;1 1·11ll,1r gtml'rn/. y h;H:n <"·,lo lrnj, vi~1l,mcia ~ ,:11:,rdi:i.. y que se rlrbe manli 1w r rs t(• ,~si ,,t.Jr¡
o de c1usas ju•·i.::1 ..¡, .1s111 ,,.,¡.,•!
p, <11,·;,~ cnt,~r;11rn•111,, distintas. El enunciad
J
leallarr'~
dr cos;1s hasta que St'iln c-0111plda111, 111, 1p;,dg11¡¡dos y reco1,11u1s1,,-l.1 su
•·11 ,·I re:l,,to d, · 1iun1r-r que en cualquier otra narrativa de tipo ,,1·,·uncl;iru,, t·~
<tv,:ir, una
l.i.t all!:rn,1l1v,1 mfls s11ave, prnpuc~la p< ,r lt unt"r, era. c:011111 h•~mos visto,
t>s te .1s¡w<: tn. ,;11s
1·s 1111:, pc•·ln c:s<:11<:1;d del ~lscurso ele cuntra-insurge r 1.ia En combinacii,n de Ley Marcial para rPprimir u11 o1 r<>beli()n c.:n curso y medidas para
p;ira .-slt'
\md<•.\ JH!lle111·cc11 1 una tradición de historiografía n1lnni.1l1~1a q111:, dar continuid ad a la iniciativa 1n!,:f,•,,1 de t, I modo que (comu h;,bía
sugerido
o, está típicamen .e ejemplili, ·;ida 1:11 ,•:;e e11say1, r;,c:isl,1 de t;ab¡¡jo
'"'"11r.:l'i rn1<:111 0 <·sp,·cííic su c1>1r patriola) ~I campesin,,do inC:,, 0:1I fu er~ ,1bsorbido como íuerz.1
y v,•11 fiª t ivo 11" •11; ,d u "The Sonthat Rebell.on ". Allí el ÍUll(:111n;1r io. 111,vi;1 111,-11
l,: d1/ws
barata en /u agricultu ra y las obras púl,llcas en beneficio de hJs 1111smos
1·1111111 ••t.or. pr·ro la1111llén testarudo, atribuye la sublevación. 1111m lo lwn: l h1111,, 1 1,,:. armas.
nw <if; e ingenieros de cammos y fr:rrocarn/.-s .ontra quienes había illzado
,,¡ fr,iud~ de 111:; hw11as •,alas transncción de los mnha¡on i ", al dC'~¡>oti~ Con tod o, y il µcsM tlt: su v,1r1ílci1,11 ck tono. ambas rec:ctas par;i "hilccr. ..
h11posible
rí lte·ralen ientes ) y a la lne/iclenc la de los so,lwri [autorlda dc., I.
lc,s zo111í11i/o

IJtsmr1 ( ,'r1•cueers·l'c1hn11 (C1.kuIa


27 i',11, ¿,q tS 11!:ic;;~ 1tlid. pp, .\2J ),],5, l,?7, .l28. .'O ,,\non, op.c, 1 , l'P ~.,x ..I1 : rhornlull ºIH 11. pp, \: l~ . 1...) S 0'~1.,. lc.y./Jrngal 1o;Jk pJnci
1t>2J), p. 15; !rpo,, ,.,1,t,r CuttuSJU>n App1Jtn1i•d ,n l,utio 10 J.1qt1,ft' iriro 1hr Causes o/ 11t, 'f(m:s ,:•h,rh
28 lb1<l p. JJ7: lh,n1cr. np rn . pp. ~~7-~'I. ,n 1h~ )'t',1r J,, -~"' th.. J 1>o,m 11ntl Almtf·dn,1 ;cu U: u,,nr ,11ht ll.o"1bay Prrsid(·nry (Lvu\ re., J¡, 7H ), pa.~sim
Z? R,¡ ~p.c <.. rp..116- Jq
• JI OC 5• .?~1. JC. 22 Nov. t 8J 1 (no.9I J f-:11fa,t1i .11h1..100JI.
t N C. Ca~rn di: 1Ul'rc1dc1v:-. J.? A11on . op.c11 , pp. 2oJ ...i.
0
N O.tnqu..:rt,\. Cllll)l.'H1,m1c ~. prcM,lm 1.,1ai;
62 63

la fl' btli(HJ ; 1 tr; 1v{:s <l\'I prCJflr<•s11 de los So11 t¡¡ls" 3 .1; (•,;
rl,•,·tr tnda.~ la:;,. ilu1·i,,11,•s Habiendo iclen tificado ;ti ,·nlonial,·,ino, es decir, al Raj"como sistema y en su
c, 1J, 1nialisrns ;1 l.is qt1c s<: lleg,, por medio de I;\ cxplw,1,·tú11 causal d<: 1111C',; t r·;is totalidad (más que en cualqui,~ra de sus deformaciones locales), ~orno la causa
sulilcvacio111:s c;1111p,:,,inJs, Ílll.!ro tt 111atcri a p ri111il ¡¡;,r;1 una liistorio_gr;1fi., c·,1111- ? principal de l a rebelió n, su 11-rnltado adquiere valores radicalmente diferentes
prrnne tida c11 asi111ilarlas al [)1,stin1, tr¡¡sce11d1!11t,d d,·1 Im perio bri t;\11it'u i en los dos textos. Mientras I lun ter es explícitq en su preferencia por una victoria
en favor del régim en, F.ay l o es igualmente en favor de los rebeldes. En corres-
pondencia con ello, cada cual posee una perspectiva que s ~ destaca en agudo
contraste con l a del otro. La rle Hunter p lantea que la consolidación del dominio
Xll bri tánico con base en una administración reformada, evitará las jacqueries que
estallan por su incapacidad de proteger a los adiuasis [población tribal ce1sada]
En el relato de Ray, la causalidad sirve para engand tar el hoo/ con un Destino de los explotadores nativos, y lo$ transformará en una fuerza de trabajo móvil
de naturaleza algo di~tinta. Pero para llegar a él. este; autor sigue los pa$os d (: y abundante. empleada de rnan,:ra pronta y prov,cho'sa por los terratenlenter.
Hunter, es decir.'contex/{)-{lCOfllecimien!frpe1'pCcliva, alineados e11 un cnnt1nu(l1rt indios y l a "iniciativa inglesa ", Para Ray, el acontecimiento es "el precursor de
histórico. Hay alf unos paralelismos obvios en la man,•r;i en que el a<:<HlleUllll(!ll t< I la gran ret::elíón" de 18!i7 y un eslo.bór esencial enJ;, prolongada-lucha del pueblo
adc. uicre un contexto en ambas obras. Ambas empic7;m con la prch1ston a (tr~tada Indio en general, y de los campesinos y obreros en partic:ular, cont.ra sus opresores
co~ inás brevedad por Ray que por Hunler) y continúan con un repaso del p;1sado tanto extranjeros como Indígenas. El alzamientq a~ma.d o de los Santals, en sus
mfi s r eciente, il µartir de 1790, cuando l a tribu entró por primera vez en cont,i cto palabras, ha mostrado el ca mino al puebl o indio. -"Ese c¡1mmo específico, gracias
,;on el r égimen. !';ira ambos, í:S allí donde reside la (·aus;i de la relleli,,n, si bi.en a la gran rebelión de 1857, se ha desarrollado en la ancha avenida de l a lucha
con una diferencio. Para Hunter, los disturbios se o riginaron en un malestar de l a India por su libertad. Esa avenida se extiende hasta el si glo XX. El cam-
localizado, que afectó a un currpo ele otro mod(, saludable: el fracaso ~e 1° pesinado indio está en marcha poi esa misma ruta"33. .-\justando así el hao/ a la
administración distrilal para obr ar d e acuerdo con el en tonces emergen!( 1de;il , perspectiva de una lucha conti nua de las masas rurales_. el á11t01 se nutre de una
~lrl Raj como el ,·rw-/)({up· del compesinado , que lu pro tegería dr> la tir;1ní,1 de tradición bien establ ccid,1 en la hi storiografía radical; como lo atestigua, por
c, lc men t os malv,idos dentro de l;i propia so. iedad i11<.!igen;1. Par¡¡ r{a}. r, r ¡¡ l;1 ejem pl o, el siguiente fragm e111.o de un·fqllelO que tenía abundantes lect or es en
pres,;ncia mism :1 dc:I poder !Jrit!Jnico en l;t illdia l,1 'I''" im pu!sc', ;1 los S;:¡¡tals ;i círculos políticos de izquic rC:,1 hace casi treinta ,,i10s:
;;ublevar se, 1,<,r<¡ uc sus enemi qos, lo~ t<.:rr:1t<·rticn t, .., v pr<:st:1111 1sl ,,s. d r• i1í:1r1 s 11
;1utori clad y h;,sta su ,~xiste11cia. a las nuev;1 s disp»si, 11Jt1 c~ sobr e I;, J>fl>J1i1:dad CI estruendo de l:1s bi\t:i::,,s co'ncretas de la insurrecc_ión se ha calmado. Pero sus
ele J;1 tierra inlr<,du,; idas pcn el gobi erno n,loni;il y ,il dtsarroll o :1,·•:h•r;,,J,, d,~ ecos han seguido vibr1111d n a través de los años, aumentando fil volumen mientras
u 11,1 f'Cono mía rnonetizacl;1bajo su im pacto. !.a :;ui)l('v,,l·1f,n <·011:,tituyf,, 1:1i1·,cw•·s, más <:ampeslno, se uní.111 a la lucha. El toque de trompeta que llamó a los Santals
il la batalla ... seria esrn( l1¿¡do en o tras p;irles det pais•en tiempos de la Huelga del
un;1 critica 110 si' l• 1 d1~ 1;1 adn1i11istrnl'iún 1,,,:al sir,o <k-1propio n1lo11t:ilhc,1<> I .~
Aiii l ~n 1860, la Sul>lev;:<'lón de Palma y Bogr.i en 1872, el Alzamiento Ca111peslno
m{,s , uliliziJndo l,1 propia cvid("m:ia de H1111tn, l{;iy ;,rriba a co11cl us1011 1••; 11111y Maratha en Poona y Alim(cdna¡!JJ en 1875--6. Finalmente, iba a coníluir en la exigrn<'ia
rlilc r f. ntc'.S, y l t,tst a cu 11trad ic t,,rins: mijsiv.i del cam ieslnadü en 1 ,1:0 el país del fin de 1~ opresión de l<J.~ zam lndars
y presta mistas . .. ¡Gloria ;, los Santals lnrno1 tales que ... mostraron d can ino a la
Est~ cornprol>,,dr, ~ort claridad . por la prnpta ,,st:vernt:i(rn <le llun1,-r, q ut: r_<:~- t,, batalla! La bandera dé la lucha militante desde en onces, há pasado de mano a
ponsabilidad de 1,, miseria extremo de los Sant,1b rc,-a~ en el s<>tcrna 11dmuH,t rat1vo
mano a lo largo y ancho de toda la lnd la 36.
inglf's tomado p ·¡ su totalidad, junto con los zu111111clu" 1terrJ teni1;ntes) y 11,uhu¡nns
¡h'anq ut::r osl. 1-'-n quc lue el sistema ad rni nistrat ivn inglés t!
que c rt-,(1 zom inrlars
y ,nahajuns ,,.11;¡ satbfacer s u pro¡,i,, necesidad dt: t,.plotaciou_Y gr,b1crn<1 Yel T'e El poder de tal pensamiento asim ilativo sobre la historia de la insurgenc:ia
l(Js ayutl6, (.ilrc~ la e 11<lirecta1nentc, al <>fr ecerl<:s st1prolecuon y µatrunalgo· 4, campesina se iluslrá por aCiaclidura en las p alabras finales de un ensayo escrito
por un veter ano del movimiento c~m pesino y publicado por el Pashchirnbanga
Pradeshi/1 Krishak Subha en ví, peras del centena rio de la r ebelión Santa l. Así:
!
33 lhi<l., p. 26:l. _
¡
t ,,!
• N 1-.:.. t.fa.bap. litcralmr.ncc 111.ld:::: y pndte. Té~mino uuliz~do frecucn1emc:1tc pa.ra reprcsentM el ideal de w1a
rdnt:ión pllcmafo•!:l cnlri: los C3111¡>:sinos y l!I gohicmo colonrnl 35 !bid .. p. J l O
J4 R>)'. np.ci1.. t'· 3 IH. 36 L.Na1,ua1a1~ f'rnmtt! flpn.1'Ulj; ~' i r, 1,r,fr:.. u~(a. '"ºº (Bornbay, 195J). pp. 31·2.
'
65
64

rnndenc,a del pasado y reconstruir!<> Si>lrJ entonces se podrá rL'ducir, de manera


L.,s llamas <.Jel lutgr¡ enctn<.Jldo hace cien años por los ,otirlm·, i-""'fl'=si,,,, , ,¡, ¡,,
realmente significativa, la distancia entre esta conciencia y la percepció n que
Insurrección Sanlal se extendierrin .a muchas region es 1·n t1,d;, l;1 f11d 1il. -~•: ¡,,,día
,·er ardiendo esas llamas (:n la rebelión de los cullivaclorcs clt ,11111 ele lltngill,, ,; i..1;11J./ o el h istoriador tiene de ella. como para llegar a una aproximilción cen ana, que
en la sublevación de los r3iyats de Pahna y Bogra (18i2J, t'.I I;, cl~I tamph:1w<11, es lo máximo que se puede ambiciona r. En la situación actual, la brecha es en
r-.'.aratha del Deccan {187~-6). El mismo luego fue 1:ncendi1h UM y r,tra v,,, ~n 1-I verdad tan ancha, que hay mucho más que un nivel inevitable de error en la
~urso de las rebeliones campesinas Moplah en Ma labar. Ese fue~o 1111 .~,, ha literatura existente sobre este punto. Esto se puede demostrar con sólo una
ext inguido todavía, slyue ardiendo en lo~ cor3zo1es de los c·ampes1n r,s·
lndios...37 mirada breve a algunos de los discur sos sobr e la rebelión de 18'.>5.

J<Evidentemente, el propósito -de tal discurso terciario consiste en tr atar de


rescatar la historia de la insurgencia del conti,nuum que condena a cada jacqueru: t1 XIII
a asimilarse .con "la Olíra de Inglaterra en la India", ordenándo la a lo Jarg<J del
eje alternativ o dP. una prolongad a campaña por la libertad y el socialísm,,. No
La religiosida d fue, según todos los relatos, central en el hool. La 11odón de
obstante, como sucede cc,n la historiogra fía colonialista, éste también r esulta
poder que lo inspiró se expresaba en ideas, actos y palabras que eorno tales, eran
ser un acto d e apropiació n que excluye" al r ebelde como sujeto consciente de
de naturaleza explícitamente r eligiosa. No era que el poder fuese un cm.tenido
su historia e incorpora a ésta tan sólo como elemento contingente de otra histr¡ria.
envuelto en una forma exterr.a a él, llamada religión. Fue un asunto de el:tar ambos
cuyo sujeto es también otro. 'Así corno el sujeto real del dis:urso secundari o
inseparablemente condensados, como el significado y su significante (uagarthaviva
no es el rebelde sino el Raj y la bur guesía India, el del discurso terciario del tipo
samprkatu) en el idioma de esa violencia masiva. De ahí la atribución del alza-
Hlstorla-d e-la-L ucha-por~la-Libert ad, es entonces una ab.s1racci6n llamada
miento a un mandamie nto divino, en lugar de a los agravios especiJlco s; la
. ?brero-y-C ampes:no, un idea( en ./ugar de la persor·c- /dad históri, a real del
1
realizaciór de tit0s antes (p.ej., ceremonias propiciato rías para alejar el apocalipsis
insurg<!nte, que lo reemplaza en el tipo.de literatura que acabamos de analizar.
de Lag y Lagini, las Ser pientes Originaria s. distribuci ón de te/-sindur etc.) y
· Decir-esto no es, por supuesto, negar la importancia política de tal aprop!acI6n.
d~rante el alz:imiento (p.e. ador ar a la diosa Durga, baf1arse en el Ganges, etc.);
Dado que cada lucha por el prJder de.las tlases hist6ricam en,e ascenrlent ~5. 1:11
el surgimien to y c:irculadón de mitos en su forma carac terística: el rumor (p.ej.
cualquier época. Involucra ll apuestl\.P9 r 'úna tradición. es t<J1-i:::1e11te 1.:on!.!~·.:..,H,.
sobre el advenimie nto del "ángel ex terminad or' encarnJc k en un búf.ilo, el
que los movimientos revolucionanr,s de la-India reclamen. entr" (ltrns. a la ré~, li,,n 38
narimiento dE' un héroe p·odigiosn de una virgen. etc.) . La evidencia es a la
Sant.il de l 8J5. como part~ de su h~fencia. Pero a pesar de !•; noble ele¡¡; 1;<1usa punto. Las declar aclo11es d e los prota-
vez abundante e inequívoca sobre este
e instrJmen tó de tal apr opiación, ésta.condu ce a la-medlncVin je la conci,,nc:ia seguidores son todas enfáticas y hasta insistentes acerca
gonístas principales y sus
del insurgente por la dél historiado r·, es decir. de una conc:Iei,c:1 del pasac,, por
de este aspecto de su lucha, como debe r esultar obvio incluso en los pocos
otr~ co~ciencia.'condicionacla ·por el presente. La distorsión que emana. ne~<:sarw
fragmentos de las. fuentes que reproducim os en el Apéndice. En suma, en este
e inevitablemente. ele est,: proceso; está en función ·de la brecha exis tente tntre
caso ni siquiera es posible hablar de insurgenc ia, salvo como u na conciencia
el tiemi:o-ac ontecimie nto y el lier 1po-discurso. que ha.:-e que 1:\ re presentac ión
,-. religiosa, lo que equivale a decir, como una demostrac ión masiva de auto-
verbal del pasado sea poco precis~. en ei mejor de los casos. Y dado que el
enajenación (para prestarnos un término marxista r¡ue describe la esencia misma
d iscurso versa, en es ta insta·ncJa específica. sobre 'propiedades de la men te .
de la rellgiosl_dad) que habría inducido a los rebeldes a mirar su proyecto como
-actitudes , creencias, ideas. eIc.-, más-que sobre e:-<ternalldades que· son más
predicado por una voluntad distinta a la suya: "Kanoo y Sedoo Manjee no están
fáciles de Identificar y describir, la tarea de su representa ción se torna aún más 39
peleando. El propio Thacoor (Dios] va a pelear" .
complicad a que de cc>stumbre. ·
¿Qué tan auténticamente ha sido represen tado este fenómeno en el dir,curso
No hay nada ·que la historiografía 'pueda hac~r para eliminar completamente
histórico? En la correspondencia.oficia l de la é¡;oca se lo identificó como un caso
tal distorsión: po~que es inherente a su optiéa. Lo q~e·~¡ puede hacer, sin embargo.
de "fanatismo ", La insurrección duraba ya tres meses y segufa con lue:za cuando
es reconocer la distorsión c~mo parainétrica, es decir como un dato que determina
la forma misma del ejercicio, dejando de fingir que-podría captar plenamente la
• N.'E. Accue y bcnnellcln, d< u<0 riwol.
para algunos ejemplos
38 U!' ~je.mpl().( ,on demzi::ado numeroso.< J>Y'O dwtos en un cn54yo de c-sto cx1ensión.8 pcr> (C•lcuto, l 9SjJ,
b vto<c Mtir• Hnprn"' Kn Réuk Knthn, cap. 79, en A. Mitr? (cd.). Disrrict iialldboob: anku:a,
' 39 Apéndice: Frngmcnto 2.
37 Abdullo Ro.,~I. Str11/tfl Hidmlw1· ll111<1r Aºtrl1i11i_. (~'nli~lo, 1954), p. 24, .
67
66

ntes a lm la:r111,11,,,,: ,1:1(,-n cl" ' y dt:sa1mrcclú. Otro pedazo dt papel cuy(>
sobre la cabé1.a
.I.R. Ward, Comlsionado Especlal y uno de los administradores más importa de .~ét:dtJo ~ luei:t• \·in,,·n•n tlos hombres ... le Insinuaron el sentido
de·la orden d•!I
a sus superior es en Calcula: -"He sublime
en la región de 81rbhum. escribió desespe rado Thakoor. t' iguJlmcnl~ ,bapm:cieron. Pero no s?>io hubo una apariciónsudelpresencl l
o" 9 saber de
sido Incapaz de atribuir la Insurrección de Beerbhoom a algo más que al farw1ism Thakoor: c,1tla dla de f;i s1•11111na por un breve per,odo, él hizo
libro y sobre·las hojas
ta páginas plateada s del
El lenguaje que usó para describir el fenómeno resulta típico de la res•Jues a sus ilpóstoles 'avoritos ... En l,1s
mente
sobresa ltada y culturalmente arrogan te del colonial ismo decimon ónico ante blancas de los 1,ozos sueltos de papel. háblit palabr.as.escritas; posterior ar;
parte éstas fueron <ie~cilrndas por los S011thals letra!;!os, capaces de leer e Interpret
cualquier movimiento radical inspirado en una doctrina no-cristiana por pero su significado ya había sido sullclen\emente e~plicado a los dos lfderes •
43
a la
de una población sometida: "Estos Sonthals han sido inducidos a unirse
se claramen te hasta sus hermano s
rebelión , por una creencia que puede rastrear Con algunos cambios de detalle (inevitab les en un folklore vivo) éste es,
en
un Ser Todopo deroso & inspirad o ha aparecid o como Santa!
eñ13haugulpore, de que verdad, un relato bastante auténtic o e.e las visiones que· los dos líderes
el redentor de su Casta & su ignorancia & superstición fue fácilmente convertida ente
detenido ante nada·· 40, El mismo lenguaje se creyeron haber experimentado. :ius declaraciones, reproducidas parcialm
en un delirio religi<,so que no se ha en el Apéndice (Fragmentos 3 y 4), lo i:onflrma n_. . Entre paréntes is. no se Irata
como
encuentra en el articulo de Calcutta Reuie1,1. En él. se reconoce al Santa! aquí de pronunc iamiento s públicos con fines de Impresi onar a sus seguido res.
oca-
"un hombre eminentemente religioso'' y su rebeli(,n se compara con otras A diferencia de "El Perwannah del Thacoor." (Apénd\ ce: Fragmen to 2) dirigido -.:.:

"el espíritu fanático de la superstic ión religiosa " habría éstas


siones históricas en la; c¡ue a hacer conocer sus opiniones a las autoridades ·antes de la sublevación,
sido "incitado para fortalec er y provocar un conflicto ya listo a estallar. b;isado eran las palabras de cautivos que esperan la ejecución. Dirigidas a interrogadores
te
en otras razones '" • Pero el autor da a esta Identificación un giro significativamen
11
nda
poco compren sivo, atrapad o en hostiles en campamentos militares. habrían tenido poca J.!tllidac1 como propaga
diferente al del citado lnform_e. Allí, un Guardia s de una tribu que, según toda referenc ia, aún no habla
delirio En boca de hombre
la explosión del hoo/, se muestra impresionado por la espontaneidad de "un aprendido a mentir.¡.¡, ellas representaban la verdad y nada más que la verdad
religioso que ... no se detenta ante nada"; En contrast e, el arllculo escrito cuando Lo
a de para quienes las proferían. Pero eso no es lo que.. Ray quisiera atribuirles.
el régimen había recuperado confianza en sf mismo gracias a una campañ que figura como una mera ir:sinu'lc ión en C(l/cutta Review, se eleva al status de
e inc,!ndlo en las zonas de los disturbi os, interpre ta la religiosi dad sobre
persecu sión
para mantene r en alto un so!lstirndo apar0to <.le p!'opaganda en sus comentarlos introductórlos
como un truco propcgandístlco utilizado por los lideres la ~eC'ció11 c-it'ldil ir•!ba. A,[·
que
la mural de los rebeldes. AJ referirse , por ejempl11, n los rumores mesiánicos
duda fueron inventad as para
T1nto Siclu come, Kan•J sabían que el slo:fan (dhwani) que iba a tener más
circulab an, dice: ··r11das estas ridiculec es sin
mantener en alto el cora¡e d~ la numerosa chusrna• i . Nada podría ser más elitista.
4

inconsci ente "c.1usma", despojada df efecto entre los almsodos Santals tenia que ser religioso. Entonces, pa"a
Los insurgentes son 'listt s aquí como una a
sus jefes. i11sp1rar ,1 los Sant~ls a luchar, ellos difundieron el rumor de la directiv
volunta d propia y manipul ada a gusto pN historia in venteda (ka/pita ) por ellos
divina en favor de in1dar tal lucha. Li)
Pero un elitismo <:01110 éste no es sólo un rasgo de la historiografía colonialista. es la siguient e•'.
con-
El discurso terciarío de la variedad radical exhibe el mismo desdén por la
campesi nas. cuando está mediada por la religiosid ad.
ciencia política de las masas
las Hay po<.:o aquí que difiera de lo que un escritc1r colonialista tendría que decir
Para un ejemplo de ello. volvamos al relato de Ray sobre la sublevación. Cit~ sobre el supuesto ntraso del campesinado Santa!, los designios rnan!ptJl
ativos
Review en una versión algo imprecis a
siguientes líneas del articulo de Ca/cuila de sus líderes o los usos de la religión corno un Instrum ento de tal manipulación.
pero todavía clararrente reconocible: Es más, en cada uno de estos puntos Ray lo hace mejor y es, con muchc,, el
más
explícito de los dos autores en atribt.ir, sin evidE·ncla alguna, una grosera mentira
Secdoo Y Kanoo estaban sentados de noch•! en su hogar, revolviendo muchas cosas ... l;i
un pedacito de papel cayó en la cabeza de Secdoo, y súbitame r,te el Thakoor ~dios) y un directo engaño a los jefes rebE !des. La invención es toda suya y tesllmon
apareció ante la mirada asombrada de Secdoo y Kanoo; se parecía a unsostenía hombre
blanco. aunque ve,;tldo al estilo nativo; en cada mano :enfa diez dedos;
un libro blanco, en d que escribió; ellibro y con él 20 pedazos de p2pel... lo presentó
43 lbíd .. pp. 2•l.1•4, Ray. op.c,1., pp. l21 ·2.
Shirwill sobre la -erdad co,no "sagnd1"
44 Es10 •• de >ccr<ación seneraL Vta.«. porejcmplo._lo obscrv,ción adésus
~nfo.,iud,donal. cnue lo, San111$ ··ofrec1cndo en este aspecto un ejemplo brilhmtc mcnlirosos vecinos, los Bengalíes"'.
40 JP, 8 Nov. 1855: Ward t >Govcmmcn1 of Dcng,I (13 de octubrt 1855) «;a1cu10. l854), p. 32.
41 /\non, op.<il., ¡ . 243. Énfa.1• odícionol.
42 lbiJ .• p. 246. Énfo<i• ad,cionol. t G,03rophic al nnd Sw11,11rnt R<purr o/ rh, Dimtc1 Bha~µ/puo r
45 Roy. op.cit .. p. J21. Éi11asis adi<iu111I.
· \
68 Ron~· 69

ti fracaso de un radical ismo superficial en·conceptualizar la mentalidad insurgen t(' mmenre en sus aspectos seculares. Claro que esta actitud no se restrin~e a los
salvo e:n t érminos de u n secularismo incontaminado. lnc,1p,12 ele asumir la au to res mencicinados en este ensayo. 1.a misrra mezcla de niiopía y rechazo
reli giosidad como una modalidad cent'a·I de la conciencia ca111pesi.1a en la lndi;i directo a mirar lo que surge de la evidencia. rnracteriza a la inayor parte de la
colon ial, no se utreve a reconocer s'u capacid2.d ·mediadora para el conce pto litera t\1ra existente sobre el tema.
campesino <ie poder y para todas las conl radicciones que de ello resultan. Por
ende, se ve obligado a racionalizar--las· amb¡'güed~des de la política rebelde,

•·-
atribuyendo una conciencia secul ar a los líderes y una conciencia sobrenatural XIV
a sus segui<lores y haciendo de éstos víCÍimas inocentes en manos de hombres
as!!J,tos munic;los de todos los trucos.de uñ politico indio moderno a la caza de
¿Por qué E·I discurso terciario, hasta en su variedad radical, es tan reticente
votos rurales . .Hasta·dónde puede conducir al historiador un razonamiento de
a comprender el el e.mento religioso de la conciencia rebel de? Porque sigue
este cuño, puede verse con máyor clárldad aún en la proyección de esta tesis
atrapado en el paradigma que inspiró al discurso colonialista, icleológkamente
a su estudio del ulgulan Blrsaite en un · trabajo posterior de Ray, donde
contrario, de los tipos primario y secundnrio. En todos los casos, esto es con-
escribe:
secuencia del rechazo a reconocer en el insurgente al sujeto de su propia historia.
Para propagar esta su doctrina't~lígio~a. Blrsa• adoptó un nuee:n meconisrno Toda vez c;ue una rebelión campesina ha sido asimilada a la trayectoria del Ra/,
(kaushal;\ al igual que lo hi zo s·1du, el líder Sarital, en vísperns de In r ebelión dt! de la Nacién o del Pueblo, se vuelve fácil abdicar de la responsabilidad que tiene
1855. Flirsa sabia que los Kol eran un puebl,i muy atrasado y lleno de superslición el historiador de explorar y describir la conciencia específica de cada rebelión
rcligieosa como consecuencia de la propaganda misionera hindú-hr ahrn,inlca y y contentarse con atribuirle una conciencia trascendental. En términos operativos,
cristiana entre t,llos durante un largo período. Entonces, no eru conve,1lente evitar esto equivale a negar a la masa de r P.belcles una voluntad propia, representándolos
la cuestión de la religión si el pueblo Kol Iba a ser. liberado de las m,1li3nas Influencias
rdlglosas y atr~!do al carliino de la n~belión. Más bien, para superar la mal a como simples instrumentos de otra voluntad. E.; así que la historiografía colo-
Influencia de las religiones hindú y cristiana, iba a Sf.l necesario propagar entre nialista ve a la insurgencia como la articulación de una espontaneidad pura que
ellos su nueva /é en nombre de ese mismo Dios suyo, e intro<lucir nuevas 11or111,1~. enfrenta l?. voluntad del Estado encarnada en el Raj. Si acaso se atribuy,! alguna
Con es/e fin. ltuhía que recurrir si eru predso a la mentira, ,·n los /,¡terese.~ de! c0nciencia a los r ebeldes. sólo se la acredita a un puñado de sus lídere,, o con
pueblo. . 1115.s frecuencia. a ,rlgunos individuos o pcqutcños grupos de la noble1.,1 menor.
Bi:sa r,rr,pag1i el rumor de que él lwbfo recibido esta su nuev,1 r,iligión rle la ch,;dad
Nuevamente, en la historiografía burguesa-nacionalista. lo que se lee t:ll te-dos
principal de los ~fondas. el Sing Bonga en ¡')éfsOl1a'16•
los movimientos. campesinos es una conci,' 11cia de élite en ca!ida(I de fuerza nK triz.
Esto ha llevado ¡1 c0sas tan grotescas como la carnc terización de la Ref>c liór, del
Así, el historiador radical es lleva.do, por la lógica de su prop:.1 incr¡mp rensió11, 4
;\ñi l de 1860 como "el pr imer movimiento de mas;;i~ ncrviolento" s y. en gcneral,
a atribuí · Lina mc11tira ir,ten•:io nada a uno de nuestros más grandés r ebeldes.
a In lectura ele todas las luchas popul;ir,:s en la India r ural durante los primeros
Para él. la ideología de ese po::leroso u/guion [levantamiento] no habría sido nad,.,
cie11 to veinti( inco años de dominio británico, como precursoras espiritual-es del
más q 11e Ln puro.invento. Pero Ray.no está solo en su lectura equivocada de la
co nciencia insurgente. Baskay le hace e~o, casi palabra por p;ilabra, al describir
i Parti do del] Congr eso Nacional Indio.
De maner,1 similar, 1.a especificidad de la concienci a rebelde ha sitl•• eludida
la v isión del líder, Sa11tal sobre el apoyo div,no _ al hool como uwra propnganrJa
dirigida "a inspirar a los Santals a aliarse .!11 r ebelión"~7 • Form ulaciones co1110 también por la historiografía radical. Esto se debe a que está encada por un
éstas se duplican en otros textos def mismo gén~ro, que solucionan el acertijo concepto de las sublevaciones campesi nas como si fueran una serle ele acon-
del pensa'm lentq religioso entré_los Santals, ignorándolo por completo. Un l ector tec!mlento_ s ordenados en linea directa de descendencia -una herencia, ,~orno
que se base en los ensayos alguna.vez influyentes pe l'!atarajan y Rasul como su se la llama a menudo-, donde todos los elementos poseen l a misma genealogía
única fuente de Información sobre la lnsu'rr.ecclón de 1855, arenas sospecharii y se replican entre si pc,r su compromiso con los ideales más elevados de libertad
religiosidad alguna en aquel gran acontecimiento.' _Allí se lo representa exclusi· igualdad y fraternidad. En esta visión ahistórica de la historia de la insurgencia:
todos los momentos de la conciencia se asimil an al momento último y r1ás elevado
ele la serie, en verdad, a una Conciencia Ideal. Una historiografía dedicada a ':
'
• N.E. Lldcr.<k un mo.,,imicnio milcnari:c:ta milit:inl~ de la g.cntt! · 1ribal" de Munda, en Ht:niala.
/)
46 Rny. lllwmta Baiplahik Snm¡,:rw11u ltilw.t. Tomo 1 (Calcuia, 1970}. p. '.l5. Enfásis :ldicion31.
47 Dh1ri.:nt.lr:iu~u~ D.'1.<-kay·sam,wl Cmu,Jw11¡.:!w111.ir _wlu;.r (Ci11.lcu1!'. ,1976). p. 66. ~8 Jogésh Chnnclro O¡¡gal (td.), Pta:rant rt.·l·olutirm iri 8t:ngt1l, (CalcJr t. J 953), p. 5.
70 Ronahil ( d·o lo Prosa de Contro·lnsurgenc,a 71

perseguir tal Cirnciencia (incluso cuancio lo ha :e. l,u11entablernente. en nombre Abreviaturas


del marxismo), se ~alla mal preparada para nrnnt'jar las contradicciones que en
realidad son la materia de que está hecha la historia. Dado que se s:Jpone que BC: l3o,,rd'~ Collections, India Office Recprds (Londres)
este Ideal es de carácter enteramente secular. lo~ que creen en él tienen que JC: Fort William Judicial Consultations en BC
apartar la mirada cuando se ven confrontados con evidencias de religiosidad,
como si esta última no existiera, o bien tienen que exp:icarla como un fráude JP: Judicial Proceedings, West Beugal State Archives.(Calcuta)
inteligente y bien intencionado, perpetrado por unos cuantos lic.'eres iluminados MDS: Maharaja Deby Sinha (Nashipur Raj Estate, 1914)
sobre sus seguidores imbéciles, todo lo cual, por supuesto, se hace en aras de 1
~'fos intereses del pu(:blo". A partir de ahí, el material rico en mitos, ritos, rumores, 1 APÉNDICE
esperanzas en una Edad Dorada y temores de un Fin del Mundo inminente, que
nos habla de la auto-enajenacion del rebelde, se desgasta a través de este discurso ~ FragmerJto J
Yo vine a saquear...Sidoo y Kaloo [Kanhu] se declararon Rajas & [dijeron que]
abstracto y estéril. Poco p.µede hacer para iluminar esa combinacíón ele sec- ellos iban a saquear tof,lo el país y a tomar posesión de él, también dljeron, nadie
tarismo y militancia, que es un rasgo tan importante de nuestra historia rural. nos µuede impedir porque es la orden de.Takoor. Por este motivo ~odos hemos
Queda fuera de su comprensión la ambigüedad de fenómenos tales como los venido con ellos. · · ··
acaecidos durante el movimiento Tebhaga en Dinajpur, donde aparecían cam- Fuente: JP 19 de julio J855: Declaración de Bala! Majh! (J 4 de.julio de 1855) .
pesinos musulmanes viniendo al Kisan Sabha "inscribiendo a veces un martillo
o una hoz en la.banderá de la Liga Musulmana•·, o jóvenes maulavis ''recitando Fragmento 2
versos meloélfosro· del Corap" ea reuniones de aldea, mientras "condenaban el El Thacoor ha bajado a la casa de Seedoo Manjee, KanooManjee, Bhyrub y Chand,
sistemajoledari y la práctica de cobrar intereses elevados"49 . La táp!cia trans- . en Bhugnudihee en Pergunnah Kunjealá; El Thakoor en persona está convers.,nc,io
formación de la"lucha de clases en conflictos comunales• y viceversa, provoca con ellos, él ha bajado del Cielo, él está conversando\:on KanÓo y Seedoo, los
en este di~curso alguna apología bien urdida, cuando no un simple gesto de Sahibs y los Soldado~ blancos van a pelear. Kanoo y Seedoo Manjee no r.stán ·
desconcierto, .:,ero ninguna explicación genuina. Delear:do. El Tha•~ovr mi, mo va a pelear. Entonces Uds: Sahibs y Soldados pelean
Sin embargo, ,·sta historiografía no fracasa únicamente en su comprensii>n contra el Th1c1:r1or mismo. :\.fodn· Ganges va venir rn [ayuda del] Thacoor.. Va
riel elemento religioso en la conciencia reb!!lde. l.a especificidad de una insu- ,t llover 1uc.gu d"'I <:h:io. 5¡ t::stán satisfechos coh el Thacoor, entonces tienen
rrección rural se expresa también en términos de n,uchas otras contradicciones, que i1· .11utn, ladv dtl C,ingt:, . El Thá,:oor ha ordenado a los Sonthals que hay
que son igualmente omit idas. Cegado por la lu111inosidad de una conciencia un
que pagar l a1111a de renta paril un arado de buey. Para arado de búfalo 2 armas.
perfecta e inmaculada, el historiador no ve otr;, cosa que solidaridad en la f·:I r(~ino ele la Verdad ha co,nt.!nzado. Se administrará Justicia verdadera. AJ que
conducta rebelde, por ejemplo, y no consigue ver su Otro, es decir, la traición. no hable la verdad no le será permitido quedarse en la Ti<:m.1. Los Mahajuns
Inflexible en su compromiso con un concepto de insu rgencia como movimiento ilan rnmetido un pecado grande. Los Sahlb~ y el amtah han hecho todo mal, en
generalizado, subestima el poder de los obstáculCJs interpuestos por el localismo <:sic los Sahil>s han pecado mucho . .
y la territorialidad. Convencido de que en una sulilevación rural la movilización Los 4ue cuentan cosas ,11 i\1<l~istra~o y los que lnvestigrn casos para él toman e
fluye exclusivamente de una autoridad glol'l al ele élite, tiende a descartar la 70 u 80 ru pi,1s rnn gran opresiéin, en esto los Sahil>s han pecado. Por este motivo
actuación de muchas otras autoridades que lorman parte de las relaciones el Thacoor me ha ordenado diciendo que el país no es.de los Sahibs...
primordiales de una comunidad rural. Preso de abstracciones vacías, d discurso P.S. Si Uds. Sahibs están de acuerdo, entonces tierienque quedarse .al otro lado
terciario, incluso el de tipo radical, sólo se ha distanciado hasta el momento.de del G,mges. y si no están de acuer·d o no pueden quedarse de aquel lado del río,
la prosa de contra-insurfiencia mediante declaraciones emocionales. Todavía va a llover fuego y todos los Sahibs serán muertos por .la'rnano de Dios en persona
tiene que atravesar un eamino muy largo antes de poder comprobar qi¡e el y si Sahibs pelean con mosquetes él Sonthal no será golpeado por las balas y el
insurgente puede apoyarse en su propia actuación para recuperar su lugar en Thacoor va a dar sus Elefantes y caballos por voluntad propia a.los Sonthals...
la historia. si pelea;1 con los Sonthals dos días serán como un dia' y dos noches como un&
noche. Esta es la orden del Thacoor. ·
49 Sunil Sen. /\¡:ruri,n .<trugglern Ben¡:ul, 1946,Jl , (Nueva Ddhi. 1972 ), p. 49.
• N. de T. Se rcfir:n: a conflic10~ faccionalcs entre "comumcJadcs" rclrrm'--as.. f1nic.t.,;;, cte. (má.s no1ablc1ncnlc cn1re
hindúes. y 1nusulmanes).
t
1
!
Fuente: JP, 1 de octubre de 1855: ''El Perw¡¡nnah del fha!=oor" (fechado 10 Saon '
1262) . - . ·
72 ~- :ihu '.; ,• •,

Fragment~ 3
íbamos
Entonces los Manjees & Purgunnaits se reunieron en mi Terraza & convers
··que Por1te t & Mohech Dut no escuchan nuestrns que¡as & nadie
dura,1te 2 meses,
un Dios descend ió del cielo
se compor ta como n•Jestro Padre & Madre" luego
en forma de una rueda de carretón
a tener
& me dijo
justicia &
"Mata
un
a
Padre
Pontet
&
& el
Madre":
Darogah &
entonces el
los
Rebelión Campesina y NacÍúnalismo Indio: el
s & entonce s vas
Movimiento Campesino en Awadh, 1919--22.
mahajun
s vinieron
Thacoor volvió a los cielo:;; después de esto 2 hombres como Bengalíe
seis dedos medio pedazo de papel :ayó en mi cabeza
a r(li.terraza; cada uno tenla
no p(1dia leer
antes de que viniera el Tha:oor & la ot_ra mitad r.ayó después. Yo
te hd escrito
.pero Chand & Seheree & un Dhome lo leyeron y dijeron "El Thacoor Gyan Pandey
para pelear contra los Mc1hajen s & eritonce s vas a tener justicia'' ...
, último
Fuente: JP, 8 de noviem bre de 185S: "Er.amen de Seédoo Sonthal
Thacoor".
nacional
En enero de 1921 los campesino5 de Awadh irrumpieron en la escena
Fragmento 4 taciones campes inas en los bazares de Fursatga nj
, __ al Sahib Burra en la India. Enofmi? s manifes
En Bysack el Dios descendió en mi casa, yo mandé una perwannah ron en ataques armados de la
que el Thacoor habla venido·a mi 1
casa & estaba conversando y Munshiganj en el distrito de Rae Barell culmina
en Calcuta. .. escribí otros lugares de los distrit~s de Rae ílarell, Falzabad
als· que iban a estar bajo mi cargo policfa el 6 y 7 de enero. En
conmigo & había avisado a to.dos los Sont_ h ese mismo
todas las renta~ al Gobiern o & no tenía que oprimir a nadie y Sultanp ur, la violencia campesina estalló aproxlmadaménte en
& yo tenla que pagar en Fursatga nj), ataques a los terrate-
20 pice momento, con saqueo de bazares (como
& los zamindars & Mahajans estaban cometiendo ·gran opresión ,;acando con la policía. A decir verdad, durante algunas semanas los
·de lo•; s
_onthals & si no se iban, a pelear nientes y batallas
por una & yo iba a colocarlos a distl)ncia en el perímet ro
con ello:.;. · · · terratenientes tuvieron demasiado miedo como para presentarse
tres distritos del sur de Oudh [Awadh]
de sus fincas. 'Ustedes han presenciado en
* los inicios de algo parecido a una revolución", obsprvó Harcou
rt Butler,
actual)
ólo.un dootee & chudder :;,e sentó ~n el suelo Gobernador de UP (Provincias Unidas de Agra y Awadh, el Uttar Pradesh
lshwar •!ra un hombre blanco con s_ 1 campesi n os recibiero n también una amplia
pero dl!spu-~s en marzo de 1921 • Los actos de los
como un Sahib escr ibi0 en este pedazo de papel. Me dio 4 papeles nacional ista, sobre todo después de que Jawahar !al Nehru
t1·nía. S d!!dÓs en cada mano. f\1> lo veí;i en el tlia. . publicidad en la'prensa
· presentó l 6 m~s.. El th.acoor an¡.
ca~a para lfcr fuera involucrado en los acontecimientos del 7 de enero en Munshig
Sólo lo vtía de noche. Entonces los sonthals se reunieron r.n mi se había
al thacoor. Prácticamente por primera vez desde 1857, el campesinado de Awadh
de las élites de la India colonial . El debate cre:ió rápl·
impuesto a ia atención
* <lamente. Los líderes de la principal agrupación política nacionalista,
el [Partido
es y mani-
[En Mahesh purj· la tropa vino & luv!r110s una pélea... de•;p1Jés. viendo
que los del] Congreso, que habían tomado parle en algunas de las reunion
dos veces nas en los meses anterior es, se disponía n ahora a defender
hombres de nuestro lado estaban cayendo , ambos nos dimos la vul'ita festaciones campesi
funcionarios
sobre ellos & u11a vez los echamos:·enton.ces hice pqojáh [acto de adoració n) ... a los campesinps en los tribunales y a impedir mayor violencia. Los
I"""~·
iva "Es obvio
& luego vinieron muy muchas balas & Se !doo & yr,,
ambos estábam os h!!rldos. coloniales se apresuraron en deliberar sobre una legislación prevent
1rnlentos
El tha coor había dicho "va salir agu:1 de los mosquetes ' pero mi iropa
1 cometió desde hace mucho tiempo", dijo '!no de ellos, "que la Ley de Ammd1
por eso lns prudlcclón'¡esJ.d e
. l thocoor no ~e cumplie ron, unos 80
-algún crimen,
eonthals fueron muertos, · ·
* • Traducción de Raquel Outi~rre• y Ali,on Speddina, cortt~ida por Silvia Rivera, del W'lfculo•p.,,,.,,,
R§voh and
S1ud/u /, Wr/tlng, on Soutll ÁJian
lddlan Natlonnlis 11: 'fhe Peu11111 Movemen1 in Awadh, 1g19-22". En: Subaltcm
p,...,,
Todos lo-, ¡.;apeles en blanco cayerorr del cielo & el libro donde todas
las páginas -.
. Histo,v and Sotltty, Ranajll Guho, ed. Ddhi: Oxford Univcrsily 1996
t Col~16n Harcourt 8 utkr, M!$. Eur. F. t t 6 (8,btiocec,i deia India Olfice,
( 1982) .
Landre,), lomo 80: Nota de la entre\'ÍSI~
están en blanco también cayó del ctelo. . de Bu1kr ccn taluqd~rs [v. infr:.J, 6 de marzo de 1921.
.:r: r. :.,'imn r1 ,,f,.. k'!i 0 °f \n '" ·,thn l"
0
11
1
1
R<!b-,',én Compe1ln0 y l-locionoliitr.o Indio 76

2
de Oudh necesita enmlendas" . Los Liberales, nacíonalístas moderados que se
¡ (Encumbered Estates Acl) de 1SiO y otras medidas ul.terlor~s. los·administrador es·
iban alejando del [Partido del] Congreso a medida que éste asumía pus cicmes
más militantes, c:>mpartían sin embargo tanto la posición gubernamental ,orno
l1 coloniales aceptaron incluso ga·rnntizar 1.as propled'ades ·taluqdar insolventes,
asumiendo su administración hasta por veinte años. aunque esto fuera en contra
la de este partido. Junto a los Congresistas del lugar, algunos liberales habían de todos sus principios de e< onomía política.
apoyado las demandas y lo:; esfuerzos iniciales de organización de los colonos. Se hicieron algunos esfuerzos para garantizar los .derechos intermediarios
Después de enero de 1921, fueron los primeros en exigir una legislación pa~a de otros grupos tradicionalmente privilegiados: propleta_rio~ aldeanos, comu-
mej orar sus condiciones de vida. nidades que controlaban varias parcelas de tierra con título pro-indiviso y colonos
Las causas su~yacentes de la protesta campesina que dieron lugar a estas privilegiados de diversa categoría. Esto era en parte necesario debido a la pro-
refuiones, residan en una configuración de relaciones agrarias que habla longada resistencia de muchos de estos propietarios·de r~ngo menor, como los
evolucionado durante un largo periodo. En 1856, Awadh fue lncorporndo al Rajputs Barwar de Amsln Pargana y los sub-propietario~ del feudo del Raja de
4
gobierno británico directo. según se dijo, para salvar a la provincia de los e:·ectos f'lrpur (ambos P.n el dis1:r ito de Falzabad) • .Legalmente y en términos de µoder
del mal gobierno y la anarquía. Desde ese punto de vista, el motín y la r ebelión concreto, estos grupos intermediarios retenfan algo de'su anterior posición en ·
5
el taluqdari, así como también en las áreas no-taluqdari de Awadh . Sin embargo,
civil de 1857-59 -<¡ue fue escenario de algunas de las luchas más feroces y de la~
represalias más severas del siglo-, constituyó un episodio desal0rtunado. A partir la Pax Británica y los ;ub-asentamientos de l0s años 1860 tendían a Ir en cont ra
de entonces, los beneficios de la Pax Británica fluyeron sin obstáculo hacia algunos de los intereses de estas clases inferiores.
crupos. Entre sus principales beneficiarios se contaban cerca a doscientos ochenta Por lo general, quedó estipulado que los sub-propietarios pagaran el arriendo
taluqdars• que, deb"do a su papel en la reciente sublevación, eran ahora consi- al Gobierno, más un 10 a 50% adiciollal. Así, eran ellos los que cargaban con todo
derados "líderes naturales" del pueblo. En ~u mayoría, los 10/uqdars eran rajas el peso de los incrementos en las rentas, mientras los tafoqdars eludlan cualquier
[aristócratas] locales, cabezak de linaje, l uncíonarios y recaudadores de nueva obligación. En los años que siguieron al término ~e la primera ronda de
impuestos••. que se hahían asegurado una posición independiente en el territorio composiciones y sub-composlciones,los sub-propietarios menores perdieron
antes de que éste fuera .inexado por los británicos, y la C<•mpartían con un puñado cada vez más ele sus restantes derechos frente a los taluqdars y, hasta derto punto,
de "meritorios jefes" (N.T. leales a la causa británica) c¡ue se hicieron acrecoores frente a prestamistas y o!ro~ e-..:traños. Muchos grupos de colonos, alguna vez
1 ··i
a las fincas decomisadas ,1 los rebeldes más notorios A esta nlllltitud abigarrada privilegiados . también sufriero11 pérdidas en el proc~.º ~enera de elevación de
Gobierno rnntribuvó directamente a estos acontecimient os. En las
los nuevos gobernantes le confirieron formalmente muchos de los derechos de rentas. El
la f!enlry terrateniente de Gran Bretaña. Ellos se asentaron sobre tres quintas fincas bajo administración guÍ,ernamental de Mehdona. Kapradih y Sehipur en
partes del área cultivadd de Awadh a cambio dE'I pago regular de rentas y el apoyo el distrito de Faizabad, por ejemplo, se realizaron varios arrestos de sub-
en la m.intenciiin <!el orden en el campo. La políti,a británic,1 se dirigía ahora propietarios por no hílber pa;ado hs rentas completas: y
a garantizar a los tuluqdars la riqu eza, rango y seguridad necesarios corno para
cumplir este papel. L,, ami,litud del compromiso británico con los ta/uqdars se donde los colonos pagail,1.1 tasas reducidas sólo por los favores del taluqdar, sin
deri:cho legal alguno basado en un título de propiedad anterior, el Gobierno se
muestra en lo que en Ir s años 1890 escribiera Harcourt l3utler: para fines políticos esloczó enérgicamente par;i elevar los arriendo; hasta el nivel de los que o.igaban
3
"los Taluqdars sor C 1dh" · Conforme a la Ley de Propiedades Endeudadas los ,,grirultores comunes6

/\sí, entre los colonos, los Brahmanes y Thakurs sufrieron una reducción
progresiva tanto en términos de los niveles de renta lavorabh!S, como en el área :•
2 Archivos dd Estodo de Uu,, P. adcsh. Lu<:know (en odcl:inte: AEUP). lkrorum<nto d< Admimstr.ición G<n~r,I
(en odclon1e: OAG). Exp< di,n1r I l/1921. KW: Com,~no. O,v11ión de Lucknow ,1 So,:rcurio Jefe. Up. 14 de enero
de tierra que les era arrendada. Sin embargo, la presión sobre ellos fue leve en -~
··"
de 1921. comparación con la ejercida sobre lo~ Kurmis y Muraos, c'.15tas agrícolas con fama
• N. E. Tenedor de dcrt:ho¡i¡ ~ohrl! una wluqü, o ~ub-chvi.~ión regional qui.' compr~ndí11 vn.rlM nu1h1.1l:t {unu.Joilc1o
1ribu,ari0<) en Awadh. .
...N. de T. En el ori$-in3l ttu~(urmtrs; es decir, incJivitlu'"- no cmplu lo~ dirtctamen1e por el gobiernu. pero que
oblcnfon con11~1os p,:ivad0< p.,ra lo rc~•udoción de impuesto.< en nomhre del E.strulo. permnitndo<d,< cobror la., 4 lbid.. pp 131-3.
,um:i, que '\"'-"•r.m SJCmpt'< q1 e cu!"pher.in con el oorurato. JN.E.J Un, 1n<1nución paro,:,.la (1~ llci1,ción de dtezmo<. S r.J. Mosgr.ove "Landloni• and loro_, of <h< l:uxl: cSl.21< m:,nogemcnl 1111-I sociolcontrol in UP, 1860-1920". Modem
íue el refugio de una clase 1cnatenoente en decadencia•• 10< andes boh,,anos de lo era replublicona. A.11an SIWJieJ 6(3), July 1972.
3 T. R. McrcaJí, l.Gnd, kJnJl,:mif _uml tht! Brili.rh Raj: Nm1hun /.1di1.1 in tht! N111~1ee11tñ Curtu~· (Oelhi 1979) p, 198:
vé.1.,e nmblén Mercnlf tn R. E. J·rykenbcrg (cornp), /Jmd c:out,al ami .wduf ,rtrucwrt i11 huhw1 /iiswn (\,fadi~on 6 Mc1colf en Frykcnberg. op.cil., p. 133-~. véase 10111bién Colltct/on of PaptrsRelaring to the Conditíon of the
1969). p. 147, r,,nanrry 1md the IVar>.ing nftire rrescnt Rc111 Lltw ;,, Oudh, 2 'tom~s (Altahobad 1883). .
·-...":';ti

77
76
ndo con el
/leg11ndo Prat.ipgn rh d,escrihi~ron en su µro¡na jerga esta situacicin ronversa
de eficiente~ . que conforml )ba n una parte considera ble de los i;o·onos, en 1920. l{cfiriéncl ose a la murda farosh1 lwnun (lite-
en la c!é,ada Sub Comisario del distrito
cerca al mlllon de personas en Awadh en los años 1880. En Rat Bareli. el aumento
sólo rnlrnente. 11 ""ley de venta del cadáv~r""). ~s decir. la ley que permitía
que siguió a l0s primeros asentamíentos re~lares er. el distrito. los precios deceso del
to de los arriendos sufrió variacion es inmediat o del arr iendo o, caso c011t rario. la \"enta del terreno al
subierµn gradual.m er te, pero el i·ncremen un nuevo tipo de Mahabra hman (el
arren datario, ellos decían que había sur•gido
entre lo que se dese, ibía como aumento "nominal " y un 30-80%, aunque
en un
7 más bajo de.los Brahmanes por el hecho de que vive exclusiva mente de dores 1
par de casos llegó al I00% - • hubiera j
funerario s). El único objetivo de este personaj e era rezar para que
Con los asentam ientos raluqdari, la mayor parte de los habitante s de Awadh misma manera que el negocian te de granos reza para que haya ·t·
epidemia s -de la
11.5 en 1881 y más de 12 millones en 1921), había perdido l'.onorari os
(algo meuos que millones hambrun as-, de tal modo que pudiera recoger una rica cosecha de
ya en todo caso la totalidad <!e ~us derr.chos, que al principio no estaban de murria faroshi. Este Mahabrah man era el ter rateniente . "Antes que .a:. cenizas
registrad os pero luego fueron excluidos dd registro. La gran mayoría
de agri- 12 ;~
se enfríen en la pira, hay que satisfacer al Mahabra hman" • 'i
cultores se convirtió en colonos precarios Ílftllants-ar-wil/J en
pequeñas fica
Como para aumentar las desgracias de las clases bajas, la presión demográ
propieda des. o en jornalero s sin Uetra. En el distrito de Lucknow a
principio s
la vida aumenta ron continua mente a partir de fines q
sobre la tierra y el costo de
de los ai1os 1~80, só~o 0.5% de la p_o blación agdcola poseía más de 50 bighas de
del siglo XIX, En estas condiciones, un amplio :;ector del campesin ado
de Awadh, ·1
entre 10 ;¡
tierra (una b1gha: :,/8 de acre) . .6% poseía entre 20 y 50 bighas, 11.5% en el
tiempos en que los formado tanto por pequeño s propietarios cumo por colonos, se hundió
a 20 bighas, y 39.5% menos de.5 bigha::. Esto sucedía en más a me,ced de sus
endeudam iento. Con el paso del tiempo, estaban cada vez
rios, a quienes difícilmen te se les podría acusar.de generosid ad en estos y otras
funciona mercantil es, sobre todo el arroz y el trigo. para pagar lntereses
cultivos
~~n~?s• consideraban.,que un agriculto r necesitaba cuando menos 5
bighas para parte de
agrícola de Lucknow deudas, y se incremen tó el área curtt\·aoa dedicada a ellos. La mayor
vrvrr razonabl emente . El restante 27.5% de la población
para su propio consumo de granos inferiore s como
8 la población rural dependfn
fue clasificad o como jornalero s sin tierras . de
9 consiguió el maíz. cebada. jowar y bajra. Com o consecue ncia de la crecientE demanda
• En va~las ocasiones, la re~istencia de los colonos Kurmi y otros no estos granos inferiores y de la reducció n de las áreas dedicada s a su cultivo, sus
áreas específíca s. Tampoc.o la legislació n,
r~as que oesacelerar estof procesos en prer:ios atrmenta ron aún más rápid;une nte que los del trigo y el arroz
durante
a ur.a módica a los desproteg idos co lonos y algo
d1rig1 da proporclo _na'. );eguri.dad
de detener
las primer as décadas del siglo XX,,_
~:ste es un indice un tanto iaradójic o de la
de con trol sr,bre e1 nrvel ele aumento de los arrie•!dos , fue capaz dislocaci{,n social suhyacente ah suhli•v)ti ón del campesinado rll Awadlt
después
general. Los te'rratenie ntes tenían dem11si,H los
sl¡¡nilica t1varni'!rit c ,_¡ deterioro
Raj fl rrtániC<I, como para de la Primera Guerra Mundinl.
nses en la rn,tn;.;a, l;i mayoria de eflus rei;.ilo del propio
an Enero ele 1921 fue el punto culmiaar ilt de un movimie nto que hal,ia avanzado
\·ersP aft. ciados seri;imen te por·estas amenazas de papel Ellos rec,wdab
ton muchísim a rnpidez a partir de su inicio apr oximadamente a ft res
de 1919.
ron un sistt~ ma de impuesto s
,1rrie1_1 d.O$ m~s :ittr,s que lo permitido, i.nstituye te Kisan Sablins. o a:;o,:iacio nes
pri•ua rinzrano par¡¡ En Pratapgarh se habían or ganiznnrlc , localmen
no-o frc111lcs dond1: el arrendat ario pagaba una elevada O de c:.e mismo
campesinas. a partir de los primer os meses de 1920. A rnediauos
por com-
Ingresar o reingresa r a una parcela,:,, con frecuencia ignoraba n la ley un hombre
el poder 1aluqdar era ,uio encontraron un notable líder y coordina dor en Baba Ramchandra.
pleto'.º E~ la dé_cada de 1870: C.W..McMinn señaló que había sido peón engancha do en
. de M,1harashtra de antecedentes inc:i1::rtos que
e incluso: ~n a1$un~s aspe'ctos, "más absolulú" que antes. aunque s
toda\~a grande sadhu Oimosne ro religioso ) que anduvo propagan do las Escritura
más Fiji y luego
ahora (estando constren rdo a canales más estrecho s) utiliznba ""r ecursos la tarea de
1 " 11 L . en exprimir sus hindúes en Jaunpur, Si.:ltan pur y Pratapga rh. antes de dedicar:. e a
mez~u nos , ?S la/uqdars concentra ban ahora sus esfuerzos
organiz.ar Klsan Sabhas. Encabezados por Ramchandra, los rniembr•)S
ele la Kisan
terrenos
propiedades .para extraer· Ingresos, sin preocupa rse por mejorar sus entonces
nos de Sabha de Pratapgarh buscaron el ap1yo de lo-.; nacionalis tas urbano; Fue
o por proteger a los colonos y dependie ntes antiguos . Los campesi ió'" ni ·amper inado indio y encontró el campo
que Jawaharlal Nehru "descubr
14 cuando
'"encendid o d~ entusiasmo y lleno de u1Ft rara excitación " ; y fue entonc,1s
7 lb1d.. ll>mo 1. p. 1.l<
8 lbid. 1omc, 2. p.JIXJ.
"I' H-8· < ( 0 1; . ¡ / /
rt'¡11ir1 uf tire ltll,;/r,1/1<11/ Dls1rlC1, '(All01ab.ld 1878), ., tfü:tu·hance1i , n Pntnpgarh'
9 F. W. l'o~cr, F/,,,./ 1·,•11/,•,11,•111 • , ,l , • p:i rwawrn ll AF.UP. f>t'r,,nr1:ut1tn1n llfl J(c:n1a ( A). Etpcdh.'ntc 75~ c.11! 19~0: 'Rt!pon t'n a¿.'rarian
Nthru: uhhlR'"f'h.,'t lonu, 111.ondrcJJ 1~7S)p.4ó. rur V, N. Mehta. Sub Com1u110, Pratap¡uh (en adclamt. Informe. Mchta). p.4.
c'8.X,f4¡i,~J Prt,k,n , 11
1 111v..-,t,., """'"u1111011. /9Ut•11, L''dhi I ne) cap.2.

+
Pru ... (NUC'Ya
~it~Y·. ni, ir.t1 ~~nk ,, 1/ • c,1#1¡1,.¡.1i"111 11,1a,
11 1 111 926-1914 • " "'•(• IJ ~l. H. Slddiqf. I\Nfflflrlll m,rist ,,, ,.,,,,,,., lrit/JcJ: ,,,,. U,m~d ,,,t'f'~,

l.& J. NchrtJ. Au 11tttr,/1i,•gn1ph ,· (Londrl'~ 19)6. r~,tn,r,.:io 10.S?) pp. $7, ~ 1


11 Cit~do en Mtlc.alf. Ltuu/, lw1t/Jnrd:r m,,j 111t l 'CI}, p, 175. 1
78 Gyc:-- · ::· ·.:'i•.
Rebelión ·.:c"11~esino y Nodonalt5,1 :,.."' frl<,;:' 79

los trabajadores r-.isan .S,,bha del [Part ido del) C·,11grcso, q ue se habían .:!~forzado .isuci,tci(lllt'$ Eb rt'c ih iero11 ayuda de algunos Congresistas y Khilafatistas de
por extender sus lazos en las aldeas de UP desde 1918, empezaron a trabajar en
;\1alihabncl. en el distr ito ele Lucknow. Sin embargo, rápidamente dejaron atrá,
asociaci ón con los organizadores de est,.s Sabhas locales independientes, sobre y
es tos inicios. se extendieron ampliamente :; e volvieron m uy militan tes. El
todo en Awadh. movimiento t uvo mayor fuerza en ciertos distritos del norte de Awadh, en los
Con anterior.dad a la participación de los nacionalistas urbanos, el movimiento cuales cu ndía el azote de la renta en grano y las r~ntas· dis~razadas. Las.aso-
Kisan Sabha de /\wadh ya había logrado una fuerza considerable. Sólo en el distri to ciaciones campesinas exigínn la conmutación d~ rentas a efe.c tlvo y se resistían
de Pratapgarh se inlonnó que estaban en funcionamiento 585 panchayats (comités a pagar un ce ntavo rnás sobre bs arriendos regfs'tr~dós. Al mis_m o tiempo, hadan
de arbitraje aldeano establ~idos por los campesinos). Durante el mes o dos llamados por la no-cooperación al ·régimen colonial. Poco tíemp? después, los
en-que Rure -la aldea donde se formó la primera Kisan Sabha en Pratapgarh- fue observadores colonialistas se quej?.ron del hecho de que el Código Penal Indio
centro del movlmlrnto, se decía que 100.000 campesinos se habían registrado v el Código de Procedimiento Criminal no tuvier an "disposi ciones para toda una
en la organización. Estos tempranos esfuerzos organizativos habían r ecibido ~egión del agro. que está en pie de batalla contra la ley y.el orden" 18• Aún así, los
un indirecto estímulo por la actitud comprer,siva del Sub Comisario de Pratapgarh. líderes del [Part ido del ] Congreso deriicaron poc~ atención a los protagonistas
V. N. Mehta, quien pidió a Ramchandra y otros Hderes que le remitieran las quejas de Eka. y en su momrnto, esta nueva fase del movimiento fue reprimida eón el
campesinas a fin de examinarlas, e instruyó investigaciones referidas a los alegatos uso de ¿onsider able fuerza M mada policial y militar.
más tangibles 15• Ahora, con el creciente apoyo nacionalista urbanc , el movimiento ·
Ningún otro resultado par ec!a haber sido posible, en vista de las posiciones
avanzaba todavía m,is rápidamente hasta englobar extensas r egiones de los
adopt1das, a comienzo.; de 1921, por las diversas fu~rzas contendientes en UP.
distritos de Pratapg.1rh, Rae Bareli, Sul tanpur y Faizabad, y establecía importantes
En las páginas que siguen examinaremos estas posiciones con algún detenimiento,
posiciones en otros lugares. \ Su fuerza pl.iede juzgarse por el número de cam- por lo que nos revelan ac.erca de laa diversas lnterpretaciónes sobre la naturaleza
pesinos que, según se decía, pa,rticiparon en manifestadones d e muy diverso tipo: de la lucha política en la India coloni.al y sobre el papel-del campesinado en dicha
40 a 50.000 para exigir la liberación de Ramchandrn de la cárcel de Pratapgarh lucha. Lns líder es nacion:11ístas urbanos y los.funcionarios británicos nos h an
en septiembre de 1920, 80 a 100.000 para el primer Congreso Kis;in Svbhn <le Awadh
dejado tc,xtus más o menús ctet;¡llados sobre ei 1novimier,to earnpesmo de Aw.:ldh:
realizado en Ayodhya (distrito de FaizalJJfl) e11 .lie1enibre de 1920"'. Este tipo persJ)('ctiv,1s r!i',·,~rge11tes qu 0 revelan, según creeinos. su~ preocup¡iciom:.:- b:1sicas
de cúlculo~· sobre el número de par ticipan/es en •·~l as reu 11io11es 1nasi1·,is s,,11.
1· c·I alcanr •· d<:: Hl wt111,rc1:si,')n de las cont radiccjones y posibilidades e,,:istentcs
por supuesto. rnuy poco confiables. Pe·o incluso ,;í rebajamos es ta,· ci/ras a la
~n la sil u;¡i;1ú11. l>or ,;upuestr.,. hay variaciones suti l~s-y otr as no tan suti les. entre
m itad o b tercera parte, como lo hacían los l undo11:1r ios coloniales de l,1época.
t•I lcnguajC'. dig.11110s. ele G:1nclhi y el de Nehru, o entre la apreciación de los
r esul tan indica tivai, del ascenso el!:! un movimiento el,~ proporriom~s 111a.;ivas.
Libcralr,s y la de los júvenc~ Congresistas no-cooperacionistas d e 1920-2-:r Del•
Las cosas llegaron a u11 punto crítico en enero de 1921. y µoco ti empo cJesµués mismo modo. del l:1do dr•I Gobiern o , existe una diferencia abismal en tre la
el movimiento campesino de Awa<lh. ya desprovisto del apoyo de su~ ,iliad,,$ r espuestü dt! al¡;uien como t>I Sub Comisionado de Prata:pgarh, V. N. i\leh ta, y la
urbanos de antaño, fue reprimido en un resuelto ataq ue por parte del Gobierno. ele H.R.C Hailev. 5u Corn isio nad!J y jefe inmediato en; la División de Faizabad, o
Pese a todo, el movi 1lienlo no logró ser aplastado y pocos meses después resurgió la de H,,rcourt Butler, Teniente Gob~rnador y postei iprmente (después de 1920),
en el norte de Awadh bajo la forma modifioda de un movimiento Eka (de unidad). Gobernador de UP: el primero llevó a catio un extens_p. recorrido po r su distri_to,
Consideramos que este ultimo es una con tinuaci()n de la fase an teri or riel entrevistó a 1700 tes tigos y 1·t!copiló una· gran canti dad de material, sobre cuya
movimiento, el KísJn Sabha, pnrque en su creadón estuvieron involucrados.los base ef::iboró en 1920 un "Informe sobre los Disturbios Agrarios en Pqitapgar h ",
mismos tipos de fuerzas, y existió el mismo ti po ele relac ión ambigua e11tre el
de 111 páginas: el segundo describió dicho infonne·.com c ''parcializado", ''uni-
[Partido del] Congreso y los r ebeldes campesinos 17• En sus etapc1s iniciales, las lateral", que pinta los agravios campesinos en
trazos "espeluinantes": y el tercero,
sencillamente lo descartó por ser. "largo y tosco" 19. . · · , .

IS Colección 2 B:iba R:mx-h;Jndr,1 (Musco N.1cional y Oibliotlca Nehru. #'\u~, ;1 Oi:lhi; cu a<lélauct· M:--:ON Ac..'l '.t'-:o,
6 10: RC XI 'Autobiogrophicol nmebook' p.13; Cok món I Rnmchandr, (~INIJN)Acc. No. 163: 'no1i de S de agu<:10
194(?) }' cana incomple<a de 19J9. pp.5-6. Sobre si papel <le Mcht>. V<>'< 1>1nbién lnfon,1< ~tchi,, r .J.
16 Siddiqi, op.cit. pp.1 46-7.
17 Como dijo el oficio! específicarncm~ dc!cg:ido por el Gobierno de UP. T~nien1e Cornnd J_ C. F:rn1horp~. "E.I 18 Rtc<lfl< del f neliihmo>1 ¡f,k u1a), 2~ de f<brero<l< 1922 en GOi. Dep¡rtamemo del lnlcrior. Ram:i l'uliciaca,
movimiento Eka. que comenzó h::icio finr.::!i tk 19~ 1. es ~muresurrección cld 1rto\'lm1i:ncu Ki!;aJl SAbl1~ · Unil<'d r rowñces E~rt·dicmc ,%2 <le"'1<>22 {An:hi~·o N3:ioual de India. Nu~va Dt!lhi).' .
Gat.elle, 13 de mayOdl! 1922, parw V'11 (en atldante, Informe F:mthorpt.:), í).173. 19 lk p,1na111e•nto de Rema L'f' JA ) E· p,•<1,enic 753 de 1920; Haile)' • K<ane. 2b de novie,nbrc de 1~20. ) la 'Nota'
de Butlcr del 17 de ttiut.'mbrr Lit 192U.
éO ,. 81

Es in1por::• · L!' tnmar r.ota de estas variaciones parn rea 'iz,: '.. 1111;1 n·,·n11str •:rT1c'111 En prl111er lu¡pr. la i11ves1ig,wii',11 1¡;¡ clrmns trado que much.is de las insu-
~dec11;id;i el: .:1 historia del período. En términos ~enera!·, son disn.-r:>1bles rren;iones campr.s111.'.ls m;'is impor1;1111es fu eron en gran medida autónomas, y
c"r,s posi<.for: ,. la una oficial. otra del [Partido del) Cr,•,,!n's11. r(• ;pr,,_:,, al que la inten·en<:iún de líderes extrrnos" fue un lenómeno marginal :1 muchas
rnovim1ento c;:,mpesino de ·..~wadh por estos anos. S,: put:d,· 1;i111bién distinguir veces tardío. Sin embargo. p~se ¿¡ haberse reconocido que los campesinos
la posici6n general de los terratenientes, pese a que en es:a épor.;a éstos eran, ejercieron en ocasiones una iniciativa independiente, se tendió a ver sus acciones
en Awadh. simples títeres de sus amos coloniales, a tal punto que no han de¡aclu como no-µoliticas· o, en el mejor de los casos, como "pre-políticas". Más
una cleclaración propia de alguna signilicación. En cuar o a los campesinos que recientemente, algunos estudiosos han admitido que en realidad estas acciones
provocaron este debate. nadie se mole~tó en registrar su discurso. Se ha clcs- fueron (a v~ces) políticas, en la medida en que lanzaron un desafío a la estructura
l ú6lertc!'una pequefla colección de papeles, notas y diarios escritos por Baba
establecida de autoridad y buscaron la creación de centros alternati·,os de poder.
l<amch;i·1dra. ~-rincipalmente entre fines de la década de l93íl y la de 1940. ,,. ésta Pero la anterior visión persiste y no hay duda que sigue siendo dominante en las
e.,. en alquno.: sentidos, rr.uy valiosa. Pero los ca11Jpesinos no nos han legado universidades y entre muchos interesados en la historia reciente del subconti-
!<?stírno11 1<>:ik 1nn en el que hubii::ran esbozado los lmpulsr,~ que les mo•::an o nente, hallando expresión, por ejemp!o. en la ecuación corriente que se hace
ju;ti 'ic;1dn 1:.s .::..:dones que realizaron entre 1919-22 ni siquitr,1 una clecb--.ciú11 del movimiento del Congr,:so como movimiento "político" y :le las luchas de
elabor.1da p(,r ~ilmd1andra. Probablemente la yisión carnpesi n,1 de la lucha nunc11 obreros y campesinos como movimiento "social". Incluso allí donde el contenido
sea recuperad::. y todo lo que se diga sob.te ella en esta etapa será obligadamente político de e·stas luchas ha sido en ;¡lguna medida reconocido, parece haber
tcntativ,,. Aún así, parece importante intentar reconstruirla aunque sea en fornrn surgido un ar'gum~nto nuevo. En lo que se podría llamar la última resistencia
fragmentaria. a p3rtir d? las declaraciones aisladas de campesinos que sP de la historiografía nacionalista tradicional. ahora se sugiere que estas luchas
encuen :ran en los documentos: , _de la ·única otra ev1dencj¡i que tenem,)s: el sectoriales de campesinos, obreros y otras clases laboriosas y explotadas, no
mensaje que c,,ntienen sus acciones. En ausencia de ello, el registro histórico seguían el paso a la necesidad central de la "nadón" en esa etapa de su historia:
21
q,1ed;iría larncntabl~mente incompleto: Pero el ejercicio es también· relev2nte la de hacer avanzar el movimiento antimperialista .
p·,r 11lr<1 moti\·0. No es posible desafiar a plenitud la validez de algunas de estas proposiciones
r,,, rnuch :itmpn los histnriádores ele la India han debatidu 11crr,:a <le , .-,mo mientras no se realir.;e una investig;idón más a fondo de la historia rroderna de
....·¡¡,,1·t, ·:, i:a'. ;;i 1n•11·1fi7.;i,•i•~:1 de rn·i1s11s e11 ~¡ cur.50 de la luc;.. , poi l:1 !ih, • ·:•·i.-,11 l,1India. sobre t0dn e11 r.l camp<, di? los movimientos de masas y la conciencia
•I ·I d.,rni11ito · , .;;i:;!. i·::i lo, t:·•~:to~ n¡;h tem¡)ritllÓS, l.,$ int•:r:·,- •I,':, 11.1<·ion.,::,t.1~. popular. No ob~tanle, se sabe~•¡¡ bast,Jrite sot,rc luchas específicas, como la ele
1: 111, , ,·.,mr, , ,:nln11::1/isla~. se incli111lrnn a tratar ,1 IJs · :-r;,,,;is" (¡m,clnminan- los campesi nos en Awa dh ent•e I Yl!l-22, como para poner en duda ciertos
t, 111r·nlr· ,·a;·: ·.sin,,~. tn t-st:1 sociedad ¡¡gra-ria) como c,,<c; •·i.tlml·nte li• ··rr.:s. presupuestos de larga data. refemit'S ,, lo qU< se ha dado en llamar 1.i relación
1 '1i;111r!o la in, :.: n :<.:dé,n ramp('sina tuv,i lugar y se·expnnclir', l:1 11I;m ., de il(,é<«·1.-,11
entre las luchas populnres y el movimiento nacionafindio .o El objetivo que he
a1 ,t i-i111p<\ri,; 1:,; ,; , •11 k , po,;1ri111erí~s del dorni11io bri1{1ni,:r., ,.,. 1:1 l11dia. i;~;; rPl1J- c1elimitado para e., t~ ensayo es el d<· (•Kamlnar estos presupuestos a la luz de lo
11i.ilist;1s 1:-i in¡ ·rprr taron <.:!i!llo eviclenr.;i,. ele la manip11lü<:ir',,1 de "agitaclori•,; de que ya sabemos sobre el movin· iento campesino de Awadh, a partir tanto de
;,1111•1 , ·_ 111icn:•;1s c¡m· parn los r'lacionalist,1s era evidencia dt· i.1int<•rvencifm <lt> fuentes secundarias co.nn primarias. Vny a analizar en principio las muy variadas
lidt•(l'S popul:,res urhanns. La hist<Íriogralía cofoniaiisla (y n,·1:-c.olr,11ialisi:1) llfl respuestils contempnráneas a los acontecimient os políticos de 1919-22 en esa
·" · 11:1 ;dc:j;1r'o 1::ur..ho de esta posición temprana, nunc¡ue lil teoría de 1,, J)ro\·r,c¡icii°,n región, para luego considerar si lo$ historiadores que interpretan la rebelión
lI111 •111·l111H1I d~· dfst11rh:r,~ entre gen:e l¡¡norunte e i'nclllerente se lln v.uelto superfluíl campesina n_ o han adoptado con demasiada rapidez el punto de vista de los
, ., HI r·I dc•;c:ubrlrnknto d 1 • "f,1t•cione:::; con sus miembro~ slempni listos. por cientos
participantes más Ilustrados y visible~ en la lucha anti-colonial en la India de los
si 110 por miles, o indr •so decenas ele miles,.a lev.-ntarse tras los "lideres fac- siglos XIX y XX.
nr,nales",en la luc:ha de estos últimos rior el prestigio y los rfrlitos rle los cargos
p11líticos· • í'or otro lacio, los historiador.es liberal-nacionalistas y marxistas se
11

h:111l:inzarlo n hacer nucvns·y si11n1i1.cnt1v11s •ofimrnclones ·en rd,1cl611 n la polilica


¡t
21 Vl,se nlpan Chondr,, {'.oriu,wlism m,d C11bmi.,/¡¡m ,,. Modem India (Nueva Delhi 1979) par:, la posicídn de
rh: prnt1;1Hli1 11wsiv;1c11111 Indio. ·· • .. · · que O•ndlu y el (Panido dcll Congreso po<t Prirnc,. Ciuerra Mundial 'Impulsaban (a las m11as) a la oct,vidad polfiica',
y poro la dr"inción on1eri0< en1re lucha ·políuc,· y '«ll'ial'. pp. l 27. 165, 183 y puslm. Hay un .:icno eco de CSII
d:.;iinción °polí1ico-soci:i.J' 1,mbttn"" Sumi1 S11tkor. Tht S1<ad,sh/ mo-,m,nt in B,nial, 1903-190/J (Nueva Oclhi
1973), p.5 IS; y d i, se c,preu con rrecuonci,en seminarios acadimr«JS en la ln<lia y otras panes. Lo posición de
¡
A
que una lucha campesina ero c>1err.por:ln,o, odivlsion,.,.,, S< e,preso con más claridad en Siddiqi, op.ci<.. pp.217,
219. Tnmbitn •• refleja en Di pon Chandra, op.ci1. p 347. ¡
82 P.ébelion Cornpesir:, y Naéionalisrno ·ln•:h-:, 83

1i . Debemos introducir la rueca de .hilar en todos l9s hogares y todas las


personas -hombres y mujeres- deben.dedicar su_tiempo libre a hilar. S'!
La respuesta del [Partido del] Congreso debe enseñar y estimular a los muchachos y muchachas a hilar al menos
cuatro horas diarias. · · ·
En febrero de 1921, cuando visító Uttar Pradesh, Gandhi emitió las siguientes 18. Debemos evitar el uso de toda tela extranjera y usar la te!~ que los tejedore~:
Instrucciones para los campesinos de la provincía: hacen con el hilo hilado por nosotros mismos. .·
19. No debemos recurrir a los tribunales, pero si debelllOS arreglar toda ct'lsputa .
El éxito del swarajy la solución de nuestras reivindicaciones no será posible mediante el arbitraje particular. . ·
.r,:menos que las siguientes reglas sean estrictamente observadas. Lo que más debemos recordar es que debemos controlar la rabia, nunca ser
1. No podemo.; lastimar a nadie. No podemos usar nuestros palos en contra violentos e incluso aguantar la violencia que._nos .Inlligen22. - ·
de nadie. No podemos usar un lenguaje abusívo n¡ imponer cualquíer otra
presión indebida. Estas lnstrncciones, dirigidas especialmente a los campesinos de Awadh, que
2. No podemos saquear tíend::s. . hace tan poco habían sido responsables por actos de violencia, puede11 inter-
3. Debemos lnflufr sobre nuestros oponentes a través de la gentileza. no a .. pretarse como el pronunciamiento final del fP~ti~o :del] Congreso sobre e·1
· través de J;i. fuerza física ni cortando :;u suministro de agua ni los ·servicios movimiento campesino en dicha región. Con seguridad,.las Instrucciones fueron
del barbero y el lavandero. emitidas después de un intensa meditaclón y búsqueda Interior por parte de
4. No podemos retener los Impuestos del Gobierno ni los arriendo •; del Gandhl, y de un prolongado período de prueba y error [trial-and-error} por parte
tE:rratenlente. . de los líderes del [Partido del] Congreso como totalidad, En las lilas del Congre$O
.S. Si hubieran algunas quejas contra los zemindars deberán ser comunicadas y de otros partidos nacionaHsta.~ hubo quienes estuvieron a fav.or de una pro-
al pandit Motila! Nehru y ~eberán seguirse sus c:onsejos. :ongación de la lucha campesina. Pero, eri el pensamiento de los más Importantes
6. Se deberá tener en mente que queremos convertír a lus zemindars e~ líderes provinciales y nacion~les del [Pa.rtido del) Congreso; los meses de enero
¡¡,¡nigos. 11 íebrero de l92 1 seiial.aron un punto de conversión lrriportante.
7. Actual:nente no estamos ejerciendo la desobec1iencia civil ; entonces, . Los números 1-3, 9 y quiz(1s 8, ac'emás de la oración f!~al de las Instrucciones,
debemos cull"plir con todas las órdenes del Gobierno. ~eíteran la honda preocupación gandh!ana por mantener. la no-violencia en toda
8. No podemos detener trenes ni entrar en ellos n la fuerza y sin pagar circu11st,1ncia. Es notable. sin en,bargo,·que las prohibiciones que contienen 110
pasajes. fluyen simpleniente de una aversión a toda forma de ~olencia física; también
9. En caso de que sea arrestado cualquiera de nuestros líderes, no podernos emanan de un conocimiento exacto de las acciones que los éampesinos de Awadh
impedir su arreste, ni provocar distur\)io i guno. No vamos a perder nuestra realizaron en los meses precedentes, a medida que se desarrollaba el movimiento
causa porque el ::;obierno arreste a nui.:stros líderes; pero ciertami;nte
vamos a perder!,, si nos enloquecemos y cometemos hechos d e Kisan Sabha.
violencia. Las !nsrrucciones 1y 2 evidentemente intentan contrarrestar el tipo de activismo
JO. Debemos abolir las bebidas lntoxicantes, drogas y otros malos hábitos. campesino que había estallado en Rae Bareli a principjos·de enero de 1921 y uno5
días después en Faízabad, Sultanapur y otros lugares. !:.os c.1mpesinos habían
¡J. Debemos tratar a todas las mujeres como madres y hermanas: respetarlas
y protegerlas. asaltado y saqueado tanto a los bazares como a los :aJm¡,cenes de granos
comunales. Habían destrozado y quem_ado bienes: paja del terra_teniente, cultivos
12. Debemos pnmover la unidad entre hindúes y musulmanes.
en los campos del terrateniente, gran cantidad de ropa, joyas, etc. La Instrucción
13. De Igual modo entre hindúes no debemos considerar a na~ie como inferior
o intocable. Deberá existir un esphi tu de igu,Jdad y fraternidad entre todos. 2 se relaciona con esto. Es probable que la lnstmc-:ión IS se refiera a lo mismo,
Debemos mirar a todos los habitantes de la India como hermanos Y porque la destrucción no se difererrcla "dél robo, a los ~jos de los propietarios
hermanas. y de sus aiJogados. ·
14. No podemos permitir los juegos de azar.
15. No podemos robar.
16. No podemos decir mentiras bajo ninguna circunstancia. Debemos ser
honestos ell todc-s nuestros tratos. t
1
22 Cl!l/ectetl worb of Mahamw Gu11dhi, lomo 19, (All•h•bad, 1966), p_p.4 1'9-20,'
•,¡'•-· ,,· 1 •• · , ; 1•1:'1,.n 1;. ,r.;.. . .. ,

: . :· --:· ;-;-
enorme s se reúnen en
B.11>,1 RamllÍ andra en febrero de 19'. l. ",1glomeracio nes
1
s de los campe sinos
L~ . ·:sin. :·c1,;,n 9 habla en contra ·de ic,s repetid os Intento a los testigo s o resc.i• ar al
arresta dos. En más de una ocasió n el edifici o clr f;i Cor te u1n lines ele atr11H>nzc1r
::irJr l1Jcrar a s•J s lideres cuando ellos son
;icusacio" º.
1
in:ento s habían conduc ido a serios
~:1 el ,:mod elas semanas previas ; dichos hechos de violenc ia que
que \fabía termina do dispara ndo su~ armas. El Sin ducfa. G,1ndhi deseaba im¡)ed1r el rrhrote de los
':nlren; .imie ntos con la policía , al hacerlo , atacó la propia acción que
hauían est;illado en esas situacione$. Pero
e estos inciden tes fue el que ocurrió ~n el bazar de !llunsh iganí,
más famose , d
a la admini stració n británic a. por primer a vez, la fuerza organizada
el 7 de ener o de 1921. En dicha había mostrado
a unas nillas del centro del pueblo (le Rae Bareli, se la había mostra do a los propio s
sinos se conc·en traron en el putblo desde la madrugada. del campesinado y--más import ante aCzn- que
ocasió n miles de campe agosto de 1921, las autorid ades del distrit o d e
conseg uir la liberac ión de un líder campe sinos. Hacia fines de
El objetiv o común de la multitu d reunid a era s~r ~n ~argo
que pare.ce
acudió a causa: de los rumore s que Indicab an que Baba Pratap garh arre:,ta ron a Baba Ramch andra bajo:º
pqpula r. La mayc,r ía dos junto:; con el Thaku r Jhmgu n Smgr1, uno
inventado de "robo" . Fueron arresta
Ramc'iandra había sido arrestado y encerrado en lá
cárcel de Rae Bareli. Algunos
es respon sables del estable cimi•!n to de Kisan Sabhas en el distrit o
e Gandh l tambié n habría sido deten: do de los hombr
comen taban que habían escucl iado.'qu y unos treinta campe sinos
en medio defa multitu d se encont raran tambié n algunos incluso antes de la partici pación de Ramchandra,
allí. Es probab le qµe ional fue rechaz ada. Tres días más tarde,
iento Kl5Jn Sabha, arrestado más. La solicitu d de liberta d provis
.s-eguidores de Baba Jankl Das, un líder, local del movim es arresta dos futron citados al tribuna l de Pratap garl1, entre
-se dec!a- haber tenido la posibil idad cuando los hompr
en el distrito d-:Js días antes, no sin antes y a consec uencid de esto
es pai a que reunan a la gente de Arkha (un centro temprano 4 a 5.000 campesinos marcharon al pueblo para verles;
de in~tn1ir a sus hombr sec ret_ame nt~. en la _c~rcel . E~tonc ~s, la
23
liberar lo . El númer o se poster gó 1:-i audien cia o se realizó
del movimiento Kisan Sabha ), para acudir al poblad y o
ó a la cárcel y realizó una mamfe stacion pacific a frenL a ella, que
que el sector "más grande rnuti tud march
de aslste11te.; pronto creció hasta unos 10.000, y se decía arios hiciera n varios compr omisos, cuya
d estaba en Munsh íganj. La asamblea era pacífica sólo se disolvi ó luego de que los funcion
y d etermi nado'· de la multitu despué s, una multitu d más grande (e:;tilna da
liberados: finalme nte, naturaleza no queda clara. Diez días
líderes fueran
aunque rehusa ba disolve rse hasta que sus as) se reuní~ en P_rat apgarh ,
cuand o un ter-rate niente y los policía s hiciero n varios por varias luentes entre 10.000 y 40-50.000_ pers~n
termin ó di:;olvi P.ndos e verndo a conseg u~r .i
1 hbnta d de
do a varios asisten_ tes e hiriend o a mucho s más. ¡¡traída por el rumor de que Gandh i habna
disparo s, matan
(~andh i no se hizo presen te, pero los campe sm os reh usaron
1921, otro hombre que se Ramchandrn.
Apenas tres semanas más tarde, el 29 de enero de narios de que liber irían
do cerca a la estació n de ferroc arri l de l•'.Vilntarse hasta obtene r el compr omiso de lor lun<"io
hacín llamar Ramch and ra fue arresta ,1 Randi andr:1 n la mai\ílni\ siguiente. y pasaro n la noche a orillas del ríu Sai para
foizaba d. Antes de su arresto él había estado activo
G11_c;h,1i 1ganj e:1 el distrito de
frci1le a la caree! al a111«ne cer .. .\ medida que la muche dumbr e
pagar sus arrend amient os \ oh-Pr a n•unirs !'
•.:n líl región. ar;imando a los campesinos a rehusarse a
ncci.i ¡¡;!; ;111 toridad es perdie rnn el v¡-¡Jor: Ramch a
ndra fue liberad o sacado de
impera ntes, e i11vocan clo la justicia de que
Nllll\l protes tú ,:,,ntra las cor,cllciones ir una 1:stam plda, y luego conduc ido a un sitio
trabaja . Se decía que contaba con una multilu cl lil cár;el ocultm nen te par;i unped
b tierra debe :ierrenP <:er al que la
un árbol pn ,nuncii , un discu rso para sus st>guid~res.
:ilej,icln dornl1! cit~sde lo :ilto de
nta sarlhu• y, no en rnenur
c!e _c;e~uidorcs·. d@bicl" a :;u prédica radical. a su vestime multitu d que tamh1Pn se iban
do. Cuand o se le arrestó , se reunie ron mul- Temerosos. los f11 nciona rios habían as~gur ado a l:i
grado, al nombr e q ue había adopta campes ln<!s ~-. si b1e 11 nada de esto tuvo r esultad os

de un falso rumor sobre la intenci ón de las a investigar las quejas (le !os
litudes en la e!;tat:ió n, en la cr eencia cargos contra Ramch ilndra,
ron en los riel :s e impidiero n que inmed iatos. unos días despué s se levant aron lo~
auto ridiides de llevárs elo en tren. Se acosta .lhinguri Síngh y los otros ;icusados ~. Fue una
1 victoria noble que las prohib i ;iones
dispers ados nuevam cnt~. pern sólo después de que
se moviera el tren ; fueron 24. De hecho, ya para entonces de Ganuhi no P.erinilirían repetir a los campe sinos de Awadh .
la policía abriera luego y arresta ra a 18 partlcipantes ente difícil situar el origen de la fnstruc ci6n 8_ ta, sólo e11 el prh1~ip io
se habían vu elto bas tante Ss igualm
tales confro r t a-::!one s entre el pueblo y la policía <los reunion es masiva s de los campes1.10s,
cuando se enjuicia a agitadc res menorf- S por delitos triviales", ele la no-violenria. En oportu nidad d e
frecuentes, ··111clus n
Bara 13ankl en u
_ na declara ción juradn presen tada
escrib ió el Sub Comis ario de
a-~n primer a in:;tanc ia de Awadh , en el caso iniciad o contra
a la Corte de Justici .
'
c, 44, 'Rcy-1':!mperaqor v. Rom Ch•n~ro, ~•;¡:o
15 l'opt"b do Mi 1,1.,1 N,h,u, Grupo C (jurldi:osi(MNllN) E,pcdienl o Por C.\11, Gron1, Sub ,om,so o,
hajo ""~"ln l 2JA ll'C. Cooc de Pnmer.i ln<1oncca de Oudh'. decl:iroc:1uo pre<eou:id
, Rai Doreli. 19 ~• enero de 1'121, y la N1Ko' n:un ílunl;i, IOd~ fcbn"roiJt 1921
?3 UI' DAG S0/1 112 1. Kw.<: /.,\, S1. Joh,; Fomun ul Sub Comi.moo unudo por 1• Ar:f3
nm1 ~I y sul'i c1:u~11rndas fue m_
de A.O, S~in:í(. 2'! enoro ~• lQll. '· ' 26 •Siddiqi. u¡M•• 11 • PP I J().;l, Rarnch11ndrn infonr,a que el JU1<.:1r.>co Jr.i ,,ce. No l6). Expediente de Tenia N 1.
R.nn••l•J vta~c ,u-c:art:i 1n.:omple1a, $..in ftch:>.. en Colccc,ón R:unch:an
• N. f!. Limo"ncro ~hQiOl'iio i1inc~l)lt. 'UJ1>clth n.:for.::ntti;; Jf Mcw, nit!nlO C:nnpcii;inoen Aw.1Jh. f 9J
I'.
: ~ Sid,liqi. or.c11.: pp. lóR-11,
tlllF ',I

86

E:I Congr1::so Kis;1n u1° .-\\\·,1dli (•11 .-\y.,dli\ 1t'I ~u. _·: ,:-· d1,·1,·1iil,r,· do• l'.1~11, \' u1I,1 1:11 rc¡¡lidad. la pr-:oni pa,·iúa por los intereses de los terr atc11ie11tPs llcg:iba
con ferencia posterior en l:11cli<1liar e11 h:ac Bar,•I: ,.¡ 1:; d1· l' IH'rn cJ¡, i!l;!l . ·m iles aún mús lejo~. "No teI1en 10s que dejar de pagar la contribución al Gobiern,1 ni
~e ca!llpesin'..'S p_r,,cticaron la "11(K.'OIJJ)('f';tCit"111" 1·1:11a11do 1'11 l i'í·'ll ,i11 pagar P ilSiljP el arrenda111icnto al terrateniente" (Instrucción 4). Esto se mantenía en la la linea
~ ofreciendo res1.; t.enc1a p,1s1va al acoslar.,c 1:11 la,: rk l,·s cu;1ndo cr;1 n expulsados. de la /11s1rucció11 2, "Actualmente ne, estamos· ejerciendo la des.obediencia civil
~asta que los luncio11ario.; se dieron por ve 11t icl 1s v !<!s permitieron viaj¡¡r ~ratis. (ese "paso adelante" seria adoptado por el (P'arlldo del] Congreso recién en •
Como hemos visto antes. también en enero de · 92 1 los campesinos practi~aron noviembre de l 921, G.P.): entonces, debemos cumplir con todas las órdenes del
satyagraha accstá·1d.,se en las rieles en G,>shainganj ( f'aizabad) el día del supuesto Gobierno·. Pero esto también era así a partir de un razonamiento totalmente
arresto de Ramch Jndra. Aiios más tarde, Jawal1.1rlal Nehrn recordaría wn oroullo distinto: "Se deberá tener en mente que queremos.cor:ivertir a los zemindars en
ei!os actos espontáneos de los campesinos de ,\wa clh . El Movi mient~ de amigos" (Instrucción 6). "Debemos lnfluír sobre nuestros oponentes a través de
No-cooperación había empezado - escribié-, y la gentileza" (Instrucción 3). "Si hubieran algunas quejas contra los zemindars
deherán ser comunicadas al Pandit Motila! Nehru y deberán seguirse sus consejos''
los ki.,a11s -;e <!ed:_caron a vinjar sin pasajes en los tr~:1es en grnndes números. sbbre
(instrucción 5). ·
todo cu_ando ,en1an que asistir a s11s !lr~ndes reuniones de rnasns perióliicus. que
en ocas1or.,~s convocuban hasta sesenta o setenta :-ni! personas. Era difícil obligarles El uso de la primera persona del.plural en las /11strucciones de Gandhi fue un
a moverse Y, ~orr'.o nunca se habla visto, desafiaban abiertamente a ras autoridades toque cl elicado, típicamente suyo. Pero la delicadeza ·oe. la /nstrucció~ 5 - "Si
d:l lerrocarnl. d1c_l!ndoles que los viejos tie1:ip,,s habían llegado a su fin. No sé hubieran algunas quejas"- , es de otro orden. Las sulridas·masas campesinas
a m~tanclas d,! qmen comenzaron estos viaje.; e11 masa gratis. Nosotros no sP. los de Awadh irrumpieron con furia en 1920-21, en una sitaaclón de extrema penuria.
hab1amos sugerido. De pronto nos entrrumos qu~ ellos andaban en e~ 0 Z7_ Ya nos hemos referido a la posición ,:asi•inexpugnable que la administración
británica garantizaba a los ta/uqdars, y también a la posición extrema'damente
. No obstante'. en lebrero d~ 1921, Gani.lhi aconsejú. o más bien, instruyó¡¡ lbs insegura, en términos legales, en que quedó colocada la enorme mayoría de

de acuerdo con él.


1
kcsans (campesinos] que deb,an abslenr:rse de talf·s accione::, y Nehru estuvo colonos en Awadh; to que quizás era visto como parte de-dichas garantías. Hemos i!:i1¡
¡•¡:
, ,, :
seilalodo :ambién la tendencia casi general a la dep¡:iuperación del campesinado
Los .números /l '.' !J de la$ /11s//11Cr.10 11,:~ de Ga11d!i: a: vc:lan qui!. sevún $11 p1 Intu bajo el peso de urw economh estancada, en combi nación con· el crecimiento
rl e vista y el del reg,rnen C<•lo,iial. Jro~ c¡1111prsi11(,, ,.!'..',, •!i ;1,;i;11:ir lil re~.pons;il;ilidacl demogr 1/ico. el alza de ¡: rec ios y la demandas crecientes de «rrendamientos,
r,or la p resc ·vaciú11 11 h rnptura dt /;¡ 111>-l'iui<:1K i ... ,,11" ,:u.. iqu1é!r :.1tt.;iu6n ch> i11tereses y otras prestuciones. A partir de la Primera Guerra Mundial les fueron
-:c11frenta1111ento con l;,s ;1Ut<,rid;1dt•s. L;i /;n /m.- •;,,, .. n1ui·,:tr:, qu(• ~:;t;1t.mil,it'II i111puestas nuevas y aplas tantt·s carg:1s: precios: eli ascenso vertiginoso, cose1:has
~ue su p~~c~pci:',n_de t<J<la l:orif rnnt<wí/,n e11tn~ ( ' 1; ·: , : ., ~ir,us ~., t cr¡";1t, ni<·1 i; ..~ . l,.·1 iI1seguras, emprésti tos de guerra, recl 1tamiento y desmovilización súbit,,s y¡
1nstrucc1(J11 se relierE! a l,1lunz;¡ li$ic.1. ¡wro lo ,.,,., :d, or· \.'I! r•ll:1.-,; J;, pn,l:ihil·i,',n fi11alme11tc. una desastrosa l<'n1porada de epidemias. Además de t<•do esto, los
dtd boicot social. F1ie pn:1.:b,11ne111e cst;i pr:i,;1 ir:. ! : .•, !',·i, ,11,1: d•~ l;,s i<is,\n :-af:¡h:is krr,1tenie11l6 ejercieron una rt'n0vada presión para aumei tar los arreni:lamientos,
de Awad~ la que marc:r, su ;1rrilHJ a l¡¡ arena poiiti,·;, :!e 1,, ¡,n,,guer ra, y 1.1n1hi¡•II se produjo un gran incremento del nazrana y otras-contnbuciónes, resp,,.lcJndos
fue a trave.; de ella que expandieron <:<msirl cn1blern u ,te su i11fluen<:iH. r l;H;ia fine~ por la lue.rza ele los desalojos legales e ilegales llamados bedakhli'. Los.campesino~
de 1!J 19, ciertos to/uqdars de l'ral ¡¡pg¡¡r h. cufp,1ble,; ,¡,. :;evvras ex«cci< ,ne~ y otrus de Awadh protestaron. amargamente contra 'el nazrana ·ij el bédakhlí en 1920-21.
,,e tos de opresión _se hall;,ib;,rn corifront,1nclo tal•: ; "l 1u,:lgas" por ¡,artf,' cle'los ,., L.os funcionarios admitieron la legitimidad de s'u prqtesta, y por lo tanto se
aldeanos. Nuu di11Jl,1 /}(r1d lwrdiy<' goe, es decir, la l,ilJnr ,'el barbero. 1::I 1:i,:;mdero apresuraron a enmendar la Ley de Rentas. "No cabe duela," escríbió el Comisario
Y_otros trabajos serviles pero esenciales, u~ji.lrrm de llev,irs!' a cabo. rvlás de un de la División de Lucknow, adqu'riendo una nÚeya conciencia de su·entorno en
ano ?es?ués. entre '.licicmbre de 1920 y tnero de l~l2 1. est,1 lorma de protestil
seguia _s1enclo m uy_ difundida en los distrito; ele Pratapgarh y Sultanpur 2x. Miora,
de~pu~~ ~el e~tallido de la violencia en vari os sitio$. Gandhi buscaba res taurar
la ,paz p1d1endo la entrega voluntaria de esa arina tan efectiva y probada por
enero de 1921,

que en las propiedad·es peor administrad·as de los 1a'Juqdars en este distrito (Rae .,
.,.,
•·1

!
13areli, G.P.) y otros, los terratenientes han t rátado a los colonos con tanta /alta
el tiempo. A los terratenientes no se les exigiría uII s¡¡crificio equivalente. de consideración y en alb'llllO~ casos, con tal nivél de opresión, que uno está obligado '
a simpatizar con es tos úttimos29 . • · . · . . ·

27 Nchru, op.ciL. p.59.


2-8 Cofln:lt:d Wor.h nj'Mt1hrr111u, (;,r,iJ.ru. 111,110 XX. p..'i-l-1 S111d1tiu1. t'I' t 11. r . 11 1.
,. N.E. Evicdón o Je~a.lojo d..: la tierra que !~e Posee corno urrendatario o suba'rrcnd.1tario.
2'1 UP DAG 50/1'1" . Kws: CMH<ario d,· Luckn ,w o Secre1,rio Jcf~. UP, 14· de en,·ro de 192 1. l1
!i
" ' ' t'\.'• , ' ·,.... 89
88
función útil
~obre· 111 dl' l:1 que hali lal);, (j;incll1i ). ~t11y pm·ns 1nlur¡c/11r., desempei1i1lrn11 un;i
\o c·s que Ghancli estuviera ~¡enos e11terndo cjue <:~le lu11cior,,,rir, io
no!>. Entre los líderes 111as pr,,minc nh•~ del p,1ril la t'ro11omía rural. sc~ún rccurdú pe ,steriormc:nte el hombre que fue Comisar
Jrnclo de suír-micnto de los camP.esi en los aiws 1890. la mayoría eran 1Pcros
que hizo votos p,1r;11d,• ntifw:1rs r: re111 los clt' Asent,Im 1f.'ntos de Rae Barel!
rw, tFicio,w l, él íue el primero
"rnlerlo res de rr 11trib11ciu11es· ·''. Le,~ l)rit,i1Iirn s se apoyah,111 en
movimi-~ estos rec11u-
y tr.ii>ajar
más pobre~ del país (en lenguaje, en vestimen"ta, en la cornicfa 'fUc c11111ia) una cantidad
virtud de su concienc ia de la miscriíl. P<'rn dadores. F.llo;; er,,n "un cuerpo muy solido", "ele ninguna manera
en su m ~joramiento. prec,i~amente en Gobernador
de 1920, Gandhi buscaba morigera r et sig- 111signiíican1e" y "los únicos ¡imigos que tenemos", observó el Teni~nte
en ,1waoh a principi os de la década
vez rr ,is -según señalara en un memorá nclum escrito para
inos, tanto por de LiP en 1920. Y una
nificado del conflicto de intereses entre terratenie11tes y campes en el nuevo
en torno íl la justificar la petición de que se reservaran cinco curules a los tafur¡dars
razones tácticas como, al parecer , debido a sus preocupílriones s de 1919-
quejas": en otras palabras . si hubiera ejemplos consejo legislativ o a ser establec ido en la provinci a bajo las reforma
!l1i-violencia. :·si hubieran algunas des. Son notables en todas las buenas obras. Toman
no pudiera ya • "ellos viven de sus propieda
de actos de opresió n, c;1stigos o crueldades que un campesino de todos los movimie ntos para el progres o de la provinc ia y pagan
social al las riendas
t olerar de ninguna manera, no debía protesta r. orga'nizar un boicot
r , •1
3
ha sentánd ose y ayunand o del;in,e de su casa. sino cuot:is generosas·•.1 _
opresor , ni reaiizar satyagm porque
sus c-1nse1o s. De Vale la pe,ia destacar la mutualidad de mtereses que encontramos aqul,
que debía reiedr el asunto al Pandit Moti.l ar Nehru, y seguir an severam ente de los británic os. A lo largo y ancho de
es"fos agravi os extremo s. absol utamen te IQs 1aluqdar s dependí
otra manera. iuera de la esf,!ra de la autoridad
Deben aguanta r un poco si el zemindo rlos atormen ta. rs;o queremo s iocl11 la región donde se extendieron las Kisan Sabhas en 1920-21.
insopN tables. pudieron hacer "algo más que encerrarse
y no querern os 1alt11¡dar $C desplomó de golpe: pocos
pelear con Jo,; zemind nn. Los zemindars también sen escl:1\·os pueblo más cNcano a quejarse de la negligen da de las
hacerles 'problemas"·w. · en sus casas o p.:rtir al
perr,1 de aldea
que encabez aba la Cnnferen cia l'nlitica autoridudes"·~. Posteriormente. en febrero-marzo de 1921, como el
Meses más tarde. Jawahar lal Nehru, n a J,1 batalia
La conferen cia hizo un llarn,Jmiento que sale a ladrar cuando el peligro ya pasó, los taluqdars volviero
del Distrito de Rae Bareli, secundó a Candhl.
les en su ·echazo a permitir una enmienda
la flamante Ley cie Rentas en febrero- marzo de 1921. inexorab
a colonos y xr:minrlnrJ a vivir en armonía y. "aunque liber¡¡Ja la Ley de Rentas de Aw(ldh. insistien do en la inviolab ilidad de los sannds
;1 ta Ley rl e Rentas de Awadh que halJí;, sido aprobM la r,,pi-
(l.r.y de Enmirnrfo (n ¡mi entes) que les habían sido Ot1Jr~~d os por los británico s después de 1857.
pllsiciones. lr,s
dnmt!nte p ir J;i !rg,.~I;,tur;qirovinr.ial, G P.) había empeornc;11 sus afirmó
,·,;s ;1rnr>nrlos En 1:n debate sohre las propue~· ,1s ,:r !'nmienda legislativa, un taluqdar
..:oi1 11ns dení 1. ~•·.n •ll;u,1 nt;u- pacientemente :.us pr.nuri~s ,.,g;,r clcbi,:ra ser tan
ill ;,i . • 1 ·',1rtiri1, rif:I' <¡lle' ellos <>r,1n hu Rn<>~ trrr.1trn irntrs: y por lo tilnto. "el c,ilono...
.1· 11,1111,1 i:·n l"HII ;\ •::! hi!.:!l'!~l ar del país" Con anterior
rn. \- n., d,·bi·:ra olon;;írs ele derecho alguno ·.15.
, p,·, i,1 ;, !,,., s•ilc, ,,¡ que n1lli\'il 1.1 ¡¡,,,
C,,1:tir,-so L:1 ,j,, i;,I,vI;1c,1, ,w·I1s:1j¡•s Pn tí-rminr,s 11,d~vía m;i,.; i. r.,. s en su
q11r. se~ ;1b•:tuvle r:111 dr: , , .:ic-., ·, · t(•'H:,,,~c'S El prnpio \thru n·s1111111i ;,(111111;,1ile•111t>nte 111 posición ele los ralt1r¡<lar
,·;,11ip1,:;l11<';s '!" !;, 1n\'1:;i,rn 1!1i Fai?al,arl
1,,•;" v d,•1;ira11 t>n 111;,nc,,, d<· (;;1n, ::: !;1 , , ,1<,:11-;t,1 dr•l . l11/r¡/)(11!f/'( •fi<1
¡¡sí ccirri" d,~t11rh ,¡,1"
·
Swar,1r' 1• . •
v 1,Ir, ..; lidrrc,~ del l.r" 1i,tu~r/•1r.1 v t,,~ :e•11unilr,r, tr•a:mrP~ .. l11<•ron hijos :nimaclos clel Guhie.rnon
de Giindl,i
!Jebe recalc:arst· CJllC: la pri 11<:ip;JI preocupadún h1il:'e1uco. pern i:~tr> h;ihia c1111,e~uíd1.1 -a trnv~s ele la cclucacló11 y la formació
Congres,, n,, •r¡¡ M¡ttí :.,
1 de• IIr(!ir a lr,s 1:,1mr,es inos a al>j•.r .. ~ el•· l.1 vic1lr•nci a ,.
t's¡w,ial •¡n<' l~s 1!,1ls1 o rk!dlJa il<: darle'~- reducirlos. como clase. a una cundición
t:nntitlllM su lud1.1 por n1,•11ins 11rr-violc 11tf1~ . .\nles blL'II, " 1!11s 1
/. , un•i;111 ,1 ,1;1 ,¡,,tcot:il 1rnp111entr;1 u1Id,·, 111~! ·°'''
h,Ki.H1 1,bsr1luta mtnte nada por sus arrenda-
'JU•~ 1.~~1te, e•!l<>s
ab,,11<1011,, 11,: ,!1 dc· 1.i l•H'h,1 e:11 íavor cJe In "unirlad". en torn1, :, 1,,
c:o Iwnt;1ris tas p"sterio rrs llnmar,1n ·1,1 lucha :,rincíp: il conr,,1 los
comn los
bril;inlt;os. 1;1 di.ul:l l!r! R 13ums 'Recem rcnI & rcwnuc
c,1mpaña ,\l t '0 t,,cc11\n llullcr. 1nmu 7~: t"• mc1113fiu ,J, S H. l rl'cmJ•III~ ...ohrc
La Id, íl d1! un fr1•11t1: u11iclc, <.:/>11 los terr;itenirnk s de A-.1•.tclh e11 la
1
IIIJ)O lle I9J:' • p.674.
'"''" y rn 1h.: IJtiH<d Pr,,v1nrei' 1!1. Jm1n1,,: ,y 1lw H,,wl S1l(tt'I\ :4 "''"' ( ~O di: 10 Je 11ov1!rnbrt cJe 19ZO: 1omo
baswnlc olJ\'i;1 .l.t C:111. Outl~r. ioino 21: can:i.s ~ H E. 1-(1<:h:mh, J ,Ji.: 3un10 ,.h: 192(), y o Vinci:nl,
nntimpenali~ta rtH! f't•t:c un cnnrnento· ele ílle11ció11, ya que r1•sulta 7S: ~kmor1itHhmqm·par.1do p.irn el Com111! $.outh~•rlfl1U~h. 1~ de
diclcinbrt! di., 1918. nu1h:, ·exprimió' :?O lnkh,t
(1;1 "est'l~vllud · Jun /1M1• ICJ0,0001 de rup,n.< dd Mnhnro¡ah Je u,1,,rururp,rr• el En,¡m!s1i<o de Gutn•. y o c•mhio le con!iguló
la clcpc111fon1:la d1· lnK tcrrntcnien_tes respetto ,1 los liritúnit·os "'' f• do e>trocr So Jailu. pero debido o un malen1end1do, el
Ulf tilulo de Cnbalfcro /Sir/. De h«hu, ,u ,n,enrnln
enviar.a o Dtlrumpur p4C:ló ,ü.o 20 luk.111 (Col. 8U1ler. tomo 20: Bu1k:r 11 Heweu.
íunrtonano 11ubo«fin~do q\lc Buder
19 ,lcjuliolic 1918).
34 UP UAG SOIJ/1921: Hoelcy, l•mbcn. 1• do tcbrenl'Jr. 1921: oí. 10mbl!n C:ol. Durler, "'"'º 81>, notos do Oueler

iou~ r\hnm1 d\ 19~1. 1.'llt1d11 C:h 'u,l,,h~• •·r, r J:,c-0 · ,Ñlrc su n:unión con wl•qdors el 6 de morzo de 1921.
.'O '·.m,lhf :1 "·" ruMll..fl\ 1llllf\i ,1110 1.·n h111:th,ul d 1 11.

35 fhld, N'"• ,obro n:11nü\n con lo.<1,1illqr/n,.<. 11 de ícbr• ro de 1921. Por el cnfjs1s en los sanoJs, vto.v en espc:claf
1 1
J 1 ( lllf),11nr.1.·11 rI· 111 ,,,_;. \ 1'•:,,1o.• t:1111h1~n ~i~!Jiq1, 111, 1.·11,, ll, 17 } ¡,,1r:,
~,.,rn:,11lu11r,\ ,p .• 1,·uirr.1·111~,!r dih11f'r"t',lL'IUl1 d1: R"ja Sir R11m0;al Sin2h. rn U,l,I
Tnlm1dnr~ :md 1hc n.tllcncfmcnI oí lhc Oudh Rcn1 l,il~"• fL11i;know sJ,)
,k J.+w11l11ulnl ~ l.1, ,1i..~·,.,11\'' 1k 111,., ~·1111,11~•, 1110.;.
\~ · · " +

91
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larios, u,mo e 1,ilguua medida lo h,ll,i,111l11·\I:•, ;, , : 1,·rr,1t ,·<111·11t1·s d,· 111ro, p;ií.st's. (';;indili. :-,u p ro¡,ú,: ito cxplicilu era estilblecer l,ddenlidad de las fuerz,;s de
y se convirtieron ,·n par{,sitos ai>svlut<i~ d~ :.1 ll• ·rra y ,1<,I pu~l>lo. Su pri11dpa t opo~ición en el ca111µn y los 111otivos del descontrnto campesinó. El informe va
¡¡ctivirlüd era la de intentar aplac¿¡r a lo, lurll ,, ,11.iri, ,, 11,c;;ilcs, sin cuyo f:ovor no directJmente al grano. abord:1ntlo las causas del movimiento Kisan Sabha.
habrfon podido existir pnr much<J liempr,. y iJ rl•· ,·~igir sin ces,1r la.prolecriú11
de sus privilegios e intereses especiales·'"
En todas partes... las protestas más yrantles s.e prnducen en contra <lel .bedallhli
[ cl¿salojo j. no obstante IJ gran cantidad de tierras narn~i [maurusi, es decir, tierra
No obstante, ésta era una rellexí ón r1ás tardía. J::n 1921, Nehru y Ciandlli iJJjo tenencia por ocupación estable] en manos d~los agricultores de estas regiones
contemplaban horrorizados las acciones que los campesinos de Awadh desataron ( p. 193),
CO!]~ra estos criados del imperialismo. Pero no se percataron del valor simbólico
dé'Jos acontecimientos de Munshiganj del 7 de enero de 1921, o al menos lo La situación era mucho más crítica en _los qistrítos \iecin,)s·de Awadh, donde
pasaron por alto -<:uando el terrateniente y el Sub Comisario habí:in cerrado filas
con los policlas armados, contra los cnmpesino.s desarmados y sus aliados
la rn;iyor parte de las tierras de los colonos e~a ghair-maurusí (de no-ocupa<;ión).
Per<> incl..iso en Allahabad, ·
..'
Coneresistas-. porque incluso Nehru describía hasta entonces al terrateniente
como un "medio funcionario" y escribía amargamente sobre esos ''mellirns".'(el prevalece la idea de que los zamindcirs•están capear.do la tormenta del alza de los
Sub Comisario bri tánico y el terrateniente Sikh) q11e se pusiero11 lado a lado en precios exprimiendo a sus colonos,·tanto en IO~ma de nqzranm como t!ltv.ando ......
los arriendos. Donde no se pagan estas elevadas rentas, los colonos son expulsados,
l\1unshigan¡3'. A pesar de ello, los líderes del [ Partid<> del ] Congreso se dirigieron
o en algunos casos se entrega la.tierra a otMs para_trabajarla, sin siquiera observar
a los "hermanos" terra.tenientes en busca de apoyo pJrJ la gran lucha que enton~es
la formalidad de una orden de evicción (p. 193). ·
se desencadenaba contra los ,británicos.
Los comentarios del funcionario sobre la _estt_ucfura-de la administración
colonial son iguc1.lrnente fran cos. ·Nos _9ice_que en las ~ld~as nadie sabía n~_ da
La visión colonial ~obre las refCJrmas ~!ontague-ChelmsJórd'de las que tanto se jactaba (el Gobierno,
Un oficial d:: !a inteiil(l:!11Cia britániéa que recm ri,,, eritre diciembre d-:?. l !J'.¿() ( i.P.). ni s,,l.Jre el r.Jered10 a v!lt ar •c.Óncédido a al.gunc1s .pers,,nas. has tu (t\ted
y enero de 19?.I esta regí{m de "dislurbi11s", r~,1111.,, I<) qu,: seria. en ali,:uHo~ ' Partido del j Congreso hiÚ> ,·orrer la voz de que .ao se.debía votar. Ptro. para
aspeclos, el análisis m{,s perspicaz ele l;i 5it11aciLo11 :iolítica •.::, r l r;11npo <J·· t.:u;ir tos \u-cuopcradr;rcs las rl<.>,·d r,r e, h.abrian s'do ··u.na· farsa aún mayor" de ·1a
í'raclesh, a p<::sar ele su necesidad de j ustifi('ar el ¡.,od(·r <:n!r,nial, <¡uc igual n :al:z;, qur fu eron t'n real irJ;1d. L,1~ ,decciones habria:1-~JgnH-icado,-a,iacle .en una sig-
a cada paso. Su evaluac:ión sr IJasú en un vh)~ dt- 1111 1: 1es p<.1r l,1 p¡¡rte del distrito nifka1i,•,1ob$crvari<',n- q1i.~ · !.-,s h.1nciona(ios ntenore,-_y los que desean el b ien
de Allahabad que c1 1iind,1 rnn Pratapg;n·h (T-',1rtabg:,r!i L'rt su 111fonnr:) y .!,11111pur .-1(' este g,,bicrno. qu ·-~ r:,; t~ rksl''>SO rle_convertir él Esquema· de Helnrma _en un
En esta zona, las C( ndilirmcs se diferPm:iahan ::11 ;1.,pt><'t(J., oitt!nific1ti\'"~ rl c: la., ,:xit,,. hubii:sen trJ:ri(J 1·r1til:1t<:s a las t1rna:; tal c-01110 s_e trae reclu-tas a la iza de
que se dieron en Av1<.ldh. Sin emh,1rgo. por t>sos rni~11ios a1lus, ¡¡llí hahia sun(idr, la band!:rD "ernno ¡,, hact•. rt con· las ru<J tas del·Ernp~~stilo de Ci11err.1. ..vl.ís
:111 fuerte movimiento Kis,,n S,,bb.l, y exi~tcn tantos rasgos <'11 ,·,nnCrn con nue~tr:1 adelante. st1iala con ¡m;cisíún la posición social y políti<;a contempor.íne,J de los
r egión, que puedr considerarse a este infornw snhre ;\lla ltabad c o111<1 r ei'>rl.'- terralerlientes. "El zamimlor pmm~dío s{1l<· se preocLrp,1.de r ec.1udar l11s arriendos
sentativo del _rJiscur s11 oficial sobre el íll()v:1nic•11t<> \·;,mpt,ino en Awüdli p11r la y pres·a muy p(>UJ ,1t1inción a rr1ejorar lo; medios de producción, de ro111u11i~ación
misma época y cJ¡, riegr1 f' fl sus prr,pied,td •-·s ·. "La posición que hat) as_umiclo los zanw1dars
Este documento dc l Departamento de ltreligenrr:1, que inter,tú ser un i11forn 1e
0
('Onsiste-Pn sostener qur: dl<,s v sus antepasados han des_eadoel bien cid gobierno.
general (y además se< n tu), es mucho meno~ selectivu qut• las lnstrucc,onfs de y que ahor:1 es el tu rno d1:I gobiern<Jen ayudarles a ~alir .de sw, dificultades".
"Su único deseo es que las rnsas se conserven como siempre han sido."
L,, mayor debilidad de t,ste in'.orrne e~ la ausc·~cia de tod a referencia directa
al papel del Gobiernu colonial. El autor fracasa de plano al nó ·prestar atención
36 Nehru, op.ci1., p,58.
31 Selt•t'!etl worh ,y'Jawalwrlr,I Nehru, 10,no 1 {Nuova Dclhi. 1972), pp.21 J, 224.
al hecho de que él n11smo es un "funcionario Europ.eo·:,_.aunque haga·atirmaciones
• N.E. Et ::'lutor remite en cMr pnfrafo :i un documcn10 en :mt;<') que no h::i sido rcpro~uddo en esta edición. St! en sentido contrario. Sobrt"' todo, el punto que le interes.1 enfatizar es que la
mu, de "~.ishan Sobha en \llahabad", Gobierno de la ludia, Departamemo lnicrior. Rama política, Depósilo febrero
1921 , N° 13. fa1rol<l~ del ~kmo,:lndum Nº 1052, fcch:l(!o cu Allnhnb.'ld el 7 de enero de 1921, firmado por P. Biggano, agitación de las Kisan Sabhas no es "de modo alg1.1no:anti-británica, ni siquiera
Asisrcnh! del D.l .G. en Stt1Whl'rJ1 StoJies /, pp 192 197. En las citas 1c.-:wales nos rereriremos .1 lus pfiginrl..'i de i:Sti'.l
public,1cí6n.
4

* an ti-Gobierno". Según sugiere, el movimiento se dirige básicamente contra los


93
92
son incapaces de
son, c11 i;ra11 ¡,arle. cllspersi>s }' aislados por sus condiciones d ~ existencia,
:Nrar~uie:ntes porque•. ;_quién pue~e negar que éstos ultimo~ moviliz¡,rse para la acción política . Requieren de un "líder externc,"-se nos
En una vari_anli! interes arte dr.111' 111;1 de· 1;1 ..,nanipu-
qui21i,i s lo han dr Sillilclo? sustitut o modern o, que venga a liberar J la gente
esinos en realidad lgnoraha 11 en grnn nwclicla dice-; un Rey Campesino o su
i,:ciúr . 1rguye ;,clemt1s que los camp_ que muchas v~ces un Soberan o Justo y por lo general
sahí,111 quién 1·rn (iandhi, ele su esckivitud. Así, se sabe
ins pnncip ales cuestiones qi,e se dirimían : ni siquiera necesa ria para la rebelió n
lejano, ha sido quien ha brindad o la inspira ción
s a favor de Gan,lhi ji y del Sarkor ¡ aut•>rida d. gr,hicrno I" cc,mo la
y lleg¡,ron a decir "falilrno campesina. La creenci a en un "líder externo " también puede ser vista
Luego añadiremos algo más sobre éste tema. autorid ad local:ne nte
de inlf'ligencia otra carn de la crr.encla en el colapso de la estructura de
De entrada. se puede notar -~ue e'I informe en limpio del ofic.ial reconocida: y el rumor cumple la función de cc,mnn icar tal noción c:on tanta
)' s~ asevera ción de que los campes inos de verdadero significado
al 9_o')ic rno y a la Corte Tutel.ir•. efectividad como el dirigente urbano. Aquí se encuentra el
eran anti-Coi :.,ierno o anti-bri tánicos se contrad ice con PI tes- exist,~ntes, "alguien"
nil'lguna manera del mito del Gran Hombre: "alguir:n" ha desafiado los poderes
timonio (jUc! él mismo nos brinda sin darse cuenta: ha venido a liberar(los). Entonces
pribrc no t1c•nc
Es una h.lea lija (~n la mente de los ald~i.nos, G.P) que un h,)inlm, Es asombrosa la aceptación de que go::a el nombre del Sr. Gandhi,
iucluso en las
en lo,; lnhun<Ji<.'s,
1•05ibilidód alguna contra un hombre n :o en una querell,1 jud1•·1..1I aldeas más remotas. Nadie parece saber exactamente quién o -:¡ué
e;, pero se da
y ,wJ:,e pu<:úe dt:clr que en eUo no hay algo de wrdad bajo el
~,~tem~ dP. l,1justicia a o un sadhu,
a practicado en la lndh ( p. l '.J'l¡ por sentado que hay que hacer lo que él ordena. Él es un Mahatm
::1•1il y penal tnl rnmo ha llegado ser
un Pandlt, un Brahman que vive en Allahabad, incluso un Deota.
Un hor~bre dijo
Qulza alguien
que Gandhl era un mercader que vendía tela a tres armas la vara.
tork,s los pade- tienda Swadesh i' que se estableció
Admite, además . que los campesinos culpan al Gobierne., de le contó sobre la tienda <.le Gandhi (la nueva
inteligen tes dicen que es un hombre
c!mit:n .os s•Jlridos durante lá guerra, dado qué creían ser ellCJs quicllC!s i:n la cipdad de Allahabad, G.P.). Los más
de su nombre
hombre s y el dinero:· sin recibir nada a c.rmbio. Finalmente. que está trabajando por el bien del pals, pero el verdadero poder
straron los í [desalojo]
·sumini 1 entes que r.on- tal vez deba buscarse en la idea de que fue él quien frenó el bed,1khl
en la última partr. del informe hay evióencias aún más contund en Partabgarh. Es un ejemplo curioso de1 poder de un nombre ú>. 196).
cií,n ele e.~tc hnmbre de inteligencia, de qui· ,\1 GobiPrrH J es taha
tr,1diccn la aprcci~
el mu11dri , d,crl,!i:íil nranrlo
p,,,· •:11clnia rl•: tridri ,-51,'·. \lli se: ;;firma que ··torio o rcl,~n ;1,Jo Durante la Primera Guerr... Munrlia!, en muchas partes de
la India se había
· iin;lt irudes , ,,.. 1:t11q¡11·sinos ~1•~ 1P~ CJ1rnun.icaha que· Gand:,; hit!1í:. circula ción de rumore s. Embell ecidos, re-inte rpretad os,
·1; ,,11;,: •·111,1 . "',1: cl,1du una intPnsa
·.:J:,:,··1,1 r.~r: dr• ·.,.1;1'. f'r,r 1:l 1111,:nr:1itr,.,: la pal;11ira de Ci.i11rl ·, modificados y agrandados a medida que pasaban de boca en boca, estos rumores
...,., 1,:,,-u )1, 1,)" r r, 111•:na· (¡,p. J!)li-!Jr ). 'Estos h •rhll.',
rl'prr· , 1;, 1 , 'IJ;t ,t1,1• rtri ha de subleva cione~ masiva s
contribuyeron ele manera signific ativa a la avalanc
;~r! dr· !t',."' l1rit;íni< .;,,s. Dc•htmo s ;iftacl r q,!1 ' 1~n 1¡J, , •·-, i~1 a< ·rr',n que el Imperio británico
::,·safí, ;, li1 ;11,1·11rid rlurnnte este periodo . Existía una difundid a creenci a de
c·it·r! r¡111i-n · r., (;;i11dlil
· , i;, 1 i;,l :,,.~ :i:a¡ • :1:1,.s 11i ~iquic:r;1 s;1hí;w ;1 ,·itr:ria e$tabn el burde del colapso: la campaña de reclutamir.11 o
1 se había vuelto cada
!ncia), rr:sult:1 p1,cc, pro!,;,t, 11' 1¡:1,1 .rncil,:r,111
·, 1,111<> 111dic;, .; rri, ,rn1•· <'e· irrtc:li¡.(( vt:z 111;','s fmlosa y temida p11es los eji•rdto s estaban ya diezma dos y 1abía que
1 ·.~ c•r:ir1 •,us ··,-,rcli,m:::". S,:gur. 1 w· •lC'. ,.¡¡.,_, tfli,111,,s
,.:r:111p:-,: 1,11tr,r-1r ,c: d• e ,d,)
ir hasta i!l último centavo a la gente (los Emprés titos de Guerra) pues las
í,ril,.ne~ [~ti' p11r:to exprim
:,;il,rfin rl1:cali,:o. p,,r :;11pos1c1i"rn, n1f1Ír.s podrí;i.n ~c•r r,stas arc¡¡s oliciales estaban vacías. La promoción del Gobiern
o Propio " asumió un
vercn,r, s en el étrf:pil •· s 1~111•·· 1t1; de cstr: enviand o tropas para
t1c!1J1: cierta irn ¡11 ,rt,Hwia y,t c¡111•. cr,mo significado nuevo. Se decía que el Rey de Aleman ia estaría
1:11 ;1lg,m;,, . gi<,n, ..; d,, Awnclh el 11011,brc clr (' 111d!1 , llc,,¡r', :,c-r 11~ad11 o al revés. El día
•:ns:,yr, 11
ayudar a ·os op•>silo res del Raj. El mundo se estaba volcand
I!'" l1J : ri:IH:lclr·.• ,·,J11q11 •sl11os. 1:11 ;111sc:nda rt,, tr,da lw:truc dt' ,n 1 >•l"'''ii,c;, <11• ( inrrcllri.
itrl11s Je los oprimidos llegaba. Así, por esos años, los cuentos sobre la llegad.1 de los
11stlt·1,, ,, l11rr1111•11h•11tl'ff y p11ll<:i11s. HH dm:(r. lilnt11 ,1h~ lt111l'iii11 de Allahabacl, pero
1mm lr11p11rt lr J
alemanes provocaban "excita ción" no sólo en las aldeas
1:.~.tabnn favor rlcl rí.,gimen . como por ejemplo la
-~ 1J1,,rd1·111c,11.~: <"01111," q11ir,11(:S II
tambi én acomp~iiaron a una diversidad de sublevaciones,
1aci,l etc Ca11cliri ,
1.,,s c·cJ1nc11t1irios cid ;1~r:nlc ele lntcllgP.n~ia sobre la s11pre11 agitación entre los Oraons de Ranchl y Chota Nagpur (y en 1
los lejanos jardines
r·1111wn,, rros ,:it·Pn a,·111 111f1s sohr~ l,1 nnt~ralcz,, del rnovim1 1•11to 1·¡11npcsino "º viólenta rebelió n de los Santha s de Mayur bhanj
¡u¡:ara .el rumor en de té de Assam) en 1915-16, la
/\wndh en ¡:, 1!J.;¿;¿_ ,'los muestra n el i[J1porl ante p,1pel que
entos. Es un ;iscrto <:omún el ffU l los campesinos,
1
el s 1r!;ltnle nto dci c:stos movimi

~-~-
y ,el uso de ropa
por <;,1ndhi_. en favor d~I hilado domé~tico
. • r., de T. Swade,h, luc el movimiento: fomeniado
La.'i ln11rucc,cmtJ cu:adM 1ntenonncn1c incluyen v.inas referencia
s
en hc=c:h;i de las bayetas fabricadu con este hilo
:i cargo del noenbr.1miento de .21bx-cas que comaban
• N. de T. Li,c~lmcnu:. Cnun u( \\~,1nl-c, claviWn'judici3Jcon problém:1$ legille~ o cuyo.~ du..:~os cron expulsados
. -
de la Indio,
.su~ 1u,111os 1~ a<lmrnl,¡irnculn de pmp1ctl.uli•i,. t11p1IC(nd:\S o· · · n N. de T. LA ír;,:i~e 111eral es 1/omc Rule; ~igniflc:n la independencia
rnc1unc..~ ti.: edad.
z:n:rz• ::aRffltm•

ReiY.~ión C,:impe1ico y Nc:cionolisrno lr>dio 95


94

(Orissa) en 19 17 y los motines en gran esc:~le de Sliail,1b.ic.l ( !Jihar) en


ocusií,11 Tal vez sea significativo qut en el Á\vaclh.de principlqs de los años 1920, quienes
más
de la Baqr-!d en ese mii 1'0 año~H. hablaban de Gandhl como un sustituto del Rey en Oelhi o Londres tendían
eran
bien a ser hombres de la ciuclad~ • Los "reyes" propios de los ca npesinos
2
los
El "poder de un no111re" se hizo evidente una 1-t.!L más en Awad h en de las
primeros años de la década de 1920. Tanto "Baba Ramchan dra" c0mo "Gandhi" reclutados localmente. El "Raj de Gandhi" traería r:on.sigo una reducció n
en las rentas,
llegaron a adquirir una convocatoria extraord inaria. Esto se evidencia
y
ocasione s, en pro de la Baba Ram Chandro Ke rajwa
enormes manifestaciones que se realizaron, en diversas
liber tad de Ramchandra y en el éxito que tuvo el "falso" Ramchan dra e·n Parja maja urawe na ·
Gos'haing anj (Faiz;bad ), que menciona mos antes. Su influjo se evidencia (En el Raj de Baba Ramchandra •
desa- 43
igualmente en la "personalidad múltiple" que Ramchandra parecía haber El pueblo va a festejar)
habría estado "en Bahraich el quinto
rrollado en este perío,10: según Nelson él
en
(día de enero de 1921 G.P.),... según Grant en ei:e mismo momento estaba El Gandhi de los campe:.inos no era un distante abogad~político de educación
39
B~rabanki y según Pe'er:: estaba en Fyzabad (Fai..:abéld)" . occidental; era un /l!ahatma, un Pandit, un Brahman•, hasta un mercade
r ".que
En varias ocasio nes, lo!; 1umores sobre la pres~ncla de Candhi contribuyeron vive en Allahabad". Más enfáticamente aún, Baba R1¡1mchandra.era un hombre ,' •'
;· r~
de
al tumulto y, como se ha !;eñalado, provocaron aglomeraciones de millares local, un sadhu de renombre en los olstritos de Jaunpur, Sultanpur y Pratapga
rh,
os en la cárcel de Pratapga rh en septiemh rl) de 1920 y en Rae Bareli antes de ascender a posicione s Importan tes en el movimien to Kisan
campesin Incluso desde
Antes
el 7 de enero de 1921 cu:lndo se produjo la balacera policial en Munshiganj. Sabha.
informó que un "elevado .'
,u
de que terminara la S<>mana, efComisa rio de Faizabad
M.H. Siddlqi, refiriéndose a la rima popular sobre Ramchandra que acabamos
pro-
número" de campesinos se dirigía a Rae Bareli (distrito en el que se había s)
gramado una gran reunión de deiegados campesin os en Unchaha r el 15 de enero),
de citar, observa correctamente que la noción de raja (rey) y praja (súbdito
estaba "tan hondame nte grabada en la psique" del campesi no que Jncluso se ·'•1H

ellos
informad os por :;us Kisan Sabhas de que "la 01 de11 ele Gandhi era que
44 tación
hablaba en esos térm:nos dC' los líderes populares , De hecho, la documen ':
y
aslstiernn" • Con ·•stas rcfcnmcias a lns rcspu ~~tns frente a "tiandhi"
40 ente
de Awadh es impactante a e~te respecto. Shah Muhamm ad Naini"Ata, descendi
al ámbito ele la P"' ,:-'.pcii",n cumpesin a 501.ir" nes
··R,1mc:handra", he11H•s entrado ya de un musulmán pi¡¡dp,o r1>verenciado tanto pcr hindúes corno por musulma
los acontecimientos p1Jli1icos de l!WJ-Z2. en la aldea de Salon (distrito de Raf 8are!i), se convirllu e11 Kt:!y de Salon" cuando
se unió a los rebeldes en 1:J~U. Jhlt•guri Si11gh, fundador de lo que probablemente
fue
fue la primera Kisan Sabha del movimiento en Rure (distrito de Pratapgarh),
dr. él que se había "tragado todas las feye· {.
La pcrspccl iva campesina aclamado como "Raj~ ,Je Run.:" y se d:jo
El falso Ramchan dra establc•ci ó su "reino•· en la región de Goshaing anj (distrito
"Estamos a faw,r ·l< Gandhiji y del Sarkar". Tilnto k,s campesinos de UP c:umo o
41 o la de Fa zabad), dond1• presidió su corte e impartió justicia-antes de ser arrestad
los rebeldes campE:s·nos de cualquier otra p¡irte , parecrn haber mantenid un sirviente tl\\l-Ra.la de Parhat, había hec~o
sobcruno di~ta11te. ~, "Sarkar"', aún s¡ se en enero ele 1921. Thakurdí 11 Singh,
fe en la justicia y benevolerH.:ia de un
sus despótico s ¡¡gentes. Desde este punto de vista, quizás pueda lo mismo un par dt nrese:s antes en algunas aldeas de esa región en el distrito
rebelaban contra del
irite- de Pratapgarh. Igualmente. en lebrero de l 922 se informó que los Hderes
decirse incluso que había una gota ele verdad en esa frase del informe de el t(tulo de Ra¡a y recorrían los campos
IJ reverenci a hacia Gandhi como movimiento Eka habían empezado a asumir
ligencia del distrito ele Allahabad, que explicaba 45
originada en la creencia ele que él tenía influencia sobr~ el Gobierno.
con ''grandes cuerpos de arqueros y lanceros como ~11ardaespaldas" .
La sustanciosa rima que hemos citado, proveniente del tahsil (subdistr ito]
..'
un .rasgo central de la tradicion al visión
Patti <le Pratapgarh capta entonces

Tal. 25 dt junindt !921.


42 UP DAG ~Jl92I. O.O. No.!620 dcl Comi~node lo Oíocinade Publicidad. N..,ni& 178n.
38 Wosc IOL, l..<>nurc.s. L/1' & J/•,/1448 u, 1916: 1) 1' & J/1,/1 488 de 191 7. IJf' &
J/6/f.S07 de 19 18: GOi, Ho111c c11,11do anículo •n el L,at1,ni1 ulado ·P,rversion or Pea.,on1,·: Siddiqi, op.ci1. pp. 173n
1•rn~,. Conr. 1?1?.101110 5l. 43 !bid .• pp.200 & 112n.
y Pc«rs cr•n los Sub
39 UI' DAG 50/1?21 Kw<: llailcy • Sccrci,rio en Jek. 15 ele enero de 1921. Nc!,on. fa,n,

.
44 lbid.• pp. 122-ln.
de tncrode 1921; lníonnc
Conu~anos de tos uclli; <!i~ui1~ nombr:tdos.. 45 UP vAG 50/1921: 1ele~r•mn del Comisario. Lucknow lll Secretorio en Jefe, UP, 11 1910-21'. S11ó11/ Sdtnri11
40 lhid., Hailey ol Sccn.:t:irn• ~n Jefe, 13 de enero de rtn 1.

t
in Oudh.
nrnry lin.ha', l11d1un Economrc
4J C(._Gop;1I op.cll .. pp. 49. ~on: U. C:,um~ch 'A¡;:r-aríon dii;lurt :1ncc.\ m ninctci.:ruh-e~Uo,Hm, 1976. panim.
Mch10. p.3; S.K. Mi1ral y Kopil 1;umor, 'Dobo Ram Cho.nOr, ond pc1>.,on1 up,ursc
71 Uun,o 1978): lragmen10, del Enxl><hman y el l.eadtr como tn las nwa., 19 y 46 arriba.
Cf. 'La hija del capllon' .
T,-:ir de Pu,hhn para un retrato do l'ugachcv. el Pwtndien1e. ·
& .\', ,, mi 1/i,ttur,· R,-1·i<•K' \ 1 (1966); J);mid r:,dtJ. l(chds in 1hc n~mc oí 1hi.:

"'
97
96
habían
los: y pm de Rae Bareli), Mata Badal Kc>eri. reu11 ic', liOOO ruµias entre los Ko~ris que
campesin a sob r: el mundo político: .Existen gobernantes y gc,h,irnnc 50 •
serlo. para que sus súbditos ;Kudido al Con_gr<!so
lo general los g(,hernan tes son justos: tienen que
,.._,., ,\1 llegar el in vi!'TnO de 1920-21 , el movimie nto Kisan Sabha había ganado
permane .ican cr,ntcnto s.y para que el Orden prescrito de li!s rnsJs
funcione
de castas,
de A1,·aclh considerabl e apoyo entre los colonos y jurnaleros de un amplio abanico
normalm ente. Como vere1ros, esta s~rá la, isión que los campesinos de casta
de ellos--ac abarían por d.:scarta r. a medida qu<' incluyen do a los musulma nes. Quizá para entonces , !a concienc ia
-o al menos algunos sectores
ganizado res del movimien to; de ahi que tal
. planteara nuev.os problemas a los o r
su lucha ganaba en madurez entre 1Ql9 y 1922. . la directiva de Ramchan dra estipulan do que después \'
tracJJ. vez se hiciera necesaria
Sin embargo , en las etapas temp~anas del m;vimien to Kisan Sabha, el venidos
s de protesta de las reuniones, los Ahirs locales debían atender y alimenta r a los Ahirs
cioi:,~lismo_fue preponde rante. Una de !as formas más temprana es y otros, debían hacer
de lej os, ~n tanto Kurmis. Koeris, musulma nes, Brahman
ial
campesin a que salló a la luz en Awadh durante este período, fue la inmemor lo propio 51 .
de los
práctica del boicot social, el nau dhobi band. La sanción consuetu dinaria un sim-
El movimien to campesino en Awadh estuvo marcado además por
panchayats de casta de las aldeas fue utilizada para imponer el boicot en tre los as, a
46 tuvo que bolismo religioso omnipres ente. Al principio , e:1 las reunione s campesin
campesin os . Parece ser que el esta.l)l,:ci miento de las Klsan Sabhas recitaban fragmento s de Ramchar itmanas
Iá solidarida d y la autoridad de casta menudo Ramchandra y otros dirigentes
ver también en gr ado no desdeñab le con la India,
de Tulsidas , la epopeya religiosa favorita de !os hindúes del norte de
52
las primeras Súbhas. corno
del panchayat. ,.Js aldeas donde se .establecieron el Awadhi,
sus poblador es una proporció n elevada de apreciada especialmente por la gente de esta región. Su propio idioma,
Rure, Arkha y Rr.sulpur , tenían eiltri; como
de era después de todo el idioma en que Tu!sidas compuso su obra, y un lugar
Kur mis y Muraos. castas de agriculto res "superior es" con una tradrción rnillns de Faizabad) , fue sede del reino de Rama, parte Intrínseca
ría Ayodhya (a pocas
sr>lida1 idad e independencia; la base Inicial de las Kisan Sabhas se establece
de su mundo. La frase "Sita Ram" se convirtió muy pronto en la co11trase
i'la
47
entre ellas • por campesin os musulma nes come,
principal del movimien to, y fue usada tanto
habían
En la región austral y oriental de Awadh, se consi.deraba que ios Kur mis· mitinei:
to desde los último$ meses de 1919 hindúes de todas las comunidades, p.ira convocar participa ntes a los
sido la espina dorsill de todo el movimien y (en una etapa posterior ) a resistir contra los ageñtes del Gobierno y terrate-
hasta prin: lpios de 1!'121 4
H_ En rnás de una referencia en sus not ,s y diarios. Baba
Kisan Sabhas, decomisa r
nientes que intentaba n intimidar a los miembr os de las
Rilmr.han dra m'én!;io~;1 <íimo Thakur Jhinguri Singh :1 Thakur Sahdcv
Sin~h. los
os.
to Kisa11 Sab:lil. habííln recibido bir~nrs muebles o llev.1r a Cilbo otras ñr:c:iones en con tra de los campesin
hr,mllres respor.-:ihlr..i: de incorpr.,ra rlo i!I m0\1rnien
"hr.11esto s: dedicado s. sacrifil:ad o~ llamados ;..:;ishi. Baba Ramch,,u dra tiene mucho q,¡,, <lec ir sobre las palabras "Sita Rilm" a lo
,,yucl¡¡ de algun-.'s K11ri:1is escrita
r el larg" de sus lrngment arios cscr,tos sr,hre el movimien to. En una nota
8nagwan di1, Pray:ig v i\yodhyil . en su.; esfuer zos iniciales pc,r µromr,·:c prlmerns vtr es que llegó a Awadh. el saluc'o soloum
Sahdev ~ingh y su:; familias. h;ibian en I a34, recuerda que las
rnrivi rni1'~o. Er: un pr111 cipi o .lhinguri Singh, ·,iguien
os q ue 1'11 (generalm en te di rigido por algu ien dr.· posición social i nferio r ha,:i.1
tr:niclo qu ~ sop,, rt:H" 1,,,Jo el peso de velar poi los miles de c.,n,pesin 11iamente <h !u11dido. Él promovi ó el uso d el saludo
Rure para e~ i" •lli:r ,,us quejas. superior) se-hallab a am
lo:-; µrimeroi, rn,:,,c:s •h~ !920 se congrega ron en
d e rango,
c!in. Kashi, Prayagy /\yodhya se reuílll'r1Jn y rnrJ1 ilizaron alternati vo "Sita Ram ", que hacia desapare cer esa discrimin ación
fue r ntoncer q u!: Bha~w;1n
"mt•cha grnte loable [sic] y respetab le de las castas
ganándose asf el d isfavor de
d apoyo di· sus pares de cas ta Lo hicieron tan exitosamente c¡t:e: en poco 11empo Ram··,
firme~·, superiores". No obstan te -escribe- . poco a poco se fue difundien do "Sita
~e recaudar•Jn \·arios miles de rupias, y el movimien to lo¡;ró un,1 hase m:is r a medida que el movimie nto se
zad o e11 "Jal Ram", "Jal Shankar" ·, en lugar de .10/aam.
De 111anera similar. en ocasión del gran Co·1greso Kis~n de A\\'«dh renli propia populari dad per sonal, era suficien te para
(distrito desarroll aba y crecía su
Ayodhya en dicienbr r de 1920, el líder de !a Kisan Sauha de f<asulpur nmediato
Ramchandra levantar la consigna "Sita Ra n" : el grito era adoptado de

,16 Slrlfü¡t, op.cil .. p. l 11.


p. 117, W 1' Cr,wh•y ·K•~•n Sahho, & ~gr,;rcan n: ,oh in the Uni1ed Provine,,. 1920·2r, Modtm
Asin11
.¡7 lh1tl. ~O Col. Romchondr, l. RC XI: 'Autobm~r>phicol , ,,1,hook' p . .15
'(C: puede llC~pta.rcon!ttla cocida
·'""'"·' 5(2) (1971) p 101. 51 Jb1d,. p. 12. N. de T. Se refiere .1 fa~ rcgl.1, c.Jé pi;rt," d~ ca.,;;t.a pur f;i~ que sólode nl¡uien de e ;i:-toi nid , b• ja; es
Indio, rnyui tal\lo cgonllml;o y
• N.I!. c1i11 do omp<,<lno~ 111udln~. uno de la, llnni11d11 ".eum., aira1ada•• de la .. y utra~ t•n!'u de \lnQ pcrxona do le 1nf:i11rtHt Cl)!UR_. o d,: , 0~111 :i;upcrrnr, p,;uoa ca.~10.
nunca
polílico rncJnró re:16n en ln..i. m)1t1; 1970. Antes crnn mnyonneme campe~in~ pobru prcfc, 1blc entonces que l;a~ pcr"lon1:1i~ ~an atcnd1di,;. por otro.~ de ~u m1 :i:.m
75.l de 1920; 1• 'N01•• de H,iley p), 'Leadcrship in Souch Asia' (Nu,va
4H C,,1. Ra111ch>n<.lra 2. RC Xlll. lkp:ut unc,:to lle Rc111a_, de (Jp (A), fapcdiente S.2 Nchn, op.c11. p.5.1: D. N. P:>mgrohi 'Peason1 l<ad<:r•h1p' en O. N. l'>ndcy/com
de H>rdoi, r«0<d•bon cdmo
,...,¡,n: el lu(ounc Mtht4. ícchodo 17 de dtc <1nbn, de 1?20: UP OAO 50'19ll, Kwa: CCtl\ls.nodc Faiu,bod a Se<,,.1 0110 Delh,. 1977), p.85. Vie¡os mdr1ontcs tlcl ll'artrdo dt') Con¡ rcso en S~nd1la. drqmo
cu Jdc de UP, 14 de enero de 1?l l. · ~1adari Pa"lh.i 1ambiEn 'recitabo kothu,, 'i conducia rcunione~ c:impe~1n;;is'.
de ,ictrlade, del
4~ Col. l(~mc.1an•lr? 1, ~•pctli~111c de Trnl.l 1: 'l'o_pcrsrulo1ing ,o peosnnc movemcnt in Aw:idh 1921', cnrL, incomplm • N.E. En h, ,di. e;1a1 expre;iones .<e comp,mcn de: Joi (viva¡, y Rom. Si1a o Shonkor, noinbrcs
de 19.19 y Avodh (.«el UP, kc k1 ... u1on por mere "'J' v1ch:ir'( 14 d, julio de 1934~
Traducción de Pandey de los papeles pant~ón hindú, y se usan comu 4.ln saludo corricn1e • ·
J(;unc:lundr,1. e.1ccpao cu:ind-, '4.' tndk:. om, CQ.Q.
'"'f
98 .. :r ,' 99

de un,i aldt::1 ,, o lr.i y en un tie111po nolable1111:11it ,:orto miles d1· ¡,,·rso11.is se Estns reflexlo1H-:1; tlr• un lt•11J1brt· q::e por entonces s~ iba i:1cllnanclo cada vez
57
reunían a verlo y esc:ud1ar su discurso'·'. más hacia posicionr s de izc¡uier1Ja, sr.1'1alull el tipo cle conciencia relig iosu que
En otro lugar, Ramchandra escribe aún co11 111:i:; orgullo sobre el pod~r los campesinos le i1npri mie1on a su lucha. El q_ ue-Ramchandra 110 era sólo un
fenomenal de la nueva consigna campesina. Una vez. 1:11 la aldea de Bh,mli (distrito sadhu "medio loco", que otorgaba un significado éspecial a las palabras "Sita Ram",
de Pratapgarh). en los albores de la historia del movi1rdento Kisan Sabha o<:urrió lo ates¡iguan asimismo otrns ot?scrvaciones 'hechas:por sus contemporáneo:;,
un enfrentamiento entre el bando de la policía y los agentes de las lineas de Asl, según el Sub Comisario de Fa:zabad, ·el :"apec'to más serio" de la situación,
Ramganj y Amargarh, y Thakur Jhinguri Singh y sus compañeros, en d otro bando. en enero de 1921, era
Ramchandra registra esto de manera dramática: "De aquel lado estaban los que
manejaban laques y lanzas... de este lado estaba la consigna 'Sita Ram',... tan pronto el lnm·enso peligro que surge. de una organización .que. es capaz de ·re_
unir
muchedumbres enormes en un tiempo muy corto. La.existencia de una comraseña ·
como se exclamaba "Sita Ram", miles de campesinos se lanzaban en oleadas desde delinltivamenle acordada es otr9 ·peligro.
las aldeas circundantes". No se requeríé, sino eso para que policías y otras
a1;1toridades se fu eran con su música a otra parte: escapaban tan sigilosumente La-parte final de-esta afirmación f:Je elaborada más.adelante en los siguientes
como podían, junto a los hombres de los terratenientes 54. términos: ·· ·
En retrospectiva, Ramchandra llega sin duda a atribuirle poderes milagrosos
a la frase "Sita Ram". Describe un acontecimienlo en el cual un sirviente de la Una de las armas más poderosas que está en sus man9s (ele los campesinos, G.P.),
propiedad de Amargarh cortó por la fuerza la cosecha de caña de azúcar de un es el grito de guerra; Sita Ram Kljai. Todos dicen ql!é cuando se escuclJa la mayoría
campesino, para alimentar a los elefantes del tetrateniente. Cuando retor~abu de la g~nte sale, y as! sucede pqr lo general. Se ha convertido en el grito {jaif del
con el botín cargado en el !orno de un elefante, fue detenido por un trabajador descontento58. _··
de la Kisan Sabha llamado PraY¡ag. "El conductor incilí> al elefante a avanzar sobre
él. Pero Prayag se mantuvo firme, gritando 'Sita Ram'. El elefante se rc:husó u El arraigo de los símbolos relígiosos en la mente del campesino puede quizás
av;inzar.'' Rarnchandra continúa relatando que en la rr-gión de Awaclh donde senté> también ponerse en evidenci., a trav·és de.una historia ·relacionada con la el~cción
sus primeras bases, lof. árb<>l~s de rnil ngo en la-> aldeas de v<1riJs m,lias a la de Rure como sitio para establecer la pri1.nera Kisan Sabha. V.N. Mehta, después
redonda sólr¡ dab;in frutn cad;; trrs ;IÍí os. "Gr;,1·i;,1, ;_i la ('(,11s1gna Si l.i lt1111' de reillizar su investiguci(l t] sobre el movimiento, sugirió que en p,1rte se había
,l
empezar0n rJiJT fruto cada ;1ño", Y c:,,ncl1.11'e: "l::1 , l:;s sit uacio·1t:s m;í s dilirilPs escogido a Rure ptirque, ~t·gún la l'i:yenda, Ran1 y Lakshma11, lr.is héroes del ,
Romayano. habían desca1,s;1do una vez allí. Tul,idas .había escrito: ''.raj sarna/
los campesi11<1s recurrían ,1 I¡¡ rn11signc1 'Sil; Rai n·, :;1<1cias a d l:1 se cur1q~lían i<J;
más diversos (k 5r.os. Como result,Hl0 ele ellr¡, 1;1org;111ización (lns Kisa11 'i¡¡l;has, uirojat Runi' (la compafi ia de los príncipes honra a Rure éon :.u presencia), y la
C.P.) se fortalecía cada V"'Z rn;ís••,;. En otras "nota,;" ,:scrit as más o 1ne:10,· por gente de Rure aseveraba que ésto no era otra cosa que una referencia a su propia
ta rni.sm,1 époc,, -entn• 19'.l!! y l'.110-, Rarnd1<u1dr., ~1: l;; ille r1 t¡¡ de <¡U'! iv, ca111- aldea 59 ¿Qué mejor bendición tradicional que ésta, para el lanzamient9 de un
pesinos de Awadh se estuvier;rn olvidundo de la;, d os simples palalir;,s r:on.la~ movimiento pr;litico justo y recto rlesde e$e lµgar? ,
que habían c<mseguido arrancar¡¡ los británicos \'ictorias ti.ln gr;rndes corno la La idea de una lucha justa. o mor al, parec•~·haber,sido' lundamental para la
Ley de Rentils ele i\wadh (es (]¡,dr, la enmienda G.P.) ele 1921 y la uprobacié>n de aceptación, por parte de los carnpes.inos, _ de la _necesidad de.rebelarse. Corno
un Ministerio del IPartido del) Congreso, de un Proyecto de Ley de c,,lmrn to para tal, la explotación no era vist~ como injusta. Eri inevitable que algunos gol::ier •
U.P en l 939, <.JUe llegaba mucho más a fondo56. naran, dirigieran los rezos, fuerrn dtreños·de la-:t !"er_ra y ot ros trabajaran, aunque
Q
todos vivieran de los frul os dl su trabajo. Pero ·era importante que todos los
miembros de la sociedad p11dieran vivir defo~ recursos disponibles. Cuando
se vieron amenazadas las necesidades <le subsisten_cia de los campesinos en Burma
SJ c;:-01. Rnmc:ht1nd~3 l , E)pedu!!'IC de ·1·c111:1 1: 'Av:idh kc kisan pur mt·rc mj i vich::ar' (14 de julio de 1934): Nchru,
op.c,1., p.52; entrovistas co,, el difunto O.bu Mangla Pro.sad, uno de los Congresisu1.s de Allahobad. que había sido
incorpor.ido al movinuenlo campesinc> de Pratapga.rh en 1920 57 Ranaju Guha h:i llam~do m1 íltt.!m:1/m (;Obre este con<:tpto que aparece en algunos de los CSCntJStempranos de
54 Col. Ramchonor• 2: 'Au1obiographical No1cbook' p.26. Korl Márx.
55 lbic., pp.26-7. SS UP DA(; ~!W)/1 91 1: Hailey a Duele,. 24 de enero de 1921: y la 'Noca· de Hailey. referid, a las opiniones sob,c
56 Col. Ramchandra 2, RC XIII. Col. Rornchandra l. Expedii,n,c ,le Tem, Nu. l c'Norn' de 27 de diciembre <le 1939. ~l. Pt:'1crs y Scou o·c onnnr 1atljv.n1a il lt1 cana de Hailey :i Lamben: 1 de febrero de 1921 J. ,léase r:•mbién Nehru.
El Pro~ecco de Ley de 19:19 re,·,b11, lo oprnboción <lcl Gobernado.· y se rnnvmió en ley sólo en t940desputs de lo
411 op.cl1.. p-.53
,enuncia de tos m1111stro.s dd (Partirlo dc-11 Congreso. ! 59 Informe _~.1d~ta. c11adt1 en SnJdiq1. llp.ci1. p 113n.
;-

10 1
100

cc,sttnnbrc por generaciones. Los últimc>s eran de inst¡¡urac16n relativ,11nente


e lndo-C..hin..i clun,1,t<· la éporn c,,Jr,nial, fue cuancl<> estallaron'· " rc:lwlr111ws m;,s rt'cie11tf•·1•~. Con hnse en sus investigaciones de oct1Jbre ele 1920J Mehta infor'.nó
ferr,c,-~ • . De 111r1clo similar tL.a ndo el. terrateniente ·decidi(, <•xtr;lf'r nuevos y
1 11
que t'II l'rntapgarh, políticos de base ur;,,1na como Mata Badar Pandey hab1an
al>usi\'Ci!> impur·si,,s •~11 un peri<,do en que grandes si•ctorer dc•l ca111p1•s111:Hl1, tonlíldO la posición de que al terrat<:niente no podía pagársele nada por encimil
estabi.ln expi;rimentando enormes penurias, fue cuanoo en A., ,,rlh SP :1su1111.-, 1,, del arriendo: pero "los colonos hasta ahora no se ponen de acuerdo con
resistencia como m<>ralmente corre;ta y necesaria.
ellos" 6~.
En el distrito de Al l.lhabad, el agente de inteligenci;i lnfr>rmó que r.xistían El "compromiso KisM", que se lntroclujo en mayo o junio de 1920, y que se
diferenc 1as en la respuesta de los campesinos. según trabaj.iran éstos en las tomaba en la fundación de cada nueva Kisan Sabha, consideraba aún Ji terra-
propiedades de amos residentes, o en las de amos ausentes. y entre est<JS últimos, teniente (Thakur). como fuente de justicia y protección frente a sus opre! ivo~
en-especial en las de "11ombres nuevos", banias [comerciantes ] urbanos, mahajans agentes (zi/adars, peones, etc.), Este "compromiso" decía lo siguiente:
·[ prestamistas ] y similares. ·

En ninguna µarte hay una objeción genuina al hari y begart (1r.1hajo fornido, G.f') J. Nosotros los Kisans (campesinos I vamos a hablar la verdad, no la mentira,
que se pr~sta según la costumbre inme(llorlal, a los :zc:mindurs wnocidc,~ y tenidos y vamos a contar correctamen te nuestra histQr la de infortunios.
en consl<kraci ón. r,ero hay una tendencia a oponerse a ent regar el na:zrunu, 2. No vamos a.tolerar golpizas o abusos de nadie; no vamos a alzar la m..no
ha1hyana. tw,trmmu (lodos e:los "impuesios" relativamente nue·,.,,~. G.P.) y a trabajar 1
contra nadie, pero si un ziladar o peón alzD la suya en contra nu1~ ra, entre
en bt:nefL:ir, de terrJh:nientes le/ános y úesconochlos, a ex,~i,ncia de karmda, cinco o diez ele nosotros vamos a d(tener su mano. Si alguien nos abusa
1
[ empleaú,>S; y Cl{wym ( capatac~s) r_nal.hablados~ •
vamos a pedirle entre todos q ue se detenga. Si no quisiera escuchar le
Quizás el sentimiento contra estos "hombres núevos'' contnbuyer a también llevaremos donde nuestro Thakur.
a la rebelión campesina en algu'10S distritos de Awadh. En r:nero de 1921 se pensó 3. Vamos a pa-gar nuestro arriendo en el plazo indicado y a exigir un rc.cibo.
que la animosidnd exhibida hacia .un·o o dos raluqdar., Sikh de Rae Bareli, se dcbia Vamos a ir juntos a la casa del Thakur a pagar el arriendo allí
a que se los co1sicJcrnba com1J intrusos. Se informó también q1,e en In linea dF.: '1. No vamos a pagar contribucio nes ilegales como gorawan, moror~w,1n ,
Sardar Amar Sin¡¡h. los campesinos habían acef)tado el lidcr.1 11.¡o de 1u. C<Ji<mo ha1.':iawan. No vamos a t1 abaj ar sin paga. Si al¡¡ún peón atrapa a un Kisan
Rajput C()n dcr1-,:'10s de 1,c:upar:ir,n, que fue desposeíd•> dr ,;1•1és d<'I M1,tinh?_ (parn trab~jos :orzados) los demás aldeanos no han de tomar sus comidas.
T;irnblén en el.c:r~tritrJ de Rae 8s1reli, durnnte el ¡isaltu a la pr<J¡,ir•rfarf cl•1I rr1ll11¡dw· antes de liberarle. Vamos a vender upli (tortas de bosta de vaca), ¡,a1a1
mi!nor Kurmi ,:,, :-chg;irm-Pacc:himgaon. los Ci>mpc:s;r·,s s•• ('() ll VÍJ ticr1111 r:;1 (hojas de caila de azúcar pi.lril tech,1r) y bhusa ( pilja) a precios menores
seguidnrcs de 1, .., df:SC!!llditnV:!S de los co-arrendatarío, Kurn,i lflll: li;tlJÍilll sido que los del l).,7ar, pero no vamos a entregar estos artículos sin paga.
ta;nl>ién dr:sp1Js,•i1los después riel .\fotin''·'. Quizás un sentimir:1 .t,, ~imiJ;,r anun;1t:, '.l. N,, vamos a pPlcar y si lo har:em,,,;, , amos a arreglar el conflicto er un
tMnbil:n !a 1:ntri,1:iz:., ii,n de Shah .Naiin i\tá -{lr..~cendic·nt•· r!e lln,, línr•;, clr; ponchoyal. i:'.111:i aldea. o entre dos o tres aldeas, ha de formar un panch,1ya1
re·u:renc:iad os IJ•'•llf:lartr,rc r de laakléa- c<'J mo· l{c~y de S~lo11 y trarnr allí csl os asuntos.
Existe 1 asir:1ismo c:vidcncias de que los derech,,s "just"~ · y establecid<,s Si algún Kisan P.stá con problemas lo vamos a ayudar. Vamos a asumir las
fi.
durnr te muct.o U':1npQ en favor del terrateníerite. eran aceptadr,~ tanto en Awadh alegrías y tristezas de e tms Kisans como si fueran las nuestras.
como e 1 /)llahat¡acl. Un testimonio rnntempi,rírn eo s011re la agi! :i, 1ón Ki~an Sahtrn - No vamos a temer a los policías. Si ellos (nos, G.P.) opr imen vamos a
en Awadh scñal;1ba que eran nicnor.es las 'cjuej,1s de los campr·:,inos por el lx,14ur. detenerlos. No vamos a someternos a la opresión de nadie.
rasad y los dern;j~, irnpJJestos, comparadas con los ·sentimi1•nt,,s de furl,1 qu,, 11. Vamos a confiar en Dios y con paciencia y ahínco vamos a tratar de poner
abrigaban en cc,nm, clr.l bedakhli .¡ el 'nazruna; "LCJs prirnerr,s habían sidc, un¡¡
66
fin a nuesi ro(s) agravio(s) .

64 lnfon-1c Faun<hoq,<. p 27).


60 Jomes C. Sc011, n,, nmrol "'"'"''"·• "'1h,¡,,ruán,, Collíomio, 1976. ¡,a.rsim. . .
m,,,,.rnon
61 Nntffl>k, ••• el mon,n'o,laldo n un colono poro ,iem,lllrlc e'nlror, o perm•necer en la 1lrrra Hnlh';l(J"'' y
65 lnfnrmt M, hll, p,~7.
6 6 E~la tr:uJu,•c ión aporte( en ibid. pp.I09· 1I0. E t ,,:omproml!'_o aporcc~ íirm11do por Oauri
S1nk1r M1HI.
eran hnpuCRto, ax1ri111lo• da lo., ~nmpc,ioo. cunndQ el 1orro1cnicn1ccomproba un •~•om,MI o un clcí,nte nuevo. ,.ic,-pn:sld,·nte, ur Ki.,no Snbh•. pero , u icn,uajc y la rccon,1ruc: 1ón dtl "''~!"º por Romchandra <11 ••s escrnos
62 UP DAO 50/1921. Kw~: Coml.<0tio, l.ucknow ol Socr,1orio ·en Je/e, UP, 14 de enero d, 1921. {véa~c c:irtu Jncomplt'ta. sin ícchn. en Col. Ramchandr¡¡ l. E-! pcd1en1e 1), ,m¡ 1cren que Ru nc:handra Y otra ¡ente
63 H. R. Nevi~l. 1!,c~e n,,r!li: Distric't <iuultu rs nf 1/;r U111tc<I Provincct ,,{Axru tmd Om/11, 1orno 39 (Lucknow local. lu•icron un p•p,I pnnc,p,I al cscnbirlu.
1923), p, 95: Stdd1q1. np.cn.. pp.l (i().I, .
102 ?.ebehón Cc-npeii11; y Nocio.naliimr., :nd,o 103

Posteriormente, un portavoz de lus Cilmpe,;I110,; cxplÍ<.:aría, ,il refer irs,: a iJ ,t


JO. Opo11erse la oprt•sii',n µor parte d e los zaminddrs,
daúsula 4. q 1ie las ontid ades de bhusa. upli ele.. que solían entregarse tradi- 11. Llevar toda i la~ qut rellas a su propio pancha.ya/ y someter se a su e
cionalmente aún lo serían en forma gratuita. y que tan sólo se exigiría la paga decisión 6'>.
señalada. por todo in : rernento sobre dichas ca ntidades. En octubre de 1920,
poco después de que Ramchandra fuera liberado de la cárcel de Pratapgarh gracias Hay varios puntos ele COl\l'Ordancia entre el juramento Eka y el más temprano
a las manifestaciones masi vas de sus seguidores, decretó la reposic ión de los
compr omiso del movimiento Kisan Sabha. En ambos halla exp~esi ón una moral
niveles anteriores en las prestaciones consuetudinarias como hair y bhusa, karbi
campesina tradicional. Existía un monto correcto de prestaciones que las clases
y bhent, que los campesinos debían pagar 67 . ~s ta postura podría ser mejor
superiores podían exigir: és te debla ser pagaao con rapidez. Debía rechazarse
·ébmprendida a la !u.: del concepto campesino de un m undo moral, antes que con
el crimen (juramento Eka), o debía mantenerse ,la veracidad y la fe e.n Dios
términos como "moderado" o "radical", que nos prestamos del discurso ele las (compromiso Kisan Sabha). Además, ambos enfa~izaban simultfineamen~e la
élites. Bajo esta óptio podríamos también entender las dcmar.dns •·no del todo
68 necesidad de unidad y auto-ayuda entre campesinos: y sobre todo la necesidad ,
simplcs" de los 3.0Q(, campesinos encabezados por Baba Janki Das y otros, que de apoyarse en sus propios ¡)(Jnchayats para· resolver·to,do conflicto Interno.
asediaron la casa del Thakur Tribhuvan Bahadur Singh de Chandanian (Rae Bareli)
Parece evidente que ya en los inicios del movimie.n to c,1mpesino, se había
el 5 de enero de 1921, para exigir el cese de los desalojos y "la expulsión de u na
dado una tensión creciente entre 1~ estructura \rádiciohal de la sociedad ¡lgrarla
prostituta mant ~nida por el Taluqdar··.
y la insistencia de los campesinas en implementar práctica~ tra_d icionales: .A.si_,_
El aspecto r •;ligi oso-ético de las demandas campesinas se hace evident e
se consideraba que los a,rriendos debían ser pagados, pero solo s1se les otorgaba
también en el juram,,nto r¡ue hacían los aldeanoi. del norte de Awadh para expresar reci bos. Se cumpliría con las prestaciones de cosrnmbre, pero no con cualquier
-&',

el apoyo de sus aldeas al movimiento Eka, entre fines de 1921 y los primeros ' 1-:
exigencia de montos por encima de lo habitual, ni tampoco con cualquier impµ~to
meses de 1922. Un elaborad<I> rito religioso acompañaba el j uramento. Se cavaba.
nuevo e ilegal. En general, los campesinos resi:;tlrí¡rn la. opresión de la pohda
un hoyo en la tierra y se lv llenaba de agua, para r epresentar el sagrado río Gang,,s.
y los agente;5 del terratenien te, aunq11e t,o<lavía p9dría_ n arn~ir a éste en b',usca
Sobre éste y delanle de todos los aldeanos (que en ojos de los hrnc ionarins. enn
de arbi traje'º. Ya en tiempos del movim iento Eka, esta tenswn lue hasta cierto
traídos mediante al:,11s0s y amenazas de l>o;cnt social), un 1;n11di1 rf.dtah0. un rezo.
punto res utlta con la ac!:)pl i 1,n de una posición más militan :e <·ontra el s:slem a
~e recol1'.t:l aba u11a 1·uota de cuatro anrws o m;í!, por u1 bcza, qu¡: st: 11saba en
t radicionHI en su conjuuto. T, ,da vía había el comprorn I?0 de pagar los am endos
¡H rte para pag, r lo~ ot~rvicios del pandit. Fi11alm(•11te. se ildmi11istrnha ~I j1ir;101ent<J
,,cordados entre terra tenie; 1!1,.; y colonos, per o éste ya .no era el caso d ~ otras
y ,e formaoa 1;11 panchuyut par a resolver las querellas en la ald ea. Según los
cont~ibuciones cu nsu.etucl in.irias, com o hair y bhusa. Los ca mpesinos ya no
d i versos mand,rtos del jura1T1cnto, los c;1mpesi11os i'C e<Jmpmmetían a.
realizarían /Jegor sin rernu nerac·6 n, n l pagarían por el uso de ta1_1ques de riego
o oastizales: porque tanto el agua como el aire eran un don de Dios y las selvas
l. Reh usarse il salir de sus campos si eran expulsados ilegalr.1enIe y ~tros terrenos sin <.:ullivar habían! ido usadm. en común por mucho tiempo
:1. P,1g¡¡r s<',lo el ,1rrie11do registr,1do. (mucho antes de :a llegada del sistemo legal británico y del registro de derechos).
::. Pagar el arriendo regularmen te en las lechas acor dadas. ~'inalmen te, los cumpesí11os se decl a1 aban d isp~estos a ~esistir con firmeza tod9
~ Reh usai-se a ¡wgar l(!s ¡¡rriendos sin r ecibe/. intento dé desalojo ilegal de 5us campos y por cierto a oponerse a todos los actos
:i. Rehusarse a re,, liz¡¡r /;ehar graluito p,mt los zamilll!ors. op1 esivos del terrateni ~nte. Los elemen tos de defer encia que aun sobr evivían
li. Rehusarse a pagar lwri y bhusa. en el juramento Kisan :iabha - que se expresan ei:i la esperanza de q ue el terra-
7. Reh usars,: ,! ~•agar por el uso de tanques ele r iego. teniente impartiera justi cia- habían ya desapar ecido.
Este cambio de to no refleja otro rasgo del poderoso movimiento ca_mpes.!no
8. Rehusarse , pagar por el pastoreo de v¡¡cas en terrenos de selva y
pastizales. bajo estudio: su capacidad de superar alguna,s ·de sus propias limita.ciones
tradicionalistas. Al ver cómo haQían actuado sus' patrones, los campesinos de
9. No pr estar ayuda a delincuentes en la aldea.

69 SidJiqi. op.cil, p.154. .. .' . ,


67 loronnc Mchia. p.110. 70 En otro nl't!el, el uso t..lc:1 ~aludo lrntliciunal ·silil Ram' reíleJab~ to:~n1sma ttn_s~ón , dado que fue pr~,1ov1do e~
parte para b,urcr co~ Ja concic:nca campé.!>111~ ~e j~nt.quías y la ~C!Jtud de défc~t!ncta, y fue re:chiu.otlo (como he.mes
r,R ., icid,q,. op.cll .. p.154. mencionado) por 11ucmbros dt: las ..-la.«-~ pnv1leg1ad~,
-~

105
104 ' ; ·,·::;•1 . ., •::,.,

Awadh fuer::>n aprendiendo ,nlefender strs·intereses. ,\ luchos de los viejos lazos primero rn Champaran, constituí an por esos a~_os un~ importante fuente de
entre los terrate:nien tes y sus colonos: J'abradores Y. otros sirvientes. se habían inspiración para el cam¡;esino de Awadh. Tarnb1en fu: nnporta_nte el apoyo de
erosionado con ·Ia irnp()sicif,n del orden británici>, a trnv!\s del registro de los Congresis'tas, Khilafatistas y Liberales locales y la 1ntervenc16n de hombres
derechos, el cobro· r iguroso de a_rriendos;· im'puestos e intereses: la acción de los como Jawaharlal Nehru, que con tri buyeron a imbuir aún más a las Kisan Sabhas
tr ibunales ·en el cumplimiento de estas ·obligaclor.es, y más recientemente, la dé símbol os y consignas nacionalistas y les dieron por cierto una publicidad
presión exfraordinaria que recayó s~bre el campesinado dunnte la Primera Guerra más amplia. Pero no debe exagerarse el papel de los ~olíticos ~rbanos e~ el
Mundial. Ahora,' con el surgjmientó de las Kísan Sabhas (que trabajában a veces crecimiento del movimiento. Toda sospecha dP. que podna haber sido ~I [Partido
en allapza con voluntarios Liberal.es y .del Congreso) y posteriormente, de las del) Congreso (o los Liberales) quienes politizaron al campe~ina~l? de Awadh,
asociaciones Eka, el servilismo del campesinado se desmoronó aun más. Pronto incorporándolo así en la campaña más am~!ia en contrn del Ra¡ ~ntarn~o, queda
s~ lanzarán a 'un ataque mas·abierto contra el viejo orden, y el movimiento desmentida-por el itinerario de la rebel!on campes111a y la violencia de sus
ingresar~ a una nueva y significafiya {<jse. acciones. .
Los co111ienzos de esta fase nos.remiten de nuevo a los acontecimientos de Resulta claro qu,i la masa de campesinos asistentes al Congreso el'! Ayodhya
diciembre de l 920 y enero de 1·921. El gran Congreso Kisan Sabha en Ayodhya retornaron á sus aldeas cori su propia e inesperada interpretación sobre el
e! 20 y 21 ct'e diciembre de 1920, que con tó •con la asistencia de 80-l00.000 cam- propósito expreso de dicha reunión: "poner fin a las atrociuades de los terra-
pesinos. parece ~aher marcado un mo¡nento decisivo. Inmediatamente después tenientes". Ramchandra se había hecho presente en el Congreso amarrado con
del Congn.:so,·lqs campesinos se echaron en las rielcs·hasta que se les permitiera sogas, ·un gesto dramático que aludía al cautiverio del camp~sinad,~ de ~wadh.
,iajar en tren a sus hO(,ares sin pagar pasajes; una v-~z en sus aldeas, se dedicaron Antes de que el Congreso terminara aceptó ser desatado Y~ que g'.ac1as a la
74
a realizar prolongados debate.~ sobre los acontecimientos y resoluciones de la reunión. había sido abolido el desalojo" : El público campesino tomo este acto
reunión •·en los panchaits (p(mchay'c;is, G.P.) que de~de enton.ces se establecieron en t1n sentido literal. El desalojo epitomizaba la opresiva autoridad de los
en casi todas las aldeas··11 . Por primera·-vez, según comentara un funci onario, terratenientes, y durante l os tres meses siguientes dicha autoridad ' ue atacada
estos aldeanos "hablc1n eir,pezado ·a percat11r-se del pocler de un campesir,arlo una y c, tra vez. Durante todo el período se suscitaron_molincs a lo 1.:rfO de Rae
unido: a darse ,::,;eI1ta de tp.Ie en ~us propia,; monos tenían ,,¡ remedio para los Bareli, Faizabad y SuIta , pur, e igualmen te se extendio la protesta ,1 otrns Jreas
mf,s flagrimte~ ,,grnvios y cxncciones ilegaiE'S· ele los terra tenir ntei "7l_ toca ndo ¡isp~ctos que hasta .:ntonces no habían sido cuestioni\dos.
PMa Pn1,r1, d <:. : 9J 1, t r ;1~ :.1;1a i,:1vC?stigaciú1) c-n l.1. d ivisién, ele Faiz¡¡!Jad. otro Desde la divisir"ln de Faizabad. l os gobernantes informaron sobre In "negativa
funci c, 1ario in:•m 1¡,¡qui· ~, :-,io:n !;1nwyc,na d e los nJ!;,11, ,,; rxpr;:,;~bi\ "c:ierto gr<1do "encral" de cultivar el sir d<!I tcrrJ t,:niente en Prntapgarh. Sultanpur y partes del
r!,~ apego" las p r,>pi,id,Hl1,5 ;, l,,~ q ,ie p-:>rtcntccen", ¡n recía;, 'íirmemente detcr- distrito d 1~ r:aizabad 75 • El Raja de Pr,1t/lpgarh. un prominente taluqdar, t:onfirmó
:ni11,,dos a ob,·d,.•,:cr :i i:us ii<lcws (Kisan '.·abhas. G.f'.)". C0n!e11ta después sobre la trans fon~ acifln del carácter de la lucha en enero de 1921. al enco1trarse con
la masiva reu: :ir,., pr/Jgram,11.I,, p;1r,r el IS de en0ro de 1921 en l!nchilhar. dist ri to que los col_o nos rechaza ban su "liberal" oferta de arrien_dos por 14 año; , que hasta
de R1e l3areli. é ll l.1 (U,d Ranwliandra decidirín .,i en el fu ·urn se pauar[;:in '> no hace poco había sido aceptada con avidez. Por l a misma fecha, se ennezaron
los arrie ndos: "J." ,1rg;111i,acir, n di·: J¡¡s snhhos ele <."0!0 110s es_,·~ tan cn711plet,1que a escuchar protestas en contra de las exigencias de rasad Y begar en Bara Bank1,
en caso de qtH· sts , ,rtlc•nes no s<'.illl impi íci tamenl e obede<:icl,1,;, f'S pr<¡bahle q u~ un distritó que hasta entonces no había sido afectado por el rnovimicn:o Kisan
7
b tas ele '.:ualq11ier 111,.11!0 trm:,.11I mucho p,:so" J. [n /\llahabad u11il nueva autoriclad _, Sal>h,1 71' .
había ~~al ad o: "J.11 p.,J.ibra de G11 ndhi es suprema". Babn f{;i rr:cllanclra s1.•rá Tam bi én en enero d e 192 1 se d i eron diversos ej emplos d e at ¿¡ ques a las
"im¡. lícit;,ment<' obl'clf'cid r ". propicdc.des de los terratenientes. Si bien estus ataques se concentraron en el
En 1t,s hech<'>S, l<JS c.:a111¡)es inos iió csper;ron la palabr;, de Gandhi 11i la de distrito ele Rae Bareli y en l os tthsi/1 de Akbarpur y Tanda del distrito de Fa1zabad.
l{amchandra, qt1ien por cntonces _y_é1 tralnjaba en estrecha asociación con los se dieron igualmente en otros lugareó. En varias propiedades Ge R:ie llan'? li, por
lideres del Movimiento dci Ncx:ooperacl6ri. Es evidente que la presencia de Gandhi ejemplo, apareci eron grandes pandillas que destruían los cul tivos d 1: los taluqdars
y del ( Par\lclo del J Co11¡;¡reso, así c?rno los rumores rel ativos a los logros del
,. .
7t Uf' DAG ~0tl92 1. J.::,~,; ~ 1. J11hn F.1c:•1 111, Sub°C\lmisario, Ri'II! llii.n:li. J9dl! L•ncro dt J92L
'
1
74 Siddiqi, <)p.c,1.. pp. 148-9.
1S Sir: 1errcno en rnanO:ti tk.l 1cmuenicn1e bajo titulo t.le cultivo pen,on.11.
h,.
7.! Loe. t'il 1 76 UP DAG 50/192 1 Kv$.; cann.s de Comi:c:ario~. Oivi.~ión Fai1.i1b:ld y Lucknow, al Secretario co Jefe UP. 14 de
7., lbid , Crn111sarit1 dl' !·:111:1\'11d i'I ~\·._·rl!l11111c11k ft.'" UP." 14 lle:- t•ncrn dc 1921 . coCrodi! 1911.
r
~
,
......
1)
106 P~c~:,ón Compes¡no·y Noc,onol,sm:, Indio 107

.v s,H¡ucaban y clcstruían sus sil<Js y granpros. · ,\ p,11 lir dt·I r, dt· (•11<:n, . ,.¡ d1slrifo rlc 1920. las acdones car11pcsi11as ponían en relicve'las demandas de estos sectorer.
se encontrú por ,1lgu11os días virtualmcnt (• c•11 1111 1·\t,1d11 (:t• .111,11q 11í,1. En de los pobres rurales. Sus ataques.alcanzaron a los bazares y a otros sitios donde:
Pratapgarh huho 1111 ;1salto al z1/ac/ar del l<aja ll:11i;1d11r l'rat;1p ll;,li:1d11r .Sin!/h. se concentraba la riqueza. Sus principales blé neos eran los banias (mercaderes)
En Faizabad, en las s, •manas finales de 1920 y los primcros d ías clc J'121 , ocurrieron que se habían aprovechado de los tiempos djtíc,iles para obtener elevadas
asaltos aislados a los sirvientes de los faluqt,'ars, junIn al saqueo y quema efe su ganancias, pero también se atacaba a los sunars (orfepres), a los tejedores y a
paja. Más tarde, el 12 de enero de 1921, después de una reunión que culi~inó otros, de quienes se creía que se habían beneficiado de la situación. Los almacenes
en el ataque y saqueo de los zamindars de Dankara. estallaron grandes motines de granos pertenecientes a los taluqd'Jrs fueron saqueados y destrozados. Se
en.todo el dislrito. Bandas de 500 a 1.000 hombres, mujeres y niños marchaban atacaron las casas de aldeanos prósperos y de casta superior,> se quemó y
79
de un_ lug~; a otro durante los dos días siguientes, ajustando cuentas con sus destruyó gran cantidad de ropa, Joyas y otras per:ten'e,ndás •
e!lcm1gos . En esta etapa más avanzada de su lucha, los campeslnos·lde11tiflcaron también
Para entonces, como ya hemos visto. muchos miPmhros de las castas inferiores con mavor claridad ias fuerzas que se erguían
80
én
su contra • En Falzabad, lor.
Y ios jornaleros sin tierra se hallaban involucrados en la agit,1ci,'m. En J ,s bazares ohjetiv~s de la violencia campesina iban desde losJaluqdars y sus agentes directos
d<: ~ursatganj y Mun:;hi~anj en°el di.stfito de Rae Bareli, dondr la policí1 ahriri fuego hasta los parwaris 81 , zamindars m~nores, grandes agricultores y castas altas en
el fi y 7 de enero de 1921 respec tivamente, se destacaba la composiciún multi- general. Incluían a todos aquellos que esta:ban al •lado del "enemigo".. Como
casta de la muchedumbre. Entre la multitud se hallaba un grnn número de Pasis observara el Comisario de Faizabad, el asalto a los colonos. de casta superior se
Y miembros de otras tribus "criminales·· que constituían un sector sustancial de explica porque en Faizahad (y en Sultanpur) muchos de ellos pertenecian 'a los
la población labori0sa del distrito. La prominencia de estos últimos queda una mismos clanes que los terrateni•~ntes• y ·se oponían a la formación de Sabhas
vez más atestiguada por el punto de vista oficial que los hacía respons.1bles del en sus aldeas". En realidad, durante esta etapa las c 1stas superiores en Fai.zabad
s~queo "indiscrimina do" a id
bazares de aldea y de la concentración de li.ls se pusieron más abiertamente contra el movimiento, dieron la bienvenida a la
revueltas en los tehsil~ d~l sureste de Rae 13,m~li. policía, y cuando ésta llegaba, se "encendían los ánimos" en la defensa de sus
2
En Faiiahad, se¡¡ún se inlorrní1, los 13rahm,1nes y 'fhakurs ru, p,1rlinp,1h;in, "por pr opiedades~ •
¡,, c:rrii::ra t" e11 el m<Jvi,niento, pero "tod,1s las 1.:ast,1, baj;1s ,,.,t:1n ·,/1•c-!i1das • Sr• Por la misrn¡¡ 11.itura!C'.2<1 de estos acontecimientos, k,s .-ebeldes campesinos
1
l••da c¡ue J¡¡s lilas d~ 111s rebelde:<; r:stab~n c<mforn1;Hi;1:; pri11np,,lnw111,, i>"' ,\liirs. prn1110 entraruI1 en t.:,.m!ro11t.id611 directa con las autoridade~ encargadas de hacer
Bliars, l.uni¡¡s y los illl<!r:~blcs l'asis y Ch,un,1r·;, ,... dr:cir. );1,; ,·;¡,ta,; q u •· 1, , •>· cumµlir la ley, que sin eluda al~una estuvi eron del lado de sus enemigos. En lebrero
¡,r,rnonaban 1;1 may()r p;irte ele tr;,b,1jad,,rr.., agri<:, ,t,,•. y pwpJr•i11¡;; e:,,¡,,,,,,., ¡ )(,11 de 1921. un diagnóstico oli.'ii.ll se1"i1Jaba que.
' .;1rain, unn dt los dos principales lideres ;u,:t1vos "" la Kis, 1 11 S;ihlw del ,11,·t11t,1
los Jmans h,111 llegarlo .i valorar la fuerza <le su número¡·, habierdo desafiado con
(,;! otro er¡¡ Kcdar N;1tl1). parece haber <:1Jnrenlrad11 s11s ,,sfunzr,i, pri,p,1,i:11 •Ji~tin,s
í:xiw a los térrnltnic11il"'• están realmente dispueslos a desafiar fo autoridad del
r;n t,·e los holwas (jrm ,alcros) rle los zamintfars y lcis arr,~ndnl,HI//S TJ:;1ku rs 1· Gobierno En gran m,'.cll da han perdido todo mled_o a 1~ policía.
!.lruhmancs, r,rganiz,índolos en numcros,1s Kis,111 S,,l1!Jas. E11 ('<msc:c:11f•1In,,, lo~
Pas1s. Cl1;1111ars, Luniils y ol rJs c,1st,1s trnb;,j¡¡dor;i~ c·~ t:iha11 ,..,1 ,ri111r-r;1 li11•·a ,,11
las rc:vucltas ele los ft•h~,,~ de ,\kb;irpur y T,1nda, d1111df' s;iqu:-.irr,11 las ,·as;1s ""
¡¡Idearios de casta alta y sus mujeres s;1licro11 t;1111IJIÍ:11 a alar-ar ;1 las n111j1 res tic
cJs ta alta 7x.
~ h1c11?roo fr..:cu1.:1H~'i y en d nont: de ,\llat1ab:id y Priui (d1Mritode Prrnnpg1rh), #(!iOCdcnada.s muchedumbn:s ')\warajya·
En gran r:ied1cla, lo:; intereses de los jornalcr<·s sin tierra c:ran convergc:ntes cumpuc'-13...'- di! 1um.ilcru" Ch~Hn..1r~ y Pa<1t. dc<errpleadoc.. se volvieron c.a~a va más a.clivas dur.uuc los seis meses
in thc Allah:lbad localilf (Tesis D.rhl1. Oxford 1970.
511u«mes.' Ooyly.111< d,,·dopm<nl oí ¡-.1h1ic~I o,ganizouon
con los de los desprotegidos colonos menores de Awaclh. A partir de dici'!rnh(e pp .169-71.181)
79 UI' DAG 50/.111921: SidJ q,. op.cit.. pp. 151-.l,!65.
80 S1ddiqi p.r<CC ac,p1ir la v,<ión COllll'tnpor.inco de los funcionar.os de·que los compesinos era~ ·in,disc.. iminnd~s'
77 Siddiqi, op.cit .. p.165. en ~u, o1>quc,, y dó.<cribc, lus Sabha.<localescomo ·,o,olmcnte :111árqu,c,s... en el mvcl de lo occ16n (1b1d., p. l54).
r:1 re•o de la evidencia, ,in cmbirgo. apu111a a un, conclusión 101almen1e dife,ente, no obston11 el cjemplod,mcodo
7~ UI' DA(j 50/192 1.Kws· ~1 hhn Fornon • Sub Comí, ario, ~•• Boreh. 19 de enero d, J92 J, UP GA IJ ~0/1/2 1· pur S,ddiqi del a<>i<o, un<>< 1,jedom oor porte de ·unos diez homb~s' (lbicl., p~.150,153).
telegrama.del Comi<;inodc F111>b.:do UPAO Lucknow. ll-dc enero de l<J~I . y L. Pootr ~ Oobcmldor. 19dc ene~ 81 En A"adh <I (J(ll•llflfi, ra v~10 ro111u un , ir..iente dtl 1crratenien1e aunque tamb1tn re:alizaha \·,:mos servicios
de IIJ2 l. ,níomie de 1• c,ntrc, ,srac'!" R•J• T•w><¡u• Husain dc Pirpur. 10mb1tn Siddíqi, cp.cll , p 166 y Pan,groh,. p,r, el gobierno Me1<alf. úmd. /mr,/11,riJs and the Raj. pp..102-3.
. d1<cn10 Ytti~de Allohabld; hac,a d1c1<mbn:
ni:>-<".; r 95.. C. ,A. O•y Yh:l pcrc,bid?cl m1<mo hpode dcs=olloen10!!elJntTl.llcr~
de 1'1..0. ~sen be, ,,1~níurec.dn c:1mr,<1-mi2do pobr1~~e le han ~umJdo sin uerru, atrapadus repeniinomt"nl~ Rl UP DAG 50/311921. Comisario d< F,·izabad a Secr:ratio ~n Jefe UP, 24 dc<nero de 1'921: & UP OAG 5()(1\121
: r ka ~_uh1da de p1c~10.~ y el .:ihrup10 v,,clc?cn '-U coniro del ,ncrcadotle 1rob.lj1.1tk..i.pués dc. l~ mc~es buena; posteriorts
1 Kws: 1elcgro1110 y cana dd Cun1i,01 io de Fai<>b,d éel 16 & 17 de eo_cro ~• 1921: 1ambién Pan,,rahi. op.ci\ .. ·
,. l: cp1d~m,o de gnpe de
1 t 91 ~ LM dcJ110~ conrrJ 1~ l~y lle cnrt~
l1 :-i l<i~ .ica,1ut·s a la pt>l1d:i por p:.trte de..· lo." Pni.i,: p,97
109
10.3
só,o n t •;t~ lio111hre.
o h;1( ia l()S una fueria de cerca a setenta polrcias 111011tadtis p¡¡ra nrrcstar
Se informr'i también sob.re un crec_iente sentimie nto ele ar1 t;1ijonism multitud es se aglomer aron pensand o que Ramcha ndra ba :i ser
d esertado ;i sus Esa tard e, las
euro peos, así c()mc, sobre vejaciones a los policías-p,,r l,;,her inmedia tamente clespachad::i en tren. y se a·:ostaro n en las rieles para impedir
c~t,1 etapa, grnn
coterrán eos al po11ersf! al servicio de una raza extraña. Durante la partida de la máquina. Cuando una numeros a fuerza policial comenz ó a avanzar
parte de la propaga nda de la Kisan Sabha local denuncia ba a los taluqdars rnmo atacánd olos con ladrillos que
para desaloja rlos. los campes inos respond ieron
a a éste como
..creadon ei; malvada s" del Gobiern p; o, alternativamente, describí encontr aron.cer ca de la estación . Los policías tuvieron que
dispara r treinta y
de asesinat os y crímene s. y sobre todo,
"aliado d e los taluqdars, corno culpable
tres rondas antes de qui! la muched umbre se dispersa ra.
¿I propio Gandhi" 83 . Todo ello tenía poco
como habiend o sido condena do por Rae Bareli) se
era product o ele Más tarde, en marzo de 1921, er. el Bazar Karhaiy a (distrito de
q~-~ ver con los líderes del [Partido delj Congreso. Antes bien, el terraten iente (en este
inos en el cu rso de su lucha. Dada la repitió la conocid a secuencia de moviliza ción contra
la experie ncia ganada por los campes la policía y ataques a ésta. En esta
caso una terraten iente viuda), Interven< ión de
ra de la adminis tración colonial , del hecho mismo de op0nerse a los
estructu Singh, un soldado licencia do de Pratapg arh, Jhanku Singh, otro
rios europeo s y zona, Brijpal
terraten ientes sur gió la necesidad d.e oponers e a los funciona varios "ce \su rabies
de un examen de las c ircunstancias ex-solda do, Surajpal Singh y Gangadin Brahman, pronunc iaron
a la policía. Esto se hace evidente a partir de ese mes. Una r eunión pro-
disc ursos" durante las primera s tres semanas
0s y la policía
que rodearo n a algunos de los ehfren¡amientos entn· los campesm en el Bazar Karhaiya para el 20 de marzo, día de la fer ia semanal, fue
gramada
en .:1::ampo de Awadh. sión coutra los
taciones y prohibid a por las autoridades, y se emitiero n órdenes de aprehen
En la aldea de Sehgaon-Pacchlmgaon, las noticias St•bre manifes "agitadores". Pese a todo, ese día los campesi nos enfrenta ron a la policía, ladrillo
nj y otros l;igllres del distrito de Rae Bareli, incitaro n a los
batallas en Fursatga c uando la policía
ya mencion ados contra perdigón , y rescatar on a Brijpill Singh y a Jhanku Singh
campes inos. En esa situació n, aceptar on -el liderazg o de los intentó cargárselos. De hecho, los policías fueron obligado s a
replegar se a la casa
Kurmi que habían sidQ de~.pose idos, y rr.spond ieron a su llamado
copropie tarios in y allí fueron asediado s por "una chusma ulufante de varios miles
de la taluqdar
d e actuar en común contr~ el terraten iente. La tensió n se ln<::reme
ntó en la aldea el Sub Ce-misar io
varas de personaS". La llegada y las órdenes directas del sahib' blanco,
a partir de la tercera semana de enero de 1921. Los aldeanos s0ltaron a l;¡s 1
inglés, no logró que los campesinos se dispersaran. Ellos permane
cieron vig'lantes
campos de caria ele azúcar. Después , {
del zamindar para que se alimente n er. sus
toda la •1oche y se atrinche raron en barricad as a la mañana siguient e
ron con ata<:M al tc·rrat eníente. durante
::n un día de bazar, se ~gl<Jmerarém y amenaza de la casa. rue
nos. ·rn gudrdia para impedir q ue los "m otores " entraran o salieran del palío
La µ_olid a intervin<,. 1,ero ,ólo par~ ser repelida por l<:s cam¡,t,;i necesari a otra ronda de d isparos de la policía para que los camp,!si nos se retiraran
uc·rto c<; n un g()J pe de /a1h1 [laque¡, que le rnmpió la p;irte 1, ostenor del bala durante
ca~ o m
f gié·nclos e c<Jn ~us y sus líderes ·fueran arrestndos. Jhanku Singh íue alcanzado poi una
<:rá n< ,,. Los demiÍs se retir'ar(Jn dos o· p'escien tas) ardas prnl y
los dispar os murió más tarde a causa de s us heridas, y se sabe que al m enos
r:iert 1J tiempo.-ante~ de que los ll,11nacJ05 ca becillas
fu~ilcs". Tuvr, que_ pas~r n. o s más resultar on muertosx ~.
dos campesi
fueran arrestaclris y la muched urilbre se dispersa rá. . se había obrado
de ferrocarr il El Magistrado de Pratapgarh r econoció la transformac ión que
Pr1cr1.despu-:s ocurr ó otro enfrenta miento cerca de l;i estación lo que había empeza do
. En esP. punto, a /ir r<:s c!e ener o de IS,2 J, en la lucha de les campesinos de Awadh, señalan do que
de Goshaingani, en el distr ito. de íaiz.abad " pronto hilbía asumido una "forma
como una "agitació n genuina de los colonos
Ramcha ndra -<¡ue ya conoce el lector-s e mantuvo ac1ivo d urante varios 85 . En Faizabad , según el resumen de un informe oficial,
el falso abiertam ente·pol ítica"
:r, r, también por I¡¡
dias, Jboga,~d,, por <·111n pngo de l_o~ aniendo s y al parC'< el resultad o de los discursos pronunciados cada tres o cuatro días
en todas partes
rn ¡,i,rn qLJicn a
l• trabaj a", Propa. ~ andistas como él tenfan "la an Dutt, era el
dnctr lna de lil ,1er del distrito por Deo Narain Pande, Kedar Nath Sunar y Tribhuv
tierra que siempre
ma~nr convoca toria mitre las cast~s ihferlore s y las castas sin
milenio en la rorm~ siguiP.nte:
,d
cstan bor de, de la inanir.i(¡n y a quienes se les dice qúe un
sei,¡ún observó
des1uarr:J lle¡¡nr;i mediant e la interven ción dt! Mah,,tm a Ga11dhl",
El Romcha ndra de Gos_ h ainganj lo hizo aún mejor. Durante un
un func1onnrl:,.
es, q ue podia devolve r la
br eve lapso, fue tan JJrandc el número de sus seguidor
que habían stdo expulsad os y aecretar 'a expulsió n de colonial: indic~ respet0 y una posición
tierra 11 los campes inos • N. de T. P1labro1 usad~ p:ara. denominar o. hombres ina!e.ses en lit India
otros por 11er "d esleoll.ls a lo causo", ~sf; el 29 de enero de 1921, fue necesario !<XiJI 1upcnor, Ef ,qui>0len1c paro muJeres era mr,,11ahíb•
• 84 Los últimos 1res pá1rofos se basan en Siddiql. op.ci1., pp. 160-1, 162-'.\, 168·70 y UP OAG S0/2/1921: Verdic10
de Khon Boh,dur Md. Abdu, S>mi, Mogis<rado de Primer Grado. Rae Boreli,
25 de obril de 112 1, en Cu.so Criminal

i 69, Rey-Emperador v. Brijpal Singh & ouos.


8S R,p,m o,, 1h, rdmi,iistrot1011 nftht Unii,d Prownct1 ofAgroond Oudh.
/ 9ll•22, iAll>hab:ld 1922), pp.31-2.
' '"""'!
'
1

1 10

la
...calla no~he se llevan il ~abo reuniones en 11,Ju, /,,, ultlt'u., y s1• pre,hr,, un sisti-mn del !Partid~, ele! j Congrt>Sll {,1fl./ncíia Congre:;,,; Coq1mitteej, sancionando
regu lar de no-coopcrijclon. A los agricultores ,r ks di~<: qu~ nn "ªYilll , los tri- "desobediencia civil gcncrnl". lo (JLJC Incluía el no µs1g_ o dé.Impuestos. En sus Inicios
bunales. u al /(I/Jsi1 o a la pc,licía , y que 11 0 p,i¡!uen el arriend o·· ([11 ',1:als · fue también estimulada por los esfuerzos de ciertos Congresistas y Khi!af~tis
t~s
adiciona!_, d en el distrito de.Luckn ow, de·quien es, se ha sugerido ,
con base e11 Malihaba
to habría obtenido su nuevo norribre: ,"Eka" o "Aika" por unidad. Sin
s el movimien
En una de estas reuniones nocturnas, en la cual úos policías fueron golpeado embargo, las asociaciones Eka se cilundieron rápidamente, y no tardaron mucho
al orador un gran número de papeles: en
y sufrieron heridas leves, se decomisó en "salirse de las manos de la gente del Congreso, qu11 estába bastante mofesta
su mayorla eran pelíciones a Gandhi er, las que se describían diversa~ quejas por eso"9 1. · . , ·
de
r~l~tivas a los campos de cultivo, pero también se le decomisó dos listas En el distrito de l lardoi, dond•? el movimiento Eka echó inicialme nte sus rafees,
hombres que iban a ser nombrado s en los cargos de Sub Comisario , "Kaptan Sahib"
86 cqmo !os colonos comenzJron a organizarse localmente ha,cia fines de 1921 para resistir
(es decir, Superintender,te de Policia), Daroga, etc. Tanto en Karhalya
• .¡

los rebeldes habrían establecid o los intentos de los t erratt\nientes ce


recaudar arriendos más elevados de Jo.
en Goshainganj (Falzabad), hay evidencias de que n
Orijpal Singh y Jhanku Singh en la primera permitido. En Bahraich, a principios de enero de 1922, los colonos golpearo
una suerte de gol. 1ernó paralelo. (persona s con contratos de arriendo de larga
ts y en dos ocasiones a los 1helwd2rs
!ocalidad, y "Ramc:handra" en la segunda, conducían frecuentes panchayo el
Rae B,,rell eligieron incluso su propio duración, que recaudaban rentas en beneficio de los taluqdars) y se llevaron
Juzgaban casos criminales. Algunas aldeas e11 informó que bandas
grano qur les habían exaccionado como renta. Más tarde,·se
Sub Comisario, que ej,•rda jurisdicción sobre los CilSOr, locales . Casi al mismo
87

;¡J-;¡unas de colonos iban de uldea en aldea por to.do el distrito exigiendo la abolición
tiempo, en la aldea de Tajuddinpur del distrito de Sultanpur, "durante 8 _ Esto nos inmediata de los pagos en grano, que permitían a los taltiqdars y thekadars• retener
semanas se proclamó el swaroj y se estableció 11n gobierno parale!o" X
virtualmente todo el beneficio dP.I a'za de los precios. En el distrito de Kheri,
da una idea de la distancia recorrida por el movimiento Kisan Sabha desde finales .(
el arresto de un voluntar io del Congreso fue motivo para una multitud inaria
de 1919 hasta los primeros mkses de 1921. Kothl
manifestación que asedió fa comisaría y liberó al prisionero. En la aldea de
En estas circunstancias. el movimiento campesin,, de Awadh fue prácticamente .• 1
de distrito de Bara Bank, se provocó nuevame nte la ira de los campesin os; alÍf,
abandrrnado a su suerte por el liderazgo oel (P.,rtido del) Congrf'SO.
y una de 1922 cuando intentaba recaudar
el peón de un zwrunr/ar fue 111uert0 en marzo
administr ación e11 1 ·alzntonad a avanzó para aplastarlo por varios medios: el arresto
v lo~ arriendos~~.
de los líder~s campe;;ino~ más importantes, como f<amchandra. Deo .\'arain Estos y otros acuntecin11entos similares ref:ejan la fuerza del movimient
:,
89 aunque fi nalmente trivial. Enmicnd~
I\P.dar Nath, entre otr•i~.; la muy anunciad a, a en los di ;(ritos de Hardoi, Bahraich . Kheri,
1da campesino a medida que st: propagab
cfo la Ley de Rt>nt11 cl·· Awaclh: así c:omo una sostelli<fa campaña90de prop:1ga1 Bara Ba.1ki, Sitapur y Luck11ow. Hacia fines e.e enero,de 1922, el movimie
nto
a favor del Gobierno y el despliegue masivo de fuerz,1 arm.ida . Pero el movi- desplegó toda su fuerza en el tehsil Sa 1dila del distrito de Hardoi; los terratenie
ntl!S
miento estaba lejos de s,·r liquidado. Hacia fines dr• noviembre de 1921 rnl,·lc,
de la región e~taban 111:is que asustados. En Hardoi en febrero de 1922-, un
grupo
a estallar, bajo la forma de la camparia Eka. policías informó sobre la realizació n de veintiún reuni0ne ·; Eka en tres días,
ele
La resurrección cl<>I movimiento en esta nuev.1 form a quizás tuvo algo que con asambleas de entre 150 y 2.000 personas. En el mismo mes. Kishan Lal Nehru
ver con una res<. luci.'111 aprobada en noviembre de 1921 por el Comitr) Pan-lí!dio visitó Atrauli (distrito de H,1rdrri) para intentar reafirmar el-contro l del [Partido
del! Congreso sobre el movimiento. Encontró, sin embargo, que Madari, un
Pasi
el líder reconoci do del movi-
intocable por nacimiento, se h1bia convertido en
tkt·litic,i,i:1cnn HJ;aTaw:iqu l se el
Rtí ~ p DA~$0/,1/192.1: l. llc¡ncr:1(iHoi.:rn:ad()r, l'Jtlccncmdc 19!1. i11fonn~
Hu(,llln <le J ,rpur. y H31lc\ i.l llullN. 24 cli; c:nc::ro de 1921.
miento Eka, y tenía "pleno dominio" sobre ési e. De hecho, al exténder
te
87 Informe Fournho<pe, r 2 '1 movimiento a treinta aldeéls más durante esta etapa, Mandari rompió totalmen
general de Eka a Sandíla en el
88 Gopol, op.c11 . p.~.I. el contacto con Malihabad y traslé <16 el cuartt·I
periódico.~ y a lt1 A,~ociat...•J l'rt!~s un 93.
89 1:.1 .1? dé cn.:ro lit! 192 1. el ~o~icmu <le U~ m:111~6 tclt!gr 1m:1~ u ,·:.i110..: distrito de Hardot
~omu~1ca_d o de pn:rts~ rn lo< Mgu,csHt< témun~~ En lo que roen 3 la
.-.ul:tn.nciu de que h:,y que r~lhtal' una
po<c.-c inform:ación t.ompleta
m,esugac1ón M>bn: 1,:s relar:ioncs entre I_~ lcrr.uemcnlc.1 y c?I~ en Oudh. d Gob1cn10
Yy:i. ho resuello cr-:1_1J_r la c~cs11ón c:on v,~,a a on.s pronr: lcg1sfac1ón,' A.denii<, 'Sir H:ircoun Dudcr (el GobcmadorJ
eviten 1tma ncc1ón que pueda
c~pcra. como un v1c10 .i'.lm1go de h\!li terr01c11icn1e~ y lo~ coloom de Oudh. tlUC: ellos
turbar In paz Yque conffcn en el G Jbic_mo para hoccr Ju,ticia.' (UI' l>AG 501'92 I Kws.) El Goriemo tarnboérr n1,11dó 91 lnfonnr Founrhurpc, p.27d
por• 'publrcar en cada Tahsil lo u11ención de legi ,la( (UP DAG.501.l/ del taluqdur.
telegramas • LOOO< los Sub Com,smo,, • N.E. En A"'adh, arrcnda!3no de lorgo plazo, que además r ,coudob> los r<nto.s • nombre
1921).
90 P.D. Reevc, , Thc !,"'llli. , oí ordcr. 'Anil-Non-Cooperotion' in rhc United Provinccs, 1921.', Jutmutl ufAsian ~ 92 Loe cit.: Siddiqi. op.ci1.. pp.196-204.
S111t/i,.1· 25(2) ( 19óo); Col. 1 Jtlcr, tomll 21. Uutlcr • fl.l;. Richard,, d de febrero
de 1921. · 1 93 lbid.. p.200 & rrota; lnfonne Founohorpc, p.274.
'T

...,.. ': .: :•:·· .: . 113


,..... l 12 : :on r..-, ; · ' ; ..-~
..";••:-,•.•:,• : ' "':

Aún si adopt¡¡rnos el estrecho ,~unto de vista de igu,1lar lo político con lo


i que andaba l1,1c:it:ndo averiguatlom, s sobre l;1s reuniones ele Eka. En el tiroteo
9
policial $Ubsigu1ente dos de los atac:a11tes murieron x. Finalmente. l¡¡s luerzas
declar;idamen re nncionalista. este simbólico y significativo rornprrniento con el ) ,, cl1sµosición dE:I C,obierno resultaron ser clemas1ado grandes c:01110 para que los
[ Partido dr.1] Coi1gre$O no hizo merios "·J,olítico" al movimiento Eka. El informe
propulsores de Eka las contrares tar;ir r por si solos: Confront,td? por grandes
o fici.11 sobre e,te mMimlento, elabci'rado por el Teniente-Coronel .J.C. Faunthorpe
contingentes de polici;is mon tados y armados, y por un escuadrón de rnballería
S.C.I' en abril de 1922, intentó esta_bl·ecer diferencias a partir de este hecho, entre
la etapa Kisan Sabha y la fase Eka de la agitación. Según Faunthorpe. en la primera,
de la India. c'I movimiento Eka terminó destruído.
"la animosidad de los campesinos se dirigía enter amente contra los taluqdars
y no contra los funcionarios del Gobierno. En el movimiento Eka la situación es
afg'o distl:1ta". El biof:rálo oficial de Jawahárlal Nehru escribe que "aunque el Conclusiones
{Partido del] Congreso tenía poco que ver con el Movimiento Eka... las asociaciones Cuando la violencia campesina estalló en enero de 1921, provocando un debate
Eka pronto empezaron a emitir resoluciones políticas". Según la policía, en eslos sobre la condición social y política de Awadh, los británicos se apresuraron en
momentos tampoco había mucho _ q ue di/er enc!ar entr e la ,\!o-cooperació n y el
r esumir sus causas: "Es obvio desde hace mucho tiempo que la Ley de
movimiento Eka, en la pr édica'de hombres como Baba Garib Das, un Pasi con- Arrendamientos de Oudh necesita enmi,,ndas", "En la finca peor aÍÍ-ninistrada
94
vertido en sadhu que desarrolló actividades en Bara Banki en marzo de 1922 • de los tu/uqdars... los colonos han sido tratados con tanta falta de consl:leración
quizás la evidencia más Impactante de todo ello haya sido el esfuerzo de Madari y a veces de manera tan opresiva por los terratenientes , que uno está obligado
por ampliar la convocatoria del movimiento, en ml)mentos en que trasladaba a simpatizar-con ellos". Los propios administrador es, luncionarios imparciales
:;u t.:uartel general de M11lihab11d a.Sandlla. Según s1: dijo, para lograr ésto Madari y r epresen ta ntes de un gran imperio, creían estar por encima de todu eso.
· "dii irr ló las d iferencia.~ locales", Instando a los iamindars a unirse con los Ekas. Venerables jueces de la paz, su neutralidad ni i.i<.¡uiera podía ponerse en c.:uestión,
En las st:manas siguientes, ,un gran n6mero de z1mindars menores asf lo en virtud del arraigo de su Influencia. Pero estas apreciaciones resultaron
hizo95• .
equivocadas:- Terminaron los días en que el Raj había pretendido ser un árbitro
Las autoridacies pr0v1nciales de l:JP _no .-brigaban dudas sobre las implicaciones .• imparcial, sit'uado en las alturas, que m.1rca los "fouls" en el juego Las luchas
poli ios del movimiento Eka. Desde fines ele 1921, hicierc-n 11so ele sus "po·!eres locales tendían a mezclar se crccientenir:n ·e con la ola general de ,111ti-iri1pcrial1smo
m,b aut0~rútic.://.,.. :•,ira cle5trnir « las nrgani2<1cioncs de l:lil y drl [Partido del] :.¡ue ~e extendía )JOT toda la India. ,\ntes de que los lunc\nnMios h11bit!1<111con-
Cn:,grr·,o¡¡¡. Est; ill!• rvenciún conduje,¡ abiertos enfrenlami~11tos entre la policía cluido MIS pi,,d,1:;as declarati•;nc-s •;obre la causa de 1,.s "dist:;rbi- ,s .. los
y los t:élmpes.ilnis €':l ..\•,rnJ~. En febrero de 1922, la pc,Ji, ia había realiz;,do r.irnpesino5 de Awadh se habían l;111zado al dtaque contfi1 los ~ r.lbol ,s v los
"preparati·,os 11 <scnl;i bast mte elaborad;i"r, con el propósito de detener a :vtadari; sirv1 r.ntes del Raj lmtf1nirn.
si11 1nf;rrgo, \'éll':os rniles ele Larnpeslnos se reuniero·n pnra frustrar es te esfucrw.
l..<JS c:olonia!btas no pudieron j,1111{,s comprender e~tn evolución. En1011ces
De hecfio, Madari no serín aprehe·ndidc) sino hasta junio de P.se año, pese a la
y dcsµué ;, S!J explicación gira'>a C!r1 tomo a l,t ignorancia el e l.i, masas Indias y
gcnero;;a ¡¡ratificación de 1.000 rupia~ que las autorldade~ ofrecían a quien lo
a su maniµulació11 por parte de polítlc,,s iuteres;idos. Sin emha, g ,. non• <:esit,1ron
en1regara. En m;irzo de 1922 los campesinos de Hardoi dieron adicionales
ser aguijoneados para darse cuenta d,: las consecuencia s poteliciales de la
muestras de sus sentirnle11tos políticos, e uando en la aldea de l:daipur del d istrito
movilización. Vac ilaron por unos l11stantf s, a mediados de enero de J92 1, llegando
pollci ~Id~ Shahabad, una gran multitud de Pasis atacó un dtstac.:1men to policial
Incluso él pedir que los principal es o mc1s "responsables" lideres w1cional istas
y campesinCJs, mediaran en el conflicto e impus1era11 su influe11cla ml der:idora
9
sohre la masa campesina ''. Luegr, reacclc.naron con determinación . más que
• N. ,k T. 5ervid\l Ci\ 11de la lndiJ: ram:i de 111 burl.'<.:n'l..c:1a profe~mn:,) hrird:nic.1 dt.!dicild3 ~ In aúmrni~trot.:1ón ", irnpatía " hacia ,os campesinos, lo que hicieron sentir fue la preseflcia de
ele l:1 ln·!i3.
9J lbid,, p. 27J: Gopnl. op,,it.. p. 57: S1ddiqi. op.ci1 .. p. 204 nota. to nt111gentes de tropas del ejército indio y la policía montada en ilrrnas.
95 l~f~ F:iunthorpc-, p.181 . Siddiqt ,1ra:umcn1.:i q\lc la J'Mitipñción de lc,r. pcqt.1cfto, :,:n.i11(/ur,J '110 fue cn1cr:untnte
poJ!11ca. EJavtor CH3 el cJi:mpJo lle un ~emucnicnic cuya p:imcipación fue :uribuub por l~ funcion.lri<>J ~ un dt!.eo
de 1rnpuls:ir 5US 1n1er~stS pe,rsor:ilt$; sin embargo. pa.(¡a dc.sputs: a infonn::mlos que fa m:ayorla de los :.anwulors
,uc opoy•ban al mov1r111en10 In hocl:ln o porque eran Khilfo1isl"-< o debido 'al peso •rlas1an1, de I• oxigcnci• de
11n¡•uesl~f• qoe hoda quo << unte:an • 1.., fila.< de lo< colonos' (op.cil., pp.206-7). No podemos lmagin:ir una opctoo

t
,nil.< políuco que é~10, ·
p. ~¡:;
96 Rl!CYtS. op,cit .. ?~. Loe.cu Véase 1amb,c11 Siddiqi, up.d1.. r 20,l & r ""·
97 lnfoMe Poun1hor¡,e. p. 27~ 99. UP DA(i .S.Oll92 I Kw(( 1clcg1ama del (.'om1,:,1m ,~e i.uck1u," JI Hrcolet:1or. f,(¡11,: llrtréli. 14 de, 11cm Je 1921.
~
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--------,-------------·-------~---- ·¡
'
1
115
114
de esta meta
n1e c:1.iridacl de 1:1 rl'rnrso :i la 11t:n!sld,1cl el,· 11111docl rl(lcirma/ p¡¡r;i la consccu.c i(m
Otr os particip antes en el debate no pudiero n 1.:uJIJr se111eja es. M:m:illa1 11,·11tc. retúrico . y d1•l,e ser replant eado en térinino s del ren1rso a un
d<' :ipwndi zaje. de ensayo y error,
visión o flrmeza en la acción. fue un período ti¡io espr:cift rn cli.! 11/im1 w, que se vcíu como necesilrÍu para
impuls ar d avance
partes: tanto entre los e 11npesin os como e11trc la gente
de incertid umbre en todas . Es obvio que la naturrl eza ~el Swaraj que advend ría
Gandhi y Nehru recono cieron, e de la lucha c1nt1-i111peri;rlista
urbana de buena volunta d que los apoyab a. , de )¡1 n~t~ral eza de la alianza (la
d<' esta luc ha dcpende ríc.1, en ~ran m1!dida
fu e Independiente
incluso recalca ron, que el movimi ento cam~•esino de Awadh "unidad ") a sr.r lorjada. Desde este punto de vista, entre
1921-22, la insisten cia .J
No-coo peració n, aunque h.:iy también evider:cias ·;
y anterio r al Movimi ento de de un /rente unido que Incluye ra a los
o en la lorm..ic ión
.. ,
,
y de la fuerza que el uno prestó al otro. Los del (Partido del! Congres 1

de la interac ción entre ambos s, era una declaración


así inevitab lemente terratenientes, tanto como a los campesinos y a otros sectore ,··.11
vacilan tes dirigen tes del [Partid o del] Congreso se vieron
to entre los campes inos y sus opresor es Sin embarg o, al a lavor del status quo, cc,ntra cualqu ier cambio r~dical en la organiz ación de la
nte entrega ran
.,~~I
;_
arrastra dos J.! conflic irse cuando lo::; británic os finalme
final llegaron a la crJncl"lsión de que si se permitía continu ar a la lucha campesina, sociedad, que pudiera produc
inos de evitar la orgal"li•
·~
del movimi ento naclona l en contra de los las riendas del poder. La recome ndación a los campes
ésta podría otstacu li7.ar el desarro llo ios", y de dejar la política en manos de
zación ae ··rcunic> nes·· y "disturb
os. L()s Interese s de esa lucha "princip al" y la necesid ad de l:t "unidad cracia de particip ación ,, '
británic
les. El argumento prolesio nales, fue una dcclara ci6n en contra de la.demo
nacional", requerían aplazar por el momen to las luchas sectoria masiva y a l.1vor de una suerte de ";1dmin istració n fiduciar ia", en la que terra- ., ~

e fuerza y algunos historia dores contem poráni:o5 se han i


parece tener bastant actuaría n como f;delcom isarios en la esfera económ ica,
de esta posició n, empero, requier e l tenientes y príncipe s
s a aceptar lo in tolo. El sustent o . En las cos década s
visto tentado mientra s Gandhi y los suyos J1, harían en la esfera política
de un examen más detallad o. ' y media postcric¡res a 1922, algunos sectore s dél [l~artid o del]
Congre so aban-
Un frente unido de todo e1 puebfo indio, que involuc rara
campes inos, a dueños de fábricas y trabajad ores manual es, a
a
a terraten ientes y
príncip
cazl
es feudales
imposib le ele
l
¡
donaron esta posición , en vista del
y campesina, que se suscitó en varias partes del pafs·a
ímpetu de la.lucha soda!, especia
partir de
lmente obrera
los años de la
y pobres tribales en una causa\anti-colonial común. resultab Gran Depresión. Pero la mayoría de Congre sistas perl'!1¡illec~rí a en esta posició n,
nte por el cambio en sitio alguno, ha conseg uido .
lograr. Ningun a lucha importa i que había 5iclo desarro llada por Gandhi y otros líderes. en 1921-22
jam/is semeja nte unidad Si el asunto se planteé\ 1•11t(lf.c es en térmi110:; n:i\1;
rn,ís amplia p1,sihle'' en
• El tlp,, tlt: ulianza acnrtJ;ido en esa coylrnt ura por el liderazg
o del [ Partido
modera dos, convirti éndose en un llamado a !a "u:1i iad
1
para la determ inación del futuro curso
!os bdios, !a d,:m:i:1da de clelj Con;:rcs11, tuvo un signil1c:1dc. ctecisivo
lt;rnr, a la única demanda común para la mayoría d•! Resulta demasi ado fácil, si11 embarg o,
de la ludia ,111ti-i111periali, t;1 f•11 I¡¡ lndi:.i.
cié 1n sigue siendo inadecu,,da. ,.<)11é ~igniflc aba en lr,s l11-;d1os urbana dirige la
.Sium1j. la e:.:plica de base
liberaci ón del domi1110 pre,w11tar u11 <'sccnario en el que un dinámi co parti,19
!a demanda de Swaraj? ¿Es equiparable la iclea efe una l11cl1a y escoge e11 determinados momen tos entre un<1 varieda d de observa dores
1n estrech a de la expulsi ón del hombre blanco d!' la India';' objetiv os.
w lm1ial con la vlsic' na de ,\lltema no partida rios ele sus
lídt res del [Parlid o dcll pasiv,,s, c1 J,is que consicl
Re.~ulta dudoso quP. tan siquiera uno de los princiµal<•s l<cfiri1t11 closc al úeb,111: sobrl! b esclavit ud n9rtcam ericana , Cenovesc ha señalad o
o la simple expulsión lí~i(;;,i
Congreso tuviera una noción del Swaraj que se reduzca que ta11to l,,s posiciones <.le i,,s autores pro-esc lavistas
(conser vadores) <:or.10
suelo indio. Si la suma total d<· J;,s demand as nari<,na listas "c,1si ~otalme nte como
de los británic os del las de los a11ti-es clavista s (lib,:ral es), tratan a los negros
dispuestos ;i cerl<>r
hubiera sido ésa, prob¡¡t,lemente los británicos habri:111 estado 1,bjetos, 11u11ca comn partirip antef. creativo s del proces o social, nunca como la
a la idea de una n,ayor
a ella mucho ;mtes. En el concepto de Swarai estaba IJ11plicit mit,icl de un sujeto de dos p,,rtes" w 1. Del mismo modo, en el caso de la India
al. igualda d y justicia , y la esperar, ¿;1 en un desarro llo nacional, como beneficiarios
libertad individu rnloni¡¡I , los Cíl.illpesi11os lia11 sido pvr lo general consider.rdos
Gandhi en su Hind :,u;umj.
y pr>r lo tanto individual, acelera do. Sea expresada por ( en lo enmúm ic:o) de u11 sis tema cada vez más Denévo
lo o bien wmo víctima s
Jawaha rlal. o P.n versión del simµatizahte
o por Nchru: sea en la "fase socialista" de de un :,istc111.i opresiv1J; que son "manipu lados" (en lo político ) por líderes egoístas
, la noción de Swaraj incorpw aba el suei\o de "un nuevo de vista omiten •
nacionalista más humilde o bien "moviliz ados" por altruista s·de gran cor <1zón. Ambos puntos
de todos en la toma
cielo, una nueva tierra"; es decir, la creciente particip ación un rasgo escnaal: todo el ú111bilo <lel p~nsamiento, la conjetu
ra y la especulación
< iones (arriendos
de las decisiones que les aí<:ctaban, la reducción de las contribu 00. La cuestión , entonces, (tanto como de la acción) 111depen dientcs , d e parte d_el campes inado.
y otr os impues tos y gravám enes) y el fin de la opresió n 1
era cómo organizarse mejor para llevar esto a cabo.

y F. O. Gatell (comps), ~~rican


lOI Eugenc D. Gcnovesc. 'Amffle>n slaves ond their his¡ory' en A. Weinsicín
100 V~,1~c d cuento 'Nay:i Qanoon' de Saadil.l Has:m Mo1110 p.lr3
un rt.'.11.no mtac-..Jr'llé de t.:1h:1, r.::.pet·t:wva..;.' t ,iegro slm·,ry (Nuevo York 197J). p. l S~.
.
117
116

• Fn recientes es tudios sobre el movi1111,' 11I•> campesino dt> Awadh, se hn afirmado


.~'>•Jmiendc, ~1 pu1110 de vista de más de un campesino ele· .\wacl /1en lc,s ai1t1s
que 'rl (Partido dt:1) Congreso y los l.,l>eralcs h.1bían ayudado íl los Kisans a
1:·1(• ¡,rop0ndri,11n1Js q Je había un Gandhi diferente af qu,· 1:onou·111os y 1111a
par;irse sobre sus propios pies" '° y a desafiar ne• sólo a los terratenie1t es, sino
3
pmmr;sa de Sw:iraj también distinta a la que no tanto conocemos sino tlw,u" {)(JI
incluso al Goblerno"w.i. Ya se ha señalado hast,1 qué punto y en qué sentido es
sentada. De la misma manera. el predecesor de este campesino, en I'/ siglo XIX,
veniz esta aseveración. En aras de un rc¡;istro h stórico más completo, habría
habia creído '!n la existencia de una "benévola'' e inacce~ihle Reina blanca,
que añadir que esas mismas person,1s ayudaron a mantener de rodrlas al
totalmente distinta a la que realmente era interpelada y quizás conocida por los
movimiento can¡pesino, al escatimarle su apoyo a partir de cierto momento.
miembros moderados y tducados a la oc~idental, que co.iducian el [Partido del 1
Además, se ha sei\alado que, si bien "los Liberales interpret:1.ron de mejor modo
Congreso Nacional Indio. En Awadh de los años 1919-22, ese campesinad0 se lanzó
los intereses de clase de los campesinos -testimonio de ello sería su apc,yo a la
a la-lucha dotado de sus propias expectaÜvas partic~lares sobre Gandhi y el
enmienda de la Ley de Rentas de Awadh-el [Partido del] Congreso, como la
Swaraj. Comenzando con peticiones y marchas contra los agentes del terrateniente,
fuerza política más avanzada en la liq.uidación del dvminio británico en la India,
expresó luego una gran fe en los panchayats organizados localmente. optando
habría concentr ado sus energías y atención en la preservació n de la unidad
por ellos en preferencia a los tribunales británicos, para finalmente Impulsar la 105
no-cooperac ión con las autoridades del fe~rocarril y, e 1 1lgunos lugares. incluso interclasista " •
l!\ campaña contra los Impuestos y ataques abiertos a los terratcmentes y la policía. Aquí, el historiador reproduce fielmente la apreciación que hacen los líderes
é:n el preciso momento en que se llevaba a cabo el Imaginativo Movimiento de de este partido, de que la conducción del movimiento campesino en A'hadh habría
f\o-Coo;Jera clón de Gandhi, esJe hombr e y miles. más de sus camaradas se estado fundamentalmente equivocada. Sobre la base de la evidencia hasta.nhora
disponible, ésta no es una posición que se pueda sostener tan fácilmente. Resulta
levantaron para llevar adelante, simultáneamente, un poderoso desafio a toda ¡' más r azonable argumentar que, en la medida en que su lucha maduraba. los
la e~tructurr, ae la autoridad ~olo;ilal en UP. ·Nhacerlo, lanzaron la posibilidad
real e inmed.i ata de un movIm¡ento.anti-imper! alista'muy distí 1to a cualquiera
de los que hasta entonces habían sido con templados por el liderazgo nacionalista
¡
!
campesinos de Awadh per cibían más nítidamente aún que loo líderes urbanos
la estructura de a.llanzas que sostenía aJ poder colonfal en UP, así como el aban leo
urbano. Como para insistir en sú posición marcharon decenas de millas primero, de fuer zas que po~rían unirse para combatirlo. Así lo atestigua la propia
en juni.:> de 1920, desde Pratapga,rh h¡ista Alláhabad, y l11e.~o, en los meses ' "moc.leración" del esluerzo qu.? realizó \1adari Pasis por reclutar el apoyo de los
subsiguientes, asls:ieron "varios Corigreso3 Kisan para reunirse con los dirigentes zamindars menore:;. En estas condiciones, cualquíer proclama de los errores
del [ Partido del] C<Jngreso y aprE nder de ellos el ca mir o a ~q:uir. o la falta de coordinación temporal del movimiento cam pesino, surge únicamente
:,;o ,e trata entonces, de la pregunta abstracta sobre a quién podría escoger de la aceptaciQn acrítica del punto ele \'ista de los líderts e/el [Partido del]
el C0ngreso como aliado para ,iduc.arlo y prepararlo pa-ra la ncc;ión p<,lítfca. Los Congreso; pero no del análisis de las condiciones concretas de la lucha anticolonial
Cilmpcr,inos de Awadh habíar ya .tom.acló la delantera en /;1 húsqur;<.la ele una .en los nños 20.
alianza. Tal tomo lo cxprcs,1ra Ramchanilra: t,lad.1ri, Sohrab, lslwrbadf: tres nombres. v la afil iación de ,: asta del primero
(un l'as1), es todo lo que sabemos sobre estos lidere~ Eka que. junto a 0Ira gente
Percibíamos que~¡ lográbamos enla.zar nuestro .novimiento Klsan con al~una anónima, dirigieron un poderoso movimiento campe~ino contra el régimen colonial
organizaci ón establecida. d conseguir el .apoyo de abogados y de grupos ,,cumo. y sus colaboradores locales 106 durante varios meses de 1921 y 1922. Esta es una
dados (¿flrivllegiados?). entónce.~ PI r11ovimlento se convert lrín en el futuro de la
lndia 101. · .

Pero lo que sucedió fue que el.liderazgo del [Partido del I Congreso se negó 103 Sidu,q,. op.c11.. p.217.
Hl-1 ,.;.,pal. op.dl.. p.55.
,1 aceptar esta ofertn, debido a su preocupación por mantener la no-violencia, 105 Siddl~i. op.cit., p.217.
a su incertidumb re sobre lns postbles repercusiones que podría tener el dar J06 t.~J lar¡u list~ de 'luchadt•res por b libcn3d'. 5mw111ra,a Sa,1_,:ru!n k~ Sni11ik. P.reparaó,u distri1c po~ d!strito
1nd111.
Impulso a un amplio movlmlent~ campes,lno de base, o a su creciente, aunque por ,1 sob1cmo d< ur en c0n<x,ón coo la celebración okl , ,¡tsimo qu1n10 on••~no de la lndependenc,~
no incluytn ttferencíos Q ninguno de: estos líderes. Se: tnc:-nc1_ona .1 Mndan Pa~, y lai :al~e.1. do,:ide supu~~amcnte
u11hza.r esta
difusa conciencia de sus proplo,s ln.téreses de clase. n:1ció en l:i. notn in1roduc1oria al romo sobre et distrito di: Hutdo1. En un:i breve vI.s.1Ia al d1s1n10. mtent~
pi<tn paro ,rotar d, dc'!'ubrir más sobro Modari, rnn sólo poro hollar que no pr?venfa ~• una atd~• de eseennombre. la '"!º
que no exi,ic uno Jldca llamado as! en el 1alui/ en c11es116n. y que los Congre.~1s1ns. v,e¡oo (incnc,onados
de 'luchadores la liben><:) h:iblaban de M>dari ~orno lo h:irfan de un ·mot~ont~ .o ol menos de. un on~lvlduo s,n
pllil
irRpononc,o.. ~fuerza es la futru con que $e asient:i tn no,w.1ros la hercncut e_h11s:1a. No me d10 el ucinpo
pr04icgu1r mis indag:1eionc$ en b..,sca de Madari y OH05 lídetts Eka en esa oc;s1ón. pero cc;toy SCt,dro de que un
I02 Col, Ramchandr:1 I, ~).p~·du:ntc de Tópico no. t: can ti incomph:,ta,dc 19311_ m:iyor c:tíuerzo podrá ~11nd3r 11.10rrnnc16n L11il.
1 18 Gyon Pondev

significativa muestra de la poca importancia que los historiadores han concedido


hasta ahora a la hisioria de los subalternos 1°7. Algunos estudiosos han e>:presado -
incluso abiertamente sus prejuicios. "Si organizarse resultab?. sumamente difícil.
organizarse bajo el acoso de la represión era imposible para Mada1 i". Así se
expresa Majid Siddiqi, en la única monografía publicada sobre el movimiento
campesino en Awadh 10P. Este comentario sobre la configuración de fuerzas Testimonio de Cargo y Discurso judicial:
existente en el campo por entonces, revela el punto de vista elitista de su autor;
desde una perspectiva campesina, la imagen cambiaría completamente. · ¡ El Caso de Chauri Chaura'1
;e,,. Para el invierno de 1321-2, el movimiento campesino de Awadh había vencido
'i
muchas de su ; propias limitaciones tradicionalistas, aunque de ningún modo todas j
ellas, ·No obstante, su·localismo y su aislamiento petsistían. A· fi'n de superar 1 ShahidAmin
ambos, le era necesario un aliado entre las otras fuerzas aritl0 irilperialistas del 1
1r·
país. Sin embargo, el candidato principal para desempeñar este papel. el partido
1
de la creciente pequeña burguesía crbana .y rural, había dado la espalda al
movimiento campesino desde mucho antes. Lo que un autor t'scribió, come11tando "En lo relativo al procedimlentq (Judlcial), prevalecla !a misma excentricfd<1d (liajo.-
acerca de otra lucna popular, en otro tiempo y lugar, resulta sumamente apropiado los Mogoles, S.A.). Los testigos de carg,J no erari reconocidos".
en este contexto: (William Crooke, The Nonh WesternProuincess'ó(Índia: their Hisrory, Ethnology and
Adminislration). · · · · · ·
La pequeñ,1 burguesía alentaba la insurrección con grandes palabras, y grandes
alabanzas sobre lo que ¡t¡¡¡ a hacer. (Peri), G.P.) d-;ndequíera que un conflicto armado He rngerido con anterioridad que el asaÍto a th~na .. de Chauri Chaura el i~
había lleva:lo !as cosas a una crisis s,~ria, los duelios de las tiendas se deten[an
horrorizados frente a la situ,tción peligrosa en que se veían envueltos: horrorizados
4 de febrero de 192:l se enraíza én una paradoja: las ideas populares acerca de
del pueblo que 11abía hecho realid~d sw, ruidosos llamados: horrorizados por el ios "poderes" de Mahatma Gandhi no sólo estaban reñidas con las que profesaban
poder así confiarlo P.n sus propias mano,: horrorizados, sobre todo, por las con- los líderes 11aciona!ista~ loc,tles; también eontradecíai:i el credo fundamental del
secuencias para ellos mismos, parn su ¡.,ositión social. su lorruna, por (¿en'/) la propio Gandhi~. Mi estudio de la fuente histórica !Ilás importante sobre este
política c:on la crnl estaban obligados a com¡.,rvrneterse... Colocada de este modo. ·•conucido mutí11" ha traído l>tra paradoja al escenario: el destierro de los ~ebeldes
entre peligros opuestos que la rodeaban por tollos lados, la pequeri a burguesía· del discurso judicinl sohre el evento. En !_os archivos del proceso, el "d-iscurrn"
no supo cómo dirigir su poder sino permitiendo que todo siguiera su suerte, con
lo cual. por s1.1 puesto, se perciió la pequeña oportu nidad d~ éxito que huhiese :nstrument,11 dt'i rebelde iv1ir Shikari, principal Testigo-de ('argo /Aµprover),"..
existido, y así se arruinó totalmente la in,urrecdón 109.
., T:::d1,,,:ci(Jn tk l~;111ur:I Ciu111~rrt'i' y Al1~011 Sp~dcJ1r1g.cOO'egida por Sil~ia River:t. del rutículo "'ApJHovér'!i:TesliniOny,
Judici::J DlM.:ou~~l.'.: Tht! C 1~..: uf Ch:wri ( haur:i". En: S1rballtm Srutlier V. _Wri1b1gs mr Sou1h A.ficlrl 11/srory ancl
Socien·. ~.:i:n:1111 (juh:!. c,hcor Ddhi: O:\ford Uriver'iiily Pre~s. 1996 : l 987J. pp. 166-203. No s~ ha 1r;,¡cjucido d
Ancxr>con et Tt•'-littimiio rlt Sh1J..;1n. p,ir~¡ue é~le e:,; a.naJizado in e..,lt'n5o ell et texto. Chauri Chíluru ts el nombre
de 1Jtl f}l::f\ll··Jcr pu..!hlc,-rncrcnJ1) que se: crN;"uentca t:n la p:irte e'.\1e de tJt1:-tr P-r::idtsh, en ei norte de l.i India. Ver Mopa
adjuruo. . · .
1 ,l~radc,co a Hah,b ;\h,uod . l)iptslo Ch:il<rabony. Panho Ch,11crje,, Veeri, Das y en p:inicular a R:uiojit Gu'a
por la~·di.-;cusit111c:c. que precc:diernn cs1c c:11~nyo. Dt bo una palabra especial 'dc ngradecimiento a David HO:rdiman
por localizar y propvn:-1onanne una copia ck la.<; remini~t:n.:ia..<; del Jucz. Tlltodore Piggou. También rne he beneficiado
d~ líl~ crítica~hech~s (!.U l.i Segunda Conferencio. de Suba/rem Swdie., reaJizadll en C.e.lcura en enero dt 1986.-Uon
larga .se~16n con d Profesor Upend-a Ba:'\i, pe~!! a :,;er algo uirdfa, me ha pehniüdo cubr:.r algunos de los vados lega.les
de mi argum4.:nla<.;16r1. Soy raponsable por los que pu"edan h~ber quedado.
(N.E Esta n0<a lleva ,Lstcrisco en el ongin.1I. La hemos numerado con el propósito difén:nciarla de las notas edi1orillies
y de troducciór. que también llcvllll 1is1ensco.s. Ello introduce cambios de número en las n01as, con re.spcct~ al original
107 Usamos este ct,nino (como usamos 'élite') como un.11aquign1ffo convenienle poro distinguir tn.,.; claSe$ bojas,
inglés).
laboriosas y exp1ota1~ de los grupo$ supcriQres, rel.1.tivame111e. p1ivilcgia:tos, de diferentes partes dé' la sociedad. •• N.E. Estación Je poli-da. Thanedar e~ el sub-inspector de polic:fn cncar&ado de· la 1luma.
2 Shahid An1in. "ü ondhi as Maharma: üor:.khpur District, Eas1ern UP, 192 i-2", en Ronajil Guha. ed., Suba/ter.,
108 Siddiqi, op.cil., p.202 nOIO. Kapil Kumar acabo de 1cmúnar una .esisde doc1orndo sobre el movimien10 campesino !
en Awadl,, para b Un1v,:osidad de Meerul, Al ser publknda, s,gurnmente nos informará mucho más sobre el Swdi,;•JI/. Writi110.r "" South Asia" 1/üwry an{Í Sociery, Delhí, l 984. · ·
movimiento E.ka
109 F. Engels. Germariy: rev0Juri1m a,u.J <:011ntcr,revnlu1irm, (Lon<.lre~. 1969). p. lOS. t¡ ••• N.E. Liieralrnente, el que apruebo. d aprobodor. Debldo a la \rnducción al,coslelbno, este sentido do, la palabro
~e cscap.:u i t:11 casi en iodo el tC:{IO. Debe, sin emb:1rgo, lenerse en 1nente. ·
-----
¡
121
120
--un motín de masas
que se convie ne ~ll Evictenci,1 clr. líl Rcina·, .se super~,,.,ne
a l11s silencio s de i(>S decln rncionc s j uclkin les sol>rf' un ,•vento particu lar
ín terrelac íón en tre la
campes i 105 acusacl1>s ·: les d?. si¡:ni/ic ado. an ti-polici al, por c•jernplo - se c;onsl iluy~n rnedinn te un.i
de no escribir como jueces, debemos
de vista de his leg:ilid,1d y la politic.:1 del juicio. Por rilo. a f;n
En vano buscall rns en los expedie nles j udici:lles. <'I puJ1tn que lo~ jueces escribie ron.
·el aparato -:oe •citív,> es tatal local en el intenta r co mprl'!nd er cómo fue
protago nistas. que se rebelar on contra
r ebelde (de hecho,
pueblo COl'lerc la) de Chaura . En gran medida . las actas del proceso Para el juez, el testigo de cargo 110 es nada más que un
importa nte como testigo de cargo), aunque
judicial registran y confirm nn los silencios y negativas de
los doscientos y tantos ser lo es el requisito principal que d ebe cumplir
ha cambia dos~ posició n {locusj en el evento: de pr,,tagon 1sta
de quema r la thana y matar a los gendarm es de ese recinto. es un r ebelde que
campesinos ar.usados Al ponerse el mantJ :lt testigo
En camtio 0 salta a la vista el extenso testimo nio del testigo
de canio. La ligura el e la r ebelión a agente de la contra-insurgencia. 4
de malik de los campes inos "volunt ario,"
de· Shikari parece perseg uirnos al recorre r las páginas
del juicio. Los intento s de cargo, Mir'Shikari se transfo rmó,
la fiscalía, alguien que incluso al hablar del
. de los juec•!S de Gorakh pur y Allahab ad por sopesa r los hechos es tán .itravesados f vnlunteersf locales, en sirvient e de
Shlkari era entonces,
el testigo de cargo. El pasado de los r ebeldes lo hacía en defensa de sus amos.
d e parte a parte por referen cias al testi monio de Shikari, o5 como un "testigo de cargo", que
al mismo tiemkO hecho posible y obsta- tanto un ''cómpl ice" de los crímene s cometid
' que m, acceso a Chauri Chaura fuera
a" e' punto de vista-de J;i fiscalía sobre dichos crímen es:
testimo nio del testigo de cargo y por !!I discurs o j udicial. sugiere literalm ente •"aprueb
culizad o por'ei nte que su person a.
en la búsqueda de 13 en esta reconst rucción su discurs o es más importa
que este conj untQ de tr,xtos no puede ser puesto de lado una explica ción
visión de los r ebeldes ~r;bre l0s hechos ; pero el problem a E:dge un cierto reco- En lo que sígue, no trato de descub rir pistas textuales para
q•Je llevó :1 cab•> Shíkari: a falta de mayore s evidencias,
nocimie n to en sus propios término s. interna del acto de traición
dor de las clases siendo una cuestió n abir.rta. Tampo co he estado buscan do p,~ctazos
Desde mi p'unto de vista, es muy ímpo~tante para todo historia ésta sigue :/
d: con r ilo emitiría
subal ternas Investig ar las práctica s discurs ivas en cuyo cont exto se produc en decisivos de verdad entremezclados wn pedazos de falseda ,!

propios acu- uración del testimo nio como un todo. Mi esfuerz o se


las ctcclarnciones de policíns . adminis tradore s, jueces y las de los 1 el problem a de lu estruct
del testigo d e cargo se
~:1d, ·-;3 F.sto :-e harc 111'.ce~ari.-, no con e) iin de discern
ir prej uicios, rectifica rlos j ha o rientnd o,más bien, a analizar có!Tlo el t~s timonio ·'
l,Hla narrntiv a propre .. de l,H co~;is pasacfas. l construye y rnnstitu ye. y cómo funi:i1 ,r.1 en t:mto matén'e (ª para el juicio, es decir,
•: p<•r t,,nto 11,..g;ir ;1 111,:: inm;,cu un primer pas,, neces,r io para
rrativ,1 se rir, ,hi jo: t>:;I) sería dar para el ve:·edic to ofir.ial sobre lus hechos. Este es
' ·mpairacla,; P'H d co11l1·x tn e11 <:I c11JI dicha n:1
os-/l<:.u sados de Cli:1uri C iaura.
,J~ ,r :1 1111:1 1¡,;;1f! ::-.:• ,,,,Jí:t 11":;itivi~t.1 ~" i:;,c.,~
n~cr-<:anr, qt., ,.¡ it• rho c1P qt1<' la pndrr escurh ar los ~ilencio ~ d<: los , .,mµesin

;;1 ·1\'1 .r-;;1 dr. <P":!.1r; 1·1, •·e·•, :p •·rTí! d•· i..,s , 1,J1r1l11ad o~i ~on ptcH · 1 •da:~ t.' 11 f•i i11t,1r ior
1

•ir·;.,,: ,po:, In• n d, ,¡,,.,,,,s d,· pocl•·r 1<l ,¡J¡, rn;itrv;i º" 1 n:r:=
I" ~irrwle111c11tc 1:11 l. L;i Co11strncción dd Testigo dl.' ~ .u go.
111~ el t11~1·ho dr•
11st<1n, •. p, ,r, f1 er 1

•r r1r1 b1º1;;1rueda 1 !t• fl ¡ i, ·vas r1u•11 tf's ¡wrn 11r1:1 1111r.:v;11 T11 tcs tiijó de cargo clehe :::,'r <·!..1flli11:1do en primer lug;ir, y no de,;pué ia".
s de
·luy¡• r:on i:I dL?s,.11brimi,'1 1lo rlv :, 11:v," t1•sti111o nins, rar án su f''idenc
!a 1:viricncia c:0111" 11•"'t1, 11111,)11, h,,ber examina do ,1 los demá, t::~l!gc,, que, se supone . corrobo
::• L1 urro ci!' tilles
ele nuevas rJr:p11:;,1·:1 ,Jtcs. :~,. prr:,,1:11:a ele: nuevo tnu E,: asi -:ónh>se le as,gna cierta primio,1d al testimonio de cargo
en la última edición
5
•lcs,:11 l,rrmi1:nt1>~- ley procedi rnental de la Ind ia colonia l y post-co loniai ,
del m,,nual clásiro de la
;lf'ornpai1ado gene- 27 a1ios
llasta al1r,r:1 1,,:, 111sto11a<lorr~s di: lit India colonial nan De es ta forma es que Mir Shilrnri. un ";rgricu ltor y vended
or de cuero" de
1 lr>s prnnun cianrkn tos hr:.-!ws por los jueces de Dumrr Kalan y u nido
ralme nte su up11~,i<' il,r1 p11lí11,·; a de Chotki Dumri, poblad o perttnr.ci<:ntc n los rv1ajithias
;11:r:tic.1ele esos juicios. dn una milla de largo, fue pre~en tado en el
ingleses sohr<: 11,,s ..11al'vos" acus;11Jos, ,·on u11a le<:turn ;i la thana por un canrino de tiern
~• de p<)dcr por c:uyo
Se hn preM.ad o p(J(:1111t.:11ciit11 •;1 lu1;:rr.cfos prc;cc,dlmcntales caso Chaurl Chaura como Tes tigo Nn. t de l<1 fiscalia.
los eventos . Tampo co
interme dio los "hcc·ho~" era11 aclmltldo~ en el r egistrn de
r.1rncterística de gran
se ha tomado c 11 cucrrla esa densa r ed de lntertex tualidad
de lo q Je ln1;rt·sa a los archi~o s ele ·10s trihuna les, o i.is formas en que las
parte
4 M11/,k <ro un lénnono usado 101110 pu< l:u lli1.:,, cotno P'" los •ubohcmos pon car.meriz.>r ol(<Kl 1/dcr(cs) do lo
hac1:1 l.1 tluuw de Cl,auri Chaura.
' . fuerza voluntGria que: h11bín mnrchado dc~d,• L1 r:ert:,na aJdc-a de Dumn
' el movin~ie.n11., nncionalbu1. de 1n1~as iustificndo
N.T l.)un·11·., /~\ 1,/,•,11·f f'r:ÍI IIC'íl flkfü i:11 11ic1li:i111C la rutd nl¡tui,·n que
h;i p.U1icipadu ~n uu IJdim cuk(·tlvo Jtcsu~ua • N.r:.. Fonno que il.4i.u,n1ft c:o .:se periodo 1111 mUi1andn i:arnpcsina en
a 1.•.1,nbiodc la Jtl!nu:h:16n del ca t11n
j
por C.,ndh1.
c1\ntm cf n:~u• 11.: r,1n«·1p=-i1111,, rw."',M:'uHlt• ., u prprin ~ulpoh1l11Jod.
~ cr. Ciuhn, 'i'l,a ~·dth:11, cn11111'·1·~. tl,wc 11111.1 c,n¡,,¡. ;o.í,r
uo por nrnnbmr un ~-., ¡o.~ir o ,por c.,aminar lo.1 componcntts • u N.E. En fr:incé." cm l.'I origin~.I. M;.1erhl. mruc-'"'1~ pnmJ.

t
o ptxlrll.\n hubcr.,;i: ci,mhin,tdo p;,iraUet1enhi r cualquic:r ed l10dtt y reviudi, por 8 .R.P. Sin~hnl y Nornyan
d~I 4hx-ur~. vd1 culo ele todil 1il1•c·top.l:I ti i1l~n11fK•. a1· lu rortnnc(Hn
1
5 Wot1'.lro.J)'t wul A,m,,r Ali"J /Jrw nf E11idt•11t.·e (l 4ri. ediclór1),
r 41. : Do.< (Allohobad. 1981). vol. IV, p J3J 8. Si no se ,ri,ma'alg odiferome, Ameer Ali. u,w of Evidence, ,e refiere o
Íl!í,llr'.t pal"'k"l.rr del íM"-;ulo "Fu r'J'tr' volumen.
... N.E. F.n fr:1_nr~s r:11 ,•f ""J'111;1I. Si~rnhc.·a a 1:. vo, ..limpin... -pmpi:1',
·op,op,Kl :f" ln cu:irta ed1c1ón de t'Mt cliSX:o 1r~bajo compil-Jdo pc,r los 2u1orcs orig1nA.lcs.
Testimonio d'? .Corgo y O,scvrso J\>:l,c,ol 123
122

dt'radas ·volumarias" siempre que sean r egistradas por·un magistrado competent e,


En el tr.:nscurso dt st. testimonio como testigo de ,argo (TTC) que ot:upi", la
co n las debidas gar antías procedimentales. pero son inadmisibles como evidencia
atención del juez la mayor parte de la semana, Shikari cubr ó una gran cantidad
en un tribunal sólo si "la real ización de la confesión apar ece ante la Corte como
de Informació n y volvió sc,bre ella con ejemplar minuciosid ad. Algunos ele los
resultado de algún estímulo, amenaza o promesa, provenientes de alguna persona
:emas del TTC de Shikari. delineados y elaborado s en la corte distrital de
con autoridad (como la policía, S.A.), en relación a los cargos centr a la persona
Gorakhpu r incluían la fo ·mación de un manda( en Chotkl Dumri, el reclutamie nto
acusad a"8• Por ejemplo, si la confesiónh u.biera sido obténlda por la polida bajo
de voluntario s, la organización de r edes y canales de comunicac ión en la 1appa
la promesa o la esperanza de obtener perdón para el acusado (convirtié ndolo
Keotall y los alrededore s del tahsir' Hata, la participaci ón de voluntario s locales 9
en testigo de la acusación ), dicha confesión serta In admisible en el j uicio

en;reunlo nes má:; amplias del Khilafat de No-Coope ración ... , la decisión de instancia y no la policía o fiscalía,
Técnicamente, es el Magistrado en primera
bloquear ventas en l as tiendifs de licor, carne y pescado, el altercado con el
quien puede conferir el rango de testigo de cargo y el c;onsigulen te perdón. Pero
thanedar de Chaura, las deliberaciones para hacer valer los derechos de la fuerza
ruera de 1,na µasible retractació n ant~ el tribunal, no hay forma de evitar que la
voluntaria en la thcma y en el bazar, la organización y procedimientos de b reuni6n
policía induzca a hacer tales confesiones y extraiga elem~ntos vitales de evidencia
preparato ria a la marcha hacia la thana, el enlrentam iento con la policía y el
en las etapas preliminares de la inve.;tígaclón. La obligación de comproba r que
incendio y muel'tes ocurridos en el recinto.
tal "con fesión " no (ue realizada voluntaria mente es d e incumben cia del
Esta pieza sustantiva de evidencia fue presentada ante la fiscalía por medio
acusado.
del testigo de cargo -su instrumento- como matériel para su pr opio discurso:
Existían pocas posibilidades, por supuesto, de que Shikari se retractara de
el juicio. El juez de la Corte Superior tenía sin embargo, en su registro, otras dos
su anter or confesión ·por el hecho de que fue extraída·por la policía por medio
declaracio nes de Shikari, magistralm ente registrada s en marzo y abril respec-
e de la tortura o la promesa de recompensa, aunque los testigos de cargo fracasados
tivamente. La naturaleza puramente Instrumen tal del TTC se muestra clél!ament 10
n de Shikarl del 5 de abril de 1922: pueden haber recurrido a ello • El ·signili~ad o de su conh:sión reside en que
en la declaració
r evela, en una etapa tempran,1 de su trayectoria , la naturaleza· puramente ins- ' ·•
Soy un testigo de Ci1r¡jo en este caso./ He menciouad o a muchos homhrcs q\te trumental de la voz autoral ·dt!I testigo ele cargo, donde el "Yo" del i1 de lebrero
p,.rlicj pMon junto ronni lgo r,n el c rim en./ l<ienliliqu/> a uno de mis 1'ó.:1plit·1:~1 d~ Jt122 ~e pnne ai s1;rvicio. sccesivamente, de la poll<;ía. de la íisc.1lía y de los
ho, ./ [s!e ~s Kiliu (1 Lnlu Cham~r. Él es taha con 110, ..tros ,•11 l,1.wiblra. [ ,·~•::,ir'm j 11c,cs de Gornklipur y Ailahaliad. Esto no se logrn a tra·,és de factores con tin-
levantó su mano en la subha; nos acomp,1ñú hast,1 Ch::i•1r.1. tstab.~ !lrita11du e, ,11,,~ri,l, centes dondP un t:ierw 11ú111<.:ro de policías conlronta a un particular acusado-
f¡wsj; y dtsmilnteló las tejas de la thana en f'I curscJ d,·I rnntín. Ó mnzro ,,¡ '" ,,.,,1.,
desue a nte~. 1:1 vive en Rakb~ 6 . ;¡11e-~erá-c onvertid<H !ll·kS tíg1.1-de-car go. Es consecuencia de los requisitos que
t i TTC dcb,: cu mplir para ser mlmisible como evidencia satisfa,:toria en el juicio:
< 1 JJ(•lenn,tl testigo de cargo tiene que implicarse a sí mismo
como cómplice.
En el transcurso de l.i ¡mmcra insla11cia, antes d<· ha ·t:r {':;t¡,.s rt:\'c!.ic ,r.i:;
0

fl Y<>/ Nosotr<Js en la narrotiva del evento debe usarse coherentetnente como


declarac iones, Shikari había emitido una "confesiim". después de su rm~strJ el
v,)z instr~1 111c11tJI que ayuda a colo~ar a todos los que noinbra (apdrte de la primera
l 6 de marzo, que fue debidamente registrada por el lnvC"stigndor Thakur M,:ht:11dr:1 e
persona drl singular) al borde de la condena judicial. 'El siguiente fragmento d
Pal Singh . El argumen to leg,11 consiste en ;¡ue dichas confesiones son t,,nsi-
7
I¡¡ con fesión de Shikari ilustra esto claramente :
-~ .

~ N E. Un1d:1d h:1rnon:tl, pu..:blo. Jlde.;i l"or o;.1cn~H)u, J~mblt.·.1 dd


vurhlo o alc.h.·:,
ionc'i d~txn ser
'• N.E. Tuppa ts un.-. .1grupa,c1ón de :.lck:1.~. con fa: 1>nnc1p:,f de c:U~<('umod ,,uo del hni\J~
i.:mu.111.111c.,.:JI Tflluil 11111.:rru.:..1.1orio (pcdim1nJr J lil co111p:uet.,:nda .:t l:a Con~ Supcrio() o del proceso. T:ilu Clnfc,_
t:,•!tltnct Ac1. (l t!y
e., uno ogrupnción de 1appa, y lo ,uh-d1Yi\lón do un d1<1n10 1t>pMr.1d.i~ ~- ftrmJd:ts Ue: l.i 111:.ner;a prt:-...~ila por la Sec. J6~ ..~::l S1.-c-ción 25 de la b1diOJ1
anee un ofic,ol de
111o l'rvccduncn"I de lo lnJiu) pmhib< ca1<górica,ncn 1c. l.1 • dm111bll1dod de una. confe< ón hech•
"º N.E. _El Movimiento Khilaf,i íuc lanzado por los muiulrnané< 1nd1<1< en 1919 porn nnpcdir el dcsnicrnhr.,1111e y Lcuip,r:iJ dd ~~
d,!l Imperio Otomjn despuii\ di! l:i f'n111cr;1Gucrr? Muni.Jiol )' p:ir3 pri::<.crvar la :iu1oritJ:iJ C$pir 1lu:al
Sulráa Otomán comoCohfa dd l<IJrn. G:.r,lh1 un,f,có • ,u portillo, el Cl)llgre"' N:ic,onol lndiu. con el Mo• ,micrno X lndi>n évidcn<·c Acl. 1872, Semón 2J
de N~OOP'!tx•ón y ti MU\ ur.cmo Khib fot par3 forjM un frcn1t comtln Nn lm: n1u.culm.ln~ uxf
K't( cornra d j;olltcmo 9 An1<r Ali. Thr la~ ,,¡ Eliúrucr (4:t i:d1ción, C'. 1908), cO'tnc.nr.ario a 13 Stttión 24. 1
lo policla.
colonial 10 Las Sccciune< 25 y 26 de la Ley Pr•>.:ed,men•ol sol3men1c ngen p•ra_lil.< co'lfcsiones hechas onlct: registrnJ.a,
D1~trih) en los r r\"'.lCCSo.-. un ru:u5a.do pBia lu~go pre..~entarla. mlnuci~.1rnenl
6 Primer~ in!itonc.·. ia dd proceso, 5 de abril de 1922 .. Lo.i; registros tic l:i Coni.: Supt'rior de c,cp,dien1e ,k. Ju,cio. En d io.~ no J..( pnihih..: ~ l::i pulidn c:w .icr la ven;ión Oe
ión ci; de ;ilgún modo r•·lev:1n1c, no se vuelvt
de Choun Chnuro nos. 44-5 de 1921 (Archivo de o,.,ullo. Gor:>khpuq w.ln t llodos como :ú1le un m.1,g1!;,1rnd(1, Di: hecho. 13 ~(..'<:Clón 1'1 esto.blcce que sl "Uf'l.1 coníe~
do un eng,no
seguido por el número de fa p>gin•: los regí<lr<>< del M.1¡:isJrado de prima• in.sionci• serán citados
como (fecho im:lev3111e sólo por el hecho de hober sodo realitoda bojo proniesa de secmo. o como consecuencia
de c,idcncia/pn1cbo No.) Primera instonc,a eftt1uodo coruro 1• pc™"1• acusada ron el pupósíco de. ol,lencrlo, o cuando ti se hallllba bebido. "porque/•• hLcha
forma que hayan tc,nwdo

? Lo< $eccío_n•~ 164 t ~64 del ~6t!igo. de Proce<lim,ento Penal. contienen prov1~1ones poro el regi<trs> de epies ,.,1 ,e,¡,ursw a pn:,:1Jllfm qut il ,u, 1lf:usariame11tt ttnéa"qfll cm tesucr, sta cualfuur laque dicha evidencia podio Ji
una confe~i(1n hcchll
coníes1one~JUd1c1ole; . Cualquier mDgt~trado que no sea un olic1:1Jde policl3 puede registrar :1n1t!s del inicio del ,·.!<1,rpr,gwuas. o p0rque nosc le odvin,6 q"e no cs1aba obligodb o hac.er 101 co~fesí6n, y
u~:u .~ en ~u contr:i". ~nía$i~ .i.dicion.:>I ' ·
:intc ~l. mienmi~ el ca!l:o e~1é bojo inve~li,:?acifln e,1 la policfo, o en cu:dquicr ctap:1 po~1uior,
125
124

r; Dudhai Bhar
Toda la ¡¡ente estaba lis ta porJ m,H;ir ,1 la esposa d el Sub inspecto
Yo .eva11té al niño
L1tonccs . empez;,r on vio!t:ntos apedreaniie1,1os ele kamwn
'pieclrns j T,imbién tenía una espada en su mano}' procedió a matar di niño del S.I.
ese niño. 13har (sic)
yo arrolé lwnlwr..... Tan pronto ~<•mo ellos {los ~uaníias.!i.A.1
lle¡¡Mon a la puerta, en mis brazo; y exigí a Duclha1 llh,1r que re$petara la vida de
ese niño en brazos...
procedió entonces a matar al otr,.i nhio. Tamhien levanté a
s
nos,;tros, /()dos aqu,?//os cuyns no,nbres he mencionado, que .::st;íbamos presente
fut-go a la casa ella. Les supliqué
en la ouerta ele la thana, nosorms los mat~mos... Yo también prendí Entonces un gran número de gcnle c¡ue ,o conolco cayó sobre
al campo de Nalpal...
(]el dewanji '1 1. también a ~-tas personas . Entonces. llt>vé a la esposa del S.I.
o... La esposa
Entonces lnderjil Hajjam dijo "Este hombre recibe pensión, golpéenl
golpes con un patli.
claras del Sub Inspecto r será su 1cstii;o". Enlences Ka ria medió dos
La ca'tacterística relevante de la confesión de Shikárl es que exhibe Ramdas también me golpeóll_
punto de que podría ser consider ada
huellas de las marcas esencl~lcs del 11'.C,_al
f.s cierto_ que había otros dos candida tos potencia les,
cc,mo un texto proto-TTC. Con todo ello, empero, sólo consiguió tomar el rábano por las hojas y
arrimarse
Ahlr y Ramrup Barai. para e) papel de testigos de cargo. Los tres estaban perdonado
Bhagwan equivoc ado de la le:;, pues un potencia l testigo de cargo es
acusados -<¡tIe al lado
; encerrados en celdas separadas en el kotwali, .. lejos.de los otroi: ulteriormente, pero no por su ocasional buen comportamiento durante
el crimen '!
estaban e·n la cárcel de distrito - porque se "pensab a que uno d1: los tres podría
tiene que ser el de un cómplic e 14
, y e:; aquí
•·.
12 sobre el cual testifica. Su testimon io
irse en testigo de cargo" . El requlslt J legal consistía en que no debían entales.
convert
e Implicar los formalm ente en el donde Bhagwan Ahír no alcanzó a satisfacer los requisitos procedim
ver a los otros acusados antes de identificarlos Da la impresión de que lo hubiesen seleccio nado como candida to a testigo de
juicio. su confesió n fuera material dt! primera clase como TTC, sino
convirt ió cargo, no porque
En su confesión, Bhagwan Ahl··,.-lrn· soldado desrnov !Izado que. se porque como personalidad importante en la pre-historia del evento,
su trans-
o y la posterio r paliza que fe
en instruct or en Dumri Manda!, relata el altercad formación en -"Evidencia de la Reina" hubiera significa do una gran victoria política
Chaur;a, es decir, la chispa inmedia ta que p·rovocó el a si mismo
propinó el than_edar de y psicológ ica de la fiscalía sobre los acusado s. Bhagwa n Ahir se ve
dellberaciones
.,, ·· incendio de la thana. Tam!Jié11 se detiene en !a con·tabulación, como un peón en el ajedrez político del juicio, que será comido antes
de poder
de oponerse
y organización de una reunión eri Dumrl, el 4 de febrero, con el fin avanz,,r lo suficiente como para ser investid o de cierto poder. Shikari apareció
el tlwnedo r. y bfoquea r las ventas en el Bazar de Mundera. más complet ay
a Gupteshar Singh, sólo tres días después de esta confesió n. con una historia
descrlbf ' la .~nhlw f reunió!l I de'Dumr i y reconoce alreder!o r de dos docenas que se pone a dispoi:ic ión del
l .uc[!O sustentable legalmente. La rendija de libertad
dP. voluntarios. F.n su narraliv,1 ele! motín, identifirn :i las personas q,1e
trn¡eron benemé rito de la
renegado. no pudo ser ílprovec hi\c!a u ca balldad por este
1,, thuno. y a nlgunas otras q11e dieron 11,ucrt e a un guardia en la horca.
kr:ro~1·11c y quc:maron campañ a de Mesopo tarnia. En el wrano de 1923. Ahir murif
.le implicMse
val i/1//nednr. Pero, n11tnhlemente. Bh.1gwan Ahir se rletie11e antes Ramrup Harai, el panwala • del Bazar de Mundera, fue arrestado a
principios
.i ~í mi:,nw clirtctam~.nte en el motín; gunrda
<;ilent:io é\ l.i hora de revelar su a en su "confesi ón" ante el magIs-
de marzo y ofreció una historia muy complet
vc:rrl,1dera complic idacl pers1111 :il. Más hien, inten111 desta<:ar la corrección de de auténtic os det.1lle1 : sobre la
trado15. La declarac ié-n de Ramrup está llena
a su posición
s11s a, ciones durante el motín y suhrnya los peligros inherentes prehistoria del motín y el propio enfrentamiento frente a !a thana e11 la tarde
gobierno , es decir. como alguien qne per-
llminal romo voluntario/juhllaclo del del 4 de lebrero. Los insultos dirigidos al rhanec.'a r de Chaura nos pueden dar
del polMiza do escenar io de violencia en la thana d1· Chaura. Su ciones
maneció fuera una idea de la total inversió n que trajo consigo el poder de las organiza
que alejarse para
nar rativa del motín se i11terrn111pe e~ el mpmento en que tiene ❖
voluntarias. B.amrup Baral recuerd~ qu~ cuando Bhagwan Ah ir fue
acorralado
retorna el hilo
h;icer SU!; necesidades. Luego ele este púréntesis, Bhagwa11 Ahir · por Gupteshar Sin¡:h en el Bazar Mundera P.! lº de febrero por ser un namakh aram
. del rel;1to, pero no rwr,,
Implica rá otros al lr:npllcnr se a si mismo,
y los
sino para
hijos del o Jubilado del gobierno convertido en "voluntario", le replicó con un
abusivo ¡lund
tlemost rnr el papel que cles·emp e·i'ló én el rescate de la viuda el lhaneda r local
a los se (mi pene '.para ti)! 1::sta réplica de cuatro letras dirigida contra
lhaneclar, en suma, p11rn ace'ntua r ~u creciente distancia con ~es pecto
ornotino dos: : .
lnstanci•.
t3 Declara.:16n de Bh•gwai,... Ahir. 13 de mnrzo de 1922. prueba 226, Primera
14 AmeerAli, pp.835yss .
de an:ca (be«t), /ru10 de uno palmera
• 1,1,1;, o nolol ti• pohoín, • N.B. Pa111w,ín o PamMrl. Vendedor au1om,do d, wbaco y d< hoja< y nueces ll otrt111 higr1.h. lenhu par,i producir
f 1 Di:cl11r..cifm onjo l:1 .1..¡xdfm 1,,,1del IP(" , ll' Shik:ui, ·~/ti Mir QurbM,
ctl.:id Yciñdcinru anos, rui itJcn1u 1"11.1 IJumrl propia de una región del Asia troplcaJ. Lo.s hojas ym1eea1 dú b,.:!tal se mucqn Jumo
Kh11rd-. 1' S tl1a.ur:a. J6 <le m.1r10 4ft._• 19.?:? . ptt1L·N_ no.1 '.'lt. Primer.l
•• N.E. r\1,b·i6n ''"' ¡,ulicí:l (h: 1111 pethl,Hh1 ¡!f;t11dt!.
12 F.vuk1 d n 1h- Ktwn U,1!rnilur S.1i~id A,tH.111l hp,.t11 '
Jn~HUM i,a. El tnfa,,< h:i sido nl\:adido.

i11. Juicio C-.79-RO: c:(1 Ar !ndice 0, foJ:t 26,


.
t un efecto esrimul:tnre. •
15 Decloración de Ramnip... Barai. 6 de mnrzo do 19?2. prJcb, J25, Pnmer•
!ns1ancia.
,
... ..

126 Shohid Am,n Testimonio oe·~orgo y Discurso Judiciol 12.7

en presencia de otros "voluntarios" en el Bazar, fue la causa de que Bhagwan un tal Saln y muchos otros, empujamos la puerta de la thana y la rornp!mos";
Ahir fuera golpt:ado por Gupteshar Singh, lo que constituye un eslabón signllícativo "Todos nosotros, e.d., mi persona, Bhagwan Ahlr y un Muhamadan de Chaura
en la cadena de eventos que llevaron al 4 de febrero de 1922. Pero el vendedor cuyo nombre no conozco fuimos al mercado a pedir kerosene·:
de nueces de betel del Bazar de Mundera, no sólo estaba recordando la pre-historia Este panwari del-Bazar Mundera prodµjo entonces, para la policia y la.fiscalfa,
de "Chauri-Chaura", palabrotas lr.cluidas; su "confesión" era la de un potencial una "confesión" de primera calidad, y sólo'tenia que esperar'1 en con'fiado con-
testigo de cargo. Pueden encontrarse claras huellas de las instrucciones dadas finamiento solitario en él kolwali hasta recibir la citación para presentarse como
por la pollcía, en dos tipos de declaraclohes: la caracte.rlstica auto-implicaclón testigo de cargo ante el improv!sado•tribunal que él Magistrado en primerá ~
, en ,~.~ rím~?ei ~<i~J~nfos·;~:i.~·~ a~e'f~;~n.:,q ue ~amrnp,,~,ort~ _s u n~r~~Uva en ',,) instancia había Instalado en medJc>',del reclrilÓ 'd~la cárcel del disÚito. La pro-
:,mlí:ro-secuenc~
. , r •~ ,. •
para Identificar.
;:•' •••
a los acusados
"t•.(~~ ~: •• "• '
en todas y .cada una•
de las'
et¡lpas longada ausencia-de Ramrup·en eJ·~otiÚafl:ha.Qía.~i-~~dctfúertes so~pechas entre
·de.sumar~~ h,;l,éla la thái,,q¡,·,H~ h;M;id~ deJlustrar este .último rasgo mediante ,: los acusados-de que él habría sldo:perdonadó;~.'~iiaildo Dwarka Gosain de Chaura
. ún'ctiaélro esqÜi!niático'ci~Acc'lóire·rd~rit'ítkii.dón. Esta·estructura básica, que fue enfrentado.ca una teferencl;iá<li'ersa!iéq'l;i:•córifés.Íón'de Ramrup, replicó:
·. c.u~iple los·re9u~¡;tps:ci~:'ú~'T'rfK;~hcf aefécho, era_dimasiadÓ ;viillo,s~ para f, ',:.··
'
·.·.
~:

... ,.·
"Ramrup Baral y yo no tenemos:í:ilri6í,na'~1iemlsta;di .El me nombra en tanto le
fa policía como para habét ~ido',éieada por el mero recuerdo de un amotinádo · · .... ha sido otorgado el perdón y ha'aparécid&comi, testigo"1!. - - . . · ..
en pri;ión·.,..... , ....: · ,.. ·..· .,': 'ª'.. . '' .... ' · ;- ...
' ' ·: '' ;· ~:.· -'~~:.:•.
('
· El hecho fue que, a último inoment9,'Rami~p hab{a,sido'desplazado del puesto
• : :.•. ," • • "l · :~·1.'1-Í • ~: ~ r;:, ••·,-,.;:;' :• • 1 • •• '.<'. • por Shikarl y ahora estaba en'ehnismó bar.ca c:fue.Dwarka·Gosaln; pero rúlent.ras
Acción 1: ,Reunión en,elBazat.de.Mundera el 19 de febrero de 1922 para . Dwarka ~obrevivió a ·un encierroiaicató'tcé-'afios'~á.sfa ser liberado en 1938,
. ·.\ia ,b.loq~~~ l.~ '{~IJ~,!!i1!~,¾~i~ ;·,.•i ;~.e;
. : \ \, ··;.. ,: ..· · ;; · : Ramrup Baral, en parte por haber~e)mpllcado il sfinls.tnÓ con la esperanza de
·. ,:.·,.1dentiliáición1,ifEntr_~,!.?,t,:VpJ.ajl}f[i~~.:qurestuvierqn ah!, re~onocf.a:Bengali·. ' recibir perdón; term;n6 siendo lcnteilclado·y colgadq poiel-i:argo de asesinato.
. Bhar de Bhartolla, Li,i~96.\f~J{alJ.i,1:l<!fKalwar, Bhagwan Ahir, _resl.~entes de , Para '!a fiscalía-s e trataba slmplem~Óte,<le:que,cl p,olén~itl~como testigo c,ie cárgo
Chaura, Shlkari-y Na:ta'r.All;resldentrs de Dumrl. No identifiqué a otros. Los de Ramrup erarcíenor que el cte ShlkaéM:G:6'irto:lo.~r·es,ó en'septlembre de·:¡ 92·2
.restantes eran ce Raghuapur, Bale, Dumri y Chaura. No sé sus nombres". el Detective Super Intendente (DSP) en'cargádo·'éi'ei c·aso ante el Juez de la Corte
Acción 2: Deliberaciones en Dumri durante la primera noche y la segunda Superior: "En todo caso impor:ante se señala un.testigo de ca!go. Por lo tanto,
mañana, cuando se hicieron borradores de las cartas que convocaban á la despué5 de haberse tomado declaraciones a Ramrup Barai,. Bhagwan Ahir y Shikari,
reunión en Dumri el t, de lebrero (para oponerse al Sub Inspector). yo y el Detective Inspector General (DIG) consultamos sobre quien debía ser
Identificación: 'Bengalí Bhar, Lal Mohd, etc... estaban presentes ahí... Cuando convertido en testigo de cargo de entre los tres; al final decidimos que Shikarl
yo llegué (a la ma1iana siguiente, S.A.), ledas lns personas que estaban pre- se convirtiera en testigo de cargo y nos aproximamos al Magistrado en primera
sentes la noche anterior ya se encontraoan sentadas.. .'' instancia" (E,xpediente del Juicio 628), Esta "decisión" fue interp~etada por Ramrup
come, una traición. Habiendo sido rebotado hacia el lado adverso de la ley, suplica .
Acción 3: Reunión u Dumri el 4 por la mañana.
patéticamente contra el "engaño": "El darogha 4chhman Singh estaba parado
ldenliflcación: "Cuando llegué a Dumri encontré a cincuenta voluntarios ahí; cuando yo lo ví le hi,ce una reverencia juntando mis•m'anos y le pregunté qué
sentados en la era... 'ro reconocí a Nazar Ali, Lal Mohd, etc....' falta había cometido yo para que él me engañe así_ El dijo c_ue me habla hecho
Acción 4: Marcha hacia la thana. testigo de cargo pero que el Sahib* había tachado rÍ}l nombre y que no era su
Identificación: "Junto a aquellos cuyos nombres ya he mencionado en mi culpa" (Expediente del Juicio 906). La política del'Juicio podía haber dado a
declaración de ayer, yo identifico a Tihar Bhar de Bhartolia...'' 16. Ramrup la oportunidad de convertirse en testigo de ~argo, si es que la fiscalía · ¡,

hubiera considerado r.ecesarlo contar no · con uho, sino con dos actores :¡
Cuando Ramrup !Irga al momento del enfrent~míento concreto con la policía, importantes de la pre-historia delevento, como para otorgarles el manto de !
encontramos declaraciones tales como "Entonces todos se volvieron... hacia la testigos de cargo. De hecho, ·a mediados de marzo, antes de que Shikari fuera
lhana y comenzaron :1 arrojar kankar desde la línea (del ferrocarril, S.A.): Yo arrestado, el DSP (Detective Super Intendente) y el .bJG (Detective Inspector
también arrojé ka1tkur desde la lfnea"; "Entonces mi persona, Nazar Ali, Shikarí,

17 Memo. de evaluación, 28 de mayo de 1922, Primera Instancia. ·


16 lbid. • N.E. Palabra honorifica para éesignar , miembros de la élite illglcsa o India.
129
128
fuP. :;u declar.1ció11 ante
r 2 ó ti (en duda) testigos , obre c¡11iP11 <k' hí;1, ,'r ( 011wrtido ,•11 J1' Sl 1go d e cargo ... ",
General) no estaban seguros acerca de "si deberla hab.e el Juez ele J;i Corle Sttpl'n or 1•11 s1•pt1rm hrc de l!l:ZL.
requisit o proced imer tal era que
de cargo' (F.xpediente del Juicio 679).
alguien que hubiera perman ecido en la
Pero
thana
el
despu~ s
implica
dé que Shikar I abando nó
r a los amotin ados en
t l'rrnte a 1~ l'01tsiderable 1ar1)a rl t• pn•~••nt ar (')l;itosa mcnle
U5 acusados de los i:ri111c11e s r on¡u111o s cometid os en el motín
car¡¡os contrn los
de Chauri Chaura,
el lugar er llamas, fuera citado para termina r de preocup ació n clC' la fisc.11ia c r a n u1:.cgui r u11a narrativ a conecta da
8. la princip al
el ~rog1eso• ulterio r de sus crímene s 1
en el propio "aconte ci-
Shikari en el ban- - una cadena de evento :;- que conrl11jera a y term inara
Las audienc ias en primera instanc ia comenzaron ron sólo miento". Ninguna búsque da en los papeles confisca dos al ( Partido del J Congreso
Ahir, otro acusad o, lúe éaptura do el 18 de abril. En el curso de dir de la necesidad
quillo. Thakur y al Khi,afat de Gorakhpur por parle ele la policía, podía prescin
su confesi ón a la policía, brindó recuen un to de la última fase del mot!n, dan.d o
.·, de hallar evidenc ia "firme" acerca de los anteced entes del motín clesue Chaura,
al entrega r la "pista de 2_6 3 mosque tes .. que Tirathra ) había 21. La d el TIC no era la única narrativ a
fuétia a su versión 19,l Aunque su confesi ón, ' Chotki Dumri y tappa Keotalí en gt•ncral
lanzado al pozo cerca de la'than·a..:. durante ·el'inotí n!\ que había sido produc ida para el tribun al desde esta
localid adfilaqaj' otra;
la ser.clón 25 de la Ley , peones· y khidm,11iars..
hecha ante un ol:c!al de policía, era inválida· según personas - agentes y karinda s· de terraten ientes vecinos
aban la validez de su
Proced imental , las estipula ciones de la
parte operat iva "por el defcub rlmient o <:le·hech
actuó
sección

¡11, día
27 garantiz
os
siguien
como
te.sobr
consec uencia de la
e la base, de esta
¡ de la 1ha11a y la estac ión d e ferroca rril vecina, guardia
sobrevi vieron a la masacr e- fueron sin duda ci,acos y
s y chau/..idars .. r¡ue
testifica ron sobre el crimen
informa ción dada". La po:icía 1 y su pre-h storia
22. Pero mucha d e esta evidencia era lragrnenla1 ia y 110.p!irm ití~
ai' de·Tha kur como segund o testigo de
informa ción, y al percata rse· del potencl ' 1 cubrir s·u desarro llo comple to. En cua nto a los acusado
s,' ningun o d1· ellos se
en un bugalow de la admi-
cargo, tomó medida s para manten erlo· baj,Úrr esto a
animó hacer declaraciones progrn mátios o política s 23• Incluso los "cabet:illas"
eslaba Instalad o en el kotwali i El 21 de
nistrac ión pública , lejos deSlµk ari, que proliri~ [,On tan S?io negativas y coartadas de diverso tipo,
que van.des de E:I al(!ga~<>
pr~l!Jlt ó u
. na soUcltu gJ9nna l para garantiz ar el perdón -:.;t. 1 imo, el tío de Shlkari ,
abril, el Ministe rio Público de Nazar Ali sobre haber sido confunc ficlo con su homón
rimiento: "si la Corte
. a Thakur Ahlr, la cual se cerrába con :el slg!,!len
conside ra conven iente y necesa rio para el caso. se le pL:ede
!e r11c¡ue
ofrecer a (fhaku r, .:,;:). ·l · hasta él de ·Lal Moham mad sobre haber
iente ant ~s de q ur la
recibid
1ha11n
o
luera
el impact
tomada po
o de perdigo n~s·;
r asaltc •
14 la En·
testigo
28
de cargo .. .'' . El quedan do inconsc
perdón condici onal y examin arlo como general evasivo : nan intento s
S.A.) un
La· búsq ueda de testigos sala de la cor te, es•e tipo <le clisc11 rso era por lo
r equerim iento fue acep tado por Mahesh Bal Diksltit. de los ~cu:;ados po r disocia rSt' ele lo , r ventos narrado s -<on mayor minucio sidad
do. Ahora se podía constru ir un caso completo contra
ele car 5o habí;,i termina po r ShikMi - cnn el fi11 de eludir ~I ,·:,stign.
los acusados de Chauri Chat ra. los acusad os "eco-
Sin embargo, d 111i,~do ;,I r,,sti!,!tJ, ., t i •111 po el<' h;icer que
1
en todos los casos
Toman do como pista a "Chauri Chau7a", se podría decir que 5
11omire n l,1 vc r<bd"~ , procl11c c ta1 11h 1en 111 fi gura del tes ti ~:o d !! r argo : la del
campes ina, elTTC es una prec(>n dición ,1 po r la ley (y
de revuelt as masiva s dt la poblac ión t:,1111pcsi 110-acusado q ue se co11vit!r 11' ,,n re11rr1a do y qur. protegi
proces o j udicial tome su curso. Khan Ashlaq Hussain fue cias conc retas
habitual para q uP. el nguijoneado por In lisralía) . h,1bla el,· la pr e-hislor m y ele las inciden
nte se señala un testigo
casi axiomá tico sobr e este punto: "En todo caso Importa del hecho, ele un modo hist{iric n. sístr rn (1ticu :• a<:usato rio. El castigo !'.•: nera así
e fnspect c r General (DIG) consult amos 1 , liscursiva
d e cargo. Por lo tanto ... yo y el Detectiv reticencias y revelaci ones en los dos 1.•xt remos del espectr o. La práctic,
juicio masivo , enarbo la
judicial r equiere , idealllle nte. ele ambos: e11 el caso de un

18 Romrup ,'ié rctr.k. u, c..c ~u conÍL!!iiión ames de IM oudien(:iU,


y reli\ta su experiencia. d1! In 1onura p0'1cia.J v de lo,:
cc:wiguic,,1<, ofn,ciniientos de pc:nlón pore que se coaviert.1. en testigo de cor¡o. Tamt 1dn intfnto rcftn~ lo impre,160 t 1(J1 al d i J , 1~u1cr:11c y ~ llevó un \!a.rro l cnn de
9:,pt·ll:$
seftilandoque en reolidad h:.bl• ,iJo uno ded or:ición escrita 21 El S.Kfar Ku1~J1ll.111ó el Con~rc.;o y IJ, olinn;,, ,Id K lu
de que no lcn(o nodo que ve, con ,u a111cri0t "confcs,.sn•, 'E51os Alegnt0$ (sc¡uramen1e ln,tniídos por JU abogado paro
1.·r MilnCu. un dtec,on;vio. ¡inclU'~o 11na b~IML:1!)
(cu.&n;:nra an:h1vt~. l'l"'v' k ~a_JO( de íonnut.uur,.. ,ar11, hnnadM l.'\JIOO !1~10~ d< voluntanrn; <le;: h1 1hm1a de Chnurn.
y leído inte el mor;i.<trador.r ol D!-P, A,hfoq Hussoln. n't>les) ro,uhabu, 1411 ro1,o, como parece comecla ol lwtwa/1, H~10i.: ,pnpt!k ~ fuernn rcv1.-c.mh•, por ,:11.>SP p;lrn eA1rner
con1t1¡uir lo lnvtilldllcl011 o lo •conlcNlón" •ob~ b4111 prooedlrne C011a Superior tldoptaron una visi~n e11rcchamen1e ViJr, Juicio 791 -94. y prucb..,~ 17• 122. Primcril ln,111nci:1.
11 veno,ón previo d~ 1on11ro t prome10de li~r1ad. Lo1Juecudo,rla (su coaíesi611, S.A.) hbía sic!< hecha volunca-
le1oli,11 y dcciditron qu• no vdan ninguna razón para dud que • N E. Sirvicnlc.;; «'mp c::ados por los ~nund3'S'O h!r r.1tcn1(ntc11:
. riomen1c . Sin embat¡o, el 1010 de la •confesión.' sugiere ,on fuer.ti que tillo fue emirida par l<amrup desputs •• N..E. Sirv, i:nt~~ pcrfünal,::-1:.
po1~tico ln1en1 0 por dis•JU>Cl&l'le de su confesión , Rornnip

',
de que I• polic!J Je a.,e1urara el perdón. Duru,1e 0110 mkmbro de In fuen..a policial :iuxihnr
y que ahora e11d 1icndo enrnanillado y ... Guardia u ccntini:l:i di: pueblo nomhr.1do /ocalmrntt corno
ln&lste mach1conamen1e en Is !masen de algule)I que deble,.. e,tailibre 906; apelación no. SI de J923: King lo evidencia de Sodh.11. el sy<c del dumKhu. dc Autor. el lavandero de la 1ha11<1,) do Siddlq, !Ir
encodenado Ver. Eumi~a1ion '." chiefof Ramrup, Expedienie del Julcio-898- 22 Ver pe< e¡emplo
Emp,ror vs. Abtlullah and otlrm (El Rey Emperodót~onlnl Abdullah y
Oll'Of~juicio en la Cor<e Suprema de Allahabad, (1 único gu1uúi11 soórcv1v1ente dt la tlumu, 11n1c ti Juct de h1 Corte
Superior. : .
. 30 de abril el< tnJ. pp. 41, 70 (De aqu/ en adelon1e, 1uicio; Cene Suprema~ • lJ Cf. Sección 111. mó: abajo.
d. 6 de junio de 1922, Primer:i Jn,;.10..nc::i.
• 19 Evldenda de G.S. Khe,;OSP, Pol.-!a. 21 de abril dé 1922, Primera
Instancia. 24 Ver ilUl'rali11. J.a dcclar.ación de N.1231 Ah y dt LJJMohamml
20 M R.B. 1:odri, Perición. 21 de abril 1922, pr,eba5Z3. Primeraprincipal
el le.,1,monio de Shik,rl en la medida en que ti fue, ~lorume~le el
Instancia. En esta discusión me concentn.n! en
testigo de cargo en esre caso.
t
:-'
25 Juicio, C0<1e Suprema.
-~
....,..,...
1
1

130 : ~ ,rJhid Amul i 0

Tesfimon,o de C9rgo y Discur~o Jud,c,ol 131

las revelaciones del testigo de cargo para abatir a los ;icusados rct icc11tl'S co11 Por lo tanto, nunca es suficiente el ·c,aráder otalar éi'el testimonio p,1ra constituir
su significado, Es necesario que no solainentesea una declaración,·sino un relato
e l miedo al <:.Jstigo. El de ShikMi fue un te.sti111oni11 '\0111pctc11tc:" 1:011t r,1 los de los hechos, que sirva para prqbu una opinión o una verdad2 9 .
acusados de Clwuri CIJ;wra, p8rque l,ue forjado desde una fase te111pra11a para
alimentar y amoldarse a la producción del discurso judicial 2b.
En este caso, el testigo de cargo se vela obligado a téstilicar, en el sentido fuerte
del término. El TIC de ?hikarl se creó con el fin de probar el sólido fundamento
11. Características del Testimonio de Cargo. de un aserto: los siete cargos que se levantaron o ntra los 225 acusados de Chauri
La primera cosa que .~orprende al leer el testimonio de Shikari es que, evi- Chaura~0. •

de~mente, no pu~cle leerse como el_discurso_de un rebelde arrepentid~.. A pe~!r La tarea del UC era narrar todas·fos micrersecuendas que se creía podían
de sli_extensión, 'al<;é!Jlce y detalle, lleva demasiados rastros de una est.~cturacion fundamentar eso(~ctos culposo1 (y lo~,eplsodlps que, en opinión de la fiscalfa,
ajena; planteándonos serios problemas'en torno a su autonomía yatitorfa. Este pudieran tener.relación.con ellos);, id.en1,!fiq1r: á los _a~usarloi. en cada pa~o de
'ITC, vehic'ulo de la acusación, muestra huellas del poder interrogador que lo su marcha progresiva hacia el crlin.en-fconfinnar qu·e no habria limitaciones
ptod~ce )•exhibe la m,1.rrn de su violenta intervención: miedr1 al castigo, tortura legales o·procedlmenfales para su·.cphfl~biUdad jurídica. La fiscalía, a través de
i
dírecta.y-;nás importante aún-promesas de perdón y recompens,P. E~tas $(JO 1 sus interve11clones; se aseguró de qµe··e1testimonio d~;Shikarl .-eá-Jizara con éxito
sus característicz,s originarias. El modo acusatorio específico y su caráct~r i las tareas para la(que había sidi?;~ls~ri~dó,;.,En términos generales, estas.tres
instrumental y tra11saccional, diferencian al TIC de las confesiones inquisitoriules tareas '.ntem:lac~onadas_se cuiripfii-í*( en;Jas·.,-:secci.onés A, C, y ·s del TTC
en las cuales "el acusado toma parte por si mismo del rítual que produce la verdad respectivamente ·: ·· • , .
·: , ,, h }·
. ' ·
penáJ"28. La diferencié, princípaÍ reside en el hecho de que, mientras en la Europa 1 La consideración subyacente.era, ppr,supue:;to, que Shikari testificara como
niedievai i:J'e Foucault, cuanto más confesara el acusadó}:iniís"justo s'e' vc~lvfri el •' ' 1
'.' ) acusado(-cómpl!ce; Este carácter qwµ_': q'ú~.J~nciona en ambas caras de la
castrg~; etj '.nuéstrfcaso: cuantb más _:Shikari-como-testig<>-<l~:éargO_) e'implic,a 1 ley- diferencia al,JJC ,de todos \<;>s; d,em~_tés9rn·o11ios,: Se ha identificado ya esta
a sí mismo en el "crimen de Chaurl Chaura'', inej<>res son sus'oporíunidades dé
ser perdonado.
1
~-
dualidad de conoeñac!ón/autÓ-irriplicádórí;'eá la proto-confesión que precedió .
La fiscalía convierte al rcnei:¡ado en tesligo cfo car1;:o perrnitii:ndr,le (JU\: sus
recuerdos se convie,·1rn en Testi1nonio -algo que pUC'. da sr,ste11er~,c, ;wle u11
Tribun;tl de Justicia- r ,ciendo posibles las conciusioni~s e11 d proceso r.le ,:<',nstroi r 19 Paul l? icocu~. "The Ht!rn11.:nc11ut"s of TcstimonyM. en $:U~ E.uay.\· i11 Bibllcal J111er¡werc11.•on, Ph1bddp:H:i. 1980
pp 129. 12J.,I. En fa:,::i s ~n el originnl.
una narrativa maestra del evento y asignar los castigos. i'.I TTC nr¡ es sf>lo li! 30 Los 22.l i111puIados en la~ nuoicnci,1.,;; fueron .icuStJ~os por los siguientes ddicos:
percepción del renegado sobre un evento pasado; mf,s que cualqui1:r otrrJ tipo 1. Qut.: -rllo_s. ~n _d cuano dí? de retiren., de 1922 , en Durnri, !oi'naron el '1Cu~rdo rnutuo cJt comr:tl!r 3C(OS ik1;alt:!s,
de testimonio, el suyo está "al servicio del juicio". f.l "Testimoni<,", su'.,lie:rr, PaµI • .,.,bcr, tntlll)ldar a lo po!•cfa pc,r l,1 fuerza o ce,~ dcmo,;trru:,ones de fuerzo, golpearlos por lo q•,e el Sub-Inspector
y sus subord,n;idos habian hecho en curnplim1enI J Je su deber romo servidores ptíblk·os. :on d fin de evírnr
Rlcoeur, "significa algo distirto a la simple narración dt• las t;osas vivir!;:•;". De qu< los "voluntarios" penurbaran d orden público" (Sección 1208 tlel C( digo Penal)-,
hecho, 2. Que tllos. en la f~c~a scr"i.ilada, en Ch~Jr?, ~ueron ponícipes de una a~amth:a ilcgaJ. c-Uyo objeto común fue
desafiar a los pohctas de Chaur.'.I'. fl.!í J 1nt1m1dorlos por fa fuerza o con demosLra~íones di! foerzn. golpearlo~.
qucm:irlos y morarlos, quernnr y d~•:;cruir su ~roplednd y otrns propiedades pcrtcnecientt.!s ul gobierno y parn
...el Testirnonin es lo que nos permite confi,lr: pensar que... c:stimar que .. P.n i)f(We s:iquearlas. (Sección 47}. ·, • •
...juzgar. El Testimonio quiere justificar, dernostrar el buen lundame•1to d 1 • un aserto J . Que ellos... osamblea ilegal, con el <>bjetocomún deque todos o algunos éc los miembros de la mcncionuda
que busca nlcanzar su significado, más allá de los hed1os. osambl_eo causaran. inlencionalmen[e, la muerte de 23 oficiales de policfo (Secc,ón ~01... , en réfercncia 0
la semón 149), ,
4. Que el los... nsamblea ilegal, para ,cor~e[er destroz?s median le 'ntendios o sabiendo que era probable que
~~~)arfon tales destrozos en el ed,íic,o de la es1ac1ón ,te pohc/a (Sección 436, con referencia a ta secc,ón

5, Que ellos... asamblea ile~al, _ron el o_bjetivo i:omún de que nlgunos de Íos miembros de la referida as,imbleo
26 La stcción relevante en 13 Ley l)roccdimental alinna: "Un c6rnplice podris~, tcstjgocompetente contra la pers:ona cornetternn el dehlo de prtlaJ~ (Secc,ón 39~.... ~• referencia a la sección 149).
acusada.; y una condena no es ¡·eral tan sólo porque proceda del Ie.;Iimonio no corroborado de un c6mpticc'", Sc.cti6n 6. Que.ello.~... 0..Cia1!1b!~ i!eg.U, ton una meta común que resultó en.'el dai'\o voluntariamente ocasionado a lru
J33. Por suputsto hay una "regia de prudencia" (sección 114. inciso (bJJ que estipula que tos jue<:es no deben condenar oíic,ale.s de pohda. mcluycndo a los_ chaukid'!r~, en el cumplimiento <;le s,u deber (c.d., la dispersión ,de la
~obre la base de dicho rcstimonio no corroborado, aunque los :rudilos legales reconocen qt1e la rai1on d'étre de.la :isamblea ilegal, S.A.) en lanto servidores publtcos, o como con~ecucnc,a de lo detención po, prute del
sección J :n era l.1 "irnro~ibilíJad" de .i.ome1cr "a los principales delincuentes a la j usticia... sin rec1.irrir a dicha Sub-Inspector Ylos guardias. de la ilegal marcha para bloc¡ueor los ventas en el Bazar de Mund,,;, (Sección
cvitlcncia". Cf. Lnw Commision oj India, (¡9rl, Report 011 1he /11dian E:vidtnct Act. 1872, Dclhi, 1979, capítulo 322. en referencia o la sección 149).
7:1. Adcmá.s de ésto, veinti.seis acusados fueron juzg Idos por"delitos contra l~s 'fem¡cµrriles y [dégrafos".
27 Shikari, por razones obvias, no habló de intem,g_atorios violentos, pcro para Ramrup ver nola 18. • N.~ El _a..,ror se e~tá_refiriendo a un_apéndice que no h·a sido ifl'cluido'en c."tá tÍ-OOucd-~fl pero cuya..r; pai1~s Saliente!ii
28 Michcl Foocault , Di.r cip/in," ,d Pu,.ish: The Binh of rhe Prison ( H,rmondsworth, 1977 ), p.38, h:111 .srdo c1t.ad:is y :inal1z:ada, por Am1n en el curso de t.i;te texto. ·
- ~·-

133
132

al TTC de Shikari31 . Una ilustración breve·pero gráfica de esto mismo puede y Ched1 Bhar de Chaura, etc... No sé quienes más estaban ahí, pero todos los
apreciarse en el siguiente extracto désu detalla·do testimonio, emitido ante el hombres de mi aldea estaban ahí. Algunos de los nombres -la mayoría de
ellos- los conod durante el juicio en primera instancia. El resto lo sabía desde
Juez de la Corte Superior: i antes".
Yo arr~jé kank<ir y ladrillos y golpée a los guardias; les quité la vida Ypren_dl fuego Acción 2: Reclutamiento de voluntarios o de los que se :onvertirían en
a J.1 casa del diwanji; y golpée al daroghajíytraje el cadive_r del darogha hacia do~de voluntarios (párr. 5):
estaban los cadáveres de los guardias. Muchos otros estuvieron conrr. 1go dondequiera
ldentificacJón: "Yo y Nakchhed y Nazar Ali reclutamos a 8 o 9 hombres.
que hice algo. Yo reconocf a algunos de mis ásociadqs en·este motín (Expediente
del Juicio 12)3~- · ·
Nakchhed llenó los formularios. Chingi Teli, Blhari Pasi, Phenku Pasi, Sukhdeo
•~ -: 4 < ·::~~:.t""V•::,~•~"'.··;.;~\
.:-~:,~•,. • , . ,.1,_, ·• •.'.., ••· Pasi, Bindeshwari Sithwar, Jangi Ahir, Dudhal Chamar, y dos hombres de Bale
Za tarea eipecífl¿~:del fi:tWr~J~)óló 1~ tt{dr~un~fribirse al crimen. Por cuyos nombre~ no recuerdo. Ellos fueron reclutados. De ellos, Phenku y Jangi .
~¡ de.~lrlo, ha,biá éj'u e·1~_'d_etÍ~Aef~±r~·~wt:~;ail~yu~a~ ;i ¡~ á~usaclón a figurarse no están en/re los acusados."
su prE!-hlstori~ De este modo, en 1~ corte;]~ acc!ones_d!!;lo;¡ acusados resultaban Acción 3: Intento de bloquear las ventas del Bazar de Mundera a fines de enero
imbuídas de· una cierta prémeditac;!ón; esencial para establecer el cargo de (párr. 6). - ·· ··
conspiración:(cargo No. 1f; L~( identif¡~at:lón de los f'!lóvile_s del hecho, como Identificación: "Fuimos allí con 30 o 32 voluntarios; Nazar Ali, Blkram, Sukhdeo,
'.'activipad(es) polittca(s) ·q-~e}?°~~-~~fn). al_crimen", s~ r~alizaba con el_ interés no recuerdo los otros nombres. Partí con 30 o 32 para Mundera, pero no fuimos
de establecer que hubo un cl1.ma genera:! d.e desobediencia a toda autoridad (al allí sino a Bhupa". ·
Estado y los otC's).. Esto haij~ qu·et Ch,u1r¡ Chaura" fuese inteligible y condenable Acción 4: Reunión eri Hata contra Aman Sabha, 31 de enero (párr. 8).
como "r.rimeil'','sin tener.qué ~táblecersé mgt¡yaclones individuales paracada Identificación: "Entre lo; acusados, los que e:;tuvieron en la asamblea de Hai~
uno de los áct.isádos por·e!'ataciM_a.}a.thqnd, Es_t_os requisitos dieron lugar a que son Sukhdeo Pasi, Sadho Sainthwar, Dudha Chamar, Chingi Teli, etc... no
el testimonió de Shikar!' se 'esthicturásé·a lo largo dé dos armazq_nes conexas: recuerdo otros nombres".
a
Narrativa e Identificación, o bien lo largo de lo ''Episódico y lo Conllguracional",
33 Acción 5: lnten•o de P.stablecer piquetes en el Bazar de Mundera, 1'1 de febrero
para prestarn"os una idea de Paul Ricoeur .
(párr. 11).
La narrativa, bajo la forma de una-cadena de eventos conexos que conduce
a "los suces,)s en la thana", se descoinpor:ie en· una cadena de micro secuencias
ldentifkociárr: "')e :a gente que he nombrado hcy, (ver anterior identificación,
relevantes para el <:rimen, y e~ cada:·eslab·onamíento se pide ,1 Shikari que se S.A.), Chingi T,;li. Dudili\l C1,arn;ir no estuvieron allí. el resto estuvieron todo!>
detenga y recuerde los nombres.y Célras de ·aquellos a quienes ahora él "reconoce" allí."
como acusados involucrados en el motín.. Parte de lo más import:inte de esto Acción S: Deliberaciones en la noche del 1° de febrero en casa de Shikari (párr.
aparece a continuación: 12).
ldentifícncilín: "Aquí vinieron Mahadeo de Chaura, Kheli Bhar, Bhagwan Ahir,
Acción J: Formación del Manda! de l)umri (pérr. 2, 4). Lal Muhammncl Sain, Ramru ;, Barai, Nazar Ali y otros cuyos nombres no
Identificación; "AproximadameFJfe·50 hombres de M.undera llegaron hasta
cono,:co. Kheli Bhar murió en el motín. Los otros 5 están t·ntre los
mi ·punta. Y vinieron también hompr_1:s de Chaura. Y un Brahman a quien acusados". e
he identificado aquí, un hombre·más .o menos alto. Quizá su n0mbre sea Acción 7: Continuaci611 d~ las deliberaciones en la mañana del 2 de febrero
Dwnrka. Y muchos hombres vlnl~ron con él. · AIJdullah de Rajd:ianl... y un (párr. 13).
Pandlt de Rampurwa, cuyos·norribres conotco·ahora como Sliam Sundar... ldentllicac/ón: "Las mismas personas que habían estado el día anterior vinieron
Nazar Ali también vino... Gane~h B~nla de Mu~d'era, Ramrup Barai de Mundera a mi casa, además de un niri o 11.amado Nakchhed... Ese día se escribieron 5
cartas. Nakchhed las escribió."
Acción 8: S9bha (reunión ] en Dumri en la mañana del 4 de febrero. Marcha
bajo juramento hacia la thana (párr. 1?).
31 Ver V• 114. amba•.
·32 ~n(asi, adícionol. .. .
•,¡;. Identificación'.· "Me fijé cuidadosamente. Todos estaban dispuestos a Ir. 11l11guno
33 Poul :~icoeur, "The Nomuivo f'unction" tn H,,.,,,."tutk· and tht Huf11411 ScJtr,c,s: Es,ay, on l.anguag,. Aclion .!1:~·;., .~ retrocedió... Todos los hombres de mi aldea levantaron /a mano. Esto auiere
ond ln1erpre1/J1ion, Camb,idge, Paris, 1981. ;,i;\ ;;.,.
'\ -~· ir"
decir, iodos los acusados de mi aldea qw están pr<'sentes. Tambien Ramrup
Barai, Thakur Ahir (:estigo de cargo), Naipal Mallah. Ganesh Bania, el acusado
-'!t'•·
. ,,,,
1

Tesflmonlo de Cargo y.Dfscurso Jud,c,ar'

dlferenle- en la reconstitución de las acciones culpoias a través del TTC en la


135
, ;t:
i>~~
.~:
.

corte. Además de distribuir responsabilidades por el crimen en sí, una. ele las .
de Chaura que he idenl ificado; todas estas personas es•aban entre los que tareas de la fiscalía,.tanto como del fuez, era establecer sl•determinados individuo~
levantaron s•Js manos. Y el acusado Sham Sundar, y el acusado Meghu Tiwari, '
participaron o no en actos que, a pesar de no estar .cubiertos e1i el sei"ialami,,ntó . ~
y el acusado Dwarka Pandey, y el acusado Abdullah alias Sukhi y el acusado
Jaglal Kewat, y el atusado Kalu alias Lalu (C11amar), y el acusado Baran Bania;
de cargos, se podrían entender como conducentes crimen, haciendo más aJ :_ !:~;·•·
·,,¡J.
y muchas otras pe,sonas que no recuerdo. Y podría 'reconocer de cara' a
inteligible, en esa misma rriedida, la repe.ntina_ruptura ele la ley. En los testi111onlos, ..,i¡{
el rasgo específico de estos momentos de riesgo es que sólo pueden considerarse
muchas de ellas". ij
significativos en re_tfospectiva_, SU: slgn/llcado como "momentos de riesgo"..es a
-'. .:r producto de la propia comprensión'_ciue;tléneJa Flscalía.;sobre la pre-historia de·l
;,!

Se puede entender el significado de estas micro-secuencias para la pre-historia crimen. Cómo consecuencia de ello¡: ganaráÍl en.importancia ¡¡.lfftmas articulaciones
de los eventos, con ayuda de la noción de "momentos de riesgo", que según decisivas explicitadas en .el testimonio p9sterlor de)-testlgo de·cargo, aunque
Barthes es inherente a la narrativa. La distinción básica que Rolancl Barthes ha estuvieran totalmente ausentes de sus decla.raciones·más temprnnas. Una.vei . ·
establecido entre "función" e "índice" (equivalentes a lo sintagmático y lo. . más, este rasgo pone en relieve las lntervencion;,s.·que dan lugar ala constitución
paradigmático) es de vital importancia en la medida en que nos ayuda a analizar: del TTC. , ,. · . .
:¡. ¡•. j.
la creación ·d el significado, distinguiendo los discursos de tipo mayormente
metonímico de aquellos mayormente·metafóricos34• Según Barthcs, aún en una :· l Un importante ejemplo de la.co~stnic~Íón' de,.tales IJ19me~tos de.riesgo pos
lo brinda la relación que hace Shika_rl de.la ieunión,del .3 ldé.enero de 1922 en
naiTativa que progresa por secuencias, "no todas las unidades tienen la misma· las cercanías del cuartel del subdistrito {táhsil] de Hata. _P<;i,ngamos mayor atención
......·. i
'importancia'; algunas constituyen verdaderos eslabonamientos de la narrativa ', .. a la forma en que se constn.ye esta relación,: En su ·c~rifes!ón del 16 de' mar:zo,
(o de un fragmento de la misma); otras solamente 'llenan' el espacio de lo narrado la sabha dé Hata figura casj como ilii"ele·ni~nto·t<!~aliiador, qu~ tan sólo llena el
entre lós puntos que funcionan como articulaciones"35. Barthes llama funciones espacio narrativo entre dos funclón'e(éardfüales: lós'interito~ de estabíecer
cardinales a las primeras, :-1 a las últimas ··ca1ali7,adores. tcnic;ndo en cucnt:1 su piquetes para bloquear las·ventas en e!Bazar dé Mun9ern a fines de enérn y a .
naturaleza complement;,1·ia". 1::stas funciones cu din;iii's, q ~c n1;1rcan la inau- principios de febrero-'8• Durante el íuicio en primera instancia en la corte de
_¡¡uraci611 y t i r:;!:rr : <kl ·rno1nento de rb; go cii: t.,1 11arr, 1.,\·a '3", ¡¡iJr~r: ,:na Mahesh Bal Dikshit, la fiscalía obtuvo la siguiente información de Shikari sobre
posibilidad alternutiv;1 y Ji¡¡¡;cn ;,van zar la historia, escu.~iend" u11 hiio 11arr a1 ivo la sabfla de Hata:
c11 trc otros.
Mientras la sabha s~ estaba reuniendo fufa casa ae un pariente mío. Cuando regresé
P;1ra <¡ut· una func:i í,11 "-(:<1 <.:c.lrtliual, es sufif'i t.:11,e que l~i acl'i 6:1 ;1 lit qu(· rt:it1ilL· <1 t1r.:1 la sobhu estaba·terminando. IJn'panditjí" estaba recitando de pié sol>re un 'chuut1f'.
(o umtin•'tt:. e, l:krrcj una c:1ltcn ir1liva <.:CJ!l ((JílScc a,:nc:!~1~ d ir~·ctc1~; pJra el u!t·.: rior . La madre ele Mahd. Ali die~ "hiío mu-~re por el Khil.afat": También escuché algunas
uesarrollo de In hii IPri,.; en res1Jmc11, que inaugure o ponga /i11 il una incerlidumbrf'. otras cosas perc• no recuerdo.
Si el teléfono rn°n/l 1:1 1 un fragmc11to de la narración, PS igu.ilmtnte posil)le conttslür El discursa nos a,ectó a túClos, nos entusiasmamos. Nuestras cabe~as se inflamaron.
o 110 contt~lar, do, ;,ct, ,s que l11cvi1ablerne11tc 1/~vJr{,n la histori,1 por dis tint os Nos levantamos y gritamos las consignas ele Gandlii, Tilak, Swaraj, Bharat Mata,
c,uninos:' 7. Md. Ali y Shaukat Alí. Luego no,1 formamos en filas. Nos paramos frente al tahsil
y a la thana y pusimos una charklia** y 2 ó 4. banderas ;¡.I frente, y todos fuimos
Barthes sient e qui talc,s "momentos de rii·$gú" forman parte de cualquier hacia el bazar por el tahsil. Era dfa del Bazar de Hata.
narrativa. Su pn;sc11ri;1estará tanto más marcada -aunq ue de manera ligeramente Nos detuvimos frente al ,ahsi/ durante. \O ó 121111nutos, gritando todas las consignas

34 Ver Roh.uíl.i U:inhc.~. '"l ntroUuc1íon ll>thc Structur:11 An;1lysi~ of N,1rr:11iw s"', en l111aNe•1Wusic-fc:lt. Gbscow. 38 Cf. "El s.lb~do, día tle mercado, ocho dfos nnles de los sucesos de Chauro, N·o,ar AJi fu: al B:,zar de Mundern,
1?79, Ver 1ar11bién llanhcs, J;l.,,,,,111.. ,1 SemioloKy, Ncw York, 1980, p. 60. y d fainoso 1c,1o dc Roman Jakohson. ron los volunrnrios. para detener la venia de ponche, vino, pe.seudo y carne. Raghtibir Dayal les dijo 'Váyanse del
"Two Aspcco, oí L.1nguagc and twv rypi.:.~ of /\phasic Di.i;turboncc"', en Jakobi:on y Morris H.ile. Fw ul aml!111úl.f o/ !' mercado porque el 8ab11 .raheb no lo pemii,,f. Enronces, lodos se fueron. Después de ésto fuimos a Ha1a el martes.
!...lJ11~ua¡:,:. Thc Hague. 1956. Dchc.rnos hacer not:lr qué el TTC, aunque cumph: um1 función mdonfmic:i en el dir.curso Nazar Ali y yo fuimos • Hala coo 50 v0Jun1arios: Se renlizó ah/ una reunión. Un Pa11di• de Gorokhpur hoblo ido
.i 1:i. reunión. En su intervención, él dijo que Muhammad Ali .Y Shaukat Ali hobfo.n sido sentencio.dos o dos oños

J
judicial, no es pur:.mcntc metonímico en términos tlc MI cstruc1ura, en ro1.ón dl! l.1s inu:::rvcnciones de la ÍJ(Calín.
35 IJa.rthcs. ''Structur,; Analy,i, of rlarmrivc", p. 9]. carla uno y que sus madres les habían enviado el mensaje de dar la vida por la causa de Khil,1far. De Hato regresamos
• Mundera... • Pruebo 138, Prim, ra Jns1ancia.
36 lbid.. p. 95.
• N, E. Designa ::i un Brnhman o a una ptrsonil Cdllf; ada de 1.a '!.lile india:
J7 lbid.. pp. 93-4. Énfa., I., en e urigi<10I.
•• N.E. Piedra de molino.
. ,
:
-e11,rrcn,o di? Co,gc y D,5cvr10 Jvd,c,ol 137
136 ,hohd ~,,,,e
de la rP.unión de Hala: habiendo desafiado la autoridad del Oficial rnbdistrítal
mencionadas ,1rriba. El tahsi/dar, el S.l., I,,s guardins e;taban nhí pero ninguno IH)S del 1ahs1/ y de la lhana, no podían tolerar una ~firmación de autoriaad de parte
arrestó.
Ut!gamos a nuestra oficina en el 13azar de Hata. Nazar Ali entonces silbó... un s,lbiclo ele Gupteshar Singh, un simple 1honedar m11fassil . La pérdida de poder y at•toridad
corno éste (prueba 137)... Todos sabíamos el significado de los silbidos desde antes, por parte d~ los funcionarios estatales en Hata conduce a la pérdida de las vidas
porque se nos había instruido. Este silbido era para quedarnos y nos quedamos. de los policías en la thana de Chauri Chaura, cuatro días después. La "tragedia
El sol se ocultó. Luego nos luimos hacia Bharangua 0J a ~~ mañana siguiente 1 de Chauri Chaura" resulta así anticipada por el Movimiento de No--Coop eración
intentamos bloquear las ventas del Bazar de Mundera. S:A.) . ¡ en general. y por su manifestación particular en Hala el 31 de enero de 1922. Ésta
1 no podía "verse como un acto extraviado de belfaqueria por los No-cooperadores
Inmediatamente notamos que ante el Interrogatorio de la liscalla, Shikari y sus simpatizantes•-IO. En el escenario del Juicio en primera Instancia, sustentado
pr ~rciona aqui informac ión sobre la disciplina de una multitud, que responde
· a sei'lales previamente acordadas y desafía la autoridad de los funcionarios locales
del estado;.iT odo esto pódla alimentar muy fácilmente una narrativa principal
!
!
en el testimonio del testigo de cargo, los c.amp~inos acusados de.Chaurl Chaura
ya habían tomado la ley en sus manos, en Hata, tres dlas.an ,es de "los
!' sucesos".
diíerent~ pero.conexa, que presentaría los suceso!¡ poster:ores a la sabha de Hata
casi como si fueran el último ensayo.para el motín de Chauri Chaura. En el, juicio, Como para enfatizar más su mensaje, y para demostrar su lndepen foncia' no
Shikari repite todo esto ante el tribunal del Juez de la Corte Superior pero, solamente del control del gobierno sino también de sus lideres acredlt;,dos, ellos
declsívamei;ite; es él qwen Identifica a íos acusados present~ en Hata aquel martes marcharon con la multitud tanto al rahsil como a la rhana (el uso de "tanto" en letra
1 cursiva es un recurso retórico: los que acudieron al primero, acudieron al segundo)
por la tarde.:. La fiscalía pide€ ntonces a Shlkari Identificar a los acusados que 1
i haciendo temblar fa tierra con sus gritos de guerra.
participa ron en esa coyuntura fundamental. Así responde Shíkari ante el inte- r
1 La poll~ía y el rahsil, sin embargo, ignoraron el desafio, y la multitud, animada
por
rrogatorio cr;úzado:
.' . : ~~ ; - ~ . -·· •
\ . :[.
._\ , _.i· ¡ su vict<;>ria, cruzó Hata marchando hacia las respectivas aldeas do11de Iban parando
en la noche, con la determinación de bloquear las ventas del Bazar Mundera al
Fue cuando vine a esta Corle (Superior) que por primera vez me di cuenta de la 1 día siguiente... .
importancia de nombrar a las personas qu·e había visto en'la .mbha de Hata. Antes A l.os <llrigentes locales ele estas aidr:as se hicieron cargo de la situación Inmedia-
de venir no ·me habían interrogado sobre esto: lo he mencionad<) cuando el abogado tamente (después de la golpiza que sufrió Bhagwan Ahir en el Bazar Mundera).
d1· la Fiscalía me lo preguntó en la corte (Expediente del Jultio 17). Su amni1r propre estaba herido. Un ; ulrinsp~tor de las afueras había d~sgradado
a uno ele sus miembros: mientra~ que en el /ah.si / y en la lhana de Hala se había
Est0 fue así porque el Magistrado en prim"!ra in ; ta11ti,1 construy <'> su lail·rado sus desmanes con toda calma. Ellos querfan entonces tornar venganza
yahi ..~1•
."desenlace·, la sabha de Hala, como un "momento de rit::sg11·• dotad<, df con-
secuencias directas para el ulterior .desat:rollo'CJe.la hlst0ria ... ". En la r1am1tiva
principal del Magistrado Mahesh Bal Dikshit (qu(; confía en Shik.1ri y en e. informe Es así cómo la fiscalía extrae información episódica conforme a •m patrón,
del Sub lnspe-ctor local), la importancia de estasabha se establece en términos una conliguracion que convierte a Chauri Chaura en un hecho inteligible en
secuenciales, "conflguracionales" y slinbólicos. El Magistrado en primera instancia términos de una pre-historia. Por lo tanto. una manera de caracterizar al TIC
construye la realización de esta rel!nlqn -a tiro de piedn de l0s funcionarios de sería concebirlo como la estructura básica de una trama, en la que se trenzan
la thana y d•il /ahsi/- en contraste con la sab/ia de Amán, ,:onvocada por el parr,J(lna los elementos episódicos y conliguracionales que, según Ricoeur, definen toda
h~llim {N.E. oficia! de la Sub-división], como un hecho altamente signlíicativc. narratíva~2. La dimensión episódica da lugar a preguntas como: ¿y entonces?
P11ra Dlki;hlt, este acto pone en evidencia, tanto la "lndepen?encla [dela multitud] ¿y luego qué? ¿cuál fue el resultado? Pero la actividad de narrar, señala Hicoeur,
respecto al control del gobierno• y al de los "lfd.eres acreditados" del (Partido no consiste simplemente en añadir un episodio sobre otro; también construye
•del] Con,;:reso . La de.cisión de Nazar AII y otros de et, car el Bazar de Munclera totalltlades significativas con eventos dispersos, una "percepción unitaria" a partir
surg<! como ronsecuencia de la victoria sobre la autoridad del gobierno en la sede
del tah.;i/, y sus reaccio!')es ante la golplza que sufrió Bhagwan Ahir al día siguiente
a manos del thanedar de Chaura, rr~ulta11 asf sobredet ermlnadas por los logros .., N E. Sub l n~pcclor de Políc:(a de un distrito o es1:ación policio.l (r/J.ana) d~I
interior.
de 1922, p a<1i ni, Primero
~O "Mandoio" del M3go<rrado de r,n mcr• inSloncia". M.B. Dikshit, 18 de junio
lnstílncia.

39 Oedoraciones de Shikori ontc el tribunal del M•~i,rrodo en Primera ln.<rancia, 29


de morzo de 1?92. t 41 lbid.. pp. 4•5. enf.tsis od,ciooal.
42 Rlcoeur. "The Nnrrotive Funcrion",
138 Shchu: .:.- ,.
Testimonio de Corgo y Discur-.:> Jud,ciai 139
de eventos sucesívc,s. "La función narrativa. por lo tanto, requiere que seamos signifi<'ado de su constitución y no de su contexto: la cuestión de las relaciones
capaces de extraer una configuración a partir de una sucesión•o.13_ Podría ser útil del testigo de cargo con la gente a la que identillca se.,vuelve así una cuestion
concebir al TfC como una narrativa a la que el lnterrogatorio de la líscalía conliere etérea para el Ministerio Público.
cierta direccionalidad. f',,ra reiterarlo: el ne no es ni una confesión, ni la per• , .
Su cara opuesta. la defensa de los acusados, quiere destruir la autosuficiencia
cepción de un reneg'ldo sobre los hechos del pasado; en gran medida, es la v,sión
del TIC contextualizándolo, con la esperanza de exponer sus contradicciones
fabricada por la fiscalía acerca del evento y su pre-historia. internas y probar su falsedad. La defensa lntenta "soclálizar" el evento, Implicarlo
Este es quizá el lugar para recordar qu_e el "testigo de cargo" no es de modo -y por tanto, Implicar al TIC- en la realidad de su medio social. Esta última está
al~o una categoria Jurídica: pertenece al vocabulario de la policía y de la fiscalía. siempre, necesariamente; comp{~>1µetida por .todos los hechos incómodos que
El t~!no no aparece en ninguna parte de la Law ofEvidence (Ley Procedimental rodean su existencia. As!, mientras del TIC no se obtiene mucha lnformaclón
• Penal) ,:orno tampoco en el Indice del manual autorizado de la misma44. La l;ey sobre las redes de _co-resldenc!a; coop~adó n,.parentes~ó y comunidad en cuya
Procedhnental babia de "testigos", de entre los cuales, uno es "el cómplice"._ Al trama se transmiten los mensajes y se.establecen las asoQaciones, la Interrogación
menos, está claro el significado del término "cómplice", pero ¿con qué se relaciona cruzada del defen~or nos muestra esó(detalles en abundancia. En comparación
el sust,intivo 'approver" [ "el que aprueba"], si no es con el verbo "aprobar"? ¿Y con el interrogatorio de la fiscalla, que se contentó con una breve frase preliminar
a qué se refiere :~sin a;,rcbaclón si no es a la Interpretación que tiene la fiscalía sobre el testigo de cargo ('Yo pago Rs. 34-7-0 ele renta al año''), la defensa comenzó
sobre la historia? El testig,:> de cargo forma parte de la práctica discursiva de la
policía, y al ascender a la sda del tribunal, se pone también al servicio de la causa
:¡~
. f .
a escarbar en el pasado de Shikarl en t usca de relaciones personales de su familia
con las personas nombradas en el TIC., Asf se supo que la madre y la hermana
rJel discurso Judicial. Es al m_i;;mo tiempo un testigo y un agente del desplaza- . , .• !·
de Sh!kari habían sido castigadas por robo algunos aflos anti!S µor ..in chaukidar
miento de la conciencia 'ebelde en la reconstrucción oficial del evento. El primer ; .":- ¡' .•
[guardia] de la aldea, que ahora figuraba entre los acusados: que otras personas
ejercicio hlstoriográficú, el del J~éz, p~e en vigor la pérdida.del discurso rebelde, l ~ ):-
"•,r,
nombradas.por ShJkarl tenían un hist,orlal de .disput¡¡s con el testigo de cargo
a la vet que busca recuperarlo eri la forzada volubilidad del renegado. El discurso r/:..t- ' .. ,
' i y su familia, etc. Cuando Shikari fue "entregado" a la delensa, ésta intentó, durante
del testigo de car¡:o es entonces fabricado por el peder del estado; es esta tres días, desacreditar su testimonio destacando lo que pensaba eran declara-
consrrucción del TIC, ~ntes que su verdad o lalsedac, particularizada, la que merece
ciones voluntaria mente erróneas, que habrían sido motivadas por enemi.<.tades
st::r reconocida desd<: una perspectiva subalterna. del pasado; cuestionando la veracidad del carácter de Shikari como testigo ocular
El testi~o de cargo se llama así tan sólc, p,,rque produce el TIC; no existe de de los hechos descritos, particullrme 1le en referencia al papel que determinados
otra rn,1ncra: es su Declaraciíin la que lo hace testigo dP carg:i. El suyo e,: un individuos acusados pudieran haber jugado en un motfn de rnasas; sugiriendo
caso de existent:la plcnament C' asimilada al discurso. El testigo de cargo es que podrían haberse '<:ometido errores procedimentales tanto en la forma de
en
verclacl la máxima figura retórica. Lo que se le pide a la fiscalía es establecer que extraer su confesión co110 en las Jornadas de identificación. Todo esto podía
e! TTC ha sido elaborado conforme a los procedimientos prescri os por la ley invalidar el testimonio de u11 testigo de carp,o, transformarlo en "evidencia
para la emisión de tdrs declaracio nes. De ahí la serie de declaraciones e~ ;I inadmisibl e" y convertir en fals edades legak s todo o. al menos parte de sus
TTC, e licitadas sin el ,da por intervención de la fiscalía, sobre cómo la pohcia declaraciones. La decisión sobre estas cuestiones es tarea que compete al
de ningún moc'.o habría "influido" sobre la derl¡iración de Shikarl y sobre cómo juez45•
el procedimiento prescrito para la identificación de los acusados, siguió la ley Pero mientras la defensa tiene um, estrategia bien definida hacia el TIC, ¿qué
al píe de la le1ra. La fiscalía trata al ne corno un texto cerrado que deriva su .. sucede con los propios acusados? ¿QJé nos dicen los registros de la Corte acerca
de sus percepciones sobre el testigo de cargo y sobre su testimonio condenatorio?
En respuesta ala pregunta: "Shikarl lo identlficaent~e los amotln'ados, ¿qué tiene
que decir frente a esto?", los ar.usadas o bien no atinaban a dar con alguna razón
43 lbid, p, 278,
. convincente por la que su ex-camarada los hubiera traícíonado así, o bien •
44 Agradezco •I Proíc$0í U~nJn IJ:utt po< sus útolcuugcrc,cia.s ,oo,e el sto1u, lcg~ del cénnino "ll?P""'cr"
de cargo). En ta óltima cdici6 t de UJw,,f E,.-ith~rc.'t de Am~cr Ah, hn.y cierta d1~cus16n sobr~ los 1cst1g~ (1<sugo escarbaban en su pasado común para mostrar lo que en _la mayoría de los casos
en la sección ~obre ··complicldJd ... pero nu~e hace intento alguno por rtlacionar ambos ténnmos. H;,y de car~o
págín:i.s Je "lnsinuJCiooci sobre lo.s 'fcMígos de C:ir¡o por Mr. J.D. Moyno". pero par• mor•'º!'° incluso ~c,s el tribunal describió como "enemistad frfvola y no docum~ntada". El primer ti;>o
no resumido, los nuevo, compi!odon:• no_upccilicon 9~ifn ero cscc !'lt. Moync o ,ncluso, • qu,~.ncon 1.• _vers,ón
•insinuocior1es". La evidencia m1<ma ,u¡me que se dingen a lo pohda. e~ el fin de ayudarlo • cnwd,ngen las
se
el ccscimonio del ccscigo de eor~o. Ver Wnmlrriff• und Amu '-/r".r l,1w of é.l'IJ,nc,, vol, IV. 1981. Y.cvaluor
sccc,on 133, 45 ~<1• discusión se b:isa en una lcccurn de la in1errogaclón cruzada• ,que rnnro la fiscal!• como 'la defensa
especi•hncn1e pp. 3~32-38. a Sh1kan. sorne1ieron

.,1,
141

140
conve rtido en testig o de cargo y si no
"Shikari me conocl.' desde antes. Él se ha
el c.orn'entario de Goba rdhan Pasi, un
51
de respu estas pued e ejem plifica rse ~n ¡_cóm o podrí a librar se?" .
acusa a un cierto njmer o de perso nas.
¡¡ri es de mi aldea. Yo no tengo ene- la natur aleza instru ment al y trans -
"volu ntario·· auto-<:onfe i;o de Dul)'lri: "Shik Aquí tenemos t1n;1 c:o111prensi 6n clnra de
me enred ~" (humko kyon phansa raha clo, Abdu llah ºtamb i~n le brind a una
mista d con é!. No puºeco decir Dor qué accio nal del TTL~. En cierto scn11
6 ai, de ~hotk i Dumr i, tenía lo siguie nte que decla rar: el conte xto del juicio , la raison d'etre·
hai/ • Por otro lado, Dudh conte xtuali zació n supre ma al menc ionar
la cuest ión más signif icativ a para el progr eso y
un_cerdo para sacrificar el año pasado. del TTC. Resulta evide nte que
Nosotros los Chamars• hablamos comprado direc ciona lidad del juicio es la manern
en que el vered icto se aprop ia del TTC
d,e llahi Musal man y Juego a los campos de Shlkarl.
El anlmal se entró a la casa de del TTC, lo hace pósar por una
Shlkar l peleó con n?sotros po_r.este motiv o. El Mukhi a .. vino y nos separó. Los y lo a$lmi la. A- pesar de que el vered icto depen
ros cavamos nuestro propi o pozo limpia rlo de sus Impurezas originarlas. Los libros
musul mane ~ detuv ieron nuest ra agua. Nosot prueba de fuego y sólo así puede
y tomamos el agua de éJ .
47 · "los cómp lices no son como k1s testigos
de leyes advie rten a los jueces sobre esto:
su e·!lde ncia está viciad a y debe ser
ordin arios en cuant o a su credi bilida d, pues
"volu ntario actlvo•o48 ser acept ada...", escri b'ó Amee r
1 •
rtió en
Bikhram Ahir, el ex--:haukidar de Dumri que se convi una enemistad
some tida a un cuida doso escru tinio antes de
51 . Sin emba rgo, la r elació n entre el TIC y
ano, el chaukidlir Surajball, en el molfn , alegó
y que p~rdi ó a su herm Ali en su autor izada law of Euidence ri
discu rso Judicial; para el caso de Chau
perso nal de d:st!n ta fndole : el vered icto se elabo ra en el interi or del io.
brind a su conte xto más ampl
Chaura, es la políti ca del juicio la que le
Shikari es mi enemigo. Cuando.-yo .er., chauk
idar, castigué a su padre por robo hace
más de 20 ailos; y aproximadam ente hace S ailos
castigué a su madre y a su hermana
.
por robo. Los tres fueton conde nados . ·yo ldentlllq_ué el cadáver de la esposa de 111. El discurso judic.ral y la políti ca del juicio
ra49. ·' .
Shlkari cuand o la aplas tó el lien. Por eso
'
me nomb 11
El objet ivo centr al del discu rso judici al
(DJ) es estab lecer cul pabili dade s.
los conte nidos " legales" e "Ilega les" de
\ •

. \
.. ' . . . . .

Kurm !, peón d~ una aldea cerca na en


Busca fijar respo nsabi lidade s, midiendo s
Y p,1ra comp letar la serie, Kóule shwa r os "justo s" e "impa rciales·•. suste ntado
una acció n. Se preoc upa por dar castig
e que hasta los años 1890 rodea ba a Es un discu rso de natur aleza his-
la Selva de Maha dev¡¡ (en medi o del bosq~ en la "evid encia " y por ende. en la "verd ad".
''Shikari pP-:lía cuota s para los fondo s clara ment e defin idos, el DJ estab lece la
la propi,1 Dumr i), recor dó la époéa en que 5 toriog ráfica . Media nte proce dimie ntos
del Tiluk Sirar aj y el Khila fat, y él se negó" º. hech os pasad os. Es un discu rso que es
única narra tiva verdadera so bre los
í contra los índivi duos acusados como verda dero el signif icado único,
En trrml nc,s generales, el testlrn ~11io de Shiklr pr oduc to de la Razón , y que estab !ece
no estab a mo tivad o por enem istade s
pasad as sino más bien por lo contrario, ibuye a los hecho s. Apoy ánd ose en su
definl th o, ver i ficabl e y probado que atr
en los días y sema nas previo s al 4 de lebre ro de 1922. v;illda r una verda d "r azona blemente fuera dt clufa" , que
por la frater n id>1d con ellos propi o regis tro. busca
,men to de justk ia, q 1e nomb ra de
la r azonable". Se valor a ~pec ialme nte
C:s por ello que el TIC apare ce como instn podrí a ser evidente para cualq uier "pn sona
nadir . Pero 1.?llo no oc ulta la natur aleza ce en el DJ. E.I juez busca produ -: ir y prese ntar
rnane ra ,,bjet iva, sin malic ia con tra la may or dclioernciém que se produ
ce a Shika rl a denun ci,ir a sus ex-<:amarádas. desa rticul ada, confr ontan do diver sas
tra nsacr ional de la traició n que condu una narra c:íó n más ar111o niosa y menos
Abdu,llah Ch11rihar de la aldea Rajdhani, tos -C•Jmo en el caso de las declaraciones
El ,\le morá ndum del Interr ogator io de narrativas e inc:uso discursos contr apues
r ·• rr.ás patét ico. Abdu llah acept a que es os acusa r os en la corte -, y el DJ avanz a
mues tra este lado ocult o del modo progr amát icas que hic'leron algun
car¡io s de lc,s que se le "acusa·: enrol ar tivas elicita das por medie, de proce -
vol untar io pero niega todos los de.más const ruyendo el signif icado de estas narra
l en la mai'lana y atacar como consecuencia r e-pres entac ión de lo que "realm ente" suced ió.
volun t;irios ;acud lr a la sabha de Dumr dimie ntos legales. El Juicio es una
onio _ d e Shika ri, r ?spon dl6 amargamente: :ra, al desplazarse y revol ver sus propi os
de d i,, la thana. Confrontado con el testim De este modo produce una narrativa maes
ngüfstico -sobr e la vestim enta, d porte ,
registros con observaciones de tipo parali
sión del testig o- que se Inscr iben en los márgenes del regis tro
el tono y la e¡¡pre
se prese nta como una narr3 tiva maes tra
o de los Jlechos. De este modo, eJ'DJ
Baksh, Pasi. 31 d~ mayo de 1922, Primera lnstunci
46 Mo1110. de Evaluo, ión, OoLordh,11. ~•o Rom ·
• f ',E. Ca.<ta de intocable•. 1rabo¡:odore.< en cuero.
•• N.I!. Jefe o dirigente.
de mayo de J 922. Prin,cra lnstllJICia. i, f"huri"' 1r. 23 de mayo de 1922.
47 Memo, O1dhaicc. s/o Ocbi Decn, Chamar, 27 51 Memo, A:x!u!I•. Alias Sukhí, s/o Gobar Je R,¡dhon
.
48 Juicio, Coné Suprema. p.33. • N.E. En fnncés en el original: razón.de ser.
de 1922. Primera lnstanciL
49 Memo, ll1kram. <lo Sheoch.,ran, Ahir, 25 de mayo lnsrarn::i.1.
52 law of Evidcnce. p. 838.
de 11.mio de 1•122, Primero
50 Memo. Ku:tlcshwar. s/o J.\nki, Kurml. 2
142 143 •

11ut, ..,:onts:nJcJ¡¡ e internamen te consistente, que µro:;iguc en t<rn,i:s prn1111!1c:ia 11u,, Dentro de esta amplia categoría, tuyos rnsgos esencl~les han sido <ieli11t•adl>S
su \"t"rtcJict<> sobre la culpabilicJad de los acusados. arriba. puede haber distintos nivele5 de discurso judicial. Es posible identificar
l"n;¡ c:arncterístic;a conexa es que la construc,ión final y ve.rclad ~ra de la tres de ellos en "Chauri Chaura": el DJ del Magistrado en primera in:;ta11cia, que
narrativa del juicio y el establecimiento de su sig11ificado se efectúan temp, a- procesa pero no dicta el castígo; el de las audiencias ?e-la Corte5upnior, donde
namente en las audiencias del proceso. Ya en el nivel más alto, la Corte Suprema. ge juzga y se sentencia, y el de la Corte Suprema, que conlirma/ rnnmuta la
la pregunta no es tanto si la narrativa maestra de la corte en primera instancia sentencia o dictamina la absolución en la última etapa del prolongado proceso
es verdadera o fals.1, porque los "hechos del caso" ya no están más en discusión: judicial. Es también posible detectár. una estructura básice del DJ y .ver los
l~..gue está en consideración son cuestiones de culpabilidad y c.1stigc "justo·; discursos de las distintas cortes como variaciones·de la misma. Aquí, sin e~1bargo,
a los culpables. Pero ¿c:Jál es la "verdadera" narrativa en un motín como el de me limitaré a identílicar algunas de las caracteristlC!}.S generales del DJ, y en '
Chauri Cha!.lra, donde estuvieron involucradas alrededor de 600 personas. donde particular a explorar sus r.ela::ior:es con el TTC. · ··
se tomó nota de 1.000 sospechosos y se juzgó a 215? En un caso como éste, la Al observar primero el "mandato",del Magistrado en primeraJngtanda, :;e lo
narrativa judicial maestra tiene que abordu dos aspectos: (!) determinar si los encuentra salpicado de Insultos "metafóricos", pr.o~.1b!emente porq!Je, además
acusados procesados partidparon efectiuamente en el motín, y (2) re-prese·n t;ir de mostrar su propia lealtad a la corona, este funcionar)~ estatal de casta elevada
la pre-historia de lo "ocurrido" de manera inteligible, como conduciendo a los no estaba sujeto a los requerimientos procedimentales de quien dicta una
acusados a amotinarse fuera de la thana en esa fec ha particular de febrero de sentencia (un pronunciamiento razonado), y no necesitaba refrenar su ira contra
1922. Pero precisamente porque "Chauri Chaura'' lue un fenómeno de masas "la turba de voluntarios intocables''. El párrafo anteriormente citado .del
que ocurrió a cierta distancia del munpo "organizado" de la política distriti los Magistrado en primera instancia, Mahesh Bal Díkshit, (ver. nota 41) contiene alguna
requisitos mínimos para que se cumplan los asertos 1) y 2) tenlan que rebajarse. evidencia de esto, pero su ejemplo más revelador puede hallarse en la parte en
Los problemas que creó la participación masiva y ",,nónima" de la multitud rcbdde que Díkshit caracteriza a l::i multitud reunida frente a la thária en los siguientes
a Sfir iuzgada, llevaron a "identific:ar" a los particip211tes medi;rnte cie1·tr,s [)tras términos:
indicios. En otras palabras, el hecho de militar cor110 "voluntnrio" en f;:, reg:ún
!_los formul,,rios: la inclusión en listas policiale,-; el~ ·volunt:,ri,,s de J.·, ·tvt1w r1,, F.I Sui:>-fnspector pillió air» chaukidars ¡guardias] :.. que e1hpujar~n -1 , ia :;en!t:. Los
( ha uri Chaura ·; él testimonio de un terraienie:n c 1J ele su lwrindo soi>r e lus <"líuuiddars ~n1p(;za1rn1't i2mpujados con s...is l~q_
tn·s c~locürJc~_s n -.in::l1i1L1lmt~nte
1

·, olunlarios de la linea") podía presentarse rawuablemente C()lll O t:,·irl enci:i t'n las esp,ildas rle los 'wlílbres. Algunos chaukrdars, enluret1clos por los gnto.s
e insultos ele la muitit•:d. empujan,n a alguno~ hombres ton bru,qued,td. Um,
adicional de su participación en la sabha de Dumri ~· en el mor 11 µi-,stcrir>r eu 1,i 11/ultitud normal se habri:1rddo wn buen humor al ~er movida así y hal>ría escapado.
!han(!. [n segumlo fugar, como era extremadarnt>nte diíld o c:1s1 in;posilJl,-,_ Fn todo el mur.do, aún I,:~ multiturl•!S más forlosa.s ha1 sido cargadas y di~p_e~sadas
establecer los moti vos de la devas tación de la r/iona para todo~ y c,1d;_; ,m,_, rJ,! por la policía con b11slones. Generalmente no se querna y mata a l.i pollc1a por
los acusados, el juicio recurre a dos medios. El primero consiste en esi, ,rza rse ~sta rnzón. .
por brindar un marco general a los hechos -las carend ¡¡s económicas e, <~! d ima Pero unu cosa es dispersur una mu/11/ud iwmial amolináda:.Y o/ra cosa es dispersar
de turbulencia pc,lítica- que se eleva a nivel de raziin sustitutiva de las ,H ci¿ ne,. o /a turha victono.rn de u,/untarics.intocab/cs ennrde,1aos. Por.tocar a uno de los
vo:untarios con tina ligera cañ:,. ma multit ud d.e cinco mil forzudo; tuvo que ser
culposas cometidas por los individuos acusados. Er, el presente caso. " DJ nu requisada. Tocar a un n1iembru wn el bastón de un chaukidar meredó horrendas
podía zafarse de un argumento político aunque se esforzara por negar la presencia represalias~~.
de cualquier molívación política en la ru1lización dP los actos criminal ,sen la
thana de Chauri Chaura. La segunda salida para construir la ,arratíva maestra Otra característica relev,,nte de este texto es que ·e1 Magistrado en primera
del juicio consiste en aceptar la oferta de la fiscalía. de que el TTC se convierta instancia, que había creado la figtira del testigo de cargo siguiendo las directivas
en matén'e/ para su propio discur:m. Se busca sin duda crear una distancia entre de la fiscalía, guarda silencio en relación a él en su "mandato" y, a diferencla pe
,.JDJ y el n ·c: "Tal vez los dos testigos más importantes para la fiscalía son los los jueces, no se detiene a sopesar la validez del TTC. :,La única vez que Dikshit
delatores, Shikari y Thakur", escribió Holmes, Juez de la Corte Superior, al inicio menciona a Shikari es como rebelde, nunca como testigo,de cargo, cuyo testimonio
de su largo veredict:>, sin aceptar formalmenle el grajo en que su propia narrativa tiene una relación paradigmáti<:a con los autos de la primera instancia. ¿Por qué,
maestra se sustentaba en el testimonio de St:ikaris 1•
1

53 Ve1edic10 de 11.E. Holmes (Uo,.,khpur). Proceso de Ch,uri Chaura. p. 17


-~-
54 "' Resolución" de M.D. Dí kshil. IR <le j unio de 1\122. p.10 l':nfosis ;,d;cion.l:
144 ,.-,::: 145

':n ngudo co~.:rnste cnn o .r,.1.; clccJaraci,,nes judiciales sr,ll n: "Chauri Ch;,ura". 1 ~t' ¡1 tr~v1c-n.,n :1 serlo" / Ílff ru:1i:.1, J>,!fit 1 1 1't'1 <Jlh' d k ·st 1~!n de c;Hg0. un hombre
,;e da ;1quí es·:,, ornisi(,n? La. respucst,1 parece ser ,¡ue üi~sliit emitió un rnan- Íian1;1do .Sllik,1ri, eswba c1(r•c 11c1n .., v1;1d,,1i c11;111do tksrrihí.-.,.. •:
.'¡
riam ien:o .:n ;,~irn era instancia. algo más próximo a una dtclaración de ap;;rtura
de la fiscalía, :: no :m veredicto: y que por lo tanto podía :i.prnpiarse del cliscurso Las palabras en cursiva dest;w;111('J to nn ,q;ologétíco y el i,1knto, quizás
de! testigo de cargo al extremo de no d,•jar ningún-rastro independiente de él. inconsciente, del autor, de superar la con,plicidad del veredicto co1 el TTC: de
Este es un .indició adicional de la naturaleza puramente instrumenta!· del TTC ahí la reserva que exhibe para com•,; 1K ,, , al ¡;úblito "de l,1 casa" [N.E. el público
desde el pun to de vist:i de las autoridades. inglés] acerca del tipo de problema:- t 1ue (,i, Piggott, tuvo que en fren tar mientras
En el acto de sentenciar, por otro' lado, hay·una actitud equívoca hacia el TTC. servia a la Corona en la lncl a.
L.0s libros de )¡,yes obligan a los Jueces a tratar al ITC con sJ!udable sospecha 55. El mismo problema aflora cua r. clo H.E. Holmes, Juez de la Corte Superior de
AJ mis mo tiempo, incluso expertos como 1\meer Ali aceptan la conclusión obvia Gorakhpur, tuvo que juzgar a los arnsados contra quíenes el "testigo princip al"
que emana e:'.'! reconoci miento ju dicial riel cómplice como ''testigo era Shikari. A propósito del casu rle .i\bclulliih Churihar <le Rajdhani, el j uez
competente": escribió:

No es ni."c:e.,ario qL e un cómplic'e deba ser corroborado en t ada detalle concreto El principal testigo contr;i esle ,., usado es d kstigo tk cargo Shiki,rJ, y e~to plantea
porque ,; se encr;ntrara dicha e~idencia resultaría inneces;,,rio llamar al cómpiice: el problema de qué tan coniialJle '"' ,1 evíd,:rcia de SIJikari. Yo encuentro que pese
pero su i"!clarac!ón debe ser corroborada.en tales v cuale:s puntos concretos. como 11 que Shikari puede (111,1uralm<'r1t~, ,,s tar in ,,ntaadc minimizar st; posidón corno
rara sa:: ,Jacer a la Corte o al tribunal de la verdá-d de , u .•lstoria56. "voluntario" prominente. ~ •1 <leclara,ión es por lo generai. muy conílat:le. Parece
imposi.ble suponer (y no hay ningún fundamento en !a' r.vlden.:ia para h¡ cerio) que
si el mismo Shikari no hubiera tomado parle e.1 el rnotm, pudiera h~berse presentado
Así, el veredicto acepta por necesidad al TTC en generai, aunc;ue al mismo
y expuesto al riesgo de ser wlw,d<J, alegandn f,1b,11ne1· t.; el haber estado involu-
liemp<J cierne dudas sobre él. De hecl10, este caracter eq uívoco, por emanar crado. La cl etensa no tuvo 1,¡u l ,1 :1uc aleg,ir comra él; se afirmó q,1e (.l había
,'.specíficamentt rle I;; natur:1!e7.<? "rontamin:Jcla" é1ue se p ~rr.:1be en el TTC, tiene "m 1;-:joraJo d 1:aso" ~:n e: que o, ;.·:;:·•lmi-~n tt· k •:t1Hc6. ;·,t,ro me pan ce q 1e et hec ho
,:us raíces en 1,, pruhlt mfüc;i relcci<,n en tre ca~•igo y justicia, especialmente p:ira de que :,u ú'li111a ded.,r~,;!bn tw·,,· .,!:'i:; c:<'mr!eta s;• dcbr eviclt'nteme-nte il <¡ue fue
-··! •:asn rl,: ''crín:<'11('.,;.. c·.. ni(-l· idi,s ,·11 el curse, de una acción anti-estat¡¡J ele rnasas. inter'rogadn 1.:on mayor dctíl l!i.::. ;1;i, 1rt·r~lt-:nH:ut l' n 1r!ndo hizc, $U <i?dñraciú 11 bajo
lt1 s0t·:.:~l(jJ {su cc,nfe~:<•;i. 'S ...\ . :- :di·:·· 1,r.ict!c;;;1w:1t~ .,.11 ningúri inte:-10/!Atorio ,
:,:,, \,11 j uii:i,, e:• •,.Ji (·1 ,¡1, í:t1;1:m U1auh1, Ir, •·s¡;ndal es ide'lt:íi:ar a Jc;s 'crimir,alcr, ..
de t:1} rcod , que hh:ll pu·tt) hii... : .. •,·:dr1d1) o ;·u:1,:!ktt··d<J inn,xe~,::.ri'.J dar tdgunos
•· i :11¡ H11:cr! c~ ;,: ,c:i~:II:.111. p,·r•, ;d rnis 1nc, t i• :m p-o . cllnr e .i ': ,, , .,. prcse11tad,, ('01 110 dt.1,:ll1,$: ~- .•u lnt:"'rrogi~ti }rlu r~~•
1, ·i t i ;,1 1:Ml ~-: : pri1:;,•:r~l ln, U1 1ci .t tue m~nos c·ornpleto
·, 1:r,11-; u:11<1c:l 0
el•: l;i j 1.1stir iz1.. !.a cc'1ui\oca ut:titud del ,·er-:,dícto hrtcia el TTC.
" ' c¡ue ~¡ de e,1;, corle... l1 art~ ,¡.c. J., rd i.:tnd" dé ~hi k,,n pm·ck deberse al rr~iedo a
:;ur-; '"' ',e 1w r:,¡;;l1W'::fr comr¡ p;:rté de sII acto de sopesar . .;•Ir14e en igual mt:dida la nr~ani%M:ión rl~,,No-C,, ()per.:,cif,,1 que. por ~•¡;() que í:I debe s,iher. podr.~ volver
< e li! n<.cf':,id:,<! di: <¡t i " i;; p,111,1j udicial ,cnc:ubrn ante el mund,; ex terior ,u ve,- tl lil ·;id;r 0 \ ta vez=-·)

•,adern nal\!r;,k za. Ui: ,:11;; o:isten ntllnerosas indicaci'Jnes. !mgüísticas y de otro
tipr,. desparr:,,nadas :1 lo l;:rgo rl<: las diversas dccli.\raciorn•~ jmli<:i«les sobre el A (JUÍ tene1nos urw localizaciún característici1 del TTC dentro del DJ. Pes·e a

!,,
motin pero qu1Z:1~ f1,rrnnlacií111 .rnhs cl.1r1i ¡!,;I problemi1 se,, la del j uez de la sus comprensibles problemas y deíirjf'nciDS, en el extré\cto anterior se consideré\
Corle Surrcnw. .Sir. Tl(lllldore l'iggc,tt. que figura (!11 un libro r:scri to después de confiable al Trc en términos generi,lt·,: ¡ele hecl10 se sugierP. que, por definic\ór.,
su ju1Jiláci6n y dirigido il un púhli<.:o am1illo: . el TTC tiene que s•~r confiable! Pese a ,,~téi, cercado por tocia d,tse rle limitaciones,
se acentúa la naturaleza "voluntaria" de la "confesión" del potencial testigo de
Sobre !u. 1111\· s 11,:,idin entH: li l;irdc clei 1° de febrero y la rna1·1 a11a del 4 de lebrero, cargo y se subr,ya la rectitud qne )r; atribuye ~i tribu1111l. El lTC se somete a la
<IC!bo wl1:c,rfir11I I1•1:l(Jr que 1,,,,,:1111,s q11e c.onflnr, l!n p,rlc. e11 !11 decloroclón lle u11 prueba judicial ele confiabilidad no par~ ser descartado sino tan sólo para enfatizar
ie'!;1igo dt e.irgo que se C<!nvirtió tm r-:vI<1encia del Rey con la ,isperanza de sa/mr s11 s puntos fuert es y justificar sp carácter incompleto h;iciendo alusión a la
su propu, 1wll,•jo, y en parl e, en l~i\ ! c11Uentes ded,raciones de otros testigos, que
posición dei testigo ele rargo como re negado. Finalmente, en opinión del juez,
d veredlc:lc, dü lil c_,>rle S1!I·rtma dcscrilJ~ coI110 "tan mezquinos con la verdad como
r-·-

57 Sir Thcodort Pieg,.m. Owlaws f Hale Kiw\\ 11 a,11I 111/11.'r Rtmini.W:lwc~.\' oJ w r lr!:.lian Jrul,.;e. Edinburg:h and London,
SS l,11111 ,f fü1fclcm,.c. S't•n:i6r1 1.\ 1, /J/,.Uilll. 1930, pp. 258-~9.·~nfas,s lldicionol.
56 lhid .. pp. ~41-4~.. . 58 V<n:dic10 de H.E. Hohnc.s. pp. 102· 103.
146 . ~- .. ·,'

Shikui no tenía ta nto m iedo a las repres¡¡Jias de los ia111iliares ele la~ perso11,1s registros judiciale$, el prnll lema de·1a ·1ntertextualíth ,d tiene que ser pl11nte·11do
acusadas. como a l:i$ de la organización de No-Cooprradún que, ·· por ,,Jgn que ele- maner a ligerJmente distinta al modq en qu_e normalmente se entiende e,1 el
6
él debe saber, podría volve r a la vida otra vez": u11a ..:011c:lusión tipicarnente política con:exlo del anális s de producciones literarias \ En cierto modo, podría decirse
para un apuro individual. que ayuda a subrayar indirec tamente los <1nteccde11tes que la tr ama de intertextualidad es mucho más densa. en los_registros judidales
oolíticos del "crimen de Chaur i Chaura". que en los textos :i,erarios, no sólo porque se tonvo.ca 'a difer entes testigos a
A pesar de su d~liberada confianza en el TTC, la Corte Suprema reconoció la relatar los mismos hechos, sino tambiéh porque se les plde·expresamente referirse
a textos anterior es, y par ticul:umente al TIC, el intert<;!xto par excellence. ·Es así
naturaleza problenática de las declaraciones de Shikari, distinguiendo por un
breve lapso a la persona del testimonio. Si ~uiendc• a H.E. Holmes, los jueces de como el DJ recoge el hilo y teje su narrativa maest.ra:-.
la Corte Suprema caracterizaron a Shikari como "un te~tigo inteligente e incluso Puede ilustrarse esto con referencia a la narrativa judicial de la sabha [reunión J
59
plausible" • para luego poner en d u da su testimonio en los siguientes de Du1r,ri en la mañana. del 4 de febrero, en pr.e par_a ción para la marcha ~obre
térmln<JS: · la /liana. Mears, el Presidente de la Corte S11prema Yel Juez T heodore Piggott
tenían ante sí "un cuerpo considerable de.evidencia" sobre estasabha. "t::n primer
5hikari puede haber exagerado tn contra de ,.!g,ir.<J~ vecnos suyos. corn0 modo lugar", teníau "las deposiciones de los dos tes tigos de cargo, Shikari y Thak11r'' ..
de satisfacer rencores previos. Aparte de esto. e! hombre estaba obviamente b«jo "Lu ec:ro", estaban las referencias registradas en las "confesiones" de Bhagwan
!a gran tentación de introducir en su historia los nombres de cualesquiera el.e sus ,\hir ; Ramrup Barni, entre otros acusados. "En tércé_i- lugar", tenfari "registros
rompañeros ::le aldea contra quienes creytra que los oficialrs de policla a c_argo
mf,s o menos detallados sobre el asunto de parte de tres testigos". Ellos er an
de l.; lnv•~stigación abrigaban serias sospechas. De acuerdo a la mentalidad de
una persona (ele esta clase,S.A.), si dejaba de hacer esto podía crear sospechas Bhawani Prasad Tiwari, un zarr.indar [terrateniente ] de la aldea vecina de
en los policías, tn sen:i<fode que él se estaría esforzando en proteger ¡¡ vecinos Pt>kharbhinda, Jagat Narain Pande de Malaon, un pandit mast-mau/a' de la regi ón,
suyos sobre cuy,,:; quehaceres no podí~ adu d,· \norancia 60 . qu~: se .~ent:a ti\11 a sus anchas en las reunionc,s nacionalistas como en la thana
dr: Cil,,1 ,,,. vSh;inkar Daya! Rae, un prqspero contrati'sta del Baz¡¡r de Mundera.
Aquí t ,:11t-mcJ5 l.'1 illt!:, !r> <!<'· co11textui.t!i2;1r e: Tí{ '. ,' $jl •<:iolinr,r,;t• t1,·-1cc, u.¡ .. ":i·· r1n!i;,n:11. despui's d,· d iscutir en cad a caso el·peso que pouri,1 dilrse ,1i
/)11 ,r:•·i. 1;1 propia ¡¡lcJc:, dé: .~l1ikMi. En esU, ir:r.t,1;1,;ia. l,,s j n,,c,·~ ,,,,tab,tn 1:\!:!'<-·~an<!,• Le·, tii'1tJ11io de: ,~stos u-I.•s t•,•si igos y i;u inclinación ha~ia !os ,1cus«dos (p.e., "No~
un,1 dud;, raz(Jnablc'· acr:rc.todC'I tes'.i11H 111 ·, d,: 'ni::;.i i ,:.,I1tra ;;l¡/,1iH,; d(; 111.- s,1t1slt,c\' el qu<:... (Sk1nkar l),,yal, S.A,) pueda ser visto como un testigo d ?ramentt)
. J1rn11l,r·e,; d ,< Durnri'" v s<.;11tí,u1 que él 1,icz di· la Cnrr ,, Supr·rior deiJvd,, 1,;ti,c·r a:1.ig,1bie c,,11 l;1s pc•rs,m ~:, acusadas·), los hietes recurri cnlll a In primilcía dd
t:xtt>ndido (E,sa duda~ ,, un n11m('rn consiclerablemr>1:tt: m:,yor'· de ,1rn~:,d,,~ 1• 1. TTC ~n rel,1ción a la sablw <11, Dumr i. "El tenor ·de ( toda) esta evidencin en con-
f'c ro pese a.estas resc rv;1s explícitas soi>rr el tes!!Jn11ni11 <.11~ ,;irgo, en d 1:,·red icl•.l iunlo . escribieron, "permite corroborar la infor mac-i61i da_ d a µor el tt!stigo de
de la Corte Suprerna fi~u ran l;1s ~;iguientes declar.?,i• ,¡ :es: "l.,1 '!'.':denna <k·I testigo (,irgo Shikari sobre la rl?uniun de Dumr l, al .menos en sus líneas generales, lo
de cargo contra este- hombn; (Chingi) está p0r L, t;u11 c, cun;pict,u11e11te corro- suficiente como para que podamos sentirnos seguros de su sinceridad y predslón
borada"; "Este acusado estú implicado en la eviclt-: wi;1 de- ,1mbos testigos ele carg,,''; i;;eneral'"64 .
"Un rasgo peculiar del rnso I:ontrn (Ghous Ali) es q11I• Sliikari no dice 11ad,, acerca - El , ercdic to. a ti empo de buscn la corroboraci ón del testimonio de Shikari,
ele él" 62 • le i111prime su propio significado al recuerdo episódico del testigo de ca rgo. Lr s
La afirmaci ón sobre li.i "peculiar" ausencia dr: Cilti.ius Ali en el testimon io de eslabones interconectarlos del Tl'C se seleccionan ·V reacomodan d e manera
Shikari reviste alguna importancia. Es una ind icación, entre muchas otras, de muy disti nta. Veamos la comprensi é>n de la Corte S~prema sobre las circuns-
que el TTC es un intertexto qne se relationa <lialéct ic;J:nenle con toJos los demás tan~ias y motivaciones del bloqueo a las tiendas de .carne, pescado y ablwri",
textos surgidos del proceso, cuya mutualidad integra el discurso judicial. En los que fue I~ causa inmediata del enfrentamier.to e,n tre los voluntarios y lapolicía.
En tres rápidas etapas, el tribunal "trazó con singular precisión" cómo y por qué

5? Al 111arr.c..·u de l=i\ ntui•• dd pnx:i::i-o cr1b ;m<licucb t.'I 29 de Ju1uu c.k 192.?.. d Jut.'l. m,tru1..·1or anof•t ·· r W 2. r,a~ur
p::irccc 1orpi.!, pocu ingenioso y c~11Jp1d1i: 1111 gran cvn1r;1.st1' rno P \V, 1. ShiJ..ari. qu1c:n p.:m.·cc :.it·ii• o, dc~p,alo c.:
in1cligcn1c". 63 Ver Jc,na,h:rn Cullcr. T/1<· Pur.,·11,r ,ifSiR11,,. Sem;o,ics. Werrm""• D.c,;i,.,1ructi1111, Londre· . 1981, capitulo 5.
<,O Juu:i~1. Cort~ Supn:ma, p.2~ A '"' N.E. ílr.ihman 1.: cr.imc.
,, 1 lll11I., p. 21) . 64 Juicii,. Con.: Supn.:[11:;i, pp. t?-19 t:

62 Juid11. ('nnt.! Supn.·m:i. 1 "" N.E TLtntla.s .Je l':,:pt:nd10 dt' bd~id:J,; alcohólicos.
;, .......,.,..... ¡, I u11r• \' 1:1•,I IN~• ludo ,ul 149

•~·. 111ov'111ienc,, que pnra sus r.,rganizadores tení:I pc,r objeto hlnque:ir sisternú- 1:in:;1"'o1<. En b mism,1 sah/1<1, Shiikur ;\lí 1)1,alali w1un<:ió: "Nadio! debe t:omer 1·arnc.
!:(amente las ·.--:ntas en léls tit!ldas de licor, "degener(i repentrna111C'11te... casi ... porqu , la 1·,1nw de 1:orckro, la de v.i(·a y la carne humana son exact;in1cntc lo
,,, __,. -~ .,-\·ilablemen:·':. en (un) asombroso despliegue de ,·iolenci:, d.: masas... i 1111s1110 . Nn se lrat,1 1•11tomccs de 1111 ,·sfuerzo concertado por consumir c·rirne
a prc:c-ios irrisorir ,s, 1•1 111c11sajc de la as,1111ble,1 le Hala se refiere claramente a
Etapa!: El bloqueo a la venta de hehidas alcohólicas en las tiencl:is con l:ccncla un frente 1111ido hinclú-rnusulmú11 en t11r110 a la .1bstinencia y el vege tarianismo;
aparece com0 un "objetivo conveniente para la actividad de la; asociaciones y esto 1w ts otr;1 cosa qnc un;1 posiri1í11 rcligio:,o-políti ca. En los registros existe
tamhit'.:n cvi1knc1a th: dio, peru fue tll':;cart¡¡d¡¡ por los jueces en uras de una lectura
de vriluntari,)s".
aún 111[1s cconomk1:;1,1 clcl bloqueo. que la que puede obtenerse sólo sobre la
Etapa 2: Pero tales actividades no podrían restringirse a las bebidas alco-
tiolicas: se necesitaba algo mñs para "atraer directamente" la "simpatía
base del rrc. Fur• así que se despedazó la densn trama de política y religiosldnd,
mostrando a los vol11ntarios cumpcsi11os de Chouri Chaurn como una multitud
personal" de los voluntarios.· Pes·e a que el campeslnnclo estaba s11friendo la ·;
hambric11t,1 (¡di' ..:c,rn~ de corriere, y pe:,c,1do!) <·0111etiendo dfoSmanes en la lhnna
elevación de! precio de los granos,.la ventad::! eltos no podía, E'r objeto de
hasta llegar a los :1rtos niminales µ•>r los que fueron procesados. Tal lectura
bloqueo, ya que los propios campesinos productores est;¡;J;in ··ansiosos de
economk:isla de l,1 evidcnda 110 nos pennile descubrir la política de los acusad•>s,
\'ender en L:7 mercado en alza". Por lo tan to, "el movimiento er.1 en contra
pero en cambie) 11c s muestra la politicJ del propio proceso.
:ie los v1.:nddores clc· cnrne y-pes:,üdo_", a quieryes se exigió rcbaj;,ir :rns precios
En el m~jor de los rn:m.,, el ven:dicto cstabil dispuesto a conceder (Jue los
) enfrentar -:l cierre y el saqµeo de s11s tienpas. 1-os voluntarios ,)speraban
crímenes tl'!níár. un ti ,1sfo11clo polít it.:11, µero si se ponía a éste en primer plano,
una ··gran reducción en los precios de la carne y el pescado", como un "paso
los jueces se convertirían. según ~•1 propio prirecer, en "apologistas de los
en la conqu!sta del Swaraj • que det-ía.elevar su prosperidad miltcria!...".
desórdenes de la mul 'itud"69• Para los rnveles más altos de la judicatura¡ ,rovincial,
Etapa 3: Esto era posible sólo a t~avés de unü movilización ''abrumadorarn ente 1'Chnuri Chaura:, siguió siendo 1Jna s~rie
de actos criminales, antes que u11 t·jemplo
masiva" (que llevó al enfrentamiento _cori la policía, primero en el Bazar y luego
violento ele In pulílica ci1111pc:;ina de 111asas. Si existió la posibilidad de plantear
ircnte_a la than11)65. ·
i
1, un argumento plriusilile 1 ,or:i ,~ rl'1hw, iú11 tle J;,s sentencias a muerte (de l 72 a
19), se lo hizo mí'd1,111te la rnrac1<·n1,11 iú11 ele los acusados I omo ·campesinos
\o''); 1,·C'" ·.~ir, ;111,tli1,1r t,,d,.is los m:nfces que se e!-conde1 1t~.is PSte modo por lo gc•1wr;\I ii•11, r:tntC'~". i,1"~r;in ·, :1'.oriíl" rl" llls cualP.s
r;1z1. ,;,;;1 it'r.- , (:Ollfi;1do V casi ;irrogúnte de lo·, jue< es ele ia Cort\' Suprema.
I,· .
,ig;:i1ir,1tiv1 • s la il'clur~ ewnomiéi.11a riue realizan del bl<,,¡ueo d,, vc•ni.is PII ...!iu·, , ,1 1 i1n, 1s: r,,dn•; o1I ;1;:;1!11\1) P• ir r ,: .-1-. rqirt'·,1·11t.1dom.:s di\l h~<.:ho y J'Of prom~sas
,;, riend;,s de J; .• .-,r y carne por parte ~e los rnluntririos úe Chauri Chaur,1, negando al siiril,,s ri•!;111v¡1., al 111ih•nio t1~1'.'i1, ara¡". cuyo ,1flwn1111icnto lrnbri~ de s•·r Jctivmlo
,,,. ·m s1,!o plu:: :azo el comp!ejn proceso que dió lugar al extc•n<lido impulso pnr pur $U prnp,,1 v.ilenti;, y ,esolunr'm ln.-iuso .ilgunos acluJr(III aparent<:rnentc hajo
..,.¡ 1111:1111, tlt· 1., • 11·t·1ll'i~ de que i:I ~r (;, nclhi ~,a 1111 hacedor dt: rnilagrus 711
i: :bst:r.t•111.·ia ·.- 1;:I vegetaririnismo en todo el di~trito de (;,p·:,khpurª', Incluso
.,:. kar;. que. al h~pr,1u.lcr n l11s prc¡)t!nlas H: explayó k1rgarnem" ;;obrt~ la care~tía
el-- carne i pesc:.Hlu y el deseo de rchajar los precios. admitió. ,·11 el intnrogat(,no C:.11npcsi11os e11µai1;idos ... objetos c!r• 111anipul:ici6n ... incitados" cometer actos
criJzado. que <:l bloqueo a la ,·enta ele carne, pescado, µonchc y licores en el rfiminalrs por tos ,-~pasmos del ha1111>re..., y no sujetos re:iles de ::us p1 «>pías
B¡,zar ele :Vlu11d.;rn ,;e him de :u:ui~rdo ·a las e.1señanzas y disposi.-icmes de Hakírnji", acciones: en suma. rrimi11ales que trnian nlgumr~ circunstancias ate11uantes a
el rep, ese11tante del Kllilrdot que había ayudado a rumiar el 1llu11dal el~ D.\!rnri 67. su favor: t,1les fueron las bases sobn las que la Corte Suprema aceptó atenuar
En In ~s.in1blea di.! Hata se informó que "El bloqueo a la venta rll'! licor, /ar, , rop.i las se111enc1;1s ele pena capital prescritas por ley.
c.x!ranjr.ra, pP.i;c:aclo y c:arne ha sitio encomendado a los uo/unlarios. Ellos debían Por s11 parte, PI discurso del IPartido del j Congreso sobre d f'V€"11", tr.nto
hacerlo, porque esas cosas están en contra, Je ll religión. Salgan y cumplan esta dentro como ll{cra del juicio, 110 inte11tó contextualizar el "Crimen de C0rakhpur"
como parte de alguna forma de activipad po ílica. Por el contrario, buscó delimitar
la "verdadera· política úel Congreso al distanciar su organización, el CDC (Comité
i., N.E. Lc.:.m;, ,k 1:. !•.:rh:1 an1i4:1,lo111:il, t¡11e ·aluJc :11 a·uw~obli..·rno y l:i ;u1exk1cn11in¡¡.:1i'•:1
6S lb,d .. pp. 10-11.
66 r~ra una prc~cn1:x:('n 1111.~ Jmpll.a de '-',h.' ·•í1:um.~n1011J11rt IJ rtl,,c-ión e-nin= re,1gío:,.jda-J y ~ÍIK J ,cr mi ·•Gandht

l
a,; ,\l1h;11m;r Goralhfllr D1s1nc1. ffa11i:1ctn l.W. 1921 -2". 6& lníonnc í'olic-1~-d~I ~J. HAt:., Jo_ de febrero de 11122. prvcb,1 :no. rruncr3 lnsui~,a
67 Juict.>•H. y p~rr.,f,, 6 lid T"TC: IN E. El a111or rcmih.: il ,\~ncJicc, no in('luldo, ep c:~u líílducr1ónJ. 69 Juic111. l'onc Suprem:i. p. 29.
.'l.E. Ut·ol' c¡uc c.i.• fohrirn dl'I j11~1, el\! U'l.l p:1lnt1: rn. 70 lhid,
150
151
i:::strital dt>I C, .:· ; r"~º 1 de Gorakhpur. de las accionPs cspecífic,1s de los rnl11 ..
;;: rios
r.:-~ Chauri Ch;, :;a. s1:rn,1nas antes de que se convirtirr nn ~n notorios crim111,ilt'S.
Más aún, no había "autorida d rival a la que pu.dieran acudir en busca c:e
::s posiblr qu,, .,-i contexto del proceso, al forzar ;11 CDC ya se1 a I erounc1'
ro tolerancia o apoyo". ~or todas estas razones: .
c,;,sconocer a \~zar ;\:i, La! Mohammad y Bhagwan Ahir co,no ahijados suyos,
obligara tambiér ;, Qasrath Dwivedl, editor de Swadesh y Secretario del CDC,
a Era Inútil tratar a ~st,1 turba de campesinos engai'lados como "rebeldes", y poco
lanzar esta larga d atriba con tra el manda/ de voluntarios de Dumri' l
político digní/1car su motfn mediante la lnst;iuraclón de procesos por delito;
·
altisonantes como el de "hacer la guerra contra. el Rey"... La única alte.rnatlva era
Rechacé la solicitud (de enviar un Instructor a Dumrl, S.A.), ya que con~irleré que tratar a los delincuentes como cr'mina/es ordinanos, y emplear contra ellos la pesada
los voluntarios habían sido indisciplinados, que habían firmado lo\ formularlos r.iaquinaria de la justicia ordír arlt. Habían cometido suficientes delitos contra
.
de tompromlso sin considerar su cumplimiento; que cada trabajador estaba 1
¡
ciertos capítulos del Código Penal Ir.dio, muy distintos de aquellos que tralan sobre
siguiendo s\1propio camino; que los voluntarios habíJn sido organizarlos de manera crímenes contra el Estaclo73. ..
no autorizada: qu~ habían empezado a formar tumulto cerca de los tribunait: y
que habían comenzado a actuar como vil,'ias y guardl~nes de manera no au!or.zada... En estos argumentos, r,ergeñados por quien '1abfa ayudado a reducir la:;
La mayoría de los voluntarios eran iletrados y de clase baja...71.
sentencias de muerte en el caso Chaurl Chaura, aún hallamos que ei'idioma
del
castigo articula los pensamientos de este Juez·pedáneo retirado de Allahdba
~ahesh Bal Dik.shit, el Magistrado en primera instancia, se pres!{, agrnd,:!cid d.
o En el planteo de Piggot a favor de una lectura criminal de "Chaurl Chaura''
e.ste vocabulano para cllillcar a los campesinos reunidos en Dumri en la mañana están
implícitas una serie de oposiciones: movimíE nto/evento; resistencia exJtosa/r
del 4 de febrero como una "turba de voluntarios intocables enfurecidos··. ápido
El fracaso: ataque al estado/miedo a su poder. No fodas'ellas, empero, tienen
periódico nacionalista Aaj de Benares no tuvo expresiones radicalmente distintas el
mismo peso, pues está claro que la duración de .un episodio de resistenc
al caracterizar a los voluntarios de Chauri Chaura como un puñado de pillos ia no
basta para marcar por sí misma l a difer encia signi'ílcativa entre ''crimen"
("dusht"), en drsm.:¡r'iacln contraste con otras criaturas políticas a las que pre fo y
i6 "política". Son los criterios ajenos de "pol:tico" /"criminal", reforzados pm
fl:pnar "sllnmftu! ar (:;,;ns1hle;;/~. Piggot, el juez remado dr. la CortP ~;upreni¿¡, una
diferencia más básica y determinante, er¡tre la madre patria y la colonia, los
e:\;1!ic;1~:n su l1i,r1, r!i: n:mi11isu•11c:ias las razones pora d<1rle una intf.'IJ}rt.>iJJ;1 que .
ón adquieren mayor importancia µara la definición del evento y de los ,H.:usad()s
1r1:1?ir:a/ ¡111tr·~ ,:','! ¡inlit•,·¡, ;1 "C/1;,uri (J1aur:i": .
El juez, retirado en su casa de campo, estaba hablando no ;ólo de la "ley··.
sino
ele! "orden" colonial. Con tocia su preocupación profesion al por "el otro pmito
l)c::;dr: d• •:•, ,r,.,
p111,1,, vi,,1;,, ,rulud,,ll1<:mc111e, los r:1111pesinu$ que (lvslru:, ,:, ,,¡ l,1
<.:st<u·iún ,:,~ 1,r,:id:1 d,, Ch;,11r;1 tran simplernrnl<' rche ldes \01nr:1 de vista", las reminiscencias de Piggot alimentan el discurso del ejercicio clel pod¿r
t·I 'i,~:--,1~roo
t!.-,tal,lt·, ,, ,,. C.;111w111:1r,,n su 1n<1rclia a l<Js gru,., (le ··viclorl,1 para
;\b h:-t maji colonial. A /in de cuentas, tanto su prosa no--ofi<;ial como su veredicto oficinl,
r ;andl11 . , - ,,t,1:111,11 "' ,wl<,n,, con .1clarnac1ones, p111dam.1ndo lri11nl.il111t::;~ r¡1;e se pusieron al servicio de 11 "venganza del poder Irresistible al ·q ue, f?n un rromento
liübÍ;rn ,,,:· !1l• ·r·id11:~1¡ ·•r,-in,;1do". A Mahatm;1 G:uttlhi ICJ v«~ía11 lt1tu,:$t;wi
1:hl,·r'. 1-:utl~ de locura", los camµesinos de Chauri Chat}ra "habían desaíiado"
eo11111 I;, •·1t<.,,ru,,1·iim ,1,, la oposíci(m al Gobierno b,1JO el que vivian
El asunto no sólo es que (parafraseando 1 Piggot_ t) ,el siguiente día no tra)o
consigo el amanecer del Swaruj, no importa cómo los _campesinos lo entendier
'.~i "CJ1;wri ('11:?ura'' h111Jler:i succrliclo e11 Occidente. d gobierno habría c:asuga<fo an
o leyeran los signos de su inminente 11,igada. El punto más significativo, que
,1 J, •s <liriw~11t1's y gar:inl il;1rl•> "la más nmr>lia amnistía posible... para sus 1::ngañadc,s ~I
juez pasó por alto, era que los acusados no estaba,1 dispuestos a hablar de
st:L!Uid<m :s". L¡,calil:1do 1·11la l11uia colonial y llevado a cabo por ·campesi sus
nos verdaderas motivaciones y expectati vas políticas ante el tribunal, porque cualquier
rnlsr.rabl cs", este "Jc:va11t:11nie11to contrn el Gobierno establecido", tal corno ,e
dlú, reminiscencia de ellas los habría hundido aún más profundamente en el lodazal
...llegó a u, ahruplo final despues de una única... (y) abrumadora victoria de los de criminalidad preparado por la fiscalía. El discurso Judicial de Chauri Chaura
"rebeldes".. A la ma1)ana Siflulen le, antes de la salida del sol, los mi~erabl_es - "Esa Historia de Asesinatos"- habJa puesto su séllo definitivo sobre el evento
campesinos supieron <1uc no se había Instalado ningún nuevo "reino"; cada /tQmbre y sobre los acusados.
se sinti6 murcudo por la uenganzu del poder írresistrble al que, en un monn nto de El discurso de la criminalidad tuvo larga vida. Cuando la cuest ión legal de
locura, hab ía de.l'fdiad«,
la revisión de la sentencia de dieciocho años de Kamla Kewat de Kusml, encar- .¡
1l
7J Evidencia t.lc l):.sr:uh 1)..., tYl'di. 1cJ 1k mnyn 1lc 1922, f>mncrn lns1.:mc1:i
72 Nrn::i Etfüorial, ltll/ , H dt frhn:rn 1k 1''22.
:¡:
73 0 111/aws I Ha•• Known, pp 219-82. El t nfasis en ambas c~as son míos. l
11
'1
leitímonio de Cor90 y Di;curs,, Ja,,,c,ol 153
:52

•·el,1do en la Prisir">11C(;n tral de !3artilly. llamrí J¡¡ atencir'111 ri1'.i ~ I' . W. r.,ilvi ll•:. h ll: Jubil aciones Polít icas, Luck now, al Magistrado del Distrito de Gorakh¡; ur. Esta
~ar ,,b,,ter'i en la hoja de Revi.~i'ón 'd e Sentencia de Kaml,,· r:arta fue escri ta tr ein ta y cinco añ os clespué~ del evento; Y figura actualmente
entre los documenl os principales del dossier ofici al de Chaur i Chaura:
r , :;olia g¡,n;,rsr. J;, vida mt <lianJt el tra ba¡,, y la u ,ns trun,,,,,. l..,s r1:v,,1,,,.,,,11,-~
recientes htchos por algunas personas acusadas muestran ,¡11e ti di, trit<> /'r,J,,:,;,J Se me ha encargado comunicarle que está bajo consideración del Gobierno un gran
de Chaura. d<Jnrle el hr. mhre reside, abunda en cr imir,ales y r.s m11 y pos11)!,, ,¡ue número de solicitudes de jubilación o ayuda monetan a a persom,s asociadas con
el se una a ellos al ser liberado. -Él era voluntario del ejf rcit0 de No-ü,r,p1:racifin, el bien conocido caso de Chauri Chaura. No ha sido posible hasta ahora, tomar
cuyo o))jetivo era ; ubvertir al Gobierno, para lo cual ellos quemarr, n !a lhonu d~ una decisión sobr e el asunto, l a que no hay r egistros aquí que :nuestren que el
Chaura y mataron a todos los oficiales de pollcla y chaukirlurs etc., r¡ue pudieron mencionado caso fue íntegramente de nu/Uraleza política ... Podría ... Insinuarle
encontra't en la thana y cometieron c.ón ellos otros ar.tos indecibles d•, barb;,risrn<,. amablemente si es que los registros ,1 disposición de vuest ra oficina78
muestran que
El Gobierno ya ha reducido su sentencia, así que su liberi!ción ant es <.l e i:xplrar el caso Chauri Chaura ha sido fnte~ramenH· de naturalew polfüca *.
El tér m•no de la misma, cuenta con.una fuerte oposición7 1.

1...__ _
El 1:stigm a del crimen estaba ful?rtemente pr esente sobre la persoM de Kam la,
~.;ero ni ·si quierá ta policfa pód,ía calificarlo como cri minal peli gros0 sin hacer
~eferer.cia a su carrera política como "vol untarle". Por supuestr, que la jurisdicción
de l a thana de Chaur a nn era u'n a guar ida de "criminal t!S", ni tampoco Kam la Kewat
era un simple asesino. De hecho, luego de q ue el sol saliera a la mañana siguiente
(según Piggo t t) , Kamla procl amó abiertamente el amanecer . sirio d ; un ··r ei no",
,_, al meno s de un nuevo "ord ~n-:' , ~ -l os pa!w.ari de su a,dea, en estas palab ras:
Abandonen su em pleo en el Gpbiérno o si no, como nosotros quemarnos la tha'la
de Cha11ra el día de ayer y matamos a to.dos los policfas, de la misma manera los
·nil tar ernos a usttdes··75 _ .
Era ·an· fu ,,r tc esta tendencia a un·a lectura cri mir. al de l:\ historia de Ch;,ur i
-J ,,.un , q ut ,,:1 ,.¡ su111;, ri <i d e: pr tsent;i..;if>n cié prueb¡¡s crintril l0s· acus ad r,s -un
':¡,ri ,:,: ;,yud ;, inc:rn<1ria [liJ ra el .lúez ele.la Cor te Super ir, r- ':~!~ úl timo h 1J·nrJ
~,,J,.cirirnid<J ,, Karn l;, fue inte::rpn:Jado como una: "confesi<'., 11 j ubil osa (sic 1. .. de
...... ' t;ilir,r qucm,úlr, t i ll1nna...'';6 _ Unii ptric.larna abierta p udr, así apa r ecer c<, rno
¡
,.-,,:1fc sif,n ~-l os oji;s del secre tario del t r ibunal: ··u na for ma de apn logíc1 q ue
involur:rn al indivicl u,i sepaníndnl Q en dos ·partes: la pílrtt 11ue Es tecnica m>:cnte
,;ulpabl e de un cleli to ·y la parte que' rechaza·'la culpa y jura cu mplir las no rm as
que h ,rn sicio ~•iol ad as"77 . Por supuesto·:qué Karn la Kt wat no est aba haciendo
ninguna de l as dos cosas en l a mañana del 5 de febrer o. de 1922 en su ald ea en
las or í.las d~ J;i sel va de Ku.smi. . · ·
Un indlcad_tir ;1dccu,,dame.nte .Irónico de l a longevi dad del discurso j ud ici al
es esta carta del Ert c:a rgaclo en 'Comisión- Especial a car go de la oficina de

78 Encargado d~ la Comisión Esp,cial (OSD) deJubilaciones Políticas al Magistrado de· Distrito (DM), Goralihpur,
74 Actn t.l~ Revi~iOn du· Sc.1111.:ndo tlu Karnln Kc.~ nt c.l~ J<utill1hí, e:c.lod octu4127. en J:, Prisión Ct!nlrnl. 13.:J.rcill)', 19deagos1ode 1957. Énfo,isadicionnl. . . .. .
Cotu,1111~: "Subl~niu.11u du polMn 1un11lu le, hl, 111tln tlut pri~loricro pniviu o~u con,Jcnn con e,pee1al ref•rencío • I• • N.I!.. Lo que el autor ~ ti mo~trando, BlrDvts de csh1 imnío.. e-~ .qu.c el d1!1curso Ju~1c11;U hsbf¡a sido um .fucr1é que
t>rohnbilhlad dt que , u umhlun_tu fmnlllnr lo hnyu,cmpu¡mlo n reincidir en el crimen", ~ 1 de ,,go.110 de 1926. ni en t 957, oc¡¡si uno df.cadn de lo i11depcndenci, lo;r,do por el r:iov,m1cnoo de m,csn.s hderir.>do por G~ndh,. r'."ult, ba
?! l!vldonclo d.• l';,nncshwnr 1.,1, 1•u1worfdo Ku¡hmi. E;apcdl~ntc del Juici? 540. l'O'ibte demostrar 1, n,turale>a político d~ los o~c,ones do los ,~phcodos en Chauri-Choura _Es<<> :mpedfa que el
nuevo estado pudiera p:is:i.r pensiones deJubilación --como lo h1z.o en otros cnsos·· po_r la acción h1.ncm(m1a en la

t
76 F.\ idcncia cnotrn la Orden ele Procedimiento·no.'.Xl, K:unln, Yo 0okko~. ca~ta Kcw:11, ri.:.~idt.:ntt de Slrnruhal1uola
de Ku!-mhi, npéricJic:c :J la Primera lns!anda. lucha anticoloniol que hab1trn llevado a cabo. S~ _discu~o rebeld~ autónomo h:ibfa sido comple ame111e borrado
77 Mikc. ~lt:pwonh y /Jryiln S. Turncr, Cmifr:.r,yiml/ S11ulie1 in Devitwce mu/ RdiJ:iólr. l ondon, l 982, p. 159. del registro. y con él, 1.i vc:1dadcril n¡ituralcza pol1t1ca de :sus actos.

1
¡·
1
154 S~.:::i : .:..-,n Teshmonlo de Ccirgo y Dl!l'~•!v J, d,ciol 15!

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tNOIA UTTAR PRADES H: ca. 1920

f•t!?,1(,i.:• J A WA O H

E=:] UTTAR PRADESH

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'C. · • '
156 Shohic ~--.,,

Gor~khpur Central

I Sindicalismo en una Cultura Jerárquica:


los Trabajadores del Yute de Calcuta, 1920-1950 •r

Dípesh ChakraiJarty

N I
La mayorb de observadores de las condi,:iones de trabajo en la industria del
yute de Calcula en las décadas de 1920 y 1930, estaba de acuerdo en q ue existía
la urgente necesidad de organizar a la clase obrera. Incluso el gobierno ele Bengala,
Banagaon del que difícilmente podría sospecharse por sus simpatías prO-Óbrer as, tuvo que
declarar. en 1929, que la industria ~stab1 "plagada de anom,1lías que no tendrían
por qué existir si hubiera un sindicato de trabajadores ctel yute deb idamente
nr ganizado" 2. Además, estando las hilanderías de yute muy cerca una d ~ la otra.
la i11d u:;tria par,,cía ofrecer una base ideal para el surgimiento de un movimiento
sindical fuerte. En 1933, el gobierno describió a es ta fuerza de trabaj o como
"quizás 1~ mayor y más compacta aglomeracion deotrabajpdo·es en el mundo,
q11e compar te los mismos int ~reses"J. En la misma vena, el Córnisi,mado del
Trabajo cte 13engala escribió en J93.'i: "En ninguna parte del mundo existl·n rnejores
condiciones territoriales para la o rgan ización de los trabajador es que en los
alrededores ele Calcula. Las hilanderías de yute se concentran en un espac io
de aproximadame nte 20 millas al norte y sur de Calcula... (y) ernplee.n cerca a
300.000 personas 4•

• TroUucción de Sitd.:i Rivera Cu.sicanqui del ilr11culo "Trade Un,ons in a Hier:irchic:JI Cutturc: the Jute Workers
or Calcuon, 19~0~1950". En; S11bal1em S11td1n lll. Writiugs ou SoU1h A.fimr Hi.~wry anti Sociell', Ranaji1 Guha,
~<litor. ~lhi: 0.dord Univ~rsity Prci;:s, 199-.J í19K-l]. pp. l 16-l ;i2, '
1 Es1c aniculo fomu1 pnnc de un ~~tudio mii; amplio que he tenninndo recientemente. Algur¡M de las afirmaciones
(!lle aquí :ldclanio put'.den encontrar m.1yor ~usteñto en dicho Ha.bajo., [N.E. Se refieren Rethi11king Working-ClaJJ
H1.r1ary: Berr~ol l89l·• /940, Princeton. 1987) Arr:idezco , 1 ec i1or y a los Otros colaboradores ce este volumen. •si
\!orno il lo~ partlcipames del seminario sobre Slll•c1/rern S1udú s que se llevó a Cílbo en Cante -: .a en noviembre de
1982. por sus criticás 3. un.a. versión anterior de e~le: trabajo.
2 Repon of rh, Royal Commissio11 on lobour i11 /11dir. (Londn:s, 193 1). de aquí en adelan1e. R.C.L..I .. vol ~.. plo.
l. p. 159.
;I Wc,t Oongnl S1010 Archive, (do 1quf ,n ,cl,lunto, W,B,S,A.) Dep(•rt•rn•n10). Com(nrcio), Rnm, Com(ercinl)
1 Dio, 193J A 14-39. '
~ W.B.S.A .. A,un10s Polf,icos l,ocolcs (Poi.). Coníldenciul (Conf.). no. 392 ( 1-3)11935.
' ..

i58 159

Sin embargr,. 'Jn r,.,:~,>sr1rprC'11dc11te o_•n la t1isllll'i:1 del movimiento de t'rn- ltuelgas eran mucho menos frecuentes en el pasado.. "Antes de esa leclia", seg~n
bajadores del yut,:.er,11,: rela1 i1·a ausen:ia de sindic 1tns fuertes y permanentes. el Comité, "se había dado cierto nivel de conflicto industrial en Bengala. al igual
L'na encuesta lle1·,,cla ¡¡ cabo µor el gobierno en 19-1:i r~veló que tan sólo un.,18 que en otras partes de la India. p~ro en Bengala no se dio el precedente de huelgas
por ciento de los trab,,jadores -unos 4i .fi97 de un tut;il de 267.193-eran miembros en gran escala como medio ele hacer valer las demandas de los trabajadores" 11.
de algún sindicato5 . F'ero aún éste parecía ser un cálculo dudoso; "es importante Su opinión halló eco en el Director de Industrias deBengalá quien, en un artículo
recordar" advirtió el autor del informe ··q11e las cifras de membresía de los escrito en 1921, describió la "epidemia de huelgas" que·estallara en la región en
sindicatos no son siempre muy conliables"r,_ Unos años más tarde, un importante 1920, corno algo ''sin precedentes rn la historia de la provincia", ya que en el
dirígenle sindical habría de hacer una declaración aún más cautelosa. Al hablar período anterior, las huelgas habían hecho su aparición "sólo en casos aislados",
ante una convención del Ali India Trade Union Congress (A.f.T.U.C.) [Congreso y sus "demandas por lo general no habían teniclo un cará~ter económlco"12• Entre
Sindical Pan-Indio de Tr.:.bajadores 1, que tuvo lugar en Calcuta en 1952, lndrajit 1921 y el 30 de junio de 1929 se registraron 201 huelgas en la industria del yute,
Gupta, Secretario Ce,eral del Sindicato Chatkal Mnzdoor de Bengala, dominado ~obrepasando en mucho-las cifras registradas en las décadas anteriores 13•
por el Partldo Comu·1ista, recordaba a sus camaradas la "dura realidad de que Lo que motivó a liJs autoridades a prest~más atención al problema, empero,
la abrumador..1 mayoría de ellos (los obreros del yute), quizás en un 95%, no no fue sólo el aumento en la frecu.encia de la~ huelgru;; a men·udo las autoridades
estaban organizados en ningún tipo de sindicato"7. Las conclusiones de Gupta mostraron también preocupación por la mayor dúracióh de las mismas·. El
y las del informe oficial de 1946 son similares. En este último se sefi~laba "No gobierno describió una huelga en la Hilandería d~ Yute de Fort Gloster en 1928
cabe duda que el sindicalismo en la industria del yute... está en pañales"8 . "Entre como "la ... más prolongada en est_ a Industria" hasta ese momento. l labía durado
los trabajadores del yute no se ha desarrollado aún una saludable tradición de del 17 de Julio al 31 de diciembre de 1928,y pronto le siguió una huelga general
sindicalismo", fue la opinión que adelantó Gupta 9. · iniciada en julio de· 1929, que duraría hasta septiembre: En opinión del gobierno,
1 un rasgo "notable" de dÚ:ha huelga era su "magnitud":· ''.nunca antes en la historia
de las hilanderías de yute de Bengala se habíainteritado.algo parecido a una huelga
I1 genera1"14 . Esta huelga sólo era un pres.agio de lo que vendr!a después. Luego
de una breve temporada de sosiego -entre 1930 1 .¡ 9~3-. la ¡nilitancio1 ct·e la clase
trabajadora J.lca11zó nuevame11te •Jn punto al·:o a mediados de los afios 30. proceso
La persistente debilidad de la organiwción de los trabajadores del yute ha
que culminó en 1937 en 1ma segunda huelga general. · · ·
sido consideruda hast¡_¡ ciert(J punto parad(ljic,1, d11d,, la historia de sus luchas
reivindicativas y su tradición huelguística militante y en ocasiones muy bien Con seguridad. lo que este carácter militante ex'presaba era, en primet lugar,
organiz,1da 1º. Esta tradición militante se '1izo cspc:cialmente marcada a partir una intensificada sensación de descontento entre'. los_-trabajadores del yute. El
de los ai10s 192J. cuando se volvieron cad;i vez m{1s frecuentes las huelgas en administrador de una de las hilanderías, que había estado en el puest9 cerca a
el sector. Al analizar unas ochenta y nueve huelgas que tuvieron lugar en el área 30 años, informó a la Comisión Real del Trabqjo (1929), qU(; antes "no existía tanto
industrial de Calcula en la segunda mitad de 1920 - ele las cuales, veintisiete se descontento como el que hay ahora ' 15. A.C. Roy Chowdhury, que por encargo
de la Comisión llevara a cabo una. investigad6n sobre el nivel de vida de los . . ~-~·
dieron tan sólo en las hilanderías de yute-, el Comité de Conflictos lndustria,Jes
no consideró necesario remontarse "más vlliÍ del I'' de jul:o de 1920", ya que·Ias trabajadores del yute, informó que había escuchado mue! ,a '•'expresión verbal
de descontento sobre el asunto de los bajos·salarios y la fa.Ita de alojamiento" 16•
Más adelante, la propia Comisión se topó con expresion~_s particularmente agudas
S S.R. Dc-"hpo.nd~. Rq>,.;t "" 1111 f,rq11in i,r/11 <...'wrdiliwt.f 11/ /.1tl11111r ;n ;lrt· JJ1k MJl/ /ndHHf')' o} India {Ddl11, 1?4ó). de descontento laboral en torno a_sa'lariQs Y.condiciones qe vida. Karhala, una
pp. 6. 34-35.
6 lbid.. p. ~4 .
mujer Oriya empleada en la Hilandería de Howrah: declar?: "Con este (salarió)
7 lndr.1jiI Gupta. Cu¡,iutl ,md J.1ilm11r i11 tlw .ha,, l,11/i1.1try ( Bm11h:1y. 19" ' >· 1'· .'SO. ~:nía:-.i~ en el originul
8 Dcshpnnde, Reporl, r, 3.S.
9 Gupto, Cupit11I wul Lahrmr. r,. 51. .
tO Asf e!i. como fut: fonnul:1do el prnhl4·ma ffi un estudio t4..'C i~ruc <le lopolítR:n <le izquicrJa 1:n Bengol:1. Ve: T aniko 11 W.ll.5.A., Dep1. Co¡n. Rnma Com. Julio 1921 A 41),42. -
S:uk.ir. '"N.1Iional Movcn1c111 nnd l't)pul: r l'rrncsl ín Ucngul, l'>2M-19".'14" (Ti.:si~ Uoctornl. Un!vcr..íd_:id ~e Delh1, 1980). 12 (¿D.B. M!!ek?). "Tr~de Di.spu1e.s in Bengal"', J<!lmral ~f /11dia11 Industries and ú1h,;ur, Pt 1, fcb. l 92 1., µ. ·¡ 1.
,! ..a "paradoja de: lo O(~ani'l..1ci6n de los 1r::ih.ijatlorc.~" rcsitlc ~gún cslc cs1udio en la "mL~nc1a d~ s1nd1ca1os_ re~ul_ares, 13 R.C.LI,, Vol. 5, pi. 1, p. 126. . . ',
y en 1.1 indifcrcnci;1 de Ju~ lrabajadnrcs por un 1rnbajo ..:u11Junto a l;Lrgo p\;1,tu, Uc un~ª?º· y 13 notable d1;c,plrnn Y
capacidad organi2:uivn en corn.fü.·umc:": 1rcmi.::11darncn1c :1dvi.:rsa.1.;. pm p::u1-c dr: lo.~ com1h_:s rctnpor:lles de h11~!~a. por 14 lbid.
e, otro., (pp. 155·56). S1· dice 1;m1hic!n c11 ...-Ma h;sis, quL": "'lít.'> comlit::io1h.:~ <l1,; los lrJha.Jadorcs del yute: e,,phcnn su 15 lbid., Vol. 5. Pt. 2, p. 188.
larga 1ra.Jición de milit=ir ci~ yCl)llílit.'lt) C.'l)I\ l;1 p=ilnm,1l" <rr, l 4r1.45) 16 W.B.S.A.. D,epl. Corn. Ramo Corn., abril 1931 A8- 13.
, .¡\;:,,;:•: ";11~, 1 .-;ri ,r1•.1 ...:.. iuru J(-.t'l!.:;11,::·: 161
160

no pu eden vivir dos per:;onas· 17 Mangrul, un nino de Patna enipl1·ado (·11-la


¡¡G0.000 trab~jadores, y a ello le ~1guieron diversos r ecortes sahriales. Un
luncionario del gobierno describió asi la situ,1<:ión en agosto de 1932:
Hilandería de T!taghur tuvo expres.iones igu?lmente franc 11s:_ "Y". f~1tes era
1
robusto". dijo, "ri'ero ahora estoy débil porque no como lo s11.ic:1c nte .
La mayoría ele hilanderías está trabajando 40 horas por sem,o,na, distribuidas en
¿Qué factores contr ibuyeron a esas "expresiones d,e d~scM tento" por e pan 1 o 5 días laborales. Muchos operarios reciben ahora el mísero pago ae Rs.1-IO
de los trabajadores? En parte, sin ·duda, el:deterioro de hs cond1c1ones_de traba¡o. a Rs. 2-10 por semana. Dado el aclual estado de depresión •~conómica en la Industria,
23
que parece haberse.agudizado entre fines-de la déca~a de 1~20 y los anos tremt;1: no existen posibilidades de ningún incremen to en los niveles salarialei;.
Desde mediados· de los años veinte, a medida qu,~ la mdustna expenmer:taba l(Js
inicios de la depresión mercantil, su reacción fue la de incllr,arse por una política El deterioro de la capacidad negoci;,dora de la clase trabajadora en esos años
de reducción de los. costos saláriales: En ral sentido,.,una tempra na "señal de se reflejaba en el estancamiento de los niveles salariales en la industria. Estas
1· 1•
cambio" fue la de-cisi ón de la Hilandería Reliance de cambiar el sistem;1 de var ios cifras están en agudo contraste con el aparente aumento de la productividad.
tumos por el de IJn solo turno en 1923; lo que: condujo al despido de "m,is de tOO?, Además, lai; ci fra~. que alcanzaron las remisi ones monetarias/money ordersj que
tnbajadores" y al estallido de una i:hportante huelga. "No existe duda alguna enviaban los trabajadores a sus aldeas de origen sugiere que sus !n¡¡resos
escribió R. N. Gilchrist, el Oficial de Investigaciones del Trabajn de Bengala. que decayeron significativamente. El valor promedio de las remisiones al campo cayó
la situación acti.ral de la industria está_dando dolores. de cabeza a !ns agentes en J7% en la década de 1930, en comparación al promedio registrado entre 1922
administrati vos"', y varios di: ellos ban "estado de·.acuerdo con la opinión de que yl929.
quizás sería más económico trabajar cinco o cinco y medio días por se~ana en Se estaban dando, por lo tant o, su ficientes síntomas de c,eterioro en las
I
un solo turno., en lugar de hac1;rlo con el si-sten:a·de múltiples tur~~s" ~. Hacia condiciones de trabajo de los obreros del yute, como para que éstos no se sientan
1927 Jos trabajadores comenzaron a s·entlt'la tenaza de las poht1cas de sus descontentos. Ello no debiera inducirnos, sin embargo, a la trampa de creer que
empleadores: Ese ano, cerca 1a un tercio de la_s huelga~ .r egistradas en las la militancia de la dase trabajadora estuvo basad a tan sólo en este fenómeno,
hilanderías se debieron al ''camb;o recientemente introducido en el sistema ele o que el deterioro de esas condiciones bastara por sí mismo para crear ese espíritu
tu:nos". El Gobierno de eengala informó al Gobierno de la India qu<" "en tocios mili ta nte. La persistencia y magnitud del descontento laboral en los anos veinte
estos conílictos se dio invariábleme.1te el reclamo de I6s trJbaj11cl1,res con resp1:cto v treinta deben ser comprendidas también como señal de la creciente propensión
a dicho carn!Ji,,. por es tar asociado.,a la prolongación rle !:. ~r:m,111;1 laboral:: ;le los trabajado res al desafio y J la prntesta rn11rrn la autori<lad patronal. La
1
u msi1¡uicnte d:srninu<:i,ín de las remuneraciones se1minales"' " F:I 1111srn o rr, ;:1:110 l111elg,1 genernl ele l 92~, ¡,or ejempln. sorprendió al gobierno por J;¡ "aparente
briíl(ló as "ba;es económica;." p,ara la huelga general de l~J'./!l. Cuanclro l1•s fac:ilidad con la que los trabajadores de la industria del yute fueron convocados''
ernplcad(1res quisieron explicar la. huelga alribuyénd1>la a l:,5 "niar¡,1i11aclon 1.,s por lo~ organizador es de la huelga~". ·oe una cosa estoy seguro", observó en
de los ngitador,es (políticos, D.C.) finandados por· los rn,, r,·adcr(•s di: y11te privado Sir E~lward Bentllall, de llird y Comp;iñía,. en su diario, poco después
.\1ar wari"·, Sir D;ivld Petrie. de la Oficina de Inteligencia del G,,i)ierno de l,1 India. de la huelga: "·el trabajador mejür pagado se uniú a la huelga con i gual facilidad
rP.plicó sei'lalando las "bast!_S ecm1ómicas" de la huelga, que '"nadie parecía pon,\r que el peor pagado" 2'. Con seguridad, lo que v0lvía r ealmente paradójica la tai ta
en duda". Tale$ bases estaban dadas, en palabras de Pet;ie. por el ¡¡~mento de de organización de los trabajadores, es esta presencia creciente en sus filas, de
horas trabajadas· por semana, sin el correspondiente reaj'uste sal,mal"- '. A estos una voluntad de resistencia a los patrones.
reclamos se a1iade pronto el del.desempleo y la efectiva redu,~ción de ~os niveles En vista de los problemas qui'! implica el documentar la conciencia de los
salari,les que ,se
dio en los años tre.inta. Entre 1930 y 1931·- $e echo a la calle trabajadores de lás hilrnderías de y ute, su voluntad de resistir y .:uei.tionar la
autoridad de sus empleadores puede interpretarse sólo en términos <.Je la sen-
sación de crisis que produjo entre In gente de autoridad. "La fuerza laboral se
• '¡ da cuenta, cor¡fusamente, de su propia Importancia", fue la percepción que, ya
17 H.C.L.l,. Vul 11. p . .,6 1. en 1924, manifestó un preocupado funcionario del gobierno. "Esto no es aún
18 /bid.. Vn, ~. /~. 1. -~- 17. '; ..
19 Nnl i on~I Archi\'<.< of lndlu (~ ,\.l.), l ndu,1riO$ (·ln<l.) y Troh,ijo (Trntu. no. L' 88 l<J1,lo l 'Jl~.
%0 N.A,l.. lt1<l, yTrab.. nri. L-R81( /XJ úo /927. , • 23 w .n.S.A .. l)cp. Com. ll"'"• Coin. Fct,, 19J3 A5-)7, 10mbíé" /uílio 193, A3S,48
• N,lt l.n, Mlll'1l'nn ,ron unu ,u1111111hlad 1/u n,rn'oniluHíU~ ú~ A11iq.th11l1, quu f1,n11nh~11 ¡111n, ,¡,, In • lni~ 1·11pitnl,-10
24 R.C.K.l .. Vol.~. pi. l , p. 126. ,
cornt.'r~:ii1I dCl Yuh.' en Bcn~uln'. . . , , . . .
: 1 f\..,\.I. Poi. 1.ocal CPnf. 1111. 217/l y K.W. de 19JO. í)l!hq agrndcca 3 Mridufa M;1h.1.1m1 l')N i::,u rc:frrl!nc 1a. 2-5 Cen1r~ for Sou1h A~ion S1udicc:. C;1mbri<!gc (tk :iquí en adc:'huuc, C. S.A.S.) Co lección Bemhall -8emliall
¡,011er.r· (dl'" ¡iquí en ade1:i:me. 3.P.}, CnJa 7. Dinrio d" 1929-33. 10 sept. 1929.
22 V..-r \\' .H.S,,\ .. p4,;, l.uc;;il rhllÍ. n 1), l 50J 14H J. .
·- ~ ....-....-~.... ,,'\' ,,

162

manifiesto -prosigue- per o incluso así, como podr.l conl.irmarlo el administrador "El coolie" promedio -escribió el Iracundo n!'.imlnistrado~ de una hilanct'erla
d e cualq uier hilandería. los trabajadores\'ª no pueden ser manejados romo en de yute en 193i- tiene sus puntos de vista, y piensa que lo estamos explotando
los viejos tiempos. Ahora se requiere de una administración más delicada. La todo el tiempo, lo que se confirma por el hecho de que ellos cre~n las cosas más
brutalidad, la intimidación y la injusticia llevan rápidamente al conllicto. es decir ridículas q ue les dicen los agi tador~s de afuer a, a pesar de todo lo que h emos
al estallido de huelgas"26• El viejo argumento oficial de que la h uelga era "un asunto hecho para convencerlos d!' la verdad de las cosas"35.. Esta apreciación, ingenua
privado entre patrones y tra bajadores"27 r esultaría ya insostenible a la luz de la pero interesante, nos puede dar una iclea de la ser¡sación de hostilidad y distancia
fuerza y magnitud de la hudga general de 1929, que obligó al gobierno a abandonar
en las relaciones capital-trabajo , elemento que gá'lar(a importancia.en la décacia
tales consideracion es y a intBr venlr en la solución del conflicto28 .
de 1930. La Intensidad de esta hostilidad se expresa en el en ciente uso y en la
-"'"En la décad a de 1930, la autorid;d "privada" del administrador individual de carga emocional que suscitaba por ·esos años·el término "dala/" (agente o esbirro
las hilanderías se per cibía cada vez más como una fuerza poco apta para controlar de los patrones), como t érmino de la clase trabajador a par a describir el abuso .
e l descontento :le la clase trabajadora. Esto puede comprobarse en el papel Este hecho serla comprobado a un alto costo por algunos sindicalistas y t ra-
d irecto y ampliado que s_c otorgó, a partir de 1937, al Comisionado del .,..rabaj:> bajadores de la Liga Musulmana, que Intentar on combatir la influencia del líder
d el gob ierno de Bengala en la supervisión de conílictos labor ales en cada comunista A.M.A. Zama11 rntre l_os trabajadores de la h ilandería de lloo:~hly en
hilanderfa19• El establ ecimiento de Agentes del Trabajo, que la Asociación de 1937. Uno de sus líd eres, Mohluddin Khan, se quejó :1margamente a su mento r
Hllandcrlas de Yute de la India (lndian Jute Mills Associatlon, I.J.M.A.) c reó en H.S. Suhrawardy, de que los trabajadores afiliados¡¡ su sindicato habían sido
1937, fue ot ro d e Jc,s esfuerzos destinados a crear nuevos m<?dios de controJ 30. "intimidados, ame 1azados (y) vejados" por· los seguidores de Zaman. Uno de
Por otro lado, la 1.J.M.A. estableció su pr opio Servicio de Inteligencia ..:on el fin sus "trabajadores de (la h:lander ía de) Dalhousie", dijo, había sufrido el "asalto
d e r ecibir advertencias oportunas sobre "las actividades y las tendencias generales de un tal Subhan de esa misma Hilandería"; su seguidor, Mati Sardar de Hilanderías
de opinión" entre los trabajadores 3I . "La id ea... (era) la de pagar espías en cada Northbrook había sido "ahuyentado por unos trabajadores" y la vida d e otro de
h ilanderfa o grupo de hilar.derías, para que den Información a los Agentes de sus seguidores, Syed Habibur Rahman estuvo en tal peligro que ''el pobre hombre...
lnteligencia"32 ,\lgunas compañías incll'so cre;,ron sus propios agentes de tuvo que dormir en (su) cu;iito echado llave por dentro, y literalment'! se cocinó
inteligencia, y la descripción que hace Benthall dt' la construcción física de la en esta temperatura oprímcnte". En 111 Hilandería de Champdani, la di¡¡1e de Nurie,
oficina de uno de ellu~ ,,¡ Cnl. Spíl111 -su prnpi1) hombr,..-. muestra la huell;i nítida I; tro trabajador de su sindic·.itu, fue "acarreada a tntvés de las im talaciones pur
de la cau tela con que Vf•ian los empleadores el est:1rlo de ánirnn de los tnbaja- partidari os del Sr. binan... (quienes) la escupieron y.golpearon a zapatazos"~6•
dores. La oficina de Spain tendría un "escape posterior en caso de que los
trabajadores lo cont,ol,sen a él en vez de ocurrir lo rnntrnno ·.1.•
Es interesante c¡ue la propia explicación que Khan diera los motivos que a
desataron semejante odio y furia de los trabajadores contra sus hombres, sugiere •
los sentimientos fu erteme nte negativos que se asociaban a la palabra "dala!",
Intentamos rnn~truirle una oficina ell el 13aa1rTiIa¡¡l1ur en un pedazo Je lerrt110 al meno~ entre algunos I r abajadores de las h ilanderfnS:
de Kínlsson. r.on una entrada sin obstrucclonc~ por la parte de atrás haci,, el
complejc de : la hilandería de. O.C.) Titaghur, en caso de que en cualquier momento
se vuelva neu,sana una retirada precipitada-'~ Los seguidores del Sr. í'.aman ... nos vejaron e insultaron. (Ellos) grilaron que habían
llegado los D,111~1s y que nadie les (nos) debía '>restar oroos... (Zaman) incitó
· muchedum:.ire a moler ij palo~ a los dallals si ;e atrevían a pisar Ch,unpdany37,
a,~
26 R.N, Cillchrist, Th· P,;n 1111• , , o/ 1V,1,r:t•j·a,rd Pro/i1-Sh11nn,r: (C:ill·uta, li-}~.J), pp. 1.16-~7. Ver t:imbi~n m1 anlCulo
·011 Dtifyin~ ond Dtfyin¡ Au1ho,11,: :,,!anagors and Wurker, 1n th< hn, M,11, ol lkniol. ISCJ(). 19-W" P"'""'º Si la sola calificación de alguien como "dalal" (e.d. agente de la patronal) pod'.a
aaparccctcn Pnumul Pfftclll.
27 W.B.S.A .. OtpLCom. R:im, Con.,ogo. 1925A7-R.
suscitar reacciones tan violentas en su contra. podemos imagharnos cuán cargada
28 V,r R.C.L.t .. vol. 5. pi. 1, I' 1J); N.A.I.. Poi Loc.,I Cod'. n ,. 217/1 y K.W. de 19l() estaba la atmósfera de un espíritu hostil contra los dueños y administrador es
29 C.S.A.S .. íl.P.. C•Ja 12. reg111ro confidencial de l:i entr<Vist,1 dd Pn:<1d,i11e·de I• I.J.M.A. con el ~li111>1ru del de las hilanderias, a la par qtie de 'un od io cord ial contrq toco aq uel q ue parezc;,'
TrabíljO H.S. Suhr:>w3rd..,,, csr.u1,1,) pres,en1e el Corni~i,1nado del Trabajo,\ Hughcs. d 28 Ue julio de 1917 c:n d
Edi ficio Wri1ers.
30 IJ.M.A. Mtnrnria J, !9J7 (Calcu,o. 1938). pp. 41. •n.
3 1 C.S.A.S., 8 .P.. Caja 11. · r,ur a Benlhall. 11 •go. 193; • N E.. Peón tnglnchJdu, f!:t!ne1.aJ1rn-11h: ror contr:Jto. SOtnetiJo a prcxcws de e.ndcudain1cn10 que le pnvit~n dt
32 C.S.A S .. D.P . Cap I l.' Paul" a Benthall. 1 «pt. 19:17.
hbcnad. En la India y Chín, . cs1, p3labra Jesígna .i peona¡c c,1 sus diversas form.u.
33 C.S.A.S.. B.P.. Caja U. L<cn1hall a "Pnul", 28 sepl 1937. 35 C S.,\.S., B.!' .C•Ja 12. "roul" • Dcn111,11. 21 julio 1937. anexo,,
J6 W.D.S.A., Poi. Loc,I Cunf. no. J26/I9.17,
34 C.S.A.S.. B.P.. Coja 1:i. "l'.,ul" a Bemholt, 20 s,pt. 19J 7,
J7 lbid.
164 165

actuar er favor de sus intereses. Aunque ésto no basta paril ciPscribir pl1en;.unen te de 1907... tomó el nombre más ambicioso de Sind koto de Trabajadores ele la India
la conciencia de los trabajadores - de otra manera, Suhr,1w;1rcly , 1111 pers onaj e /lndian labour Unfr,n/"~ 1• El entusiasmo que esta organización llegó a generar
p ro-empresar ial, no habría tenido seguidores-, este a,;pect,i de <liclla conc iencia entre los trabaj adores se revela en líls cartas que muchos de ellos le escribieron
no puede ser pasado por alto a la.hora de estudiar la historia de la organización a Banerjee por esos años. En esas cartas expresaban sus sentimien tos de
de los trabajadores del yute. "indeclinable gratitud" a Banerjee por el "bien infinito" que les hizo :.1establecer
ese sindicato42 . Pero la organización desapareció una vez que lleg'.>, ::u fin este
período de movillzaciún laboral. Para citar a un historiador del movim iento
Swadeshi: "Cuando el movimiento obrero (de Bengala, D.C.) r enació. inmedia-
III tame nte después de !a guerra (de 1914, D.C.), su dirección quedó en manos de
una nueva generación, que escasamen te guardaba la memoria de su pr e-historia
Podernos ahora formular con IT\ayor claridad )a apuente paradoja ele la historia Swadeshi"43.
del movimiento sindical de los trabaj adores del yute: ¡tanta militancia, ¡.,ero tan
El término optimista de "pre-historia" anima obviamente una idea de "progreso'',
bajo nivel de organización! La "dura rea lijad" no cons istía simplemente en que
pero sería erróneo suponer que la exp~riencia del sindicalismo Swadeshi fue
la "abrumadora mayoría" de lo:; trabajadores no estaban sind ic:tli zad (,$. Un
superada y converti da en irrelevante po; un futuro que encarnaba el "progreso".
probh:ma aún mayor era q ue los sindicatos establecido~ unrecian ser inl·,cren-
Una \~sión más a largo plazo del sindicalismo de los trabajadores del yute podría
temente inestables, A lo largo de !'os años 20 y 30, el gobierno siguió describiendo
producirnos precisamente la impresión cont r aria. En esta per spediva, la
al sindicali smo en las hilanderías de yute como si estuviera "aún en su infancia"JH_ experiencia Swadeshi resultaría prefigur ando los acontecimiento:; tuturos. Por
O, para usar una variante de la misma metáfora, podríamos decir que el movi- ejemplo, los Khilafatistas formaron unos veinti tantos sindicatos en las hilanderías
m iento sindical en las hil2nd r rías d e yu te parecía haber nacido espasmódico. de yute durante el periodo de conflictos en la industria entre 1920-21; seis de ellos
Un síntoma importante de ello fue la naturaleza espasmódi~il ele la vida sindical fueron'd ii-ectamente "abolidos" unos meses después de su fundación44 mientr as
en los ,;indicato s de las hilanderías. Cada estallido de protcst.1 laboral, espe- que en a5os to de 192 l el gobierno describía al r esto como "entidades. miis bie:1
cialmente a partir de los años 1920, tenía como resultado 11l::;u 11a for111 ~1 de nebulosas"45. A mediados de ese mismo año, la recientemente funoad,l Federación
0r;¡anización. Pero una vez q ue el est¿¡flido amainaba. Ji" r n :gl,1 ge,wrnl se del Traba¡o de Bengala, que control;,ba a algunos de es tos sindicatos. fue descrita
de;inlegraba la organización. ,Coino el Gobier no de Beng;,[;, fu ,• xpres{, ante IJ en un estado ele "colapso"~6. El Sindilato ele T rabaj ad o res del lo wra h . y la
Combión Real del Trabajo, "con casi cada huelga se forn1,1h,1algún t¡po de u1rrpn Asociación Central ele HilanclerJas e-Je Yute del m ismo distrito, eran dos sindicatos
s indical, po, lo general después·d·e estallilr la huélga", pen.: dicll,1s sindicatos cuy;: "existencia y activid1des (habían sido) disu-el tas por sus re~pectivos
eran completamente efímer<ss39. El Sindicato de Trabajadores de Kankinarrah, Secretar ios I Ejecu'ivos] con anterior idad a las labores del reciente Comité de
uno de los más antiguos en 1,, industria del y ute (1922), se qu(•jaba en su i11forme Conflir.tos Industriales ( 1921). Asi y todo, unos meses más t arde, el Magistrado
de arbitraj e a la Comisión, que aunque lá membresía en el sindicatr, "crecía muy del Distrito pasó la voz al gobierno señalando que "el infor me policial de que las
rápidamente d u ra nte las huélga~ o las conmocio11es ternp orales··, asimismo asociaciones (estaban) muertas, y no ( tenían) miembros, (estaba) en lo correcto
declinaba "con igual rapidez una vez terminado el conflicio··~0. 47
en ambos sel1tidos" . ·En 1920 se habían es tablecido también sindicatos entre
Esta con figurac ió.n puede' tr ~zarse para todo el período bajo estud io. El los trabajadores del yu te de Barracl:pore y G.irden Reach (24 pargu11.1s'). En 1921
"'descontento generalizadó" en(re los tra_ bajadores del yute durante el movimiento la policía se~aló que d ichps sindicatos estal::an "en estado de agonía", y Donald
··swadeshi" con tra la partición de.Bengala (1905-08), coincidiú co n la fundación
del Sindicato de Hilanderos de la lndia"(/ndian Mi/1-Hand:, l)niu11/, o rganizado
por el llder Swadeshl A.C, Baner¡ée. ·A medida que pro{,¡resaha el descontent o, 4 1 Sumit s.,rt::ir. Tht Swadt•:rlu ¡\,(Jll'('UIL' lfl III llt.·m:,11 /')')J./908 (Di!lhi, 191~). PP- 227. 2JL'.
el s!ntllcato "extend,10 Kradunlment_e el campo d_e SU1 actlvidncles, ha~t,•. que II fines 42 .l"iumit S:1rbr. "Swaúc!i.hi Yugcr Sr.imik AhdClh)n: Kay,loi ,\ prnka.c;hi1a C1;1lil'". ltilw r, Vo l. 4, N6 .2. Oha•
úr:.i-Agrnhnyan 1)76 ( l 969J. pp. 11J · 15: 1::imbiéri Swwlerhi Mnl'rm~.,tl. pp. 2'.t3· ·:.s.
43 .S,ukar, S"·mleshi 1\./m-~mew, p. 241 .
44 W.O.S.A., Dc.µt.' Cum.. Ram¡¡ Com. Julio l 92 1 A'.\• -12.
45 W.8 .S.A ., Dept. Con•., R,nsoCom. scp1. 192 1 A;4.l5,
J8 W.B.S.A .. DeRI, Com, Romo Com, a;o~IO 19;¡;, A32°$ I; ~ncro 19;~ A l8~•227, d:ri"nbto 19~ 1 ,\ l~•,.'9: fobn,ro 46 \V. íl.S.A., Dcp1. Com., R,mnCorn.julio 192 1 AJ4.12.
19:17 J\50-81. '
47 W.B.S,A., Dep1. Com.. Ramo Cont ~epi. 1921 A~4-5,.
J 9 R.C.L.t., Vol. s. r,. l. p. 143,
• N.E. Sllbdivisioni:s en el inlerior de un ,,ih.fil o sub:lislrito adminis1rn1ivo.
40 lbiL p. ':m.
166 ~·. . ·:.. - s,~diccl,,rno en uno Cullu,a Je1ói4u,co 167

:iladd::-,g. un fum:io11ano del Depal"tamento ele lnr.Jt1st rias del Gt>llierno de Bengiila, la d;1w t rail,1jador,1a 111111ut•,·o esiaclo <le connencia, y generó un nuevo ímpetu
se mo,tró renue ntr· ;i incluirlos en su lista de sir,clicatos para ese año, '" porque ent, P c·llo$... ~I ( IU .W.L:.¡ gozaba de tal fama que los .trabajadores d~ todas las
). fá lm cas acudían sin 1·,Kil,tr a buscar consejo para sus propias luchas. Fue bajo
casi con seguridad se tra· a de organizaciones d? caracter nebuloso y lrágil"'4 x. el liderazgo de los org¡¡niwclores <l•• este sindicato (B.J,W.U.) que se llevaron a cabu
ias huelgos de ias fábricas de hielo en Calcula. de la Compañía Gramophone y de
La oleada de protestas laborales eíl la rnclustria del yute durante las huelgas la Compañía Stuarl Motor53.
oenerales de 1929 y 19:17 estuvo acompañada por el mismo fenómeno: el rápido
florecimiento y dec,1i11:iento de la organización sindical. Corno ya se ha visto, Pero a pesar ele toda esa popularidad y difusión, el B:J.W.U. perdería vitalidad
¡
la huelga de 192~• en las hilanderías, estuvo precedida por un creciente caudal muy rápidamen te. Un informe de inteligencia de 1934 señalaba:
de descontento contra los cambios en la jornada laboral y los salarlos49• Este
descon tento favoreció seguramente la creación de sindicatos en algunas de las Después de la huelga (de 1929), oc_urrió una división entre la Srta. Prabhabati Das 1
hilanderías de yute d1! la región Chengail-Bauria de! distrito Howrah. Pero tambié11 Gupta (la líder reconocida de la huelga, D.C.), por un lado, y Kall Sen por otro..:
ayudó a revitalizar la Asoéiación de Trabajadores del Yute de Bengala en Bhatpara D< •5 sindicatos resultaron de esta d.visión; el uno controlado por laSrta Prabhabati ·¡''
(24 parganas), que había sido fundada en 192550• En ambas regiones, el liderazgo Das Gupta, que se disolvió gradualmente, y.el otro controlado por los comunistas,
bajo la co11ducción ue Rankim Mu~herjee y K.ali Sen... Es una o,:ganizaci6n que .carece
de los sindicatos estaba en manos de un grupo de jóvenes bengalíes, compro- de toda fuerza54. ·• ·
metidos ideológicamente con la causa de la clase trabajadora. A medida que el
movimiento huelguístic<l cobraba ímpetu en las hila'1derías,
Entre 1930 y 1931, cl:ando 60.000 trabajadores de las hilanderías de yute fueron
"reducidos a la inactividad·· (para usar un eulemismo de la I.J.M.A.), les resultó
...las or¡¡anizac ones de Bhatpara, bajo ta conducción de Kali(das) Bhattacharjee
y Gopen Chakra·,arti y las df- Chengail y Bauria, bajo la de Radharaman Mil ra, Bankim dolorosamente clara la ausencia de una orgánización lo'suficientemente fuerte
Mukherjee y µosteriormente Kishori(Jal) Ghose, se amalgamaron bajo una orga- co mo para resistir la rna.sacrc blanca-. Lo máximo que pudieron hacer los tra-
nización.ct•ntr.tl llamada Sindicato de Trabajadores del Yute de Bengala, con su bajadores en retirada. fue emprender el retorno~ sus aldeas 55• . ·
oficina sede en Calcuta5 1, Los años treinta no mui:stran una trayectoria diferente. En 1934, las autori-
dades policiales rle Calcuta informaron sobre la existencia el.e un "flujo estable
El Sindicato de Trnb;_ijadores dt•I Yute de Bengala (13engal Jute Workers' Union, de enseñanzas rnmu nistas ... ¡:or parte de los líderes de .los sindicatos"', mu::hos
8.J.\\·T .) brindi, r;I liderazgo a lil huelga general de 192(J. En los inicios de la huelga de los cuales ahora clifundíil n ''slogans comunistas y ..: el lenguaje característico
y clurílnte todo su transcur~o. la organizaci,,n del lU.\V.U. "'comenzó a extenderse'" , de ese n10vimiento'"56. l:.n mayo d_el año sigu1en_te el Comisionado del Trabajo
abriendo sindicatos ·ililiados en llhatpara, Uwrnpdani. Sliibpore, Chengail. Budge de Bengala llamó la atención del gobie_rno acercad.el " rápido desarrollo de
Budgc y Tilagarh52. La popularidad y [arna del sindicato se extenéieron rápi- <•rganizaciones laborales en los últimos· meses"57 . Én
fos años siguientes se
damente entre las das<;s trabajadoras de Calcuta. En 1,alabras de uno de los produjo otra ronda de confruntacione$ entre el trabajo y el capital en la-industria
organizadores del Sindicato: del yute, cuyo punto culminante fue la huelga genera!'de 1937, que se prolongó
desde '"inicios de febr'ero hasta mediados de mayo",·contando con la participación
El Sindicato de Trab;:jadores ele! Yute :le [lengala se colocó en el centro del de la gran mayoría -por lo menoi. un 77%- de ia fuerza·de"trabajo58 . .
movimiento de la clase trabajadora de Bengala en esa época (abril 1930). Su ~xito Una vez más, la prganizaclón sindical ·experimentó' un florecimiento' impre-
en la conducci(in de la huelga general que convocó a tres y medio lakhs' de
trabajadores oc las hilanderías del yute en 1929. logró despertar al conjunto de sionante, ya que el gobierno registró_se;enta·y siente sindicatos en las hilan~erías ,•

4H lbid.
49 rara m:is dct:ilk , " 1hre t·:, 10, w r W.B.S A .. lkpl Cl 1111. rir. julio l 1J'17 A6•8 53 Abdol Mumin, "Kolkn1ay GaJowan Dharmaghater Chordin", Mul_rq_l'M, 'Pous-Magh (1977), pp. 11-12.
50 P:tra má~ ttclallc:-. , cil,1·1.: ..:-~10. v1..·r (;nut:un (..'h:t11opa<lhyay. C11m11mnh11, ,uu( /Jt-111,:r:l '.r Fre<•d11m Mm•e11u:nt, f (Dclhi. ,4 W.B.S.A., Poi. Local Conr. no. 161( 19-67)11934, Énfasis adicional." ·
1970). SS Ver W.D.S.A., Poi. Local Con f. ,o. 150/193!.
SI W.8.S,A .. Poi 1, .::.1 """f.
no_ 161(29-67)/1 9),J. 56 W.ll.S.A., Poi, Local Conf. no. 16 1( 1J- 16)/t934,
S2 lbid ; RC.1•. 1.. v..1. 1..1. l't. l . p. 161. 57 W.8.S.A .. Poi. Locill Conf. no, 392(1-3)/1 935.
• N.E. Un l,1kh = l '1cn 11111 1111id:1dl"~.

l 58 I.J.M.A. Mcmor/(l de 1937 (Cnleur,, 1938), ¡i. 41.


168
169
de yute entre ! :l3i y 1938s9• D.urante la huelga general el,, l! 1:1i. much ,s de estos
de su énfasis y contenid o id '-'ológi co. ;wnque exi ste un acuerdo fundame
sindicato s se aglutinar on en un ·cuerpo central ejecutivo . el Sindicato ntal y
Chatkal ampllo en el conjunto de los discur sos existente s sobre la organiza
.\ tazdoor de Bengala. aíiliado a la ;,I.T.t;.CIIO. Aunque la erup<.:ión de ción de los
actividad es trabajado res del yute: que organiza r era sinónimo de educar.
sindicale s de ' os años 1930 puede parecer un ..avance sus tanci¡,I"
frente a la Para los sindicalis tas política mente c onser vadores, la cuestión se
situación previa 6 1, las similitud~ ~- con el pasado son demasiad o luertes reducía
como simpleme nt e a alfabetiza r.a los trabajado res. K.C. Roy Chowdr.ury, el
para ser Ignorada s. El Sindicato Chatk¡¡I Mazdoor de Bengala. que se Presiden te
formó para del Sindicato de Tr abajadores Kankinarrah, mencionó alguna v ez el "generali:
funciona r como "sindicat o único, centraliza do~. fue pintad o en 1952 :ado
por uno de anallabet ismo <le la clase trabajado ra ( india)", como una causa Importan
sus organiza dores como que "nurica (hubiera ) funcionad o como tal"ó2 te que
• Cuando explica "el fracaso en la consolida ción de los stndicatos"6-I_ Su sindicato
losdirigente s de la A:I.T.LI.C. retomaro n el trabajo de organizac ión sindical
los traba.ladores del yute en 1943, apenas lograron reunir diez y seis
COII la magra cifra de 3.000 afiliados en total, i;na ir.significa nte
iur.rza de trabajo de más de 250.ÓOO efectivos . Abdul Momin, un
entre
sindicato s,
minoría para una
.r
r:
a la Comisión Real del Trabajo, que "el analfabetismo era la principal
desampa ro de los trabajado res":
Informó
causa del
t
}
~
J

dirigente i;indkal comunJsta, a quien ,debemos esta informac ión,


sus camarada s en .1943. que ninguno dé los sindicatos organi zados bajo
importan te
admitió ante t..
¡~,
Los organizadores de este sindicato están convencidos ... de que el árbol
sindicalismo constructivo no echará mices en los años venideros. hasta que la
de un
tierra ·-t· ¡
dirección haya sido deshlerbada y los trabajadores hayan recibido educación primarla6$
.7omunlst a "ante~ de la guerra· podría consider arse "poderos o''63. .
La situación
i~- ....
~
. ,.
permane cería sin cambios por un buen tiempo. Tanto Gupta como
ya lo ·1emos visto, debatiero n sobre el languide clent,i estado del
Deshpan dc,
movimie nto
f· El punto di'! vista de los funciona rios del gobierno era casi Idéntico.
Si el
sindical entre los trabajado res del yute, á(m después de la guerra y el advenimi
de la i'ldepend encla.
ento
rf
"trabajad or indio" era "notoriamente reacio a la organiza ción sindical"
lo expresó R.N. Gilchrlst en 1924- la causa residía en su falta de educació
la cual nunca sería posible construir una unidad permane nte en tre
-como
n, sin
los trabaja-
¡ dores. "Sólo la educació n -escribió Gilchrist - y la toleranci a mutua
que surge
! de ella, suavizará las íliferencia s (de lengua, religión, etc.)". "La vida
en estrecha
IV vecindad . en áreas circunscri tas, y el servicio a un mismo patrón, pueden
cond•Jcir
a una unidad temporal... pero una acción colecrva sostenida y continua es algo
L¡¡ paradúJil ele u 11;1 ·1nilita1H:ia f11c·rtE: v un:1 org,1111zacií,n ,:; : ,11" ,1a sl(Jo n:s11,-lti1 66
aún impensab le" . El Gobierno rle Bengala apuntaba a esta mism;i relació
n entre
:m plíc ita o e:,plícit;11nentc <:<in el ,Írgumen tn de la fa!t,, ,¡., ,•duc;1ci,í educació n y organización, en su memorán dum de 1929 ante la Comisión
n d,· los Real:
·.rabajadorl!S. La organizac ión era débil - al mcnns según est•· argunH:n
to- purq11<:
l"s earactcrís ti cas 1.:structur alcs y'clc. otro tipo en las CQndir·io ncs ele ,r;illi1jO. Por el lado de los e11 pleados (en la:, llilanderid, ele yu te. D.C.). la organiza. Ión
está
privaban a l os ,;breros de 1..·r,port11ridi1d de ildquirir una co1nprensión actualmente en 11n,1 etapa infantil, y nn puede esperarse mucho más hastJ que
caha l rle los
la disciplina y el funcionam iento <le los sindic;itos. El esfuew, se cLrigió entonces trabajadores adquieran algún !,'Tallo ele educación... La educación y una adecuada
orientación inevitablemente llevar.in (,11 obrero del yute. D.C.) a construir un órgano
a entender por q11é los trabajaclores,penria necian en la "ignCJr;inci¡¡"
en fornw tan que le uermita expresar su obvia comuniclacl de intereses con sus compañer
os
persisten te, aún d espués ele dos ú tres décadas (le intentt)S por de trabajo, .. Es dé Interés tanto para los empleado res como para la comunida
educarlo s Y d
r,rganlzari.:>s, Dependl c ndo ele las conviccio nes dE· los difernntes 11utorcs, en general, que se sienten bases lirm«-s ¡ verdaderas para el desarrollo de
se hn esta
puesto. énl¡¡sis en diversos factor'cs , sea ele corte •conómico, social organlzaclón 67 .
,o político.
para explicar esta "ignoranc ia".' Las respuestas diflere11 ob\'iamen te
en térmi11os

~t;i w n.s. \ .. C.:om. y ·r,~h.lJ(), ;:1hril 11)\•J A. 14-lf,


6(J Gupl::S. Curitul tmd IJthm,r, fl• 4.~.
¡
1
6 J Ver T:rni~;i ~.irk.ir. ''Movi111h:lllu Nanun,11 ",.¡,p, 161-ót
64 K.C. Roy Chowdh(u)ry. "Sorne Though11 on lndian Labour", Joumal o/ lmlitm
/11duJ/f/,s a11 ú1bour, febrero
,; ¡
62 Gup«a, C,1¡1i1al mu.l /:'1/Jour. p. 4~. 192), pp. 23-28. ' j
63 Ahdu1 Mu.nin. /llum,,,., <•,11u,mbt r,,n1r /f,111,:/11 l'm,lr-..Jin 1'nhm Somnk
l.,,ine c,,llflll rn.1/rJh1I. Tnhli· <.'1•~1"" 65 R.C.LI., Vol. 5. PI- 1, pp. 262-63. ' t
f "mm Rq,orr ( nfoml.: '()brc d Frcmc ~111d1t.·:1I. rtl'l'l'lt,Hfo l'II la ·r1..·1't'tra
Cnnícr1.: 1cia Pro\·mr,:11 ck lkn¡:al:i del P~n1do l l
H
l"omun1.~1:1cll.: ln 1111.h:1), C','\k111.-. lt<-2 1 r11artn 1'}41, rf', 7-~. l(), 66 R r,/, GllchriSI, The Pmm,111o/Wages. pp. 232,250.
'

... 67 R.C.L. I., Vol. S., Pt. l. pp. 153-54.


1'¡
170 ·5,,(:' (:~l,~mo ~n uno Cúlrvro Jerél'av,w 171

Para los autores :nás radicales, sin embargo. la ·educación" no se red1Jcía a de trabnjn. por su ·naluralcza amorfa. indefíñicla y pot 1 6general 110 calificada"75;
la simple alfabetización, pues? impli4:aba la "concient ización política" de los su punto de vista "a 111ed ias <:,unpesih·o, a medias proletario"76 y, ciertamente,
trabajadores. Uno de los folletos más tempran os en idioma bengalí sobre el l;i supresión de los sindiciltos izquierdi:;tas por 'obra dél estado77 ; todos han sido
sindicalismo. el Tmde Unioner Godar Ko1ha (Principios fu11damenrales de 111encionaclos. con variable grado d e justificación, para explicar por qué los
Sindicalismo), publicado en 1934, tenía por objeto corregir y mejorar las ideas trabajadores <le las hil,rnderías de yute nunca pudieroirsalir de su ··ignorancia",
prevalecientes entre los trabajadores. "En el campo del sindicalismo ( en Bengala, sea política o de otra naturJleza. ·
D.C.) han hecho ingreso tantas ideas contradictorias, que los trabajadores tienen Nuestro propósito no es el de cuestionar. la validez de cada una de estas
problemas en descubrir la línea correcta, y los amigos de los ricos podrían aseveraciones, aunque alguias s0:1 obviamente.más certeras que otras. Por
ap,arecer y meterles toda clase de ideas en la cabeza". El autor entt•nces ejemplo, la "separación lingüística de la mayoría de los traba)adore:; con rc>.specto
anotaba: a la comunidad bengalí de su entorno", era sin duda·un -p.robiema que tenián que
tomar en cuenta los sindicalistas. En sus reminiscehclas de la huelga general
Todo trabajador deberá leer este libro y explicar su contenido a los demás. DP.berá ele 1929, Abdul Momin escribió que, aunque la huelga se extendió desde Alambazar
organizar a sus amigos en un círculo de estudio y reunirse tres veces por semana
a discutir en prolundlclad temas como el sufrimiento de los trabaj adores, los a Títagarh con la "velocidad de un rayo'', y niucha gente sé ofrecíó. voluntariamente
métodos de los explota:lores, etc. 68 para ayudar en la organización de la huelga, el idioma sigt!ió siendo un problema
serio: ··No todos nuestros voluntarios podían hablar el hindi, :Y en la mayoría
En concordancia con este espíritu, los comunistas bengalíes que emprendieron de zonas (productoras) ningún otro idioma era apto para difundir la propaganda
la organización de los trabajadores del yute en los años veinte, treinta y cuarenta, en favor de la huelga"73. No obstante, con una buena d·osis de voluntad, pronto
les enseñaban la historia de ~enin y la revolución rusa69 , les leían en voz alta se hallaron soluciones al problema. En poco tiP.mp9, muchos sindicalistas
periódicos de izquierda70 y comenzaron a formar ''círculos Je estudio" ,mire adquirieron deslreza e:n el habla del hindi. Entre los líderés de la huelga de 1929,
71
ellos • La clave de un movimiento sindical fuerte se basaba en impartir ·edu- Momín destaca a var:,is que podían discursear lluídamente en hindi: Bankim •
cación política" a los trabajadores. La sur,erencia que hiciera lndrajít Gupta en MukJ,erj r:e, K:, 1i ,Si,11. \1¡;ni Singli. Swami Biswanand y Shr•)ff Nand Kishore Sharma,
1952, de que los comunistas debían µrestar "seria atención a las actividades y el propio ,\ lomin'''. ,\dcmá~ él tamhién recordaba qtle, después de todo, !os
snciale~ y culturales' ent:e los t rnb;1jadores de las hilanderías oe yute, "a través v,1fa11te, diqr•1)• 1i1:, 0:, drirant, h lweig,1 por el B.J.W.LJ. estában impresos en "varios
de bibliotecas, escuvlas nocturna:;, escuelas para sus hijos, grupos de música . idio111~,; ~o_
y teatro" estuvo inspirada en consideraciones simil;iresi2. l!n f:1ct, w :,:,11 111;1s p,,r,1liz:111le p'lra el accionar de \os-sindicaros lz4uierdistas
La figu ra del trah1j11dor "ignorante" (aún si esta "ignorancia" era definida en l!l t la región fuer,111 J¡¡s 111C'dicbs represivas que el estado adoptó recurrentemente

términos estrictame 1te políticos) ha sido por lo tant'J un rasgo cen tral de tocias para conlrolMlns El uso indisc-riminado de la sección 144 del Có4igo Penal Indio
las explicaciones que se han dado sobre los problei:1as que atravesó la organi- por parle del ~obic;·nv, para deportar a los qirigentes Izquierdistas de ~us áreas
zación de los trabajadores en las hilanderías de yu•e. Factores como la dt• acti':id,1d, tenía por obj elú minimizar el nivel de·sus·.contactos con la clase
"heterogeneidad linguístit:a" de los trabajadores del yu·.e (o la ausencia de un trabajadora. El sen tid o de metas comunes que unía ·a adininist~ación de las la
"medio único de comunic:ación" entre ellos)7·1, su "clistancia lingüístic:1" con hilanderías con los agentes del gobierno en este csluérzo, demostró ser un
respecto a la comunidad bmgali74 , las "peculiaridades estructurales" de esta fuerza obstáculo parti<:ul,mncnte difícil de vencer para la actividad sinclical. P.D. Martyn,
del Servicio Civil de la India, relató que había experimentado "algo de la vid,,,
tal como (era) vivida en los inmensos suburbios del yute", cu.indo le tocó servir
como Oficial ele Sub-División en Barrackpore a princip.ios de los años treinta.

6H Saroj Mukherjce (eo.) Trcufe U11ifl11er Godllr Kmlw (C:ikUla, 1914). p. ,1


69 Ver W.B.S.A., Pul. Loco! Cor f. nos. 161(29-67)/1934 y JJ/1940, 75 S;uk:ir. ··N.1ti\1r1:,l l\1~1,•4.•111~·111'', pp. l~i>. 15H.
70 Ver Cha11opadhyoy. Commu1111m, p. , J5.
7fi Gup1:i. Co11i1al t11rtl l.al1or1r. flp, 5<,-5i: ~.C. Chmvdh(u)ry. 'lhmJll 1~". pp. 2~·28 y .1-u cana del 10 noviembre
71 W.8.S.A., Poi. Local Con/. n, , . W-40/1940. 19~..J Cll W,B.S.A .. lkpc C{)Ul, B, Encn) 11125. Al83-:?27.
72 Gupla, Capiwlmul lt1hm,,,., r. 61
¡ 77 Momin, J1i , 11111c. p fi. :-iark;:r, ~N:.i1iun.:if 1\-1u\·t 111i;:m'\ p. 1~9.
73 Ver A.K. Bogchi. P,fra,, l111•,s1n11•111 11 /111/ia {Combridgc. 1972) p 142. R.C.L.1. Vol. 5, Pt. 1, p. 15~; S.R. 78 AbJul Momu1 . ..CJ,a,1:,I Sramik<r l'r,th:111 S:Ldharan Dhonnagho1".·En, Kala11tar 1 1, agosto 1970.
Deshponde, Repon, p. 35 )' Gopto. Cup,:a/ u111/ ltibour, p.
74 Uo.gchi. Pri'ttlll~ l11~r,:.rtm,m1.
142; Sarkor, ' No11onol Movernenl", pp. 156-57. 161-62.
r- 142; i:;upt~. Capiltl! tmd U1bn11r, p. .:12. 1 n,~~
80 R.C.L 1.. Vol. .1 l't 1, p. ¡.u
.
173
172

•'l· una huel~a V


Estando alti ~scribí ó- me tocó Jugar un papel en el t•nfrenta :•:i,·nto
l,1 lr,111smisió11 ;,~
de 60 000 operario~ en paro. Confrontar e~til sítu 1ción 111cl.:i,1
,¡,, C.1lcu1<1 l.o
órd~nes c¡ue prohibían la entrada a esta área a ciertos a·~i1a,:,,re.< Los problem as cultural es n los que hemos aludido en
el p.írra10 .u,terio r se
e ue me Impactó en ese momento fue cuán servicial•'., rH,rtaron los a dminis-
x1 .
se relacionan estrech amente con los asL11110s del poder y la au toridad. No cabe dudn
lradores (en su mayoría escoceses.) en el curso del c,>n{lict,, ~~iI:ilar ín que estos proMem as ya
que un argume nto plausib le a este respect o
r la cuestió n de la ignoran cia de los tra bajador es
se habría n aborda do al plantea
de juicio lns interpre -
Para nosotro s, no se trata entonce s de poner en tela sobre el "funcion amiento y discipli na del sindical ismo". ¿Qué es sino la "discipl ina
estudio sos que han intenta do ex¡:lica r la debilid ad de r de la organiz ación,
taci~11ei. de los distinto s organizativa", si no es un modo de resolve r, en el interio
as pe r sí mismas , estas
la ó'rganlz ación de los trabajadores eje! yute. Tomad cuestio nes de poder y autorid ad?
un grano de verdad y muchas de eUas apunta n a consist e en que
Interpr etacion es •:ontien en Para el propós ito del present e nnálisis , la cuestió n central
factore s que pudiero n haber retarda do el crec im iento de los sin- trabaja dores, también
importa ntes ciertos presupuestos sobre la cu ltura -110 sólo la de los
aquí es el pi:nto de unión
dicatos en la i~dustr ia del y Jte. Lo que ncs preocu pa In de sus dirigent es- son inheren tes al concep to mis'llo
de "discipl ina sindica l".
s aparent emente divergen tes. En últim:i instancia, un sind:ca to estable y
entre 10<.la:; estas interpretacione En térrnin,)s ideales , el funcion amient o apropia do de
buscan explica r por qué los obrero s si fuie ror: Ignoran tes de "la burguesa. Como Gramsci
todat ellas representativo, requiere de la existencia de- vna cultura
y enumer ar los factores que
discipl in~ y el funcion amient o del sindica lismo", lo expresó alguna vez, los sindica tos son organiz aciones basadas er re,aciones
de dicha educac ión. En tocia esta discusió n, la tMea el pago de cuotas
supues tamente les privaro n "v!)lunt nrias" y "contra ctuales "; su énfasis en la membre sía,
ativa se ve entonc es como un· ejf r ciclo de poner a disposi ción de los , se basa e•1 el supues to de
organiz
autoconsciP.ncia, etc.). y otros proced imiento s de discipli na org.iniz acional
trabajad ores ciertos típos de conocim iento (alfabelización, la existen cia de ese tipo de relacion es
83
. Los sindica tos también encarn an un
es decir, de educar los. que se pone de manifie sto en las eleccio nes. Una
princip io de represe ntación
l.1cuestión existen te
Aqu! es donde yo siento Qlle es posible utilizar el estado ele .l co m:epció n adecuada del sindica to co nsiste en que es
una organi2 1ción demo-
ores tf(:-] yute. c-,·,n r·I fin de exp(lner nza d el gobier no
sobr e la "parado ja" or¡¡anizativ,1 de los trabajad cr.1tico burgue sa. que se constr uye a imagen y semeja
a, que rst;í conten ida en la ,·.~11nn a Hay ;111!0 al "pueblo " -a través de
u n:i pa ·acloj:i aún m ás profund dC'mocn itic-o-bu rgués, Así como est<· último repr esenta
la interprc t;iclú1· dr· !él , ;--•arn?,ll; 1ri n ,·c,1;1,, nta a sus miembros.
rc·• lacio111~s · '-'Pit111t ·1rins" y "c<J11t rac tu,1:t" <-. c>I sindica to repnise
1
! inrla mentalm t n:e proi>ler n[,ticn t'II
1r;1b,; .,•!ores duce, ,·s,l,
~1 s6Io fuera un asunto el,• darlt: ed11cadím pr,lítka ;1 los y a través de rll· ,s. a la clase trab,1j,1 dnra. Gramsc i enfatizó esle punto con fuerza
v1trios asuntr,~ importa nte~ rtferi(iM ;, l:i Cl!lt11ríl 1· .i la y los partido s 1,,. líticos: "Son
r•c¡uiva le a esquiv ar
m:is ele, n-a fr,s probÍc111;;s y daridad al discutir In naturaleza el , los sindicat()S
c,,ncicn cia, qu(; salta11 ,1l <1 vista ctw ncJr, examinamos organizaciones naddas en el terrem) d•· la dewocr acla burgues a y las libertad es
dentm del marco ele In teoría m.-,rxist a, se rcC<1nore .. , Estas o rgani za-
de la organiz acir,r obrr:ra. Aú11 política s, como afirmac ión y expresil'111 de la libertad política
leninista de insenar un cuer¡ ,, dr. "in tcll!Ctu:1lr$" 4
en la act11alidacl que el proye<: to ciones no son capaces de supera r el 1::stado burgués"~

<·n ella b ··tec.-ri;1" , e., un proyect o
en el seno de la cl.ise tr¡¡bajad ora par:i iñtro~lucir En teoría, entonce s, un r epresen tante electo de los trabaja do res es su igual,
es má~ evident e aún
- rn unas, ,ricdad abigarra da en relació n de
plagadc , de ambigüedades~z, Esto y se lo elige co1110 represe ntante, precisa men te porque se sitúa
er.reda n una varieda d de relacion es prc_ capitab tns. Ciertam ente, represe nta. Ninguna
en la que se
s "i 6 ualdacl" -la igualdnd de "contra to"- con aquellos a quienes
además, ¡sólo un punto c_ le vistn muy.elitista de.la historia de I::is clase;; tral ,ajadorn posició n previa ele privileg •o y autor idad le permite adquiri r la capacid ad de
torse si el propio "educad or" ne, IiocJri~ Iuicesit ar tnmiJlén urf jefe o patrón. Ésta
no alcanzará a pregun represe ntarlos: e 1 otras palabras. no asume la figura de
nlgo ele educ.ic lt,n! · ' sindica l, y debe ser
es fu c uestiún decisiv a sobre Ju que yirn la democ racia
politica de la que Marx
co11tra5tndn con ~quelln otro form o de rt:prese ntación
ntarse, sino que tienen
hnblnba al refer irse al campes inado: "No pueden represe

t
0 1919-20), en Rohin Bloclcbum (,'<l.), ReYoli,tion
83 A. Grarnsc,, 'The Tunn Workcrs' Councíl" (Ir.id, del Orc/i,., /'luovn, p. 378.
81 lrn.li> Of 'cc LibrJry. l.uncll\:'(cn :Jdo111c 1.C>,1.. J M« .
F.ur. FIXl)(I.'. M e 1•,ri:u rlc P 1) Man) n. p. 6. ,md C/au Stn,g,:lt: J\ Rtndtr i,r Mor.riSI Pnl,1iu (Gl>-<¡;ow, 1977).
y'!ª~·· ,
~¡,,,,, /rw,1 ,1,r l'rlrri11 ftlmc-lH,,;k.1,ij Ant111111, r;r,mm, t.'-:ucv;1 Yc,rl.. .
. fe! O. Ho,:itn: 't G.N. ~ ,n11h~.-
_ cd, .,·,·1c•,
//w s,m,· (1IU)l.lfl'~, t9:-iOI. r p. ~CJ..ll),
8~ lbid.
l :}7~). pp. '· 198- Jt.>: (. hn!-11hé BtK.'1 (1luk~111ann. -<:r,mw·i ,trlltl
174
175

que ser representados. Su representante tiene que nparecer ni mismo tiempo No obstan te. PSk idral ,:así nun..:.a fue akamado.en l.a realidad. En todo el
como su seiior, como una autoridad por encima de ellos .....xs período bajo considcraciún. la organizaci.ó n sindical en iashilanderías de yute
Si todo este debate resulta exce~ivamente teórico y se espera demasiado de si~uiú ~iendo extrenwdamente embrionaria. Pero este carácter "embrionario"
su aplicación a situaciones históricas concretas, permítas,~me plantear dos n<; alude s im pleme nte ;ti tradicional "abismo" o t'ensión existente en "toda
cuestiones. Ptimcro, que un modelo siempre constituye una medida útil de la organización. política o sindical,... entre las masas... y los cuadros"811• Una tensión
realidad, En segundo lugar -y esto es quizás lo riás importante para el historia- de esta naturaleza existió también en las hilanderías de yute. Por ejemplo, a pesar
dor- que el concepto de democracia sindical anteriormente expuesto,' es de su pre tensión de "representar a todos los trabajacfores de las hilanderías de
justamente el que aspiraban a realizar todos los organizadores obreros. La noción yute de' área ribereña", el Sindicato de Trabajadores del Yute de Bengala ''fue
derepresentación democr:ítica resultaba fundamental en todo debate sobre la inca paz (en 1929, D.C.) de controlar a los tra_b ajadores en varias regiones
organización de los trabajadores del yute. Escuchemos, por ejemplo, al Ministre importantes"R9. El "trabajo excepcional de inteligené/a y organización" que los
de Trabajoanti-comunist<l,Y pro-empresarial H.S. Suhrawardy, discutie ndo con "agitadores" IJabrí;in desplegado en el curso de la huelga· gen1!ral de 1937, fue lo
los dueños de empresas d~I yute en 1937, en srJ1Udo de que la "sola disponibilidad" suficientemente impresionante como para ganar el respeto aún en las áreas menos
de administradores en las hilanderías no era suficiente para garantizar un contacto propensas a ello90 ; ,1 pesar de todo, Íos dirigentes se vieron en dificultad.es para
suficiente con la clase trabajadora: contener en cada situación la actividad mílitante de sus seguidores. En palabras
de un agente del gobierno, "e, resultado de ello fue que· las Hilanderías Shibpore
El contacto entre empleadores y empleados debe realizarse a través de la me<liación se adelantaron a ... lo que estaba-previsto, ocasionánd'o grandes contratiempos
de un representante electo de los trabajadore,, organizados, y para ~ue esto sea
posible, resulta absolutamente necesaria la ex,stencía de sindicatos 6, en los pla nes (de Jo:; dirigentes, D.C.)"91. .: ·
Est,)s casos no agotan por sí mismos la. definición a~ su carácter "embrionario",
\ ya que es posible que las organizaciones mantengan_.c ierto grado de coherencia
Y ahora escuchemos al comunista lndraiit Gupta en 1952:
y disciplina. a pesar de la existencia de este tipo-de tensiones entre los líderes
Por supu~sto. la orfaniwciiin (de los trabajadores del yute) debería si~nílicar algo y lils basrs. En nuestro c/',~o. el problema de la incoherencia iba mt1<:ho más lejos. ·
miís (]Ue la a/i!lacíón iormal ~ un sindicato... F.I asunto ~s que los sind,catos funcionen purqu(• i 11c!urn e,1 ~u rnoi:,,' nlo de nayor vitalidad, los sindicatos de los traba-
democrát ic,un~nle. inc!orc,,s dl'I, ule 11u1 ;ca lk;.;aron· a ser orga niza ciones basadas en t111 cuerpo
y ·relilt i,·,11nei:t~ disr.iplinadP de trabajadores. sometido a controles institucio:1ales
la esen<"ia e/e!,. c/cmocrncia sine/leal. .. s igni/ica , tn c onc reto , que k s cornit (·s com(J ,wr los derech<,s y ubligaciones de la membresía, la regiamentaci6n de las
ejecutivos e/e los sindicatos deben ser cuerpos con un funcionamiento regular. c.:uc1ti.lS, las Jurísdicci,rn(:>s rk, los s indicato~ o iflcluso las reuniones regulares.
que sean correctamente elegidos por s us miembros y que participen en la v itla 'l.~ sola mirada del libro el~ cuota,;". escribió K:c. Roy Chowdhury en su dia(io,
,cotidiana del sindicato.
hada que los trabajadores se sinti~ran ''incómodo~ y susplcaces"92. En su informe
El funcionamiento democrático garantizará que los sindicatos nunca sufran de
"escasez" de cuadres, ni que se vuelvan dependientes ele un puñado de fundonarios de ,1rhilrnj,• 1111te la Comisión Real de 19_29; yco1no P,residente del .Sindicato de
dirlgentes u "organizador~". Por el contrario, '.avorecerá la participación de uu Tra bajadores Kankinarrah. señaló además' que ''el a,s pecto orgá_nico del sindicato
flujo regular de militantes de base', para que tomen a su cargo las diversas tareas, (era) desconocido para ellos Qos tr:ibajadores, D.C.)" 93: Los c.o meotarios de Roy
que van desde la administración de la sede sindical, a la recaudación de cuotas Chowdhury hallan confirmación en Üri informe-escrito por Thomas Johnston y
y la distribución de panfletos, colado de afiches, discursos en las 1 sambleas, John F. Sime. que visitaron las hilanderías de Calcuta en 1925 a nombre del Comité
etc87. . . .,.,

88 Frantl fm111n, 77w H'r('f1 l!<'if i/ 1h~- l:~artlt á·hnnond~wonh. 1974>. p. 8S. fN. de T. Para la pré~éflh.'. vcr~iófl
st..· h:t t:ousul1:1do l:1 tr:u.!ucción <le Julk•13 C:unpos. l.Jis q nul~11tr,/1Js lfl! la tirrnt. F<JiHJu de Cultura Ec(lnómlc:a. Mé>tico.
!98X. p 9').j , '
85 K. M.ux, "Thc Eig}ueentn Brumnirc: of Loui., Oonapane''i en K. Marx y F. Engd ~. Sdec1~,1 Workr I (Mo~cú. ~9 R.C. L .I.. Vul. ,. l'r l. p. 117,
1969), p. 479. IN. de T. Para la presente \'crsión se ha consu,r,dn la traducción de ¡;dilorial Progreso. Moscú. ,J., 90 CS.-' S.. ll I' .. Cap 11 , M,I'. Thrn11;,, a Bc,u holl, .lO ju11io. ·19.17,
p. ILO. J
91 11'. R.S.A., Pul. !.ocal Con f.""·
tl)/19.17,
86 C.S.A.S., O.P.. Cojo 12, Registrv confidencial de uno entrevista entre d Presiden!< de la I.J.M.A.. v H.S. 9:? P~pi:k $ tlt' K,C Roy Chowdhur:- u:n fü.h:l;-111k . K.C:•R. P.), Dlario no. 3. 25.8.1 929. F~ro~ documentos es.t:1n
Suhrnwllnly. Miní~lro de 1·ra~ajo, 28 de julio 19J7. en el Edificio Wri1er~. E:nfo.,;i~ ilc..lic¡onnl. · l'n po-.c,;;11\n del :1Utor.
8? Gupta. Capiwl t111,l lc1b()lu, pp. 51. ~:S. El énfasi~ e~ nue-.qro.
9., 1u;.L. 1.. v,,t. ~- 1'1. 1. p. 27.1.
. . ..,... ; .: ,:•• 177
176 :: •: ·
:iimc le e:,;, r1biú a
el fin de investi gnr las c<) ndi- 1lowrah•. en febrero de 192!1''". L.1 sigui ente <·,u~;i <¡uc0
Crmjun to de 5::idi ci\t()s de Yute de Dunde e· , con que ('l 'pecl1clo" ele 11ovie1 nbrc
au tóre,; consi deraba n que llhalt'a charya en juni o ele ese año. d;i º entend er
c :on~s ele los :~abaj adores del Yute en 111 lndin": Los
su lip<> q ue éste le hnbría hecho:
de 1928 no era el primer o en
:;itos i:ie las hilande rías de .yute de Calcuta H veían en un grave eslildo
l •,s sind
fi1anci er0 y organi zntirn.
ce ¡: arális,s debido a agudos probJemas d e corte· Acusu rcc1ho de su c.1ulegrnm,1. q ue fue con~icleradú
por mi l'om,t~. y lt!ni,:o lo
;intes un giro Cilblegr .ílico ele Veinticinco libras
instrucción de em'.iarle cuanto
los trabajadores del vu te. de Yute Welh~gton...
En el papel. exis ten unos tres o·cuatr o Sindicatos ~ntre (S 25) en fnvor del fondo de l1uclga tl e las Hilamleri;is
organiz aciones Inútiles , no tieuen publicación a la que dí a
pero, con una única.e xcepció n, se trata de EnconJrará Jdjunta una copia del ·-oundee Free Press",
t.o alguno salvo el ele servir con el fin de darle publici dad al
rn lem_b,ros pagantes de cuotas,·y no cumple n propó~i co nocer el conten ido de su rnblegr ama.
propaga ncle de algún polítko que figura como su pre- 100
_._ de ca¡a de resonancia a la asunto . .
! Idente honorario. Creemos ~ue los pres.ide
ntes horora rlos sO11 quienes cubren
n e al Sindi cato 94 .
los gastos de papeler ía. membretes y t odo lo que concier er a ocasio nado por la falta
El persist ente p roblem a financi ero. que en parte
r:otizan tes, era tan sólo un Indicad or , quizás el más obvio.
y Sime. I:r a la Asocia ción de de una base de a!iliados
La ''única excepc ión " mencio nada por Johnst on ele! profun do males tar organi zati vo que aquej aba a l a natu r ale::a misma del
ra por Ka!ida s Bhntta charva .
,rabaj<.1dor es del Yute, que fu¿ fundad a en Bhatpa sindi ~alism o 'en las hilande rías de yute de Calcut
a. Despu és de todo, resulta
lok" ·benga lí con conexi one,; en el movim ieñt o
Bh at tachar ya 'á! r a un bhodro conduc ida huelga gener al de 192\/, si n que el
en una•hi lander ía de yute por haber notabl e cómo había podido ser la
terrori sta, qu-e había perdid o el ~mple u adores del Yute de Benga la se haya
Comité Ejecut ivo del Sindic ato de Trabaj
95 ión dP. Dundee lo describ ió 101. Es más, como la dir i gen te
organi zado a la gente e incitad o a la huelga • La delegac reunid o una sola vez en el tr anscurso del conflic to
er te... que había interna lizado las r a:ces del
como un "traba jador capaz e intei'i¡¡ Prabha bati Das Gupta habría de admiti rlo poster iormen
te. ningún miemb ro llegó
su Asocia ción se dijo que estaba "hacien do ser los
asunto (el s,ind icalism o)". De
jamás a pagar cuotas al sindica t o. Ella calificó al 13.J.W.U . como "un movim iento
trabaja dores" 96 • No obstan te
esfuer ws por lograr las re!vin.d icácion es de los sindica l peculia r" , dado que en el sindica to · no se pagaba n cuotas ni nada por
al de 3.000 pe•·son al., no más de •100 o 500 cotizab a~ Iºz. El 13.J.W.U., sin embarg o, no er a único a este respi,c to; el Gobi erno
d e una memb resia nomin el estllo''
mismas, la organi zación sufría lismo en la déc, da de 1920,
sus <uotas y, .1 pesar de las bajas l_arífils de las de Bengala habría di:! resum ir la expcnencia del sindica
rias". ·sur. activida d~¡; eran ~n gran parte finnn-
c:e "serias limit'lc irm,:., rnoncta
tadn r. i11tcrt'sJ 11te muier,· ita. I;, Srta. ~~•¡tosh así:
•: iadas e inspi1 ,,, l;1s ... fl<Jr una S,H.:rili
Kumar i Gupta '". L,,.~ problcr na~ ruorr,:t Mios d,: la ,\~oci~,::1:, 1 de Trabai;J~'ores rapidez asotnhrosa,
Y" r¡•1<· se infmm i, ou,: el o~.•purs de l,1 .~uerra. se desarroll,, algun tipo tle sindicato. con obri:ro ... Dichos
mo
po,qu'c en CJda huelga se formaba algun tipo ele or¡;aní~
<le:,. 111lirru;1 r en el faturo.
del Yute ele Ben;.:11la habr ían
l !J:!í -y q urz;is ;1ú11 hast,; ,ilgo . y su capacidad de control
si~dic: atJ !1~hi,'. rer:ihid r, ayuda f.11:rnci cr¡¡ hasta organismo, no tenían estatutos. 11i memhresia regular
111,1s lar de- b;,¡o la frirma dr; I1r1;I dc111ilci {H1 mP.nsu ,,: de' Rs. :iJO de la Asoc:iació11 sohrt' los obrc>ros... era extrcm,1dílmenlc proble111á1 ic,1 III)_
dr.l Yute de !Ju11dc. :c··,~. F.11 ·IM ,11ios vein te. Símc reclbí; i una
de Trabajacl<Jrr:s
de l,1 lndl..i. sollr.:ita ndo ientes se dio cierto avance
nu tr ida corr<'spondc rl('la, qur· le rr:m i tí11n síncllca
lif.tns Aunque en los anos treinta y en las dédadas subsigu
las lulancle rías de yute. e en la crecien te 1Jopularidad
~yuda rno 1ctaria r;1r,, los movimi< :11tos hue·lgu ístir:os de en algrno s sentido·; -lo que se expresa princip alment
br e del pllsad o año, y le ~ políti cos de Calcut a- un problem ¡¡ decisi vo
Tuvimo ~ un ;) <:elido de Kali cl as 1Jlw tt acl1 arji en noviem de l as deas radicnl es en los círculo
Sirne al respon der a En as de lndraj it Gupta, es te proble ma era el
he rcm1t1cln una don;icffin cfr. treinta libras (5 30)''. relató siguió sin :;er resuel le . palabr
ir su crecien te influjo de mnsas
que le lle~(, cl ur.intr. "urt prolong ad1J parn : n el distri to "frncas o" de l os <lirigentes sindicales .. por traduc
ritr,1 sollcll ud ele ay111l,1
, .
J.F. $itnt: ;a N.M. J\ÑI,. 16 de feh. 1929. en IJ "º "~'r,c1ndc nc1odc S1mc. editada bajo el ~nc:abrzom1c:n10 da: "'fndim·
y ,1 ~ino de Dund,. y d,I Dl•trilO, A&rodC?Or,,O. , Dr. w,m...
1
11)
1 1 1 lti: l/'illl,\Íl l1'lllm'1u11dd ' UlL', h1tLJ .., ,.. ~nium, ' y ,·111~"" ,•oda ,n el Sind1ca1u ,le Trabaja~or<S d,1 Yu,~
• N. 11~• T. t'itt1l,1I 1' ' \ 11.'1''-ll, nlttl'lc..'ilfu p •r ,m 1i'1111;1i11·1w,, ll:arnraJo la Qltnción .11nbre e.tao com:.,;pcndcnc
'-1tt1L', /:',pl11l1,,1f11,1 ,,, /n,U,1(1)und1."t, IQ~f1'JJ.
r,. J:'\, \Vatker de lo Uftivt:md.:id de Oundce por hobc:nut:
94 TI11H11,1c Juh,htclft )' Joh111
111rdm, 100 lbid.. Sune. o Knhdil~ Rt,011;ich:>ry:1. 1.l junio 1928.
• • N.I~. Ho111.,h:, 111.·1"111a 1v1.1~·111hh: ,. il1h11;11h1 tk l:1 L J,1,..:
. /lliLnu~c.·rl10 intLdiro, p.' .t. 10 1 R.C.L.I .. Vol. l . 1'1. l. p. IJ9,
95 Sib11ath Uo111L'tJn'. ··r ,1ho111 l'rnhli:111._ 111 JUl l' lnclu,tl'y'," N.M M.L.). Pr4~h•ba1i Mirza (11<, 0'1.< Gupla),
102 N<hrn Memorial Mu<curn and 1.ibr,ry, Ddhi len ,d<loni,
!lft Johnt.;Utn and ~11111!', 1.,,,1m1a11,m, p. 1~ ,n1T1:vi,uldo por K.P. Rongochary, 24 abril 1968. Deltu.
'17 lhl,1. •
ll'hlljil\'Ml l'IIC.:alcu t,:, ll/72). p. lJO.
103 R.C.L l.. Vol. .1, 1~. l. p. l4J.
t),1vlll 11.·trk , ·, ,,,,,,,,011101 llf 1,,d111 ,,,, I J•1]7ff)d lti 1 ,n:
1 1
l)H
119
178

c.iso .';(• .1,:1 pa r;i dv~nil¡lr c',lt' ,,:;¡:1, > dt! lldcraZ!,!O PS ZCl/1/Ílllfcu (, Aparente111c-nlt:.-
en términos organizativos" ¡.¡. Este "fracaso" result,1 bien ilu~trndo <:n el
11

comunist a de l luoghly. n1yc, cr cdcn tc ,·s11• 1•:,til,, t'r:1 ,·11d,•11111·c•: ¡ 11r 111 11Him1s ,isí lo consic/ernlrn Momin (;'11 el l11for111e
de ..\.M.A. Zaman. el organiza dor laboral 1117 partidos polltiros
ad. q111• ,·h•,·ú al 1',1111<10 t ·, ,11u111is1,1 ,•11 1!J,1:1 • Entre los di\'t>rsos
'infl ujo de masas" hem,is tenido la oportunid ad de dornrnentar con ant~norid en las hila11derías de yu1t'
q11t · si u11i'.•11I11 ¡,:Ir:1!on:1:rr t'I s111clicato de la A.I.T.U.C.
En el curso de los conllictc,s industriales de 1936-3i, Za111an formó un s11Hlkato en l!J:l7 -"•Id Co11grcso. s,.,ciali.~ta. Comunista, el Bloque_Avanzacl;1 y otras fuerzas
, para •
de trabajadorez de yute que consiguió ser registrado en 1936. Sin embargo lal,oraks d~ i1.q11i,•rc1a· - se dijo q Jt "existía una suerte de división lerrituria
l
s
septiembre de !937, el Secretari o General del sindicato acudió a los tribunale e11 't:sluas de i11fh1,·ncía', donde un dirige.nte particul,l r ejercitaba una suer te
ivas. Describió al sindicato como 111
para denunciar graves irregularidades organizat
dr: 'ciererhos de zw11i11clari' sobre su área específica de influencia si11dical" ~.
un ··gran fraude", señalando que, durante su gestión como Secretario General,
Cna característica importa11te de este tipo de poder era.por supuesto. que
él era•resp onsable de "toda la correspondencia", las cuotas, y por el depósito era
·estas c011vertía en innecesaria la disciplina sindical, porq_ue por naturaleza
de las mismas en un banco "a nombre del sindicato", pero descubri ó que esto ·
para ser violadas. ··se estableci eron oficinas y se incJepe11die11te de las b<>ndadcs y rigores de tal disciplina, En ocasiones,
reglas sólo se honraban
a ser llrgó J crem s~nos probit'tn,,s de unidad organi~acional, ya que el íaccio~alismo
recogieron... cuotas a tr~.vés de recaudadores, pero éstas nunca llegaron es.
en \as cüpulas p<,día rnndueir f:1cilmente a una división enl'.e los seguidor
depositadas en ningún banco". Sintió una gran "conmoción" al ver que personas
El Congreso Sindical Nacional c'e la India (lndian National Trade UnIon Congress
,
pedir
no autorizadas "extendían recibos a sus espaldas". Y cuando él "insistió en a por el [Part ido del) Congreso ,
día I.N.T.U.C) . con!ederacrún sindical auspiciad
cuentas y explicaciones... el acusado No. 1 (e.d. laman) ... lo evadió día tras sus
rio renuncie al puest o de e:xper lmentrí este proces.- , .i principio s de !_os años ci_nc_uenta, cuando
con pretextos baladíes... e... intentó que este peticiona n en establl'ce r ''un sindicato c.entral único bajo conducci ón
fecha atrasada" º
1 5 Esta precariedad organizativa cli ri~entes fracasaro
Secre1ario General dando una •
distintos grupos en
mo ch:J·[ Partido del I Congreso, debido a las rivalidade s entre
habría de ser por mucho tiempo más una verdadera plaga para el sindicalis l3engala Occident al del partido". ,. En palabras de Gupta,
la propia regional de
de los trabajadores del yute. Clt~mos una vez más a !ndrajit Gupta, en su informe
"lt•s )indicato individu:.iles (r- 1 ti>rminos de área, dellilandería o Incluso habiendo
de 1952: s'
•v,1rios ele tilos en un mismo t•stc1blecimiento) se comportaban como ·..nmindari
y .Y sólo lograban "unirse débilmen te en la
.::on un ¡Mr de excepciones, la estructura orga11iz,11iva de nuestros si nclkato~ d·~ loi; difN,·I\I(·~ lidc,·,;,., );!'IJ l)OS",
l .•du;1li•>11 di· Tr.11>,11,.. 1:,res d~I Yute" º .
19
también (e.d., además de lns conlmladus por otros pi!rliclos políticú,. D.•-.)
e,
yu• c· ;1 u11 licler
completamentP. insatisfact oria. La ¡iau•a 1·s rc1111111 a toda la znr. ... del !\o o!Jst.inl(•. eI: :.Jl·,.~i11:1e.- l,1 misma fuerza de esta lealtad permití,:
pcricídic,~me.1lt se ha,:en m,inift'slac:lont, ma,ivas. vol;,1111•a<:a~ y pegad<, ti~
:,fiches, si no asumia ningt1na forma organiw_ t iva
<ti ¡,;1rti,.,1la1 t,;,n;Ir inf\11,•111·ia . :1ún és tq
pero la recaudac ión ele cuotas es irrei:utur, y el traba/o de ol!ct11,1 muy
de Za man. si
¡1 s eu porque
t nnneta tn buen 1::j,'llli ,lu d,. l'IIO e ; nuevame nte el
n,,minal"'6 visto. l.:. labor·
,.u rlrn.:11n1c11t;,d;111 no, r•·:a1it;, de más lúdl acce!.o. Como hemos
<•r" ani;·;,1i,·a d,, /.arn;i11(·11tn· :.,s trabajado res de las tillandería s de liooghly, se.
Si l.i organización de sindic,11C>s entre los trabajadores del :-,ute era lan precaria, 1.• hninante de su popt!larid,td. Pero esl , no signific6
de la lri~:, pedazo~ c·11 <:I mw111 ,1tc, 1·
¡_cí,rno pudieron resolv<'r los asuntos ele poder y autoridad. sin ¡¡\·uda
í-:n otros términos, si 110 era su so111etimie11to a 1;
disciplin:1 dt 11I,ic'o alg1.1111) c¡u,: ~11 111/luu,tlu se había deteriorado. En julio de 1!137, Zarnan .I
discipli11 a sindical'? la
[uc :rprP, adu "bajo .os car¡;us de amotinamiento durante... (una) huélga en
sindical, ¡_qué era entonc<'s lo que mantenía la unidad de los trabajadores
de j
La respuesta pareciera ser: el poder del dirigente . del 1lilancleria de Yute ffül;ra'. Lc,s traba:adores, 'en número de aproximadamente
!,.1sc <:on el siudicato'? al redbir la
ado ,1./fül)' . pusicro11 en riesgo ~us pu•:st<>s y "abandonaron ·el trabajo 111
1I,J macJo "represen!, ntc", que en la descripción de Marx sobre el campesin popularid ad de que Zaman gozaba'e nt re ellos 1 . Todavía
el propio "sei10-". La forma específica en 11oticia", tal era la
francés, siempre terminaba siencJo
a este poder podía verse ,:n la le.iltad personal , aún si era en septiembre de 1937, ruando el sindicato de laman ya había sufrido divisiones,
que se expresab
raba-
temporal, que lograbar- suscitar los organizadores sindicales entre los t
ránea del sindicalis mo, la palabra que
jadores de base. En la ¡erga contempo
1:J cumo ~ poder s~" onat :ft!I .-,m1i11tlo r ~re
t N, L Ti:ir.111.:11\\'nh :-. r•·11rllu 1'.il:ihrJ 1.4 u~· dl!'i.Ígn:i t::into :i lJ prop1ed~
y p v h1:ic 1\'1t1 1,k i;u : 1rmr11dHt1
l.1 L1i.'l'r:1

107 M,,nuo. /11/1111111• f'1· 7-l< :·


JOH Gup1a. Cu¡Mul ,uul IJ,T,,mr, p .!5-
104 Ciupta, C:u¡,itul u11J Lub,,ur, p. .~ 1.
109 lt,,J.. rP l ~ -J(1
105 W.11 S.A.• l'ol. l.ocol Couf. "' '· n6/ l '117. I IO \V B ~.;\_, 1'1>1 Lo~.:;,I Cuuf. nu. --IHJ/PJ~7.
106 (;u,,.a. ,:·t1¡1it.1I mul I.LJ.'- •14r, p. 4!-.
180
18 1

se 1/e~c') a clt;,·il· qu,: los ndminislrador es de las hilanderías estah,111 "asustado$ ;;(' convirtió en 1·iccpresiclente ele/ Si11dirato ele Trahajadores ele/ )·uttc> , le Bengala,
de q,ie :;e lr\'nntar;i proceso contra esos malandrines (e.el. los seguidores de a 1wsar de q~e · su nombre nun<.:n antes 1.ihiél sido mencionado en conexión con
laman. D.C.J. porque creían que en esas circunstancias sus propias hilanórrías 111ngíin tipo de org;rnización labor:ir
entrarían él la huelga 111. La n·aturaleza personal del con!ro l que e¡ercía Zanrnn
sobre los· trabajadores su rge con clarid ad en la siguiente descripción de los No tenía nln¡¡ún conocimiento D<C'(a de la industria del yute. y nunca anks h;ibía
hech ,s: siclo conocido µor tener conexiones de trabíljo en flhatpara, y sin embargo, por
razones no (esclarecidas. O.C.). v sin tener un pue.;to oficial en sindic1\2 alguno...
par xe ser que logró controlar ,1 un,, considerable cantidad de gente .
F,n lccf1a l.í.'.37... un trabajador fue rodeado en su casa por los partl!Jarios del Sr.
::'.aman. quienes lo habrían asaltado a no ser que aceptaril... sus demandas. Es:i
misma noche se llevó a cabo una reunion de los partidarios de Zaman y se hiciNon El "incidente Naren Babu", según p untualizó el gobierno, "no es poco común
llegar órdenes tic cierre de sus tlend, s a todos los que hubieran obedecido las en la política local de los trabajadc,res". Con no poca frecuencia .,curr!a que
órt enes c!e la administración de la Hilandería de YuteAn!,'IJS, pues se anunció (c¡ue) "personas to~almen te desconocidas ... aún para la mayoría de los tnbajadores,
1ales emn los deseos del Sr. laman 112.
repentinamente asumían el liderazgo durante algún conflicto" 117.
Ll veracidad de esta op i1ión del gobierno puede ser confirmad a por el caso
P<>di:mos t1.1111bitén conslr.trar el caso ele Sibnath Banerjee. el dirigente socialistü
de Prabhabati Das Gupta, la principal dirigente de la huelga de 1!129. Cuando
de lo,; trabajado res en las áieas Shibpur-Ghusury Salkea de Howrah. Después
comenzó la huelga, "La Srta. Das Gupta era totalmente desconocida" para "el
de 1:e~ca 'a riuince añ"s de trabajo sindical. su autoridad todavía derivaba, según
trabajador promedio de las hilanderías" 118. Poco tiempo despué~. sin embargo,
lndrajit Gupta (1952), de un despliegue de "considerable iniciativa personal" y
el gobierno describiría romo "absoluto" el control que ella tenia sobre los tra-
del ejercido d el " liderazgo directo".
bajadores. Los obreros la llamaban "Mataji" o "Maiji" (Madre), y eran capaces
i
Ellos tienen una ctntral sindical, el Sindicato 1-lowrah Zllla Chatkal Mazdoor. riue de seguir completamente sus deseos. La prupla Das Gupta era mL:' consciente
n11 llene una forma or.~anizada. Sus actividades gi1an compll•lamente en torno a de ello. Como alguna vez lo hizo sabe, al go!>ierno, "bastaba que ella alzara su
'a pcrs<,n.i <le :'ri ;;ibnillh flanerJee, cuya pretensión al renumbre se .,sienta en sus dcdl' meñicjue para que los trabajarlon s la ob,·óczcan·. Al gobierno no le cabía
l • rgos ;iins r!,- ,,ctivu!a(l sindical en Howrah. Se 1ra1;,, ~in reservas. d~ un · d ucla" de que esto era cierto 119. f\l¡js IMde, la propia Das Gupta re,· ordaba:
c:!,pe<¡U,n,tn t1i11p•·r">ot1<1 I 1 u _ "donclec¡ uiern que ib,1 me clab,111 l;1 bi,•nvenidn con el slogan Alataj i ki jai, Mataji
k, jai (¡Salve nuestra madre'.). Esu ,~ra mi recompensa" in_ !ne/ iso su rival, el
,\,, debe ,·,·rsF: ~n ,-~tns ejemplos, rasos aislados ele lracasc, lncli':iclual. l.a smcllcahsta l<.C. Chowdhury. lo ndmitiú en su cliano:
traclit;611 ele: 1•clcra1.g,, ;;armrulcrri era ilntigua y arrnig,1di1. A.C. 1;,.nerjee. e:/
sindicalista S1,·arfes l11 r¡11e r:st11 vo ·n~tivo nirededor ele 190:i, Í1Jf! un liucn ejemplo Tanlo los 1r.d1a¡adores 1·"ri,11e~ rnmo las muwrs•s - por lo menos en tre quienes
rle este 111ism11 espirit 11. i\1inque s11 ;ic;tiviclad sindical se extc:ndii, ~{;In por dos 1·ivfan en Kankinara. Tilagarh y ('hampclany- consideraban a la Srtil. Das (iupla
o tres aiics, P,;,nerjer~ ~en tía que su "influencia entre los trabajad >res era tan como su "~1aiji'' (madre). Ellos podian hacer lo que sea para cumplir sus órdenes.
grnnde. y In disc-iplin,1 de /r,s mismos tan lOmpleta. que él podría hacerles hacer y ni siqu,eríl nan ,apac!'s ile presl.1r oídos .,i f)tros organi1.aclorE-s de su propio
sin(I cato 111 .
lo que qu1siera" 11~. En el transcurso de la huelga de 19:!!J. 1111 ·•de[ensor de
Barrackpore,'Babu :l;1r1:nrlrn Cha\terjae... ganó ascenderici¡¡ muy rápidamente /)
Nótese cuá11independiente resultaba dicha autoridad, de cualquier "disciplina"
rnbre los trnl>ajndnrcs" en las hlla'nderfas Alliance. Cralg, Wuverley y Meghna.
u o rganización; a·nbos conceptos parecen irrelevantes para explicar su modo
· Los agentes de la nc/mlnli trntiíin... decían que despLés ele haber satisfecho las
de funcionamiento. Por cierto, una ele las consignas que los aml!:os de Das Gupta
demand.is ele los trnbaja<lores, é:.tos se resistieron a volver al trabajo, mientras
no I ecibleran órdenes direc tas c1e·$u defensor'' 1.15. En poco tiempo,.ch·auerjee

116 lbid.. pp. 144. 149,2'6,


f 1J w ,n.S.A .. Poi 1.,~·JI l"u11f IH• ,\~h)')•>:n. r-
117 !bid, 14• .
0

t 12 lbit.l. F.ní,1M( adtdouaJ_ 118 lbid.• p t50


113 Oupl 1, C-1111111/ w11/ 1, ,,,,,,, pp. ~7. JK, l:nl "'I' ~dlolunal, 119 lbid .. p. 149.
1U :<nr~n,, S1,.,1d1 tl11M1111•111,•111, 1'· 3.\1..
11
llO Prnbhabn11 M,r1:, (111!, D~< Gupl3), "Entre•'"IO", p. 19'
11~ lbiJ .. rr- 1-14 . 1• 11. ~7~. 12 1 K.C.R P.. Diario No. :l. 25,g.29 al 28. 11.29.
182 :: ~ :;, :;::...' ·::m •• S,ndicaliimo en ~no Cv!lwo Ja,orqvico 183

buscaban popularizar t:n: re los trabajadores de !,is hilande rías ern: "el s indica te, 11aturaleza de la relación lídcr-trabaji1dor-, y cjue nos muestra cóino este último
puede vivir y el , indica to puede morir. µero la Dra. Prabhabati quedará por perc:íbía la "opresión" en el trabajo. Unos veintl•-chq trabajadores de la Hil_andería
siempre" 111. A m estro entender, este es e! asunto importante: lo que hasta ahora de Yute· Budge Budge, escribieron una carta a Banerjee en Diciembre de 1906 1u.
se ha visto simplemente como una ausenciil rJe dis< iplina o entrenamiento sindical. Estaban obligados a "pagar sobornos ·al babu'·y ·al sarda,• cada mes y fU<1ndo
revela, ante una observación más cuidado~a, la µresen::ia de sistemas alternativos se acercaba la estación Durga Puja: la resis\encia a hacerlo les sign!ficaba el pago
de poder y autoridad. · ele injustas multas o el despido "bajo falsas acusaciones sobre la mala calidad
ele nuestro trabajo".
' . .

VI Hasta hace poco -añadieron- nos veíamos obligados a ·cumplir con estas exigencias
Irracionales. Pero como los precios subíeron mucho en la época de Durga Puja
el año pasado, expresamos nuestra intención de'pagarl~s un poco menos que en
Por lo tanto, el principio.democrático ideal de una rep resentación basada los años anteriores. Ame esto, el Jefe Sardar Harlchafan Khanra ha estado yendo
en relaciones "voluntarias" y "contractuales", nunca se hizo realidad en los de un lado a otro, instigando al Babtl AslstE:nte Atul Chaiidra Chattopadhyay a cobrar
sindicatos_.de traba:adores de las hilanderías de yute de Calcuta, y sus r~pre- parbani (cobros consuetudinarios. D.C.) más elevados.,que de costumbre. Ambos
incluso han aconsejado al encargado PanchanM Ghose, de otro modo una buena
sentantes se convirtieron en realidad en amos. l.os sindicatos se manejaban como persona, para que nos obligue a pagar un parlKmí much9 más alto este año. Cuando
si fueran las hacienda!; [zamindariesj de los dirigentes. Podríamos de hecho ir de,amos de pagar completamente (como protesta, D.C.) el parbani, lograron que
más lejos y argcmentar que, a los ojos de !03 trabajac'ores, ser amo era u11a el Sahib nos multe bajo acusaciones cocinadas ... Pero, en verdad, no somos
precondlclón para ser ~ep,resentante. Sólo los amos podían representar. La culpables.
interpretación de esto com'o simple Jgn,m.ncía de los trabajadores, equivaldría
a pasar·por alto el carácter bl-polar de la.relación. Esto nos recuerda b discusión en
Un aspecto interesante de esta carta reside su riqueza de detalles concretos.
hegeliana (en s>1 Fer omenología) ele la relación amo-esclavo, en la cual el dominio Obviamente, se trata de una l,1rga y detallada lista sufrimientos. Pero es de
del amo depende de que,el esclavo lo reconozca como tal, es decir, de su vol untarl significativo que 1,,s trabajadores que la escribiemn, aludieran sólo a una "breve
de servirle. Al rcf<'rirn<>s a los dirigentes sindi1.ales bhadralok como "amos·•. n,, descripción", exprl"sando s>1 'deseo de describir con aún mayor detalle" sus
estamos intentando retratar a la clase obrera como un instrumento pílsivo dr sufrimientos ,1 !.l,rnei'jee cuando pudieran conocerlo·en persona. Es preciso
la voluntad ele sus líderes La cuestión que está en el tílpete es la propia voluntad cmnprender este "deseo'', porque en el reside la ·naturaleza de la relación que
del trabajad0r, su ¡,ropia conciencia, su astuta conviccíón de qlie quizás la 111ejor intentarnos explorar. ¡.f'or qué querí, n los trabajadores exhibir sus sufrimientos
manera de ejercer su poder era escogiendo servir. La relación, µo r lo tanto. estaba an te gente como Banerjee. d~ndo u 1a "publicidad tan cruel" a las penurias que
preiiaci'a de tensiones, y tenía tam bién sus pr()pios mome11tos ele resistencia. sus jefes les infligían'! O quizás pue_da expresarse el problema de otro modo: ¿qué
Tan sólo hay que recordar que, con toda la lealtad qué los dirigentes pudie ran relación es la que permite que el dolor se convierta en objeto de exhibición?
suscitar en los trabajadores, Prabhabati Das Gupt·t fue "vejad;, e insultada·· en Michel Foucault ha discutido este problema en un contexto diferente, pero
una o<:asiún. por 11n grupo de trabajadores del yute. en las postrimerías de la relevante para nues tro caso. "¿Puede el dolor ser espect(lculo?". se pregunta,
primera huelga g.:neral; que Latafat Hossain s ufrió una vez el incendio de su oficina y resprnde:
sindical por parte <,e un grupo de trabajadores iracundos, y que Sibnath Banerjee ,)

fue recibido por los trabajadores de Howrdh con desconfianza e insultos cuando Puede serlo, e incluso debe serlo en .virtud de µn derecho sutil, y que reside en
se acercó por primera vez a ellos en busca de votos en 1937 123, prr mencionar que nadie es el único y el pobre menos que_los demás, que no puede recibir
asistencia sino por la mediación de rico... si los·demás intervienen con su saber,
tan sólo tres ejemplos dt tensfones manifiestas entre tr-1liajadores y con sus recursos, con su pledad 125. •
dirigentes.
Sumit Sarkar ha rescatado de entre los papeles privados del organizador laboral
Swadeshi A.C. Banerjee una carta muy ilustrativa que nos da una idea de la
124 Sumit Sarkar. "Swu<leshi Yu ¡cr Sramik Andolon•, pp. J 13-1 5.
• N.E. Scrlor. Tr,1Hilmienlo h(ll1orffü.:o que RC d11 c:n 1:i India a los m.iembros de famil ias dis1ingu idns.
•• N. E. Jefe, dirigente.
122 R.C.L.1.. Vol.~- Pt. 1, p. 148. 125 M. Foucault, The liinlr ofthe C/i,,ic:: An Archr.ologypf Medica/ f,rceprion (New York, 1975), p. 84. [N. de
113 Ver R.C.L.I.. Vol. t Pt. l. r 132: Momin, "Choikal Sromikcr", en Ka/amar. 12, ago.s10 1970; Signaih Bonerj«. · T. Para la prcsemc versión se ha consulrado In traducción de Frnncis<a Perujo. El Nacim;ento dt ta Clbtica. Una
mcmoriH inéd11M · u,q11eologla de la mirada m¿J;ca, Mé,i,-o, Siglo XXI. 1986. p. 126.J · '
;",,-,,¡ •• 185
184 •' :.t::·

El hombre pobre que coni:ierte su sufrimiento en un e~pectf1culo ha sido y s11tdicales. El terreno es ciertamente difícil pMa el hfst,H·ia~n r. y no ~ólo porque
aún continúa siendo una escena familiar en sociedades m1ircadas por culturas los trabajadores del yute eran mayontanam en!e analfabetos. La palabra escrita
sobre la que el l1istoriador basa su trnh,1jo, es en si misma una expresión bastante
,. pr ecapit;ilista s. .-\1 explicar la calidad de la vida en l.: EurQpa medieval. el his-
~
pobre en lo que ataiie a esta relación , puesto que por lo general sólo nos pr esenta
toriador holandés Hui zlnga dijo: ,"Entonces. nuevamente. todas las cosas de la 12
un fragmento ele la realidad ~. No obs tante, en la vicia real, como podría con-
\"ida eran de una publicidad orgullosa o cruel. Los leprosos hacían sonar sus
firmarlo cualquier bengalí, la relación babu-coo/1e podría ser r epr esentada
cascabeles y andaban en procesión, los mendigos exhibían sus deformidade s...".
innumerabl!;!s veces, de muchas distintas maneras: en la forma de hablar y de
,.. ...... Lo mi.;tno podría haberse escrito de c;alcuta hoy en día. "Cada vez que salgo
d e mi hotel en Calcula ... -escr!b(6 Claude Lévi Strauss sobre su breve es tadía vestir, en la gest ualidad corpor al que expresa j erarquía, y por cier to en todo el
campo de la semiótica de la dominación y de la subordinaci ón (y por ende de
en dicha ciudad en los arios 50- me. tránsformo en el centro de un ballet que
la resistencia) que la cultura había puesto a di:;posición tanto del trabajador de
resultaría cómico si no inspirara tanta piedad. Se pueden distinguir en él varias 'I
' lu h ilandería de yute corno de su r epresentan te sindical bhadralon. Aunque
,. . entradas, cada una de ellas afianzad ~ por un gran papel: un lustrabotas que se
muchos de estos aspectos escaparían normalmente a la atención del historiador,
echa a m is pies; un muchachito ga'n goso que se pr ecipita: ¡Un anna, papá, un
u nc1 interrogació n cuidadosa a los documentos disponibles nos brinda cuantiosa
anna''; el ln•·álido, casi desnuao· para que sus muñones puedan verse
evidencia sobre la existencia de esta relación feudal entre el lnbu y el coolie.
mejor.. :· 121.
Por ejemplo, el historiador no tiene que esforzar sus oídos parn captar "la
en es to la "sola obses!ór¡" d.el .ham br e, com o. Lévi-Stra uss lo hi zo en
1/ er
voz de los pobres" en el clamor de protestas que crecía de tanto en tanto en las
principio, equivale a pasar por a_Ho el esencial elemento de poder que obra en 1 hilanderías de y ute de Calcuta. Sus ecos reverberan aún en la más elitista de
esta relación entre ricos y pobres. La relación comprometía la volu 1tad de ambos, 1
las fuentes. "En aquellos dlas, e.d. entre 1922-23", escribió K. C. Roy Chowdhury
y esto es lo que daba lugar a que elementos. culturalmen te definidos com o la
1 en sus diarios,
súplica. la piedad, la compasión. etc., puedan circu lar en el interior de la relación.
Si la peco agradable escena de un mendigo en Calcuta hi zo estr emecer a Lévi-
Strauss y lo hizo aleJarse, ello se debla a que pl1do sentir la "aguda tensión"
(;nótese la metáforn de fuerza!) que se había desarrolla jo instantáneamente entre
l ...los trabajadores preferían que s11s dirigentes (sindicales, D.c:¡ sean gente rica.
l.es encwtaba •1er que los lideres llegasen a las reuniones en sus propios vehícl'ios.
Tenían la Idea equivocada de que sólo los ricos Iban a poder luchar con éxito (a
LI y el mendigo. El len!,!uél)~ de Lévi-Strquss se refiere aquí. e\1clcntemen te. al tema su favor. D.C) contra los acaud,11,:¡dos propiet,vlos de las grandes hllandNías.
d<:I pode: y nr¡ tan súlo al hecho físico del l¡¡¡mbre.: Por medir, de la súpllta. dice '..os .~urrlcm ¡tngancha<lore, 1 f>Pll~aha11 que IM dirigentes sincllc11les, ·!los ml~mos
.~ramle5 ahoi¡adM odelensorf'~. dell'n<lerian /1 lo~ trabéljílllores en los tribunales,
Lév1-Strauss. lns mendigos "nos desean má'i majestuosos. m!,s poderosos i!Ún
11 sin cobrarIr~ IJO
de lo que cr e~mos ser x. La súplica podiá así obrar c<Jrno un in,;trumenti1 de
poder. al trabajar con los materiales de la co nmiseración y la per a. En sus diarios, K.C. Roy Cltowclhury se autodenomi naba como "Un Am igo
Una vez que captamos esto, podemos entender por qui> los traba¡aclores de de lo:; Trabajadore s·, pero es interesante ver c6mo, en su imaginación , la figura
la Hiland~ría de Budgc Budge deseaban describir sus sufrimif'11los con "aún mavor del trabaja(lor confluía con la imagen del pebre. Con todo su entusiasmo por
detalle" del que habían desplegado en su carta. Ellos 1•ercibia11 ;i Aswl11i H/\nerjee. 1
el socialismo y las lluelgas1J en su prosa la c lase trabajadora se transforma a
abogad o y org,rnizaclo r sindical, como un /Ja/Ju dr tado d1i recu r sos. que res- rnenutlo en daridra Narayan, el dios hindú Narayan bajo la forma de 1111 pobr e132.
pondería an:e la triste condición dtd coolie, tan sól1J si se despertaba La clase obr era, e incluso el · socialismo· eran causas por las que se ¡:odía luchar
sufici1,ntem ente su compasión.. "Le escribimos acerca ele, lt>s actos opresivos
de nuestros Sllper lor es en el trabajo, y ora mqs por su .1q¡ente reparaci ó n.
Esperamos que ustr.d nos salvara prc, 11to ·c1e su despotlrnl()"; así concl uía :a
~l /,'1W,,;~•-~u.tic"-T~J.l
12\1 "'l..1 ~·•<:ri1uro 1,' , irrcduc-11blt.-111en1c c.Jmuu:," fu_• i,.'.;),no íl:tnh.:~ c~rrc."6 ~SIO f'1Í'-nl0 en
carta. '
1
¡T,,d S He,11, Gl:o.•row. 1979), p. 89. n ! Ver1:u,1bK'n IJ ,nl<l\!<lllle d1<eu<ión sobre I"" procc,,o.deccmu(Londres. nicoción
1 E.rdumie
Ciertamente, es sorprendente el número de ocasiones en que sale a la superficie FJ\!, r
. .\urrm'md m Crn1tmw1it.•11t11H1 011d
:1n.1lt~t(''1 y U1_gu.1I. \"I'\ ,\r11hony Wild~n .\11/l('lt,rr_

197:). ·
la relación ·babu-coo/ie en el con texto de la protesta laboral y las actividades
1
¡ l ~O K ,C:.R.I'. diono lkn~nlí No. l 7.d. 1921
1J I Roy C~owdhury cS<, ibió u11a obr, d< <Olm ,11 b<ng 11f, llamodo Dharmagha1 (l..u H1 dga) en
'926, 0 la que
l
dc.<enb,ó :o.<f en ,u vc;c,. cuondo con<,derabo la P'"ih,lid~d de convertirlo en pclículo: "LlolJ amoblcn ente nolon~o
127 Cloude Uvi•Strou~,. frui,, Tmp1,¡urr /Hm,!Mdsw"' h. 197J) pp. hi9-70 t.'I. el· r Pato t, pres.,ni, I<'"'"'
« ho consulcodo lo troduccoón <le Ncho Do."ard. Tri.,r,., T,,,,,.c,.,. Uarcclona, P,idó-.. 19'>2. p. 1.17.J
l .<u oh¡c11vo: la prop.,gando sociahst:o. 11 olios ante,dc lo lndcp,nden<i•. cu..do muy poc:;u ¡ crs,:nos t<nfllll alguna
K C.R P.. c:in,1 :i J.P O:iner,:~. '27 re1un10, 1959.
1Jco d~ C'.\lc i.l~u nto'"
J 32 A Un una k ccur.1 ~upcrlicial de su~ cJ1arios pvdrí:t bJCrnr p,w1 conJim1ar esto.
128 lb1rl.. p. 173, fN, d, T Ion lo edición c i1n<la <le 'Jlnhl(,,, l,1 rclcrcncin tigur, en 111 1' 1~0. 1
186 Olpes~ Chokroboriy 187

a partir de una noció11 de "piedad". Este sentimie1110 est6 muy bien expresad;> liienve, ida rnn l'I sloga:1 Mmaji ki jr1i ....". "Esa et11.ml recompensa", dijo, la
por un personó.je de ficción llamado Sra. Guha {probablenien'.e basad¡¡ en Santosh recc,mpensa de lí\s dominaci/lres: "Prácticamente la totalidad de los trabajadores
Kumari Gupta, sindicalista contemporáneo), en la obra de teatro Dharmaghat (la i·staba bajo 111i control" 1.18. A estas alturas ya podeii10s reconocer esta voz: el
Huelga), escrita por Roy Chowdhury, con estas palabras: "¡Pobres trai>ajadorest representante, invariablemente, resultaba siendo un amo, pues tan sólo los amos
No existe una sola alma capaz de escuchür sus q uejas y re lat os de podían representar.
infortunio"133•
"Después e.Je todo, se trataba de ayudar a la gente pobre", dijo Prabhabati
Das Gupta, en sus reminiscencias de vejez sobre la primera huelga general de
tr~_b¡:1,jadores de las hilanderías de yute, que obligó a los empresarios y al estado
vn ·
a reconocerla como representante de los trabajadores en 1929. "J\"osotros no
"¿Invariablemente?", podría aún ~_ bjetáise!Tle. '.'Ha:st~ el momento tus ejemplos
estábamos haciendo un rrovimiento sindical, estábamos ayudando a la gente
han sido A.C. Banerjee1 K.C. Roy Chowdhuryy.Prabhapátl Das Gupta, gente.algo
pobre". "Entoncesr, .s e pregunta ella, para explicar la falta de membresia y de
elitista, aún para sí mismos. ¿Y qué'de-la,generac!ón.de sociálistas y comunistas
cuotas s!ndicales.-·':¿porqüé habriam0s de pedirles dinero a ellos?" 134 Se podría
que les sucedieron, gente que intentó. ur-iirse.con ros trabajadores, en lugar de
optar por descartar esta--eviclencia, por ser una racionalización retrospectiva,
dorninarlos, gente que se ganó el liderazgo en las luchas de los trabajadores del
o porque se la considera un ejemplo del reblandecimiento que un espíritu radical
yute de los años 30 y 40, y cuya fe en las ideologías socialistas siguió Indeclinable
suele sufrir por efecto de la edad. Pero, ¿qué hacer cuando la relación babu-cootie
hasta el fin de sus vidas'!" · ··
surge refractariamente a través de la propia práctica del sindicalismo, incluso
en el punto culminante de la protesta obrera? Los panfletos que difundían Íos Antes de proceder a ciar una res·puesta a este interlocutor hipotético, debemos
líderes del Sin~icato de Tr.abaJ3.dores del Yute de Bengala en el curso de la huelga reconocer a plenitud la transformación que las ideologías i:ocialistas pusieron
de 1929, nD$ sirven para ilustrar este punto. Por cirrto. en ellos se hablaba de en marcha en la comprensión que el bhadral9k 9erigalí \enía :;obre los problemas
la "opresión en las hilanderías", del traba lo de los ,, breros que alimenta ···e1 lt
de las clases laboriosas de Bengal.1. En el siglo diez y riueve, el bhadralok vela
estómago de los ricos", se deda que la "verdad y I¡¡ r"zó11" est,1ban de pilrle de rsto~ problemas como un a•;,Jnto '110ml, y echaba la culpa directamente a los
los trabajadores, y se recomendaba la organizacitm y 1~ unidad t.':'_ Sin e111ltargo. trabajadores de aiguilo, ~!-! los problemas sociales· creados por ti crecimiento
su lenguaje estaba densamente habitado por el ester,·otip0 v lvs suput'!~los del de las fábricas. En oca~ioi:t>~ . este punto de vista se manifestaba en el deseo
!Jabu respecto de la ignoranciü y desarnparCJ del wu/1t· de la c!;15e medi,1, de ver u11,1 supera~ión moral .de ia·cJase obrera. Sasipada
Banerjee, el ref()rt11<1clo r S•H ial Brahmo, fue el ejemplo rnás no table de esÚ1
¡Hennanos: esla es una época muy critica... Pong«n <:t ttd,1do, Se di< e qut! tlll delen sur tendencia 1>~. Era rnás curnt':t1. sin embargo. que se.i::onsii:lerasé a los trabajadores
les ha aconsejado en s1:ntido de que sus salarios ¡,r¡clr{,11 r~rnpcrarse rnedianle simplemente como un est,,rbo social, una "mole·stia", como lo expresara un
una acción en los tribunules. Ustedes son gente muy simple. y se han dejado atrapar informe policial de l X!Hi, para la "gt!n te tranquila" de° las clásr.s medias. Este
en los planes de un vulgar delensor... Pídanle a este ddensor que mencione el ,.1sunto mismo informe contiene varias referencias alás quejiÍs dé l~s bhadralok.con
delante de nosotros, y le daremos la respuesta que se merece 136_
respecto al caracter ··indócil". "bullicioso'.' y "alboroterq." de los trabajadores de
las hilanderíJs ,.m_ Hacia fines de siglo, a medida que las industrias se expandían
Necesariamente, entonces, en el otro extremo de la relación se s itu2ba el y los trabajadores bengalíes eran r,,emplazad0s por migrantes de Bihar y las
dirigente, en apariencia dotado de una dimensión mayor que en la vicia real:
Provincias Unidas, se ,eforzú esta visión moralista de·la clase trabajadorn, con
"Madre Provabati", "Mataji", "padre y madre de los pobres··, como se la describía
el a1iadido del tradicional menosprecio qúe elbhadraÍok tenía hacia el merua,
en los panfletos de su sindicato 137. Y donde quiera que ella iba le "daban la
un término bengalí que ridiculiza a los hablantes nativ<;s del hindi. Para .ilustrar
esto, vf.amos un poe 11a escri to a orincipios de este'siglo. por un brahmin profesor

LJ K.C. Roy Chowdhury, Dharmoghar (Calcula, 1926). p. 45.


134 Prabhnbotl Mirin (ni, l lns Gupta). "'Entrevista",pp. 18-19. J.\8 l'r:1hhab:iti Mir1:a (11t;t, l>:l~ GL..pta). .. Emrcyi'.\ta", pp. l J• 12. tS-1 9.
135 R.C.L.t,, Vol. t., Pt. 1, ¡ p. 159-60 139 En ori a pan< he e.puesto sus acti,·itlo<I,~: "S>sipodo Bonerjee: A Study i;, lhe Noturc of the Fírst Contocl of
136 !bid. 1he Ot.-ngnl• IJhJdralok with thi..' Working ('l:i.,;se., of Beng~l", en /11dfan Hiswrical Re)•iew; ene 1976. pp. 33:f-64.
137 Jbíd.• p. 411. 140 W.~.S.A .. lk pw. Judicial R. Polic ial. ene. 1980 A6-J l.
188 : ·~
189

d" ,,~r11ela b-engali. que vivia en Bhatpara y atestig,Jó los cambios que tornaron l'i!f 1 1°1 hluulmlok bt•11g,tl i. ¡,,,, I r.1baj.idores presentaban aún uII c uadro de
irrccnno..:ib le a esil al dea soñolienta, con el establecimiento de hil anderías de
degc11eraci(H1 moral: pero. tn rnntrasll' con el punto ele vista del ; igl o d iez y nueve.
y,¡te y oficinas municipal es, y I.a á.lluencia de tra baíador es migrantes. El pnern.i
la cxplic.1cic"111 se atribui,1 ahora ,, una ·causf' (prin ci palmente etonómica), que
no es notable por sus cualidades·Hteranas, pero per mite captar, en su to r pez,t,
r esidía í11e ra de l.t propia 1110raliclad y co 11cIencia clel tr ..bajado r . Según Jo
In esencial de las percepci ones bhadra/ok acerca de una c lase obrera imigra11te
exprt'S,1rn el ,\mrita Bozar Patrilw en 1928. el trabajador de las hilanderías de yute
e ind igente: · ·
eu1 '"algo menos q ue un St'r hurnano", pero esta con•di ción~o era obn. suya. Esta
es una diferencia signiíic,1tiva con respecto al punto de vista el,~. por ejempl o.
¡Bien hecho. Municipalidad de Bharpara!
Sasipada Banerjee. "'El moderno sistema industrial" y la voraci dad de los capi-
1lan desaparecido las a~tigua_s selvas y campos· de bambú
talistas eran ahora concebidos como "causa" de l os prob lemas morales de l os
De Kankinara y Jagaddal,'
trabajador_ es:
Su lugar ha sido ocupüdo, por palacios y bazares,
r ·•

l_ Barriadas de merua.s, fábricas con sus chimeneas echando humo.


Ahora los !>azare,; bullen de meruas .espectrales
Que ,·enden y compran en su éxtra1io hindi.
Condenado a vivir en barrí. idas... sometido a largas horas dt· t rabajo en una
atmósfera cer rada y sofocar.te. victima de la atracción de expendios de drogas
y !)rebajes de fácil acceso, y... privado del in/lujo humanizante de l a vida familiar,
En los ,~¡;,s de fiesta,
el (tra·ba/,1dor del yute, D.C.) se convierte en algo menos que un ser humano... Si
Andan ~n grupos haraganeando porta ciu.dad. bien (est~) condición de vida ... es concomitante con el moderno sistema industrial
Borr achos, · en general,... en pocas industrias se da una desproporción tan grande entre
Entonando canciones que suenan ~orno aullídos de perros 1~1• ganancias y salarios como en ésta (la industria del yute, D.C.).14-1 !
i
¡. Resultaría' ted ios.o y pocolgrati.(icarite hac~r aq uí unJ. lista de los prejuici os La m isma percepción nutría la obra teatral Dharmaghat (La Huei'ga), de K.C.
¡
1 raciales del bhMralok bengalí; ,baste st ñalar que la im portación de i deas Roy Chowdhury, que fue representada en Calcula en 1926. La "degradación morar"
soci alistas, aún en ·fo r na nebulosa, hiz:O mucho por cambia r iilgunas de es tas ¡\ del trnbajador. y las "chozas insalubres y malolientes en los alrededores de las
actitudes co,1-.~c ientemente expresadas. Se desarrolló así en los <lños IS'2D un hilanderías de :'.J.iihati" se explican en P.sta o bra en términcs de la indifer encia 1
1 -,
:.utvo inter&,; i_r'cn l/,},:ico por la gent e.trabajadora, ;v ~I uso de pal abrns romo y la explotaci,,11 c;ipitalislíls. "Es dr interés para los r i cos capitalistas el tratar
r r;il ;i jad-Jr · :,1 ··1,!JrP.r<.>" ( o .5us eq µivalentes en bengalí o hindi sramnjihi ffomik ,1 los nin en.1s cumo a bestias". dice Shirish, que de ningu11a manera es un 1>er so:iaje
1
nozd11r) se \'olvió 11n;1 prácti ca común p-ara bautizar a organizaciones y 1)l1bli- rad ical en la o br,; I J;_
:;:cion,~s de l;.r'clasc media. A pa~tir de 1920, la existencia de parti dos c<,mo el f ue en es te · ,:rreno i<ie()lógicn que se cri ó tma nueva gener ació n de políticos
' artid/\ Sv:·,1 r,, j del Tr;ibajo I L.¡¡bour ~¼'.ara¡ Party] ( 1925), el Par tido de Obreros h/Vidmh,/1 en Ir,,; ili10s veinte y treinta. cuyo compromiso con 13 clase trabajadora
y Cam1,,:sinos [ Vforkcrs· and Peasaqts' Party} (1928), el Partido Laborista j Lahour -~u propia liechur.i ideológica- estaba fuera de toda duda. Gopen Chakr avarty,
f'a1 ty ] (19:.:2). etc. testimonia est_a evolución ide,) lógica <ln 1~ escena política 1,n comunis ta retornarlo tle 1\llosct'1. nos brinda una demostración dramática de
Mod,·a/ok 1-f;¡cia fines de la décad¡i de los ar'ios_2D, algo de c~te espíri t u hubía este c1Jmpromi so, cuando en 1926 ingr esó a una hilandería de yute en Bhatpara
cc.intagiad0 int'lusci al sagrado mundo de l a lit er at'ur a hengalí I4i, En 1928-29. un "como maqÚinista de la sala de 111i1quinas de vapor, con un salari o de 14 Rs. por
L. irritad1> comen_tario ele Tagore celebra, así sólo sea en for ma negativa. esta nueva
pr esencia de In cb;e trabajadorn:· ··:¿Noi,.hallamos en·Jas puer tas de una nueva
mes".

'era' e11 la llteraturn, slmplemen ·é porq ue un úúmeri, tan grilnde de escritores Ni siquiern esto me resultó suficiPnte -dijo en una entr evista- así que tomé en
es'cril,cn (hoy en dia, D.C) snb_r e el mhier o déJ'carbón o el panwa/(? 143 . alquiler un pequeño cubículo en la zona de yute y conviví con l os trabajadores...
les contaba... historias sobre (In) revolución rusa, sobre LenIn y el gobierno [raj/
L.. de los trabajadore~. y tambi ép les lefa noticias del peri ódico Prarnp, dirigido por
Ganesh Shankar Vidyarthi y también de nuest ro Ganauani 146 •
· 141 H ;uu:rnuja , ·¡u ~:,1rn:iva, .. ,,ha1ti1pnlli e i:1tha". en su .K;in1h:11n.11:J t Uhatr,:iro. ~.r.. ..:. 191,l'!).

[ 142 L:1 his1.1~rhi ,:,p~"-·iíit·a tic cs:tt.:c. ,,~rticlos y de lmt puhli(adom:.~ que \!í..liloban (p.ej. Sramik. S,:unaj1b1. N.iyJ
.\1nnlm. etc.) I!~ rd:1li\'!llllct1íc hi..:n <.'<>nocitl:i yC:t:tá bic1rdocu·mcnroda:. bn..: cxposic:0J1l·~.inalítica~ sobre: ¡;I pi:ríoUo
son Rogcr Stu:ut ...Thc 1:ornrn1 ion of 1hc Communi~I Pnrty vf;I ndia. 1927• 19J7: Thc Dilcmma of rt1~ lrnJian l.cfl"
1Tc,1, tlu,•1mal, A.1'.lJ., l'J7H) 1 Tnnlko Snrkllr, "Nnllunul Muv~m, 111", . 144 Amrittt Dei:11r l'wnkrt. ,H 01.·1. 19:?~.
• N.H, V1,1ndt.1 d1ir/11 dll huJm-, )1 n111,H.'l!1rJI.! hL•lul •.qu~.i:u l~Mcnii r,,<,r ,:u crcc10.i.:,timular1rn, 1-15 Huy Chuwdhury. !Jh11n110,1.:,hm. p. h.
1-l.J T .1~orc. l'i1.1d1, rm Snj:mi,bnin D11s, A1ma.1·1111i1i (C~lcut~. 1978). p. 197. 146 "Enm.:v1,,:i... l'II Ch:111or:1<:hy,,y. c,,,trr,,rt/Ulnt, l.. p 1~5.
, ·.
190 191

Gopen Chakravarty no fue el único en lil'>~trJr un Ít'rvo r tan eje111pl:ir c r ,ir as Frcnt(• :t estt• pro !Jit'rn :,. ,:l pa•1fletél c"onl (!ll2Ó por lntroducir llllll dislinciil ll
de la organización o brera. Lna b uena p,irtc di:' ia c~per ienci a pol ítica de 1-n Plltre los "represe11t a11tes·· \·erda<lcrus o espúreos de-los t rabajadores.
i zquierda bengalí a partir de los años 30. pudrí,1 ser Pscrita -1.:omo lo ha sido e_n
ocasi ones- bajo la forma de historias de heroísmo y coraj e de parte de gente Amigos, si quereinos rnnc¡uistar (nuestras, D.C.) ... reivindica~iones, debemos en
como Chakravarty. El influjo de su com¡:romiso y de sus acti\ idades se sient e pr imer lugar fort alecer tod,1s las organizaciones laborales, y en segunilo Jugar...
aún hoy en día en la política de Bengala Occidental. Como l o expresarn asegurarnos de que al Consejo púedan ir los verdaderos representantes de los
trabajadores ... Amigos. les agradaá sa_ber que ~xist eil •ocho esca11os para lo~
r ~cientemente un sensibl!: intelectual bengalí:
distritos electorales obreros. Para estos ocho pue_ s105, si pudiér:.imos enviar a los
verdaderos represe11t~1ites de los trahajadores ... entonces sus in tereses serán
...~ "'Rondan nuest1 a memoria tempranos suenos, juramentos tomados devotamente, salvaguardados. (Énfasis adicional )
carreras abm1d,Jnadas y tentaciones dejadas de J.acl, ,. Para aquellos que abrazaron
el socialísmo, se trataba ... de tma inten.<.a .-uesti ón de opdones, las convicciones·
a contrapelo de los propios intereses de clase. Ellos hicieron de buen grado esa Pero ¿cómr, podría un bubu convertirse ea "verda_d ero'' represe~tan te de l~s
transi ción. , Abandq.i., ron ~us hogares y sus ~iej.is lealiade.s. se desplegaron por coolies! Y lo más importante: ¿cómo hacer que esta ··verdad"' se hiciera visible
la campiña para organj-zar a los campesinos pobre,. y fueron pioneros del r,lOvl - a l os ojos de los trabajadores, cuando..todos los. signos habituales de la existencia
mlento sindical en el cinturón df' la Grnn CakL1tn ... 1• 1 Madra/ok lo distanciaban de la clase tra_ba]adora? La. respuE·sta que da nuestro
panfleto es: a través del propio sufrimi ento, haciendo ''sacrificios" en aras del
Si n embargo, yo insistiría que aún es ta gente, pese a to do su sacrificio y interés de los tra bajad or es. Los representantes "'verdadero:;" son "hombres que
compromiso, siguió si,;m do prisionera d e la relac ión babu-coolie, en lo qye han en tregado (énfasis ad icional) .sus vidas por el bienesta r de los
concierne a la naturnleza de sus contactos con la clase trabajadora. Permítaseme trabajadores...
demostrar esto a través del a~álisis de un documento cuya autoría pertenece
al mismo t ipo d e gentt a la que se r efería nuestr,¡ hipotético in terlocutor: lbs Por salvaguardar los intereses de los t,rabajadores, el camarada Bane;jee ha estado
sacrificados y comprometidos organi7.iidores laborales de men talidad socialista. en la cárcel por much;¡s veces (sic). El fue utt< de los acusados en el Caso Meerut
¡,nr conspiracién. )' e,l11\'0 fncerr;1du clos airl•S y rnedjó, aunque l11e,:o fue ;;ibsuelto
h11110r,ii) l~menll'. llac~ µ<wo, días ,IC' aplica, on una mul ta de Rs. 200.- por orden
En enero de 19.'.: 7, el ,u lrr,1 nistrad1Jr <11• 1~ Hii,rnd,·rÍJ d 1" Yute Fort Closte_r de la Corle Su¡,eri,,r. ¡i,•r li,1be r ¡,ronundacln disn,rsos ante los trabaj,,dor es de
interceptó un panfletr1 qu(:' :staba circulando ,:ntre sus trabajadores. en vísperas l,1üiln1tt,1(.'<Jr¡,1lr,,ti<111 lle los htd1us anteriores se despre.1d~ <t>l1 toda Pvidencía
de que voten en l as elecciones provi11cialr•,; vt 11idcr.1~ 1-rn_ Era la priinera vez c¡u·e que 11,, hav n.i<ire t"<.'1 11u el cama rad;i 13anerje•, p¡¡rn soste;1er la causa dP los tra-
el Consejo Legislativo de Beng,1la tendría represe11t;r1 1tes laborales elec tos, c11 1,,.jndores. Si Pxi~tt: un ii,,ml,re con i;erdaderu (énfasis adicior,al) ,impatl;_¡ por I,>:;
trabajadores . ~se es ... •:! camarada Banerjee.
lugar de nominados. U f)an fleto en cucstii,n se dirigía a p~rsuad ir il l os tr aba-
jador es a que vot<,n por Sibnatli Ba11erjr;e. Rancrjcc, de fi liilción socialis ta, era El mismo argu111t'11 to se sc,stiene en otr o pan fleto similar,. que se publi có a
f)Or entonces Pres'd~nte del Congreso Sindica l Pan frnli<•. Su cand idatura estaba
nombre el e Sibnatli Bancrje.-. L:ste pan fleto, asimis m<>, "c itaba y glor i fic¡¡ba las
respaldada por el Parl ido Comunista y por (~I [ Par llcl o del I Congreso, y de hecho
sentencias el e ciircel y las m•iltas que l e habían aplicad o"' y Juego preguntaba a
ganó l as elecciones.
los trab1jadores: "Si he sido capaz de sufrir todo esto por ustedes, ¿no soy acaso
El documento tra ta cn to11ccs acer ca de I;• rr.p rc~e11tació n, y solicitaba a los
obreros que elijan a su representante. Una tarea decisiva µ,i ra los autores del ·" ~, humbre que necesitanr·t-l•J
Así, l a exhibici ón de los "sacrÜi:ios"' - e.d . l a demostración de la voluntad de
panfleto, era demostrar la identidad del represent;i11te con la clase que decía
representar. Aquí nos enhentamos con un problema obvio. Banerjee era miembr<l compartir los sufrimientos ele la gen te pobre- era lo q ue perm i tía a Banerjee
de la comunidad bhadralo/:, y por lo tanto era un ha/.;11. Los otros candidatos tenían sentirse más calil icadn para represE·ntar a. los tr abájadores . La pretensión de
un or igen similar. :,Cómo es entonces que él podría representar a l os coolies, ser un ··verdadero" representan!!! de l a cla~ e trabajadora se basaba entonces
y por qué crela estar en mejor derecho que l os demás pi.Ira hacerlo'/ en es te argumento, que apela al res¡:ieto que tradícionalm en te se otorga rn la
sociedad india al renunci amiento y a qui enes lo pr actic_an. Se trata de un viejc,

,
147 Ashok Mitrn, "Thc Durnl •Ou1 Cm~li.. , rn su CalntUfl niury (l.ondn11. t 1>7óJ. p. 9. A
148 El pnníle10 hn ~ido n..•Jm,duddocn W,H.S.A.. Pul Ll111,:al Cunf.. ot•, ~:•<.1/ltJ.n , i 149 W. 8.S.A.. l'ol. L ocal Conf. no. 72/19)7.
192 •' i: 193

(!!:recho morn! '~lle ('111annba de un y iejo sistema feudül ele n111raliclad._De h<>rlio,
bobía muv poc,.,. ;;-n común en.tre esta:moral y la "racion«lidad" d,· la teoría lenini$l a
de In represent,,,:i<'>n. (()mo es·de_conor.itniento de cu«lquier l1•rIor del ¿Qur? hacer.?
1) VIII
( 190~). e' "reprf:sentante" feninista. basaba su derecho ,1 reprPsentar a la cl ase
trnbajadora rio en un sustento mornt,, sino en ·su (supuesto) acceso al conocimiento Dado que no es nuestra intención sugerir que los seguidores bengalíes de Lenin
superi or de onlen "científicó" (~d. la teoría), que por su:; propias condiciones ernn gente i11sincera, qúe utilizaban el concepto de "sacrificio" de modo mas bien
de v ida, le estaba negado a los trabajadores. cíni co con el fin de manipular la "ignorancia" de los trabajadores, es preciso que
nos planteemos otra pregunta: ¿cómo fue que una idea empapada de moralidad
Ajemás, una apelación a. la idea de-sacr\fido era en realidad una apel ación
al poder qu_e emanaba de la desigu_a ldad. Para que alguien sea capaz de hacer feudal resultó siendo tan central en un discurso que era éPJtoconsci entemente
sacrificios, se requería que tenga posesiones; el. desposeído no puede sacrificarse. socialista?
/••-
La glori a de la renunciación pertenece ai ",poseedor". Hablai" ele sacrificio era Con toda claridad, aquí entra en funcionami ento al go más que lo que los
y
entonces hablilr de posesiones, por lo tanto de poder. En el panfletQ que estamos historiadc,res han estado dispuestos a admitir o explorar. La solución a la paradoja
analizando, los autore, necesítabafl subrayar, por asi decirlo, exactamente "a de la organJzaci ón de los trabajadores del yute se busca por lo general en
cuánto" habla ~enunclildo Banerjee para convertir ~e en un "verdadero" repre- explicaciones económicas (o "estructurales'), o en argumentos sobre la política
sentante de l os· trabajadores. Y pqr eso les decían: represiva d_el estado coloníal. Sin embargo, ningún grado de racíonalización
económica, 0 evidencia ele represión estatal, será capaz de explicar j«más por
Sibnath es un hombre educado.y hq estado en Europa, y durante los ,íttimos diez qué induso el mensaje socialista de l a representación democrática t Ivo que ser
años ha estado ¡¡Jservicio de los trabajadores, renunciando a las altas posiciones en última instancia traducido y asimilado a los términos no-der:10cátl cos y
que anteriormente ha~ía OfUpado. Amigcs, por favor no abriguen ninguna duda jerárquicos de la relación babu-coolie; ni ele revelarnos por qué el panfleto de
en VQlar por Sibnath (Enfasis adiclor:al). ·
Bnuerjee dirigi do a la dase obrer a tuvo que mencionar oblig;itoriamente su
educaci ón. Sl,lS viajes al exterior o los ''éxitos" en su carrera.
Pero 1.n "?lOmhre erlucado". que "fia estado en Europa" y que h,·. ornpado "alt;,¡s
Quizás valdría la pena hacer il<JUÍ una útil disfr;eión entre l a ideoloaía corno
pr.. sici•Jne,;" nu ,,ra un cno/ie u trnbajador, sino un bo'Ju. L;1 li',gic¡¡ ele la identi-
un cuerpo rle ide;is rnnscientes (corno el marxi,mo), y la cultura, como u; "s,istema
!1c¿¡c ión P"r I'; , ;,c:rificio term ina así subrayando e½I ; . El disn 1rso. ent,J11Cl·S.
de signilicantes a través de los cuales el o rden soci¡¡I necesariamente S•! comunica,
-;1Jbvierte sile:·,..:' osana.:nte sus pr.opias pretensiones sobr,! !.1 rc presr·nt,,ciún
n:prociuce, ·expE:rimenta y explora·· I =< 1. Ideológicamente, la izquierda bengalí estab,1
democrát ica. ~- :a relaci ón babu-coo/ie reaparece en el mismo ac to destinado 11
t·om prom eti cla con el desarrollo de sind ica tos basados en procedimientos
¡,rnducir su clb ,,pari cic'in. Gopen Chakravarty, el comu~istJ rc·torna<lo de .\'loscú
organiz«l irns democráticos, contr;ictuales y vol untari os que se relacil,nan con
que 111encion,,_;;1os anteriormente, p uede haber creído que los trabajadC'Jn~s lo
su teoría del sind:calismo. Sin embargo, en el marco de la cultura cotidiar,a, ellos,
i!ceptaban com,J ··uno ele ellos·"., pero con todo, ellos lo 1!1rnaban el 'Babu del
1 en calidad <le babus, se relaci onaban con los. coo/ies a través de una juarquía
Sindi ca t0 " ~". \o sorpr en de ·entonces· que" pesar ele su ideología y de sus
ele status. s~:educación, su apariencia. el lenguaj e que hablaban y el trabajo que
sacrific os, -en reJ!idacl, prec'is 1mente por esos sacrificios-el sindicato de Sibnath
realizaban . podían seryir de indicadores de su autoridad y de su superioridad
Banerjee no asumiera por r,1uchos años un<! "forma organizativa", y que siguier a
respecto a los coolies. El despliegue de un sistema de marcadores visibles de
s iendo "sir• rcs,::rvas, un espectáculo unipersonal". su '.'zamindari". Hasta un
status, que d'ividen a la gente rn CiJtegorías jerarquizadas d e ra,1go y p oder, ha
"verclade_ro" representante resul taba así siendo un amo.
sido siempre una importante función de la cultura a la que ellos, lo:; bhaaralok,
1 •
t:rnto como los trabajadores, pertenecían. En el siglo diez y nueve, Sasipada
Banerjee decía: ºEn este país se consldl ra a la gente trabajadora c0mo de baj a
ralea y como m iembros poco im¡:rortantes de l a socledad" 152. Anos irás tarde,

¡
1
• 1.51 Rayrnond Willi~m,, C11/11<,.e_(Glasgow. 1981 ). p. 10, Debomencionorqucencuewopocoúlil el inlen,ode
:,,or.1n Tht.!rbom de cl1min:tr c~rn d1~110c1ón. Ver GOrnn l'he~m. Th~ ld&J/Og\' of Pnwtraml rhe Powerof tdcolog\!
,Londres. 1980). ,
152 Ch:i.~r:ihariy. ·sasipai.la Danerjcc:". p. 346.
• ·
194 C,¡:.;!~. (• ~-.,,::~" ·:

el joven Sibnath Banerjee encontrnrín que "Ju 1\'Jl,! ,;11dr:1_¡.,~;1, los pies de:;<.:ülzo,s.
la apariencia sucia y el lenguaje soez" de los traba¡,uhire;, de l:is hilanderías de
vute eran realmente ofensivos para sus sensibilidadl'S hhaclrat-,k1~·'. En septiembre ó
de 1905, los empleados bhudra/ok de la fundicio11 Burn !ron Work5 en Howrah,

llevaron a cabo un hist,'.>rico paro, cuando la :.icln11nistració:1 l<:s pidió que j

registraran su asistencia mediante un "nuevo sistema mecánico", el mismo que La Nación y Sus Campesinos·
tenían que usar los coolies 154. Similar destino tuvo un intento realizado en 1923
por un administrador escocés de la Hilandería de Yute Anglo-India, de llevar a
ca®,una reunión con todos sus empleados para discutir un sistema de seguridad
social. "Los babus... se rehusaron a venir a la misma reun ión con los coolies,
aunque estos últimos se sentaran en el suelo" 1~5• Partha Chatterje,,
Estas relaciones culturalmente pautadas de poder luecon las que penetraron
también en el cwnpo del sindicalismo. En términos de su teoría, !os sindicalistas
bengalíes aspiraban sin duda a construir organizaciones democrático-burguesas. El estado moderno y el campesinado
Empero, lo que en realidad hicieron fu e formar organizaciones basadas en la
La relación l'ntre el estado moderno y el camp_esinado es ambigua y está --,
"lealtad", donde la autoridad no !lula a través de una trama de reglas y p•oce-
cargada de tensiones. En Europa occidental, la ins~itucionalización de un régimen
dimientos, sino que emanaba directamente de la jerarqui;, y el rango. lndrajit
Gupta, el sindicalista del Partido Comunista de la India, fue lo suficientementl!
moderno de poder coincide o es sucedáneo a un proceso de ex'tinción del
campesinado. Aún en Francia, donde sobrevivió como una masa significativamente
-l
honesto como para admitir estn en 1952. "Desde qlle yo puedo recordar -decía
grande de la población en la segunda mitad del siglo XIX,. el campesinado estuvo
Gupta- el trabajador del yute ha entendit.lo ~•or "si11dicato" nada más que una
asociado a fenómenos políticos supuestamente aberrantes, como el bonapartismo,
oficina situada lucra c,c las instalaciones de ia hilandnia, y unos cuantos babus ._;;¡
y tuvo que ser siste111iiticame11te disciplinado y transfor~ado en "francés"'. Como • 1
sindicalistas cuva tarra era escribir de r uando en cuJ;1do r,C'!itt>rios y realizar
mitines, asambl~as o concrntrat iorn's de masas'·" ·.
' sabemos, Hegel a!ribuyó ;i la chtse campesina -la "clase 'substancial"- una posir:ión
rnnbigua en la wclecl::d civil: er.i parte.de la·estructura de clases crt:adn por 1.:1.s
Al rehusarse a reconocer estas se1'iales obYi;is dt· los intereses leudales
"necesidades del sistema". pNo sólo tenía una vida ética ,nmediata. Incluso
inscritos en su propia cultura cotidian;;i, y al interprei.ir lo c.J!turnl tan sólo como cuando se manejaba la agricultura "con métodos ideado.; por el pensamiento • 1
una instancia de lo económico, la izquierda bengali quedó atr~pada, irónicamente,
1 eflexivo. esto es, como un.i labrica·, Hegel sólo le permitió al miembro de esta
en la misma cultura que ellos hubieran deseado v('r destruida. En este c:iso. la
clase a<:eptar "irreflexivamen' e lo qr~ le era dado", La cla! e agrícola tenía "pocas
ideología no fue sulicientc pnra borrar los lazos de P<><kr codilicaclos en la cultura.
opor tunidades de pensar en sí misma'·' y estaba "indinada a la s2rvidumbré"2 .
Estos lazos emanaban de un paradigma más antiguo, fPuck1I. de poder, y si hemos
~lás hacia el este, el campesinado había figurado ya por más de medio siglo como
de hablar de una paradoja en la historia de la orgc1ni1.ación de los trabajadores
eje de un lurioso debate entre populistas y mc1rxistas sobre su papel en la Rusia
del yute, es aquí donde tal paradoja debe ser lotalizacl,r en la intersección entre
revolucionaria. Este debatt> también destacó la contn;>v.ersia, -conocida ya de
ideología y cultura.
un modo u otro a lo largo <:e Europa-, entre la tenden.cía modernizadora qU~ 1
racionalizaba a los campesinos como la encarnación ·.de todo lo que era pre- ¡. .. ,1

•.
modernidad y atraso, y la tendencia oe los críticos modernos de la modernidad:
especialmente los románticos, que velan desaparecer rápidamente_con el

¡ • Traducción de An.1 R,bcca Pa-la Jd c.:41111ulo -01c 'laüon and les Pca~lS... En: The Nmion OJ1d Jts 1-·rag"l1~1th.
1 CflltJ11tal and Po11rt>lu11111I H tJt1111tf. PmK<lon. Prin«ton UntvtrSity Pn=:ss. 199.t, pp 158-172.
1s~ s.
B>n<rjcc, lr:11\SCnpción Je un, <lllll!VÍ.<la ~. frch, 1•1 7.15 \Cá'llrt for s, ...111·, ,n Son;ú Sc1tnc,·~. Calcu1>1. p l.•
i 1 Un recuen10 mu) conuc1do d~ c..1,.tc: procc,o ts Pe,uanls inm Frenchmen.· Tht Modemiu:uion uf R11ral Fra11cr.


154 S,rkor. S•odtJhi Mm·,me//1, pp. 200 202. • lli70,/9/./ (Londres. Chollo and Wondu<. 1979) d, Eugen ·:'{cber. .
155 W.B.S.A., O.pi. Com .. Ra111a <.:0111. ;obrol 192, ll77.
l G.W.F. Hegel. P/11/mo¡,ln 11r Right, 1rml 1'.M. Knox 11952; roedición. Landre:;: Oxford Universi1y Pres,. 1967),
156 Gup10. C"p/111/ 11111/ Uiho11r, p. ,\J par, 20), p gr<gado< 12~-9. p, 1, 1,2 y :I0-7<l . , · '
196 197

,.a11,1,c·,i11ad,, ·. ir tudcs tales c,Hno la simplic:id;id, la naturalid,1d y la autenticid,1d .. ,1 r·! ;n"1•i111ic11tu nacionalista de masas 3 . Lo que pareciera haber ocurrido es
r:1_1lt111:d. f>,¡~ •:iltimo. el asunto f11e r esuelto en Rusia por la vía de eliminar al ,.-1 ('11r uf 11tro eri tre dos esferas políticas: De un Indo. estitba la esfera de los
:;rn1pesi naclo. haj,i ,,¡ prognma de colec tivización ele los ili1 os ;¡o_ pM!idos y asr,c iaciones políticas fo rmalmente organizados, qt:e se movían en.
E11 lus socitdudes agrnrias del Oriente cok>nial. los campesinos se convirtieron, ••I m k rior de l0s procesos institucionales de las formas de estado burgués'que
por supuesto. en depositarios de todos aquellos preiupuestos c ulturales que introdujo el gobierno colonial, y pr ocuraban usar su poder de r epresentación
r, ~gún se decia hacían que esas sociedade:¡ fueran incapaces del autogobierno sobre la masa del pueblo para reeuplazar al ei;tado colonial por un estado-nación
'- m oderno y, por lo tanto, justificaban el-autoritarismo paternalista del gobierno burgués. De otro lado, estaba la csfern de la r,olitica campesina, cuyas creencias
1
colonial occidental. En la India, la mentalidad c·olonial pensaba en los campesinos y a\.'<:iones no en_cajaban en la red de "intereses'' y "agregados de interesi!s" que
r:ómo seres simples. ignorantes, explotados por terratenien tes. comerciantes
y pre., !amistas, respetuosos ·de la autoridad, agrad ecidos con los que estaban t
. rnnst ituía el munélo de la política representativa burgu_esa, Vista desd e a primera,
esta última esfera parec!a ser sólo el ámbito de la espontaneidad, lo que por .,i
j'J

~n el :Joder pr,r el cui dado y protccciórr que les brindaban, supersticiosos y a i supues to equivalía nada menos que a reconocer que las determinantes específicas
menudo fa'náticos e incitables con.'[acilidad r-·or los agitadóres y bu.;capleitos ele la esfera de actividad política campesina r esultaban incomprensibles desde _j
de la élite india. que querían usarlos para sus estrechos designios políticos. No el punto de-vista de la polhica burguesa.
f.S sorprenden te que los nacionalistas indios compartieran supuestos similares. Especiíiéarnente, lo que estos estudios ponen en relieve son dos aspectos
'l'ambién para ,~Jlos, los campesinos eran simples .e Ignorantes, inconscientes fundament:iles del movimiento de masas del nacionalismo. Primero, que el
del hecho de que su pobreza era resultado de la m1turaleza explotadora del encuentro efitre estas dos esferas polít,cas estuvo marcado por una contradicción
gobiernocoloníal, y por lo tanto, n~ces_itaban que una organización nacionalista
ios despertara a una nueva concíenci.a ylos orientara y condujera hacia una acciót1
ir resue!l,1. Existió sin duda una convergencia entre ambas esf_ e ras, de manera
que la organi zación, Ideología y programas de la esfera política constituida 1
:!
: •olítica efectiva. Ésta era una tarea. necesaria si la oposición :11 gobierno colo nial forma lmente sti frieron considerables tra nsíormaci ones con aa entrada de un

~
pretendía adquirir !a form;1 de un movimien"io de masas, pero también era difícil elemento campesino masivo, a la par que el campesinado tomó conciencia a su
V j)l ligr, ,S'.1 porqu_ c li! l\~Jl/)l'iJnCia y _volai!lidad del campesinado podia descarriarla ,,} vez de un mundo completamente nuevo de temas, lenguajes líderes y formas
:i,1:i,n t,ntc, Al ¡,rnr:r:rl;,r de ~st·a manera hacia objetivos polítir,¡s contrapuestos de ;¡c<:ión política. Pero sin embar¡,:'.l, la propia unión de estas éos esfera_s adoptó ~
.. , ,,,,.i1 Js i'1 11,',11s . ,·:, q11;r¡¡_ ,· ri ·la m isma tr aveétor-ia his t,', rica, la del cst,1do u n,1 forma que requería que se mantuviesen separadas. Aunque el liderazgo
.:, ,, :- -r nn-, r,, ·_;" 1;, pr,iitic;l ,·r,l¡¡ni,.11 cci;r_w
l,1 Íwtític-a 1Ü1c iri;1;1lista asumieron al 110r ionalista pro,· uró movilizar al campesinado como fuerza anticolonial en su
1 :,1:i¡·,,_·.,i11ailr; 1:crnH> 1Jbjí'IO <11: ~us ·ei;'tra tegias. s<Jt,>re el que i1;1bía que influir. al proyec to de, establecer un estado-nación, si empre tuvo desconfianza de las
q •H: ii:1bí;1 q u•• n,11trc,li.1r, y -d él ' ltie hal:Íía- q ue apr;opiarS(· 1•11 las respectivas ronsecuencias q ue podría acarrear una política de agitación entr e los campesinos,
(•!,iru, : uras clr• JH>dt':r t·s tat;JI, sosnechando de su supuesta ignorancia y conciencia atrasada y cuidando de
i,1¿11(: nos d iu, l:1 his toria de l;1s luchas·anti w loni,dcs r..n la lud ia sobre J;i limitar su participación a aquellas formas de la política representat iva burguesa
r <"iat:if,n C/ltre naciím y r:amp1 ~¡n¡;dci·i Está ahor? rnzonabl c·mr~nte claro que, en donde los campesinos fueran vis tos como parte de la nación, pero a la vez
<·1 >11tr,1 )oslcií,n a l1Js alcg,1t<•s tanto de la · hist0riografín colonialista como m antenidos a distancia de las instituciones del estado. Por otra parte, aunque
11,1ci<111:1! istq, lli lu~· i11lr•re~cs facciorialcs climpetltivos ~·ntre grupos ele élite indios, los c;1mpesinos tomaron conciencia del hasta entonces desconocido mundo de
lli los ,isfuerzr¡s lidcriz:1clos por el IPartido del ] Congreso· c,11 aras· de despertar la agitación nacio nali sta, le otor~aron sentido no en términos de las formas
111w cr,11de11.<''i:. 11acio11a llsta pan-india en tódo_el pueblo, pu,~den explicarnos la d iscursivas de la polí tica burguesa moderna, sino más bien traduciéndolo a sus
f,•· "
cl lr1i,n1 ic;¡ de la part idpac:jún campesina en los mov_ i mientos anticoloniales, propios códigos. ele modo que el lenguaje d el nacionalismo sufrió una trans-
E/1·\C:l 1vamentf> d iversos estudios publicaclos en los años ~etenta y princ ipios
rle los ufws .ochent¡¡ sobre los ruml?os-que tornó el movimiento del Congreso entre
los ca111peslnos de diícirentes .parles de la lncha nos han mostrado -algunos en
forrn ~ implícil a, otros cxplícila- la .exislencii1 .de una estructura de corte dual -'. Pnr ~·j<'mplo. v~~ 0 3 mJ H.1rrlim:in. J>um mr NC11h_mrd,sa r,f G11jnrm ( Dclhi; Oxford U11ivcrsily Press, J984):
( ,y"n~ndrn.~andey. Thf Ascendw,c,v_of 1h, Con~."·" m Uuar Prmlts/1, 1926-19.14 (Delhi: O,ford U ,ivcrsi(y P,e.5s.
• l <eR.t MOJ1d Hay~t S1dd1q1. A,f!rana.11 Un~e.r1 ,,, North hulla; Tite LJ11j1ed Pmvinces, /9/8. /922 (Nuevo Dclhi:
~ •k11:-. 1978); Arvm~ ~n~aran _Das, A_grttntm U11n•.1't a~id So<:ir,-,•crm.>mh; Clra11g11, /9Q0./9HO (Oelhi: Monohnr,
0

"' N.i~. llnJi;m Nillional <:cmgn·,~ l'nrk:qml par1 ido 11udonali.1..trt lle l:t Indio. fnnnadu l"f 18H5. Hnjo L'l lit!~• 1 JSJ). A,lury Murol,. C1vrl D1sobed1cn,o MO\'tm,nt ,n Andhro, 1920-1922: The NOlure of Peo.san! ProteSI ond
r;r.-,;,p 1 k na11clhi. lh.·\·.6 " rr1h11 !·• lu1:hn r,or l:1 i1_
1tlLT~'n• IL•nd" fll! la r,ull.i. nhicnid3 \.'n I r1.11 . En .1dd.iru~. se 1!ic Ml·1hoc.f1> of Cong,res.s Politic:11 Mobiliza1ion", t!n Kapit K'um.1r, t<t..'Cmt~rtts a;rd Classes: Natimf.ll.liJ·m, Workers
,1.._-,.1~11;11;1 1.,•,,mc, ll1;,c1uh1 th' II ( 111,¡•n·s,\ l\11l\·111 1tlw;1r1,'111 l'Onlrnrln. ,uul f',•tt.r(m/,1· í !\lu~v.:i Dd hi: Manohar, 1988), pp. )52-:? 16.
198 199

4
formación de significado bastilntc radica l tn b esíE'ra del¡¡ política carnµesina . ¿llónoc hílbrí,1 (jlll' lrw:ilizar·es ta es[er¡¡'I Si la dQrnir,inción es una carü de la .
Por lo tanto. el encuentro entre J¡¡s dos esferas no significó que la primera pudiera relación de poder, su cara opuesta debía ser la resistencia .. La oposición dinléctica
absorber y apropiarse de su otro en una unidad homogénea y única; la propia entre ambas es lo que le c,torga unidad a la relación .. Pero la oposición también ."
unidad resultó siempre fragmentada y cargada de tens iones. · abre la posibilidad de que haya movimiento en la· rela·dón, y así hace posible la
El segundo aspecto del encuentro entre estas dos esferas es que éste no trajo existencia de una historia de las re!aciones ·de dominacié¡n y subordinación. En
consigo un de~.arrollo lineal de la conciencia del campesinado hacia un sentido·
nuevo de nacionalidad. Si bien en diferentes partes de la India los campesinos
su búsqueda de la forma caracterís_tica de la esfer¡;, áutóno,na de la contiencla·
campesina, Guha derivó hacia al ecotudio de la resisteqciá. Esto no quería derir
-,
tomaron conciencia, aunque en diverso grado, de las realidades de la 90Jitica que la resistencia ern más importaute; o mas v,~rdadera, cjue la clominadóit · Por
nacionalista, su participación en ella parecía estar marcada por rupturas radicales f
el contrario, al situar las formas de la conciencia campesina dentro de una relación
y frecuentes regresiones, ya que a los períodos de acción anticolonial militante ?¡ dialéctica de poder, la conciencia campesina a~quiriria su debida importancia
por parte de los campesinos, les sucedían encarnizadas luchas sectarias -a vece.s teórica, pues su significáción s5lo podría establecen;~ en relación a su otro, es
en el transcurso de un solo movimiento- o bien períodos de quietud aparente- decir, a la concien:ia del domi,1ador. ..
mente inexplicable. Amhos aspectos de la participación campesina en la política Si la resistencia era el ar,pecto d e 1a·.relatión de:poder a través del cual el
nacionalista parecían apuntar en la misma dirección: la necesidad de una crítica campesinado expresaba su iden:idad distintiv¡¡.,.y al\tqnoma, en cóntraposiéión
¡
tanto de la histor ografía colonialista como de la nacionalista, que muestre al j a la de sus dominadoreE-, ¿dónde era posible hallarla en la documentación histórica
campesinado com,) sujeto de la historia, dotado de sus propias formas distintivas dispo:1ible? Precisamente, en los materiales·sobre insurrecciones campesinas,
de conciencia, y capaz de otorgarle sentido al m undo y actuar sobre él en sus
l. que era donde la concíe,ncia insurgente dejaba huellas ·e1Í la conciencia del·
·1
propios términos. · dominador y donde éste se veía expresamente forzado a "reconocer" ·a su otro.
De esta manera, la Indagación sobre las forma¡¡ características de la conciencia
Los insurgentes campe,,inos de la India colonial campesina se convirtió para Guha en un estudio de los aspectos elementales de
la insurrección campesina. En otras p:ilabras, el estudio de la .insurrección
El problema fue específicamente formulado por Raniljít Guha, con base en
campesina ern IIn pron•dimiento metodológico a partir ael cual se lograba acceder
documentación sobre las insurrecciones campl.'sín:1s; del período inmediatamente
a la con, it>n(i,I c:amprsina. expresad;i como resistencia en el momento de la
anterior al surgimien! o de Jns n10\·i111ien1os n;ic·10.!aiistas de rnasas3 . A pariir
insu rn:cci(in \' recnnol'ida ('< ,mo ·ruerza antagónica en la documentación histórica
d e las ·•rie cJ., rC;v i;eltas campesinas cfr. la !nd ia ,:o:, ir:ial entr•! l 7R3 y 1900, Guha
eh1bori1da p<ir la~ clases dr11ninar.tes. El conocimiento instituido de la sociedad,
se propuso aisla:· l:1s i11variYintPs j:,:leológic.:as , 1(, la conciencia campesina y
tal como existe en la historiíl documentada, .es un conoc'¡miento que las clases
descubrir su unidad,'? reJ.•,ci(,11, ,•s dc:tir. su forn i:J p:1radigmática. Comenzó con
cl o1nina11tes obti~ne11 en su ,~jercicio del poder. En vírtud de su m isma carenc,a
el supuesto de que lit dominad,111 y explotaciú11 J,"¡<, las que vivía y trabajaba
de pode•· 11 ,:; tlorni11aclus no c:uentall con los rneclios.µara régistrar su conocimiento
el campesinad<J St' cb lJ,HI en d l11lerior de una relaci<'Jll de poder. De es te moclo,
den! ro de ('Sus procesos instituidos. excepto en tanto son obj eto del ejercicio
se p lanteaba la exi,tcncia t.e ui1 par ele contrarios: por un l¡¡do, los dominadore::
de ese poder. De este modo, Gulia partió del discurso colonial de la con-
(el estado , los terratenientes. los prestami s!JS) y pur el otro. los campesinos.
tra-insurgencia p;:ir¡¡ leer, como una imagen especul ar, ,~I discurso de la
Q!:ia..opo~ición de n,pder rela<.:ion,d significah¡i necesariamente que~'!}2.s.9p_minados .. insurgencia.
_\'!.!!bía otorgárselcs un dominio propio de s.ubjetividacf,.eo .e.Lque_ill!l.,3utónomos
.. y n--;;-cfomfña'dos. Dé~ic, ·ser así, eñ
el ,ejercicio de s,u dominación, los do;il1adores Guha identificó seis "aspectos elementales" -<:orno.los llama- de la conciencia ,,
del camp'?si no insurgente: n3gación, ambigüedad, mÓdalidad, solidaridad,
- consumirían y ob!i~[!l.!:Íi!JlJ:Í@nletªmente a los.dominudos. La dominación dejaríil
trnnsmisión y terr i tor ialidad. La conciencia insurgente era, ante todo, una/
entonces de formar parte d e una rel;ic,:ión su.cia l de p<Jder con sus propias con•
"conciencia negativa", en el sen! ido de' que su identidad se expresaba sólo a tr.avés
Q~\9.n~S.?~. repr,~~Uc:CiQ!-Íi ..Vi1-;::ki' t¡¡~1to, al menO$.en este caso. !;Spt;cíf.ico,g_tlJja
<;>~o~gá~sel~ al campesinilclc, una esfera o dominio autónomo.
ele una oposición que consagraba ·a la vez su diferencia y su antagonismo respecto
a sus d0minadores. Era una identic'ad cuyos límites estaban marcados por las
co ndi ciones mismas de subordinación bajo las qu.e el campesinado vivía y
\i
4 Un ejemplo rc\•clador de cMo Jlt.l<.:dc c11crn1rrar(;l.' c11 Sh.1h1c. Arnin. "( ium.lh1 a.1- Mahatm.i; Gorakhpur l>i~trí~1. trabajaba; sólo q ue las r elacionet se hallaban invertidas. Los signos de la
E:tslern UP. l 92 l • 1922", en ~:mJiit ( iuho. c:d., S11b11ll1'm Swdit·s fil (f)l•lhi: Oxford Univcr!t.ily P~ss, 198.1). dominación, como seI la imposición de r!!ntas e impuestos o el poder de castigar,
5 R:inajit Guha. Elt•1,u!nt,Jfl Av,,·r ts of !',·,1.\1tttl /11.wf):mn in C11lmriaJ lm/111 (Dethi: Oxford Univtr~ity Prt.·:-.,,
198}). · se convirtieron así eII blanco de la resist'encia. un:rasgo característico de la .
200 20 1

W, rebelión i.:ampesina era el impulso de los oprimidos por afirmar su res1stencin


lti:.fltela autoridad "no en términos de su propia cultura. sino de la de sus enemí¡.¡os .
Segundo. las formas de re~istencia involucraban un alto grado efe ambigüedad. :, La noción de com unidad
Precisamente· por que las rélacion'es de dominación resultaban invertidas en el . / t::n todos estos aspectos identificados por Guha existe una única idea uni f i - )
momen to de la insur rección . los signos de la r ebelión se ~xponian a ser mal / ' cadora que le da a la insurrección campesina su carácter social lundam:~tal :
interpretado:; por los gobernantes, que no lograbar, distinguirlos de los signos " - . la noción de comunidad. Cada uno de los aspectos s~ expresa en formas pohllcas
.. normales" de condL etas aberrantes tales como el crimen. Pero, a diferencia específicas a través del principio de comunidad. Sea fuediant e el carácter .
1
del crimen, "las r ebeliones son necesaria e invariablemente eventos públicos negativamente coni;tltuido de las formas y objetivos de la acción insurgente, que
Y:Comunales"; "el crimen y la insurr ección derivan de dos códigos de violencia 1 se definen por la aplicación del cr iterio del "nosotros" y el "ellos", sea mediante
1
muy diferentes". Tercero, los movimientos campesinos insurreccional es tenían la auto-definición rebelde del espacio territorial de la Insurrección, el principio
sus modalidades o formas caract~rlsticas. Por un lado, el carácter polit!co pero
~
de comunidad les da a todos estos aspectos especificos un caráctrt constitutivo
inherentemen te negativo de la inversión de las relaciones de poder dominantes fundamental como actos políticos intencionados de una conciencia colectiva.
:obr ó la forma de la destrucción de. los signos de autoridad, tales como la estaciór. Este principio nos permite, nuevamente, leer en las acciones de un campesinado
de policí.i, la o ficin a de r ecauda_ción d e rentas d el terraten ient1? o la casa del rebelde en el momento de la Insurrección, el car áct er constitutivo tot
pres tamista. Para el caso específico de'Ja India colonial, Guha identificó cuatro conciencia campesina y nos permite r elacionar estas acciones a las
for m,lS_de destrucción: arrasar, incendiar, comer)' saquear. Por otro lado, la existencia social cotidiana del c.ampesinado.
negatividad de la conciencia insur gentP. d el campP.:;ino se expresaba también
Es Importante destacar este punto, pc rque lo que hace el prlnc1 ·
en la erección d e· una autoridad rebelde como imaten inv ertida de la autoridad
comunidad como rasgo unificador car acterístico de la conciencia c1mp esina es
q ue r eemplazaba, y al igual que ella, de carácter público y d otada de sus propios
situarla dir ectamente en el polo opuesto a la conciencia burguesa. Esta última ..1
poderes para imponer sanciónes y con tribuciones a la c:omunidad. Cuarto, la
funciona a partir de la pr emisa del individuo y la noción de sus intereses (o, en
a uto-definición del campesino insurgente, su conciencia r especto a pertenecer
un vocabulario más de moda, sus prefer encias). En la política burguesa las
;i una c:olectividad separada ge s·us enemigos y opuesta a ellos, se asentaba
en solidaridades se construyen mediante un proceso de agregación a partir del cual
la solid11ridad. Su exrresión específica variaba de rebelión a rebelión, y a vP.ces
los individuos se reúnen en alianzas basadas en intereses comunes ~o prefer encias
:ne luso <11: una fase a otr a d :ntrp de UNJ misma r ebeli6n. Frccueriteme11lt' se
compartidas). El proceso es completarnent t' opuesto en la conciencia de un
-,,¡ ff'. ;a')a en ti,rrnin11s el< etnicic1acl, parentesco n alguna catcgorí,1 el~ ,1finidad campesinado rebelde. Allí, las s01idaridades no crecen porq•ie los individuos -
similar. Algun,1s vc<:es se pc,día interpretarla como un" candencia ele clase. Pero sientan que deben reunirse co11 otros con base en intereses indhidualet. comunes:

"
la solidandacl era 1;1 r-xpres if,n total cl el caráctrr comunal dt' una insurrecc:1ón
Quinto, clent rn dt la solid,irid¡¡cJ ;isí definida, el m(:nsaje de la insurrección era
transmitido con una faci lidad y rapidez que las clases gobern;1ntes cons:deralrnn
a menudo desconcertantes, pero también estaba dotado de can¡¡les carncterístir.os.
lr
por el contrario, los Individuos están obligados a actuar dentro d':? b cr,lectlvidad
porque se ~ree que los lazos de solidari~ad_q_ue los unen y~ exist,~~- La ?cción
colectiva no fluye de un contrato entn· 111d1v1duos; antes b1rn, la; 1dent1dades //,
individuales mismas derivan del hecho de ser miembro de una comunidad.
L'no de esos canales, por ejemplo, era el rumor, donde la fuente del mensaje era
.. anónima y desconocidu y nn Implicaba distinción t1l¡¡una entre el comunic:idor
Esto imp.lica que no·pur.de entenderse la conciencia campesina en sus propios
aspectos constitut ivos si continuamos reJ uciéndola al paradigma de la racio-
~· su audiencia: Absolutamente trDns lllv o, el rumor,¡¡ clilerencla ele las noticias, nalidad burguesa. Debemos aceptar que la conciencia campesina tiene su propia :
era "un tipo autónomo de discurso popular''. Finalmente. la solidaridad de un
forma paradigmática , que no sólo es distinta de la forma parad igmática de la
• • 4 campesinado insurgente también ocupaba un espacio geogr.ílico específico. Los
conciencia burguesa, sino que es, de hecho, su verdadero otro. El libro de Guha
límites de este espacio geogr áfico estaban determinados, por un lado, negati-
lntroduce esta propuesta teórica central y formula un desalío fundamental a los
vamen te, por la percepció n r ebelde de la extensión geográfica ele la alltoridad
procedimientos metodológicos p ncticados no sólo por economl:;t,iS y sociólogos
del enemigo, es decir, por un principio de exclusión; y, por el otro, positivament e, i burgueses Oncluyendo las varleuades chay.inovianas y de "eco11omla moral ')
'.. por una noción del espacio étnico.ocupado por la corr.unldad Insurgente, es decir,
por el ;->rlnclpio d~ solidaridad. ta intersección de estos d ?s espacios definía la 1
en busca de un "campesino racional" (como q uiera que se lo defina), sino tanbién
po r muchos estudiosos marxistas que escriben sobre la cuestión agraria.

t
territorlalida:l de la insurrección.
No puede aslgnársele !nmedlatemente a esta noción de comunidad un único
valor preciso basado en una Institución social determinada tal como el totemismo

c,6n y <u\ Campei,no\
le, No_ 203
202

o la casta o la secta religiosa. Las fronterns o formas de solidaridad en las de colaboracionismo y rraicii>n. l.ns nll.rnzas no se perciben como ·resultado de
contratos b.:tsados en intcresf-'S cori1úncs; rnús bien, -s e crue que son una tarea
rebeliones camf)esina!i no tienen un carácter determina do único que pueda ser
'f necesaria entre grupos unidos por lazos mutuo:; de parentesco: "Ustedes son
directamente deducido de su contexto :;ocioetonómirn inmediato o de su niuAdo
cultural. Por el coutrario, el aparato cultural de signos y signili.:ados -el lenguaje, nuestros hermanos. Deben unírsenos de inmediato". Esta Invitación del primer
grupo de rebeldes del levantamiento de Rangpur en 1783 a los campesinos de
en el sentido más amplio- a disposición de la conciencia campesina, lejos de ser
las aldeas vecinas era, en realidad, la forma norm:il de:alianza insurgente en las
estrecho e inflexible. es capaz de una vasta gama de transformaciones que le
permite comprender y actuar dentro de contextos variables, tanto de subordi- rebeliones campesinas de toda la India. Se aplicaba Incluso en caso de percibirse
nación como de resistencia. Es precisamente esta capacidad la que con•1lerte
a•lá" Insurrección en obrn polítíca intencionada de una conciencia Insurgente activa
y deliberada. Sin ella. esta conciencia podría ser, de hecho, fácilmente "objeti-
vada", reduciéndola a una forma institucional dete1 minada: trlhu, casta, secta
religiosa, localld,.d. o lo que sea. Tal reduccíonismo subestima groseramente,
0
¡
·I
una ruptura de los deberes recíprocos, que no erá v1s'to como el rompimiento
de un contrato. Cuando los habitantes de la aldea de,l(allas les escribieron a los
de Akola acusándolos de romper la solidaridad del movimiento durante la Rebelión
del Decán en 1875, no llegaron reciprocidad de intereses. Antes bien, les dijero 1:
"Está mal que ustedes sigan en contacto con personas a las que se considera '
excluidas de la comunidad de aldea... Como consideramos que Kallas y Akola
y de hecho mal en ti :!nde,·la elasticidad ideológica y la capacidad de innovación l son una sola aldea, les hemos hecho las anteriores sugerencias".
- de la conciencia campesina.
Sabemos también que las fronteras de la solid_arldad, la línea que separa el
"nosotros" del "ellos", puede desplaz.i\íse conforme a los cambiantes ~ontextos
La formas concretas de comunidad 1 de la lucha. Pandey nos ha relatado cómo a mediados del siglo XJX, el conflicto
Guha, por lo tanto, ha propuesto una forma paradigmática de conciencia
campeslna insurgente. Sus cqntornos son extraídos de una lectura del mat~ri1l 1
entre los terratenientes Rajput y los tejedores musulmanes de un ¡x:quefio pueblo
de Uttar Pradesh, se convirtíó rápldame!}te en:solldaridad de todo ,el pueblo en
1
!
· · ~dlones campesinas en la India colonial desde el punto de vista-del 1
defensa contra ataques externos, para luego volver, en cósa de pocas semanas,
. . ,. ,.. ._, .-: .- _,9o_como sujeto histórico actlv0 y consciente. Sin embargo, en vista de ,~ a los conflictos intestinos, sin ningún signo.aparente de que la gente del pueblo
·..:· .''..QUe_;~µ-'objetivo es aislar una forma estructura l invariante, de lcuerdo al viera nada anómalo en estos rápidos cambios en las fr_onten,s de la solidaiidad.
estructuralismo in:1en nte en s u método, no ha intentado darno~ una histgria Hardiman . Sarkar y Chatt1'.rjee también han cortsiderado el probleina de las 6
de esta candencia como movimient o de auto-transiormació11. Más bien. al haber fronteras móviles de la solidaridad en términos del cambiante contexto de lucha •
encontrad o una vía de acceso a la forma estructural de esta conciencia en su Lo quE: se requiere ahora es una formulación del concepto de comunidad dentro
autonomía, ha sentado las bases para formular las preguntas apropiadas sobre de un conjunto de relaciones sistemáticas que dan significado a la identidad y
su historia. a la diferencia mutua entre diversos grupos sociales.
El primer espacio donde puede corner,zar esta interrogación es precisamente En el contexto indio, el sistema de castas parece represent ar una /orma
el que otorga unirJad a la estructurn de la conciencia campesina, tal como es paradigmática obvia para dar significado a la identidad y a la <liferéncia. Por un
descrita por Guha. ¿s decir, la comuuidad. Hemos visto que Guha, correctamente, lado, i;is castas se separan entre sí como si foeran-dístintas especies de sP.res
no le asigna a la com•midad ningún contenido inmediatamente determinado: o naturales, pero por otro, están recíprocamente vinculada~. como las partes
bien, para formularlo en términos más precisos, aunque describe la comunidad jerárq uicamente ordenadas de un tnlco conjunto social. Según la antropología
en el contexto histórico de una rebelión campesina particular en los términos social tradicional, en la medida ¿n que estas relaciones eran percibidas cerno
pertinentes de clan, tribu, casta aldea, etc., dej;i la conceptualización teórica constitutivas de un sistema, la interpretación dominarte ha sido que es éste el
de la comunidad en la conciencía campesina como un constructo formal, abstracto que brinda el marco para armonizar la interdependencia reciproca entre grupos
y vacío. Es necesario entonces intentar dar a este concepto crucial su contenido separatfos, al Inculcarles un conjunto de' valores compartidos sobre la unidad
teórico distintivo. Ya tenemos un punto de partida para proseguir. Sabemos,
por ejemplo, que la identificación del enemigo en las rebeliones campesinas, la
separación del "ellos" y el "nosotros", ocurre en un marco d:mde las distintas ó Gy:u,endr> Pnndcy, "Encoun1crs or d Calamilics: Tl1c History of • Nonh lndian Qasba In 1hc Ninc1ccnth ccn,ury" ·
comunidades se perciben en una relación de mutuo antagonismo. El mismo Press, 1987), pp. 1-54; Tlllika
Gujor:>1", ,;
<n Guh3. Subalttn1 Stud,es 111, pp. 231-70; Oavid -Hardiman, "The ehíts and ShahukOJ'S in Eastern "Ji!u Sontal's
Sarbr,
entramado de -: omunidades da lugar al establecimiento de solidaridades y alianzas
en el campo rebelde (y, si vamos a eso, también en el campo enemigo), 1: incl_uso
l
1
Rono¡it Guha,ed.,Sub<Jltem Sludits V(Oelbi: Oxfocd Universíty
Movcmen1 in M:lldo, 1924-1932: A Study in Tnbal l'roles1•. en Ra,1ojil Ouh.1, cd., Su,,a/ttrn
Oxford Univcrnity Prm, 1985), pp. 136-64; Partho Choucrjce, Bt1igál /920./947: 1ñe land Question
K.P. Oogchi, 1984 ). .
Studi,s IV (Delhi:
(Calcn«D:

1
204 Por1hc: ·• • ~,:•.· • 205

del sis tema como un tnd o 7. to que no se reconoce ~s la naturaleza igualnwntc , .,m¡wsinns ,·011rn conrnnidnd y sus domin~dores. sino en tre los propios cam-
,;1stemática del rechazo expresado por los grupos inferiores en la jerarquía ele pe•inos. l.a gama completa de posihilidade:; de alianzas y oposiciones en las
castas. haci, estos valores supuestamente ·compartido!. . Al parecer. existe qu,• tns fro,; tcrn~ de la comunidad son móviles según los cambiantes contextos
abundante evidencia que nos permite enraizar el sislemt de cas tas en la totalidad el e ludHl , ptiede ser vista así en funcionamient o en las relaciones entre sectores
de re,acfones de poder, debido a qu,e las re!acior,es cambiantes entre cas tas y del cnmpestnado. Este argument o va en contra de la idealizaci,)n populista del \(

.. los intentos periódicos por redefinir el contenido de la conducta ética en las


religiones Indias llevan siglos de una lucha continua, con treguas ttmporales.
en el marco de relaciones sociates de dominación y subordinación . En otras
'r
.:ampcsinado como una comunidad igualitaria y armoniosa, libre de disensiones
y luchas lntestinas.
1
palabras, ~stambs frente a la .p osi(lilidad de vincular tina h istoria dé las luchas 1
Una histori a i ndia de las luchas campesinas !fil
1
campesinas con una historia del sistema de castas, y ,l través de PIia, con una ~ Siguiendo a Guha, el argumento del grupo de histo~iadores de Estudios de la
1
historia de Jas creencias y prácticas religiosas. ]
Existen poden~sas razones para sospechar que el s!stema de castas fu nciona
Subaltcrnidad ha sido que, al estudiar h historia de las rebeliones carrpeslnas ?
r:omo for ma páradigmátfca no sólo en la esfera de las relaciones entre }litis en
desde el punto de vista de los campesinos como sujetos activos y conscientes ~
, de b historia, s,: logra acceder a ese aspecto de su conciencia donde ellos son .,
,il redil de la religión brahamánica; antes blen,-probablemente se trata de la forma
cultural general de conceptualizar y ordenar !as reldciones ele identidad y dife-
autónomos, d onde no están dominados. De ese modo, encontrarnos la manera ~
ren ::ia entre-varios tipos de agrupámlentos SOfiales. Significativamente, la palabra de conceptualizar la unidad de esa conciencia como fundamentada en u ~ - ;t'~: !! "J.:''",
jiifi en la'rn.a yoría de lenguas de la India puede usarse para d<·signar no sólo la de poder, es decir, de dominación y subordinación . La conc,enc·
entonces, es u:1a unidad contradictoria de ~os aspectos: e~ uno, e .
·· - ,~ ~}¡ff:~~~,.
casta, sino las aglomeracion es de. casta, las tribus, razas, grupos lingüísticos, : ~¡¡,~·~J;-
está subordinado, acepta la realidad mmedtata de las relac:1ones de po er que :
grupos religiosos, naclonalld¡¡des y naciones. Por supuesto, los antropólogos
lo dominan.Y explotan; en el otro, rechaza_~sas condiciones ~e subordinaci~n .~
han advertido a menud<• la existencia de castas o de formas tipo casta, no sólo
v afirma su autonomía. También se ha argu1do que la comun idad es el espacio ~t
en grupos religiosos como los bucistas, jains,-0 las sectaf devorior,ales medievales
clot,de e~ta unidad contradictoria de la conciencia campesina hace su aparición. •.
que surgieron en oposición a la religión brahamánica, sino tamhién entre los
Hastn ahora, la rnmunidad ha sido carac terizada sólo en el sentido abstracto
musulmanes v c:r istianos indios. 'Pero.está cuestión tlen,' 11n significado rnás
v fr>rrnal. Pern t:':<iste s·Jficiente material híst6rico como par a iniciar una con-
;:;rnplio: nece~i ta examinarse. en tocia s·11 concreción, el grado en c'¡ue el sistt'.ma
~eptualiz¡¡ción 1n.ís concreta de la comunidad. ella n:iisma diferenciada, c?mo
cipo cr.sta brinda una forma c,1ltural general para conceptu;;liz:ir lils reladones
d srt O de la !m:ha campesina, donde se establecen e impugnan los r<"specltvos
,Je domlnacló:1, tanto como las de resistencia, entre diversos grupos sonales.
dcrrchos v debcrns.
Además del asunto de la ic.lenlificación de las fnnt eras de la <:omun!clad en
F~to v~ nos otorga una vía de investigación que probablement e se desvíe de
contextos de lucha cambiantes, existe un ot ro aspecto de la éstruc:tura interna
lils forni~s ~onvencionales de estudio de las rebeliones campesinas !n Europa.
de la comunidad en la conciencia rnmpesina. Está claro que la noción de
En efecto, ar<1umentaré que los debates recientes sobre el papel del campesinado
comunidad, especialmente en la población agraria no tribal. no es igualitaria,
en el 1110~;111~nto nacionalista conducen al proyecto de escrib:r una historia india
ni siquiera en .nateria de derechos sobre los medios básicos de rroducción, o
de las luchas campeslnas 8. En principio, éste es un proyecto diferente al de una
sea, la tierra. En la mayor!a d e reglon,!s de la India, en el sector de cultivos
historia de las l·.1chas campesinas en la India. La diferencia sen,ánt:c:a Implica
campesinos sedentarios, cerca a un quinto o más de la'poblaclón, perteneciente
una dlferen~ia bastante radical de enfoque histor iográfico. En el último caso,
a las ca¡¡taa Inferior«, nunca ha tenido derechos reconoc idos sobre la tierra.
se aboga por un ordenamiento del material hist órico sobre luchas campesinas
Sin embargo, la unidad de la comunidad se estableció de todas mn ieras a través
en la India según un marco en que los conceptos y relaciones analitlcas funda-
del reconocimien to de derechos de subsistencia a todas los sectores de la
mentales ; e asumen como dados, y por lo general se establecen a par tir de las
población, as! sea mediant e derechos diferenciales que :i su vez i_mplicaban
formas de una historia universal (por ejemplo, la teoría d~ la tr an sición del
deberes y privilegios diferenciales·, L..o Impor tante, entonces, es que la noción
de comunidad -ella misma una unidad dllerenclad,1- funciona no sólo entre los 1
1

7 La :lrgumc.n1ación mrt.., dic:t.L iil rc~pccto se enc:u~ntro .:n l..ouis Dumon1, l lomn Hitmn l m m . 1rnd. MMk $:nn~bury
¡ 8 P:iru d0$ balo.ncc~ rcc.:1cn1c~ de c~le>:' dc~lcs, \'tr ~o,;~md O'HJnl~, "R.ccovcrin¡¡ ,he Subj~: Sub11l1~n1 S1udics
:mtl li l\•C'lric)ol oí Rc~is.tuncc in Coloni:,I Sou,h As1J . J.-f nsJer~, A Jl/111 ~tuche~ 22: no. 1 ( 19.88) . 189-22~. )': ~ridu~.a
~hikhi.!IJél', "Pc;1.1,.onr Rc1;i~1:ince :md Pe.l.i:.nn1 Consciousncss m Colon1:1r tnd,:i: Subnltem , nd Be) md , Etonom,c
1
(Londres: Paladin. 1970). mu/ p11/irc ,,1 tv«,/1· lJ. no<, 4 1 y 42 (8 y 1~ d• ocrubre 1988): 2 109-20 y 2 174-85.
1
·.....-
..,
206
..
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feudalismv al (;apitnhsmo, la teoría de la mr,derniz;,.·11>11, 1,, kmi,1 d,: lo~ ·•1~tv1,I,1s l lr,v salwmns que l,1 ~ituaci(111 <!S bft~icamentc la opuesta. La vnrieda,:l"de
mundiales. la teoría de la economía moral del l a111¡•t'sI110. i:I1: ). En l'i ¡,r1111cI0 forma.~ estructurales de rela<.:ión so.cial en la India, la complejidad de sus inter-
se busca en cambio descubrir en estos materi.iks bs formas de- un di•~;tr1(1llu conexi<mes. sus múltiplrs 111\·eles y grados de diferenciación, las formas Ideológicas
histórico propio o inmanente, que se habría vistu lr:1dur a<lo, distorsi,,nacli, y de la identidad y la dilert•ncia, .y la larga trayectoria de evoludón histórica de
forzado en el molde de la "historia mundial" sólo por la violenci1 del colonialismo. es tas formas a partir de las luchas sociales, está,n estampadas en las .creencias .
El marco de esta otra historia no asume como dado el lugar que se le ha sido
asignado en E:I orden de una historia universal, sino que somete más bien sus
¡ y prácticas vivas del pueblo. Por su sola·a.mplitud y compleíidad, este material
es incomparablem ente más rico que lo que reflejan las historias heredadas de
categorías supuestament~ universales a un proceso constan u de interrogación 1 Europa, y el. florecimiento de la.antropologí a moderna en el período posterior

i
e,impugnación que las modifica, transforma y enriquece. Su objetivo no es el a la segunda guer'ra mundial lo ha puesto en evidencia:.ante la conciencia europea.
de dar continuidad al curso de la historia precolonial borrando de la memoria De hecho, los recientes intentos de exhumar una "historia popular" europea de
histórica y de la realidad presente la-experiencia del colonialismo: ello no sólo entre los escombros de un µasado muerto han sido provocados, precisamente.
serla arcaico y i tópíco;,de hecho, incluso sería r eaccionario pretender que tal por el desafío que plantean las ncevas ciencias de la antropología y la lingüística
cosa sea posible. · Antes bien, la tarea consiste en enraizar la propia con<.:iench a los do¡:mas aceptarlos del corioctmlento europeo post-ilumínista , al trabaj ar
histórica en las formas inmanentes de desarrollo social que atraviesan lo ltlstoriíl sobre materiales pr,)venlentes e e sociedades no europeas. . · ·· · ·
india, y desde esa perspectiva comprometer nuestra experiencia coloni¡¡I en un
Ahora que existe mayor avidez por encarar estl ~videncia como material
proceso de lucha en el cual se niega y supera esto experiencia y se la reapropia
histórico, su misma riqueza nos fuerza a levantar l«s manos y declarar que se
en nuestros propios términos.
trata de algo dem;isia_do cc,mplejo. Todo clentlsta social practicante en la India
Esta agenda implicaría dejar las categorías universales de las formaciones estará dispuesto 1 recon ocer este sentimiento.d e Insuficiencia e impotencia.
sociales en un estado temporal'pe suspensión o, más bien, en un estado de tensión Para los etnógrafo~ coloniales, estos materiales era evidencia de la mescolanza
irresuelta. Pero, con tofo, ésta es una tarea fund;imental para la práctica del desordenada propia del misterioso oriente, y para los administrador es coloniales,
historiador . La rel 1ci6n entre l:i historia y las disciµliuas teóricas de las cien'ci11s
prueba adkiom1! de l;i necesidod de imponer linealidad y orden a una sociedad
sociales es nP.ccs~riarnente una rcladón w1 que !:· pukritud estructunl de l.:s
ingol:ernabl<'. Para los n;ic:ionallstas Indios. era evidencia de la grnndeza de I a
últim.Js se ·.·e c;on,;taIH"inen te pcrturbildu ,- r~mrn l~l,ida por el maten:,: 1:1!nw-
tn 1dil'ión indígena. capé12, sr,,gún ellos, dt absorber fúrmas sociales diversas en .
sigente de l:i primr·rn. !.a clefens¡¡ dr una hist1Jria i,., li;• de la política ca:11pc,s i11:1
un todo únirn, sin destruir las huellas de la difen¡nc¡a. No es 1ecesario decir
dcvic:nt tamt,ii:11 así c1111n alegato p.ira que r: lil•;t,m .i, lor o histori,1dor:, :,suma
que la perspectiv,, colonial tendía a enfatizar el desord~n inherente a la sociedad
su propio ¡n,pcl com11 a·!entc prov1J1·;ulor entre lc,s ,·il'nt.istas sociales.
india v su carPncia rJe una conciencia unificada, en tanto que los nacionalistas
Los autores curoIw1¡; que csnibiNc,n sohrr la h1di.1 e11 lc,s siglos X\ !11 y XIX glorificaban su capilcidacl 111tegradora, sin reparar en las considerables luchas
propagar o11 1,, calumnia de q ue, tl tJbidc, , 1 la fa ltn dr• c:c;nc1r:1wi¡¡ histórica 1.k part1; lntern.:s que marcaron el pro1:eso de absorción.
de los Indios, 110 exis tir ía casi ningún 11wterial solm· i;1 his.ori¡¡ de la ln-fü1, :;atvo
Parn oquellos de nosotros que enL'!lramos el problem.i hoy, el sentimiento
unas cuanlils cróniras judiciales, hagiot:ralías y tablas genealó!(icas de verncidad
de complejidad inmanejable es. si nos ponemos a pensa"rlo, tan sólo un resultado
cuesti(Jnable. '::Stc trrgiversación no debe atribuirse sola111e11te a las maliciosas
de la insuficiencia del apnrato teórico con el que.trabajamos. Tales Instrumentos
intenciones de una men talidad colonial en busc~ ele manchar la reputación ele
ana!íticos tomaron forma principalmente a-partir de los procesos de comprensión
los pueblos conquista·los. Exi~en dificultades ni.is profundos con la concepción
clrl de~orrollo h istórico europeo. Cuando se topan con la resi stencia de un
misma de la historia •·orno forma de éonocimienlo en la Euro¡Ja post-iluminista .
material intratablemen te complejo, con seguridad la falla no está en el material
Vista desde un puI,tc, dl vista europeo, la abrumadora masa de materiales que
indio, sino en los instrumentos importados. Si llegar a. el día en que el vasto
sirvieron para moldear los instituciones y prácticas de rela-;ión soda! del pueblo
depósito de la historia social india se hiciera comprensible a la conciencia
indio, y que sobreviviervn como eviden1:la palpoblr de un pasado vivo, sim•
científica, habríamos logrado, en' el camino, una reestructur.1ción fundamental
plementc no gozaron de reconocimient o ,: 01110 material histórico válido. Toda
del edilicio de la filosoiía social europea, tal como·existe actualmente.
evidencia que no se ajLstara a un orden lineal de prosresión de formas estatales
El segundo aspecto de la validez del material indio sobre las luchas campesinas
delinidas como p· indi>ados. reinados e imperios, fue relegada al dominio exótico
surge, curiosomente, de una aparente debilidad. Comúnmente, existe la tendencia
y atempor al de lo et nología india, donde la historia desempefiaba sólo un papel
a considerar la evidencia soLre rebeliones abiertas del campesinado en la India
morginal.
como si éstas fueran insignificantes en comparación con la experiencia histórica
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de la Euro¡:·': :1l('d'e''-'íl i o c.-,n la el~·1,tveciÍ1a Ch i1i;1. Se rkbc tr.1wr rnidad" . sin grandes movimientos religiosos heterodoxos, se pod¡á encontrar, si se la busca.
embargo. a: . Jzg;,r lil naturi:leza de tal ínsuficienciil. Pn r r·jemplo. a veces se ha una lucha contin ua y generalizada entre campesinos y cJages dominantes en el
sugerido q'.. ': un;i historia de la insurgencia campesina 1-'l1 la India resu ltiiri,, úmbito cte la v icia cotid iana. Las formas de este tipo de l ucha van desde el
improducti\·:.1, porque aquí nunca se ha dado un~ rebelión c,11npcsi11a qur no seíl ausentismo, la deserción, la desobediencia selectiva, el sabotaje y '1s huelgas,
~- _,
localizada y breve. En realidad. primero que nada, el número de tnles rebe liones hasta f:>rmas verbales como la difamación, la ignorancia fingida, la sátira y el
·1ocale," es bastante considerable, y cientos de ellas figuran ~n el re¡_:istro histr'>ricn insulto -'formas brechtianas de la lucha de clases", como James Scott las ha
desde müs o menos el siglo XVII. a lo largo del ¡:,e:íodo d·~ ¡¡obi('rnO brilánico, descrito JO. El bagaje de la cultura popular en la India ha preservad<> una colección
hasta el período contemporáneo.del estado postcolonial. en todas partes del enormemente rica de materiales y artefactos ideológicos que corresponden a
pa1s. En segundo lugar, en el contexto de un país tan vasto como la India, lo que estas formas: cotidianas· de protesta campesina, y que no han sido nunca
parei:e ser meramente ''local'', involucrá a menudo ,i 1 territorio y una población incorporadas al estudio de los procesos de subordinación y resistencia en medio
reb~lde mayores que los de las más famosas rebeliones campes inas de la historia ele los cuales han vivido y luchado los campesinos indios.
europea. Pero la d iferencia decisiva reside en otra par;te. No cabe duda que las Esto nos conduce a plantearnos el último y más importante de nuestros
rebeliones campesinas en !a India no parecen tener el mismo impacto político problemas. Sí nuestro objetivo es escribir la historia de fa luchas camnesinas
sobre la evo(ución de las formas estatales o las: relaciones , le propiedaJ jurídica, bajo la forma de una historia en la (]Ue los propios campesinos figuren como
que el que tuvi<:ron en Europa o eh
la China9• Una razón importante para ello agentes activos y conscientes, entonces su conciencia también habrA de tener
es que en la sociedad india, la d:ominación no se ,e jerció exclusivamente, y ni una historia. Su experiencia de las diversas formas de subordinación y resistencia,
siquiera principalmente, a .través de las formas.legales del poder soberano sus intentos de enfrentar las cambiantes formas de vida material e ideológica,
ennrnado en las institucior.es del estado·-o de·los·_señoríos feudales. En con- tanto en fa vida cotidiana como en los fugaces momentos de rebelión abierta,
secuencia, la resistencia no se res.tringió tar¡ sólo ;1 la esfera de las relaciones tendrían que.dejar una huella l'!n su conciencia, como proceso.; de aprendizaje
politico-legales. El estudio de las luchas campesinas en la India debe entonces y desarrollo. Algunos autores, como Scott, han procurado privilegiar l1s formas
abarcar un campo de relacionessocia es mucho más amplio que el que st: cotidianas de resistenci.a sobre los momentos de rebelión abiert) , porque se
considera convencionalmente apr9piadr¡ para la histor ia europea. Por lo ta nto, supone que l,as primeras son más perdurables y , a la larga, más efectivas en su
lo r¡ut: el mc. t'·ria l indio i:xigr:: pi!ía.cl estudio de los movimi,·ntos campesino~ es. transformación lenta y cas i imperceptib.e de las condiciones de subordinación.
11na vez íllil$ . 1;1 apertura y ree,s truúur,!ciún c!e nuestras fr, ,ntcrns d isciplirrnrias Tal vez sea prematuro descartar este argumento en forma aprioristica, p~ro el
heredadas.
hecno es que la esfera de lo cotidiano , quE' es también fa esfera de la aparente
p<!rpetuidad •de la subordinación, está circunscrita por un límite más allá de! cual
El rnt,l"imiento de !11 conr.icncia surge el momento extraordinario, apocalípti co y atemporal de un mundo al revés.
Las impli tacio11es inme; ·liatas.ilr todo elfo para el ¡,rny,:..:t<, de una historia El r egistro histórico de estos breves momentos de rebelión abierta nos permite
india de la p()Jít ica rnmpesiria son, en primer lt1gar, (]lle la esÍi;ra de las relaciones vis lumbrar la región nc, dominada de la conciencia campesina:' percibir así lo
político-legales que em;,nán del est,i'do rio puede seguir siendo cons iderada como cotidiano y lo extraord inario corno partE-s de una misma u nidad de ti empo
el espacio éxtlusi yo, y tal vez: ni siqúíera el principal, de 111 lucha campesina. histórico. ·
En segundo lt1gar; en comparación con ia "comunidad campesina" de la Europa ?ara llevar más lejos este argumento, podemos señalar que, en las sociedades
feudal, la esfera de la cornunidacl"aparecerá aquí. como int rincadamente dife- agrarias, es siempr e el espectro de unc1 rebelión abierta del campesin,,do lo que
rll!nciadil y c~tr,111flc~dll, dotac.!11 dtt unn formu estructural que le permite una atormenta la conciencia de las clases dominantes, moldeando y transíormando
flexlbilldad mucho mayor y, por consiguiente, mayore,: c;>porlunidades ~5tratéglcas sus formas·de ejercicio de la dominación. Esto se aplica ta nto al estado colonial
tanto para les campesinos como para las clases dominantes en la lorrnaclón de en el período del gobierno británico en India, como a la .,ituaclón actual, a pesar
alianzas y oposiciones. En tercer lugar, ~n los largos lntervaJ.,s entre -ebeliones de haberse estabiectdo derechos politlcos universales en favor de la población
campesinas 11rmildns abiertas, o·,intre distintas fases de propa¡¡nclón de los adulta, Por supuesto, aproximadamente en los últimos cien años, la naturaleza
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y las formas de dominaci ón sobre los campesir.os han cilmbiado fundamen tal-
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~ ~~P('('lo di.:).t;1t·:1,lo J}<Jr ~rfrw l la.b1b. "'TI te l 1c;:u,,l11t III lndian _Hís1ory", Srkiu/ S(ic1111.11 J r, rlo. J (Mardi l 98JJ:
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10 J;,me.,;; Set u, Wtap,.ms nftlit \reak: Ert!l')tlay ¡.·,m11t of Pt•cwuu /?esi.,1e11c:e (New Havcn, Conn.: Y:al•! Univer~ity
Press. 1985).
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210 ..,,,..;: ·. .,

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1

mente. Las for mas 111.Is an'iguas de explotación y servidumbr e fcuclal 11.in siclo ·,u.
: ~:'
reemplazadas =n graI· 111edida por nuevas for mas de extracción del excedente,
que están mediad;:1s por mecanismos de rn ercildu y politic.,s fiscales. ,\ su 1•e1. ,
estos cambios no !tan sido resultado de reform a•; impueslilSdesde arrihJ: ante~
bien, desde los días dd ¡¡,)bierno colonial. una serie de luchas campesinas ha11 El Estado Nacional'
obrado sobre las estructuras de dor.iinación para cambiarlas y modificarlas.
Incluso las nuevas instituciones políticas del gobierno representativo. que pugl)an
por darle forma polít:ca al magma de re.ladones sociales en un país agrario tan
enorme, son a su vez moldeadas y asumen /armas que resultarían irreconocibles Partha Chauerjee
en términos de 13.s democracias llberales de Occidente. Para dar un ejemplo,
el fenómeno de lc1 m 1siva y uniforme oscilación en el voto a lo largo de grandes
regiones, que ha sido característico de varias elecciones recientes en la India, Planificando la planificación
es de una magnitud y extensión geográfica desconocidas para las democracias
liberales occidentales, y resulta inexplicable ,m términos de los criterios normales En agosto de 1937, el Comité de Trabajo del (Partido del] Congreso, en su
de comportamJento electoral. ¿Es posible ver en ello la forma de una conciencia reunión en Wardha, adoptó una resolución recomendando "a los ministerios del
campesina insurgente que, habiendo aprendido a su manera los mecanismos Congreso el nombramiento de un Cornil•! de Expertos_para considerar problemas
del nuevo sistema de poder, estaría ahora expresándose mediante métodos urgentes y vitales, cu ya sol ución es uecesarla para cualquier programa de
totalmente nuevos rle acción política? reconstrucción y planificación social nacional. Tal solución requerirá de un amplio
Una hist oria india de las l\Jchas campesinas nos r evelará mucho más que estudio y recopilación de datos, as! e.orno <le un objetivo social claramente
simplemente <>I recu~nto de las rebeliones campesinas medievales, ya q1Je se trata definido" I. El trasfondo Inmediato de -esta resolución era la formación de
de una historia que constituye nuestro presente activo y viviente. Es una historia minister ios en seis (m?S t,,r<le en ocho) ¡JTovincl11s de la India, por parte del
que nos revdará por qué los campesinos, al identifkar al estado colrmial r:omo ¡P,,rtido del l Congreso, bajo las m,evas disposici011es consti1 11cionales, y los
su enemigo - corn1J en 1857 ó 1942- , lograron sE:r mucho más ·aclicales e ru t:sliona1nicntos plante.ndus: en e~pec al por los gandhianos (incluido el propio
( ia11dhi), sobre la responsabili dad del partido en la regulación (más precisamente
intransigentes en su opc1sición que sus compatriotas mr,s ilustrados. Es una
historia que educará a aquéllos de nosotros que p1t'tendemos ser sus educadorP!;. restricción) del crecimiento dt> )¡¡s industrias modernas. la izquierda del IPartido
del] Congresll prr,curó dejar <IE: lado Pste machacón debat!! ideológico, planteando
De hecho, una historia india de la lucha campesinil es parte fundamental ut' la
historia real de nuestro pueblo; queda en m¡¡nos del/la historiador/ a la t.:irea.de que todo el asunto de. los políticas industriales del partido debía ser resuelto en
el ma•co de un plan industrial para toda la India", qu~ debía , er encomendado
descubrir en ella su propia autoconciencia.
a este comité de expertos. De acuerdo a ello, Subhas CHandra Bose, en su discurso
¡:
presidencial ante el Congreso de Harípura en febrero de J938, declaró "'a sugerencia ,I..•
de la Comisión de Planificación· , que el estado nacional adoptaría "un extenso ¡,,
programa para socializar gradualmente la totalidad de.nuestro sistema agrícola f
e Industrial, tanto en la .eslera de la producción cc,mo de la apropiación". En ~
octubre de ese año, Bose convocó a una conferencia de Ministros de Industria ¡!
de los ministerios controlados por el !Partido del] 'cc>ngreso y poco. después
anunció la lormaclón de un Comité N11ciorial de Planificación (CNP) con·Jawaharlal
Nehru como presidente. De : los quince miembros del comité, cua:ro

• Traducción de An~ Rebec• Pr• d• del capítulo "111c Nationat Statc". En: 11,, No1io,1a11d /11 Frugmt m1.
Colo11ial
uml Posrco/o,,inl Hi,rnri,s. Princo•on. Princeio, Uníversily Press, 1993,pp.- 2110-219.
1 E,10 pane del trob,jo ~• bo.u en gran medid• en Rogha1lendra Oonopadhyo¡, "Thc Ideo of Plonn,ng
in Indio,
» .
1930- 1951" T,;ii doc1orol, Au~lrollon Nolionol Univcrsi1y. Conbcrra, 1985.
1
-·---- ----
212 ; . ;:·.. . .,.
f/ Es,ado N ,e,, , ol 213
(Purushott :,melas Tld,urclas. All. Shrnff. -\mbalal ~arabhai, W,11<hand l-lirac.:hand)
1twlid,1d prolPsional de India, apenas abrigaba dudas acerca de la Impo rtancia
eran prominent es comerciante~- e industriales. cinco eran ci(:ntíficos (Meghn;id
cen tral de la industrialización en el desarrollo de una nación moderna y próspera.
Sahi.1. A.K. ~alrn. Nazir ·Ahmed. '!.S. Dubey y .J.C. CihoshJ. dos ~r:,n economistas
Sin embargo, la propia estrategia política de construir un movimien to masivo
(K.T. Shah y Radhakamal Mukherjet ) -en realid 1d tres, s1 incluimos a M. contra el gohierno colonial había requerido que el [Partido del] Congreso se
Visves\'araya. que acabab?. de escribir un libro sobre planificaci ón- y tres haDían
adhiriera a la idea de Gandhi de que la maquinaria, la mercantíli;,;ación y el poder
sido Invitados por-sus referencias políticas (J.C. Kumaraµpa. el gandhlano, N.M.
estatal cen tralizado eran maldicione s de la civilizació n moderna, Impuestas al
Joshi, el líder laboral, y el propio Nehru). El Comité comenzó a trabajar en
pueblo indio por obra del colorúalismo europeo. Según Gandhl, la causa primordial
diciembre de 1938.
de la pob~eza india era el propio industrialis mo, antes que la falta de capacidad
No obstante, el Comité Nac'ional de Planificaci ón, cuyo trabajo electivo \1r- para la industríalízación. Hasta los años 40, este argumento era un rasgo
t ualmente cesó después de más o menos un año y medio -luego del estallido de característ ico de la retórica de movillzaci ón nacionalis ta del [Partido del]
la 1iuerra, la renuncia de los ministros del [Partido del) Congr eso y, finalmente, Congreso, . Sin embargo, cuando el nuevo estado nacional estuvo listo para ser
el arre.sto dé l'!ehr\J en octubr e eje 1940-, constituyó la primera experiencia real conceptuallzado en términos concretos, se hizo necesario desechar este bagaje
para el em".:rgente liderazgo estatal del p artido, y en particular para Nehru, en ideológico arcaico. J.C. Kumarappa llevó la primera sesión del CNP a un callejón
la formulaci ón de un.1 Idea de "planificac ión nacional"'. Antes de menciona r sin salida ál cuestionar su autoridad para discutir los planes de industrializ ación.
,. ' brevemente los contenidos concretos de las dlscuslo,,es de ese comité, señalemos Según él, el (Partido del] Congreso había adoptado como prioridad nacional la
los 11spectos ll)ás significativ os de la forma que adoptó el ejercicio. restricción y eliminación del Industrialismo moderno. Nehru tuvo que intervenlr
En primer lugar, la planifü:ación surge como una forma d e determina r la política declarand o que la mayoría de miembros del comité considera ban que debla
estatal, inicialmen te cornd política económica de los ministerio s provinciales promoverse una industria en gran escala siempre y cuando no "entrara en conflicto
controlad0 s por el [Partido\d el] Congreso, pero inmediatamente después como cor. las Industrias domésticas". Haciendo énfasis en el nuevo contexto polftlco
el marco global par'.1 el ejercicio coordinad o y coherente del conjunto de políticas en el que :1e movía el partido, Nehru afladió significativ amente: "Ahora que el
de un estado·nacional que ya se vislumbraba como idea concreta. A este respecto, [Partido del] Congreso está, hasta cierto pur.to, Identificán dose con el Estado
la planificac ión no era sólo parte c1e una anlicipacl6n del poder por parte del no puede Ignorar el tema del fomento y establecimiento de industrias a gran escala'.
!iciPrn;.go f•., t,11,ti de E>ste partidn. también era una ar.ti, ipaci/,n de las fnrmas No puede haber planificación, si esta planificación no incluye a la ¡,'tan industria...
.:oncret;.is ,:,, rjrrcicio <le d icho poder en el marco dt' n:1 Pst.id<• n.icion.il. En (y) no se :rata sólo de que el tema de la gran industria figure entre las compe-
segundo ln;,;,r, la planiíicaci ñn como eierdi:io de polilica f"Stat;tl ya incorporab a tencias del Comité, sino que el tomarlo en cuenta es una de sus obligaciones".
desde entonces su elemento mós distintivo: su crnstitu<'inn corno un cuerpo Kumarappa persistió algún tiempo más en sus inútiles esfuerzc,s, luego de que
<le experto.< y s11 actividad como la evaluación técnica dr· políticas alternativa s virtualmen te todos los demás miembros del comité mostraran desacuerdo con
y la determina ciór) de o¡:,ciones con fundamen to "cien tífico". Al escribir en sus ideas, hasta qt e finalmen te r enunció. El mismo Gandhl no parecía apreciar
1944-45, Nehru mencionó este hecho com·o un aspecto menior óble de su expe- los esluerzos del CNP, o quizás los valoraba demasiado bien. "No estoy seguro",
riencia con el CI\IP: . "Habíamos evitado una aproximac ión teórica, y como cada le escribió a Nehru, "de que el Comité esté tr abajando conforme a los lineamientos
problema en particular era cons derado en su contexto más amplio, nos conducía de la resolución por la que fue crtado. No sé si se mantiene informado al Comité
inevitablem ente en una dirección particular. Pan. mí, el espíritu de cooperación de Trabajo acerca de sus acciones... Me parece que se está malgastando mucho
de los miembros del Comité de Planlflcación fue µ.1rtlcularmente tranquiliza dor dinero y trab:ijo en un esfuerzo que producirá pocos frutos o ninguno"3• Por su
y grat¡flcant e. y lo percibí como un contráste agradable frente a las disputas y parte, Nehru no ocultó su impacienci a con ideas tan "visionarias" y "aclentílicas"
conflictos de la polítlca" 2• y lundamentó firmeme.nte su propia posición en los principios unl·: ersales del
En tercer lugar, la convocatoria' a un "c.o mlté de expertos" era en sf misma prognso histórico: "Estamos tratando de ponernos al dla, en la medida de lo
un Instrumen to Importante para dnr s11llda a un debate polltlco que 11ún se reslstla posible, con la Revolución lndul;trlal que tuvo lugar hace mucho tiempo en los
l desaparec er, como para Irritar los ánimos del emergente lidera.!go estatal
del países occldentales"4•
lPartido del) Congreso. Este liderazgo, junto a la vasta mayoría de la lntelec-
~ M,1'. Onndhl, c•,/1,rttJ Work, o/ Mah,uma <Ju111/~f, 90 vol . .Nueva Pclhl: Publleatlons Olvblon, 1978, 70:
6
2 Jaw:ihftrlal 1'ehru. fh,• /liJ', n,·ay ~( /,11//u. Nno•• Ym,: Joho Doy. 1~16, p. Jú,.
4 fawohorl,I NchfU, Jawaharlol N,hm'.1 S¡i,,c/\,s Nueva Delhi: Puhl,cntiuns Division. 1954.:: 93.
214 =~ • • ·- .:horrer¡e.,
f l Es>cdo Nocionol 211:i
La cuestión aquí no es tanto si la posición gamlhlana se había vuelto puliti-
camente in•,iable de modo que el abrumador consenso sobre la industriJlización lorma de c•xplotac:1611 a la nación (drenaje de fo r!qüez.a nacional. destrucción de
dentro del CNP podría ser declarado c:>mo una suerte de ··reflejo" de una asig- su sistema produclil'O, creación de una economía Jtrasada, etc.). En consecuencia,
nación de priorld,1des que ya hubiera sido determinada en la arena política exterior el auto-gobierno era legítimo porque representaba la forma históricamente
al Comité. Antes bien, la institución misma del proceso de planificación se necesaria del desarrollo nacional. La crítica económica al colonialismo fue asl
convirtió en un medio para establecer tales prioridades a nombre de la "nación". la base para otorgar un contenido positivo al est_ado nacional indepe11diente:
Puede decirse que el debate sobre la necesidad de la industrialízaclón fue el nuevo estado representaba la única forma legitima de ej,erc,cio del poder porque .
polit!camente resuelto en el momento en que la planificación se convirtió exl- era Uf!a condición necesaria para el desarrollo de ]a)laclón.
.tosamente en un dominio externo "a las disputas y confllctos de la política". Ya Una Ideología desarrollista, entonces, era parte constitutiva de· la auto-
en los años 40, la planificación había surgido como una modalidad institucional definición del estado postcolonll.ll. Él estado no·estab~ conectado al pueblo-nación
central, a.partir de la cual el estado detenninaría ta asignación material ele recursos simplemente a través de las formas procedimentales de gobierno representativo;
productivos dentro de la nación: una modalidad de poder polítko que se también adquirió representatlvidad al dirigir-un pi:ogr~ de desarrollo económico
{...... constitula así fuera del .propio proceso políti~o inmediato. a nombre de la nación. A través de las prlmeras-se·conec.taba -como en cualq_uler
forma liberal de goblem:r-, la soberanla polítlco-leg¡µ.del estado con la soberanla
La racionalidad del nuevo estado del pueblo. A través del segundp se conectában. directamente los poderes
soberanos de aquél, con el blenestnr económico de éste. Los dos nexos no tenían
¿Por qué fue necesario diseñar una modalidad de poder tal, quE pudiera necesariamente las mismas Implicaciones pará un estado que estaba en pror.eso
funcionar tanto dentro como fuera de la estructura polltlca construida por el de definir cómo usar sus poderes soberanos. Lo que la-gente podla expresar como
nuevo estado postcolonlal? La respuesta empieza a vislumbarse tan pronto como voluntad propia a través de los.mecanismos de representación del proceso
descubrimos la lógica a partir de la cual el nuevo estado se relacionó con la político, no necesariamente era .lo mejor para su bienestar económico; lo que
"nación". Para el liderazgo estatal emergente esta rdación se P,Xpresaba di' manera el estado consider: ba importante para el de:;arrollo económico de la nación no
bastante característica. Entre paréntesis, cabe aclarar que, como portador (!P, era necesariamente lo que se rat_ificarla a través deJos mecanismos de repre-
un,, orientació n ideológica fundament al, este grupo 1m1 mucho ma:mr qur. sirn- sentación. Los dos criterios de representat,ividad y por lo tanto, de legitimidad,
picmentc ur, sccr or el,, los líderes del ! Partido r!t>lj Congreso y que I/\ usual bien podían proc1ucir implica ;iones contradictorla5 para la política del estado.
c!istinción ~ntre i.:quierdas y derechas se volvía irrelevante para idc:ntificarlo. La contradicc 1(rn emanó de la forma misma en.que la ideología desarrolllsta
Ya r.n los arios 40, el nr;;umeAto doQ"Jinante ele! nacionalismo contra el gobierno tuvo que adherirs0 ;¡J estado como "el vehículo principal de su misión histórica.
colonial era que éste in,pedía un nwyor desarrollo ele India: el gobierno c:olonial El "desarrollo" implicélba un car iino linear, que se dfrigfa a una meta o a una serle
se había convertí lo en un obstáculo histórico que debía ser eliminado antes que de metas ordenadas t'n ctnpas. Implicaba también el establecimiento di! prio-
la nación pudicr;; avanzar en su desarrolh. Dentro de este marco, entonces, la ridades entre las metas de corto y largo y plazo, así como la elección consciente
crítica económica al colonialismo como 1uerza c·xplotadora que creaba y per- entre opciones alternativas, En ot:as palabras; presuponla una conciencia y una
petriaba el atraso de l;i economía pasó a or.:upar un lugar central. Es posible voluntad racionales y, en la medida en que el "desarrollo" se P•~rcibia como un
preguntarse (en afán provocador) qué sería ·le esta posición nacionalista tardía, proceso que afectaba a toda la sociedad, tamblé~ presuponía una conciencia
si una investigac ión histórica demostrase que, desde el punto de vista de.los y una voluntad: las del conjunto social. Era preciso subsumir los intereses
criterios comúnmente aceptados, el gobierno extranjero había promovido, en particulares en la totalidad y hacerlos compatibles ~on el Interés general. Ya
efecto, el desarrollo económico de la colonia. ¿Hubiera hécho esto que el se sabra que los mecanismos de la sociedad civil, al funcionar a través del mercado
colonialismo fuera más legítimo, o menos justificada la demanda de autc;-gobierno? y de las relaciones contractu ales -y por ello, al delinlr un dominio para el accionar
Nuestros nacionalistas no hubieran considerado suliciente una crítica puramente ¡ de Jo particular y lo accidental -; eran Instrumentos imperfectos para expresar
negativa al gobie1 no colonial y se hubieran sentido avergonzados si la demanda el interés general. Esta conciencia única, tanto general como racional, no podia
de auto-gobierno tuviera que ser anclada en al~n contenido primordial como ser vista como una luerza abstracta y sin forma, que funcionaba implícita e
el de raza o religi ón. El gobierno colonial se r.onsideraba ilegitimo, no porque 1 Invisiblemente a través de los Intereses partio:ulares tle la sociedad civil. Como
reprtisentaba la dommación política de un pueblo extranjero sobre los indígenas: lo diría Hegel, tenía que "resaltar en s~ brill,)", apar~cer como algo existente,
lo extran;ero l1ah l ddqulrido un sello de ilegitimidad porque representaba una expresando lo general y lo racional en forma concreta.

f Hegel nos ha mostrado que esta racionalldad univer,;al del estado puede
216 :'· ,-::•··.' 217

expresarse concretamente en ct0s niveles institucionale~: la burocracia \'Orno encomendándose su ejecución a una administración desarrollista. Pero como
clase universal y el monarca comó voluntad lnmecli~tamemc existente del estado. función burocrática concreta, era sobre todo a través de la planificación que el
El requisito lógico de este último, aún bajo la form.1 con~titucional republicana estado postcolonial afirmaría su legitimidad :orno voluntad y conciencia únicas
adoptada púr la India, fue encarado a tnvés de las !nedidas usuales de entronizar - la voluntad de la nación- persiguiendo una meta tanto universal como racional:
la voluntad .,o.::icrana del estado ·en la persona del Jefe dé Estado. Pero al intentar el bienestar del pueblo en su conjunto.
1 " satisfacer el primer requisito, el estado postcolonial de la India tuvo que enfrentar Por lo tanto, en su función de ltgitimación, la planificación, constituida como
i un problema· creado específicamente po¡: la fornia que aj optó la transición del i dominio externo a la política, habrá de convertirse en instrumento de la política.
l - gobierno colonial al republicano. Por diversas razones atribuibles a las con- .1 Si luego prestamos atención al proceso de la polítiea COlllP tal, de,c:ubriremos
·tfngencias de la política (cuyas raíces histórit:as n.o necesitamos explorar aquí), 1
las formas específicas en que la planificación acabará también ¡:,or implicarse
el nuevo estado optó por retener,· en forma virtualmente inaltenda, la estructura en las modalidades del poder.
básica de la burocracia, li administración policial, el sistema judicial -Incluyendo
los códigos civil y criminal- y las fuerzas armad 3s, tal como existieron en el
Planlfküdón e implementación
periodo colonial. En lo tocante a· las fu'nciones ejecutivas normales del estado,
el nuevo estado funcionaba en un m.3rco de unlversalídad racional; cuyos Sería posible, en primer lugar, desc:'.ibir el proceso político r.n sus propios
principios (aún si hablan sido mal aplicados) se percibían corno contenidos en términos. para luego buscar sus conexioaes con el proceso de I)lanificación, pero
la estructura estatal precedente.• En el caso de las fuerzas armadas, la alirmación ello nos lleváría a una larga excursión por un terreno completamente diferente.
de una continuidad sin fisuras resultó bastante más p~radójica, de modo tal que Empecemos, ·más bien, tomando como punto de partida la comprenslór.. acEptada
aún hoy nos vemos forzados a presenciar desagradables ironías, como cuando de la experiencia de planifinción en la India y observando cómo el proceso político
los regimientos del Ejército de la l11dia.despl,iegan con orgullo en los salones de la infringe y ·condiciona.
sus :uarteles los trofeos de la co,hqu'ista colonial y de la contra-Insurgencia, o Chakravarty nos ha brindado un recuento sintético de esta experiencia desde
1
como cuando Ja Guardia P·esidencial celebra su fundación ... ¡hace 200 años, bajo >. el interior de las fronteras teóricas de la planilicación5• Desde Esa perspectiva,
la gobernación general de Lo.rd _Cornwallls! Pero si.las funciones ordinarias de el proceso político aparece como algo existente, determinado y cambiante, cuando
la adminisfración civil y criminal iban ·a ~eguir sometidas a iormas de racionalidad surge la cuestión de la "implementación del plan". Chakravarty discute los
que el nue,· r.i estado no había adoptado para sí mismo. ¿cómo le era posible problemas de la implementación ,-Je planes considerando a las · autoridades de
pretender legitimidad como autoridad específic.11nente diferenciada df,I viejo la planificación" como una agencia d!rectiva central, firmemente situada iuera
régirr.en? Como lo hemos señal¡¡do anteriormente, esta lo:gitimidad tendría que del proceso político mismo, en la cual t-1odrían10s decir que encarna la ,:onciencia
emanar de le. crítica nacionalista al colonialismo corno JX'der extranjero, explotador universal y racional d_e un estado que promueve el desarrollo de la na~ión en su
y carente de representatividad, asl tomo de la necf'sidad histórica de un estado conjunto6. Una falla de implementación, dice Chakravarty, ocun e cuando (a) las
independiente, capaz de promover el desarrollo nacion,,I. Sería en la función autoridades.de planificación son ineficientes en la recopilación de la información
universal dd "desarrollo" de la sociedad nacional en su C(111junto, que el estado pertinente;.(b) toman tanto tiem po en formular respuestas, q•ie la situación
postcolonlal habria de enco!1trnr s u.contenido clistir.ti\'(J. Esto tendría que subyacente puede haber cambiado para entonces, y (c) las agenci¡_¡s públicas
concret¡i.ne a través de la incorporación de un iluevo ·mecanismo de adminis-- encargadas _d e implementar los planes no tienen la capacidad de hacerlo, y las
traclón del desarrollo, algo que el estudo colonial nunca habla pcseldo d¡ibldo agencias privadas se combinan de manera "estratégica" para trasto rnar las
a su carácter. e>:tranJero y extrac.tlvo. L.l administr,1ción del desarrollo se con- expectativas que los planificadores consideran "parametricas" acerca de su
·vertlría así en e_Lmedlo por el éual b burocracia jel estado postcolonlal se conducta. Chakravarty añade que la última posibilidad -la de um. acción
afirmaría como clase univers,:\l, satisfaciend? sus intereses privados al trabajar estratégica por parte de actores privados- ha adquirido creciente lmp•)rtancia
en servicio del estado, en aras de'-la~ met.as unive¡-sales de la nación. en la economia india en años redentes. ·
La planil!caclón, por lo tanto, 'se ~ÓnvlrÚó eli la esfera de la determinación Veamos más de cerca este análisis. ¿Qué significa decir que los planes p\leden
y búsq'Jeda raclo'náles de esás metas-Jniversales. Era una función burocrática, fallar debido a la insuficiencia de la información que usan los planificadores?
. que habrfa_de lun~]onar por encima de lps Intereses partlcula.res de la so.cledad
civil y que, .como tal;habría de institucionalizarse en tanto esfora de formulación
S Sukhnmoy Ch:>kravo·cy, Developmem P/an11i11g: Tire /1Jdia11 Experie11ce. Oxford: Cluendon Press, 1987.
de políticas, externa a los procesos i:iorrna!es de la política representativa,
6 !bid.,' pp. 40-42.
218 219

Aquí la premisa alude a una separación en tre el planificador por Im lacio, y los Si no partlrnt1s del supuesto de la omnisciei1cla del p lm1ificador. ¡_cómo
objetos de planificación por el otro, siendo estos últimos los recursos físicos . podemos esperar que esta ínformaci :'Jil sea completanienté "..idecuada"'l Aquí,
tanto como los agentes económicos humanos. La "información" es precisamente puede verse que la racionalidad de la planificación practica el auto-engaño; un
el medio a través del cual los objetos de la planificación se consiituyen para el auto-engai1O necesario ya que, sin él, la planificación no podría constituirse como
planificador: existen ··allá-afuera", independientemente de su conciencia, y pi.Jeden tal. La planificación, como encarnación concreta_de la conciencia racional de
aparecer ante ell,1 sólo bajo la forma de "información". La "adecuación" de esta 1111 estado que promueve el de$arrolló económico, puede llevarse a cabo sólo
información conde me por lo tanto a la cuestión de si esos objetos harfsido a condición de constituir los objetos de pla_n ificación c9mo objetos de conoci-
constituidos "correctamente", es decir, constituidos en la conciencia del plani- miento. Debe conocer los recursos físicos cuya asignación.ha de planíficarse,
ficador de la misma forma en que existen fuera de ella, en si mismos. Es obvio conocer a los agentes económicos que actúan sobre e~9s recursos, conocer sus
que en eflos térn.in0s una planíficaclón totalmente exenta de fallas requeriría necesidades, capacidades y propensiones, conocer cómo se forman las señales
nada menos que l.,i omni:;ciencla por parte del planificador. Pero no se debería que orientan su accionar y conocer cómo responden anttrdichas señales. Cuando
usar la Imposibilidad mar,iliesta de este proyecto para convertir a la planifica.ción los agentes se relacionan entre ellos en términos de poder,·es <iecir, a través de
en una caricatura de sí misma. Aunque la postura epistemológica de aprehensión relaciones de dominación y subordinación,.el planificador debe conocer las :;eñale5
de los objetos externos a la conciencia en su verdad intrínseca e indepe11d1e·nte, y capacidades pertinentes. Este coilóclmlentó le permitirá lnfluir sobre la
continúa moldeando, como se sabe, los fundamentos filosóficos expresamente confíguración total del poder mismo, utilizando los poderes legales del estado
declarados de las ciencias positivas, incluida la economfa, en realidad la práctica par¡¡ producir señales y par;1 influir asf sobre el accionar de los agentes,.
de los debates s,)bre la plan,ificación está más interesada en aquellos objetos tal enfrentando un poder a otro para lograr un resultado gen~ral en beneficio de todos
como han sido constituidos ·por el ejercicio de p lanificación propiamente dicho. ellos. Como autoridad de planifidción,' el estapo puede promover In meta
Así, si se afirma que los planificadores han hecho un estimado incorrecto d~ la universi'l del desarrollo incorporando a los di:,tlntos sujetos de poder de· lá
demanda·de electricidad·por no haber tomado en cuenta al sector no organizado, sociedad en un todo único e interconectado. Lo haée.alconvertir a esos sujetos
la acusación real es que a pesar de que "el sector no organizado" era ya un objeto rle poder en obj eto~ de un único cuerpo de· conoclfl'!_ iento.
d e planificación dado <¡'Je se sabía que también era consumidor de electricidad, Aquí e:- do11cle reslde rl ;iuto-engaño, ya que la conciencia racional del estado
no había sido explícita y específi ca111entc coristitulclo como ob_ieto. ya qt1e su ,·1Karnadi1 e11 la au to, id,1J ele la planificación 1,0 agota el ser concreto del estado
d emanda nr, había sido : alcularla. El quid de toda cuestión sobre la "informaci ón ¡:¡ estad o también e;d ; te C<> lll O un espacio donde los Sujetos de pod~r de la '
inadecuada" no SE rdiere a si se sabe o no cuáles son los objetos de planificación: ~ociedad interactúan, se alía11 y pugnan entre sí en el proceso político. El resultado
si no se los conocie1 ~. no podría surgir un problema de información. La cuestión de este ;iroceso es una configuración específica de 'p oder que se constituye dentro
es si han sid0 explícitamente especificados como objetos de planificación. . riel estado. Vistas desde esta perspectiv&, las autoridades mismas de la plani-
Es aquí donde el tema de las modalidades de conocimiento e implementación f;cación son objeto de una configuración de poder en la·que otros son los sujetos.
se vuelve central para el ejercicio de la planificación. Las tres cond iciones que De hecho - y ésta es la paradoja que una "ciencia". dé la: planificación es 'incapaz
Chakravarty menciona como conducentes a una implementación defectuosa tienen de resolver desde el interior de sus propias fronteras disciplinarias-, los mismo~
que ver con las maneras en que el planificador, que representa la conciencia sujetos del poder social que la concie:,cia racional _ del planificador bus.ca com..'ertir
racional del estado, puede producir conocimiento sobre los objetos de la pla- en ubjetos de éonocimiento, atribuyéndoles.capacidad~ y propensiones discretas,
nificación. [n este sentido, aún los llamados agentes de implementación se vuelven pueden convertir a la propia autoridad de la planificación en un objeto de su póder:.
objetos de planificación, ya que no representan la voluntad de la planificación, Sujeto y objeto, adentro y afuera; las relaciones sé revierten tan pronto como
sino sólo algunas d•i sus "capacidades": un plan que no calcula correctamente nos alejamos del dominio de la planíl!cación racional; que se sitúa fuera· de_l
la capacidad de las agendas implementadoras no puede ser un buen plan. · En proceso político, hacia el dominio del poder social que se ejercita y se dispul.'I
consecuenc;a, estos agentes - burócratas o gerentes de las empresas públic_ as- en el interior de dicho proceso. Cuando hablamos de_!· estado, debemos h:iblar
- se convierten en entidades que actúan de manera determinada, conforme a tipos de ambos dominios corr,o su terreno coristitutivo, relaciona11do aluno con el
especfficos de "sei1ales", que el planificador debe conocer para formular su plan. otro. Visto desde ei ·dominio de la pla~ificadón, el proceso po_ l ítico·es sólo. una
El planificador necesita saber incluso cuánto tiempo tardará su aparató en restricción externa, cuyás poslbili~ade~ estratégicas debe!) ser conocidas y
implementar un plan; de lo contrario, la información que le sirve de base para objetivadas como parámetros para el ejercicio de la plan!ficaclón. Y, sin embargo,
planificar podría quedar obsoleta. aún los mejores esfuerzos por lograr una/ 'informacióri ade:c uada" dejan atrás
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,inresiduo no ca.k ulúlo que trab'aja ·impereéptiblemente y. a menudo, perver-


política de clas(' ;, t,il corno se d i o en cada pnís rn
En cada caso, empero, una
transición e~itosa a la industr ialización capitalista requería quP los productores
s¿¡mente, para pertutbar la implementación ~e ·los planes. Este r esiduo, como de subsistencia se vean "d espojados de todos sus medios de producción y de
un "más allá" irreductible. negativo y siempr~ pre sente.en la planificación, es lo todas las gar.antías de vida que las viejas instituciones feudales les aseguraban".
que podríamos Ilamnr, en su senüdo r.nás general, la política. Sean cuales fuesen los medios políticos adoptados para llevar a cabo esta
' ' '

expropiación a los productores directos -y con ella la destrucción de formas


La políllca' de la.planificación: pnmera parle precapitalistas de comunidad que encarnan concretamente la unidad de los
Volvamos a la historia, es.ta vez de cosecha más reciente. Chakravarty dice productores ·cor sus medios de p roducción-, no podrían haberse legitimado a
que a principios de los años 50, cuando el proceso de planificación se inició en través de ningún principio activo y universal de democracia representati va. (Es
la India, se dio un consenso general en torno a un enloq1Je "centrado en las curioso que en el único país de Europa donde se llevó a cabo una revolución
mercancías"' . Es decir, todos estatian de acuerdo en que era preferible una mayor política "burguesa" bajo el lema de libertad, igualdad y lraternidad, la protección
a una menor cantidad de b ienr:s y.en que se requería de un nivel más alto de capital a la pequeña propiedad campesina después de la Revolución signiiicó la virtual
social por trabajador para lograr mejores nivele:; de vida. Obviamente, se postergación de la industrializaci ón por cinco o seis décadas.)
pretendía que el énfasis centtal del desarrollo se situara·en la acumulación. Pero Ya en marcha, la acumulación bajo un régimen de producción pr0piamente
esto no era todo: en el contexto especíJico en que se emprendió la planificación capitalista, podía ser legitimada a partir del reconocimiento a la libertad universal
en la [ndia,.la acumulación debía a S:J VE:Z reconciliarse con la legltimar.ión. "La de contratos y a los derechos equitativos de propiedad, ambos basados en el
adopción' de una forma representativa de:gobierno, sobre la b.~se del sufragio derech9 propietario sobre las mercancías. Una vez que la acumulación originaria
adulto universal, tuvo por· cierto etectó's sobre el ejercicio del poder político, ha llevado a cabo la separación del productor directo respecto a sus medios de
como también [o tuvo tod.o epegádo del 111ovimiento nacional; con su conjunto producción, la fuerza de trabajo queda disponible como mercancía perteneciente
específicamente articulado de objetivos econ6q1icos". Ambos objetivos -la al trabajador, y éste tiene el derecho a venderla en una relación contractual libre
acumulación y la legitimación- tuvieron dos implicaciones para la planificación con el dueño de los inedios de producción. Sin embargo, como ideología política
.1
en la India. Por un Indo, la planificación ~ebía ~er "uria manerá de fvitz.~ los rigores 1 de l~gitimación de la acumulación capi talista, est-1 doctrina estrictamente liberal
,,_ innecesMios de una transic:if>n industrial, en'¡¿¡· medidaen q1·c ésta afectaba a la 1 -centrada en la "libertad"-, gozó de una vida sorprendentemente corta. Ya en
111asa de habi t,rntes de las alde,,s incfias". Por otro lacio. l,1 planificación d ebía la tercera o cuarta década del siglo XIX. c uando había culminado la primera [ase
•:011vertirse é 1\ " u 1\ ir slrLITnf:n t<. ¡i osiUvo para la rcso/uc1ú:i tle c0nflic10s en un de la Revo lución Industrial en Gran Bretaf1a, el nuevo co ntexto de conflictos
s 1,bcontinente gránd,: y hr.terogt':neo"x. ¿Qué sigr,ificado ll' nían es tos objetivos políticos hizo necesaii o introducir matices al significado .d e la "libertad", mediante
en términos de fa rnlilc ión entre e l es tado y el jiroce! o ele p lanificación? nociones corno el derecho a la subsistenc ia, a condici ones adecuadas de t.rab&jo,
En las iormas clilsi~as de industrialización ~apitalista, la ,L1:·u mulaci6n originaria a una vida decente. Con el tiempo. esto significó el uso de los poderes legales
requería del uso de una variedad de métodos coercitivos para separar ¿¡ la gran del estado para imponer restri cciones a la libertad de contratos (to,·intes ,, las
masa de pto,Juctores directo!; 'de sus medios d() ¡)f(i ducción. 1,ste era el ··secr eto" horas d~ trabajo. al salario mínimo y a las condiciones físicas de trab2j<, y de vida)
de la llamada acumulación primitiva, q·ue no [ue resultad o del mo :lo capitalista y para restringir el líbre goce de ganancias provenientes del uso productivo de
de produ,:clón. sino su punto ele partida. En un proceso histórico ,:o ncreto, esto la propiedad'(principalrnente a través de la aplicación de impuesto:, a los ingresos
significa "la expropiación que priva eles.u tierra al productor rural , al carnpesino"9. más altos para financiar el gasto público en salubridad, educación, salud, etc.).
En la; formaciones sociales precaplt'alistas·, las poi .ibilidades y límites de la - Aunque estos hechos podr!an ser vistos como compatibles con los objetivos a
acumulación originario estuvieron cladus por la configuración específica de la lucha largo plazo de la acumulación capitalista, en la medida en que facilitaban la
cont[nlla reproducción de una fuerza de trabajo de calidad satisfactoria. es preciso
también reconocer que se dieron en respuesta política al incremrnto de los
conflictos sociales y movimientos de oposición. En primer lugar, en tanto doctrina
poHtlca de legitimación, ello supuso la creación de un contcl'1ido general para la
7 lbiJ.. p. 7'.
H lbid , pp. 2-~. ~nfom auicl<>n>I.
9 Korl Morx,Cnprtal. vol 1, 1t:id. 5amud t-.fomc y Edw;ml i\vcli11g (Mo~1i; Prog,c~s Publi~her:i., 197 1). pp. JO Ver T.H. A:-::t011 y C.H.E. Philp~n.etls., The B_re,uu11· f?elfht~: Agrarinn Class Sm,chlfe mkl Eco, wmi.c Del'elopmellt
667 •7(), fN.E.. Para ta ")f CSClllc vcn.if,n ~ h:1 cn11sul1:ulo h I rudm.:ci6n dc·wcm.~1.•,fau R(.X:CS, f./ C,1piUJ/. Crr"th:a de ;,, Pre-lodus1rinl Europe. Cambndgc: Cambndgc Un1vers11y Press, l 98 7.
la E1·1111,.111ía Pofi1in1, ,,01. l. Móito Fo11lln 1k Cu11u ,~, l.1.ont'm1k n. 1966. p. 609.J
, .... ,
222 El bledo~ Joc,onnl 223
idea del bien social, donde se combinaba la ¡m,p1ed;id lilpitali;;t;1 c(l11 b p 1<;- cada grupo particular llabria de pagar y_los '1beneÍicios necesarios" que también ·
ducción de consenso a través de procesos políticos re presentativos. E11 ~l'gundo
lugar, supuso que la determinación de este contenido no iba a ser 1nedialjzada l· le correspondían. Pero ¿quién podría usarla de !:!Sta manera como "'instrumento
positivo"? Es pr_eciso detenernos aún.en el abordaje de esta cuestión.
por los actos particulares de los agentes económicos de la socierJ,1d civil. sino 1 Es harto conocida la forma específica como se resolvió el doble problema
directamente, por el accionar del estado. El curs(' d~ este tránsit(, desde el de la planificación -co.rno acumulación y como legitimación-, especialmente a
concepto ele "libertad" -un concepto estrictamente liberal- al concepto de partir del segundo y del tercer Plan Quinquenal.. Debla exlst!r un sector Industrial ·
··t;ienestar" coincide por supuesto con la historia política de In democrncia intensivo en capital [capital intensiuej de prQpiedad estatal y un sector -industrial
capitalista en el último siglo y medio. Lo que necesitamos observar aquí es el privado productor de bienes de consumo airecto, además de ún sector agricola
hecho de que, como concepción universal de la totalidad social bajo la égida de privado. Los dos primeros eran los séctores ' modernos", que debían ser
una democracia capitalista, Jos elementos del concepto de "bienestar" habían financiados por la ayuda extranjera, 1-:>s préstamos a bajo interés y los Impuestos
ya sustituido al concepto de "libertad" pura en la India, y estaban a disposición a los ingresos privados, que recaían. principalmente sobre el sector de bienes
del liderazgo político que se <lió a ta tarea de construir la ideología estatal. de consumo. Se percibía al sector agrícola como u"n sector dominadó"por la
Por consiguiente, los "rigores innecesarios" de una transición industrial se pequeña producción mercantil, y es allí donde aparecerían las principales grietas
refieren a aquellas formas de expropiación a los productores de subsistencia, en la estrategia de desarrollo. Se ha señalado que·_el segundo y tercer plan
asociadas con el proceso de acumulación originaria. Nuestros planificadores carecieron por completo de una estrategiaagrkola, pero aún sin tenerla, revelaban
dirían que ésta es la condición paramétrlca establecida por los procesos políticos un optimismo francamente excesivo respecto a la ·c apacidad a largo plazo de la
en el momento en que la planificación ,nició su trayectoria en la India. Sin . agricultura tradicional para contribuir a la Industrialización a trav~ del suministro
embargo, si la industrialización iba a llevarse a cabo, ello implicaba necesariamente de mano de obra y comida baratas12• El asunto se fomiula a ménudo como si fuera
el uso de los poderes del es~do, sea directamente mediante sus instituciones un problema de estrategias alternatívas de.planÜicación, y se sugiere que, de
legales y administrativas, sea a través de los actos de algunos de sus ·agentes con haberse llevado a cabo r,~formas agrar.ias adecuadas poco después de·la inde-
poder social sobre otros, para imponer el nivel necesario de disocia<.:ión entre pendencia, se habría abierto una vía d,~ desarrollo muy_distinta, evitando la "crisis''
los productores directos y sus medios de producción. Como el misnt<i Chakravart)' en que se sumió el p1 oceso de .planificación a mediados de los años. 60. El
j,; sef1ala, el primer modelo de desarrollo adoptad<.1 en India fue una vnr;,lllt(' del problema con este argumento ·- si 'se lo analizá desde el punto de vista polí-
modelo de Lewis, donde un sector "moderno" ab;it(' y recrnplazil al se\ tor •·tra- tico- reside precisnmente en la confusión-que iptrod~ce en cuanto a la relación
dicional", con rlos variantes s ignificativas: la clcs;igregación del pro¡;io sector efectiva 1:ntre el conjunto y sus partes, entre lo universal y lo particular, en el
moderno en un sector de bienes de capital y un sector de bienes de consunl'i: accionar de un estado que fomenta y supervi~.a un-progr_ama planificado de
y la nsignación del papel protagónico en el sector 111odcrnrJ. no direcl;.i nenf P. ,1 desarrollo capitalistil. Parn desc ubrir la nat_uraleza de esta relación, necesitamos
los capitalistas. sino a 1111a burocracia des;-¡rrollista 11• A pesar de estas v¡,riantes, considerar a la industrialización planificada como parte de un proceso que se
el camino esc0gido para el desarrollo seguía provocando conflictos entre grupos podría definir c~mo ia ··revol:.ición pasiva del capital".
sociales e implicaba el uso del poder político para conseguir la mooalidad y
velocidad requerida~ por el proceso acumulación. Dado que no podía permitirse
, _La revolucíón pasiva ~l
que las políticas e,;tatal~s "nece.sarias" para garantizar la acumulación·pudieran
ser determinadas tan sólo por vía del proceso político, le correspondió a !_as ,_Antonio Gram~ci ha definido a la ''revolución pa_siva" como una revolución
instituciones de r lanificación --esa encarnación de la racionalidad universal de en la cual los nuevos aspirantes ,,1poder, al carecer de fuerza social para lanzarse
la totalidad social. situadn por encima de todo int~rés particular- emprender lo a un asalto.en gran escala sobre las viejas clases domi"nantes,_optan por el-c,Lffiino
que en realidad fueron los "rigores necesarios" de· la industrialización. Dada su de satisfacer las demandas de la nueva sociedad "en pequeñas dosis, legalmente,
situ;ición externa respecto al proceso político, la pl?nificación pudo entonces de manera reformista", de tal manera que no se liq:uide la posición política y
convertirse en "un i11:;I rumento positivo para la resolución de conflictos", al económica de las vlejas clases feudales, evitando una reforma agraria y espe-
determinar, en el marco universal del bien común, !(,s "costos necesarios" que cialmente impidiendo que las clases populares se embarquen en la experienc~a _

l l Ch:tkrav.1r1y, D,•,·elo{'mi!m flwmillg, p. 14.


12 !bid.. r- 21.
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El f.$1,1d.."' l'J·: · . ,1 225

política de una transformación social funclamen\all.1_ l'or ciert->. (iramsri considera clases dominantes µrecapitalistas. t\l~s bien, opta por limitar su anti guo poder,
a estt fenómeno como produc to de una ··1ialéc.tica bloquead~··. lo que constituye por neutralizarlas cuando sea neces;irio y por atac:irlas selectivamente. some-
I a
una excepción ia forma paradigmática de revolución burguesa. que él define tiéndolas en general a la posición de aliadas subsidiarias dentro de la e:;trnctura
como jacobina. Sin embargo, más útil pareciera argumentar que, corno modelo estatal reformada. De este modo, la dominación del capital no se :unda en su
(I
\_· \' histórirn. la revolución pash a const_it1,1ye en realidad· el marco general de la poder hegemónico sobre la ··sociedad civil". Por el contrario, persigue la
construcción de una hegémonía sintética, a la vez por encima de la esfera de la
transición capitalista en sociedades donde la hegemonía burguesa no se ha
conc, etado a la manera clásica 14 . Eri:una "revolución pasiva", los desplazamientos sociedad civil 1 y de la comunidad precapitalista. La cosificación de la "nación"
históricos en las relaciones estratégicas ele fuerza entre el capital, los grupos en el cuerpo del estado se convierte así en el medio para construir ei:ta es,ructura
dominantes precapitalistas y las.masas populares pueden percibirse com'o una hegemónica, y el grado de control que se logra sobre el aparato del nuevo estado
serie de momentos contingentes, coyuntu;•ales. En ningún sentido esencial podría se convierte en precondición para avanzar en el desarrollo •!Con.':,mico. Es
suponerse que aquf la dialéctica estf'bloqueada". Antes bien, las nuevas formas mediante un estado intervencionista, que entra directamente al dominio de la \ /
de dominación.del capital se hacen comprensibles, no como desalojo inmanente producción, movilizando y administrando los recursos ''nacionales" abiertos a \
de las contradfcciones anteriores, s!J.lO como parte dé uria hegemon!a construida la inversión, que se preparan les fundamentos para la industrialización y la ~
que se háce efectiva a través t.lel ejercicio exitoso del poder -tanto de coacción expansión del capital. A pesar de todo, la dominación del capital sobre el estado
como de persuasión-, pero que al mismo tiempo es· incompleta y fragmentada nacional continúa siendo restringida en más de un se'ntido.o Debe compartir In
debido a la fundamental im,:iugnación que sufren las d1i mandas hegemónícas función de representar l1J "nacional-popular" con otros grupos gobernantes y
desde el interior de dicha totaildad construida15. Por lo tanto, la distinción entre debe reducir su papel transformador a cambios de tipo "molecular" y reformista. (
"hegemonía burguesa" y "revolución pasiva" Implica que para la primera, el poder Como lo hemos señalado, de este pr<)ceso surge la institución de la planificación,
persuasivo de la dominación burguesa no puede anclarse en la idea universal como el medio a partir del cual se racionaliza la "necesidad" de estos cambios, .,_,__
de " libertad" y que ésta t iene que ser reemplazada por alguna otra idea no en términos de tal o cual grupo particular, i:ino a nivel de la sociedad en su
universal 16. conjunto. .
En el caso indio podemos considerar la "revolución pasivil" corno un proceso Para el modelo de desarrollo adoptado por la India, el sector mouerno es
que supuso la formulación d~ un programii. polílico-icltológicn rapaz de construir claramente el élemento dinámico. Como proyecto, la industrialización emanó
la más amplia alianza,nacionalista posible contra el poder c·olonial. E' objetivo de la voluntad par ticular d el sector moderno; el "consenso general" .,1que se
d e este programa ha sido el de d_ a r forma a 1.,n estado-naci ón políticamente refiere Chakravarty fue de hecho un consenso den:ro del sector mo derno. Pero
independiente. Sus medios im_p lican la creación de una serie de alianzas en la su voluntad de transformación tenía que ser expresada en términos de un proyecto
estructura organizativa del movlmie.nt<J nacional, o entre la burguesía y o tras general para la ··nación", y esto sólo podía llevarse a cabo subsumiendo en el
clases dominantes, las cuales movillzaron bajo su lider~zgo el apoy<• masivo de cuerpo cohesivo de un único plan para IJ nación, a todos los elementos que
las cias es subordinadas. Su proye~'to.consiste eil una reorganización del orden parecían ser "limitaciones" a la voluntad particular del sector moderno. Si en los
político, pero se ve limitado en dos sentidos fundamentales. Por un lado no 0
años r.incuenta no se había intentado realizar una reforma agraria, ello no SE debió
intenta romper o transformar radicalmente las estructu~as institucionales d e la a una "falla" de la planificación, ni a un desliz de l:i dubitativa "voluntad politica"
autoridad "racibnal" que hablan siqo estableéldas'en el período del gobierno de los gobernantes. Se debió a que en esa etapa d e su trayectoria, el constructo
colonial. Por otro ladó, tampoco ·emprende un asafto frontal contra todas las ideológic_o de una "revolución pasiva del capital " requería de la consciente
incorporación a su dominio, ce un mecanismo representativo asentado no sólo ,..
en los agentes individuales de la sociedad civil, sino en estructuras enteras de \:J
.... ~-
comunidad precapitalista, que fueron asumidas en sus formas existentes. En la
l:l AnluMI0 Oram~I! S~/1c1/m1,1 /l't11H 11!11 Pr/,011 No.11br1;,kl, lrod Quln1in Rooro y Ocol'rrey Nowell Smi1h, Nu~vo
York: ln1emo1lon&I Pubhiher1, 1971, pp. 44,120. [N.F.. l'uedc con,uhon<e t•mbitn lo edirlón cosiell•n• do C,rndrrnos arena pol!tica·, esto se expresó baj'o la forma de los llamados bancos de votos,
dt úi Cdrctl II ), No10, sqbre Maqu/,,v,lo, snbrr Po/11/ca y sohrt •i &1adu Moderno, 1rod11cción de Frnnclsco Aricó, una car¡¡cterística muy debatida de las elecciones indias entre los ai'los 50 y 60.
Mtxlco, Juan Pablos Ed11or, 1975, pp. 96-102.J . . · ·
14 Asok Señ, '-i1leFroutle~ oflhe PriJm,Nmeh<-~Jci, Ecmwmlc niki Polltlc<1/ Wu.J:.l_v: R1t·vit!11 11/ Pollllr.nl Ccmm,ny En ellos se expresaban las formas de poder social basadas en la propiedad de
,3, no, H 1918>: PIW •36, , la tierra o en lealtades religiosas y de casta, pero traducidas a modaltdades
U Sobre <1riunto. ver.lo discu.!ltln en Ajit Chaudhuri, "Prom Hc¡;emony to Counte.r-Hegemony", y i'onho Ch,11crjee.
"On Gramm's 'Fundamental Míslllke"', Eco11omic m,d Pr>li1i,·a/ \Vet~IJ: R,view of Politkal Ecmwm1·, 23. no. ~
"representativas" de apoyo electoral. En el campo económico, la forma preferida
(1988): PF.19•23 y ,4,26. . . . ' · · · · fue el ''desarrollo de com•Jnldades", dond·e se suponía que los beneficios de los
16 Le ogrndeico o K'olynn·Sonyol por: u~e•inne •~t• id_oo.

/

226 [:I Es1crdo i • ::.,0:,of 227

proyectos dirigidos ¡¡J campo debían ser compartidos colectivamente por toda
la comunidad. Que las estructuras concretas de las comunidades existentes no
eran de ningún ,nodo homogéneas o igualitarias, y que estaban de hecho cons- La política de la planificación: segundó\ parte
truidas sobre formas precapitalistas de poder s,)cial, no era un hecho ignorado

~
La estrategia de una r~volución pasiva tenía por objetCl co~tener los conflictos
u olvidado, sino más bien reconocido en forma tácita, porque éstas eran, pre- de clase hasta que adquieran dimensiones ma.n ejables, as1 como controlar y
cisamente, las estructuras que servían al estado "modernizador" para garantizar manipular la miríada de relaciones de poder dispersas en la sociedad con el fin
su propia legitimació11 en los procesos elec-cionarlos representativos. ~ería por de favorecer lo más posible el impulso hacia la acumulación. Pero es un hecho .
lo tanto engañoso criticar a esta fase de la estrategla de planificación señalando que los conflictos no podían ser totalmente evitapos.. Sí entraban en conflicto
que los planificadore:; "no se dieron cuenta de la naturaleza y dimensión de la los intereses particulares, era de esp.e rar que se díera,n movilizaciones basadas
movilización política que se requerirla para producir.los necesarios cruribios en dicr.os intereses. especialmente en' el marco de un.proc~so político ¡¡sentado
institucionales" con el fin de lograr que la agricultura sea más product'.va17, Desde en la democracia representativa. De hecho, en la medida en que implica una
el punto de \ista de la lógica política de la re ,olución pasiva, ,~sta estrategia exigía, relación entre estado y pueblo, la forma mísrha de la legitimidad basada en la
precisamente. q11e se fomente la industrialización sin correr el riesgo de provocar representación electoral supuso el mu.t uoreconoclm)enfo de parte del uno, de
la movilizaclón política del agro. Este fue un aspecto esencial del constructo la existencia organizada y articulada del otro: de un lado lo general, y de otro
hegemónico del est.3dO postcoloníal: combinar acumulación y legitimación, pero lo particular. En consecuencia, tenían qu_e p·oducírse movUizacíones, y éstas
evitando los ''rigores innecesarios" del conflicto social. adoptaron generalmente la forma de movimientos de oposición, tanto en el marco
Sin embargo, las estrate~as ragonales que se persiguen a través de un campo electoral como fuera de él. La respuesta del estado consistió en subsumir estas
político tienen la desa~;radable costumbre de producir consecuencias lnvohm- · demandas organizadas, surgidas de los Intereses particulares, en la generalidad

l
·
tarias. Aunque la meta del ~tacto indio en los años :950 era la de sentar las bases
para una rápida industrialización, sin perturbar radicalmente las estructuras
loc~les de poder en •~l campo, no podía impedirse que la lógica de acumulación
~ del sector "mojemo.. se filtrara ¡;c1r los lntersticios de la propiedad. el comercio,
<¡ los hábitos de consumo e incluso la producción en el agro. Esto no implicó el
dé una estrategia racional.
La forma que adoptó esl a estrategia se relaciona con la insistencia estatal
en considerar a tod(,g los co n!lictos entre intereses par.ti.::ulares como .susce¡.itil>les
de scilul.'i~m "económica". ,·:ntendiendo este térmi no en .el sentido Muna redis-
tribu ción entre las ¡i;.\rtes. u· 1e a su vez fuera consistente con las restricciones
desplazamien to radical y generalizado de todo el país hacía la agricultura· globales del conjunto. Así. cada int_e rés parlicula'r, :s ea que esté expresado en
capitalista, aunqu•! se dieron claros signos de que la propiedad agraria se había té rminos de clase, lengua. región, casta, tribu o coin;unldud, tendría que tener
J "mercantilizado" niucho más que an tes, de que incluso la producción campesina un lugu y ser reconocido en el marco de lo general., aslgnándosele una prioridad
de subsistencia estaba activamente involucrada en transacciones mercantiles y una cuota que se fijaban en rel ación con todas las demás partES. Como se ha
en gran escala, de que las formas de extracción de excedentes agrícolas com- señalado antes, ésta es la forma que adopta la conciencia racional única del estaco
binaban ahora un amplia variedad y una cambiante combinación de poderes desarrollista: la forma de la planifica ~íón. Es asimismo la forma que el proée~o
"económicos" y "extra-,~conómicos", y de que el constante deterioro de la viabilidad político en manos del ,istad n intenta! á imponer a todas las movilizaciones basadas
de la pequeña agricultura campesina estaba engrosando las filas de los agricultores en intereses p<1rticulares. Sus demandas resultarán asf encauzadas hacia la
marginales y sin tkr·a. Quizás, a mediados de la década de los sesenta, se dieron redisl ríbut.: ión o reasignación de prioridades en rei.ación con otros intereses
también razones ~oyunturales que explican la severidad con qt,e la "crisis particulares.
alimentaria 'golpeó la vida económica y poco después la vida política del país. Es curioso apreciar hasta qué punto, en las dos últimas décadas, una gran
Pero no sería injustificado apuntar a una cierta inevitabilidad de estos hechos, variedad de movilizaciones sociales ha adoptado tanto esta forma "económica"•
cuando la lógica de la acumulación irrumpe en una estructura social agraria 1-iue
como la modalidad de dirigir sus demandas hac'ia el estado. Por lo general, las
la política del estado no estaba dispuesta a transformar. ,.
movilizaciones asentadas ~n sdlidaridades demográficas que se definen -~n
Sin embargo, existen otras consecuencias de esta /ase de industrialización términos de regiones territoriales, pueden plantear estos reclamos en el mar;co
planillcada bajo la égida estatal; q ue adquirirán también una consíd~rable sig- de la distribución federa l de poderes. Sus demandas se orientarán así a la
nilicación política.
obtención de mayare$ cuotas del iondo económico central.para las unidades
federadas, o bien a la redistribución ge las cuotas relat ivas entre unidades
17 Chakrov,ny, D,•1•elopT1en1 .''lannmg , p. 21.
~28 :; ,'l"'"":": . . .··-: .r.: 229

iederadas clifer'=:; tes, e in,:luso ,, la redefinición de fronter:\s t, •· ~:romlc·s ,. ncari,n Se J)llede entonrcs plantear aquí el ar~umento el e que la cent ralidad asumida
de nue·,as unid::des a partir dt. la,.i anieriores. Por lo ta:·!t> li:: .... :11us, de ;111a parte, por el estado eri el manejo de las demaml:i~ económicas ne, r esulta simplemente
un proceso cQr.!inuo de neg0ciación entre la unión y 1t1s ;-,;::idos sobre b clis- del gr;in peso que tiene el sector público en la India, o de la existencia de
I8
lribución de l os ingresos, proc.,so al qoe cuerpos estatutarios ..,irno !ns comisiones monopolios en manos del estado, como suele sostenerse . Aún si así fuera, el
de finanzas intentan dar un,, for ma ordenada y racional, aunqui:o ésta se.: desmomna estado desarrollista que funciona en el marco de una política de democracia
inevitabl em•rnte en la lnmedlatez,d·e sordenad ade lag cons ideraciones políti cas representativa ; tendrá que ·exigir al aparato estatal que asuma el papel etc aslg-
contingentes. como ser las compulsiones de la política part:dista, las ventajas nador principal de los recursos , si es que espera l egitimar su autoridad en el
electorales o la presión de lníluyentes cabildeos de interes. que adoptan la forma dominio de la política.
de una serle siempre creciente de asignaciones ad hoc, en desafío a cualq uier
justificac ió n racional y coher ente. P~ro de-otra par te, exist en también m uchos Las ambigüedades de la legitimación
ejemplos de demandas en tomo a la crea·c ión de nuevos est,1dvs dent ro dc- la
No cabe duda que la problemática fundamental del estad o postcolonial -la
unión feder al. Aunque las solidaridades que sirven de tas2 a estas demandas
de promover la acumulación en el sector moderno mediante una estrr.tegia política
son de tipo cultural -ligadas al lengu..je o a la identidad étn:c,1-, su justificación
de revolución pasiv.i- ha dado origen a numerosas ambigüedades en el proceso
como nuevos estados trae consi go acusaciones d.e dlscrim!nación económica
,,..... de legi timación. En el c.1mpo de la planificación económica, estas am bigü edades
en tér minos de !as disposiciones federales vigentes, abriéndos'" así a las estrategias
han surgido de los debates sobre la impor tancia relat iva de indicador es de
políticas r¡ue actúan en el marco "económico" de la redistri buclén de recursos
y los estados. · · mercado vs. directivas estatales, sobre la eficiencia del sector privado vs. la
entre el centro
ineficiencia dfl sector estatal, sobre el potencial de crecimiento de una economía
En el caso de las movilizaciones d~ espacios dP.mográfioJs que no pueden
relativamente "abier ta" vs. el atraso tecnológico de la estrategia de "autoconfianza "
alegar un rango representativp de regi ón territorial, las demandas dirigidas al y
f se/f-reiíance¡', sobr e el dinámi co potencial productivo que movilizar l a l a
estado adoptaron de -todos modos una forma "ec.::nómica ·. Éstas incluyen no
relajación de controles estatales, vs. el atrincheramien to de privilegios organizados
súlo las demandas de las or ganizaciones de clases (ewn6'~::cas) sino·tamb,én
en la actual estructura de dominación estatal. No es sorprendente que en estos
de segmentos (~ociales) cc,r;:o castas, tribus o comunid,,r!•'.S r eligiosas. Los
debates, lo:; pro~onent~s del primer término de cada par de opuestos han :endido
tjempl(¡s del ir.;,nej o de rlem~r,d;is de este lipo son ci ertaI~·~!l te in11umernh lcs.
a poner én:asis en la dinámica de la ac:ur.wlación, mien tras que lo s qu~ .1bogan
v constituyen ,:: pi.In de cada r::ía en ia bibliografía d~;.licad:i., ·, ~-=<H10mia poiíll ca.
por el segundo término ha 1 tPn dido más bi en a destacar la im portrncia de la
·1 ;.d es derranda~ afr:c:t,111 virtu:1lmenle todos los ,,spcctos ,1 • l a lo·111ulaci<'in <11!
legitima1:ión. Asimismo, se han dado ;irgumentos que defienden la k-gitimación
políticas ecQnómÍcas. incluyi:ndo la tributac,ón, la lijaC'ión ,. : pre~I0s. ~ubsicl!O$,
también en términos de la acumul,1ción. aunque esta defensa ha perd ido fuerza
licencia:,, salari<>s. et<:. Pero también para las demanda.-• v· nón1icas de las
en los últimos años. No necesitamo~ ,,,itrar aquí en el detalle de estos debates
r-f<('Cir ,ne~ "étnicíls", f'i prnpir, estado ha legitimllil<> :ltrs ,lle:. :., es 111oclilicand,J b
ya qt1e se han vuel to un elemento centr;il en l,1 discusión política de la India~
noción de ciud;ulani;1 a través de un rn11junto de pr1 ,tcn:, ::1·s c:speci;1les p:ira
o pción gubernamenta l de las recetas de las agencias fin:rnci eras
pnrtir de 111 ad_
los grupos culturalmente mer.os prívilegi,1dos y más .itrasad, -s :cast;.s inferiores.
mternaciooale s, centradas en el "libre jllego del mercado". Sin embargo, lo que
tribus) o para las comunidades religiosas minoritarias. Es,e sistema ha trnns-
debe resaltarse en primer lugar, es que est,.s ambigüedades son consecuencia
lormado virtual mente la naturaleza de los movimientos ú.-, cas ta en la India en
necesuria de la relación especHica entre el estado desarrollista postcol orr ial y
los úlllm9s 50 nl'lns: d e ser movimientos de IM castns baja~ rm denrnnda ele un
el puebl o-nación; en segundo lugar, que son ellas las que abren espacio:, de
rango ritual más alto en una Jer-ar qula c ultural santi ficad,? 1inr la religión, estas
maníobra para q ue pueda llevarse a cabo la revolución pasiva del c.ipitul y,
mismas castas han pasado a ser hoy quienes proclaman su sta tus ritualmente
finalmente, que ellas no pueden ser eliminadas o resueltas dentro de la actual
degradado con ~I fi n de exigir privilegios económ1cos proteccionista s en los forma c!e consti\ución del estado.
campos del empleo o de las oportunlclades educativas. En respuesto a ello, las
cast.JS superio res -cuya nuperlo rldud hn descansado hlstór lcnmcnte 0II la negación
de cual quier nodón d e lgualdnd r itual CM l as- castas ln ferinrcis- dellenden hoy
18 Ver por ejemplo Prnnob Bordhan, Tht Pnlilicnl Ern110•111· 1,f Dev,/opmem m /nt1iu. o,ford: l.lnsil Blockwcll,
sus pr ivilegios económicos apelando, prec:lsarnente, a la noción liberal de igualdad 1984: <' L!~)'(I H. Rudolph Y S1>.<>n.nc Hoeber Rudolph, /11 Srart ~ o/ LDl.thn11: n,, Pnli ricu/ Eco,wm)' ,,rrh, l,uJ/a,,
y senalando la.s ineficiencias económlcn ; que acarrea t.n régimen de protección Stm<. Ch1e•go: Uncver,my of Cl11c1go l'r<.<s, 1987.
especi al. · • N.E. ;o\ludt al au!OJ:obierno. n través de Ja noción de 3ulo~b?mccimicnto y no-dependencia pos1uJ:1dos por el
movln11en10 nnc1onal1s1a de mDS3.!i.
230 ~I E~Jcdo Noci( sel 231

Permítaseme lllstrar 1,revemente el anterior punto. En \'ist:1 del tipo el·, pt·rin,\!lf'r~tcs. sino t ambir n m<'diante.movillzaclones _fun_dadas e_n solidaridadt!S
proceso político r¡lle ha sido definido por el e~tado indio. las ambigüedades ele c1rlturnle:; preexistentes, sea l'!n términos d~ localidad, casta. tribu, comunidad
la legitimidad se expresan con mayor n;tldez en 10s rnecanism0s de la repre- reli<1iosa o id('ntidacl étnica. Sería un error·suponer que aquí no funciona ningún
sentación. En lo que concierne al sector moderno. los intereses parU::ularC's están pro~eso dl! represen tación. Antes birn, el aspecto más ihteresante de la política
organizados y representados bajo la conocida forma de los grupos de interés: india contemporánea es preci~,irnente el nodo en que-Jas.solidaridad,;s y formas
así lo atestigua la variedad de asoclaciones permanentes de industriales, de autoridad que derivan de la comunidad'preca"pitalista se insertan en los
comerciantes, profesionales y trabajadores, tanto como de movimientos de procesos de representación de la democracia !ibera! electoral. Esto permite,
agitación temporal en torno a problemas específicos. En este ámbito, las por un lado, que aparezcan organizadones y líderes en.la esfera del proceso
.~emandas compiten entre sí, y el estado puede usar tanto su poder de coacción estatal, alegando representar a tal o cual "corI_1unid¡1d", y por otro, que dich:Js
como su poder de persuasión para definir prioridades en cuanto a su satisfacción representantes sean utilizados por gente arnenazad.i de perder s_us medios de
relativa. El límite glob,,I a este proceso estará dado por la necesidad de mantener subsistencia o que ya sufre !ns consectiencias de ta1 pérdida, y que busca a través
la unidad del sector moderno en su conjunto, ya que ésta, como se ha señalado suyo la protección o indulgencia del estado,, P•:ir ofro.lad<?, el propio estado puede
anteriormente, se destaca en el cuerpo del estado corno un:eJemento abr.uma- manipul.tr estas formas "premodernas': de relación entre la comunidad y el est..1do .
doramente dominante de la nacióu. La unidad del sector moderno se especifica para garantizar la legitimiJad de su funéióffdesarrolüst_a. •.. . .
en términos de um diversidad de criterios, y abarca el dominio de la producción Un ejemplo de lo último es el abandono dela anterior estrategia de "!fesarrollo
industríal, los sectores profesional, edu:ativo y ele servicios vinculados a ésta, de comunidades·· en aras de la distribución directa de paquetes de.,erradicac:ón
y la produccl0n agrícola, extluído.el sector de subsistencia; lo que comprende de la pobreza" a grupos-meta selecdona·dos entre los sectores menos p~ivilegiados.
también las fronteras demográficas efectivas del mercado para los productos Esta estrategia, desarrollada en el régimen de lndira.Gandhl en los años 70, permite
del sector moderno. La idenficacíón de este sector no puede darse en términos al estado usar una retórica poUtica·para qué las capas intermedias tanto de la ··
de regiones espedlicétS, y tampoco coincide con la simple dicotomía rural/urbana. jerarquía social (notahles y jefes políticos localés, grupos terratenientes}como
Pero debido a su singular posición como el únlc:o interés particular que puede de la jerarquía gubernamental (funcionarios locales, e .incluso· representantei~
alegar representar el as¡· e<:t0 dinámico de la nación misma, el conjunto del proceso políticos electos) sean i\Cusnd,1s de ohstaculizar el camino a un estado que intenta
político en manos del cst;;:d11 -111duidos !os ¡:iart idos r¡ue apuestan a e .>ntrol,ir extender las ventajas del desi!trollo a los pobres y d_e ofrecerles directam~nte
sus ,1rga11<1~ c:entralts- tie;:e qu ~ esforzarse por prüduclr consenso en torno a · el pa(]uete de sus bene1ficios, como si fuera un regalo del liderazgo político del
ia protecci<'i1! de ia unid,,d del :;cctcir n1<J<Jerno. C11alquier indici~i J e una íJ!tJ ni:1s alto nivei~"- Desde el punto de vista de una docfrina· racional de la autoridad
tundam wtal de conscnsu rcrerc:utir;) en una crisis rle la propia unidad nacional. política, e$tas formas ele lerilimación aparecen sin duda como prernodernas,
De este modo, el rnanejo prilítico de las (!,,mandas ~conómic:1s rrq uiére que se r..edltando lo que los suciólo1:, ,s llamarían autoridad "tradicional" o "carismática".
111antenga cierto equilibri<, hi!t'rn<; o paridild estalJ!e entre !a:; c:iversas !raccic,11es P,·ro la paradoja reside en que la existencia, la ui1idad y h~sta el carácter
que componen el sector 111odC'rno. Desde este punto de vista resulta unllaferal representativo del sector moderno como elemento dirig_ente de lé1nación, tienen
el análisis ele la "eco110111í;, política" de la planificación india como 1:n juego que ser legitimados precisamente por estos. medios. ·
competitivo entre grupos de µrcsió11 privilegiados dentro de un sector moderno
1 La otra carn de esta relación de legitimación resulta .en una imagen ambigua
que se 11.utope, petúa ?, ya que esquiva la fundam ental ambigíiedad de un proceso cl<'I estado para la conciencia popular. Si es verdJ<i que el estado aparece ante
estatal que debe: promover la acumulación a tiempo de legitimar al propio sectur
la conciencia popular como una entidad externa y clistar:ite; entone.es, depemliendo
moderno como repn::sentante de toda la nación.
de la percepción inmediata que se tiene de lo·s antagonismos locales, el estado
Existen sin duda ambigüedades más profundas en la relación entre el sector puede ser percibido ya sea como un opresor entr()met,do en los asuntos de la
moderno y el resto del pueblo-nación. Por un lado, está el sistema territorializado r.omunidad local, o bien como un protector benevolente del pueblo contra sus
de representación dectoral. que toma la forma de rep resentaciones uninominales 1
opresor~s locales. La imagen partí.cular que asuma el est~do estará determinada
por distritos el~ctorales. Por otro lado, están las demandas competitivas que
pueden expresarse no ,ólo a través de la organización de grupos de Interés ¡
¡
20 Ver Arun Po1n;ik, "Gramsci's Concopc o' Hegemony· The Case of De~eÍopmenl Administracion in India",
E, mwmic ",,1 l'olilical lVeeklt-; R,i•ie..- of / t•litica/ Ec(}nom,r 23, no. 5 ( 1988): PE 12-18; Atul Kohh, The Sta,e
19 Por ejemplo. una vez_ m4.,;, ílnróh:rn. Pofi1i!'a! f:'cmw1111 ; :, Rutlulph y ~udolph. In Sef!rc'1 of lakshmi. a,JJ Po~•uty in t11dic1: Tlie PoÜtics of Refotm. Cambridge: Cambridge Unversity Press, 19~7.

1
2~2 El Esroo0 •'h;c,oscl 233

pur el conte~:t,,. Pero nuevamente, esto abre pP.; :h r!, ..cil' :, , :., i tl <'~'" ., 111· , convíerte en retórica; lo que en el uno es voluntad racional del <.:Onju 111o, en el
cl\·t'rsidad rl e estrategias políticas, de lo cual tentrn10, tuw ·: •~lil .~,111111de 1:¡c111plv,; otro se vuelve aglomeración de voluntad~s particulares. Los dos j .in tos -esa
r .• en l,1 h ir.toria de la r olítíca·mode'r na c1e la lndi;1, pareja contradlcto r ia, siempre en pugna. y sin embargo irónicanwn te armo-
1 í"¡¡le.s am bi güedades revelan la rrwnera estre.c hil y 1!!1ildt· r:,f •:omo s,' a11t, ,, !eiine niosa- constituyen la identidad del estado desarrollista en la India ele hoy,
1
la · ciencia" de la planificación:· una unilateralidad 11cc!', ,1ria , [llH'S sin ella. la
singular racionalidad de Sl) práctica 11o·sería comprensibi,' p;ira :;í 111isma. Desde
su propio punto de vista, 1.1 pla_n ilicación intentará rec tifi car la ineficiencia y el
desi)ilfarro del sector público, la irracionalídad en la selección y asignación de
proyectos con base en conyeniencias electorale:: y la concesión de subsidios
estatales.en respuesta a pr.esiones agilativas. Pero por otro lado, la configuración
de los poderes sociales en el proceso político tenderá a reproduc ir ese cú rn ul0
de resultados ineficientes e irracionales, que en la bibliografía·de la planificación
suelen ser atrlóu;dos a slmples·errores de impk¡nentac i.',n. Sin embargo, en el
proc;P.so de proyectar la eficiencia del crecimiento prod t•-::tivo como un cam ino
racional de d esarrollo para la nación en _su conjunto, los intereses partir.u lares
del :;ector moderno deben transferir. al estado el'peso de sulragar los costos de
producir un.consenso generalpru-a su proyecto particular. El sector estatal, qui!
se identifica e.orn o encarna:ción de lo genernl, soportará ,1sí los costos sociales
I ' ~ .,
que implica la construcéión ~e un.'marco de legitimidad pu;, ia revolución pasiva
del capital.
Lo que h~ tratado de m ostrar es ·que .ambos r r0r: • ·:n~ - h planiíic~cir,n
"rac ional'' y la política "irracio~ai•·- snn partf's in~i ¡, ,rd.:,, ( !(• la l<ígica u:i~rr:,1
dP.I l:'$tado que lleva a cabo·cs t'a révr, lución pvsivíl d••I 1 .,; oi. i.,11.,::n,:,, ·, •. ' il
real irfad, co n~i;;te rn que es la propia "irracionálidacl.' (! P! ;ir ·•·1;,(1 .,n1i!,r, , h :.,,•,,
conti11uamente tmbaja pr oduciendo la 10,gitimidil<I que req, :. ·r· • (·1•.;·. r•::,·i•, , :, · 11 •:•:
del plani ficador. ,\unque el pla1i_i fí<:;!r°l0 r consick n ;, .;,1 · '-'::'.:: ¡ :,'.-:tlr .. , :,.,,.
instrumento de resolución de,coníli~l<'S, !:1 prorr$o polític• , .Ji;li.~a ;i ;:1 pia,1i:;,.,1c1,,;1
IT,ismél COnl() Instrumento el e prc1clucci{1n de con,;cr.sl) •'·'.' ;, º !)') ;¡ i,1 ri:''.'ll: ,,J,n
¡,asiva del capital. · '
No es· entonces sorprend ente· el descubrir q ui; .ia pr, •, ,1 ;, íorrna raci,in:11 el e
ejer cicio de la pl~nificación otorga al prócesé¡ polítlco una r"VJrica para CCln ducir
sus debates ;)olítitos, Crecimiento y eq4i«ad: ambos ténninns es tán cargarlos
de u11 poder()SCJ bagáje r etórico que puede servir tanto parn justificar como para
Impugnar l~s políticas es\atales que buscan usar los poderf•S legules coer citivüs
parn proteger o c11mblar lai: relaclone~éxls tentes entre gnipos soclales. Se ha
mostrado que la forma mtsrr ¡i de· una Institución de planl!icación racio nal, situada
fuera del· µreceso ppllllco, r eeult.o declslv~ para la auto•dP.flnlclón de u n es t11do
.....,
;, desarrolllsta que encarna la contleni:la un·fvers11I únlc~ de la totalidad s.oclal.
Se ha mostrado tam)?ién que-Jos ~etentadores del poder pued en restringir. moldear
, y distorsicinar las estrategias de planificación con el fin de producir un consenso
político favorable.a su gobierno. Lo cjúe en un dominio es cier.cia, en el otr o se
1
'

Invitación al Diálogo·

Dipesh Chakrab,;irty

Tengo que empezar esta "reseña de una reseña" con algunas declaraciones
de corte retórico. No es mi propósito defender a los colaboradores Individuales •
de Suba/lem Studies JI contra las crítir.as realizadas a su trabaj'.l en Social Scientist
(vol. 12, no. 10, octubre 1984, Delhi), por la simple razón de que ellos pueden
hablar por sí mismos. Además, los "subalternos", como el Prefacio del volumen
apunta, no son una "secta" con un punto de vista único; tal vez lo que más los
una sea su rechazo a cierta~ posiciones y tendencias académicas, antes que su
aceptación de cualquier alternativa fácil. u,. "alternativa" que el propio Subaltem
Studies reprnsenta está aún en proceso de fonnación y podrá surgir sólo deSpué.'l
de habemos sometido a la más despiadada de l,1s criticas. Los reseñadores de
Social Suen1i31 merecen nu<~.·, tra grntitud precisamente por esta razón. Siento,
sin embargo, que la rnaner11 en que han enfrentado el debate crea una dausur:,;
;intt's qi;e h pn~ibilidad de un diálogo abierto y conthi'uo. El propósito de esta
res¡.,ucsta .:s .1brir nuevamente el.debate. No intento hacer •in; refutación punto
por puntu de l:ls acusa<.:io11es de nuestros críticos.
Lo que me interesa es examinar cómo los reseñadores de Social Scientist han
leído Subaltem S1uclies y il,s supuestos sobre los que se basa su lectura; en otras
palabras, los términos del df'bate. Comencemos, entonces, con un breve repaso
de los argumentos más imµortantes de la crítica dirigida a Subaltem Studies JI
por los autores del ;irtículo en cuestión.
Prirr,ero, la acusación de Idealismo. El ensa:10 de Ranajlt Guha.. que, según
el editor de Social Scientist, "estable :e el tono" de Subaltem Studies JI, es acusadc,
de idealismo "no por enfatizar la importancia del (estudio) de la conciencia, sino
por situar la conciencia más allá de lo!; limites de la determinación o mediación
histórica" (Soc. Sci., Pí'· 4-5). La "conciencia campesina" que plantea Guha "está

• Traducción de Anil Rcbccil Prada del o:nfculo: "Discu.s.sion. lnvilnic-n 10 a Dialoeue·. En: Suball~m Studíts
IV Writings 011 Sowh ,trian Hiltery cmd Socitty, Ranaji, Guho, editor. Oclhi: O•fO<d Unimsily Pms. 1996 [19851,
pp. 364,377. • , • .
•• N E. Se refiere a "La Prosa de C(lntra-lnsurg<ncii' , en este volumen, pp. 33 • 72.
-- -- -- -- -- -- :- -- --- - --··------ 7
', ,.. . ' ,: ) .. ,1. .1. 237

236 Ú¡)eSL ·:· : • ··: :·,.


dl' Yista. S11/:al1em Siu<lies
inaci, por ninguna l11erza por sus insulici,mcias y su simpleza. Según este punto
a la par del ·gelst· he~eliano·· dado que "no está detnm exhibe una tendencia inherente a d1vfcfir el mundo en "dos lt1tahdndes opues t ...s":
ión se repite en la p. 11: feudal y el modo
histórica objetiva" (ibid, p. 4). La. ~cusac la élite y el subalterno' (en Bhadr a y Pande y), el modo ele poder
rjee). etc. Este últi1110 des-
a r:lngun J determinación de poder comunal campesino (en el caso de Chatte
La conciencia religiosa de) campesinado no está sujeta s. "una visión profun damen te hegeliana
(ampesinado tendría una pliega. de· acue~do a los comentarista
y se la cl)nvierte en supra-hlstó'rlca. 'Se supone que el pura. La implicación -dos fuer;:a s paradi gmátlc am~nt e opues tas" (Soc. Sci.
forma Ideal dé conciencia campesina paracligmáticamente de la totalidad, que incluye
XIX, una conciencia nes de la 'subal ternldad'"
de ello es que habria existid o, particu larmen te en el siglo p. 37). Un ··probl ema fundamental en las investigacio
i-·
la reli!,!iosidad en estado puro. ¿Puede haber algo más Gyane ndra Pande y sobre los motines hindú-
campesina marcada por _se revelaría en- el artíc.ilo de .j·
1
Idealista que esto? 1 · relativamente mits aptas,
musulmanes en el norte de la India ya que, aún en manos }
parcia l" del asunto. pues "su
estas investigaciones sólo logran la "iluminación
rje~ sol-re "Los modos de y en contra ste con la
,_.. También se percibe el artículo ·de Partha· Chatte enfoque invierte finalmente el mundo de la histori ografí a,
1 hegeli ano" que los ccmentaristas exorcisan ernos el lugar estelar"
1 poder,... C?mo poseído por ese "g !lst. · importancia otorgada a las "'élites·,... i,e concede a los
subalt
del texto de Guha (So,:. Sci., pp. 4-5, 37-8). · separa r al 'subal terno' de la 'élite', no
como lo (ibid., p. 22). AJ tratar de esta manera "de
ositivismo", s interactúan"
La segunda acusación es la de "positivismo " (o "neop nivele
.. los modos en que estos dos
supue sto se puede realmente explorar ,¡
le es de nuevo Guha, cuyo e interna cional de la histor ia
Uaman en ocasiones). Aqu( el prlr.cipal culpab (ibld., p. 19). Como resultado, "los niveles nacional .,
términos de los signilicados fondo pasivo ".
hábito de "ITlirar las categorías analíticas sólo en son abordados, en el mejor de los casos, como un telón de
de positivismo" (ibid, p. 11). es, ''la propia histor ia
que los participantes les a_dhiere~_es... una forma "Precisamente debid o a este enfoqu e". se nos dice entonc
os entera mos, es el de "neopositivismo" " (ibid., p. 22).
El nombre de esta variante part!c ular,.n de la subalternidad comienza a mostrar muchos vados
sa básica del neopo sitivism o es que todo conocimiento debe lo que el artícu lo de Bhadra ilustra para e:
)a que "la premi Más que "vado s·:, sin embargo,
influen cia del pensamiento ·neora- nte al ('Oncepto de
deriva r de la experiencia de! 1sujeto". Esta comentarista es "el poten cial de creaci ón de mitos inhere
aría tambié n, según ellos, en el artículo de mistifi car las realidades de
cionalista y neopositivista" se detect 'subalternidad'" (ibid., p. 18). Se acusa a Bhadr a de
E inclus o Gauta m Bhadr a. cuya colabo rac.ión en Subaltem Studies ti om KoC'h •• al repres entarl a como "una
Chatt erjee.
nto•· .-,s oh jeto dP cierta clase de la orga11iz;ici6n política pre-Ah
se percib e como "la menos pretenciosa" del conju
a" (ibid .• p. 1-1) Su maner a de razon ar "parec e difíci l de
el int,:nto de proye ctar la historin unidad indifer end.id actón
censura: "Nada podrin ser más positiy ista que a de clíleren <"iac:i,í n y ei:plot
protes ta popul ar unida del aceptar·· cuando ··s•~ toma en cu enta lil ex1s\enci
de la región cJe Kamrup en el si,;;lri XVII como una organi wc1ón polític a Koch" (ibid., p. l !i). Como
(ibid., p. t8:,. económica internas en la propia
··pul.!b o" contrl l el pllder Mogol usurp ador·· es ajena a Ía clase y ,.l ~jaría
Bhadra la utiliza, la categoría "puebk>" ser ia entonc
F.n tercer lugar, los reseñadorcs también mencionan
1,, que perciben como mas Interno s de fa metodología de estudi os
entrever. ·•muy claramente", los "'proble
p. 15), a' que luego conden,,n
un distintivo "paradigma de ·.~ubalternismo"' (ibid., de la subalterryldacl" (ibid .. p. 16):
reglón contra 1,, c1utoridad
Al postula r una unidad de acción de parte del pueblo de lil
1 Er. la 1:~ñ~ se hace. rcfcrc:nc,::a ~ lil•ro l:.lemr11u1rvAspe4.-
u 11J Pcusivu Jnsur~ew. \ :•~ Ci.JNm.1/ Ju(hll (Ddh:. J•),'t.h la necesid ad de un análisis de la estructura asraria de la
en1c. ~n3 mab le, 1ur11 dé G:.1h;.i S1 bu~·3mos el 1c:..1{'1
qu< Mogol de élite. se elude
P: 1J. de Guha. Pcrmun)\c.me on()(.irque i!~I? e11:, s1mplcm as por ella. Mientril.s lo; estudios sobre
cn:in, h:,,ll11mos a O.uho hnc,endc) Ufla doclomcu'in mucho
rná.i. mat11,nda de !oque la rcíttrncrn dt: nut,lro~comcnt;ir
i~t.iS reglón y de las relaciones sociales generad
n haci:11ma ma: or com-
<ugenria. Al exphcar la dchm,1ación del perlo.Jo bajo
•n6lisi,. Guh• dice.
la historia rural y la protest~ agraria rn~dievale~ avanza constit uy,· una regresión
plejidad de análisis y caracte rización. el ·subalternismo··levantamlenl o contra la
muenc de su «le!iro líder romo nuestro esu1do pun10 ílnol
•·· hemos 10mndo •'··· ulgulnn de Mund• y 1•t temen1al e~ de la conclencia ,eOelde l!n un rdn•
~undo.menl~lmcn.,i á pnra estudiar lo,: a....pocto.i:.
smo y del ,;oci.1hut1" enipez:ir an o penetrJr el metodológica a los dlas de W.C. Smit ·,, cuando todo las clases bajas" (!bid.,
uvamenu: puro . ames de que b p0Ut1c:. dtd iilCionati de
Cllllpo •n •~•I• significotiva. (íbid) autoridad Mogol se ~aracterlzaba como' levantamiento
0 t.h! lo~
cin campesina" en lid tOl;'llidod, s,nu sólo la concicnc 1 p. 18).
Obvirunentc.~ Guha no ~e propone eitudlnr la •concien' 1 está en "estado refati\•4m~nte 'puro"· --nótese su uM, de lt1
C4mpe.slnos 1nsur1ente.s. Encuentra que es.ta ronciench illo I• pol•br• "pu-o••· ,n d siglo XIX. y ,u 1,~10 de¡•
palabra · relativ~cn_1e:y el hecho de_ que ti mi•"!• entrecompolítica.S nacionllliMu y ,nct-1.lista, al campo en el sigo
1n de
muy claro que es _pum ~ólo en relación II la pcntlrnci q~• hacen n~n m~<ciJt,1 ~u expre<1ón "rcl,11vamen1e
,XX. •~ lo p. 11, Guho uso. ~rcc1l••m~ n_1i:. di(c~nl" " odje1i~os
.ada durante el penodo n;ac1nnalis1a. ·ros mcw1micntos
puro , ~omparod~_~on In lucha 11nt1-11npcn31Jq3gcncrahz ••sc,1ala•• rcprcs~ntnb;in un eslJdo de conc:enc il
cnmpes1~,os de 1,os: primeros lr~~ cuano.~ c1el gubiCmo británico
al¡o rud11nen10110 e in¡cnuo•.
•nd the Peosanuy•. En: $M/,al:m 1 Stutlitt 1/ 1v,,1111~s
,m •
venido el 1lrmino subult~rn. eR su sen idogen~rico. como
• N.E. Sa rencrc ~ onlculo "More..,., _Mode.< of Power Oxíord Univcrsily Prc,s, 198). • N.E. Recordemos que en rod.l.S 13.S mtduccioncs se ha
a otr"D ~cn('tminoc10n sin¡ul~ como ~li1c,
South A,lan H/110,y anti Sncl.<ty, Rannju Guh•. ed. Dclhi: "subaltcrnidod", ~alvo cu:mdo se 111 usa en oposición
Mugh.ll India". En: S.ubc,/um S11ulits /1 Wn'1i11g, 011 Sowh •• N.F. Fonnac.ión so.:ial m<dieval de Aswn. rcy.ión al
esi• do la India.
•• . N.E. Se "'licrc al "!lículo "T"'.o Frontier Upnsing.s in Univel1!ity Pre.s,. 198'
i'.s,an H/110,:, and Soc,c1y, Ran. ¡11 Guha, ~d. D<lhi: O•ford
La acusación es clara: al percibir la sociedad en términos de un,J división
simplista entre "élites" y "subaltern os", SL•baltem S!udies tendería a socavar
y
campesina n. de hecho. cualquier otra "concienc ia" (Soc. Sci., pp. 4-5). Deoe.

"110 faltan c,,sos de historiad ores raC'lcales que estu.d ian la


lnvltaclor ol Diálogo

h:d1er l11cluw un lt1g,1r para los estudi os descriptiv os défa "concienc ia", ya que
conciencia ele los
239

7
campesino s tal y exi:;tió" (ibid., p. 10; énfasis adicional) . Pero para ser
suplantar el método marxiano del análisis de clase. como
En cuarto lugar, dado que los miembros de Subaltem Studies Ignoran el análisis reconoc idos como "mmxistas", estos estudios tendrían que aceptar "la primacía
de clase y wfatizan unilateralm ente sólo el accionar "subaltern o", se supone de la exist~ncia social sobre la conciencia " (íbld., p. 4)." Esta aceptació n, sin
también que eslán mal preparado s para analizar el papel y los efectos del embargo, no significa "en lo más mínimo un dderminis mo económico " porque
a
colonialism o en la ·1istorla moderna de la India. Este es el principal argumento admite la existencia de varios niveles de mediación entre la "base económic
de la sociedad" y la "concienci a" de sus mlenbros, A decir de los comentaris tas,
del comentari o crítico que se hace al artículo de Pandey. Para comprend er el
"fenómeno del comunalis mo en su totalidad", debe vlnculárse lo con el "contexto con referencia a la obra de Lévl-Strauss, "la conciencia no sólo es r eflejo de la
colonial en su conjunto' \ con la "política del colonialis mo" y con la "pol!tica base económica de la sociedad, sino quP. está.const itulda como resultado de la
interacció n entre varias Institucion es y •~trutt.ui-as'.' (ibid.; p. 4). . .
colonialist a de fomentar la división comunal" (ibid., pp. 21-2). Además, el análisis
autoiiomía ·respecto a la "base
tendria que sácar a luz "el anti-imper ialismo !¡¡tente en la conclcnci¡ ¡ comun;-,l" "La conciencia " tendria entonces cierto grado de
(ibid., p. 21). económica de la sociedad'', pero estaría, en última lnstan-:ia, "determln ada·por
2
Guha estaría también ubicado mucho más cerca a la historiogra fía colonial fuerzas históricas objetlvas" . Entre estas "fuerzas hls.tórJcas objetiva~" (que
supongo constituye n "la existencia social"), lo 'que . deberla tener el papel
de lo que él mismc supone:
determinante en última Instancia es "la base económica" de la sociedad: "lncl•JSo
El aspecto relig1o~o de la conciencia rebelde fue enfatizado por los funcionarios Lévi-Strauss, que se ha dedicado al estudio de los modos de pensamie nto y
britá:iicos con excluslólJ del contenido social. económico y político de esa con- conciencia en culturas de todo el mundo, r econoc.e la pr imada de la base e_co-
ciencia. De esta fonna, se'absoMó al colonialismo de su papel opresivo, atribuyendo nómica" (ibid., p. 4). La sociedad estaría asl dividida en una "base económ,c a"
las rebeliones a la lrrnclonalldad inhNente al campesinado... al aceptar esta y una "supP.restructura" polítlco-lcleológica. La crítlca·al ensayo de Chattarjee
,
carad~r!zncl \ n, Guha se sitúa más cerca de la historio¡¡rafía oficial que aparenta
criticar (!bici., p. 11 ). por ejemplo, tiene que ver con su co·n cepto de ''modos dE'\ poder", que no "se
rclnciona al P.studin dC' las relaciones de producción , slno_ál de la superestru ctura
política", ya que cst{1 -claro qu¿ lo que se analiza ho ~s la estructura de las
De ser visto c0mo un defensor de la historiogra íía oficial, sólo hay un corto
r elaciones de producció n, que es interna a la pase ec~:mómica di! la sociedad,
y 10gico paso para cl,1siflcar a Guha junto a la historiografía "neocolon lalista"
sino las estrncturas juridico-po líticas, que son parte de la superestru ctura" (ibid.,
c.ie nuestros días: "Mdodo lógicamcnte, hay poco c¡ue distinguir en este (metodo
p. 32). La "base" tendría que ver con lo "objetivo" y la "superestr uctura" con 16
de Ciuha, D.C.), respecto al de la llamada 'Escuela de Carnhridge', con su búsqueda el
tratamien to que har.e
··subjetivo ". Sin embargo. se encuentra aceplab,e
de~ identidadc ~ de casta, r eligión y facción, que (C/nstituyen la lógica de la con- ,.porque• "se ha enfatízado el nivel
ciencia campesina " (ibid., p. 5). Chatterjee de "la contradicción del feudalismo
de renta, determina do µor el balance objeliu.o de fuerzas entre la clase d~ los
No todas las acusaciones son necesariamente consistentes entre sí. Es dilícil
", campesinos y la de los terratenientes" (íbíd., p. 37; énfasis adicionaJ). Según este
ver, por ejemplo, cómo se podría ser al mismo tiempo "hegeliano" y "pcsitiVista
argumento, lo "subjetivo" , por mediado que esté, .es clarament e separable de lo
acusación que se vierte contra Guha. Pero no queda duda respecto al propósito
"objetivo": cuestionar tal separación o el orden de la determina ción sería cometer
general del ejercicio. En esta r eseña, el "idealismo", el "positivismo", etc., no se
el pecado de "idealismo". ln:luso después dP. admitir que podría ser un "ejercicio
usan como términos simples y descriptivos; son también términos de condena. s
inútil" plantear la dicotomia sujeto-oqj eto en la historia de la humanida d, lo.
El ensayo es entonces, esencialmente, un ejercicio de desenmascaramiento ligado
comentaristas añaden a continuaci ón que· "el hombre", después rle todo, "es sólo
a la supuesta naturaleza n<rmarxist a (o anti-marxis ta) del proyecto de Suba/tem
un sujeto que transforma la historia¡ el modo de su intervenció n está determina do
Studies.
por las coPd!ciones objetivas en las q.ue está coloc<1do" (!bid., p. 12).
Ahora bien, no resulta dRícíl re6:onstrui r el rnarxisrno que los comentaristas
considera n válido. Sus comentari os a Subaltern Studies /1 hacen que v1rios ele
sus propios supuestos r esulten transparentes. El ensayo nos o frece a:;imlsmo
algunas declaracio nes directas que resultan bastante reveladora s. Nuestros 2 C(. "Él (Guha, O.C.) ocep10 las prc~isas básicas dd i1e~li!mo: la .c~r.ciencfo campesino se convierte·
en supro-
críticos no tienen problema en admitir la importanc ia de estudiar la "concienci
a his1órico al no csior doicnn,noda por n,nguno fuerza hislóni:4 (Soc.Sci., p. 4), .·
241

5• ... t':scritP bi:, ..inte en los últimos veinte años como para punt'r "il evickn<:ia d¿ la izquierda-, y dado que tal proyecto tenía como eje una crítica economicista
:¡u-e !:: ~,nterior po;;iciún es tan sólo una lectura del rensamien to dt Marx. y t!~ al colonialismo, no resultó difícil llegar a una lectura nacionalista del marxismo,
·~:-ia gran pena que nuestros comentaristas no la consideren corno tal. L0 que que es típica de lo que Nehru escribió en los a,ios 30 sobre la historia y la sociedad
clausura el debate es este gesto ~ie no reconocer variantes alternativas del indias.
marxismo. Para reabrirlo, dehemo~ co¡nenzar Insistiendo en que el pensamiento Por razones que espero futuros i11vestigad0res aclararán algún jí.1, la crítica
de Marx.no carecía de tensiones - gener adas, entre otras cosas, por el contra- nehruyana o marxista-naéionalista del colonialismo, gozó de un resurgimiento
dictorio influjo que sobre él ejercieron Darwln y Hegel, por ejemplo- lo qu(" ha popui1ir en los años 70 en los círculos de historiografín marxista de las principales
dado lugar a .interpretaciones variad'as y a menudo divergentes. universidades e instituciones de investigación de la India. En ,ese perí(.,do, sin
Decir esto rio significc. conv,alidar el ategato liberal qu~ sumerge al marxismo. duda creció el interés de los historiadores por los movimientos populares, aunque
en una pluralidad de interpretaciones. Los·marxista:; continuan siendo diferentes la comprensión de los mismos siguió siendo abrumadora.mente economicista.
de los burgue~es liberales en su co'rnpromiso con toda forma de lucha contra la En toda instancia de movilización popular se percibía el funcionamiento de una
desigualdad y la explotación, sea de c·lase, raz1ro_género. Tocias nuestras pre- "racionalidad" económica inexorable, y así se dio en la India una réplica del tipo
;untas, por distintas que sean, están marcadas pqr este compromiso. Pero de marxismo que, en el contexto de la historia !ngl-~a. se había contentado con
voh·iendo al propósito del present.e .debate, los marxistas concuerd,m también entender a los "destructores de máquinas" de principios del siglo XIX como
-::n atribuir al concepto de "modos dé producción" el rariE'.0 teórico de d<·terrninante quienes llevaban a cabo, por diferente vía, una simple negociaciór1 salariaJ. Incluso
fundamer:iti.l para el análísis de la sociedad. No obst¡nte, a partir de aqlií todo allí donde la movilización popular giraba en torno a demandas religiosas, los
acuerdo se disuelve. La palabra. "determinación" admite una gama de significados historiadores se sentían satisfechos al descubrir que la movilización había te11ldo
que van de la simple ''causalídad'.' a.,la más sutil "corr~pondencia". Y de ningún en realidad •·contenidos" económicos y tan sólo "formas" religiosas; mientras las
modo es evidente que el concepto de "modo de producción" valide una separación demandas en ~í h,.brían resultado de la "manipulación" por parte de las auto-
entre la "infraestructura (base) económica (ma.terial)" y la ''superestructura ridades coloniales o las élites locales. "Las masas son inherentem-ente s:eculares",
política (ideológica)", atrihuyéndofe:a la primera el rango de variabl e indepen- preconizaba la;sentencia nadonalista, y si la realidad parec!a d€sviarse de ella,
d iente. Dada la ri<:a variedad de usos que Marx le dio al conceptr. de la Ideología entonces la desviación reílejaba el malestar económico del país, que nos remitía
.J./emona a El Cu¡>iJt;/ 111. par<:ce rn 1icho más atinado aceptíl r la propuest a de a su vez al colonialismo. Todos los análisis históricos de los años 70 se detenían
\íid1~el Ryan 1:11 (:U~ll!IJ ¡¡ qu<, el "taoital-"' de Marx - tanto la ca tegoría como el en "el colonialismo ·. Ningún trabajo de investigación se consideraba completo
iihro--, "<lesac:r(:diw la ' 'J)( •S_ió'.ln catP~Orl1).I bi~aria entre el desarrollo económico mientras no hubiese tocado "el papel del colonialismo" o situado los problemas
:, la fuerza pr,iít:cJ ... C:-1cla unr, de t::l·J()S es el otro, irresr,fub/r-?mcnre "3. en "el contexto colonial".
¿Qu'! tiene r¡,.,e ver tocio ésto con la 'historia India y particularmente con d Se me perdonará por descubrir r astros de este marxismo nacionalista en lo
proyecto de Sulm/lern S1udies , Oun)nte"•mu'cho tiempo, la investigación nacio- que nuestros comentaristas opinan sobre Suballem Swdies. Resulta sintomático
nalista sobre la historia de la !n(:ia ha estado dominada por una sL1erte de primacía al respecto su análisis del artículo "Rallying Round t he Cow: Sectarian Strile in
a<:ordada a lo (:c,,nú111ko. (l'üra ílbreviar, llailJarel)1os "economicismo" a es ta the Bhojpur Region, c. 1880-1917" de Gyanendra Pandey. Tanto el elogio como
tf:ndencia.) "La robn:7.a india',' -aunque n·o los pobres-fue uno de los primeros la crítica· que dirigen a Pandey muestran to que es aceptable y no aceptable de
ternas de estudio· para el pensamiento nacional is! a temprano, porque en la este trabajo, según su punto de vista. Adviértase, en primer lugar, cómo trabaja
" pobreza" encrmtrnmo~ una fácil cl1in.uncia contra el·dominio británico. Desde la tesis marxista nacionalista de que las masas estarían, de alguna manera, menos
," ' ' ontoncM, muchos n1u.:lonalistas c.oi1cJben al "cc,lonlallstno" -entendido como orientadas al facclonallsmo comunal (y serian, por ende, más seculares) que sus
un sistema de rl<>1ninación cread/1 en primer lugar para v(abilizar la explotación líderes. Los reseñadores reconocen que "el crecimiento virulento del comunalismo
económica de 1;11a sociedad por otra- c9mo la r·aíz de tóJos nuestros ''males" y la claridad de su articulación" en la historia moderna de la India se debla "eri
y definen, por s1ipucsto, estos "malcs_''·desde ulia perspectiva nacionalista. Puesto gran parte" al fracaso de la "ideol0gía nacionalista" en cuanto a 'trascender la
,1,.., que el proyoc\<l 111Ú:lon111istn era· ostensiblemente· el de construir una India religión" (Soc. Se,., p. 19), En el "nivel nacional" de la política, entonces, el
y
"democrátlcn" "set:ulur" ~rnetris que uozaban
por _lo genera,! de las simpatías comunalismo parece, ía haber sido un resultado necesario de las llmitaclones
d.e la Ideología nacionalista. Si tan sólo se observase este nivel de la política, la
. comprensión del "corn,.malismo" podría perfectamente convertirse en "necesl-
tarista". Se elogia a Pandey por "revelar una disyunción entre los niveles 'nacional'
.l Mich:.1cl Hy;m, M~1111.H•1 ami l.'1·1·1m.ftrnctimr: /\ Crilin r/ Arrh:ulmirm (01l1imore y l ondrt5-. 19S4), p. Rl
.....,
.

243
242

es
111;11upulaci(III 1101nwch· éxplirar por sí sola la e:<istencia original ele mntívacion
Y 'popular'", y oor mostrar que la "situación ;1 11iv el de las bases nCJ es taba surgen. no importa s1 e11 forma
'.CligHJ$ilS , se tt> rrni n,, l">r percibir que éstas
progresan do inevitab lemente hilc ia un¡¡ división cn1nunal clil ra". En contraste
mediatizad a, clr• ;dgo externo a ellas 1nlsmas: las condicione s de vida, las
con el nivel "nacional" de la política. en el que el comunalis mo parecía inevitabie.
cstructur¡¡ s 111st1tucio11ales y otras fuerzas h istóric¡¡s "objetivas ". U11c1 vez qu~
"Pandey es capaz de establecer la naturaleza posibilista de la situación (en !;is
hL·mos inidado este cam ino, las "masas'' se ven mucho menos "comunales" que
- l
áreas rurales, D.C.)", donde "la contradicc ión com unal era simplemen te ti ' Ia eritre el
sus lideres. dado que la "tn otivaci~n religiosa" de los camp.esinos -<:orno en
muchas contradicc tones latentes de la sociedad india" (ibid., pp. 18-19).
caso de lo!> ,1111otinamientos tratados por Pandey- púede percibirse como
Hasta aquí, ledo va bien. Las masas parecen rienos orientadas a los conílictos
1 "correspon diente a su sentido básico rle lnsegurida c que,. como el mismo Pandey
coi:nunales que :os líderes nacionalls tas. ¿Por qué, entonces, se involt,cram i allsmo" (íbld .. f>. 21).
recurrente s y en gran escala? Es claro muestra, es consecuer cia del imp¡¡cto global d el colon_
en luchas faccionalistas hindú-musulmanas
Una vez que hemos hecho la conexión entre el "contexto colonial" y la exacer-
que Pandey no ofrece aquí una explicació n capaz de satisfacer la comprens ión
· b:iclón de los conflictos religiosos .:.una conexión que en sí misma sµena
marxista nacionalis ta de la historia india:
rn zonablemente innocua-, podemos 'unirnos a los comentari stas de Pandey en
A pesar d~ sr s importantes contribuciones. Pandey no ofrece una e:,pllcaclór, cl siguiente paso, es d ecir, descubrir un "anti-imper ialismo latente en la conciencia
completa del problrma central de este ensayo: por qué la contradiccióa comunal comunal" (!bid.). Refirléndo s~ a la intensidad de la violencia comunal en los
estudios de caso estudiados por P.1I1dey, los comen taristas escriben: ·
se acentuó a pesar de la existencia de otras contradicciones Igualmente graves
(ibid., p. 19).
¿Qué fue lo que desencadenó la interisldad·de los ataques? ·¿Se la puede explicar,
Una respuesta "correcta''., o "completa •·, debería incluir dos elementos -(a) como olrece hacer Pandey, simplemen te por el hecho de que los problemas
comenzaron a enredarse con dlsput&S personales?... Esta Intensidad posiblemente
el c_o'.onialismo, y (b) la manip~lación de la é'! ite. Se criti,:a a Pandey por no prestar
podría comprenderse mejor si se tomara en cuenta ei latente Impulso subvertor
suficiente atención a c:;tos dos factore:; y especialm ente por no resaltar con de las a~ciones (de los amotinados, D.C.). Después de todo, si la vaca se convierte
mayor fuerza la manera 1m que el pueblo de M11barakp11r --<londe "la división entre en bas1í611 contra una existencia vulnerabk entonces también era un símbolo
los de arriba_y los de aba10• oominaba sobre In divisi•ín refigios¡¡"-crn "m..inipulildil reprcscnwtivo 1.k la re~!stencla .,! cc,lonlallsrno que había creado esas condiciones...
por los znm1dars [terratenie ntes!" hacia motines facc ionalistas de ti po comunal. ¡_era (d G,1u~akshini Sabh;,, D.C:.)simplemente umrdelensa de la religión u también
s se •;inculaha con tocio el contexto colonial ele inestabilidad 'l insegurldnd?
De igual manera, "Pandey debió haber tratado con n. ..yor detalle las acti\'idac!e
del movimien to Gaur,,kshi ni Sabha. Esto hul)iera rnnducidr ¡¡ una mo,jor conI-
prensión de todo el proceso de transmisió n de la ideología ~omunal. desde
el L.1s c0nd iciones creadas por el colonialism o serían así las responsab les de
la
de una violencia religiosa y sectaria apasionad a, y los miemuros Interesado s de
nivel nac~~nal hacia ?bajo" (i_bid.). En electo, aquí se nos ofrece la sustancio

~1
élite agravarían el problema, :il avivar estos sentiml~nt os. ¡Quedaría mos estu-
r la acusac1011 a Suballf·m St,1d1es: la de ignorar la · inter acción" entre élite v clases
pefactos si Imagináram os cuá l podrfa ser el argurn e11to morxista nacionalista frente
,' subal ternas. Esta ··1n 1eracc16n" (léase manlpulac ión el e la élite, D.C.) es decisiva ial
s a los caso; de violencia sectaria popular que hemos visto en la India póst-<:olon
/ para la ex;,licacló r 1r.~n.ista naci?nalls ta de cómo bs "masas" se ven arrastrada
sectario. Obviamen te, ellas no o hacen por iniciativ;, en los últimos diez arios!
algunas veces al cv nlhctc, 0

prop.ia. '.arece aceptable poner énfasis en la "a utonomía" de la acción y


1,, Los comenta ristas lamentan la incapacida d de Pandey ele llegar a las con-
ia
conc1cncIa del pueblo en el caso de conlli<.tos de clase directos, pero eviden- clusiones que ellos favorecen: "Es en r ealidad una notoria lal t.1 de perspicac
de parte de Pandey el no haber tratado este aspecto". Su "incapacid ad" de ver,
temente serí~ una política "incorre~t a", hac~rlo en rl caso de una participación
popular en violentos choques hindu-mus ulmanes. en el "contexto colon ial", la explicació n decisiva para las mentalida des que
a
moldean la '.'lucha sectaria comunal" sería de hecho compartid a de buena.gan
El marxismo nacionalis ta no niega la existencia de "molivacio nes rel igiosas"
por muchos otr os colaborad ores de Suba/tern Studies. Pero esta supuesta
en la mente de les campesinos o trabajadores que participan en amotinami entos
''Incapacid ad" es en realidad nuestro rechazo conscie,n te a subordina r la lógica
¡

sectarios. Pero, como h:mos visto, la exaltación de estas motivaciones se atribuye j "
la interna de una "concienci a" a la lógica de las llamadas condicion es "obj(!tivas
a la manipulac ión de elites interesada s. En la medida en que la tesis de i
o "mater iales". "El contexto colonial", tal como se lo entienlle en el argumento
1 bajo consideración, es simpleme nte otra manera de. replantea r la metáfora
base-superestructura que l!sgrime cierta c_las~ de marxismo. Usada de este mo?.º•
y plebeyo,.
• N.E. En el origin,J. cn1rc bade 1011 o gcnle "grande", r rlum /11¡:. o ¡-en,c "p,:qucñ•"·, d noi•bk<
1
,.,
245
2 .c!.! ....' .

,:, :, a~., se, c11111 icrt e r'n una abr e\·ia tpra para la primildi\ c!t- l,i <·ron,imi<.:o en en acciún. Por esta razón. sus acciones en trab,111 a ve<:es en violenta con•r aclicción
11r: -2sl igacio nes sobre tPnH\s de cultura y concienciil en la historia rn,,rlcrna de con los propósitos y métodos cleclaraclos del liderazgo nacionalista.
•..' .:, del Sur. La fina lidad central del proyecto rle Estu d ios de la Subalternidnd es com-
Lo irnpr,rtante PS que el esfuerzo marxist~ nacionalista por erigir al "cnln- prender la conciencia r¡ue moldeó y aún moldea las acciones políticas emprendida~~
nialisrno" en un constructo explica: ivo totalizador para todos los problemas d e por las clases ;ubalternas "por sí mismas, 'ndependientemente de cualquier
la política popular de la_India es un ejercl~io Ideológico y mistificador. Al derivar iniciativn de élite". (~,obra ciecir que esta au tonomía o independencia es sólo
·•1a conciencia" de un conjunto de "fuerzas h)stórka,; objetivas·• estrec hamente "relativa".) Sólo dando a <ista "conciencia" un lugar central en el análisis histórico •
definidas, se termina retorciendo al marxismo al se:vicio de la causa del veremos al subalterno/a como creador/ a de la historia que él/elia vive. Esto no ,
n,1 cionalismo liberal-burgués. Al responsabilizar principalmente al colonialismo sighifica, sin embargo, que situemos esta conciencia fuera de la historia, como
por todos los aspectos "incómodos'.'·de la mentalidad popular, como el "regio- sugeriría la acusación de "idealismo". Por ejemplo, el análisis que hace Guha
na;ismo", ~l "comunalismo", el "castismo", etc. este tipo particular de marxismo de la comprensión campesina del trimwti de sarkar-sahukar-zamindar en su libro ,t
obra a través de categorías que son p·r opías di:l pensamiento nacionalista. Para Elementary-Aspects of Peasant /nsurgency in Colonial India [Aspectos E/emenmles )
él permanece incuestionada una de las categorías ideológicas más in portantes de la Insurgencia Campesínc en la India Colonial}, deja muy claro que la "con- \
<le la historia surasiática reciente; es decir, la "nacíón". A este resoecto, tal ciencia" que estudia lleva las huellas distintivas de su contexto colonial
1
··marxismo·· es cómplice del nacionalismo liberal-burgués. , decimonónico. Pero nuestro rechazo a percibir esta conciencia como detem1inada •
Subaltern Studíes comienza por cuestionar la categoría de ··nación" y plantea por ese co'ntexto en cualquier sentido definitivo y causal, equivale a nuestro )
que el problema fundamental de la Historia moderna de la India es el fracaso rechazo a aceptar la metáfora base-superestructura y todo lo que ha supuesto
histórico de la 11acíón por hallar justificación como tal. En la India de hoy, se su aplicación a la historiografía india. En segundo lugar, como Guha ha tratado
puede dbcernlr dos tipos de "le~uaje" político. ·Uno es el lenguaje carncterístico de mostrar en su libro y como muchos coli1boradores de Subaltem Studies l/1
del proyecto de construcción de la nación e involucra a los r,tuales del estado, buscan hacerlo, los "códigos" de la política en la esfera subalterna derivan de
de I;¡ r epresentación política, de la ciudadanía, de los derechos ciudadanos, etc. las relaciones de poder y de las formaciones ideológicas que anteceden al
fo rma parte de nucstr;i herencia colonial y es lo que el nacio nalismo ind io le colonialismo tanto como de la importación de la idea de "ciudadanía" l\unq ue
:!r: tw a 111exper ie11c:ia c:0 101 1,,1. El otro lr. nguaje deriva su '.,!ramálica c!c la~ rnuchas rle estas relaciones fu eron afectadas de alguna manera por la e;..perie'lcia
,r.'a!ci,,n, s de poder. nutoriclad y jerarq uía que an teceden al ;,clvenin1iento del col onial, seria una simplern r educirl as r'ir,icamente a dicha experiencia. Es en
•.:, ., ,; 11i 1!i~ llfl, pt'ro que ha11 si cl o signi ficativamente modific;;,das al h,1hér5clas este conte;(tO que In "conciencia religiosa ' de la gente campesina continú;1 siendo
/:,--zacl u a 1' nt rar tn r e!.ición con las id eas e instituéiones i :nportadas por el un tema de e,; tudio extremadamente vi tal.
S' bierno británico. Es vr.rdad que los miembros de las clases ,·litarlas de la ln<lia La acusación de "positivismo" contra (,uha es también sencillament " injusta.
Jsan de 1nodo equívoco ambos lenguaíes pero también t>s < 1erto que nliestra Su libro es cualquier cosa menos positi vista La conciencia insurgente <:ue Guha
histori,1 S/i ha movido hacia un mayor entrelazamiento <le a111hos lenguajes en analiza se construye con las categorías q ue derivan del marxismo y 4ue s ; lo están
i;i~ instituciones y prácticas imlias.. Pero seria j usto decir que. h istóricamente, r emotamente conectadas a "cat egorías" q ue los campesinos usan en sus vidas
el lenguaje ele la primera esfen, ha sido, por lo general, privili::: gio de las clases coti dianas para explicarse su mundo. Es ta "experiencia" campesina tiene sin
elitarias de 111 India, en tanto que las vidas y aspiraciones de las clases subalternas embargo que encontrar un lugar en cualquier proyecto que aspire a có.legorizar
han esta cio entretejidas, por lo generál, en relaciones artículaclas al lenguaje de y comprender la conciencia campesina. Considero que la manera en que
la segunda esfera. deberíamos emprender la creación de un lugar para esta "experiencia" en nuestro
La llegada de la política de masi.Ís ü la fndia moderna ha significado una trabajo -dado que la "experiencia" es en si misma un fenómeno c"nst ruldo y
yuxtaposición ~ada vez 111ás estrecha de estos dos lenguajes políticos y de las re-construidO..:. 'sin transigir en asuntos teóricos, es todavía un problema meto-
culturas muy contradic torias que.re presentan., Pero esta yuxtapos ición ha dológico irresuelto en los Estudios cjt· la Subal:ernidad.
producido también momentos de gran d ificultad en la historia del nacionalismo Me ocuparé finalmente de la acusación referida a que Suba/tem Studies reduce
Indio. Gr~clas a las Investigaciones 11.e Pündey, Sicldlql, Hardi man, Hennin¡¡ham las relaciones de clase a una división binan a simpl sta de la sociedad entre "élites"
Y otros, ahora s.ibemos que en el curso de las luchas nacionalistas que contaron
con nw,·lllzaclones popui.1res, las rnasiis Insertaron con frecuencia sus propias
lnterprntaclon r.s de lns 111ctas de estos movimiento:; y procedieron a po nerlas " N .E. El tdo del e.~udo, el prestamtSlil y d lsen-=i.t~J'll~nt~. •
l
246 :- ,.•, '.• ;" : ·,,~-·-

v "subalternos", En el 11i\·el alJstracto, por sup u,·str.,, se podría argu111entar que


un sist ema binari o repr esenta un pleg,irniento cons<.:ien t e ele sistenras 111{15
diferenciados - tenari<•S. cuaternarios. etc-con el prL>pr',sito de rt:alizar un análisis
µarticular. Se lo hace lrecuentementt en las cient:ias sociales, y no hay rlildi!
de simplista en e;te método. Los historiadores nacionalistas, ele manera m uy Estudios de la Subalterniclad:
legitima en ciertos contextos, repliegan todas las diferencias de clase µarn dar
lugar a la categoría denominada "pueblo", opuesta luego a algo como "el impe- Deconstruyendo la Historiografía·
rialismo". Los antropólogos que escriben sobre el sistema de castas y vama de
la Jñclia han puesto en relieve, frecuentemente, algunas de las estructuras binarias
que les son inherentes. En segundo lugar, hablar de "clases de élite" y "clases
subalternas'·, como lo hace Gramsci ea sus Cuadernos de la Cárcel, es aún hablar Gayatri Chakravorty Spivak
en términos de clase.
Pero plensó que la palabra "subalterno" en Subaltem Studies representa algo
más que eso. Se r <!liei e a la naturaleza específica de las relaciones de clase en
la India, donde en ca~i todos los niveles, las relaciones de clase están su 0sumidas Cambio y crisis
en relaciones de dominación y subordinación, entre miembros de la élite v d e El trabajo del grupo. de Estudios de la Subalternid\id ·nos ofrece una teoría
las clases subalternas. Para r~torMr a una metáfora usada anteriorment~, el del cambio. Generalmente, se define la inserción de la India en, el colonialismo
lenguaje de clase en la India se superpone al lenguaje de la política ciu dadana como el cambio de una sujeción semifeudal a 'ul)a sujeélón.capltalista. Tal
sólo en una minoría de casos. El¡1 la mayor parte de nuestra experiencia ce:tidiana. definición teoriza el cambio dentro de la gran narrativa de .los modos de pro-
las rela-:lones de clase se expresan en ese otro.lenguaje de la política, que es 1,, ducción y, por precaria implicación, dentro·de la narrativa de la transición del
política de una nación sin ·•.ciudadanos". Fs en este ámbi to que se lrncen realid,,d feudalismo al (·:.pitiüismo. En íorma coincidente, se p~rcíbe este cambio como
las nociones ele jer.irquía, dominación y s,1bordin;;ci<'"1· ,1sí como las lradicion~, ti mvmt ntc inau!~l!r al de 1:, pol,tizac!ón del colonizado: Se percib e que el sujeto
.d,: re;;i stencia a la duminac1i'1n .' / ,1 la d~ferenci;:i í, 1:1,'.c :1 !•,~do mina .lores. l..;1¡ ~"l:i,,bl t:n:::rg:.'. (Í,: esas frvcciones de la élite lndfgena_q~e_llegan a ser vagamente
f ;~~'·suh;.l temidad' -esa ru' tu ra com puesta. r¡u e rr~.<i.<'l' va la n: z at·1;pta la dorili-i\l\A de: <:r ita,-. cu1:-11) • ;~adonalistas burgu~sas". El grupo de los Estudios de la
l ,Wnación 1 la jl;!rarc¡uía- c.:s característica de lil~ rl'i,,riu 11c$ de cl:,se de nuestr:1iji11\ Suhai!l.!rniti ad e~l{t, ¡¡ mi entender, revisando esta definic'ión general y su
socicrlad , donde el b<1rniz de In i¡¡ualdad hur~uE,sa :1p,:11a~; e111nascara la vio lenta . corresporn..lientl:' teorización, al proponer por los menos-dos·cosas: en prirrer
~'
naturaleza lcu clal d~ gra:i pc1rtc de n uestro ~istenw de µ,;c.i,:r y autoriJad. J,1,. :ir, l! lie el/ l1Ji, ,n,; m cntr,/ s de cambio sean pl uralizados y tramados como
No podría explit,1rse la persi stencia d e est,1s r dac iones en el mundo de l:1 cc; ,lro1; tacion;-•s, antes que corno transición (de esta manera serían percibidos
industrialización y el capitalismo, apelando a ur1a teor i:1 que busca ~entirse scg~ra (,n r elación a l~s historias de dominación y explotación, en lugar de ser lnscrltas
en la primacía cie la ''infraest"ructurn cc,rnórnica" ,\ 1poner el lente sobre estas en la gran 11ar rativa de l,os modos de·producclón) y, en segundo lug¡¡r, que tales
relaciones, el grupo de Estudios de la Subalternidad abre una vez más la espinos,, ca1'lbius e~tén SéJ'laladÍ)s o mar cados ?Oí un cambio fu11cíonal en los sistemas
c uest ión de la "conciencia" y de cómo los marxistas podrían estudiarla. Para los de signos. El cambio fu ncional más importante es el que. va de lo religioso a lo
historiadores marxistas rle la India, la tarea actual no es la de repetí, las ortodoxias militante. En los volúmenes deSubaltem Studies se señalan, sin embargo, muchos
aceptadas del marxismo. sino la de restaurar al pensamiento de Marx sus tensiones otros cambios luucionales en los sistemás de signos: ·1os que ván del crimen a
originales. Sólo acentuando estas tensiones pod remos ensanchar la problemí1tica la insur rección. del siervo al obrero, etc. •
marxista para akanzar n comprender los problemas peculiar es qu~ cma11a1i de El resultndo más signiÍii:ativo de esta revisión o camb io de perspectiva es
nues tra experiencia del capitalismo4 • que la iniciativa para tal cam bio se sltúa en el insurgente o "sulralt,erno". ~

• Trnducción de Ano Rebeca Proda y Si vi, Rivera Cuskanqui del anfculo ''. Subahem Stud.ies: Deconstructing
Hi<1oriogrophy". En: S11bat1,m SwJies IV: Wrlrl11gs on Soufh Asian ijistory and Socicty, Ranajit Guha, editor.
Dclhi: Oxford Univcr<i1y Press, 1985. pp. )J0-363. , ·
249

248
:cner,JI c!t tono les i111pide enfatizar
inc!icarian luerzaJ. En decto. una sohn .:!dad
cambio~ de fu r.uú11 en los ~1.,t<-11?.1 ~ mismos estarían empu¡ando a la hi ;to-
(En I ealiduJ. su preoc t1pación por los suficientemente el hecho de que ellos
rsivo s" es algo más corta - se f'Xti(:lHle Esto los rnnduce a descr ibir el /uncionamiL nto
d e signos -la frase "desplazamientos discu riografía hegemónica a una crisis.
terna. En 111ás df' un nrt kul, ,. la inexorable lógica espec 1lativa de
1
actividad insur gente o subal cl¡1ndestir.o de la suplementariedad como
más alkí del terreno de la
discu rso autoc:onscic"ltem!'?1te perjudican a sí mismos, ya que, como
Llipesh Chakr.1barly aborda la maAera en
que "el la dialéctica. En esto me parece que se
erda de la élitt indíge na est¿, se qui,•rn o no, expo nen a deba tes más viejos entre espontaneidad
socia lh,ta" del secto r de Izqui dialécticos declarados, se
autoridad feudal e lmouirle nuevas hin- ica real, que está, como argumer.taré,
In tentando clesplawr al discurso de la y conciencia o estructura e historia. Su práct ,;
1 Gandhi "apropiánd ose políticamente de tiona ría estas oposiciones. Una teoria del
done s . Partha Chatterjee muestr_l a más cerca de la deconstrucción, cues
nuevo estado Indio" (3.156). La des- de /unciones entre sistemas de signos
lo popu lar en las formas camb iante s del cambio como espacio del desplazamiento
del surgimier.to de Gandhi -que estaba - es una teoría de fa lectura en el sentido
cripc ión meticulosamente documentada -que es lo que rne obligan a leer en ellos
icante político dentro del texto social, El espa cio de desplazamiento de la fu nción de
lejos de ser un "subalterno"- como un signif general más fuerte del término.
de las tres colec ciones, es uno de los ra como tran:iacclón activa entre pasad:>
desarrollada a lo largo de varios ensayos Jos signos equivale a una noción de lectu
ios.) . (la posib ilidad de) .icción, aún en su
!,1gro s más asombrosos de estos estud y futuro. Esta lectura transaccional como
signos es un hecho violento. Aún cuando lo que Anto nio Gramsci querfa decir con "ela-
Un camb io funcional en un sistem a de punto más dinámico, es tal vez o del ¡'
o" o, lncf•Jso como "en retro ceso " el • Visto de est¡¡, manera, d t rabaj
5
"frac asad boración", e-laborare, lograr con d!licultad
~.-.
sea perc ibido como "gradual", adum ente com-
marcha por la fuerza de una crisis. ·Lo grup o de los Estudios de la Subalterni
dad nos posib ilita reitef
camb io mismo sólo puede ser puesto en ción de la vida
a puede extenderse a una subalternidad prender que !a metáfora-conce pto de "text o socia l" no es la reduc
que Pau! de Man escribe sobre la crític
"En períodos que no son de crisis, o en ión teórica es un modesto inten to de
que CS'.á poniendo ei mundo "al revés ": real a la página de un libro. MI intervenc
cualquier costo, puede haber todo lipo
Individuos !ncl!nados a ,:vita r la crisis a 2 hacer que recordemos esto.
no puede haber (insurrección, G.S.)" • pone que todo el socius, por fo menos
Puede proponerse que su trabajo presu
1
d.e acercamíen.tos a (lo ~ocialr G.S.)... per~ 5
sariamente también una adici ón) Nietz sche llamaría una fortgesetz te
Sm embargo, s1 el espacio para un cambio (nece en tanto obje to. de su e.studio, es lo que
previ a del sistema de signos, la crisis no nua··. La posibilidad de la acción reside
no huhi era.e stad_o allí en la funci ón 'leiclienllefte: una·"cadena-de-signos conti
io.de funci ón-si gnificación suplementa la de este objeto, en la ruptura y, eeslabonamiento
hubiera podi do prov()Carlo. El camb en b dinflmica de desorganización
significación agn:ga nlgo ... perrJ ~sta apone la concienci a al socius, sino
iunci f,n precedente. "El movimien to de de fa caclP.na. Esta línea argumental no contr
adiciún .... víer.e a·cum plir una función indire
cta, a suµlementar una caren cia por que ve en ella mism a a algo constituid ú
como (y en) una cadena semiótica. Se
tivo-de los Estud ios de la ~uba lternidad coment~• o de estud io que participa de la naturaleza de
f)ilrtc del signilié~do".1. El colec trata entonces de un Instrument
miento. de esta nanera es situar al historiador
t:scru pulosamr::ntc sobrr. este doble movi su objeto de Pstu~io. Percibir la conc iencia
orno la de el~bc,r;1r una teoría de 1., le. Creo que es debid o a esta doble
En gweral, ellos perc iben su, rarca e. en una posición de compromiso irreductib
rar especíllcam,•ntP una teoría del ar la obse rvación aforística de Nietzsche que
r.onciencia o efe lil cultu ra ante:; que elabo Jic,azón que es posible desentrañ o
crisis, aunque nunca se ale111 de su con referencia a este doble nexo: "Tod
camb:o. Por e;sta rnzón, creo, la fuerz a de 1a· dibuja la imagen de la cadena-de-signos comp leto,
te en su trabajo, y se alude a ella. concepto en el que está concluído (fasst
sich zusam men) un proce so
argumentú, no es en fatiza d.a sistemáticamen lo que no tiene historia e~ definible" •
6
cia", "combinación", ''qued ar atrapado se resiste (sich entz,eht) a la definición: sólo
a ve ces ingenuamente, como "interferen
'ación", "razones para el cambio", armonizan, estrictamente hablando, con
en la ol~ general". "r.ircu nstan cias para fa uniflc En todo caso, estas presuposiciones no
"llam la atención sobr r"; aún cuando
ar encia (en este caso, la del subalterno) en un estado
"ambigüed ad~. "malcstnr", "trán sito", ,:1 deseo de encontrar una conci
e", "prenderse en llnmas" y, en general, rá de desarrolla r esta discrepancia.
también se la desc ribe como "ence nders positivo y puro. Mi ensayo tamb ién trata
ellas met~íoras<onceptos críticos que
corno " poner cabe w nta)o": siendo to\ias
lns11r~e,11:y in Colonial
n en Ranojil Guh:c li/,m,i11mv M/1/'CI.! o/ l',asum
~ J HJ, 86, 186: l.6S. 11 <: 121. 7 l. Tambiépp 88. 226. 30. ~18: de ohoro en bdclan,c ..,,, ci1ado en m, «xio como
(Delhi: O-'fford Un1v Preu f Un,v. Pres,. ¡q8~).
Wmht¡:,r tm So1J1li A.mm flt'J-101'\' fl túStlcH'I\ /núfcJ (Delhl: Oxíor<
1 l<un.:ijll Ciuhn, •:d.,, s,,haJr,·m Stiuli,•.r 1/1: nc.~ de Sub"Jr,•m S11"/lc.'.\' c.crári c"lt'-'dos en mi 1c.11.10 cl,rno l. 2 y), sc~uiU~ EA!'. ~cguido de los n:fcrenc,as Je págona. Groms.:1 t n Edw~1J W Sa,d, Tht World, 1/re T,x1, cmd 1he Criric
ltJM). p. l!i 1. Rn ndcl3111~, l1N lf\:)I vt~tímc ,
th: In~ rt'Ít'1L•r1ei11~ ele pdgrnu, 5 Ver r.l 1rn1omlcnto de lo "cJ•boroción- do
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1 l'n,ul th: Man, lllin,bt~.,.,. ,u,d /11.vi¡:l,1 · '
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J J,11a¡uo ' Uerrltl11 , Wr/111111 <1111/ IJl/.li•m irin
J.:a~ ln1lut.c=~>t)C-t h,m Jlidu 111111,llth.•,,,b~ t.u,u1<lu (C h1 lrn ,·r~hlu ,11.:r1.11.; 1
....
250 Gc·/1:,. ChcL~,..~,·, ~: , .. 251

-a mi modo ele vn, correctamente-·entre traspiés deliberadc s y no tl éliberactos.


El fracaso cognoscitivo es irreductible Hardirrwn apunt¡¡ al persistente (des)con~c.imienfo_de lo,, m,cionalistas det
desplazamiento del campo discursivo por parte del.¡m,b~l(e:no como una_marca
Todas las relaciones que nos brinda e! grup,; ~obn: intentos de desplazamien to
ele la Sanscrilización • (3.214). El autor busca en los anahs1s contemporaneos ·
discursivo, son relaciones de trncasos. En el c11s0 de los desplazamientos del
<omo el estudio de Paul Brass sobre e_l taccionalis~o-~ bs síntomas de lo que
subalterno, la razón que más frecuentemente se da para este fracaso es el muy
Edward Said llamara "oríentalismo" (~.227). Se s.ug1ere correctz;mente q~e el
superior alcance, organización y fuerza de las autoridades coloniales. En el caso
sofisticado vocabulario de gran parte de la historiografía eontempornne~ es exitoso
del movimiento nacionalista por la independencia, se señala claramente que el
al encubrir este fracaso cognoscitivoy que este éxit~n-el-fracaso, esta 1gn.oran~la
rechazo "interesado" de la burguesía a reconocer la importancia de (y la necesidad
sancionada, es inseparable de la dominación colonial. Das mues~r~ en funcio-
efe allarse con) un campesinado politizado, da cuenta del fra,;aso del desplaza-
miento discursivo que p uso en marcha la politi zación de los campesinos. Sin
namiento la teoría de las expectativas racionales -ese pilar hegemomco aunque
difun to ('racaso cognoscitivo exitoso una vez más) del n_eocolonialismo-, en la
·r.
e111bargo, hay también aquí un incipiente evolucionismo que, quizás intentando
idea de una "Revolución Verde para•lmpedlr un.a Revolución Roja", [lema moderno
evitar una vulgar glorificación marxista del campesinado, le echa la culpa al ''nivel
de la India] (2.198-9). ' _
existente de lé, ,:onciencia campesina " por el hecho de que "la solidaridad y el
Dentro de este rastreo del fracaso cognoscitivo ·ex,itoso, la maniobra más
poder campesinos fueron rara vez suficientes o suficientemente sostenídcs" (3.52,
interesante consiste en examinar la producción c'e la "evidencia", piedra angular
3.115'). Esto contradice la política general del grupo, que ve el acceso heg<'mónlco
del edificio de la verdad histórica (3.2.31-70), y diseccionar así la .mecánlc~ de
de la élite a la "conciencia" corno un constructo interpretable.
construcción del Otro que consolida al Sí mismo: el insurgent~ y la ~nsurrecaón.
Para examinar esta.contradicción debemos anotar primero que lo,; despla-
En esta parte del proyecto, Guha parece rad~calizar (ª histono;~r~lta de la India
zamientos discursivos que se manejan, a sabiendas o no, desde arriba, son también
colonia! mediante una tombinactón del anáhsis sem16t.lco soVJet1co ,con el bar-
y
fracasos. Chakraliarty, Das Chandra dlagraman los fracasos del socialismo thesíano. Se revela así la discursividad _(el fracaso cognoscil1vo) de la
sindical, del empresariallsmo funciona lista y del comunismo agrario en su ínt<'i1to
historiografía desinteresc1dn (exitosa y, por lo tanto, verdadera). Se muestra a
de desplazar un discurso sernifeudal hacia un discmso "moderno". Chatterjec
la musa ele la historia y a la contrni11surgencia corno cómplices (2.1-42 & EAP [Ver
muestra cómo la e inámica transacción inicial de Gandhi con el carnpo discursivo
,arnbiél' pp. '.l'.l . 72 . en este volt:men ]). · . _.
del imaginario reIigioso h indú t uvo q u\' ::n tr:iv ·sti zacl(J para q ue su étic:a d e
Estoy sugiriendo. µor supuesto, que un conjunto de _ p resupuesto:; 1m?lt_c1-
resistencia pudiera ser despl¡¡zada h,lC:i.1f'.I si s l •;na de signos de la polític:a
t;,menle evolucionistas o progr esistas destinados a mechr el fracaso o el _ex.Ito
burguesa7. (No cabe :luda. si un;i (sntid,;d " c:<J1110 I;, ''politic:a burguesa" fue ra
en términos del nivel de conciencia resultarí<1 demasiado ~imple para la practlcü
a exponerse al anális s cl iscu rsivv. emer gería la mb 111;1 mic:w-dínárnica de des-
del gru po. Si observamos las variedades d~ acti_vid':"1. que ellos abordan: la
p lazamientos). Lo que •rat o (lp decir f:s, simplernenl1!. que los Iracasos o éxitos
subalterna, la 111 surgente, la colonialis ta y la h 1stonografica, n(1s hallamos frente
parciales en el desplazamiento del cam po discu r sivo no necesa riamente se
a un campo general de fracasos. Dé hecho, el trabajo .de! ~olectivo está haciendo
relacionan , siguiendo 11na escala progresista. con el ' nivel de conciencia" de llna
q ue la d istinción entre éxito y fracaso result: indeterm1~ada, ya que revela que
clase.
aún el registro histórico más exitoso estara entrecruz,ado por el lracas? co~-
Prr,cedamos al ,ora a anotar que lo que ha sido en apariencia algo perfectamente
nosci tivo. Dacio que en el caso de\ subalterno toman en-cuenta a la concIenc1a
exitoso, a saber, l,1historiografía de éli te -de derecha o d e izquierda. nacionalist a
ü1or "negativa" que sea) y a la cultur a (p0r determinante que sea); y, en_~I caso
o colonialista-, está, n sí misma, según el anális .s de este grupo. constituida por
de la élite. a la cultura y a la manipulación, resulta ~ue ~I subalterno tamb1en está
fracasos cognoscitivos. De h echo, si la teoría del cambio como lugar de des-
obrtindo en el teatro de la "cognición". Sea como fuere, ¿dónde comienza Y dónde
plazamiento de un campo discursivo es su argumento más generalizado, el anterior
termina 1.1 cognición'! Consideraré más adelante los posibles problemas qu_e
argumento le sigue muy de cerca. Aquí tampoco se h2ce ninguna d lstinció 1
conllevan tales percepciones cornp11rtímentalizadas de la conciencia. Baste dec!,
aquí que, según las normas habituales de coherencia, y en términos de su propia

7 Uso la palabra "ima¡,,nano· aproximadamcmc en el semi<lo que le da Jncque, Lacrui. P,ra una breve d;finiciót1,
ver Je,n Laplanche y J.H. Poruali<. 7lie u,11~ua~• ofPS)'1 ·hn-Annlysi.<, 1r. Dav,d Nichol,on-Smith (Ncw Yorlc Nonon, * N E s. conoce como .s.:1nscritización ol proceso de inco~p?rnciórt_<!~ i~s irupos tribal.es a los escalc.,nes bajos
1973), p. 210. del ,';, 1~m~ de ca.1,a.1·de la religión hindú, adopi,ndo su 1rad1c16n clás,ca escma en sanscnto.
253
; :: -C~

--·.,:tu(:,,logi,1. la posibilidad del fraé~so no puede der ivars, de nin¡.:1111 n ;1,:•nr, tr,\l'llii <k "frac.1so, ... :1 tr.1vés ele líl gencr;iliznción y re-inscripción del concep to

-:': ~xiw. a menos que este último. sea una ficción teóricax.
rlr [rac.iso. como lo he sugerido anteriormente. Esto subvierte el inevitable
vanguarrlismo de una teoría que. en otros sen'.idos, desarrolla una crítica al
Ln qur, aqui se señala ,1ene a ser un .:omentar,o sobre la ";,Ji<•nac:ic'H1", tal cr11110
v;inr,uard is 11o de l a teoria. Esta es la rnzún por la cual espero alinear lo~ con IJ
:·,)r.ciben los miembros de este grupp, entendiendo por ella ··un fraca,;o de
rlec~nstrucción: "Obrando necesariamente desde el interior, extraye1 .do j e la
C!.'!OCúg11ición ":
an tigua P,strnct1•ra todos los:ecursos estratégicos y económicos de la subversión,
Sobr~estimar ... (la) lucidez o profundidad (de la C(>nciencla del suba.terno) sería... extrayéndoselos estructuralmente, vnle decir sin poder aislar en ellos elementos
derntinado... Esta expresión wracterístlca de ur,a conciencia negativa de par te y átomos, la empresa de deconstrucción siempre resulta en cierto modo presa
·lel insurgente es equiparable a otro de sus sfntom~ . es decir, la autoallenación. 1
de su propio trab2jo",.1 •
~l·e~taba a·ún embarcado en un·a visión ele su próxima guerra con el Raj como si Estn es la virtud más grande de l a deconstrucción: cuestionar la autoridad
íuera el proyecto de una voluntad ind,ipendlente de si mismo, y veía su propio
del sujeto q ue investiga sin paralizarlo; t ransformando persistentemrnte l as
papel en e.111 como algo'(micamente inEtrumental... (En su propia proclamación) 12
parwanu .... los autores no reCO(lOCieron ni siquiera su pro¡-,ia voz, sino tan sólo condiciones de imposibilidad en posibilidad . Busquemos las implicacio nes
1:sc1:charon la voz de Dios (EAP.2'o). de ello para nuestro caso particular.
El grupo, como hemos vísto, sigue la huella d_e estos fracasos ~n el inten\o
Como para confirmarlo, dentro de esta taxonomía narr ativa progresista. Heg1::1 de desplazar los.campos discursivos. Un acercamiento deconstructlvo e~ntrana
,1escribe la marcha· de la historia en términos de una disminución en la autoa- la atención en el hecho de que ellos m ismos están comprometidos en el 111tento
!li:nacién del denominado ,¼gente históri<:o mundial. Kojeve y sus seguidores de desplazar los·campos discursivos; que ellos mismos "fracasan" (en el sentido
en F1 anci a distinguieron entre este Hegel, narrador de (una) historia, y el Hegel general), por razones tan "históricas" como las que aducen para l os agen tes
espe,;ula tivó que perfi ló un sistema
9
de
lógica • En el interior de este sistema, la heterogéneo:; que estudian; e intentaría l orj;u- una pr áctica que tomara e!:to e~
alien&~lón es irreductible en c;ualquler acto de conciencia. A menos que el sujeto consideración. De otr o modo, quiérase o no, al negarse a reconocer hs 1mph-
se s,:pare de sí mismo para comprender al objeto, no hay cognición; de hecho, caciones de su propia línea de trabajo. por .;er políticamente incorrectas, ellos
nrJ hay pensarnir:nto. no hay j uicio, El Ser y la Idea Absoluta. l,1 primera y última terminarían "obj etivando insidiosamente" al subalterno (?..262), controlándolo
0 --,:cinncs de °L11 Ciencia de fa lógica - dos consideraciones sobre la simple median te el co nocimiento, aún si al m ismo tiempo le restauran v ersiones de
· ,:,;,lienabiiidad-, n,, ~c,11 accesibles a la conciencia indivi:!uJI 1> personal. Pn r IQ causn lidad y autoclttermin,1ci/,n (2.30); en iin, en su deseo de totalidad (-,,, pur
: ,r1t•>. dl~srl e t i ¡n.111tn dr, vista ~stricl¡11ncntc fil osófico, tanto fa) la historiogrnfia lo tanto, de totalizaciún) (3.:JI i) . se harí,111 cómplices con una "ley (que) asign(a)
··',. élite, tornn (h) fa explicac /rn burguesa nacionalista, y (e) la re-inscripciún un nrJmbre (propio) indiferenciado" (EAP l 19) al "subalterno como tal".
-.;r, p.ir l!: riel griipo dt, Estudios de .la Subafternidad, estnrínn func ionando po r
1 ,i>n1 de la alicn;H;i(,n -Verfrerndung tanto como Entdv Berung. Las lecturas que
Los E-~tudios de la Subalternídad y la nítíca eur opea al humanismo
hace Derrida <Ir: l!egc:I, t:omo en Glas·, cuestionarían·eJ argumento de la inalie-
nabilidad ,aún rle la Ncc,:siclad .Absoluta y ·del· Conocimiento ,\bsoluto, aunque Un ··1enguaje r eligioso les dio a lo~ montai1eses ( de los Gh~ts or i~·ntales) el
;1r¡11'. no necesitamos ir tan lcíos. Debemos formular la pr egunta contraria. ¿Cómo m arco par a conceptualizar sus di fi cultades y buscarles soluci ones ( l.140-1).
dr:hernos abordar la sugerenc ia de Marx de que el hombre debe procurar l a El lenguaje de las recientes teorías ín ter petativas europeas parece otorgar un
autodekrminaciú11 y l_ : i práctica des·a lienád_a, y lá de Gramsl'I rle que "las clases marco similar a este col ectivo. Como lo : ,e sugerido anteri ormente, al trabajar
bajas" deben "loi,!rar la autoconciencia mediante una serle de negaciones"?IO su desplazami~nto, están expandiendo el alcance sem;intico de las nocio·1es ele
"lectura" y "texto" , palabras que, dicho sea de paso, no se destacan en su
Porinular u ria respur.sta a estas r,i-eg~ntns ·puede conducir a efectos prácticos
de gran ulcunct:, si se u1;cptn. el riesgo de itreductlbllidad del "fracaso" cognoscitivo v ocabulario. Esta es una transacción audaz y puede compamr se favorablemente
con ulgunos esfuerzos similares re.a ltzudos por historiadores en ios E.stad os
:,, de la "ulienaci(w", l.a propi a pr_áetlca del grupo puede asf ser gruflcadJ en esta '
~ ~
.¡;
.:/ '
~ t'onm 1¡h,:u1¡1rc, 11111•j1·111pl11 pr,•ít•ritlttdc ficci6n Jc6rico.(lGur! ~icrttlo el pmcc~o primario de Frl! Ud The Crmrµlele
0

! 1 Derrida, Of Gmmmawlogy, tr. Spivak (Bnhimore: _Thr.! fohns Hopkins Uni..-!!rsi Ly Pre~s. 1976>.t.:!4.. {N. d~ ~ ,
·¡¡
l'.,yd1r1/n~/,•11 il'orl.,, 1,, Jnni,:, .~1rnrhcy el ni. (l.omlo11: llo¡ar1h Pre«, 1961), ,·ol, :l. p, .198f. T. f'nr;1 la pl.'rstntc vcr~ión se ha con~uhndo l:L 1r¡iduc1.:1li11 ~~c1,1t:llnna de O~car del Barco y Conra.do _crem, De la
') f'.irn vn ,•, c,:lc:utl' 11 ,11:01111:.:11111 th• -.:-Nlll, vi:r Jud11h Ot~Úcr, "( ici1 1 i.s.1 z,.-'it: Fr~nch lt1:crpr~•t:11iot1.~o( l·k¡;cl'i. Ab.~olutc", Grum,110/o~ía, (~lé,ico: S glo XXI. 1986) pp. 29,)0.1 _
t,,.,t,M,, U1•1•lc• 1, (Vi·rnoo, l'Jk.~: l'II prc'u~a,. . ' 12· Dndo quC', en t!l 1rob~jo del colectivo, et histonadur ~" i;finfric.im1!nlt! C!,,flt't:Hico (ver pp. l3 -4'.'). he Ullliz.¡ido
1O A111t111in ( ir:1111.•,,d, 1•U,H1n t·n /:A I' :!H. consis1eownente el masculino.
-,------
'
1
254 • !\• :.;._
255
Unl<..osu. Fstú lebldamentc marcada por t•I i111<:111u dP. lt,1llnr paralelos lot:ules put:cle ser rtv\'ladn. bt<, \'" t,,11!0 más significativo en el cuso de la recuperación
-corno e11 el concepto de atidesa en el traba¡o de (.iuha-. y de insertar lo local de la concienciJ, dado que para la tradlc;ón post-llusttació n de la que participa
en lo general. com-, en las generalizadas relc rencias a la Insurrección inglesa. el colectivo como histo r iadores i11tervencionis t is, la conciencia deviene en el
francesa , alemar.a :1. ocasionalment e, italiana en EAP. así como en la invocación 1erreno o ue ltace posibles w uas las revelacion~s.
a la antropo:ogí I ú cl Africa en el trabajo de Partha Chatterjee sobr e los modos
Y por cierto. el gr upo es susceptible a tal interpreta~ión . Se presupone aql'!
de poder.
la existencia de cierta ré llcxión unívoca o teoría de la significación, " partir de
Es la fuerza de una .:risis la que p roduce despl.:zamientos funcionales en tos 1.1 cual "la acción campesina, tanto en tiempo de ha!llbre c0 mo de rebeldía", se
campos discursivos. En mi lectura de los volúmenes de Subaflem Studies, esta supone que r eflej a " ...una sola conciencia subyacente~ (3.1 n); Y, la "solld.iridad"
fuerza crítica •> este provocar-la-cr isis pueden localizarse en su enérgico cues- es vista como un "significante de la conciencia", donde significación equivale a
tionamiento íll humanismo del sector post-nietzschi ano del estructuralísm o r epresentación, figuración. propiaci_ ó n (rigurosa de-limitación dentro de un perffl
europeo occid,1ntal: es decir. para nuestro grupo, Michel Foucault, Roland Barthes único y autoadec::uado ) e lmpr ~sión (EAP 169). .
y un cierto Lé·;1-Strauss. Estos estructuralist 1s cuestionan el humanismo des-
Sin emb.ir go, aún si la ··condenci:i" fuera conslderaoa ~orno un significado
enmascarando 'a s11 héroe: el sujeto soberano como autor, el sujeto de la aut~ridad.
o fundamento indivisible, autolnminente , estarh obrando aquí una fuerza que
de la legitimidad, del poder. flay una afinidad entre el sujeto imperialista y el
pondría en tela de juicio tal metafísica; puesto que aquí la ~onciencla no es Uf'la
sujeto del humanismo. Sin embargo, la crisis del antihumanlsm o -como todas
conciencia-en-general. sino una form.1 política e historlzada de la misma, es decir,
las crisis- no conmueve "plenamente" 1 nuestro colectivo. Asi, la ruptura la conciencia subalterna. En un pasaje en que la palabra "transcendent al" se usa
demuestra también ser una repetición. Retroceden al apvyarse en nociones como como "transcendent e. porque moldea una narrativa hegemónica", más que en
totalidad, conciencia-co mo-agente, y hasta en un cierto culturalismo, que los un sentido estrictamente filosófico, Guba lo eiq>resa. admirablemen te: ''Toda vei:
divorcian de la crít ica del humanismo. Parecen no percatarse ele la procedencia c¡ue una rebelión campt•5ina h.i sido asimllad11 :1 la trayectoria de.! Raj, de la Nación
histórico-polí tica de sus dl\·ersosi "colaboradore s" occidentales. Para ellos. o del Pueblo, se vuelve fácil abdicar de la responsabilida d que tiene el historiador
Vygotsky y Lotm;111. Victor Turner y Lévi-Strauss, Evans-Pri tc hard. y Hindess y de exp l,) ~ar y dcscrihir i.1 cr,nciencia especilic·a de cada rebelión y contentarse
Hirst pued~n alimc:ntar el m ismo lurgQ que Foucaolt y Ear l hes. Dado q ue no se ron atribuir le una <.'. (..' !iciencia trascendental... repres~ntándo los co mo simples
puede acusar ;, este t(r upo d" u11cc:lrcti•:i~mo el e ,:,,n:;umii:1l •! de supcnncr cad o. instrumentos de otra voluntad " (2.;',8).
se debería perc:lbir en su práctica no sólo una rcpd ir ión si tto tambi&n una ruptura
Debido a esta atribución de espec,ific;dad histórica a la conciencia en el sentido
del prcdiec1mc11to <.:oloriial. Li, calidéld tra:isact1rmal d•~ las fuentes metropolitanas .
estn•cho - aunq ue en sentid o amplio ésta obre como un presupuesto r.1etodológicc,
conflictivas entre si. elude ron lrccuem:ia ;,J ilrtt•lcdual (post)colonial.
metafísico-, en el trabajo del grupo se da siempre la interpretación contrapuesta:
C.ibe recor d:ir ;il _lector que, según mi punto de vist;i. t;ilc:s "frarasos rng- que la conci enc ia del suball,: rno está sujeta a la catexis de la élite, que nunca
nos<.:itivos · son irreductibles. Dildo q ue mi prnp<,s1l0 es reflexionar sobre el lugar ts completamente recup<.:rnble, c¡ue siempre es oblicua respecto a sus significantes
de "<.:onciencia" C'l los trabajos clel grupo Estuclío~ de la Subalter 1idad, no es aceptados, que de hecho se la borra incluso cuando se la rev ela y que es irre-
mi Intención sugr• rir una fú rn111la para lanzar jugadas cognoscitin,s corr ectas. ductiblemente discursiva. En los ensayos más teóricos, por ejemplo, se tr ata
p rincipalmente de un asun to de "conciencia negativa". · Aunque la "conciencia
El prol>lcma de la conciencia del subalterno negativa" se co ncibe aquí com :> una etapa histórica peculiar de los grupos
He intentado leer el trabajo del grupo ;1 <.:ontrapelo de su autorepresentac ión subalternos, no hay raz,'>n lógica por la cual, dado que este argumento está
teórica. Su figuradún de la conciencia del ca111pcsi110 o subalterno hace q ue tal inevitablemen te hlstori zado, tal perspectiva "negativa" -en lugar de la visión
lectura resulte particularmen te productiva. positiva !undante de la conciencia- no pueda ser generalizada como presupuesto
m etodológico del grupo. Una interpretacló! l de la ·:conciencia negativa", por
Investigar, descubrir y establecer 1,, <.:onciencia t:.impesina o subalterna parece
ejemplo. la p ercibe como c o nciencia, no del ser de los subalternos, sino del de
ser a primera vist,1 un proy(~cto posi tivista: un pruyecto que -de ser llevado a
sus opreGores (EAP cap. 2, 3.183). En vagos trazos hegelianos, aquí puede hallarse •
cabo adecuadamen t" - conduclria supuestam eute a terreno firme. a algo que
una posición anti-humanista y anti-positivista, según la cual es !iiempre el deseo
po r/ de (el poder del Otro) lo que produce una imagen del sí mismo. Si esto se
generaliza, como en mi lectura del argul1}ento del "fracaso cognoscitivo", es el
13 El cjcrn!"llo 111.i~ 1mpi,n:1111i: i:•• J.>omuud l.,,CJrra. R1•1Jwr(w;: l11r, '/1~ 11111/ H o 1ur1. íflh:ac:r Coml'II Univ. Prt~~.
J<n~:l), e: l/i,,t11r mttl Cn ll', 1\1 11( l1h;1l·a: Cu1tll'll U11i" ['11"'-~. 19S-I J. subaltern o quien brinda el modelo para una teoría general .de la conciencia. Y
256 -~~\·=·· .... , .~. ·, .. _. ~;:-...::,, 257
j;
sin embargo. dado que el "subalt erno" no puede aparecer sin e l pensa111icnto representnn la diferencia demogrúfica en/l'e /11 poblornín india to/O! y todos aquellos"
de la "élite•·. la generalización sería incc,mpleta por definición: o :Jara pone rlo que hemos descri'a coma 'élite"' (1.8: énf,1sis del autor). Remito al lector a un.i
en lenguilje filosófico. sería "no-origina ria" o , como en la nrsión más temprana ensayo anttirior, conde comento extensamente sobre esta ambigüedad específica:'i,
del "unursprünglich", no primordial. Esta "huella instituida ci1 el origen" es una en tre el rnan i(iesto lenguaje de la cuantifir.ación -la diferencia demográfic,1-que;'
representación de la crítica deconstructiva a los orígenes simples. Hablaré más es positivista, y el discurso de una diferencia definitiva - la diferencia de 1nográ- '·
15
adelante sobre las consecuencias prácticas que traería consigo la identificación fica-que abre la puerta a gestos deconstructivos .
de los rastros de tal estrategia erj el trabajo del grupo. En consecuencia, me inclinaría cada vez más a leer la recuperación de la
Un punto adicional en la deconstrucción en contrapunto de la metafis ica de co nciencia del subalterno como un diagrama de lo que en el lenguaje
16
la conciencia en estos textos, se revela en el hecho reiterado de que sólo los textos post-estructuralista se denominarla el efecto-<le-sujeto de la subalternidad .
de contra-insurgencia, o la doc,umentación de élite, nos permiten saber algo sóbre Un efecto-<le-sujeto puede ser brevemente esbozado como sigue: aquello que
la conciencia de los subalternos. "Próbableniente la visión campesina de la lucha pJ.rcce obrar como sujeto puede ser parte de una inmensa red discontinua ('te.xto"
nunca sea recuperada, y todo lo que se diga de ella en esta etapa será obliga- en sentido general) de hebras que pueden llamarse política, ideología, economía,
dame1te tentativo" (1. 150 fen e.,te volumen, p. 80]); "En ,ist,1 de los problemas historia, sexualicad, lenguaje, etc. (Si se aisla cada una de estas hebras, se la
que implica el documentar la conciencia de los trabajadores de las hila11derías puede también percibir como un tejido de varios hilos.) Los diferentes anuda-
de yute, su voluntad de resistir ·y cuestio~ar la autoridad de sus empleadores mientos y configuraciones de estas hebras, definidos a.través de determinaciones
puede interpretarse sólo én términos de la sensación de crisis que produjo entre heterogéneas -que a su vez dependen de una miríada de circu~stancias-, producen
la gente de autoridad .. (3.121 [en este volumen, p. 161]); "Debería ser posible ... el efecto de un sujeto actuante. Sin embargo, una conciencia deliberativa con-
leer la presencia de una conclertc!a :rebelde como un elemento necesario y tinuisl a y homogeneizante requiere sintomáticamente de una causa continua
omnipresente dentro de ese.cuerpo de e_v.id.encia' (EAP 15). Con seguridad, se y homogénea para ese efecto y por lo tanto postula la existencia de un sujeto
trata del vocabulario de ··es'tit etapa", ia ''voluntad de resistir" y la "presencia". soberano y d·eterminanle. Este último sería entonces el efecto de un electo, y
Sin em'largo, este lenguaj e parece también esforzarse e n reconocer que la su postulado una metalepsis, o sea. la sustitución de un efecto por una causa.
perspectiva. la voluntad y la ·presencia del subalterno, no pueclen ser sino una Así es como, '!n la siguiente descripción, los textos de la contra-ins urgencia
ficción teóri ca q ue habilita el pr.oyecto de·lectura. No puede ser recu perada, identifican una "voluntad" como causa soberana, cuando no es más que un efecto
"probablrmente nunc¡i sea recuperad,, '. En el registro más o rm:nos esotérico del efecto-<le-sujeto subalterno, que se produce como tal por obr.1 de coyunt u1 as
clel lengu¡ije post-estructurallsta francés, esto podr!a expres urse así: "(El) pen- part iculares, las que a ~u vez salen a la luz en las crisis meticulosamente descritas
samienlo (en este caso, el pensarniento. acerca de la conc iencia del subalterno. J,)Or los diversos aut,,res de Suba/tem Studies:
G.S.) ts aquí, para nosotros; un í!()(tibr~ perfettamente neu tro, un blanco textual,
el índice necesarra n¡ente indeter~inado,de un~ fu_twa époc,1 de la d ile rencia''i-1. Es por s1,1puesto cierto que los iniormcs, despachos. minutas, juicios. leyes, cart;,s,
cte., en los que policías, sold,1dos. burócratas. terratenientes. usureros y otros
Una vez más, en el trabaj.o eje es te grupo, Jo:que parecía se r la dificultad elementos hostiles a la Insu rrección registran sus sentimientos. son a la vez
histórka del subalterno col9nial puede convertirse.en una alegoría de la dificultad portadores Je su voluntad. Pero estos documentos no adq~leren su conteni do
•-· de todo pensamiento y de toda cqnciéncia dellberativá, aunque la élite piense lo tan sólo de esta voluntad, ya que ésta se funda a su vez en otra voluntad: la del
contrario. Esto podría parecer absurdo a··primera vista, y amerita una recon- insurgente. De;,ería ser posible. por lo tanto, leer la presencia de una conciencia
sideraclón. Es lo que haré para ~errar esta sección de mi ensayo. rebelde·como un elemento necesario y omnipresente dentro de ese cuerpo de
evidencia (EAP 15).
La accesibilidad defiriitiva de la conciencia del subalterno queda también en
entredicho cuando se la localiz&-éomo diferencl~ y no como identidad: "Los
Leyendo el trabajo de los Estudios de la Subalternidad desde auentro, pero
términos 'pueblo' y 'clases subalternas' han sldq utilizados como sinónimos a
a contrapelo,_:s ugeriría q.1e t!xisten. e lPmentos en su texto que justi:ican la lectura
lo largo de esta nota'. Los grupos •y elémentos sociales incluidos en esta categor!a

1~ Dert!d_o. 0/ Grnmmmul,,R.''·,P: 93. •' va q~• mi lntcnci~n aqu_( es slmplcm~nte o(rcce_r un momcrno do 1tnn100· ,I! Spiv~k. "CM 1h~ Subnl1em Spenk?". en Larry Gro.<>bcrg_y c¡¡¡y_Ner:on. •<!,•.. Ma~,,, l11terpma1l011s o/Llr.ro,11~
dtflcndón, no he emprendido la expllcac,.¡n de cite pa,:i¡e dcmüe11J10: [!,. de T, En lo citado traducción co.,t•lilll•• ami Cullure: U,nlls, frmuius. Bcmmforlrs (Urbunn; LJmv, of l1hno1s Pres&, en prensa).
de Del Barco y Ccrcui (De /11 Gramaw/11,:/<1. México, 1~86). e.<t? refccer.cia figura en la p. 126). · 16 El m1 , espectoculor -101 vez excesivo-• despliegue de:.este argumento está en Gílll"' _Deleu;e) Fe.li~ Guottari.
• Ver el .. Prcf¡iciu II los E.-.tuJios de la Suhdhc.~idad.", ~e Guh'a, ~n C.'-1C volumen, p. ~2 . ,\11/i•Oedipus: Capitali.rn, andSchiwphreuia, tr. Roben Hurley el. ,L (New York: V 1k,ngPrcss, 1977).
-; ·,-:·;r

258 •• · ;;-1: ,: :•

<I'.'. su proyedo de r ecuperación de la concienci a de los subalternos como un Íll('r2a' { \ll't' <'V.> (/1(11)'/, \ ' "suprime" /abo/ish~sj se• :
intento de desmontar es ta metalepsis hi storiográfica masiva y "situar" al efecro "Aufheben·· tiene aquí un d()bh.; significado: ·p0r -:·· ··
del sujeto como sub,lterno. Habría que leerlo, entonces, como un uso estratégico mantener. ¡: ero también-si gnifica '.>Casionar ci
del esencialismo positivista en aras de un interés político escrupulosamente definiciones de "aufheben" pueden buscarse e,.
visible. Esto I0s alinearía con el Marx que identifica la fetlchización como fiwdos de esta palabra 19. En la misma vena de'
determinación ideológica de !o "concreto" y la enlaza con la narrativa del des- en el pasaje citado de EAP, re2scribir,íamos ·.
arrollo de la forma-0inero; con el Nietzsche que nos ofrece una genealogía en lugar "desplazamiento··.
de una historiografía, con el Foucault que diagrama la construcción de una "c_on- Es entonces en el marco de este lnteré"$ est: :.
tra-memoria", con el Barthes de la semiotropía y con el Derrida de la alienante de desplazamiento que se opera en y IY.:·
"deconstrucción afirmativa". A su vez, esto les permitiría usar la fuerza crítka que puede introducirse el tema de. la autodett.:..
del anti-humanismo y compartir al mismo tiempo su paradoja constitutiva, a saber, desalienada. En las de!inlcion•~s de '.'conciencia''.:-
que el momento esencializador, el objeto de su crítica, es irreductible. de la Suba!ternidad, hay abundantes señas de ~•-
Tal estrategia resulta sumamente ütil cuando el término "conciencia" está no es la conciencia en general, sino la concit · ·
siendo utílizado en sentido estrecho, es decir como autoconciencia. Cuando.se estrecho.
usa "conciencia" de esta manera, la noción marxista de una práctica desalienada La conciencia del subalterno, como una s:uer· ·
o la noción gramsciana de una "filosofía espontánea de l a multitud", "ideológi- habita "todo el ámbito del pensamiento, la conj
camente coherente", resultan plausibles y poderosas . Es así que la
17 pendientes. de parte del campesinado" (U88 r, .
conciencia-de-clase no compromete el nivel básko de la conciencia, la conciencia ofrece ''prueba clara de una Interpretación distlnt :
en general. La "clase" no es, después de todo, una descripción inalienabl~ de (de Gandhi)" (3.7), la que anima los "debaJes·er,.
una realidad hurr;ana. En el nivel descriptivo, la conciencla-de-dase como·tal es con seriedad los factores en pro y,en contra rlt-
una comprensicín unificante artificial y estratégica que, en el nivel transforr'?ativn (2. l [ Ver aquí Guha, p. l): !a que efectivamente ;
bu~ca d Estruir !a mt:d111ícü que i::cm., trnyc el perfil de la propia clase en !a cual a !a v olunto<l de los sul-<1ltemos.
o': ha d~smroli;;d1¡ i;i1u,idonal11w11te III1~ conciencia colectivü. "Cualquier miembro La concicnci;, del sub.1lte.rno comu concle:,
d~ la conrnnicfad insurgente" - Guha destina un capítulo entero a mostror cómo ck los temas principales de estos libros. Entre 1,
s'" des,i rrulla e:,;ta cq11ci~ncia colectiva ele comun idad- "que opta por continuar ci tarse me referiré a d•)s: "lo qt.e se expresa, fuer,.
tn condición su 1)ordi 11ada. e~ c onsiderado hostil al proceso de reversión que cl~I diario de Abdul Majld (un tejedor) es una t.
inaugura la lucha y por ende, como si estuviera de parte del enemi go" (EAP 202). curnunid ad. Sin embar go, tal conciencia de ,
•.atarea de l a "concienci a" e.le cla!,e o de colectivi dad, en el interior de un campo ambigüa, q ue cabalgaba entre la fraternidad
social de explotac ón y dominaci ón es así necesariamente autoalienante. La mohalla•• .. (3.269). "La conciencia de:s( mi5ma . ·
tradición ingl esa e11 las traducciones de Ma:·x frecue11temente borra este hecho. i11surgentes era de este modo im.listinguible del, :
Consi dérese, por ejempló, el si guiente conoc ido pa~,aje del Manifiesto Comunista: (EAP 286). El grupo contrasta firmemente esta t_:·,
··1r the proletarial in st -uggle /im Kampfe/ ag,inst the hourgeoisie is compelled del subalterno con aquella tendencia del _ mar
to unite i tself in a clas; ¡'sich notwending zum K/asse vereint}, and, by means_of conciencia-de-clase al subalterno pre-<:apitalista, .
a revolution, it makes itself the ruling class, and. as such sweeps away by force
the old condit ions of production, it thu~ sweeps away the conditions of class
oppositions (Klassengegensatz] and of classes generally, and abolishes its own
I8 contra In burguesía el proletariado se constituye ind.e(ecti_blemen1ú:,.
lordship {Herrschaft} ,1s a class" . Las frases traduci das como "suprime por la si mediante la revolución se convierte en cl1\se domtnante y, en~.·,
viejo., relaciones de producción, suprime, al mismo·tiempo que esw
In existencfo del anl,gonismo de closc {Kum,ngeg,nsa11J y de las cb..
/Hemchafl/ como close".I
17 Gram~i. Pri.11m Nm,•hm•h. tr. ()uintin Hoan: y Gcoffrcy Nocl·Smith (Ncw York. lntem,1ionaJ Publi,hcrs. 1971 ). 19 Georg Friedrich Wilhelm Hegel, Tht Science oflogic, "·A.V. '
p. 421.
p. 107.
18 Korl Marx y Friedrkh F.ngcl.,. "The Manife«u of the Communist 1·,rty· , :.n Se/ecred Workl (Moscow: Foicign • N.E. Pcque~o pueblo: centro administrativo, manufac1._rero y.-
l.angu•gos l'lJblishing l lou«. 1'>5 1). p. 51. IN.E Par, I> presente vers 6n hemos consultado la traducción castellona
rJ~ Edi101ial Progrc~o e'·. M irx • F. (ngd,. OhmJ F..~ca>:it!as. ~-1o~ú. :-.f.. r. 50). que dice: "Si en ta lucha fim Kamp/e/ •• N.E. Barri J. cuadro o dirnito de un poblado.
260 ·:- ..~,,,. s~ .> 26 1

del lrn1,eri,1 ii:;lJlo. Su gesto con(ronta así la nocir"i11 de! 1 , ¡.,I,,;l.la1,111 ¡f ,, lo por nlinearse con l:1s pautas de co nducta de los propios sub,il_ternos, s_ólo una
"pre-poi tico·. tanto como los argumentos !unci,)nalb t;;s q 11,· '-'f'n ln "rcciprr"·idad vi sión progresista, que diagnostica al subal terno corno necesanamente rnfenor,
y economía morál" entre "jornaleros" :1 "propieta1•i,1s c,,:J1p,:si11,,,;", curnn · un percibirá tal alineam iento como car ente de valur interv_encionist a._ En :lecto,
intento de nega la relevancia de las identidades de clase_._. dr•I cn111licto ele r lasp e~ en su p;opia insistencia sobr e el subalterno como su¡eto de la h1:;tona, q_ue
para las· relaciones agrarias e;i Asia hasta fecha muy recien¡,.i · (:J. 7,~). El c1 n,ilisis el grupo lleva a·cabo tal r e-traducción, corno estrategia intervencioni:;ta solo
de Ct,akrabarty en torno a lo históricamente errónea qu;• resultaría la simple parcialmente inconsciente.
iiw: rsi ón de est e gesto, al lntentar,,imponer una concienu,i marxista d e clase Si se abrazara como estrategia, el énfasis sobre "la soberanía... consiste ricia
trabajadora sobre el proletariado urbano en contextos colon iales y por irnpllcación y ... lógica'' de "la confiencia rebelde'' (D1P 13) podría percibirse ento'.1~es c,JmO
-corno muestra Guha-, sobre el subalterno rural, halla así un espacio en el iri ter ior "deconstrucción afirmativa". Pero al percatarse de que tal énfasis es tec,ncamente
de esta confrontaci ón. ·
inviable, el historiador termina por romper su teoría ,m aras de un "interés político"
Para los lectores que advierten los puntos de contacto entre el grupo de escrupulosarnente delineado 20 . Si, por otra parte, el historia~or p,~rcibe_que la
Estudios de la Subalternidad y la critica al humanismo.representada por Barthes restauraci ón al subalterno de un¿. posición-Oe-sujelo en la historia equivale a
Y Foucault, la confusión ema~a de los usos de la palabra conciencia", que nos establecer una verdad inalienable y final ele las cosas, entonces cualq t:i,, r énfasis
remiten inevitablemente a una cuestión pc-st-!enomenológica y post-µslcoana lítica en la soberanía, la consistencia y la lógica, como he sugerido más arriba, objetivará
en di,: ho:; autores. No es mi intención aclar,ar esta confusión revela ndo analí- inevítablemente·al subal terno y quedará ati apado en el juego del conc,cimiento
ticam ente que el grupo de Estudios 'de la Subalternidad no considera en absoluto como poder. Aún si la discursividad de la historia es ?ercibida como ~n fo1tgesetzte
, a la "conciencia" dentro de esa c·on!igur ación y que más bien trabaja exclusi- Zeichenkette, no puede emprenderse una ge_i;ie'ilog1a restaurativa sm la Cfguera
vamente con la conciencia.colectiva de segundo nivel que podemos hallar en estra!égica que terminará por enredar al genealogista en la cadena. Viendo esto,
Marx y ,~n la tradición marxista cl~sica. A~tes bien, propongo que, aunque el en 1971 foucault recomendó el uso d el "sentido histórico", a la maner a del boletín
grupo no se comprometa a sabien·c:las en una comprensión pos t-estructuralista diario reiteradamente revisado por el locutor de televisíón, para evítar la arro-
de la "conciencia", nuestra µropía_lectu ra transaccional de su trabajo se justifica gancia de una gene,ilogía exitosa21 . Es en esa v ena que leo a los Estud_ios de la
si percibimos que se íl dhieren estratégicamente a una n<Jci<',n esc·ncialist;i de Subalternidad , ;i tontrapelo de sí mi smos, proponiendo que su p ropia subal-
c<mc ienci,1 -que sería vuln_erahle a la críti ca antihurnanii.:.a--, per,> desrle una ternidad, al alegar una posició n-de-rnjeto poJiJiua par a el subaltuno, podr ía
práctica historiogriifica q ue ext rae m uchas de sus vini:d~s de es;; rni '.:m¡¡ re-inscribirse cómo una estrategia para ,,uestro:: tiempos.
crít ica. · ·
•Qué bondades tendría tal re-inscrip<:ión? La d e reconocer que el t .;rreno
del ~ersistente impulso del subalterno hacia la hegemonía. permanecerás· emp_re
La historiografía corno estrategia · y por definición heterogéneo con respecto a los esfuerzos del hi storiador dis-
¿P11ede una estra tegia ser inconsciente? Por supuesto qu-: n0 comp 'etamente. ciplinario. El historiador debe persistir en sus esfuerzos por ser _c,rnsciente de
Sin embargo, tornemos afirmaciones como las siguientes: ·e:,;i:;te neces;ir iarnente que el subalterno es necesar iamente el límite absolut o del espacw en el cual la
(una) discr epancia en algunas etapas de la lueha d¡; clases entre el nivel de su historia se narrativiza como lógica. Ésta es una lección.difícil de aprend,ir , pero
artic:u lación objetiva y el de la con~iencJa de sus sujetos": "a pesar de todo su no aprenderla equivaldría simplemente a for mular s.)luci ones elegantes para una
compromiso práctico con Una rebellón, las masas pqdían aún ser inducidas por virtual práctica teórica correcta. ¿Alguna vez l a historia ha desmentido que la
una fal~a conci!"ncia a confiar en las facul1ades mágic.1s de héroes guerreros ... "; práctica nor ma·a la teoría, com o en este caso la práctica del subal terno norma
!a
o Incluso, "el rebelde campesino de lnJia colonial sólo podía hacerlo (aprencfor a la historiogral!a o(icial? Si este supuesto, más que la disonante tesis de la
:;u primera lecc!ón de poder, G.S.) ~! la ;,olvía a traducir ~l lengua;e semileuclal in fantllidad del subalterno, fuera acogido µor los Estudios de la Subaltern1c.'ad,
ce la poHtica en el que había nacido'.'_'(EAP l 7~,.270, 76). Una teoría que admite
una falla parcial de ajuste en·lé!; constr_ucc_ l ón. cje·cua lquler estr ategia no puede
con~lderarse Inmune a su proplo s,l~tema; pues tiene que quedar atrapada en la
posibilidad de que.esa.disyuntiva se aplique a su propi o caso. SI el historiador 20 1 n rnctáfora-concep1o<lc "1nteréi."' es orque.s10.dll por Derrido en S¡,urs, cr. Bi.Vh~ra Harlow (Chic~go_: U_niv. of
de la 1,ubalt~rnld11tf, !11 volver 11 trndu clr lr1111montaM clu In 111arIn rlol tllac:urirJ y Chlt~t80 PniA~i 1978) ~on nociooe~ de "dc.'C1Jn~trutción oíinmulva", lo que equivaldría a reconoct.:r que rnngun eJemplo
de deconm1Jcción puede cquipororse a su discurso. •
ele lu cr ltlca _al hum anlsmq _al lengu{lj e de una his to~iogr afía esenclalls !a, acaba 21 Michc.l Foucault, Umg1u.1;e. Cmmrer-Memory. Pracric,, tr. Donald F. Bouchard y Sheny Simon (hhacn. Cornctl
· Univ.Pres.s, 1971)..pp.1 56.154.
262 263

entonces su proyecto .:,,tarla en c;oncordc1nci;i consig<, mismo. al reconoc-::r que e11st·f1a1rza-c k -l.i-l1istnria solm • ,,¡ estilo trnncés de ensehanza-de-la-íilosófía23:
nunrn puede estar en plena concordancia con "la conciencia d<>I subalterno": Cu,1lquicrn que sea la posició11 que tomeinos en la vieja .pelea entre historia y
que nunca puede goza:- ele continu idad con res pecto a la entrada desigual y íilosl)fía, es fo rwso que 110s dellloS cuenla que, como disciplinas, ambas deben
situacional del subalterno al campo de la hegemonía política (y no meramente ~eguir siendo heterogi!neas. asi como discontin·u~, respecto a la práctica social
disciplinaria, como es el caso del colectivo), como sucede con el contenido de subalterna. Reconocer esto no significa dar lugar·a una abdicación funcionalista.
una descripción post lacto. He aquí la relación siempre asimétrica entre inter- En la trayectoriu de FoucaÚlt, es un hecho curioso que, en cierta fase de su
pretación Y trnnsfr,rmación del mundo, que Marx recalca en la onceava tesis sobre influyente último período, llevara a cabo algo así como una abdicación, negándose
Feuerbach. Allí se da un contraste entre las palabras haben interpretiert (participio a "representar" (corno si tal negativa fuera posible) y privilegiando al sujeto
presente -una acción culminada- de interpretiere,1, el verbo romance que enfatiza oprimido, que s upuestamente podía hablar por sí mismo24: .El grupo de Estudios
el establecimiento de un significado proporcional al fenómeno por la vía de uria de la Subalterniliad. que busca metódicamente las huellas 9e la representación,
metáfora referida al 1 u~to intercambio de precios) y zu verandem (infinitivo. no puede seguir por el mismo camino. Luego de "situ,ar" la semiología, Barthes
-siempre abierto al luttHo- del verbo alemán que "sigr,ifica", estrictamenti· se v,>lcó en gran medida a la autobiografía y a la c.e!ebración del fragmento. El
hablando, "hacer otro').. l:.sta ti lima ~xpresión no se equipara a haben i11terpretier1 grnpo de Estudios de la.Subalternidad no puede seguir·a 'Barthes en esto, no sólo
ni en su carga filosófica derivada del latín, ni en su significado de idoneidad y por ser devotos de la semiótica, sino también porque_tra~an de er.samblar lrna
completitud, corno lo hubiera hecho transfonnieren. A pesar de no ser una pa.labra bfrrgralía histórica de aquéllos cuyas vidas activas sólo pueden revelarse mediante
inusual, no es la más comím para la noción de "cambio", verwandeln, en alemán. un registro deliberadamente fragmentario producido en algún otro lugar. Deben
En la versión má:; abierta "hacer otro" -ver-<inderung- a partir de lo idóneamente seguir comprometidos con el subalterno como sujeto d~ su historia, pues mientras
autoidéntlco -acecuadamente, interpreliert- subyace una alegoría acerca de !a continúen fieles a esta estrategia. nos revelarán los límites de la crítica al
relación del teórico rnn su tema. (No hay espacio aquí para comentar sobre la humanismo, tal como se practica en Occidente..
riqueza de ··es kom111t darauf an". la frase sintáctica que une las dos ·partes de la El/la intelectual radical en Occidente se halla., ya 's~a atrapado/a en una
únce11va Tesis). ~.'o súlu la "mala" teoría, sino toda teoría es susce ptible a ei;ta deli berada opción por la subalternidad, otorgando al op"rimido la misma sub-
are rtura. jetividaJ expresiva que critica. o ')ien en .la posici')ri de una total
Las de:;crip<::ones tc•f,ric.:i.; rn, pueden producir universale~. Tan sólo pueden irn'pre~entahilidarJ. La negac;ón lógica de esta posición se da en el discurso del
produ r:ir gene:·ali,acior:-cs provisiomJles, en la rnism:i medida en que el teórico post-modi;rnismo. donde "'a masa es sólo masa porque su energía social ya se
se cla cuent ,, ele la irnportanci,1 decisiva de su reite rada prod Jcción. lo De h.1 congelaJn. Fs una resuva fría, capaz de absorber y neutralizar cualquier
contrario. dadr; q re t;,I vez. sus au tores desean alegar que existe alguna fu0:rz:i ,
0
11er~íu caliente. Se parece a esos sistemas medio muertos en los que se inyecta
r.c, es pecific:ada que interviene directamente en la práctica subaltern.-1. las con- más e11crgí,, clr. la q ue se extrae. esos depósitos exorbitantemente mantenidos
clusiones de (!Stos ens;iyos se tornan abruptas, no concluyentes, casi corno una en un estado de explotación artiíi<:ial". Esta negación conduce a un vaciamiento
serie de postergaciones en algún proyecto empírico. Un ejemplo sorprendente ele l,l posición-de-sujeto: "No es llegar al punto en el que ya no se dice yo, sino
de este deseo hl<Jqueado de antemano [o ofrece Das, en un ensayo de u ra manérn ~I punto en el que deja de ser importante c;ue se diga o n·o se diga yo"25. A pesar
brillante, al repudiar la formulizoción como frustrante para [a práctica, mientras d'° que algu nos intelectuales occidentales ~xpresan una gepuína preocupación
deplora la /alta de suficiente generalización, que habría permitido e[ florecimient<, por los estragos del neocolonialismo contemporáneo en. sus propios estados- _
de la práctica subalterna (2.227). naciones. no están muy bien informados sobre la historia del imperialismo, sobre
Louis Althusser habló de la siguiente manera acerca de los límites a la pro- la violencia epistémic:a que constituyó/borró a un sujeto, ol;>ligándolo a ocupar
ducción teórica di~ciplinaria: "(Una) nueva práctica de la filosofía puede (en respuesta a un deseo) el espacio del otro autoconsolidante del imperialfsmo.
- ~
transformar la lilow fía. Pero además, en esa medida puede ayuda: [ aid~r a sa 11
mesure} a la transformación del mundo. Tan sólo ayudar ..."22 . En su crítica
trivializadorn de Althusser, E.P. Thompson privilegia el estilo británico ·de 23 Tr,io brcvcmcnle la mecánica de la crí1ica de Thcmpson-en "Exptana¡ion and Culture: Marginalia", Humani1ier
in Snciety, 2.3 (Sununer, 1979), p. 220, n 14. ' ·
¡!
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~-,

24 Pui!dc encontrarse uno exposición ejerr,plar e.le e.sto ~n "lnlcllectuaJs and Power'', eri Langu.age, Cowuu-Mtmory,
Pmcrke. · .
25 Jean B•udrill•1d, /Ji the Shadow of 1he Si/mi Majori1ies ortheJi,111fofthe Soci«I A,i,J Other Essays, tr: Paul Foss, :!
22 Loui~ Ahhus~L·r. l .c11i11 ftlMI l'hilo.rn¡,ln· ,md 0 11,er ET.l'tl\',f, 1r. Ben Fowkt·~ (New York· Monthly R"view Pres• et ni. (New York: Semiote,t{e)'¡ 1983), p. 26: y Deteuze y GualUtri; On the line-, tr. John Johnston (New York: ¡
1971 ), p. ó~. . • • ., , Semiotext(e), 198J). p. 1. · :::!~.

' .1 '

1e-.. 1
265
264
mienlo-tempCJrJlizac16n del proyecto imperial. A veces parece que la misma lucidez
Es casi como si la fuerza generada· por su crisis estuviera separada de su campo del análisis rle Foucault sobre siglos de imperialismo europeo produj,era una versión
propio por <lbr, de la ignorancia sancionada de esa historia. en miniatura de ese fenómeno heterogéneo: manejo del espacio, pern por doc tores:
So,tengo que si el gru po de Estudios, _de la s·ubalternidad !Lera capaz de ver desarrollo de administraciones, pero en asilos; consideraciones <le la periferia,
1' su propfo trabajo de restauración-del-sujete, como decisivamente estraté<>ico pero en términos de los dementes, prisioneros y níf10s. La clínica, el asílo. la prisión.
la uníversidad, pa, ecen alegorías de pantalla que clausuran de antemano una lectura
no pas ,ría por alto este vacío sint_bmático eri el anti-humanismo occid~~ntaÍ 26
de las narrativas más amplias del imperialismo .
contemporáneo. En su innovador ·ensayo ·sobre los modos de poder, Partha
Chatterjee cita a Foucault y a su trabajo sobre el siglo XVIII, y escribe: Así, el discurso de la conciencia unificada del subalterno debe habitar la
estrategia de estos historiadores, así como el discurso del sujeto micrologizado
·· Foucault ha buscado demostrar las complejidades de e~te nuevo régimen de poder
en sus estudios sobre la historia de la·enfermedad.mental, de la práctica clínica, 0
"situado" debe marcar el de los anti-humanistas al otro lado de la división
de la prisión, de la sexualidad Y.del surgimiento de las clencias·humanas. Cuando internacional del··trabajo. Las dos siguientes aseveraciones de Ranaji: Guha y
uno observa los reg/menes.de poder en los llamados pa/ses atrasados en el mundo Louis Althusser pueden ser entonces percibidas, no como sci\al de una con-
de hoy, no sólo el dominio de los modos de ejercicio de poder característicamente tradicción, sino como la fractura de una discontinuidad de niveles filosóficos,
"modernos" parece limitado y tuestioriado por la persistencia de modos más así como de una asimetría estratégica: "Sin embargo proponemos", escribe Guha
antiguos, sino que debido a.su combinación en un estado y formación particulares,
parece abrir al mismo tiempo uria gama completamente nueva de posibilidades en los anos ochenta, "concentrarnos en esta conciencia como nuestro tema c~ntral,
para las clases gobernantes en el ejercido de su dominación (3.348-9). porque no es posible explicar la experiencia de la insurrección simplemente como
una historia de acontecimientos carentes de sujeto" (4.11). Precisamente, "no
He dicho antes que la fue~za de la crisis no se enfatiza sistemáticamente en es posible". En tanto Aithusser escribe en 1967:
el trabajo del grupo. El ejemplo foucaultiano que aquí consideramos, puede, por
ejemplo, ser percibido en el senbdo dé que marca una crisis dentro de In conciencia Innegablemente, ya que ha sido admitido en su obra -y/;/ Capital lo demuestra-
Marx·le debe a Hegel la decisiva categoría filosófica de proceso. Le debe aún tanto
europea. Pocos .meses antes de leer..f!I ensayo de Chattarjee, puse sobre el papel más, que el propio Feuerbach no lo sospechabJ. Le debe el concepto de proceso
opiniones extrañiimente parecidas a Ja·s suyas, en torno al mismo pasaje de sin sujeto... El origen, indis pensable para la naturaleza teleoló¡¡lca del proceso...
foucault. Soy consciente de que escribo en un contexto laboral comprometido debe ser negado desde el principio, de m0do que el proceso de alienación pueda
con la pr oducciór. ideológica del n~ocolónialismo, incluso a trJvés de la influencia ser un proceso sin sujeto... La lógica cie Hegel es la del Origen afirmado-negado:
de pensadores como f'oucault. No-es pues, necesariamente, se1ial de extraor- la primera forma de un concepto que Derrida ha introducido a la reflexión filosófica,
dinaria perspicacia que lo que aquí !lamo crisis de la conciencia europea se ponga la borradura 21 .
en relieve más nítidamente en mi párrafo, al que me tomo la libertad de citar.
Como ha remarcado correctamente Chakrabarty, "Marx pensaba que la lógica
Sostengo que la relación .entre el"post-marxlsmo w tl-humanista del primer mundo
y la historia del imperialismo no es s\mpl"mente ·una cuesiión de ''ampliar la gama del capital podía ser descifrada mejor sólo en una sociedad donde 'la no, ·ión de
d ~ posibilidades", como Cliatterjei sugiere rnbriamenté en él texto citado. igualdad humana.hubiera ya adquirid0 el arraigo de un prejuicio popular"' (2.263).
~ ·primera lección·de ideolo¡1a consiste en que un "prejuicio popular" se confunde
A pesar de que f'oucault es un ·pensador brillante del poder-en-el-e~paclamiento, con la "naturaleza humana", esa lengua materna original de la historia. La his-
la· conciencia de la reinscrlpcl6n topográfica dd Imperialismo no moldea sus •toriograJía marxista puede quedar Jtrapada en la lengua materna de una historia
presupues_tos. Se ve en¡¡,1ñado por la,'lersión restringida de Occidente pro_ducida y una cultura que han coronad0 en ei lndividuafümo burgués. Mientras grupos
por esa remscrlpc!ón y ayuda as.! a.consolidar sus electos. Nótese, por ejemplo, como el colectivo de Estudios de la Subalternidad intenten abrir los textos de
en el siguiente pasaje; la omisión-del hecho de que d nuevo mecanismo de poder Marx más allá de· su procedencia europea, más allá de un internacionalismo
en los siglos XVI! y XVIII (la extracción de plusvalla sin coerción·extra-económica
. es su descripción mar,rlsta) se asegura por medio del Imperialismo territorial - la homogéneo, en la v!a de un reconocimiento persistente de la heteroge~eidad,
..,erra y~us productos.. "en ot,ra parte". La represen'tadón de la soberan la es ,, el propósito mismo de "olvidar su lenguaje original (o "enraizado" -die ihm
q:. '
'{
tleclslva en tales 11scenarlos: "En los siglos XVII y XVIII ten,-mos la producción de
un Importante fenómeno: la emerge11cla, o más bien. la invención de un nuevo
mecanismo de poder poseedor dc,tl!cnlcas pr.ocedlmental~ altamente especificas,;,
lo quo 111 tambltin, creo, nbs'olutamonto Incompatible eon IA~ rqlnclonea de
soberanía.. .". Estuy pro~•ontendo qu•~aceptar una versión auto-contenida de
26 Spl>Ak, ' Can 1ht Subnllem Spook'/"
17 Ál1husser, "Sur le roppon de Marx I Hegel"', en H<gtl , i la p,nsle -,,o,'enw, ed. Jacqucs d"Hondl (PMis: Pre~<es
..I¡¡!¡ti'
,,¡' ..1

Occidente es ignorar slntomátlcamente su producción por el espacia• universitaires, 1970), pp. 108-9. ·
i¡t :i
''.¡q !

:~,,1
1 •
266 s~vOlr Chok,ovo,,,.. S;:11vG< Detonsir~yendo lo Hisfo,009,olio ,267

angestammte Sprache) mientras se usa el nuevo" tie ne que ser reinscritoi8 . Un a esto acusnclón. Ac¡ul quiero sPlialar su cqmún .fonocentrlsnfo, la cc,nvlcclón
reconocimiento reiterado de la complicidad de lo nuevo con lo "original" está de que el habla es una rcpri>sE~ntación directa é inmedi,ata,de la conciencla-<ie•
a la orden d ~I día. He tratado de indicar esto deconstruyendo, por un lado, la voz y de que la escritura es una transcdpción indirecta del habla. Corno dice
oposición entre el colectivo y su objeto c'e investigación -el subalterno-; y por Guha. citando a Vygotsky, · La-velocidad del di_scurso oral es desfavorable a un
otro, deconstruyendo la aparente continuidad entre ellos y sus modelos proceso c:omplicado de formulación; no deja tiempo para la .deiiberación y la
anti-humanistas. Desde este punto de vista, sería interesante si, en lugar de hallar elect.:ión. El diálogo implica fa expresión.inmediata nó premeditada" (EAP 261).
su único Internacionalismo en la historia europea y la antropología africana (Ún Según esta consideración, la historia de la escritura es coincidente con la
desglose disciplinarlo interesante), encontrasen también líneas de contacto, por inauguración y desarrollo de la explotación. Ahora, no·hay razón para cuest!onHr
ejemplo, con la economía política del movimiento campesino independiente de este recuento bien documentado de lo que podría denominarse escritura ~n el
Méxlco29.

l
sentido "estrecho" o ''restringido'·, Sin embargo, frente a este modelo restringido t·
Sólo es posible leer a contrapelo si existen ciertos desajustes en el texto, que de escritura, no debiera erigirse un modelo de habla al que se le asignara una t··,
nos señalen el camino. (Se los llama a veces "momentos de transgresión".) Me autoidentidad total basada en un modelo psicológico tan tosco que implicara
gustaría redondear el conjunto de mi argumento analizando dos de estos que el espacio de "premeditación" está confinado a 111.cÓ,nciE;ncla delí,berativa,
momentos en el trabajo de este grupo. En primer término, su tratamiento ·<;!el
't basándose en "evidencia"·empírica tan imp,resionista como "la velocidad del t
,..

rumpr; y en segundo, el lugar de la mujer en su argumento. t discurso oral".


En contraposición, las teorías post-estructuralistas de la conciencia y del .
El rumor lenguaje sugieren que toda po.sihilidad de expresión, hablada o escrita, comparte
un distanciamiento común respecto a un si mismo, para que el significado pueda
El tratamiento más extens¿ del rumor, que pue<le hallarse en EA?, no forma surgir: pero no sólo el significado para los otrós; también el significado:de si . :J
parte, estrictamente hablando\ del trabajo del grupo. Sin embargo, ere-o estar
en lo correcto al sostener que las páginas de Guha explicitan un conjunto implícito
mismo y para sí mismo. He adelantado esta idea en mi análisis de la "alienación".
Además, estas teorías sugieren (JU€ ei "si'mismo" [sel{] es en sí mismo, siempre
·Sr.
de supuestos sobre la naturaleza de los medios de comunicación del subalterno, p·oducción más que fundamento, idea que he abordado en mi-tratamiento del
tales como el rumor, y sob1·e su papel en la movilización de la insurgencia, que "efecto-de-sujeto", Si se percibe la escritura en términos de su aserción histórica,
están presentes en el trabajo de todo el grupo. Csto también pone en relieve la la producción de nuestro sentido del sí rni$mo 'com·o fundamento parecería estar
contradicción Inherente a la práctica general del grupo -que se inclina hacia el
estructurada como la escritur~:
post-estructuralismo-, y a su adhesión a la primera época semiológica de Barthes.
Levi-Strauss y Gr eimas y a los estructuralistas 'a:rnn6rnicos como Vygotsky, Los predicados esenciales en una.mínima determinllción.del concepto clásico de
Lotman y Propp. escritura.. (son que) un signo escrilo... es· una marca que queda.(res/e),... (que)
Steven Ungar delinea la trayectoria de Barthes <le la semiología a la semio :ropía, lleva consigo una fuerza que rompe con su contexto,... (y que) esta fuerza de ruptura
a través de la semioclastla, en Ro/and Bar/hes: the Professor of Desire'Jl.1. Cmdquier está ligada al espaci.imlento... lo que lo separa de otros ~lementos de la cádena ·
contextual interna... ¿Están estos tres predicados; junio con todo el .~istemá que
uso del Barthes de la primera época tendría que refutar, así.sea brevem'!nte, la implican, e~lrictamenle limitados, como frecuentemente se cree, a la comunicación
propia refutación y recl'azo que hace Barthes de sus posiciones tempranas. "escrita" en el sen ido estrecho de la palabra? ¿No puede hallárselos en todo el
Una de las empr•!sas cuestionadas por la crítica del sujeto de conocimiento lenguaje, en el len;;uaje ha!Jlado, por ejemplo, y por último, ·en la totalida¡J de la
identificada con el anti-humanismo post-estructuralista, es el deseo de produ.cir "experiencia" en cunnto que ts inseparable de este campo de la huella, vale decir,
;axonomías exhau~tivas, de "asignarle nombres mediante una operación meta- de la red de obliteración y de diferencia, de unidades de lterabilidad, que sori·
separables de su contexto interno y externo, así como de sl mismos, puesto .:¡ue
Íingüística" (2.10 [V1.r aqui Guha, p. 42]). Ya he tratado extensamente esta cuestión la misma iterabilidad que con ;litufa su identidad ·no les permite ser una unidacl
en otra parte de mi ensayo. Todos los autores arriba citados serían susceptibles de autoidentidad?-l 1 •

28 Karl Marx, 'Thc Eighcecn1h nn mairc of Louis Dun:ipar1e-, er. Sun.•t-,·.rJ"rom E."'/e, ed. David Femboch ~Nuev:i.
York: Vintoge Books, 1974), p. 147.
29 Par.1. una ob,a histórica rcl:ic:io.1ada • sU luch:1 cC'lnltmporáne.1, ver John Womn.ck. Z.apata a11d the Mexican
Rnolurion (Nuevo York, Knopf: 1969). 31 Derrida, "Signmurc Even1 Comexr·. en Murgin, of Philruopl¡y, Ir. Alan Bass (Chicago: Univ. of Chicogo Press,
1
30 Stcvcn Ungar,RoJa,i(l 8<,Jnhes.- the Profe.1·:wrrfDe1¡'re (Linculn: tht Univ. ofNebraska ?rcss. 1981). . 1982), p.317-18. ' : . . _ '
,.
:-&-: :-nwuyendo !o Histor109roíiu 269
268

Otbemos volver a "Slgnature Event Context" de Derrida. de donde se tomó El rumor evoca la camaradería porque pertenece a cada "lector" o "transmisor".
el extenso pasaje citado, para lo que· hace a una consíderación más amplia de Nadie es su origen o fuente. De esta manera, el rumor no es error, sine, pri-
,- cómo las exigencias de la teoría pr.ol'iiben la manipulación ideológica del psi- mordialmente (originariamente) errante, siempre en circulación, sin una fuente
¡ asignable. Esta ilegitimidad lo hace accesible a ia insurgencia. Su "transitividad
colo¡::isrno y empirismo ingenuos. Baste decir aquí que esta línea de pensamiento
1
t. -~ podrío armonizarse con el argumento de que lo abstracto determina lo "con- absoluta" (didamos "indefinida", dado que "puede atribuírsele fuentt(s) ficticias'),
creto''32. Tal argumento no se asienta en una prioridad cronólógica, sino en una que se desm,Jrona en el origen y er1 el final (:Jara imagen de la es<:ritura), puede
describirse como el modelo recibido de habla, en el sentido estrecho C'la cola-
' - prioridad lógica. Y es lamentable que, gradas a los nobles esfuerzos de Engels
teral!dad de palab:ra y hecho brotan de unz, voluntad común'), tan sólo bajo la
por hacer accesible a Marx, su Idea de la "determlnaclón''·haya sido frer.uente- ,.
mente reducida a la "causalidad"; No puedo elaborar sobre esta situación histórica influencia del fonocentrismo. De hecho, qdnce páginas más adelant€, el autor
aquí. . Bashi .decir además que; según esta lí:t~á;pe:argumentación, no sólo mismo se acerca a esta posición cuando se percata que los Insurgentes ~ uienes
parecería que "describir el habla como la expreslóír)nmediata del ser" marca también están bajo la influencia del fonocentrismo- restringen la verballdad ,,bierta
el lugar.de u¡t deseo que est_~l obÍigado a pasat ·poialto la complejidad de la del rumor a través de un horizonte apocalíptico. El subalterno, la autoridad de
producción de (un) sentido(s) del ser. Según estó;'también habría que reconocer élite y el crítico' de la historiografía se hacen cómplices aqui. Sin embargo, la
que ningún habla, ningún '1enguaje natural" (ui.¡:óxinioí-ón iriéonsciente), ni siquiera ·. ;:, ,. descripción del rumor en sus "rasgos distintivos [de)... anonimato y transitividad"
un "lenguaje~ gestual, pued~ signifJcar,.lndlc3.i\o e;,cpresai:.:sin la mediación de ;,.:I; ·•-r (EAP 260) señala una contradicción q ue nos permite leer a contrapelo:el texto
- un código pre:-exlstente..,Además, habr_la qúe;coiñepzar a sos·p echar que las ·:,t} de Subaltem Studi(?S. ,.,;, ·._; ;·;, ·
1
.. maryifestat;io!).es•más autor_jtar!_ás y_ poten,~lalqiepte:más explotadoras de la . ,. ,,:1~ · t,. El extraño maridaje entre el estructuralismo soviético y el anti-hurnanJsmo
francés produce a veces un efecto engañoso. Por ejemplo, la aplicafülldad al rumor
escri~u~a. eriAI sentl.d o e,5trecfio-:~los.códí.g9~:éi~]ll;Í~y~ obran bajo un rónocen-:< ' )~t ·•
. t:is~16~in'lP,\~~í.t o, el prestipti~stif,g~:~ue el,n~?!~~ ~~~resló_ri".i,_ntnedlata.del: ~- ,·tt .'~_:: de la sugerencia barthesiana de que la at ribuclón de auto ria cierra del fodo. la
s1 mismo. ~,·,. ..~... •··}·=~·}f4~~} rrq~ri3-··.;>~.-· ?\-t::~;,'fii· .·
1 1
.. ~ }ti t:.:: escritura, debería alertarnos sobre el carácter escritura! (scriptible)"del rumor,
Considero más apropiado pensar que el ·poder del rumor en el contexto .. en lugar de obligamos a desplazar al habla la aseveración de Barthes via Vygotsky.
subalterno deriva de su particípación en 'lá estructura de la escritura ilegítima El diálogo, según Vygotsky, es el ejemplo privilegiado de la denominada comu-
más que de la esr.ritura autoritárla-1e la ley, la misma que es.confirma-fa por el nicación de verbalid"ld d irecta entre dos ..autores" o fuentes inmediatamente
modelo fonocéntrlco del espíritu ~e .la ley. "La escritura, el proscrito, el hijo autopresentes. Se supone que ~¡ d iálogo es 'impremeditado .. (a pesa;- de que las
perdido. Debe recordarse aquí que Platón siempre asocia habla y ley, logos y teorías del efe_cto-de-sujeto o de la determinacióri abstracta de lo concreto
nomos. Las leyes hablan. En la personificación de Crito, las leyes le hablan a considerarían dudoso este alegato). El rumor es un relevo de algo siempre
Sócrates directamente"·13. . · ·. asumido como pre-<:xistente. En efecto, las autoridades coloniales se equivocaron
al tomar el rnmor c omo habla, al imponer los requerimientos del ha bla, ~n e l
Consideremos ahora las páginas 2;í9-64°de EAP, dond<: se lleva a cabo el análisis
d,!I rumor. (Estas paginas se citan en 3.112,'n. 157.) Recordemos también que sentido estrecho, a algo que extrae su fuerz.1 de su participación en l,1 escri1.vra,
el marco mental de los campesinos está tan afectado por el fonocentrlsmo de en el sentido amplio.
una tradición en la que srutl -lo que .s e oye- tiene la mayor autoridad, como el El grupo de los E-;tudios de la Subalternidad nos ha conducido aquí a un tema
marco m,::ntal ctel historiador por ·el: fonocentrismo do:! la lingüística occidental. de gran riqueza._ El entrecruzamiento de las posibilidades revolucionarias no
Nuevamen\e, · es más una cuestión de complicidad que- de distancia de posesivas en la estructura d e la escritura en general y su control por el fono-
conocimiento, · ·i centrismo del subalterno nos da acceso a una micrología, o funcionamiento en
Si, entonces, "el·rumor es expresión _habl¡1(1a pa.-,: e, xcel/ence" (EAP 256), es } escala diminu~a. del mundo lllosófico del subalte rno. El asunto del "papel en
preciso ver que su "Inmediatez funcional" reside ~n s.u_no pertenencia a una blanco que cae.del cielo" o el uso de material aparentemente "fortuito" "para...
conclencia.d~voz única. C'ualquler.lector/a puede "llenarla'.' con su "conciencia".. tran~mitir ... la propia orden del Thakur por escrito" (EAP 248-9), por ejemplo,
r10s podría proporcionar un texto muy complejo para el uso de la estructura de
la escritura en la fábula de la "conciencia del insurgente". El tema del papel de
"la lectura de 10.s periódicos en voz alta" en la construcción de Gandhi como
32 Parn wa tnn1rorrnaclón cont,mp,.,rdnu de es1e noción, ver ~nton~ Noan, Mant Br,¡·olld M,u1t1 úttJmt, "" ·

th~ Orut1dls111. tr. Huny Cle~v~r et al• .(~outh Hadley: Begln and O&rVey, 1984), pp. 1'~8. significante, se , deja de lado quizás muy rápidamente como lnsta11cla de
33 Derrida. "Plato'• Pharmacy", en Dlsstmlnalion, I'- lfarbara Johimin (Chlcago: Univ. of Chicago Press, 1981 ). dependencia respecto al "lenguaje hablado\cuando lo que demuestra tal acto
p. 146. - .
., -~
270 Goyorr, Cho,,ovorty Spivak
Oecon~t1vyenda lo Histo·,ogralia Z7 1

es que ''una historia ad..¡uiere autentifiCáCión de su tema y del nombre de su lugar


de origen más que de la autoridad del corresponsal" (3.48-9). Me he detenido estratégico puede ,,~velar la asimetría entre los tres grupos mencionados aíl'iba. •
tanto en este punto que ahora sólo me resta decir que el periódico es escritura No obstante, como "•ma lectura a contrapelo" tiene que permanecer estratégica
explotadora en el sentído estrecho, que "el lenguaje hablado" es un concepto siempre, nunca podrá alegar que ha establecido fa verdad autoritaria de un texto,
deberá seguir siendo si~mpre·dependiente respecto a las exigencias prácticas
fonocéntrico en E 1que se supone que la autorid~d emana directamente de la
y nunca conducir legítimamente .a una ortodoxia feórica. En el caso del grupo
conciencia-de-voz del hablante autopresente, y que la lectura en voz alta de un
de Estudios de la Subalternidad, tal led.ura le evitaría la peligrosa trampa de alegar
texto ajeno, como lo hace "un actor en escena", no es otra cosa que la puesta
que se ha establecido el conocimiento verdadero sobre el subalterno y su
en marcha de la escrlt :ira en el sentido genera;. Para corroborar esto, puede verse
conciencia.
cl-€ontraste que se ·establece entre hablante y rétor en la tradición occidental, ',''
-,•.
desde el Sócrates platónico, pasando por Hobbes y Rousseau hasta J.L Austin 34.
Cuando los periódicos empiezan á publicar rumores (3.88), la gama de posibi- :.•-'' LamuJ~.r
lidades especulativas
~
se vuelve aún•más sed_
u ctora La propia' Investigadora resulta
,( ~~;
· · .;; ·;
,, '.'· -...:;,,. J., .
. ji'.g~up9. ~ -~~rupuloso en su ·CO[lSlde~~ci(Ín, hácÍ~ .1 ~ m_uje~es~, En va~ló;'
tentada por etclrcultv de !'i!bsoluta: transitividad". ·:t.:_, .1,·!<~,:},-?1; '·· :'. ('. ,:, ,. · "..' i> ".
- ,· 'i , ' ' ' ' ' • ' •
lugares; registran mom~ntos en que horn~res y mujeres participan ~onJunt~ent~: ·
/.•.·,.; Sin ~ederiest a;seducclón puedi forniul,arse )a siguiente pregunta: !¿_cÍÓiUé .•
~i~e r;éárar~~i1·e1 d_é.~~j~te,entre la eslnlct~(á's~gerida dé-la esi:ntu~a-e~eiieral
~· .. -_
.:,·,:_i_·..·._.•:,._l
. .,,:,·,•.:,·.: _:
_·~:..;·.·
. e~ _la !ucha~(l_._l~8. f#' l~) y dondes.u~ condici9nes qe_tra~aj~_,Qajt,tqciónsu(.rer,1
de discrhninación genérica o de clase (2. 71, 2.241; 243,:257;; 275);", Enipero;'cre'ó
Y.el in~~rés declarado en el.fonoqmtrlsq¡o? -¿De qué sirve señalar que'un fono:- . "· -:.
que. p_asan poi::alto cuán importnntÉres fa. metJ.fora~oncepto)nujer parí.\ ~¡
. ~entri~~9 común .une al subalterno;' a la .a~torldad,de élite.y,-ál historiador funciónamiento de su discurso. Con esta consideradórfllevaré a término el ·
./:'.\~crí_t!ccfcl.lscip1jnm !~, i .qtl~¡s'óJo;up'a lec~~r-ª:fc9.ntrapelo podtf~re.velarnos la, ·
- -· .;_ aclh~l~n:a la Uegí~da<l por ~art~ deJ.·pi;füie.~g y~I tercer~,?·Di~h9 de otro módc,1·.'
· ·'. ··_citando·a·Terry Eagleton: . ,,. ·.. · •,. '··'· Y- ·1· :,•, •. • ··f,,'·,-:·;c;1..;,r ,; .. _,.,· ·
•:\.:;f.t'
'i/~ -~;
f'., -co.nJ_urtod_emiargulT!ento. :) ,: .-:-;,~ !i;.·;, 1;1,r,;,r-·,,t·r:i.,1~-1+~t.~,•·<' _, · ;,..,:,
:.•,.En.~lerta Je_cturA, la figura de la m11J~.e;;.am1>li~enttl l9~trul)l~(~ al _i;arpb19·
de;JugcJ.ón dé;Jo;,.slsrell_las,discuri¡iVQ!i.i,cpmo,~s:'.~l:~~s9 en la,móvll!zación
1

insurgente. Nuestro grupo rara vez se plantea los problemfas de la mecá:1lca d~


Marx es un metal isico, como lo es Schopenhaucr y como lo es Ronald Reagan. ¿Se esta instrumentalidad. Para los insurgentes, en su· mayoría masculinos, la
ha ganado algo con esta maniobra? ¡,Si es verdadera, es esclarecedora? ¿Qué está "femineidad" es un campo discursivo tan importante como la "religión". Así,
en juego idi:ológicamente en tal homogeneización'1 ¿Qué diferencias materializa
para suprimir? ¿Incomodaría o deprimiria a Reagan? Si lo que está en juego·para cuando la protección a las va<:as se convierte en un significado volátil para la
el deconsl ruccionismo es el discurso mctalisico, y si éste es completamente re-inscripción de la posición i:ocial de varios tipos de grupos subaiternos,
generalizado, ,,ntonces, huy un sentido en qu,~al leer a contrapelo estamos·sub- semisubalternos y de élite indígena, la vaca se transforma en una figura femenina
vlrlléndolo torl1J y nada 35. de uno u otro tipo. Considerando que en el siglo XIX británico el acceso femenino
al "individualismo pos.esivo" es una ce las fuerzas sociales más'importantes, ¿qué
No todos· los mod0;, de comprender el mundo y de actuar sobre el son significa sugerir que la "femineidad" tiene el mismo sehtido y fuerza discursivos
igualmente metafísicos o fonocéntricos. Por otra parte, si hay algo compartido para todos los grupos heterogéneos meticulosamente documentados por Pandey?
por la élite (Reagan), la autoridad colonial, el $Ubalterno y el mediador Chakrabarty realiza una investigación análo¡:;a sobre la figura· del "trabajador"
(Eagleton/8tudios de la Subalternidad) que preferiríamos no reconocer, cualquier No hay tal suerte para.la ''.mujer". . · ·
solución elegante qui! formulemos por medio de tal negación no pasaría de ser En el nivel más "antiguo e indígena" de lo religlóso, un nivel que "tal vez dio
la marca de un sitio del deseo. Lo óptimo sería entonces el intento de forjar una (al montañés rebelde) una potencia extra (sic).en.tiémpos de d·esgracla colectiva
práctica capaz de c<1rgar con el peso de tal reconocimiento. Al usar el funcio- y opresión e)fl:erna" (1.98), todas las deidades son dio:;as devoradoras de hombres.
namiento enterrado de la estructura de la escritura como palanca, el lector A medida que este nivel de colectividad p_re-lrisurgenté se va transformando
gradualmente en revuelta, continúan c-freciéndose más sacrificios a las dl'osas
que a los dioses. Así, incluso cuando este nivel de revueíta Uderlzada por gente
subalterna se compara con las "luchas de élite del período anterior" (1.124),
34 El tr.it.1micn10 t.lc l:1 ui.rtoridod que realiza Hobbes en el levia1h"11 y el lrotamicmo del genio que realiu. Kant
en The Critique 11/ Jud~tmt11I son do! de los muchos loci c/assícl. Exisien extensos t~trunientos de esta tcmfülca, notamos que en ese períod0, las luchas comenzaron en dos ocasiones porque
-como pueda cn<:<>nir.r,elo en el Sócrn1u plntónico. en Rou,,eau y en J.L. Aus1ín•, en "Pln1o's Ph,rmacy", en OJ los hombres no aceptaban el liderazgo fe_men!no:
OranmwJolo~y. y en ..Sigm:uun: Evcnt Context14 de Ocrrido., re~pecti,.,nment~.
3S Tcrry fAgk1,,n. \V11//t•r 11,,,Jnmlw ,,, 7i11,,m/J A R,.Yifutimu,rr Cri1i(is111 (London: Verso Pre.,, . 1981 ). p. 140.
272 Goyorn '.:liokrovorry Spr,ók Decorisrruyendo lo Historiogrofio 273

¡
[ Con la destitución de Ana!Jla Bhupatl en ·1836, 17avo Zamindar de Golgonda, el
Recaudador de Vishkhapa'tnam éolocó a Jamma Devamma, viuda del ISavo
Zamlndar, en su lugar. Esta era una afrenta a los mulltidars• y mokhasadars.. de i
'.;
¡
No era inusual que un Patida? "superior" gastara su dinero de dote y devolviera
la esposa a su padre, para poder casarse otra vez y obtener otra dote. Entre patidars,
se consideraba muy vergonzoso tener que recibir a una hija devuelta f!]... Se
Gudem. a quienes no se consultó... y qt¡e protestaron en sentido de que nunca habían , formaban gols .. para Impedir desastrosos matrimonios h!pergám!cos con linajes
sido gobernados por una mujer... En Rampa; 'des pué!, de la muerte del Mans~bdar j patidar "superiores"... Por lo tanto, descubrimos aquí una forma fuerte de qrga- '¡
Ram Bh~patf Dev e~ mar~~ de 18~5, vl110 una revuel/~ de mulladars contra la hija j' n!zaclón subalterna d~trQ de la casta patidar, que peflllltla_un control respecto , .. !
. que había sido designada como sucesora (1,102). ··' ,· . . · al poder de la élite pahdar.... NI Mahatma Gandhl pu~Q romptlr, la soUdari,fad del_ . ,· ,
L' 1:,- ·· · ,·, . • : ' · •. · ·· ··, •. , .•. ' .,,;..., . '• · ---~ ., , · , gol patidar de las 21 aldeas . .._. ' ... . . · ,.. •.··"·· ";, ;.· ;,,:.,,., .2·'·. ~ . · 1~
• 0 .,..::
1
..... / \ • •- ·~ • . •, -: • ~· :· ./ ' , • ¡~;l • .1 ,' 1 •·1· ·-) \ • ·i·;,1\:, ~'!t~..~~: :•.,,..;*-l·i 1 ! .J:-"\•.:~ • "''
f ,_. • ' .: : ~
. En .térmmos ·de una 'semlosls so~i.~I! ?cuáJ··~s·. la''difer~ncia entre d!_os~s · ·. .. . _.;;.- ;· .,· ,, ... ,. : ,. \ ·_;~'•' . .: ,;-r ;· • • . :1~r,".;./¡-;¡,,•. :,!¿iJ: •': ·,.:>-:,t: . · . ; !l
1- devoradoras de hombres, objetos de reverencia y generadoras de solidaridad '·· ·· . ' ..1 No veo cómo P,Uede pasar~e por alto aqu[_la·declslva;J_n st,rumentali<jad de la, _, • •1
por-~º la_á9./Y.po/otro, hijas'l '.yiuda.s,:re.~l~res;,_l~a¿e)>,fa.b!es c_omo ·1rdefes~
Con motivo del "cultivo de la caña dé azúcar." éh lIB or!ental' Shahid Amin h'abla
-~.'. / -~..
. '(.
mujer c_omo ,?bJ.et~ 'd~ ll)!~rc~m.~lo slmbóh~~~:·s¡~' e"[~jrgó't_~~}l_egá·~-~~~a,: ·": .. · . '. f
conclusión: la.sohdar!d~~-9~ los (]ols er~ u,na lorm,a c!~_sol(9arl~ad de clase't,_. • ·,- , .. : ;ti
, ~ ·:. dé f¡f~? C?)_nci~~~c_iá_~eHb~_rada,~~e:~e:$r,~6 f~(~e°la lri,s~~rip~ión natural '(coin'9 : . '',; .. f:: ~ . cq92,:,20_3, ,207).-': ~/9n~ff~Íl_l-1~:ifruf1f¡~P:~i~:ª: ~~iíi~~-!~(~¿~~Jg~a~:~A:::·:;i'./.,;¡f
~ ·. .eri scnpt, ·guión de teatro) del calendañ6''de·¡a, cósécna)(la inscripción artificial . .: "!; ~• . ,'- la condic16n del lnsurgent.~ 6ajo el póder_c:ol<,1q!i.i.l;. pero entq1__1~es: ¿cuál e5; la-, .~-:,1· ,!' ''.· t ¡¡,
.._ ' ~-..~.eJ 1l(cuitci'.'~~l:~a¡,!~ar' ínon?P,?ll~ó 1
~ólpÍ11aJ; : 'J:'or}~~'li-~st~tiéría muy Interesante / .. \,/ f... '.-~. diN[~ncia?' El ~iÍb,alt~~f? mifcuH~~-y el ~~.!q~ado(!i~,~Jifti~fcf9fiq~~)~;t 1/
.': ,; · pregyntarnféómo se hublehr ~ ·sai7ollado la·éompósfclón del campesinado y , .: , '):/:, "\,, .... supuesto comuri ~e qu~ el ~exo pr9<=reat1yo ~s. una espe e a ~i, q1,1e,aper:i~ ': '. .. · . . ¡;~
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1:~ :½m

fá'.tJerrafs
.'.'.. ('j la' teñefi'd a'<f_e'. 1-§'é hu ,lei'a'pÍfuiltldó ·que :ímlias fnscripciones, cólni , :•0• -~-':? -'.·. i ~J:'.:s1 acás~ se 'consi<;!er~ Pé!!ie"d~ _íá spciédáq.ctVif;" , :-';! -:~}!;'i;:f;,".;~11\•:':t,>•:: ·~, i:,J!
•-• ' . . cf9leran:: s1t élh~árgo7tamb[éit' éo'l~~Y,{ttI~i&q~é:ltl!dot~ es·la demanda sdciat ·:, : ~--- :,._ ,,f ...,: .- -~- E!l 71 fo~t~[<t~}( l~~la~ópf¿~po~i;;~~J~tas t~f;S ' º~~ ~~l~f.e];¡,]r:~?/\ .: ifl
Invariablemente menc!onada,'que'permitíií qüé'las demandas de la naturaleza ,,..,, f.' ' Importancia. Así'<;omo fos,ulgulan [rebellonesJ de 1g9g.;¡901 a~hegemonfzaron ' :¡ -·~ •· ·· .• H!I
~ devastaran ,,1campesino ~or medio de las demandas del imperio. ¿Deberíamos el cristianismo mi~enarista en e_J <:~ntexto Indio, también fos'ad!v~:is
¡: 3teéen " ''it
preocuparnos por la constitución del subalterno como sujeto (sexuado). cuando haberle sacado el ¡ugo a fas pos1b1hdades emergentes de una rehg1on centrada 't.
la explotación de la diferencia sexual parece teni!r un papel tan decisivo en tantos en deidade.s femeninas en el movimiento Devi de 1922-23, un movimiento que ·
frentes? ¿Deberíamos tomar nota de que el proverbio mencionado ,;n 1,53• .., impugnó activamente la re-:nscripción c;e la tierra como propiedad privada36. ·:¡
es recitado por una hija joven, que se niega a las demandas de su amante. para En el actual contexto Indio, ni la religión ni la femineidad muestran un potencial
preservar J.:>s sembradíos de su padre? ¿Deberíamos prestar aknció11 a esa emergente de este tipo.
división metalór-ica de la sextlalidad (en el caso de la mujer, el sexo es, por He dejado para el final dos amplias áreas en 11s que la instrumentalldad de :i
supuesto, id~ntico a su ser o a sti co11c,iencia) que la eqlJjpara con una heredad, la mujer adopta su forma más impresionante: las nociones de territorialidad y
que se transfiere o no, del .padre al amante? Realmente, en un colectivo que presta modo cornJnal de poder.
tanta atendón a la subjetividad o posicionamiento-de-sujeto de! subalterno, resulta D
sorprendi!nte encontrar tal indiferencia por la subjetividad e incluso por la Metáforas-concepto de territorialidad y de mujer
Indispensable presencia, del.a mujer como !nstruinento decisivo.' Estas cuatro
oraciones podrlan servir para ilustra: mi argumen_to: El concepto de territorialidad está Implícito en la mayoria de los ens:i.yos de
los tres volúmenes de Subaitem Studies. Nuevamente, la exposición teórica
explíclta se enc.tientra en este caso en EAP. La tenltorlalldad es la "atracción
combinada de los lazos primordiales de parentesco y de comunidad" que forma
parte "de la mecá¡iica real de... la movilización autónoma" (EAP 118). En el nivel
• . N, de T. Mulla• Gran hereclnd, que usualmente cc,n;prend/a vruia, wdeas en Andhra. Por lo 10010, -dar: te,,edor :¡ más slmple poslbl~. es evidente que las nociones de parentesco resultan ¿1,1c.adé.S
do una mrma. ... , · , :; i!
•• N. de T, Mokha,adar • Tenedor de una tenencia mokha.·a de aldea o iierra a.sign•da a un iodividco .1,a
¡nituitamcnte, sea u cambio de una pequena renre fija ~on 1~ cundición de prc,<tar servicios en te región Telugu. '
·••• N.E. Se rcfie.re al proverbio •Aunque amor mfo cu en,1 muy querido pan, mí, ¿¡¡o, qud me pides codo r, mmar
No 111oy_ dl~pu_e,t~ • lle111t tfqulera con m~dlo ni,ma._por'que·e• de m•ngo(y por lo c,nto, muy valiosa)", an>lizado • /'l. E. Cn,ta dominante de Gujal'II.
por Shohid Anun, Smalf Peasant Commod,ty Producuon·and Rurnl lndeblodnm: rhe Cullure al Sugan:ane in Eosccm •• N.E. Círculo matrimonial Patidar. . 1 , •
UY.P.. c. 1880-1920", En: .Subalrcm Studic, ! Ranaji1:Guha (ed.) J 996 (1982). 36 Ver linrdimnn. "Adivasi Assertion i~ Sou"1 GujaraJ: the DeYi Moveme~t -o f 1922-3;', en 3. ,
274 Goyotd Chokrcvorly :p,vok Decon51ruyendÓ lo Historiogrolío 27 5

y consolidadas por medio del intercambio de muíeres, Esta consolidación, según un concep'·o de "nadón". Hoy. después de la computarízación·de la economía
Guha, rebasa la división religiosa entre lo hindú y lo musulmán. "En Tamil Nadu ... global, los conceptos mismos de nación se están volviendo problemáticos de
con las cuatro (subdivisiones de la comunidad musulmana, G.S.), la endogamia manera específica:
ayuda a reforzar sus identidades diferenciadas tanto en términos de ~•arentesco
El modo de Integración de los países sutdesarroUados a Ía economía ínternaclonal .
como de territorio" (EAP 299). En "Allahabad... los Mewati ... realizaron una ha cambiado, de una base exclusivamente ligada ida explotación de materias primas
movilización masiva de sus aldeas exógamas densamente emparentadas entre y mano de obra, a otra en que la manufactura·ha ga_nado .?reponderanc1a.: Este ·
sf" a;AP 3 I6). En todos estos ejemplos;•la mujer es el sintagma olvidado en la movimiento ha ocurrido paralelamente a la proliferilclóii de zonas de·próceilamlento_:.;
se~losis de la subalternldad de·la Insurrección. · ·. ·:· · · ' · · · ' de exportaciones (ZPE,) en todo 'el mundo:_Más que un·c_onéepto unlfonneirieilte \ ·
A lo largo de estas páginas, mipropósito ha sido el d~:rri6st~.ri- !á coi~plicldad definido o geográficamente dellmltado,.la zona·de proc~am!enfo. de exportaciones,,.,;:
provee una serle.de incentivos y laxas restricciones par.~.'111$.COtporacíones mck•.i:-."
entre sujeto y objeto de irivestigacI,ón; ~!!..dec;ir, entre el grup(? de E.st1,1dlos de la tinacionales de parte de los países en desarrollo en su .éslúerzo ppr atr~er !nversió.l'·, ·.e·
~ubalternldad y_ la sub¡iltemidad.: A;q~_t#,~l1rii. Ja'Je.nde~{if,_dt li~f-~?!J~dqres, . extranjera ala manu!adur.i otientada'a Ja,exportácíón·: ·Esto hi'dádolugara riúev~~1. _·:
no de Ignorar, sino de re-nombrar la·semfosls de la diferencia Se.x1Jál como "clase" -:,·. · Ideas sobre el desarrollo que freweiltemente cuestionllíl'fas noél<}fJéS-preexistentes.''/.
,. ,: •o
'.'solldarfdad ~e casta" (W.3i§?.: giiá*dtiiná sue~te
.: .)t~riéi:al '.dé' l_9S~(::¡uripesin~-~ ¡:,or_:ari\~-~~t.' 1t4{~
d~''i~Jatí'ón
¿&i{~l'fütent~
~[~$f~p ~n:iJ¡E~~~~g~!,~i1~d. te<>-
_:·,·;·;;d:,!~-t;~~íae,:tª'31_'. ,_-: ·i?~;¡)/;\f{:~t::i.t. ·1_.--;J,'.\$/t~/tf,'V
' ·residencia.' Como en el caso de·las·orutales costumbres matrlmonlales de los >- Si el lrisurg~nt~ ~ampesino fue la ví~fun¡{y ~¡ hé~Óe~ei~Jn~dd;de_la:ir',
, patidars; ac¡Jr 1el hlsfciriador me~cfüñt_ 1fslmpje eicl~sió\t'tlefsubálteino ¿¿~·¿. . ol'a de resistencia .contra el Imperialismo te~ítit!al.en;J~,Jn~a ;" · ~~_ úy:bf
::')i_~jeto fe~eninÓ'(sexiJado)'. ~trW~t1%i~~¡ix~i~;~,?~½~l~¾~ii~f,~ti,J~i~!~a' que, poi razones de c<;>~nlvencia éntri! 1~;~~~~~ p~~/
,;f~~t~it
de e~t~s (ald~as Tebeld:s).1 c~_í-~p,9.tJ'i~1>.9~t~5!?n,, ~X.'l.f/.,~~?.~-
{~s?1!ªl~~es y·el cápltallsmo lnter.nacional, la múj~rs,u~pr9letazia:ürp · -:S,u}eto·par
digmático de la configuración actual cte:iá-Dtvlsi6nJ~t'érií·ac1pr1. HéfTrabajcf
adqumdas por matrzmonta; alegaba -ser·descendlente de' un patnhnaje comun,
consanguíneo o mítico, y se consideraba como miembro del mismo clan o gotra. Con forme investigamos las pautas de -resistencia -enfre estas "eventuales per~
Esta creencia en un ancestro compartido hizo que la aldea se afirmara positi- manentes", los problemas de constitución-de.sujetó en la mujer subalterna v.:n
vamente al actuar como ·una unidad de solidaridad y negativamente al poner en adquiriendo importancia. ·
marcha un elaborado código de discriminación contra los extraños" (EAP 3J4;
énlasis mío). Ei modo comunal de poder y el concepto de mujer
A pesar de que todos aceptaron sin gran énfasis y trivialmente que la mujer, A pesar de que el concepto de niodo coinunal de poder.de Partha Chatterjee ·
carente de una identidad propia, era quien hacía funcionar este patrilináje no está implícito de modo tan ;5enerallzado en todo el trabajo del grupo, se trata ·
consanguíneo o mítico; y a pesar de que, en opinión del historiador, "estos la:i:os de un argumento importante y sustantivó para el proyecto de.los Estudios de la
primordiales _con base aldeana eran el medio principal de movilización rebelde, Subalternldad. Aquí se muestra que I¡¡ Importancia de las.estructuras de poder
de mauza a mauza, por todo el norte y el centro de India en 1857" (EAP315), ¡,arece comunales, basadas en gran parte en la familia y en el clan, "barcan partes extensas
que no podernos dejar de investigar la privación-de-sujeto de la mujer en el del mundo pre-capitalista. Nuevamente,'la importancia definitoria decisiva,
funcionamiento de esta movilización y esta solidaridad. Me parece claro que, sintagmática y micrológlcamente anterior, de la diferencia se.xual en el despliegue
si la cuestión de la conciencia subalterna femenina, cuya lnstrumentalidad es tan de tal poder es excluida de antemano, de modo que.s~ pe,-citie a la sexuallda·d
frecuentemente percibida como decisiva, es una-pista falsa', la cuestión de la sólo como un elemento e1,tre los muchos que impulsan esta "organización social
conciencia del subalterno como tal debe juzgarse también como una pista de la producción" (2.322). La tarea de hacer visible la figura cie la mujer no es,
falsa. quizás, una tarea que se pueda pedir conjusticia al grupo. A esta lectora le parece;
"La territorialidad actuaba en grado nada despreciable para lrf!nar la resistencia sin embargo, que una 'iistoriaclora feminista de l¡i,_su'~alternidad tendría que
contra la soberanla británica" (EAP 331). Lo ·que esta resistencia requería•era plantearse el problema de la mujer como un asunto estructural más que marginal

J7 June Nasti y Morfa Patricia Fernández Kellcy, tds.,.Íl'ome,~ M:n. muí tite Inie~iQnal Division o/Labor (Albany:
Sun)' Press, 19:!3), p. viii. ' • ·
• N. E. ~n, d o_r_i~i_?_~!~~~1.htrrín,:, li1. '"arenque rojo", c,;pr-:~i1in 1ntrnduc1ble que indica algo qu~ hnce desvinr la 38 Trato este asunto en "The Polilics oí 'Feminist Culture• ·•, ~ prensa e:n Praxis lnlcnuztio'!'ll.
'!
277
276
de la comunidad o de la historia, tanto para el subalterno como para el histc,riador,
en cada uno de los muy diferentes tipos y <"lllturas que Chattarjee invoca en "Más se produce por encima (pretendo una metáfora copulativa, filosófica y ;exual-
sobre los modos de poder y el campesinado".
r- Si en la ex;:>lícación de la territorialidad yo noto una tensión entre las des-
mente) del encubrimiento de su discontinuidad. por encima del rt petido
vaciamiento de su significado como instrumento.
.1
J.., __
cripciones consanguíneas y espaciales que comparten el subalterno y el Si aquí parezco Intransigente, quizás la <lisiancla recorrida entre el alto l' 1.,,
historiador, en el caso del "modo comunal de poder", se nos muestra un choque estructuralismo y el actual anti-humanismo puede ser medida, de mejor manera, ' ;.1:
entre Ju. explicaciones que emanan de percepciones "políticas· y aquellas que a partir de dos célebres pasajes de dos homb~es lamosos. Primero, un ejemplo
surgen del parentesco. Esta es otra versión de la misma batalla: la aparente ~!
de olímpica destitucl§n, que i~pora papel de_Ia_repr,esen¡a~\6n1en_l21 centlt~-
ne~trallzación genérica del mundo, que se explica finalmente mediante la razón, , ,-.~, :·, ,· ,....
ción-del-sujeto: · · ~~,,.
negando y subsumiendo la sociedad ·doméstica en la sociedad civil. 1 •• / • ~ -· - • >1.: ..; .
1 •• El antagonismo entre parentesco y política es uno de los argumentos prin- Toda la dell)ostraclón.:.' ~a podidÓ ser llevada a· buen término medlJnt~ una
cipales de Chatterjee. ¿Qué papel Juega aquí la figura de fa mujer? En la dispersión condición: considerar las reglas de matrir1onlo y los sistemas de parentesco como ·
se
del campo de poder, la división sexual del trabajo <leflr.e progresivamente una especie de lenguafe..., El hecho de que el mensaje (message; G.S.) :sté .aquí
constituido por' las mu/eres del grupo que circulan entre los clapes, hn~;1s de ·
desde arriba como partlclpaclón compartida·en el poder. Ese relato es la parte
. descendencia o famlltas (y no como en el lenguaje propl!1!11ente dicho, fl'>' las
subyacente de la taxonomla de podei que Chatterjee'expone. palabrós defgrupo que circulan entre Individuos) no altera en ab5o!uto la ldenU~d ,
Así, puede que -haya otrqs ,:modos d~ sust.entarcIa•"propuesta de que "la del fenómeno considerado en ambos casos. Este equivoco (entre valo'.·es y signos,
estructura de la autoridad comunal debe localizarse fundamentalmente en la G.S.) se manifiesta d!vertldamente.en una crítica que ha sldci á veces dirigida a las ,
ideología". Nuestra expücacló~ to~~¡~ e·n cuenta las estructuras especfhcamente SITI/CtureS élémentaires de la parenté: Ubro "antl-lemínista", han dicho algunos, porque ·

·- patrlarcalas que·produc c el ca.mpo discursivode la un,ldad de la "comunidad en


su conjunto'\!,"l:él fuente de todlúrntoddad ·es l<).'comunldad en su conjl'.ílto, donde
en él las miijere~ son tratad~,como obf.e_t-0s..._.· (Pero. 9J.).a dlfer~n~la d~ 1~ .
muieres; las palabr/lS, no h'blan. Las muferes son prpdug!)ras de ~lgnos al !)"ls~o ,..
tlemp<_? que los signos, como tales, no pueden _reduclmral_estado:de .s!n,t}!,?},?~,~9,?.
nadie es ·depositario permanente de pod«:res ·delegad-:1s" (2.341). 31 se lee la 1 fichas~9. • · ··· ·
narrativa de 'la lnstitucionalizacióf!.de la autoridad comunal" (2.323) con esto
en mente, puede hacerse que la t?x'onom_ía ·d e los modos de poder interactúe Y el segundo', que es el reconocimiento de un límite:
con la historia de la sexualidad.
Chatterjee cita a Victor Turner, quien propone que e·I resurgimiento de los L.is significaciones o valores conceptuales que aparentemente están en juego, y
modos CJmunales de poder frecuentPmente crea formas de combatir a las son los medios, en todos lvs análisis nte1zscheanos sobre la difert,ncla sexual. la
"incesante guerra entre lo; sexos", el "odio mortal entre los sexo~•. el "amor", el
estructuras leúdales: "la resi.stenéia o rev~elta frecuentemente adopta la forma erotismo, etc., están todos en el vector de lo que puede denomim,rse el proceso
de ... cúmmun'itas" (2.339). Este aserto es particularmente desaliante en el caso 1
de propiaci6n (apropiación, expropiación, tomar, tomar posesión, don e intercam )io,
de la deshegemon ización de la monarquía. Er. esta lábula'de ritmo rápido sobre dominio, servidumbre, etc.). Mediante numerosos análisis, que no puedo proseguir
el progreso de los modo!: de poder, puede verse que la idea de un tipo de rey aquí parece ser que, en virtud de la ley que hemos formalizado, algunas veces la
puede haber suplido una breclra inherente a la Ideología de la comunidad-en- mujer es mujer al dar, al darse a sí misma, mientras que el hombre toma. posee,
su-conjunto: "un nuevo tipo de.jele a quien Tacltus deno)mlna 'rey' (rex) que fue toma posesión, y algunas veces, por contraste, la mujer al darse a sí mismo, sE.~
da-a-si-misma-como, y así simula y asegura para si misma el dominio posesivo...
elegido dentro del 'clan real"' (2.323), La figura de la mujer intercambiada todavía Como una operación sexual, la propiaclón es más poderosa. por lndecidible, que
produce la unidad cohesiva de un "dan", aún si Ío que de ello emerge es un "rP.y". la cuestión de ti esli (qué es, G.S.), que la cuestión del velo de la verdad o el
Y as!, cuanqo la comunidad ln,rnrgente Invoca al monarca contra la autoridad slgnllicado del Ser. Tanto més -y este argumento no es ni secundario ni suple-
feudal, la explicación de que ellós están re-Infundiendo en el rey -o re-llenándolo mmtarlo- porque el proceso de proplactón organiza la totalidad del proceso del
le1,guaje y del Intercambio simbólico en general, Incluyendo, entonces el de todos
con- la vieja Ideología patriarcal de la consanguinidad, que nunca está lejos ele los enunciados (énoncés) ontoló!/lcos"°.
la metáfora del Rey como Padre, parece aún menos sorprendente (3.344).
MI argumento es, por supuest9,' que a través de todos estos heterogéneos
ejempl~s de· territorialidad y d~I m~do comunal de pod~r, la figura de la mujer, 39. Cloude l.l•l•Slroús;, Strl#twral A.nthropol4gy. tr. Claírc J11eobson y Brookc Grundfest Sch0<pf (Garden
City;
lrasladandose de dan a clan, de lnmllla a ·tamtlla, como hl¡a/hermnna y Anchor Books, 1967), p. 60. (N.E. Pota 11 prctcntc versión se ha ,onaullado la t~ducción de Eliaoo Vorón,
esposa/madre, realiza la sintaxis de la continuidad patriarcal, aún si ella misma Antropologla Estructural, Editorial Univeniwi1 de Bucnoo Aire.t, 1968. pp. 56-57.) En(asis adicional.
resulta as! vaclada'.d e una identidad' propia. En este áre11 particular, la continuidad 40 Derrida, S~m, pp, 109-11.
278

Cito estos pasajes, de Lévi-Strauss y Derrida, separados por 20 M10:;, como


un signo de lo~ :iempos. Pero no necesito agregnr que, en el último caso, In
cuestión del ser y el enunciado ontológico se relacionarían a la fenornenalidad
de la conciencia subalterna como tal.

Envío
La Subalterri.idad como·Perspectiva·
En estas página:;, hf; puesto énfasis reiteradamente en la complicidad entre
él.~ujeto y el objeto de la Investigación. Como sujeto de la investigación, mi papel.
eñ este ensayo ha sido enteramente parasitario, ya que ml único objeto han sido : VeenaDas ·
los mismos Suba/J,im Studies. Sin embargo, también yo misma soy parte de su
· . ·f.
·t>bjeto..:Situada.deatro del.actual escenario académico del imperialismo cultural,
con una ·cier.a carte d'entrée a los talle re~. teóric-1s de élite en Francia, traigo Los cinco volúmenes de Subaltem Studies reprtsentan µná formidable con~
noticias de las .lineas-<le-poder desde dentro del palacio, Nada puede funcionar a
tribución al saber historiográfico. So(i°únainvil\lción repellsafla rel.adóh entre .
sin.nosotros/ p·ero la 1>'arte que nos toca -~s por le, menos históricamente historia y antropolog(a, desdé un puntode.vÍ~fil'.qefé
...,. , ·•1. ,,.,. ~··~.
~espiida
. • ~
- ' -
de_l1I°p<,>5ición centri: ,, ...
Irónica.' .', · ·,..•. :· al antropólogo o historiador europeo, como sujeto "d e 1,1n .discurso ·cuyo obJetó ·
j"I. ... ~ ... • . • .. )

: . ¿Qué queda de la sugerencia post-estructuralista acerca de que todo trabajo es la sociedad india. Esto no slgniflcá'redi.a.iár Ías catégoríaS:ocddentales;·antes" ; ·. 0 : -
es parasitario, ligeramente a .un lado de lo que se desea cubrir adecuadamente; bien, es señal de que·se ha iniciado unarelaclón nueva y más autón9ma con ellas.'
.~:saber, ·'que .él;'critko (historiador) y el texto (subalterno) están siempre Como muchas veces lo_ha seflálád_ó Ga%'ti1
S~'¡\rák; el neiar q~e
escribimos con;io -~·
.:.f\Í.éraial lé{do de'sí i'nisiii'os"? 1La cadena de complicidades no se delie.ne con el gente cuya conciencia ha sido torm·ada'com<>'.sujetos aél ~oloniali;íno, ·equivalt :.
cierre Je un erisayo. a negar nuestra historia. Sin..embarg8,'esta·condénéla de nosotros'.Ínlsmos como '
sujetos.. coloniales, se ve transformada asu vez por-nuestra experiencia, y por'
la relación que establecemos con nuestras propi11s tradiciones intelectuales.
Permít¡¡seme comenzar con algunas preocupaciones que se "dan por sentadas"
ea la antropología, las que debieran ser interrogadas en el esfuerzo de crear una .
historia de la subalternidad. Gran parte del arsenal teórico de la antropología
consiste en conceptos que pueden hacer inteligible~ a otras sociedades, en
términos de "leyes", "reglas" y formas de autoridad. , E's_to es cierto tanto para
el caso de fenómenos culturales que pertenecen al dominio público, como las
fíes tas aldeams, pero también para a'c¡uellos intensamente privados; como ei tabú
del incesto. En cada caso, los artropólogos se hao interesado por saber cóino •
se crea el orden a partir del caos -por·ejempío, cómo e~ tabú del incesto crea
relaciones perdurables entre hombres-, pero no cómo es violado este orden para
crear estructuras de poder dentro de la familia. En otras palabras, ·todo el·campo
de las transgresiones, el desorden y J,1 violencia, queda fuera de los dominios
privilegiados de investigación del/a antropólogo/a. l;ste orden se crea al eliminar
el caos que podría introducir la noci,ón de sujeto. Es é~te el aspecto al que se

• Tr.idU«:ión de Silvia Rivera Cu<icanqui del artículo "Subalrern as Pmpective". En : Subalttm StudiÚ VI. Writin¡;s
on South Asio11 History ond Sociery, R,najit Guha. editor. Delhi: Oxford Unjver,iry Ptess, 1989, pp. 310.324.
•• N. de T. En inglés. la palabra subject úene el ooble signififado, imposible de traducir al casrellano, de sujtto
:i
y súbdito. ·,
,o Subolli,rnidod como Perspe-:1i vo 281
280 Veeno Dos
l alerta sobre
r, quien lo había Individuo es el actor de un sistema capitalista, que e¡ercita un contro
refiere Lévi Strauss al ratificarse fren :e a·la crítica de Rícoeu sí mismo. La catego ría de signific ado es reducld 1
. a la catego ría de motivación,
riiacio nes desconectado de un Sujeto
acusado de proponer un sistema de catego y el individuo racionalmente controlado, que eíercit a un contvo l perma nente y
pensante. En s11s propias palabra s:. · · el mundo , se vuelve la medida
atento sobre sí mismo en el interés de transfo rmar
todas las cosas. Todas las otras formas del ser social -la mujer occidental,
vemos en ella la de
Pero lejos de que la reslrlcflónplano nos parezca denunciar un vacio, perspectiva de una carencia,
conseétlencia Inevitable, en elque, filosófico, de la elección de una
os puesto a buscar las condici ones tanto como la gente no-occidental- son comprendidas en ténninos
etnográfica que hicimos , ya por habem to a la acción tipico-Ideal represe ntada por el paradigma
de verdades una desviación con respec
en vtrtud de las cuales se vuelven mutuamente convertibles sistem;i.s conjunto de de la acción raclona l 1
. ·
. el
-~- y pueden-as! ser simultáneamente reclblbles para varios sujetos propia . . . . En este contexto, la cuestión no consiste en si pod_emos obliter
ar comp·le-
r de objeto dotado
esas condiciones adquiere·el carácte que nada mejor que la mitologfa permite de una realidad
Creemos -
tamente ercarácter objetlvado de la.e; instítucfones socialedichas s; slno·a todo',! si
nte
e Independiente de todo sujeto,_ de este pensam iento instituciones.
l!u$tra r
ol>Jetlvadol.
y demos trar empfrl
,.
ca¡nen
·
té la realida d
¡_ .es posible establecer una relació n de auteulf cldad hacia

,_;,i:,-, ., "· · '·-,~·, ·' pensam , -_ · · ·'• ·• · '· - .


~
· :.•_·_;_'.,:~~--··
.
ydoalpi~.nrardecourpdeerarla
.. , ~~~j~~dc~gntodo~~:~~eeJ,htraambaojostdraedGoocU:manoyeJf'.pooducaeulrct~opsrU~1occaudpao_ ~-
l~nto objeµvado, aceptable simultá ~1
esl ¿Cómo
En mi opinión, e_l énfas~ en.un
ro. ··:}•f _.. ·. sociedad fluye a través des~ más minúsculas ramificaciones capllar
ne¡µnente_p~~ ':'31'!os s1;1i~~P5. ~~~t~t~ ~Y)1,~e por tanto deja
de·ser ?~ra dé
un suje_to.¡,~p~ante pa~~.1:1!~;;.~~r¡J!erte ,3! ~~!~Je e~ !n.telig
lble, de ,fórma tal ii .-.-,:
·:
· .:~.· '
es que la clausura representaoonal
pued.e mostra rse como resulta do de
que
la
se presen
activid ad
ta
de
a sí misma como pensJ~
sujetos pensantes?•·l-.n otras
ento,

que su subjetividad llega a ¡;er complelamente.negada,.Est


os productos termi-
. < nedos 17)a c:~_~cJériita ,c,ó(_·-~::ifJ~~iji~ ~Ec_P , f.~ ~ ~9.~0Jé presen t;1clg ~~nt~. : : ·f;; t y,;--~·\, .. p~abras, ¿eJCisten ~positlvi,s den areflexió
z·:~~~,~~i ~ .· ;:.1 o. interrogaclor¡esL en relació una
n que pueden ac:tu_ar co~o "ccii;;rec~l?JlCS"
socied ad dadar• r•,:lv.lt'f{ '?'~¾~-;~ ~;~'·'.
m g,sl~l~ ll)~-~- e pensam i~to, r~a,ve
u~lones _''. ,·.; Í ~~\ \ ~ ·· En este senti1?• las c?ntrlbucfone
c9mpleto~1.:N !11~.t.ra r S!l;!~~ 0~~1,g ~i~!)_ s de los ~tudio s d~ la Su~hl_t~df~ a~~a h"
se to~a.e 11,~,ue, nta el proces .<t,. !!.~il,f,q TJ11~~ $l~n. 1& pcl!!ar,~ e las ~ontrib
f ,· en establecer la centralidad del momen to histórico de la re6ellón; pará la'cóm-'
los temas del
prensión de los grupos y clases subalternas como sujetos de sus por ejemplo, el
en clav- ~ dlfE'ren te, o.t
formidables del estruct uraltsm o, éste re.;,lte, propias historias.
a partir del caos, que eran tfpicos ele los enfoqu es funcion alistas clásicos. s de caráct er tipológ ico -como
orden Aunque e·dsten también ensayo
que estudian el
cer intento de Chatterjee de crear una tipología del poder' , u otros
y la represi ón hace difícil recono entacio nes-, estos trabajos
Per:>, ~¡ el excesivo énfasis· en el orden
de la acción pensamiento como un sistema objetivado ele repres el momento
la estruct ura social, ¿es que acaso 1, s teorías Todos los demás ensayo s se concen tran en
al sujeto en las teorías de a constituyen la excepción.
, la caract erístic to plural en ta vida
social 10 hacen r.1ejor? En su íormulac1ón weberíana clásica te histórico de la contestación. Este es, precisamente, el momen
La explica ción socioló gica - advier represe ntacion al entra en conflic to por la
de la acción social es que sea significativa ual. de la sociedad india, en que el orden llamó
de tornar en cuenta la subjeti vidad del actor individ orden. Tenem os, en tal caso, lo que Castor iadís
Weber-- debe ser capa~ de Weber , emergencia de un nuevo 4 del
de la acción social entacio nal r¡ue surge
Sin embargo, un examen más atento de la teoría un magma de slgnificados , porque la clausura repres
acción soclal es la acción raciona l. La acción violcnt amertte . Vemos e1 cambio que
nos mu,)str a que su paradigma de pensamiento objetivado, se romp,1 ahora
que es capaz de leza re esta
a!ectlva, por ejemplo, sólo se toma en cuenta en la medida en os de este orden está siendo interrogado. ¿Cuál es, entonces, la natura
a. Todos los ejempl
de.,vi¡¡r el curso de una acción racion al hien definid interrogación?.
negativ ns como se constituyen los
acción afr.ctlva que ofrece Weber, corr1;sponden a emociones da de tratar La primera pregunta que podríamos hacernos es: ¿cómo
la Ira, ,os cefos o el deseo de venganza. A pesar dP. su Intención declaradel hombre momentos de rebelió n? Lo que surge con meridi ana clarida d en todas las con-
subjeti va, existe una sobred eterml naclón ador no está embar cado Aquí en
toda acción como acción
en una catego ría residual tribuciones a estos volúmenes, es que el histori en su vida
raciona l.. Luego, la acción aféi:tiv a se convie rte la familia , el grupo de ¡)aren tesco o la tribu . '•
como ser
ser explica do según el una comprensión de
en la que ae busca encasl\lar todo aquello que no puede
de Weber , el '!'
parc1dlgma de la acción racional. En la teorla de la acción social :.!
2 V~na Das, "Force as a residual c,ieiory in Max Weber", en
Surendra Munshi (ed..) Marx anJ Weber: Modem
Socler, on tht Drawfngboard (do próxun1 aparición). Wrinns,
pc>Wltly", en Ranajit Ouh.o (cJ.) Sub<J/i,n, Sn,.fits JI:
and Row, 1975), p. 11. (N. de T. Pnrn la presen1e
1 Ver Cl1ui!o L4•1•Str1u11. 'l'lrt Raw ollll rhe Cooked (Hnrperl. lo clWk> ylo cocido, Fondo de Cullu,- Económic:i,
3 P<lllha Olaucrjcc. "Mon: on modes or powe,- and !he\Jnivcrslty
on South Mlan Hi,rory a11d Socitry (Oclhl: Oxford Pn:ss, l 9aJ). n
Scuil, 1975). 1
ver,ión .. h! con,ultodo11 U'llduccldn ci. )UM Almll1, Mllo/Jtko · . -~ 4 Comcliu1 C.10riadis, l'in11itu1/on ima1lnalr<.de la 1oclt1•
(Paris: Edi1ion1 de
M~xico, 19n, pp. 20-ll.l ,l
282 Veeno Do1
lo Subollern idod como Periooc1,vo 283
cotidiana. Antes bie:· .. •1 t 1,,, ;rupos la naturaleza la que resulta destruida con la promulgación de nuevas
han sido obligados a • , •·r~o:nccen leyes que
!avorec~n el uso comercial de los bosques en lugar de su conservación
a las estructuras de la · , ·~·, 1 1tdidna
como
habitat de las tribus. Los rastros del pasado q!Je sirven como fuente al
occidental (Arnold)', ,. ~:. :,.:1·~ar; •>. historiador •
son, en los hechos, generados por el "contrato" opresivo que la tribu,
En otras palabras, cuar . •. .;:;! :.-::·jr::cJ d casta o
aldea es compeli<la a realizar con las Instituciones modernas de la domina
en los volúmenes de •1• ·> ·. :..:.r:ha P,11 ción.
Estos rastros toman la forma de informes burocráticos o policiales, o expedie
las cortes judiciales, ce ~ 1 ;ueva.s ntes
· ·.~
de las cortes de justicia. En ocasiones también se analiza otro tipo
formas de domlriadór: .': ·~·2tO 'Je de rastros,
como por ejemplo en el notable trabajo de Pande.y s~bre los modos
vista, la elección ¡:re-. . •..1 de;;.ilfo la historia que son propios de cada cultura. Sln emoargo, como _el propio
de escribir 1
.r;
muy serio.a ~guna.~ d,: · _.,·--:, , ;1_;:itr•Jr.:o!ógica Pan,9ey . ; ,~-1
lo se1iala, "Q)a historia de la India colonial se ha escrito generalmente
acerca de.las tribus o · sobr~ la, . ~
', ¡,Una de.1~:1órm~ 1 . ,....). . t .... ~fit'c entre.-
base ~e los archivos coloniales oficialP.s; por la.sim~le_riiz(m de que
no oficiales no son, ni abundantes. ni tan fácilmente•.afceslbles12. Aunqú
las f~e1:1f ~
1
e~:·.·
1, ¡
las que se. consideran • .f :- ..• ..;· :- 1
1 .Lí¿adad es
.. reservo el comentario sobre la supuesta ;lpa~c~AJ:?llidacr;,;d~;Jí\.SJUe ~Jlle · •1; •
con ~ pasado .f~\!dal; t ..- : :;,:-,,:1·, d11d,,s ...:• 11t~rjp~, · . , · , . 1~
oficiales, yo estarla de acuerdo con.la,_fio~,~pr'Jlcl;i:Jió ,~e..P,~d.ey;(~n~
"frías~,y sociedádes.~c •· ...,. ,.':~.tin,::6n s~~tÍ~o:~ :.· '. :· !1·
de que lt> que convertía en acont~ c_imle n,to~ i~,~ .d_~}~ ~~ior¡~p
entre dlacronía yslncr• _~~ol)J_
estaba centrado en cuestlones de,.'Jey,y orde11Ms1J:.f.11.Qt!i(,a o.consol!da.clón_ áf,.:i'., ;~:J;·--¡,
entre.naturaleza.~ hisl: , ·:·s:::.mierito lo tanto, construir el momento.del_des~!í9¡}ú"ámb =•, 'nsipíir'ia Io'r'ma.i¡: Por .'\:'.' ·· ,,..-~ :L,
~~d~fü&.:~i~~.µru,, : : : :;;c:.v.!es que .d;la•✓: , ' • ,_ i:ü
,s~ déf)!lep
;cgP\~,.(~f~, · ;t··i nrl:ural es;
don¡lmción raclonal-legal. Lo,_l!llPÉr.t~t~,:.~~íi~
pqder-no sean tratados como ent~ pash:os;{sln!i.)l\as; lep:,que se los f'.l~.~J9.~z$u)ct~~~:i:{~.f~};; ::-: :;,!,ffl_~
1
·mientras que la translc· :, ...e::, i,1s ieyes muestre. ;-e· '. _
en el momento en que tratan de desafiar este pqder·a!ienador. No obstant
internas de otro tipo dr• 1 !:' -. . Corno lo
e-:';¡' ·
mismo hecho de que este momento est~ encapsulado eri la forma de
puso en evidencia ~I di · ,,¡- :.,n~r.tc. la un fnfonne _'.[\
burocrático o los expedientes de w1a corte judicial (es así como se vuelve
naturaleza refleja la su· accesible
a la investigación), implica ría que el·momento-de la'rebellón es tambié
registro del dt>safío hl:: n un
momento de fracaso o derrota. Es posible que, de cara a las sólidas estruct
El primer acto err, . ': uras
,:~ institucionales de la dominación burocrática, las rebeliones de los subalte
Subalternidad lleva-a c- sólo nos brinden "una noche de amor". 'para usar la evocadt,ra frase
rnos f,
grupos, es el de restau1 del filósofo
~:... griego Castoriadis, que no puede transformarse _en un amor para toda
seguir pensaodo, por '! la vida.
Asi y todo. quizás al capturar este d,!saffo, el hJstorlador nos esté
montañosas. y que está.u proporcionando
:·:.. ';. los medios para construir a los objetos de ese poder coino sujetos.
corno habitantes de un En vista de
l:.i abundante evidencia·de ,·ebeliones y actos de resistencia que se han
pre!;entado ,.,'
meticulosamente en estos volúmenes, el antropólogo nunca más podrá
justlficar
su mirada sobre las formas sociales de la tribu o.estructura.de linaje,
"como si"
S l.a palabrn "contratl')" se us.1 a,. llevaran una existencia natural. El alcance total de estas instituciones
una narndvL deQe ser
6 Shnhid Amin, • Approvef, I~••· estudiado con el fin de comprenderlas como entidades históricas. Me
:,, ·,. "( :~ .\11,::-:.: S gustaría
dealh", en Ouha (198S), SS V (D,, • ···1- ••.t,: ..:n 1.''lh~ desarrollar con más detalle las Implicaciones de este aserto, tal como
volumen, pp. 119 • 1561 están
7 David Amold, 'íouching !he 1
formuladas en los escritos de Subaltern Studies.
OUP). Una vez que asumimos que los rastros de.Ja rebelión se hallan subsum
8 David Hudlman, "From cu.úo, idos
en la forma de un registro documental, -que se produce en el marco del
(198S)SS /V(Delhi: '.)1JP). ejercicio
9 David Amold "Burtaucr.uic reti,, de la dominación burocrático-legal-,-, hay que acepte.r el hecho de que,
en Guha (1985), SS /V.
. : •.,, ¡ .• .:-1 1'},17 '. al hacerse
JO J. Dnudrillud, u mlroir d, l•
11 Romochondrn Guho, "Forc111r. • , , 1.Ji.i :· .: :, 1 ! 9R.'i)
SS IV (Oclhi, OUP). 12 Gy"'!~ndra Pandey, "Encoumers and Calamitics: Toe histo,y of •
en Rluli1Jt1 Guha (1984). SS 111. Nocth lndl..; Qa.sba in thc Ninclccnth Centu¡y",
- ,
lo Scbol:crn:Jod cerno Perspecr,vc 285'
284
de
por legal en todas las esferas de la vida. Un avance en estas promisorias líneas los
accesible a la Investigación, I¡, voz dEi° los subalternos ya ha sido,trp'topiada análisis, empero, requerirá prestar mayor atención a la,disyu pción entre
estas formas superio res de autorida d . . Este aspecto de la función del registro ial
de la diversos discursos que se producen corno afirmaciones de una verdad referenc
judicial o.policial, ha sido enfatizado repetidas veces por Guha. En el caso tiempo µasa<li>, como
analiza 3, podemos ver que esta voz le es literalmente en el present e indicativo, y aquellos que apan!cen en
muerte de Chandra, que él 1
referencia a los eventos particulares que están siendo examinados. Por ejemplo
,
inte-
arrancada a la persona: "Yo administré la medicina creyendo que podría en este caso, el juez se refirió a lo que cualquie r muched umbre debiera haber
munplr su embarazo, sin darme cuenta de que la mataría" , dice Brinda, la hermana
en el cual, hecho, y luego comparó esta Imagen con la conducta de la muchedumbre
en :i
de Ja difunta Chandra. Pero ella dice esto en el contexto de un juicio en que aparent a encarna r una verdad , /-;
muerte se conviert e en a:;esinat o,. una hennana ::<'ii<?f cuestión. En el primer caso, en la medida ¡·.,
¡,ai;~usar las ~alabras de Guha, la n nos muestra cómo lo natural se constitu ye en el discurso
o) ._ '. ,"}J} Intemporal, la alocució
so{!~arl~ e!}_ases~a. y los partlcipa!lt~ de la tragedia en
_ testigos de deshrg
la forma de dominac ión ¡Jf:
·f?t·:i:,t~~.>..:JJr.i~~-~---.. ~ · -·~/- . ~~~~-· · -. :- ··_'/·> .l.:~:~:,~ !;;~·: nf~f.:~L ~~: ~o) ~-,:--· Judicial, y la relación que guarda esta construcción con
que se establece en manos de las Instituciones respon~ables del disclp~inamlento
. i¡
.-f,JO bien tomemo s otro caso: cuando Amln 'analiza la"dedar acfón 'dé Shlléad·
s'qúé'°·
:'(:;:
·:i y el castigo. Me parece- que, además. de poner énlas1s en las alocuc1o nt>.s refe- .; ni~
_ qéi·apa ieée: c..omo' testigo.de c.;¡.go (•n~el casq'd~ Chaurl CJuura~notarn<i renciales, debiera: prestars~atenclón a J;is aloc_ucfon~s Imperativas,-'
que .W
·;:::,_, ~-1~~i ;:so~·. pr~ucldo en·prlm~..ra persóna: ~o,fqu~, ~mieritr as'Í!)á~'s '.ef,i)nP.ll
e's'
tá;f;·
élé'ifrl/ • constituyen la marca dlslint~ a ~el discurso Juc.ll~ial, tanto a nl~el ~e la leglslacl_ ón. ,J.t•,
.. . _: ~.'. a 's_!:.tnls mófco_ m o testtgo: dé"tafgo ;:Sfill.ca rt·ttéiié 'máf! r,portul'i fda<' _,. '·' .··> ·'·' .:. : ¡ l]
antes qulettés tim~ñid " i.( como de la pr:íctlca iurfdlca. .,;~ · · 1 : ·:• .: • • '" •
·-·;:?perdónidó~l":;>La·cuestlón:tomiúnsta·que el Juez:pt11 11.téa
•. 1i SI bien-las tnstltuclones-penales figuran promine
ntement e en muchos de los. . .. :t
. ,._;:_'.~: ,' .f·~~J.i~fst~~~g~".'<~f decl rf'~tÍai cón~~i?_ n: ~e· r~ú# yq(u'íi~á rl amfot# d
.
,,., áef Póf'lo·tantó~;k ,;
ebé'-~e ( · -
ensayos, sería deseabl e:que.lo: 1 autores hublese' n prestad o más· ate!'Jclón - a la ... . .. : . ·..• ¡,,rl~,
·•·1::1 . ~
. :l(°t o_tendl da:~el!~ .ontexto;e nlel, que·se-p rcidiié& .li.'iter'da'&·pen •. , ;,; ,,_.J·
manera en la cual esta legalidad ·se establece·como legftlm~ en ~ontrap9slclón:
. ... , , - 1 .....
-~::.... . . . . , . _ ~ • ..· ·- . ...,..,.~
;.,--.01'..., f""'-..."i_~it.,
e ;:,"'...,. f.'~(' --• 1• ·~:.,,

,, ··. '.," · ·.'/~~a e_Ja:~~!~-~~a.~ l~D~tu~~~~-~p\p~t á#)eñt~ ?l!_l~f~l,


1
a"~~lf.'co~fe'ston,>;r.. ;,Es~~ !}specto :,es partle.~J .armen_ l~;r · ·, • ·;:1~-P,
a lio es,aquf,evl Hin' cta:;de'lá' n'iayó'r próx1nir dad í:le1¡•súféto''é'ón'\l.í a las legalldades-alternatlv¡ts;del~ge ntei .
· · ...... t1:¡;.
· ; · :.r{'.e tHahl/.d i}e'ét. la compren siór1 de los modeloi rmédlco s' de dominac tórf}asl com.o 1

·éJe'1i-é11s tan" da• c '


¡¡:;-e' seVét:oir íÍ>élicl<i '.' :·, . importante para
réspé.: to a"sti' propio dlscúr~o. siri<lriiás" bien consuet u- , •1 í
los demás que particip aron con él en la misma "trans- · de los modelos legales a través de los cuales se erosionó el derecho : ,!
a ·establecer con tódos za. Aunque Arnold y Cu.ha han realizad o
, en la esperan za de ser dinarlo de la gente sobre la naturale
gresión" al orden, con el fin de implicarse en los sucesos
1
5 nunca se
puede importantes contribu ciones a esta gama de problem as 1 , en realidad
perdonado. El hecho de que este p~ocedimiento no está libre de riesgos cas
que corrió E:l otro testigo de cargo, en este caso, Ramrup Barai, menciona, por ejémplo, cómo fue formulada la Ley de Enfermedades Epidémi
verse en el destino estatale s sobre los cuerpos de la gente-; o el
implicad o -que estableció nuevos derechos
que lue s•~ntenclado por asesinato y colgado, precisamentEpor haberse papel de la Ley d~ Bosques , que permitió eliminar los derecho s de la gente a sus
clemenc ia. La notable contribu ción de
a sí mismo con la esperanza de recibir
ión propios bosques, en favor de los intereses de una nueva burguesía. Se estudian
Arnln, al analizar el testimonio del testigo de cargo en el contexto de la distribuc su
estas leyes en sus consecul!ncias. pero no en la forma a través de la cual
de papeles en la corte (papeles q•1e pueden verse como teatrales), es que consigue establec ida.
vs. autoridad resultó siendo
m<>strar cómo el orden de la narrae:ló'n -el surgimiento del lenguaje directo
Indirecto, asi como la relación entre la producc ión de la verdad penal y las formas
del discurs o- crea una red semiótica dentro de la cu1I puede comprenderse
el La const111cclón de los/as subalternos/as como personas
enfoque de Amln, el
discurso Judicial. Resulta partlcúl amente Importa nte en el En la primera sección de este trabajo, señalé que en las teorías de la .acción
que Interprete el veredicto final del Juicio como uti meta dis-: urso que se contiene social formuladas por Weber y otros sociólogos bajo su Influjo, encontr
amos
a si mismo y es Internamente consi~tente, pero que debe analizarse en el contexto ) ,
una sobredetermlnaclón del hombre como actor racional , de modo que todas
de los_procesos e.Je construcción dela verdad penal. En términos metodol
ógicos,
tas otras formas de acción toman un carácter residual. A mi parecer, algunos
esto c;!eberfa abrir nuevas posibilidades a la lectura de·la documentación
legal, ,.~,: de los e ns.ayos en los volúmenes comentados de Subalte m Studi¿s no logran
el lnterlór de la sociedad , sobre
no sólo como evidenci a de los desórde'n f!ll que se dan.en desplazar este punto de vista por completo. Así, Hardiman, en su ensayo
sino también como evidencia de Ias}ormas de consolidación de la dominación los Bhlls16, apunta a los problemas que conlleva el tratar a los campesinos
como

15 Para Amold, ver nota 6, y para Guha. ver nota 11.


13 Jtanajit Ouh," •chllJ\dra's duth", en Guha (l9n), SS V. 16 Hardlman, "The Bhilund Sohukars or Eostem Gujoro,·, e,, SS V (1987),
J,4 Sh\hld Amin¡ ver_n01n 6. JVcr rambitn, en est.e volum~"• pp, 119.
1~61
286 .'s>eno Dos to _Sub.:il1er.niplltl , 01no P~rspec1!vo 287

agentes racionales, como lo hace la economía neoclásica, pero luego prosigue colonial, tales palabras objetivan una étíca social y retienen su anterior función •
serialando que las limitaciones sociales y creencias religiosas impedían a las de describir a otras culturas bajo fórmas enajenadas e incluso degradadas. Se
poblaciones tribales hacer cálculos económicos racionales. Esto parece conducirlo debería intentar, en cada cas,>, restaura·r el contenido experiencia! de lo que es
a afümar que el comportamiento normativo es aquél que realiza el agentetacional, objetivado sociológicamente.
del cual las conductas de la gente tribal se desviarían debido a sus limitaciones A través de su movimiento, Jltu Santa! intentó establecer una legalidad
sociales. Aunque Hardlman intenta comprender la práctica social de los Bhils alternativa, tal como lo muestran claramente las_ descripcíones de·Tanika Sarkar.
en términos de s•J propia lógica, señalando hasta qué punto las prácticas de_las Jitu Santa! afirmó reiteradamente que los bichar-Ju!cios de las cortes británl•
poqlaciones trJb.lles son vistas bajo el prisma de la moralidad brahmánica, no cas-, eran malos e injustos. lntentaba-; así apoyarse en .los procesos de'
pÜede resistir la tentación de decir que la borrachera era excesiva sólo en enjuicíamiento que eran propios de los Santal, Sin embargo,:no logra ofrecernos-_:~
ocasiones ,ceremonialesi o bien que la bebida satisfacía también necesidades una desc,ripción del tipo ele autoridad que·Jítu S~ntal estab_a Intentando construir,~
nutrlcionales..- Por.consiguiente, lejos de ver.al modo de vida tribal como una ·· corrio más Justa y representátiva p_ ru;a su gen_t_~fen cónt~aposidó~-~ la autorida4ft·
critica a la sobredetermlnación del ser humano racional; las conductas tribales . foránea de los brítánlcos, E.~ el anáU,sis de;TapikaSarkar, esta fotma alternativa,;:.
frente a 1á·:bebida ternÍinan,siendo explicadas por unasuerlede racionalidad ·· " 1 "· se asimila fácílmente a categodas d~ ..~utot,f~aq ~uto_é rá*i;t com,o, "hacedor d~:::r<:
.'<>_CultID::::ftJ:~/;:Tf':~:'~-dJ,:i•~j;-:. >¡;:~. ~ ,'·.•\ ,•. ·, • ,: ~j •. ~ · -.~in-~~.. ·•;t .:;·.; - ·.• , ;,.!, : :\: .• : ··~ -·· leyes" ~1.'dad?r de ley~;", ;Además_, ~J.i~~os-3/Í~os.?e,s.~ mo~9t~,s~-:d1~cutéri;:_',/
'. r:,•:Esteénfasisen la racionalidad se hace también evidente en el'.ensayo de Tanika'· .:,./}:• · ' " más en r_elac1ón al coJ:icep~o-~e s~cntt.!a'.:~~'!Jt9ll7 ~n ,ttqn!rto_s de:~-us 9bjeti~o~1f 1. •·¿ .- ·-
. .3arkár acerca del rróv1In.lentode Jitu Santal~7., Se trata de un recuento'metlculoso· ; ,, .) '. ;, de esta~lecer legalí_dades,alternatiy~:-r~!:lpr(i~eso.-_la!:a)At9r! éf.Jtic~ el conceptclt : .
• Ai<!etalladQ c!~ún m~~rito,que.intentó establecer lq que Upendrá Baxi llamara: ,,::,;<;, ·~ de sanscritizaclón; af!rm~<!_o qu~ ~1'S~qy3;5I·;B~!,9u1:J9!rnó:}l~1,t.S.~:ntal, asumlf.;:::;,, .
. ·:-j ~~ilég~da4:~te~a_t,!yi\ entrt\los Sántal: Sin em:>argd, fá·lm~gen'de los Sat)taif,_1 ~aj~ §': _; una._l)os_kión r_enu~,ciator~,é!- hac_ir~Ji~lWl~.Bí!ll.<fü S:l,fh~PP~r~o;~fta postu .
•ise'constr:uyeprlnclpalmente Afl ·et lenguaJ•t eón que fueroQ¡¡i¡:iro¡:ilados por ernM~"í-". ., 1. renun.c:l1¡to~<\;nQ es__cpnslde_~ada cáp~~~~-e ~fü~~iS!~~lt~~e~t~;-;una,criti. __.•.., .
discurso' burocrático·. f'or ejemplo, se señal,1 que la principal distinción entre ;I \· ·';: ,t,: J' a la sociedad de castas y al'domlnló brltánicó;f!xtemQ'•.:.La/crítka-ú ubica-ti .;.:,..,,,. ·:-
santales e hindúes se debe a la orientación al-placer de los primeros, siendo la -' :. memente en el marco de la ·sociedad de·castás··yla sari~e;itlzación, en luga~ de·, . ' ..
deidad más prominentE, en el culto de los segundos, la diosa Kali, a la que se referirse a su potencia1 de transformarse en un nuevo .símbolo <1 través del cual
describe sin vacilaciones como "maligna'·. Asimismo, se sugiere que no exj~tía pudiera articularse la oposición al RaJ británico.
en la cultura SantaJ una figura benevolente todopoderosa. La autoridad para la En la descripción de Tanika Sarkar, se discute e·I acto final de Jitu Santa!,.que
última afirmación es l·lunter, quien había señalado: "El Sant;il no concibe a un consistió en parapetarse en las barricadas de un_a mezquita junto con sus acólitos.
Dios SLpremo y b,:neJactor... Perseguido y echado de país en país por una raza Al verse rodeado por la policía, proclamó que las balas de ,las fuerzas británicas
superior, el Santa! no puede comprender cómo podría existir un Ser más poderoso no eran capaces de heri_rlo, ni a él ni a.sus segUidores. Esto se·muestra con una
que sí mismq, sin qm, a la vez resulte dañino para é1" 18• Toda esta formulación aureola mágica e irracional, basada en creencias <1cerca de 'la transformación
presupone una dicotomía entre salvaje y civilizado, en la cual se basó tanto la mágica del mundo. Además, Sarka_r señala c¡ue fuerzas 'politicas más amplias
misión civilizalori.i dd estado colonial como la de los misioneros. La pregunta lograron inliltrarse a través de la lógica y las necei:idades tribales. Sin embargo, ,
subyacente que podría plantearse, es sobre quién resulta más reveladorn .esté me pregunto si es Jitu ·santa! o Tanika Sarkar, quien muestra una mejor com•
frase, si sobre los Santa! v sobre el propio Hunter. prensión sobre estas fuerzas políticas más amplias. ¿Qµé muerte podría haber
En lugar de una aceptación sin más de tales categorías, quizás habría sido escogido Jitu, si se hubiera entregado a la policía y a la justicia británicas, en las
más apropiado empr ?nder una deconstrucción cuidadosa de cómo fueron que desconíiaba profundamente? Seguramente, habría terminado corno Shikari,
constituidos los SantaJ en el interior de este discurso. El problema con el uso convertido en un testigo de cargo en base a cuyo testimonio otros fueran colgados, I·,' ¡_
t·'

de dcscrlpclon~ adjetivadas tales como la "oríentación al placer" de los Santa!, o habría sido visto como traidor y se le habrían inflingido castigos como los
o la "malignidad' de la diosa Kali --<iescrípciones que ~e consideran autorizadas descritos por Gautam Bhadra 19. sirviendo en última instan~la, tan sólo como una .Vi[¡
1
sobre ambos- es precisamente que, habiendo sido acuñadas en el discu(so demostración evidente de la futilidad de la rebelión y la_protesta. '' I
¡1

• N.E. Se conoce como sanscritizocíón al proceso de incorporación de los irupos l!Íba!es a los .:scalones bajos
17 Tanika Sorkar, "Ji1u SanLaJ's movemen1 in Malda, !924-19'.,2: A study in tribal protesl", en Guha (1985), SS IV. del sis1ema de castas de la religión hindú, adop1ondo <L 1radición clásica escnta en sánscrito,
18 Ci1ado en Tanik• Sarkar. ibid. 19 Gautam Bhadra. "four rebds of Eighicen-Fifty-Seven•, en Ouha (1985), SS IV. ' '
lo Suooirernidod corno Persp.;,:t , o 289
288

Ciertamente, nada muestra con mayor claridad que la discusión de Bhadra del panchayat tribal o ele casta, en el rechazo a una legalidad ilegítima. Por lo tanto,
sobre los cuatro rebeldes de 1857, qué los castigos repartidos por los británicos es la naturaleza del conflicto en cuyo interior se visualizan la casta o la tribu, lo
no tenfan solamente la intención de mostrar el poder y el""imperio de la ley", sino que nos muestra las características de ese m0mento histórico particular. Asumir

L la de llevar a cabo muertes rituales. Uno de ellos, el maulavi, un musulmán, fue


quemado, y con ello privado de su é~erpo como·testigo más Importante de sus
hechos en !a vida, en e! día de! Juicio: El segundo fue Shah Mal, cuya cabeza se
que podemos conocer a priori las mentalidades.de las castas o comunidades,
es caer en una perspectiva esencialista, que la propia evidencia que nos ofrecen
los volúmenes de Suba/11,;m Studies pone en entredicho.
1 ' levantó en una espada para que todos vean el d,estlno que esperaba a los rebeldes La mayoría de participantes en estos volúmenes muestran la importancia del
porílesafiar a la autoridad británica. En pfofundaviolació!l'd~los códigos morales· · •:'.'.i liderazgo carismático en la rebelión de los subalternos.,en sentido de cue los
,_ - \,
de su soci~ad, los cue_!"POS de los·mu¡,.rtos noJueron entregapos a sus famlllares: , ' .};': . ' lideres no snían portadores de formas de autoridad tradicional°o raciona:.lr.gal,
As!. si Jitu Santa!. escogio una muerte rltual; a·la postr~ ~~o fue difrrente a las-'., .:~ '.y,J;,it, ;i·· · para usar la terminología weberlana. Como Sumit Sarkar sugiere, antes que
muertes prescritas por los.británicos ¡fara los' cuat_in.re~.~l~e~,: ,:·,~,v ~~ ;h:,,; ;i•i',.•; ~,¡:;.:'. caracterizar esto c'omo evidencia de una mentalidad que coloca el énfasis ·en fa ·.
. • 'Ello nos._lleva' a 'preguntarnbs··¿có~Ó:G<J:ra~ériz~_r'(~,~~ib!r la:cónciéricla::•;::? transformación mágica, podría ser mejor sistematizar la naturaleza dé. liderazgo·
subalterna?. Esta pregunta fue planteaoa·explícitament~ por Sumlt Sarkar26..,El::, i .· carismático, así como de la comunidad que se fonna en tomo a este tipo de líderi
autor argumenta que coexlsten;!'.en comple)a'.Jriteríiécl ó.rrt diferentes tipos de·:{'' EI trabajo de Sarkar sugiere que sería posible pensar en tres momentos dife-
conciencia; p.e¡: d~ casta, clase;re~óri'fpttción\;~T()m~d~.~'~mó punto de partida / renciados en el surgimiento de un líd_e r carismático. Primeramente se daría su:
.. . . .metodológico la posición de Gr~(:i•de-qüe:en.Ja; fónn)i.ciórf_objétivá de los grupo ·· r·econocimicnto como avatar•, un ser con poderes extraordinarios.. En S€gundo
:. término seria visto como capaz de conferir)ílmunidad a sÜs.segÚldores_. En un
.·i:.{f·· :~1J~d:~tf~:6Jj!~a;~¡~tt[~J~~¡r:;:.t}a~li~t~:t:~!~::r: , .: tercer ~omento llainarfa' a la transformación total del mundo:· S'iu·fu conside;a
':' la concienéia'stilialfer~a cihi'~:i\".4rti~f]li,11l<!Iin~~:it~~elr],§slt_Iv~.·y. rleiiiµ:v . •·
su
.:<i G~ndhi como 'uño de estos' líderes yatribuy'e' éxfto h~d16. cie '.q ue l,i)e al
Asi, la part!c!paclón en las nUÉ!lgas!éirovláilás' es.'v!sta·,t'omo 'ún•ejemplo déi't'::... 't~ligiosa era fapa~ de própórclonar una explfcá'ción 1ntríhsecá"del iracarn. Este
conciencia positiva, mientra:; que los:movimlentos en favor de la protección de análisis resulta decepcionante, puesto que parecería más apropiado 0uscar la
las vat.:as son vistos como evider,cias.de conciencia negativa. Sin embargo, siendo comprensión de su liderazgo, no en las generalidades de la le religiosa, sino en
un historiador cuidadoso, Sarkar también señala que hay formas recurrentes las particularidades del momento histórico analizado.
y similares eu las protestas militantes .de este período, sea que se trate ele examinar Lo que encontramos, en el caso del liderazgo carismático, E's el caracter
la p4 rticipaclón de masas en torno a una demanda nacionalista, regional, o un extraordinariamente abierto de su mensaje, El análisis que hace Ami11 sobre los
movimiento de tipo comunalista• o:de ca~t.1. Me parece que, en vista de tales rumores que corrían sobre Gandhi en Gorakhpur, muestra que hay una con-
similaridades, puede ponerse en duda la utilidad de la distinción entre las vergencia de motivos por la que, en la conci,~ncia popular, se percibe " Gandhi
22
dimensiones positiva y negativa de l¡i 'conciencia de los subalternos. En primer como un personaje a la vez perteneciente y ajeno a su mundo . El destirwleur..
lugar, es Importante reconocP.r que el repertorio de acciones colectivas en de la comunicación no es un seguidor sino un testigo, mientras que el destini'.lario
cualquier período histórico particular·e,s limitado, y que los grupos tan sólo pueden es aquel que no cree, o que cree sólo parcialmente en la divinidad de Gandhi,
innov::ir en los márgenes, como lo sugirióTilly2 1• En segundo lugar, no es fácil a quien se busca persuadir. Por más importante que sea el estudio de los por-
o
caracteri,;ar la conciencia étnica de <;asta como "negativa", como si tuviera una tadores de símbolos, sería aún más interesante examinar la coherencia, las formas
cualidad esencial propla, porque también depende del contexto de lnteracclon~s objetivadas y la haturaleza de la comunicación que se establece en aquellos
en el cual se articula este Upo de conciencia, Los casos que se estudian en estos momentos hlstóric,Js volátiles, en torno a la figura del líder carismático.
voltírnenes, nos muestran que las formas órganlzaclonales de casta pueden usarse Lamentablemente, a pesar de haber discutido extensamente esos r;1omentos
para .vt1cular la rebelión contra el p_od~r·estatal o para dar !orma n la Justicia históricos extraordinarios, ninguno de los col,,boradores ha examinado la
naturaleza de las multitudes, que parecen haber sido tan cruciales como medios
.?
20 Surnil Sorknr, ''The Condliions Md No1ure of Subol1em Militancy: -Dcngal from Swadeshi 10 Ncn-e~operotion,
g, 1905..22", en Quho (1984), SS /11, · '
• N. de T. So con~, como co/ffuna/111110 o loa movlilzaclon•• fac<ionolea en t6nnino1 religioso, y de casia. que .,.1;.· R.~
rragmenloron et campo de la.s luches an1kolonialcs cn.rnpe5iniu en 111 lndia:· - .:,. -•1 1·
r · ~ · ••
21 Chorlcs Tilly, 77,e Conttnt/011s French: F'our Ct!lfurics of Popu/,,r Strugglt (Cambri,fge: Hnrv!\J1 Universi1y
Press, 1986). · · · ·
. ·
1
~i1 i; • N. ,fe T. RecncamociOn periódica de las principal'5 deidodes del p,,n&eOn hindó.
22 Shohid ,lrnin, "Gondhi as Moha1m,: Goml<hpur dis1ric1. E:is1ern UP, 19; 1-2", en Guha ( IQ84) SS IV.
• • N de T. ~n francés en el original. Destinatario.
290 V,?':'no Des lo S"ua!J.,rnidod corr:v Perspecr.vn 291

de protesta. El ensayo di.! Bhadra nos muestra la imrortancia de las relacione:; .ila rcalicl.:ld l,1s diversos eatr.gorías ni qué modelo ele imperativos fue usado en
preexistentes, así corno de las formas de comunicación de los mensajes, para la este proceso. Arnold lanza IJ fascinante sugerencia de que ei;ta oportunidad fue
comprensión de la oq:anización de la protesta2-'. Del rnis1110 modo, Hardiman utilizada para golpear la militancia del Tilak y también para reorganizar los
arguye que las protestas violentas de los Bhils contra los prestamistas, se llevaron concejos municipales. De este modo, el contexto colonial en el cual se inscribió
a cabo en el marco de una "economía moral" 24. Este punt0 de vista sobre las el modelo médico, le otorgó una Wnalidad_qistinta a la qúe describe Foucault. ,
multitudes mue,tra la fuerte influencla del trabajo de E.P. Thompson. En la La relación entre los objetos sobre los que se ejerc'e el poder y el momento
literatura de ciencias sociales, sin embargo, tene·mos también un punto de vista histórico en el cual estos modelos son formulados, seguramente merecerá una
opuesto sobre las multitudes, que las pinta como caprichosas, emoclonale~ y atención más cuidadosa en volúmenes futuros di: Subáltern Studies.
volátiles. Es una lástima que los colaboradores de estos volúmenes no hayan La cuestión del género en la constitticló~'de la shb~lterriidad, ha estado en
-.emprendido seriamente el análisis de la naturaleza de las multitudes como medios gran medida ausente del alcance de lo~ estudios qué'aquí~e _111enclonan. . Una
de protesta. Aslmismo,_-seríalnteresante evaluar lo que ofrece la evidencia excepción es el trabajo de -Guha sobre la muerte·de Charidra26, en el que analiza
. históri<;a com.o. respáldo,a.estos dos puntos de vista divergentes sobre las un docamerito histórico sobre un casÓ-·de:aborto.en 1849..·u na viuda desarrolló
multitudes. , :~-¡.,;, ,c,,: 1-... --~_;, --~•-. ~-·· _.,,\.. , ~ .. ~:-:·· ' ' una relación amorosa con un hoinl>ré·i sevlo emb~r~ada:· El hombre renegó
de toda ·responsabiÍldad, yamenaió a ¡~•-¡iiadre de tir vi11Ela con poner a Chandra
El poder,y el cuerp1J ·•::}" ,.- : ·. · · . .:, ,; un bhek• de Yalshnava. Las mujeres de la familia int'enhiron_concertar un aborto,
,:J..• •
1
·,::..;.,..,,;__.•;.~, • i.-:(.•""ii-~:-b.' .,.~ • ··-;~~ - ' • • .• :ru . . . .' •· ~,: '", ·,. pero en el proceso, Chandra mur lo. Esta hlstórla; de_modo alguno excepcional,
_ La:dorilinaélón qel modelo médico en el ejercicio de las fonnas modernas de . . ~ . ·,:.;,-,. ~- se-cÓnv!érte en un medio para examinar l.a naturaleza ·d~ la s'uoordlnación femenina -
jJder,,hasléio~_sta'bieclda'pdr la'ob,ra de Foucault. Un trabajo de Arnold 5~hc'e•.;__." -<~.: \ en el interior de (as estructuras pat1iari:iiles' de Ía familta;_la religión y la ley; y·
,.los modos.colónlales'de manejp de plagas epidémicas, nos "brinda una pei-ce1,>tiva . . ;,:_i {t Guha es capaz de formular una notable temática ñarrativa:eri t'orrio al discursó
-descripción é!e' este'proces·o25. Arilold analíza cómo !a.enferm.edád se convirtió . . f· de los testigos. El discurso judicial' :::señaia:.: es ·un ~¡~·cú rso're'duécionista qué
en un medio para reorganizar el habital físico, áSJltar los cuerpos y violar los f. transforma el acto de amor de las parientes' femeninas eri tfiÍ <:rimen, pero no se
esp1dos privados ---esp~cialmente los hogares- de las comunidades. Pero no i pronunciiJ súbre la actitud dP.! amant~ _en todo el procéso de fijar las responsa-
ve corno entes pasivos a los objetos sobre los que este poder se impone. Muestra ! bilidades por la muerte cie Clrnnclra. El lenguaje de los procedimientos judiciales
cómo se organiza J;; protesta en torno a imperativos tales como la prescripción ' es referencial, pero existe también una.ruptura de-Io referencial, aún dentro del
acerca del modo de dlponer de los cadáveres, el desarraigo de los pacientes modo referencial. Así por ejemplo, cuando la madrr: cita las palabras del amante:
hospitalizados con respecto a sus familias y especialmente, la resistencia a la no se escucha ni la más remota mP.moria sobre el deseo sexual que podr[a' haber_
captura de mujeres para su internación en hospitales. Aquí, la protesta no p1,1ede dado vida a la relación. El análisis del dominio masculino que reallza Guha es
ser vista como expresión de supersticione! contra la racionalidad científica. El notable: el ;i.mante toma el cuerpo de su amada con pasión, pero cuando hay el
entramado de rumores que Arnold examina en este período, nos muestra que riesgo de oprobio social, se convierte en el emisor de la ley. Yo llevaría aún más
la conciencia popular enfatiza el menosprtcio de los gobernantes británicos para lejos este argumento, señalando que·no sólo es aplicable al caso del amante
con los sentimientos, vidas y cuerpos de los súbditos Indios. Esta es una con- ilegitimo, sino a toda la estructura del patriarcado, en ·el interior de la cual se
tribución importante en la via de restaurar el contenido experiencia! de categorías articula el deseo sexual. El amante·nocturno (sea marido o amante adúlt¡lro) se
tales como la superstición o la racionalidad, en torno a las que suele organizarse convierte al día siguiente en un dador. de leyes, y aqui reside la :1aturaleza opresiva
este tipo de discusiones. Sin embargo, habría sido útil examinar las formas a través del deseo heterosexual. No estoy segura de coincidir·~ém Guha en el hecho de
de las cuales el modelo médico y el modelo legal se vincularon entre si en el que el ingreso.de Chandra en un bhek de Yaishnava·habrfa simplemente sustltuícto
ejercicio del poder colonial. Si bien se menciona la Ley ele Enfermedades una forma de dominio por otra. Lo,; materiales descritoi; por Obeyesekere en ,
Epidémicas, no se analiza su lenguaje, para mostrar como éste buscaba co;istl.tuir torno a la mujer ascética, apuntan en'uha dirección diverge~te, dond,~el astetismo
a la naturaleza humana. Ciertamente, tampoco se nos muestra cómo surgieron
26 Guha, ver la nota 13. Sin embargo, e;,dste un análisis interesante de esta Cuestión; raJ como ocurre en un 1exto
li1ernrio, por parte de Gaya1ri Spivak (en el mismo volumen), que no me és posible analizar aquí.
23 Gautom Dhadro, ver noto 19. • N. de T. Bhck ,s el hábito que usan las personas per1,,nedcntcs a la SCC!a Boishnob (Vaishnava), movimien10
24 Hw-diman, ver nolo 14. de renovación del hinduismo muy popular enlre las castas bajas y los intocables. VerGuh,a. ''Charidra's death", ero
SS IV, p. 137..
25 Dovid Arnold; '"T0uching 1he Body: Perspeclivcs on !he lndian Plague", en Guha ( 1987), SS V.

' .~
7
292 1/ee~o Dos

puede ser visto como un medio de transformar las demandas opresivas de la


heterosf'xualidad, en un poder curativo27•
Los estudios de la subaltcrnidad
Lo cotidiano y lo histórico
En estas notas finales, quisiera retornar a la pregunta.formulada inicialmente, como crítica post••colonial ·1
,- sobre la relación entre lo antropológlco y lo histórico: Guha esboza un plante-
. amiento sobre la relación entre la.vidacotidiana y lo~ inomentos históricos, que
mer~ería ser"conceptualizado más profun·daménte. En este.Intentó, es asimismo
necesaria una conc.eptualizadón s_eria y profunda'.de la,lnsjltuclón del tiempo. Gyan Prakash
r-~ . Muchos' d·e16~·co'úíboradorésen los-'vÓlúmeries' deSubiil~rn Siudiéi'parecen· ... · ¡ .:::
_'.

,:/ .· contentarse·~Ón:¡~·Ópósición':e~fre sirié:roníii ªtac~pn.í~;·'p' entre la bqsqueda .


- •i{','.':':.~~Jeyesf~Já,tlc~t'y;la búsq~e.«~:dé_!á•secuen,tlaélóf).;él'.movlmiento. E~tos . Pre~tar atención al fermento creado por los Estudios de la Subaltemidad en
\~ ':._con~e~to~•.q~l._t,lt_l!IPº te~1;1in~:~sp~~Íali~and,~·,10.. ~emJ?g,!ª,!i y COI) ell_o (imitan disciplinas tan.diversas como la historia, la antropología y la literatura es re:,
•-~.'};;,,.su_relm.7~cit. P,~_~a n,u~tra,.1~.0,':?PJe,';1,~,(?-~ d~J?,j,~E,~~}.1!:.~~1~.º· . .. , . ·., · ; conocer la fuerza de la crítica postcolonial reciente. Esta crítica ha obligado a
')?:.•: ·-~r P~e:11ecesarlo señalar aquJ._que la reley.ª°~1a:9~f,!=P!lcepto_d~ smcroma /~-,, ,; repensar radicalmente el conocimiento y las identidades sociales autorizadas
·-:)/:~-~~fª,.tliiii~~p,pl?\?~º-~~srct~.,~-9.-e{i~fh0:1~,~f)!lga,!i.,_temporalidad, sino " ,:;.J i'. y creadas por el colonialismo y el dominio Occidental. Por supuesto.que el
!(fif;;1H:~,bl~l1~~!\~~perm1t.e_.~ P!~_eNe.~s[,C9~S~~l!!1:~~?,IJl}?}M~PTe~e~t-~~l?.~~t,ra\., _.:: ./'.~tri f . coloniallsmo y su legado han enfrentado desafíos anteriormente. Basta pensar
-/?o/~:rhá~ q!!~;~911t~\ 1.~ wesen,~e .c ~,?{:ier!3~ROY,~},[~&;,;~ff!;.~.9~e las.s~~uen,c}.~ ,rº~· .',::J:Jl i· en las rebeliones nacionalistas contra e! dominio imperialista y en la implac¡¡ble
: :/. ::sean·importah'tes para el antrópól<>~o, sino.'rn.~s,, b!~d'~u,~,estas Jien\Jen:~ se~,,, .. ,·,,,. ,¡; ./ crítica del marxismo al capitalismo y al colonialismo. Pero ni el nacionalismo
absorbidas en el concepto de repetición. La .construcción de la realidad como ' ni el marxismo han roto amarras con los discursos eurocéntricos2• Así, al revertir
un fenómeno intersubjetlvo, requiere C¡ile veamos al sí mismo como simultá- 1 el pensamiento orientalista y atribuirle iniciativa [agencyt' e histor1cidad a la
a-. neamenle el d mismo y su .opuesto., o sea el otro.' Ello ·neva a privilegiar la ! , nación sometida, el nacionalismo sólo consiguió aventurar sus demandas en el
simultaneidad por encima de la sucesión en la descripdón de la vida cotidiana. orden de la Razón y del Progreso instituidos por el colonialismo. Cuando los
marxistas comenzaron a vislumbrar la explotación colonial, sus críticas se
De otro lado, para el historiador, _lq que párecé adquirir mayor relevancia es enmarcaron en un esquema histórico que universalizaba la experiencia histórica
el origen de la noyedad. Las ~escripcic,nés más Interesantes de los volumenes europea. En contraste con ello, la emergente crítica postcolonial busca revertir
de Subaltem Stuáies nos muestran pr'ecisariiente.el surgimiento de esta novedad. el eurocentrismo que ha traído consigo la institución de la trayectoria de Occidente
Es de esperar que el intento de 'relaclónar esto con la vida cotidian¡i de las clases y su aproplación del otro como Historia. Lo hace empero, dándose perfecta cuenta
o grupos subalternos, sea asumido cómo 13 próxima tarea teórica de este grupo
de investigadores. La subalternidad; en mi bj:>inlón, no alude a categor!as
:.-·
morfológicas, sino gue representa una perspectiva, en el sentido que Nietzsche • N.E. Traducción de Raquel c:u,itrrtz y Alis011 Spedding, corregida por Silvia Rivera, del articulo: "Suballom
Je dio a este término; El desarrollo dé ~ta perspectiva, espero, implicará también S1udh:.s 11s Postcolonial Crilicism". En: The American Hrsror,cal R~v,ew, vol. 99. No. 5, December !994. ,pp.
una nueva relación con los cronistas de las cultur-as que se estudian. El tipo de 1475-1490.
N.E. Como ya se señaló, Suballem S1udies se ha trnducido c~ Eswdios de ta S11ba/1tm;d"4 para hoctr reforencla
esfuerzo que realiza Pandey, ál relacionar la hlst_orla colonial con las historias tanto al grupo de ir~bajo como o la pubhcac,ón que ed,tó; sin e!"bargo. en los ca.sos explfc,tos de referencia a la
localmente producidas, contribuirá a ampliar las. posibilidades de escritura de Revis1:,., se ha mantenido el nombre en inglés de S11.balrem St11d1es.
¡ Agradezco, Frederick Conper y FJO(encia Mallon por sus comentarios y sugerencias. Pese o que no r.n to~~s
la hlst{iria en la socledaci lndta28• No es que las fuent,is· no oficiales sean escasas los ca,o., ho soguldo sus consej'os. su lectura cuidadon y critica me f\Je de grt111 ayudo• la hora de repenso, Y .-ni,,r
o de dificil acceso: antes bien, la propia legitimidad de quienes producen esos este cnsnyo. (N.E. Esta nota le,·J asterisco en el oñgintll, La hemos num,;,ndu para dmlnguirlode nuestra., propia•
notos edltoriolcs y de 1raduccíón, que tombitn llevan asteriscos, Esto in1roouclrácamb10, de número con respecto
mat<'.rlales debe también ser reconocida por hi historia oficial. o lo• notu del ongina!J.
i Al llamar euroc:~ntri<:os • ..,.,, nc0111ecimientos, no quiero decir que siguen ,,. di"!'ti,,. de autor':-'~ ¡,c:nsado,os
. ..·~ Occldenla.le.s. La curo:entricid11d ae refiere 1quf 11I hhtorh:iuno quo pr0yl!.(:tSl 11Occ1den1c como H11to.,na.
u N.E. El concepto inglés de agency. si biC!1 ha sido tra~ucido como inici~iva. o inic~at/wi hi11órica. hai:c Tefe~ncia
27 'ler Oana11ath Obeyesekerc, Mtdusa's Hair (Pi;inceton Universily Prcss, i984), a un campo más vasto de significados. t'Cfendos el d.esphegue-de la capacidad y creattv1dad de un SUJtlO que asume
28. Ver Pondey, noto 12. • ' · el papel de actor. ·
294 Gyon Prokosn 295

de que su propio aparato critico no goza de una distancia panóptica con respecto demidad capitalista agudizaba las desigualdaéles yconflictós sociales y pol!t(cos,
a la historia colonial, sino que existe como una consecuencia, como un después; Al enfrentar el ~stalüdo de poderosos movimientos:de diversa tnnal!dad Ideológica '.
1
es decir después de haber sido trabajado por el colonia/ismo3. La crítica que sBrge que ponfan en entredichos.u pretensión el.e representar a.l puebl.o, el estado tuvo 1
como consecuencia, reconoce que habita las estructuras de la dominación que recurrir crecientemente a la represión, con el fin dé preservar su domin!o.
occidental a las que busca revertir. En este sentido, la crítica postcolonial es Pero la represión no fue el único medio que adopt6. El estado combinó el uso
deliberadamente interdisciplinaria y surge en los intersticios de las disc ípl/nas de medidas coercitivas con el poder del clientelismo ydel diner0, por un lado,
de poder/conocimiento a las que critica. Esto es lo que Homi Bhabha llama una y recurrió a slogans y programas populistas, por otro, .con el fin de lograr una
posición intermedia, híbrida, de práctica y negociación, o lo que en términos reserva fresca de legitimidad. Este tipo de medidas, infciadas en el gobierno de
· de·-"Gayatrl Cl.1akr·avorty Splvak es la catacresis •: "reversión, dislocación y [ lndira Gandhl, afianzaron la dominación del estado pero a su vez erosionaron la
autoridad de susJnstituclones. .Lo$:pfincipa1es compon~tes dt>J estado-nación ·
, . ,:r~~:i~~t~tt1:~¿;ª:t~di~~~aec:~~1:~~~:::d, quejcómenzó en 1982 c~mo • · · l;:: modemo.-lo:i partidos políticos, ~lpr.~ cso electoral;los~uerpos p¡1rlamentart~1.
:j:~½t~~~~c;4h.i .í~~~~of!~@:iff~_s~raslá~ca yse des~ol_l&post,ei!?rmente cimó
;' · ,.::Ylgorosa crítica posfc9loruaI; deoe ser. ubicada en este proceso complejo y forzado . ¡, •,.~ •
·_<.ir'>.., !a burocracla,,laley.y la ldeolcgíaperd~oll~ hanlq.bi!l:Vhddo a ~te proc~¡
pero su pretensión ,d e represent¡ir,lá.c,u!ti.u:a;y la politl~a o.e.las.masas ha sufrido..
0

, .:: (catacréstl~o)'.~-i'l-é~laborilclón de_l.!.éonóclmlento. El r_e tó'que presenla'al:co,)'.:,''·""~::. Í~'.:· (.. un,golpe IT!Otlal,, .. ,_ ,; ·" ;;•, . ;,':iir-?i:é),·<:\ ,.,·:~;.,$j'[;,•:~ ,' .:. ' . ·.., \;,.
~-· ··,.... •'. nodp-1len_to.~,l,s,~é,ri~o-~s,teilte se h11:sentldo·no sólo en lo~.estudios sobre'Asia ''.i' · · En los añós,70 se puso en evldenda·la.peligiosil Jjo~lclón·.del estado-nación·
:,;,rdel Sur sino t1l.mblén en la hlsforfografla de otras reglones yen.disciplinas distintas . ., ,¿:\..,..,, :t:· . . en el campo de .los estudios hlstórkosl;.á:,t,r~vés.d'e,li(cada.véz•.más acosada
historiografía ·naclonallsta. Atacad~:implacabÍenÍente'. por ·. la·_';Escuela de, .
_, • ~· - • '... • ' . •.•·:.:•• .. ! I • .. ,. - . , ,;. .,._ • .' • : • • ' • • ,• ' ~ ) 1,;.,, .. '•- •
. ·~·'"•," a la histórla>•'Ehtérrnlno .''subalternó" aparece ahora con <:reciente frecuencia . ;· ,;:,.- '{e: .,..
: /:~ :'~i{Jrivéstlga'.cféMed iobrtAfrlcá.'/ América Latina y Europa,· y_ios{lmálisls :de-la;·. .i~~~· :'.. ':\ · Cambrldgi;!"~ que ,repres~~taba a:·Ia_:hfs~9r,ia;colon,ial.,dn
~
't•i'~ . . , . ' . ··, . , •· ~- .
lc1,"'· Jn~li.l
•.. :
ian sólo como -..
.: J.:'. subalt~rnldad iJ•¡{:in convertido en un modo reconocible de.erÚélidó1ÍcritÍca·· , ..~~~,_;:.~-;; f} .'_:
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una· crórttca:,d~ la:competenciá,erttt'é:sus :élit~s/ ~I .tejido de )a legitimidad ria::; ·.


.. en historia, .literatura· y antropoiogí~. ' .. ::,_;;,;;•.: . .,;-'. ::tr -"'?il•:,; ....~. !. t cio~alista·!se ,d~spe,~ai?~$} :A;e;~~{:~~~~~l~i}é;•c,P,9:j~o~~r· la ;·ha:glogriilia~,: ,·
nacionalista, pero sut anahsis basados en Jas:éhtes, convirtieron .a,la gente común
l en tlteres de sus dominadores. Los·manustas cuestionaron t¡mto la historiografía
!
l
nacionalista como la Interpretación de la "Escuela de Cambridge", pero su narrativa
de los modos-de-producción se combinó_imperceptibléme11te con la id.eología
La formación ce los Estudios de la Subalternidad como intervención en la 1 de la modernidad y del progreso del estado-nación. Esta coincidencia signitiéa
historiografía de Asia del Sur ocurrió en los albores (e la creciente crisis del estado
que los marxistas, a tiempo de ser los abanderados de la historia de·las clases
indio en lo¡¡ años 70. J..1 dominación del estado-nación, que durante la lucha oprimidas y de su emancipación a trav~s del progreso moderno, trnpezaron con
nacionalista contra 12 c.omirfación4Jritánica fue parchada con una rnezda de
serias dificultades para abordar el arraigo de filasas de ideologías ':atrasadas"
compromisos y coerción, se tornó precaria a medida que su programa de mo- basadas en la casta y la religión. Incapaces de tomar en cuent.3 las costumbres
sociales de los oprimidos y su "experiencia vivida" de la religión, los estudi•os
marxistas de las rebeli.ones campesinas pasaron por alto el lenguaje religioso
3 He desarrollado y ejemplificado en otra pone esta noción de lo postcOlonial. V<r mi anfculo "lntroJuction, After
ColoniDlism''1 en Gyan Pr.3.kash, Ajler Colonialirm: Imperial Hisrorie,ülUÍ Posrcolonial Displactmems, Princeton, de los rebeldes, o bien lo consideraron una mera manifestación o etapa en et
NJ., 199'.•, Gayatrt Chal< ·avorty Spivak habla de poSl<olonio.lidad en lénninos simililffs. "Siempre estamos trm desarrollo de su conciencia revolvcionaria. Por consiguiente, pese a que los
el imperio de la razó,l, nurnros reclamos hacia ella nunca son adecuados". Spivak, "Poststructuralisrn. Mnrginafüy.
Postcoloniality and Vo.lue", cu /Jremry 7ñeory rodt1J, Peter Collier and Helga Geycr-Ryan. editores, Londres. 1990, historiadores marxistas han realizado estudios impr.eslonantes y precursores,
p. 228. Aunque los teóricos lit orarios se han destacado por inuoducir ia critica postcolonio.l en la agenda académica.
este hecho de ninguna manera so restdngc a ellos. El trabajo de los l,istoriadores de Estudios de la.Subaltemidad
debe su considerado como pru1e importante de esta critica postcolooial. Para otros ejemplos de contribuciones a
esta crítica, hechas por historiadores, ver Coúmialism and Culrur,, tlicholas B. Dirks, editor (Ann Arbor, Mich.,
1992); Confronting llistm ica/ Paradi¡rnu: Ptasants, /Abor, a(lll rhe Capitalist World System in Africa and /Atin
America, Frederick Coo¡xr, AJ len F. lsaacman. 1-lorcncia E. Mallan. William Roscbcrry y Stcve J. Stem. editores,
5 La afinnación cl:lsico de lo "E.scucla de Cambridge'' se puede encontr.r en el estudio de Anil ScaJ. Tñe Emergence
of l•uíia,1 Na1io11nlism: Comp<1irfrm muí Collaborarion In tk Wler Nitu:tee11th Ct111ury, Cambridge, J 968 que plantea
,.
Madisoo. Wis.. 1993; Gyan Pn1k!LSh, 11onded HisJories: GtNalbg/e,ofLabour Serviru.Je in Co/oni,,/ India (Camb,idgc. 11
que eJ n~cionalisrno indio, Cuc pwduc_ao de lBS éiiles ed Jcadns e~ su co,~pctenciá por los pancs y los Peces" de la :j¡,
1990): y Vicente L. RafMI, Conrr,,..ri11g Cou,núrlism: r,a,ulaJion and Chrisrlan Conv,rs/on in Tagalog S<uiery bu~óCrnc,a estatal. Un mat,z a lo omenor _pue<le hallarse en Loca!">'• Province and Na1io,c· &Sl1ys on Jrulians Politics,
UN!er Early SplV1i,h Rul• (lthaca. N. Y.. 1988). Los eruayos ee Frederick Coopcr y flo~ncia Mallon en AHR !Ainbitn
mene ionan una serle de trabajos históricos que han contribJido a la critica postcolonial eo curso.
1810-19401 JGafüigher, G. Jogn:;on y An1! Sc:111 edítorei::, Cambndge, 197'.3, cuyo punto de VltlH sobre el nacionalismo
es que surgió del compromiso de la.'i élites regionales y loca.les con las 1nsli1uciones col,)ni11les. /\ medida que las
:_¡
· l
• N. de T. Figura de retórico q ,e consiste en empicar una palabra en sentido distinlo del propio.
4 Homi K. Bhabha. 7ñ, /.ac<11/.,n o/Cullure. Londres. 1994. pp. 22•26. Spivak, "PostStructuralism, Marginality,
instituciones oficiales alc~bon el nivel de la localid~ y la_provincia1las élites llegaron n nivel ccntrnl paro asegwur
su domin io locat y regional , y hallaron en el nac1onahsmo un mstrumen10 i:11.il para la articulación de sus
¡J
Postcoloniality and VaJ,10", p. 228. intereses.

1
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296 Gyon Prokosh lo, .,,1vd,o, de :.:i :.oool.er:udod co mo cri••cu po11-color,iol 297

su oretenslón,de representar la historia de las masas continúa siendo un hecho Mientras que el énfasis en la subordinación ha seguido siendo ,~entra! para
discutible. Suballem Studies, su c<>ncepción de la subalternidad ha experimentado despla-
1 .. Los Estudios de la Subalternldad se lanz11n a esta contienda historiográfica zamientos e interpretaciones diversas. No es de extrañar por ello que las
en torno a la representación de la cultura y la política del pueblo. Al cuestionar contribuciones lndividuale:; a los distintos volúmenes hayan también seguido
las Interpretaciones colonialistas, naclonafütas y rnarxlstas por e1:propiar a la orientaciones divergentes. Se hace evidente un cambio en los intereses, énfasis
gente común de su iniciativa histórica {agencyj, estaban anunciando un nuevo y bases teóricas a lo largo de los ocho volúmenes de ensayos produddos hasta
1• enfoque, que permitiría restaurar la. historia.de los subordinados. El grupo de ahora y también entre las diversas monografías hechas por estudiosos Individuales
' Est~dlos de la Subalternldad se·lnlció como colectivo editor!arcompues!o por de la subalternidad to_ Aún as!, lo que ha permanecido Invariable na ~ido el
seis estudiosos de Asia del Su'!', dlspersm; entre biglaterra, la India y Australia. esfuerzo por repensar la historia desde la perspecµva de los subalternos~ ..,.,
Su Inspirador· fue Ranajit Guha; distinguido hlstóiiador-.cuyo más notable trabajo No estaba del todo claro, en el primer volumen, cómo es que la ado¡:clón de
era has•ia entonces A Rule ofProperty/or Beng'al,[Ur¡'régimen de propiedad para una perspectiva subalterna iba a lograr deshacer la "primacía espúrea asfgnada
Bengala/ (1963): Guha editó los.seis primeros·volómenes~.de Subaltem Studies. a.ellas (a las élites, G.P.)". Aunque los diversos ensayos-que abordaron desde
Después de renund¡¡r a ser sú edifor,'los:vo!úmeries deSubaltem Studies siguieron la historia agraria hasta el análisis de la reiaclón.eotre campeslnoi; y nacionalis- .
siendo e~lt~'d•:s: por u~ eqlÍlpó.editorfal r.otátlvo:~e;~QS..miem~ros del grupo tas-, tenían un nivel académico excelente, no eran tampoco novedosos,.~_¡ ~len
colectlvoi.. Guha continua ~In ~mb,argo.pub/lcJmdq;~n:Sqpaitem Studies, .que ahora todas las contribuciones Intentaron destacar la'3 vidas ·y la pr~encla histórica .
está en maTJ_Q~ de ,un co!ectfyo Mi~i>rlal exfü,.n~i!fq}'.\fecoristitujdo,,,. '.{Ú\i,' '\ ,)¡:- ' de las clases subalternas, no era nueva la Investigación exhaustiva y-prof_u nda.',

:'t,if\~:i; 'i. t ..•~,.,~ ... ~l··:!.~lf!:'


El e,;tab'iecimiento de Sabdltem"s'&dies ~Wiit~~á
;tr6~ove'f; clmb"~•:·ctar'i .. '
: en historia social y económica, ni la crítica a la .apropl~clón ni}cionallsta.ipdla;
'de los movimi~ntos campesinos; ambas ya habían sido__reallii,id/l.S, esp~dal·riente,;' .
· por historiadores marxistasA .Fue en el seg1J.nda:yoh.11pe¡fque;la,novedad e ·
insurgencia de S,ubaltem Studies se hizo má:; clara.,,: •'r,) r . .. ; .".
0
'· · •, • ' ' ' :·

En el segundo volumen se hizo alegatos directos en favor del sujeto subalterno


el prefacio de Guha al primer volumen, la investigación y discusión de temas de
l y se quiso demostrar cómo su iniciativa histórica [agency] le había sido negada
la subaltemidad en los estudios de Asia del Sur7. El término "subalterno", recogido
por una perspectiva de élite, anclada tanto en narrativas colonialistas y nacio-
de los trabajos de Antonio Gramscl, se refiere a una subordinación en términos
ele clas~. ,:asta, género, raza, lengua, ·y cultura y se utiliza para poner en relieve
la cent,alidad de la relación dominantes/dominados en la historia. Guha sugiere
que, aunque los Estudios de lá Subalternidad no ignoran lo dominante, por el
l
i
nalist:is como marxistas. Al plantear que estas narrativas intentaban representar
la conciencia y actividad de los subalternos conforme a esquemas que codificaban
la dominación de la élite, Guha aseveró que la historiografía había tratado ''al
rebelde campesino como una persona meramente empírica o miembro de una
hecho de que los subalternos están siempre sujetos a su actividad, su objetívo
clase, pero no como una entidad cuya voluntad y razón constituí.1~ la praxis
es en realidad rectificar .'a inclinación elitista característica ele gran parte de la
llamada rebelión" 12 . Los historiadores eran capaces de describir las rebeliones
investigación y del trabajo académico en los estudios de Asia del Sur8. Este acto
..-
1
de rectHicación brota de la convicción de que las élites habrían ejercido sobre
campesinas como irrupciones espontán,!as que "estallan como tormentas de
truenos, se mueven como terremotos, se extienden como incendios de monte",
los suba:temos dominación, pero no hegemonía, en los términos de Gramsci.
o bien, altematlvam~nte, las atribuyeron a una acción refleja en respuesta a la
el
Una expresión.de esta conv1ccl6n es argumen~o de Guha de que los subalternos
habrfar. actuado en la historia "por si mismo, es decir, independientemente de /a
~lite"; su,polltic~ constituyó "un dominlo·aut6nomo; dad.o que no se originaba
en l~:po\ltlca de élite, ni su exlsten~ia dependí~ de ella"9, 10 S11halrem Studie, /· VI, Ranajit Guha. editor, Delhi, 1982-89; vol. VII, Gyancndra Pandcy and P:lflhe Chauerjec,
·:··i edilor<s, Delhi. '¡992; vol. VIII. David Amold y David HMdimon, editores. Delhi, 1993; Ranajit Goho, El,menrarv
A.1pects of Peasa/11 /nsurgency in Colonial India, DelhÍ, 1983; Panho Ch.mer¡"'• Narf011alis1 Thought and rhe Co/011iai
.·1J~/i,
\Vurld: A. 0.rtvarive D/scoursc?, Londn,s, 1986; y Chanerjee. 71,e Na1ion cwJ lts Frasmerus: Colon/ni aiul l 'oSlco/o,iia/ 1;
! Ran•Jlt Ou~11, A. Rult o/ Prnp,rry for 8engal, Pár1'1, 1963. Deberla mencionar tambi~n su Importante 4flícolo, 1/istories, Princeton, N.J.• l?JJ; DipeshCho.krab4rty, R,ih/11king Vlo~ng-Cla.ts Hlstory: B,ngal /890-19-10, Princeton,
1989; David Hardiman, 711, Coming of th• [)evi; Adi11asi ,\ssmion fn \Vert,m India, Oelhi, 198'/; y Gyonendra ,.'.
Neel J:?:trpM, The Im~gc •fl Pens1111t Revolt In a·LJ!ltrnl Ml1ror", Joumal o/ P,,atD/11 Stllllles, 2, .974, pp. 1-46
que nnuclpuu crl1JcQ más comple1u I• hl1torlograf1• de tllu,. · ·, · ' Pandey, Th, Co1wructio11 ,ifComm11nalism in Co/011ial Nonh india. Oelhi, 1990. ' 1
.._..,. 11 >lerp<>rejemplo, l\,1ajid Siddiqi, Agrorian Unresr in Nor1h India: n" U11ired Provinees. 1918-12, Delhi, 1978; ' 1
7 Jlonojil Ouha. Subalitrn Stud/., T, Delhl,_1982, vii·i [N.ll. Ver14riibl~~-tn e,to.~~lumen, R.'23 : 24Í ;
y ]llirus UaJ'loji. "'Capitalist Domination and Small Pusantry: Oeccan Districts in thi.:. Late Nineteenth Ccntl.ry'\
,¡¡
8 OuhA. Subalmn S111J/,. J, vll, (N,I!. Ver tambltn en ú1e volumen, p;,25. 32] • ·, , !.'.i . . .. ..'
~
Eco,iomicrmd Poliric,il Wee.lc/J, 12, No. 33, !977. pp. IJ75-1444.
9 ()uha, "On Scmc Aspee!.< of lho lfü1o,Jogn.¡,hy of Colonial India", en Subalrcm S/Ud/t, /, pp. 3-4 [N.E. Ver también
en er.1e voluinen, p, 27 , 28] 12 Ran,jit Guho, s,.1,a/1cm S1udi,., 1/, Oe!hi, 1983, IN.E. Ver oambién el prcscnoc ,·olumen, pp. 33 - 121
J
-7
298 les eslud,os de lo subol;e,nidod co,r;Ó criri~a pos1-colomal 299
. . .
opresión económica y política. "En ambos casos se considera a la insurge'ncla El proyecto de restaurar la Iniciativa his\órica insurgente lmj)licaba daramcnte,
como e).terior a la conciencia del campesino y se coloca la Causa como sustituto como se1)ala Rosalind O'Hanlon en. 1,ma·cuidadosa reseña, una noción de ··recu-
fantasma de la Razón, que se supone es la lógica de dicha conciencia"13•
1 peración del sujeto'' 15. Así, al · 1eer los documentos a contrapelo, est~s
Guha se preguntaba ¿c:ómo es que la historiografía adquirió esta cegÚera? investigadores bu::caban descubrir los mitos, .cult-os, ideologías y revueltas de
Para responder a es!.;, Interrogante, "La Prosa de Contra-Insurgencia" nos ofrece las que pretendían apropiarse las élites coloniales y nacionalistas, y que la
un tour de force m,itodolégfco, a la par que una perspicaz lectura de los escritos historiografía convencional dejaba de lado mediante el arma mortal de la cáusa
hlstóricos.sobre la Insurgencia campesina en la India colonlal.'·Al describir estos ) y el electo. El libro Elementary Aspects o( Peasarii lnsu,:gency in Colonial India
escritos·como textos d~ contréi;insurgenr.ia;Guha comienza·poi' l:ltst.lngulr"tres' .\ , \ ,J,t ~; [Aspectos Elementales de. la Insurgencia Campesína _en la India :::otonial] (l 983)
tipos de discursos:, i>rl'riiario¡'secundario y terciario. Ellos diferían'enti'e si 'ségú1(t~,;{~.t f de Ranaj!t Guha; es un ejemplo poderoso de un trabajo académicu que busca

el orden de_ su aparición en el tiempo y en funélón de su grád?' de idéntiflca~lón, :;l ,.)k;{ l rescatar al campesino de los proyectos de la élite y dela historiogra!ía pos!th,ista.
reconoc11á·o no, cO:n el punt?··deyísta _oficial.• />J an3!iz~: ~t?S ~lsc_u~s9s,_por,(A~}:/~} li: En este estudio de gran alcance, lleno <Je· brillantes:ideas e innovaciones meto-.
- separado; .Guha nos:muestra la presencia; transformaclon.y,refüstrlbucfcin;de· '·f.h<',f;, · · dológicas, Guha retorna a las insúrrecclones_campesii1as' del siglo dlecJnue~e
un ''código de·contra-insurgencia'',- Estcfi:ódlgcí; ·prese~te'.tditfolrelató11le la:.?tJ:MJ,: f:: en la India cokmlal. A partir de una· léctura. inqul~ltiva de la documentación
-. •insurgencla:que los jefes próducerí.en' fürmá'lnmedlafai(d.lscflrso primárló),:es;,_:° \~(E ' ·r, co_lonial. y de sus· representaciones. hlstoriográfl<'a:s;1nos ofrece una fascinante,
procesad<>'en otro tkn'ij)oycon otra'né\fratlva en· los inlormesy.ni~morlas offclales> ,;: reconstn•cción de la conciencia, rumc res; vislo'ncs·míticas, religiosidad y lazos
.. (discurstj':secundaiió)t tiástais,er flnaJmen teiinéorporado,y,'.réalstrlbúldÓi por.<, .., de comunidad enlre los Insurgentes campesinos. Lqs sµbalternos emergen del
h!stcriadarés sln.adsei'i~ión oflélhl; que están más
lejos aún del_tlémp!l'deJ evento·:· relato de Guha dotados de formas·.de .sociabilidad y coQrnnidad polílic;a que se
.. (dis,cursó}eréiai-1P)~~EÍ,~c~g~~e'pabikacióri;'.: qué se.'fr¡scrll?.e·~li.l~ Íhfonn~~ón:J#: contraponen a la nación y a la clase, y qne,clesafían los modelo¡; de racionalidad ··
., ·i,,l'.cruda"'~~ los _t~:xtos'prímartiS's'y ~n· l,fo_arraffva' de los dlséur~otsecÚnda'!:ios;;t .. ,ti': { y acción social utilizados por la hlsforiografia conve'riclonal.':Guha arguye per;. .
sobrevive yda forma al discurso·terciario'de los·historiadores-.,en'la.niedlda en~>''"'· ·-.,::,rr, :' - suasivamente ·queJales rnodelós..so~-e)itlstas p9r c.uanto niegari)a. conciencia ,
que no consiguen leer en ellos la presencia de! otro excluido, el insurgente. ·Por · '¡; autónoma de los subalternos Y, en esa, meqida, simher¡;deros de los proyect:JS
conslguíente. aunq11e los historiadores producen relatos que se diferencian de colonial y liberal nacionalista de apropiación de lo sub0lterno.
ios discursos secundarios. su discurso terciario termina tarnbién apropiándose { !::s cierto que el esluerzo por recuperar la autono\t1ía de los sujetos subaltern~i
del insurgente. Pongamos en consideración, por ejemplo, el modo de abordaje tiene semejanzas con el enfoque de la "historia desde abajo", desarrollado.por\}
de las rebeliones campesina1. Cuando los funcionarios coloniales, con base en la historia social en Occidente. Pero la bú;queda subalternista·de ún sujeto-agentet
datos recogidos en el sitio, que contenían ya "el código de pacificación", culpaban j humanista condujo con frecuencia al descubrimiento del'fracaso de la iniciativa ~'!',,
a los malos terratenientes y a los astutos prestamistas por el acaecimiento de ; histórica {agencyj de los subalternos: el momento de la reb,~llón contiene siempre
' '
i
~~
los hechos, ~taban usando la causalidad como instrumento de contra-insurgencia: dentro de sí al momento de la derrota. El_deseo de rec·uperar la autonomía de \{
la identificación de las causas de la revuelta era un paso hacia controlarla y era los subalternos se frustró reiteradas veces porque la suba)lernidad, por definición, ~t.
también una negación de la iniciativa histórica {agencyj de los insurgE,ntes. Esta es la imposibilidad de autonomia: las rebeliones subalternas s.ólo nos brindan ~~
negación asumió una lo~ma distinta en la historiografía nacionalista, puesto que
el dominio británico -en lugar de la opresión local- se transformó en causa de
la revuelta, convirtiendo así a las rebeliones campesinas en luchas nacionalistas.
1 el:meros momentos de desafío, "uninroche de amor" y no "u·n amor para toda
la vida"16. Su propio t~abajo demostró_que éste er¡i el caso, en la medida en que
no logró reconocer plenamente el hecho deque la ·resistencia subalterna·no sólÓ
Los historiadores radicales, a su vez, terminaron asimilando el código de con- se opone al poder; también es constituida por el poder. Para complicar aún más
tra-insurgencia del discurso secundario, en la medida en que explicaban las este afán por recuperar al sujeto, a diferencia de la historia social británica y
revueltas campesinas con referencia a un continuum revolucionario que se dirigía estadounidense, el grupo de Estudios de la Subalternidad-se apoyó en la corrienle
al socialismo. Ninguno de los tres tipos de recuentos terciarios consiguió zafarse anti-humanista del estructurallsmo yel post estructuralismo. Particularmente,
del paradigma de ]a contra-Insurgencia -arg~ye Guha- pues todos se negaron ./ ·
a reconocer la subjetividad y la iniciativa histórica /agency} del ins_urgente14• i r;'f!:,_ ~

,, .. _,, . ._.."-·•~ . t::i .?> :r.l · 15 Rosolind O'Honlon, "R,covering the Subjcct: Subaltem Studie, ond HiStori~; of R.sistoncc In Colonial South
Asi>", Modem Asia11 Srudics, 22, 1988, pp. 198-2?.4. •· .,
16 Yocnn Dos, "Subahcrn 0.1 Perspcctive", Subalrem S1udits VI, Delhi, 1989, p 3 15. (N.E. Ver también en este
14 Guh,. "Pro<c ofCollnt,r. fnsurgency", pp. 26-33; ,n esle volumen. pp. S7 • 64. - ·. '.'· "'I ;/, voiurm,n, p 279 • 292) . ·
..
300 Gyon P,okosh los estcaios de lo suool,ermdod co mo crii.cu ¡.,osl·coloruol 301

la hábil lectura que hizo Ranajit Guha de_los registros coloníal<:s, se apoyó La atención qt e se presta al discurso en la localización del proceso y los efectos
explíci~amente en _Ferdinand de Sássure, 21aude Lévi -S:rauss, Roman Jakobson, de la subo ·dinación, puede verse en el influyente Nationalist Thought and rhe -
1 ..
Roland Barthes y Michel Foucault._E_n parte, como señala Dipesh Chakrabarty, Colonial .World f El Pensamienro Nacionalist-1 y el Mundo Colonial] (1986) de P.1rtha
el recúrso a estos teóricos y el énfasis en un análisis "textual" emana de la ausencia Chatterjee. Siendo un estudio de cómo el nacio_nalismo indio logró la dominación,
de autobiografías de trabajadores y otras fuentes similares, que sí estaban a este libro traza los desplazamientos decisivos en el pensamiento nacionalista,
disposición de los historiadores b_ritánicos17• Los campesinos indios no dejaron que llevaron a una "revolución pasiva", concepto que toma de Gramsci para
fuentes ni documentos desde los _cuales. P.Udiera recuperarse su propia "voz''. interpretar la consumación de la independencia india en 194 7, como una revolución
Pero el énfasis en la "interpreta<;ión\ de_te_xtos y._el recurso a teóricos como de masas que se apropió de la iniciativa histórica [agency} de la gente común.
Fpucault;;cuyos escritos ponen un veló de,.duda'-s9bre.la idea de un sujeto Al interpretar los desplazamientos del pensamiento nacionalista, Chatterjee pone
autónomo;·contenían_tambjén_ la-conclencia¡q~,que_ Jo,subaltemo colonial no es l énfasis en las presiones que sufrió el discurso dominante-éf,rafz del problema .-
sólo_uua forma de la subai~ei'nldad é~/"g~ner~ri._A_Únque el funcionamiento de l ·de representar a las masas. Los nacionalistas se enfrentaron a esté problema 1.
en
las_!~laci~n.es de poder esqmario_s fb)9nt,af~fy_ metropolltanos tiene ciertos marglnalizando c:ertas formas de acción y expresión de masas por Ir en contra
patalellsrrios, las condlclories de la subaiter_11idádson también ;rreductibiemente
dlferentesi. Por lo tanto; !c.s, Estudio_s ·qe l{;S~~~temi_<fad no µodian ser tan sólo 1 de los objetivos orientados a la modernidad, que ellos derivaban del discurso
colonial. Si bien dicha estrategia podía asegurar la dominación de la élite, no
.. ..,.
~
-l~ versión-mdia del.a co~énte:<le Ja,''J»sW!if:9~e: 3:~ajo"; tenían que concebír garantizaba su hegemonía sobre la cultura y la poHtica de los subalternos; Su

::w{;: ,~,~~;:1~iiflif~ -.,


lo _subalterno de otra manera y escribir. hlstor(ás diferentes., , .·- reciente The Nation and lis Fragments [La-Nación.y susFragmerÍlosj (1993)• vuelve
1,',

· ·Esta r!Jferencla ha 1d<Hrec1endo e -


'ti:!/::#:::._·
·enes slgoleiités·de Subaltem
_•;•.t ·-·
t _;
1

nu~vamente s9bre la temática de la apropiación .de la subalteniidacl;:esbozando"
cómo la nación.fue primero lmaglnada en el dominio cultural y,luego'preparada;'•f '.: .•: ·.
. para la contienda política por
una élite que "nohna!izó,~·Ias~!vifgW.~píra~ióne;s:,:;-':,~---.::; l : '
!;Ubalternas en torno a la comunidad y la inlciativ.a histórica'(agency}en'el'proceso : . - . •.
rn
Studies, a medida que el ·deseo de'_recup'erár Íl:l _sujeto subaltem) se entrelazó de crear un estado-nación moderno. · ·-· '
crecientementc con el análisis de cómo,la subalternidad •~s constituida por lo~ Investigar el proceso de "normalización" implica un compromiso complejo >
discursos domi_nantes. Por supuesto;°_desde los iniciQs del grupo estuvo presente y profundo con textos canónicos y de élite. Por cierto, esto no e~ algo nuevo , ·
la tensión entre recuperar al subalterno..como s_ujeto fuera del discurso de la élite para los Estudios de la ~ubalternidad. Ensayos más tempranos, como es el caso ,,
y analízar la·subalternidad como efecto de l;s· sistem~s discursivos 18, y esta notable de "La Prosa de Contra-insurgencia" de Guha, se ocuparon de ello inte- •·
tensión _contin(Ía caracterizando las· investigacioi:ies actuales de Sub1/tem Studies, rrogando a los textos de élite con envidiable habilidad e imaginación. Pero estos
como lo señala Florencia Mallon•. Sin embargo; en los volúme,1es más recientes análisis de los textos de élite buscaban establecer la presencia de los subalternos
se presta mayor atención al análi! is de la emergencia d~la subalternidad como como sujeto, de su propia historia. El compromiso con temas y escritos de élite
un efecto discu~s1vo, aunque no 5e·abandona la ·noción de lo subalterno como pone énfasis, por el contrario, en e! análisis del íuncion_amíento de la dominación
sujeto y agente. Esta perspectiva:, amplificada desde Subaitem Studies /!/, identifica en tanto que confronta, constituye y subordina ciertas formas de cultura y política.
la subalternldad como una posición de crítica, como un.1 recalcitrante diferencia _Este enfoque sé hace visible en el tratamiento de los escritos de figuras políticas
que surge no _fuera sino dentro del discurso de la élite para ejercer presión sobre de gran autoridad como Mahatma Gandhi y Jav,,aharlal Nehru y en el análisis de
las fuerzas y formas que la subordinan. las actividades del Congreso Nacional Indio, el partido nacionalista dominante.
En ellos se intenta mostrar cómo el nacionalismo de élite reescribió la h .storla
y cómo esta r.eescritura fue orientada simultáneamente a confrontar el dominio
·colonial y a proteger sus flancos de los subalternos 19. Otro tema que se explora
17 Ol~~h Chol rob<1r1y, 'Tr4ínckln1 In Hisoory on,d Theory.: Suboliem Studle~". Bt)'t111d 1111 Dlsciplln,.,: 1'11• N•w
Hr1man111t.r, l<.K, Ru1hvcn, editor, Conbemi. 1992, p. 102,
con un objetivo similar es el functónamlento entrelazado del colontailsmo, el
18 El ens,yo ~~ Oayatri Chalcr:isorty _Spivalc ··suba_Item Studies: Oeconstru, 1,ng Historiography". en Sub<1/1,rn
Studre, IV, Deilu, 1985. se~olóesia tensión (pp. 337,8). N.1!. Ver el presente 1olu'men, p. 247 . 278..
• N.E. El autor se refiere al anículo de Florencia Mallon ·-rhe Promise 111d Dilemmo of Subahcrn S111die.1:
Porspccdvt, from t.atln Amcrloun Hi!tory•, on Th, Am,;/01n H/.<1orlcal 11-,1,w, vol. 99, N• ,;, "dioiembre 1994, • . N,fi, V•r I• trodu«ión de dos capflulos de e51c libro, en es<e volumen. pp. 165. 233 ,
pul,!indo titt ~i\lllallatt? e11 ol/1ol•(h11/r/ hwltuto ,1, Hit''"'" Mg,•t/11n y 1im.,/c1uia Or, /!mi/lo Ruvtgmml, N' 1~. 19 nuono1 ejemplos ol rcspeo10 se encuentron en ShQhitl Arn,n. "Oondhl lll M•h•11nn, Oorllkhpur Disi nct, E"'1cm
segun<lo sernc,tre 1995 (Buenos Am:s), blljo el tltulode 1-'romeaa yddem• de los Estudios Suboltemu,;· pcr,¡K-.:1iv:is UP. 1921 -2", en Sul>alltni Studies 111, Delhi. 1984. pp. 1·61: y on ··11pprover's Te,siimony, Judiciill Discourse: The
• p:inir de 11 his,orio laiinoomerlc_ana·:. _ · · ' Ca.se of Chauri Chour,· , Subatt<n1 S1udies v. Delhi, I 987, pp. 166-202. jN.E, ver en este volum,n pp. J 19-- 156)
302 Gyon Proko,h
·-
(
i

. : . ~.'sO•OS de le ~~oo!,etnidod como crilrCO l:'°$1-Coloniol 303


nacionalismo y el "comunalismo" en el proceso de partición de la India
Británica T/11 rcconsideración de i:! historia de Asia del 3ur no invoca a los subalte
entre India y Pakistán, un tema que ha ganado importancia con rnos
el reciente "reales" , preexistentes al discllrso, para encuadrar su crítica.. Al situar
resurgimiento de grupos que abogan por la supremacía hindú y el estallid a l9s
o de subalternos en el laberi11to de los discursos, no puede pretender un
revueltas entre facciones hindú-musulma11as20• acceso sin
La importancia de dichos temas es evidente por sí misma, aunque el signific mediaciones a su realidad. Los subalternos y la subalterni<;lad existen
ado tes surgen
real de este desplazamiento hacia el análisis del discurso resicle en que de entre los pliegues del discurso, a través de sus s!ien_clos y _cegueras
conduce y de sus'· ·
a refonnular la propia noción de subaltemldad. Resulta tentador, aunque ptonunciamientos sobredeterminados. Al interpretar la violencia
inexacto, campesina
caracterizar este desplazamiento como si fuera un abandono de la búsque de 1922, Amín identifica la presencia subalterna co'mci u·n efecto en el
da de dlscur:;o.
grupos subalternos, en aras del descubrimiento de discursos y textos. Este efecto se manUiesta en el significativo dilema qiie enfrentaron
P~se a los nacio-
.que·algunos estudiosos han rechazado la posibilidad de un rescate nalistas. De un lado, no podían respaldar la v1!)lencla campesina como
positivista __ activldaa _
de tos subalternos; la noción de una heterogene!dad radical -ya que nacionalista. pero del otro. tenlan que reco~ocer a los·"crlm~ales" campes
no autono- . ,. i inos,
:,--, mr;i.:..·d e ~os subalternosc~ri respecto,al mundo dominante; ~~~Unu corno parte de la nación. lr.(entaron resolver este dilema admitiendo.al .: ..
~
·. -decisiva. ·Es slll"ernbargo,evldente que lot·estúdlosos locallzan·esta si~nd~;,:\> ·-~~f?: l en la narrativa de.la nación, pero de_spojándolo'de su'l.niciaUva [age.ricy
evento, ~

j: se móstró
·heidad en los dlscúrsos-que .se entretejeri"cqn las estructura:; domina
lieterog7,i · · ''tr t así a los campesinos actuando de esa forina, ya sea por.obra de la provoc
ación
ntes Y se, ·:.;:.:;\· · o por estar Insuficientemente entrenados en 19s métodos d~ la nQ-viol
ponen de manifiesto en el propio funcionamiento del pode~:'i Eri º?°as encia._,.
palabras¡ · _·· ~~- ;- ~ La subalternidad emerge por lo tanto de las paradojas eri el funcion
los subalternos y htsubaltemldad no déS~p~recen en el discurso¡ aparece amiento
n en: ·. ,_., -.: - d~l poder y en el funcionamiento del discurso domln ~te, en tanto
-'sus lnterst!clos¡.subordlnados- por estructuras-sobre las que ejercen represeni:a
presiónf · ; .-.~: ; y domestica la irúciativa histórica/agency] campesina como respuestá espontá
· 'Asf Shahld Amln muestra qu'e:los nacionalistas lndlos.de.1~21~ nea
1922; al enfre~tai;J:;>~~.r-' y "pre-política" a la violencia colonial. La subaltenµdad·ya no.apar
el:J~nguaje•~U enarista r, pro(undamel)t~{~~"bversiv~, cte:,1a·'~olí!l~a: ece fuera del
carr;p~_sl~~fj;,; !~(- discurso de élite como dominio separado, incorporado en una figura
. se apresuraron en- reclafaar como propiás-'Y gandh1anas las·acclones
ael cam-, dotada de . ..~

pesinado. Incapaces de reconocer la apropiación insurgente que ·• voluntad que los dominantes suprimen y dominan, pero no constituyen.
hicieron de Se refiere
Gandhl los campesinos, los nacionalbtas Indios la representaron en cambio a ese imposible pensamiento, figura, o acción sin la cual
como un 3 el discurs o
relación estereotipada entre santo y devotos21 . .l.min lleva aún más dominante no puede Pxistír y que se hace reCl•noclqle en sus subterf
lejos este ugios y
punto de vista en su innovadora monografía sobre la violencia campes C'stereotipos.
ina de 192_2,
que resultó en la muerte de varios policía! y llevó a Gandhi a suspender Este retrato de la subalterni<.lad es por cierto muy dist11ito a la imagen del
la rampana sujeto
de no-cooperación -: ontra el dominio británico. Retornando a esta emotiva autónomo, pues emerge de l;i cc,nfrontación con el mundo sistemá
fecha ticamente
de la historia nacionalista de la India, Amín muestra que este hecho de fragrner.tado de la documentación sobre la subalternidad. Los archivo
violencia, s registran
"criminalizado" por el cliscurso judicial colonial, fue "nacionalizado el inevitable fracaso de los subalternos ~-or hacer reconocer sus derecho
" por los s, tanto
nacionalistas de élite, primero mediante una "amnesia obligatoria" como la presión que ejercen sobre el sistema .discursivo, lo que provoc
y después a a.su
a través del recue1 do y la reaproplación selectivos22• Para tomar otro vez su supresión y fragmen tación. La representació"n de este modo
ejemplo, de f,er
Gyanendra Pandey sugiere que el discurso del estado-nación indio, que discontinuo de la subalternid¡¡d exige una estrategia que reconozca
tuvo que tanto la
imaginar a la India como una comunidad naciona l. era sin embargo emergencia como el desplazamiento de la Iniciativa f agencyf subalte
Incapaz de rna en los
reconocer a la comunidad (religiosa, culturnl, social y local) como forma discursos clominantes. Es en la adopción de este tipo·de '·estrat•egia
polltlca; que los
y ello porque contraponía al nacionalismo (considerado bueno por estudiosos de Subaltern Studies vuelven a desplegar y-definir el concep
"estar más to de
allá" de las diferencias), ,:on el comunalismo (considerado malo por no subalternidad, reforzando, en lugar de moderar, su c¡irActer "recalci trante.
"elevarse
por encima" de estas d!ferenclas)13.

20 Ver PAndcy, Co,urructlnn t>f ~,uuisrn N~n.,


in C~/Qn/QJ
Fr•smenr Wrning_ o"®l lhndu-Mu1hm R,ots In India Tod1y , Rtprts<1rra India: y Gyanendra P~ey. ' In Ocíense ~ !he La reubicación de la subaltP.rnidad que realiza Subaltem Studies, en
el accionar
1,oru, 37, In"•""' del 92, pp. 27 55.
ll Amin, ·o.,,dhh s M1haun1", pp. l•7 de los discursos dominantes, los conduce necesariamente a una
. , ~• ., .
ll Ver el libro de Shahid Am n, Evtnt, Mtrap/wr, Mtmory: Cliaurl Cliaura , . . crítica del
/922-1992, Betkclcy, Unl\'ersny of Occidente moderno. Porque si la marginallzación de "otras" fuentes
Califcmia Preu, Califomla, IS9S. de cono-
:23 Ver P0t1dcy, C011.1rructlo• ,,¡ Comnru11t1Usm /11 Colo1úaJ Nonh lnt'ia, ·•· cimiento e Iniciativa ocurrió en el funcionamíentó d-~1 colonialismo y de
pp. 235-43, 254-61. su discurso
'derivativo", el nacionalismo. entonces el arma de la crítica debe apunta
r contra
304 los es1ud,os de lo svbolrem dad como cri,,co pcs1·olon1ol 305

Europa y contra los modos de conocimiento que EL-ropa instituyó. Es en este trabaja rr ediar.te la representación de las historias como Historia; en est,! sentido,
contexto que surge cierta convergencia entre los Estudios de la Subalternidad ··no siempre las afirmaciones metodológicas¡epistemológicas de Marx han resistido
y la ::rític,a post'<:olonial que se origina en lo.s estudi_os literarios y culturales. con éxito las lecturas historicístas'' 26 • El estudio de Chakrabarty sobre los
Para citar solamente un ejemplo, el Orientalismo de Edwar<l Said no sólo sirvió trabajadores del yute en Bengala se dirige precisamente contra el mismo euro-
de fundamento a la crítica del nacionalismo indio que hizo Partha Chatterjee; centrismo que subyace al análisis de Marx sobre el capital y la lucl)a de clases 27•
Said también escribió un prefacio conceptuoso a la co·lección de ensayos de En su investigación, Chakrabarty encuentra que las nociones lueri.emente je-
Estudios·d~JaSubaltemidad [N.E. publicada en norteamérica]24. Es importante
reconocer, qu~las criticas _del grupo hacia Occidente no se limitan a señalar la
¡ rárquicas de casta y religión, provenientes de la tradición lndia, animaron las
organizaciones y la política de la clase trabajadora de Bengala. E~to plantea un
tray;:ctoria cofon!hl de explotación Y:enrlquec!m!ento; se extienden asimismo 1 · problema alá historiografía marxista. Si las tradiciones de la India carecían del
. , al conocimientd·a!scipl!narlo, y sobre todo a los procedimientos que autoriza ! "Árbol de la Libertad" que había nutrido, de acuerdo a E.P. Thompson, la c;on-

l
•· · · · ·; 18' d!scipllri'a' d·e la historia 1i . -:·: .· .: ,.· . · '•':_;' . : ciencia de la clase trabajadora inglesa, ¿estaban los trabajadores indios
·,. :t _.: .En un rix:iente 'ensayó~ Dipesh Chakrabarty realiza una convincente crítica condenados a un "bajo nivel de clase"? La alternativa consistía en vi.slumbrar
. :-,,. · a: I;f_discjpl~iia ~_cadé_mf~~·~e.la ~stprlAcomo categoría teprica cargada de poder. que, tarde·o temprano, la clase trabajadora india ·alcanzaría el.nivel deseado de
'-::tl. ' Con;-;lder~'ñ1_o/_i¡Ji!'. es: algp_;_Prer~~~Hr? la celebrac\ón de los Estudios _de la conciencia emancipatorla. Esta visión da por supuesta la universalidad de
• - · ·. . Subalterhidad..i"'cómo . casó, •!Xitoso:,de descolonización del conoclm1ento, nociones como los derechos del "Inglés nacido libre" y ta,"Igualdad ante la ley",
">}i:J\ :t~kra~,t~~intr),:;g:~·(>\t;r.'o· ,},:; :·:}\:>/º' ,., .. : 1
y plantea que "los trabajadores de todo el mundo, con independencia de su p~ado
cultural específico, experimentan 'la producción capitalista' de la misma mane~a-"28•
. ,,,t

: :,,·' -
·
·:·;" <en Jo que,éoncfeme:al dls~urso·,académfcó de.la historia -es decir, la "historia''.
como•drséurso que se produce.en el espacio fnstrtuclonal de la unlversfdad-
"F.:uropa· continúa siendo el sujeto teórico soberano de todas las historias, ln-
¡ Esta posibilidad sólo puede surgir si se presupone la existencia de un_sujeto
universal Imbuido de una narrativa emancipatoria. Chakrabarty sugiere que este
·:_;¡¡

cluytndo aquellas que llamamos "Indias", "chinas":·•kenyanas", etc. Hay un modo tipo de supuesto está presente en el análisis de Marx, quien a pesar c.r diferenciar
peculiar en el que todas estas otras historias tienden a convertirse en variaciones cuidadosamente al proletario del ciudadano, acaba recayendo en nociones
de una narrativa maestra que podía.ser llamada ''la historia de Europa", En este ilustradas de libertad y democracia al deiinir :Jicha narrativa emancipatoria.
sentido, la propia historia "india'.' está en una posición de subalternldad; en no_m bre Como resultado de ello, en las versiones marxistas, los trabajadores d,,J yute,
de esta historia sólo es posible·articular poslr.iones-<le-sujeto subalternash.
que resistieron al Ideal burgués de la igualdad ante la ley con su visión jer.jrquica
de una comunidad pre-capitalista, están condenados al "atraso". Más aún, ésto
El lugar de Europa como referente silencioso se expresa de muchas maneras.
permite entrar en escena al estado-nación, como instrumen l:o de transformación
En primer lugar, está el as1mto de la "ignorancia asimétrica": los no occidentales
liberal de estas masas cautivas de la jerarquía.
deben leer a los "grandes" historiadores occidentales (E.P. Tho.npson, Emmanuel
No sorprende, p0r ello, que los temas relativos a la transición histórica ocupen
Le Roy Ladurle o Cario Ginzburg) para producir puena historia, pero en cambio
un lue1ar destacado en la esc;rítura de las historias no occidentales. Los histo-
no se espera que los académicos occidentales conozcan los trabajos de los no
occidentales. De hecho, los estudiosos no occidentales son reconocidos por su riado;es se preguntan si estas sociedades lograron ·una transición exitosa al
Imaginación y capacld11d Innovadora cu¡¡ndo pon.en en práetica tipos <le indagación desarrollo, la modernización y el capitalismo, y a menudo responden por la
desarrollados para la historia europea; as!, posiblemente se aplaudirá como bueno negativa, Una sensación de fracaso abruma la representaclóDn de la historia de
un estuclo sobre la "historia total" de la China, o'sobre la historia de las menra/ilés estas sociedades. Tan es así -y Chakrabarty lo reconoce- que incluso proy.:!dos
contestatarios corno los Estudios de la Subalternldad escriben la historia de
en f1éxlco ·º sobre.la lormnclón-hl~lórka de 1~ c_lase obrera en la India, .
sociedades no-occidentales en términos de transiciones fallldas. Estas Imágenes
Pero como Chakrabarty sugiere, mds lmportánte es aún la Instalación de Europa
de transicione-s abortadas refuerzan la subalternldad de las historias no-
como el sujeto teórico de todas )i¡s historias, Esta unlv~rsaliz.1clón de Europa
occidentales y la dominación de Europn como Hlstorla29,

24 Chnll~rje6, Natllmnl/Jt 11to11Jhl a'1d 1/u/ Colonial World, pp, 35-39; Edwanl Snid, "Forcword", Se/,c,ed S;,balt<m , 26"ChaJc,-abany, "Postcoloniality Bnd the Anitice or His1ory~, p. 4.
s,.,/i,,,
~~<
R•~•ih Ouh• y Oay11r1 Ch,okrovo11Y Splva)c, editor,s, New Xork, 1988', v-~-
niw~h Cl1•11--T"h~•tv, "Pn)-1(:nkminlily cw1 1hc t r1i fice of I fü.tory: Who Spl•.nk,: "Jndi:m··
f'l ff R,,pr,
f>a~111;'t", 1',•1"1:rium
21 Vu , Chakrabarty", RetMnki11g Workíng-Class Hiswy.
1
,CJ ( 'l,,,~r:Jh;"lnv. R1•rhinki,1r, Wnrki11~· Cla,u l(f.ttOrv. r1 :!~J.
·1 --~
1

306 307

La dominación de [uropa como hisloria no solanente subalterniza a las poderosa. creada por un proceso histórico que·la autoriza como el hogar de la
sociedades no-occidentales sino que sirve también a los propósitos de sus esta• Razón, el Progreso y la Modernidad .. Según Chakrabarty, para contrarresta·r la·
dos-naciones. De hecho, los Estudios de la Subalternidad desarrollaron su critica a utoridad de dicha entidad, que se distribuye y universaliza por obra del im-
a la historia en el curso de su examen del nacionalismo indio y del estado-nación. perialismo y el nacionalismo, se re~ueriría "la provincialización de Europa". Pero
La reconstrucción que hace Guha del lenguaje de la polftlca campesina en su j ni el nativismo ni el relativismo cultural infunden vida a est-e proyecto de pro-
Aspectos Elementales de la Insurgencia Campesina en la India Colonial está basada ¡ vincialízación de Europa; no hay un llamado a invertir la jerarquía Europa/India
en ,el argumento, de que la historiografía nacionalista se vió envuelta en la l ni tampoco un intento de reµrese11tar a la India pesde una perspectiva "india"
i'.!
. ;i
apropiación sistemáUi:.a de los campesinos al s_erviclo del nacionalismo de.élite. ! y no occidental. Más bien, el reconocimiento de que la "historia del tercer m1Jndo ,:.;::•

El trabajo de ChatteJjee contlef!e.un extenso itnálisls del Discovery of India ¡· está condenada a conocer 'Europa' como el hogar original de. lo 'moderno', mientras
[Descubrimiento'ile /.1 India] de'-Jawaharlal Nehru, un texto fundacional'.del ·· que la historia 'europea· no comparte un'a situación comparable en re!aclón a !os J.
~
nac,onaiismo;clón je muesfra i.J~o de la Historia, la Razón y el Prog~esó en la ,l_·.·.
pasados ue la mayor parte de la.humanidad", sirve como cÓndición para un
normalizació~;.dq,ia,'.'Jrradqnalidad') campe1!!na~0• La,_conclusión 'inCJ;capable , .. .., .. pensamiento deconstructivo de la hlstoria33, ..T1,L'estrategla·asplra a enc9ntrar
de dichoSC:análísís'i'es· que lat 'his~orla1'., autorizada por el. imperialismo' europ.eo . . ,.,.. ·. ·· ' en el funcionamiento cte la historia como dlscipliná-(en .e l sentido de Foucault)°
y por el estado-nicl(m.lndlq!jurÍciqna como una disciplina que potenéia ciertas' . .:·· · ! la fuente para una otra historia. ·,, · •.. ':' . · '; .· , ·: · . ;-; .:
formas de con6drjllenlo a '.Uerhp~'. de.debilltar'a útras. J,:,..f, ;,!: · . '~ : f i/,fo . . 0 ll Para la crítica postcolonial, este movirrilerito result~ fa.miliar y no debi;~~
,. SI'la liistorya;r~:~clon~:~~n,ojin(dl~<:,Ípllna q·ue con~erte'c)~i:t~_:!º".ID~~::~~: .-:·.· i;;'. conlundirse con los eníoq ues que insisten simplemente en la construcción social
pensamlentoyiáéfclón e1M1tradonales'. y·subalternas.,_e ntonces' ¿no deben~ _: ¡ del conocimiento y de las iden~idades. · Excava en ·1a historia del colonialismcF
extenderié la.crit\ca°a la~ifn.1~•f~~ót;d1in!entos que utiilia?0 Abotélarté19;~tá . ·. ·: i' no sólo para documentar la crónica de su domina~ión:sino también para identificar .
pregunta, Chakraba?ty recurre a·"una'de las más elementales reglas de método ¡ sus fracasos , silencios e im¡msses; no s_ólo para registrar la.trayectoria ele los
en la escritura académica de la historia: que sus fuentes deben ser verificables"31. .l discursos dominantes sino p¿.rn enconl rar aqu~Ua,; posiciones (subalternas) que
Sef!alando que esta regla da por supuesta l,1exls(enc:ia de una ··esfera públi~a", podrían 110 {'Slar siendo debicame11;e reconocidas ili nombradas, tan sól,J
,·u ya reµroducción se encomienda a los archivos públicos y escritos históricos, "norniallzadas". El objetivo de tal estrategia no es desenmascarar los discursos
sugiere que los cánones de la investigación histórica no pueden sino vivir una dom inan tes sino explorar sus fallas geológicas con el fin de brindar recuentos
vidn µroblernática en st-ciedades como la India. La idea de una "vida pública" diferentes, describir hí5torias que se n :velan en las grietas de la arqueología
y un ''libre acceso a la información" tropieza con el hecho de que el conocimiento colonial del conocimien•o3~. . • :
e$lá atravesado d? privilegios, pues "pertenece a y circula en las numerosas y Esta perspectiva se sustenta en la critica a las oposiciones binarias, a las que
particularizadas red s de parentesco y comunidad, en los espacios gerierizados
0
los histo :iadores de impuios del pasado miran con suspicacia. como señala
(y) en las estructuras de edad". SI este es el caso, Chakrabarty se pregunta Frederick Cooper. Es verdad, como afirma Cooper, que las oposi~iones binarias
1:ntonces cúmo es que puede presuponerse la universalidad de los cánones de encubren historias entrf!l.nadíls y cc mpromisos en medio de dicotomías, pero
la escr.itura hislórlca; es decir "¿a quién pertenecen estos universalE-s?"32 . la crítica debe ir más allá. Cposic,on•~s talei C<:>molste/Oeste y ·c oloniza-
dor/colonizado son sospechosas no solame.n_te por_qu~'ifü,torsionan la historia
.:y,. de tales compromisos sino también porque. evitan, suprimen y marglnalizan todo
lo que transtorna los valores f11ndadonales. Al respecto reviste cierta relevancia
Es importante se,,aJar q ue para los Estudios de la Subaltern!dad. "Europa" la estrategia de Jacques Derrida, consistente en 'desmontar las implacables
o el "Occidente" so;i términos que se refieren a una entidad imaginaria pero oposiciones de la dominación occidental. ..

ori,n1oclón inicial de Subutr,,11 Studitll hacia In cuc.s1ión de la 1ransicíón, 1al como se ve reflejada en las afinnaciones
progrnmdticas de Guha en "On Sorne Aspects ofthe Historiogrophy of Colooial India" (N.E. Vtase la 1taducción
de csic anículo en <1:la cc,mpilación) y en el propio trabajo de Chalcraborty, R<thinlcing Working•Class Hutory. 33 Chakrabarty, "Pos1ccloniolity and 1he Anilice of History\p. 19. . j\1
30 lnwaharlal NehnJ, Di$CMtry nf /11dla, Ncw York, 1946; Chonerjcc. Nationalist Tought ond the Colonial 34 Ver, en relación o esto, Homi K. Bhabha, "Of Miinicry and Man: The Am ,ivolence ~f Colonial DLscout$e" en I'" i
Wor/1/.
J I ChnJ:r•borty, "Trnffickinf: in History nnd Thoory•. p. IC6.
Bhabha, locali:m oJCullure, pp. 85-92. · . · • il~
,,ij 1¡·
• .. N.E: Froderick Cooper, "Co~ílic1 ai,d Connection: Reihinking Coloni~l- Africon History". En: file America1, .
":/'¡.i /'
Huw11H1l Rev1ew, vot. Q9, No.;, D~ccmh~r 1994. . . ,
o
.,
308 Gyon P:oir.osh 309

La m~taJísica, mitología bianca qu,e reune y refleja la cultura de Occidente: el hombre eludir el eco de ese primer encuentro. Al repetir ese encuentro, ¿cómo pueden
blam:o toma su propia mitología,Ja mitología indoeuropea. su propio lagos. esto
[ Es, los mythos de su idioma, por fá forma universal a la que todavía desearía llamar
Razón. ·La mitologÍ1, blanca, niétaffsica que ha·borrado en su interior la escena
los hístoriado~es de hoy no reproducir la representación temprana del siglo
diecinueve sobre el tema, como contienda entre la tradición y la modernidad,
entre la esclavitud de las mujeres y los esfuerzos por su emancipación, entre las
l.3bulosa de la que es productó, la' escena que sin errbargo permanece activa y
conmovedora, Inscrita eri tinta blañca, un Invisible diseño cubierto en el bárbaras prácticas hindúes y la "misión civilizadora" británica? Lata Man! aborda
1 .. ;ialímp:;es,10•35, este dilema examinando cómo y con qué consecuencias se formularon estas
;, ..:c.J , , ~.\.}',' . , :. . .,. , preguntas. Ella muestra e¡ue ambos argumentos contrapuestos presuponían que
. ,·,'; Si la producción de mitología blanca·ha dejado a pesar de todo "un invisible el origen de las costumbres hindúes se afincaba en la a'utoridad de una tradición
· .,¡ , . di;eño.cublerfo en el pallmsesto",.Derrida .suglere·.q ue-!a estructura·de la sig- escritura) generadora de leyes: tanto quienes estuvieron a favor·e.orno quienes
¡~<:. . ~ifícación{de la "différance", puede ser reartlculada·de manera distinta a la
}'j;; ,\f;tt;.1J·¿dfr;f-,que produjo al Oc!=ídente·como Razón.. ·Más aún,.la fuente de la
estuvieron en ·contra del sati sustentaron sus opiniones en la.autoridad de sus
orígenes textuitles, En otras palabras, el debate decimonónico fabricó la autoridad.
- "}\':, ' réaiticulación de estructuras que producenmifos fundacioriales Oa Historia como de ciertos textos como hinduísmo, sin reconocer su propio trabajo dé autorización; .
.:r::, '.~'~ áréha:d.e l'Hombre,' dela ~aión, ,e] Progre~o) está dentro, y no fuera, de su el patriarcado jndígena y el poder colonial se confabularon así ~~ la construcción ·
·-~ :,,}{;.' fundóriái'ni~Ííto·ambivalente:· ,Desde ·este punto,d~,vistar el trabajo crítico busca de los orígenes a favor o en contra del sati a tiempo dé encubrir'sÚ 'complfcidad..
0

· ·./'."~:/ tii4'1~~q-fuer~ ·~u10·.dentr~ p_e Jas flsuraS:cl,~.las eytructuras dominantes. O, La consecuencia de todo ello, como lo afirma Spivak cabalmente; h.:.e·que el debate
.~){ :.iérn~.t?f~J.cj~,G~}'~t~ .9íw,a~grt,.71.Sp¡vaicd~-e.~i¡ición fi).~só,fica-deconstructiva no dejó espacio para la posición enunciatoria de la viuda; Presa en la: c:onfiendiC ,
,-~ft"l' ir_ - · • ! l~:9~t~_9.lonlal_)·.con~ls~e _~1;t·d~I~ l!P{:l.m~oslble,:no a la estructura que sobre si las tradicion,?s sancionaban o no el sati ·o· sobre si ella se aute>-inmolabá
' :,:.;; -~ )1que-ta{llb1én se fiab1taJntm¡ame¡¡te..~,6• ·H· o no voluntariamente, la mujer subalterna colonizadá desapareció:· en el discurso
de
·-~"' ,,,. ,,' ;-•~ :.·El potenaa1 esta posición deconstr:uctiya ha sido explorado con efectividad patriarcal indígena, la viuda fue literalmente extinguida en aras de su 'marido
en las recientes lecturas de los documentos de archivo sobre la abolición del sati, muerto, o bien se le ofreció la opción de hablar con la voz del individuo soberano
el sacrificio hindú de 1,,s viudas, u'l 1·os inicios del siglo diecinueve. Cómo lo he autenticado por el colonialismo39. El problema aq uí no se refiere a las fuentes
señalado en ¿iro lugar, •!i historiador se ~nfrenta a es1 os registros como evidencias Oa ausencia del testimonio de la mujer), sino a la puesta en escena del debate:
del enfrentamiento entre la "misión civilizadora" británica y el paganismo hindú, no dejaba un sitio de:;de el cual la viuda pudiera hablar.
entre la modernidad y la tradici6¡1; y como la historia de los albores de la Spivak arguye que el silenciamiento de las mujeres subalternas marca los
emancip~<:ión de las mujeres hindúes y del na<:imiento de la India moderna37• límites del conocimiento histórico40 . Es imposible recuperar la voz dt. la mujer
Esto es así porque, como lo muestra Lata Man!, la propia existencia de estos cuando a ella no le ha sido concedida una posición-de-sujeto desde la cual hablar.
documentos Íiene una historia que perpetúa el uso de las mujeres como un espacio Este argumento parece contradecir la convención historiográfica ~ue propone
en el cual tanto las élites masculinas coloniales como las. indígenas construyen la recuperación de las his:orias de los tradicionalmente ignorados: las mujeres,
las tradicic•nes autorizadas del hinduísmo 38. Las preguntas que se plantea a las los trabajadores, los campesinos y las minorías. La crí.tica de Spivak, no obstante,
fuentes acumuladas sobre el sali -si ei'sacrilicio de las viL·das está 0 no sancionado no implica que tales rescates no debieran emprenderse, sino que el proyecto
por los códígoi hindúes; sí !as mujeres van o no voluntariamente a la pira funeraria; de rescate en sí es vulnerable a la borradura histórica de la "voz" subalterna.
o las bases sobre las cuales podía ser abolida la inmolación de estas mujeres- La posibilidad de recuperación, por lo tanto, es también un signo de su lmpo-
nos llegan marcadas por la historia tempnna del siglo diecinueve, Por lo tanto, sibilidaa. Es necesario reconocer la cordlclón aporética del silencio de los
la co,nfmntaclón actual de los historiadores co¡j las fue.ntes sobre el sati, no puede subalternos á fin de someter la intervención del historiador-cr!tico a un cues-
tionamiento sistemático e impedir as! la retracción de "lo que puede h.ab,:r sido
el Otro absoluto en un Otro domestlcado"41 •
• N. del T . l'allmpsc<10 •• el p,rgamlno 1eu1ilizodó poro un nuevo documcnlo, pero·" " b<l!Tot del iodo lo.< huellas
de lo escri1urt anterior, .
35 Jacque1: Den ida, Margin1 a/ Ph//o,1,1ph) , Alan_nm, trnd .. Chiqgo, 1982, p. 21J.
~ Oo)·lllri Chnkrnvorty Spivflk, 'Toe M..Jdn~ of Arimican.s, the Tc,,ching of English. The Futun: of Colonial SLudics",
New Lirtrary Hlstory, 21. 1990, p. 80,
37 l;$IJl dlscJSloo del ,<uti se apoya en grnn medido en mi "l'0<1coloniol Critici ,m ru,d lndion Hi«oriogrnrhy", Soda/
J9 Gay:.tri Chakrav011y Spivak, "Can rhe Subalrem Spcak?", en Man'iJm a,rd 1111,r¡1rernrio11 o/ ( ullure. Cary Nelson
ond l.owrence Gro,sber¡¡. editare<. Utbana, 111 .. 1988, pp. :2.71-3 13. e<p, 299-J07
40 Má~ sobre eq;i orgumentJción en tomo a la i mujeres coknil.lldas, atrapodns entre el parri:.rcado índígenn y la
..
Ttxr,31•32, 19~2, p. 11. polílic~ de producción archi vística, podrá encontrarse: en Gaya.tri Chakravorty Spívak. "Thc R,111i ::f S. rmu;: An
~H L!1.o,'-'} !"I, ''Co111t•n1iou~Tr,,Ulll~M: Thc Dobn1, 9n .~011 in C,\ionlnl Indio", C'ul1t1ral Cri1iq11,•. 7. 0Lor1" tf,, 19~7, ns~rny in Reoding 1hc t,rchivcs··, Hisrnry mtd Theory·. 2J, 19P5, pp. 247•7:?.
, .. .._ .... · · •
31 o Gyon Prokosh
' - ··.:-..'·ci~ ·)- t., : . ?O•te,r,t,,.,, ~ : . '
.... _.e c./r:-o c,,1:c,; pc;s.1 .: "'lcniol 3i 1
Estas orientétciones de la crítíca postcolonlal la convierten en una práctica Leer ele e~tt:: muelo el trubajo de Am'
ambivalente, a caballo entre la historiografía tradicional y sus fracasos: en el dec~n.strncliva no "aplana· la tensión i:;~s mu.es~ra, espero, que su estrategi,1
interior de los pliegues de los discursos dominantes, intentando rearticular su s~s m1c10s, como correctamente apunia Flo~ ex.i~tid~ en e~tos estudios, desde
embarazoso silencio, bosquejando "un diselio invisible cubierto por el palimp- re ato de Amm no está animado por la ur . enc1a Mallan . Con seguridad el
sesto". Esto no debe confundirse con el pastiche postmoderno, pese a que sujeto autónomo· antes bien JI ·t, genc,a de recuperar al subalterno '
actualmente, el uso de conceptos tales como sujetos descentrados y textos la p t . . ' , e si ua su Indagad• como
. re ens1on nacionalista de conocer al can, . on en e1punto de tensión entre
pa~ódlcos ha sido convertido en moneda corriente, brindando un marco de subalternos ~e Chaurl Chaura como "criminal~~m~do y su representación de los
recepción yapropiación para la critica postcolonlal. La crítica postcolonlal se una pres.enc1a recaJcitn,r.te en el discurso . subalterno permanece como
aferra a los silencio,; y.a los momentos aporéticos del discurso, pero no para
celebrar la·póliionfa de l<'.s voces nativas ni para privilegiar su multlpllcldad.
:.''r 1trn'"tra?slta entre estas dos posfcl~n:~a ~ez part~ de la nación y fuera de
u la erna dej() su marca aune ue d I' ' emostrando que la lnsur enci
Antes bien; su argumento central es que el funcionamiento del poder colonial era cubi~rto en el palfmpses~o". 1 ~ Jgurada, en el dJscutso: "un diseno ln~sibJ: •
heterogéneo con respecto a sus oposiciones !undantes. Lo "nativo" era al mismo N1 la reela boración de Ami .
tiempo lo otro; y 10·enteramente conocible; la viuda hindú era una subalterna Chakrabarty de ''provinc!aliza~ ~:~e;! evento de 1922, ·n¡ el proyecto de
sílenciada1·apesar de lo·cual se le exigía declarar, como sujeta soberana, si su
inmoladón•era.:o no'voluntarla. Con toda claridad, los discursos co!oniale.s
.
¡ ia
f;¿~~l~:n~:i :. las discipli?as, incluida ctis~,;~!:\::s oiiarse ?e la crítica· ,
. u ies se ha aleJado de su obj r ¡ . - a storia. Así aunque
íuncionaron.~omo la estructura.de la esaitura, pues la estructura de su enunciación subalterna, la subalternidad h11 sur ido e ivo ~claJ d.e recuperar la au'tonomía ..
siguió siendo heterogénea'c o~ respedo a las oposiciones binarias que dichos i pcslble repensar la discipliné.! de la htt ~o~o una posición desde la cual se hace .
discursos Instituyeron. ;:;·,·?·_.'..\•;: ·
Esta perspectiva sóbre la historia y sobre la posición que en ella ocupa la crítica
l a un rechazo de la disciplina nl de sus ona. ero esta reconsideración no conduce .
lo contrario. Como escribe Chakrab~~e dlmient~s de lnvestigacJón, sino todo -,
post<'olonial. presta atención tanto a las condiciones del conocimiento histórico
como a la posibllidad de su reinscripción. Es precisamente esta doble visión la
1;
~:z~~~: : .. l~'historla' por su profunda' c:~n~:~i:::~ sl~pl~ment1; abandonar
. ampoco es pos ble aband 0n as narrativas moder-
.
que pl?rmite a Shahid Amin utilizar los límites del conocimient,J histórico para un.a disciplina académica que se prac/nar 1~ rnvestigaclón histórica por ser
poner en marcha esta reinscripción. Su monografía sobre la violencia campesina u111versalizar al capitalismo v al est ica en a universidad Y fL·nciona a
de 1922 en Chauri Chaura es al mismo tiempo escrupulosamente "local" y "general".
Ofrece una "densa descripción" de un hecho local, que ha sido colocado en 'un
de ha~itar la disciplina, esc~rbar e~~~tac1~~· No existe .otra ¡¡lternativa q~e
tºnóc1m1ento histórico para convertir ;re ivos y e~P_4Jar hacia los límites el
~=
escenario más am::ilio por el nacionalismo y por la práctica historiográfica. Amin agunas, en fundamento para su re-escritu~:.contrad1cc1ones , amblvalencias Y
captura esta escenificación general (nacional) de lo local, no solamentt para
mostrar cómo emerge la nación India en el curso de su narración, sino tainblén
para marcar la tensión entre ambos niveles como el nexo que permite a la memoria
subalterna de 1922 entrar en la historia. Esta memoria, reactualízada para E Iautor . Si la poderosa intervención d ~ 1 , • .
durante su trabajo de campo, no se invoca para presentar un registro más nogrofía de Asia del Sur :;e ha co11ve~·•,!stud10s de la Suba/1ernldad r.n la hlstc•-
"completo" del ev~nt1J, ni con el fin de recuperar lo subalterno. De hecho, al tra¡ar
;ªhistoria, ello se debe " que Asia d;;
sº en una aguda ~rítjca a la disciplina de
las brechas, contradiccior es y ambivalencias, como componentes constitutivos,
recesarios, de la narrativa nacionalista, Amin Inserta la memoria como un
~~ll~ i-n~retejido con la trama de un discur~~
. a ~a arty, en el Occidente moderno
~~ts
_un escenario aislado. pues se .
aneo que se centra, como argu e
dispositivo que al nismo tiempo disloca y reinscribe el registro histórico. El
resultado no es una arqueología del nacion,lllsmo que nos devuelve capas sin r
,colo~1al ~acionallsta, el discurso de la m¿d~r~:v~s ~e u~a ~rolongada histo(¡a
vida de evidencias y episodios suprimido:;.. En lugar de ello, llegamos a un
n;, ª. q~rndo una fuerte, aunque eculi
Las ,nstJtuclnnes de educaci.
' a •. e caprtahsmo y la ciudadanía ¡
P . ar presencia, en la historia de la '6 ' 1
escenario donde se repr<:!,entan varios dramas diferente;; pero Interrelacionados on superior en Asia del Su reg1 n. ,1
que se disputan la atención y preeminencia; el telón cae abruptamente subre r, reIal!vamente grandes 1
algunos y, a menudo; las voces de los actores campesinos sólo pueden ser oídas 1
en el estruendo de otras voces más poderosas. • N.E. El autor se refiere al "11iculo . •
from l.oiin American HiS1ory" en Á~~indode Mol/n,i 'Tl¡e Promise w,d Dilemm
f 4l l'h"kr,ba11y, "Poscco/onr,1)i1y and lh·· A ¡·. .
.
t rtr ,,~ º'. H1,wrv". r>. I J a ofSub:iJ1em S1t•die.<: Per,<pec1iv«
312 :3,-on ?,oko¡· 313
11

y florecien tes. han funcionad,, d ~sde me.diados ele! siglo diecinuc•vc en estrecho peístas, determina r cómo usan las percepcio nes de Subaltem Studies sob 1
vincuh con la acad emia metrc politana, incluyend o los centros de estudios subalternídad ysu crítica a la genealogía colonial d el discurso de la moderni~: d~
surnsifltico s de Occidente. Por todas esas razones. la erudicirin indin ha estado
Pero va_le la ?ena to~ar en cuentil que el propio Subaltem Studies ~s un act'o de
en pos1ció:1 r,rivilegiada tanto para experimentar como para /ormulnr penetrantes tradu~c1ón. En la med1~a en _que representa una negociación entre ,a histori,,grnfía
crític.1s a los discursos metropolit anos, aún si su objeto se limita al campo de
de ~~la del Sur y la d1sciplma _historiogr áfica centrada en Occidente, sus per-
Asia del Sur. Para su mérito, los Estudios rlc· la Subalternidad transform aron la cepciones no pueden restringirs e al Asia, pero tampoco ser globali··adas Al
enmaraiiad a relación de Asia del Sur con el üccldénte moderno, en una base para transitar entre ambos polos y al haberse originado ellos mismos co~; 0 co~se- .,
traducir su intervenci ón en la historia surasiátl,;a en términos de una crítica a cu.encla ambivalente de la situación colonial, los Estudios de la Subaltern ldad ;:
los discursos' que autoriza la dominació n Occidental. eXJgen también que su propia traducción se lleve a cabo entre lineas.
Los Estudios de· la Subalternidad ,han arribado a esta postura critica com-
prometii!lldo tanto al marxismo como al postestructuralismo. Pero la naturaleza
de estos compromi sos es compleja: Si' la influ~ncia del marxismo gramsciano ..
es palpable en el concepto de lo subalterno y en el abordaje de temas como la ,•

' - hegemon!a :y.fa• dominació n, a su vez el marxismo es sometido a la critica


··,.,
!c...; postr.stru cturálista del h umanismo europeo. Cabe anotar, sin embargo, como
seiiala Sptvak; _que mientras "exista una afinidad entre el sujeto imperialis ta y
el sujeto del_hÚmanlsmo", la. crítica del humanismo europeo no podrá brindar 3
la fuerza motr.~ principal al pro)lecto de los Estudios de la Subaltemtdad~ • Así,
aunqüe este proyecto utiliza et análisis genealógico de Foucault para desentrañar
los discursos.de la morlerntd aú, ·su pun to ventajo:;o de crí tica se sitúa en lo
subalterno. La presencia recalcitra nte del subalterno. que maro los límites del
discurso qominante y de las disciplinas de representación. permite a tos Estudios
rl e la Subalteni dad identificar la proceden.cía eur~pea del análisis d e Marx sobre
el capital, para revelar al pensamiento ilustrado como lo Impensado de su análisis.
Lejos de Europa, en localizacio nes subalternas, la narrativa emanci Jatoria de
Marx s~ d esenmascara como un te/os profundamente implicado en un discurso
c¡11e alguna vez fue parte del colonialismo y que sirve ahora par,1legitimar al es ta-
clo-nación44. Un compromiso compll.?j o y crítico con el mar xismo y el
p<•s testructura lismo, cuya fuerza emana del concepto de lo subalterno, es lo que
define al proyecto de Estudios de la Subalterniclnd.
C.)mo crítica postcolonlal, resulia claro que los Estudios de la Subalternidad
extraen su fuerza de uno combinaci ón característica entre marxismo y
r-- ·· pc,stestruct urallsmó, Gramsci y Fou·cnu!t, la lnaia y el Occidente moderno, la
1 lnvestlg,, clón de archivo y In 'crftlcn cl& textos. ·A medida que este proyecto se ',f
traduce a otras reglones y dlscipllnas, tendrán que reconocerse las historias :l
dtscrepr.ntes del colonlnllsmo, el capitalismo y la subalternldad en las diferentes 1
t·~ · regiones, Corre.sponde a los estudl?sos de ·estos camµos, lnduldos los euro- 1 1
1

' :!
1

J
4:1 Splvtik, •subalt~rtt S11ull,.v: lktnn,muctlns Hl~torlogrnp~y ~. :'-17, (N,E, V~.i.'\ct 1'11r~c
en el prc,cn1e volumen, pp. 24 7 . 1781. •
h.1ceh'm du e..(t! !'.IM íc-ulu
~ i; 1 i
44 ChQkrubony. Rtthink/1111 IV1.-ki11¡:-l'/11.t1 Hrtm¡,~ rp.
224•29.
¡
l !Í
!) 1
RESEÑA SOBRE LA INDIA
...
La India. unidad polftlca que tien
e más de 3 millones de K.tn.2,
mente una µoblación de más de tiene ac~ al-
más que cualquier país lacinoa
800 millones, es decir más que tod
a Africa y mucho
..
., i hindú y en segundo lugar musulm
me•fcano. · Su población es en
ana (100 millones aproximadame
su gran mayÓría
,,,¡
.,
,,
-.h .
,,
en la India 1.652 lenguas de las nte). Ex!sten
1 que 18 han sido reconocidas por
El hindi es el idioma más difu la Constitución.
,. ndido de_~al manera que 171 mll
\. El segundo idioma es el telugu lones lo hab"ia11·.
con ~7 mlllon_e_~_de hablantes;
t
\
con 33 millones de hablantes el bengalí y maraU
1 cada uno; el ta¡nil coa 23 mlllo11
es de hablantes,
1 el urd ú con 23 millones, el
gujarati con 20 millones, el
millones.... can ara con 17
La diversidad religiosa y étni
ca ha supuesto para la India una
flictos. Hubo !lila guerra con el serie de con-
Pakistán por la región de C:ashem
con mayoría de musulmanes y ire (1965), estado
también por el Pakistán Or)enta
en Bangladesh ( 1971). Por otra l convertido ahora
parte, los Sikhs, que se encuen
talmente en el Punjab, buscan tran fundamen-
también su propio esta~u lo que
a en/retamienlus entre Sikhs e ha dado lugar
hin
Gandhi. Sr han desar-rollado así dúes, orígen también del asesinato de lndira
enfren· amientos "cl)rnunalistas"
agudos desde 1980, que hunden particularmente
sus r..íces en un,pasado más rem
La soc iedad India está orraniza oto.
da en castas, un sistema de org
jed rquico e interdependiente anización social
en el que ia endogamia, los rito
prohibiciones y los privil<•gios s religiosos, las
caracterizan a cada casta y en
e impureza regulan también la los que la pureza
jerarquía. El término casta es,
origen portugués y significa sin embargo, de
linaje. Los términos locales son
traducido gener.almente como uarna, que es
"categoría" y jati o linaje y'nacim
esquemática existirían 4 varnas ie~to. En forma
: los {Jrahmanes, a quienes com
miento de los rituales y textos pete el conoci-
sagrados, los kshatriyas entre
temporal es importante, llam quienes el pod er
ados antes príncipes o guerrer
quienes corresponden las funcion os, los u<1ishyas a
es de producción e Intercambio
los shudra que tienen el rol de serv y, finalmente
ir a los otros tres y que co¡npren
y obreros. Esta es sin emb
argo una división ideal Ycom
den a artesanos ¡
complejidad social actual. E,1 el o 'tal alejada de la 1
Interior de cadajali pueden, por
divisiones y no siempre hay cor ·e:emplo, haber
respondencia entre el jafi; la.uama \1
y la ocupación.
Jló
317

Contra, iamente entonces a la i[llagen simplista de este ,•sqt1t·ma, la realidad es reina Victoria se proclamó emperatriz de las Indias. La aorlcultu .
rr.ucho más·compleja. pues sistemas de tipo casta se ha11 implantado también cada vez más ·ª cultivos comerciali za bles y especulati vos c~mo azi~a~e t~rtenl~ó
entre comunidades musulmanas. y entre la población de "intocables", que ha etc. Poco tiempo después, en 1885, se creó el [Partido d I] C . ' . ca '
ingresado al sistema de castas mediante un ·proceso que se llama ~anscritización. Indio, ,;uya política se tornó más radical en fas primerased éc~~:;e~o l N~~ional
De otro lado. la casta y el nivel económico no siempre coinciden: así, entre los y bajo el_lema del SwtJraj (auto-gobierno), demandó y luchó orla I d e s g o XX
Brahmanes se pueden encontrar h0mbre!l de negocios opulentos pero también De esta epoca data también la creación de la Liga Musulmapn a. Anpartir e~enddencla.
e 1919
situaciones sociales modestas. En el otn extremo, un harijan (palabra que designa · ,J movi · t · 1· .
m1en o nac1ona ,sta mgresó en una nue\ a fase. El [Parlldo del Co
act,ualmente a los que antes eran llamados "intocables' ) puede ocupar altos .' 1:

~:~on~~l_ntohse amplió Yla oposición política se reorganizó. Bajo ,; lnfl~~:~~


puestos gubernamentales. Cada región- linguistica y cultural tiene sus propias 1

estructuras de casta, que se entre<;'n¡:i;im de diversos modos con categorías ¡ an t, e ru y con el apoyo de la Liga Musulmana s d
miento d_e '!1asa_s llamado Khllalat o Movimiento de No-Cooepe~:;~~llf9~n movl-
económicas, r<'llgiosas y de poder. . i Yel MoV1m1ento de Desobediencia Civil en 1930-1931 En 1942 G dh'I 11-1922)
Polltlcanwnte la India es un Estaóo federal que tiene 25 Estados y 6 Territorios. i
i movlmient~ "Quit !nd ia" o "Abandonen la India". Per~ a partir d:ns é anzó el :¡.

En la capital.:'Delhi, se encuentra el Parlamento• compúesto de ·una Asamblea dló un conlhcto en la aJJanza nacionalista· Nehru uerl e a poca se
del Pueblo y. de una Cámara Alta éuyos Integrantes son elegidos mediante el
sufragio universal: el gobierno-presidido por un Primer Ministro, jefe del Partido
~~~~~;:Be) lnd:sible Yla Liga Musul~ana, dlrl~lda ~~~u~~:~:~e~~f~~:~
'qu a un estado Independiente para los musulmanes E
qué tiene 1;;l.mayor nú nero de sitios en el Parlamento-y el Presidente de la
República y,su Vice-Prcslden\e que tienen un papel limitado.
Désde antes de la·independéncta de la India (1947), a vida pol!tlca ha estado
1 J"~!ª lo,róRsu l?dependen~la proclam~ndose entonces la Repúblic~ denl¿~:1~:
n 1ª Y a epublica h-lám1ca del Pakistán Jo que dio lu
. frentamlentos entre fracciones musulmana; e hindúes lo gar a numerosos en-

dominada por el Congreso Naclbnal Indio, el mayor partido nacionalista del país. nuestros dfas, habiendo adquirido rasgos fundamentallst:;ue c~ntlntlan hasta
Fundado en 1885, desde las primeras décadas de este siglo contó con el lider;izgo r·
intelectual de Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948), hasta su muerte en
In:; albo, es de la independencia. La co11duc( Ión dei Partido del Congreso pasó
a manos dt Jawaharlal Nehru, líder rle la lndepende ncla y Primn Mi 1istro desde
l !:147 hasla su muerte en 1964. luego a su hija lndira Gandhi. hasta su asesinato
en 1981 y, finalmente a Rajiv Gnn4hi. hijo de lndira, 'lasta nnviembre de 1989
(Jsesinadu en 199 1).

Algunos hitos importantes en el proceso de Independencia de la India.


En t i siglo XV, se dieron las primeras expediciones 111.irílimas portugu\!sas
y espai1olas con el linde descubrir u(!a nueva ruta a las lndirts para el comercio,
muy lucrativo, de especies. Los árabes perdieron entonc,:s el monopolio del
comercio entre la India y el Ocr ídent~, monopolio que de hecho detentJban desde
el siglo VII. Los portu¡¡uese; b•1scaron;·en este período, establecer factorías pnra
acumular las mercancías p~rn llevarlas luego a Lisboa. Los ingleses hicieron lo
mismo, fundando en 1600 la CompaMa . de las Indias Orientales (East India
Company), seguidos también por los holandeses y danese$. En 1664 los franceses
crearon la Compaflla de las Indias. La compaflfa inglesa afirmó progresivamente
su polftlca imperialista, En 1857 estalló d M9tln de los Cipayos que no sólo fue
un arnotlnamietno de los soldados Indios en contra de sus oílciales Ingleses, sino i ;
un levantamiento generattzado de campesinos, peones .igríco!as y población de f
castas baJas. En 1858 la India pasó al dominio directo de la Corona y en 1877 la
l

! 1
1
319

GLOSARIO
abkon Tiendas de expendí•:> ele bebidas
alcohólicas. bidroha Levantamiento, rebelión
adiuosis Nombre dado a la pobloc lón tri- biro o bit!a Líder del movimiento mllena-
~, • • r; • l ";-' bal que se sitúa debajo del sistema de _rlsta y m'llltante·de la gente "trit,al" de
castas. Designa a miembros de tribus Munda en Bengal, .
...., ....
-·.~. i ~-: . '
registradas o censadas ( "schttdu/ttG'") en comunalismo -· Se relfere a con/llctos fac-
la Constitución lndependient~ de la clonales entre "comunidades•
/ndla ( 1950) que dio derechr, a estos rell¡ iosas, étnlc'as, etc. (notablemente
grupos radicionalmente explotados a entre hindúes y musulmanes).
/a protección estatal,otorgámlotes cuo- coolie Peón enganchado, generalmente
tas especiales para el Ingreso a por ~ontfalo, sol)le,lldo a procesos de
escuelas y colegios, trabajos guberna- · endeudamler:ito que fe privaban de li-
mentales y legislatura.
1 .j?~ · 1~ .• .• . ,· ,•• Alwm Koch Formación social medieval
bertad. En la India·y China, esta
palabra designa' al peonaje en sus diver-

\ .. :~:r;t~ •r·, • : de Assam. región al este de la India. s 1s l9nnas.,, • ·•~
ahirs Casta media de pastores y Court. o/ Wanis . Óiv\s'lón Judicial a cargo
\ ' ·.:!-~;tidt;~~ ~--~ ·,."'¡.
·1Hi:::.~·' \.{: 4
agrlcul!,Jres. del nombramiento de albaceas que to-
orlwt,:, ReclutocJor de mano d~ obra µara maban e11 sus manos la administración
las plantaci1•nes. trabajo de tei:cJido dr, de propledade~ hipotecadas o con pro-
rieles. c.irrcteras, ec. blemas legales o cuyos duci10s eran ·
t1rn1m lleencarnadón perióchca efe las exµulsados i11enores de cd~d. ·
prindpaies deidncfes del panteón chamars Casta d ! intocables trabajado.
hindú. res en cuero y jornaleros agrícolas.
bobu Sciwr. Trat,1111iento honorftito que chapatis Tipo.de pan sin levadura hecho
;.e da en l,1 India a los miembros de fa- de harina de trigo. Comida diaria en el
milias clisti11yuidas. nor¡e de la lncl(a. .
¡,.,,,., lo.~ Gente "grande"; la élíte. charkha Piedra de molino.
Bania Casta de mercader~s: chaukidlJI' o chowkidar Guardia, centinela
1,.-dukh/i Evicción e, desalojo de IJ tierr.i t!e pueblo, nom.brado localmente corro
c¡ue se posee como arrendarnrlo o miembro de la Tuerza policial auxiliar
suharrendatario. Chauri chaura Pequeiio pueblo-mercado
beg11/ o begar Trabajo forzado y no que se encL1eiltra en la parte este de .
pagado, Uttar Pradesh, en el norte de la India.
Ver mapa p. 155.
bhodralok Notable. persona respciable e
Ilustrada de lnlase media. chhote log Plebe.yos, las clases más
bajas.
bhek Hábito que usan las personas perle-,
necientes a la secta Boishnob daroga Sub-Inspector de policía a cargo
(Vaishnava), movimiento de renova- de una estación pol!cíal.
ción del hinc!uísmo muy popular entre daroghajl Policía.
las castas bajas y los Intocables. dewanji o diwanj{ 01/cial de policía.
bhent Un presente, normalmente en efec- dhing Palabra en dialecto del norte de
tivo, hecho por los campesinos a los • Bengal.utlllzada para los disturb ios, los
:erratenlentes, cada vez que Iban a levantamientos, etc. Otro nombre utili-
encont carios. zado es bldroha.
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diku Ex tranjero, extrafio. outsider khilafat (Movimiento) El Movimiento ele l ibf.'mle, Hombr-es públicos y políticos man,1a/ Un id;,d territorial. µueblo, aldea.
Ea.11 India Company Com pañía de la lndi~ Khilafat fue lanzado por los q ue se oponían al Movimiento de No- Por extensión, Jsamblea del pueblo o
Oriemal. Fue una sociedad come ·cial Musulmanes Indios en 1919 para preve- Ccoµeradón. Querliin, más bien, utili- alde,c.
inglesa que lomó a su cargo muchos as- nir el desmembramiento del Imperio zar su posir. ión 'al interior de las .\/arwari Comunidad ele comerciantes de
pectos del gobierno ele la India durante Otomán después de la Primera Guerra asambleas legi~lativas provinciales e Rajasthan, que formaban p~rte d,0 la
el siglo XVIII y principios del XIX. Mundial asl como para preservar Intac- Imperiales para-promulgar leyes en
ta· la autoridad espiritual y temporal del clase capitalista comercial del yute en
Evidencia dé la Reina o de/ Rey (Queen's favor del pueble. En muchos casos, Bengala.
Sultán Otomán como Califa del Islam. estos políticos liberales fueron elegidos
or Ki11g s Ecidence) Práctica judicial Gandhl reunió el Congreso Nacional mast mau/upandit Es decir u:1 1.rahman

. m~dlante la cual alguien que ha partlcl· . a las Asambleas· Legislativas en las elec-
Iridio y el Movimiento de No- ciones llevadas á cabo en 1920 y despreocupado y errante.
' pado en un delito colectivo atestigua ·.. Cooperación con el Movimiento mohal/G Barrio, cuadra o distrito de un
contra el resto de participantes, acep- 1 boicoteadas por el Congreso Nacional
tando s J propia culpabilidad, a cambio Khllafat para forjar un frente común f Indio como parte del Movimiento de poblado y ciudad.
con los Musulmanes Indios en contra No-Coope1oción, mokhasodar Tenedor de una tenenc.a
de la atenuación del castigo. · ·del:gobíeí!lo·colonlal. . · : ;,:,! ma-baap Literalmente madre y padre. mokhasa de aldea o tierra a ;ignada a
· gol Cír<:ulo matrimonial Patlclar. khi/afcufsias .Deslgna a los lfderet del .· un individuo sea gratuitamente, sea a
Término utilizado frecuentemente para
Movlniienté:i'khilafa r . · · ,:,.,., 1··: ·' ..:._.
I <- ..., •• ~•
hari Tr~bajci'ot-llgatorio de los campesi- cambio de una pe,¡ueña renta fija ~on
re presentar la relación entre los campe-
. nos ea éiertos. periodos. :.'. · ' . ;: .: · ·. ,, ¿
~Íláiis;' Ñorilbt~;i¡u,/designa loi ,:u'ltíva- sinos y las autoridades de élite· la condición de prestar servidos t·n la
región Telugu.
., . h~thyana" / mdt~rana Eran lmpue:sto/~x-.. .
traídos de los campesinos cuando el ,· ,:·
- -. dores, granjeros·, camµeslnos ,¡_: .._. · (superordlnante) como la que existe
entre los niños ~ hijos con los padres . mukhia Hc,ml;re dirigente o lider de un
,'
,, jornaleros:,~Himlno relaclonadd tam- '·.
· · -'. '_ terratenJent,e compraba un ~ulof~Y,11 O' . ·' . . bléri~á)'rñov/l!Íléhto de los Klsaris '. ' ~ mahanji o mahajani Banqueros, comer- pueblo.
un elefante nuevo. . : . , . . · ·sabhasl~i~if;i:.,?;,t:·..~. ;i :~~ -;.~. ,\ . ~.};·
1
ciantes, prestamista, . mundos Ver kols; santals y mundas
1;
• Hbme Ruté :r~d~pe_nt en'c'ia de ll)tllé).' · ;:·, kais1:tS'ntáfiy~1u,1d~- . Fuero; có'riod~b~ mahatma Significa litt:ralmente "el alma muuadar De Multa, gran heredad, que
/akh Cien mil unidades. "' ._, . ' cbmo!tr!Hus por la etnografía y'por lá· grande". Este término se prestaba a usualmente comprendía varias aldeas
/lidian National Congr~ss Principal partl- · admínlstraclón ~olonlal. Los criterios una apropiación rt,i_lenarista y mílltante en Andhra Pradesh. Por lo tanto, -dar.
do naci,malista de la-India, formado en · para demarcar r!gldamente las tribus por parte de los campesinos de la India tenedor de una mulla.
1885. Bajo el liderazgo ele Candht, llevó de los campesinos o los anlmistas (gru- du rante las más'gran .les campañas lan- nazrana Suma o prima pagada por el
a e.abo la lucha por la inclepen~encla de pos tr!bales) de las castas rurales zadas por Gand hi en contra del arreml,11ano o sub-arrend1tario para
la h dia, ohténtda en 1947. También se · ·· hindús no siempre eran tan ri¡¡ldos. dominio británico, especlalment~ en el ser admitido o re-admitid,, en la propie-
dei lgna sim¡,lemente como Congress LO's Santals, una de las más numerosas
"tribus" eran agricu ltorfS y también Jor-
óe
Mo,imiento No-Cooperación de dad. En general eran formJs ilegales de
[Con¡:reso ]. 1920-1922. La dialéctlc.a y paradójica extracción.
hool Levantamiento, disturbio. Utilizado · naleros tanto en la construcción de relación entre Gandhi • e! lider del mo-
vías férreas. como en las plantaciones na-<:ovperación El Movimrento de No-
generalmente par°a des cribir la insu- vimiento organizado ;11ti--colonia l -y Cooperacoón de 1920-1922 l>uscaba mo-
rrección Santal de 1855. de té y en las carboneras. '' Mahalma" como idei. recuperada por vi lizar al pueblo en una protesta triple:
India Offíc« Depar•aniento de. gobierno · · l'.olwalí Estación de policía en un pueblo los campesinos para sus propios lines, en con! ra de la violenr.ia oficial en el
brltánk o que se ocupaba de sus territ • grande. ha sido analizada por Amin en su arti- Punjab. en contra del trato británico a
rios en la India. , . Kurmis Casta de campesinos medios, una c11l o "Candhi as·Mahatma: Gorakhpur Tu rquía al final de la Primera Guerra
..,...: de las llamadas "castas atrasadas" de l'a District, Eastern UP, l!l2 1-2", en Mundial y en contra de una serle de
sarkar Jefe, superior, autoridad. Subaltem Studies 111 (Delhi, 198A) y 1am-
India, cuyo status económico y pollllco cambios constitucionales Introducidos
/owar y bajra Granos de calidad Inferior ·
consumidos por campesinos y ven di-
mejoró recién en los años 1970. Antes
eran mayormente campesinos po-
f hié n por Pancley. Mientras la militanc:ta
campesina se justificai)a haciendo refe-
en 1918 por el régimen colonial. La
campaña estuvo llderizada por
dos también ~n el mercado. bres.Tribus asignadas o censadas 1 rencia a un manqato y orden o al Mahatma Gandhi bajo los auspicios del
kankar Peque/las piedras. (~cheduled)-Tribus reconocidas en la '"mensaje del Ma_hatma, este Gancfhl ele partido nacionalista: el Congreso
karbi Forraje. Constltüción Independiente de la India los protagonistas campesinos era . Nacional Ind io. La estrategia adoptada
krindos Sirvientes empleados por los za-_ én 1950 y que puso estos grupos tradi- distinto.
por Gandhi y su partido en este movi-
mlndars :, terratenientes. cionalmente explotados bajo m(l/ik Era un término usado 1anto por las miento fue rechazar la cooperación con
khatlas Esteras o bases ~orrlentes ut!ltza•.- protección especial otorgándoles cuo- élites como por los subalternos para el gobierno (de ahi d nombre de no-
das para dormir. · . tás espe~!ales para que estén carílcterizar al líder(es) de la fuerza vo- cooperación), boicoteando las manu-
_·.representadas e_n las escuelas y cole- lu nt aria que habia marchado desde la fa,cturas británicas especialmente los .1
khidmalgars Sirvientes personales. gios, en.los trabajos gubernamentales y cercana aldea de Dumri hacia el thana textiles, y retirándose de toda.' las lnstl- ¡¡
las actividades de legislatura. de Cliaurl Chaura,. tuclone:, oficiales como las cortes,
<',st:11el,1s y le¡¡isl11t11ras, Reaccionar.do )1
- -- --····· - - ··· ·-- ··· ... -· - .. . . .

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s ocit,I supn.or, l.ti pal ;1bra e~iuivale~t~
p:,r~ I¡~-. : il1¡~:e~ erc2 memsah1b. Aqu1,
1
Gandhl, en favor del hilado dom~stico Y ser lanzados y expu sados de sus par•
el uso de ropa hecha de las bayeias fa- celas y Uerra~ -Ysus rentas podían ser
1;i~ic, ,1f1" ~ irc11í,1 por pan e del autor.
bricadas con este hilo. incrementadas por los terratenientes
." )h1;k,m Prt st~mls ta que tip1camente
SwÓraj Lema de la lucha an11colomal, sin tener-ninguna protección de la ley.
;,v;,,,1abd dín~ro y/o especi es antes de
b cc.~~d i3. cuando los campesinos se. que alude al autogobierno y la thakur o thacoor t ios.
cr.rnlltraoan al borde de la miseria, re- autodetennlnaclón. thana Distrito policial o.estación de
chmar.c:o t i préstamo. en cantidades tahsil Subdivisión al Interior de un policías.
muy e!ev~~as, después de la cose: ha. distrito thanedar Sub-Inspecto r de policía a
Mucha~ veces estos Intereses usurarios taluqdar Tenedor de derechos sobre una cargo de una thana.
eran t31es que los campesinos nunca lo- wluqa, o sub-división regional c; ue com- .
thekadar Pers.onas con contratos de al-
graban o .ncelar la deuc'a y se • prendla varias maha/s (unidades
' .> tributarias) en Awadh. En Bengala, los quiler de larga duración que
convertían en una especie de síervos,. ¡ . recaudaban reinas en .benel!clo de los
íncluso hNedi tar!os, del prestamista. · ta/uqdars son terratenientes
i ta/uqdari.
En América Latí na se conoce esta ·f Intermediarios.
(onna de trabajo como peonaje o esc/o- tappa Agn;paclón de aldeas, con la prin-
toppe Tipo de casco ligero para proteger-
se del sol, usado por los colonialistas
.,
1

r;itad por deuda. cipal de ellas como el sitio del linaje


británicos; por·éxtensión, símbolo de la
;"11k11r, sanukur y znmindar Desígnan al ·. territorial local dominante. colonla·brltánlca.
cs:ado. 3 los prestamistas y a los te:ra• . tari Licor h<?cho del Jugo dP. una palme1 a.
ter.•~:: tc•:, respectivamente. up/i Tortas de bóslél de vaca.
tax-farmers Es decir, Individuos no em- ooluntee, Militante campesino del movi-
· ~1:-.1:/h,!ar 5fnsib1es. pleados directamente por el gobierno,
.i
quienes obtenían contratos privados miento naclonalista:de masas
i unad.i !>a!entes. lideriz&(!Q por Gar.dhi.
•,u,::o i1i:,,c,(!n Se ~onore como sanscrftf. para la recaudación de Impuestos en ·
nombre del Estado, permltléndoseles zamindar(i) o ze,ñindar(i) Terratenlent~.
1a.,it,o ~, ¡,:·,ceso de incorporacit n de · generalmente de casta elevada, a quien
· • ;:..;;- ··. .,,¡mies a los escalones . cobrar las sumas que IH convt11iernn
siempre que cumplieran ccn el estaba sujeta una población de peones
~::• .1.: ,1 _.: •. :c-~1ta dt castas de la reh- de casta baja que trabajaban·y vivían
..':~ ';,•;•I·, ¡,,]optanuo su tradición contrato.
en sus terreh os. Palabra que design a
'. ;-_ ,a e" : ·,1 ~,1 ~ánscrito 1el-,<indu Aceite y berme llón, de us<J
tanto a la propiedad como al poder ~e-
·• ·~·!·. \'e: .1;::;. stin t:lls y munda s ritual. ~orial del zamindar sobre la tierra y
,;:. . ·; J!:i! L1..~t:-· /¿nanis al wi/1 Sinónimo de non• población de su zamindari.
<1ccuparcy renunrs or ghuir 11111rus1. de;
GL,tii!:-1l:l ·, ziladars Peones.·
1 ' ,..
signa a campesinos colonos que pod1an
, .. · ~.:nt. ;,mes del gobierno y el
c;:•:,.lo.
ihe11,,n,~ /.!ude al avto~obíerno, a tra·
,·i:; Je la ncetón de autoabaslecim lento
:, r.,:,.dr,pe'lcr,~cla postulados por movl•
n~:e1¡to 1~a~1oi1t11ísta de masas.
• 11 ·1:, a.a Pre:::'J ~?stas.
.,1:,:.':ur !'eq1d :o c~ p¡talista que combina
.., -1 í;r,·-,':' mo '1c p!ala con el comercio.
•':•.; i?a:n. Jui //mu. Jai Shanlwr En hindi,
-.-.,.,s :,:.n,e ,i011es se <.omponen de: Jal
(1·1v,,), ::' Rlm. Slt;1 o Shankar. ~o:!lbres
,:~ C1c!,f.· •~ J el p.1nt~ón h!ndu. ~e l
'!:-er. con:, , 11n salll'il> corriente .
.: -:-,.r rt':·-,; ~., rnanos del 1errateniente
1~ikl0 ¡i~d \: dt i. ult1v0 person al.
1
· ,t \".,•:i!T ilra:n fo1n~n1aúo por 4.

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