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ALUMNA:MARISOL CRISTINA VARGAS ANDRADE

R.N. N° 2658-2012 DE LA REPUBLICA LAMBAYEQUE


La discusión sobre la imputabilidad del acusado, Gilmer Alvarado Ruiz, quien
enfrenta cargos por delitos sexuales contra menores de edad, plantea
interrogantes fundamentales sobre la responsabilidad individual en el contexto
de deficiencias mentales. La resolución se basó en las evaluaciones
psicológicas y psiquiátricas que demostraron la incapacidad de Alvarado Ruiz
para comprender el carácter delictuoso de sus actos, lo que lo eximía de
responsabilidad penal según el artículo veinte, inciso uno. Además, se
consideró que un tratamiento ambulatorio sería más beneficioso para su salud
mental que el internamiento hospitalario propuesto inicialmente.

En este contexto, la discusión sobre la idoneidad de un tratamiento ambulatorio


frente al internamiento hospitalario subraya la necesidad de abordar las
complejidades de la salud mental en el ámbito legal. Este caso invita a
reflexionar sobre la importancia de garantizar una justicia equitativa y sensible
a las necesidades individuales, especialmente en situaciones donde la
capacidad de discernimiento se ve comprometida por condiciones psicológicas
o psiquiátricas.
CRITICA
destaca la complejidad de abordar casos judiciales que involucran a personas
con deficiencias mentales. Si bien es loable que se haya considerado la salud
mental de Gilmer Alvarado Ruiz al determinar su inimputabilidad, la falta de
consenso entre las evaluaciones psicológicas y psiquiátricas plantea
interrogantes sobre la coherencia y solidez de las decisiones judiciales. La
discrepancia en la capacidad de comprensión del acusado entre las
evaluaciones realizadas durante el juicio oral y en audiencias posteriores
genera dudas sobre la consistencia de los criterios utilizados para determinar la
responsabilidad penal. Además, la sugerencia de un tratamiento ambulatorio en
lugar de un internamiento hospitalario plantea interrogantes sobre la idoneidad
de las medidas de seguridad propuestas. En este sentido, la falta de claridad
en la fundamentación de la resolución y la aparente contradicción en las
evaluaciones psicológicas y psiquiátricas subrayan la necesidad de una mayor
coherencia y transparencia en la aplicación de la ley en casos que involucran a
personas con condiciones mentales especiales.

R. N. N.° 3295-2013 LIMA-NORTE

En este caso, se aborda un acto de violación sexual de una menor de edad,


donde el acusado, Mell Jared Salas Barrios, cometió un delito atroz al abusar
de la vulnerabilidad de la víctima. La descripción detallada de los hechos revela
la violencia y la falta de humanidad con la que actuó el agresor, lo cual es
profundamente perturbador y condenable.

La defensa del acusado argumenta que la pena impuesta no era proporcional a


los hechos, alegando que había confesado sinceramente y que su percepción
estaba alterada por el consumo de alcohol en el momento del delito. Sin
embargo, es fundamental destacar la importancia de proteger a los menores de
edad y garantizar que los responsables de delitos tan reprensibles reciban la
sanción adecuada. La justicia debe velar por los derechos de las víctimas y
enviar un mensaje claro de que la violencia sexual no será tolerada en ninguna
circunstancia.
Este caso refleja la importancia de la justicia, la empatía y la protección de los
derechos humanos, especialmente en situaciones tan sensibles como la
violencia sexual contra menores. Es necesario seguir trabajando en la
prevención de estos delitos y en la garantía de un sistema judicial que
responda de manera efectiva y justa ante casos tan lamentables como el aquí
presentado.
CRITICA
En este caso de violación sexual revela la vulnerabilidad de los más
indefensos frente a la crueldad de individuos sin escrúpulos. La defensa del
acusado, Mell Jared Salas Barrios, al intentar justificar su conducta alegando
consumo de alcohol y confesión sincera, resulta desalentadora y cuestionable.
La reducción de la pena por estos argumentos atenuantes plantea dudas sobre
la equidad y eficacia del sistema judicial en casos de violencia sexual.
Es inaceptable que factores como el consumo de alcohol sean utilizados como
excusa para disminuir la responsabilidad del agresor, minimizando la gravedad
de sus acciones y desestimando el impacto devastador en la vida de la víctima.
La protección de los derechos de los menores y la aplicación de penas
proporcionales a la gravedad de los delitos deben ser pilares fundamentales de
la justicia. La sociedad debe exigir un sistema legal que condene en términos
claros y contundentes cualquier forma de abuso y violencia, especialmente
contra los más vulnerables.

ACUERDO PLENARIO N° 1-2009/CJ-116


La relevancia de este acuerdo radica en su enfoque hacia la protección de la
identidad étnica y cultural de las personas, reconocida como un derecho
fundamental en la Constitución peruana. Se destaca la importancia de respetar
la diversidad étnica y cultural de la Nación, lo cual implica considerar las
particularidades de las comunidades rurales en el ámbito de la justicia penal.
También hace referencia a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas, resaltando la necesidad de garantizar el
respeto a las estructuras, instituciones y costumbres propias de estos pueblos,
en concordancia con los estándares internacionales de derechos humanos.
Es fundamental que los jueces, al abordar casos relacionados con las rondas
campesinas, tengan en cuenta las especificidades culturales y sociales de
estas comunidades, evitando estereotipos y prejuicios. La pericia especializada
se presenta como una herramienta clave para comprender adecuadamente el
contexto en el que se desarrollan las acciones de estas organizaciones. El
Acuerdo Plenario N° 1-2009/CJ-116 constituye un paso importante hacia una
justicia penal más sensible a la diversidad cultural y étnica del Perú,
promoviendo un enfoque respetuoso de los derechos de los pueblos indígenas
y campesinos en el sistema judicial.

CRITICA
La falta de claridad en la definición de los límites y alcances de las funciones
jurisdiccionales de las rondas campesinas podría generar confusiones en su
aplicación práctica, dejando al margen para las interpretaciones subjetivas por
parte de la justicia.
Además, si bien se menciona la importancia de respetar la diversidad étnica y
cultural de las comunidades rurales, el documento no profundiza en medidas
concretas para garantizar este respeto en la práctica judicial. La falta de
directrices específicas sobre cómo incorporar de manera efectiva la perspectiva
intercultural en los procesos judiciales podría limitar la aplicación adecuada de
la normativa en casos relacionados con las rondas campesinas, si bien el
Acuerdo Plenario aborda aspectos relevantes en la relación entre las rondas
campesinas y el derecho penal, se requiere una mayor concreción en cuanto a
la implementación de medidas que garanticen una justicia penal
verdaderamente inclusiva y respetuosa de la diversidad cultural en el Perú.

OPINION DE SANTO TOMAS DE AQUINO

Tomás de Aquino sostiene que el crimen, como acto que viola la ley moral, es
contrario a la virtud.
Recuerde que las acciones humanas son buenas o malas en función de su
conformidad con la ley natural, es decir, su participación en la ley eterna de
Dios. Luego el delito va contra la ley natural y divina.

Desde esta perspectiva, Tomás de Aquino sostuvo que la ley humana se deriva
de la ley divina y tiene como objetivo promover el bien común y la justicia, y por
lo tanto los delitos deben ser castigados por el poder civil. También enfatiza la
importancia de la misericordia y la reparación, y sugiere que el castigo debe
administrarse de manera justa y proporcionada para corregir al criminal y
restaurar el orden moral.

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