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“AÑO 

DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA"

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES FACULTAD DE


DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

“CASO AZUL ROJAS MARÍN Y OTRA VS. PERÚ”

DOCENTE:
DR. JULIO CESAR AYALA RUIZ

DISCENTES:

 GARCIA FLORES JEREMY


GRISSELL

 MARCHAN CORTEZ YADELSY


LISBET

 SUAREZ FARIAS YENIFER


ANGELICA

VIII CICLO 2021- II


DEDICATORIA:

A Dios, por permitirnos realizar el presente trabajo


encomendado y brindarnos lo necesario para lograr los
objetivos propuestos en él.

A nuestros padres, por el amor, apoyo incondicional y


aliento de superación que nos dan para forjarnos como
profesionales y ciudadanos de bien.

A nuestro querido docente, Dr. Julio Cesar Ayala Ruiz,


por el tiempo dispuesto que utiliza para impartirnos los
conocimientos necesarios y contribuir con nuestra formación
académica que nos ayudará a ser mejores profesionales en
el ejercicio de nuestra carrera.

A nuestros compañeros de estudio, por el empeño y


dedicación constante que emplean para alcanzar sus metas
y contribuir con el desarrollo de nuestra sociedad.
INDICE

RESUMEN..............................................................................................................4

ABSTRACT.............................................................................................................5

INTRODUCCIÓN....................................................................................................6

CAPITULO I............................................................................................................8

SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN LGBTI EN EL PERÚ........................................8

CAPITULO II...........................................................................................................9

HECHOS OBJETO DE LA CONTROVERSIA.......................................................9

2.2. LA FALTA DE INVESTIGACIÓN POR EL DELITO DE TORTURA.............10

2.3. LA DECISIÓN DE SOBRESEIMIENTO........................................................11

2.4. EXCEPCIONES PRELIMINARES DEL ESTADO PERUANO.....................12

2.4.1. Falta de agotamiento de recursos internos................................................13

2.4.2. Subsidiariedad del sistema interamericano...............................................13

2.4.3. Excepción preliminar de “cuarta instancia”................................................14

CAPITULO III........................................................................................................14

ANÁLISIS JURÍDICO DE LOS DERECHOS VULNERADOS.............................14

3.3. DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES Y PROTECCIÓN JUDICIAL


..............................................................................................................................16

CAPITULO IV.......................................................................................................17

MEDIDAS QUE ORDENÓ LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS


HUMANOS...........................................................................................................17

4.2. Adopción de un protocolo sobre la investigación y administración de justicia


en casos de violencia contra las personas LGBTI...............................................19

CONCLUSIONES.................................................................................................20

BIBLIOGRAFIA.....................................................................................................21
RESUMEN

El presente trabajo titulado “CASO AZUL ROJAS MARÍN Y OTRA VS. PERÚ”,

tiene como objetivo general Analizar los derechos vulnerados en contra de Azul

Rojas Marín por parte del Estado Peruano, para poder obtener un criterio objetivo

y jurídico de los hechos presentados en dicho caso.

Para la elaboración de la investigación se recopilaron los aportes de diferentes

páginas web, que hacen mención al análisis doctrinal y jurídico presentado en

dicho caso, obteniéndose con su estudio las siguientes conclusiones: La Corte

concluyó que los abusos podían considerarse tortura porque hubo

i) intencionalidad de los agentes (golpes e introducción de vara policial en el ano);

ii) severos maltratos físicos y mentales; y iii) finalidad discriminatoria por el tipo de

violencia, los insultos estereotipados y la misma violación sexual. Los prejuicios y

los estereotipos de género afectaron la objetividad de los funcionarios

estatales. Por ejemplo, el médico legal incluyó información innecesaria sobre la

frecuencia de las relaciones sexuales de la presunta víctima y la edad desde la

cual era sexualmente activa.

La importancia de esta investigación radica en la necesidad de poder reconocer

en qué circunstancias se logran violar los derechos a la libertad personal, a la

integridad personal, a la vida privada, a las garantías judiciales y a la protección

judicial de cada persona, en este caso tomando en cuenta a la ciudadana trans

Azul Rojas Marín, en relación con las obligaciones de respetar y garantizar dichos

derechos sin discriminación y de adoptar disposiciones de derecho interno.


PALABRAS CLAVES: ROJAS MARÍN, PERÚ, CORTE IDH, LGTBI, DISCRIMINACIÓN

ABSTRACT

The present work entitled “CASO AZUL ROJAS MARÍN Y OTRA VS. PERÚ”, has

the general objective of Analyzing the rights violated against Azul Rojas Marín by

the Peruvian State, in order to obtain an objective and legal criterion of the facts

presented in said case.

In order to carry out the investigation, the contributions of different web pages

were compiled, which make mention of the doctrinal and legal analysis presented

in said case, obtaining the following conclusions from their study: The Court

concluded that the abuses could be considered torture because there was i)

intentionality of the agents (blows and introduction of a police rod in the anus); ii)

severe physical and mental abuse; and iii) discriminatory purpose due to the type

of violence, stereotyped insults and rape itself. Gender biases and stereotypes

affected the objectivity of state officials. For example, the legal doctor included

unnecessary information on the frequency of the alleged victim's sexual relations

and the age from which she was sexually active.

The importance of this investigation lies in the need to be able to recognize in

what circumstances the rights to personal liberty, personal integrity, private life,

judicial guarantees and judicial protection of each person are violated, in this case

taking into account the trans citizen Azul Rojas Marín, in relation to the obligations

to respect and guarantee said rights without discrimination and to adopt provisions

of domestic law.
KEY WORDS: ROJAS MARÍN, PERU, HDI COURT, LGTBI, DISCRIMINATION

INTRODUCCIÓN

Con el paso del tiempo, las personas, de generación en generación, han luchado

por la igualdad de sus derechos, la de aquellos olvidados, minimizados y

vulnerables en la sociedad. Esta lucha ha marcado la historia a través de

“acontecimientos memorables” teniendo como consecuencia logros considerables,

tales como el derecho a no ser sometido a la tortura, esclavitud, y servidumbre; el

derecho de las mujeres al voto, a controlar sus asuntos económicos, a las

oportunidades laborales, entre otros.

El Caso de Azul es el primer caso que llega a la CIDH alegando tortura en contra

del Estado peruano, pero no es el primer caso que se desarrolle a nivel nacional a

los ciudadanos que pertenecen a dicha comunidad. Muchas veces el maltrato

hacia las mujeres y varones que se desarrollan dentro del país son escasamente

denunciados o resueltos por las autoridades, siendo la resolución de los casos en

contra de la comunidad LGTBI aún más escasa.

Las circunstancias bajo las cuales se encuentran los derechos de las personas

LGTBI, varían por país, esto va a depender del sistema de cada Estado, la razón

primordial sería la falta de normatividad existente en ciertas regiones, y pese a que

se observan avances en algunas naciones, en muchas otras, como sucede en el

caso del Perú, aún no se presenta dicha realidad.


El enfoque de la presente investigación se basará en los derechos vulnerados por

el Estado peruano, para dar una perspectiva diferente y lograr la reflexión en los

lectores respecto a las condiciones en las que se hallan quienes son miembros del

LGTBI, a causa de que dentro del país la legislación de derechos enfocados a su

comunidad no brinda las mismas posibilidades que poseen los demás ciudadanos.

En ese sentido el tema se va a desarrollar de acuerdo a diversos capítulos que

tratan del tema, siendo así que, el CAPITULO I, se basará en redactar un breve

resumen acerca de la situación que enfrenta la población LGBTI en el Perú.

Así mismo, el CAPITULO II, nos indica los hechos que se suscitaron en la

sentencia, objeto de la controversia, por consiguiente, también se abarcará la falta

de investigación por el delito de tortura, la decisión de sobreseimiento presentados

en la sentencia y las Excepciones Preliminares del Estado Peruano.

Tenemos el CAPITULO III, aquí se enmarcará el Análisis Jurídico de los Derechos

Vulnerados, El Derecho a la Libertad Personal, los Derechos a La Integridad

Personal y a la vida privada y por último los Derechos a Las Garantías Judiciales y

Protección Judicial.

Siguiendo la secuencia, tenemos el CAPITULO IV, dentro de este capítulo se

tocará las Medidas que Ordenó La Corte Interamericana De Derechos Humanos, y

la Adopción de un protocolo sobre la investigación y administración de justicia en

casos de violencia contra las personas LGBTI.


Por ultimo como parte final del trabajo en mención, encontramos las conclusiones

debidas y motivadas referentes al caso concreto, y sus respectivas bibliografías.

CAPITULO I
SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN LGBTI EN EL PERÚ

Desde el año 2008, la Asamblea General de la OEA en distintas resoluciones ha


expresado que las personas LGBTI están sujetas a diversas formas de violencia y
discriminación en la región, basadas en la percepción de su orientación sexual e
identidad o expresión de género, y resolvió condenar los actos de violencia, las
violaciones a los derechos humanos y todas las formas de discriminación, a causa
o por motivos de orientación sexual e identidad o expresión de género.

Hasta el año 2017, el Estado peruano no contaba con información estadística


sobre la población LGBTI. Ese año el Instituto Nacional de Estadística e
Informática realizó la “Primera Encuesta Virtual para personas LGBTI”, con el fin
de que “las autoridades públicas y sociedad civil puedan implementar políticas,
acciones y estrategias que garanticen su reconocimiento y protección en los
diferentes ámbitos públicos y privados (Instituto Nacional de Estadística e Informática,
2017).

En el Perú existen prejuicios significativos contra la población LGBTI. En la


encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática se
determinó que el “56,5% de la población LGBTI siente temor de expresar su
orientación sexual y/o identidad de género, señalando como principal motivo el
miedo a ser discriminado y/o agredido (72%). De acuerdo a información citada por
la Defensoría del Pueblo del Perú, el “45% de las personas encuestadas en el
2013 por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos considera que las
personas LGBTI no deberían ser docentes en colegios y un 59% que no deben
tener derecho al matrimonio civil (Defensoría del Pueblo del Perú, Derechos humanos
de las personas LGBTI, 2016).
La Corte concluye que en la sociedad peruana existían y continúan existiendo
fuertes prejuicios en contra de la población LGBTI, que en algunos casos llevan a
la violencia. En efecto se advierte que el 62.7% de las personas LGBTI
encuestadas señalaron haber sido víctima de violencia o discriminación, siendo un
17.7% víctima de violencia sexual. La violencia en algunas ocasiones es cometida
por agentes estatales, incluyendo efectivos de la policía nacional y del serenazgo,
tal como se alega que ocurrió en el presente caso.
CAPITULO II
HECHOS OBJETO DE LA CONTROVERSIA

En la madrugada del 25 de febrero de 2008, Azul Rojas Marín, una mujer trans
que para el momento de los hechos se identificaba como un hombre gay, fue
detenida de forma ilegal y arbitraria, por personal de serenazgo y un agente de
policía. Dado que no tenía documentos 2 personales, fue conducida a la
Comisaría de la Policía Nacional de Casa Grande, ubicada en la Provincia de
Ascope en La Libertad. Los agentes justificaron la detención en base al artículo
205 del Código Procesal Penal (en adelante, CPP), el cual otorgaba facultades a
la Policía para detener y requerir documentación cuando sea necesario para evitar
un hecho punible. La detención duró más de cuatro horas y se omitió dejar
constancia en el Libro de Registro de Detención.

El 27 de febrero de 2008, Azul Rojas realizó su primera denuncia y declaración


indicando que mientras caminaba por la vía pública, de un vehículo bajó un agente
policial y le preguntó a donde se dirigía, indicándole que iba a su casa. Metros
más adelante, bajó otro agente policial y le gritó tres veces: “sube cabro concha de
tu madre”, luego empezó a golpearle en el estómago con su vara de ley para que
suba a la camioneta. También bajó un efectivo de serenazgo, quien le agarró de
las piernas, y empezaron a forcejear.

Al llegar a la Comisaría de Casa Grande, la hicieron entrar a una habitación, luego


entraron tres policías y uno de ellos le comenzó a insultar indicándole que se
saque la ropa, al no querer sacársela le tiraron dos cachetadas, le sacaron la ropa
a la fuerza, un policía trató de meterle una vara en su ano, y la dejaron desnuda
hasta las 6:00 a.m. En la mañana, un técnico le entregó sus cosas y le dijo “lárgate
maricón concha de tu madre”. Ese mismo día, se realizó el acta de reconocimiento
en presencia de la Fiscalía de Ascope, en esta, Azul Rojas identificó y describió a
los agentes policiales. Al día siguiente, rindió una segunda declaración en la cual
narró los hechos de forma similar, y agregó que no le habían querido recibir la
denuncia en la Comisaría de Casa Grande, por lo que decidió hacer una denuncia
pública en los medios de comunicación.

El 29 de febrero de 2008, se le practicó un examen médico legal que certificó


lesiones anales con signos de acto contranatural reciente. El informe de este
examen hacía referencias a su vida sexual. También se realizó una pericia
psicológica, en la que Azul Rojas manifestó que la habían torturado, y se
determinó que requería apoyo psicoterapéutico. El 6 de marzo de 2008, en su
tercera declaración, agregó que su denuncia era por violación sexual. Al respecto,
se le pidió precisar: i) si la vara de goma fue introducida en su recto o solamente
fue un intento; ii) si después de la penetración hubo sangrado y en qué proporción;
y iii) cuánto tiempo le había durado el dolor en el ano.

El 2 de abril de 2008, la Fiscalía de Ascope dispuso formalizar investigación


preparatoria por el delito de violación sexual y abuso de autoridad en contra de
tres funcionarios policiales. El 5 de mayo, Azul Rojas presentó una solicitud para
que la investigación se ampliara por el delito de tortura establecido en el artículo
321 del Código Penal; sin embargo, se indicó que ello no procedía porque no se
evidenciaba el dolo de dichos funcionarios. El 28 de agosto, tras un recurso de
queja interpuesto por Azul Rojas, se confirmó dicha decisión.

2.2. LA FALTA DE INVESTIGACIÓN POR EL DELITO DE TORTURA

Este Tribunal ya estableció que los maltratos a los que fue sujeta la presunta
víctima constituyeron tortura (supra párr. 165). La investigación penal se realizó
por los delitos de violación sexual agravada y abuso de autoridad. La presunta
víctima solicitó la ampliación de esta investigación para que se incluyera el delito
de tortura. La fiscalía decidió no ampliar la investigación indicando que el ilícito
penal del delito de tortura “requiere el ánimo de producir con la conducta típica un
ulterior resultado”.
Esta decisión se basó en la tipificación entonces vigente, en la cual se restringía
las finalidades posibles de la tortura. Esta Corte recuerda que de acuerdo a su
jurisprudencia la tortura se puede cometer con cualquier fin o propósito (supra
párr. 160), incluyendo el fin discriminatorio. En el mismo sentido, la definición de
tortura establecida en el artículo 2 de la Convención Interamericana para Prevenir
y Sancionar la Tortura establece varios fines o propósitos, pero agrega “o con
cualquier otro fin”. En este sentido, este Tribunal considera que en el presente
caso la indebida tipificación de la tortura impidió que se ampliara la investigación
de los maltratos ocurridos a la señora Rojas Marín.

Por tanto, esta decisión violó los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con las obligaciones generales contenidas
en los artículos 1.1 y 2 de la misma, y con los artículos 1, 6 y 8 de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

2.3. LA DECISIÓN DE SOBRESEIMIENTO

El 21 de octubre, la Fiscalía presentó ante el Juez de Investigación Preparatoria


un requerimiento de sobreseimiento por falta de elementos de convicción, y el 9 de
enero de 2009, se declaró fundado este requerimiento.

El 9 de enero de 2009 el Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Ascope


declaró fundado el requerimiento del Ministerio Público y sobreseyó el proceso por
ambos delitos y contra los tres imputados, ordenando el archivo del expediente. El
Juzgado basó su decisión en que: i) las declaraciones de la presunta víctima no
eran una prueba válida, ya que carecían de credibilidad y verosimilitud; ii) la falta
de temporalidad e inmediatez del examen médico y las pericias realizadas, y iii) el
rechazo de los imputados de manera uniforme y categórica de los cargos de
violación sexual y abuso de autoridad.

Este Tribunal recuerda que la mención de algunos maltratos solamente en algunas


de las declaraciones no significa que sean falsos o que los hechos relatados
carezcan de veracidad280. Asimismo, al analizar dichas declaraciones se debe
tomar en cuenta que las agresiones sexuales corresponden a un tipo de delito que
la víctima no suele denunciar, por el estigma que dicha denuncia conlleva
usualmente. En este sentido, la Corte advierte que es irrazonable esperar que la
presunta víctima denunciara los hechos en los medios de comunicación y en todas
las declaraciones que realizó sobre lo ocurrido.

La Corte ha señalado que la falta de realización de un examen médico de una


persona que se encontraba bajo la custodia del Estado, o la realización del mismo
sin el cumplimiento de los estándares aplicables, no puede ser usado para
cuestionar la veracidad de los alegatos de maltrato de la presunta víctima. Este
Tribunal ya concluyó que la realización tardía del examen médico y de la falta de
custodia inmediata de las vestimentas de la presunta víctima son imputables al
Estado.

En suma, las autoridades judiciales no tomaron en cuenta las particularidades de


las investigaciones de tortura y violación sexual, desacreditando indebidamente
las declaraciones de la presunta víctima, no dando el valor necesario a las pericias
realizadas y asumiendo que la presunta víctima se había autolesionado.

La Comisión solicitó investigar de manera efectiva, con la debida diligencia y


dentro de un plazo razonable, la violencia sexual sufrida por Azul Rojas Marín,
calificada como tortura. Asimismo, señaló que “tomando en cuenta la gravedad de
las violaciones declaradas y los estándares interamericanos al respecto, la
Comisión destaca que el Estado no podrá oponer la decisión de sobreseimiento
dictada a la luz de la garantía de ne bis in idem, cosa juzgada o prescripción, para
justificar el incumplimiento de esta recomendación”.

Frente a estos hechos, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, el


Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, y
Redress Trust presentaron una petición ante la CIDH, denunciando que el Estado
de Perú había vulnerado los derechos a la integridad personal, la libertad
personal, las garantías judiciales, la protección de la honra y la dignidad, y la
protección judicial, reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante, CADH). Asimismo, alegaron la violación de los deberes de
prevención y sanción de la tortura, reconocidos en los artículos 1, 6 y 8 de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (en adelante,
CIPST), todo en perjuicio de Azul Rojas.

2.4. EXCEPCIONES PRELIMINARES DEL ESTADO PERUANO

El Estado presentó tres excepciones preliminares referentes a: (A) la falta de


agotamiento de los recursos internos; (B) la subsidiariedad del Sistema
Interamericano, y (C) la excepción de cuarta instancia. La Corte desestimó las
excepciones preliminares planteadas por el Estado.

2.4.1. Falta de agotamiento de recursos internos

El Estado alegó que “el auto de sobreseimiento que dispuso el archivo de la


investigación penal por los delitos de violación sexual y el abuso de autoridad,
pudo ser impugnado por la presunta víctima y/o sus representantes; de acuerdo a
la legislación interna. Al respecto, señaló que el recurso se presentó de forma
extemporánea. Por tanto, el Estado alegó que la presunta víctima incurrió en un
“agotamiento indebido de los recursos internos” y que, en virtud de ello, la
Comisión debió declarar la inadmisibilidad de la petición.

La Comisión reiteró el análisis efectuado en el Informe de Admisibilidad.


Asimismo, señaló que “frente a actos de tortura como los denunciados por Azul
Rojas Marín, los recursos internos deben ser provistos por el Estado de manera
oficiosa”, por lo cual “la apelación de un acto de procedimiento puntual no debe
ser entendida como el recurso idóneo y efectivo en casos de graves violaciones de
derechos humanos, puesto que tal recurso es la integridad de la investigación y
proceso penal que debe ser iniciado y conducido debidamente y de manera
oficiosa por parte del Estado”

2.4.2. Subsidiariedad del sistema interamericano

El Estado señaló que, en virtud de las recomendaciones realizadas por la


Comisión en el Informe de Fondo, se abrió una nueva investigación de los hechos,
por lo que “existe una posibilidad concreta para que el Estado pueda atender las
presuntas afectaciones de derechos humanos alegadas por Azul Rojas Marín”. A
la luz del principio de subsidiariedad, el Estado indicó que “no debería ser
sancionado internacionalmente mientras exista un proceso en trámite destinado a
atender las violaciones alegadas por la presunta víctima”.
La Comisión señaló que “para que en el fondo no se declare la responsabilidad
estatal con base en un argumento de complementariedad, es necesario que el
Estado reconozca el hecho ilícito internacional, así como evaluar si lo hizo cesar y
si reparó integralmente las consecuencias de la medida o situación que lo
configuró”. La Comisión indicó que en el caso no se encuentran presentes los
elementos para la procedencia del argumento de complementariedad, por lo que
solicitó a la Corte desestimar la excepción preliminar.

2.4.3. Excepción preliminar de “cuarta instancia”

El Estado alegó que la Comisión actuó como “un tribunal de cuarta instancia al
calificar en su Informe de Fondo como tortura la violencia sexual sufrida por Azul
Rojas Marín, calificación que corresponde a las autoridades internas”. Por ello,
solicitó a la Corte efectuar un control de legalidad de las actuaciones de la
Comisión.
La Comisión señaló que “El Estado peruano no ha acreditado que se encuentren
presentes los presupuestos mínimos concurrentes para que se pueda efectuar un
control de legalidad de sus actuaciones”.

La Corte considera que la determinación de si los hechos alegados pueden ser


calificados o no como tortura no es una revisión de los fallos de los tribunales
internos. Por el contrario, dicha determinación es parte de la competencia de los
órganos del sistema interamericano para establecer si ocurrió una violación a la
Convención Americana y, en su caso de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura. Por tanto, el Tribunal declara sin lugar la
excepción preliminar presentada por el Estado.
CAPITULO III
ANÁLISIS JURÍDICO DE LOS DERECHOS VULNERADOS

3.1. DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL

En cuanto a la arbitrariedad de la detención que se realizó por encontrarse


“indocumentada y sospechosa en una zona frecuentada por personas que se
encuentran al margen de la ley” (Corte IDH, 2020). La CIDH establece que
ninguna persona puede ser detenida por causas irrazonables, imprevistas o faltas
de proporcionalidad, por lo cual analiza la legalidad y arbitrariedad de la detención
de la víctima. Analizando el articulado de la Constitución Política del Perú –artículo
2 inciso 24 literal d y f–, así como el artículo 205 del Código Procesal Penal, el
cual establece el control de Identidad Policial, se considera que la detención no
cumplía con los requisitos establecidos en la legislación interna, constituyendo una
violación a esta y al artículo 7.2 de la Convención.

Estos actos conjuntamente con la agresión verbal en base a ofensas despectivas


en torno a su orientación sexual, determinan dicha detención como privación de la
libertad por motivos discriminatorios, tal como señala el Grupo de Trabajo sobre la
Detención Arbitraria de la Corte IDH, la cual presenta que la privación de la
libertad se dio en función a las características distintivas de ciertos grupos, siendo
el caso por pertenecer a la comunidad LGTBI.

Asimismo, la CIDH indicó que el uso arbitrario de normas que facultan a la policía
a privar de libertad con base en sospechas está habitualmente asociado a
prejuicios y estereotipos de ciertos grupos. En ese sentido, se constató que los
agentes violentaron física y verbalmente a Azul Rojas, haciendo referencia a su
orientación sexual mediante expresiones denigrantes, lo cual fue una actuación
discriminatoria. Además, a lo largo del proceso, las autoridades judiciales no se
pronunciaron sobre la ausencia de razones objetivas para aplicar el artículo 205
del CPP, sino que reafirmaron la estigmatización de la víctima, por ello tampoco
contó con un recurso efectivo frente a esta situación.
3.2. DERECHOS A LA INTEGRIDAD PERSONAL Y A LA VIDA PRIVADA

Tras un análisis de las declaraciones de la víctima, del examen médico legal, de


los dictámenes periciales psicológicos, del análisis de sangre y vestimenta de la
víctima, así como de varios indicios de un trato discriminatorio contra la víctima, la
Corte concluyó que la señora Rojas Marín fue desnudada forzosamente, golpeada
en varias oportunidades, los agentes estatales realizaron comentarios despectivos
sobre su orientación sexual, y fue víctima de violación sexual.

La Corte examinó la intencionalidad, la severidad del sufrimiento y la finalidad del


acto, y concluyó que el conjunto de abusos y agresiones sufridas por Azul Rojas
Marín, incluyendo la violación sexual, constituyó un acto de tortura por parte de
agentes estatales. En consecuencia, la Corte declaró la responsabilidad
internacional del Perú por la violación de los derechos a la integridad personal, a la
vida privada y a no ser sometida a tortura, contenidos en los artículos 5.1, 5.2 y 11
de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma y los
artículos 1 y 6 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, en perjuicio de Azul Rojas Marín.

3.3. DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES Y PROTECCIÓN JUDICIAL

La Corte ha desarrollado estándares específicos sobre cómo se debe investigar la


violencia sexual en casos donde las víctimas han sido mujeres. Estos estándares
se basaron principalmente en lo establecido en el Protocolo de Estambul y la Guía
de la Organización Mundial de la Salud para el cuidado médico-legal de víctimas
de violencia sexual, los cuales se refieren a medidas que se deben tomar en caso
de violencia sexual, independientemente de si las víctimas son hombres o
mujeres. Por tanto, los mismos estándares son aplicables en el presente caso.

Tomando en cuenta dichos estándares, la Corte determinó que el Estado no actuó


con la debida diligencia para investigar la tortura sexual. La Corte destacó que:
i) las distintas declaraciones prestadas por la señora Rojas Marín, especialmente
la diligencia de inspección y reconstrucción judicial, constituyeron actos de
revictimización; ii) el examen médico fue realizado después de las 72 horas y no
presentaba una interpretación de relación probable de los síntomas físicos y
agresiones relatadas por la presunta víctima; iii) hubo omisiones importantes en la
realización de prueba y no se aseguró de forma inmediata la vestimenta de la
presunta víctima y la vara policial posiblemente utilizada para someterlas a
pericias, y iv) durante la investigación diversos agentes estales utilizaron
estereotipos que impidieron que se examinaran los hechos de forma objetiva.

Asimismo, la Corte resaltó que la indebida tipificación de la tortura vigente al


momento de los hechos, impidió que se ampliara la investigación de los maltratos
ocurridos a la señora Rojas Marín. Asimismo, la Corte destacó que las autoridades
judiciales no tomaron en cuenta las particularidades de las investigaciones de
tortura y violación sexual, desacreditando indebidamente las declaraciones de la
víctima, no dando el valor necesario a las pericias realizadas y asumiendo que se
había autolesionado. Por todo ello, la Corte concluyó que el Estado violó los
derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial, reconocidos en los
artículos 8.1 y 25.1 en relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención
Americana y los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura, en perjuicio de Azul Rojas Marín.

3.4. EL DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL RESPECTO DE LA MADRE


DE AZUL ROJAS MARÍN (ARTÍCULO 5 DE LA CADH)

La CIDH señaló que los familiares de las víctimas pueden verse, en ciertas
ocasiones, afectados por las circunstancias particulares de las violaciones
perpetradas contra sus seres queridos y la omisión de investigar del Estado. Así,
se estableció que Azul Rojas fue víctima de tortura, que el Estado incumplió su
deber de investigar, generando un grave una grave afectación a la integridad
psíquica y moral de su madre. De esta manera, la CIDH indicó que el Estado
peruano violó el artículo 5.1 de la CADH, en perjuicio de Juana Tanta Marín.
Además, manifestaron que la falta de atención de las autoridades peruanas a las
denuncias presentadas por la señora Rojas Marín, la falta de sensibilidad y desidia
de parte de las mismas y la falta de investigación, procesamiento y sanción
adecuada de los responsables de las violaciones, causó graves sufrimientos a la
señora Tanta Marín, quien murió el 12 de mayo de 2017 sin ver que la justicia era
posible en el caso de su hija.

CAPITULO IV
MEDIDAS QUE ORDENÓ LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS

La Corte ordenó al Estado:

 Disponer una reparación integral a Azul Rojas Marín y Juana Tanta Marín por las
violaciones a sus derechos humanos. Esta debe incluir medidas de compensación
pecuniaria y satisfacción para reparar tanto el daño material como moral, así como
un acto público de reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado para
las víctimas.

 Investigar de manera efectiva, con la debida diligencia y dentro de un plazo


razonable la violencia sexual sufrida por Azul Rojas, calificada como tortura. Las
investigaciones y procesos judiciales deberán hacerse con base en los estándares
descritos en el presente informe. Tomando en cuenta la gravedad de las
violaciones declaradas y los estándares interamericanos al respecto, la CIDH
destacó que el Estado no podrá oponer la decisión de sobreseimiento dictada a la
luz de la garantía de ne bis in ídem, cosa juzgada o prescripción.

 Disponer las correspondientes medidas administrativas, disciplinarias o penales


correspondientes frente a las acciones u omisiones de los funcionarios estatales
que contribuyeron a los distintos factores de denegación de justicia.
 Brindar de forma gratuita, inmediata y por el tiempo que sea necesario, el
tratamiento médico y psicológico o psiquiátrico, según corresponda, a la víctima
del presente caso si así lo solicite y de manera concertada con ella.

 Disponer mecanismos de no repetición que incluyan: i) asegurar que el artículo


205 del Código de Procedimiento Penal no sea utilizado por autoridades policiales
de manera abusiva y discriminatoria; ii) adoptar medidas para garantizar el acceso
a la justicia en casos de violencia contra personas LGBT; iii) diseñar programas de
formación y capacitación para todos los operadores jurídicos que tengan contacto
y/o estén a cargo de investigar casos de violencia por prejuicio, incluida violencia
sexual; y iv) adoptar medidas de no repetición dirigidas a capacitar a
funcionarios/as que tengan a su cargo la custodia de personas privadas de
libertad.

 La CIDH exhortó al Estado a ratificar la Convención Interamericana contra toda


forma de discriminación e intolerancia aprobada por la Asamblea General de la
OEA el 5 de junio de 2013.

4.2. Adopción de un protocolo sobre la investigación y administración


de justicia en casos de violencia contra las personas LGBTI

La Comisión solicitó ordenar al Estado adoptar “medidas legislativas,


administrativas o de otra índole para garantizar el acceso a la justicia en casos de
violencia contra personas LGBTI”. A la vez solicitaron como garantía de no
repetición, ordenar al Estado implementar protocolos de investigación, servicios
periciales y de justicia, para combatir la violencia por prejuicio contra las personas
LGBTI, rindiendo un informe anual de la implementación de esta medida durante
cuatro años. Asimismo, solicitaron la implementación de directrices específicas a
seguir por el personal de la policial y miembros del serenazgo en la atención, trato
adecuado y no discriminatorio a las personas LGBTI.

El Estado informó “que desde sus diferentes entidades ha venido adoptando


medidas para prevenir y erradicar la discriminación y violencia contra las personas
LGBTI”. En tal sentido, destacó la aprobación de la Política Nacional de Género y
“el Protocolo de la Policía Nacional del Perú para la protección y atención a
víctimas y testigos de trata de personas” que adopta un enfoque de género que
incluye a la población LGBTI. En lo que respecta a la Policía Nacional del Perú, el
Estado adoptó recientemente el Manual de Derechos Humanos Aplicados a la
Función Policial el 13 de agosto de 2018 que contiene un “capítulo referido a
víctimas y grupos en situación de vulnerabilidad en el que se desarrollan
disposiciones a tener en cuenta para el personal policial en la atención y
tratamiento de situaciones que involucran a la comunidad LGBTI”. . En el ámbito
de la administración de justicia, el Estado informó que se ha implementado la
Comisión de Justicia de Género del Poder Judicial, y ha aprobado el “Plan
Nacional de Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad-
Poder Judicial del Perú 2016-2021”.

El Estado también indicó que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses


que está adscrito al Ministerio Público, cuenta con dos protocolos que son
aplicables a casos de violencia: i) la guía Médico Legal de Valoración Integral de
Lesiones Corporales y ii) la Guía de Valoración del Daño Psíquico en Personas
Adultas Víctimas de Violencia Intencional, que incorpora el Protocolo de Estambul
a la práctica de los médicos legistas en el Perú.
CONCLUSIONES

 El Estado Peruano debe cumplir con lo establecido en la presente


sentencia, la cual menciona medidas de no repetición como la
implementación de un Protocolo sobre investigación y administración de
justicia en procesos penales sobre violencia contra personas LGTBI, la
capacitación de agentes estatales, y el programa de recolección de datos
estadísticos sobre violencia contra población LGTBI.

 La Corte concluyó que los abusos podían considerarse tortura porque hubo
i) intencionalidad de los agentes (golpes e introducción de vara policial en el
ano); ii) severos maltratos físicos y mentales; y iii) finalidad discriminatoria
por el tipo de violencia, los insultos estereotipados y la misma violación
sexual.

 Los prejuicios y los estereotipos de género afectaron la objetividad de los


funcionarios estatales. Por ejemplo, el médico legal incluyó información
innecesaria sobre la frecuencia de las relaciones sexuales de la presunta
víctima y la edad desde la cual era sexualmente activa.
 La Corte IDH ha remarcado la falta de debida diligencia por una serie de
factores como la ausencia de medidas para evitar la repetición de la
declaración de la víctima, la no realización del examen médico durante las
primeras 72 horas siguientes al hecho denunciado, el que no se ofreciera a
la víctima que el examen fuera realizado por una persona del género de su
preferencia, y otros más.

BIBLIOGRAFIA

Corte IDH, Caso Azul Rojas Marín y otra vs. Perú. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de marzo de
2020. https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_402_esp.pdf

CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS SUSCRITA EN LA


CONFERENCIA ESPECIALIZADA INTERAMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS. https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm

Defensoría del Pueblo del Perú, Derechos humanos de las personas LGBTI.
(2016). Necesidad de una política pública. Lima, Perú: VORENO E.I.R.L.
Obtenido de
https://defensoria.gob.pe/modules/Downloads/informes/defensoriales/
Informe-175--Derechos-humanos-de-personas-LGBTI.pdf

Instituto Nacional de Estadística e Informática. (2017). Primera Encuesta Virtual


para personas LGBTI. Lima: Eco. Francisco Costa Aponte. Obtenido de
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/lgbti.pdf

Resolución de la Primera Fiscalía Superior en lo Penal del Distrito Judicial de La


Libertad. (2008). expediente de prueba, folio 2912. La Libertad.

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