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¿Qué es?
Es la herramienta de gestión que se propone adopten instituciones dirigidas a la formación y al
apoyo al empleo para articular y dar coherencia a todas las acciones y procesos dirigidos a
incrementar la calidad y la equidad de su oferta, así como para la innovación y mejora continua de su
tecnología educativa (futuro deseado). De ese modo se logra su fortalecimiento como instituciones
que aprenden y gestionan el conocimiento.
Cuenta con las competencias individuales y colectivas para revisar permanentemente sus
premisas conceptuales y sus herramientas o sea su “forma de hacer formación”, es una
entidad capaz de adoptar una “nueva mirada sobre sí misma”, cambiar de actitud,
“reaprender” y recrearse;
Incita a su gente para que cambie, pero también es la que está dispuesta a hacer suyos los
cambios de su gente: aprende a cambiar y aprende a enseñar a cambiar.
Las organizaciones están en continua y crítica interacción con su entorno social, laboral y
productivo;
Las organizaciones son sistemas dinámicos de partes interactivas, en los que la disfunción de
una parte, tiene efecto sobre el conjunto;
La organización de las instituciones, proyectos o programas necesita orientarse de modo que
sus partes contribuyan al avance hacia la síntesis y la integración, teniendo como elemento
orientador la búsqueda de resultados educativos pertinentes, de calidad y con equidad
social;
Los actores de las instituciones han de ser conscientes que la integración constituye una
fuerza poderosa para realizar sueños, aplicar estrategias, obtener realizaciones personales y
profesionales. En función de ello, los actores han de conformar estructuras y procesos que
enfaticen la interrelación y la participación.
v
Proyectos de gestión para el mejoramiento e innovación Educativa
El propósito principal de un proyecto de gestión para el mejoramiento e innovación educativa, es
desarrollar capacidades de diseño e implementación autónoma, de soluciones y mejoras educativas
en las escuelas e instituciones que los y las docentes laboran, puesto que representa un desafío
permanente en el desarrollo de su profesión.
Proyecto de Mejoramiento Educativo
“Por proyecto se entiende un conjunto coordinado de acciones y recursos que tienen como objetivo
principal elevar la calidad de la educación que ofrecen a sus alumnos las escuelas del país” (Briones
1990). A partir de una evaluación de las necesidades expresadas en un marco situacional
(diagnóstico) para la búsqueda de soluciones a problemas que inhiben el desarrollo educativo, en lo
pedagógico y en la gestión.
Hoy día, en las ciencias sociales, el proyecto ocupa un lugar importante en el proceso de
planificación, programación y evaluación, ya que el proyecto no es solo una guía para la acción, si no
un factor de cambio y de transformación, un mecanismo de unidad e integración que el docente,
incluso, puede tomar como herramienta pedagógica clave para elevar la calidad de la educación.
Siguiendo esta orientación, el proyecto en su diseño debe tener un camino ordenador como
condición básica. Estas son:
• Ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las soluciones cambiantes y diferentes a las
previstas.
• Que encamine a solución de problemas concretos, sin detenerse en análisis ajenos al, proyecto.
• Que tenga un carácter abierto, en el sentido que posibilite la integración de otros proyectos
evitando la yuxtaposición de los mismos.
Innovación organizativa
Hay una relación muy fuerte entre la estructura organizacional y la innovación. Eric Viardot,
especialista en gestión de las organizaciones sostiene que “la correlación entre organización e
innovación es un tema clásico en los estudios e investigaciones estratégicas. Son tres corrientes
académicas y teóricas las que ponen el enfoque sobre este tema. La Organizational design, que
analiza si hay organizaciones que estén mejores que otras para favorecer el desarrollo y el éxito de la
innovación. Otra escuela es la Organization learning, que pone el enfoque menos en el diseño de la
organización pero sí sobre la manera en cómo las organizaciones aprenden, cómo se acomoda el
conocimiento dentro de una organización para desarrollar la innovación; finalmente, hay una escuela
mucho más reciente que es la Organizational change que considera la relación estructura/innovación
de la manera en cómo la organización puede adaptarse a cualquier nuevo cambio a nivel
organizacional o a nivel del entorno” (Viardot, E. 2013).
Por su parte, Escudero y González (1984) citados por Teresa Pacheco Méndez (1991) prefieren
clasificar los modelos de innovación en curriculares, teóricos y tecnológicos. Dentro de éstos,
incluyen aspectos de la estructura organizacional de las instituciones y especifican el catalizador de la
innovación:
- “Los sistémico-ambientales que justifican el cambio a partir de los déficits producidos en el sistema
social.
- Los organizativos que centran su atención en el contexto y dinámica organizativa en donde opera la
organización.
- Los centrados en estilos de decisión que ponen énfasis en la toma de decisiones como elemento
constante e importante de todo el proceso innovador.
- Los que destacan al individuo, en particular el papel del profesor en la realización del proyecto
innovador y/o del alumno como centro de interés de necesidades que satisfacer por las propuestas
innovadoras.
Innovación y tecnología
Innovar en cualquier ámbito, incluida la educación, en los últimos quince años y en un
contexto cada vez más intrincado es sumamente complejo. Neurociencia, inteligencias
múltiples, inteligencia artificial, Internet de las cosas, son algunos de los cambios
sustanciales de las últimas décadas que inciden directamente en el sistema educativo actual
como catalizadores de diversos cambios a nivel institucional entre otros.
Las tecnologías que se desarrollan de una forma vertiginosa, generan en las instituciones
mucha incertidumbre y dilemas sobre cuál es el momento apropiado para incorporarlas y
por cuanto tiempo; y las instancias que tienen para reflexionar sobre ello son muy breves. En
este sentido, el informe realizado por el Kennisnet (2017), la organización pública holandesa
para la educación y las TIC, sostiene que la innovación no consiste en probar cada nueva
opción tecnológica de la manera más rápida posible, sino en saber combinar la exploración
de nuevas oportunidades e ideas, aprendiendo de ellas, y sincronizarlas con tecnologías
valiosas para una implementación que ayude a los centros escolares a lograr su objetivo
educativo. Sostiene además, que un centro tiene una doble responsabilidad; por un lado
tener una postura tomada, ya sea a través de un departamento interno referido a las TIC, o
reuniones del plantel de gestión y de docentes, donde se puedan analizar qué tecnologías,
dispositivos y herramientas digitales son las adecuadas y las más convenientes para utilizar
según sean los objetivos, administrativos, comunicativos, organizativos o de enseñanza y
aprendizaje; en segundo lugar, deben lograr que los estudiantes estén preparados para la
emergencia de nuevas tecnologías y, los docentes, estar capacitados para enseñar cómo
usarlas, (Van Wetering, 2017).
Las tecnologías de la comunicación y la información, han dado lugar a una innovación
didáctica cuya principal característica es el aprendizaje ubicuo, personalizado, sin barreras
específicas de tiempo y espacio. En este sentido, Diego Levis (2016) plantea que la movilidad
e intemporalización electrónica de gran parte de nuestras actividades públicas y personales
dan lugar a la emergencia de una forma de vida social a la que él caracteriza como
tecnomadismo, entendido como la persona que se comunica, se entretiene, trabaja y
estudia desde lugares cambiantes, en momentos variables, utilizando para ello dispositivos
digitales provistos de pantallas electrónicas, conectada a una red telemática inalámbrica.
Esta nueva forma de vivir en línea requiere un sistema educativo con una infraestructura que
facilite la comunicación, la gestión de los datos y la habilidad para interactuar en red con
personas y con máquinas. Dicho de otra forma, deben combinar estratégicamente
infraestructura, softwares y plataformas como servicios (“as a service” Iaas, Saas, Paas), es
decir, incorporar en sus decisiones de innovación, los principios esenciales de la nube, (Van
Wetering, 2017).
Internet por su parte, viene afianzando otras alternativas, visiones y acciones que favorecen
aprender –y también enseñar– en un entorno con flujos de comunicación distintos a la
organización escolar clásica. Ni los recursos, ni los flujos de comunicación, ni el lenguaje, ni
las dinámicas de interacción social, son las que hay en el aula, (Gros, Suárez-Guerrero, 2016:
7-8). Por el contrario, las TIC, hacen que, en el aprendizaje digital, se interrelacionen el big
data, las analíticas de aprendizaje, los materiales digitales de aprendizaje adaptativo y los
entornos personales de aprendizaje, generando unas dinámicas totalmente distintas a las de
hace cincuenta años atrás, (Van Wetering, 2017).
Tampoco es igual el rol del docente. De ser una fuente indiscutible de conocimiento e
información en el sistema de enseñanza tradicional, en el conocimiento en red, se ha
convertido en un guía experto que debe mediar y orientar el aprendizaje de los alumnos;
debe enseñar criterios para seleccionar, organizar contenido y priorizar experiencias.
1. Una decisión
Innovar es una decisión que toman fundamentalmente los líderes escolares (Villa, 2013) y que deben
sostener en el tiempo para conseguir resultados, asegurándose que lo estratégico se convierta en
operativo y no se diluya en voluntarismo o buenas intenciones que quedan solo en enunciados.
Innovar es una decisión que se realiza siempre en gerundio. Se innova innovando. La decisión de
innovar no es tan compleja cuando se toma, sino cuando se comienza a implementar, porque
incomoda a todos los actores, cambia el concierto de relaciones, las estructuras de poder y
reconfigura el naipe tradicional de organigramas.
3. Conciencia de la tensión
Pretender innovar al interior de la escuela y no incomodar a nadie, es un sueño. Pensar que la sola
decisión de iniciar una innovación aclarará el camino es una ingenuidad. Las tensiones surgirán en el
momento mismo en que se anuncian los cambios, transformaciones o innovaciones y se agudizarán
en su implementación por una cuestión natural: somos observadores distintos y vivimos en mundos
interpretativos (Echeverría, 1994). Lo que para algunos será un desafío, para otros, una pesada carga.
Las tensiones forman parte de todo proceso de cambio. Una tensión recurrente es el cambio de
paradigma del proceso de aprendizaje: si antes se enseñaba lo que se había aprendido previamente,
en la actualidad enseñamos aprendiendo, no hay secuencia, sino simultaneidad. El problema no es
evitarlas sino aprender a vivir con ellas. Se tensionan los grupos, las personas, los proyectos. Ser
conscientes de esta natural tensión, permite desarrollar determinadas competencias
conversacionales para abordarlas de manera satisfactoria.
La experiencia de no pocas escuelas y aulas es que están completamente volcadas sobre sí mismas,
se cree que lo mejor ocurre en el propio centro, que en otros centros no se hace nada mejor, etc.
Esta mirada ignora lo que acontece en otras escuelas porque no se trabaja en red. En este entorno
cortoplacista, limitado y de enfoque único, es muy difícil que se puedan reconocer innovaciones de
otros cursos, docentes, escuelas o países. Para superar esta práctica y salir del propio reducto, Fullan
(2016) recomienda mirar y conocer que están haciendo otros colegios y docentes en la ciudad, en la
región, el país y en otras partes del mundo, no para copiar o trasplantar simplemente, sino para
aprender de otras experiencias distintas y distantes que probablemente tuvieron el mismo
diagnóstico e implementaron una mejora o innovación que respondiera a sus particularidades. Saber
lo que está ocurriendo más allá de las paredes y muros es una obligación, es la relación dentro-fuera
como motor de innovación. Al hacerlo se construyen relaciones, se arman redes y generan
conexiones que benefician a todos los actores escolares.
En muchas ocasiones el simple diseño y puesta en marcha de una innovación no basta para asegurar
su éxito, se requiere poner especial cuidado en las personas que formarán los equipos que la
implementarán. A esto le llamamos las “pequeñas sociedades” (de estudiantes, de maestros, de
padres colaboradores). Las pequeñas sociedades hacen articulación, planificación y organización de
actividades de aprendizaje. Las pequeñas sociedades son grupos de personas puestos a trabajar en
común, construyen una fraternidad basada en el respeto y colaboración que, finalmente, los hace
constituirse como equipos. Son capaces de diseñar clases entre dos, tres y hasta cuatro profesores
con un alto grado de conexión y conectividad emocional (Bloch, 2013) Poner atención a este punto
es intencional la formación de equipos humanos con objetivos comunes, prestar especial cuidado a
las conversaciones que ellos sostienes con el propósito que sean expansivas y fuente de creatividad,
pero, sobre todo, que el hecho de trabajar juntos les produzca satisfacción.
6. Fomento de “Nichos”
Hemos señalado que la innovación es crear algo que genere valor a las personas desde la propia
escuela. Pues bien, fomentar nichos, tiene que ver con detectar en los problemas o necesidades que
se presentan cotidianamente, oportunidades para innovar. Los nichos de innovación son siempre
posibilidades para responder a requerimientos que es probable ni siquiera son considerados o bien
expresados por los propios protagonistas; por ejemplo, plataformas digitales, control de asistencia,
comunicación escuela-familia, para el nicho “padres”; proyectos escuela-empresa, para el nicho
“empleabilidad” y asociación de escuelas para brindar talleres extraescolares en el nicho “tiempo
libre”. Estos nichos crean valor para grupos específicos y pueden transformarse incluso en proyectos
de emprendimiento colegial.
La investigación es contundente al señalar que no educamos solos, sino en comunidad. Los líderes
escolares, intencional el trabajo al interior de los equipos docentes, planteándoles desafíos anuales o
semestrales, siendo el primero y más importantes el de su propio aprendizaje a través de rutas de
desarrollo profesional. Los proyectos intra-inter departamental cumplen el objetivo de hacer trabajar
en equipo a los docentes para que se hagan cargo de un problema surgido de la propia acción
educativa. La naturaleza del trabajo docente en el pasado ha facilitado un trabajo más bien individual
y en aulas más bien cerradas. Promover proyecto intradepartamental es provocar trabajo sinérgico
entre educadores de la misma especialidad, pero no basta con eso, se requiere promover iniciativas
interdepartamentales para construir proyectos colaborativos que superen las tradicionales
asignaturas y compartimentos del conocimiento. (Guisasola, J y Garmendia, M, 2014) Este tipo de
iniciativas lo que consigue es colocar a las personas en modo colaboración, iniciativa, visión global y
coordinación de acciones.
9. Retos Institucionales
La innovación educativa es, ante todo, una filosofía de vida, de trabajo y de convivencia en la acción
escolar que trae de la mano un reto: aprender para emprender. Cuando todo cambia y cambian los
entornos, cambia la sociedad y los estudiantes, es necesario que la acción escolar también lo haga.
Pero ¿cómo movilizar y desplazar a equipos y colectivos docentes desde un estado de comodidad a
una situación de desafío? (Rivera, 2013). A través de retos institucionales, es decir, iniciativas que
junto a otros transformen la realidad: eventos, experiencias o actividades que impacten y generen
resultados en las personas. Decretar el año de, el desafío de, el proyecto de, como un todo escolar,
genera adhesión, norte y guía. Es necesario que estos retos institucionales o anuales vayan en
consonancia con los contextos locales, nacionales e internacionales, por ejemplo, el año 2018 se
recuerdan los 50 años de la Primavera de Praga y los 100 años del término de la 1ª Guerra Mundial.
10. Incentivos
Paso 2: Se forman los grupos con representantes de cada estamento. El trabajo grupal integrado por
los distintos actores de la comunidad escolar enriquece el proyecto (no más de seis personas) y
eligen un coordinador y representante del grupo, para que exponga en el plenario los resultados
escritos en un papelógrafo u otro instrumento.
Paso 3: Una vez concluido el trabajo grupal, se procede a exponer los avances obtenidos y un
secretario (a) con los representantes de los distintos grupos, construyen el resumen de los análisis.
Paso 4: Se prepara una nueva sesión de trabajo para dar a conocer los resúmenes logrados, como se
presentan en los ejemplos anteriores.