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Médica Panamericana, S. A.
Prefacio ..................................................................................................................................................................................... XI
,
INTRODUCCION 1 % de la población en casi todos los países del
mundo).
La diabetes mellitus viene definida por la pre- La diabetes mellitus de tipo 1 se produce por
sencia en la persona afectada de una hipergluce- la destrucción de las células productoras de in-
mia crónica. Los criterios diagnósticos de diabe- sulina, lo que conduce a la necesidad de trata-
tes mellitus actualizados según la Asociación miento con insulina desde el inicio de la enfer-
Americana de Diabetes se muestran resumidos medad en las personas afectadas. Su causa es en
en la tabla 1-1. la mayor parte de casos de origen autoinmuni-
En ausencia de hiperglucemia franca, los tres tario.
primeros criterios deben ser repetidos para su En la diabetes mellitus de tipo 2, se produce tan-
confirmación en un día posterior. to una disminución de la sensibilidad a la acción
La clasificación actual de la diabetes mellitus de la insulina en diferentes tejidos como una insu-
identifica dos tipos principales de diabetes, la de ficiente secreción de insulina por parte de las célu-
tipo 1 y la de tipo 2. Además de los dos tipos prin- las beta pancreáticas productoras de dicha hor-
cipales, se distinguen también la diabetes gesta- mona. Este tipo de diabetes es la que se asocia a la
cional y otras formas de diabetes, aunque no es obesidad y el sedentarismo, propios de las socie-
posible extenderse aquí en la descripción de estos dades occidentales. Esta asociación supone en
tipos de diabetes, cuya frecuencia es baja. El tipo muchos de los casos la presencia de otros factores
de diabetes más frecuente con mucho es la diabe- de riesgo cardiovascular, especialmente, la dislipi-
tes mellitus de tipo 2, que actualmente representa demia y la hipertensión. Por ello, la población
en casi todo el mundo más del 90 o/o de los casos. afectada presenta un riesgo elevado de enferme-
En segundo lugar, se encuentra la diabetes melli- dad cardiovascular, que se caracteriza por una ma-
tus de tipo l, que supone la segunda causa, aun- yor precocidad y más gravedad que en la pobla-
que su prevalencia es mucho más baja (menos del ción no diabética.1
Tabla 1-1. Criterios diagnósticos de la diabetes mellitus según la Asociación Americana de Diabetes
3. Glucemia plasmática> 200 mg/dl en la prueba de tolerancia oral a la glucosa (75 g de glucosa
en el adulto).
4. Paciente con descompensación hiperglucémica o síntomas clásicos de hiperglucemia, con una glucemia
plasmática> 200 mg/dl.
NGSP: National Glycohemoglobin Standardízation Program (Programa de Estandarización Nacional de Hemoglobina Glucosilada);
DCCT: Diabetes Control and Comp/ications Triaf (Estudio de Control y Complicaciones de la Diabetes).
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Neuropatía sensitiva
Pérdida de sensación de protección
Pérdída de detección de presiones patológicas
mento de presiones en determinadas zonas del taria a nivel local. Existen, además, otros factores
pie, como los dedos y las cabezas de los metatar- que pueden favorecer el empeoramiento de la
sianos a nivel plantar. En estas dos zonas es donde perfusión, como el edema causado por un trauma-
se localizan aproximadamente la mitad de las úl- tismo, la trombosis séptica o la infección, y gene-
ceras del pie diabético. ralmente afectan a las arterias que irrigan los de-
La neuropatía autónoma causa sequedad en la dos de los pies, que pueden llegar a gangrenarse.
piel, dejándola más frágil y con tendencia a agrie- El estadio más grave de la enfermedad arterial pe-
tarse; paralelamente, da lugar a la alteración de los riférica se manifiesta con la isquemia crítica asocia-
shunts entre las arterias y venas, produciendo ede- da a úlcera o gangrena, la cual requiere revascula-
ma, y causando finalmente la distensión de las ve- rización. Las probabilidades de salvar una extremi-
nas dorsales del pie. dad después de un procedimiento de revasculari-
La enfermedad vascular periférica afecta de ma- zación son análogas en pacientes diabéticos y no
nera variable a los pacientes. En aproximadamen- diabéticos;2 por lo tanto, la diabetes no constituye
te la mitad de los pacientes con úlcera, se puede un motivo para no ofrecer a los pacientes los mis-
encontrar la presencia de enfermedad vascular pe- mos procedimientos de revascularización que en
riférica, siendo el factor pronóstico más importan- la población no diabética.
te para la curación de las úlceras.2·4 Esta complica- Del total de pacientes con úlceras de pie diabé-
ción puede identificarse con una simple explora- tico, aproximadamente dos tercios presentan neu-
ción clínica y el pronóstico de curación de una le- ropatía, deformaciones del pie y antecedentes de
sión puede estimarse sin pruebas invasivas. 2 La traumatismos menores.2
enfermedad macrovascular produce alteraciones La pérdida de sensibilidad, las deformidades que
del trofismo del pie que hacen que la piel sea más conducen a alteraciones tanto morfológicas como
sensible al estrés biomecánico, dificulta la cicatri- funcionales del pie (Fig. 1-2) y los factores externos
zación y altera los mecanismos de defensa inmuni- son responsables de la mayoría de las úlceras. Las
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
deformidades pueden ser propias o adquiridas por Una de las complicaciones que más se asocia
diferentes motivos: la neuropatía, procedimientos a las úlceras es la infección y puede ser identifi-
quirúrgicos previos, amputaciones previas o por la cada por la semiología clínica. La infección no
neuroartropatía de Charcot. El factor externo que es un factor pronóstico independiente de cura-
más frecuentemente desencadena ulceración es el ción, lo que indica que la terapia antibiótica y
propio calzado del paciente. las técnicas quirúrgicas son adecuadas para sal-
Los principales factores de riesgo para desarro- var extremidades en pacientes con buena per-
llar una úlcera son: fusión.3
Entre las tareas más importantes para el cuidado
• Úlceras previas o amputaciones previas como del pie diabético, están:
factor de mayor riesgo.
• La neuropatía como factor más implicado. • Prevención.
• Traumatismos: calzado inadecuado, caminar • Evaluación inicial y diagnóstico de las úlceras.
descalzo, objetos en el interior del calzado, caí- • Tratamiento local de la úlcera.
das o accidentes. • Tratamiento de las infecciones.
• Alteraciones biomecánicas: limitación articular, • Atención clínica general del paciente.
prominencias óseas, deformidades, hiperquera- • Descarga.
tosis. • Tratamientos quirúrgicos: locales, vascular, co-
• La enfermedad vascular periférica, cuyo papel rrectivos.
pronóstico es fundamental. • Calzado.
• El estatus socioeconómico del paciente: pobre- • Educación.
za, no tener acceso a los servicios médicos, in-
cumplimiento de las pautas médicas, bajo nivel Debido a esta gran variedad de actuaciones
educativo.2 que precisa un paciente con pie diabético, se re-
• Diabetes de más de 1O años de evolución. quieren profesionales de la salud expertos en di-
• Mal control crónico de la glucemia. ferentes aspectos del diagnóstico, el tratamiento
• Tener retinopatía diabética. y la prevención. Se ha demostrado que la aten-
• Tener nefropatía diabética. ción multidisciplinaria del pie diabético es efecti-
• Edad avanzada. va y reduce los altos costes económico-sociales
Figura 1-2 . Relación entre las deformidades y las alteraciones morfológicas y funcionales del pie en los pacien-
tes diabéticos.
CAPÍTULO 1. Introducción •
asociados. Los mayores costes se derivan de los culares y macrovasculares de estos pacientes a
ingresos y estancias hospitalarias.5 edades tempranas.
En España, la prevalencia de la diabetes mellitus
de tipo 2 es actualmente del 13,8 ºlo según un es-
ASPECTOS BÁSICOS DE LA tudio realizado en 2009 y recientemente publica-
EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIABETES do; de este porcentaje, un 6 ºlo correspondió a per-
Y DEL PIE DIABÉTICO sonas no diagnosticadas. Como se ha demostrado
en estudios previos, la diabetes de tipo 2 se asocia
La diabetes mellitus constituye la cuarta o quin- con mayor frecuencia a la obesidad, la hiperten-
ta causa de muerte en los países desarrollados y, sión, el aumento del colesterol y triglicéridos y la
en los países vías de desarrollo, se está incremen- disminución del colesterol HDL (asociado a lipo-
tando en proporciones epidémicas. 2 Dependiendo proteínas de alta densidad). También se confirmó
de los países, se sabe que hasta un 45 o/o de las per- que las personas con nivel educativo bajo presen-
sonas que la padecen no están diagnosticadas. tan un 28 º/o más de probabilidad de padecer la
En el año 2011, se ha estimado que la diabetes enfermedad. Asimismo, se ha observado que un
mellitus afecta ya a 366 millones de pacientes en bajo nivel socioeconómico se asocia a un peor es-
todo el mundo, y las proyecciones estiman un in- tado de salud, tasas más elevadas de mortalidad,
cremento de estas cifras en un 51 % para el año enfermedades cardiovasculares e incremento de
2030; para entonces, la diabetes mellitus afectará a la prevalencia de la diabetes. 7
unos 550 millones de personas en todo el mundo.6 En el estudio con mayor muestra de población
La prevalencia es variable según las regiones geo- que se ha llevado a cabo en Europa sobre la pobla-
gráficas, siendo el nivel socioeconómico y los há- ción con diabetes mellitus de tipo 2, en condicio-
bitos de estilo de vida los principales factores im- nes de práctica real, se confirmó el diagnóstico de
portantes en los cambios que se están producien- diabetes mellitus de tipo 2 en un 7,6 % de la pobla-
do en la prevalencia de la enfermedad. ción adulta mayor de 30 años de edad en Cataluña
La diabetes mellitus de tipo 1 afecta a un por- (dato muy semejante al estudio español). También
centaje minoritario del total de pacientes diabéti- se observó que en personas de más de 70 años la
cos. La diabetes de tipo 2 constituye la gran epide- prevalencia asciende hasta un 22,4 %.8
mia metabólica del siglo xx1, especialmente, en los Aproximadamente un 15 % de todos los pacien-
países desarrollados, donde se concentra entre el tes diabéticos desarrollarán una úlcera en el pie a
85 y el 90 % de los pacientes diabéticos, aunque el lo largo de su vida. Esto significa que uno de cada
mayor crecimiento va a producirse en los países en siete pacientes diabéticos presentará una o más
desarrollo. El número creciente de personas afec- úlceras en los pies a lo largo de la vida. A nivel
tadas se explica por varios factores: los cambios mundial, se ha calculado que cada año aproxima-
socioculturales, el envejecimiento de la población, damente cuatro millones de personas desarrollan
el incremento de las áreas urbanizadas, los cam- una nueva úlcera de pie diabético.
bios en la alimentación, la reducción de la activi- En los países desarrollados, el 60 ºlo de las úlceras
dad física y, en general, de otros hábitos poco salu- se asocian a enfermedad vascular periférica, es de-
dables, que conllevan el aumento incesante de la cir, son isquémicas o neuroisquémicas, en contras-
prevalencia de obesidad.2 Actualmente, se está te con lo que ocurre en los países en desarrollo, en
produciendo un incremento de la incidencia de los que las úlceras son, en su mayoría, de origen
diabetes de tipo 2 a edades tempranas asociado a neuropático. La prevalencia de las úlceras de pie
la obesidad y el sedentarismo, especialmente, en diabético varía entre un 1,5 y un 1O% y su inciden-
adolescentes y adultos jóvenes; por lo tanto, la cia se sitúa entre el 2,2 y el 5,9 %. 2
diabetes de tipo 2 se está convirtiendo en un pro- En cuanto a las reulceraciones, Connor y Mahi
blema de salud pública grave, al que se añade el publicaron, tras un seguimiento de 2 a 1O años de
potencial desarrollo de complicaciones microvas- duración de los pacientes que habían sufrido una
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
elevadas de alta hospitalaria con amputación, sentan úlcera con enfermedad vascular periférica
comparados con un grupo de control de raza blan- e infección que en pacientes en ausencia de éstas.
ca e hispanos de Estados Unidos; estas tasas guar- La proporción más elevada de estos costes la re-
dan mucha relación con el acceso del paciente a la presentan los asociados a las hospitalizaciones, al
atención sanitaria, la calidad de ésta y la situación uso de antibióticos, a las amputaciones y a otros
socioeconómica. El principal factor no biológico tipos de procedimientos quirúrgicos.4
para la amputación, identificado por Watchell y co- El impacto del pie diabético en la calidad de
laboradores, fue la pobreza. vida de los pacientes es devastador. En muchos ca-
En términos económicos, el pie diabético supone, sos, una úlcera es el inicio de una sucesión de
según los diferentes sistemas sanitarios analizados, eventos que conducen a una amputación. Son
entre un 12 y un 15 o/o de los recursos económicos muchos los pacientes que tras una amputación no
totales destinados a la diabetes. En los países en de- son capaces de restablecer su vida laboral, son al-
sarrollo, este porcentaje puede alcanzar hasta el tamente dependientes y no pueden llevar una
40 %. 2 Estudios económicos de salud demuestran vida social considerada como de normalidad. Los
que los programas que tienen como objetivo la re- estudios de calidad de vida revelan que los pa-
ducción de la incidencia de las úlceras y amputacio- cientes con úlceras de pie diabético presentan un
nes entre un 25 y un 40 o/o son claramente coste- deterioro en las esferas psicoemocional y sociales.
efectivas. Cabe destacar como caso de éxito la ac- Otro aspecto común a estos pacientes es el desa-
tuación de los programas multidisciplinarios de rrollo de una depresión.2 Por lo tanto, cabe con-
atención al pie diabético, que han conseguido re- cluir que el desarrollo de un pie diabético en un
ducir las amputaciones entre un 49 y un 85 %. 2 paciente se puede traducir en una pérdida grave
En el estudio Eurodiale, se demostró que los re- tanto de calidad como de cantidad de años de
cursos gastados y los costes son diferentes entre vida. Ello debería influir mucho más de lo que ha
los diferentes grupos en función de si la úlcera supuesto hasta ahora, al menos en España, en las
presenta enfermedad vascular periférica y/o infec- decisiones sobre la asignación de recursos y la pla-
ción. En este sentido, el coste total por paciente es nificación de la atención y en la prevención de
más de cuatro veces mayor en pacientes que pre- esta grave complicación de la diabetes mellitus.
ABORDAJE DEL PIE EN ATENCIÓN tectar las diferencias de temperatura entre ambos
PRIMARIA pies (descartar la artropatía de Charcot).
En pacientes de riesgo elevado, cualquier lesión
Los programas de atención al pie que incluyen cutánea o de anejos debe ser valorada y tratada;
educación sanitaria y sobre cuidados del pie, ex- nunca deben menospreciarse, ya que puede tra-
ploración regular del pie y detección del grado tarse de lesiones precursoras de úlceras y, además,
de riesgo de úlcera pueden reducir la aparición ser la puerta de entrada de infecciones. Cualquier
de lesiones en más del 50 ºlo de los pacientes. La callo con signos de sangrado o ampolla asociada
ausencia de síntomas no significa que el pie este debe contemplarse como de riesgo. Las úlceras is-
sano; puede presentar neuropatía, vasculopatía quémicas, las úlceras por presión y los cuerpos ex-
e, incluso, úlcera sin síntomas. La identificación traños pueden presentarse en forma de ampollas.
de los pacientes de alto riesgo de presentar La onicogriposis o engrosamiento ungueal, casi
complicaciones en el pie es el primer paso para siempre de etiología micótica, puede provocar
prevenirlas. una presión anómala del calzado sobre la uña,
Los pilares para el manejo adecuado del pie son: produciendo una úlcera subungueal, por lo que
precisa ser tratada.
• Inspección y exploración regular del pie.
• Identificación del pie de riesgo.
• Educación al paciente, la familia y los profesio- Valoración musculoesquelética del pie
nales sanitarios.
• Inspección del calzado y promover la utilización Debe valorarse la presencia de atrofia muscular
del calzado adecuado. (acanalamiento entre metatarsianos) y cualquier
• Tratamiento de las úlceras. deformidad en el pie, sobre todo, a nivel de los de-
• Derivación a atención secundaria. dos (ha/lux valgus, dedo en martillo, dedo en ga-
rra), cabezas de metatarsianos prominentes, de-
formidades residuales a artropatía de Charcot, am-
Inspección y exploración regular del pie putaciones previas o secundarias a cirugía del pie
que favorecen la hiperpresión y, por lo tanto, la ul-
La exploración completa del pie debe realizarse, ceración.
al menos, una vez al año y, más frecuentemente, Es importante descartar la artropatía de Char-
según el grado de riesgo detectado, para investi- cot, enfermedad infradiagnosticada que se pre-
gar la presencia de factores de riesgo de úlcera y senta en el pie neuropático; se trata de una des-
amputación. La inspección puede realizarse con trucción osteoarticular no infecciosa que afecta al
mayor frecuencia en las visitas de seguimiento en mediopié con hundimiento del arco plantar y se
consulta de enfermería y se debe instruir al pa- presenta como un pie rojo, caliente, tumefacto y
ciente para realizarla también en el domicilio y co- con aspecto cuboide. El pie de Charcot precisa re-
nocer los signos de alarma para contactar con el misión urgente a la unidad de pie diabético para
profesional sanitario. valoración y tratamiento (v. Cap. 2).
Detección de arteriopatía periférica Una vez realizada la exploración, hay que deter-
minar el grado de riesgo del pie para poder indicar
La arteriopatía periférica es una causa compo- el plan terapéutico adecuado. Se recomienda se-
nente en aproximadamente un tercio de las úlce- guir las indicaciones del lnternational Working
ras en el pie y supone un factor determinante del Group on Diabetes Foot (IWGDF, 2011) que define
éxito en la cicatrización y un factor de riesgo para categorías de riesgo de úlcera en el pie del pacien-
Tabla 1-3. Practica/ Guidelines, 2011. IWGDF. Reproducido con autorización del
Dr. Karel Bakker del lnternational Consensus on the Diabetic Foot
te con diabetes en función de la presencia de neu- ríos, ya que la detección del pie de riesgo y de las
ropatía, arteriopatía periférica, deformidades y an- lesiones de forma precoz es responsabilidad del
tecedentes de úlcera. 14 profesional sanitario y es frecuente que esta activi-
En el grado 1, se debe realizar prevención pri- dad no esté incorporada en su práctica clínica ha-
maria de la neuropatía, fomentar hábitos saluda- bitual.
bles de vida, optimizar el control glucémico y de El objetivo de la educación del paciente es au-
todos los factores de riesgo cardiovascular, ofrecer mentar la motivación y las habilidades para el cui-
consejo antitabáquico y prestar ayuda para el dado del pie. El paciente con diabetes debe ser
abandono del tabaquismo si el paciente está en capaz de reconocer los problemas potenciales del
fase de preparación. Se debe programar una revi- pie y tomar las medidas necesarias para evitarlos
sión anual. (v. Cap. 3).
En los grados de riesgo 2, 3 y 4, además de lo in-
dicado en el grado 1, se debe realizar educación
específica para cuidados del pie y establecer la pe- Inspección del calzado y promover
riodicidad de las visitas de seguimiento según el la utilización del calzado adecuado
grado de riesgo detectado.
El paciente con grado de riesgo 3 y 4 debería ser El calzado protege el pie del paciente con diabe-
derivado a atención secundaria (unidades de pie tes de traumatismos, temperaturas extremas y
diabético/ cirugía vascular), haciéndose un segui- contaminación. Debe plantearse la pregunta:
miento conjunto; los grados 1 y 2 pueden ser asu- «¿este calzado es adecuado para este pie?». El cal-
midos en atención primaria. zado inapropiado incluye el excesivamente gasta-
En un seguimiento realizado durante tres años, do, el demasiado grande o el demasiado peq ueño
se observó que hay una clara tendencia de au- para el pie del paciente (v. Cap. 3).
mento de morbilidad en el pie para lelo al aumen- Debe utilizarse un calzado adecuado, ni dema-
to de riesgo de cada estadio según el esquema del siado prieto ni demasiado ancho; es preferible
IWGDF. Los pacientes en categorías de mayor ries- comprar los zapatos por la tarde y valorar si están
go tenían una probabilidad 34 veces mayor de bien ajustados en bipedestación. La anchura del
presentar úlcera que los pacientes en categoría de interior del zapado debe ser la que presenta el pie
bajo riesgo, presentando, además, una probabili- del paciente a nivel de las articulaciones metatar-
dad de amputación 17 veces más elevada. Los pa- sofalángicas. La longitud interna del zapato debe
cientes con antecedentes de amputación tienen ser entre 1 y 2 cm superior a la del pie, y la altura
mucho más riesgo de sufrir nuevas complicacio- debe acoger con comodidad los dedos. Los pa-
nes, 100 veces mayor probabilidad de úlcera y 32 cientes con pérdida de sensibil idad y deformida-
de nueva amputación que los pacientes en riesgo des deben seleccionar de forma muy cuidadosa
bajo. Una vez cicatrizada la úlcera, el paciente pre- los zapatos; pueden ser candidatos a zapatos es-
cisa rá seguimiento de por vida por la alta probabi- pecia les adaptados a sus necesidades si no los en-
lidad de presentar recurrencias y el mayor riesgo cuentran en el mercado. Cabe recordar que el za-
de amputación. pato inadecuado es la causa más importante de
úlcera en el pie.
periférica si se precisa. Como medidas generales Las úlce ras neuropáticas casi siempre asientan
para favorecer la cicatrización, se debe optimizar sobre callosidades y presentan áreas de necrosis,
el control glucémico y tratar la desnutrición y el lo que dificulta la valoración de la profundidad
edema, que suele ser multifactorial (enfermedad de la lesión, por lo que siempre deben ser desbri-
renal crónica, insuficiencia cardíaca, desnutrición, dadas lo antes posible y casi nunca precisan
etcétera}. anestesia. En el caso de úlceras isquémicas o neu-
Es necesario instruir siempre al paciente y/o cui- roisquémicas, sólo serán desbridadas si existe in-
dador en el autocuidado de las lesiones y el reco- fección.
nocimiento de los signos y síntomas de alarma El tratamiento de la úlcera se basa en cuatro pi-
para contactar con el equipo sanitario (fiebre, hi- lares: la descarga de la úlcera, el manejo adecuado
perglucemia no esperada, cambios locales en la de la herida, la detección y tratamiento de la infec-
lesión que hagan sospechar infección} (Tabla 1-4). ción, y la restauración de la perfusión arteria l.
La exploración periódica del pie por el profesio-
nal de atención primaria junto a la inspección rea-
lizada por el propio paciente o su cuidador ofre- Descarga de la úlcera
cen la oportunidad de detectar de forma precoz
las úlceras cuando son de pequeño tamaño y la Se puede efectuar la descarga de la lesión con
posibilidad de cicatriza r es más elevada tomando métodos sencillos, como evitar deambulación,
las medidas oportunas; se debe evitar que las úl- utilizar muletas, las descargas con fieltros o recu-
ceras que son indoloras sigan su curso natural, rrir a otros sistemas más complejos y personaliza-
que es ir progresando en tamaño y profundidad, dos que deben realizar los podólogos con forma-
aumentar el riesgo de infección y disminuir la po - ció n específica en el tratamiento del pie diabéti-
sibilidad de cicatrización, lo que conduce a una co (v. Cap. 7).
mayor probabilidad de amputación en función
t ambién del grado de arteriopatía periférica que
presente el paciente. Manejo adecuado de la herida
Para garantizar un adecuado tratamiento de la
úlcera, debe evaluarse: Consiste en la inspección y el desbridamiento
con bisturí frecuentes, el control del exudado y el
Causa: siempre debe determinarse la ca usa para mantenimiento de un grado de humedad adecua-
evit ar la posibilidad de recurrencia y prevenir úlce- do para potenciar la cicatrización evitando la ma-
ras en el pie contralatera l. La causa más frecuente ceración de la piel (están contraindicados los ba-
son los traumatismos por zapatos inadecuados, ños de pies). No se contempla el uso habitual de
que deben ser revisados periódicamente. los productos biológicos activos en úlceras neuro-
Tipo de úlcera: pueden ser neuropáticas, isqué- páticas (factores de crecimiento, colágeno, etc.), el
micas o neuroisquémicas. El etiquetado de la úl- tratamiento con oxígeno hiperbárico ni la utiliza-
cera es la clave para planificar el tratamiento. La ción de apósitos con plata u otros agentes antimi-
va loración de la isquemia arterial resulta crucia l, crobianos.
ya que la isquemia puede compromet er la cica-
trización. Tabla 1-4. Puntos clave para el tratamiento
localización y profundidad: las úlceras neu ro- de la úlcera
páticas se localizan a nivel plantar o en zonas de • Descarga de la lesión
hiperpresión producidas por deformidades. Las
• Manejo adecuado de la herida
úlceras isquémicas y neuroisquémicas suelen lo-
ca liza rse en los bordes laterales de los pies, los • Control de la infección
espacios interdigitales, las punt as de los dedos y • Tratamiento de la enfermedad vascular periférica
el talón. si se precisa
CAPÍTULO 1. Introducción •
Detección y tratamiento de la infección del 57 ºA> y un valor predictivo negativo del 98 %.16
Es por ello por lo que supone una exploración muy
La infección supone una amenaza de amputa- rentable en atención primaria para descartar la
ción de la extremidad, por lo que debe ser investi- presencia de osteomielitis y debe ser sistemática-
gada de forma activa y tratada con rapidez. La in- mente realizada en la exploración de todas las úl-
fección grave del pie en el paciente con diabetes ceras del pie. Para confirmar la infección ósea, se
supone un 25 % de aumento del riesgo de ampu- precisara realizar otras exploraciones complemen-
tación mayor de extremidades inferiores. Un por- tarias (v. Ca p. 5).
centaje elevado de pacientes que sufren amputa- La radiografía simple es una técnica de imagen
ción tiene antecedente de retraso en la detección asequible en atención primaria y puede tener uti -
de infección de la úlcera y/o grado de isquemia ar- lidad para la detección de infecciones profundas
terial periférica. y, sobre todo, óseas que pueden comprometer la
Cabe tener presentes los factores que suponen extremidad del paciente. Puede mostrar signos
un mayor riesgo de infección del pie en el pacien- de presencia de gas que apoyan el diagnóstico
te con diabetes. La presencia de úlcera debería de infección subcutánea grave, que precisará tra-
suscitar una alta sospecha de infección, ya que al- tamiento quirúrgico inmediato. La osteomielitis
gunos autores detectan que el 60 o/o de úlceras ya se presenta con signos de desmineralización, re-
presentan infección en el momento del diagnósti- acción perióstica y destrucción ósea que pueden
co clínico 15 (Tabla 1-5). tardar más de dos semanas en ser detectables en
En la valoración de la úlcera con sospecha de in- la radiografía con una sensibilidad y especifici -
fección, se procederá a: dad del 54 y el 80 %, respectivamente. El diag-
nóstico de osteomielitis puede confundirse con
• Investigar los signos de afectación sistémica {fie- otras alteraciones articulares como destrucción
bre, escalofríos, taquicardia, etcétera). ósea y deformidades propias de la artropatía
• Realizar una exploración exhaustiva del pie, eva- neuropática.
luando la presencia de eritema, edema, calor, se- Para clasificar la gravedad de la infección según
creción, olor y dolor. el IWGDF 2011, se recomienda valorar tres pará-
• Determinar las características de la úlcera: tama- metros: la afectación sólo cutánea, la afectación
ño, profundidad y calidad del tejido en la lesión. de estructuras más profundas y la afectación sisté-
Indagar la presencia de tejido óseo en el fondo mica. Así, se distinguen:
de la úlcera (prueba de contacto óseo) y/o tra-
yectos sinuosos. • Grado 1: sin signos ni síntomas de infección.
• Valorar la solicitud de análisis sanguíneos con • Grado 2 o infección leve: afecta a la piel y al teji-
marcadores de infección como leucocitosis, ele- do celular subcutáneo respetando estructuras
vación de velocidad de sedimentación globular o
proteína C reactiva (PCR), que pueden estar au-
Tabla 1-5. Factores de riesgo para la infección en
sentes, pero que, si están presentes, pueden ser- el pie
vir de apoyo para el diagnóstico de la infección y
aumentan la posibilidad de infección grave. • Úlcera con afectación ósea
• Úlceras recurrentes
Pa ra evaluar el riesgo de osteomielitis, una vez • Úlceras de larga evolución > 30 días
desbridada la úlcera, se debe explorar con unas • Arteriopatía periférica
pinzas la presencia de tejido óseo en el fondo la
• Larga evolución de la diabetes
úlcera (prueba de contacto óseo). Se trata de una
• Mal control glucémico
prueba que ha sido validada en pacientes ambula-
torios para el diagnóstico de osteomielitis, objeti- • Presencia de complicaciones, sobre todo,
nefropatía
vándose un valor predictivo positivo de la prueba
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
más profundas y sin afectación de estado gene- La infección en úlceras agudas y que no han
ral. Se objetivan, al menos, dos de las siguientes sido tratadas previamente suele se monomicro-
manifestaciones clínicas: biana a expensas de cocos grampositivos, sobre
- Edema o induración local. todo, Staphylococcus aureus y Streptococcus. Las
- Eritema perilesional < 2 cm. úlceras de evolución crónica, igual que las infec-
- Hipersensibilidad o dolor local. ciones profundas, suelen ser polimicrobianas, in-
- Calor. cluyendo anaerobios y bacterias grampositivas y
- Secreción purulenta. gramnegativas.
• Grado 3 o infección moderada. Debe cumplirse Respecto al tratamiento de la infección, siempre
una de las siguientes condiciones: que se inicie tratamiento en atención primaria,
- Se presenta sin afectación sistémica y con eri- debe realizarse un seguimiento clínico estricto
tema perilesional > 2 cm más uno de los ítems para valorar si se precisa remisión al hospital. To-
descritos en el grado 2. dos los pacientes con infección grave (grado 4) re-
- Con afectación de estructuras más profundas, quieren hospitalización; las infecciones de grado 3
provocando osteomielitis, abscesos, artritis, con afectación de estructuras profundas (osteo-
tenosinovitis y/o fascitis sépticas. La infección mielitis, tenosinovitis, fascitis, artritis y abscesos)
profunda precisa valoración en la unidad de precisan desbridamiento quirúrgico y tratamiento
pie diabético. antibiótico sistémico, por lo que deberán derivar-
• Grado 4 o infección grave. Comprende cualquier se a la unidad de pie diabético o a urgencias para
infección del pie con afectación sistémica que el tratamiento; las infecciones leves y la mayoría
puede evidenciarse con, al menos, dos de las si- de infecciones moderadas pueden ser tratadas en
guientes condiciones: atención primaria.
- Temperatura > 38 ºC o < 36 ºC. El tratamiento inicial suele ser empírico (v.
- Frecuencia cardíaca > 90 latidos por minuto. Cap. 5) y la duración estimada siempre es orien-
- Frecuencia respiratoria > 20 respiraciones por tativa: 1-2 semanas para las infecciones leves,
minuto. aunque pueden llegar a requerir 3-4 semanas de
- PaC0 2 < 32 mm Hg. tratamiento; y, en las infecciones más graves, la
- Recuento leucocitario > 12.000 o < 4.000. duración suele ser de 2-4 semanas o más. Se re -
- 1Oo/o de formas inmaduras. comienda mantener el tratamiento hasta la reso-
lución de los signos y síntomas de infección,
En cuanto al diagnóstico microbiológico, cabe te- pero no necesariamente hasta la cicatrización de
ner en cuenta que las úlceras en el pie pueden estar la úlcera.
colonizadas por múltiples bacterias (estafilococos,
estreptococos, pseudomonas, coliformes y anaero-
bios). El paso de colonización a infección viene de- Restauración de la perfusión arterial
terminado por varios factores, que incluyen la in-
munocompetencia del paciente, la virulencia de las Los procedimientos de revascularización arte-
bacterias y la carga bacteriana, entre otros. rial ofrecen resultados que no difieren de los con-
Los cu ltivos obten idos de muestras superficiales seguidos en pacientes sin diabetes, pero se preci -
no son útiles, porque están contaminados; pueden sa recurrir más frecuentemente a técnicas de re-
tener utilidad para detectar cepas de estafilococos vascularización distal (v. Cap. 8). No se ha estable-
meticilinorresistentes (SARM). cido el beneficio del tratamiento farmaco lógico
Para reconocer el agente etiológico y adecuar el de la arteriopatía periférica.
tratamiento, deben obtenerse muestras de teji- Debe realizarse un abordaje intensivo de los fac-
dos profundos, incluido el óseo, que ofrecen ma- tores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, hiper-
yor probabilidad de aislar el agente patógeno (v. tensión arterial, dislipidemia, optimización del
Cap. 5). control glucémico).
CAPÍTULO 1. Introducción •
A. Rodríguez Baeza
El pie humano es un claro ejemplo de estas con- conceptualmente, es una estructura dinámica, for-
cepciones, donde anatomía y función son indiso- mada por una serie de elementos óseos articula-
lubles y no podrían entenderse la una sin la otra.21 dos, con ligamentos, músculos, tendones y almo-
Se considera que el pie humano ha adquirido esta hadilla plantar (Fig. 1-3). La bóveda osteoarticular
sinergia hace más de dos millones de años. El se compara con un triángulo equilátero, con tres
Homo erectus es considerado un estadio evolutivo arcos y tres puntos de apoyo,24 siendo sus contac-
bipodal y anatómico de los cuadrúpedos. 22 La pér- tos con el suelo los que realizan la tuberosidad del
dida de la capacidad prensil del ha/lux ha repre- calcáneo y las cabezas del primer y del quinto me-
sentado una pieza clave en la evolución de la loco- tatarsianos. De los tres arcos, dos son longitudina-
moción, siendo el pie humano un órgano trepador les (el arco externo y el arco interno) y uno es
(prensil) que se ha transformado para adquirir la transversal (el arco anterior).25 Sin embargo, la
posición bípeda. 18• 23 En el pie ancestral, el primer morfología plantar de cada pie puede representar
metatarsiano es corto, móvil y separado del se- un semiarco, cuya base se localiza en el borde late-
gundo metatarsiano; el segundo metatarsiano so- ral y su vértice en el borde medial. De esta repre-
bresale a los otros y el quinto metatarsiano es val- sentación, se desprende que, si se juntan los dos
go. La primera articulación tarsometatarsiana es pies por sus bordes internos, se constituye una bó-
de tipo encaje recíproco (como en la mano) duran- veda plantar completa.
te una parte de nuestro período fetal. 18 La bóveda no es rígida, sino que experimenta
El pie es un sistema funcional, de acuerdo con el cambios de curvatura y de elasticidad para adap-
concepto de Benninghoff y Goerttler,19 siendo una tarse a las irregularidades del terreno, comportán-
realidad morfológica integrada por formas funcio- dose como un sistema viscoelástico.26-28 Además,
nales (configuración de estructuras materiales, en siendo el eslabón más distal de la extremidad infe-
la cual, es perceptible una actividad que posee un rior - y, por lo tanto, la base de sustentación del
sentido útil dentro de la totalidad biológica en la cuerpo humano-, la planta es nuestro primer
que se integra) e intermedia entre ellas y la totali- contacto primer contacto con el terreno. Esto de-
dad del ser vivo. termina que la región plantar sea una importante
La organización tridimensional del pie es varia- puerta de entrada de estímulos propioceptivos y
ble y altamente especializada, conjuntando dos exteroceptivos que, por medio de vías nerviosas,
misiones aparentemente contrapuestas: el sopor- permite mantener el equilibrio en la posición bípe-
te (estática) y el movimiento (dinámica). En los ani- da, tanto en reposo como durante la locomoción.
males pesados (como los elefantes), la función es- Recientemente, se ha propuesto que los estímulos
tática ha sido resuelta colocando todas las articu- sensoriales captados por la planta desempeñan un
laciones de los miembros en extensión, de tal for- importante papel integrador en la modificación de
ma que se apoyan en el suelo por la punta de los los patrones motores que rigen la locomoción.29
dedos, en detrimento de la movilidad. En los ani-
males de menor peso, las articulaciones están
flexionadas, ya que, en ellos, bastan los músculos
para la sustentación; esto se debe a que el volu-
men del cuerpo crece como el cubo, mientras que
la fuerza muscular sólo crece como el cuadrado.18
En la posición erguida, todos los segmentos fun-
cionales de la extremidad inferior están en exten-
sión, con la excepción del pie, siendo la especie
humana la única que presenta estabilidad en hipe-
rextensión de la rod i lla.18• 24
La constitución anatómica del pie humano de-
termina la configuración de una bóveda, la cual, Figura 1 -3. Corte sagital del pie.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Figura 1-5. Morfología digital. (a) Pie griego; (b) pie polinesio o cuadrado; (c) pie egipcio.
CAPÍTULO 1. Introducción •
dolas en tres direcciones: hacia la tuberosidad ma- estático (concepto de pie astragalino, móvil o di-
yor del calcáneo, hacia el arco interno y hacia el námico y pie calcáneo estático).24• 27• 28 La organiza-
arco externo (Fig. 1-3). Por lo tanto, puede decirse ción anatómica tridimensional de los arcos longi-
que el astrágalo trabaja en compresión. 27• 28 tudinales es casi completa a los 6 años de edad.
El arco longitudinal interno del pie está formado La disposición de las trabéculas óseas, que mar-
por el calcáneo, el astrágalo, el navicular, la primera can las fuerzas de compresión, permite constatar
cuña y el primer metatarsiano. Otros autores inclu- la transmisión de fuerzas a través de las palancas.
yen en este arco a las tres cuñas y a los tres prime- Así, las trabéculas originadas en la cortical anterior
ros metatarsianos.25 El arco longitudinal externo de la tibia atraviesan el cuerpo del astrágalo y se
del pie está formado por el calcáneo, el cuboides y dirigen hacia la tuberosidad del calcáneo, mien-
el quinto metatarsiano, aunque otros autores inclu- tras que las trabéculas que se originan en la corti-
yen también el cuarto metatarsiano.25 Su elemento cal posterior de la tibia atraviesan el cuello y la ca-
clave es la apófisis mayor del calcáneo. De estos beza del astrágalo y, desde aquí, van por el navicu-
dos arcos longitudinales, el interno es considerado lar, la primera cuña y el primer metatarsiano o por
el más relevante desde el punto de vista estático y el cuboides y el quinto metatarsiano.
dinámico, ya que es más arqueado, más alto (el na- El arco transversal, o anterior, se establece a ni-
vicular es su elemento clave y se localiza a más de vel de la cabeza de los metatarsianos, siendo su
1,5 cm del suelo), más móvil y más elástico que el clave la cabeza del segundo, que se localiza a casi
externo. El arco externo se considera más adapta- 1 cm del suelo. Su concavidad es poco acentuada
do para transmitir el peso corporal y el impulso y contacta con el suelo a través de las partes blan-
motor del tríceps a través de su principal articula- das que cubren a las articulaciones metatarsofa-
ción, la calcaneocuboidea. La rigidez del arco ex- lángicas (Fig. 1-6 a y b).
terno se debe principalmente a la robustez del li- Otros autores consideran un segundo arco
gamento calcaneocuboideo plantar. 18• 24• 27• 34 transversal, localizado a nivel de las articulaciones
Según Fick, cada metatarsiano constituye un ra- tarsometatarsianas (línea articular de Lisfranc),
dio longitudinal que determina un ángulo respec- donde la segunda cuña, que es el elemento clave
to al plano del suelo, que disminuye progresiva- del arco, se prolonga hacia delante con el segundo
mente del primero al quinto. Además, el primer metatarsiano, dando lugar a la cúspide de la bóve-
radio es el que tiene mayor movilidad, decrecien- da plantar. El apoyo de las cabezas de los metatar-
do ésta hacia los radios externos del pie. Así, los sianos en el suelo puede ser estático, con partici-
tres radios internos son imprescindibles para la pación de todos por igual, o dinámico, donde el
movilidad y los dos radios externos para el apoyo apoyo varia. 28
Figura 1-6. (a} Corte coronal del pie a nivel de la cabeza de los metatarsianos; (b) corte sagital del pie a nivel de la
articulación metatarsofalángica del primer dedo.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Hay que considerar que las articulaciones de los sos, siendo la distribución de esta grasa perpendi-
diferentes elementos óseos del pie dan elasticidad cular a la piel.26• 35 Este sistema amortigua el cho-
y plasticidad al conjunto de la bóveda, adecuando que del talón (cojinete de absorción de los cho-
las presiones y los estiramientos a los que se ve so- ques) y permite su rodamiento sobre el suelo. En la
metido. Las articulaciones del pie han sido agrupa- parte anterior del pie, la grasa se vuelve a acumu-
das por Viladot28 en articulaciones de acomodación lar bajo la cabeza de los metatarsianos (Fig. 1-6)
(las que amortiguan y adaptan el pie, siendo éstas para permitir el rodamiento del segundo al quinto
las articulaciones del tarso y las articulaciones tarso- metatarsianos, ya que sólo el primer metatarsiano
metatarsianas) y articulaciones de movimiento (con rueda directamente sobre sus sesamoideos, los
función dinámica, siendo éstas la articulación del cuales se encuentran fijos por el músculo flexor
tobillo y las articulaciones de los dedos). corto del primer dedo.
Las estructuras ligamentosas del pie soportan
muy bien las fuerzas de distensión, mientras que
los músculos ayudan en los momentos de sobre- ANATOMÍA DE LAS ARTERIAS DEL PIE
carga de los ligamentos (Fig. 1-7 a, by c).
El sistema tegumentario de la planta del pie es La irrigación arterial del pie depende de la arte-
de gran importancia en la amortiguación del peso, ria dorsal del pie (pedia) y de las arterias plantares
debido a la distribución de su grasa. Del periostio lateral y medial. Estas arterias son ramas termina-
del calcáneo y de la aponeurosis plantar, salen ta- les de las tres arterias principales de la pierna, que,
biques fibrosos hasta la capa profunda de la der- a su vez, proceden de una arteria común: la arteria
mis, los cuales retienen pequeños paquetes adipo- poplítea.
Figura 1-7. Disecciones de la región plantar. (a) Plano superficial con aponeurosis plantar; (b) músculo flexor cor-
to de los dedos; (c) plano profundo con músculo aductor del primer dedo.
CAPÍTULO 1. Introducción
La arteria poplítea se localiza en la fosa poplítea, los casos de ausencia de arteria tibial anterior,
donde emite una serie de ramas colaterales desti- donde las ramas perforantes de la arteria peronea
nadas, principalmente, a la irrigación de la rodilla. forman la arteria dorsal del pie, o en los casos de
Sobrepasado el arco tendinoso del músculo sóleo, ausencia de arteria tibial posterior, donde la arte-
se bifurca, en el 90 o/o de los casos, en una arteria ria peronea da lugar a las arterias plantares.36
tibial anterior y en un tronco tibioperoneo (Fig. La arteria tibial anterior alcanza el comparti-
1-8). Esta terminación se realiza en relación con el mento anterior de la pierna por un hiato de la par-
borde inferior del músculo poplíteo (95 %), aun- te superior de la membrana interósea tibiopero-
que, en ocasiones, se puede observar una división nea (Fig. 1-8), para luego descender, en contacto
más alta (5 %), en relación con el borde superior con dicha membrana, entre los músculos tibial an-
de dicho músculo.36 El modo de división puede terior y extensor largo de los dedos.21• 31 -33 En el ter-
también mostrar variaciones, existiendo casos de cio inferior de la pierna, se encuentra inmediata-
trifurcación, con ausencia de un verdadero tronco mente por delante de la tibia, entre los músculos
tibioperoneo, o la formación de un tronco común tibial anterior y extensor largo del primer dedo, re-
para las arterias tibial anterior y peronea. La arteria lacionándose con el retináculo extensor. Una vez
peronea es considerada por algunos autores como sobrepasa el bord e inferior de dicho retináculo, se
una rama colateral de la arteria tibial posterior. Sin convierte en arteria dorsal del pie (arteria pedia). A
embargo, la arteria peronea es una arteria cons- nivel de la articulación del tobillo, la arteria tibial
tante durante el desarrollo vascular de la extremi- anterior emite las arterias maleolares anteriores,
dad inferior humana, lo que determina que las va- laterales y mediales, las cuales forman parte de re-
riaciones arteriales de la pierna sean mejor expli- des arteriales maleolares (Fig. 1-8).
cadas si se considera que las arterias tibiales son La arteria pedia se encuentra en el dorso del pie,
ramas de ella, con comunicaciones tanto con la ar- donde sigue un trayecto rectilíneo entre el punto
teria tibial anterior como con la arteria tibial poste- medio intermaleolar y el primer espacio interóseo.
rior en el tercio inferior de la pierna. 18• 26• 3º·31• 33 Así, Se sitúa entre los tendones de los músculos exten-
si una de las arterias tibiales está ausente o es de sor largo de los dedos y extensor largo del primer
pequeño calibre, la arteria peronea puede llegar a dedo, quedando a 1 cm aproximadamente de este
suplir este déficit en el pie, como se demuestra en último, lo que constituye un punto de referencia
Figura 1-8. (a) Disección de la arteria poplítea y sus ramas terminales; (b) disección de la arteria tibial
anterior en el tercio inferior de la pierna; (c) disección de la arteria dorsal del pie (pedia).
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
para su palpación (pulso pedio).3 1-33 En su trayecto das con las arterias plantares por dos ramos perfo-
hacia la parte proximal del primer espacio interó- rantes, lo cual puede determinar una variedad am-
seo, sigue el borde lateral del músculo extensor plia de combinaciones en la procedencia dorsal o
corto del primer dedo, hasta que queda profunda plantar de las arterias digitales.21 • 36 La terminación
a él (Fig. 1-8). La arteria da lugar a una rama tarsia- de la arteria pedia corresponde a la arteria plantar
na medial (supratarsiana), que se distribuye por el profunda (perforante del primer espacio), que se
borde interno del pie, a una rama tarsiana lateral anastomosa con la arteria plantar lateral para
(dorsal del tarso), que, desde la cabeza del astrága- constituir el arco plantar profundo (Fig. 1-9). Esta
lo, se dirige al borde externo del pie (cuboides) pa- anastomosis determina que el calibre de la arteria
sando profundamente a los músculos extensores pedia sea proporcional al calibre de la arteria plan-
cortos de los dedos, y a una arteria arqueada (ar- tar lateral. 36
cuata o dorsal del metatarso). Esta última forma La arteria peronea desciende por el comparti-
un arco que cruza el extremo proximal de los espa- mento posterior de la pierna (Fig. 1-8), por detrás
cios interóseos, profundamente al músculo exten- del peroné y cubierta parcialmente por el músculo
sor corto de los dedos. Su calibre es relativamente flexor largo del primer dedo, el cual presenta un hia-
grande y suele presentar anastomosis en el borde to para el paso de la arteria. En el tercio inferior de la
externo del pie con ramas de la arteria plantar la- pierna, la arteria se localiza entre el tendón del mús-
teral y de la arteria tarsiana lateral. De la convexi- culo peroneo lateral largo y el tendón del músculo
dad del arco, salen tres arterias metatarsianas (in- flexor largo del primer dedo, dando lugar a una
teróseas) dorsales, que siguen los espacios interó- rama comunicante con la arteria tibia! posterior, de
seos segundo, tercero y cuarto y, a nivel de las arti- donde salen arterias para la irrigación del tendón
culaciones metatarsofalángicas, se bifurcan en las calcáneo (de Aquiles), y a una rama perforante (arte-
arterias digitales dorsales propias, medial y lateral, ria peronea anterior) que atraviesa la membrana in-
de dos dedos adyacentes. El borde lateral del
quinto dedo tiene una arteria que se origina direc-
tamente en la arteria arqueada, mientras que el
borde interno del primer dedo recibe una arteria
procedente de la región plantar.21 • 3 1• 32• 36 Todas las
arterias metatarsianas dorsales están comunica-
Figura 1-9. (a) Molde de inyección-corrosión de un pie fetal humano; (b) arteriografía realizada en un pie de cadá-
ver humano.
CAPÍTULO 1. Int roducción •
terósea para alcanzar el maléolo peroneal y el dorso determinado por la epífisis distal de la tibia, por el
del pie. La arteria peronea anterior puede conti- astrágalo y por el calcáneo, unidos por el ligamen-
nuarse como arteria dorsal del pie (pedía) cuando la to lateral interno de la articulación del tobillo y por
arteria tibial anterior no alcanza el dorso del pie.36 el retináculo de los flexores. 18• 31 En la entrada al tú-
En estos casos, se percibirá un pulso arterial en el nel del tarso, la arteria tiene una localización relati-
borde anterior del maléolo peroneal. La arteria pe- vamente superficial, quedando sólo cubierta por
ronea suministra ramas maleolares laterales para la las fibras del retináculo de los flexores, siendo fácil
red arterial maleolar externa, y ramas calcáneas su palpación (pulso tibia! posterior). Tanto la arte-
para la cara posterior y lateral de dicho hueso, las ria como el nervio tibia! posterior se bifurcan en el
cuales participan en la red arterial del calcáneo. conducto del tarso, dando lugar a las arterias y a
La arteria tibia! posterior representa habitual- los nervios plantares medial y lateral (Fig. 1-1O).
mente la continuación anatómica del tronco ti- La arteria plantar medial (Fig. 1-1O), de menor ca-
bioperoneo (Fig. 1-8). En el compa rtimento pos- libre que la lateral, se dirige hacia el primer dedo,
terior de la pierna, tiene un trayecto descenden- entre los músculos abductor del primer dedo y
te, ligeramente oblicuo, situándose entre el gru- flexor corto plantar. Antes de alcanzar el primer
po muscular profundo y el superficial de esta re- metatarsiano, se suele dividir en dos ramos.36 El
gión.21· 31·33 Se relaciona con el músculo tibial pos- ramo profundo puede terminar uniéndose con el
terior, antes de la decusación sural, y luego se arco arterial plantar profundo o con la primera ar-
encuentra entre el tendón del músculo flexor lar- teria metatarsiana plantar, mientras que el ramo
go del primer dedo y el tendón del músculo superficial se dirige hacia el borde interno del pri-
flexor largo de los dedos. A nivel del maléolo ti- mer dedo, entre los músculos abductor y flexor
bia!, da lugar a ramas maleolares mediales, las corto del primer dedo. Durante su trayecto, la arte-
cuales participan en la red arterial de dicho ma- ria plantar medial emite ramos cutáneos para el
léolo, y ramos calcáneos que se distribuyen por la
cara medial de dicho hueso y participan en la red
arterial del ca lcáneo (Fig. 1-1O).
La arteria alcanza el conducto o túnel del tarso,
formando parte de un paquete vasculonervioso
que llega a la región plantar. Este conducto está
Figura 1-10. (a) Disección de la región maleolar interna; (b) disección de las arterias plantares.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
borde interno del pie, donde pueden observarse plantares para dos dedos adyacentes (Figs. 1- 11 a
anastomosis entre la arteria plantar medial y la ar- y b). Durante su trayecto, las arterias metatarsianas
teria pedía. plantares dan lugar a dos ramos perforantes, uno
La arteria plantar lateral (Fig. 1-1O) representa proximal y el otro distal, los cua les atraviesan los
la continuación anatómica de la arteria tibial pos- espacios intermetatarsianos y se anastomosan con
terior.36 Cruza oblicuamente la planta del pie, en- ramas de las arterias metatarsianas dorsales.
tre los músculos flexor corto de los dedos y cua- La arteria plantar interna del primer dedo suele
drado plantar (flexor accesorio, de Silvio) y atra- proceder del ramo superficial de la arteria plantar
viesa el tabique intermuscular externo. Al nivel medial, mientras que la arteria plantar externa del
de la arti cu lación del cuboides con el quinto me- quinto dedo suele proceder directamente de la ar-
tatarsiano, en el compartimento externo del pie, teria plantar lateral.
se curva hacia dentro, describiendo un arco de La procedencia de las arterias metatarsianas
convexidad distal. Esta parte de su trayecto es plantares depende del predominio vascu lar que
profunda, situándose entre los músculos interó- tenga la arteria plantar lateral o la rama plantar
seos y los tendones del músculo flexor largo de profunda de la arteria dorsal del pie.36
los dedos, los músculos lumbrica les y el músculo
flexor corto plantar. Además, se relaciona con la
cara profunda del fascículo oblicuo del músculo CONCEPTO DE ANGIOSOMA APLICADO
aductor del primer dedo antes de alcanzar el pri- AL PIE
mer espacio intermetatarsiano, donde establece-
rá anastomosis con la arteria perforante del pri- El estudio de la anatomía vascular en general, y
mer espacio (plantar profunda) de la arteria pe- del pie en particular, ha avanzado sustancialmente
dia, formándose así el arco arterial plantar pro- en las últimas décadas, considerándose que cada
fundo. Las variaciones del arco arterial plantar área corporal está irrigada por una arteria y drena-
profundo son múltiples, desde su ausencia (1 ºA> da por una vena específica. Los estudios de Sal-
de los casos) hasta su formación por la anasto- men (1936), mediante angiografía, permitieron di-
mosis de la arteria plantar lateral co n otras arte- ferenciar 80 territorios vasculares. Estos territorios
rias perforantes, e, incluso, recibir un ramo anas- fueron considerados como hipovasculares en zo-
tomótico procedente de la arteria plantar me- nas de piel fija, e hipervasculares en zonas de piel
dial.36 En la especie humana, puede encontrarse móvil. Posteriormente, McGregor y Morgan (1973)
un arco arterial plantar superficial (2 o/o de los ca- demostraron que los territorios vasculares se su-
sos) formado por la anastomosis entre la rama perponen, es decir, que funcionalmente son más
superficial de la arteria plantar medial y otras ar- extensos que los puramente anatómicos.26· 38• 39
terias de procedencia diversa (rama profunda de La vascularización cutánea (Fig. 1- 11 ). depende
la arteria plantar lateral, cua rta arteri a metatar- de arterias que llegan directamente a ella, o de arte-
siana plantar o el propio arco arterial plantar). La rias perforantes, que pueden ser de tipo musculo-
localización de este arco es entre la aponeurosis cutáneas o fascio-cutáneas.39•40 Taylor y Palmer
plantar y el músculo flexor corto de los dedos y (1987) introdujeron el concepto de angiosoma, refi-
su presencia se ha justificado en un proceso de riéndose a «la unidad tridimensional de piel y teji-
adaptación funcional de las estructuras a la bipe- dos subyacentes que recibe irrigación de una arte-
destación. Cabe destacar que, en otras especies, ria». Este importante concepto considera a los an-
como los simios, existen frecuentemente los dos giosomas con un componente arterial (arterioso-
arcos plantares. 36· 37 ma) y un componente venoso (venosoma), siendo
De la convexidad del arco plantar profundo, sue- territorios vascu lares adyacentes. Los vasos alcan-
len originarse cuatro arterias metatarsianas plan- zan su territorio cutáneo de una forma directa (por
tares, las cuales se dirigen hacia las comisuras de septos o atravesando músculos), o indirecta (des-
los dedos, donde se dividen en arterias digitales pués de irrigar músculos u otros tejidos profundos).
CAPÍTULO 1. Introducción •
Figura 1-11. (a) Disección de las arterias superficiales del dorso del pie; (b) arte-
riografía realizada en un píe de cadáver humano.
Además, los autores proponen que el lecho vascu- teria tibial posterior. De gran importancia es te-
lar es un sistema continuo, ya que los territorios ad- ner en cuenta las posibles anastomosis entre es-
yacentes se unen mediante vasos de pequeño cali- tas arterias, así: la arteria tibial anterior y la arteria
bre que denominan arterias de choque.4 º peronea se comun ican por la rama perforante; la
De acuerdo co n el concepto de angiosoma de arteria tibial posterior y la arteria peronea se co-
Taylor y Palmer,40 en el tobillo y pie, se considera munican por un ramo com unica nte, preaquíleo;
un territorio peroneo (cara lateral del tobillo y ta- habitualmente, los territorios calcáneos medial y
lón, irrigados por las rama s ca lcáneas laterales), lateral son independientes; las arterias tibial an-
un angiosoma tibial posterior (cara medial del to- terior y posterior se comu nican por el arco plan-
billo y región pl antar, irrigados por las ramas cal- tar profundo, por las arterias perforantes inter-
cáneas mediales y por la s arterias plantares), un metatarsianas y por anastomosis que se realizan
angiosoma tibia! anterior (cara anterior del tobi- en los bordes del pie, formándose un plexo sub-
llo y dorso del pie, irrigados por las arteri as tarsa- dérmico circu nferencia l; las arterias plantares se
les, medial y lateral, y por la arteria arcuata), y los comunican entre sí a nivel de la cabeza del pri-
angiosomas plantares, medial y lateral, irrigados mer metatarsiano y, cua ndo existe, mediante un
por las respectivas arterias procedentes de la ar- arco plantar superfi cial.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
A continuación, se presentan los conceptos más El cálculo de momentos y fuerzas se aplica cuando
básicos de la biomecánica relacionada con el pie. es interesante saber el comportamiento de las articu-
Aunque vivimos en el sistema gravitacional y laciones en situaciones dinámicas. Sistemas de análi-
usamos indistintamente los conceptos de peso y sis del movimiento en un espacio tridimensional jun-
masa, éstos son diferentes. La masa (medida en ki- to con plataformas de fuerza aportan este tipo de in-
logramos) de un objeto es la cantidad de materia formación exhaustiva sobre la capacidad de una per-
que contiene y no depende de la gravedad, mien- sona de caminar.
tras que el peso (FGen newtons) es la fuerza ejerci- El peso de una persona y las fuerzas que se pro-
da por la gravedad sobre el objeto. La gravedad es ducen de forma dinámica son valores significativos,
la aceleración de un cuerpo en la dirección del pero, para el pie diabético, la distribución de la fuer-
centro de la Tierra y el valor depende de la distan- za sobre la planta de pie tiene una importancia es-
CAPÍTULO 1. Introducción •
pecial. La magnitud que define esta distribución es El talón produce significativamente más presión
la presión (P). La presión es el cálculo de la fuerza que el coche. Si se mira con algo de humor, el coche
aplicada sobre un área definida. La medida interna- no produciría daño pasando por encima de un pie,
cional de presión es el pascal (Pa), definido como la pero, si el talón pisara este mismo pie, podría produ-
presión de un newton por metro cuadrado (N/ m 2 ): cirle una fractura. Además, en este ejemplo, no se ha
considerado la velocidad del impacto vertical, que
aumentaría el efecto.
P=~ S = superficie de contacto
Para medir la presión en el pie diabético, existen
s dos sistemas distintos: las plataformas de presión
y los sensores sensibles.
Para el diagnóstico de zonas con riesgo de sufrir
En la bibliografía, la presión plantar se expresa a úlceras y con presiones altas, se usan las platafor-
menudo en N/ cm 2 , kg/ cm 2 o kPa (kilopascal) con la mas de presión. Éstas tienen una superficie plana y
relación siguiente: dura que no se deforma.
Con el diagnóstico realizado y la identificación de
zonas problemáticas, se pueden prescribir ortesis
plantares que distribuyan la presión sobre el pie de
1Pa = 1,020 X 10-5 kg
2 forma mas equilibrada. De todos modos, para detec-
cm
tar si estas plantillas ortopédicas funcionan correcta-
1 N/cm 2 ::::; 1Okg/cm 2 = 1OkPa = 10.000 Pa mente, es necesario medir la presión entre la plantilla
1055kg kg
prueda = 4 * 99cm2 2.7 crd = 261 kPa
y el pie. Esto es imposible con las plataformas, ya se aplica a la cara plantar, como resultado de la car-
que cualquier material entre pie y sensor influye la ga mecánica anormal del pie.
medición. Para ello, se utilizan sensores flexibles (Fig. La neuropatía diabética provoca cambios en la
1- 13), que se colocan directamente debajo del pie. estructura del pie, dando lugar a un aumento de
Con estos sensores, no se puede diagnosticar, por- presión plantar; por lo tanto, se considera un fac-
que la forma y la amortiguación de la suela y el án- tor de riesgo predictivo de úlceras plantares.41 · 42
gulo del pie influyen en el valor de la presión y los La aplicación práctica de los conceptos biome-
datos cambian en función de los diferentes tipos de cánicos permite predecir el comportamiento fun-
zapatos. Es la única manera de saber si una plantilla cional del pie tanto en estática como en dinámica,
funciona, con la limitación que los sensores sólo de- pudiendo aplicar tratamientos aliviadores de pre-
tectan la fuerza vertical sobre su superficie. Los siste- sión ya sea para tratar como para prevenir la apari-
mas que puedan medir también las fuerzas de fric- ción de lesiones.43
ción todavía se encuentran en la fase de prueba. Los pacientes diabéticos, en general, suelen ser
Para medir la presión, existen metodologías dife- menos activos que los pacientes sin diabetes44 y
rentes según el tipo de sensor. Por ejemplo, hay tienden a dar pasos más cortos, ampliando la base
sensores resistivos, capacitivos o piezoelectrónicos. de apoyo; suelen caminar más lento, siendo más
Cada uno presenta ventajas e inconvenientes y, bá- larga la fase de doble apoyo durante la marcha.
sicamente, se diferencian por la precisión de la me- También se ha descrito que presentan inestabili-
dida y la altura del sensor. Explicarlos aquí sobrepa- dad al caminar, a causa de la polineuropatía diabé-
saría el propósito general de este libro, pero, antes tica.45
de adquirir un sistema, es muy importante infor- La limitación de la movilidad de las articulaciones
marse exhaustivamente. Por ejemplo, en la figura del pie disminuye la capacidad de adaptación del
1-14, se puede observar la importancia de la resolu- pie y, por consiguiente, dificulta el avance hacia de-
ción de la plantilla de sensores y la distribución de lante del cuerpo, contribuyendo a la aparición de
cada uno de los sensores en esta plantilla. También sobrecargas plantares.46·47 La pérdida de flexibilidad
es determinante el método de calibración del siste- articular provoca la disminución de la movilidad de
ma. Se debe calibrar el sistema colocado ya dentro la AST (articulación subtalar) en el plano transverso
del zapato y con la presión que produce la persona durante la deambulación.48 Por lo tanto, la pérdida
con todo el peso sobre el sensor. Con esta metodo- de movilidad de la AST contribuye a la alteración
logía, no se calibran los sensores que no están en del patrón de distribución de cargas plantares.49
contacto y, debido al movimiento que produce la Además, en individuos con diabetes mellitus, tam-
persona, tampoco es muy preciso. Otros sistemas bién es característica la afectación de la movilidad
consisten en sensores precalibrados; éstos propor- del primer radio, 45• 5º lo que provoca un aumento de
cionan el valor absoluto de la presión, que es im- la rigidez de la fascia plantar.51
portante en el caso del pie diabético. Hay indicios clínicos para pensar que esta limita-
Las referencias de valores consultables en la bi- ción de movilidad en el plano sagital del primer ra-
bliografía son diferentes, porque dependen del dio da como resultado un aumento de las presiones
sistema (tipo y medida de cada sensor). de la zona medial del antepié51 • 52 y, aunque no exis-
ten datos cuantitativos que demuestren esta rela-
ción, puede ser un buen indicador de los grandes
BIOMECÁNICA APLICADA momentos de fuerzas que soporta el arco del pie.
AL PIE DIABÉTICO Este punto resulta importante, ya que el aumento
de las presiones plantares en el antepié junto a la
1ntrod ucción reducción de la movilidad articular puede provocar
un aumento de los momentos torsionales sobre el
En general, las úlceras plantares del pie diabético mediopié; por lo tanto, no sólo está implicado la
se generan por la presión repetitiva moderada que aparición de úlceras, sino también en la evolución
CAPÍTULO 1. Introducción •
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ropatía puede provocar alteraciones en el patrón ¡.. . .,
de marcha normal que dan lugar a un aumento de
las sobrecargas plantares.
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de deformidad presenta el pie. Para ello, se debe ha-
cer una evaluación clínica biomecánica tanto en ca-
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dena cinética abierta (CCA) como en cadena cinética
cerrada (CCC), observando la posición estructural del
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pie en los diferentes planos (frontal, sagital y transver-
so). Siguiendo como referencia las líneas fronterizas
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del pie, es posible efectuar una predicción del movi-
miento que realizará en estática y en dinámica.
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Para realizar un diagnóstico correcto, en CCA,
siempre se debe partir de la posición de bloqueo Figura 1-14. La plantilla de la derecha sólo tiene
de la AST, es decir, neutra.44• 53 sensores en puntos específicos de la huella plantar;
Según el plano, las deformidades se clasifican en: como se trata de superficies pequeñas, el valor
es preciso, pero las presiones fuera de esta zona
se pierden totalmente. la plantilla de la izquierda
• Plano frontal: anterior (antepié) y posterior (re-
tiene una cobertura total de la planta del pie;
tropié); alteraciones de varo o valgo: eso garantiza que no se pierda ningún punto de pre-
- Antepié supinado(APSP). sión, pero, si una zona del sensor es demasiado am-
- Antepié varo (APVR). plia comparada con una fuerza muy puntual (como
- Retropié varo (RPVR). el punto verde), la fuerza de este punto se distribuye
- Retropié valgo (RPVG). matemáticamente por toda la zona (marcada con
azul).
También se debe valorar la posición de la AST en 9. Reiber GE, LeMaster JW. Epidemiología e impacto
carga (CCC) mediante el Foot Posture lndex, que económico de las úlceras y las amputaciones del
pie en las personas con diabetes. En: Bowker JH,
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Pfeifer MA, eds. Levin y O'Neil. El pie diabético. 7ª
que presenta el pié.54 ed. Barcelona: Elsevier; 2008. p. 3-21 .
Hay que discernir entre deformidades congénitas 1O. Miyajima S, Shirai A, Yamamoto S, Okada N, Matsus-
y adquiridas del pie y la pierna, ya que es esencia l hita T . Risk factors for major limb amputations in
para entender los patrones de compensación pato- diabetic foot gangrene patients. Diabetes Res Clin
lógica tanto en dinámica como en estática.55 En los Pract 2006;71 (3):272-9.
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J. Anglada Barceló
La neuropatía diabética es una de las compli- 36 veces si hay antecedentes de úlcera previa.
caciones más comunes a largo plazo de la diabe- La neuropatía se considera la principal respon-
tes, que sufren más del SO % de los pacientes sable del 87 % de las 8S.OOO amputaciones que
cuya diabetes tiene una duración superior a 2S se practican al año en los Estados Unidos. En Es-
años y que constituye una de las enfermedades paña, se ha publicado una prevalencia global
que afectan con mayor frecuencia al sistema ner- del 22,7 %2•
vioso.
,
DEFINICIÓN
EPIDEMIOLOGIA
El Grupo Internacional de Consenso sobre el
Dependiendo de los criterios diagnósticos es- diagnóstico y manejo de la neuropatía diabética
pecíficos, su prevalencia varía desde el S o/o hasta estableció una definición simple de la neuropatía
cifras como el 60-100 º/o, aunque en ausencia de diabética como «la presencia de síntomas y/ o de
síntomas. signos de alteración periférica del nervio en perso-
La neuropatía sensitivomotora (NSM) crónica nas con diabetes tras la exclusión de otra causa».
es, en gran medida, la forma más común de También se acordó que la neuropatía no se puede
neuropatía diabética. 1 Generalmente, de inicio excluir sin un examen clínico minucioso y que la
insidioso, en diversas series, se han notificado ausencia de síntomas no es sinónimo de ausencia
prevalencias del 7,S- 1O ºAl ya en el momento del de neuropatía.3 Debe remarcarse la importancia
diagnóstico de la diabetes de tipo 2, con un in- de excluir, además de la diabetes, otras causas de
cremento progresivo a lo largo de los años sin neuropatía, como puso de manifiesto el estudio
una aparente meseta. Mientras que en hasta el de Rochester, en el cual hasta el 1O% de neuropa-
SO ºlo de pacientes con NSM crónica ésta puede tía periférica en pacientes con diabetes correspon-
ser asintomática, un 10-20 % puede experimen- dia a otra etiología (Tabla 2-1). En cualquier caso,
tar sintomatología suficiente como para preci- aunque otras causas de neuropatía puedan coinci-
sar terapia específica. La NSM crónica se acom- dir en el paciente con diabetes, no hay que olvidar
paña, a menudo, de la disfunción del sistema que, asimismo, contribuirán a incrementar el ries-
nervioso autónomo. Puede suceder igualmente go de las secuelas propias de la neuropatía diabé-
en la diabetes mellitus de tipo 1 como en la de tica y, por lo tanto, se debe abordar su tratamiento
tipo 2. A lo largo de su evolución, puede llegar a si es posible.4
comportar secuelas invalidantes, que incluyen
la presencia de neuroartropatía de Charcot y, en
su grado extremo, ulceración del pie, que, en PATOGENIA
ocasiones, llega a requerir la amputación. La
neuropatía incrementa el riesgo de amputación Aunque los estudios en modelos animales y cé-
en 1,7 veces, 12 veces si existen deformidades y lulas cultivadas proporcionan una idea sobre la
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
La hiperglucemia da lugar a la formación de los Factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF)
llamados productos finales avanzados de la glica-
ción, que actúan en receptores específicos, indu- Fue descubierto originalmente como factor
ciendo a monocitos y a células endoteliales a que específico de crecimiento endotelial con un pa-
aumenten la producción de citocinas y de molécu- pel predomi nante en la angiogénesis; sin embar-
las de adhesión. También se ha demostrado re- go, las observaciones recientes indican que el
cientemente que la glicación actúa sobre las me- VEGF también tiene efectos directos en las neu-
taloproteinasas de la matriz y en la degradación ronas y las cé lulas gliales, estimulando su creci-
del colágeno. Asimismo, la glicación de la mielina miento y supervivencia y, en consec uencia, los
provoca un gran recambio de ésta y su disminu- del axón.
.'
CIOn.
Péptido e
Estrés oxidativo
Se ha sugerido el papel de la deficiencia de insu-
Se dispone de un número creciente de datos lina/ péptido C como factor patogénico. En estu-
que indican que el estrés oxidativo participa en la dios en diabéticos de tipo 1 se ha demostrado una
patogenia de la neuropatía diabética en modelos mejoría significativa de la velocidad de conduc-
animales. ción sensitiva en el nervio sural y del umbral de vi-
bración con su administración.
Factores vasculares
Mecanismos inmunitarios
Existe alguna evidencia directa de que mejorar
Hay estudios que indican que, en el suero de
el flujo vascu lar puede mejorar la neuropatía dia-
los pacientes diabéticos de tipo 2 con neuropa-
bética, como se desprende de algunos estudios de
tía, existen mecanismos autoinmunitarios que
revascularización, aunque no de otros. También
inducen apoptosis dependient e del calcio en las
hay evidencias que sugieren que los factores de
células neuronales. La expresión de estos facto-
riesgo para la enfermedad macrovascular son
res citotóxicos se ha relac iona do co n la gravedad
igualmente importantes en la patogenia y la pro-
de la neuropatía y el tipo de cé lula neurona l des-
gresión de neuropatía. truido.
DIABETICA
Neutropinas
Weinstein y con los diversos instrumentos de • Escala NSS (Neuropathy Symtom Score); consiste
vibración. Existen, asimismo, diferentes escalas en una va loración de síntomas:
diagnósticas para efectuar una valoración semi- - ¿Qué sensación percibe?: quemazón, entu-
cuantitativa:9· 10 mecimiento u hormigueo en pies (2 puntos);
fatiga, calambres o dolorimiento (1 punto).
• Escala NDS (Neuropathy Disability Score) modifi- Máximo: 2 puntos.
cada (diseñada en el Reino Unido y utilizada en ¿Donde se localizan los síntomas?: pies (2
estudios europeos de prevalencia). La puntua- puntos); pantorrilla (1 punto); en otro lugar (O
ción que se otorga a cada pie es: puntos). Máximo: 2 puntos.
Reflejo aquíleo: presente = O; presente con re- ¿Tiene siempre síntomas al despertar por la
fuerzo = 1; ausente = 2. noche?: sí (1 punto).
- Percepción de vibración con diapasón de - ¿Qué relación horaria tienen los síntomas?:
128 Hz (en la punta del dedo gordo): nor- empeoran por la noche (2 puntos); presentes
mal =O; reducida = 1. día y noche (1 punto); presentes sólo durante
- Percepción de temperatura en el dorso pie: el día (O puntos). Máximo: 2 puntos.
normal = O; reducida = 1. - ¿Cómo mejoran los síntomas?: paseando
- Percepción de punta roma o pinprick (en la (2 puntos); de pie (1 punto); sentado o acos-
matriz de la uña del dedo gordo): normal =O; tado o no mejoran (O puntos). Máximo: 2
reducida= 1. puntos.
La puntuación máxima en ambos pies es de 1O. Utilizando las escalas NDS y NSS, puede consi-
Se considera que no existe neuropatía con una derarse que existe neuropatía si la puntuación
puntuación de O a 2; se habla de neuropatía ligera obtenida en la NDS > 6 y si la puntuación de la
con una puntuación de 3 a 5; de neuropatía mode- NDS es de 3-5 junto con una puntuación de la
rada si es de 6 a 8; y grave si es de 9 a 1O. NSS > 5. i1 , 12
• Escala MNSS (Michigan Neuropathy Screening Sco- enzima convertidora de la angiotensina (IECA),
re) (Tabla 2-4): un valor > 2 indica neuropatía con los análogos de la s prostaglandinas, los inhibi-
alta especificidad (95 ºlo) y sensibilidad (80 o/o). dores del estrés oxidativo como la benfotiami-
na no han demostrado su eficacia hasta el mo-
mento actual y varios de ellos ya han sido
TRATAMIENTO DE LA NEUROPATÍA abandonados.
DIABÉTICA El antioxidante ácido alfa-lipoico por vía intra-
venosa es el único tratamiento patogénico cuya
El tratamiento de la neuropatía diabética consis- eficacia se ha confirmado en varios ensayos clí-
te en: 13, 14 nicos controlados aleatorizados.
S. Tratamiento oral sintomático en el dolor neuro-
1. Excluir la s causas de neuropatía no diabética y pático (Tabla 2-5).
efectuar tratamiento específico si existe. 6. Tratamiento tópico:
2. Proporcionar información y prestar apoyo psi- a. Capsaicina: alcaloide que reduce el dolor in-
cológico al paciente. Instaurar medidas físicas ducido qufmica mente; puede ser útil en el
como elevar los pies de la cama, evitar el con- dolor localizado.
tacto con la ropa si existe hiperestesia cutánea. b. Lidocaína tópica al 5 o/o en parches.
3. Control de la hiperglucemia: dependiendo del c. Dinitrato de isosorbida tópico: en dolor y
tipo y estadio de la neuropatía, la respuesta al sensación de quemazón, aunque existen po-
control glucémico estricto es variable. cos estudios controlados.
4. Tratamientos etiopatogénicos de la neuropatía 7. Otros tratamientos:
diabética como los inhibidores de la aldosa-re- a. Acupuntura: en estudios con doble ciego, se
ductasa, el mioinositol, los inhibidores de la apoya su uso con una duración del efecto
hasta seis meses y reducción del uso de otros otros; y no farmacológico: estimulación eléctrica,
analgésicos. tratamiento de campo magnético de baja intensi-
b. Otras terapias físicas: estiramientos muscula- dad, tratamiento con láser, masaje Reiki y otros)
res, masajes y estimulación eléctrica percutá- para reducir el dolor y mejorar la fu nción física y la
nea del nervio. También terapia con campo calidad de vida de los pacientes con polineuropa-
magnético estático, con láser de baja intensi- tía diabética (PND), se ha establecido que la prega-
dad y con luz infrarroja monocromática. El balina resulta eficaz y se debe ofrecer para el alivio
estímulo eléctrico a nivel de la médula espi- de la PND (nivel A); la venlafaxina, la duloxetina, la
nal puede ser útil en el dolor incontrolable. amitriptilina, la gabapentina, el valproato, los
opioides (sulfato de morfina, tramado! y oxicodo-
En una reciente revisión sistemática sobre la efi- na de liberación controlada) y la capsaicina son
cacia de un determinado tratamiento (farmacoló- probablemente eficaces y deben ser considerados
gico: anticonvulsivos, antidepresivos, opioides y para el tratamiento de la PND (nivel B). 15
J. Royo Serrando
* La barra térmica consiste en una base metálica adherida a una barra de PVC (policloruro de vinilo) del mismo diámetro y que está
fundamentada en la ley de Fournier (Fig. 2-6).
"* Termoskin• es un dispositivo eléctrico compuesto por una consola de control y por un lápiz termográfico para la exploración de la
sensibilidad térmica al frío y al calor a dos temperaturas prefijadas.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Diapasón de 128 Hz
Reflejos musculares
Figura 2 -9 . Exploración del reflejo aquíleo.
La exploración de los reflejos sirve para compro-
bar las alteraciones de la motilidad y sensibilidad,
y para conocer la altura o segmento de la lesión. hueco poplíteo y, después, percute. Con ello, se
La lesión de las fibras nerviosas periféricas se tra- contrae el cuádriceps y se produce una extensión
duce en ausencia de respuesta muscular a la pro- de la pierna. Este reflejo explora la integridad de
vocación del reflejo. las fibras nerviosas y centros medulares de los seg-
mentos espinales lumbares segundo a cuarto (ni-
veles L3 y L4). 18
Reflejo aquíleo
Índice tobillo-brazo
1 ,4-0,9 Normal
Pulso poplíteo
0,9-0,7 Enfermedad arterial obstructiva leve
Se palpa en la cara posterior de la rodilla, ya sea Enfermedad arterial obstructiva
estando el paciente en decúbito dorsal o prono. 0,7-0,5
moderada
Puede convenir efectuar una palpación bimanual
< 0,5 Enfermedad arterial obstructiva grave
(Fig. 2-12).
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
cificación de las arterias, dado que pueden ofrecer • Elevar la presión del manguito unos 20 mm Hg
cifras falsamente altas, como consecuencia de la por encima de la presión de interrupción del flu-
imposibilidad de comprimir las arterias calcifica- jo arteri al; después, descender lentament e hasta
das con el esfigmomanómetro. 16• 17 la reaparición del flujo. Ésta será la presión máxi-
La metodología empleada para la medición de ma o sistólica.
este ín dice es la sigui ente: • Se repite la misma maniobra en las diferentes ar-
t eri as (Fig. 2-13 a, b).
• Paciente en decúbito supi no, en reposo y am-
biente cálido. El índice tobillo-brazo será el cociente ent re
• Situar el manguito del esfigmomanómetro por la presión sistólica del tobillo y la sistó lica del
encima de los maléolos. brazo. 4
• Localizar la arteria que se va a explorar mediante
la palpación del pulso.
• Aplicar el gel acústico y la sonda Doppler Índice dedo-brazo
(5, 1O MHz), con una inclinación de unos 45º en
dirección contraria al flujo sang uíneo. Se determina utilizando la misma filosofía que
con el índice tobillo-brazo, compa rando dos pre-
siones, la del primer dedo del pie con la del brazo.3
De esta manera, se obviará el error que ca usa la
presencia de calcificaciones arteriales, dado que
éstas so n menores en las arterias digitales.
Actualmente, existen apa ratos que realiza n la
exp loración de forma automática, indi cando el
grado de isquemia o, lo que es lo mismo, la posibi-
lidad de que la lesión cierre sin necesidad de re-
vascularizar la extremidad (Fig. 2-14).
Figura 2-13. Exploración con sonda Doppler. (a) Arte- Figura 2-14. Exploración del grado de isquemia m e-
ria pedia; (b) arteria tibial posterior. diante el índice dedo-brazo.
CAPÍTULO 2. Pie neuroisquémico •
Para la medición de este índice, se emplea la si- DIFERENCIA ENTRE ÚLCERA ARTERIAL
guiente metodología: Y NEUROPÁTICA
• Colocar el sensor de PPG (infrarrojos) y el man- En realidad, casi no existen úlceras neuropáticas
guito de oclusión en el primer dedo envolvien- o vascu lares puras, sino que uno y otro t ipo tienen
do la parte proximal. características combinadas. El cribado neuroisqué-
• Medir la presión sistólica b raquial e introducir el mico ayuda a clasificar las ulceras en tres tipos: 18
resultado en el SysToe®, así como indica r la ex-
tremidad que se va a estudiar (derecha o iz- • Con un marcado carácter vascular y con escasos
quierda), y activar el SysToe®. signos y síntomas de neuropatía.
• El manguito se hincha y deshincha automática- • Con un marcado carácter neuropático y con es-
mente. casos signos y síntomas de vasculopatía.
• Durante el deshinchado, el sensor detecta la • Neuroisquémicas, donde los signos y síntomas
presión sistólica del dedo. vasculares y neuropáticos están muy equi parados.
Se considera un valor normal por encima de Conocer las diferencias clínicas y propias de cada
0,65. 19 t ipo de úlcera será de suma importancia para efectuar
un diagnóstico y tratamiento apropiados (Tabla 2-8).
La neuroartropatía de Charcot (NAC) es una Se han propuesto dos teorías clásicas para expli-
enfermedad progresiva y no infecciosa que car los mecanismos que conducen al desarrollo de
afecta a una o múltiples articulaciones, que se una NAC. La primera teoría, o neurovascular, pro-
manifiesta con luxación articular y fracturas pa- puesta por el propio Charcot, reconoce en la reab-
tológicas, y que resulta en una grave desorgani- sorción ósea debida a la neuropatía autonómica la
zación de la arquitectura del pie, siempre aso- causa principal. La segunda teoría, propuesta por
ciada a neuropatía.38 Clásicamente, esta afec- la escuela alemana de Volkmann y Virchow, supo-
ción se ha descrito en pacientes con sífilis y le- ne que son los microtraumatismos repetidos y
pra, pero, hoy en día, la causa más frecuente es desapercibidos por causa de la neuropatía sensiti-
la neuropatía diabética. 22 va los que causan la enfermedad. Probablemente,
Su incidencia parece aumentar en el tiempo la etiopatogenia del pie de Charcot reconoce am-
desde 1:1.100 diabéticos en 1947 hasta 1:333 dia- bas causas como factores determinantes.
béticos en el año 2000.2º· 23 La prevalencia de esta
enfermedad puede variar desde el 0,4-1,4 o/o de to-
dos los diabéticos hasta el 29 % de los diabéticos Papel de la neuropatía
con neu ropatía. 31 • 39
La edad media en el momento del diagnóstico Es posible que los pacientes con NAC desarro-
se encuentra entre los 50 y los 60 años, y la du- llen un tipo distinto de neuropatía con respecto a
ración de la diabetes es normalmente de más de los pacientes con úlceras. Los datos de ensayos clí-
1O años, siendo más precoz en diabéticos de nicos son conflictivos, primariamente, debido al
tipo 1 de larga evolución. No hay diferencia de pequeño tamaño de las poblaciones incluidas y al
sexo y la afectación puede ser bilateral en hasta diseño del estudio. En un estudio sobre 12 pacien-
el 29 % de los casos. 26 La NAC se asocia a una tes con NAC comparados con pacientes con úlcera
mortalidad aumentada a los 5 años, que se sitúa neuropática, se ha demostrado una pérdida selec-
en el medio entre la mortalidad de la diabetes tiva de la sensibilidad al frío y una sensibilidad tác-
no complicada y la de la diabetes complicada til conservada en los primeros, mientras que no se
por úlcera en el pie.40 En su fase crónica, el pie han demostrado diferencias en la pérdida de sen-
de Charcot es también un factor de riesgo de ul- sibilidad vibratoria y en las pruebas de neuropatía
ceración y de amputación, y dicho riesgo de am- autonómica. En un ensayo retrospectivo sin grupo
putación tras el desarrollo de una úlcera en un de control, no se han observado diferencias en la
pie de Charcot es casi del doble comparado con sensibilidad térmica, pero sí en la sensibilidad vi-
el riesgo de los pacientes con úlcera y sin p ie de bratoria (pérdida más proximal en la pierna con
Charcot. NAC) entre el pie afectado por NAC y el contra late-
Así pues, es muy importante entender los meca- ral sano. Los pacientes con neuropatía diabética
nismos fisiopatológicos que comportan el desa- presentan una reducida secreción de una molécu-
rrollo de esta enfermedad para poder tratarla de la antiinflamatoria (calcitonin gene related peptide,
manera adecuada. CGRP) que podría contribuir a favorecer una res-
CAPÍTULO 2. Pie neuroisquémico •
o
1CTP pie 1CTP brazo P 1CP
• AOA (neuroartropatía de Charcot aguda) COA (neuroartropatía de Charcot crónica)
M: diabetes mellitus • ONTR (controles).
Tras una fractura, el aumento fisiológico de citoci- cientes con NAC tratados con factores de diferen-
nas proinflamatorias -interleucina 1~ (IL-1 ~)y fac- ciación osteoclástica 35 forman más osteoclastos
tor de necrosis tumoral a (TNF-a)-22 conduce al in- que en el caso de los pacientes con diabetes y sin
cremento de la expresión del receptor polipeptídico NAC y de los no diabéticos. El factor de crecimiento
activador del factor nuclear-kB (RANKL) por parte de más eficaz a la hora de convertir monocitos en os-
las células que rodean la lesión.38 El aumento de teoclastos activados es el RANKL. Estos osteoclastos
RANKL provoca la síntesis del factor de transcripción procedentes de pacientes con NAC no sólo son más
nuclear-kB (NF-kB), que estimula la formación de os- numerosos, sino que presentan también mayor
teoclastos desde células precursoras (p. ej., los mo- agresividad cuando se valora su capacidad de reab-
nocitos de sangre periférica). El NF-kB también au- sorción ósea. Entonces, los pacientes con Charcot
menta la producción de su propio inhibidor, el glu- agudo producen más osteoclastos y éstos son más
copéptido osteoprotegerina (OPG), para mantener agresivos, lo que se traduce en una mayor actividad
la inflamación y la remodelación ósea en un proceso de reabsorción ósea y explica el aumento de los ín-
controlado. 23 Una fractura se asocia también a dolor, dices de actividad osteoclástica observado en los
que comporta la inmovilización de la zona fractura- primeros ensayos. La inhibición del RANKL con la
da, y el aumento de las citocinas inflamatorias nor- utilización de su antagonista OPG determina una
malmente es de corta duración. Sin embargo, las reducción del número de osteoclastos y de su agre-
personas que desarrollan NAC aguda han perdido la sividad en pacientes con NAC aguda. Sin embargo,
sensibilidad al dolor y esto les permite continuar esta inhibición no es completa y parece que hay
deambulando, con el consiguiente traumatismo re- otros factores implicados en la desregulación de la
petido y el empeoramiento de las lesiones óseas. actividad osteoclástica en pacientes con NAC.
Junto a estos factores traumáticos, los pacientes
con NAC presentan una desregulación de la activi-
dad osteoclástica. Papel de la inflamación
En modelos experimentales in vitro, el tratamien-
to con factores de crecimiento - factor de creci- La presencia de una inflamación descontrolada
miento de monocitos (MCF) y receptor activated nu- parece uno de los factores que condiciona el desa-
clear factor K ligand (RANKL)- transforma los mo- rrollo y la progresión de los signos y síntomas ca-
nocitos de la sangre periférica en osteoclastos. Los racterísticos de la NAC aguda.34 En los PBM de los
monocitos de la sangre periférica (PBM) de los pa- pacientes con NAC aguda, se ha detectado un au-
CAPÍTULO 2. Pie neuroisguémico •
mento significativo de citocinas proinflamatorias RANKL. Es posible que una inflamación descontro-
(TNF-a, IL-1 ~e IL-6) y una disminución de las cito- lada (posiblemente, tras un traumatismo) precipi-
cinas antiinflamatorias (IL-4 e IL-1 O), en compara- te el cuadro de NAC aguda por efecto sobre la pro-
ción con los pacientes con NAC crónica. Estos últi- ducción de RANKL, con un consiguiente incremen-
mos pacientes presentan niveles de citocinas pro- to de la transformación de células precursoras en
inflamatorias y antiinflamatorias iguales que los osteoclastos y mayor agresividad de los nuevos
de las personas con diabetes sin NAC, que las per- osteoclastos formados (Fig. 2-16). Aún no se ha
sonas con diabetes y osteomielitis crónica y que descubierto el factor responsable de la excesiva
las personas sin diabetes.39 Tras el estímulo con li- respuesta inflamatoria en pacientes con NAC agu-
popolisacárido (LPS), un compuesto que activa la da, pero se supone que la fa lta de producción de
cascada de la inflamación, los pacientes con NAC inhibidores de la inflamación secundaria a la neu-
aguda presentan un aumento desproporcionado ropatía (ca/citonin gene related peptide, CGRP) des-
de las citocinas inflamatorias que no se acompaña empeña un papel importante.33
de un aumento paralelo de las antiinflamatorias.
En la fase crónica de la enfermedad, el aumento fi-
siológico de las citocinas antiinflamatorias en res- EXPLORACIÓN
puesta al LPS se restablece y la entidad de esta
respuesta es comparable con la de los pacientes La progresión clínica de la neuropatía periférica
sin NAC y con la de controles sanos. Cabe señalar se desarrolla, en general, durante años; en cambio,
que las citocinas inflamatorias TNF-o:, IL-1 ~ e IL-6 la evolución hacia la NAC puede ocurrir en meses
son potentes inductores de la producción de en un pie predispuesto, ante un t raumatismo me-
I~
1 NEUROPATÍA
1
1
1
1 ALTERACIONES DE LA
1
1
MICROCIRCULACIÓN A NIVEL ÓSEO
1
1
1 _ / .
I _ _!_B
_M_D_(_DM
_ -_1)_ __.
1 ¿CGRP?
.-----~.~~,~-C-H-A-RC_O_T_A_G_U_D_O~_,, ~
>.<
l
1
1 ,.
1
1
MÁS OSTEOCLASTOS
1
1
.___i_A
_C_T_1v_1o
_A_D_o_s_T_E_
o_cLA
_-_s_r1_c_
A_ __.I . OSTEOCLASTOS MÁS
1 AGRESIVOS
•o 8llc1~.··
t TNF-a. llc6 EN PBM
t
,-----
RANKL
Figura 2·16. CGRP: péptido relacionado con el gen de la calcitonina (calcitonin gene related peptide); BMD: densi-
dad mineral ósea (bone mineral density); DM-1 : diabetes mellitus de tipo I; RANKL: ligando del receptor activador
del factor nuclear-KP (receptor activated nuclear factor K /igand) ; TNF-a: factor de necrosis tumoral a (tumor ne-
crosis factor a); IL-1P: interleucina 1 p; IL-6: interleucina 6; PBM: monocitos de la sangre periférica (peripheral
blood monocytes).
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Charcot agudo
• Edema e inflamación.
• Aumento de la temperatura dérmica (aumento Figura 2-18. Pie de Charcot en fase aguda.
del flujo sanguíneo provocado por la denerva-
ción simpática de las arteriolas; puede tardar en
normal izarse entre 15 y 18 semanas).
• Eritema.
• Piel intacta (norma lmente).
• Neuropatía presente, aunque algunos pacientes
tienen dolor profundo; Según Brodsky, el dolor
afecta a la mitad de los pacientes. 24
• Comienzo del proceso degenerativo articular:
úlcera, debilidad muscular y ligamentosa, ines-
tabilidad articular, y subluxaciones.
Figura 2-17. Fractura espontánea de la articulación ti- Figura 2-19. Medición de la temperatura cutánea con
bioperoneoastragalina en un ple con Charcot agudo. termómetro láser de infrarrojos.
CAPÍTULO 2. Pie neuroisquémico •
• Cambios de la huella plantar (pérdida progresi- • Radiología: dorsoplantar y perfil en carga. En fa-
va del arco plantar) (Fig. 2-20). ses iniciales, suele ser normal; los primeros cam-
• Exámenes de laboratorio: bios radiológicos (reabsorción, fragmentación,
- Sangre: i VSG (velocidad de sediment ación esclerosis, osteofitosis, periostitis) suelen apare-
globular), fosfatasas alca linas f racción ósea, cer al cabo de 10-15 días (Fig. 2-21 a, b, c y d).
i PCR (proteína C reactiva). • RM (resonancia magnética), GGO (gammagrafía
- Orina: i telopéptido N. ósea), PET (tomografía por em isión de positro-
nes) (v. Cap. 5).
• Celu litis.
• Osteomielit is.
• Gota.
Figura 2-20. Cambios progresivos de la huella plantar. • Artralgias.
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D. Figuerola Pino
powerment («apoderamiento» en sentido literal) y riencia. La atención no crítica sirve de espejo para
cuyo concepto podría resumirse como «el descu- que los pacientes se vean a sí mismos como real-
brimiento y desarrollo de la capacidad innata para mente son.
ser responsable de la propia vida». Para que se Dos requisitos previos a la decisión compartida
cumpla el proceso, las personas deben tener: son: a) crear un ambiente en el que el paciente se
sienta seguro y aceptado; y b) proporcionar al pa-
• Suficientes conocimientos para tomar decisio- ciente los conocimientos y habilidades necesarios
nes racionales. para convertirse en actor de sus propias decisiones.
• Suficiente control. Los cinco peldaños de la decisión compartida
• Suficientes recursos para implementar sus deci- son:
siones.
• Suficiente eficacia para evaluar la eficacia de sus 1. Identificar el problema.
acciones. 2. Explorar sensaciones, sentimientos.
3. Definir uno o más objetivos.
La idea del empowerment es ciertamente revolu- 4. Definir una estrategia.
cionaria, porque es incompatible con la creencia 5. Evaluar el resultado.
-enormemente extendida- de que el objetivo
de la educación es cambiar la conducta de los pa- La filosofía del empowerment democratiza pro-
cientes para adaptarla a las recomendaciones fundamente la relación entre profesionales de la
(cumplimiento o adherencia). salud y pacientes. Consiste en adoptar un nuevo
La decisión compartida se basa en la confianza y paradigma; es decir, «no el simple resultado de
el respeto. Escuchar a los pacientes sin juzgarlos es una nueva información, sino una trasformación
un acto de compasión («tener pasión con») que perceptiva de una nueva manera de ver la infor-
implica respeto y reafirma la validez de su expe- mación existente» (Tomas Kunhn).
M. T. Valverde Torreguitart
El coste de las lesiones y de las amputaciones es do de los pies mediante programas de educación
muy elevado tanto para el propio individuo como terapéutica, la evidencia indica que todavía en el
para la sociedad, ya que suponen una gran morbi- momento actual no se cumplen los objetivos de
lidad y una disminución importante de la calidad prevención adecuados y los motivos son diversos:
de vida de las personas afectadas, así como un
problema económico significativo tanto por los • lnequidad en la asistencia: todavía hay muchos
costes directos como por los indirectos que conlle- pacientes con diabetes que no reciben una asis-
va.1· 2 La manera más eficaz de reducir los costes en tencia ni una educación adecuadas. En un estu-
el tratamiento del pie diabético es evitar las ampu- dio publicado 3 con pacientes considerados de
taciones. alto riesgo (150 pacientes con diálisis y 150 pa-
El primer paso para la prevención de las lesiones cientes con úlcera en los pies), se detecta que,
es la educación al paciente. Pero, a pesar de los es- de los pacientes con diálisis, sólo un 1,3 % reci-
fuerzos para promover la adherencia al autocuida- bieron educación terapéutica en diabetes y nin-
CAPÍTULO 3. Educación terapéutica •
guno recibió educación específica sobre el cui- lesiones en los pies hasta más de un 50 %.6 Estos
dado de los pies. Ninguno de los pacientes con programas deben contemplar los siguientes as-
úlcera había recibido educación, a excepción de pectos: clasificación del riesgo, examen de los
un 7 o/o del total de los 300 pacientes, que sólo pies, evaluación de la vasculopatía periférica, eva-
recibió recomendaciones sobre calzado adecua- luación de la neuropatía, evaluación del grado de
do. No se había realizado la exploración vascular autonomía para el autocuidado, y educación a los
ni la neuropática en un 37,6 y un 65 %, respecti- pacientes, familiares o cuidadores.
vamente.
• Falta de conocimientos de algunos profesiona-
les de la salud sobre el pie diabético: diferentes Clasificación del riesgo
estudios han demostrado que es más probable
que los profesionales exploren los pies y ofrez- No todos nos pacientes tienen el mismo riesgo
can educación en el caso de los pacientes que para desarrollar lesiones en los pies. Por lo tanto,
han sufrido o sufren una lesión que en la mayo- uno de los primeros pasos para la prevención es
ría de personas con diabetes, especialmente, en identificar aquellos pacientes con un mayor riesgo
los considerados de bajo riesgo. 4 de sufrir lesiones.
• Rentabilidad de las intervenciones: las inter- El lnternational Working Group on the Diabetic
venciones pueden considerarse poco rentables Foot7 (IWGDF) define a los pacientes de riesgo
si los recursos económicos destinados a la pre- como aquellos que presentan alguna de las si-
vención - especialmente, en los pacientes de guientes características:
bajo riesgo- no dan beneficios evidentes hasta
años más tarde. 1 • Antecedentes de úlcera en los pies o amputación.
• Falta de estructura en los programas de inter- • Síntomas de neuropatía y/ o vasculopatía.
vención/educación: existe una limitación im- • Signos de neuropatía y/o de enfermedad vascular.
portante para evaluar y comparar la eficacia de • Trastornos ortopédicos del pie.
las intervenciones, puesto que, en los estudios • Zonas de máxima presión plantar con hiperque-
publicados, se incluyen pacientes con diferentes ratosis.
grados de riesgo, e intervenciones educaciona- • Disminución de la agudeza visual.
les con metodologías, contenidos, medidas de • Dificultad para la movilidad, especialmente, en
resultado y períodos de seguimiento distintos. la flexión de la columna vertebral.
Parece claro, pues, que las intervenciones focali- • Larga evolución de la diabetes (> 1Oaños).
zadas únicamente en ofrecer conocimientos y • Insuficiencia renal.
técnicas de autocuidado no son suficientemen- • Factores personales y sociales (edad avanzada,
te efectivas para reducir la incidencia de úlceras aislamiento social, problemas socioeconómicos).
y amputaciones5 y es necesario ofrecer una
atención integral y adoptar otras medidas adi- El consumo de tabaco o de alcohol y el mal con-
cionales como pueden ser el uso de estrategias trol metabólico incrementan el riesgo de compli-
motivacionales de cambio de comportamiento. caciones vasculares y neuropáticas y, por lo tanto,
deben tenerse en cuenta en la valoración del ries-
go de los pacientes.ª· 9
ESTRUCTURA DE UN PROGRAMA Todos estos aspectos que configuran el grado
INTEGRAL DE EDUCACIÓN TERAPÉUTICA de riesgo para padecer lesiones en los pies son fá-
PARA LA PREVENCIÓN DE LESIONES ciles de detectar mediante la historia clínica, un
examen minucioso de los pies, la evaluación de la
Algunos estudios han demostrado que los pro- posible vasculopatía periférica y/o neuropatía y
gramas específicos dirigidos al cuidado del pie de una evaluación del grado de autonomía del pa-
una forma integral pueden reducir la aparición de ciente para poder realizar el autocuidado.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
Metodología recomendada para la rentes sensaciones. Esta técn ica se puede utili-
educación zar con una sola alfombra y las manos del pa-
ciente. Se coloca un guante en una sola mano y
No es suficiente con decirle al paciente que tie- se le hace tocar la alfomb ra con las dos; de esta
ne pérdida de sensibilidad o insuficiencia circu la- manera, se pretende que note la diferencia del
toria y explicarle cómo cuidarse, sino que él tiene tacto entre las dos manos (Fig. 3-6).
que comprender qué significado tiene esto. Es ne-
cesario, en este sentido, utilizar métodos educa-
ciona les que incidan sobre los procesos psicoso-
cia les de autocuidado, como son las técnicas de
educación grupal, y que, además, incluyan estrate-
gias de prevención más compl ejas como, por
ejemplo:
El 80 ºlo de las complicaciones que afectan al pie hacia la formación de úlceras. Si existen edemas,
del paciente diabético están causadas por el uso es aconsejable adquirir el calzado a última hora de
de un ca lzado inadecuado. En un estudio realizado la tarde, porque es cuando el volumen del pie es
' .
por Edmonds en 1986, se llegó a la conclusió n de max1mo.
que existía recidiva en las úlceras en un 83 ºlo de
los pacientes curados que después no utilizaron ¿Cuál es el calzado ideal para el paciente
un ca lzado adecuado (Figs. 3-7 y 3-8). diabético?
El calzado debe cumplir funciones de estabili- El ideal para el paciente diabético como tal no
dad, transpiración, sujeción del pie y aislamiento existe, ya que está condicionado por el grado de
térmico; asimismo, deberá ser ligero para evitar un neuropat ía o de isquemia o por la existencia de
exceso de gasto energético durante la deambula- deformidad o lesión; jamás está supeditado al
ción. También es un elemento preventivo indis- hecho de padecer diabetes. Por ello, es m uy im -
pensable en pacientes con neuropatía y/o vascu- p ortante realizar una exploración comp leta del
lopatía, que debe reunir unas características espe- pie para determin ar el grado de ri esgo y, en fun-
cia les respecto al ca lzado convencional para dis- ción de éste, elegir el calzado más adecuado
minuir el riesgo de lesiones, y evitar su evolución (Tabla 3-1 ).
• SECCIÓN l. Descripción. patología y prevención
Figura 3-7. Hemorragia subdérmica por roce del calzado. Figura 3-9. Calzado con pala de licra.
Figura 3-8 . Ampolla en el primer dedo por uso de cal- Figura 3-10. Calzado con ancho de 16 (derecho) y an-
zado inadecuado. cho de 14 (izquierdo).
Algunas de las pautas para la elección del calza- adecuado y es de fabricación en serie (Figs. 3-1O,
do son:11 •12 3-11, 3-12 y 3- 1 3).
• Puntera: ligeramente elevada (balancín plan-
• De piel natural con superfi cies interiores lisas, tar), evitando en todos los casos que sea total-
sin costuras para evitar lesiones y contrafuerte mente recta y mantenga un contacto con el
semirrígido para asegurar la estabilización del suelo hasta la punta. Con esta caract erística, se
t alón y la amortiguación. facilita el movimiento de despegue y se reduce
• Que no oprima, pero tampoco tiene que estar la posibilidad de caídas si existe déficit visual o
desajustado. de estabilidad.
• Pala: (antepié) amplia y alta para permitir la mo- • Tacón: de 2-3 cm de altura, con buena superficie
vilidad de los dedos En estos casos, el material de apoyo para evitar la inestabilidad y el despla-
más adecuado es la licra, puesto que presenta zamiento del centro de gravedad del t alón.
una alta distensibilidad y facilidad para acomo- • Suela: ant ideslizante (caucho microporoso) y
dar estructuras y deformidades durante la mar- con buena amortiguación.
cha (Fig. 3-9). • Sujeción: con velero en pacientes co n déficit vi-
• Ancho: de 14 a 16 para un buen ajuste de la sual o alteraciones propioceptivas (Fig. 3- 13), o
morfología del antepié. El ancho de 16 es el más bien, acordonado (Fig. 3-14) si el paciente es
CAPÍTULO 3. Educación terapéutica •
Figura 3-13. Zapato unisex con ancho de 16, cierre de Figura 3-14. Zapato unísex con ancho de 16, cierre
velero y pala de licra. con cordones y pala de licra.
capaz de ajustarse y atarse el zapato sin proble- características para adecuarlas a las necesidades
mas de flexión {por exceso de volumen abdomi- de los pacientes. De esta manera, se podrá conse-
nal). Los dos sistemas permiten una adaptación guir que el calzado pase de ser un elemento lesivo
del calzado al cambio de volumen del pie du- a un elemento protector.
rante el transcurso del día debido al edema.
• Soportes plantares: si los utiliza o debe utilizarlos, el
calzado ha de tener una capacidad interna suficien- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
te para albergar el soporte plantar sin riesgo de
compresión digital o metatarsiana. Es recomenda- 1. Ragnarson Tennvall G, Apelqvist J. Health-econo-
ble que el calzado contenga una plantilla interna de mic consequences of diabetic foot lesions. Clin ln-
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Utilizar el calzado adecuado es parte del trata- ty among individuals with diabetes: ten-year follow-
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CAPÍTULO 3. Educación terapéutica •
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mann K, Rietzsch H, et al. Alcohol consumption and mecánica de Valencia; 1995.
P. Vives Vila y N. Curcó Botargues
Todas las formas de diabetes están asociadas a largo • Otras dermatosis relacionadas con la diabetes:
plazo a múltiples trastornos degenerativos que afectan acantosis nigricans, calcifilaxis, enfermedades
al sistema cardiovascular, al sistema nervioso, a los ojos cutáneas perforantes, granuloma anular dise-
y a la piel. Se estima que el 30 o/o de los pacientes dia- minado, rubeosis diabética, xantosis, síndrome
béticos presenta manifestaciones cutáneas asociadas. de engrosamiento cutáneo (empedrado digi-
Los efectos en los grandes y pequeños vasos tal, piel cérea, movilidad articular limitada y
sanguíneos (macroangiopatía y microangiopatía) escleredema), vitiligo, acantosis nigricans y li-
son los factores patológicos cardinales, aunque los podistrofia, siringomas de células claras, der-
efectos directos de las alteraciones metabólicas en matosis purpúricas pigmentadas y prurito ge-
ciertos tejidos pueden desempeñar un papel sig- neralizado.
nificativo. La piel comparte los efectos de las alte-
raciones metabólicas agudas y las complicaciones A fin de adecuarse al contenido del libro, este
degenerativas crónicas de la diabetes. capítulo se centrará exclusivamente en las ma-
Cabe recordar que la insulina se requiere para el nifestaciones dermatológicas que se ubican,
crecimiento y la diferenciación de los queratinoci- preferente o exclusivamente, en las piernas o
tos, y su ausencia o disminución condiciona tam- los pies. Así pues, se evitará la referencia a una
bién la existencia de menos colágeno soluble dér- serie de dermatosis, de muy dudosa asociación
mico, que se encuentra más entrelazado. a la diabetes mellitus, aunque en muchas revi-
Coincidiendo con otros autores, 1• 2 las manifesta- siones del tema se haya señalado su posible re -
ciones cutáneas de la diabetes se pueden dividir lación.
en cuatro grandes grupos: Inicialmente, se describirá una serie de infeccio-
nes cutáneas de mayor incidencia en la población
• Infecciones cutáneas. diabética; se proseguirá con unas dermatosis en
• Dermatosis claramente asociadas a la diabetes las que la diabetes mellitus constituye un claro
mellitus. desencadenante para su aparición; y se concluirá
• Alteraciones cutáneas producidas por el trata- con el conjunto de reacciones cutáneas secunda-
miento. rias a la medicación antidiabética.
La diabetes mal controlada puede asociarse a No está claro si el huesped diabético es más sus-
infecciones bacterianas y micóticas de la piel. Las ceptible a la infección o menos capaz de respon-
infecciones encontradas con mayor frecuencia son der al tratamiento una vez establecida la infección.
las piodermitis estafilocócicas y estreptocócicas, En estos pacientes, se ha demostrado una dismi-
las candidiasis, el eritrasma y las dermatofitosis. 3 nución de la respuesta leucocitaria, menos acción
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
por parte de las interleucinas (citocinas insulino- al uso de derivados azólicos, como el itraconazol y
dependientes), y capilares engrosados que no faci- elfluconazol.
litan la llegada de leucocitos ni la difusión de nu-
trientes necesarios y conllevan dificultad en la re-
paración de pequeños traumatismos. PIODERMITIS
do, seps is sistémica e in suficiencia multiorgánica. en su parte más distal, que van leva ntando la uña a
En la mayoría de casos, no se aísla el microorganis- modo de palanca, produciendo un despegamiento
mo causa l o se identifican varios. Conlleva una (onicólisis) que va a condicionar la leuconiquia o
mortalidad significativa, a pesar de insta urar una mancha amarillento-amarronada distal, que va cre-
adecuada terapia antibiótica y rea liza r un correcto ciendo desde la parte más distal hacia la proximal.
desbridamiento quirúrgico. La forma clín ica de on icom icosis lateral se ini cia
por los bordes laterales, con presentaciones clíni-
cas similares, pero con despegamientos y man-
DERMATOFITOSIS chas laterales. La onicomicosis total es la forma
evolucionada de cua lquier variante clínica que ll e-
Por frecuencia y por producir pequeñas erosio- ga a afectar a la totalidad de la lámina ungueal.
nes o fisuras, que pueden convertirse en la vía de Cabe mencionar la denominada leuconiquia micó-
entrada de otras infecciones, hay que destacar las tica superficial, en la que la infección fúngica se
dermatofitosis,4 (Fig. 4-2) especia lmente, la tinea produce en la cara dorsal de la lámina ungueal y
pedís o tiña de los pies, también denominada pie aparecen unas uñas con manchas blancas, pérdida
de atleta. Las micosis por dermatofitos en el diabé- de brillo y rugosidad de la superficie.
tico suelen manifestarse muchas veces en forma Punto y aparte son las onicomicosis por levadu-
paucisintomática, sin prurito. La t iña de los pies ras o cándidas, entre las que destacan especial-
puede presentarse como variante interdigital (es- mente las producidas por Candida albicans y Can-
camas y maceración del IV espacio interdigital de dida. parapsilosis. Éstas suelen cursar clínicamente,
ambos pies), como tiña en mocasín (escamas per- como ya se ha comentado, con inflamación del re-
sistentes, que afectan a las plantas de los pies, con borde periungueal (perionixis o paroniquia), que
desbordamiento de márgenes laterales) o como provoca edema franco y dolor, y presenta frecuen-
variantes vesiculosas (vesícu las inflamatori as, con tes recidivas.
rápido resecamiento a nivel de la bóveda plantar y Hay que contemplar también la posibilidad de
de las áreas de presión). onicom icosis por mohos, que suelen estar produ-
Cabe recordar que muchas tiñas del pie van aso- cidas por Aspergillus y/o por Scopulariopsis brevi-
ciadas a dermatofitosis inguinales o tiñ as crurales, caulis. Cursan con clínicas sim ilares a las descritas
cuya presencia siempre hay que descartar. para los dermatofitos, pero con evol ución muy
La tiña ungueal o afectación ungueal por derma- crónica y dificultades terapéuticas.
tofitos, también denominada onicomicosis, puede Para diagnosticar las micosis, ya sean por m o-
presentarse bajo diversas variantes clínicas. Quizá la hos, po r dermatofitos o por levaduras, se hace ne-
forma clínica más frecuente es la onicomicosis distal, cesari a la buena recogida de muestras (escamas o
con escamas similares al serrín por debajo de la uña, fluidos) para proceder al examen directo con KOH
y al cultivo con los medios adecuados.
En el t ratamiento apropiado de estas micosis, se
pueden asociar fármacos por vía oral y por vía tó-
pica. Entre los fármacos administrados por vía oral,
se encuentran los derivados azólicos, de los que
cabe seña lar por su eficacia el itraconazol y el flu-
conazol, la terbinafina (que pertenece al grupo de
las ali laminas) y la griseofu lvina. En el tratamiento
tópico, se emplean múltiples preparados azólicos,
piridonas y alilaminas. Son particularmente efica-
ces el ciclopirox y las presentaciones específicas,
como la laca de uñas, para tratar las onicom icos is,
Figura 4-2 . Dermatofitosis. entre las que destacan las amorolfin as al 5 ºlo.
• SECCIÓN l. Descripción, patología y prevención
jar cicatrices. El despegamiento de las ampollas se den localizarse en el dorso de los pies, los brazos, el
ubica a nivel subepidérmico, en la zona de la lámi- tronco, la cara y/o el cuero cabelludo. Por lo general,
na lúcida o intraepidérmicamente. Los estudios no aparecen más de dos o tres placas.
inmunopatológicos son negativos en todas las for- Anatomopatológicamente, se aprecia esclerosis
mas de ampollas diabéticas. del colágeno con necrobiosis franca, así como pér-
Existe una asociación significativa a retinopatía dida y fragmentación de las fibras elásticas. La red
diabética. vascular está siempre comprometida. Pueden ob-
La causa exacta de esta infrecuente manifesta- servarse lípidos y hendiduras de colesterol en las
ción de diabetes se desconoce, aunque algunos áreas necrobióticas, e infiltración granulomatosa
autores defienden los pequeños microtraumatis- en la dermis inferior.
mos como factor desencadenante en pacientes Su etiopatogenia es dudosa, aunque parece ser
con microangiopatía y con neuropatía. un marcador válido de diabetes, con mayor riesgo
Son un trastorno limitado y las lesiones suelen de retinopatía y nefropatía.
desaparecer en un plazo de 2-4 semanas.5· 6 A pesar de que las lesiones suelen ser indoloras
y asintomáticas, su aspecto antiestético es motivo
,
de frecuentes consultas.
NECROBIOSIS LIPOIDICA Han proporcionado buenos resultados trata-
mientos con corticoides tópicos pero potentes o
Se da sólo en un 0,3 º/Ó de pacientes diabéticos, inyectados intralesionalmente (infiltraciones en
pero un 42-62 º/Ó de pacientes diagnosticados de los bordes activos con acetónido de triamcinolona
necrobiosis lipoídica son portadores de diabetes. Es en una dilución de 5 mg/mL).5• 6
tres veces más frecuente en mujeres que en hom-
bres. Suele afectar a jóvenes o adultos de mediana
edad. Su aparición es más precoz en diabéticos in- NEUROPATÍA DIABÉTICA. ÚLCERAS
sulinodependientes. Se presenta clásicamente en NEUROPÁTICAS
las superficies anteriores y laterales del tercio distal
de las extremidades inferiores; suele ser bilateral La polineuropatía distal es una complicación
(75 o/o de los casos). Se manifiesta en forma de pla- diabética en pacientes seniles, con inicios insidio-
cas de contorno irregular, aplanadas y, finalmente, sos de su enfermedad. La neuropatía afecta de for-
deprimidas, de color amarillento, surcado por telan- ma simétrica, con un patrón de «guante y calce-
giectasias, y con borde neto algo eritematoso (Fig. tín», especialmente, en manos y pies. La neuropa-
4-5 a y b). A veces, con la evolución, se tornan algo tía es mixta, motora y sensitiva. La sensitiva predis-
más amarronadas y suelen terminar ulcerándose pone a la aparición de úlceras sobre las prominen-
centralmente. Aunque con menor frecuencia, pue- cias óseas de los pies (Fig. 4-6).
XANTOMAS
Se da reacción alérgica en un 1-5 % de los pacien- efecto «Anta bus» en un 10-30 o/o de casos, con
tes que se tratan con sulfonilurea. Lo más frecuente rubefacción unos 15 minutos después de la inges-
es la aparición de un exantema maculopapuloso, ge- ta de alcohol, que puede asociarse a cefalea y ta-
neralizado, que ocurre a lo largo del primer mes de quicardia y que suele resolverse en aproximada-
tratamiento. También se han descrito reacciones urti- mente una hora.8
cariales, aunque son menos frecuentes. Habitual- Con las sulfonilureas de segunda generación
mente, desaparecen a pesar de mantener el trata- (glibenclamida, gliclazida, glimepirida, etc.), apa-
miento. También se han registrado reacciones fotoa- recen muchos menos efectos secundarios, dismi-
lérgicas, así como erupciones liquenoides, rosaceifor- nuyendo también las toxicodermias con los nue-
mes, exantemas fijos medicamentosos, necrólisis vos grupos de hipoglucemiantes orales como las
epidérmica tóxica y síndromes de hipersensibilidad. metiglinidas, las tiazolidindionas, los inhibidores
Cabe recordar que la clorpropamida - y, menos de la alfa-glucosidasa intestinal (acarbosa) y los
frecuentemente, la tolbutamida-, producen un potenciadores incretínicos.
CAPÍTULO 4. Piel y diabetes •
Las biguanidas, cada vez más indicadas, espe- La lipodistrofia por insulina es infrecuente, me-
cialmente, en diabéticos con sobrepeso, producen nos común que la alergia a la insulina, y los pacien-
con cierta frecuencia urticarias y exantemas alérgi- tes presentan atrofia profunda o lipoatrofia a los
cos (entre el 1y el 1O o/o}, y algún episodio de foto- 6-24 meses de haber iniciado las inyecciones sub-
sensibilidad, exantemas liquenoides y/o vasculitis cutáneas. Puede recuperarse en meses o años. Es
(metformina). más habitual en niños y mujeres, y más frecuente
Con la insulina, se estima en total que un 10- en los muslos. También ha bajado su incidencia
50 o/o de pacientes que la reciben pueden presen- desde que se usan insulinas humanas.
tar algún efecto secundario. Los preparados co-
merciales de insulina contienen, además de la pro-
pia insulina, conservantes u otros polipéptidos REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(protamina) que pueden ser los causantes de algu-
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J Tratamiento
Capítulo 5. Infección del pie diabético
Capítulo 6. Tratamiento médico
Capítulo 7. Alternativas para la descarga de la úlcera
Capítulo 8. Tratamiento quirúrgico
Capítulo 9. Casos clínicos
M. Q. Jordano Montañez
En los pacientes diabéticos, las infecciones del Se han descrito una serie de alteraciones funciona-
pie constituyen la principal causa de hospitaliza- les del sistema específico e inespecífico de defensa
ción, y requieren, con frecuencia, estancias prolon- en el paciente diabético. Así, las alteraciones de la
gadas. Si se tiene en cuenta que una úlcera infec- función polimorfonuclear son, sin duda, las más im-
tada en el pie precede al 85 % de las amputacio- portantes y su prevalencia depende, en parte, del
nes de las extremidades inferiores en estos pacien- control de la glucemia; la cetosis afecta más clara-
tes y que, además, la supervivencia de los pacien- mente que la hiperglucemia a la función leucocitaria.
tes diabéticos amputados es peor que la del resto La función inmunitaria citomediada está tam-
de la población, se entenderá la importancia y ne- bién alterada, si bien, la afectación monocitaria y
cesidad de un manejo adecuado y precoz de esta del complemento no ha sido bien caracterizada. 1
enfermedad, que, además de ser prevalente, se Por último, la enfermedad vascular isquémica,
asocia a una elevada morbimortalidad. presente en aproximadamente el SO ºlo de los ca-
sos, es un factor que hay que tener muy en cuenta
,
en el manejo de la úlcera infectada, ya que consti-
FISIOPATOLOGIA tuye, probablemente, un factor de mal pronóstico
de la lesión.
La infección no suele ser la causa de la úlcera,
excepto en casos concretos de infecciones fúngi-
cas (tiña de los pies, candidiasis) en los espacios DIAGNÓSTICO
interdigitales, pero su presencia va a determinar el
tratamiento y pronóst ico de la lesión (Fig. 5-1 ). Todas las heridas, si se cultiva su superficie, tie-
nen m icroorganismos. Por ello, el diagnóstico de
infección tiene que ser clínico y no ha de basarse
en la presencia de bacterias en los cultivos. El exa-
men cuidadoso de la úlcera aporta la información
necesaria.
Los signos locales de pus y dos o más signos de
inflamación (calor, rubor, induración y dolor) son
diagnósticos de infección (Fig. 5-2).
En la infección crónica, la evolución tórpida, la
friabilidad de los tejidos y el olor fétido en las in-
fecciones mixtas son las características más fre-
cuentes (Fig. 5-3).
Las infecciones pueden acompañarse de sínto-
mas y signos de afectación sistémica como la pre-
sencia de fiebre, escalofríos y leucocitosis; sin em-
Figura 5-1. Absceso plantar. bargo, en la mayoría de ocasiones, están ausentes.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
,
GRAVEDAD DE LA INFECCION por neuropatía (artropatía de Charcot) es difícil de
distinguir de la causada por la infección. En cual-
No hay ningún sistema de clasificación univer- quier caso, se debe sospechar la presencia de os-
salmente aceptado. Por otra parte, esta considera- teomielitis ante una herida de más de cuatro se-
ción resulta esencial a la hora de elegir la pauta manas de duración, mayor de 2 cm de ancho y/ o
antibiótica y la vía de administración, y determinar de más de 3 mm de profundidad. En ocasiones, la
la necesidad de hospitalización (Fig. 5-4). inspección de la herida y la exploración con una
Los parámetros que deben guiar al médico son: sonda (prueba de contacto óseo) brindan la posi-
bilidad de realizar el diagnóstico presuntivo si se
• Profundidad de la úlcera. «Ve» hueso (Fig. 5-5) o si se alcanza a tocarlo con la
• Extensión de la infección. sonda (Fig. 5-6). Es aconsejable la realización de
• Intensidad de la isquemia. una radiografía (Rx) simple del pie, sin embargo,
• Presencia de osteomielitis. dado que la afectación ósea puede tardar varias
• Necesidad de cirugía. semanas en aparecer, sería recomendable repetir
• Probabilidad de amputación. la exploración entre dos y cuatro semanas des-
pués de la Rx inicial. El diagnóstico definitivo re-
quiere cultivo de la muestra ósea y examen histo-
INFECCIÓN ÓSEA patológico (leucocitos y necrosis).
En un estudio prospectivo realizado en el hos-
Aproximadamente un 10-20 o/o de las infeccio- pital universitario Mútua de Terrassa con 81 epi-
nes leves y un 50-60 o/o de las infecciones graves se sodios de osteomielitis de pie diabético, Sta-
complican con osteomielitis. La destrucción ósea phy/ococcus aureus fue el principal microorganis-
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabético •
TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO
Antes de iniciar el tratamiento antibiótico de
una úlcera de pie diabético infectada, se debería
tener en cuenta lo siguiente:2, 3
Figura 5-4. Infección generalizada a causa de una úl- • El tratamiento antibiótico no mejora el pronósti-
cera en la base del primer dedo. co de las heridas no infectadas.
• Todas las heridas están colonizadas por microor-
ganismos. Incluso patógenos virulentos pueden
ser colonizadores o contaminantes. Reciente-
mente, algunos autores refieren que podría ha-
ber un punto de corte que ayudaría a diferenciar
colonización de infección. Este punto de corte
que denominan colonización crítica se estable-
cería cuanto existe un crecimiento en un cultivo
cuantitativo > 105 ufc/ g de tejido. Sin embargo,
los cultivos cuantitativos no se suelen real izar de
rutina en el laboratorio de microbiología en este
contexto.
• En caso de que exista vasculopatía periférica, el
antibiótico tendrá más dificultad para llegar al
Figura 5-5. Exposición de la cabeza del metatarsiano. foco de la infección, lo que puede requerir dosis
elevadas de éste.
mo aislado - incluidos cinco casos de Staphylo- • Como se ha comentado con anterioridad, en los
coccus aureus resistentes a la meticilina (SARM)-, pacientes diabéticos, puede existir una altera-
seguido por Staphylococcus plasmocoagulasa- ción de la función leucocitaria, por lo que sería
negativo. Dentro del grupo de gramnegativos, las preferible el uso de antibióticos bactericidas.
bacterias gramnegativas no fermentadoras cons- • Es frecuente que estos pacientes presenten in-
tituyeron el microorganismo más frecuentemen- suficiencia renal, por lo que habrá que evitar el
te aislado. uso de fármacos nefrotóxicos.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
- Cotrimoxazol: 10-15 mg trimetoprim/ kg/día, para la curación. Sin embargo, la cirugía definitiva
repartido en 2-3 dosis. de la osteomielitis, como las amputaciones trans-
- Levofloxacino: 500-750 mg/24 horas. metatarsianas, supone un riesgo para la reorganiza-
- Linezolid: 600 mg/12 horas. ción estructural del pie, resultando en alteraciones
- Metronidazol: 500 mg/ 8 horas. biomecánicas y ciclos adicionales de ulceración.
- Moxifloxacino: 400 mg/ 24 horas. Estos argumentos han llevado a plantear el tra-
• Vía intravenosa (i.v.): tamiento de la osteom ielitis del pie diabético de
- Piperacilina-tazobactam: 4-0,5 g/ 8 horas. forma conservadora sin cirugía o con mínimas in-
- Ertapenem: 1 g/ día. tervenciones. En t odos los casos, debe asociarse la
- lmipenem: 0,5 g/ 6 horas. administración de antibióticos, durante dos sema-
- Meropenem: 1 g/ 8 horas. nas si se extirpa todo el hueso infectado y, al me-
- Vancomicina: 1 g/ 12 horas. nos, cuatro semanas si se adopta una actitud más
- Daptomicina: 6-8 mg/ kg/ día. conservadora con el hueso.2
• Infección leve y moderada: La resección de hueso infectado desvitalizado
- Amoxicilina-ácido clavulánico: 875/ 125 mg/ mejora el pronóstico y facilita la curación de la úl-
8 horas v.o. cera. Pero, según la experiencia de los autores, en
- En caso de alergia: levofloxacino (750 mg/día la mayoría de las ocasiones, es suficiente con la
v.o.) + clindamicina (300 mg/ 8 horas v.o.) realización de resecciones mínimas, no invalidan-
- Se valorará la v.i. si existe infección moderada. tes, que se llevan a cabo en la misma consulta de
• Infección grave: pie diabético.
- lmipenem (0,5 g/6 horas) o meropenem (1 g/ Los resu ltados de los artículos publicados res-
8 horas). pecto al tratamiento no quirúrgico de esta enfer-
- En caso de alergia: levofloxacino (500 mg/12 ho- medad son prometedores, con tasas de cu ración
ras i.v.) + clindamicina (600 mg/ 8 horas i.v.) o de alrededor del 65-80 o/o de los casos. No obstan-
metronidazol (500 mg/ 6 horas). te, se trata de estudios no controlados, en los que
- En caso de sospecha de infección por SARM (Sta- con frecuencia no se especifica la definición de os-
phylococcus aureus resistente a la meticilina) por teomielitis, la manera de seleccionar a los pacien-
colonización previa, procedente de residencia, tes o el número de pacientes que precisaron des-
etc.: imipenem (o meropenem) + daptomicina bridamiento no quirúrgico de hueso. En conse-
(6-8 mg/kg/día) o vancomicina (1 g/ 12 horas). cuencia, el tratamiento de la osteomielitis del pie
diabético continua siendo motivo de controversia,
lo que subraya la necesidad del manejo y trata-
TRATAMIENTO DE LA OSTEOMIELITIS miento de esta enfermedad por parte de un equi-
po multidisciplinario y, a ser posible, que esté sen-
Tradicionalmente, se consideraba que la resec- sibilizado con la morbilidad asociada a la práctica
ción de hueso con osteomielitis crónica era esencia l de una cirugía agresiva en este tipo de pacientes.
La afectación vascular es 20 veces más frecuente macrovascular (vasos mayores) como microvascu-
en los enfermos diabéticos, tanto la de carácter lar (vasos terminales) (Fig. 5-9 a y b).
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabét ico •
Figura 5-9. (a) Reconstrucción MIP (proyección de máxima intensidad) coronal procedente de angiografía por reso-
nancia magnética (ARM) contrastada del sector distal de la arteria poplítea: obstrucción de la tercera porción de la
arteria poplítea derecha y de las arterias tlbial anterior y posterior con arteria peronea permeable; en el lado izquier-
do, permeabilídad de la tercera porción de la arteria poplítea, estenosis del tronco tibíoperoneo con arteria peronea
permeable y obstrucción de las arterias tibial anterior y posterior. (b) Reconstrucción MIP sagital de ARM contrasta-
da del pie: obstrucción de la arteria tibial posterior; estenosis de la arteria pedia; arco plantar permeable.
TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO
POR LA IMAGEN
Figura 5-12. Orientación de los cortes respecto a los ejes axial, sagital y coronal del pie.
CARACTERIZACIÓN
,
MEDIANTE
,
LAS • Se caracteriza clínicamente por (Figs. 5-13 y
TECNICAS DE DIAGNOSTICO POR 5-1 4):Convexidad medial del pie.
LA IMAGEN DE LAS ENTIDADES • Hundimiento de la bóveda plantar.
PATOLÓGICAS EN EL PIE DIABÉTICO • Acortamiento del eje anteroposterior del pie.
• Ensanchamiento transversal del pie.
En el pie diabético, pueden asentar diferentes • Pie «en mecedora» con prominencia de la parte
entidades patológicas que deben conocerse para media del pie.
su oportuna caracterización. • Prominencias en otras zonas de consolidación
ósea.
Neuroartropatía
Hay que diferenciar mediante técnicas de diag- • Infilt rado graso y atrofia de los músculos intrín-
nóstico por la imagen - especialmente, la RM- , secos.
atendiendo a una estadificación temporal, entre:7 • Hipointensidad de la medula ósea por osteoes-
clerosis.
. Neuroartropatía ag uda: que consiste en edema
óseo, muscular y de partes blandas, y donde no
existe destrucción ósea (Fig. 5-15 a y b).
• Neuroartropatía crónica: con afectación, prima-
ri amente, ligamentosa, para, posteriormente,
afectar de forma secundaria a los tendones, es-
pecialmente, el tendón del músculo tibial poste-
ri or, lo que ocasiona pérdida del arco plantar, con
deformidad y pie plano adq uirido. El aumento
de la presión con fricción continuada desarrolla
un ca llo cutáneo que es susceptibl e de ulcerarse
y, por lo tanto, de infectarse (Fig. 5-16 a y b).
• Destrucción desorganizada.
• Luxación de la articulación tarsometatarsiana
(Lisfranc).
• Protrusión del cuboid es.
• Afectación menos frecuente de escafoides y cuñas.
• Ca ll o de las partes blandas.
• Pérdida de la definición osteocondral.
• Quistes óseos subco ndrales.
Figura 5-16. (a) Corte sagital en Ti del pie: destrucción desorganizada, protrusión del cuboides, verticalización de
escafoides y astrágalo, y callo de las partes blandas. (b) Corte axial en Ti del pie: protrusión del cuboides y callo
de las partes blandas.
Figura 5-17. (a) Corte axial en Ti del pie: hipointensldad del escafoides tarsiano y el astrágalo. (b) Corte axial en
T2 con supresión de la grasa del pie: hiperlntensidad del escafoides tarslano y el astrágalo; sustitución de la señal
normal de la médula ósea por la presencia de edema.
Figura 5-18. (a) Corte coronal en T1 del anteplé: alteración de la señal con edema de ambas partes articulares
que afecta a la articulación interfalángíca del primer dedo y a las partes blandas vecinas. (b) Corte coronal en
T2SG del antepié: líquido articular, alteración de la señal de ambas partes articulares que afecta a la articulación
interfalángica del primer dedo con edema óseo que se extiende hasta la base de la primera falange. (c) Corte co-
ronal en T1SG con contraste del antepié: captación con fenómenos destructivos articulares que afectan a ambas
partes articulares interesando a la articulación interfalángica del primer dedo.
Figura 5-20. (a) Corte axial en T1 del pie a nivel del calcáneo: importante edema de la medula ósea; ..ghost sign ..,
signo de osteomielitis. (b) Corte sagital en T1 del pie tras administrar contraste paramagnético, que muestra in-
tenso realce por parte del calcáneo en un paciente con osteomielitis aguda.
Ulcera
Absceso de partes blandas
Ante un paciente diabético con una úlcera que
no se cura o una úlcera profunda que alcanza el te- La inmunosupresión que acompaña a la diabe-
jido celu lar subcutáneo, es de vital importancia, tes junto a la isquemia faci lita n que una úlcera se
primero, realizar la anamnesis, el cribado neu rois- infecte, con la formación de tractos fistu losos y de
quémico y la exploración física, y valorar la locali- abscesos únicos o múltiples en las partes blandas,
zación de la úlcera. Si se observa un trayecto fistu- siendo de importanc ia resaltar que la infección
loso profundo, se obtiene una prueba de contacto puede extenderse a distancia a través de las va inas
óseo positiva o se detecta dolor a pesar de existir sinoviales si éstas son alcanzadas.
una neuropatía grave con ausencia de sensibilida- El absceso se presenta como la típica imagen re-
des, se debe sospechar la presencia de una osteo- dondeada, hiperintensa en secuencias T2 con su-
mielitis subyacente. 12 presió n de la grasa o STIR y que muestra realce en
anillo con la admi nistración de contraste para-
magnético. Se asocia a cambios inflamat orios o
edematosos en las partes blandas de su contorno
(Figs. 5-24 y 5-25 c). 13
Cuerpo extraño
Infarto óseo
Figura 5-22. Corte sagital en T1: callo de las partes
blandas que se traduce en engrosam iento hipoi ntenso Se trata de una osteonecrosis en el seno de un
en todas las secuencias por su componente fibroso; se
h ueso. Se presenta asociado a la desvitalización t i-
puede hallar bajo el cuboides en el caso de que exista
deform idad del m ediopié secundaria a una neuroa rtro- sular y la afectación vascular. Los infartos óseos
patía crónica. son comunes en el pie d iabético.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
CONCLUSIONES
La RM del infarto óseo en el pie diabético es si-
milar a la del infarto óseo de otros territorios (ca- La Rx simple sigue siendo, en la práctica clínica
dera, hombro, rodilla) (Fig. 5-25 a, by c) .14 Se trata del pie diabético, la prueba diagnóstica a t ravés de
de una lesión bien definida, con anillo serpiginoso la imagen más utilizada, la más económica y la
alrededor de un área ósea central o subcond ral. más fácil de realizar. No obstante, es necesaria una
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabético •
Figura 5-25. (a) Corte axial en SET1 del pie con necrosis avascular del cuarto metatarsiano: la interfase y su borde
escleroso se muestran como una línea subcondral hipointensa serpiginosa. (b) Corte axial en SET2: en la necrosis
avascular, el signo de la «doble línea.., en T2, que es la llamada interfase reactiva. (c) Corte axial en T1 SG con
contraste: asociado a la osteonecrosis, se aprecia un absceso en su contorno.
prueba accesible, se realice una correcta interpre- útiles para by-pass distal en pacientes con enfer-
tación, ya que ello puede evitar retrasos en el pro- medad arterial oclusiva.
ceso de curación. Las imágenes secuenciales en 30 con contraste
La osteomielitis del pie del diabético se origina permiten la medición de la perfusión, lo que hace
por continuidad de una úlcera. posible valorar la integridad vascular en áreas
La RM es la técnica de elección en la valoración donde el pequeño calibre de los vasos no permite
del espectro completo de las complicaciones del su visualización directa.
pie diabético. Otro papel fundamental de la RM es guiar el
La ARM en 30 de alta resolución proporciona manejo quirúrgico de las complicaciones del pie
una excelente visualización de las arterias del pie, diabético.
M.Ysamat Marta
En el momento actual, las técnicas isotópicas es- Estas dos fases ofrecen información sobre el
tándar utilizadas en el diagnóstico de la osteomie- aporte vascular en la estructura ósea, y son es-
litis en el pie diabético son la gammagrafía ósea y pecialmente útiles en el diagnóstico de los pro-
la gammagrafía con leucocitos marcados. Más re- cesos inflamatorios y/o infecciosos, la patología
cientemente, se ha propuesto la tomografía por tumoral, las lesiones postraumáticas y la distro-
emisión de positrones (PET) con 18 F-FDG (fluoro- fia simpaticorrefleja.
desoxiglucosa) en el estudio del pie diabético.
• Fase tardía: se obtiene una imagen estática en-
tre las 2 y las 4 horas. Refleja el grado de fijación
GAMMAGRAFÍA ÓSEA (GO) del radiotrazador a la estructura ósea, lo que de-
penderá de la actividad metabólica del hueso.
La gammagrafía ósea permite valorar de forma
precoz los cambios fisiopatológicos locales que se La GO tiene una elevada sensibilidad (90-100 o/o)
producen en las estructuras osteoarticulares. El ra- para detectar la osteomielitis, por lo que, si es nega-
diotrazador utilizado es de la familia de los bisfos- tiva, permite excluir con gran seguridad una infec-
fonatos, marcado con tecnecio 99 metaestable ción ósea. Esta técnica permite, asimismo, detectar
99
{ mTc-HDP). Estas sustancias se incorporan a la ma- focos infecciosos precozmente, antes de que apa-
triz de hidroxiapatita del hueso. Es una técnica sen- rezcan los signos radiológicos. Sin embargo, posee
cilla que puede desarrollarse en dos o tres fases: una baja especificidad (30 %). Debe tenerse en
cuenta que la GO es positiva en áreas donde existe
• Fase vascular o arterial: se realiza una adquisi- una actividad osteoclástica intensa por aumento del
ción dinámica sobre el área objeto de estudio recambio o turnover óseo en los procesos que con-
inmediatamente después de la administración llevan un aumento del flujo sanguíneo regional, de
intravenosa del radiofármaco. la permeabilidad capilar y de la perfusión tisular, pa-
• Fase precoz o de perfusión: se obtiene una ima- rámetros que pueden estar alterados en el paciente
gen estática a los 1-3 minutos de la inyección. diabético portador de una neuropatía vegetativa.
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabético •
La GO, por lo tanto, no permite diferenciar entre la partir de las 24 horas. Las características energéticas
infección ósea, la neuroartropatía y las fracturas e hi- del 99mrc hacen que la calidad de la imagen del mar-
peremia secundarias a la neuropatía. Además, la GO cado con compuestos tecneciados sea superior a la
puede seguir siendo positiva después d e varios me- del 111 1n. Numerosos estudios han demostrado la uti-
ses de la curación clínica y esteri lización del foco sép- lidad de las técnicas de marcado de leucocitos in vi-
tico, por lo que no es útil para el control evolutivo. tro con 99nffc o con 111 ln en el diagnóstico de la osteo-
Por ello, es necesario utilizar, conjuntamente mielitis en el pie d iabético.
con la GO, otros radiotrazadores más específicos La GLM es útil en el diagnóst ico de las osteomielitis
que se acumulen en las áreas infectadas. De los ra- agudas y crónicas. Cuando se valoran conjuntamente
diotrazadores utilizados en el diagnóstico de in- la GO y la GLM, se aumenta la especificidad para el
fección, los leucocitos marcados con 99mrc-HMPAO diagnóstico de la osteomielitis (96 o/o). 16 Se considera
son los que t ienen un mejor rendimiento diagnós- que existe una infección ósea cuando se produce una
tico. 15 Otros radiotrazadores, como son los anti- captación patológica de localización concordante en
cuerpos ant igranulocitos-99mTc, 99mrc-HIG, no ofre- los estudios de GO y de GLM (Fig. 5-28). Un depósito
cen mejores resultados que la gammagrafía con en la GLM que no se asocia a captación patológica en
leucocitos marcados y, por lo tanto, deberían utili- la GO sugiere un proceso infeccioso de partes bla ndas.
zarse en aquellos casos en que no sea posible rea- La técnica p lan ar tiene como limitación la pobre
lizar u n marcado de leucocitos in vitro. resolución espacial, lo que con lleva que, si se utiliza
sola, sea difícil diferenciar si la captación se localiza
en los tejidos blandos o en el hueso. Este hecho se
GAMMAGRAFÍA CON LEUCOCITOS acentúa aún más cuando existen deformidades
MARCADOS (GLM) óseas (neuroartropatía).
La realización de estudios tomográficos (PET) y,
Es una técnica más específica pa ra la detección sobre todo, los sistemas híbridos de PET-TC (en los
de los procesos inflamatorios y/o infecciosos. La que se realizan simu ltáneamente imágenes d e TC)
técnica del marcado d e leucocitos t iene una dura- tiene un mayor rendimiento diagnóstico, ya que
ción aproximada de 1-2 horas. Se realiza una ex- permiten determinar con mayor precisión si la cap-
tracción de sang re y después de su sedimentación tación se localiza en los tejidos blandos o en el hue-
y centrifugación, se obtiene el botón leucocitario so (Figs. 5-29 y 5-30}.
que se marca con 99mrc-HMPAO o con 111 ln-oxina y, El uso de la GLM tiene especial interés en los casos
posteriormente, se reinyecta al paciente. En el caso de remodelación ósea preexistente (neuroartropa-
de que el marcado se realice co n 99nffc, las imáge- tía, secuelas de osteítis, fracturas, etc.}. Cab e tener
nes se obtien en entre las 4 y las 6 horas y, opcio- presente, sin embargo, la p osibilidad de falsos posi-
nalmente, a las 24 horas. Cuando la técnica de tivos (traumatismos e interven ciones quirúrgicas re-
marcado es con 111 ln, las detecciones se realizan a cientes, artropatía de Charcot).
SECCIÓN 11. Tratamiento
PLANTAR
• Pacientes con arteriopatía grave en los que se
produce una dificultad para la migración leuco-
Figura 5-29. Paciente con antecedentes de neuropatía
sensitiva periférica, con varias amputaciones. Presen- citaria.
ta celulitis en el dorso del pie izquierdo y mala evolu- • El tratamiento con antibióticos puede disminuir
ción de la herida del muñón distal. En la imagen pla- el quimiotactismo de los polimorfonucleares y no
nar (a) de la gammagrafía con leucocitos marcados- detectar infecciones insuficientemente tratadas.
HMPAO se aprecia captación en la región externa del
• Aunque en algunos estudios no se encuentran
muñón del pie izquierdo. En el corte axial (b) y sagital
(c) del estudio PET-TC se observa que la captación se diferencias significativas en la detección de in-
localiza en las partes blandas de la región interna y fecciones agudas y crónicas, en otros, se descri-
plantar del muñón y en el remanente de la base del be una menor sensibilidad de la GLM en proce-
primero y segundo metatarsianos, afectando también sos infecciosos crónicos, debido a que, en estos
a la cuña lateral y al borde medial de la cuña interme-
casos, predomina la infiltración celular por ma-
dia, compatible con áreas de osteítis.
crófagos, células plasmáticas y linfocitos sobre
los polimorfonucleares. 18
En la fase inicial de la artropatía de Charcot con
La RM es una potente prueba diagnóstica para
rápida destrucción ósea -y como consecuencia
confirmar o excluir la osteomielitis. Tiene una ele-
de las microfracturas-, se produce una respuesta vada sensibilidad y especificidad y es la técnica de
inflamatoria mediada especialmente por los poli- elección para valorar la extensión del proceso in-
morfonucleares. En la fase crónica, predomina el feccioso y la afectación de tejidos blandos. Cuan-
infiltrado mononuclear y los depósitos leucocita- do se plantea la posibilidad de una infección aso-
rios están relacionados con captación en la médu- ciada a una neuroartropatía, la práctica de una
la ósea hematopoyética implicada en el proceso GLM puede complementar a la RM.19-21 Una GLM
óseo reparador. En estos casos, la realización de negativa hace poco probable que exista una os-
una gammagrafía de médula ósea (GMO) puede teomielitis (Figs. 5-31 y 5-32). En los casos en que
aumentar la especificidad y reducir el número de la sospecha clínica de osteomielitis asociada a una
falsos positivos. 17 La infección ósea suprime la acti- úlcera cutánea es baja (especialmente, en el ante-
Figura 5-30. Gammagrafía con leucocitos marcados-HMPAO. Estudio PET-TC. Cortes axial (a) y sagital (b). Pacien-
te con úlcera en la región externa del talón izquierdo en tratamiento antibiótico, con mala evolución. Se aprecia
captación en los tejidos blandos del talón y en la región posterior del calcáneo que sugiere un foco de osteítis.
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabético •
Figura 5-33. Paciente con úlcera en el tarso izquierdo de larga evolución y osteomielitis con
mala evolución. La gammagrafía ósea (a. imagen precoz anterior, b. imagen tardía anterior,
c. imagen tardía plantar) y la gammagrafía con leucocitos marcados (d. anterior, e. plantar)
muestran un depósito en la región externa del tarso izquierdo compatible con una osteo-
mielitis. Después de dos meses de tratamiento antibiótico, la gammagrafía con leucocitos
marcados (f) sigue mostrando un depósito de leucocitos, aunque de menor intensidad.
La mayor resolución espacial de los estudios PET tis asociada o no a una artropatía de Charcot; si
y la contribución de la TC permiten una mejor defi- bien, hay que tener en cuenta que se trata de estu-
nición de si la lesión inflamatoria se localiza en el dios preliminares con pocos pacientes. El grado de
hueso o en los tejidos blandos circundantes, he- captación de 18 F-FDG en áreas inflamatorias no aso-
cho especialmente útil en las regiones más dista- ciadas a infección - frecuentemente, localizadas en
les del pie, en que es necesario valorar estructuras la región mediotarsiana- es inferior al observado
óseas pequeñas. en lesiones infectadas -habitualmente, localizadas
Algunos estudios demuestran una elevada sensi- en los dedos o en el calcáneo en áreas adyacentes a
bilidad y precisión en el diagnóstico de osteomieli- ulceraciones-. Sin embargo, está aún por definirse
o J !
G
- -
Figura 5-34. Paciente con episodio agudo de una artropatía de Charcot en el pie izquierdo. Se aprecia intensa
captación de 18F-FDG en las partes blandas y en la región articular mediotarsiana y tarsometarsiana del pie izqui-
erdo, con un SUV máximo de 6,7. Estudio TC (a) corte sagital, (b) corte axial. Estudio PET 18F-FDG (c) corte sagital,
(d) corte axial. Estudio de fusión PET-TC (e) corte sagital, (f) corte axial.
CAPÍTULO 5. Infección del pie diabético •
e " .. e
o •
" . "
" ..
Figura 5-35. Estudio PET con 18F-FDG realizado al mes del episodio agudo de una artropatía de Charcot en el pie
izquierdo, coincidiendo con la resolución clínica del proceso. Se detecta una afectación unilateral, con un aumen-
to de captación leve (SUV 1 ,8) en la región mediotarsiana y en los tejidos blandos del pie izquierdo. (a) Imagen
volumétrica, (b) corte sagital de estudio PET, (c) imagen de f usión PET-TC.
cuál es el grado de captación o dintel de SUV (valor Probablemente, la implantación de sistemas hí-
de captación estandarizado) que permita diferen- bridos de PET-RM pueda ayudar a una mejor valo-
ciar un foco infeccioso de un foco inflamatorio. Exis- ración del pie diabético.
ten muy pocos estudios comparativos del rendi-
,
miento diagnóstico de la 18 F-FDG PET con el de la
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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ta inflamatoria exagerada a mínimos traumatismos, tatives of Spanish Society of Emergency Medicine
(SEMES); Spanish Interna! Medicine Society (SEMI);
algunos autores proponen la utilidad de la PET con
18 Representatives of Spanish Society of Critica! Care
F-FDG, como marcador inflamatorio, en la valora-
Medicine and Coronary Units (SEMICYUC); Represen-
ción inicial y seguimiento de la artropatía de Char- tatives of Spanish Society of Chemotherapy (SEQ).
cot en fase aguda. La PET-TC conj untamente con la Consensus document on treatment of infections in
RM puede ayudar a valorar la localización y exten- diabetic foot. Rev Esp Quimioter 2011 ;24(4):233-62.
sión del proceso en las fases iniciales y permite de- 3. Cavanagh PR, Lipsky BA, Bradbury AW, Botek G.
tectar si hay o no afectación contralatera l (Fig. 5-34). Treatment for diabetic foot ulcers. Lancet 2005;
En el seguimiento, la PET podría ayudar a monitori- 366(9498):1725-35.
zar la actividad inflamatoria. Se ha descrito que los 4. Esteban J, Marín M, Meseguer MA, Sánchez M. Diag-
pacientes que presentan una resolución clínica del nóstico microbiológico de las infecciones osteoarti-
proceso muestran una reducción significativa en el culares. Recomendaciones de la Sociedad Española
de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clíni-
grado de captación de 18F-FDG respecto al estudio
ca. 1ª ed. Madrid: Sociedad Española de Enfermeda-
inicial, mientras que en los pacientes que empeo-
des Infecciosas y Microbiología Clínica; 2009.
ran no se modifica la captación (Fig. 5-35).31
5. Kreitner KF. MRA shows peripheral runoff in d iabe-
Se ha utilizado también la PET-TC con leucocitos
tic patients: preoperative failure to identify vessels
marcados con 18 F-FDG para el diagnóstico de la os- that could be recanalized may result in unnecessary
teomielitis; si bien, parece que, por el momento, amputations. Diagnostic lmaging Europe [Internet].
los resultados, aunq ue preliminares, son similares 2008 feb. Disponi ble en: http://www.diagnostici-
a los obtenidos mediante la GML-HMPAO. maging.com/ display/ article/ 1l3619/ l 178927.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
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J. Royo Serrando y J. Viadé Julia
Existen diferentes definiciones de autores o socie- fácil de usar ante el desafío que comporta el trata-
dades sobre el concepto de pie diabético. Nuestra miento del paciente diabético con úlcera en el pie.
idea del pie diabético, es la «presencia de sig nos, sín- En la parte supe ri or, se clasifican las úlceras
tomas o úlcera en el pie a causa de las complicacio- en cuatro grados - grado 1 (Fig. 6-1 }, grado 11
nes crónicas de la diabetes». (Fig. 6-2), grado 111 (Fig. 6-3) y grado IV (Fig. 6-4)-,
Nuestra experiencia clínica y docente en el trata- en función de la profundidad, de la gravedad de la
miento de pacientes diabéticos con úlcera en el pie infección, de la presencia de neuropatía y/o isque-
nos hizo a reflexionar sobre la necesidad de esque- mia, de la osteomielitis y el tratam iento recomen-
matizar las pautas de eva luación y tratamiento del dado.
pie diabético para facilitar su conocimiento y apl ica- En la parte inferior, se encuentra el desarrollo de
ción. las diferentes técnicas de diagnóstico y tratamiento.
De allí, surgió el algoritmo que se muestra en la ta- En los otros capítulos del libro, se hallan amplia-
bla 6-1, cuyo propósito es el de ser una herramienta dos cada uno de los temas aquí descritos.
Figura 6-1. Úlcera superficial, sin infección. Pulsos presentes, sensibilidades disminuida.
Figura 6-2 . Úlcera subdérmica, con infección superficial y test contacto óseo negativo. Pulsos pre-
sentes y sensibilidades ausentes.
Figura 6-3 . Úlcera profunda, con infección local y test contacto óseo positivo. Pulsos presentes y
sensibilidades ausentes.
Figura 6-4 . Úlcera con exposición ósea; Infección local y signos y síntomas de afectación sistémi-
ca. Pulsos no palpables, sensibilidades ausentes.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
Grado de la
úlcera
Evaluación Cribado (A) Cribado (A) Cribado (A) Estado general/cribado (A)
Diagnóstico de OM (B) Diagnóstico de OM (B) Diagnóstico de Diagnóstioolél~)
Cultivo del exudado (?) (C) Biopsia en sacabocados de OM (B) Biopsia en sacabocados de
tejido blando (C) Biopsia en sacabocados de tejido blando o hueso (C)
tejido blando o hueso (C)
Tratamiento Fieltros< 0,5 cm/ortesis (G) Fieltros > 1 cm (G) Reposo parcialfvalorar ingreso Reposo absoluto/ingreso
Cura tópica (E) Antibióticos (D) Pfastic cast/fieltro > 1 cm (G) Plastic cast (para andar) (G)
Repasar la educación en Cura tópica (E) Antibióticos (D) Antibióticos i.v. (D)
diabetes Repasar la educación en Cura tópica (E) Cura tópica (E)
diabetes Drenaje/cirugía (F) Drenaje/ cirugía (F)
Repasata educacióren Educación en diabetes
diabetes
DIAGNÓSTICO TRATAMIENTO
A B e o E F G
Cribado Osteomielitis Cultivo Antibiótico Tópico Quirúrgico Ortopodológlco
Evaluar sensibilidad Prueba de contacto óseo Tipo de muestra: a) Empírico: Úlcera exudativa: Abscesos: Úlcenil!O!iiedos2$
algésica, barestésica y ·Exudado - Solución - Drenaje Úlceríftelintepié1~
palestésica.
Palpar pulsos:
1\.
Positiva Negativa
·Biopsia en
sacabocados:
amoxicilina/
ácido clavulánico
o clindamicina +
antiséptica
- Alginatos
- Con
osteomielitis:
Úlceraaterall.~
Piel€harcot4
Pedio y tibia! posterior
t • · De tejido ciprofloxacino - Terapia de
Artritis séptica
ProtecciórQ3
•
blando b) Según cultivo presión negativa
OM Rx - Osteotomía /
· De hueso
Duración en Úlcera poco Legrado
¿SON PALPABLES?
t/ + semanas según la exudativa: - Sin osteomielitis:
1 = Fieltro > 1 cm
J=ieltr~1im
•
NO
\ OK
•
Repetir a las
2·3 semanas
- Leve: 2-4
- Moderada: 2-4
- Grave: 4-6 (IV)
- Osteítis: 6·8
antiséptica Falanges
- Pie de Charcot
Revascularización:
4 = P/astic cast
- By-pass
t
Valoracirugía"ascular Negativa
- ATP
t
Estudio angiográfico RM o GGO + L
OM: osteomielitis; i.v.: intravenoso; Rx: radiografía; RM: resonancia magnética; GGO: gammagrafía ósea; L: Leucocitos;
ITB: índice tobillo-brazo; ATP: angíoplastia transluminal percutánea; UPO: Unidad pie diabético.
CAPÍTULO 6. Tratamiento médico •
M. Fabbi
Tabla 6-2. Objetivos glucémicos en pacientes hospitalizados. Estos valores pueden cambiar según el contexto
clínico y se pueden individualizar. * AACE/ ADA, 20098
PACIENTES CRÍTICOS PACIENTES NO CRÍTICOS
< 140 mg.ldl en ayunas
140-180 mg.ldl Óptimo
< 180 mg/dl posprandial
100-140 mg.ldl Aceptable Según el contexto clínico
< 100 mg.ldl Riesgo de hipoglucemia < 100 mg.ldL*
> 180 mg.ldL Inacept able > 180 mg.ldl
• SECCIÓN 11. Tratamiento
del promedio de glucemia mayor que los tratados Los factores que en estos ensayos se asociaron a
con s/iding sea/e (145 + 32 mg/dL frente a 172 + riesgo de glucemia< 60 mg/dL fueron: bajo peso,
47 mg/dL); los valores glucémicos situados dentro edad avanzada, altos niveles de creatinina y trata-
de los objetivos terapéuticos ( < 140 mg/dL en miento insulínico previo. Por eso, algunos autores
este ensayo) se alcanzaron en el 55 % de los aconsejan como medida empírica utilizar un 25 %
pacientes con bolo-basal frente al 31 o/o de los pa- menos de la DDT calculada de insulina en estos
cientes con sliding sea/e. No se han observado di- pacientes.
ferencias estadísticamente significativas en la tasa
de hipoglucemia grave ( < 40 mg/dL) entre ambos
grupos, aunque el porcentaje de controles glucé- Cálculo de la dosis de insulina
micos < 70 mg/dL fuera mayor en los pacientes
tratados con bolo-basal. Es importante subrayar En pacientes que se tratan insulina antes del in-
que el grupo con pauta bolo-basal recibió más in- greso, sólo será necesario controlar la glucemia
sulina (42 U/día frente a 12,5 U/día en el grupo preprandial (desayuno-comida-cena) y antes de
con sliding sea/e) y, aun así, la tasa de hipogluce- acostarse (dos horas después de cenar), e incorpo-
mia grave no fue diferente. El criterio de valora- rar los ajustes a la pauta según los valores glucé-
ción combinado de complicaciones posquirúrgi- micos. Entonces, será necesaria una pauta de insu-
cas (infección de la herida, bacteriemia, insufi- lina fija y una pauta correctora.
ciencia renal, neumonía e insuficiencia respirato- En el caso de los pacientes que no han sido trata-
ria) resultó 3,39 veces más frecuente en los pa- dos con insulina antes del ingreso, hay diferentes
cientes con sliding sea/e. Es interesante señalar protocolos para el cálculo de la DDT de insulina.
que la infección de heridas quirúrgicas ocurrió en El protocolo utilizado en el ensayo RABBIT-2 pre-
3 pacientes con bolo-basal frente a 11 pacientes vé una dosis inicial de 0,4 U/kg en pacientes con
con s/iding sea/e; la bacteriemia en 4 pacientes una glucemia al ingreso de entre 140 y 200 mg/dL
con bolo-basal frente 11 pacientes con sliding sea- y de 0,5 U/kg para los pacientes con glucemias al
/e. En la estancia hospitalaria total, no se observa- ingreso de 201 hasta 400 mg/dl. El 50 % de la DDT
ron diferencias entre los dos grupos pero los días calculada se suministró como insulina lenta y el
de estancia en la unidad de cuidados intensivos otro 50 ºlo repartido en tres dosis prandiales. Estas
(UCI) fueron menos en los pacientes con bolo-ba- dosis venían ajustadas por glucemias en ayunas
sal que en los pacientes con sliding sea/e (1,2 fren- > 140 o < 70 mg/dl. Hay otros protocoles para el
te a 3,2, respectivamente). Los autores concluyen cálculo de la DDT de insulina que también se pue-
que la pauta bolo basal es la aconsejable en pa- den aplicar.
cientes hospitalizados en el área quirúrgica no crí- Teniendo en cuenta el efecto de la edad, el bajo
tica. En este ensayo clínico, se utilizó insulina glar- peso y la insuficiencia renal sobre el riesgo de hi-
gina como insulina basal e insulina glulisina como poglucemia, se han propuesto protocolos que
insulina rápida. prevén el cálculo de la DDT de insulina según los
En otro ensayo prospectivo, aleatorizado y con- factores relacionados con el riesgo de desarrollar
trolado (DEAN trial)2, se han comparado otras dos hipoglucemia o la presencia de condiciones de in-
pautas: bolo-basal con insulina detemir + insulina sulinorresistencia. Así, los pacientes con riesgo de
asparta frente a insulina NPH + insulina humana hipoglucemia deberían empezar con 0,3 U/kg,
regular (2/3 intermedia + 1/3 rápida dos veces al mientras que los pacientes con fenotipo de resis-
día). Estas dos pautas fueron igualmente eficaces tencia a la insulina (p. ej., pacientes obesos, pa-
en la reducción de los niveles glucémicos con do- cientes sometidos a tratamiento con corticoides)
sis diarias totales (DDT) de insulina similares en los pueden necesitar entre 0,5 y 1,5 U/kg de insulina
dos grupos. El grupo con NPH + humana regular diaria.
hubo una tendencia no estadística a experimentar Junto a la pauta de tratamiento con dosis fija de
menos episodios de hipoglucemia. insulina, se debe instaurar una pauta correctora.
CAPÍTULO 6. Tratamiento médico
A pesar del tipo de protocolo utilizado para el • Objetivos glucémicos en pacientes in gresados:
cálculo de la dosis de insulina, el factor más im- 140-180 mg/ dL para la mayoría de pacientes; en
portante que influye sobre un correcto manejo casos seleccionados, 100-140 mg/dl.
de la hiperglucemia en el paciente hospitalizado • Administrar siempre insulina basal (glargina, dete-
es que estos protocolos sean compartidos y va li- mir, NPH, lispro protamina) a los pacientes diabéti-
dados en el propio contexto asistencial. Esto pre- cos de tipo 1 y a los de tipo 2 insulinodependientes.
supone un diálogo y una colaboración estricta y
continuada entre los diferentes profesionales in-
volucrados. Pauta de tratamiento bolo-basal
A continuación, se describe el protocolo utiliza-
do en el Hospital General de Catalunya. La pauta para el tratamiento con insulina en bo-
lo-basal es la siguiente:
< 100 -1 -1 -1
100-180 o o o
180-250 +2 +3 +4
250-299 +3 +5 +7
300-349 +4 +7 +10
-
< 70 PROTOCOLO DE HIPOGLUCEMIA*
70-139 o o o o 60 mL/h
140-179 1 1 2 2 60 mL/h
180-209 1 2 3 4 30 mL/h
210-239 2 4 6 8 30 mL/h
240-269 3 5 7 10 30 mL/h
270-299 3 6 8 14 Cerrada
300-329 4 7 10 18 Cerrada
330-359 4 8 12 20 Cerrada
> 360 6 10 14 24 Cerrada
*Interrumpir la infusión de insulina y administrar glucosa i.v.:
Paciente consciente: 10 g de glucosa (30 ml de suero glucosado al 33 % o 20 ml de suero glucosado al 50 %).
Paciente inconsciente: 20 g de glucosa (60 ml de suero glucosado al 33 % o 40 ml de suero glucosado al 50%).
• Reinstaurar la infusión de insulina con la pauta 1 si la Transición desde insulina i.v. hasta pauta
glucemia es > 140 mg/dL en dos determinaciones. en bolo-basal
INTRODUCCIÓN
es la de un preparado farmacéutico sólido, plásti-
Desde épocas remotas, el ser humano ha busca- co y adhesivo, cuya base es una mezcla de mate-
do la manera de enfrentarse a la enfermedad, al rias grasas y resinas), compuestos por diferentes
dolor y a la muerte con los medios de que dispo- sustancias metálicas trituradas y combinadas con
nía. Para intentar curar sus heridas, utilizaba pro- un disolvente como el vinagre o el aceite para ayu-
ductos naturales que existían en su entorno (sal, dar en la cicatrización de las heridas. 11
limón, miel, aceite, vino, leche, grasa animal, vina- La aplicación de antisépticos en las heridas es
gre, etc.), haciendo una especie de emplastos que una práctica antigua; Lucas (1 O, 25-37) cuenta
se aplicaban sobre pomadas hechas de hierbas y cómo curaban las heridas vertiendo aceite y vino
elaboradas sobre una base de mantequilla o acei- como enseñan los recetarios de la época.
te. Algunos de estos productos naturales también Todas estas terapias naturales aliviaban -y, en
eran utilizados para conservar los alimentos y, así, algunos casos, curaban- las heridas, pero había
impedir su fermentación. una asignatura pendiente: la infección.
Hipócrates (médico y cirujano griego, 460-377 Hubo que esperar a que Louis Pasteur, químico y
a.C.), conocido como el padre de la medicina, em- biólogo (1822-1895), descubriera que la mayoría
pleaba el vinagre para irrigar las heridas abiertas, de las enfermedades infecciosas son causadas por
siendo sus teorías indiscutibles durante muchos microorganismos. Sus hallazgos (la relación exis-
siglos. tente entre bacterias y enfermedad no había sido
Galeno (cirujano de gladiadores romanos) mani- entendida antes) sirvieron de base para la teoría
festaba que el pus era bueno para curar las heridas de las enfermedades infecciosas (trampolín para
(pus bonum et Jaudabi/e); desgraciadamente, esta las ramas de la ciencia y la medicina como la mi-
observación no fue combatida durante muchos si- crobiología, la bacteriología, la virología, la inmu-
glos e, incluso, se utilizaban productos para origi- nología y la biología molecular), demostrando que
nar la formación de pus en la herida. también hay seres vivos para los que el aire u oxí-
A finales del siglo 1 de nuestra era (con la medici- geno libre no es indispensable.
na romana de Cornelio Celso), ya existía una «far- En 1847, el hospital de Viena inició un programa
macoterapia» de origen animal, vegetal y mineral que comprendía el lavado de manos con agua ca-
con que Cornelio Celso recomienda en sus trata- liente, jabón y cepillo para las uñas, seguido de in-
dos una serie de alimentos (carne de ave, de cerdo mersión en agua dorada (solución de Dakin).
y de caza, jugo de puerro, piñones, miel, etc.) para A partir de los descubrimientos del fisiólogo
estimular la cicatrización. alemán Theodor Schwann y de Louis Pasteur, el
La miel cocida se usaba como astringente tópi- cirujano Joseph Lister (Edimburgo, 1865), pre-
co; la lana, como cicatrizante; la harina de trigo ocupado por el gran número de muertes que se
combinada con ruda o puerros y lentejas, para ha- producían en el hospital después de la cirugía,
cer caer las costras de las heridas; la mantequilla, implantó un método para la desinfección (en re-
como emoliente tópico; y el aceite se empleaba de ferencia explícita a la teoría de las «bacterias pre-
distintas formas terapéuticas. sentes en el aire»), que consistía en utilizar duran-
A partir de todos estos productos, nacieron las te el acto quirúrgico y de forma permanente una
cataplasmas y los emplastos (su definición actual especie de pulverizador con ácido carbólico (fe-
CAPÍTULO 6. Tratamiento médico O
nol), así como empapar en todo el material de su- Factores que inciden en el proceso
tura e instrumental con este ácido, logrando en de cicatrización 11
cinco años red ucir la tasa de mortalidad del 45 al
12 %. Éste fue el verdadero origen de los antisép- Vasculopatía
t icos.
Ernst von Bergmann introduce la esterilización La disminución del diámetro de los vasos causa
mediante vapor (1886) y William S. Halsted es el hipoxia tisular. Ésta se relaciona con la producción
precursor en utilizar guantes de goma para efec- de colágeno y la presión parcial de oxígeno (p02),
tuar cualquier acto quirúrgico. dificultando el aporte de nutrientes y factores de
En 1886, Gustav Adolf Neuber establece una se- cicatrización. Ello va a provocar áreas de necrosis y
rie de normas para la manipulación aséptica de las sobreinfección bacteriana (Fig. 6-5).
heridas y la prevención escrupulosa de las infec-
ciones. Éstas siguen vigentes en la actualidad. Neuropatía
Llegado el siglo xx, con el descubrimiento de los
antibióticos (Alexander Fleming, microbiólogo; A causa de la pérdida de la percepción de los estí-
Londres, 1881-1955) y los avances en los métodos mulos dolorosos, de las presiones excesivas, de los
de esterilización, sobrevino un cambio sustancial cambios de temperatura y de la propiocepción del
en el t ratamiento de las heridas. pie, el paciente no va a ser capaz de reconocer el
Hasta principios de los años sesenta, el trata- aumento de presión en determinadas zonas del pie,
miento tópico para las úlceras consistía en aplicar lo que dificultará su curación. En algunos casos, hay
antisépticos y colorantes con el objetivo de que la que recurrir a la cirugía para reducir la presión.
úlcera estuviese libre de gérmenes, se secara y se
formara costra. Factores de inmunodeficiencia humoral
En 1962, George Winter, en Inglaterra, desarrolló
Se manifiesta con un descenso en la producción
un concepto que revolucionaría el manejo de las de anticuerpos frente a algunos microorganismos
heridas: el ambiente húmedo. En estudios realiza- (Staphylococcus aureus y Escherichia col¡) y ciertas
dos con cerdos, demostró que la cicatrización en alteraciones en el sistema del complemento (mo-
un ambiente húmedo era mucho mejor y más rá- léculas implicadas principalmente en la defensa
pida que en un ambiente seco. Para ello, colocó frente a infecciones). En los pacientes con diabetes
una película impermeable sobre una herida (oclu- mellitus de tipo 1, existe una alteración de la inmu-
sión y retención de vapor de agua), observando nidad celular que se manifiesta con una disminu-
que en el lecho de la úlcera existía un pH ácido y
una tensión de 0 2 baja, y todo ello aceleraba el
proceso de cicatrización. 12
A partir de este nuevo concepto, se desarrolla-
ron apósitos que mantenían la humedad en la he-
rida y evitaban su desecación.
ción de la prod ucción de interleucina-2. Otras alte- cél ulas muertas, desintegración de la matriz extra-
raciones importantes que repercuten en la cicatri- cel ular y gérmenes contam inantes. Según el tipo
zación so n la disminución de la función g ran uloci- de úlcera, el exudado puede tener un efecto favo-
taria, con import antes defectos de la quimiotaxis y rable o adverso. Mientras que en una herida aguda
de la adherencia de los polimorfonucleares. 13 el exudado es rico en factores de crecimiento y fa-
cilita el incremento y migración de los fibroblastos,
Acción de algunas enzimas leucocitarias q ueratinocitos, etc., en las heridas crón ica, contie-
ne g ran ca ntidad de enzimas (colagenasa, prot ei-
La acción de algu nas enzimas leucocitarias, jun- nasas, elastasas, etc.) apt as para degradar el t ej ido
to con la isquemia, genera radicales libres de 0 2 conj untivo y los factores de crecim iento y destruir
que son tóxicos para el tejido de g ran ulación. Un el tejido de cicatrización. La presencia de exudado
exceso en la producción de fibrina también va a con olor fétido siemp re hará sospechar la existen-
retrasa r el proceso reparado r. cia de anaerobios.
Infección Angiogénesis
Se considera que una úlcera está infectada cuan- Se estimula con una tensión de 0 2 alta. La microan-
do el número de bact erias es > 105/ g de tejido.La giopatía y la neuropat ía reducen la tensión de 0 2•
infección en úlceras agudas que no han sido trata-
das previamente suele ser monomicrobiana a ex- Medio húmedo
pensas de cocos grampositivos. Las úlceras de evo-
lución crónica, igual q ue las infecciones profu ndas, Evita la deshidratación, mejora la síntesis de co-
suelen ser polimicrobianas, incluyendo anaerobios lágeno, la formación de tejido de granulación y la
y bacterias grampositivas y gramnegativas. autólisis del tejido necrótico.
El frío puede red ucir el flujo sa nguíneo por vaso- La elección del tratamiento loca l se realizará en
constricció n y producir hipoxia con disminución función de unos criterios de va loración (Fig. 6-6):
de la tensión de oxígeno subcutáneo, modifican-
do la propiedad bactericida de los leucocitos, mi- a) Tipo de úlcera.
nimizando el depósito de colágeno y la fuerza ten- b) Característ icas.
e) Grado de infección.
so ra del tej ido. El calor intenso puede favorecer la
infección y, combinado con el incremento de la Actua lmente, se dispone de una am plia gama
presión en el tejido, ag rava el proceso. de productos y útiles para el t rata miento tópico de
las úlceras cutáneas, con contenidos farmacológi-
Tabaquismo cos variados con el objetivo de eliminar el tejido
necrótico o esfacelado y acelerar el proceso cica-
La abso rción de nicotina activa las catecolami- trización.
nas, cuyo efecto inmediato es la vasoconstricción No todas las úlceras son iguales ni tampoco tie-
periférica, seguida de una disminución de la per- nen el mismo grado de infección. Unas precisan
fusión de hasta un 40 °/o. El monóxido de ca rbono sólo tratam iento tópico y otras requerirán asociar
(presente en el humo de cigarrillo} red uce el con- la prescripción de ant ibióticos sistémicos o cirug ía
tenido de 0 2 en la sangre. (v. Cap. 5) (Fig. 6-7).
Si en todas las úlceras se rea liza un cultivo en su-
Contenido y/ o cantidad del exudado perficie, se observará que tienen microorganis-
mos. Por ello, el d iagnóstico de si existe o no infec-
Est á compuesto de factores de crecimiento, cé- ción tiene que ser clín ico y no fundarlo, en exclusi-
lulas propias de la herida, tejido desvitalizado con va, en la presencia de bacterias en los cultivos.
CAPÍTULO 6. Tratamiento médico O
ÚLCERA CUTÁNEA
+
EXTR EMIDAD INFERIOR
PULSOS NO PULSOS SÍ
+
ISQUEMIA
- - - - - - - - - - - - - - - - -------
+
O ISQUEMIA --- -- -- -- -- -- -- -- - -- -- -- -- -- -- -- -- -- -
- ,- ,
1 1
1 1
ÚLCERA ARTERIAL
- Dolor intenso, qu~n - Paciente encamado o
ÚLCERA VENOSA
- ¿Tiene varices?
ULCERA NEUROPATICA
- Poca o nula sensibilidad.
''
MIXTA
decúbito empeora. poca deambulación o - ¿Edema? - Úlcera en zonas de presión
- Características de la incontinente. -Poco dolor. con hiperqueratósis.
úlcera: pequeña, borde - - - - - - - - - - Características ulcera: - características de ta úlcera:
irregular, con infección, grande, superfi cial, bordes definidos, con tejido de
esfacelos y/o necrosis. eritema perilesional. granulación, necrosis por
licuefacción periulceral.
La forma de presentación (apósito adhesivo o sin En su experi encia clínica con úlceras en el p ie
adhesivo, gel, gránulos, malla, etc.) es otro aspecto d e pacientes diabéticos, los autores utilizan po-
fundament al para obtener la máxima eficacia del cos apósitos, debido a que la mayoría de los pa -
producto. Para una úlcera en un espacio interdigi- ci entes t ratados presentan úlceras a nivel plant ar
tal, normalmente, no se usará la misma presenta- y, al ser una zona d e presión, no se recomienda
ción que para una úlcera maleolar o en la planta. su uso.
Úlcera contaminada
• Respuesta inmunitaria superior al número
de bacterias
• Sin interferencia proceso cicatrización
----- · Tratamiento local
Úlcera colonizada
• Respuesta inmunitaria igual al nú mero
Tratamiento local antimicrobiano
de bacterias ----- · Antibióticos sistémicos
• Interferencia proceso cicatrización
• Signos de infección local
Úlcera infectada
• Respuesta inmunitaria inferior al número Tratamiento local
de bacterias (>105/g tejido)
• Proceso de cicatrización ausente
-----+- +
Antibióticos sistémicos
• Signos de infección local y/o sistémica
Los distintos tratamientos que se emplean se es- presión negativa sobre la superficie de la úlcera
cogen en función del grado de exudación: para promover la cicatrización en un medio hú-
medo y oclusivo, favoreciendo la eliminación de
• Úlceras con exudación moderada:
- Antisépticos (clorhexidína acuosa al 0,05 %, poví- líquidos (reducción del exudado), estimulando
dona (PVP-1), solución de polihexanída/betaína). el tejido de granulación (a ngiogénesis) y dismi-
- Apósitos con plata nanocristalina o carbón y nuyendo la colonización bacteriana 14 (Fig. 6-8 a,
plata. b, c y d).
Sorbact®: tira para drenaje (ad hesión e inactí- • Úlceras secas o muy poco exudativas y/o con te-
vación de las bacterias). jido de granulación:
• Úlceras muy exudativas: terapia de presión ne- Hidrogeles.
gativa, que consiste en un desbridamiento me- - Apósitos hídrocelulares (maléolos, pierna, dor-
cánico no invasivo y controlado que utiliza la so del píe).
Figura 6-8. Terapia de presión negativa. (a) Herida quirúrgica muy exudatíva. (b) Preparación del lecho de la heri-
da para la terapia de presión negativa. (c) Dispositivo portátíl de presión negatíva. (d) Úlcera anterior después del
tratamiento con terapia de presión negativa.
CAPÍTULO 6. Tratamiento médico •
El manejo de las úlceras en pacientes diabéticos si- en la evidencia y a las recomendaciones CONSORT
gue siendo uno de los mayores retos de la medicina (Conso/idated Standards of Reporting Trials}. Sólo
en todo el mundo. En los últimos años, se ha asistido unos pocos estudios son prospectivos y aleatoriza-
a un creciente desarrollo de nuevas tecnologías para dos. Los estudios contienen errores metodológicos
adelantar la curación de úlceras del pie diabético. Sin en el diseño. No existe consenso en los parámetros
embargo, el gran número de productos nuevos que óptimos de tratamiento, dosis, número de sesiones,
se han introducido en el mercado no está equipara- intervalo entre sesiones o en los criterios de inclu-
do al nivel de evidencia científica sobre su eficacia. sión de los pacientes. Es necesario seguir investigan-
En este apartado, se analizarán algunos produc- do para estandarizar protocolos de tratamiento.
tos de medicación avanzada y la evidencia científi-
ca disponible que se desprende de la revisión sis-
Conclusiones
temática de la literatura médica.
El tratamiento de las úlceras diabéticas median-
AGENTES FÍSICOS: ONDAS DE CHOQUE te ondas de choque es una modalidad terapéutica
innovadora con buenos resultados clínicos, segu-
A. Morral Fernández ra, no invasiva, fácil de aplicar, bien tolerada por
En los últimos años, se han acumulado evidencias los pacientes y con escasas complicaciones.
preclínicas en estudios con células y con animales so- Las ondas de choque tienen un futuro prometedor
bre los efectos de las ondas de choque en las úlceras y pueden ser una alternativa válida a los tratamien-
crónicas y en la reparación ósea de posible interés en tos conservadores y q uirúrgicos de las úlceras diabé-
pacientes con pie diabético. Las ondas de choque ac- ticas. Sin embargo, la evidencia científica actual es
tivan la angiogénesis, formando nuevos vasos san- débil. Es esencial continuar investigando y diseñar
guíneos;15 aumentan la producción de colágeno a ensayos clínicos controlados, aleatorizados y con un
partir de factores de crecimiento como el factor de número importante de pacientes que permitan de-
crecimiento transformante p1 (TGF-P 1} y el factor de mostrar la eficacia de las ondas de choque en el tra-
crecimiento insulínico de tipo 1 (IGF-1 };16 y liberan óxi- tamiento de las úlceras diabéticas (Fig. 6-9 a y b}.
do nítrico (eNOS} y el factor de crecimiento endotelial
vascular (VEGF}, mediadores muy importantes en la DESBRIDAMIENTO CON HIDROTERAPIA
regeneración tisular y vascular. Los estudios muestran (VERSAJET®)
la presencia de PCNA (antígeno nuclear de células en
proliferación) que indica proliferación celular.17 M. Fabbi
En otros trabajos, se ha podido probar una in-
En un ensayo comparativo,19 el desbridamiento
fluencia de las ondas de choque en la diferencia-
con hidroterapia resultó más rápido, pero no se
ción y migración de células madre. 18
apreciaron diferencias en la tasa de curación a las
12 semanas. En la práctica clínica, el desbrida-
Evidencia científica miento con hidroterapia puede ser útil para la pre-
Existen estudios clínicos que muestran resultados paración del lecho de la úlcera antes de un injerto
positivos en la regeneración cutánea mediante on- de piel para garantizar la consecución de bordes
das de choque en pacientes con úlceras diabéticas. más regulares y de un corte más homogéneo, aun-
No obstante, son estudios con poco rigor científico que no se dispone de ensayos clínicos con pacien-
si se someten a los criterios de la medicina basada tes sometidos a injerto de piel.
e SECCIÓN 11. Tratamiento
INJERTO LAMINAR
J. Royo Serrando
El objetivo principal del tratamiento del pie de ficativa de desoxipiridinolina y de fostatasa alcali-
Charcot en la fase aguda es la prevención de la na ósea en los pacientes tratados frente al grupo
deformidad y de la inestabilidad, factores que del placebo a las cuatro semanas, y a un progresi-
pueden incrementar el riesgo de amputación vo aumento de los marcadores de recambio óseo
(Fig. 6-11 ). En esta fase, la descarga total de la hasta los niveles iniciales en ambos grupos. En un
presión en el pie es fundamental. Un paciente ensayo aleatorizado abierto,21 el tratamiento con
con neuropatía de Charcot aguda tratado con 70 mg/semana de alendronato durante seis meses
descarga total tarda un tiempo medio de tres ha conseguido una reducción significativa de los
meses en pasar a la fase crónica y la valoración de índices de recambio óseo y un aumento de la den-
esta transición se puede llevar a cabo con la me- sidad ósea. Los autores especulan que la reduc-
dición de la temperatura en el pie, la radiografía ción del IGF-1 (visible sólo en el grupo tratado)
convencional y la tomografía por emisión de po- podría reducir el exceso de irrigación sanguínea al
sitrones (PET). Una vez alcanzada la fase crónica, hueso, favoreciendo la mineralización. Otra op-
si la deformidad resultante puede causar riesgo ción farmacológica en pacientes con insuficiencia
de ulceración, habrá que plantear su corrección renal que no pueden tomar bisfosfonatos es el
mediante la cirugía. empleo de calcitonina de salmón nasal (200 U/día)
El tratamiento médico en la fase aguda de la junto a calcio oral.22 En un estudio con 32 pacien-
neuropatía de Charcot puede desempeñar un pa- tes con neuropatía de Charcot, el tratamiento du-
pel adyuvante y acelerar el tiempo de transición a rante seis meses comportó una reducción signifi-
la fase crónica. En un ensayo aleatorizado contro- cativa de los índices reabsorción ósea y de la tem-
lado con 39 pacientes con Charcot agudo,2° se ob- peratura en el pie afectado.
servó que con la administración de 90 mg de pa- A día de hoy, ningún estudio clínico ha valorado
midronato i.v. en dosis única se lograba una reduc- los efectos del tratamiento médico junto a la des-
ción más rápida de la temperatura y del dolor en el carga total en la prevención de la deformidad y de
pie afectado que en el grupo al que se administró la inestabilidad. En conclusión, el tratamiento mé-
placebo. También se asistió a una reducción signi- dico en la neuropatía de Charcot puede ser utiliza-
do como adyuvante para acelerar la transición
desde la fase aguda hasta la crónica. En presencia
de fracturas, dolor importante o dificultad en el
proceso de osificación, se pueden utilizar bisfosfo-
natos o calcitonina nasal en combinación con la
descarga total. Todavía no se han publicado ensa-
yos clínicos con inhibidores del ligando del recep-
tor activador del factor nuclear KB o RANKL (deno-
sumab) ni con teriparatida (paratohormona re-
combinante).
Las nuevas moléculas desarrolladas en los últi-
mos años (citocinas inflamatorias, factores de es-
timulación osteoclástica) ofrecen nuevos trata-
Figura 6-11. Pie de Charcot en fase aguda. mientos potenciales como el empleo de inhibi-
e SECCIÓN 11. Tratamiento
dores del RANKL (denosumab) - ya en fase avan- dimethylarginine and endogenous inhibitor of nitric
zada de desarrollo y estudiados en pacientes con oxide synthase. Eur Heart J 2006;27(10):1159-65.
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Cap. 7).
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• Cirugía, en función del grado de deformidad o 1O. Umpierrez GE, Smiley D, Jacobs S, Peng L, Temponi A
úlcera (v. Cap. 8). , Mulligan P, et al. Randomized study of basal-bolus in-
• Tratamiento farmacológico (descrito anterior- sulin therapy in the inpatient management of patients
mente). with type 2 diabetes undergoing general surgery
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CAPÍTULO 6. Tratamiento médico •
20. Jude EB, Selby PL, Burgess J, Lilleystone P, Mawer EB, te in acute Charcot neuroarthropathy: a randomized
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M. Lladó Vidal, T. Huguet Vidal , A. Palma Bravo y J. Viadé Julia
ciente diabético con ausencia de sensibilidades. Existen diferentes materiales que, solos o com-
En un estudio reciente, se cuant ifica en 200 kPa la binados, pueden ser utilizados para descargar las
presión mínima necesaria para provocar una úlce- úlceras en el pie diabético.6 Conocer las caracte-
ra,3 pero es necesaria una mayor evidencia para rísticas de cada material, la metodología de ap li-
poder establecer esta cifra como objetivo de des- cación y el comportamiento del pie en estática y
carga de úlceras. Por ello, se relaciona una zona de dinámica será esencia l para obtener la máxima
sobrecarga plantar con un tipo de alteración es- eficacia.
Observaciones
Figura 7-2. Descarga con doble fieltro (10 mm + 6 mm Figura 7-3. Descarga de una úlcera en la cabeza del
longitudinal} para la elevación del metatarsiano. quinto metatarsiano.
CAPÍTULO 7. Alternativas para la desca rga de la úlcera •
Se asocia a:
Se asocia a:
Venda de yeso
cipal inconveniente es que, al ser extraíble, pue- cortar la venda cuando aún esté blanda; si es
de existir un incumplimiento terapéutico. Para su con sierra, se debe esperar a que se seque com-
realización, es necesaria una curva de aprendiza- pletamente (5-8 minutos aproximadamente).
je previa. 14 Antes de que la botina fragüe completamente,
se colocará al paciente en bipedestación para
Metodología aumentar la superficie de apoyo de la férula
con la ayuda de su peso.
Los pasos necesarios para la confección de esta i) Una vez practicada la abertura, retirar la botina, ex-
férula son los siguientes: traer el film transparente, reparar el vendaje prima-
rio y, con fieltro adhesivo de 4 mm, proteger los la-
a) Recortar la descarga de fieltro adhesivo de la úl- terales y la zona posterior que contacta con la pier-
cera con el grosor suficiente para que la úlcera na y adherir el fieltro de descarga a la botina. 11
no contacte con el suelo. Esta descarga se cor- j) La botina ya estará lista para su uso. Se colocará
tará al revés (el adhesivo servirá para pegar a la bien ajustada al pie, fijándola con una venda
férula y no al pie). adhesiva y un calzado del tipo posquirúrgico de
b) Una vez cortado el fieltro, se procede a marcar perfil plano (Tovipie·) con suela prolongada.
la úlcera con un antiséptico (empapar 3-4 gasas k) Será necesario revisar la férula cada 8-1 O días
del diámetro de la úlcera con povidona yodada) para comprobar que no existen puntos de roce
para que indique el lugar de la úlcera un vez he- y que el fieltro no ha perdido grosor.
cho el vendaje. Para ello, cada vez que se dé
una vuelta con la guata sintética o la venda de
crepé, se realizará una pequeña presión con los Pie de Charcot
dedos, de modo que el antiséptico traspase y
sirva de marcador. Debido a la gran desestructuración ósea que con-
e) Aplicar guata sintética desde la raíz del pie has- lleva el pie de Charcot agudo, se utiliza la férula con
ta unos 15 cm por encima de los maléolos. Se vendas de resina o plastic cast cerrada, para contener
finaliza el vendaje con venda de crepé. la deformidad y evitar su evolución, o con abertura si
d) Fijar encima del vendaje con tiras adhesivas la existe úlcera, para realizar la cura y controlar su evolu-
descarga cortada, ajustando la descarga a la ción. Se recomienda su reemplazo cada 2-3 semanas
zona marcada. en función de cada paciente y hasta conseguir el cie-
e) Cubrir todo con unas capas de film transparen- rre de la úlcera o la normalización de la fase aguda.
te, para evitar que la venda de fibra de vidrio se
adhiera.
f) Sumergir la venda en agua (20-25 ºC) oprimién- SILICONAS
dola para que el agua penetre completamente
y aplicar de forma de espiral, reforzando en es- Compuestas por un polímero perteneciente al
pecial el talón y la parte superior de los maléo- grupo de los elastómeros que, por sus caracterís-
los para evitar roturas. ticas de elasticidad y resistencia, son utilizadas en
g) Mantener del tobillo a 90º y esperar a que co- el campo ortopédico y ortoprotésico. La silicona
mience a fraguar (2-4 minutos aproximada- que se emplea para el pie es de tipo bicompo-
mente). nente, es decir, que se activa por la adición de un
h) Realizar una abertura dorsal, de entre 12 y catalizador, lo que da lugar a una reacción de po-
15 cm, para poder extraer la férula y proceder a licondensación en frío. Existen diferentes tipos de
la cura de la úlcera. Ésta se puede realizar con silicona: blandas, semiduras y duras; en función
una sierra de sacar yesos o tijeras consistentes de los objetivos terapéuticos, se aplicarán unas u
si no se dispone de sierra. Si la extracción se va otras. Los autores usan siliconas de consistencia
a realizar mediante tijeras, se debe comenzar a blanda.
CAPÍTULO 7. Alternativas para la descarga de la úlcera •
Figura 7-8 . Ortesis de silicona para evitar la ulceración • Redistribuir las presiones de forma uniforme,
en la articulación interfalángica del primer dedo.
aumentando la superficie de apoyo y disipando
la presión sobre la úlcera.
Indicaciones • Compensar las alteraciones biomecánicas.
• Contener la deformidad evita ndo nuevos pun-
Las siliconas están indicadas en deformaciones digi- tos de presión.
tales como los dedos en garra y en martillo, el ha/lux
valgus, las clinodactilias, y en las zonas susceptibles de
ulceración como las articulaciones interfalángicas o el
pulpejo. También son de utilidad en amputaciones o
agenesia para ocupar el espacio del miembro que fal-
ta y evitar roces o desviación de los dedos contiguos.ª
Metodología
SOPORTES PLANTARES
PRÓTESIS DE ANTEPIÉ
CONCLUSIONES
Los tratamientos deben ser personalizados ya se
utilicen fieltros adhesivos, plastic cast, soportes
plantares u ortesis de silicona, puesto que su efica-
cia es mucho mayor.
No existe el tipo de descarga ideal, ya que en
Figura 7-10. Elaboración de prótesis para amputación
cada situación hay que escoger la más adecuada.
del antepié.
Los soportes plantares se deben revisar periódica-
mente, puesto que los puntos de apoyo pueden
FÉRULAS PREFABRICADAS ser cambiantes.
En ocasiones, hay que realizar algunas correc-
Se utilizan para evitar el movimiento de una arti- ciones en el calzado para mejorar su estabilidad
cu lación o para mantener en su lugar alguna parte (ampl iar base del talón por la parte externa, modi-
del cuerpo. Los autores sólo usan las férulas prefa- ficar el balancín, etc.) (Fig. 7-12).
bricadas en casos muy concretos, para la conten- A tenor de la experiencia de los autores, el mé-
ción de la deformidad del pie de Charcot, dado todo de elección para el paciente con úlcera neu-
que prefieren su confección a medida con venda ropática importante o para prevenir la deformidad
de fibra de vidrio, por ser más exactas y mas eco- y reducir el edema en el pie de Charcot en fase
nómicas (Fig. 7-11 ). aguda es el plastic cast.
CAPÍTULO 7. Alternativas para la descarga de la úlcera •
INTRODUCCIÓN nistas del entorno del pie los que van a colonizar
este tejido.
Existen tres mecanismos que determinan la pre- La colonización va a provocar una progresión
sentación de la úlcera en una determinada área de del daño tisular tanto en superficie como en pro-
la piel del pie: la neuropatía, la isquemia y la hiper- fundidad con riesgo de generar un proceso sépti-
presión. co generalizado. 1
Las dos primeras condicionan el grado de riesgo Localmente, suele comenzar como una infec-
de que la úlcera se produzca y la tercera, la hiper- ción menor, llegando hasta el tejido subcutáneo o
presión, la va a situar anatómicamente. la bolsa serosa situada entre la piel y el hueso.
Las áreas de hiperpresión, producidas por ano- El enfoque terapéutico de la úlcera diabética en
malías anatómicas congénitas o adquiridas del pie el pie tendrá que ir enfocado a intentar controlar
o por compresiones generadas por el calzado in- los dos factores determinantes - isquemia e hi-
adecuado, van a producir un agravamiento de la perpresión- y el factor agravante, que es la infec-
isquemia local en el área de p resión, que no va a ción. La hipoestesia o la anestesia en el diabético
ser detectada por el paciente por la hipoestesia o no es controlable; en la pérdida de sensibilidad de
anestesia asociada; esta situación, va a generar un otra etiología, como, por ejemplo, la sección del
área de tejido necrótico por decúbito. La altera- ciático poplíteo interno, la reparación del nervio y
ción de la sensibilidad impide que el paciente de- la recuperación de la sensibilidad curaran la úlce-
tecte la lesión y evite la presión que le está lesio- ra, pues, al tener dolor, el paciente evitará la pre-
nando la piel del pie. sión sobre la zona afectada.
La hipoestesia o anestesia es una condición im- La anamnesis y la exploración física del paciente
prescindible para que se produzca la lesión. La en- y de sus pies permitirán determinar el grado de le-
fermedad denervante del pie (sección de un tron- sión neurológica, la presencia o no de isquemia en
co nervioso, lesión medular, neuropatía alcohólica, el pie y si la úlcera está infectada o no, así como las
neuropatía diabética, lúes, enfermedad de Char- indi caciones y contraindicaciones del tratamiento
cot, lepra, etc.) va a producir lesiones parecidas quirúrgico.
por pérdida de la sensibilidad del pie. El objetivo de la cirugía es intentar solucionar el
La isquemia es un elemento facilitador de la le- problema isquémico - mediante by-pass, angioplas-
sión (aunque ésta se puede producir en ausencia tia transluminal percutánea (ATP)-, desbridar las ca-
de trastornos vasculares) para que se instaure la vidades sépticas y restituir la estabilidad del pie me-
escara de forma más o menos fácil y rápida, de diante desbridamientos, osteotomías, resecciones
acuerdo con el grado de lesión vascular. óseas e, incluso, en algunos casos, amputaciones.
Esta lesión en superficie tiene una disposición
en profundidad que sigue las líneas de presión
hasta el elemento óseo que soporta la sobrecarga. TÉCNICAS QUIRÚRGICAS
Una vez establecida un área más o menos extensa
de tejido necrótico, van a ser los microbios oportu- Véase la figura 8-1.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
PULSOS
0 ...... PRESENTES --
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--
CIRUGÍA DE MÍNIMA INCISIÓN: CIRUGÍA CONVENCIONAL:
1
~-J
Osteotomía: Resección y/o leerado: 1
1
• Oblicua de cabeza y cuello • Artritis séptica: 1
~
de metatarsianos. - lnterfalángica.
• Base del primer metatarsiano. - Metatarsofalángica. Am utación: supracondílea,
• Base de la falange proximal Pie de Charcot: infracondílea. de Syme,
del primer dedo. • Artrodesis. de los dedos.
• Ha/lux valgus, ha/lux rigidus. • Resecciones óseas.
• Dedos clinodactilias, garra.
• Exostosis.
Drenajes nen todos los líquidos allí contenidos. Con una cu-
charilla, se eliminarán, si existen, los secuestros
Ante la existencia de un absceso plantar, será necesa- óseos. A continuación, se realizará un lavado ex-
rio realizar un desbridamiento amplio para facilitar la haustivo con H20 2, y un aclarado con solución de
evacuación del material purulento y de los restos óseos. polihexanida o suero fisiológico. Mediante unas
Antes de practicar el desbridamiento, y administrar pinzas mosquito, se insertará un drenaje de tipo
antibióticos, se realizará un cultivo con la máxima Penrose (de látex de 1/4"-1/2" o de silicona de 9 mm)
asepsia posible y en la zona más profunda de la lesión. que comunicará de forma permanente la cavidad
Para realizar el drenaje, en primer lugar, se efec- séptica con el exterior, facilitando la evacuación de
tuará la limpieza de la zona con antiséptico y se líquidos. Este drenaje se mantendrá durante 48/72
administrará anestésico local (si el paciente lo re- horas (Fig. 8-3).
quiere, puesto que en la mayoría de estos pacien-
tes la sensibilidad está ausente).
Si existe úlcera, se introducirá unas pinzas mos- Osteoartritis séptica
quito curvas y, sin forzar, se irá siguiendo el trayecto
hasta la parte más profunda de la úlcera, intentan- Ocurre con mayor frecuencia a nivel de las cabe-
do llegar a la parte contraria (Fig. 8-2), en donde se zas de los metatarsianos y de las articulaciones in-
practicará con el bisturí una incisión para que dre- terfalángicas.
CAPÍTULO 8. Tratamiento quirú rgico del pie diabético •
Figura 8-4. Úlcera en el tercer metatarsiano. Prueba de contacto óseo positiva. (a) Estado prequirúrgico. (b} Ra-
diografía: osteomielitis de la cabeza del tercer metatarsiano. (c) Resección de la cabeza del tercer metatarsiano.
(d) Cuatro semanas después de la osteotomía del tercer metatarsiano.
cionar el soporte plantar más adecuado, sin olvi- afectado, legrado de las cavidades sépticas y
dar el t ipo de calzado. drenaje. La pauta antibiótica y analgésica tam-
En la artritis séptica interfalángica, se realiza la bién es igual que en la artritis séptica de los me-
misma técnica, con anestesia troncular del dedo tatarsianos.
En las zonas con hiperpresión (cabezas de los Los autores, en pacientes sin osteomielitis, prefe-
metatarsianos o articulaciones interfalángicas} o rimos la cirugía por la cirugía de mínima incisión, en
con úlceras sin osteomielitis y en que, con los me- que, al ser menos traumática, se reducen las com-
canismos de descarga habituales (fieltros, sopor- plicaciones, el riesgo de infección, el t iempo de in-
tes plantares, ortesis de silicona, etc.} no se consi- movilización y los costos. Es muy importante saber
gue corregir la sobrecarga, existe un alto riesgo de escoger la técnica más eficaz en cada situación.2
ulceración e infección del hueso. El objetivo de la A continuación, se proporcionan las directrices
cirugía en el pie neuropático es compensar las al- para la elección de la técnica quirúrgica según la
teraciones morfológicas, conseguir la estabiliza- entidad patológica de que se trate.3
ción del pie para facilitar la marcha y prevenir la
deformidad. A nivel del antepié, es frecuente ob-
servar desequilibrios metatarsianos, que compor- HIPERPRESIÓN CON O SIN ÚLCERA
tan la formación de un área de hiperpresión. A ni- PLANTAR EN LOS METATARSIANOS
vel interfalángico, el uso de calzado inadecuado o CENTRALES SIN OSTEOMIELITIS
el desequilibrio en las partes blandas van a provo-
car deformidades de los dedos, que, con el roce Se realiza osteotomía oblicua de la cabeza y cue-
del calzado, comporta n riesgo de ulceración. llo (Weil),4 de 45º a 60º, para lograr un acortamien-
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para mejorar to controlado del metatarsiano y modificar la car-
las zonas de hiperpresión y evitar puntos de conflicto. ga (Fig. 8-5 a, by c}.
Figura 8-5. Hiperpresión en la cabeza del segundo metatarsiano. (a) Estado prequirúr-
gico. (b) Dos meses después de la cirugía. (c) Un año después de la cirugía.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
Las osteotomías raramente se realizan de un solo aunque, dada la poca lesión de las estructuras
metatarsiano, debido a que un acortamiento excesi- vecinas, los autores prefieren dejar libres los ex-
vo puede provocar que la carga se transfiera a otro tremos para que consoliden en su posición ideal
metatarsiano; por ello, hay que efectuar más de una y alcancen una posición óptima. Sólo requerirán
osteotomía para evitar la transferencia de presión y un vendaje de tipo cincha metatarsiana y calza-
lograr la máxima armonía del arco metatarsiano en do posquirúrgico para deambular durante 2-4
el plano anteroposterior y frontal. Para saber el nú- semanas. En las úlceras plantares sin osteomieli-
mero de osteotomías que se deben realizar, se pue- tis, se efectuará la misma técnica quirúrgica
de utilizar la fórmula de Edward Leventen:2 (Fig. 8-6 a, by c).
Figura 8-6. Úlcera de tres meses de evolución en la cabeza del cuarto metatarsiano. Prueba de contacto óseo negativa.
(a) Úlcera prequirúrgica. (b) Osteotomía del tercero y cuarto metatarsianos; fractura por sobrecarga del segundo meta-
tarsiano; inicio de neuroartropatía de Charcot (un mes después de la cirugía). (c) Cuatro semanas después de la cirugía.
CAPÍTULO 8. Tratamiento quirúrgico del pie diabético •
Figura 8-7. Úlcera sin osteomielitis en la cabeza del primer metatarsiano. (a) Imagen preoperatoria (protección
con Opslte). (b) Osteotomía en la base del primer metatarsiano mediante cirugía de mínima Incisión. (c) Seis se-
manas después de la cirugía.
Figura 8-8. Úlcera en la cara plantar del primer dedo sin osteomielitis. (a) Estado prequirúrglco: úlcera de dos
años de evolución. (b) Radiografía (Rx) prequlrúrglca y posq ulrúrgica (c) (se observa la osteotomía en la base de la
falange proximal). (d) Seis semanas después de la intervención.
Se llevan a cabo osteotomías de las falanges No existe una técnica q ue se pueda aplicar a to-
proximal, media o distal en cuña (dorsal y/o plan- dos los pacientes. La elección de la técnica depen-
tar), segú n cada caso, y tenotomía de los tendones derá del grado de deformidad, la edad del paciente
fl exores y extensores para contrarrestar la deformi- y el comp romiso vascular. 3 La cirugía del ha/lux va/-
dad. La estabilización correcta de las osteotomías gus en los pacientes diabéticos va encami nada a
externas se realiza med iante cintas elásticas ad he- disminuir el riesgo de ulceración, por lo que es re-
• SECCIÓN 11. Tratamiento
comendable realizar los mínimos gestos quirúrgi- dedo, capsulotomía parcial y osteotomía en cuña
cos para conseguir la máxima eficacia. Si la cirugía de la falange proximal. En ocasiones, no es posible
se realiza mediante las técnicas de cirugía de míni- realizar estas técnicas de MIS debido a la gran de-
ma incisión (MIS), se efectúa una exostectomía lo formidad existente y a la necesidad de efectuar os-
más amplia posible, sin comprometer la estabili- teotomías completas o de aplicar fijaciones con
dad articular, tenotomía del aductor del primer materiales de osteosíntesis (Fig. 8-9 a, by c).
Figura 8-9. Hallux va/gus con úlcera sin osteomielitis. (a} Estado prequirúrgico. (b) Imagen posquirúrgica: fijación
de la cabeza mediante aguja de Kirschner. (c) Dos meses después de la cirugía.
Es una cirugía que puede llegar a ser muy com- úlcera), inestabilidad articular, desplazamientos
pleja; por ello, debe ser efectuada por profesiona- por dislocación, fracturas o imposibilidad de lle-
les con larga experiencia. var un calzado. El objetivo de la cirugía es conse-
El pie de Charcot se puede definir como una guir un pie plantígrado, estable y sin prominen -
neuroartropatía que conduce a una deformidad y, cias óseas.6
con frecuencia, a una degeneración progresiva de Las distintas técnicas quirúrgicas para el pie de
las articulaciones del pie. 5 Charcot (exostosectomía, osteotomía, artrodesis,
El tratamiento quirúrgico tradicionalmente apli- alargamiento del tendón de Aquiles o gastrocne-
cado ha sido la amputación infracondílea, pero, mio) pueden realizarse mediante técnicas de MIS,
actualmente, gracias a los avances de las técnicas factor que minimiza el riesgo quirúrgico. Un as-
quirúrgicas y a los novedosos materiales de osteo- pecto trascendental que cabe tener en cuenta es
síntesis, es posible su reconstrucción. que, al ser intervenidos, tienen un tiempo de con·
Las indicaciones quirúrgicas se pueden agru- solidación más dilatado, siendo frecuentes los ca-
par en: afectaciones de partes blandas (con o sin sos de seudoartrosis (artrodesis, osteotomía).
CAPÍTULO 8. Tratamiento quirúrgico del pie diabético •
Las prominencias óseas pueden llegar a ser im- En subluxaciones o luxaciones articulares, se de-
portantes y originar zonas de hiperpresión y úlce- berá recurrir a reducciones abiertas y fijaciones,
ras.7 En este caso, puede ser necesario realizar una combinadas al mismo tiempo con fijadores exter-
exostosectomía, siempre después de que haya fi- nos, o bien reducciones cerradas y estabilización
nalizado la fase inflamatoria y cuando el pie se en- con múltiples grapas o tornillos o, incluso, injerto
cuentre estable (Fig. 8-1 Oa y b). Una complicación óseo autólogo (Fig. 8-11 a, b, c, d y e).
importante en estos casos puede ser la presencia En el caso de que la luxación no se diagnostique
de osteomielitis. a tiempo y ya exista una importante deformidad
Figura 8-11. Luxación del tobillo después de una fractura bimaleolar. (a) Se aplicó un fijador externo de forma tem-
poral para prevenir un mayor colapso de la articulación del tobillo y permitir la curación del tejido blando y la reduc-
ción del edema. Se observa una subluxación lateral del talón respecto a la interlínea articular del tobillo y fragmen-
tación del maléolo peroneal. Éste será extraído una vez la herida y el edema sean suficientemente estables para
ser tratados mediante artrodesis calcaneotibial. (b) Imagen con el fijador externo ya extraído. Hay una pérdida sus-
tancial de hueso en la parte distal lateral de la tibia y subluxación del tobillo. (c) La fusión definitiva de la articula-
ción de la tibia con la subastragalina se realizó con una placa fijadora lateral. Se emplearon tornillos y grapas para
efectuar una fijación interna adicional de la tibia con el talón y de éste con el calcáneo. (d) El paciente mostraba
una correcta consolidación en la revisión de seguimiento a los ocho meses. Se observa que el peroné fue extraído
durante la primera intervención y fue triturado para usarse como injerto óseo. Éste se colocó por la parte anterior y
posterior en la fusión de la articulación tibioastragalina. A consecuencia de ello, se consiguió una excelente conso-
lidación intraarticular y extraarticular. (e) La visión lateral muestra una excelente alineación y consolidación.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
del pie y el tarso, estará indicada la práctica de ar- En casos extremos y complicados con un proce-
trodesis limitadas a las articulaciones mayormente so séptico, la amputación puede ser la única op-
afectadas, con fijación interna rígida para corregir ción de tratamiento.
la deformidad (Figs. 8-12 a, b, c y d, y 8-13 a, b y c).
Figura 8-12. Estabilización completa del pie mediante una fusión medial con un clavo intramedular colocado a
través del primer metatarsiano hasta el retropié y fijado mediante una placa adyacente a las articulaciones. (a)
En la imagen lateral, se observa una correcta alineación entre el retropié, el mediopié y el anteplé. (b) Al cabo de
unos meses, la fijación intramedular empezó a migrar de forma distal hasta la falange proximal del primer dedo.
(c) Se extrajo la fijación intramedular. La radiografía al cabo de tres años muestra una estabilidad y alineación
satisfactorias. El paciente no ha tenido ningún problema posterior ni colapso del pie. (d) Proyección lateral del
caso al cabo de tres años.
J. Royo Serrando
TÉCNICAS DE REVASCULARIZACIÓN
Una vez determinada la conveniencia de revas- Figura 8-15. Absceso en el talón a causa de una úlcera
cularizar la extremidad, se deberá llevar a cabo de larga evolución. Pulsos no palpables.
• SECCIÓN 11. Tratamiento
Figura 8-17. By-pass con vena safena invertida desde la arteria femoral común al tercio medio de la arteria pero-
nea. (a) Disección de la vena safena a nivel del muslo. (b) Disección de la arteria peronea (control con vessel
loops). (c) Disección de la arteria femoral común. (d) Extracción y preparación de la vena safena. (e) y (f) Anasto-
mosis terminolateral entre la arteria femoral común y la vena safena.
CAPÍTULO 8 . Tratamiento quirúrgico del pie diabético •
..
~ 4 .......
Figura 8-18. Angioplastia percutánea de una estenosis poplítea. (a) Arteriografía previa a la dilatación.
(b) Hinchado del balón dilat ando la estenosis. (c) Arteriografía posterior a la dilatación.
Independientemente del tipo de cirugía, la arte- donde se halla la úlcera, la cu ración es más rápida
ria revascularizada - sobre t odo, cuando las lesio- que si la revascularización se realiza en otra arteria
nes afectan a las arterias t ibiales- es uno de los que irrig ue de forma indirecta la zona de la úlcera.
datos más importantes a la hora de determinar la Esta idea está respaldada por la presencia a nivel
eficacia de la revascularización. Así, si se revascula- del pie de los angiosomas, territorios irrigados por
riza una arteria que irriga direct amente la zona una arteria.
El paciente d iabético con un pie séptico puede frente a un absceso, una gangrena húmeda o un
precisar cirugía urgente en menos de 8-12 horas, flemón. Si la precisa, la revascularización se reali-
debiéndose indicar un ingreso urgent e en el zará después del drenaje de la infección. La es-
hospital, antibióticos intravenosos y contro l es- pera en el drenaje del pie séptico y el tratamien-
t ricto de su diabetes.7 Tras ello, se podrá llevar a to exclusivo con antibióticos sin cirugía se tradu-
quirófano para la práctica de amputaciones cen en una tasa más elevada de amput aciones
abiertas y desbridamientos amplios con extrac- proximales (Fig. 8-19).
ción de los teji dos necróticos. La presencia de is- Se deberán abrir todos los compartimentos con
quemia crítica no debe ser un factor de espera material purulento y resecar los tejidos desvitaliza-
• SECCIÓN 11. Tratamiento
ra. En la tabla 8-1, se muestra el consumo energéti- se con los pacientes encamados a los que tradicio-
co según el nivel de amputación. nalmente se les indica una amputación supracon-
En pacientes isquémicos de grado 3 y 4 con las dílea paliativa inicial. Por el contrario, los pacientes
posibilidades de revascularización agotadas, la jóvenes con amputación infracondílea alcanzan un
amputación es la única intervención posible, y el resultado funcional similar al esperado tras una re-
nivel de amputación debe determinarse por los vascularización con éxito de la extremidad inferior.
criterios antes expuestos. Así pues, entre los pacientes diabéticos con is-
Hay escuelas que preconizan una amputación quemia grave de la extremidad inferior, hay un
inicial en pacientes en los que la revascula rización amplio grupo en que no está clara la indicación
de sa lvamento de la extremidad es factible. Argu- inicial de amputación o revascularización, que de-
mentan que hay un elevado número de revascu la- penderá en gran medida de la experiencia perso-
rizaciones que finalizan en amputación, que el ni- nal y del servicio para decidir la mejor actitud tera-
vel de amputación puede cambiar por un by-pass péutica. Androes 18 ha elaborado un sistema de
fallido, que las múltiples reintervenciones incre- clasificación (LEGS: Lower Extremity Grading Sys-
mentan las tasas de morbimortalidad y que la re- tem) cuya puntuación orienta hacia un determina-
habilitación de amputados es cada vez más efi- do tratam iento inicial (0-9: cirug ía abierta; 10-19:
caz.15 Los partidarios de la revascularización adu- cirugía endovascular; > 20: amputación primaria).
cen que la tasa de sa lvación de la extremidad supe- Con esta herramienta, se pretende que la decisión
ra a la tasa de permeabi lidad de los by-pass (se se tome a partir de datos objetivos.
conserva la extremidad aunque se ocluya el by-
pass)1 6 y que la calidad de vida es mucho mejor en
estos pacientes cuya expectativa de vida es limita- TIPOS DE AMPUTACIONES
da. Taylor et a/. 17han realizado un detallado análisis
de los factores clínicos preoperatorios que ayudan Clásicamente, las amputaciones del miembro
a predecir la recuperación funcional en las amputa- inferior se han agrupado en menores cuando afec-
ciones mayores de las extremidades inferiores. El tan sólo al pie y mayores cuando comportan un
70 o/o de los pacientes estudiados eran diabéticos y acortamiento de la extremidad.
el 91,5 °/o tenía enfermedad vascular periférica. Los Las más frecuentes son las de los dedos de los
resu ltados fueron que los pacientes con limitada pies, la infracondílea y la supracondílea. La amputa-
deambulación preoperatoria, edad > ?Caños, insu- ción transmetatarsiana está siendo sustituida con
ficiencia renal crónica (IRC) en diálisis o enferme- éxito por las osteotomías de descarga (Weil). Otras
dad coronaria avanzada presentaban peores resul- amputaciones menos frecuentes son la de Pirogoff,
tados funcionales y, según ellos, deberían agrupar- la de Chopart y la de Lisfranc a nivel del pie, la de
• SECCIÓN 11. Tratamiento
Syme (transmaleolar) (Fig. 8-20), la infracondílea y útil usar la piel plantar para cubrir la porción ante-
supracondíleas largas y la transcondílea (Fig. 8-21 ). rior de la amputación, dada su elevada resistencia.
Existen multitud de tratados quirúrgicos que ex- En las amputaciones por debajo de la rodilla, es
plican con detalle cada una de las respectivas téc- importante comprender que las arterias surales, a
nicas de amputación; por ello, aquí se comentarán menudo, no están afectadas por la enfermedad
únicamente algunos de los aspectos más relevan- vascular periférica, lo que permite el uso de un col-
tes que cabe tener en cuenta en cada una de ellas. gajo posterior miocutáneo (músculo gastrocne-
Antes de realizar una amputación transmetatarsia- mio y sóleo) para cerrar la amputación. La osteoto-
na, es preciso asegurar la adecuada perfusión del te- mía del peroné debe ser siempre 1 cm más corta
jido plantar y dorsal y preservar, si es posible, las co- que la tibial, y el borde distal de la tibia debe bise-
nexiones entre la arteria pedia y las arterias plantares larse. Una revisión de Cochrane2 º de las amputa-
(ramas de la tibial posterior). También es importante ciones infracondíleas realizada en 2004 concluyó,
trazar una parábola haciendo que la osteotomía del sin embargo, que la técnica de amputación no tie-
segundo metatarso sea la más larga. Existe el riesgo ne incidencia sobre el resultado y que es una cues-
de que el pie quede en equinovaro por la pérdida del tión de preferencia del cirujano.
extensor del primer dedo, cuya función es la flexión y
rotación dorsal. Cuando aparecen úlceras por un mal
apoyo en una amputación transmetatarsiana, puede CONCLUSIONES
ser útil el alargamiento del tendón de Aquiles.19
En la amputación de Lisfranc, es importante A lo largo de los años, el uso de la amputación
mantener la porción proximal del segundo meta- como tratamiento de las lesiones isquémicas o in-
tarso y realizar una tenodesis del tendón tibial an- fecciosas de la extremidad inferior en los diabéticos
terior al cuboides (si es posible). Tanto en la ampu- ha ido evolucionando. Inicialmente, cuando las téc-
tación de Lisfranc como en la de Chopart, es muy nicas revascularizadoras quirúrgicas eran inexisten-
tes o muy deficitarias, se estableció como única po-
sibilidad terapéutica. 21 La mejora de los materiales y
la aparición de la cirugía de salvamento de la extre-
¡-i'-;~1Desarticulación
de cadera
1:---t:-+- ...--- ;Supracondílea
muy corta
- - - 1 - - - -Supracondílea estándar
-+-~--Supracondílea larga
--'~-lnfracondílea corta
llt-:f---1nfracondílea
Chopart
Lisfranc tw!-\---::>·yme
Transmetatarsiana ~~--Pirogoff
midad con by-pass a troncos distales provocó un tenga la máxima probabilidad de alcanzar lo antes
efecto contrario, con indicaciones quirúrgicas al lí- posible un nivel de actividad satisfactorio. Para una
mite y revascularizaciones a ultranza en pacientes correcta decisión, es importante estandarizar los
que finalmente acababan amputados. La tendencia criterios de la amputación frente a la revasculariza-
actual tiene como objetivo conseguir que la extre- ción para evitar, así, cirugías reiteradas que finalizan
midad sea lo más funcional posible a medio y largo en fracaso. No hay que sobreestimar las posibilida-
plazo, ya sea a través de la revascularización o bien des de la revascularización en los pacientes con IRC
de la amputación inicial, a fin de que el paciente en diálisis y en los diabéticos muy evolucionados.
A. Morral Fernández
En líneas generales, la fisioterapia intentará re- • Ejercicios de marcha con bastones y/o deambu-
ducir las repercusiones de la amputación en la ac- lación.
tividad funcional de la persona.22 • Ejercicios respiratorios.
La fisioterapia puede modificar la cadena de • Preparación psicológica.
causalidad: enfermedad - deficiencia - discapaci-
dad - minusvalía (disease - impairments - disabilities
-handicap). FASE POSQUIRÚRGICA
Es muy importante que el fisioterapeuta trabaje
en equipo. El equipo interdisciplinario puede estar Esta etapa se caracteriza por una rehabilitación
formado por los siguientes profesionales: cirujano precoz y progresiva.25
ortopédico, cirujano vascular, endocrinólogo, psi- El tratamiento debe adecuarse a la edad del pa-
cólogo, técnico ortopeda, asistente social, perso- ciente, a su estado general de salud, a su capaci-
nal de enfermería, podólogo, terapeuta ocupacio- dad funcional y al nivel de actividad previa a la
nal y fisioterapeuta. amputación.
El objetivo es restituir las funciones de soporte y
movilidad para conseguir la máxima autonomía
de la persona. 23 Tratamiento inicial
un proceso progresivo que incluye varias etapas. forma autónoma y con seguridad sobre superfi-
Se inicia con ejercicios para conseguir sentarse y cies lisas y niveladas. En función de la edad y del
ponerse de pie sin ayuda. Es necesario mantener estado de salud general del paciente, puede ser
una correcta posición de la pelvis y el tronco. Se necesario reeducar la marcha con la ayuda de
debe trabajar el equilibrio y la coordinación para bastones o muletas. Se continua progresando en
realizar transferencias del peso corporal cuando el la dificultad de los ejercicios hasta que el pacien-
paciente está en posición vertical. te pueda caminar con seguridad sobre rampas y
Habrá que realizar un trabajo propioceptivo, escaleras, aprendiendo a usar correctamente las
buscando el equilibrio estático y dinámico, esti- barandas. Posteriormente, se realizan ejercicios
mulando al paciente con pequeñas desestabiliza- con obstáculos, planos inestables y ejercicios de
ciones para automatizar el control postura! y las equilibrio más elaborados para educar al pacien-
reacciones «anticaídas». El entrenamiento para la te a caminar con seguridad sobre terrenos irregu-
marcha tiene varios objetivos: ayudar a los ampu- lares. Se finaliza con ejercicios para adaptar la
tados a adaptarse a su nueva condición, lograr una marcha a su entorno doméstico, laboral y al aire
óptima carga del peso, mejorar la coordinación y libre (p. ej., educar al paciente en el uso del trans-
las reacciones de equilibrio cuando hay dificulta- porte público). Debe instruirse al paciente y a la
des, restablecer un patrón correcto de marcha, re- familia sobre los ejercicios que pueden ser efec-
ducir la cantidad de energía empleada para cami- tuados en su domicilio, con el objetivo de mante-
nar (los amputados transfemorales usan hasta un ner la actividad y los logros funcionales obteni-
50 o/o más de energía que las personas no amputa- dos.25
das) y educar a los pacientes en la realización de Un ejemplo de progresión en los ejercicios para
actividades de la vida diaria como sentarse y subir rehabilitar la marcha puede ser el siguiente:26
y bajar escaleras. Todo esto ayudará a los amputa-
dos a volver a sentirse seguros de sí mismos y a • Entrenamiento específico para la marcha:
desempeñar activamente un papel en la sociedad. - Paso adelante con la pierna sana (apoyo en
Es importante que los ejercicios se desarrollen ambas manos).
paulatinamente, a fin de reducir el riesgo de abra- - Paso atrás con la pierna sana (apoyo en am-
siones en la piel y las consiguientes demoras en el bas manos).
proceso de rehabilitación. Un modo gradual de - Paso adelante y atrás con la pierna sana (apo-
aplicación de los ejercicios también reducirá al mí- yo en ambas manos).
nimo los defectos o patrones erróneos en la mar- - Paso adelante y atrás con la pierna sana (apo-
cha, que entorpecen la restauración funcional. 25 yo en una mano).
En la rehabilitación de la marcha en pacientes - Paso adelante y atrás con la pierna sana (sin
que requieren prótesis, pueden aparecer los si- apoyo).
guientes patrones erróneos: rotación interna o ex- - Paso adelante con la pierna con prótesis (apo-
terna del pie, inclinación lateral del tronco, asime- yo en ambas manos).
tría en la longitud de los pasos, aumento de la - Paso atrás con la pierna con prótesis (apoyo
base de sustentación, marcha en abducción, ele- en ambas manos).
vación excesiva del talón sobre el suelo, braceo - Paso adelante y atrás con la pierna con próte-
desigual, hiperextensión brusca de la rodilla, exce- sis (apoyo en ambas manos).
siva lordosis, flexión acusada del tronco, acción de - Paso adelante con la pierna con prótesis (apo-
pistón exagerada del muñón y marcha de punti- yo en una mano).
llas sobre la pierna indemne.31 Estos patrones de- - Paso atrás y adelante con la pierna con próte-
ben evitarse y corregirse si aparecen. sis (sin apoyo).
En una primera fase, se rehabilita la marcha con - Marcha entre las barras paralelas (apoyo en
la ayuda del fisioterapeuta y las barras paralelas una mano).
hasta que el paciente sea capaz de caminar de - Marcha entre las barras paralelas (sin apoyo).
• SECCIÓN 11. Tratamiento
El 60-80 °;0 de los amputados pueden manifestar 1. Viadé J. Pie diabético: guía práctica para la preven-
dolor del miembro fantasma. 32 El paciente presenta ción, evaluación y tratamiento. 1ª ed. Madrid : Edito-
dolor en el lugar donde el miembro físicamente ya rial Médica Panamericana; 2006.
2. Nieto E. Cirugía podológica: técnicas de mínima in-
no está. El miembro fantasma doloroso ha sido ex-
cisión. 1 ª ed. Madrid : Mileto Ediciones; 2004.
plicado por mecanismos periféricos (neuromas, 3. Prado M, Ripoll PL, Golano P. Cirugía percutánea del
puntos gatillo, prótesis inadecuadas), vías aferentes pie: técnicas qu irúrgicas, indicaciones, bases anató-
simpáticas, mecanismos psicológicos (alteraciones micas. 1ª ed. Barcelona: Masson; 2003.
CAPÍTULO 8. Tratamiento quirúrgico del pie diabético •
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• SECCIÓN 11. Tratamiento
34. Rothgangel AS, Braun SM, Beurskens AJ, Seitz RJ, 35. Seidel S, Kasprian G, Furtner J, Schéipf V, Essmeister
Wade DT. The clinical aspects of mirror therapy in M, Sycha T, et al. Mirror therapy in lower limb ampu-
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lnt J Rehabil Res 2011 ;34(1 ):1 -13. zation. Rofo 2011;183(11):1051-7.
J. Viadé Julia y J. Royo Serrando
RECURRENCIA Y RESULTADOS
Actualmente no poseemos datos estadísticos para valorar la recurrencia de las úlceras de nues-
tros pacientes. Los casos que se presentan a continuación son una pequeña muestra de pacien-
tes que siguen controles periódicos en la unidad de pie diabético y que, hace unos años, fueron
tratados por úlcera en el pie.
•••
120
100
80
60
40
20
o
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
-+- Bypass 30 28 40 42 34 30 40 30 36 30
...... ATP/Stent 11 19 9 17 21 59 46 74 60 75
-.- TOTAL 41 47 49 59 55 89 86 104 96 105
80
70
60
50
40
30
20
10
o
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
-+- Mayores* 34 30 20 14 11 19 14 17 21 11
...... Menores** 42 34 19 23 17 39 17 23 12 21
.....- TOTAL 76 64 39 37 28 58 31 40 33 32
* Suprarotuliana, infracondílea y transmaleolar.
·1< * Transmetatarsíana (atípica) y dedos.
CAPÍTULO 9. Casos clínicos •
Muestra de casos
Figura 9-12(a) Mujer de 46 años con úlcera neuropática de cinco años de evolución
(2009); tratamiento con descargas y antibióticos; en una segunda fase, cirugía del ha/lux
va/gus; se curó en seis meses. (b) Estado actua l (2012).
Figura 9-13,a) Mujer de 62 años con úlcera neuropática con osteomielitis en la cabeza
del primer metatarsiano de ocho meses de evolución (2008); tratamiento: resección ca-
beza primer metatarsiano; se cerró en seis semanas. (b) Estado actual (2012).
• SECCIÓN 11. Tratamiento
Figura 9-15(a)-lombre:lé5!2ños:orulceraieu-
roisquém icai11Dsteomielitierletabezall61ercer~
cuartcmetatarsiano~2001~ratamientoosteotomía
d(WeéniSegund~ercergi:uartmetatarsíanos;
seerróle~<Semana$~stadGBctua,12012).
Figura 9-16(a) Hombre de 39 años con úlcera neuropática con osteomielitis en los huesos del
tarso (2004); recibió múltiples tratamientos médicos, ortésicos y quirúrgicos; terminó con am-
putación infracondílea. (b) Estado actual (2012).
CAPÍTULO 9. Casos clínicos
Figura 9-17(a} Mujer de 76 años con clinodactilia después de la amputación del primer dedo
por osteomielitis; tratamiento: alineación de los dedos mediante técnicas de cirugía de mínima
incisión (2002). (b) Estado actual (2012).
Figura 9-18(a) Hombre de 53 años con úlcera en la cabeza del primer metatarsiano con os-
teomielitis y vasculopatía; tratamiento: by-pass;on teflón (PTFE} desde la arteria femoral común
hasta la primera porción de la arteria poplítea y stentsmart contrdD x 60 mm) y resección de la
cabeza metatarsal (2008}; se curó en ocho semanas. (b) Estado actual (2012).
• SECCIÓN 11. Tratamiento
A - peronea, 23
Abductor del primer dedo, 25 - - anterior, 25
Absceso de partes blandas, 97 - plantar(es), 22, 23, 26
Ácido clavulánico, 87 - - lateral, 24
Alendronato, 123 - poplítea, 22
Amoxicilina, 87 - tibia!
Ampollas diabéticas, 76 - - anterior, 23
Amputación(es), 150 - - posterior, 23
- abiertas, 149 Arterioesclerosis, 42, 147
- cicatriz, 154 Arteriografía, 43
- de Chopart, 151 Arteriopatía periférica, 12
- de Lisfranc, 151 Articulaciones
- de Pi rogoff, 151 - de acomodación, 22
- de Syme, 152 - de movimiento, 22
- extremidad inferior, 8 Artritis, 93
- fisioterapia, 153 Artrodesis, 144
- infracondílea, 144 Artropatía de Charcot, 11, 91 f
- proximales, 149 Asociación Americana de Diabetes, 3t
- rehabilitación de la marcha, 154 Astrágalo, 20
-tipos, 151 Autocuidado, 64
- tratamiento, 154
Anatomía, definición, 18 B
Anestesia, 44 Bacterias
Angiografía - contaminantes, 87
- por resonancia magnética, 89 - grammanegativas no fermentadoras, 85
- por sustracción digital, 89 Biguanidas, 79
Angioplastia transluminal percutánea, 137 Biopsia ósea, 86
Angiosomas, 26 Bolo-basal, 111
Antimicrobianos, 87 Bullosis Diabeticorum, 76
Aponeurosis plantar, 22
Arco e
- arterial plantar profundo, variaciones, 26 Calcáneo, 20
- plantar profundo, 24, 25 Calcificaciones arteriales, 42, 90
Arteria(s) Callo cutáneo, 97
- digitales, 24 Calzado, 13
- dorsal, 22, 23 Calzado, 67, 69t
- maleolares, 23 Candidiasis, 74
- metatarsiana, 26 Carga plantar, 30
- pedia, 23 Celulitis, 84f
• Índice analítico