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OBJETIVO
presentar la evolución del país en cuanto al desarrollo empresarial obtenido con los
continuos cambios económicos, políticos, sociales y culturales, visualizar la importancia de
las empresas en el desarrollo microecomico y macroeconómico del país, así mismo generar
la inquietud y despertar la iniciativa en cada uno de los lectores por la tarea de iniciar
procesos de desarrollo productivo que redunden en beneficio y compromiso social para la
nación.
La minería regional
EL PASO DEL REY MIDAS
ACTIVIDADES ECONOMICAS DEL SIGLO XI
Sal, plata, carbón, Marmato, Supía, El Zancudo, son riquezas empobrecidas. El oro ha sido
todo, el mineral por excelencia en el noroccidente colombiano.
Como tierras de oro se conocían estos territorios. Los españoles entraron allí a mediados
del siglo XVI, por Buriticá, Frontino y Ebéjico y siguieron luego por Caramanta, Marmato,
Supía y Cartago, buscando el oro de los indios, quienes explotaban minas de veta en estos
lugares y de aluvión en casi todos los ríos y quebradas. Algunos españoles se quedaron
explotando estos yacimientos, dando lugar a las primeras fundaciones en la región: Arma,
Remedios, Cáceres, Zaragoza, Supía, Anserma, San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia,
Rionegro, Marinilla, Caramanta, Marmato.
AUGE Y REFORMAS
Finalizadas las guerras de Independencia se vivió un gran auge. Los tratantes invirtieron en
negocios de comercio, en tierras para colonizar y en minas de aluvión y de veta; llegaron
también varios ingenieros europeos que impulsaron la colonización e introdujeron
conocimientos científicos y técnicos que significaron un gran avance en la actividad minera
y un aumento en su producción. Junto a esta expansión de la minería crecieron la actividad
comercial y la agricultura en la región.
Nuevos métodos químicos, metalúrgicos, geológicos y mecánicos aumentaron la eficiencia
en la explotación minera. Jean B. Boussingault introdujo la amalgamación para mejorar la
pureza del oro en las minas de Marmato; Tyrrell Moore divulgó el uso del molino de
pisones o cornish mill, de la pólvora, de la rueda hidráulica y de otros avances químicos y
técnicos en la explotación de las minas de veta y en el tratamiento del oro. Fue posible así
volver a explotar minas que habían sido abandonadas en el norte y noroeste de Antioquia
(Remedios, Santa Rosa, Cáceres, Zaragoza, entre otros) y en Caldas (Marmato, Supía) y
explotar otras (Anorí, Amalfi, San Pedro, Yarumal, Frontino, Abejorral, Sonsón, Titiribí).
El Zancudo, la empresa minera más grande y organizada durante el siglo XIX, es reflejo
indiscutible del avance técnico de esos años.
Negocio de comerciantes más que de mineros siguió siendo la minería en el siglo XIX. Lo
novedoso fue la organización de empresas mineras de relativo tamaño separadas de las
operaciones comerciales y de la agricultura. Sin embargo se articulaban los diferentes
negocios en la misma sociedad o Casa de negocios, de suerte que la minería suministraba el
oro para las operaciones mercantiles con el exterior y los demás centros comerciales del
país.
Se desarrollaron empresas mineras que explotaron las minas de veta, con ingenieros
extranjeros en algunas de ellas (Eduardo Walker, Carlos S. de Greif, Tyrrell Moore),
quienes se vincularon al desarrollo empresarial y a la colonización en Caldas y Antioquia.
Con las reformas del medio siglo —leyes aprobadas entre 1847y 1850—se modificó el
régimen de exportación del oro. Se podía exportar libremente, sin amonedar, de manera que
los comerciantes pudieron enviar el oro directamente hacia Europa (Londres, Liverpool,
Paris y Bremen); un viejo anhelo de los antioqueños, quienes veían en la amonedación un
medio de control de su oro por parte de los importadores de Santa Fe de Bogotá. No fue
tanto la reforma que abolió la esclavitud. Fue la reforma que impulsó la minería y la
vinculó con el comercio de importación y exportación, estimulando la colonización hacia el
sur y el surgimiento de centros comerciales importantes, pues el oro era el dinero mundial y
negocios más rentables eran los vinculados con sus transacciones mercantiles. En cuarenta
años se duplicó la producción de oro gracias al auge minero de la segunda mitad del siglo.
Fue el resultado del incremento de las compañías mineras, de la inversión de capital en
tecnologías más productivas y del aumento de mazamorreros.
Con las compañías extranjeras como la Frontino and Bolivia Company, la Compañía a del
Nechí, la Compañía Francesa de Segovia, la Wastern Andes Mining Company Colombian
Corporation, dice Poveda Ramos, se trabajaban cerca de 4 mil minas por parte de “10.000
mineros permanentes u ocasionales”; la producción pasó de cerca de tres toneladas anuales,
“teniendo en cuenta la gran evasión de metal que se exportaba de contrabando en aquella
época”, a más de cuatro toneladas y media por año, a finales del siglo XIX. Además, se
estableció la Casa de Moneda en Medellín por iniciativa de Marceliano Vélez en 1862; la
plata se empezó a explotar, se organizaron varios laboratorios de fundición, ensaye y
separado de metales y dos años más tarde se promulgó el Código de Minas del Estado de
Antioquia.
Sector Automotriz
Sector deportivo
PRIMEROS AVANCES
La experiencia de la Organización fue enriqueciéndose en materia de obras públicas y de vivienda
y comenzó a pensarse en una urbanización por cuenta propia, lo que imponía contar con recursos
más amplios de capital. Sarmiento había invertido parte de sus primeros ahorros, por consejo de
su hermano Arturo, pionero del cultivo del algodón nacional, en comprar una finca en la región de
Codazzi, cuyo desarrollo se iniciaba; tenía 350 hectáreas pero apenas 50 desmontadas. Viajaba
todos los fines de semana que podía, e invertía en ella lo que producían las cosechas. Ya se había
trocado la proporción inicial, y la finca tenía 300 hectáreas en cultivos cuando decidió venderla en
1961. La Organización había elegido un terreno de diez fanegadas y procedió a negociarlo. El
propietario propuso que le comprasen el 40 por ciento del lote, con opción de un año sobre el
resto. Aceptó las condiciones, y en las cuatro fanegadas que así obtuvo había que proceder a
construir lo m ás pronto posible.
Surgió entonces la idea de utilizar el sistema, recientemente establecido por el Gobierno, de
financiación compartida de vivienda, llamado Plan P-3. Consistía en que el valor de una casa se
costeara por partes iguales entre tres, el Instituto de Crédito Territorial, la firma urbanizadora cuya
intervención aprobara esa entidad oficial, y el comprador, concediéndole a éste último un plazo de
diez años para pagar su saldo por mensualidades. La Organización había adelantado ya estudios
para urbanizar el lote, y Sarmiento solicitó a ICT ser considerado para la primera concesión de
contratos P-3, la cuál le fue adjudicada para la construcción de 100 casas. Eran casas de dos pisos,
con sala-comedor y cocina en la primera planta, tres alcobas y baño en el segundo piso. Aquellas
casas se vendieron a $33.000, con cuota inicial de $11.000.
Al año Sarmiento compró las seis fanegadas restantes, utilizándolas para 200 viviendas más. La
urbanización recibió el nombre de El Paseo.
URBANIZAR
La Organización acometió urbanizaciones que abrieron al desarrollo diversos sectores capitalinos.
Cuando se inició, en 1966 la Urbanización Las Villas, en terrenos sobre la antigua carretera a Suba,
parecía muy retirada del centro. El proyecto se financió con los recursos obtenidos como fruto de
las urbanizaciones anteriores y de otros contratos, pues seguían aceptándolos en frentes muy
variados. Era su obra No. 55.
En 1968 se aplicó por segunda vez el sistema P-3 en la Urbanización San Andrés, con financiación
parcial del ICT y de otras soluciones de crédito. Hasta 1969, la Organización ejecutó, además de
sus propios proyectos, obras por cuenta de terceros, tanto en el ramo de las obras públicas como
en el de la vivienda. Los últimos contratos públicos fueron entre otros, la construcción de un
sector de la avenida 68, desde la Avenida 1° de Mayo hasta la Carretera del Sur, la construcción de
la Avenida Ciudad de Quito, desde la calle 63 hasta la calle 68, con la canalización del río Salitre en
ese mismo sector.
POR CUENTA PROPIA
Para 1969, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo Ltda, ya instalada en su sede del Edificio
Internacional, concentró su capacidad económica y de trabajo en actividades autofinanciadas, y
mas tarde como accionista de otras empresas. Es así como en 1970, la OLCSAL fue socia fundadora
de la Compañía de Seguros Alfa, en 1973 de la Corporación de Ahorro y Vivienda Las Villas, y en
1974 de la Corporación Financiera de los Andes. Asimismo contribuyó al desarrollo y progreso del
Banco de Occidente y de los Almacenes de Depósito Al-Occidente, desde 1972.
En segunda década de labores, la firma había multiplicado el número de urbanizaciones que hoy
integran barrios muy populosos de Bogotá: Villa Adriana, Villa Sonia, Villa Luz, Villa del Rosario,
Villa Claudia, Villa del Prado, Villa del Río, Villa de Magdala y muchas otras más.
La actividad urbanizadora de la firma se intensificó desde septiembre de 1972, cuando fue
establecido el sistema de Unidades de Poder Adquisitivo Constante, UPAC. Para entonces, en el
país se crearon diez grandes entidades crediticias para estudiar solicitudes con destino a la
vivienda familiar. La OLCSAL fue la primera en vender una urbanización por el sistema UPAC, Villa
Sonia, y aunque se expresaron en su momento y se continua criticando mucho la figura, sin duda
se debe reconocer que las UPACs dieron una importante solución a una necesidad social del
momento.
Para 1978, las estadísticas disponibles, publicadas por el Centro Nacional de Estudios de la
Construcción, CENAC, mostraban como el Instituto de Crédito Territorial y la Caja de Vivienda
Popular, adelantaban alrededor de 13.000 unidades de vivienda en Bogotá. El sector privado, por
su parte, estaba construyendo para la misma época 12.500 soluciones de vivienda. De las
viviendas dirigidas a las clases medias, 2.200, o sea cerca del 60% correspondía a programas de la
OLCSAL.
Durante los años ochenta y parte de los noventa, la Organización continuó su labor en el sector,
con la construcción de dos desarrollos de interés social: Villa de los Sauces y Villa de los Alpes,
dirigidas a satisfacer la demanda de vivienda de los sectores mas populares de la capital. Luego
vino la construcción de 8 complejos mas de vivienda, incursionando en el concepto de vivienda
multifamiliar. En esos años se edificaron las urbanizaciones: Villa de Aranjuez, Villas del
Mediterráneo, Villa Mayor, Villa del Pilar, Villas del Madrigal, Villa del Río, Villas de Granada y
Bulevar Las Villas.
LA CRISIS DE LA CONSTRUCCIÓN
La construcción era, hasta la mitad de los noventa uno de los motores de la economía colombiana,
pero en 1996 comenzó a debilitarse y se redujo el número de licencias otorgadas para construir.
Los tipos de interés subieron hasta un 50% en 1998, dificultando la financiación de la actividad. El
número de desempleados se disparó alcanzando el 20,1% en 1999 y la cartera de créditos del
sistema financiero comenzó a deteriorarse, especialmente las de las Corporaciones de Ahorro y
Vivienda.
En 1999 el terreno construido disminuyó a 5,7 millones de metros cuadrados frente a los 14
millones construidos en 1995, lo que supuso un descenso del 59,2% con respecto a 1995 y un
40,4% menos que lo edificado durante todo 1998 (Departamento Administrativo Nacional de
Estadística - Dane).
Muchas de las empresas de construcción entraron en concordato y la gran mayoría quebraron y
debieron ser liquidadas. La construcción se paralizó, pero la OLCSAL le hizo frente a la crisis gracias
al respaldo que tenía en el sector financiero y redireccionó su camino dedicándose a las obras de
urbanismo de conjuntos residenciales y comerciales construidos y a la construcción y adecuación
de las oficinas de Bancos y Corporaciones, actividad que continúa desarrollando hasta hoy.
EL BANQUERO
En 1994 la OLCSAL fue sometida a un proceso de reconversión para separar sus diferentes
actividades: construcción, finanzas y telecomunicaciones: La construcción siguió en cabeza de la
OLCSAL a través de la Empresa Viviendas Planificadas S.A.; creó un holding encargado del manejo
de su negocio financiero, Grupo Aval Acciones y Valores S.A., una sociedad de carácter comercial,
y en cuanto a las comunicaciones, fundó en 1994 una compañía de telefonía celular "Cocelco " la
cuál vendió seis años después, en el año 2000, a la firma estadounidense BellSouth Corp.
La incursión en el sector financiero de Luis Carlos Sarmiento Angulo se remonta a 1972, cuando la
OLCSAL adquiere el Banco de Occidente y los Almacenes de Depósito Al-Occidente. Hoy en día
cuenta con Fiduciaria de Occidente, Leasing de Occidente, Valores de Occidente, Banco de
Occidente Panamá S.A. and Occidental Bank and Trust International, Nassau y Corficolombiana.
El 13 de octubre de 1972, la OLCSAL se constituye en socia fundadora de la Corporación de Ahorro
y Vivienda Las Villas (desde el año 2000 Banco AV VILLAS), y en 1974 de la Corporación Financiera
de los Andes. Desde su creación, AV VILLAS se especializa en la financiación del sector de la
construcción y participa de manera integral como fuente de capital tanto para el constructor como
para el comprador final de inmuebles. A principios del año 2.000 se fusiona, absorbiendo a la
Corporación de Ahorro y Vivienda Ahorramas, entidad que había sido creada en diciembre de
1.972.
En 1987 el Banco de Bogotá entra a formar parte de las empresas de propiedad de la OLCSAL
consolidando su desarrollo y proyección dentro del sistema financiero. En 1990, a la luz de la
reforma financiera (Ley 45 de 1990), el Banco de Bogotá establece nuevas filiales en Colombia
como son: Fiduciaria Bogotá, Leasing Porvenir y Fondo de Pensiones y Cesantías Porvenir.
Posteriormente adquiere el 76% del Banco del Comercio, el cuál se fusiona con el Banco de
Bogotá, incorporando así con este proceso a la Compañía de Bolsa del Comercio (actualmente
Valores Bogotá S.A) y al Banco del Comercio Panamá. Este último más adelante se convertiría en
Leasing Porvenir Panamá.
En 1996, el Gobierno Nacional coloca en venta sus acciones del Banco Popular. Así, el 21 de
noviembre de 1996, la OLCSAL, a través de la Sociedad Popular Investment Ltda. adquiere el
banco. Desde ese momento, comienza su etapa de privatización, de cambio de esquemas para
adaptarse a nuevas políticas administrativas y comerciales.
A finales de 1998 el Banco de Bogotá compra el 24.95% de las acciones en circulación en la
Corporación Financiera de los Andes (CORFIANDES) y la Corporación Financiera Colombiana
adquiere el 98.98% de la Corporación Financiera Santander (CORFISANTANDER); posteriormente
en febrero la Corporación Financiera Colombiana se fusiona respectivamente con
INDUFINANCIERA y en marzo con CORFIANDES y CORFISANTANDER.
GRUPO AVAL
El 7 de enero de 1994, se constituyó la sociedad "Administraciones Bancarias S.A.", la cuál,
después de varios cambios, recibió, en enero de 1998, el nombre de "Grupo Aval Acciones y
Valores S.A.", el cuál conserva hasta hoy.
El Grupo controla, entre otras, cinco de las entidades: Banco de Bogotá, Banco de Occidente,
Banco Comercial AV Villas, Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir y Leasing
de Occidente.
La crisis económica, que alcanzó su punto álgido en 1999 cuando la economía se contrajo en un
histórico 4,29 por ciento, provocó la liquidación y fusión de unas 70 financieras y un salvamento
gubernamental de hasta 6.000 millones de dólares, desde que empezó en 1998.
Contrario al camino seguido por banqueros colombianos de entregar el control de sus firmas a
grandes jugadores mundiales o abrazar el salvamento del gobierno, Sarmiento nunca optó por
vender alguna de sus financieras, ni siquiera en la ola de compras desatada por los dos mayores
bancos de España.
Los resultados de esa política no podían ser mejores. Las entidades que conforman el portafolio de
inversiones de Grupo Aval, han estado siempre ligados a una política sana de reinversión de
dividendos y administraciones conservadoras y ortodoxas. Aún en las circunstancias adversas por
la que atraviesa la economía colombiana, el consolidado de las instituciones financieras
subordinadas del Grupo Aval, arroja uno de los mejores resultados del sistema financiero
colombiano.
FUNDACIÓN LUIS CARLOS SARMIENTO ANGULO
En 1993, Luis Carlos Sarmiento Angulo decide fundar una entidad sin ánimo de lucro que lleva su
nombre y cuyo objetivo era canalizar las múltiples donaciones que Sarmiento y su familia hacían
en diferentes frentes, en apoyo a las comunidades menos favorecidas.
Es así como, en su Consejo de Administración, tienen asiento el propio Sarmiento, quien lo
preside, su señora y sus hijos, vinculándolos de esta manera al aporte social que, en el entendido
de su fundador, debe hacer al país todo colombiano. Cabe anotar, que a diferencia de muchas
entidades de objeto similar, que perciben un porcentaje de las utilidades de las empresas de los
grupos económicos, Sarmiento decidió que todos los recursos para ejecutar los programas de la
Fundación provinieran de su propio peculio y del de su familia; lo anterior, sin perjuicio de los
programas de inversión social que adelanta por separado, cada una de las entidades de Grupo
Aval, y de aquellos que hace de manera personal el Doctor Luis Carlos Sarmiento Angulo.
GRUPO ANTIOQUEÑO
CARLOS ENRIQUE PIEDRAHITA, JOSE ALBERTO VELEZ, DAVID BOJANINI,JORGE LONDOÑO