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El mercantilismo
El intervencionismo
Mercantilismo
Es una doctrina económica que surgió en Europa durante el siglo XVI y perduró durante
los siglos XVII y XVIII. Sostenía que la riqueza de un país se basaba en la cantidad de
oro y plata acumulada es decir toda actividad económica a desarrollarse debe tener como
objetivo conseguir oro y plata para llenar las arcas del Estado. Para tal fin el Estado tenía
que controlar la industria y el comercio apoyando más las exportaciones y reduciendo las
importaciones, de tal manera que la balanza comercial siempre sea favorable, este capital
acumulado según los pensadores mercantilistas de entonces, le daba al Estado poder. Tal
es así que España desde el primer momento de la colonización, estableció un comercio
fluido con sus colonias, vendiéndole toda clase de productos producidos en la metrópoli,
los barcos retornaban cargados de metales preciosos para ser almacenados en las arcas
reales. Aparte de las minas de oro y plata descubiertas por España en el continente
americano, una nación solo podía aumentar sus reservas de estos metales preciosos
vendiendo más productos a otros países de los que compraba.
España recurrió a otra estrategia para poder enriquecerse más, establecer un monopolio
comercial, es decir, que España sería el único país que comercialice con sus colonias,
para el resto de países europeos les estaban prohibido, salvo algunos permisos que se
otorgaron merced a algunos tratados. El control rígido de esta economía llegó a tal punto,
que solo algunos puertos en España estaban autorizados para enviar barcos y solo algunos
puertos en América estaban autorizados para recibirlos. Así en América solo los puertos
de Veracruz, en el Virreinato de Nueva España, y el Callao, en el Virreinato del Perú,
podían recibir mercaderías teniendo a los puertos de Nombre de Dios y Panamá como
puertos de tránsito. En España solo estaban autorizados el puerto de Sevilla y Cadiz, esto
perduró hasta 1778 en que el rey Carlos III establecería el comercio libre entre España y
sus colonias. Cabe mencionar que este exclusivismo comercial se vio afectado por el
contrabando que otros países europeos utilizaron (Francia, Inglaterra, Holanda) así como
los asaltantes de mar: piratas y corsarios que robaban los barcos españoles.
Intervencionismo:
La fuerza laboral:
No cabe duda, que fue la población indígena de estas tierras americanas, la que cargó
sobre sus hombros, todo el aparato de la producción. En esta política tienen un papel
fundamental, las disposiciones y dadas por el virrey Francisco de Toledo quien, entre
1569 y 1581, logró crear y establecer todo un sistema de trabajo obligatorio, tomando a
los indios como mano de obra barata, merced al restablecimiento de este sistema incásico
llamado mita. Toledo obligó a los indios a vivir en pueblos accesibles a los españoles para
cobrarles el tributo y tener trabajadores fácilmente disponibles, de tal manera que se
destruyeron los ayllus y se crearon las reducciones (Pueblos de indios). La mita colonial
causó la desintegración del mundo andino y rompió el vínculo que los ayllus tenían con
su tierra. Sin duda, Francisco de Toledo sentó las bases del virreinato peruano pues logró
lo que parecía imposible: la ordenación administrativa y política de todo el amplio
territorio del Perú. A partir de su obra, los virreyes que siguieron lograron hacer del Perú
el más importante virreinato de América para beneficio de la Corona española.
Fue este sistema de trabajo el que permitió dar a toda actividad económica los
trabajadores para minas, haciendas, obrajes, construcciones, etc. Si bien es cierto era un
trabajo remunerado, su paga era ínfima y más sirvió como una forma encubierta de
explotación de la masa indígena. Se establecieron:
Mita minera
Mita de obrajes
Mita de hacienda
Mita de tambos
Mita de ciudades
Los encargados de proporcionar la mano de obra indigena eran los corregidores quien
junto con los caciques de pueblos de indios realizaban el sorteo de los mitayos ante las
peticiones de mineros, obrajeros o hacendados para las actividades económicas, todo
indio entre 18 y 50 años estaba obligado a mitar, en los obrajes un año, en las minas 10
meses, en las haciendas 4 meses. Por ejemplo, la mina de Potosí tenía asignado 16
provincias del sur del Virreinato del Perú, para enviar trabajadores en un número de 4
200, siendo que cada pueblo enviase por sorteo a un séptimo de su población varonil.
Veamos lo que dice Fray Buenaventura de Salinas, cronista criollo, quien escribe en su
"Memoria de las historias del Nuevo Mundo Pirú" (1630) de cómo se efectuaba la leva
de mitayos "al tiempo de las mitas es lastima ver a los indios de cincuenta en cincuenta,
de ciento en ciento, ensartados como malhechores, en ramales y argolletas de hierro, y las
mujeres, hijuelos y parientes se despiden de los templos, dejan tapiadas sus casas y los
van siguiendo dando alaridos al cielo, desgreñándose los cabellos, cantando en su lengua
endechas tristes, y lamentaciones lúgubres, despidiéndose de ellos, sin esperanzas de
volverlo a recobrar, porque allí se quedan y mueren infelizmente en los socavones y
laberintos de Huancavelica. Aquí se ven las ventas de mulas, los empeños de los vestidos
y lo que es más de sentir, por este tiempo empeñan, alquilan a sus hijas y mujeres a los
mineros, a los soldados y mestizos a cincuenta y sesenta pesos, por verse libres de la
mina"...
Las Leyes de Indias trataron de corregir estos abusos, pero las autoridades coloniales
nunca o casi nunca le dieron validez cuya clásica respuesta ante una Real Orden era
simplemente "Obedezco, pero no cumplo", es decir, "recibo el documento y lo guardo
"así sucedió, por ejemplo, con la Real Cédula dada por rey Felipe III en 1601 donde pide
eliminar toda forma de abuso cometida con el indio; sin embargo, el virrey don Luis de
Velasco y la Audiencia de Lima no cumplieron ninguna norma dada por el rey afirmando
que los indios no trabajan, si no es por la fuerza y no hay hombres de otras razas que las
reemplacen y que su muerte por el excesivo trabajo es inevitable.
La principal actividad de la colonia fue sin lugar a dudas la minería, por las ingentes
cantidades de oro y plata que la metrópoli recibió durante los tres siglos de dominación
colonial. Esta actividad iba de la mano con la doctrina mercantilista que España seguía,
fue entonces el motor de la economía colonial pues creó diversos circuitos económicos
alrededor de las minas, comerciantes de toda índole prosperaron con la minería. En un
primer momento, los metales preciosos fueron obtenidos del saqueo y pillaje de la acción
conquistadora. En un segundo momento, se obligó a los indios a buscar oro en los ríos
(lavar) y a mediados del siglo XVI se decidió explotar las vetas y yacimientos de estos
metales utilizando a los indios como mano de obra.
Formas de trabajo:
Para 1566 se introduce en el virreinato peruano otro método que permitiría una mayor
producción. El llamado método de la amalgamación inventado por Bartolomé de Medina
en el virreinato de Nueva España. El método de amalgamación para la obtención de la
plata se desarrollaba según las siguientes fases:
La pella (producto semilíquido) era entonces introducida en bolsas de lona para que
Filtración por el líquido fluyera la mayor cantidad de mercurio. Lo que quedaba era una masa
solida (piña)
La masa solida (Piña) se calentaba debajo de una campana (capellina) para que el
Calentamiento
mercurio se vaporizaba y se recuperara por enfriamiento
La plata pura que quedaba se fundía para convertirla en barras de igual tamaño.
fundación
Los indios bajo la condición de vasallos del rey de España, reglamentados por las
ordenanzas del virrey Toledo tuvieron que laborar en las minas a través de la mita minera
estos sorteados eran llamados mitayos o indios de cédula, habían también los llamados
indios de faltriquera quienes pagaban por no ir a trabajar luego de salir sorteados y los
llamados mingados que por ser experimentados ya en el trabajo de la mina, se alquilaban
o contrataban como trabajadores libres, habían indios barreteros, cargadores, separadores
y llameros; el sueldo que percibían era de 7 reales por jornada (un peso-8 reales). Un
salario ínfimo, si tenemos en cuenta que Potosí produjo hasta el año de 1800 la cantidad
de 1640 millones de pesos en plata. A partir de 1600 la extracción de plata fue
disminuyendo por el agotamiento de las vetas y el mercurio sufrió igual suerte a partir de
1650, es decir, que a comienzos del siglo XVII, la producción minera argentífera comenzó
a descender y entrar en franca decadencia sumado a la falta de mano de obra barata por
el exterminio del indio.
1503-1510 4965 0
1511-1520 9153 0
Año Habitantes
1560 60000
1580 125000
1590 130000
1600 145000
1610 160000
Las minas
Según las memorias del virrey Francisco Gil de Taboada en el virreinato peruano se
explotaban, durante su gobierno, que va de 1790 a 1795, la cantidad de 728 minas de plata
y 69 de oro, 4 de mercurio, 12 de plomo y 4 de cobre. Las minas más importantes por su
volumen de extracción fueron:
Minas de plata
LOS OBRAJES
EL COMERCIO COLONIAL
Todo barco que vendría a América tenía que registrase en el puerto de Sevilla o sus
antepuertos San Lucar de Barrameda o Cádiz. En 1717 Cádiz se convirtió en el principal
puerto de control del tráfico marítimo, tenía mejor disposición frente al océano, Sevilla
estaba a orillas del rio Guadalquivir y se estaba sedimentando. Es en esta actividad donde
se dio con mayor claridad los principios de la economía colonial: exclusivismo,
mercantilismo e intervencionismo. Las riquezas de América conocidas en Europa originó
el aumento de piratas y corsarios quienes trasladaron sus operaciones del Mediterráneo al
Atlántico esto determinó que a partir de 1543 la Casa de Contratación ordenara que los
barcos que zarparan para América lo hagan en convoyes llamados "Flotas" y "Galeones".
La "Flota" estaba destinada para el Virreinato de Nueva España y para las colonias de Las
Filipinas, se dirigía al puerto de Veracruz, un grupo de estas mercaderías atravesaba el
Virreinato de Nueva España y llegaba la puerto de Acapulco desde donde zarpaba el
llamado "Galeón de Manila" para las colonias españolas en Filipinas. "La flota" partía de
España en marzo o abril. Para el Virreinato del Perú venía los llamados "Galeones de
tierra firme" quienes zarpaban en julio o agosto y se dirigían al puerto de Nombre de Dios,
en la actual Panamá, donde se llevaba a cabo una feria denominada "Portobelo", mercado
obligado para que los comerciantes del Callao puedan venir desde Lima cruzar el estrecho
a lomo de mula, adquirir las mercaderías y retornar a su virreinato. A mediados de febrero
los dos convoyes se reunían en La Habana (Juana - Cuba) para retornar juntos a España.
Hacia el Perú
Llegadas las mercaderías a Nombre de Dios se llevaba a cabo un mercado donde los
precios de los productos se triplicaban a más, los comerciantes del Callao compraban toda
clase de productos y luego cargados en mulas retornaban cruzando el estrecho de Panamá,
para reembarcarse y seguir en la llamada "Armada de la Mar del Sur", que a modo de un
nuevo convoy partía hacia el Callao de esta manera se evitaba mayores pérdidas por el
ataque de piratas y corsarios.
Ya en el Callao las mercaderías seguían subiendo de precio donde por otros mercaderes
las adquirían y a lomo de mulas caballos o llamas transportaban los bienes hacia Buenos
Aires, Charcas o Potosí. Otra pequeña ruta se hacía hacia Arica para abastecer el mercado
de la zona mapocha. Toda la transacción debía estar culminada para comienzos de año,
pues había que retornar con la plata u oro hasta Panamá y luego a La Habana y esperar a
la flota de Veracruz para retornar a España.
Este comercio colonial no fue constante en su crecimiento; tuvo su auge en el siglo XVI,
pero decayó en el siglo XVII debido principalmente al incremento de la industria obrajera
en el Virreinato peruano, al incremento del contrabando europeo y al accionar de piratas
y corsarios.
LA AGRICULTURA
La agricultura colonial, a diferencia de la agricultura incaica, fue muy deficiente. Hay que
tener en cuenta que los españoles se preocuparon más por conseguir metales preciosos y
la agricultura no se los otorgaría como lo haría la minería. Primero, la tenencia de la tierra
varió pues en la época inca era de tipo comunal colectivista, en donde los runas solo eran
usufructuarios de dicha tierra, pues pertenecían al Estado inca. En cambio, en la Colonia
surgió la propiedad privada en todas las clases sociales. Había tierras de los
encomenderos, de los hacendados, de las Iglesias, de las comunidades campesinas, todas
entregadas por la Corona española través de las llamadas "composición de tierras" o
"merced de tierras".
A finales del siglo XVI, la agricultura comenzó a tomar importancia económica pues los
centros mineros no podían subsistir sin los productos agrícolas. Así, en torno a las
explotaciones mineras tempranamente se establecieron haciendas y estancias, cuya
producción de trigo, carne de puerco y res, mulas, maíz, cueros y sebo se dirigió a
satisfacer las necesidades de la población minera. Alrededor de Lima y Potosí, por
ejemplo, hubo grandes hectáreas destinadas solamente a la producción local. Hacia 1600
la producción local fue lo suficientemente estable como para sustituir las importaciones
que se hacían desde España causando gran molestia a los comerciantes españoles.
Cabe mencionar que los productos introducidos por los españoles al territorio peruano
fueron: el arroz, la caña de azúcar, la uva, el olivo, la manzana, cítricos como el limón, la
naranja, la lima, la mandarina. Mención aparte merece mencionarse a los animales dentro
de la ganadería, así tenemos que trajeron: ganado vacuno, caprino, porcino, caballar,
ovino, conejos y aves de corral como gallinas y pavos.