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Julián Bertranou

son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.

Juan Manuel Palacio


Gerardo M. Serrano
(compiladores)
Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines

En el país del no me acuerdo


(Des)memoria institucional e
historia de la política social
en la Argentina

Autores:
Guillermo Alonso; Eduardo Amadeo; Luciano Andrenacci;
Julián Bertranou; Marcelo Cavarozzi; Fernando Falappa;
Gustavo Gamallo; Laura Golbert; Ernesto Aldo Isuani;
Andrés Pak Linares; Daniel Lvovich; Roberto Martínez Nogueira;
José Luis Moreno; Javier Moro; Fabián Repetto;
Juan Suriano; Enrique Tandeter
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índice

Agradecimientos.......................................................................................... 9
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El país del no me acuerdo: (des)memoria institucional e


historia de la política social en la Argentina / Julián Introducción
Bertranou, Juan Manuel Palacio y Gerardo Serrano. - la. Julián Bertranoujuan Manuel Palacio y Gerardo M. Serrano......................... 11
ed. - Buenos Aires: Prometeo Libros, 2004.
292 p. ; 22x15 cm.
Primera parte: momentos y actores de la política social en Argentina
ISBN 950-9217-97-2
Notas sobre la situación de la historiografía sobre
1. Historia de la Política Social Argentina 1. Palacio, Juan
la política social en Argentina
Manuel II. Serrano, Gerardo III.Título
CDD 361.25982
Laura Golbert................................................................................................ 25
Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social
Juan Suriano................................................................................................ 33
Política social y fórmulas políticas en América Latina
Marcelo Cavarozzi......................................................................................... 59
Dos siglos de política social en el Río de la Plata: un panorama
de su construcción
José Luis Moreno......................................................................................... 69
Acerca del Estado de Bienestar en el Peronismo Clásico (1943-1955)
Luciano Andrenacci, Fernando Falappa y Daniel Lvovich........................... 83
Segunda parte: gestión y memoria institucional de la política social

Notas sobre el concepto de memoria institucional


Julián Bertranou............................................................................................ 117
© De esta edición, Prometeo Libros, 2004 Historia, aprendizaje y gestión pública: las políticas dirigidas
Av. Corrientes 1916 (C1045AAO), Buenos Aires a la pobreza en el Estado remanente
Tel: (54-11) 4952-4486/8923 / Fax: (54-11) 4953-1165 Roberto Martínez Nogueira ............................................................................ 145
e-mail: info@prometeolibros.com
http.www.prometeolibros.com Capacidades institucionales y políticas sociales: reflexiones
a partir del caso argentino
Diseño y Diagramación: R&S Fabián Repetto y Javier Moro........................................................................................ 167
La Superintendencia de Servicios de Salud y su herencia institucional
ISBN: 950-9217-97-2 (o la reforma del Estado se hace cargo de la historia)
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Guillermo Alonso......................................................................................... 195
Prohibida su reproducción total o parcial
Derechos reservados
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Los archivos y la acción social Agradecimientos


Enrique Tandeter y Andrés Pak Linares ........................................................... 217
La información como problema de las ciencias sociales y de la gestión de la Todos los libros, y en especial los de este tipo, son una tarea colec-
política social: la experiencia del SIEMPRO tiva. Quienes compilamos este libro queremos expresar nuestro ma-
Gustavo Gamallo ........................................................................................... 233 yor agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible su edición.
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Tercera parte: política y cuestión social En primer lugar, a cada uno de los autores de estos trabajos que cola-
boraron con mucha generosidad y aceptaron observaciones y restric-
Desafíos y perspectivas de la política social en la Argentina ciones de espacio o de tiempo. En segundo término, a las institucio-
Eduardo Amadeo ........................................................................................... 259
nes que apoyaron las Jornadas que dieron lugar a esta publicación, en
Reflexiones sobre políticas de ingreso social especial el CONICET y el SIEMPRO. En tercer término, a la Escuela de
Ernesto Aldo Isuani ........................................................................................ 269
Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín, en parti-
Colaboradores del volumen......................................................................... 287 cular a su Director, Marcelo Cavarozzi, quien en todo momento alentó
estas actividades. Finalmente, a nuestros compañeros de trabajo y
colegas, que acompañaron esta publicación.
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Los historiadores y el proceso de


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construcción del Estado social

Juan Suriano

I
En este artículo intentaré examinar la producción historiográfica
argentina sobre la constitución, consolidación y naturaleza de las políti-
cas sociales desde el inicio del proceso de conformación del Estado
nacional hasta la llegada de los primeros gobiernos peronistas. No se
tratará de un estudio cronológico ni tampoco de un abordaje sistemáti-
co de toda la producción que se ha escrito sobre el tema. Este trabajo
se basa en la premisa de que la historiografía argentina ha dedicado
escasa atención al tema de las políticas sociales y ha sido reacia a
interactuar con enfoques interdisciplinarios. Se intentará hallar algunas
de las causas de ese desinterés así como rescatar los aspectos más inte-
resantes de la producción existente.
Para ello, es indispensable efectuar una definición de aquello que
interpretamos por políticas sociales, aun a riesgo de que la definición
adoptada sea un tanto amplia y poco precisa. Aceptando estas limita-
ciones podríamos sostener que por políticas sociales se entienden to-
das las acciones y medidas adoptadas por cualquiera de los poderes del
Estado (judicial, legislativo y ejecutivo) y de sus diversos niveles (nacio-
nal, provincial, municipal) con el fin de resolver los desajustes provoca-
dos por el proceso de modernización económica, así como por la cons-
titución y desarrollo del capitalismo. En este sentido, las políticas socia-
les son mecanismos de integración social que apuntan a resolver no
sólo cuestiones vinculadas al mundo del trabajo (salarios, extensión de
la jornada laboral, condiciones de trabajo, reconocimiento del derecho
de huelga y de los sindicatos) y de seguridad social (accidentes de tra-
bajo, pensiones y jubilaciones, salud de los trabajadores) sino también

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

aspectos referidos a educación (garantizar el libre acceso a la escuela II


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pública, gratuita y obligatoria), salud pública para el conjunto de la po-


blación (hospitales, sistema sanitario) y el desarrollo y mejoramiento de Salvo trabajos pioneros referidos casi exclusivamente a políticas
los diversos dispositivos urbanos (aguas corrientes, electricidad, trans- sociales destinadas a los trabajadores y centrados en la sanción de las
porte, espacios verdes y áreas de recreación).1 Si bien las políticas primeras leyes obreras (Panettieri, 1967; 1983), recién en los últimos
sociales se relacionan directamente al tema de la construcción de la años se han desarrollado algunos estudios específicos que serán abor-
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ciudadanía social, y obviamente a las demandas planteadas desde diver- dados más adelante y, fundamentalmente, se han realizado aproxima-
sos lugares de la sociedad civil para obtener los derechos sociales, en ciones tangenciales y parciales de aspectos vinculados en mayor o me-
este trabajo privilegiaremos de manera exclusiva las formas en que ha nor medida a las políticas sociales que, indudablemente, ampliaron el
sido analizada la oferta llevada adelante desde el Estado. campo de análisis; por ejemplo, estudios sobre el control social y la
criminalización de los problemas sociales vinculados con las consecuen-
Si realizáramos, sobre la base de la definición anterior, un análisis
cias de la modernización durante las dos últimas décadas del siglo XIX
exhaustivo de la producción historiográfica en torno a las políticas
y las dos primeras del XX. En ellos se analizan las herramientas
sociales, se podría determinar con cierta certeza que este tema ha
instrumentadas por el Estado -Código de Procedimientos, Código Pe-
sido relegado y escasamente transitado y, sin que esta afirmación sea
nal, reestructuración de la policía, modernización carcelaria- para en-
peyorativa, dejado en manos, de politólogos y sociólogos que son en
frentar a las "clases peligrosas" (Ruibal, 1993; Salessi, 1995; Salvatore,
definitiva quienes piensan y analizan las políticas sociales contemporá- 2000). También resulta sugerente una línea de trabajos sobre temas
neas.2 Tal vez con la solitaria excepción de la obra de Susana Belmartino, inherentes a la mujer obrera y la familia inaugurados en la última déca-
quien ha estudiado a fondo las políticas vinculadas al área de la salud da que abordan, por un lado, el complejo universo de prácticas y discur-
(Belmartino y otros, 1988; 1991), en el campo de la historia estos temas sos que vinculan la cuestión social con la dispar valoración del trabajo
no fueron tratados sistemáticamente y sólo se han desarrollado de ma- masculino y femenino y, por otro, los debates resultantes de la vincu-
nera fragmentaria y en ciertos bolsones de interés, sin llegar a consti- lación entre cuestión social y cuestión obrera femenina (Lobato, 2000;
tuirse en un objeto de estudio específico de la disciplina histórica.3 Nari, 2000). No menos importantes son las explicaciones sobre la emer-
gencia y la interpretación que hacían los contemporáneos de la cues-
1
Esta es una definición despojada adrede de sofisticación teórica, es aproximativa y tión social a comienzos del siglo XX, aun cuando los autores dedicados
conveniente al análisis historiográfico que deseo efectuar y no entraré aquí en los diversos a estos temas enfaticen causas diferentes para dicha emergencia. Mien-
enfoques teórico-conceptuales sobre el tema. tras algunos tienden a resaltar el rol desempeñado por los intelectuales
2
Para comprender las políticas del presente, los cientistas políticos y los sociólogos y profesionales en la puesta en locución de la cuestión social
buscaron las causas de ciertos fenómenos contemporáneos en el pasado, apelando, ge-
neralmente, a modelos explicativos que, a veces, proporcionaron visiones esquemáticas
(Zimmermann, 1995); otros, ponen el énfasis en el impacto que el con-
que más que esclarecer, entorpecieron el verdadero conocimiento de aquello que se flicto social, la movilización obrera y el surgimiento de ideologías con-
intentaba analizar. testatarias habrían causado en los grupos dirigentes (Suriano, 2000).
3
Coincido con Oszlak cuando se muestra asombrado por el escaso interés demostrado por Por supuesto, el estudio y la profundización de este problema, y no me
la historiografía argentina (y latinoamericana) hacia el estudio de los orígenes de la refiero exclusivamente a la temprana cuestión social sino también a la
formación del Estado: "...con pocas excepciones, la historiografía argentina ofreció esca-
so apoyo para el señalamiento de senderos analíticos cuyo recorrido pudiera conducir a
contemporánea, que involucran los análisis sobre la percepción de los
novedosas interpretaciones". Este desinterés estaría basado en el "inadecuado trata- problemas sociales por parte de intelectuales y profesionales así como
miento que, en general, los trabajos históricos han dispensado a la relación entre econo- de instituciones no estatales (sindicatos, iglesia, organizaciones empre-
mía y política". Esto es, o bien otorgándole un peso excesivo a la sobredeterminación sariales y profesionales), resulta indispensable para comprender la na-
económica de los fenómenos políticos o, en sentido inverso, desde las tradiciones de la turaleza de las políticas instrumentadas e implementadas por el Estado
historiografía liberal que han ignorado la "relación entre ambos órdenes de fenómenos",
Oszlak, Osear, La formación del estado argentino. Orden, progreso y organización nacional,
argentino.
Buenos Aires, Planeta [1985] 1997, p. 11. 1997: 11)

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

Tengo la impresión de que la relativa falta de interés de los historia- relaciones sociales. Por otro lado, se analiza la ampliación del aparato
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dores por el estudio sistemático de las políticas sociales está vincula- estatal (burocrático) que habría asumido los intereses civiles comunes
do, al menos en parte, a la propia trayectoria que éstas han seguido. O, como objeto de su actividad, pero revestidos de legitimidad en tanto
de otra manera, que el interés que hoy comienza a despertar el proble- aspiraba a representar el interés general. Esta condición suponía que el
ma, como lo demuestra la convocatoria realizada por la Universidad de Estado debía involucrarse en las áreas conflictivas de la sociedad y que
San Martín en septiembre de 2001 o la conformación de áreas de estu- su aparato burocrático abarcaría y controlaría una serie de funciones
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dio de políticas sociales en diversos centros, se relaciona a las profun- antes reservadas a la sociedad civil.7 Las políticas sociales serían parte
das mutaciones económicas y sociales que en los últimos años han ge- de ese compromiso, sin embargo el autor no avanza en este terreno
nerado la crisis y el derrumbe del Estado interventor y "la aparición de puesto que, en el análisis sobre los "costos del progreso", su examen
una nueva geografía de desigualdades".4 Mientras subsistió el Estado se instala más en la perspectiva del agente expropiador que de los
benefactor o, mejor, el Estado social,5 que en Argentina se manifiesta sectores sociales afectados (Oszlak, [1985] 1997).
con plenitud a partir de los años cuarenta y se extiende tardíamente Es evidente que en la coyuntura de formación del Estado argentino
hasta la década del ochenta,6 los historiadores se interesaron poco por hay todo un campo a investigar, que permitiría el abordaje de las pri-
desentrañar el origen, la construcción, el desarrollo y la propia natura- meras políticas sociales, que la historiografía aún no ha cubierto, aun-
leza de las políticas sociales. No es casual que, a quince años de su que en los últimos años ha comenzado a transitarse este camino desde
primera edición, La formación del Estado argentino siga siendo la refe- una interpretación novedosa. Me refiero específicamente a algunos
rencia central y solitaria sobre la construcción del estado nacional en el trabajos que abordan las primeras políticas sociales desde la perspecti-
período que abarca los años 1862-1880. Allí su autor, Osear Oszlak, no va de la higiene pública, la profesionalización médica y la acción encara-
casualmente un politólogo, aborda la construcción del Estado y las for- da desde el ámbito municipal, a partir del momento en que se percibe
mas mediante las cuales éste asume una serie de atributos de domina- a la enfermedad como un problema social, especialmente después de
ción política que suponen la capacidad de articular y reproducir las las epidemias de cólera y fiebre amarilla ocurridas en la ciudad de Bue-
nos Aires en 1867 y 1871 (González Leandri, 1999; Armus, 2000). La
4
preocupación por la salubridad pública se ubicó en el centro del debate
5
La expresión pertenece a Pierre Rosanvallon. Clarín, 9 de noviembre de 1995. de la época y la formación de los primeros Consejos de Higiene, la
Estado social es un término indudablemente más cómodo que "Estado de bienestar" o
"Estado providencia", es más universal y remite menos a modelos específicos. Está claro
lucha por el control de los mismos, el cruce del interés público y priva-
que la experiencia argentina ha sido evidentemente diferente a la de aquellos que la do así como la vinculación de lo político y lo social, las contradicciones
originaron. Por otro lado, los estudiosos locales de las políticas sociales, al margen del entre poder nacional, provincial y municipal, la propia formación del
término que usaran, han señalado los límites del Estado argentino para garantizar la Departamento Nacional de Higiene, son algunos de los temas que sur-
plenitud de los derechos sociales, esto es, dotar de contenidos universales a la ciudadanía
social.
can el período de formación del Estado nacional a partir de la década de
Se puede definir al Estado social como aquel que tiene la obligación de proteger al
conjunto de los ciudadanos de la miseria y la pobreza, dotándolos de bienestar a partir
7
de la imposición de derechos de tipo económico, social y cultural. A la vez, es un Estado La presunción de que el Estado asume el conjunto de los intereses civiles y enajena parte
que interviene activamente a través de la implementación de complejos sistemas de de las facultades de la sociedad debe ser matizada. En este sentido, me parece sugerente
seguridad social, de desempleo y de su propia intervención en la economía. El Estado la apreciación de Pilar González, quien a partir del estudio de la Sociedad de Beneficencia
social obtiene su legitimidad al inspirarse en los principios de solidaridad y justicia so- durante la primera mitad del siglo XIX, sostiene que la "penetración material del Estado"
cial y al reconocimiento de los derechos sociales, y alcanza la adhesión generalizada de no supuso tal "expropiación social". Al contrario, "lejos de enajenar a las instituciones
los ciudadanos al apuntar hacia el logro del bienestar general satisfaciendo las necesi- civiles y a los particulares las cuestiones que hacen al interés común y al bien público,
dades básicas de la población (Rosanvallon, 1981; Martínez de Pisón, 1998). asociaron esta particular concepción de gobierno, al de la potencia pública del Estado, sin
6
Aunque para este momento ya se percibían claros síntomas de desarticulación y por ello resolver las contradicciones profundas que existían entre estas dos concepciones
desmantelamiento del Estado social, proceso que había comenzado durante la dictadura de gobierno". González Bernaldo de Quirós, Pilar , "Asistencia y gobierno en la ciudad de
militar inaugurada en 1976. Buenos Aires (1821-1861)", mimeo, París.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

1860. Estos temas ponen de relieve, sin duda, una perspectiva de aná- provino de varias organizaciones caritativas y filantrópicas de la elite
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lisis interesante y sumamente renovadora puesto que no sólo rompe argentina (González Leandri, 1999).10
con la clásica tendencia de la historiografía a percibir la política social Por otro lado, del análisis preliminar del accionar de la caridad pú-
como sinónimo de política laboral e impulsada casi exclusivamente por blica y privada se perciben numerosos conflictos entre las organizacio-
el gobierno nacional, esto es, siguiendo las acciones del Poder Ejecu- nes de beneficencia y diversas instancias estatales en torno al control
tivo y del Legislativo, sino también prestando atención a la actividad de las instituciones de caridad (hospitales, asilos, hogares) y del mane-
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de otras esferas estatales (gobiernos provinciales y municipales). Por jo de los recursos financieros. Pero este enfoque también resulta atrac-
otro lado, tiene la virtud de ubicar en un momento temprano (las déca- tivo porque permite tener un importante punto de referencia y de
das de 1860 y 70) el comienzo de las preocupaciones estatales y de la comparación con las actuales políticas sociales que tienden, cada vez
propia sociedad civil por resolver los problemas sociales. más, a delegar las funciones estatales en el asistencialismo de carácter
Para este mismo período, el análisis de la política social a partir del privado (Suriano, 2001)."
estudio del accionar de las organizaciones de beneficencia también abre
nuevas e interesantes perspectivas (González Bernaldo, 2001; Ciafardo, III
1990; Recalde, 1991; Moreno, 2000). En principio porque permite apre-
Lo cierto es que, más allá de estas líneas innovadoras y de algunos
ciar, al despegar el proceso de modernización, el incremento de las
trabajos que se verán más adelante, las principales fuentes de preocu-
demandas sociales de los sectores más desamparados y la necesidad
pación de los historiadores para analizar el período preperonista se han
que tenía un Estado en formación de canalizar la política social a través
asociado más al reclamo de los derechos sociales por parte de los sec-
de instituciones benéficas y filantrópicas de carácter privado, en un
tores populares y a la propia construcción de la ciudadanía social, que a
momento en donde el Estado no estaba en condiciones de hacerse car-
la función específica del Estado como regulador de los conflictos de
go plenamente de ello, ya fuera por convicción, incapacidad o imposi-
intereses y como generador y garante de sistemas de protección social
bilidad.8 En este sentido, habría que indagar también en torno a como
para la población, especialmente para los sectores más desprotegidos.
resolvieron la sociedad y el Estado argentino su deuda con los ex solda-
Pero, como decía antes, en los últimos años y a la luz de la crítica coyun-
dos y las viudas de los combatientes muertos en la guerra del Paraguay
tura económica, social y política que vive la sociedad argentina, esa
y si esta acción tuvo alguna repercusión posterior al momento de dise-
tendencia ha comenzado a revertirse porque el interés por comprender
ñar políticas de previsión.9 Aquí el vacío historiografíco es enorme y
la crisis y el desmantelamiento del Estado social conduce al interés por
sólo sabemos que centenares de ex soldados mendigaban por las calles
desentrañar el entramado de ideas y acciones que lo constituyeron y
o buscaban algún tipo de atención médica en los pocos establecimien-
conocer mejor la propia construcción, desarrollo y naturaleza de ese
tos asistenciales existentes. La escasa ayuda que recibieron públicamente
Estado.

8 10
En los años inmediatamente posteriores a Caseros, tanto el gobierno de la provincia de Además de indagar el rol desempeñado por la caridad privada debería investigarse qué
Buenos Aires como la flamante municipalidad porteña tenían inmensas dificultades eco- acciones llevó adelante el Estado. Aparentemente tanto el gobierno de la Provincia de
nómicas para hacerse cargo de la beneficencia pública. Véase: Gonzáles Bernaldo, Op Cit. Buenos Aires como el de la Nación habrían complementado la acción filantrópica privada
9
Un estudio reciente sobre los orígenes de la previsión social norteamericana ha determi- solventando parte de los gastos, por ejemplo, del Hospicio de Inválidos construido a
nado, contra la interpretación que sostenía la escasa importancia atribuida por el Estado iniciativa de la Asociación Protectora de Inválidos. Véase: La Prensa, 25 de septiembre de
a la seguridad social hasta la aparición del New Deal, que el gobierno estadounidense 1875.
desempeñó un rol determinante en la asignación de pensiones a viudas y ex combatientes 11
Un vocero de Caritas afirma que "el Estado nos requiere para que la asistencia llegue más
de la Guerra de Secesión. Esta política habría desempeñado un importante papel a la hora
rápido y también para blanquear su imagen. Los gobiernos tienden a achicar el Estado y
de diseñar posteriormente políticas de seguridad social. Véase: Skocpol.Theda, Los oríge-
a privatizar la pobreza", en Clarín, 8 de octubre de 2000, pp. 6 y 7. En la misma nota se
nes de la política social en los Estados Unidos, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos
sostiene que la organización católica Caritas nuclea a 25.000 voluntarios que manejan
Sociales, 1998.
200 proyectos para asistir a unos 100.000 niños pobres.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

En efecto, esa profunda crisis por la que atraviesa actualmente la pocos historiadores, al volver la mirada sobre los problemas plantea-
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Argentina ha modificado de manera sustancial los principios de organi- dos por la cuestión social y las políticas sociales del pasado, y plantear
zación social predominantes durante casi medio siglo y ha quebranta- nuevos temas y nuevas preguntas sobre las mismas, a la vez que inda-
do de forma notable al Estado social.12 Debido al abandono de las polí- gar sobre los orígenes y el desarrollo que esas políticas tuvieron, por
ticas de pleno empleo, la desocupación ha dejado de ser coyuntural y ejemplo, tratando de establecer y entender los límites y el nivel de
parece haberse convertido en estructural. Hoy la precariedad laboral (y eficacia de las formas de financiamiento, gestión y redistribución del
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social) y la exclusión son realidades indiscutibles de una parte impor- Estado social.16
tante, y cada vez mayor, de la población que ve desmembrarse el siste-
ma de seguridad social estatal y ve reaparecer y crecer políticas IV
asistenciales que sólo mitigan de manera muy relativa la pobreza. El
Durante el largo proceso comenzado con la incorporación de Ar-
aumento de la desprotección se debe al desempleo y, fundamental-
gentina al mercado mundial como productor y exportador de bienes
mente, a que el Estado social está desandando sus caminos y, con sus
primarios y que abarcó un largo período de más de medio siglo, se fue
políticas actuales, "refuerza los mecanismos de empobrecimiento y
construyendo y complejizando la relación entre el Estado y la sociedad
desigualdad".13 La afirmación de Robert Castel que "para muchos el
y fueron apareciendo las primeras formas de intervención social esta-
futuro tiene el sello de lo aleatorio"14 se ha asentado y está plenamen-
tal y delimitando las nuevas funciones. Concretamente, por convicción
te vigente en nuestro país. Estos cambios que comenzaron a manifes-
o necesidad o por ambas cuestiones a la vez, el Estado se vio obligado
tarse durante la última dictadura militar y se mantuvieron soterrados
a tratar de delimitar e involucrarse paulatinamente en las funciones
en el transcurso de los años ochenta, emergieron con toda la crudeza
que llevaban adelante diferentes instituciones de la sociedad civil,
y la arbitrariedad que caracterizaron a los dos gobiernos menemistas y
específicamente sociedades mutuales, organizaciones caritativas y
que el gobierno de la Alianza nada hizo por mejorar, dejando planteada
filantrópicas, entidades profesionales, asociaciones étnicas y entida-
en toda su magnitud "la nueva oscuridad de la política social."15 Duran-
des religiosas.17
te la década del noventa y el comienzo del nuevo siglo se han acentua-
do de manera acelerada el deterioro y la degradación de las políticas Un ensayo historiografíco sobre cómo se han abordado las políti-
sociales en todas las áreas: vivienda, salud, educación y los dispositi- cas sociales es una tarea dificultosa por diversos motivos. En primer
vos urbanos, especialmente de aquellas zonas habitadas por los secto- lugar, porque, debido a la ausencia de un claro perfil como objeto de
res de más bajos recursos. Es esta situación la que parece haber co- estudio definido por la historiografía, es necesario delimitar el campo
menzado a alentar, por ahora de manera fragmentada y sólo a unos que se quiere analizar, puesto que hay múltiples zonas vinculadas a la
constitución de las políticas sociales que, en realidad, pertenecen a
otros niveles de análisis aunque sean esenciales para comprender la
12
Este artículo fue originalmente una ponencia elaborada en septiembre de 2001. Los
sucesos acaecidos a partir del mes de diciembre pasado han profundizado y deteriorado 16
de manera casi irreversible no sólo la pervivencia del Estado social y la consecuente En este sentido, son sumamente interesantes las apreciaciones de Susana Belmartino
protección a los sectores más desamparados, sino que se han debilitado, a partir de la sobre la forma en que se delineó el sistema de salud durante la primer experiencia
aceleración de la crisis del sistema político, en un grado desconocido en nuestra historia peronista. La autora remarca ciertas limitaciones como el condicionamiento impuesto
reciente, la propia estructura del Estado y su presencia en la sociedad como regulador de por el propio sistema político peronista al principio de universalidad, hecho que habría
conflictos de intereses. dotado a los servicios de atención médica de connotaciones negativas (fragmentación,
13
Auyero, Javier, La política de los pobres. Las prácticas clientelísticas del peronismo, Buenos heterogeneidad, ineficacia, ineficiencia) que se han mantenido hasta la actualidad y que
Aires, Manantial, 2001, p. 54. reforzaron la crisis del sector. Véase: Belmartino, Susana, "Las políticas sociales en el fin de
14
Castel, Robert, La metamorfosis de la cuestión social, Buenos Aires, Paidós, 1997, p. 18. siglo" en Suriano, J. (Dir.), Dictadura y democracia (1976-2000), Buenos Aires, Sudamerica-
15
Tal es el acertado título del trabajo de Lo Vuolo, Rubén M. y Barbeito, Alberto C, La na, en preparación.
17
nueva oscuridad de la política social. Del Estado populista al neoconservador, Buenos Aires, Miño Sobre la relación entre las asociaciones de beneficencia y el estado en la primera mitad
y Dávila Editores-Ciepp, 1998. del siglo XIX, Véase: González Bernaldo, Pilar, Op Cit.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

propia elaboración de una política social. Por ejemplo, la historia del evidente de los avances en el camino hacia la obtención de la ciudada-
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movimiento obrero y el mundo del trabajo. La lucha y las demandas de nía social vinculados a la importancia que ahora entrañaba la resolución
los trabajadores así como su nucleamiento en torno a sociedades de de los problemas del mundo del trabajo claro que en 1943 los intereses
resistencia, asociaciones de socorros mutuos, círculos políticos y sin- políticos implícitos en ese proceso eran absolutamente diferentes a
dicatos pertenecen a la historia del movimiento obrero, pero sin lugar los de comienzos del siglo XX.
a dudas es también un proceso indisolublemente ligado a la formula- Si el estudio del mundo del trabajo y del movimiento obrero es un
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ción estatal de políticas sociales y es difícil entenderlas por separado. hecho central para comprender la construcción del Estado social, algo
En efecto, la acción política en defensa de los trabajadores llevada ade- parecido ocurre con el análisis de las preocupaciones surgidas desde
lante por socialistas, sindicalistas, comunistas o anarquistas, las pro- otros sectores de la sociedad:
pias demandas y luchas de los trabajadores (organización sindical, huel- - La iglesia (o un sector de ella) fue una de las primeras instituciones
gas, movilizaciones) reclamando mejores condiciones de trabajo y de no obreras en manifestar su preocupación por las consecuencias de
vida así como el consecuente conflicto social derivado de las luchas la industrialización y la modernización; claro que más por su reac-
obreras, a la vez que fueron detonantes de la cuestión social y la pusie- ción al avance del liberalismo y el socialismo que por convicción de
ron en locución, se convirtieron en demandantes de respuestas estata- la existencia real de la cuestión social (Recalde, 1985). Pero no fue
les que obligaron a los gobiernos y a los grupos gobernantes a pensar la cúpula de la institución quien encaró una acción al respecto pues
y elaborar políticas sociales. Hay cierto consenso entre los estudiosos pensaban, como muchos, que los problemas sociales eran un efecto
de estos temas en adjudicar que el motivo de las primeras preocupa- no deseado de la inmigración europea. Fueron los Círculos de Obre-
ciones del Estado en la definición de políticas laborales fueron los re- ros Católicos creados por el sacerdote Federico Grotte quienes ela-
clamos y luchas que los trabajadores emprendieron hacia fines del si- boraron una estrategia en ese sentido.
glo XIX por mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Este proceso La jerarquía de la iglesia tardaría en asumir una política de carácter
de lucha reivindicativa habría permitido la emergencia de lo que en la social. Recién a mediados de la década de 1930 se reconoció con
época se denominó "la cuestión obrera" (Panettieri, 1984; Isuani, 1985; cierta convicción la existencia de una cuestión social argentina y la
Suriano, 1989-90). necesidad de que la iglesia debía preocuparse por ella y combatir
De allí, el Estado argentino diseñó y puso en práctica una política tanto al comunismo como a las manifestaciones extremas del capi-
de carácter dual que combinó represión e integración, a partir de la talismo, elaborando de hecho una tercera vía que apelaba a un nue-
erradicación del sector más combativo del movimiento obrero orien- vo orden social de carácter corporativista y cristiano (Zanatta, 1996).
tado por el anarquismo y, como contracara, la integración de los sec- - La prensa ha sido una fuente de información inagotable para los
tores proclives a reclamar sus reivindicaciones en los marcos del siste- historiadores pero no un objeto de análisis en sí mismo. Teniendo
ma como hacía el Partido Socialista. El proceso de integración social en cuenta el importante rol desempeñado por la prensa en la enun-
fue lento y débil y no fue lineal, pero es de destacar la creación en 1907 ciación y puesta en locución de la cuestión social a través de infini-
del Departamento Nacional del Trabajo, "que parece sugerir el surgi- dad de artículos, crónicas, investigaciones o notas editoriales, llama
miento de una burocracia político administrativa, es cierto que débil e la atención la casi absoluta ausencia de trabajos históricos que abor-
incipiente, consecuencia de la ampliación del aparato estatal produci- den este tema.19 En efecto, la prensa asumió la responsabilidad de
do por la división social del trabajo".'8 Ampliación que unas pocas dé-
cadas más tarde desembocaría en la conversión del Departamento de 19
. Entre las pocas excepciones pueden destacarse el artículo de Agustina Prieto sobre los
Trabajo primero en Secretaría y luego en Ministerio, en una muestra usos de la cuestión obrera en la prensa rosarina a comienzos del siglo (Prieto, 2000); el
trabajo de Ricardo González sobre la serie "Los obreros y el trabajo" que publicara el diario
La Prensa en 1901 (González, 1984) o el análisis de Mirla Lobato sobre el tratamiento
18
Suriano, Juan, "El Estado argentino frente a los trabajadores urbanos: política social y represión, otorgado por un importante periódico de la colectividad italiana en Argentina al conflic-
1880-1916" en Anuario, No 14, Rosario, Universidad Nacional de Rosario, 1991, p.131. to social (Lobato, 2001)

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

dar a conocer y poner en locución una amplia gama de problemas propuestas sociales de los partidos políticos así como tampoco
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sociales que abarcaban desde las condiciones de hacinamiento de la conocemos el peso de estas demandas en las campañas electorales.
vivienda popular hasta el estado sanitario de la población. Por sensi- La plataforma de los partidos políticos, la relación de estos con
bilidad social, por interés comercial o por oposición política a go- sindicatos u organizaciones empresariales, los debates parlamenta-
biernos de turno, es posible suponer que la prensa haya sido una de rios o las campañas electorales han sido eventos de carácter políti-
las principales demandantes de respuestas por parte del Estado para co que, de una u otra manera, han incidido en el rumbo social de los
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resolver diversos aspectos de la cuestión social. gobiernos, pero, como los anteriores ejemplos, no forman parte
- También nos interesan el pensamiento y la acción de los grupos específicamente de las políticas sociales aunque ayudan a determi-
profesionales y los intelectuales (Zimmermann, 1995; González narlas.
Leandri, 1999); o de diversas corporaciones que han actuado como
fuertes elementos de presión para que los gobiernos adoptaran V
determinados tipos de medidas de defensa hacia los sectores más
desprotegidos de la sociedad. Uno de los trabajos más sugerentes Entonces, y aunque sea reiterativo en mi apreciación pesimista,
en este sentido se acerca a las políticas estatales sobre salud desde parece evidente que fue escasa la atención prestada por los historiado-
la visión al interior del gremio médico. A partir de las transforma- res al tema de las políticas sociales. Y no porque no se haya puesto
ciones de las prácticas médicas, el eje de análisis de este trabajo es énfasis en los análisis sobre el rol del Estado, de las clases dominantes,
el proceso de constitución del poder de la corporación médica y la de los grupos gobernantes y de los propios trabajadores; en este sentido
forma en que ésta se comporta como fuerte interlocutora del Esta- la producción historiográfica de los últimos años, especialmente en lo
do para la formulación de políticas sociales. En este último sentido, que respecta a la historia política y de las ideas, es abundante y sugerente.
puede apreciarse como el rol preponderante de la corporación mé- El problema principal parece radicar en la forma en que los historia-
dica sufrirá un cambio radical en 1943 con la irrupción plena del dores y los cientistas sociales evaluaron el problema, quienes de mane-
Estado que conducirá a su debilitamiento y a la creación de la Direc- ra directa o indirecta fueron influenciados por el paradigma creado por
ción de Salud Pública (Belmartino, Bloch, Persello y Camino, 1988).20 T. H. Marshall que determinaba la conquista de diversos derechos en
No menos importante que los anteriores es la propia arena políti- sucesivas etapas para la sociedad europea.22 En el caso argentino, como
ca, que ha servido para que se vuelquen allí los diversos intereses ya han señalado críticamente otros autores (Gutiérrez y Romero, 1995),
de la sociedad en pugna por lograr una mayor o menor intervención ese esquema se reproducía desfasado en el tiempo, generando una ver-
del Estado en el área social. En este terreno la deuda de los histo- sión canónica en la que se sostenía la consagración de los derechos
riadores es inmensa. Si bien conocemos la relación entre gobier- civiles con la sanción de la Constitución en 1853, los derechos políticos
nos y sindicatos, y entre éstos y partidos como el radicalismo o el con la aprobación de la Ley Sáenz Peña en 1912 y los derechos sociales
peronismo (Rock, 1977; Torre, 1990), sabemos poco o nada sobre a partir de 1943 debido a las políticas implementadas por Perón. Sim-
la naturaleza, las matrices filosóficas e ideológicas21 y las propias plificando un poco el razonamiento, se puede afirmar que al aceptarse
esa versión, era lógico concluir que las políticas sociales comenzaban
con el peronismo y que este fenómeno oscurecía todo el proceso prece-
20
Sobre e! esfuerzo de los médicos porteños por consolidar su propio espacio y sus dente de construcción del Estado social y en donde podían (y pueden)
relaciones de poder frente al Estado y la sociedad en el comienzo de la profesión médica hallarse importantes claves de lectura para comprender las políticas
véase: González Leandri, 1999.
21
Son pocos los trabajos que intentan comprender las matrices filosóficas e ideológicas
sociales implementadas durante la segunda mitad del siglo XX. Exégetas
que guiaron las políticas sociales: Ricardo Falcón ha vinculado el accionar de H. Yrigoyen
con la influencia krausista (Falcón, 2000); Eduardo Zimmermann lo ha hecho con el
22
transfondo ideológico de los liberales reformistas anteriores al primer gobierno radical Derechos civiles en el siglo XVIII, políticos en el XIX y sociales en el XX. Al respecto véase:
(Zimmermann, 1995). Marshall, T. H. y Bottomore, T., Ciudadanía y clase social, Madrid, Alianza Editorial, 1998.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

y críticos por igual se empeñaron en recalcar el carácter disruptivo, y si lante por Manuel Fresco, gobernador de la provincia de Buenos Aires,
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se quiere, fundacional de la acción social del peronismo. Este último a partir de 1936 (Reitano, 1992; Bitrán y Schneider, 1993 y Bejar, 2000).
aspecto fue potenciado por la interpretación de Gino Germani, quien El tema, hasta ahora sólo abordado parcialmente, resulta de particular
al sostener la hipótesis de la "disponibilidad de las masas", en su carác- interés porque muchas de las acciones emprendidas por Fresco y los
ter de nuevos migrantes con falta de experiencias de participación principios que las guiaban han sido analizadas por estos autores como
política, recalcó que la obtención de los derechos sociales había signi- un anticipo, sin duda, de la política que luego generalizaría Perón a
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ficado la cesión de los derechos políticos separando unos de otros partir de su puesto en la Secretaría de Trabajo y Previsión. El goberna-
(Germani, 1963). dor de Buenos Aires, conservador y practicante entusiasta del fraude
Diversos autores cuestionaron desde ángulos diferentes las hipó- electoral, basaba su política social en un discurso que ponía énfasis en
tesis de Germani y se establecieron conexiones y continuidades la obtención de la "justicia social" con el objeto de consolidar el orden
específicamente con fenómenos socioeconómicos iniciados durante la y la armonía social y neutralizar, de esta manera, la acción del comunis-
década anterior. Al sostener que esas masas provenientes del interior lo mo.24 Y la "justicia social" debía ser impulsada principalmente por el
hacían desde las zonas rurales más avanzadas y que las experiencias de Estado que "debe proporcionar al obrero condiciones permanentes de
los nuevos trabajadores se mixturaban con la clase obrera ya existente, higiene, decoro y confort. Este propósito no ha de ser llevado a la
se matizaba la mirada sobre el período y se cuestionaba la idea rupturista práctica como una concesión, una munificencia o un acto de gracia,
de Germani (Murmis y Portantiero, 1971; Torre, 1990). En esta línea, sino que el legislador debe encararlo como un deber a cumplir y como
relacionada al tema que nos convoca, son particularmente importantes un acto de estricta justicia. En toda sociedad bien organizada y disci-
los ya clásicos artículos de Ricardo Gaudio y Jorge Pilone (Gaudio y Pilone, plinada, el Estado no puede tolerar que existan clases paupérrimas ni
1983, 1984) en los que critican el consenso alcanzado por la idea del puede admitir que los bienes de la existencia y su goce estén reduci-
"supuesto efecto generador adjudicado a la intervención de la Secreta- dos a unos pocos, mientras la masa de población laboriosa vive en
ría de Trabajo y previsión a partir de 1943 sobre el desarrollo de la condiciones precarias, cuando no miserables".25 Durante su gobierno
negociación colectiva". Estos autores demuestran que desde 1935 se se sancionaron decretos estableciendo salarios mínimos para los peo-
habían desarrollado importantes zonas de negociación obrero-patronal nes rurales, se creó el Instituto de la Vivienda y se sancionaron leyes
así como formas específicas de intervención social que se manifestaron de accidentes de trabajo y fue particularmente importante la reglamen-
en "un considerable crecimiento de las esferas de la actividad estatal tación del Departamento de Trabajo Provincial (ley 4548 de 1937). El
sobre la sociedad civil". La originalidad de la acción del Estado se basa- nuevo papel atribuido al Departamento de Trabajo multiplicó por diez
ba no sólo en el intento de institucionalizar el conflicto sino también en su presupuesto entre 1936 y 1938 así como elevó de poco más de 50 a
organizar el funcionamiento del mercado de trabajo. Con esto, los au- 700 la dotación de empleados. En el trabajo más consistente sobre
tores señalaban que la función mediadora que el Estado asumía para sí este período Bejar analiza de manera global los 243 convenios que se
no comenzó en el año 1943 con la llegada del coronel Perón al gobierno llevaron adelante en las industrias textil y de la construcción en torno a
sino en torno a 1935, y esa función tuvo formas de intervención salarios, regulación de la fuerza de trabajo y el rol de los sindicatos. Allí
"sorprendentemente afines" con las que llevaría adelante el peronismo.23 se demuestra el interés que manifestaba el gobierno provincial para
En el mismo sentido, en los últimos años se profundizó esta línea resolver el conflicto entre capital y trabajo pero también los límites
de investigación, que en realidad había abierto Hugo del Campo (del
Campo, 1983), focalizando la atención en la acción social llevada ade- 24
Se ha señalado la profunda preocupación de Fresco por la influencia comunista en el
movimiento obrero (que Perón compartiría pocos años después) y la consecuente milita-
23 rización de la policía al crear la División de Investigaciones (Bitrán y Schneider, 1993).
Gaudio y Pilone, 1983-1984; pp 57 y 58. En la misma línea Joel Horowitz ha señalado 25
la existencia de vías de continuidad entre el movimiento obrero peronista y el de los Memoria, Ministerio de Gobierno, 1937-38, Tomo 1, pp. 242-243 en Bejar, María D.
años treinta (Horowitz, 1988). 2000, "La política laboral del gobierno de Manuel Frasco", en Panattieri, José (comp.),
Argentina: trabajadores entre dos guerras, Buenos Aires, Eudeba, 2000, p. 156.

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que tendría el Departamento de Trabajo, al no contar con suficientes y Es evidente que a partir del estudio de estos autores pueden esta-
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adecuados elementos legales para encauzar y disciplinar a los empresa- blecerse múltiples nexos y similitudes entre las políticas sociales de
rios que, asiduamente, abandonaban de manera unilateral los conve- las provincias de Buenos Aires y Santa Fe con las que se llevarían ade-
nios firmados o directamente los boicoteaban. lante durante los gobiernos peronistas. Sin duda, existen puntos de
De manera similar debe encararse la experiencia sobre política sani- contacto entre las concepciones del gobernador Fresco y las de Perón,
taria llevada adelante en la provincia de Santa Fe durante la década del por ejemplo, en la idea de anticipar derechos a los trabajadores para
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treinta. Desde la sanción de la Ley de Sanidad de la provincia en 1932 ganarle espacios al comunismo; o en la convicción de que era el Estado
que creaba la Dirección General de Higiene, con el claro objetivo de quien debía encauzar el bienestar general así como también sobre la
centralizar y darle coherencia a la salud pública, hasta la creación del concepción de que la justicia social era un elemento central para alcan-
Ministerio de Salud Pública y Trabajo en 1941, los gobiernos provincia- zar el orden y la armonía social. También pueden remarcarse las conti-
les ejecutaron políticas tendientes a resolver integralmente los pro- nuidades en el caso de la salud pública a partir de la experiencia
blemas de salud (Belmartino y otros, 1988; 1991). En este contexto es santafesina. Claro que, más allá de estas similitudes, existió una pro-
particularmente importante la acción desarrollada por el ministro de funda diferencia en la magnitud entre ambas experiencias. El gobierno
Salud y Trabajo, Abelardo Irigoyen Freire, durante la gobernación de de Perón las amplió, profundizó y generalizó. "Con la consigna de la
Manuel de Iriondo.26 En efecto, en 1938 se sancionaba la ley de Asis- justicia social, el gobierno prosiguió ensanchando los cambios en el
tencia Hospitalaria tendiente a construir varias decenas de hospitales nivel de las clases trabajadoras mediante políticas de un incipiente Es-
que se complementaría con la citada creación del ministerio de Salud tado benefactor: el congelamiento de los alquileres, la fijación de sala-
Pública y Trabajo cuya propuesta apuntaba a una organización sanitaria rios mínimos, el establecimiento de precios máximos a los artículos
integral y centralizada. Irigoyen Freiré ha sido caracterizado como "el de consumo popular, los créditos y los planes de vivienda, las mejoras
primer funcionario estatal que en nuestro país incorpora a su propues- en la oferta de salud pública, los programas de turismo social... Por los
ta de gobierno una conceptualización acabada de lo que a partir de derechos que consagraba, por los bienes que ponía a su disposición, la
esos años constituiría la orientación del Estado de Bienestar".27 Los justicia social condujo a una mayor integración sociopolítica de los
mismos autores recalcan las continuidades en las políticas sanitarias trabajadores".29
entre el período inaugurado por el golpe militar de 1943 y el de sus Si bien las diversas revisiones de las hipótesis de Gino Germani
predecesores. Continuidad ratificada en palabras de los propios acto- rompieron con la interpretación de que el Estado social hubiera sido
res de este proceso: "La obra grandiosa, iniciada en 1925, enriquecida creado por el peronismo, no modificaron sustancialmente las formas
y perfeccionada en 1942, debe seguir sin pausas hasta completarse (...) de analizar y concebir la construcción y el desarrollo de las políticas
En esa senda hermosa marcha, a pie firme, el actual gobierno de Santa sociales en las tres primeras décadas del siglo XX. En realidad se corrió
Fe", afirmaba con convicción un funcionario provincial en 1945.28 hacia atrás la idea de ruptura, se la desplazó desde 1943 hacia los años
inmediatamente posteriores a 1930 y se la colocó en el lógico contex-
26
Sobre la experiencia de Manuel de Iriondo (elegido gobernador de Santa Fe en 1937) to económico y social inaugurado por la crisis desatada en 1929, en
véase, Susana Piazzesi, "Después del liberalismo: ¿Un nuevo conservadurismo?. El Iriondismo donde las ideas keynesianas que atribuían un rol central al Estado en la
santafesino en la década del treinta" en Estudios Sociales, N° 13, Santa Fe, Segundo Semes- regulación de la economía y en la formulación de políticas económicas
tre, 1997.
27
Beltramino, S. y otros, Corporación médica y poder en salud, Argentina, 1920-1960, Rosarlo,
tenían un fuerte predicamento y ponían en crisis las concepciones eco-
Organización Panamericana de la Salud, 1988, p. 175. nómicas l i b e r a l e s . En ese contexto y debido al consecuente
28
Beltramino, S. y otros, Fundamentos históricos de la construcción de relaciones de poder en el
sector salud, Argentina, 1920-1960, Rosario, Organización Panamericana de la Salud, 1991,
p. 46. Los ejemplos de la acción social emprendida en las provincias de Buenos Aires y
29
Santa Fe nos advierte sobre la necesidad de multiplicar este tipo de investigaciones, Torre, Juan Carlos, Los años peronistas. 1943-1955, Nueva Historia Argentina, Vol. VIII,
además integrarlas y compararlas. Buenos Aires, editorial Sudamericana, 2002, pp. 48-49.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

trastocamiento del clásico modelo agroexportador, la crisis económi- obtener beneficios políticos, particularmente electorales y teñido de
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ca y social obligó, como en otras latitudes, también en Argentina a una un carácter demagógico.32 En el mismo sentido ubica Isuani su análisis
participación más activa del Estado en la economía y, simultáneamen- de las políticas de seguridad social durante ese período, sosteniendo
te, generó un proceso de industrialización por sustitución de importa- que "la respuesta radical a la clase obrera fue determinada básicamente
ciones que desembocó en un importante crecimiento de la clase obre- por la necesidad de evitar el crecimiento electoral socialista, sin inten-
ra y en un redimensionamiento tanto del conflicto social como de la tar crear una base de apoyo sindical propia".33 Estas posturas, un tanto
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propia estructura de la sociedad. En este contexto, Ricardo Gaudio y reduccionistas, impiden percibir la verdadera naturaleza de las políti-
Jorge Pilone sostienen que la verdadera función mediadora del Estado cas sociales de los gobiernos radicales y los cambios producidos en la
comienza en los años treinta pues hasta aquí las relaciones obreros percepción del conflicto social. Para comprender la verdadera naturale-
patronales "eran consideradas privadas" y por ende "pertenecientes a za de las políticas sociales de los primeros gobiernos radicales es indu-
la esfera de la sociedad civil".30 Esta idea así como el corte que se dable que se torna necesaria una revisión de las hipótesis y los enfo-
establece en la formulación de políticas sociales en la década del trein- ques predominantes hasta la fecha.
ta deberían ser revisados y matizados.31 Los primeros pasos ya han sido dados, aunque siempre sobre el
El razonamiento habitual determinaba que si los gobiernos inaugu- primer gobierno radical puesto que la ausencia de investigaciones so-
rados con el golpe de 1943 fueron quienes otorgaron plenamente la bre la gestión de Marcelo T. de Alvear sigue siendo un dato notable. En
ciudadanía social, toda la etapa anterior, esto es aquella comprendida un intento por separar la política social radical del mero interés electo-
entre 1860 y 1930 y hegemonizada por el modelo agroexportador, fue- ral, Ricardo Falcón ha señalado, a mi juicio pertinentemente, que el
ra catalogada como una experiencia liberal conservadora en la que el gobierno de Hipólito Yrigoyen perseguía "la armonía social a través de
yrigoyenismo apenas significó una anomalía y en la cual la formulación la conciliación de intereses de diferentes instancias orgánicas, proce-
de políticas sociales por parte del Estado tuvieron escasa o nula impor- so en el cual el Estado podía desempeñar un rol preponderante en el
tancia. En este último sentido, la historiografía del último cuarto de efectivo imperio del concepto de solidaridad". Para ello el autor enfatizó
siglo ha estado signada por la interpretación de David Rock, quien si las diferencias existentes entre el Código de Trabajo de 1921 y el pro-
bien a partir de un minucioso trabajo de investigación manifiesta acer- yecto impulsado por J. V. González en 1904. Mientras en éste la cues-
tadamente que una de las mayores innovaciones del radicalismo fue tión obrera era resuelta con una conjunción de políticas represivas y
establecer una nueva relación entre el Estado y la clase obrera, empo- asistencialistas, en el Código de 1921 no aparece el mismo carácter
brece su explicación al encuadrarla en los marcos de lo que denomina regimentador y "desaparece el carácter fuertemente represivo".34 Re-
"populismo radical". En ese contexto, Rock demasiado apegado a una cientemente otro trabajo (Garguín, 2000), ha retomado algunas hipó-
de sus fuentes. La Vanguardia, retoma las formulaciones del Partido tesis de Falcón sobre el intento de normalización económica y la paci-
Socialista y afirma que Yrigoyen tuvo una."actitud reaccionaria, casi ficación de las relaciones sociales como objetivos de Yrigoyen. A la
paranoica, contra todo lo que tuviera apariencia de socialismo", vincu- vez, ha matizado de manera oportuna las apreciaciones de Rock sobre
lando la política social del gobierno de Yrigoyen a un mero interés por las buenas relaciones entre el presidente radical y el gremialismo de

30
Gaudio, Ricardo y Pilone, Jorge, "El desarrollo de la negociación colectiva durante la 32
Rock, David, El radicalismo argentino, 1890-1930, Buenos Aires, Amorrortu Editores,
etapa de modernización industrial en la Argentina, 1935-1943", en Desarrollo Económico, 1977, pp. 132-137.
Vol. 23, N° 90, Buenos Aires, julio-septiembre de 1983), p. 237. 33
Isuani, Ernesto, A., Los orígenes conflictivos de la seguridad social argentina, Buenos Aires,
31
En este sentido, un reciente trabajo sobre el Departamento Nacional del Trabajo desde CEAL, 1985, pp. 91-92.
su creación en 1907 hasta su conversión en Secretaría de Trabajo y Previsión en 1943, 34
Falcón, Ricardo, "La relación Estado-sindicatos en la política laboral del primer gobier-
sostiene la persistencia del "proyecto fundacional" y establece líneas de continuidad a lo
no de Hipólito Yrigoyen", en Estudios Sociales, N° 10, año VI, Primer semestre de 1996, pp.
largo de su historia (Soprano, 2000).
80-81.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

orientación sindicalista así como el encono manifestado por el caudi- Más allá de las profundas transformaciones coyunturales en la es-
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llo hacia el socialismo, al sostener que en el caso de los obreros ferro- tructura socioeconómica que hicieron posible la implementación de una
viarios la relación entre el gobierno y el sector sindicalista fue más que verdadera "democratización del bienestar" durante la experiencia
conflictiva, mientras los socialistas agrupados en La Fraternidad man- peronista (Torre, 2002), que llevó al Estado a asumir plenamente lo que
tenían una fluida relación con el presidente. El autor señala además que hasta allí era un espacio de tensión entre instituciones gubernamenta-
el primer gobierno radical desarrolló una política laboral de carácter les y privadas, es lícito afirmar que esta democratización se llevó ade-
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dual, mientras el Departamento Nacional del Trabajo intentó sin éxito lante y se asentó sobre un largo proceso en el que se fue produciendo el
integrar institucionalmente a los trabajadores dentro de los límites del descubrimiento paulatino de las funciones sociales que realizaban di-
liberalismo, a través de la figura del presidente se produjo el predomi- versas instituciones (políticas, económicas o jurídicas), y en el que se
nio de ipso de la mediación corporativa sin el aval de ningún sistema fueron implementando diversas políticas sociales. Como bien sostiene
institucional legalmente sancionado. Belmartino para el sector salud "estas transformaciones, sin embargo
no pueden reconstruirse a partir de una matriz ordenadora, ni pensar-
VI - Conclusión se como un proceso lineal, sin contradicciones ni retrocesos. De ma-
nera que en cierta medida paradójica, todas las propuestas, los
De esta forma, y mientras subsistió el Estado social argentino, la
significantes, los referentes ideológicos parecen estar presentes des-
primer experiencia peronista vino a condicionar de manera notable el
de el comienzo; los cambios son modificaciones en el énfasis, en la
análisis de las políticas sociales anteriores, imponiendo una especie de
asociación de diferentes contenidos, en el peso de cada uno de ellos
sentido común que perdió de vista el principio de que todo proceso
en el discurso de los principales actores".35
histórico implica tener presente la noción de construcción (obviamen-
te no en forma lineal). Sí bien es cierto que hasta los años treinta las Queda entonces para los historiadores una dura y ardua tarea que
ideas liberales tenían una fuerte impronta en la sociedad civil y signifi- es la de escribir y analizar, a partir de los fragmentos existentes y pen-
caban un freno a la regulación activa por parte del Estado, también lo sando en un proceso de larga duración, la historia de las políticas so-
es que desde la misma conformación del Estado nacional comenzó a ciales. Una historia que no debería estar condicionada por el peso
gestarse el proceso de construcción del Estado social que fue horadan- mítico del peronismo. Una historia que debería tomar en cuenta todos
do y resquebrajando la concepción liberal clásica y desplazando lenta- los niveles de las políticas sociales (salud, vivienda, uso del espacio
mente el control de la acción social de lo privado hacia lo público.35 Por público, educación, segundad social y laboral, la nueva pobreza) y que
otro lado, al momento de analizar las acciones del Estado en materia debería compararse con otras experiencias latinoamericanas. Una his-
social, debería tenerse en cuenta las propias peculiaridades del libera- toria que debería también comprender la segunda mitad del siglo XX y
lismo argentino que operó en un medio en el que la sociedad civil hacerse cargo de la historia reciente y establecer un diálogo más fluido
tenía una autonomía relativa ante el poder y las presiones del Estado, y constructivo con el resto de las ciencias sociales.
situación que determinaba que el liberalismo fuera más fuerte en el
plano discursivo que en el nivel de las prácticas institucionales.

35
El resquebrajamiento de las nociones liberales debía involucrar a diversos actores
sociales, pues la oposición a la regulación estatal no provenía sólo de sectores vinculados
36
a las elites sino también de representantes de los trabajadores. El rechazo al proyecto de Beltramino, Susana, "Las obras sociales: continuidad o ruptura en la Argentina de los
ley nacional de trabajo de 1904 o a la ley de jubilaciones de 1923 debe inscribirse, entre años 40", en Lobato, Mirta Z., Política, médicos y enfermedad, Buenos Aires, Editorial Biblos,
otras, en esta perspectiva. 1996, p. 212.

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JUAN SURIANO Los historiadores y el proceso de construcción del Estado social

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