Está en la página 1de 16

Summerson: “El lenguaje clásico de la arquitectura”

1 -Lo esencial del clasicismo:


¿Cuándo un edificio es clásico y cuando no? La arquitectura clásica hunde sus
raíces en la antigüedad, en los mundos de Grecia y roma, los cuales no se ocuparan de su
desarrollo como lenguaje, sino de su naturaleza y utilización, su utilización como lenguaje
arquitectónico común que, heredado de Roma, se ha utilizado en casi todo el mundo
civilizado durante los cinco siglos que separan el renacimiento de nuestros días.
Es un error tratar de definir el clasicismo, este tiene todo tipo de significados útiles
según los diferentes contextos. Un edificio clásico es aquel cuyos elementos decorativos
proceden directa o indirectamente del vocabulario arquitectónico del mundo antiguo,
elementos fácilmente reconocibles; por ejemplo, columnas de cinco variedades estándar,
maneras de tratar los huecos, puertas, ventanas y remates.
Es difícil encontrar el “uniforme” que viste esta clase de edificios, ya que las
“esencias” son muy escurridizas. La finalidad de la arquitectura clásica ha sido siempre
lograr una armonía demostrable entre las partes. La armonía de una estructura, análoga
según algunos autores a la armonía musical, se consigue mediante las proporciones, es
decir, asegurando que las relaciones entre las diversas dimensiones de un edificio sean
relaciones aritméticas simples y que los cocientes numéricos entre las diversas partes sean
los mismos o estén relacionados entre sí de modo muy directo. El concepto renacentista de
las proporciones es muy sencillo, el propósito de las proporciones es establecer una
armonía en toda la estructura, una armonía que resulta comprensible, ya sea por el uso
explícito de uno o más órdenes como elementos dominantes.
¿Qué son los órdenes? Un orden es la unidad de <columna y superestructura>. Por
ejemplo, el orden dórico consta de una columna que se alza sobre un pedestal y sostiene
por su parte superior el arquitrabe, el friso y la cornisa, conjunto de partes que recibe el
nombre de entablamento.
¿Por qué hay cinco órdenes? La primera descripción escrita de los órdenes está en
el Vitruvio (Toscano, Dórico, Jónico, Corintio). Este autor relaciona los órdenes con sus
descripciones de templos y especifica los dioses y diosas para quienes es apropiado usar
cada orden. Alberti fue quien añadió el 5 orden (Compuesto). Fue Sebastiano Serlio quien,
casi un siglo después, inició la larga carrera de canonización de los órdenes, convirtiéndolos
en una autoridad indiscutible y simbólica. En sus libros, Serlio ordenó los cinco órdenes
según su delgadez, es decir, según el cociente entre el diámetro inferior y la altura, todos
tienen pedestales.
Se llegó a considerar a los órdenes como los que cargaban toda la sabiduría de la
humanidad en el arte de construir, se los veía como productos de la naturaleza misma. El
carácter de la arquitectura clásica radica exclusivamente en la manipulación de los órdenes
mismos. Para Summerson, es mucho mejor considerar a los órdenes como expresiones
gramaticales que imponen una disciplina formidable, en la que la sensibilidad personal tiene
siempre cierta libertad de acción.
En sus inicios, las formas de las partes de los órdenes derivan de un tipo primitivo de
construcción en madera, esta puede ser una clara explicación de por qué sus formas son
tan complejas y detalladas. Tal proceso evolutivo, del cual pasó de la construcción en
madera, fue copiado en piedra y llegó a cristalizar en forma lingüística lo que hoy llamamos
órdenes. Esa cristalización tiene un paralelo muy claro en el lenguaje. Las palabras, las
expresiones, las construcciones gramaticales se han inventado todas en determinado
momento para satisfacer necesidades concretas de la comunicación. Estas necesidades
inmediatas se han olvidado hace mucho tiempo, pero las palabras y las estructuras que con
ellas se forman siguen contribuyendo a un lenguaje que utilizamos para mil fines, incluida la
poesía. Lo mismo ocurre con los cinco órdenes de la Arquitectura.
A los órdenes siempre se les ha atribuido una personalidad humana, Vitruvio es
seguramente el responsable de esto, veía en el dórico un arquetipo de las proporciones de
la fuerza y la elegancia del cuerpo del hombre, para él la esbeltez femenina caracterizaba al
jónico, y el corintio imita la ligera figura de una muchacha. Lo cierto es que Vitruvio abrió las
puertas a esa personalización de los órdenes que en el Renacimiento se explaya con
entusiasmo. Los órdenes se han utilizado generalmente a lo largo de la historia, en función
del gusto reinante, de las circunstancias y muy a menudo también, de los medios
financieros disponibles.
Los órdenes, según Summerson ofrecen una gama de caracteres arquitectónicos
que van desde lo rudo y fuerte a lo delicado y bello. En un diseño genuinamente clásico, la
elección del orden es algo vital: es determinar el espíritu de la obra, definido también por lo
que se haga con ese orden, por las proporciones que se fijan entre las diferentes partes.
2 -La gramática de la antigüedad:
Los romanos, lejos de abandonar los órdenes al construir anfiteatros, basílicas y
arcos de triunfo abovedados, los aplicaron de modo más explícito posible, como si pensaran
que ningún edificio podía comunicar algo, a menos que estuvieran presentes estas órdenes.
Los romanos tomaron este tipo de arquitectura, altamente estilizada pero estructuralmente
muy primitiva, y la casaron con los complejos edificios arqueados, abovedados y de
numerosas plantas. Al hacerlos elevaron el lenguaje arquitectónico, ideando procedimientos
para utilizar los órdenes como lenguaje más amplio de lo que era. En muchos edificios
romanos los órdenes son inútiles estructuralmente, pero hacen expresivos a los edificios,
les hacen hablar, llevan el edificio, con sentido, ceremonia y elegancia hacia el espectador.
Los usan para dominar y controlar visualmente los edificios a los cuales han sido
agregados.
Los romanos experimentaron diferentes formas de sombras y relieves mediante la
utilización de estos órdenes, haciendo que el conjunto <estructura y expresión
arquitectónica> formen un todo integrado. Las columnas exentas soportan su propio
entablamento, también están las columnas separadas, que son casi tangenciales al muro
situado detrás, las columnas adosadas, embebidas o de tres cuartos, en relación con cuán
embutida estaban en el muro, pilastras que son representaciones planas de las columnas,
labradas como en relieve sobre el muro. Tenían entonces 4 grados de integración, relieve y
cuatro intensidades de sombras. Cada vez que un orden cambiaba su grado de relieve, el
entablamento se veía afectado, experimentando una ruptura, ya que estos juegan un papel
en conjunto.
¿Qué hicieron los romanos entonces? Lograron una unión plástica satisfactoria entre
la estructura y la expresión arquitectónica de los órdenes, esto ha logrado un mundo nuevo
de posibilidades. Un ejemplo claro es la combinación de arco - orden o la utilización de
pilastras para hacer más expresivo un muro liso.
Alberti hizo la conversión del arco de triunfo en iglesia cristiana, proyectó una
fachada basada en el arco de triunfo, pero también lo llevó al interior, lo tomó como modelo
para las arcadas de las naves interiores, haciendo que la fachada de arco de triunfo tuviera
la misma escala que lo extruido en el interior del edificio.
El arco de triunfo aportó al lenguaje clásico la idea de la división de un espacio en
tres partes desiguales (estrecho-ancho-estrecho).
Posteriormente, podemos ver que el gran logro del Renacimiento no fue la imitación
de los edificios romanos, sino la reformulación de la antigüedad como una disciplina
universal, la disciplina, heredada de un pasado remoto y aplicable a todas las empresas
constructivas honorables.
El intercolumnio marcaba el tiempo del edificio, los romanos establecieron cinco
tipos fijos, medidos en diámetros de columna. Existe una analogía hecha por diferentes
autores entre el intercolumnio y la terminología musical.

Rudolf Wittkower: “Los fundamentos de la arquitectura en la edad


del humanismo”
1 -La columna en la teoría y en la práctica Albertianas (Alberti):
Alberti declara que en la apariencia estética de un edificio hay que tener en cuenta
dos elementos: la belleza y el ornamento. La belleza, como hemos visto, es, según él: La
armonía y concordancia de todas las partes, lograda de tal manera que no pueda añadir,
quitar o alterar nada sin que el resultado empeore. El ornamento, por otro lado, es según él:
un brillo adicional y perfeccionamiento de la belleza.
Alberti insiste más de una vez que el mayo ornamento de toda arquitectura ha sido
la columna, centrando así su atención en el muro, es decir, en el punto de partida de toda
arquitectura renacentista. Declara que una fila de columnas no es otra cosa que un muro
discontinuo abierto en varios lugares.
Para una mentalidad metódica como la suya, la incompatibilidad entre la calidad
plástica y tridimensional de la columna y el carácter plano del muro debió resultar más que
evidente en un determinado momento, por esto él creía que la pilastra es la transformación
lógica de la columna para la decoración de un muro. Esto no significa que Alberti dio la
espalda a la antigüedad, sino que había encontrado una forma lógica de adaptar
correctamente la arquitectura clásica a las necesidades de la arquitectura mural.
Santa María Novella: En este edificio Alberti se enfrentó a la ineludible tarea de
incorporar a su diseño elementos góticos. Esta fachada se convirtió durante mucho tiempo
en modelo tipo más frecuente de las fachadas (eclesiales: perteneciente a iglesias).
Lo que confiere a la fachada su carácter novedoso son algunos detalles no tan
fáciles de identificar a simple vista como: La utilización del ático, situado entre la parte
inferior y la superior, que ayuda a superar algunas dificultades, como por ejemplo la
situación de apoyo de las pilastras laterales del piso superior, generando el ático una
transición menos llamativa en esa discontinuidad visual de las pilastras. También la
diferencia entre la anchura del piso inferior y el superior se salva mediante las famosas
volutas, de tal manera que, se percibe una perfecta cohesión entre las partes altas y bajas
del edificio.
Alberti tenía la creencia de la posibilidad de integración o continuidad entre las
partes viejas y nuevas de un edificio, mejorando al mismo tiempo las obras de sus
predecesores. La totalidad de la fachada se levanta geométricamente a partir de una
progresiva duplicación de las relaciones proporcionales. Está claro que se ha cumplido aquí
con el precepto teórico Albertiano de mantener la misma proporción en todo el edificio,
definiendo así un carácter no medieval. Haciendo de esta fachada el primer gran ejemplo
Renacentista de Eurythmia clásica. (uso total sistemático de las proporciones).
En sus posteriores trabajos, Alberti decidió rechazar el compromiso de unir la
columna y el muro, reflejando un cambio de planteamientos teóricos y dando una gran base
a los arquitectos renacentistas posteriores.

Proporciones 1: “Teorías proposicionales”


Proporciones 2: “La proporción y su aplicación”
1 -Euclides:
El número de oro se da cuando: Cuando cortas una recta y el segmento mayor,
mantiene la misma relación con el entero, que el segmento menor con el mayor.
Las proporciones se basan en el establecimiento de igualdades entre dos razones,
lo cual nos lleva a la idea de que todo es medible, y que todo se le puede aplicar un sistema
de medidas. También la proporción se la puede entender como la relación concordante de
las partes y el todo.
Alberti entiende la noción de simetría como partes pertenecientes a un conjunto
presidido por reglas, y que la principal propiedad de este conjunto sea la
conmensurabilidad.
Para Euclides, la razón es la relación cualitativa en lo que se refiere a la dimensión
entre dos magnitudes homogéneas y la proporción es la igualdad de razones.

2 -El hombre de Vitruvio:


El cuadrado está centrado en los genitales, y el círculo en el ombligo. La relación
entre el lado del cuadrado y el radio del círculo es la razón áurea.
La sección Áurea fue el estudio de las proporciones entre números rectangulares,
esto fue lo que condujo directamente al estudio de las proporciones en números
irracionales.

Renacimiento: Visión de diferentes autores.


1 -Peter Murray, “La arquitectura del Renacimiento Italiano”:
La arquitectura Renacentista requiere cierto conocimiento por parte del espectador,
además de cierta disposición para aceptarla en sus propios términos. Esta debe ser
experimentada como tal y debe señalarse que no es fácil de entenderla. Murray dice que
esta arquitectura es un restablecimiento deliberado de las ideas y prácticas de la
arquitectura de la antigüedad clásica, pero que es propiamente romana, ya que antes del
siglo XVlll la arquitectura de la Grecia clásica fue totalmente desconocida en Europa
Occidental.
El efecto de un edificio renacentista se basa en el sistema modular de proporción. El
módulo es definido como la mitad del diámetro de la columna en su base (tercio inferior), y
de esta proporción inicial depende la totalidad del edificio, dejando por sobre las
dimensiones el tema de la escala.
En el siglo XV la palabra “humanismo”, significaba el estudio de las literaturas
griegas y latinas.

2 -Ursula Hatje, “Renacimiento”:


Examinando desde la perspectiva de la evolución artística general en Europa, el
Renacimiento significa una ruptura con la unidad supranacional.
El Quattrocento, que se refiere, como término cronológico, a todo el siglo XV, pero
que también se utiliza, como término estilístico, para designar al Renacimiento temprano.
Análogamente, el término Cinquecento se emplea referido al siglo XVl, pero en dominio
artístico queda limitado al alto Renacimiento, donde el renacimiento alcanza su
conformación clásica, desembocando hacia el 1520 en la relación neoclásica del
Manierismo.
El objetivo del renacimiento, según Hatje era la penetración en las leyes en que se
basaba el arte clásico, estimulado por su ejemplo, el artista renacentista intenta imitar a los
maestros de la antigüedad o incluso superarlos. Resurge en este periodo la relación con la
naturaleza. La matemática se convierte en el papel principal en el arte por fundamentar
racionalmente su ideal de belleza. La actitud básica antropocéntrica del Renacimiento hace
al hombre “medida de todas las cosas”.
Durante este periodo, las ciudades se convirtieron en centros de renovación
artística.
3 -Cristian Norberg-Schulz, “La concepción espacial renacentista”:
En el renacimiento encontramos la lógica del orden geométrico, eterno y absoluto. El
significado funcional es sustituido por la perfección de la forma. Según Alberti, la forma más
perfecta, y, por lo tanto, la más divina, es el círculo. Por lo tanto, la centralidad está implícita
en el concepto de orden geométrico.
El espacio del renacimiento se convierte en homogéneo y los edificios de la época
son composiciones estáticas autosuficientes. El espacio en este periodo es
fundamentalmente igual en todos los niveles, se ha convertido en una especie de
“substancia” estructurada por la geometría y descrita visualmente por la perspectiva.

4 -Peter Murray, “Brunelleschi”:


En la Capilla Pazzi, el edificio marcó el momento de cambios estilísticos que se
pueden verificar entre 1430 y 1440. El esquema planimétrico es un cuadrado central
cubierto con una cúpula y un lado abierto para dar lugar al altar, cada parte mantiene
relación matemática con la unidad original. También aquí aparece la gran dificultad para
resolver los ángulos, que se solucionan con fragmentos de pilastras o con pilastras
plegadas.

5 -Giulio Carlo Argán, “Las construcciones centralizadas”:


En la Capilla Pazzi, el principio de la intersección, que en la sacristía estaba solo
indicado por las pilastras angulares, se manifiesta aquí de un modo más claro en el mismo
elemento, sugiriendo casi la prolongación de la estructura más allá del ángulo.
En la perfecta proporción modular del espacio, no pueden producirse “accidentes”,
que detengan la difusión de la luz o den lugar a posibles sombras. Esta luz, no física, sino
espacial, es absoluta como el espacio mismo y, naciendo con la forma, no puede incidir
sobre la forma. En una geometría espacial tan pura, cada elemento formal tiene una
configuración geométrica y cada figura geométrica un valor espacial inmutable y absoluto.
En la Capilla Pazzi, las aberturas son cinco, y de un tamaño que casi ocupan por
completo el plano, reduciendo casi a un diafragma luminoso entre la capilla y el pórtico y
transformándolo en una gran fuente luminosa frontal. También la fachada está regida por la
sección Áurea, que regula todas las relaciones métricas del interior y, en su conjunto, no es
sino el resultado de una proyección sobre el plano de las subdivisiones espaciales internas.
La función de esta fachada es sumamente delicada, formando una muy sensible superficie
de contacto entre los edificios circundantes, pero también colocándose entre ellos como un
medio proporcional que fija su equivalencia y justifica el traslado del primero, limitado dentro
de los límites geométricos del segundo.

Manierismo: Visión de diferentes autores.


1 -Carmine Benincasa, “Manierismo”:
Anticlasicismo, el rechazo de los valores normativos y ejemplares, de la validez
universal del arte de principios del Cinquecento, significa la renuncia a los principios de
objetividad y racionalidad, de equilibrio, de orden, de regularidad, significa la pérdida de la
armonía y de la claridad.
El artista clásico se propone eliminar de su trabajo, de su imagen, del mundo todo lo
que es accesorio, ambiguo, marginal, gratuito, confuso, inorgánico, insignificante. La obra
de arte clásica intenta encontrar la esencia, el centro de la realidad, el “concepto”,
desplegando una visión del ser como unidad o centralidad. El arte anticlasico, por él
contrario, plantea una visión del mundo en el cual la riqueza, la multiplicidad figurativa, la
ambigüedad y la contradicción son acciones dinámicas. El concepto de neoclásico conlleva
implícito el antinaturalismo, presentándonos una intencionada y consciente alteración de las
formas naturales. Es la primera corriente artística y cultural que comienza a darse cuenta de
la “diferencia entre arte y realidad”.

2 -Checa Cremades y Nieto Alcaide, “Fin del lenguaje clásico”:


El manierismo hunde sus raíces en el Alto renacimiento, donde lo lúdico y lo
heterodoxo empiezan a tomar valor en el movimiento artístico. El resto del cinquecento se
posee de un lenguaje artístico codificado y apoyo para todo tipo de manipulaciones, la
combinación infinita de modelos que ya habían sido tratados en el momento clásico del
Renacimiento. El manierismo es, la época de los heterodoxos, se terminó con la idea de
regularidad de los órdenes clásicos. La relación entre los elementos de la arquitectura están
dominados por la idea de yuxtaposición: (se emplea para referirse a la relación que se
establece entre dos o más objetos cuando estos se tocan, pero no interfieren para nada
unos en los otros), son como piezas de un puzle que el artista ordena a su antojo.
La espacialidad manierista puede definirse en dos puntos: el primero sería la
yuxtaposición y el segundo sería la ausencia de un punto de fuga. El uso de la perspectiva
no desaparece con el Manierismo, lo que sucede con ella es que se produce una inversión
de su función, si en el renacimiento lo que se pretendía con ella era dar mayor sensación de
realidad, el manierismo la usa para dar la sensación de fantasía, irrealidad y ficción, lo que
acentúa de esta manera un juego de ilusiones.

Barroco: Visión de diferentes autores.


1 -Ursula Hatje, “Barroco”:
El Barroco es un arte dinámico, se trata de incluir al espectador sacándolo de su
contemplación objetiva, plazas, subidas, rampas, escalinatas, pórticos, fugas espaciales.
Este movimiento artístico se despliega en contrastes: entre formas pequeñas y grandes,
cercanas o lejanas, entre lo cóncavo y lo convexo, la luz y la oscuridad. La síntesis
constituye un ideal del arte Barroco.
El objetivo de este movimiento es crear una realidad en la que lo natural y lo
sobrenatural concurren en una grandiosa unión. Barroco = desigual.
Utilizado principalmente en Italia, política y socialmente dominada por el
absolutismo, tanto de la iglesia como del estado, donde el rey es el representante de dios
en la tierra.

2 -Paolo Portoghesi, “Los grandes temas de la arquitectura Barroca”:


El infinito: Por medio de la curvatura, los artificios, perspectivismo y el mecanismo
proporcional, el perfil sinusoidal que orienta la masa mural a lo largo de directrices
diagonales es la gran conquista lingüística del barroco Romano.
El ilusionismo óptico: La percepción como pilar del movimiento artístico, la visión
axial, solo tiene la misión de enlazar en una unidad los tiempos de una narración continua
que se desarrolla a lo largo de toda una estructura envolvente, que quiere ser indagada y
vivida en sus más mínimos detalles.
Forma-luz y Forma color: Para Bernini, el rayo de luz oculto sirve para forzar el valor
de la imagen con la ilusión de una luz propia, diferentes intensidades que subrayan
Jerarquía de valores y contrapone al espacio de la experiencia un espacio ficticio semejante
al pictórico, pero reconocible, verificable en su extensión real. La medida de las salientes,
las inflexiones de las superficies, las separaciones y los pliegues decorativos vienen
determinados por la exigencia de conseguir un determinado efecto de luminosidad
La función del Barroco: El lenguaje del Barroco romano defiende una arquitectura
eminentemente ciudadana que aproveche cualquier recurso para encontrar una resonancia
profunda en el espectador. El programa político de la clase dominante de distraer al pueblo
con bellas imágenes de la vida ciudadana se convierte, con el esfuerzo lingüístico del
artista, en una voluntad de comunicación universal.

3 -Christian Norberg-Schulz, “La ciudad Barroca”:


La ciudad Barroca se destaca por una sistematización, con una base religiosa, con
el objetivo de expresar el rol de Roma como centro dominante del mundo católico. Algunos
de los métodos eran, por ejemplo: unir los principales centros católicos por medio de
avenidas rectas, donde cualquiera a pie, a caballo o en carruaje, parta del lugar donde sea
de Roma, se dirija fácilmente a las más famosas devociones. Con un fin propagandístico, ya
que facilitaba y obligaba a una visita sistemática a los lugares santos, de tal modo, toda el
área urbana se compenetra de valores ideológicos y se convierte efectivamente en una
ciudad santa, mediante la misión de unificar el paisaje urbano.

4 -Franco Mancuso, “La plaza Barroca”:


Las plazas barrocas funcionan como bisagras escenográficas de los sistemas
circulatorios urbanos, en relación con edificios monumentales. Siempre considerando las
visuales que se presentan desde las calles, buscando efectos escenográficos, con el
objetivo de transformar estéticamente la ciudad.

5 -Christian Norberg-Schulz, “El significado de la arquitectura Barroca”:


Con el dinamismo y la sistematización como pilares centrales, los sistemas de la
época poseían un carácter abierto y dinámico y a partir de un punto fijo podía
prolongárselos al infinito. En este mundo infinito, el movimiento y la fuerza, son de
importancia primordial. La necesidad de pertenecer a un sistema absoluto, es la actitud
esencial de la época Barroca, con una gran novedad que es que el espacio no circunde a la
arquitectura, sino que se fenomenice en sus formas.

Clasicismo Francés: Visión de diferentes autores.


1 -Ursula Hatje, “Clasicismo Francés”:
El estilo clásico Francés del siglo XVll se diferencia rigurosamente del Barroco
Italiano, aunque ambos se basan en los órdenes clásicos de columnas. Se rechaza el
movimiento y la exageración delirante y en su lugar resurge la claridad, la simetría y la
regularidad. Se crea un continuo enfrentamiento entre el espíritu formal clásico y los
elementos barrocos italianos importados.
La nueva corriente se manifiesta en primer término en la decoración de los espacios
interiores. El pórtico representa el motivo central de la fachada.
La forma de las ciudades coloniales en Hispanoamérica: Visión de
diferentes autores.
1 Jorge E. Hardoy-, “Ilustraciones y comentarios: Vincenzo Cazzato”:
En los comienzos del siglo XlX, los españoles construyeron en sus colonias de
América, un gran número de ciudades, villas y asentamientos humanos de toda clase para
servir a los objetivos de su política imperial. El origen de estos asentamientos, sus funciones
y su crecimiento físico, estuvieron muy relacionados entre sí y constituyeron el punto de
partida de cualquier análisis de las formas urbanas en las colonias españolas de América.
Al imponer gradualmente la cuadrícula en todas las poblaciones fundadas
legalmente, los españoles dieron solución a un problema múltiple, ya que daban forma y
orden a un asentamiento urbano y simultáneamente, adoptaban el trazado que con mayor
facilidad y rapidez les permitía determinar la más equitativa subdivisión entre los
fundadores, previendo las necesidades de futuros pobladores.
La silueta de una ciudad, presenta extraordinarias imprevisiones. El trazado interno
de una ciudad está representado por la relación entre los espacios construidos y los no
construidos, entre los llenos y los vacíos. Las ciudades coloniales varían poco. Eran lo
suficientemente pequeñas como para depender de algunos simples criterios para lograr la
homogeneidad que las hacía atractivas. El carácter de estas fue, en suma, una
consecuencia del sitio natural y de los materiales empleados en su construcción.
Existen diferentes tipologías de formas urbanas de las ciudades coloniales, en este
párrafo las nombraremos: 1- El modelo clásico, (manzanas idénticas de forma cuadrada o
rectangular, la plaza principal estaba formada por una de esas manzanas sin construir, la
plaza mayor estaba rodeada de edificios gubernamentales y religiosos). 1.2- El modelo
clásico (con plaza central, con plaza excéntrica o próxima a la costa del mar(. 2- El modelo
regular (con cierto ordenamiento y regularidad física). 2.1- El modelo regular (con plaza
central, excéntrica, con dos plazas, alargado). 3- El modelo irregular. 4- El modelo lineal. 5-
el modelo radial. 6- Aglomeraciones sin esquema definido.
La influencia indígena en el urbanismo colonial se nota en la localización de las
ciudades establecidas por los españoles antes que en las formas urbanas.
Las perspectivas monumentales, las plazas planeadas y decoradas con artísticas
fuentes y monumentos a las cuales la arquitectura les otorgaba un marco uniforme y los
jardines con avenidas lineales formando trazados geométricos, están prácticamente
ausentes en las ciudades de América.
En todas las etapas, aun en la de descubrimiento, los españoles intentaron
establecer asentamientos como bases de intercambio, penetración y conquista o como
centros permanentes. Durante la etapa de descubrimiento y exploración, los españoles
establecieron tres tipos de asentamientos humanos: las factorías fortificadas, los centros de
conquista y las ciudades propiamente dichas. Los ya nombrados centros de conquista
dependieron para su desarrollo y sustento de la economía indígena de la región.
El origen de los centros urbanos, planeados o espontáneos, y las funciones que
cumplieron estaban íntimamente relacionadas con su localización, sin embargo, el modelo
clásico no fue la idea elaborada en España o en Europa y trasplantada a América, sino que
fue el producto de un progresivo perfeccionamiento de ciertos conceptos sueltos que por
primera vez fueron íntegramente utilizados en América.
Leyes de Indias.
?????????????

Arquitectura HispanoAmericana. Visión de diferentes autores.


1- Graziano Gasparini, “Barroco Latinoamericano”:
El concepto de arquitectura colonial está inevitablemente vinculado al provincialismo
y, en el caso de América latina, la provincialización la establece su condición de zona
receptora relacionada y dependiente de los centros de influencia culturales europeos.
Según Palm, “Es provincia todo lo que en evolución de las ideas no marcha a la cabeza de
su tiempo”.
Las arquitecturas Hispanoamericanas pasaron por disímiles procesos de
transformación que pueden ser de simplificación, exageración, incomprensión formal,
añadiduras de aportes locales mezclados con elementos deformados por una interpretación
deficiente y ejecución inexperta y tosca.
El fenómeno cultural Barroco también llega con retardo a América: estéticamente
alcanza una especificidad, seguramente facilitada por la importancia que adquirió la relación
entre la obra y el espectador y que funcionó por medio de la persuasión. El poder de la
percepción, noción primordial de la estética del Seiscientos, es también, según Argán, la
actitud fundamental del pensamiento artístico Barroco. La difusión de la retórica, como
discurso persuasivo.
La diferencia entre las estructuras sociales de la América colonial y las de Europa
ayuda a entender las diferencias entre la arquitectura de ambos continentes. Viene al caso
lo dicho por Chueca Goitia: “La arquitectura americana es una arquitectura eminentemente
religiosa, aun en sus ejemplos de arquitectura civil”. La arquitectura latinoamericana ha sido
interpretada, como hispanoamericana o como extensión provincial española. La arquitectura
mexicana Barroca es tan solo “una manifestación más, del barroco español”
Las razones que explican las diferencias entre Nueva España y Sur América tienen
sus orígenes en los contactos culturales con fuentes diferentes y en el sucesivo grado de
reelaboración de las formas recibidas. Sur América recibe aportes no ibéricos en una
proporción mayor que la Nueva España.
Lo arquitectónico, a pesar del interesante verticalismo, está supeditado a los efectos
decorativos. Es en los retablos y fachadas donde se concentra la preocupación de lograr
efectos de captación visual y, entre unos y otras, más que la diferencia de los conceptos,
hay la de los materiales. La fachada es el retablo exterior que demuestra el significado del
edificio que tiene detrás. Es un diafragma que semiológicamente comunica el interior con el
exterior y viceversa.
El arte demuestra que hasta las más lejanas imágenes de la experiencia común
pueden, mediante la técnica, hacerse perceptibles, creíbles, comunicables; la imaginación,
de hecho, no tiene una función distinta de la que tiene la hipótesis en la ciencia y como ella
vale bastante más para su productividad que por su contenido de verdad. Por lo tanto, en su
función retórica de los retablos, es donde mejor se expresa el concepto propagandístico del
barroco americano.
2- Ramón Gutiérrez, “Reflexiones para una historia propia de la arquitectura Americana”:
La visión eurocéntrica ha forzado la articulación de nuestras arquitecturas con las del
modelo central, a partir de una reducción de los objetos arquitectónicos a estudiar y
limitando a la vez los sistemas de análisis. El problema de la dependencia cultural sé
perpetúa en la marginación de la comprensión de los fenómenos de integración y
apropiación de lo externo. La transculturación en la vivienda popular, destacando pautas de
cambio, la vigencia de actitudes culturales cargadas de barroquismo en la actualidad
americana, señala la fuerza de estos conceptos forjados en el proceso de “mestización”
cultural del continente.
Lo cierto es que la vinculación estrecha entre la ocupación político-económico-militar
y el proceso de conversión de los indígenas, introdujo al español en experiencias
absolutamente inéditas y género, desde un comienzo, desajustes en sus propios
comportamientos. Un impacto fundamental es el de la imagen del territorio, la escala de las
relaciones del hombre con su medio se altera y genera un proceso de adaptación a estos
condicionantes. Sin embargo, el español ha de cambiar sustancialmente su comportamiento
arquitectónico en cuanto hace su propia vivienda, manteniendo ciertas pautas, válidas en
cuanto al partido arquitectónico coherente, sobre todo con el modo de vida urbano, y
alterando otras en virtud de los condicionantes del medio.

Contribución Jesuítica a la arquitectura colonial Argentina.


“La Arquitectura Jesuítica”
A los jesuitas que venían a América, no los impulsaba la vocación providencial del
imperio, ni tampoco el ansia de riquezas o la aventura. Venían con el convencimiento de
servir a otros hombres sumergidos todavía en la ignorancia de su destino superior.
No es una arquitectura innovadora, estilísticamente hablando, fue pragmática, por lo
tanto, reducida en problemas y tipológicamente reiterativa. La campaña de Jesús no creo
nunca en las artes formas tan exclusivamente representativas de sí mismas que merecieron
acertadamente el nombre de “estilo”, quienes vinieron a América trajeron cada uno, junto a
su propio bagaje de capacidades, el código expresivo de su cultura de origen. Y usaron la
arquitectura de su época, como usaron los conocimientos de ese entonces, sin identificarse
con ningún estilo en particular. “Arquitectura jesuítica” debe entenderse sencillamente como
“arquitectura hecha por jesuitas”, que pertenece estilísticamente al arte de su tiempo, y en
cuyas obras se transparenta el gusto y el talento de sus respectivos autores.
La obra de estos hombres, desparramada en tan vasto territorio, incluye la fundación
de los así llamados “treinta pueblos”, compuestos por estancias, residencias urbanas con
iglesias y capillas. Las estancias resultaron centros de abastecimiento artesanal para una
plaza carente de manufacturas, una arquitectura a mitad de camino entre monasterio y
factoría. Son edificios insólitos en su medio histórico, que permitieron un despliegue de
técnicas imposibles de aplicar en otras construcciones de ese ambiente social tan
restringido, donde solamente tenía cabida la arquitectura espontánea.
Giovanni Andrea Bianchi, fue tal vez el arquitecto jesuita más importante que llegó al
Río de la Plata, este traduce, sabiamente adaptado, la tipología arquitectónica de su tierra
de origen. El mérito de Bianchi fue, sin duda, no pretender una arquitectura grandilocuente
según el gusto de la época, para la que estaba capacitado, sino reducirse a edificios
construibles, que conjugan con dignidad la arquitectura culta y la pobreza de materiales y
mano de obra que encontró en América. Su obra, tan desnaturalizada como hoy la vemos,
es monumento de nuestra cultura colonial, y al mismo tiempo, testimonio y símbolo de lo
que significó para la Arquitectura Argentina, la presencia de los jesuitas en el Río de la
Plata.

Arquitectura Colonial 1-2-3.


1 “Proceso creador”
El estilo arquitectónico no puede estar sujeto a normas inmutables ni encasillarse
dentro de una codificación rigurosa. Constituye una creación individual o de un grupo, que
representa una época cultural determinada y forma parte de procesos históricos vinculados
con el pensamiento humano. Surge con lentitud y generalmente se afianza en una
proyección que puede abarcar varias generaciones. El estilo agrega variantes que
responden a las necesidades y a la forma de sentir y pensar del nuevo medio, cada pueblo
al crear o adaptar una solución artística, pone en manifiesto su modo de ser y de vivir.
Los varios estilos que se emplearon en Hispanoamérica estaban vinculados con la
península ibérica, de donde proceden los arquitectos, quienes en colaboración con criollos y
operarios indígenas, levantaron edificios de gran variedad de formas. De las
manifestaciones estilísticas predominantes en España, las más empleadas en el nuevo
mundo fueron el Barroco y el Renacimiento Italiano. Esta última, basada en la asimilación
de lo clásico, se inicia en España sin bruscas transiciones, al unirse el gótico flamígero con
elementos de mudéjar (arquitectura formada a partir de la convivencia entre cristianos y
musulmanes); surge así el Isabelino, que se desarrolló durante el reinado de los Reyes
católicos.

1 “El estilo colonial”


El renacimiento había proporcionado al arte arquitectónico una técnica y estilos
propios, pero en el transcurso del siglo XVII esta simplicidad de las formas clásicas se
complicó, al predominar el elemento decorativo sobre el constructivo, la línea curva sobre la
recta. Surgió en esta forma un estilo rebuscado, con profusión de detalles decorativos, que
recibió el nombre de Barroco.
El estilo barroco se extendió por toda América hasta transformarse en el arte
genuino de la colonización. Se caracterizó por la extravagancia en los decorados, la
grandiosidad y el empleo de elementos utilizados por la arquitectura clásica, como la
columna o la cúpula. En tierras del nuevo mundo se adaptó al medio tropical y selvático y a
las manifestaciones coloridas y brillantes del temperamento indígena. Así surgió la
arquitectura colonial, que también recibe el aporte de otras corrientes estilísticas europeas,
entre ellas el renacimiento italiano.
El panorama arquitectónico de la argentina en tiempos de dominación hispánica no
puede compararse, por su riqueza, con el de otras regiones de América, que sustentan una
verdadera tradición en ese aspecto del arte. Es sabido que los aborígenes que habitaron
nuestro territorio a la llegada de los españoles, no se destacaron por su gran adelanto
cultural y, en consecuencia, poco pudieron ofrecer en materia constructiva.
La arquitectura colonial de nuestro país presenta tres características que la definen
con bastante precisión: Barroquismo: (sobrios adornos de fachadas de edificios religiosos,
molduras de los campanarios, ornamentos en las cúpulas y decoraciones naturalistas).
Clasicismo: (no hubo lujo en las formas ni excesos decorativos en las fachadas). Sencillez y
espontaneidad: (Construcciones de un primitivismo ingenuo y simplista).
1 “La arquitectura en la zona Bonaerense y Litoral”
La corriente pobladora del este procedió directamente de España y recién adquiere
importancia arquitectónica en la segunda mitad del siglo XVlll y particularmente cuando
Buenos Aires fue designada capital del virreinato. En forma paulatina ofrece edificios de
interés, debido en gran parte a la acción de arquitectos jesuitas.
A principios de 1536, en la parte superior de una barranca, junto al Río de la Plata,
se fundó Buenos Aires. La zona no brindó muchos recursos a los recién llegados y muy
escasos eran los materiales aprovechables para levantar viviendas. Buenos Aires fue
destruida en 1541 por los españoles, posteriormente Juan de Garay fundó nuevamente
buenos Aires en 1580, iniciando así la traza de la ciudad en forma de damero, con sus
propios ejes principales orientados a los cuatro puntos cardinales, ubicando como centro
urbano la plaza mayor, ubicada en este caso cerca de la costa del Río de la Plata.

Clasicismo.
1 “Revival y clasicismo posmoderno”
La respuesta a la pérdida de capacidad significativa de la arquitectura del estilo,
intencionalidad, condujo al recurso de la tradición, a la reutilización de un sistema de
convenciones aceptadas. Se pretende así asegurar la comunicación con el usuario.
Esta recurrencia a las convenciones, a aquello que se acepta de manera acrítica y
que es celebrado por el público, parte esencialmente de que la arquitectura es mensaje y
lenguaje.
El sistema compositivo con mayor pervivencia a lo largo de la historia de la
arquitectura ha sido el clasicismo, manteniéndose a pesar de los vaivenes de la historia. En
los países en que el peso de la tradición es fuerte o en el que la nostalgia y necesidad de
precedentes históricos es predominante, se ha desarrollado este tipo de arquitectura que
podríamos llamar “revivalista”.
Podemos encontrar los que no dudan en recurrir de manera literal y cerrada a los
lenguajes del pasado, que podemos llamarlos historicistas, y, por otro lado, los incluidos en
las vías del eclecticismo, que practican una arquitectura híbrida, basada en las mezclas y
cruces de códigos lingüísticos.
Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo: “La posmodernidad se presenta claramente
como antimodernidad”. Pudiendo explicar esta frase con el ejemplo de que el término
“moderno”, apareció y reapareció en Europa exactamente en aquellos períodos en lo que se
formó la conciencia de una nueva época a través de una relación renovadora con los
antiguos. Nuestro sentido de la modernidad crea sus propios cánones del clasicismo, y en
este sentido hablamos, por ejemplo, de modernidad clásica. La relación entre “moderno” y
“clásico” ha perdido claramente una referencia histórica fija.

1 “Neoclasicismo”
Es el estilo de la última etapa del siglo XVlll, fue una proyección hacia atrás, a través
de los anteojos racionalistas del siglo que estaba transcurriendo, hacia lo que el verdadero
clásico debió haber sido.
¿Cómo distinguimos las varias clases de Neoclasicismo?, 1- Por el uso del detalle
clásico. 2- Por el uso de formas geométricas simples. El Neoclasicismo abraza una gran
variedad de mundos, por lo tanto, el arquitecto puede elegir cualquiera de ellos, y aun una
combinación de los mismos para sus propios propósitos de expresión arquitectónica.
En este estilo, Grecia era vista como fuente de todo lo que era bueno en ciencia,
filosofía, matemática, literatura y democracia. Roma era considerada como el centro de un
gran imperio, la cima de la virtud republicana.

1 “Eclecticismo”
Lo específico del historicismo del siglo XIX, comparado con los renacimientos
anteriores, es que revivió varios tipos de arquitectura al mismo tiempo, sin que ninguna
tuviese autoridad suficiente para desbancar a sus competidores, o para superar la
arquitectura que se había construido anteriormente. Esto proviene de la democratización de
la crítica artística (la autoridad ya no estaba en manos de una “elite” cultural) y del gusto
común por la controversia pública.
Los diversos aspectos del historicismo, implica siempre un tipo determinado de
actitud hacia el pasado.

1 “Notas sobre el lenguaje clásico”


El lenguaje clásico surge con la arquitectura griega y romana, para reaparecer en
todos aquellos edificios en los que existe una alusión, por mínima que esta sea, a los
órdenes antiguos. Orden de la sucesión de las diversas partes pertenecientes al soporte y a
la cubierta, según reglas referidas a la forma, a la escala y a la decoración. En Grecia
aparecieron los órdenes dórico, jónico y corintio, que Roma complementó más tarde con el
toscano y el compuesto.
Frente a la constatación de la existencia de un lenguaje perfectamente codificado
que denominamos clásico, y a la no menos clara evidencia de la realidad de otras
manifestaciones arquitectónicas realizadas a partir de este código, los teóricos se han
planteado la necesidad de definir esos sistemas formales, lo que permitiría la posibilidad de
seguir construyendo nueva arquitectura con más alternativas que las derivadas del lenguaje
clásico.
Las arquitecturas no clásicas se construyen a partir de un catálogo. Es decir, toman
en consideración todas y cada una de las soluciones posibles para cada elemento y eligen
en cada ocasión la más idónea. Trata los elementos arquitectónicos como accidentes
individuales, sin preocuparse por la igualdad ni por la simetría entre ellos, remitiéndose
únicamente a sus necesidades específicas. Frente a la bidimensionalidad del lenguaje
clásico, que por influencia de la perspectiva quattrocentista, parecen construidos para ser
contemplados desde un exclusivo punto de vista frontal, los edificios no clásico apuestan
decididamente por la tridimensionalidad espacial. En el lenguaje clásico el movimiento era
innecesario, siempre existe un punto que nos da una visión completa y clara del edificio.

Leonardo Benévolo: “Historia de la arquitectura moderna”.


1 “Notas sobre el lenguaje clásico”
Revolución industrial a mediados del siglo XVIII, aumentó la población, por ende,
incrementar la producción industrial y mecanización de los sistemas productivos.
Los incrementos demográfico e industrial se influyen mutuamente de modo
complejo. La industrialización es una de las respuestas posibles al crecimiento de la
población, y depende de la capacidad de intervenir eficazmente sobre las relaciones de
producción, al objeto de adaptarlas a las nuevas exigencias.
Se produjo al mismo tiempo una polarización de la estructura social, “el poder
central… ha llegado a destruir todos los poderes intermedios, y no existe nada más entre
aquel y los individuos, que un inmenso espacio vacío”. Polarización significa la extensa
brecha que se hizo gigantesca entre la clase social más pudiente y la menos pudiente.
Haciendo más estirada y Arancha la pirámide social.
En la arquitectura podemos definir cambios notorios post revolución industrial. En
primer lugar, la modificación y mejora tecnológica de la técnica constructiva. Por otro lado,
los materiales son tratados de manera más racional y distribuidos de manera más
libremente. También vemos que el desarrollo de la geometría permite representar en dibujo,
la forma más rigurosa y unívoca, todos los aspectos de la construcción. Por otro lado, las
edificaciones alcanzan un significado bastante distinto al que tenían en el pasado. No se
presentan ya como sistematizaciones definitivas, sino como inversiones paulatinamente
amortizables. Como observa Ashton, “un nuevo sentido del tiempo fue una de las
características más notables de la revolución industrial”, la gente se acostumbra a percibir
con agudeza las modificaciones de los valores, y pone atención antes en los aspectos
dinámicos que en los estáticos. También sucede una separación entre “edificio” y “terreno”,
mientras que un edificio era considerado con una duración indefinida, el suelo era estable
en su lugar, adquiriendo así un valor económico predominante.
El arte contra la ciencia.

Argentina en el siglo XIX.


1 “Documentos para una historia de la arquitectura Argentina”
En Argentina la arquitectura Ecléctica va haciendo su aparición a medida que el país
va tomando las formas de la cultura Europea, especialmente la que se originó en las
corrientes de pensamiento Francés, Alemán e Inglés. Pero lo más importante de la
arquitectura ecléctica es que fue la arquitectura de nuestra formación como nación, la que
corresponde a un periodo fundamental con el desarrollo de nuestro país.
El uso de la arquitectura ecléctica estuvo principalmente circunscrito a la arquitectura
grande, es decir, a los edificios públicos, a las sedes comerciales, a las terminales de
ferrocarril y a las grandes residencias. Pero más tarde, cuando al eclecticismo le tocó
resolver, casi masivamente, los temas de la vivienda individual urbana, hecha mano a un
catálogo estilístico mucho más amplio que el que le posibilitaron los estilos más bien
“históricos”, es decir, los clásicos de la antigüedad grecorromana, los medievales, del
renacimiento y de la arquitectura francesa del periodo borbónico.

Concepto de tipología.
1: La tipología, como organización del conocimiento de la arquitectura, consiste en la
explicitación de los sustantivos (ej.: columna, escuela, barrio) que se le aplican.
2: La tipología aparece modernamente dividida en “clases” (funcionales, formal,
estructural) aproximadamente correspondientes a las categorías vitruvianas a través de las
cuales se ha interpretado a la arquitectura en occidente.
3: Una definición muy precisa del tipo en arquitectura en la dada por Quatremere de
Quincy, en su “Diccionario histórico”... La palabra “tipo”, no representa tanto la imagen de
una cosa que ha de copiarse o imitarse perfectamente… El modelo entendido de acuerdo a
la ejecución práctica del arte, es un objeto que debe repetir tal cual es; el tipo, en cambio, es
un objeto según el cual quien quiera puede concebir obras que no se asemejan entre sí.
Todo es preciso en el modelo, mientras todo es más o menos vago en el tipo.
El concepto de vaguedad o genericidad del tipo, que, por lo tanto, no puede influir
directamente sobre la invención y las cualidades estéticas de la forma. El tipo,
evidentemente, no es formulado a priori, sino que siempre se lo decide de una serie de
ejemplos. El tipo de un tal templo circular no puede ser identificado con este mismo, sino
que es resultado de una comparación, casi de una superposición, de todos los templos
circulares. El nacimiento de un tipo está, por lo tanto, condicionado al hecho de que exista
ya un conjunto de edificios que tengan entre sí una evidente analogía formal y funcional.
También resulta claro que el concepto de tipología vale como principio de
clasificación de los hechos artísticos según ciertas analogías. Por lo demás, el criterio
tipológico no conduce nunca a resultados definitivos, ya sea porque son muchos y diversos
los temas sobre los que se puede proceder a su catalogación (funciones, estructuras,
planimetrías, esquemas formales, modos ornamentales, etc.).
El criterio tipológico solo se aplica, efectivamente, para formar repertorios.

También podría gustarte