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El orden dórico es el más antiguo y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos. Proviene del
pueblo dorio. Es el orden griego por excelencia. Cuanto más antiguo, más sencillo, dando
sensación de robustez (proto dórico), cuanto más tardío, más esbelto y proporcionado es;
logrando así la armonía y belleza clásica. Su forma deriva de un tipo primitivo de construcción en
madera, ya que los primeros templos del mundo antiguo fueron construidos en madera, y con el
tiempo estos templos fueron reconstruidos en piedra preservando la forma y replicándose en
piedra y mármol en nuevos templos que se construyeron en nuevos emplazamientos.
El orden dórico costa de una columna de templo que se alza sobre un pedestal y sostiene
por la parte superior el arquitrabe, el friso y la columna, conjunto de tres elementos que
recibe el nombre de entablamiento, además es más esbelto que el toscano.
-Collarino: es una prolongación del fuste, separado por una fina acanaladura.
Bautista Alberti: En el siglo XV, Describió las ordenes basándose un parte en Vitrubio Y en
otra parte en sus propias observaciones de las ruinas romanas, y a partir de sus propias
observaciones añadió un quinto orden en `` el compuesto`` que combina el Jónico y el
corintio.
Sebastiano Serlio: U siglo después de Alberti (XVI) inicio la verdadera canonización de los
órdenes convirtiéndolos en una autoridad indiscutible, simbólica y legendaria.
Representando en su libro las cinco ordenes alineados por su delgadez relativa.
En los siglos XVII Y XVIII hubo otros tratadistas que explicaban las cinco columnas como
como lo hizo Serlio: Bloem en Suiza, De Vries en Flandes, Dietterlin en Alemania, Fréart y
Perrault en Francia y Shute, Gibbs y Sir William Chambers en Inglaterra.
El autor describe las ordenes atribuyéndoles una personalidad humana, ya que, según
Vitruvio las personalizo como, por ejemplo; se veía en el dórico un arquetipo de las
proporciones, de la fuerza y la elegancia del cuerpo del hombre. La esbeltez femenina
caracterizaba al jónico y el corintio imitaba la ligera figura de una muchacha. Con esta
consideración el autor realiza un símil considerando que el corintio siempre como un
órden femenino, el dórico masculino y el jónico ocupando una posición neutral bastante
asexuada
Los órdenes ofrecen una especie de gama de caracteres arquitectónicos que van desde lo
rudo y lo fuerte a lo delicado y lo bello. En un diseño genuinamente clásico, la elección del
orden es algo vital: es determinar el espíritu de la obra, espíritu o talante que viene
definido también por lo que se haga con ese orden, por las proporciones que se fijen
entre las diferentes partes, por la ornamentación que se añada o se quite.