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Teoria y Practica de La Interpretacion P
Teoria y Practica de La Interpretacion P
Tesis Doctoral
La Laguna, 2015
Dedicado al Dr. Pompeyo Pérez Díaz, sin cuyo apoyo y paciencia esta Tesis no hubiera podido
llevarse a cabo. También a mi familia y a todas aquellas personas y entidades que han
contribuido a que este proyecto llegara a ser una realidad. Mi más sincero agradecimiento.
Índice pág
1. Introducción…………………………………………………………………………………………………………………………………….11
6. Conclusiones……………………………………………………………………………………………………………………………………435
7. Bibliografía. ……………………………………………………………………………………………………………………………………441
7.1. Libros y artículos………………………………………………………………………………………………………………………..441
7.2. Discografía…………………………………………………………………………………………………………………………………452
7.3. Videografía…………………………………………………………………………………………………………………………………475
7.4. Partituras edición de trabajo de Cortot…………………………………………………………………………………….. 475
7.5. Páginas Web………………………………………………………………………………………………………………………..…….478
Anexo I. ……………………………………………………………………………………………………………………………………………..481
Anexo II. ……………………………………………………………………………………………………………………………………………..491
Anexo III………………………………………………………………………………………………………………………………………………497
1.Introducción.
1
Nicholas COOK: Beyond the Score: Music as Performance, Oxford University Press, Oxford, 2014, pág 1.
2
Neal PERES DA COSTA: Off the Record: Performing Practices in Romantic Piano Playing, Oxford
University Press, Nueva York, 2012, pág xxii.
11
escogido a un pianista y su relación con distintas obras, siendo imprescindible que haya
escrito sobre ellas y que también las haya grabado. Pensamos que el pianista más
adecuado para nuestros propósitos es Alfred Cortot (1877-1962), por tener un número
abundante de grabaciones sonoras, a veces incluso más de una por obra, y al mismo
tiempo haber escrito comentarios sobre un número de esas mismas composiciones, lo que
encaja perfectamente en nuestros propósitos. Hemos escogido aquellas obras en las que
exista al menos una grabación de Cortot, y que además coincida con que haya al menos
un comentario sobre esas obras por el propio pianista. Por razones de abundancia de
material, nos hemos centrado solamente en las obras para piano solo y no en otros
repertorios como las obras para piano y orquesta o la música de cámara, aunque
tendremos en cuenta diversos aspectos de la carrera multiforme de Cortot. Empezado el
trabajo, y especialmente a raíz de nuestro viaje a París, nos interesaron también otros
aspectos del pianista, que pensamos podrían dar más información sobre su personalidad
y ayudarnos a comprender algunas de sus ideas, incluso las relacionadas con la música.
Al igual que en nuestro trabajo anterior, esta Tesis definirá sus objetivos a partir de una
serie de cuestiones que nos planteamos con el fin de articular nuestro análisis. Estas
cuestiones son las siguientes:
1) ¿Cuáles son las propuestas teóricas de Cortot? Basándonos en esta pregunta
analizaremos, no solamente los comentarios del pianista sino también, si fuese
necesario, su relación con las indicaciones de los compositores, los estudios
musicológicos y los comentarios de otros pianistas.
2) ¿Qué relación tienen las versiones de Cortot con sus indicaciones teóricas?
Analizaremos tanto las posibles discrepancias como los acuerdos entre lo escrito
por el pianista y sus interpretaciones discográficas. Nos basaremos en diversos
parámetros interpretativos, entre los que se encuentran la duración de la obra, el
tempo, la dinámica, los pedales, el fraseo, la estructura de la obra y las posibles
idiosincrasias del pianista.
3) Si una obra fue grabada por el pianista en más de una ocasión, ¿cuál es la relación
entre esas grabaciones? Consideraremos las posibles similitudes y diferencias,
además de intentar descubrir cambios en prácticas interpretativas a través de las
distintas etapas de su carrera discográfica.
4) ¿Cuál es la relación entre las versiones de Cortot y las de otros pianistas, tanto de
su época como posteriores? Se analizarán las posibles similitudes y diferencias
12
entre las interpretaciones de Cortot y las de otros pianistas, con énfasis especial
en los que fueron sus alumnos durante más o menos tiempo.
13
1) Búsqueda y recopilación del material teórico de Cortot, tanto en libros como en
artículos, material audiovisual, etc. Esta búsqueda ha incluido los originales en
francés, aparte de las posibles traducciones al inglés y al español.
2) Búsqueda y recopilación de material escrito sobre Cortot. Incluye libros, Tesis
Doctorales, tesinas y artículos.
3) Búsqueda y recopilación del material grabado por Cortot. Nuestra referencia es el
álbum de 40 discos compactos que ha sido comercializado por la casa discográfica
EMI en el año 2012, y que contiene una gran parte de las grabaciones del pianista,
incluyendo algunas que no habían sido disponibles hasta ese momento. Además,
hemos tenido en cuenta otras ediciones discográficas sobre Cortot, como la de
Naxos Historical y Pearl. Por razones de abundancia de material no hemos dado
prioridad a las grabaciones que el pianista hizo para rollos de pianola, que en todo
caso serán mencionadas en algunos momentos de la Tesis.
4) Búsqueda y recopilación del material escrito por otros autores y de grabaciones
de otros pianistas que puedan tener relevancia para la Tesis. En el caso de las
grabaciones de otros pianistas, hemos seguido el criterio de buscar las de alumnos
de Cortot y además las de otros pianistas de diversas generaciones. 3 Nuestro
propósito no es analizar una discografía exhaustiva de cada obra mencionada, sino
una selección de pianistas que nos permita trabajar de acuerdo a nuestros
objetivos e hipótesis,4 teniendo en cuenta referencias como las de Bertrand
Dermoncourt.5
5) Estudio y análisis tanto de las ideas teóricas de Cortot como de sus grabaciones,
según los objetivos y las hipótesis de la tesis.
6) Estudio y análisis de material escrito por otros autores y de grabaciones de otros
pianistas. Los análisis de grabaciones se han hecho siguiendo un modelo que
contempla los parámetros de interpretación mencionados anteriormente:
duración, tempo, dinámica, pedales, estructura, fraseo e idiosincrasias. Pero sobre
todo nos interesa su relación con las ideas teóricas y las interpretaciones de Cortot,
sin que en ningún caso pretendamos hacer juicio de valores sobre las grabaciones
según sus similitudes o diferencias con las de nuestro pianista.
3
Ver el listado completo de grabaciones en la Discografía.
4
Ver el listado completo de pianistas en el Anexo II.
5
Bertrand DERMONCOURT: “Pour Écouter Chopin”, en Alfred CORTOT: Aspects de Chopin, Éditions Albin
Michaels, París, 2010, pp. 273-277.
14
7) Encuesta a diversos pianistas y profesores. 6 Aparte de estas preguntas que marcan
nuestra línea de investigación, hemos querido tener en cuenta algunas opiniones
de pianistas y profesores actuales, a los que hemos realizado una serie de
preguntas y cuyas respuestas nos han ofrecido algunos aspectos reveladores que
serán expuestos a través de la Tesis. Las preguntas que realizamos fueron las
siguientes: a) ¿Conoce muchas grabaciones de Alfred Cortot? ¿Tiene alguna
favorita? b) ¿Ha usado, o sigue usando las ediciones de Cortot? c) Considera que
usted tiene alguna influencia de Cortot en su forma de tocar? d) En general: ¿Cuál
es su opinión sobre Cortot como artista?
8) Con los datos registrados y haciendo las comparativas, hemos llegado a
conclusiones teniendo en cuenta tanto los objetivos como las hipótesis.
6
Ver Anexo I.
15
Para la audición y el análisis de grabaciones, aparte de los parámetros propios de
la Tesis, hemos considerado especialmente los comentarios de Nicholas Cook y Daniel
Leech-Wilkison:
No se necesitan técnicas especiales para analizar grabaciones: se ha hecho trabajo
importante sin usar nada más que un reproductor de discos compactos y un lápiz
para marcar la partitura, o un cronómetro para medir la duración de movimientos
o secciones. Pero es posible hacer que sus observaciones sean más precisas, hacer
más precisa la escucha y explorar los detalles de una grabación utilizando técnicas
simples basadas en la informática. 7
También hemos estudiado una diversidad de material escrito que nos ha servido
de base, de tal forma que pudiésemos tener una solidez establecida para lo que
pretendemos. Podemos dividir el material entre los libros dedicados al pianista, las Tesis
y tesinas, y los artículos que tienen más relación con nuestro trabajo. Mencionaremos
aquellos que consideramos de especial relevancia, que no sean los del mismo Cortot.
7
COOK, Nicholas, LEECH-WILKISON, Daniel: A Musicologist Guide to Sonic Visualiser, King's College,
Londres, 2009, [en línea], disponible en: www.charm.rhul.ac.uk/analysing/p9_1.html [consulta: 14-1-
2015].
16
Gavoty también dedica parte del libro a comentar aspectos interpretativos y teóricos de
Cortot, aunque de manera breve. En resumen, una obra fundamental que creemos se debe
conocer.
Creemos que también tiene importancia el libro Alfred Cortot: Il Sossia, escrito
por Piero Rattalino (Zecchini Editore, 2010). El autor une aspectos biográficos con
comentarios sobre la discografía de Cortot, reflejando su agudo sentido de crítico musical
de manera concisa y reflejando aspectos que consideramos pertinentes y que nos pueden
ayudar en nuestra investigación. Es otro de los libros que tenemos como referencia,
aunque se trate de un libro de divulgación en donde predominan las opiniones del autor,
que hace un repaso general de la discografía de nuestro pianista, que tendremos en cuenta
para contrastar sus opiniones con los resultados de nuestra investigación. También
8
Amazon. es [en línea]. disponible en: http://www.amazon.es/Aspects-Cortot-Thomas-
Manshardt/dp/187029503X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1438690075&sr=8-
1&keywords=aspects+of+COrtot [consulta: 4/7/2014].
17
consideramos importante el libro de Luca Chiantore Historia de la Técnica Pianística
(Alianza Editorial, Madrid, 2004), en el que se analizan algunas de las ideas pedagógicas
de Cortot, comparándolas con las de otros autores. En cuanto a las prácticas
interpretativas del pianismo romántico, creemos que es relevante After The Golden Age:
Romantic Pianism and Modern Performance (Oxford University Press, 2008) escrito por
Kenneth Hamilton.
La Tesis de Karen Taylor sobre Cortot, escrita en los años ochenta del siglo pasado
(Alfred Cortot: His Interpretive Art and Teachings, Indiana University, 1988) tiene una
parte sustancial dedicada a los aspectos biográficos de Cortot, tomando como referencia
la obra de Gavoty (aunque no sin críticas al autor francés 9), pero su enfoque es diferente,
ya que Taylor también considera la opinión de alumnos y otras personas relacionadas con
el pianista. Los aspectos teóricos y prácticos son sintetizados de manera admirable,
aunque creemos que pueden ser desarrollados, o en todo caso permiten más
investigaciones. En nuestra opinión, Taylor traza una línea importante entre los aspectos
biográficos de Cortot y otros aspectos pedagógicos e interpretativos que sintetiza, además
avalada por sus entrevistas con alumnos de Cortot y por personas allegadas. Sin embargo,
creemos que deja espacios abiertos para otros tipos de investigaciones, como pudieran ser
la de las influencias reales de Cortot sobre sus alumnos y otros intérpretes. Además, en el
terreno de la interpretación, la autora se centra en el análisis de algunas pocas obras
escogidas, y en algunos casos en el análisis de unos pocos compases. Una visión que se
podría llamar microscópica, donde en algunos momentos pensamos que se da por sentada
la visión macroscópica del arte interpretativo del pianista y en algunas ocasiones la
opinión personal de la autora. En todo caso, pensamos que es una obra de referencia.
Otra Tesis que hemos tenido en cuenta es más reciente y trata sobre Cortot como
intérprete de Chopin. Está escrita por Inès Taillandier-Guittard, (Alfred Cortot, interprète
de Frédéric Chopin; Université de Saint-Étienne, 2013). La propia autora explica los
puntos principales de este trabajo redactado en francés, y que se centra en la revisión del
método historiográfico utilizado por Cortot, el estudio del proceso hermenéutico de
Cortot, especialmente en Chopin, y en el análisis de la grabación de los Preludios op. 28
de Chopin. La autora hace un estudio analítico importante sobre varios escritos de Cortot
y termina con un estudio sobre la serie de Preludios op. 28 del compositor polaco,
9
Karen M. TAYLOR: Alfred Cortot: His Interpretive Art and Teachings, Indiana University, Indiana, 1988.
(Tesis Doctoral), Pág XV.
18
utilizando herramientas como el Sonic Visualiser. Se diferencia de nuestro trabajo en que
se concentra en un compositor y en un número limitado de obras, además de enfatizar los
aspectos literarios. En todo caso, creemos que es un trabajo importante.
Con relación a las tesinas, mencionaremos en primer lugar la realizada por Hélène
Couvert para el Departamento de Pedagogía del Conservatorio Superior de Música y
Danza de París (Alfred Cortot, Regard sur Chopin; Département de Pédagogie du
CNSMDP, 2003), trabajo que se divide en dos partes: 1ºParte: Cortot (biografía, aspectos:
pianista, hombre público, pedagogo, musicólogo y escritor, curso de interpretación,
últimos años), 2º Parte: Preludios op. 28 de Chopin (antecedentes, impacto, organización
pedagógica) El trabajo comienza con una primera parte donde se da una imagen
biográfica general de pianista, y termina con un análisis de la serie de Preludios op. 28 de
Chopin, pero realizado de manera distinta y con herramientas diferentes a la Tesis
anteriormente mencionada. La autora de este trabajo utiliza recursos claramente
pedagógicos, como la división de los preludios según su dificultad. Consideramos que
también es importante, aunque sus objetivos son diferentes a los nuestros.
19
Una fuente de la que no podemos prescindir es el acta de conferencias de las
Jornadas internacionales dedicadas a la figura de Cortot que se celebraron en Tournus
(Francia) en el año 2012 (Journées Internationales Alfred Cortot, Tournous; Société des
Amis des Arts et des Sciences de Tournus, Tournus, 2012), realizadas por diversos
ponentes en un festival dedicado íntegramente a la figura de Cortot para conmemorar los
cincuenta años de su muerte. Las conferencias han quedado recogidas en un pequeño libro
que hay que conocer, de tal forma que nos iluminan en algunos aspectos de la figura de
Cortot. Además, el acta incluye una entrevista a Cortot del año 1960 y un artículo del
pianista.
Sobre las escuelas pianísticas hemos tenido en cuenta distintos aspectos señalados
en la conferencia de Luca Chiantore titulada ¿Una, nessuna o centomila? Apuntes
históricos y reflexiones ontológicas en torno al concepto de escuela pianística, 10 si bien
nuestro enfoque estará centrado sobre todo en el análisis de los registros sonoros,
considerando en este aspecto una referencia importante el artículo Making Music with
Cortot: Ontology, Data, Analysis (2011) de Daniel Leech-Wilkison, aparecido
primeramente como parte de un libro en alemán11 y que actualmente se encuentra
disponible en inglés en la página web de academia.edu.12 Leech-Wilkison propone un
análisis de las interpretaciones desde una perspectiva microscópica (normalmente
algunos pocos compases) y utilizando herramientas de informática como el programa
Sonic Visualiser. Aunque su línea de investigación sea diferente a la nuestra, nos parece
importante conocer su trabajo y contrastar sus conclusiones con las de nuestra
investigación, además de tener en cuenta el uso de herramientas informáticas cuando lo
consideremos pertinente.
Salvo que se indique lo contrario, las traducciones han sido realizadas por el autor
de esta Tesis.
10
Luca CHIANTORE: ¿Una, nessuna o centomila? Apuntes históricos y reflexiones ontológicas en torno al
concepto de escuela pianística, [en línea], disponible en:
http://www.chiantore.com/pdf/chiantore.com_UNA_NESSUNA_CENTO_MILA_CAST.pdf, 2010
[consulta: 5-9-2015].
11
LOESCH, Heinz, WEINZIERL, Stefan (edit.): Gemessene Interpretation - Computergestützte
Aufführungsanalyse im Kreuzverhör der Disziplinen, Schott. Mainz, 2011.
12
Academia. edu [en línea] , disponible en :
https://www.academia.edu/1217981/Making_Music_with_Alfred_Cortot_ontology_data_analysis
[consulta: 4-7-2014].
20
2. Cortot: entre el presente y la historia.
La figura de Cortot en todas sus facetas, tanto personales como artísticas, parece
ser una fuente inagotable de inspiración para muchos músicos y amantes del arte en
general, que aprecian sin límites sus contribuciones. Este interés por su legado se ha visto
especialmente reforzado a partir del año 2012, en el que se cumplieron los cincuenta años
de su muerte, y que según Rémi Jacobs ha suscitado un reajuste serio en cuanto a los
conocimientos sobre su vida, su obra, sus ideas y sus acciones. 13 Al mismo tiempo el
pianista suizo-francés sigue generando algunas de las polémicas que le acompañaron
durante su vida, y que parece que seguirán produciéndose durante mucho tiempo,
especialmente en el terreno político. Nuestra intención en este capítulo es la de
profundizar en este debate que se produce sobre el arte y la persona de Cortot, como una
antesala al análisis de la relación entre sus aspectos teóricos y prácticos, teniendo un
diálogo entre el presente y el pasado, que repasaremos a través de distintas opiniones, de
las entrevistas que hemos realizado y a través de varios documentos que hemos
consultado en París.
En su número del diecisiete de julio del año 2012, justamente el año en el que se
conmemoraban los cincuenta años del fallecimiento de nuestro pianista, el periódico
español ABC publicó una noticia sobre una revista australiana llamada Limeligth
(http://www.limelightmagazine.com.au/), que había organizado una votación en la que
habían participado pianistas actuales de diversas edades, con el propósito de elegir a los
que ellos consideraran como los diez pianistas más importantes del Siglo XX.14 Cortot
fue escogido como uno de los diez, y además siendo votado por pianistas de diversas
generaciones, incluyendo algunos cuyas grabaciones hemos escuchado para nuestra tesis,
13
Rémi JACOBS: Alfred Cortot Pédagogue, d’Après ses Cours d’Interprétation et ses Commentaires des
Sonates de Beethoven, Mémoire pour le Diplôme de l’EPHE, 4º Section, École Practique de Hautes
Étudies, París, 2013, pág. 8.
14
S.G.: “Los diez mejores pianistas de todos los tiempos…o no.” en ABC, Madrid, 19/07/2012.
21
como Alfred Brendel, que también fue elegido entre los diez pianistas más importantes,
y el joven inglés Benjamin Grosvenor. ABC continúa destacando que:
El músico francés era conocido como «el poeta del piano» por su manera de tocar
Chopin, Schumann y Debussy, de los que dejó grabaciones de referencia. Stephen
Hough califica de injusto que sea recordado por sus errores técnicos y destaca de
él su profundo compromiso con la música, que él ofrecía llena de inspiración y que
iba siempre más allá de lo establecido. Destaca sus grabaciones de Chopin y
Schumann en los años 20 y 30 del siglo pasado.15
Pero el periódico español también comenta las críticas a esta clase de votaciones
y las voces disconformes que salen inmediatamente a la luz para mostrar su
disconformidad con los elegidos y aportar su selección personal.16 Tenemos un ejemplo
en el crítico musical Ángel Carrascosa, habitual en la revista Ritmo,17 y que en su Blog
personal No es música todo lo que suena18 considera que:
Alfred Cortot también fue un adelantado como intérprete de Chopin, pero tampoco
su legado es tan imponente (¿tendrá algo que ver que había que incluir a un
francés?).19
15
Ibidem.
16
Ibidem.
17
Ángel Carrascosa Almazán [en línea], disponible en:
https://www.blogger.com/profile/14188634078416056957 [Consulta: 20/5/2015]
18
Ángel CARRASCOSA ALMAZÁN: No es Música todo lo que Suena [blog], disponible en:
http://angelcarrascosa.blogspot.com.es/ [Consulta: 20/5/2015],
19
Ángel CARRASCOSA ALMAZÁN: “Los diez mayores pianistas del siglo XX, según una curiosa encuesta.”
en No es música todo lo que suena [Blog], disponible en:
http://angelcarrascosa.blogspot.com.es/2012/10/los-diez-mayores-pianistas-del-siglo-xx.html
[Consulta: 20/5/2015].
20
David DUBAL: Reflections from the Keyboard, Summit Books, 1984, pág. 52.
21
Op. cit, pág. 219.
22
bellas.22 Al pianista húngaro András Schiff le gustaba mucho escuchar las grabaciones de
Cortot,23 y el francés Philippe Entremont estaba más fascinado por los discos del pianista
suizo-francés que por la mayoría de las grabaciones que se estaban realizando en esos
años.24
22
Ibidem.
23
Op. cit, pág. 293.
24
Op. cit, pág. 152.
25
Mark ZILBERQUIT: Russia´s Great Modern Pianists, Paganiniana Publications, Nueva Jersey, 1983, pág.
42.
26
Op. cit, pág. 208.
27
Op. cit, pág. 446.
28
Ibidem.
29
Gonzalo PÉREZ CHAMORRO: “Josu de Solaun. El Pianista ante el Espejo” en Ritmo [en línea], nº 887,
julio-agosto 2015, [Consulta: 3/9/2015].
30
Ver Anexo I.
23
Angelov opina que Cortot fue uno de los artistas más originales de la primera mitad del
Siglo XX, mientras que para Brenno Ambrosini el pianista suizo-francés pertenece a una
época especial de la historia del piano, en la que el contacto con el público era más intenso
y el mensaje que transmitían los artistas tenía una mayor hondura, que en el caso
específico de Cortot suponía un mensaje de vida, arte e historia. Stéphane Blet, que
durante diez años fue profesor en la École Normale de Musique de Paris Alfred Cortot, y
Alain Busschaert, que fue alumno y profesor del mismo centro, nos expresaron sus
opiniones sobre el fundador de la famosa escuela privada de música. Para el primero,
Cortot fue simplemente el pianista más grande de su época, y segundo comentó que en
algún momento, la escuela fundada por nuestro pianista fue llamada de manera sarcástica
la Escuela de las Notas Falsas, en referencia a los fallos de su fundador, pero
inmediatamente puntualiza que tendríamos que pensar en Cortot como uno de los más
grandes pianistas de su época.
Tres pianistas y teóricos que han escrito sobre Cortot nos han dado su opinión 33
sobre el arte interpretativo del pianista suizo-francés. Comenzando por Lawrence
31
Ibidem.
32
Ibidem.
33
Ibidem.
24
Amundrud, que además destacar su gran arte y su gran pianismo, se enfoca en su energía
como persona, capaz de llevar a cabo múltiples actividades, entre las que se encuentran
algunas como las de músico de cámara, editor, escritor y maestro Para Amundrud, Cortot
fue uno de los más grandes músicos del siglo pasado. El estilo interpretativo de Cortot es
único, según Karen Taylor, que comprende que algunas de sus idiosincrasias, como la
abundancia de rubati o las notas falsas no sean del agrado de algunos oyentes, incluyendo
a pianistas actuales, pero por otro lado su arte es tan personal que se puede reconocer
prácticamente al instante, algo que no sucede con muchos pianistas. Finalmente, para
Charles Timbrell, Cortot es un artista que ha ejercido mucha influencia, no sólo como un
pianista internacional de primera categoría, sino también como profesor, autor, editor y
director.
Si Cortot está de actualidad como pianista, pensamos que no menos intenso sigue
siendo el debate sobre sus teorías pianísticas, que se exponen principalmente en el libro
Principios racionales de la técnica pianística (Principes Rationnels de la Technique
Pianistique) y en sus ediciones de trabajo, en su mayoría para la editorial francesa
Salabert, y en algunos casos para la editorial italiana Curci.
2.1.2.1. Debate sobre la utilización del método pianístico de Cortot expresado en sus
Principios Racionales de la técnica pianística.
34
Bernard GAVOTY: Entrevistas a Alfred Cortot (emisión 1 de 10), Radio Suisse 29 de noviembre de
1953. [en línea], disponible en: http://www.rts.ch/archives/radio/divers/emission-sans-nom/3365637-
alfred-cortot-8-10-.html [Consulta: 9-12-2014].
35
Alfred CORTOT: Principes Rationnels de la Technique Pianistique, Éditions Salabert, París, 1928. pp. 1-
4.
25
a los temas psicológicos, destaca el gusto, la imaginación, el razonamiento, el tono y el
diseño, y su desarrollo se realizaría a través del crecimiento personal en temas
relacionados con el arte y la cultura.
Antes de entrar en los ejercicios propiamente hablando, nos encontramos con una
sección dedicada a una gimnasia para dedos, mano, muñeca y antebrazo, que consiste en
una serie de ejercicios destinados a trabajar aspectos como la independencia de los dedos,
los músculos de la mano, los movimientos laterales de la muñeca, movimientos
horizontales de la muñeca, el ataque firme de los dedos mientras se mantiene la muñeca
flexible, la relación entre la muñeca y el antebrazo, los movimientos laterales del
antebrazo, etc.36 El pianista continúa con unos comentarios generales en los que trata de
aspectos como la postura ante el piano, destacando la longitud del brazo como el factor
que determina la mejor posición para tocar. Según Cortot, la muñeca debe estar
normalmente más baja que la mano, y también critica lo que él considera el falso término
de articulación, que algunos quieren usar y que consiste en levantar mucho los dedos.
36
Op. cit., pp. 4-7.
37
Op. cit., pp. 8-20.
26
diversas variantes. La segunda sección (movilidad del pulgar)38 incluye ejercicios
específicos para este dedo y luego su utilización en diversas escalas y arpegios,
incluyendo ejercicios para la preparación del pulgar. La tercera sección (notas dobles y
polifonía)39 incluye escalas y arpegios en notas dobles de diferentes intervalos, desde las
segundas a las séptimas, además de diversos ejercicios y combinaciones destinados a
poder dominar estas técnicas, prestando también atención a la escritura polifónica. En la
cuarta sección se trabaja toda la temática relacionada con las distancias entre los dedos, 40
siendo especialmente útil para las personas con manos pequeñas. En la quinta y última
sección se trabaja la técnica de la muñeca (en movimientos verticales, horizontales y
combinados) y también los acordes en diversas posiciones. 41 El libro termina con una
recomendación sobre el repertorio que debe estudiar el alumno, estableciéndose una
relación entre las obras y las diversas secciones de los capítulos del método.42
38
Op. cit., pp.23-34.
39
Op. cit., pp. 37-57.
40
Op. cit., pp. 60-69.
41
Op. cit., pp. 72-94.
42
Op. cit., pp. 97-102.
43
Thomas MANSHARDT: Aspects of Cortot, Appian Publications and Recordings, Northumberland, 1994.
pág. 107
44
Op. cit., pp. 102-103.
45
Op. cit., pág. 106.
27
enfermedades relacionadas con un mal uso del cuerpo ante el instrumento.46 Según
Gavoty, Cortot le confesó personalmente en 1943 que había renegado de su famoso
libro,47 pero el mismo Gavoty afirma que el pianista trabajaba sus propios ejercicios en
algunas ocasiones,48 algo que también confirmó el hijo de Cortot,49 y el mismo pianista,
en sus ediciones de trabajo, recomienda utilizar su método para ayudar a mejorar la
ejecución de ciertos pasajes en diversas obras.
Rattalino y Chiantore son algo escépticos acerca del método de Cortot, aunque
tampoco parece que lo rechacen de manera tajante. En el caso de Rattalino, el autor
italiano cuestiona el término racional (prefiriendo el de geométrico para el sistema de
Cortot) ya que considera que la repetición de fragmentos en todos los tonos podría ser
una pérdida de tiempo al repetirse muchas posiciones.50 Para Chiantore, es más bien un
libro práctico, quizás sin llegar a cumplir completamente el término racional, en el sentido
plenamente científico, a diferencia de algunos otros métodos que habían surgido antes y
durante la época del libro de Cortot, pero Chiantore señala que quizás a raíz de ese sentido
práctico, el método ha tenido más éxito y ha sido más influyente que otros métodos que
pretendían ser más científicos, pero que no llegaron a tener esa conexión con el mundo
de la práctica pianística, al menos no tanto como el método de Cortot.51
46
Op. cit., pág. 107.
47
Bernard GAVOTY: Alfred Cortot, Éditions Buchet/Chastel, Paris, 1977, pp. 128-129.
48
Op. cit., pág. 297.
49
TAYLOR, op. cit., pág. 90.
50
Luca CHIANTORE: Historia de la Técnica Pianística, Alianza Música, Madrid, 2004, pág 703.
51
Op. cit., pág. 723.
52
Op, cit., pág. 702.
28
de las tradicionales en la escuela francesa, al destacar al propulsión horizontal y vertical,
la caída de brazo y los saltos con movimientos no rígidos, sino con curvas.53
Rattalino también mantiene esa postura, ya que según él Cortot sigue el estilo
pedagógico de la vieja tradición francesa y no las novedades de su época, lo que, según
el escritor italiano, nunca permitió que pudiera transmitir los secretos de su arte a sus
alumnos, incluyendo a los más dotados como Haskil, Lipatti o François.54 Una opinión,
que en todo caso nos puede parecer discutible, pero que permite que hagamos algunas
preguntas y podamos profundizar en las ideas teóricas de Cortot.
53
Op. cit., pág. 702.
54
Piero RATTALINO: Alfred Cortot. Il Sossia, Zecchini Editore, Varese, 2010, pág. 30.
29
Liszt y posiblemente también de la escuela de Leszchetiszki. Es por esto que parece haber
una especie de contradicción. ¿Quizás una síntesis de estilos pianísticos?
Algunos de los alumnos de Cortot, como Tagliaferro, Heidsieck y Luke han señalado
diferencias entre la pedagogía de Cortot y la de la escuela tradicional francesa, no sólo en
el aspecto práctico sino también en el teórico,55 destacando las diferencias con la técnica
de Dièmer, el énfasis de Cortot en la necesidad de cambiar texturas, mostrando luces y
sombras, la necesidad de tener una muñeca flexible y la mayor preocupación en general
por el uso de la mano y la muñeca que el de los dedos.
55
Charles TIMBRELL: French Pianism, Kahn & Averill, Londres 1999, pág. 103.
56
Nigel NETTHEIM: “Aspects of Cortot by Thomas Manshardt” en Key Vive nº 76 (Australian Society for
Keyboard Music), septiembre de 2000, pág 10-12.
57
MANSHARDT, op. cit., pág. 4.
58
Op. cit., pág. 72.
30
debe tener una sensación de libertad en todo el cuerpo. 59 A partir de estos principios se
derivan toda una serie de recursos técnicos en los que se busca tocar de manera espontánea
y expresiva.60
A pesar del interés que nos producen sus comentarios, no podemos negar los
escritos de Cortot en su método, y por tanto esta situación puede tener cierta complejidad,
ya que por un lado explica con claridad el papel que tiene la preparación del pulgar, al
menos en las etapas iniciales de aprendizaje, por lo que propone ejercicios específicos en
el segundo capítulo de su método, esto aparte de la variedad de ataques de pulgar que
pueda proponer en sus ediciones de trabajo. Por otro lado, para Cortot la mera precisión
no fue nunca lo más importante, sino que uno de sus mayores ideales era la representación
sonora de un pensamiento musical determinando, de un carácter musical, por lo que en
ese aspecto está de acuerdo con la visión de su alumno. En varios comentarios de sus
ediciones insiste en evitar el mero virtuosismo (como por ejemplo en los pasajes de
adornos de los Nocturnos de Chopin), aunque en algunas ocasiones pueda pedir que el
intérprete toque con precisión rítmica y con igualdad de dedos en ciertos pasajes, además
de proponer multitud de ejercicios para llegar a tales fines.
Volviendo al tema de las escalas y el paso del pulgar, Manshardt nos revela que
en algún momento de su vida, Cortot era incapaz de hacer una simple escala si esta no
estaba acompañada de algún tipo de pensamiento musical. 62 No podía tocar de manera
mecánica. Aunque nos cueste creer que el pianista era incapaz de hacer una escala, ya que
le hemos escuchado tocar muchas de manera brillante en sus grabaciones, sí podemos
59
Op. cit., pp. 39-40.
60
Op. cit., pp. 80-81.
61
Jean-Jacques EIGELDINGER: Chopin, Pianist and Teacher, as Seen by his Pupils, Cambridge University
Press, Cambridge, 2002, pág. 31.
62
MANSHARDT, op. cit., pp. 41-42.
31
pensar que en sus años de vejez no le interesaba en absoluto hacer cualquier ejercicio
técnico que no estuviera respaldado por un pensamiento musical, pero: ¿fue esto siempre
así? Pensamos que en sus años de estudiante, no fue así necesariamente y tenemos sus
comentarios a Gavoty. Está claro que Cortot se sometió en su momento a ese régimen de
estudios y de ejercicios técnicos.
Entre los pianistas y profesores que entrevistamos, Fisher declara ser una gran
creyente en los Principios Racionales de Cortot y en sus ideas teóricas en general,
mientras que Taylor estudió algunas partes del método con Ivonne Lefébure, que fue
alumna de Cortot, y también con Gisèle Couteau.63 Nos llama la atención que la Doctora
Taylor mencione que estudió una selección de ejercicios del libro de Cortot, ya que
confirma la opinión de su profesora, según la cual el libro de Cortot es bueno, pero que
es necesario escoger los ejercicios porque pueden llegar a ser aburridos.64
Es posible que su método refleje una especie de esqueleto, una base no contraria
a sus propias prácticas, pero tampoco capaz de explicar todo lo concerniente a su forma
de tocar, pero: ¿es por eso desechable, o no tiene interés alguno, o en todo caso no refleja
nada de Cortot? Pensamos que si bien no refleja todo el entramado artístico de Cortot, sí
muestra de alguna manera varias de las bases de su entrenamiento pianístico, al menos en
alguna de las etapas de su carrera y que bien aplicados pueden ser útiles.
63
Ver Anexo I.
64
TIMBRELL, op. cit., pág. 110.
65
Ibidem.
32
todos los ejercicios y llevándole cierto tiempo poder completar el trabajo técnico sobre
esa obra.66
Pero para otros pedagogos, entre los que encontramos al francés Pierre Sancan,
profesor de importantes pianistas, entre ellos los franceses Michel Béroff y Jean-Phillippe
Collard, los ejercicios de Cortot son una pérdida de tiempo. Sancan no deja de expresar
su admiración hacia Cortot como artista pero asimismo deja claras sus diferencias desde
el plano pedagógico ya que para Sancan el mejor método no es la repetición de ciertos
pasajes con diversas variantes rítmicas, o el transporte de los pasajes a otras tonalidades,
sino más bien en la utilización correcta de ciertas partes del cuerpo.67 De todas formas,
no parece haber una contradicción absoluta con Cortot, ya que una de las máximas
preferidas de nuestro pianista se refiere a la necesidad de encontrar el gesto adecuado, lo
que solucionaría el problema de manera prácticamente automática.68 Sin embargo, es
obvio que Cortot también consideraba necesario el complementar esta búsqueda del gesto
con los diversos ejercicios y variantes propuestas en las ediciones de trabajo.
Cuando Cortot era alumno en el Conservatorio de Paris, tuvo que hacer muchos
estudios y ejercicios, y es posible que su método de estudio estuviera más relacionado
con lo que luego escribiría en los Principios Racionales y en sus ediciones de trabajo.
Pero especialmente reveladora en este aspecto es la edición de trabajo que el pianista
dedicó a varios estudios de Czerny y que comienza con un prólogo donde Cortot recuerda
sus primeros años de estudiante, en los cuales trabajó muchos de estos estudios, pero en
este caso su agradecimiento no es a sus famosos profesores de París, sino más bien a sus
66
Op. cit., pág. 111.
67
Op. cit., pág. 199.
68
Op. cit., pág. 112.
33
dos hermanas, que fueron las primeras en mostrarle secretos de la ejecución pianística
que Cortot nunca olvidaría.69
Nos parece suficientemente claro que en la técnica de Cortot hay algo que va más
allá de lo que él mismo propone en sus escritos, como cuestiones de sonido y otras
características personales. Quizás la respuesta esté en sus propias interpretaciones, pero
creemos que tanto sus Principios Racionales como sus ediciones de trabajo nos ofrecen
un porcentaje suficiente de información, que no debe ser rechazado, al igual que otros de
sus escritos. El método de Cortot es mencionado frecuentemente en las ediciones de
trabajo, aconsejando al pianista o al estudiante trabajar algunos de los capítulos para
ayudar a resolver los problemas técnicos de un pasaje específico. Además, en varias de
sus ediciones de trabajo, también se remite a ejercicios de otras de sus ediciones, siendo
algunos de los más mencionados los referentes a ciertos estudios de Chopin, como el op.
10 nº 3 (para polifonía) el op. 25 nº10 (estudio de octavas) y el op.10 nº 12 (trabajo de
octavas ligadas en la derecha y velocidad en la mano izquierda), aparte de referencias
básicas para el estudio de las terceras (op. 25 nº6) y las sextas (op.25 nº 8). En algunas
ocasiones rehúsa proponer ejercicios, considerando que podría considerarse una ofensa a
69
Karl CZERNY: 25 Études op. 748, Révision et Annotations d’Alfred Cortot, Éditions Salabert, París, 1922,
pág 1.
70
Donald STURROCK: The Art of Piano: Great Pianists of the 20th Century, Kultur Video, 2011.
34
la música (caso de algunos Nocturnos), pero a la hora de la verdad, siempre aparece algún
pasaje donde el pianista busca soluciones desde un punto de vista técnico. Para Cortot no
parece haber una separación real entre los problemas pianísticos y la música, sino que
estas facetas se complementan perfectamente.
Entre los pianistas entrevistados por nosotros, hemos podido encontrar situaciones
diversas que van desde el no haber utilizado nunca sus ediciones, hasta su utilización
constante en estos momentos, pasando por algunos que las ha utilizado en algún momento
del pasado, pero que prefieren otro tipo de ediciones en la actualidad. 71 En el primero de
los casos se encuentra Mauricio Vallina, que a pesar de su gran admiración por Cortot
como intérprete, afirma no haber utilizado nunca sus ediciones de trabajo, siendo el único
de los entrevistados en esa situación. Un mayor número de pianistas ha utilizado las
ediciones de trabajo, pero no en estos momentos, comenzando por Rogé, que las utilizó
en sus años de estudiante, pero no en la actualidad. Blet también trabajó de manera regular
con las ediciones en sus años juveniles en obras como las Baladas de Chopin o el
Carnaval de Viena de Schumann, apreciando su sistema de trabajo y la utilidad de los
ejercicios propuestos en las obras, que considera más interesantes que otro tipo de trabajo
técnico, incluyendo las escalas. En todo caso, Blet no utiliza actualmente las ediciones de
trabajo de Cortot, al igual que Okiñena, que ha usado mucho las ediciones de trabajo del
pianista suizo-francés, de manera especial las dedicadas a los Estudios de Chopin, pero
que en la actualidad prefiere las ediciones originales del tipo Urtext, algo que también
está de acuerdo con la opinión de Lisiecki, que ha leído y repasado ediciones de trabajo
de Cortot, las cuales encuentra muy interesantes, pero que sin embargo prefiere ediciones
que él llama tábula rasa (tipo Urtext), para poder llegar a sus propias conclusiones.
71
Ver Anexo I.
35
reconoce los errores que se encuentran en el texto musical de las ediciones, por lo que su
uso se centra en los comentarios de Cortot sobre interpretación y técnica pianística.
Taylor aprendió muchas obras usando las ediciones de trabajo mientras estudiaba
en París con Yvonne Lefébure, y dice poseer actualmente todas, o casi todas las ediciones
de trabajo de Cortot, incluyendo las publicadas por la editorial Curci de Milán.
Actualmente las sigue utilizando de manera habitual, sobre todo en sus enseñanzas, pero
principalmente como una segunda referencia que complementa otras ediciones Urtext,
algo que también sucede con la edición de las Sonatas de Beethoven por Artur Schnabel.
Amundrud usa regularmente las ediciones de Cortot, que ha utilizado en la mayoría de
obras de Chopin que toca y que en el momento de contestar a nuestras preguntas se
encontraba aprendiendo la Polonesa en Mi mayor de Liszt, precisamente en la edición de
trabajo de Cortot. Angelov, que utiliza las ediciones de trabajo y no solamente en las
obras de Chopin, comenta:
Aparte de los debates sobre Cortot como intérprete y como teórico, existe otro
debate quizás menos importante desde el punto de vista musical, pero que en todo caso
ha marcado la actitud de muchos melómanos hacia nuestro pianista, haciendo que el
acercamiento a sus actividades musicales quede de alguna forma ensombrecido por un
rechazo personal. Nos referimos de manera específica a la colaboración de Cortot con el
gobierno de Vichy, liderado por el Mariscal Pétain, una colaboración que algunos
músicos nunca han podido entender72 y que otros intentan explicar.
72
David DUBAL: Evenings with Horowitz, Citadel Press, Nueva York, 1994, pág. 158.
36
Entre los defensores de Cortot se encuentra su biógrafo Gavoty, que argumenta el
caso desde distintos ángulos, comenzando por la nacionalidad suiza del pianista, lo cual
implicaría una actitud neutral en el conflicto y por otro lado un germanismo evidente
debido a la participación de diversas culturas en su país natal.73 Este argumento, en todo
caso no convence en absoluto a Rattalino, que critica con dureza este punto en la defensa
de Gavoty.74 François Anselmini, uno de los autores actuales más especializados en los
aspectos biográficos de Cortot, considera que la actitud del pianista responde a su propia
naturaleza activa en el terreno artístico, donde ya era una figura consagrada y no le hacía
falta ningún reconocimiento especial de parte de gobierno alguno.75 También defiende
las participaciones de Cortot en algunos de los eventos musicales organizados por los
alemanes durante esos años mencionando sus actuaciones ante prisioneros franceses y la
voluntad del artista de que Francia estuviera representada de alguna manera.76 Lo cierto
es que Cortot mantuvo una actividad importante durante esos años, no solamente como
pianista, sino también como director de orquesta en eventos importantes como la
representación de la ópera Tristan und Isolde (versión en francés) en Vichy, la capital del
régimen del Mariscal Pétain, Este evento tuvo lugar el sábado 23 de agosto de 1941 en el
Casino de Vichy, interviniendo como solista la famosa soprano francesa Germaine Lubin,
que también simpatizaba con los alemanes.77 Pudimos ver el original de este programa en
la Médiathèque Musicale Mahler de París, pudiéndose leer una frase del Mariscal Pétain
en la portada, en la que se afirma que sólo se construye en el amor y en la alegría.
73
GAVOTY, Op. cit., pág. 153.
74
RATTALINO (2010), Op. cit., pág. 153.
75
Thierry SIBAUD, François ANSELMINI, Guthrie LUKE, Günter REINHOLD, Rémi, JACOBS, Marybonne
KENDERGI, Alfred CORTOT: Actes de Conférences Journées Internationales Alfred Cortot, Tournous,
Société des Amis des Arts et des Sciences deTournus, Tournus, 2012, pp. 33-34.
76
Op. cit, pág. 37.
77
Nigel SIMEONE: “Making Music in Occupied Paris”, en Musical Times vol. 147, nº 1894, primavera de
2006, pág. 23.
37
Ilustración 2.1. Portada programa para Tristán e Isolda. Vichy 23-8-1941.
38
Más allá de la posible ingenuidad del pianista, o las sospechas de oportunismo,78
una de las acusaciones más importantes sobre su persona se refiere a su supuesto
antisemitismo, expresada sobre todo por alguno de sus colegas judíos, entre ellos el
pianista ucraniano Vladimir Horowitz, que afirmaba que Cortot era uno de los peores
antisemitas en Europa.79 Arthur Rubinstein también odiaba el comportamiento de Cortot
durante el gobierno de Vichy, al igual que el de otras figuras relevantes como el crítico
Villermoz.80 En todo caso, antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el pianista
suizo-francés fue considerado no ario en alguna ocasión por las autoridades nazis, como
en el año 1935, prohibiéndole dar un recital en Hamburgo durante esa temporada, aunque
luego rectificaron debido al testimonio de un embajador francés que confirmó que Cortot
no era judío.81
Pero pensamos que el debate sobre estos aspectos del pianista continuará en el
futuro, ya que no hay duda de que Cortot era un ardiente admirador de Pétain,86 que se
ofreció voluntariamente a colaborar con ese gobierno con miras a reformar la política
78
RATTALINO (2010), Op. cit., pág. 153.
79
Harold C. SCHONBERG: Horowitz: His Life and Music, Touchstone, Londres, 1993, pág. 91.
80
Harvey SACHS: Arthur Rubinstein, Phoenix, Londres, 1997, pág. 384.
81
Michael H. KATER: The Twisted Muse: Musicians and Their Music in the Third Reich, Oxford University
Press, Nueva York, 1997, pág. 84.
82
SIBAUD, op. cit., pp. 38-40.
83
Op. cit., pág. 39.
84
Op. cit., pág. 35-36.
85
Michael CURTIS: Verdict on Vichy: Power and Prejudice in the Vichy France Regime, Arcade Publishing,
Nueva York, 2002, pág. 231.
86
Julian JACKSON: France: The Dark Years, 1940-1944, Oxford University Press, Oxford, 2001, pág. 312.
39
musical francesa,87que participó en diversos intercambios culturales con Alemania, 88 y
que también ocupó cargos de importancia en el Gobierno de Vichy, incluyendo ser parte
del Conseil National,89 además de en actividades como sus intervenciones radiofónicas
para Radio-Jeunesse.90
87
Myriam CHIMÈNES (edit.): La Vie Musicale sous Vichy, Éditions Complexe, París, 2001, pág. 52.
88
Ibidem.
89
CHIMÈNES (2001), Op. cit., pág. 153.
90
Philip NORD: France’s New Deal: From the Thirties to the Postwar Era, Princeton University Press,
Princeton, 2010, pág. 304.
91
Alexander TUMANOV: Le Life and Artistry of Maria Olenina-D’Alheim, University of Alberta Press,
Edmonton, 2000, pág. 113.
92
Op. cit. pp.113-114.
93
Op. cit., pág. 117.
94
Op. cit, pág. vii.
95
Op, cit., pág. 248.
96
Op. cit., pág. 249.
97
Ibidem.
40
nunca se restauró, a pesar de los intentos de la cantante por reconciliarse con Cortot unos
años más tarde.98
Estos años de la Segunda Guerra Mundial son indudablemente los momentos más oscuros
en la trayectoria personal del pianista, que normalmente fue siempre considerado una
persona generosa y que resaltaba muchos valores admirados por los que le conocían, algo
que podremos comprobar con una selección de las cartas que recibió, que como norma
general resaltan aspectos positivos de su carácter. Pero por otro lado, más allá de que
algunas de las acusaciones sobre sus actividades dentro del gobierno de Vichy sean falsas
o no estén suficientemente probadas, el simple hecho de haber participado en ese gobierno
llevará un peso importante en la opinión que algunos tengan sobre su persona, que en
algunos momentos, por desgracia, puede llegar a oscurecer su legado musical, que es el
que a nosotros realmente nos interesa, aunque también pensamos que el caso de Cortot
puede ser un ejemplo de que cualquiera, por muchos altos ideales que tenga, puede
cometer errores que de alguna forma pongan una mancha en su trayectoria general. La
decisión final del Tribunal que le juzgó después de la liberación de Francia fue la de
obligarle a estar un año sin poder ejercer ninguna actividad pública, incluyendo la de dar
conciertos.99 Se tuvo en cuenta tanto aspectos negativos, como los cargos públicos que
ocupó y los viajes a Alemania, como aspectos positivos, como ayudas a diversas personas,
incluyendo judíos.100
Quizás en el futuro tengamos aún más datos sobre las actividades de Cortot en esa etapa,
y pensamos que el debate sobre su persona, al igual que el relativo a sus actividades
artísticas, seguirá siendo fascinante.
98
Op. cit., pág. 252.
99
CHIMÈNES (2001), Op. cit., pág. 48.
100
Ibidem.
41
2.2. Aspectos históricos de Cortot a través de correspondencia enviada al
pianista.
2.2.1. Correspondencia.
Dentro de los cientos de cartas recibida por Cortot, hemos seleccionado algunas,
divididas en diferentes temáticas, que nos pueden ayudar a profundizar en los diversos
aspectos de la actividad del pianista, incluyendo su relación con algunos de sus profesores
y alumnos, directores de orquesta, compositores, pianistas, teóricos de la música,
editoriales y revistas, etc.
Comenzando por la relación que Cortot tenía con sus profesores, el pianista
siempre elogió a Louis Diémer, especialmente en el terreno personal, aunque también le
agradeció el entrenamiento que recibió durante sus años de aprendizaje en el
Conservatorio de París, a pesar de que luego la técnica y el estilo de Cortot fueran
diferentes a los de su maestro, sin dejar de reconocer que mantuvo algunos de los aspectos
técnicos y musicales de esa escuela. La relación entre los dos pianistas parece haberse
mantenido en términos muy cordiales, como demuestra una carta de Diémer a Cortot,
fechada el catorce de agosto de 1913, en la que agradece a su antiguo alumno y a su
esposa unas felicitaciones, no dice el motivo, que también fueron enviadas por otros de
los antiguos alumnos del profesor francés, entre los que menciona específicamente a
Risler y a Bloch, llamándoles a todos mis queridos alumnos.
42
aspecto personal como con respecto al entrenamiento pianístico que le fue dado mientras
fue alumno del Conservatorio de París.101
En cuanto a los alumnos, hemos podido comprobar la forma afectuosa con la que
le trataban, escribiéndole sobre distintos temas y pidiéndole consejo e incluso ayuda en
algunos momentos. Entre esos antiguos discípulos de Cortot se encontraba también Igor
Markevicht, que luego sería más conocido como un gran director de orquesta, aunque
también era un reconocido compositor y profesor.102 En una carta del tres de febrero de
1959, pocos años antes de la muerte de Cortot, el director agradece a su antiguo maestro
el haberle hecho comentarios acerca de un artículo sobre el sonido estereofónico, escrito
por el propio Markevitch. Se interesa por los puntos de vista de su antiguo profesor acerca
de las nuevas tecnologías que estaban imponiéndose en esos años y destaca algo que
Cortot le había indicado: que la tecnología debe estar al servicio de la música y no al
contrario.
101
Bernard GAVOTY: Entrevistas a Alfred Cortot (emisión 1 de 10), Radio Suisse, 6 de diciembre de 1953
[en línea], disponible en: http://www.rts.ch/archives/radio/divers/emission-sans-nom/4043637-alfred-
cortot-1-10-29-11-1953.html [consulta: 9-12-2014].
102
Henry LINDERMANN: Enciclopedia de la Música Clásica, Ópera y Ballet, Ediciones Robinbook,
Barcelona, 1999, pág. 174.
43
Ilustración 2.4. Carta de Igor Markevitch a Cortot, del 3-2-1959.
Sin embargo, la estereofonía no fue utilizada por otro de los alumnos más famosos
de Cortot, el rumano Dinu Lipatti, que falleció antes de que este sistema se estableciera y
cuya familia se mantuvo en contacto con Cortot en los años siguientes a su muerte, algo
que pudimos comprobar en dos cartas enviadas en los años 1953 y 1957 (Lipatti murió
en 1950) al que fuera su profesor, tratando de temas relacionados con el pianista rumano,
y además, entre esas cartas se encontraba su esquela.
103
Colin SYMES: Getting the Record Straight: A Material History of Classical Recording, Wesleyan
University Press, Middletown, 2004, pp. 55-56.
44
Ilustración 2.5. Esquela de Dinu Lipatti. 1950.
Dos cartas enviadas a Cortot tratan de libros escritos por sus alumnos, como la
enviada por Vlado Perlemuter el catorce de noviembre de 1953, en la que el pianista
francés comenta diversos detalles a su maestro, como por ejemplo su visión sobre el libro
que el propio Perlemuter había escrito, con ayuda de Hélène Jourdan-Morhange, el cual
consideraba, no como un estudio sobre Ravel, ni como un curso de interpretación, ni
siquiera como un libro en sí mismo, sino más bien una serie de entrevistas radiofónicas
que habían sido pasadas a papel.
45
Otra de sus alumnas, Marthe Morhange-Motchane, le escribe una carta fechada el 20 de
julio, pero sin incluir el año, en la que se disculpa por no haberle respondido
anteriormente, centrándose luego en su libro Le Petit Classique, y un proyecto que ella
tenía en mente, que se llamaría Le Petit Romantique y que incluiría obras de Schumann,
Grieg, Franck, Schubert y Mendelssohn.
46
recuerde la interpretación de la Sonata en si menor op. 58 de Chopin que el alumno tocó
en esa ocasión.
47
2.2.1.2. Directores de orquesta, pianistas y compositores.
El primero de ellos, que fue alumno de Franz Liszt en los años ochenta del Siglo
XIX,104 escribe a Cortot el cinco de octubre de 1933 comentándole sobre la imposibilidad
de tocar la Gran Fuga (Grosse Fuge) op. 133, de Beethoven, con sólo dos ensayos, dadas
las enormes dificultades de la obra. No especifica la orquesta que iba a dirigir, pero sí que
con la Filarmónica de Viena había necesitado seis ensayos para preparar la interpretación.
También le escribe otra carta el veintisiete de noviembre de 1933 sobre el posible cambio
de fecha para un concierto.
104
Alan WALKER: Reflections on Liszt, Cornell University Press, 2005, pág. 55.
48
director alemán, que al igual que Cortot tuvo que pasar por un juicio al final de la Segunda
Guerra Mundial,105 escribe dos cartas a nuestro pianista, refiriéndose específicamente a
dos conciertos en los que iban a actuar juntos, uno en el año 1934 y otro en el 1942.
Sabemos que estos dos artistas actuaron juntos en otras ocasiones, como la del día doce
de diciembre de 1938, en un concierto que fue repetido el día siguiente y en el que
interpretaron conjuntamente las Variaciones Sinfónicas de César Franck y el Concierto
para la mano izquierda de Maurice Ravel. En la carta del veintisiete de junio de 1934,
Furtwängler agradece a Cortot su disposición para tocar con él, alude a los valores eternos
de la música e informa al pianista de que su elección de tocar el Concierto para Piano y
Orquesta en Fa menor op. 21 de Chopin se adaptaba perfectamente a los planes del
director, aunque no sabemos si tocaron con la orquestación original de Chopin o con la
realizada por Cortot.
Unos años más tarde, el 12 de mayo de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial,
Furtwängler escribe sobre su satisfacción de tocar con Cortot, esta vez el Concierto en La
menor op. 54 de Schumann. El director le llama maestro y amigo y expresa su deseo de
verle en persona y saludarle. Aparte de estas dos cartas, también pudimos también ver
algunas postales de estilo familiar, como la enviada desde Salzburgo el trece de agosto de
1953 en la que Furtwängler firma solamente al final, mientras que parte de la postal está
firmada por una señora llamada Henriette. Echan de menos a Cortot durante el Festival
de Salzburgo de ese año y mencionan también que Furtwängler estaba pasando unos días
muy buenos durante unos días estancia en la ciudad natal de Mozart.
105
Sam H. SHIRAKAWA: The Devil’s Music Master: The Controversial Life and Carreer of Wilhelm
Furtwängler, Oxford University Press, Nueva York, 1992, pág. x.
49
Ilustración 2.10. Carta de Wilhelm Furtwängler a Cortot. 27-6-1934.
50
Ilustración 2.11. Carta de Edwin Fischer a Cortot. 16-7-1954.
106
Alistair HINTON: “A short biography” en The Sorabji Archives [en línea], disponible en
http://www.sorabji-archive.co.uk/biography/biography.php [consulta: 28-8-2015].
107
The Sorajbi Archives [en línea], disponible en:
http://www.sorabji-archive.co.uk/compositions/piece.php?pieceid=27 [Consulta 28-8-2015].
108
Alistair HINTON: “Sorabji Concertos” en The Sorabji Archives [en línea], disponible en
http://www.sorabji-archive.co.uk/articles/hinton-concertos_2.php [consulta: 28-8-2015].
51
una obra que fue el único concierto para piano que el compositor inglés se decidió a
publicar y que está considerada el concierto más importante de Sorabji, y con una forma
de un solo movimiento que dura casi treinta minutos.109 El concierto nunca fue tocado
por Cortot, ya que su estreno mundial se produjo el veintitrés de marzo del año 2003,
ochenta años despúes de su publicación, interpretado por Donna Amato con la Orquesta
de la Radio Holandesa y el director Ed Spajaard.110 No sabemos la razón por la que el
pianista suizo-francés nunca llegó a tocar este concierto, pero en todo caso simplemente
participó del desinterés que rodeó al compositor inglés durante muchos años. En la carta
que envió a Cortot, Sorabji le escribe sobre el honor que representa para él enviarle una
copia del Concierto, deseándole unas felices fiestas de Navidad, y confesándose como un
devoto admirador del pianista.
109
Ibidem.
110
Altaus Records [en línea], disponible en: http://www.altarusrecords.com/ArtistpageDAmato.html
[consulta: 29-9-2015].
52
Si con Sorabji, la devoción mostrada por el compositor no parece tan evidente por
parte del pianista, con Enescu la situación es diferente, ya que ambos eran amigos desde
sus años de estudio en el Conservatorio de París,111 además de haber tenido muchas
colaboraciones musicales, como por ejemplo su interpretación de la tercera sonata para
violín y piano del compositor rumano en la Sala Gaveau de París, junio de 1930, una
interpretación que fue considerada como extraordinaria, pero de la que desgraciadamente
no existen grabaciones.112 En una carta del diecinueve de abril de 1955, Enescu (que firma
como Enesco) pide disculpas a Cortot por retrasar su respuesta a una carta enviada por el
pianista el trece de febrero de ese mismo año, en la que lo preguntaba acerca del libro que
Gavoty había dedicado al maestro rumano y explica que la causa de ese retraso era su
enfermedad, que lo mantenía prácticamente inactivo. Pero de todas maneras agradece a
Cortot el que le haya enviado la carta, algo que le había reconfortado moralmente ya que
consideraba a Cortot un gran amigo cuyos pensamientos le hacían renacer la esperanza.
Enescu falleció unos días más tarde, en la noche del tres al cuatro de mayo.113
111
Bernard GAVOTY: Entrevistas a Alfred Cortot (emisión 8 de 10) Radio Suisse 17 de enero de 1954 [en
línea], disponible en: http://www.rts.ch/archives/radio/divers/emission-sans-nom/3365637-alfred-
cortot-8-10-.html [consulta: 10-12-2014].
112
Pascal BENTOIU: Masterworks of George Enescu: A Detailed Analysis, Scarecrow Press, Plymouth,
2010, pág. 305.
113
Julie Anne SADIE, Stanley SADIE: Calling on the Composer: A Guide to European Composer Houses and
Museums, Yale University press, New Haven y Londres, 2005, pág. 173.
53
Ilustración 2.13. Carta de George Enescu a Cortot. 19-4-1955.
54
2.2.1.3. Varios sobre compositores.
Entre las sociedades dedicadas a compositores cuyas cartas hemos visto en París,
se encuentran la Société Frédéric Chopin y la Schumann Memorial Foundation. La
primera escribe una carta a Cortot fechada el doce de abril del año 1919 y que está firmada
por Édouard Ganche (1880-1945), presidente de la sociedad y uno de los mayores
eruditos sobre Chopin de la época, que además era un ávido coleccionista de todo lo
relacionado por el compositor polaco.114 Ganche elogia a Cortot por un concierto en el
que el pianista interpretó los Preludios op. 28 del compositor polaco, una versión que le
había emocionado y que estaba a un nivel al que sólo los más grandes artistas podían
llegar.
114
La Collection Chopin d'Édouard Ganche [en línea], disponible en:
http://edouard.ganche.free.fr/collection.php [consulta: 5-8-2015].
55
El musicólogo francés también comenta sobre la tristeza de no tener a Cortot ese
año en sus conferencias de la Université des Annales y le alaba nuevamente por su
interpretación de los Preludios, en la que Ganche encontró todas las emociones humanas.
Termina deseando volverle a ver y una vez más le elogia por su interpretación.
56
La Fundación sugiere al pianista que la mencione en sus cursos de interpretación,
ya que podría ser de gran interés para los alumnos presentes en las clases magistrales del
pianista suizo-francés.
Estas dos cartas nos demuestran la relación artística de Cortot, no solamente con
personas individuales, sino también con diversas fundaciones dedicadas a compositores,
que en este caso le elogian por sus interpretaciones o se presentan al maestro esperando
que las mencione en algunas de sus clases magistrales.
En cuanto a las cartas relacionadas con d’Indy (que incluyen una de él mismo,
otra de una familiar y otra de un comité para hacerle un monumento), pudimos ver una
carta que se encontraba en los Fonds Cortot, enviada a otra persona no mencionada, con
el propósito de recomendar a Cortot como posible continuador de la edición de las sonatas
de Beethoven en la que estaba trabajando juntamente con Édouard Risler, el gran pianista
amigo de Cortot, el cual se dedicaba a los aspectos puramente pianísticos de estas obras
maestras de Beethoven, mientras que d’Indy trataba su análisis musical. Al fallecer Risler,
115
Bernard GAVOTY: Entrevistas a Alfred Cortot (emisión 8 de 10) [en línea] Radio Suisse 17 de enero de
1954. http://www.rts.ch/archives/radio/divers/emission-sans-nom/3365637-alfred-cortot-8-10-.html
[consulta: 10-12-2014]
116
Andrew THOMSON: Vincent d’Indy and His World, Clarendon Press, Oxford, 1996, pág. 197.
117
TAYLOR, op. cit, pág. 538.
57
el trabajo se había detenido, y por eso recomienda a Cortot como la persona con el perfil
perfecto para continuar ese trabajo.
Una segunda carta relacionada con d’Indy está enviada por su viuda Line
(Caroline Janson), con la que el compositor se casó en segundas nupcias en 1920.118
Fechada el 14 de septiembre (sin incluir el año) no tiene un gran interés para nosotros, ya
que trata de temas relacionados con unas vacaciones, pero al menos es un testimonio de
la relación que Cortot seguía teniendo con esa familia.
Más interesante, en todo caso, nos parece la enviada el treinta de junio de 1938
por un comité dedicado al proyecto de la realización de una escultura que iba a ser
dedicada al compositor. Firmada por Guy Chastel, comienza exponiendo la intención del
comité: recordar al Maestro fallecido y también dar un testimonio del amor que tenía a la
provincia de sus ancestros familiares. Este proyecto estaba comenzando con mucha fuerza
y el comité estaba presidido por el compositor Gabriel Fauré. Buscaban personalidades
118
THOMSON, op. cit., pág. 200.
58
que dieran brillo al proyecto, y por eso piden la autorización a Cortot para que su nombre
estuviera incluido entre sus miembros.
Ilustración 2.17. Fragmento carta del comité Monument Vincent d'Indy. 30-6-38.
Las dos cartas de la familia de César Franck fueron enviadas por dos de sus nietos,
que firman como Robert César Franck y E. Chopy [César Franck]. Aunque Cortot no tuvo
un contacto personal con el compositor nacido en Bélgica, con el tiempo se convertiría
en uno de sus intérpretes más destacados, tal como destaca la primera carta, escrita el
dieciséis de junio de 1939 por Robert César Frank, en la que recuerda la gran labor que
había realizado el pianista suizo-francés en divulgar la obra de su abuelo y las magníficas
interpretaciones de sus obras pianísticas que le había escuchado, algo que le agradece
enormemente. Luego le pide que le reserve dos o tres entradas para un concierto que
incluía Les Béatitudes, una obra para solistas, coro y orquesta de Franck, que iba ser
dirigida por Cortot. El nieto del compositor quiere estar presente en ese evento que
considera una fiesta dedicada a su abuelo, y aprovecha para enviar a Cortot sus
sentimientos más distinguidos y su más sincero reconocimiento.
59
Ilustración 2.18. Carta de Robert César Franck a Cortot. 16-6-1939.
60
Ilustración 2.19. Fragmento de carta de E. Chopy (nieta de César Franck) a Cortot. 26-6-1939.
61
Ilustración 2.20. Carta de la Editorial Durand a Cortot. 3-5-10.
Durand escribe a Cortot unos años más tarde, el veintidós de abril de 1919, esta
vez con respecto a la partitura de la Fantaisie op. 111 para piano y orquesta de Gabriel
Fauré, que como hemos comentado anteriormente fue estrenada el catorce de mayo del
mismo año por el pianista bajo la dirección de Vincent d’Indy. El tema de la carta es
pedirle al pianista que les envíe la partitura de la obra durante tres o cuatro días para hacer
las últimas correcciones, e intentar que la obra saliera al público el catorce de mayo, es
decir, el mismo día del estreno mundial.
62
Ilustración 2.21. Carta de la Editorial Durand a Cortot. 22-4-1919.
La editorial Senart, cuyos fondos fueron adquiridos por Salabert,119 escribe una
carta a Cortot el treinta y uno de julio de 1929, sin duda relacionada con la enviada el
veinticinco de ese mes por d’Indy recomendando al pianista para colaborar en la edición
de las Sonatas para piano de Beethoven que en ese momento estaba paralizada por el
fallecimiento de Risler. Quedaban ocho sonatas por revisar desde el punto de vista
técnico, y la editorial pregunta a Cortot por su disposición para realizar ese trabajo que
no era de gran urgencia, aunque necesitaban que el pianista se comprometiera a realizarla.
119
Durand-Salabert-Eschig [en línea], disponible en http://www.durand-salabert-
eschig.com/historique2.php [consulta: 8-7-2015]
63
Ilustración 2.22. Carta de la editorial Sénart a Cortot. 31-7-1929.
120
Bibliothèque Municipale de Lyon [en línea], disponible en http://www.bm-lyon.fr/collections-
patrimoniales-et-specialisees/les-collections/article/leon-vallas?lang=fr [consulta: 9-8-2015].
121
Ibidem.
122
Léon VALLAS: Claude Debussy: His Life and Works, Oxford University Press, Londres, 1933, pág. 78.
123
Op. cit., pág. 61.
64
Ilustración 2.23. Extracto carta de Nouvelle Revue Musicale (Léon Vallas) a Cortot. 8-12-1928.
65
Ilustración 2.24. Extracto carta de Revue Internationale de Musique a Cortot. 19-3-1937.
Para finalizar esta sección, comentaremos el envío del once de junio de 1951 por
la Librairie Larousse, que además de la carta incluye un libro dedicado a la música de
piano de Schumann, recientemente publicado por ellos y perteneciente a la serie Formes,
Écoles et Ouvres Musicales. Mencionan como autor a M. Beaufils, que con toda certeza
es Marcel Beaufils (1899-1985), escritor, crítico, profesor de estética musical y
germanista francés124 que escribió diversos libros relacionados con la música alemana,
entre los que encontramos La Musique de piano de Schumann, publicado en París en el
año 1951,125 que es al que se refiere la carta. El regalo del libro es un homenaje al Maestro,
pero, por otro lado, también menciona el curso de interpretación dedicado a Schumann
que Cortot comenzaría en pocos días. Larousse cree que el pequeño libro será de interés
a los oyentes y alumnos del curso, siendo esa la otra causa del envío.
124
Encyclopédie Larousse en ligne [en línea], disponible en:
http://www.larousse.fr/encyclopedie/musdico/Beaufils/166153 [consulta: 10-12-2014]
125
Ibidem.
66
Ilustración 2.25. Extracto de carta de Librairie Larousse a Cortot. 11-6-1951.
Terminaremos este capítulo con mención a diversas cartas recibidas por Cortot
por teóricos de la música o con referencias a la teoría musical, tema que también era de
gran interés para nuestro pianista.
67
una vez más. No hemos encontrado ninguna otra referencia sobre Alfred Hardaen, pero
en todo caso su propuesta nos ha parecido interesante.
126
Encyclopedia.com [en línea], disponible en: http://www.encyclopedia.com/doc/1O76-
HedleyArthur.html [consulta: 5-3-2015].
127
“Unearthing story of our Chopin expert” en The Journal [en línea], Newcastle, 23 de diciembre de
2010 [consulta: 6-5-2015]
128
Ibidem.
129
Ibidem.
130
Encyclopedia.com [en línea], disponible en: http://www.encyclopedia.com/doc/1O76-
DeutschOttoErich.html [consulta: 4-5-2015].
131
Encyclopedia.com [en línea], disponible en:
http://www.encyclopedia.com/topic/Ernest_Newman.aspx [consulta: 6-5-2015].
68
números de editores menos conocidos, poniendo como ejemplo la edición de las
Mazurkas op. 59 de Chopin por la editorial Stern de Berlín. También menciona un libro
de Deutsch dedicado a Schubert, que según Hedley sería de interés para Cortot, ya que
contiene toda la información sobre la existencia terrenal del compositor austriaco, libro
que acababa de ser traducido al inglés con el nombre Schubert: a Documentary
Biography. Con respecto a Newman, menciona los dos primeros volúmenes de su
biografía sobre Wagner, biografía que Hedley elogia sin reservas, considerándola una de
las más importantes escritas en inglés sobre cualquier compositor, pero que por razones
económicas estaba teniendo problemas en ver publicados los volúmenes tercero y cuarto.
El musicólogo termina la carta con una referencia al pianista Edwin Fischer, al que iba a
escuchar esa misma noche tocar un concierto para teclado y orquesta de J. S. Bach.
69
En la carta de A. Duderel enviada el quince de junio de 1948, el tema es un trabajo
que iba a ser realizado por Cortot, titulado La Musique et G. d’Annunzio, para lo que
Duderel ofrece todo su apoyo y está dispuesto a llevar al pianista toda la información
posible, habiendo intentado contactar anteriormente por teléfono, pero sin recibir
respuesta. No hemos encontrado ningún escrito de Cortot con ese título, pero Gabrielle
d’Annunzio (1863-1938) fue un escritor italiano que estaba entre los máximos exponentes
del Decadentismo europeo.132 Escribió el texto de Le Martyre de Saint Sébastien de
Debussy y fue el primero en llamarle Claude de France, un apodo aceptado por el
compositor, que más tarde firmaría como Claude Debussy, musicien français. 133
132
Treccani, la cultura italiana [en línea], disponible en: http://www.treccani.it/enciclopedia/gabriele-d-
annunzio [consulta: 6-5-2015]
133
Léon VALLAS: The Theories of Claude Debussy: Musicien Français, Oxford University Press, Londres,
1929, pág. ix.
70
Archibald Martin Henderson (1879-1957), más conocido como A. M. Henderson
fue un músico y teórico escocés que durante un tiempo estudio piano con Cortot, aunque
su instrumento principal era el órgano, y que dedicó al pianista suizo-francés un volumen
de transcripciones de obras de Purcell,134 de las cuales Cortot grabó algunas.135 El uno de
junio de 1953 escribe a su antiguo maestro una carta desde Glasgow en la que le felicita
por el recital que dio en esa ciudad una semana antes, que quedaría en la memoria de
Henderson como una gran inspiración. Aparte de la carta, le envía un libro de las
memorias de Sir Charles Hallé (1819-1895), un pianista y director de orquesta nacido en
Alemania pero que estudió en París, donde llegó a conocer a personalidades como Chopin
y Liszt,136 y se estableció en Inglaterra, donde desarrolló una carrera musical con muchos
momentos importantes, como por ejemplo su interpretación del ciclo completo de las
sonatas para piano de Beethoven, siendo reconocido como el primer pianista en la historia
que realizó tal hazaña.137 Para Henderson, ese libro es una obra maestra, y sobre todo por
algunas páginas relacionadas con Chopin. Sabemos que Hallé escuchó al compositor
polaco tocar algunas mazurkas y que le daba la impresión de que Chopin estaba tocando
en compás de 4/4 en vez del 3/4 escrito, y que después de un diálogo amigable, el
compositor le dio la razón.138 Aparte de este libro, Henderson envió a su antiguo profesor
un medallón perteneciente a Liszt, que había comprado en París unos años atrás y dos
copias del libro de Cortot Aspects de Chopin, una en inglés y otra en francés. A cambio
pide una foto con el autógrafo del pianista.
134
Reid Concerts [en línea], disponible en
http://www.reidconcerts.music.ed.ac.uk/performer/henderson-m-1879-1957 [consulta 8-6-2015].
135
Music Web International [en línea], disponible en http://www.musicweb-
international.com/classrev/2010/DEC10/Cortot_8111381.htm [consulta: 5-6-2015]
136
BBC [en línea], disponible en
http://www.bbc.co.uk/manchester/content/articles/2008/01/16/300108_charles_halle_feature.shtml
[consulta: 4-6-2015]
137
Ibidem.
138
Charles ROSEN: The Romantic Generation, Harvard University Press, Cambridge (MA), 1995, pág 414,
71
Ilustración 2.29. Extracto carta de A.M. Henderson a Cortot. 1-6-1953.
Otras cartas que nos parecieron interesantes fueron escritas por Madeleine
Mansion, el catorce de abril de 1958, y por Herbert Scherer, el treinta y uno de octubre
de 1959. De la primera sólo conocemos la existencia de su libro L’art du Chant, escrito
en 1947 y que ha tenido diversas ediciones,139 pero junto con la carta envía también a
Cortot su currículum, en el que se destaca su carrera como cantante y como profesora de
canto. La cantante agradece los elogios que Cortot había expresado sobre su libro y luego
explica algunos aspectos de su pedagogía.
139
Worldcat [en línea], disponible en http://www.worldcat.org/title/etude-du-chant-technique-de-la-
voix-parlee-et-chantee/oclc/222049291/editions?referer=di&editionsView=true [consulta: 5-6-2015]
72
Ilustración 2.30. Extracto carta de Madeleine Mansion a Cortot. 14-4-58.
140
WorldCat [en línea], disponible en http://www.worldcat.org/title/etude-du-piano-piano-studium-
piano-practising/oclc/721119177 [consulta: 4-6-2015].
141
Bibliothèque Nationale de France [en línea], disponible en
http://data.bnf.fr/14809817/jacques_feschotte/ [consulta: 5-6-2015].
73
Ilustración 2.31. Extracto de carta de Herbert Scherer a Cortot. 31-10-1959.
En último lugar, mencionaremos unas cartas enviadas por dos teóricos muy
famosos, uno relacionado con el piano y otro con la educación musical en general, en las
que ambos expresan su admiración hacia Cortot. Émile Jacques-Dalcroze (1865-1950)
fue un compositor y educador nacido en Austria y pionero de la Euritmia.142 En su carta-
postal sin fecha elogia al pianista por su interpretación del día anterior, destacando unas
cualidades muy especiales, como su sensibilidad, dominio de los elementos armónicos,
grandeza de estilo y la poesía.
142
Centro de Estudios Émile Jaques-Dalcroze [en línea], disponible en http://www.jaques-
dalcroze.com/paginas/biografia.htm [consulta: 7-6-2015]
74
Ilustración 2.32. Postal de Émile Jacques-Dalcroze a Cortot. Sin fecha.
143
Encyclopaedia Britannica [en línea], disponible en:
http://global.britannica.com/biography/Tobias-Matthay [consulta: 5-5-2015].
144
The American Matthay Association for Piano [en línea], disponible en:
http://www.matthay.org/index.html#writings [consulta: 5-5-2015].
145
Ibídem.
75
Ilustración 2.33. Carta de Tobias Matthay a Cortot. 2-3-1936.
76
3. Compositores del área austro-germana y Franz Liszt.
Indudablemente, Cortot dedicó la mayoría de sus grabaciones a compositores
como Chopin y Schumann. Dedicaremos al compositor polaco el capítulo siguiente y en
éste incluiremos, además de Schumann, a otros compositores como Mendelssohn,
Schubert, Weber y Liszt. Según Gavoty, Cortot tendría tres dioses musicales aparte de
Wagner: Schubert, Schumann y Chopin. El primero sería el más grande porque inventó
los temas más simples y conmovedores, el segundo sería el más emocionante en general
y el tercero el más perfecto.146
146
GAVOTY, op. cit., pág 252.
147
JACOBS, op. cit., Pág. 27.
77
lado, no parece haber tanto interés en la labor de Cortot como intérprete de Schumann, ya
que no conocemos ningún estudio especifico sobre el tema, lo cual nos parece extraño,
ya que Cortot fue considerado en su momentos uno de los máximos intérpretes del
compositor, elogiado en Alemania y considerado por muchos como el schumaniano
ejemplar.148
148
Christian DOUMET: Grand art avec fausses notes, Éditions Champ Vallon, Seyssel, 2009, pág 13-14.
149
GAVOTY: Op. cit. Pág 249.
150
Liszt Festival Raiding [en línea], disponible en: http://www.austria.info/us/basic-facts/our-
recommendations/liszt-festival-raiding [consulta 20-5-2015].
151
TAYLOR, op. cit., pág 175.
152
Inés TAILLANDIER-GUITTARD: Alfred Cortot, interprète de Frédéric Chopin; Université de Saint-Étienne
(Tesis Doctoral), Saint-Étienne, 2013, pág 41.
78
3.1.1. Carnaval op 9.
153
Robert SCHUMANN: Carnaval op 9, Édition de Travail avec Commentaires D’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1946.
154
John DAVERIO: Robert Schumann: Herald of a New Poetic Age; Oxford University Press, Nueva York,
1997, págs 139-142.
155
TAYLOR, op. cit., pág 483.
79
principio no parecen ser tan diferentes por su forma de escritura, pero donde el pianista
ve una diferencia de carácter determinada más bien por su visión psicológica de la música.
Tal es el caso de Réplique, que para Cortot no debe ser similar en carácter a la pieza
anterior (Coquette), que es más juguetona, sino que tiene que tener un mayor aire de
melancolía a pesar de tratarse de una escritura casi similar.
80
Cortot destaca también las posibles fluctuaciones de tempo que pueden suceder
dentro de una misma pieza. En Promenade, por ejemplo, quiere que el ritmo del vals no
sea tocado de manera rígida ni con pesadez, sino imitando al vals vienés.
156
TAYLOR, op. cit., pág 307.
81
Partitura 3.4. Schumann: Carnaval op. 9. Pieza nº 15 (Pantalon et Colombine). Compases 1-17.
82
Un ejemplo que se repite en las tres versiones se encuentra en los últimos
compases de Pierrot, donde el pianista, después de hacer un diminuendo no escrito toca
la corchea sforzando (comp. 46) con un matiz más suave que el que suelen hacer la
mayoría de los otros pianistas escuchados. Cortot resalta la blanca siguiente, pero más
bien por un cambio de calidad de sonido que por un contraste entre una nota más fuerte y
otra más suave. En todo caso, nos pareció un efecto interesante y diferente a lo que se
suele hacer.
Hay casos donde simplemente añade notas a la partitura, como en Chopin, donde
termina la pieza, no con el último la bemol, sino añadiendo una nota después, algo que
no indica en ningún comentario. Quizás en ese caso tendríamos que preguntarnos por
83
prácticas interpretativas de la época de Cortot y anteriores.157 También puede ser ambiguo
en cuanto a las indicaciones de pedal escritas en su edición, algo que sucede también en
Arlequín ( PP dos antes del Ritardando. Compás 25), donde está escrito un pedal que
debe mantener la primera negra, y que Cortot en sus interpretaciones quita para resaltar
la blanca sincopada siguiente. Un ejemplo de discrepancia entre la partitura y la
interpretación se encuentra al final del Valse Allemande, donde está escrito un regulador
ascendente y el pianista toca un regulador descendente.
Pero por otro lado, el pianista suele ser fiel a sus ideas teóricas como norma
general, tanto en la duración global de la obra y en las indicaciones metronómicas como
en otras que él indica en sus comentarios, siempre teniendo en cuenta su tendencia a la
libertad expresiva, que incluye un abundante uso del rubato, que hace difícil muchas
veces el determinar el tempo exacto en el que está tocando, por lo que lo máximo que
pensamos que es posible hacer en este caso es tener una idea aproximada de los tempi
generales, que en la mayoría de los casos se acercan a lo indicado en la edición, aunque
con excepciones como Pierrot, donde la edición marca un metrónomo de negra a 120 y
Cortot no toca nunca a esa velocidad, alejándose más en la primera versión, que toca
aproximadamente a 94 la blanca, acercándose más en la segunda versión, que toca
aproximadamente a 112 la negra, y todavía más en la tercera, que prácticamente hace a
la indicación de la partitura, eso sí, con mucha libertad. Como hemos comprobado en
Pierrot, pueden producirse, y hecho se producen diferencias entre las tres versiones,
aunque en general no necesariamente cambian la idea general que el pianista tiene de la
obra. En este caso, como en otras obras de su discografía podemos beneficiarnos de la
posibilidad de analizar más de una grabación, y descubrir cambios en sus prácticas
interpretativas, tanto en conceptos globales como en detalles pianísticos e interpretativos.
Llama la atención que, en 1923, Cortot no toca Réplique, algo que es extraño a la
luz de sus comentarios tan reveladores sobre la pieza. Además, hay otra diferencia
importante entre la primera grabación y las dos últimas, y es que en estas se incluye
Sphynxes, las tres series de notas que sirven como motivos generadores de todo el
Carnaval, que en principio no están escritas para ser tocadas, pero tres de los pianistas
que escuchamos la han tocado con arreglos personales: Cortot (en las dos últimas
157
Kenneth HAMILTON: After the Golden Age, Romantic Pianism and Modern Performance, Oxford
University Press, Nueva York, 2008, pág 184.
84
grabaciones), Rachmaninov y Gieseking. Nadie más, al menos que nosotros sepamos.
Tampoco Cortot en su grabación de 1923.
Entre las tres versiones hay también diferencias de sonoridad que pueden deberse
en parte a los estudios y herramientas de grabación, pero que pueden ser reveladoras de
la evolución del pianista. Las tres grabaciones suenan diferentes, aunque el mayor
contraste se produce entre la última y las dos primeras. En la versión de 1953 hay un
interés especial por la acentuación y la articulación, aspectos que el pianista cuida en sus
versiones anteriores, pero que en la última versión parece querer destacar especialmente,
ya que los acentos suelen ser algo más marcados y la articulación de notas separadas más
enfatizada. Por otro lado, en las tres versiones se destaca el estilo cantabile de Cortot y
su capacidad para mostrar los diferentes caracteres de la obra.
158
JACOBS, op. cit., Pág 34.
85
Annie Fischer, Arturo Benedetti Michelangeli, Vladimir Ashkenazy, Daniel Barenboim
y Eric le Sage, Sin ser una discografía exhaustiva de la obra, creemos que nos da una
imagen muy amplia de prácticas interpretativas para relacionarla con la visión de esta
obra que tenía Cortot.
En general, los pianistas escuchados son más fieles a la partitura que Cortot y
tocan con un estilo de tempi más estables y con menos rubato que el pianista suizo-
francés, pero en estos aspectos creemos que resulta reveladora la grabación de su alumno
Samson François, en una interpretación de los años cincuenta (recordemos que en los
años sesenta del siglo pasado realizó sus grabaciones más famosas). El alumno de Cortot
fue un pianista que en muchos momentos de su carrera muestra una clara influencia de su
profesor, pero que en esta ocasión nos parece, si no en las antípodas de su maestro, al
menos muy diferente en esta obra. En realidad, suena poco a Cortot ya que la sonoridad
es más seca y marcada, aunque no por ello deje de tener atractivo. François es un artista
que nos acompañará en este trabajo, ya que en su discografía se encuentran muchas obras
grabadas por su profesor. Pero en este caso en particular no podemos detectar una
influencia excesivamente notoria de Cortot en su interpretación, salvo de una manera muy
general. En todo caso, creemos que está más cercano a la versión que Cortot grabó en
1953, al menos en sonoridad.
En cuanto a los otros pianistas, nos llamó la atención que la húngara Annie Fischer
fuera la única que toca a un tempo más lento el tema del Siglo XVII que se encuentra en
la última pieza del Carnaval y al que se refiere Cortot en sus escritos, donde recomendaba
el cambio de tempo, aprobando una tradición que aplicaban algunos pianistas de su época.
Pero ningún otro de los intérpretes que hemos escuchado aplica esa idea teórica,
incluyendo a Samson François. Tampoco sabemos si Annie Fischer fue influenciada por
Cortot en ese aspecto en particular, o si lo recibió de alguna otra tradición, pero lo cierto
es que hace la indicación de Cortot.
86
Partitura 3.7. Schumann: Carnaval op. 9. Pieza nº 20 (Marche des Davidsbündler contre les Philistins). Compases 41-
60.
Los dos pianistas alemanes ofrecen visiones distintas a Cortot, pero por razones
diferentes. Mientras que Kempff toca generalmente con velocidades más lentas y su
visión suele ser menos dionisíaca, Gieseking toca normalmente con rapidez, pero su estilo
es diferente a Cortot, e incluso al del propio Gieseking en otro tipo de repertorios.
159
RATTALINO (2010), op. cit., pág 133.
87
indicados por Schumann (Pierrot, Paganini) o cambia las medidas en los compases
finales de la obra.
Por otro lado, Cortot y Rachmaninov son, junto a Gieseking, los únicos que
interpretan Sphynxes. Aunque en principio sea una pieza que no se debe tocar, nos ha
parecido revelador poder comparar sus arreglos y sus interpretaciones. Schumann escribe
tres series de notas sueltas que reflejan los temas del Carnaval en estado embrionario.
Cortot propone en su edición una manera de tocarlas para que tengan sentido en conjunto.
Refuerza las notas con octavas en la mano izquierda, añade indicaciones dinámicas
(Piano), reguladores, de tempo (Lento), de articulación (tenuto picado), de carácter
(misterioso) además de otros signos como calderones y comas. Todo esto en siete
compases.
-La segunda versión (1928) tiene una duración de 23 segundos. Es tenebrosa y con
matices. El pianista destaca el fraseo.
-En la tercera versión (1953) Cortot toma una duración de 23 segundos. Comienza con
desincronización de las manos, y el estilo es algo distinto a la anterior, más oscuro. La
matización es menos variada.
-La versión de Rachmaninov (1929) tiene una duración de 37 segundos. Hace efectos
sonoros, con trémolos y a veces toca con fuerza, destacando diversos matices.
-La versión de Gieseking (1942) tiene una duración de 21 segundos. Comienza en piano
y con una articulación legato. El pianista alemán hace pequeños matices, pero su versión
es más uniforme que las otras.
88
3.1.1.4. Resumen.
En general es fiel a lo que escribe, dentro de cierta libertad, salvo en algunas ocasiones.
La comparación con otros pianistas nos revela un estilo muy peculiar en facetas
como el rubato, que lo diferencia de otros pianistas, incluso de los de su misma época, y
en el caso de su alumno no hemos percibido una influencia de Cortot que sea
determinante, sino que más bien da la sensación de que el alumno ha captado de otras
fuentes.
160
Robert SCHUMANN: Scènes D’Enfants. Édition de Travail avec Commentaires D’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1945
161
MANSHARDT, op. cit., pág. 131.
89
el pianista considera indispensable para la realización adecuada de esa pieza o pasaje en
particular y puede proponer algún arreglo de distribución de manos según el caso. Las
piezas donde se encuentran los ejercicios técnicos son Hasche-Mann (articulaciones,
posiciones), Bittendes Kind (posiciones incómodas, arreglos) y Glückes Genug (legato,
posiciones).
162
Robert SCHUMANN: Kinderszenen, Breitkopf & Härtel, Leipzig, 1839.
90
de Träumereri, ya que el pianista destaca que esta pieza es tocada normalmente sin la
inocencia que él ve en la obra. Finalmente, Cortot nos habla de la necesidad de tener una
sensibilidad poética para poder interpretar lo que otro poeta nos quiere decir, refiriéndose
específicamente a Der Dichter Spricht. Sus comentarios en vídeo sobre esta última pieza
resaltan también la necesidad de tocar de una manera soñadora, pensando no solamente
en una sonoridad bella o en el cuidado del fraseo. 163
Como hemos podido comprobar, Cortot tiene en cuenta algunos aspectos del
mundo infantil que indudablemente se encuentran en la obra, aunque esta visión de la
candidez infantil puede ser matizada a través de comentarios como los del propio
compositor y de musicólogos como John Daverio. Este último, sin negar la conexión de
la obra con el mundo infantil, opina que en esta obra, el compositor tiene más bien una
añoranza de la infancia, pero que además, dentro de la obra, se encuentra reflejada la
relación entre Schumann y su amada Clara, aunque en un contexto diferente a otras de
sus creaciones. 164
Pensamos que Cortot encuentra en esta obra un vehículo perfecto para expresar
sus conceptos poéticos e introducirnos dentro de un mundo que es schumaniano, pero no
menos el mundo del pianista y su visión personal. Más allá de posibles críticas a la
abundancia de referencias poéticas, incluso en su labor pedagógica, 165 reconocemos que
es una necesidad para el pianista y que se extiende incluso a su entendimiento de la técnica
163
Donald STURROCK: The Art of Piano: Great Pianists of the 20th Century, Kultur Video, 2011.
164
DAVERIO, op. cit., pág 166.
165
TAYLOR, op. cit., pág 398.
91
instrumental, que será incapaz de crecer y avanzar si no está respaldada por una visión
poética de la música.166
Al igual que ocurrió en el Carnaval op.9, las Escenas de niños fueron grabadas
por Cortot en Londres y en tres ocasiones, en los años 1935, 1947 y 1953, un período de
tiempo que nos permitirá comparar una interpretación de Cortot en los años anteriores a
la Segunda Guerra Mundial y otras dos grabadas unos años después de la contienda.
166
GAVOTY, op. cit., pág 262.
167
RATTALINO (2010), op. cit., pág 134.
168
Ver Anexo I
169
Ver Anexo I
92
interpretaciones discográficas. Si comentábamos anteriormente que había una clara
diferencia entre la mayoría de indicaciones metronómicas de la primera edición de la obra
y las que se indican en la edición de trabajo de Cortot, las diferencias entre estas y las
tomadas en las interpretaciones no son menos evidentes. Incluso hay piezas de la serie en
las que las velocidades tomadas por Cortot se acercan más a las recomendadas en la
primera edición de la obra. Un ejemplo lo tenemos en Glükes Genug, donde la edición de
Cortot recomienda un tempo metronómico de 100 la corchea, mientras que la primera
edición recomienda el de 132 la corchea. En sus versiones discográficas, el pianista toma
unas velocidades que van aproximadamente desde 138 la corchea (primera y tercera
versión) a160 la corchea, velocidades ciertamente alejadas de lo que se ha recomendado
en su edición de trabajo.
93
Si en las indicaciones metronómicas, Cortot no es tan fiel a lo que se indica en su edición,
la situación con las velocidades recomendadas es diferente, ya que en este caso el pianista
sigue aproximadamente las indicaciones, desviándose solamente en algunas de las piezas,
y no en todas las versiones. Uno de esos casos se encuentra en Fast zu Ernst, donde Cortot
recomienda una duración de 1 minuto y 5 segundos, mientras que toca con una duración
de 1 minuto y 46 segundos en la primera versión, 1 minuto y 13 segundos en la segunda
y 1 minuto y 32 segundos en la tercera, pudiéndose observar las diferencias entre las tres
versiones, diferencias que van más allá de las duraciones, ya que hay otros elementos que
las distinguen, entre los que se podrían mencionar el uso del rubato, y el mayor o menor
número de ritardandi, lo que puede influir decisivamente en cada grabación, pero lo
cierto es que en este caso la diferencia entre la primera y la segunda versión es de más de
medio minuto, una diferencia bastante notoria en una pieza que no llega a los dos minutos.
94
Cortot quiere mostrar diferencias entre la primera y la segunda vez que ocurren esas
frases, o que también podría ser el producto de la inspiración momentánea del pianista.
Partitura 3.10. Schumann: Escenas de niños. Nº 13 Der Dichter Spricht. Compases 1-8.
También tenemos que tener en cuenta su visión del tempo en algunas de las piezas,
que enfoca con mucha libertad, más allá de la utilización del rubato. En nuestra audición
de Träumerei (versión de 1935) hemos podido detectar al menos tres velocidades
diferentes, notorias ya en los primeros cuatro compases. En las otras versiones, el pianista
se muestra más estable en el tempo, aunque siempre tomándose libertades y haciendo un
uso generoso del rubato. En este caso, Cortot utiliza estos recursos para confirmar su
visión de un inefable sentimiento poético que debe reinar en la interpretación de la pieza,
pero los recursos que utiliza pueden variar según la grabación. Manshardt menciona el
final de esta pieza para explicar el ritardando de los últimos compases, que Cortot no
interpreta como tal sino que es sólo una apariencia, ya que el pianista subdivide cada frase
en unidades anacrúsicas pequeñas, que toca en tiempo estricto pero cada vez más lento,170
algo que se confirma en la audición de este pasaje, aunque en esos compases finales
produce un efecto de pequeños cambios que dan la ilusión de un ritardando progresivo,
muy diferente a los cambios de tempo que el pianista produce al comienzo de su primera
grabación.
170
MANSHARDT, op, cit., pág 122.
95
Partitura 3.11. Schumann: Escenas de niños. Nº 7 Traümerei. Compases 1-6.
En muchos aspectos, podemos considerar que Cortot es fiel a sus escritos, sobre
todo en el reflejar una visión poética de la obra, y en muchos detalles que están de acuerdo
con sus indicaciones, teniendo en cuenta que en este caso sus comentarios suelen ser de
carácter muy general, lo cual deja mucho espacio para la libertad del propio intérprete.
Las tres versiones muestran también muchos puntos de coincidencia tanto en los tempi
como en otros muchos detalles, pero al mismo tiempo se producen varias diferencias
notorias entre ellas.
Hemos examinado las versiones completas de trece pianistas, entre ellos tres que
estudiaron con Cortot durante más o menos tiempo (Clara Haskil, Vladimir Horowitz y
Dino Ciani). Los otros pianistas son Artur Schnabel, Benno Moiseiwitsch, Wilhelm
Kempff, Claudio Arrau, Martha Argerich, Daniel Barenboim, Radu Lupu y Lang-Lang.
A pesar de sus estudios con Cortot, Haskil demuestra ser una pianista bastante
diferente a su maestro, destacándose la estabilidad de sus tempi y la sencillez de su
concepto, además de usar mucho menos el pedal derecho que Cortot, mientras que la
versión de Ciani es también de tempi más estables que Cortot, y sus velocidades no
siempre coinciden.
Vladimir Horowitz fue alumno de Cortot durante un tiempo, y elogiaba mucho las
interpretaciones schumanianas del pianista suizo-francés171, destacándose en sus
interpretaciones una influencia más notoria que en la de los dos pianistas mencionados
anteriormente. En sus dos versiones escuchadas, el pianista ucraniano hace un uso
abundante del rubato y las duraciones de cada una de las piezas son muy cercanas a las
171
DUBAL (1994), op. cit., pág 155.
96
de Cortot. Si en general, se considera que Cortot y Horowitz tenían muchos puntos de
vista opuestos,172 en esta obra nos da la impresión que que hay una influencia de la visión
del primero, aunque de ningún modo sea una imitación y existan diferencias debidas a la
personalidad de cada uno y al diferente mundo sonoro de ambos.
Ives Nat, alumno de Diémer nos ha parecido cercano a la visión de Cortot, pero
en todo caso sus tempi suelen ser más rápidos y utiliza menos rubato, y entre las otras
versiones, hay algunas que nos parecen más próximas a las de Cortot, como la de
Moiseiwitsch, por sus libertades y la utilización del rubato, y otras muy diferentes, como
es el caso de la interpretación de Schnabel, mucho más estable en el tempo y con una
tendencia a marcar de manera prominente los acentos rítmicos.
3.1.2.4. Resumen
172
JACOBS, op. cit., pág 58.
97
La influencia de Cortot en sus alumnos es más o menos evidente según el caso,
pero en alguno de ellos podemos apreciar aspectos del uso del rubato y otras herramientas
expresivas que nos pueden recordar al pianista suizo-francés.
173
Robert SCHUMANN: Kreisleriana, Édition de Travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1946.
174
Alain LOMPECH: “Alfred Cortot, l’Encyclopédiste”, en Monde de la Musique, mayo 1988, pág 42.
98
los dedos curvos, el jeu perlé y la elegancia algo seca de la vieja escuela, dando lugar a
la imaginación, al gran estilo y a la invención, y aunque no podamos estar de acuerdo con
el comentario en su totalidad, ya que Cortot siguió practicando el jeu perlé cuando lo
consideró necesario (como podemos comprobar en muchas de sus grabaciones) y también
conservó en varios momentos los rasgos de esa escuela francesa que recibió de sus
estudios con Diémer, lo cierto es que Lompech pone el dedo en la llaga acerca de las
prioridades que tenía Cortot, lejano a un tipo de articulación seca, a simples
demostraciones de mecánica instrumental o versiones elegantes pero sin profundidad, ya
que más bien buscaba versiones imaginativas y expresivas.
Esa diferencia entre el estilo de Cortot y el de otro tipo de pianistas es también
reforzada por Brenno Ambrosini:
Cortot pertenece a la época de oro del piano, a su primera fase. Aquella época en
la que cada pianista tenía su sonido, su visión interpretativa, su escuela pianística.
Una época en la que el contacto con el público era intenso y el mensaje transmitido
más hondo. Cortot "hablaba" de vida, de arte y de historia con su música, no de
notas y de metal, como pasa ahora en las salas de conciertos.175
En la última de las piezas, Cortot habla de hacer volar la imaginación sobre las
alas del sueño, como broche de oro a un ciclo en el que abundan las evocaciones
visionarias o sentimentales, siendo esta una obra en la que Cortot espera que la
imaginación del intérprete vaya más allá del origen literario de la obra, que en todo caso
serviría de estímulo.
175
Ver Anexo I
99
comienzo de la última de las piezas recomienda unos ejercicios para conseguir unos
ataques que sean a la vez murmurados y precisos y en el primer Intermezzo de la segunda
pieza el pianista señala la necesidad de conseguir ataques diferentes para destacar las
distintas voces. Aunque comentarios sobre los ataques no falten en otras de sus ediciones
de trabajo, creemos necesario resaltar la relevancia que tienen en sus comentarios sobre
esta obra.
El pianista grabó esta obra en dos ocasiones: 1935 y 1954. Esta segunda versión
no fue publicada en su momento, pero actualmente se encuentra en disco compacto dentro
del álbum homenaje a Cortot que nos sirve de referencia para nuestro trabajo sobre la
discografía del pianista. No conocemos las razones exactas que impidieron en su
momento la salida al mercado de esta grabación, pero podemos imaginar que se debió a
los numerosos fallos que comete el pianista durante su ejecución de la obra. Pero eso no
nos impide valorar la importancia del documento, ya que nos permite comparar dos
versiones en distintas etapas de la carrera del pianista, tal como pasaba con las obras
anteriores. En términos generales, su versión de la obra se encuentra entre las favoritas
de pianistas como Jura Margulis, y del Doctor Charles Timbrell, especialista en el
pianismo francés, que también cuenta entre sus favoritas la versión que Cortot hace del
Carnaval.176 Por otro lado, Rattalino ha criticado la versión de la Kreisleriana por
considerarla demasiado positiva, y poco atenta a las palabras de Schumann a Clara.177
Suponemos que Rattalino se refiere a la grabación de 1935.
176
Ver Anexo I.
177
RATTALINO (2010), op. cit, pág 135.
100
En términos generales, Cortot es fiel a sus indicaciones teóricas en las dos
versiones escuchadas, reflejando sus opiniones poéticas en interpretaciones donde priman
la libertad y la imaginación. Además, y a diferencia de sus interpretaciones de Escenas
de niños, Cortot es fiel a las indicaciones metronómicas de su edición de trabajo (también
es fiel a sus recomendaciones de duración de la obra completa), desviándose solamente
en el principio de la quinta pieza, en la que la indicación metronómica es de negra a 160
y Cortot toca en las dos versiones a una velocidad cercana a 184 la negra, pero sin
embargo toca a 160 unos compases después (a partir del compás 15), cuando aparece un
tema nuevo. Así que estaríamos hablando de la elección de dos tempi por el pianista, no
tratándose de una decisión improvisada en el momento, ya que hace el mismo efecto en
las dos versiones.
Partitura 3.12. Schumann: Kreisleriana op. 16. Pieza nº5. Compases 1-19.
101
como puede comprobarse al principio de la sexta pieza. Pero por otro lado, nos ha
sorprendido que en una obra donde teóricamente exalta la fantasía y la libertad, el pianista
se muestre más de acuerdo a sus propias indicaciones que en otras obras, incluyendo
también las recomendaciones de duración, que Cortot respeta de manera casi literal, o al
menos muy cercana, en la mayoría de las piezas, y en aquellas en las que se aparta de sus
recomendaciones entran en juego otros factores, como la observación o no de las
repeticiones escritas en la partitura.
178
DAVERIO, op. cit, pág 94.
179
Ibidem.
102
Partitura 3.13. Schumann: Kreisleriana op. 16. Pieza nº1. Compases 74-83.
180
MANSHARDT, op. cit., pág 33.
103
donde el pianista cambia las medidas de la mano izquierda y la hace diferente a la manera
en que está escrita.
Los signos de fraseo son vistos por Cortot con cierta libertad, como por ejemplo
en el comienzo de la sección central de la quinta pieza (a partir del compás 51), donde en
el compás 52, la partitura indica una corchea separada y luego cuatro corcheas ligadas
(también se incluye la negra del compás siguiente). Cortot no lo hace de esa manera, sino
que hace una misma frase con todas las corcheas y la negra, y esto se repite en las dos
versiones.
Manshardt nos puede aclarar la actitud de Cortot cuando comenta que las marcas
convencionales de fraseo son de poca ayuda cuando se trata de suplir la fuerza propulsora
a la frase, y que muchas veces las señales de fraseo en la partitura no son la mejor opción
a la hora de interpretar la obra.181
181
MANSHARDT, op. cit, pág 117.
104
Por tanto, podemos decir que en Kreisleriana, Cortot es fiel a sus ideas, pero que
en algunos momentos se aparta de sus indicaciones teóricas, siendo difícil de determinar
en algunas ocasiones si se trata de un deseo del intérprete, de posibles inspiraciones del
momento, o de simples fallos técnicos o de memoria. Además, las dos interpretaciones
del pianista muestran tanto aspectos equivalentes entre ellas como aspectos divergentes,
siendo en este último caso evidentes las diferencias entre la sonoridad pianística general,
aún sin perder nunca el estilo propio del pianista, y la forma de enfocar algunos acentos
en particular.
Aparte de las versiones de Cortot, para esta obra hemos analizado a distintos
pianistas como Vlado Perlemuter, Josef Hofmann, Wilhelm Kempff, Vladimir Horowitz,
Alfred Brendel, Vladimir Ashkenazy, MarthaArgerich, Maurizio Pollini, Radu Lupu,
Murray Perahia, András Schiff, Evgeny Kissin, Eric le Sage, Claire-Marie Le Guay y los
españoles Alicia de Larrocha y Joaquín Achúcarro.
Timbrell ha comparado las versiones de Cortot con las de Lazare-Lévy eYves Nat.
En el caso de Cortot pensamos que se refiere a la versión de 1935, ya que la última no ha
estado disponible sino a partir del 2012, por lo que suponemos que se refiere a la primera
versión. La comparación es interesante por tratarse de tres pianistas que estudiaron con
Diémer. Se llega a la conclusión de que Cortot es el que más destaca los cambios de
carácter, el fraseo, las voces y el sonido, mientras que Lazare-Lévy hace menos
contrastes, menos rubato y usa menos el pedal. Por otro lado, según Timbrell, Nat se
muestra menos atento a las voces y a los contrastes.182
182
TIMBRELL, op. cit., pág 70.
105
donde Perlemuter suele tocar con un tempo más estable y su uso del rubato diferente al
de su maestro. En ese sentido, nos parecieron especialmente destacables las piezas
número dos y número seis.
183
HAMILTON (2008), op. cit., pág 101.
184
Op. cit., pág 137.
106
en la segunda. Sin embargo, no es Le Guay sino Joaquín Achúcarro el que tiene la mayor
duración en esta pieza: 10 minutos y 33 segundos, estableciéndose las mayores
diferencias de duración entre Achúcarro y Hofmann, que tiene una duración de 4 minutos
y 5 segundos, aunque en su caso hay que tener en cuenta que omite el segundo Intermezzo.
La duración de esta pieza puede depender de las repeticiones que hagan los pianistas, o
si eligen la edición de 1839 o la de 1850, pero puede ser revelador comparar las
duraciones de todos los pianistas con las de Cortot en la segunda pieza. Los que más se
alejan de las duraciones de Cortot, si exceptuamos a Hofmann, Le Guay y Achúcarro, son
Evgeny Kissin con 9 minutos y 46 segundos, Martha Argerich con 9 minutos y 38
segundos, Vladimir Ashkenazy con 9 minutos y 25 segundos, Alicia de Larrocha con 9
minutos y 18 segundos, Radu Lupu con 8 minutos y 58 segundos, y Eric Le Sage con 8
minutos y 16 segundos. El resto de los pianistas tiene una duración entre los siete y los
ocho minutos, más cercana a las recomendaciones de Cortot. Pero en términos generales,
la tendencia es a practicar unas duraciones mayores que las recomendadas por el pianista,
lo que no quiere decir que el tempo sea más lento en todas las secciones (teniendo en
cuenta los Intermezzi), sino que suelen hacer más lenta el tempo del Sehr Innig und Nicht
Zurasch, además de la utilización más o menos libre del rubato, que en general suele ser
menos libre que en las interpretaciones de Cortot, pero que en algunos casos puede
determinar la mayor o menor duración.
Ninguno de los pianistas hace los arreglos de Cortot, por lo que pensamos que no han
pasado a ser parte de las interpretaciones de estas obras.
3.1.3.4. Resumen.
Al igual que en otras obras Cortot comienza su edición con comentarios sobre el
contexto histórico, siendo esta introducción una de las más extensas de sus ediciones de
trabajo. Posteriormente, el pianista destaca algunos conceptos, como la imaginación y los
ataques pianísticos. No olvida aconsejar muchos ejercicios técnicos, aunque siempre
recomendando no enfocar esta obra con miras a un simple despliegue de virtuosismo.
107
La tendencia general de los otros pianistas es la de tomar más tiempo que Cortot
en la interpretación de esta obra, y en muchos casos también hacen menos contrastes y
usan menos rubato y menos pedal. No hacen los arreglos de Cortot.
A pesar de tener la obra un título que evoca la danza, Cortot cree que no todas las
piezas deben ser vistas como tales, y que lo más importante es la relación psicológica
entre los personajes Florestan y Eusebius, cuyos nombres se turnan en las piezas y a veces
aparecen juntos. Son esos personajes a los que Cortot quiere resaltar, y con ellos una serie
de estados psicológicos que el pianista considera trascendentales para la interpretación de
esta obra: ternura, alegría, impaciencia, éxtasis, amargura y esperanza.
Acerca de la coda de la pieza número seis, por ejemplo (a partir del compás 75),
el pianista nos habla de amargura secreta, lirismo patético y carácter generosamente
exaltado, expresiones que reflejan un intento de acercarse de la manera más exacta a los
diferentes estados de ánimo de la obra, algo que concuerda con el testimonio de algunos
de sus alumnos, quizás el aspecto más predominante de toda la pedagogía de Cortot,187 y
185
DAVERIO, op. cit., pág 135.
186
Robert SCHUMANN: Les Danses des Compagnons de David, Édition de Travail avec commentaires
d’Alfred Cortot, Éditions Salabert, París, 1947.
187
MANSHARDT, op. cit., pág 4.
108
que se demuestra claramente en obras como ésta, donde abundan las referencias a los
distintos estados de ánimo.
Partitura 3.15. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 6. Compases 75-79.
Sin embargo, para autores como Rattalino no existe una base teórica
suficientemente sólida en el lenguaje poético de Cortot para intentar comunicar
verbalmente los distintos estados de ánimo de las obras a interpretar,188 y también se
pregunta por la aplicación técnica de tales explicaciones. 189 ¿Cómo pueden aplicarse
técnicamente esos comentarios poéticos? Pero tal como explica Gavoty, la técnica, en
Cortot es dominada por la estética, de tal forma que es impensable la una sin la otra, 190 lo
que no impide que Cortot tenga también un lado práctico muy importante que se
manifiesta en sus comentarios técnicos, incluso en esta obra donde el predominio de su
lenguaje poético es tan preeminente. Entre esos aspectos prácticos, recomienda una
duración de 25 minutos para la interpretación global de la obra, pero no da ninguna
recomendación para cada una de las piezas, generándose un patrón que creemos evidente
después de analizar varias de sus ediciones schumanianas, y es que el pianista indica una
duración para cada pieza de un ciclo cuando considera que estas piezas tienen una
duración mayor, lo cual puede ser discutible, ya que hay piezas en las Danzas de la
cofradía de David o en el Carnaval que tienen tanta o más duración que piezas en las
Escenas de niños o en la Kreisleriana, pero en general, pensamos que esa es la idea detrás
de recomendar o no las duraciones individuales de cada pieza.
188
RATTALINO (2010), op. cit., pág 22.
189
RATTALINO (2010), op. cit., pág 25.
190
GAVOTY, op. cit., pág 244
191
Robert SCHUMANN: Robert Schumann Werke, Serie VII, Breitkopf & Härtel, Leipzig, 1887 (reedición).
109
Cortot son de una mayor velocidad en diez de las piezas, mientras que son de menor
velocidad en siete de ellas y las dos ediciones tienen la misma velocidad en una de las
piezas. Las diferencias más notorias se encuentran en la segunda pieza (Cortot: negra a
138. Otra edición: negra a 96) y en la catorce (Cortot: negra a 138. Otra edición: negra a
100.). Si en las Escenas de niños el pianista proponía generalmente tempi más lentos que
otras ediciones, en este caso la preferencia general es de velocidades más rápidas que en
la otra edición, lo que nos muestra la versatilidad teórica de Cortot.
Partitura 3.16. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 5. Compases: 9-23.
Los pedales no suelen ser mencionados de manera extensa por Cortot en sus
comentarios (a veces hay que obtener información sobre sus ideas a través de otras
fuentes), pero en la pieza número catorce pide la utilización de los dos pedales (que
sepamos, nunca menciona el pedal tonal). El pianista desea conseguir un efecto
envolvente en el principio de esta pieza.
110
Partitura 3.17. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 14. Compases 1-5.
111
Partitura 3.18. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 18. Compases 1-9.
112
.
Partitura 3.19. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 7. Compases 53-60.
Partitura 3.20. Schumann: Danzas de la cofradía de David op. 6. Pieza nº 10. Compases 1-4.
113
hemos mencionado anteriormente, y que podemos interpretar que el pianista no tenía
siempre en mente un corte en el sonido, como solemos pensar muchas veces, sino que
más bien quería indicar ciertas inflexiones en el fraseo que ayudarán al estudiante a poder
entender mejor el fraseo de la obra.
En esta obra hemos escuchado a Yvonne Lefébure, una de las primeras alumnas
de Cortot en el Conservatorio de París, y pianista famosa por derecho propio, además de
ser siempre una devota admiradora de su maestro192y a Thierry de Brunhoff, otro de los
alumnos importantes de Cortot. También hemos escuchado la interpretación de Catherine
Collard, que fue alumna de Lefébure.
Entre los otros pianistas seleccionados se encuentran los franceses Eric Le Sage
y Delphine Lizé y luego otros pianistas como Walter Gieseking, Wilhelm Kempff,
Claudio Arrau, Vladimir Ashkenazy, Maurizio Pollini, András Schiff, Anatol Ugorski y
Mitsuko Uchida.
192
TAYLOR, op. cit., pág 220.
114
Por otro lado, pensamos que un caso de influencia de las prácticas interpretativas
de Cortot en Lefébure, que no tiene que ver con la edición de trabajo, se encuentra en el
comienzo de la pieza número diez, donde el maestro convertía la última negra de la mano
izquierda del segundo compás en una corchea. Este cambio es realizado por Léfebure con
claridad, y obtiene el mismo efecto que en Cortot, por lo que pensamos que puede haber
sido transmitido en sus clases con el maestro, o a través de la escucha de sus conciertos.
Lo cierto es que la alumna de Lefébure, Catherine Collard, también hace ese cambio, y
con los mismos resultados. ¿Casualidad? Pensamos que no, ya que este cambio no es
utilizado por la mayoría de los pianistas escuchados, aunque a veces, como en el caso de
Maurizio Pollini, da la impresión de que se mueve entre la medida escrita y el efecto que
realiza Cortot. Walter Gieseking, por otro lado, está en las antípodas de Cortot en este
pasaje, convirtiendo la negra en negra con puntillo, lo cual es un efecto completamente
contrario al pretendido por nuestro pianista.
Thierry de Brunhoff tiene sin duda influencias de Cortot, pero toca con menos
rubato, y en general sus tempi son más lentos que los de su maestro, del que sin embargo
parece tener en cuenta algunas de sus prácticas interpretativas, que adapta a su propio
estilo, como podemos observar al final de la séptima pieza, donde Brunhoff no corta el
acorde como hace su profesor, pero tampoco lo conecta completamente con el siguiente
compás, sino que deja el re ligado sonando solo durante un momento. En cuanto al
principio de la décima pieza, no llega a convertir la negra con puntillo en corchea, pero
en algunos momentos corta algo la duración de esas octavas. En cuanto la última pieza,
Brunhoff no sigue las prácticas interpretativas de su maestro.
115
Pero la diferencia más sorprendente entre las duraciones de Cortot y la de otros
pianistas se establece con Delphine Lizé, no necesariamente en todas las piezas de la obra,
sino más bien en algunas de las lentas, como las dos últimas que hemos mencionado con
respecto a Lefébure, en las que las diferencias de duración eran evidentes, pero que en el
caso de Lizé se convierten en extremadamente notorias. Tengamos en cuenta que Lizé
toma una duración de 6 minutos y 19 segundos para la pieza diecisiete, y de 3 minutos y
31 segundos para la última, lo cual supone prácticamente tocar tres veces más lento que
Cortot en estas últimas piezas, interpretándolas con los tempi más lentos de los pianistas
escuchados, estando cercanos Anatol Ugorski y Mitsuko Uchida en estas dos piezas
finales del ciclo.
3.1.4.4 Resumen
Cortot sigue en su edición de trabajo de esta obra, el mismo estilo que en otras obras
schumanianas, con un énfasis en el contexto histórico, pero sobre todo en la visión poética
que el pianista tiene de la obra y que quiere trasmitir a los alumnos y a los pianistas en
general.
116
3.1.5 Papillons op. 2.
Papillons (Mariposas), obra de origen complejo, 193 y cuyo título era muy común
en la época, 194 es presentada por Cortot como una obra de una escritura musical delicada,
viva, fresca y espontánea, con cada episodio ejerciendo un encantamiento sobre el oyente
y llevándonos a un mundo del salón, del baile y del romance entre los enamorados. El
pianista destaca también la calidad de la escritura instrumental, que va a permitir traducir
toda una gama de sentimientos y de sensaciones íntimas, siendo efusivo en sus elogios
hacia la obra. No faltan comentarios en esta edición de trabajo de 1945,195 aunque quizás
haya menos que en otras obras como la Kreisleriana, por ejemplo.
En esta obra en particular destaca su mención al pedal tonal, que ve como una
posibilidad para resolver los problemas implicados en la última pieza, donde Schumann
pide que veintisiete compases se toquen sin cambiar el pedal derecho (compases 43-69).
El que la nota re en el bajo se mantenga sonando es algo que Cortot ve prácticamente
irrealizable en la práctica, salvo aquellos pianos que tengan lo que él llama un dispositivo
especial, el pedal tonal. Finalmente, el pianista recomienda mantener esa nota grave el
mayor tiempo posible con cambios frecuentes del pedal derecho, que él llama el pédale
forte. Otras indicaciones sobre la utilización del pedal en otras piezas demuestran que el
193
DAVERIO, op. cit., pág 79.
194
Eric Frederick JENSEN, Schumann, Oxford University Press, Nueva York,2012, pág 86.
195
Robert SCHUMANN: Papillons op. 2. Édition de travail avec comentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, Páris, 1945.
117
pianista estaba especialmente interesado en su correcta utilización en esta obra, pero es
en todo este pasaje final donde el pianista muestra su preocupación de manera especial.
Al igual que con las Danzas de la cofradía de David, esta obra fue grabada por
Cortot en sólo una ocasión (Londres 1935), por lo que no podemos comparar distintas
interpretaciones del pianista. Cortot se muestra fiel a lo que propone en su edición de
trabajo y no parecen existir divergencias importantes con lo propuesto en su edición. Se
trata de una grabación de tempi movidos y donde resaltan muchas cualidades del pianista
y también algunas de sus idiosincrasias.
196
PERES DA COSTA, op. cit., pág 51.
197
HAMILTON (2008), op. cit, pág 149.
118
especialmente la atención su uso al principio de la primera pieza (después de la
introducción) y también al comienzo de la quinta, donde la desincronización de las manos
es muy evidente.
119
pasaje tan famoso, Cortot hace otro arreglo no mencionado en su edición de trabajo. Se
trata una serie de blancas que se repiten seis veces y van desapareciendo luego en un
silencio con calderón (compases 58-68). Es un pasaje que el pianista menciona con
interés, recalcando su importancia y destacando diversos detalles. Pero no dice nada de
hacer algún arreglo especial. Sin embargo, al escuchar la grabación se percibe claramente
que el pianista toca esas notas con una octava aguda añadida.
Podemos decir, en general, que Cortot sigue las líneas interpretativas de sus otras
versiones de obras de Schumann, siendo fiel a sus principios y a muchas de sus
indicaciones, pero al mismo tiempo tomándose algunas libertades y haciendo arreglos
que no están recomendados en su edición de trabajo.
Con François nos parece que vuelve a pasar lo mismo que con otras de sus
interpretaciones schumanianas, es decir, que la influencia que Cortot haya podido tener
en sus interpretaciones no se aprecia de manera evidente, sea por cuestiones de sonoridad
(sonido más marcado, menos pedal), o de concepto en general. En todo caso podemos
apreciar detalles que demuestran cierta influencia de su maestro, como por ejemplo en la
parte final de la última pieza, donde Schumann escribe veintisiete compases que han de
ser tocados sin quitar el pedal derecho. A pesar de que el tempo es mucho más lento que
el de su maestro, François destaca el re del bajo, que deja de sonar en algunos compases
absorbido por el pedal y las otras sonoridades.
Este pasaje de la pieza final (compases 43-69) nos permite ver claras diferencias
en las prácticas interpretativas a través de los enfoques de diferentes pianistas:
120
Partitura 3.22. Schumann Papillons op. 2. Finale. Compases 43-69.
-François: Prácticamente la misma idea que Cortot, pero a un tempo más lento y sin añadir
octavas a las notas que se repiten.
-Kempff: Destaca el re, pero no toca tan suave el resto. Además, toca con fuerza las notas
que se repiten.
-Claudio Arrau: Destaca el re y toca el resto más piano (no tanto como Cortot). Destaca
con cierta fuerza las notas que se repiten.
-Sviatoslav Richter: Destaca el re con mucha fuerza y todo lo demás en un matiz suave,
tocado a un tempo mucho más lento que el de Cortot. Las notas repetidas son destacadas,
pero no muy fuertes.
-Jörg Demus: Destaca el re, pero no hace tan piano el resto. Las notas repetidas
comienzan con fuerza y luego disminuyen.
121
- Vladimir Ashkenazy: No toca muy fuerte el re, y luego no hace un matiz tan suave como
otros pianistas. Las notas repetidas comienzan con fuerza y luego van diminuendo.
-Andrei Gavrilov: Destaca el re con fuerza, al estilo de Richter, pero luego toca con fuerza
las otras voces y no busca sonoridades envolventes (Cortot, Richter) sino que quiere
destacar la polifonía. Las notas repetidas comienzan con fuerza y luego disminuye.
-Eric le Sage: Destaca el re, comienza tocando todo con fuerza y luego hace diminuendo.
La primera nota de las que se repiten es tocada con más fuerzas, y las demás más suaves.
-Alex Slobodyanik: No toca el re con fuerza y hace el resto con suavidad, pero cambiando
el pedal derecho, aunque el sonido no llega a cortarse del todo, pero el efecto es muy
diferente a lo que hace Cortot, aparte de tocar a un tempo mucho más lento que el pianista
suizo-francés. Las notas repetidas son destacadas, pero no a un matiz muy fuerte.
Pensamos que esta es una muestra suficientemente clara de las posibilidades que
puede tener un mismo pasaje en cuanto a tempo, uso de los pedales, entendimiento de los
signos de la partitura, y otros parámetros. Pianistas como Ashkenazy se muestran alejados
de Cortot en la forma de interpretar esta sección, al menos en cuanto a la acentuación y a
la dinámica, Mientras que Richter hace los efectos envolventes, pero enfoca de manera
diferente el ataque del bajo y además el tempo es muy diferente del de Cortot.
La comparación con Claudio Arrau también nos parece interesante, y más cuando
el pianista chileno declaró su admiración por Cortot, pero al mismo tiempo criticó su
interpretación de los compositores alemanes Para Arrau, Cortot era un pianista
maravilloso, pero que era incapaz de tocar bien a los compositores alemanes como
Brahms o Beethoven, y quizás sólo algo de Schumann.198 Por otro lado, sabemos que a
Cortot le gustaba tocar la música de Bach y de Beethoven, 199 pero por diversas razones
no hay constancia discográfica de su actividad bachiana como pianista, salvo fragmentos
como la cadenza del primer movimiento del quinto Concierto de Brandemburgo. El resto
son transcripciones del pianista. Y en cuanto a Beethoven, hasta hace poco no se podían
escuchar sino unas pocas interpretaciones, pero actualmente han salido al mercado
algunas interpretaciones beethovenianas que no estaban disponibles anteriormente y que
se incluyen en el álbum discográfico dedicado a Cortot, que nos sirve de referencia para
198
Joseph HOROWITZ: Arrau on Music and Performance, Dover Publications, Nueva York, 1999, pág 84.
199
TAILLANDIER-GUITTARD, op. cit., pág 23.
122
esta investigación. Las diferencias entre Arrau y Cortot son evidentes, comenzando por
los tempi, que suelen ser más lentos en el caso del pianista chileno, algo que se evidencia
claramente en las interpretaciones de Papillons, donde la versión de Cortot tiene una
duración global de 12 minutos y 28 segundos, mientras que la de Arrau tiene una duración
de 15 minutos y 52 segundos, una diferencia de más de 3 minutos. Pero se podría hablar
de otras diferencias no menos importantes, como el uso de los rubati, que son más
pronunciados en Cortot, mientras que en Arrau parecen ser menos evidentes, aunque esto
no implique que el pianista chileno no los utilice. El uso del pedal derecho es también
diferente, siendo más abundante en el caso de Cortot y más discreto, aunque notorio en
el caso de Arrau, que parece estar muy interesado en la claridad de la polifonía, que se
escuchen claramente todas las voces, mientras que Cortot, sin dejar de mostrar la
polifonía, parece estar más interesado en la sonoridad general. En todo caso, pensamos
que estos tipos de sonoridades pueden deberse también a los distintos sistemas de
grabación, a las acústicas y a los pianos utilizados. Lo que sí son evidentes son las
diferencias en la forma de enfocar esta música por parte de los dos pianistas, lo que podría
justificar las palabras de Arrau sobre las interpretaciones de la música alemana que hacía
Cortot, aunque al menos concedió que podía tocar bien algunas obras de Schumann.
Las diferencias de Cortot con Kempff son también evidentes, aunque las
duraciones globales no sean tan alejadas, ya que Cortot toma un tiempo de 12 minutos y
28 segundos, mientras que la duración de Kempff es de 13 minutos y 10 segundos. El
pianista alemán, que era amigo de Cortot, como mencionamos anteriormente, y que
compartió con el pianista suizo-francés alumnos como Idil Biret,200 también es muy
diferente a Cortot en su utilización del pedal, en su uso del rubato y en su concepto general
de la obra. Las diferencias se pueden notas también en detalles como el de la última pieza
de la obra, que hemos mencionado anteriormente.
200
Idil Biret Official Website, biography [en línea], disponible en: http://www.idilbiret.eu/en/?cat=5
[consulta 20-7-2015]
123
real de fortissimo, sino que lo interpreta como un cambio de carácter con lo que ha venido
anteriormente, y mientras se muestren estos contrastes no necesita tocar muy fuerte. En
el caso de Richter, el pianista ucraniano interpreta esas indicaciones de manera más literal
y hace uso de prácticamente toda la fuerza que puede ofrecerle un piano moderno, por lo
que el efecto es completamente diferente al realizado por Cortot.
Partitura 3.23. Schumann: Papillons op. 12. Pieza nº 10. Compases 1-26.
3.1.5.4 Resumen
Cortot sigue en su edición de trabajo de Papillons, las líneas generales de sus otras
ediciones schumanianas, aunque en este caso no hace recomendaciones de duración
general ni tampoco de duración de cada pieza individual. El pianista dedica una
introducción extensa a la obra, aunque sin llegar a la de otras como las Danzas de la
cofradía de David. También propone arreglos en algunos pasajes y posibles cambios de
articulación.
124
3.1.6 Estudios Sinfónicos op. 13.
Ésta es la única obra para piano sólo del autor alemán grabada por Cortot que fue
incluida en ese libro de sus clases, que pudimos consultar en París en una edición de 1934.
La obra se encuentra dentro del capítulo dedicado a la forma de variaciones202 y no como
estudios, lo cual pueden ser la causa de que los comentarios tiendan a ser más poéticos
que en la edición de trabajo. Es posible que el pianista no quisiera repetirse a sí mismo y
enfocara la obra desde otros aspectos, ya que en la edición de trabajo Cortot no sólo
enfatiza los aspectos técnicos, sino que también los musicológicos. En el curso de
interpretación habla más de personajes schumanianos como Eusebius y Florestan,
mientras que en la edición de trabajo de precisión rítmica y resolución de problemas
técnicos. De todas maneras, en ambas fuentes se comienza explicando el contexto de esta
obra (en la edición de trabajo no es Cortot el que hace la introducción histórica, sino su
amigo Laurent Ceillier), que tiene dos ediciones, lo que algunos musicólogos consideran
una muestra de cierta tendencia conservadora por parte de Schumann en los años
cincuenta del Siglo XIX, en el que revisó otras de sus obras que hemos comentado, como
Kreisleriana y Davidsbündlertänze.203 Cortot se decanta en principio por la segunda
edición, lo que supone una elección en el modo de hacer algunos pasajes de la obra, pero
el pianista no quita algunos de los estudios, como sí hizo Schumann.
El pianista recomienda una duración global de la obra de entre 24 y 25 minutos, algo que
curiosamente coincide con las recomendaciones globales para otros ciclos como
201
Robert SCHUMANN: Études Symphoniques en forme de variations op.13. Édition de travail avec
comentaires d’Alfred Cortot, Éditions Salabert, Páris, 1948.
202
CORTOT, Alfred: Cours d'Interprétation, Librairie Musicale R. Legouix, París, 1934. Págs 250-256.
203
Larry, R. TODD (Edit): Nineteenth Century Piano Music, Routledge, Abingdon, 2004.
125
Carnaval y Danzas de la cofradía de David, para las que Cortot recomienda una duración
aproximada de 25 minutos, aunque el pianista siempre añade que se tratan de
recomendaciones y no de imposiciones. Pero en el caso de los Estudios Sinfónicos aparece
otro problema, que va más allá de las posibles repeticiones, y se trata de incluir o no las
cinco variaciones póstumas que el pianista defiende en su edición de trabajo, llegando a
afirmar que posiblemente él fue el primer pianista en incluir esas cinco variaciones en
una interpretación de la obra completa. Por tanto, su recomendación de 25 minutos se
refiere a la obra completa, incluyendo las variaciones póstumas, que no menciona en el
libro de sus clases magistrales. No incluye recomendaciones de duración para cada una
de las piezas individuales, y en este caso, sus recomendaciones metronómicas coinciden
con las de otras ediciones.
204
DOUMET, op. cit., pág 14.
205
RATTALINO (2010), op. cit., pág 135.
126
momentos con alguna de las mayores demostraciones de fuerza que le hayamos
escuchado al pianista, pero en nuestra opinión, Cortot también crea otros puntos
importantes de contraste, como los que se encuentran en las variaciones póstumas
números dos, cuatro y cinco.
La forma final que decidió Cortot para tocar la obra, y que Rattalino critica, es la
siguiente:
1. Tema
2. Estudio I (variación 1)
3. Variación Póstuma I
4. Estudio II (variación II)
5. Estudio III
6. Estudio IV (variación III)
7. Estudio V (variación IV)
8. Variación Póstuma IV
9. Estudio VI (variación V)
10. Estudio VII (variación VI)
11. Variación Póstuma II
12. Variación Póstuma V
13. Estudio VIII (Variación VII)
14. Estudio IX
15. Variación Póstuma III
16. Estudio X (Variación VIII)
17. Estudio XI (Variación IX)
18. Estudio XII
Como podemos comprobar, Cortot no toca las variaciones póstumas según su orden
numérico, sino que comienza con la primera, luego toca la cuarta, luego la segunda
seguida por la quinta, y luego la tercera. Una decisión personal que podrá gustar más o
menos pero que indudablemente le da una forma particular a esta obra.
127
Partitura 3.24. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Variación 3 (Estudio 5). Compases 1-4.
Lo que nos interesa especialmente en esta obra son las diferencias entre las dos
versiones, que no incluyen la forma de la obra, ya que Cortot distribuye las variaciones
póstumas de la misma manera las dos veces, sino algunos detalles puntuales que hacen
que cada una de ellas tenga su propio estilo. Empezando por la sonoridad en general, la
segunda versión parece un sonido más cercano a las grabaciones schumanianas que por
aquella época hizo su alumno Sansom François, es decir, un sonido más marcado y quizás
algo más percutido, en todo caso diferente al sonido del Cortot de los años de la primera
grabación de la obra. También se pueden encontrar diferencias puntuales, como las de la
variación número siete, que según Cortot evoca el mundo de Bach y en el que pide
especial cuidado en hacer bien las medidas, además de recomendar un uso generoso del
pedal. Pero podemos comprobar que en las dos versiones hace efectos diferentes. En la
primera de ellas, toca con un pedal abundante y con estabilidad rítmica, haciendo
prácticamente siempre los ritmos de manera similar, salvo en algunos momentos en los
que hace rubato. Sin embargo, en la segunda versión toca con un enfoque diferente. En
algunos momentos parece no poner nada de pedal derecho y en otros pone más pedal.
Además, las medidas no son tan constantes como en la primera versión, sino que el
pianista hace variantes que podrían ser por una intención de crear contraste o también
podrían deberse a posibles dificultades técnicas. La acentuación es también diferente, más
marcada en la segunda versión, aunque eso no quiere decir que la primera no sea
dramática o que no contenga una acentuación marcada. Pero una escucha de las dos
grabaciones permite percibir inmediatamente las diferencias de concepto del Cortot de
1929 y del Cortot de 1953.
128
Partitura 3.25. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Variación 7 (Estudio 8). Compases 1-2.
La variación número cinco es otro ejemplo de las diferencias entre las versiones,
En la primera el pianista destaca el pulgar de la mano izquierda y mantiene en mismo tipo
de sonido durante toda la variación, con algunos cambios debidos al fraseo, mientras que
el pianista en su segunda grabación la enfoca de manera diferente, combinando dos tipos
de sonoridades. Por un lado, comienza de manera parecida a la primera versión, sólo que
con menos pedal, pero en la repetición cambia el sonido y pone más pedal, además de
cantar de manera diferente.
Partitura 3.26. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Variación 5 (Estudio 6). Compases 1-3.
Otro cambio se produce en el Finale, la última entrada del tema principal antes de
la modulación a si bemol mayor 8(compás 175). En este caso la variación con respecto a
la partitura se produce en la primera versión, ya que el pianista añade compases no
escritos, algo que no pasa en la segunda versión. Pero es difícil de determinar si esa
repetición se trata de un cambio deseado por el pianista o un fallo de memoria, que él
adapta perfectamente a su discurso musical. Nosotros pensamos que esa podría ser la
respuesta, ya que el pianista no volvió a resolver ese pasaje de la misma manera en su
segunda versión y además, los fallos de memoria eran comunes en las interpretaciones de
Cortot en directo.
129
Partitura 3.27. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Finale (Estudio 12). Compases 175-179.
Según Arthur Rubinstein, en los recitales de Cortot, todo el mundo esperaba esos
momentos en los que el pianista tendría fallos de memoria,206 aunque en el caso de
Rubinstein, nunca fue el mayor admirador de Cortot, lo que le llevó a escribir palabras
sobre su colega que causaron mucho malestar en críticos musicales como Bernard
Gavoty, el biográfo de nuestro pianista, y que se tradujo en una batalla epistolar entre
Rubinstein y Gavoty que llevó a terminar la amistad que tenían hasta esos momentos.
Para empezar, Gavoty critica la actitud de Rubinstein hacia Cortot,207 luego Rubinstein
fue apoyado por escritos de algunos de sus adeptos208, por lo que la batalla adquirió
proporciones inesperadas. Finalmente, a pesar de no ceder en sus opiniones, Gavoty pidió
disculpas a Rubinstein por algunas palabras como las que definían al pianista polaco como
cobarde,209 disculpas que Rubinstein nunca aceptó, ya que consideró como
imperdonables algunas de las palabras que le dirigió el crítico francés,210 En fin, vemos
como unos veinte años después de la muerte de Cortot, el pianista seguía creando
opiniones diversas.
Pero lo cierto es que en ocasiones, los fallos de memoria podían estar muy
presentes en las interpretaciones de Cortot, y el pasaje que estamos comentando en su
primera grabación de los Estudios Sinfónicos podría tratarse de uno de ellos. Lo que nos
sorprende es la naturalidad con la que el pianista resuelve el problema, de tal manera que
sólo alguien que tenga la partitura delante o que conozca muy bien la obra podría
detectarlo. Pero Cortot no es ni mucho menos el único pianista que podía tener fallos de
memoria en directo, como hemos podido comprobar en muchas ocasiones en conciertos
206
Arthur RUBINSTEIN: My Many Years, Alfed A. Knopf, Nueva York, 1980, pág 109.
207
SACHS, op. cit., pág 383
208
Ibidem.
209
Op. cit., págs 383-384.
210
Op. cit., págs. 384-385.
130
y recitales de grandes pianistas. Recordamos haber escuchado en directo fallos de
memoria en recitales de pianistas tan reconocidos como Vladimir Horowitz, Alicia de
Larrocha, Bella Davidovich, Ruldof Firkusny y muchos otros, de tal manera que la lista
sería bastante grande. Curiosamente, en el caso de los tres primeros, tuvieron fallos de
memoria en una obra schumaniana mencionada anteriormente: Carnaval. No sabemos si
hay alguna razón específica, pero lo cierto es que tuvieron fallos de memoria, más o
menos notorios. En el caso de Firkusny, pianista checo admirado por Cortot,211 los fallos
de memoria fueron constantes en el recital que le escuchamos. ¿Tuvo fallos de memoria
Arthur Rubinstein? Es más que probable.
Los compases finales de la obra muestran también las diferencias entre las dos
grabaciones de Cortot en aspectos como las dinámicas y el pedal. Si en los cinco últimos
compases de la primera versión, Cortot usa el pedal derecho de manera constante,
haciendo solamente algunos cambios prácticamente imperceptibles y cuya única finalidad
parece ser la de no mezclar demasiado las armonías, dejando también poco espacio en los
silencios, en la segunda versión cambia más el pedal y algunos silencios son más
evidentes. De todas formas, en ninguna de las dos versiones se escucha el pedal que está
escrito en su edición de trabajo.
Partitura 3.28. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Finale (Estudio 12). Compases 190-195.
211
http://www.naxos.com/person/Rudolf_Firkusny_47890/47890.htm [en línea] [consulta: 20-7-2015].
212
TAYLOR, op. cit., pág 331.
131
diferente en algunos aspectos, pero que en ningún momento supone una caricatura o un
hundimiento absoluto con respecto al Cortot de antes de la guerra.
De François podríamos decir lo mismo que en las otras obras schumanianas que
hemos comentado, es decir, la influencia de Cortot en su interpretación es algo ambigua,
aunque se pueden encontrar momentos de imaginación, y de uso del rubato que pueden
recordar a su maestro, como podemos comprobar en la novena variación, a pesar del que
el tratamiento de la mano izquierda sea distinto al de Cortot. Sonoramente nos vuelve a
recordar al Cortot de 1953. Nat también utiliza con libertad el rubato y alguno de sus
tempi y su estilo en general nos recuerda al de Cortot, pero basta escuchar la segunda
variación para percibir las diferencias de concepto.
Aparte de la forma escogida, las diferencias de otros pianistas con Cortot pueden
ser notables, incluyendo normalmente un menor uso del rubato y una elección de tempi
diferentes. En el Tema inicial, la mayor diferencia de tempo es con Ivo Pogorelich, ya que
132
Cortot toca con una duración de 1 minuto y 18 segundos en la primera grabación, y de 1
minuto y 11 segundos en la segunda, mientras que Pogorelich toma 2 minutos y 7
segundos, prácticamente la mitad de la velocidad de Cortot. El más cercano a Pogorelich
es Evgeny Kissin, que toma 1 minuto y 40 segundos, mientras que los demás pianistas
están más o menos cerca de las velocidades de Cortot, siendo Percy Grainger y Sansom
François los que se mantienen dentro de los márgenes de las velocidades utilizadas por el
pianista suizo-francés.
Partitura 3.29. Schumann: Estudios sinfónicos op 13. Variación 9 (Estudio 11). Compases 1-3.
3.1.6.4. Resumen
133
En general, Cortot es fiel a sus teorías interpretativas, pero encontrándose
diferencias importantes entre sus dos versiones de esta obra.
Aparte de las obras schumanianas mencionadas, Cortot grabó dos piezas para
piano pertenecientes a sendos ciclos, que por alguna razón el pianista no llevó completos
a los estudios de grabación. Estas obras, aparte de las grabaciones del Concierto en La
Menor op, 54, el Trío en re menor para piano, violín y violonchelo op. 63 y las diversas
grabaciones del ciclo de canciones Dichterliebe op. 48, completan el inmenso legado
schumaniano de Cortot, que pensamos ha sido eclipsado en parte por su labor en la
divulgación de otros compositores, especialmente Chopin, pero que en nuestra opinión
debe tenerse en cuenta como una de sus contribuciones esenciales en la historia de la
discografía. Bien es verdad que nunca se acerca a grabar lo que es una integral del
pianismo schumaniano, algo que sí han hecho pianistas como Jörg Demus o Eric Le Sage,
y nos parece que Cortot podría haber aportado mucho en obras como las tres sonatas para
piano, la Fantasía op. 17, la Humoreske op. 20 y muchas otras, por no hablar también de
más música de cámara y más Lieder. Pero por las razones que sea no grabó esas obras, y
pienso que tenemos que estar agradecidos por lo que tenemos. Curiosamente, Cortot dejó
mucho legado schumaniano en sus ediciones de trabajo, comentando obras que no grabó
y que por tanto no vamos a tratar en esta Tesis.
Cortot grabó dos piezas que pertenecen a los ciclos Fantasiestücke op.12 y
Waldscenen op 82. En el primer caso grabó Des Abends, la primera pieza del ciclo op.
12, y en el segundo Vogel Als Phrophet, la séptima del ciclo op.82. En los dos casos se
percibe el estilo de Cortot y muchas de las características que hemos mencionado con
respecto a sus grabaciones de ciclos completos. Pero hay un aspecto que nos llamó
134
especialmente la atención, y es que Cortot grabó la pieza del op. 82 en dos ocasiones y
en el mismo día, algo que nos puede servir para tener un testimonio interesantísimo de
sus prácticas interpretativas, y también de la relación con sus ideas teóricas, en dos
grabaciones estrictamente contemporáneas.
El pianista grabó sus dos interpretaciones en el año 1948, el mismo día, pero en
dos formas de grabación diferentes.217 Se puede reconocer cada una, aparte de por otros
motivos que comentaremos, por un fallo en el compás nueve que se produce en la que
consideraremos la segunda grabación, algo que no ocurre en la primera. Por otro lado, en
las dos versiones tiene en cuenta la indicación metronómica, aunque la segunda versión
es algo más rápida, lo cual se refleja en la duración de ambas: la primera 2 minutos y 42
213
Robert SCHUMANN: Scènes dela Forêt (Waldszenen) op. 82, Édition de travail avec commentaires
d’Alfred Cortot, Éditions Salabert, París, 1947.
214
DAVERIO, op. cit., pág 395.
215
Martin GECK: Robert Schumann: The Life and Works of a Romantic Composer, The University of
Chicago Press, Chicago, 2013, pág 188
216
DAVERIO, op. cit., pág 393.
217
Alfred CORTOT: Anniversary Edition, EMI Music France, París, 2012. Folleto pág 60.
135
segundos, y la segunda 2 minutos y 30 segundos, ambas con más duración que lo
recomendado por el mismo Cortot: 2 minutos y 15 segundos.
Por otro lado, el pianista se muestra libre con la escritura, cambiando algunas
notas, no haciendo otras notas y cambiando también alguna medida, algo que hace en las
dos grabaciones. No toca alguna nota de adorno, como en el segundo compás de la re-
exposición (después de la doble barra, compás 26), donde en las dos versiones no toca el
re mordente. Al tratarse de una pieza que no tiene excesivas dificultades mecánicas, y al
repetirse alguna de estas idiosincrasias en las los versiones, llegamos a la conclusión de
que se tratan de decisiones del pianista, que considera mejor hacerlo de esa manera.
Partitura 3.30. Schumann: Escenas del bosque op. 82. Pieza nº 7 (EL pájaro profeta). Compases 25-27.
Pero también podemos observar algunas diferencias entre las versiones: cambios
de dinámicas, rubatos diferentes, duración de los silencios y, sobre todo, lo que más nos
llamó la atención es la forma en que Cortot interpreta la coma que recomienda en su
edición de trabajo, en el compás 23. En la primera versión conecta la nota anterior a la
coma y la siguiente con el pedal de tal forma que no hay una separación real. Sin embargo,
en la segunda versión hay un pequeño corte en el sonido que parece reflejar la coma
escrita en su edición.
Partitura 3.31. Schumann: Escenas del bosque op. 82. Pieza nº 7 (Vogel als Prophet). Compases 22-24.
136
Como hemos podido comprobar, Cortot podía ser diferente de sí mismo no sólo
en grabaciones con una distancia temporal de veinte o treinta años, sino que también en
dos grabaciones realizadas el mismo día.
En esta obra hemos analizado a pianistas como Clara Kaskil, Wilhelm Backhaus,
Arthur Rubinstein, Wilhelm Kempff, Claudio Arrau Sviatoslav Richter, Vladimir
Ashkenazy, Maria João Pires, Mitsuko Uchida, y Eric Le Sage. Todos ellos son más
estrictos con lo escrito que Cortot y en general tocan más lento, salvo las excepciones de
Backhaus y Richter (en su versión para Deutsche Grammophon). Ninguno de ellos hace
la coma recomendada por Cortot dos compases antes de la re-exposición (compás 23),
salvo Arthur Rubinstein en las dos versiones que le escuchamos.
3.1.7.1.4 Resumen.
Sus dos grabaciones, realizadas el mismo día, muestran similitudes, pero también
diferencias importantes.
La mayoría de pianistas escuchados tocan más lento que Cortot, no hacen arreglos
al estilo del pianista suizo-francés y no hacen la respiración recomendada en la edición
de trabajo.
Cortot comienza su edición de trabajo de 1957218 con una referencia a la pianista Anna
Rebena Laidlaw (1819-1901), pianista virtuosa que según Cortot inspiró el op. 12
schumaniano, una musica que está llena de sensibilidad y también de alegría, aunque
218
Robert SCHUMANN: Morceaux de fantaisie (Fantasiestücke). Édition de travail avec commentaires
d’Alfred Cortot, Éditions Sallabert, París, 1957.
137
también se encuentren algunas piezas más dramáticas, como In der nacht, la número
cinco. El pianista ve en Des Abends un crepúsculo de verano, que Schumann logra evocar
con una simple línea melódica y las modulaciones del acompañamiento.
Cortot grabó esta obra sólo una vez, en el año 1937. Su duración es mayor que la
recomendada en su edición de trabajo, casi medio minuto de diferencia, y Cortot aplica
138
alguna de sus prácticas habituales, como la desincronización de las manos y los rubati,
además de volver a demostrar su gran dominio del sonido y de la polifonía, Su
recomendación sobre los últimos compases se manifiesta sobre todo en el diálogo
establecido entre las voces.
3.1.7.2.4. Resumen.
Los demás pianistas escuchados toman más tiempo que Cortot y, salvo
excepciones, no utilizan tanto rubato como el pianista suizo-francés, ni algunos otros
recursos como la desincronización entre las manos.
139
3.2. Felix Mendelssohn-Bartholdy.
Cortot no grabó mucha música de este compositor alemán, que destacó en las
actividades de compositor, pianista, organista y director de orquesta,219 siendo
considerado un músico de genio desde sus obras juveniles.220 Que nosotros sepamos, sólo
existen cinco obras de Mendelssohn (1809-1847) grabadas por Cortot, y alguna de ellas
no completa, como es del caso del Rondo Capriccioso op. 14, del que Cortot no grabó el
Andante inicial. También grabó tres obras más, que son las Variaciones Serias op. 54, el
Scherzo op. 16 nº 2 (no grabó las otras dos obras de ese ciclo) y la Romanza sin Palabras
op. 19 nº 1 (única pieza de esa colección que grabó el pianista). Además, contamos
también con su famosa grabación del Trío en Re Menor op.49 para piano, violín y
violonchelo, junto a Jacques Thibaud y Pablo Casals. No es mucho en cantidad, si
tenemos en cuenta lo que el pianista grabó de otros compositores, comenzando por
Chopin y Schumann, pero Cortot al menos nos da su visión de algunas de las obras
pianísticamente más emblemáticas del autor, como las variaciones y el rondó, pero
siempre quedará la duda de cómo hubiera interpretado el ciclo de las romanzas o alguno
de los conciertos para piano. En las ediciones de trabajo, contamos con las obras que
grabó, y también con algunas otras, como por ejemplo una selección de las romanzas.
219
Peter MERCER-TAYLOR: The Cambridge Companion to Mendelssohn, Cambridge University Press,
Cambridge, 2004, pág 8.
220
Op. cit., pág 98.
140
Ilustración 3.1. Portada de Scherzo-Capriccio WoO 3. F. Mendelssohn.
141
3.2.1. Variaciones Serias (Variations Sérieuses) op. 54.
En los aspectos teóricos tenemos dos fuentes con comentarios de Cortot, la edición
de trabajo221 y los comentarios en sus clases magistrales.222 En el primer caso hay un
interés especial en los problemas pianísticos, sin olvidar en ningún momento las bases
musicales de la obra, pero en los comentarios de sus clases, el pianista se centra de manera
casi exclusiva en el carácter de cada movimiento de esta obra, que según R. Larry Todd
fue escrita para ser incluida en un libro junto a otras variaciones de diversos compositores,
y con motivo del homenaje que se le iba a dar a Beethoven por aquellas fechas,223 lo que
incluso influiría para el nombre de serias que el compositor dio a las variaciones y que
Todd cree que están influenciadas por al menos dos obras beethovenianas: Las
Variaciones en Do Menor WoO 80 y el Cuarteto de cuerdas op. 95, al que Beethoven
llamó Serioso.224 La obra compuesta por Mendelssohn, en todo caso supuso el final de un
proceso en el que fueron desechadas otras variaciones que mostraban de manera más
explícita un tipo de bajo similar al utilizado por Beethoven en las mencionadas
variaciones en do menor,225 aunque de todas formas siga siendo una especie de homenaje
a Beethoven, además de una importante contribución a la forma de variación en la música
del Siglo XIX.226
Cortot no comenta esta situación histórica, sino que menciona que el título de
serias es para diferenciarlas de otra clase de obras de la época, más tendentes a un
virtuosismo vacío y sin sustancia músical. Pero al mismo tiempo, el pianista elogia la
inventiva pianística del compositor que consigue dar gran variedad al conjunto y permite
que a través de la utilización de los dos pedales, la obra tenga un gran colorido, siendo
también importante el no confundir seriedad con aburrimiento.
El pianista nos va llevando a través de la obra desde su visión religiosa del tema,
hasta lo que él llama una especie de aquelarre final en el Presto de la coda, culminando
en el acento profético de los últimos acordes, en los que el pianista recomienda su propio
221
Felix MENDELSSOHN: Variations Sérieuses op. 54. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
Cortot. Éditions Salabert, París, 1953.
222
CORTOT (1934), op. cit, pp. 247-250.
223
TODD (2004), op. cit, pág 205.
224
Ibidem.
225
TODD (2004), op. cit, pág 206.
226
Ibidem.
142
arreglo: hacer los tres últimos acordes manteniendo la duración completa de las notas
superiores, pero levantando antes las otras notas de los acordes. Según Cortot es un efecto
que no traiciona las intenciones del compositor.
Las referencias a temas espirituales son abundantes tanto en las clases como en la
edición de trabajo, hablando a veces sobre espíritus infernales y utilizando la palabra
espíritu para reflejar distintos tipos de sentimiento. También utiliza referencias a la
improvisación en algunos de sus comentarios, como por ejemplo en las variaciones
primera, onceava y quinceava.
Partitura 3.34. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Var. 15. Compases 252-258 (1-8).
Partitura 3.35. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Var. 10. Compases 173-180 (9-16).
143
3.2.1.2. Interpretaciones de Cortot.
Comenzando por el tema inicial se pueden notar diferencias entre las versiones,
aunque en todas ellas el pianista destaque la melodía de la voz superior y tenga control
sobre las distintas voces, pero su interpretación de los signos de fraseo puede ser diferente.
En el compás 4, por ejemplo, en la primera versión no hace ningún corte de sonido para
separar las frases, algo que sí hace en el octavo compás, mientras que en las dos versiones
de los años cincuenta, el pianista hace cortes en el sonido tanto en el cuarto como en el
octavo compás. Cortot recomendó tener en cuenta las ligaduras, pero no las interpreta de
manera exactamente igual en todas las versiones.
227
RATTALINO (2010), op.cit, pág 64.
228
Ibidem.
229
Ibidem.
230
Op. cit, pág 64-65.
144
Partitura 3.36. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Tema. Compases 1-13.
Partitura 3.37. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Variación 2. Compases 33-34 (1-2).
145
Partitura 3.38. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Variación 6. Compases 97-101 (1-5).
Partitura 3.39. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Variación 13. Compases 215-216 (1-2).
146
semicorchea en fusa, pero también le da a ésta una duración algo mayor de lo que le
correspondería si se tocara de manera estricta, ya que el pianista no mide exactamente,
sino que sigue el fluir de la frase tal como él la quiere interpretar.
Ejemplo 3.40. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Variación 14. Compases 236-242 (1-7).
147
Partitura 3.41. Mendelssohn: Variaciones Serias op. 54. Compases 385-397.
148
estaría Perianes, ya que no se escuchan cortes entre los acordes). Pero algunos de los
tempi de Heidsieck le acercan al carácter que Cortot imprime a diversas variaciones.
Perianes, a pesar de la diferencia de duración global, toca algunas variaciones con unos
tempi y un estilo que podrían ser influenciados por Cortot, además de ser prácticamente
el único de los pianistas escuchados que utiliza la desincronización de manos (como por
ejemplo en las variaciones décima y undécima), algo que no hemos detectado ni siquiera
en Horowitz o Sofronitsky, aunque en el caso del primero utilice el recurso de convertir
el puntillo en doble puntillo en la variación en Re Mayor, incluso de manera más
pronunciada que Cortot, aunque la interpretación general de esa catorceava variación sea
muy diferente, ya que el pianista ucraniano la comienza con mucha fuerza para luego
jugar con los matices dentro de su estilo personal. Otra característica de Horowitz es
terminar la obra con un matiz fuerte, sin hacer el diminuendo escrito cuatro compases
antes del final y tocar de manera marcada los últimos tres acordes. Perahia y De Larrocha
son más fieles a la partitura y no hacen algunas de las prácticas representativas de Cortot,
aunque eso no impide entre ellos dos también existan diferencias interpretativas.
3.2.1.4. Resumen.
Cortot es fiel a lo que propone, tocando sus propios arreglos y también otras de
sus indicaciones. Por otro lado, hay diferencias entre sus tres grabaciones en momentos
puntuales, como la lectura de las ligaduras de fraseo. Las dos primeras versiones están
más cercanas en duración, mientras que el Cortot de la última toma menos tiempo
globalmente.
Ninguno de los pianistas escuchados, incluyendo los alumnos de Cortot, hacen sus
arreglos, pero en algunos momentos se puede percibir una mayor o menor cercanía a sus
conceptos globales, al igual que en determinados momentos puntuales y a la utilización
de recursos como convertir puntillos en dobles puntillos o la desincronización entre las
manos.
149
3.2.2. Otras obras.
Cortot grabó tres obras más para piano solo de Mendelssohn, como hemos
mencionado anteriormente, y de las tres publicó ediciones de trabajo, aunque en el caso
del Rondo Capriccioso op. 14 comentaremos solamente el Presto (única sección que
grabó), que en 1828 fue concebido como un estudio para piano al que en 1830 el
compositor hizo preceder de un Andante al estilo de nocturno, quedando la forma de la
obra tal como la conocemos hoy en día.231 Cortot no grabó el Andante.
El Scherzo op. 16 nº 2 es la segunda de las tres piezas que componen las Fantaisies
op. 16, unas obras que Mendelssohn compuso como impresiones de un viaje que hizo al
norte de Gales, y en homenaje a las tres hijas de John Taylor.233 La segunda de las piezas
está dedicada a su hija Honora y representa unas enredaderas con flores en forma de
trompeta, que Mendelssohn convierte musicalmente en fanfarrias y acordes ligeros.234 En
la edición de trabajo,235 Cortot destaca el carácter de la obra y se centra en los diversos
problemas pianísticos.
La Romanza sin palabras (Lied ohne Worte op. 19b nº1), perteneciente a un opus
concebido por Mendelssohn durante su estancia en Londres y en el que el compositor
231
Larry R. TODD: Mendelssohn: A Life in Music, Oxford University Press, Nueva York, 2003, pág 229.
232
Felix MENDELSSOHN: Rondo Capriccioso op. 14. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot.
Éditions Salabert, París, 1953.
233
TODD (2003), op. cit, pág 217.
234
Ibidem.
235
Felix MENDELSSOHN: Scherzo en Mi Mineur op. 16 nº 2. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
Cortot. Éditions Salabert, París, 1953.
150
estaba interesado en la idea de poder comunicar ideas extramusicales. 236 En la edición de
trabajo,237Cortot se centra especialmente en los aspectos líricos de la obra y también en
las dificultades del acompañamiento. El pianista aconseja no exagerar la intención
expresiva, tener en cuenta la sonoridad penetrante de la sonoridad y evitar una sonoridad
ruidosa cuando el compositor escribe un matiz fortissimo. También menciona la edición
de Marguerite Long, pianista francesa, edición que Cortot califica como excelente y en la
que se menciona el nombre que Stephen Heller (1813-1888) dio a varias de estas piezas.
La que estamos comentando fue titulada Dulces Recuerdos.
Partitura 3.42. Mendelssohn: Romanza sin Palabras op. 19b nº1. Compases 12-20.
El pianista grabó el Rondo Capriccioso en una ocasión, año 1923, sin incluir el
Andante. Su versión es de tempi rápidos, destacando los acentos, pero sin abusar nunca
de la fuerza, haciendo las octavas martellato con sonido, pero también con cierta ligereza,
aunque no por ello de manera menos poderosa. El pianista toca con limpieza, aunque se
puedan detectar algunos fallos. En los momentos líricos destaca su uso del rubato.
236
TODD (2003), op. cit, pág 261.
237
Felix MENDELSSOHN: Romances sans Paroles (Sélection). Édition de travail avec commentaires
d’Alfred Cortot. Éditions Salabert, París, 1953.
151
Partitura 3.43. Mendelssohn: Rondo Capriccioso op. 14. Compases 228-242.
152
La romanza fue grabada en el año 1937 y sólo una vez, al igual que las dos obras
anteriores. El pianista no toma un tempo rápido, sino que se recrea en la línea melódica,
destacando el canto y aplicando alguna de sus prácticas como los rubati y la
desincronización de las manos. Durante la ejecución de esta obra, Cortot se muestra
flexible con el pulso, llegando a cambiar el tempo en algunos momentos.
Nos da la impresión de que Friedberg toca el principio del Presto con más pedal
que Cortot, además de que su tempo es más lento y en general su interpretación menos
ligera y centrada en destacar ciertos acentos y las partes melódicas, que frasea de manera
destacada sin usar nunca el tipo de rubato utilizado por Cortot. El pianista alemán también
parece interesado en los planos sonoros, en los que su tempo más lento le permite
recrearse de manera especial. Incluso interpreta de manera ciertamente melódica las
octavas martellato en sus diferentes apariciones. Podemos decir que es una versión que
causa un efecto distinto a la de Cortot, siendo sin duda la versión del pianista alemán la
que toma más duración de las escuchadas, aunque el tema inicial no esté tocado a una
velocidad muy lenta, y donde el virtuosismo parece encontrarse muchas veces en un
segundo plano, aunque podemos admirar varios de sus detalles pianísticos. Otro pianista
alemán, Wilhelm Backhaus, toma una duración no demasiado alejada de la de Friedberg,
pero se debe más bien a sus cambios de tempo en las secciones melódicas de la pieza, que
238
Steve SWAYNE: Orpheus in Manhattan: William Schumann and the Shaping of America’s Musical Life,
Oxford University Press, Nueva York, 2011, pág 184
239
Andrea OLMSTEAD: Juilliard: A History, University of Illinois Press, Urbana y Chicago, 1999, pág 117.
240
Nancy B. REICH: Clara Schumann: The Artist and The Woman, Cornell University Press, Ithaca, 2001,
pág 211.
153
son muy notorios. En el lado opuesto de Friedberg, en cuanto a tempi, estaría el francés
Thibaudet, con rapidez, agilidad y una preminencia del ritmo, aunque eso no impide que
pueda recrearse en algunas melodías, pero nunca varía el tempo tanto como lo hace
Backhaus.
Salvo Thibaudet, todos los pianistas toman más tiempo que Cortot en la
interpretación de esta obra, pero no necesariamente por el tempo del principio del Presto,
aunque pensamos que Cortot es sin duda uno de los que más rápido lo toca, sino también
por los diferentes enfoques que hacen de las zonas melódicas, como podemos escuchar
también en las versiones de Arrau o Perianes. Bolet, Perahia y Frith, cada uno con su
propio estilo, que son más estables en el tempo, sin los cambios al estilo de Backhaus,
pero tampoco con el tipo de rubato utilizado por Cortot. Gianoli se acerca más a las
velocidades de su maestro que en las Variations Sérieuses, pero tanto ella como François
tienden a ser más estables en los tempi y a usar otra clase de rubati.
241
RATTALINO (2010), op. cit, pág 62
154
además de tocar con más fuerza en ciertos momentos. El polaco Ignaz Friedman también
toma un tempo muy rápido, con un estilo distinto al de Cortot, pero destacando también
elementos como el ritmo y la ligereza del final. Von Sauer y Frith toman un tempo algo
más lento que el de Cortot, caracterizándose el alumno de Liszt por su moderación,
evitando excesos de fuerza, mientras que el joven pianista inglés destaca el ritmo y la
ligereza, haciendo algunos pasajes con cierta semejanza al estilo de Cortot, pero con una
menor utilización de rubati.
En la Romanza op. 19b nº 1 hemos escuchado a pianistas como Walter Gieseking,
Glenn Gould, Daniel Barenboim, Murray Perahia, András Schiff, Peter Nagy, Ronald
Brautigam y Roberto Prosseda. En esta obra, la versión de Cortot está entre las que más
tiempo toman, solamente superada por la de Gieseking, que por otro lado es también
generoso en su uso del Rubato, mientras que Brautigan es el de menor duración, con un
tempo rápido y mucho énfasis en el ritmo, aunque a veces utiliza rubati. Los otros
pianistas buscan diversos medios de expresión, encontrándose grandes diferencias con
algunas versiones como la de Glenn Gould, que enfatiza las partes de acompañamientos
de semicorcheas dotándolas de un gran protagonismo.
3.2.4. Resumen
Aparte de las Variaciones serias, Cortot grabó otras tres obras de Mendelssohn
para piano solo y que además comentó en sus ediciones de trabajo, elogiando una vez
más la imaginación musical del compositor y su inventiva pianística. El pianista se centra
en todas las obras tanto en aspectos poéticos como en los prácticos, enfatizando más unos
que otros según el caso.
Las versiones de Cortot están entre las más rápidas del Rondo y del Scherzo, pero
entre las más lentas de la Romanza, aunque en todas destaquen entre otros elementos su
sentido del rubato, la búsqueda de un colorido que imita la paleta orquestal y el uso de
idiosincrasias como la desincronización de manos.
155
3.3. Carl Maria von Weber.
Cortot dirige su atención al compositor alemán Carl Maria von Weber (1786-
1826), admirado por muchos grandes compositores como Beethoven, Schumann o
Berlioz,242 e incluso por compositores franceses que Cortot llegó a conocer, como es el
caso de Debussy y Ravel.243 Pero por otro lado, no se encontraba entre los favoritos de
otros compositores como Rossini o Nielsen,244 ni tampoco era muy apreciado por algunos
filósofos alemanes como Hegel, para el cual la obra de Weber no se ajustaba a sus cánones
de belleza.245
En los Fonds Cortot de París hay diversas partituras de la colección del pianista
que muestran su interés por este autor, a pesar de que ni sus grabaciones ni sus ediciones
de trabajo fueran tan abundantes como las de que dedicó a otros compositores. Aparte de
las dos que grabó y mencionaremos posteriormente, el pianista preparaba otras ediciones
de trabajo, éste es el caso del Momento Capriccioso op. 12 en Si bemol Mayor, publicado
por Cortot en 1960 y que pudimos observar en una edición alemana (J.G. Cotta'sche
Buchhandlung Nachfolger) que contiene comentarios y arreglos de Franz Liszt, del que
sabemos que preparo una edición de obras pianísticas de Weber con arreglos para usarlos
en sus interpretaciones de las obras del compositor alemán.246 Tanto Liszt como Chopin
fueron grandes defensores de la música pianística de Weber.247
En la portada de esta partitura mencionada, se puede ver tachado aquello que está
relacionado con Liszt, y se indica que se va a tratar de una edición de trabajo de Alfred
Cortot:
242
John L. HOLMES: Composers on Composers, Greenwood Press, Nueva York, 1990, pág 158.
243
Op. cit, pp. 158-159.
244
Ibidem.
245
Kai HAMMERMEISTER: The German Aesthetic Tradition, Cambridge University Press, Cambridge,
2002, pp. 105-106.
246
John WARRACK: Carl Maria von Weber, Cambridge University Press, Cambridge, 1976, pág 144.
247
Ibidem.
156
Ilustración 3.3. Portada. Carl Maria von Weber: Momento Capriccioso op 12.
157
Ilustración 3.4. Comentario de Liszt con tachaduras.
158
Ilustración 3.5. Momento Capriccioso op. 12, con marcas.
248
WARRACK, Op. cit, pág 142.
249
Ibidem.
159
Ilustración 3.6. Rondo de la Sonata nº 1 de Weber, con marcas.
Cortot comienza su edición de 1955250 con una explicación del contexto histórico
y una mención a la enorme cantidad de obras escritas por el compositor, para luego pasar
a la posible historia reflejada en la introducción, y recomendar que se tenga en cuenta la
diversidad musical de la obra, de tal manera que los elementos de fuerza y de delicadeza
tengan un balance adecuado. El Allegro Vivace ha de ser tocado a un tempo no demasiado
lento y con mucha brillantez, carácter e impulso, pero la última palabra de la obra la tiene
el Moderato final, que para Cortot es obligatorio que se toque, aunque el intérprete
Carl Maria von WEBER: Invitation à la Valse, Édition de Travail d’Alfred Cortot, Édition Salabert, París,
250
1955.
160
consiga menos aplausos al no desplegarse un final de tipo brillante, pero que sin embargo
da a la obra una conclusión ilusionada y tierna.
Pudimos ver dos partituras de esta obra en la colección de Cortot, una pertenecía
a la edición Peters,251 encontrándose marcas que coinciden con las de la edición de trabajo
de Cortot:
251
Carl Maria von WEBER: Aufforderung zum Tanz, op. 65: Rondo brillant für das Pianoforte; Peters,
Leipzig, s.d.
161
La segunda es una edición revisada por el compositor francés Vincent D’Indy,252
que contiene muchas menos marcas que la anterior:
Ilustración 3.9. Weber, Invitación a la Danza, edición Vincent D'Indy con marcas.
252
WEBER Carl Maria von: L'Invitation à la valse, op. 65: Rondo brillant, revisión de Vincent d'Indy,
Senart-Roudanez, París, s.d.
162
3.3.1.2. Interpretaciones de Cortot.
El pianista suizo-francés grabó esta obra en dos ocasiones, la primera en 1923 y
la segunda en 1926. En el primer caso, y a pesar de sus comentarios en la edición de
trabajo, Cortot no toca la introducción ni la coda de la obra, sino que se centra en las
partes rápidas a partir del Allegro Vivace. En el segundo caso sí toca el comienzo y el
final.
163
En cuanto la introducción y la Coda, que sólo toca en la última grabación. Cortot
no comienza con un matiz demasiado suave, pero aplica su uso del rubato, y tiene especial
cuidado en reflejar los silencios que se encuentran en los compases del 5 al 7, haciendo
cortes en el sonido que reflejan la respiración en el fraseo de una manera que es repetida
por el pianista en otros compases de esta introducción, aunque no siempre la duración es
la misma y a veces puede ser mínima.
En la Coda también hay idiosincrasias como las notas que toca en la mano derecha
en el compás 410), estando escritos en su edición de trabajo un si bemol corchea con
puntillo y un La Bemol semicorchea en la voz superior de la mano derecha, que el pianista
cambia por un La Bemol y un Sol Bemol, sin dar una explicación. Como sólo tenemos
una grabación y ninguna otra referencia, no sabemos si el pianista hizo ese cambio de
164
manera premeditada o si se trata de un fallo de memoria momentáneo. En la Coda también
puede observarse un ejemplo de notes inégales en los dos primeros compases (compases
406 y 407) y especialmente en el arpegiado ascendente del acorde de Re Bemol Mayor,
sobre todo en las tres últimas notas de esa frase, algo que también puede detectarse,
aunque en menor medida, en los compases 412 y 413, que en este caso se trata de un
arpegiado descendente de Re bemol Mayor, en el que el pianista también utiliza el rubato,
aunque de manera algo distinta que en el arpegiado ascendente. Otra característica de la
interpretación de la Coda es las respiraciones que hace en los silencios escritos, aunque
en algunos casos como en el compás 410 prefiera hacer una negra en vez de la corchea
con silencio que está escrita en su edición.
165
maestro y es más estrictamente fiel a lo escrito en la partitura, aunque también selecciona
las repeticiones, ya que no toca todas las que están escritas.
La mayoría de pianistas toman más tiempo que Cortot en la interpretación de esta
obra, siendo Ugorski el más alejado, con unos tempi notoriamente más lentos. En el lado
contrario se encuentra D’Albert, en una versión en la que toma tempi cercanos a los de
Cortot y tiene cierto parecido también en la búsqueda de riesgos y en un enfoque el vals
con tendencia al virtuosismo, aunque el alumno de Liszt no haga los arreglos de su colega
y no toque la Coda final de la obra, por lo que termina con fuerza y no de la manera íntima
que refleja el verdadero fin de la obra. Friedman toma normalmente tempi más lentos que
los de Cortot y su versión busca otro tipo de contrastes, aunque también puede atacar con
fuerza y con virtuosismo en algunos momentos. El pianista polaco, alumno de Theodor
Leschetizky, es muy flexible con el ritmo y pretende crear un gran contraste entre las
partes más melódicas y las que exigen más fuerza y velocidad. No hace los arreglos al
estilo de Cortot.
Risler, el gran amigo y protector de nuestro pianista, hace una versión diferente
en muchos aspectos, aunque no esté demasiado alejado de las duraciones de su amigo. Su
sentido del rubato es diferente al de Cortot, y en la sección del vals se muestra algo más
comedido en virtuosismo, aunque hace un gran contraste tanto en matices como en tempo
con el Wiegend, que toca mucho más lento que otras secciones del vals. Risler hace sus
propios arreglos, como el de la escala de Do Mayor (compases 207-214), que da la
impresión de estar tocando con un glissando, y también el del final de toda la sección del
vals. Pianistas más recientes como Szokolay o Goldstone también toman más tiempo que
Cortot, especialmente el último, y su sentido del rubato es distinto, no hacen los arreglos
al estilo de Cortot y su visión del vals es siempre con un control rítmico diferente y sin
buscar demasiado un estilo que tienda al virtuosismo.
3.3.1.4. Resumen.
Cortot da un contexto histórico y poético de la obra, además de hacer
recomendaciones de diferentes arreglos y cambios en la partitura. No hace
recomendaciones de duración.
En su primera versión no toca la introducción ni la Coda, mientras que en la
segunda sí toca la obra completa. Es fiel a la mayoría de sus indicaciones, incluyendo
arreglos y cambios en la partitura, que toca en las dos versiones, en las que también es
selectivo en cuanto a las repeticiones escritas.
166
La mayoría de los pianistas escuchados toman más tiempo que Cortot en la
interpretación de esta obra, y salvo algunos casos aislados, sus conceptos suelen utilizar
menos rubati y en el caso del vals los tempi son más lentos y de alguna manera con menor
tendencia al virtuosismo.
Las cuatro sonatas para piano compuestas por Weber entre 1812 y 1822 forman
un prototipo de las grandes sonatas románticas, y aunque fueron compuestas para uso
personal y para ser tocadas en círculos íntimos, son obras cuyas dificultades técnicas están
por encima del nivel de la mayoría de los aficionados de la época.253 La segunda de estas
sonatas, compuesta entre 1814 y 1816, y cuyo Rondo fue el primer movimiento que
compuso,254 es probablemente la que más impacto haya tenido de todas las sonatas para
piano escritas por el compositor alemán, influyendo por ejemplo en obras de Chopin,
Schumann y Liszt.255 Autores como Rey M. Longyear, sin embargo, consideran que las
sonatas pianísticas de Weber muestran también debilidades, como la falta de desarrollo
de los temas líricos y la incapacidad de los últimos movimientos de dotar a las sonatas de
una verdadera sensación conclusiva.256
253
Larry R. TODD: Nineteenth Century Piano Music, Routledge, Abingdon, 2004.pp. 152-153.
254
Op. cit., pág 156.
255
Op. cit., pág 159.
256
Rey M. LONGYEAR: Nineteenth-Century Romanticism in Music, Prentice Hall History of Music Series,
Englewood Cliffs, 1973.
257
Carl Maria von WEBER: Sonates pour piano: 3e Sonate, op. 49, (análisis de Georges Sporck, contiene
también consejos para la interpretación de la sonata op. 39), Introducción de H.C. Houssaye, Jumade,
Paris, 1909.
167
Ilustración 3.10. Portada Sonatas de Weber. Edición de Georges Sporck.
No faltó tampoco la edición que Liszt hizo de esta sonata, con sus comentarios y
sus propuestas de arreglos.258 Además también se encuentran marcas de lápiz con algunas
digitaciones, señales de fraseo y a veces también algunas indicaciones de números de
compases, e incluso de duraciones. También se pueden comprobar añadidos y cambios a
los pasajes alternativos propuestos por Liszt, que son los que reflejan la forma de tocar
estas obras que tenía el compositor húngaro:
258
Carl Maria von WEBER: Zweite grosse Sonate, op. 39 / Vorwort von Franz Liszt, Cotta, Stuttgart, 1892.
168
Ilustración 3.11. Sonata nº 2 de Weber. Edición de Franz Liszt con marcas.
169
Para seguir los comentarios de Cortot sobre esta sonata, tenemos dos fuentes
principales, que son la edición de trabajo de 1955259 y las clases magistrales. 260 En esta
última, el pianista comienza dando testimonio de su admiración hacia el compositor
alemán, pero al mismo tiempo confiesa que esta obra le parece un paso atrás respecto a
las de Beethoven que se habían interpretado anteriormente en sus clases, sobre todo
porque piensa que Weber busca más la aprobación del oyente. Sin embargo, en la edición
de trabajo el pianista ve en Weber a un precursor de compositores como Berlioz,
Schumann y Liszt, declarando que esta obra es más bien un poema pianístico en forma
de sonata que una sonata en sí misma.
A pesar de sus críticas, el pianista parece dedicar mucha atención a esta obra, ya
que sus comentarios sobre ella son muy abundantes, tanto en las clases magistrales como
en la edición de trabajo, especialmente en la segunda. Uno de los temas que parecen
interesar a Cortot en esta obra es la posibilidad de orquestarla, o dicho de otra manera, de
hacer arreglos en la partitura, algo que no es extraño a nuestro pianista pero que aquí
parece especialmente estimulado por las posibilidades instrumentales, ya que las
menciones a posibles arreglos están presentes en todos los movimientos de la obra, y en
el último en particular debate sobre las propuestas de Liszt, que Cortot aprueba en alguno
de los casos, pero no tanto en otros, prefiriendo la escritura original de Weber, aunque
algunos de los cambios propuestos por el mismo Cortot, especialmente en el primer
movimiento, se deben a que lo escrito por el compositor alemán es prácticamente
imposible de tocar, especialmente para una mano pequeña, por lo que se recomienda
quitar algunas notas de ciertos acordes, que no van a cambiar el contexto de manera
notoria, pero que al mismo tiempo van a permitir que distintos tipos de pianistas puedan
enfrentarse con éxito a estos pasajes de la obra, a los que también se les recomienda una
serie de ejercicios, y tal como acontece en otras obras, en sus clases magistrales el pianista
se centra en aspectos puramente musicales y poéticos, mientras que en la edición de
trabajo abundan las referencias a problemas pianísticos y a sus posibles soluciones, pero
sin olvidarse tampoco de aquellos aspectos musicales que él considera especialmente
importantes. Entre otras cuestiones musicales, el pianista considera errático el nombre de
Menuetto para el tercer movimiento, ya que se contradice con la indicación de Presto
259
Carl Maria von WEBER: Deuxième Grande Sonata en La Bémol Majeur, Édition de Travail d’Alfred
Cortot, Édition Salabert, París, 1955.
260
CORTOT (1934), op. cit., pp. 136-140.
170
Assai que le acompaña, por lo que sería más conveniente que se llamara Scherzo, más
adecuado al espíritu de ese movimiento.
El pianista grabó esta sonata solamente en una ocasión, en el año 1939 y desde
entonces se le considera una de las interpretaciones más importantes en la discografía.
Críticos musicales como Jonathan Woolf destacan en esta grabación el brillo y el colorido
de Cortot, su dominio del toque pianístico y su cercanía con el idioma musical de Weber,
261
pero al mismo tiempo señala también que en la grabación hay algunos fallos que
pueden molestar a una parte de los oyentes. 262 Cortot toca el primer movimiento con
mucha libertad expresiva, nunca de una manera metronómica, y destacando su forma de
hacer los rubati. Desde el comienzo muestra también su manera particular de interpretar
las dinámicas, ya que en los trémolos iniciales toca en un matiz muy suave, casi inaudible
mientras que la derecha está tocada en un matiz que podríamos describir como mezzo
piano más que por el matiz escrito, pero que es una elección para mostrar claramente los
planos sonoros implícitos en la partitura.
261
Jonathan WOOLF: Crítica musical a Cortot - HMV Recordings 1931-48 [en línea], disponible en:
http://www.musicweb-international.com/classrev/2009/Aug09/Cortot_8112012.htm [consulta 6-9-
2014]
262
Ibidem.
171
movimiento une con el pedal las dos últimas notas, tal como está escrito en su edición y
que no es cambiado por el pianista.
172
Partitura 3.53. Weber: Sonata nº2 (3º movimiento). Compases 86-94.
En el retorno de la sección inicial del tercer movimiento, Cortot vuelve a poner en práctica
sus comentarios sobre el nombre errático de Menuetto capriccioso para el tercer
movimiento de la sonata, y su interpretación es claramente más cercana a la que sería un
Scherzo.
173
3.3.2.3 Interpretaciones de otros pianistas.
Los pianistas analizados en esta obra son Thierry de Brunhoff, Emil Gilels, Julian
Jacobson y Phyllis Moss. Todos ellos tienen más duración que Cortot en cada uno de los
movimientos de la sonata, siendo la mayor diferencia en el primer movimiento con Emil
Gilels, que repite la exposición, por lo que entre el pianista ruso y Cortot hay una
diferencia de más de 3 minutos, aunque esa no sea la única. Ya Rattalino señaló algunas
diferencias entre las interpretaciones de esta sonata por los dos pianistas, apuntando
especialmente a los mayores cambios de sonido y de tempi por parte del pianista suizo-
francés.263 Nosotros añadiríamos que, aparte de las duraciones del primer tiempo, son dos
versiones que se basan en premisas diferentes, ya que Gilels busca más estabilidad rítmica
y no tanto la volatilidad y la libertad que exhibe Cortot, por lo que ofrecen visiones
diferentes de la obra, que pensamos que de cierta manera pueden ser complementarias.
Gilels no elude tampoco los momentos de virtuosismo cuando se presentan, pero ese
virtuosismo, en su caso nos parece que pretende siempre estar con los pies en la tierra y
no tanto volar como en el caso de Cortot. Los otros movimientos no tienen tanta distancia
de duración, aunque Gilels tiene siempre una diferencia un poco mayor o menor al minuto
con Cortot en cada uno de ellos, pero repetimos, las diferencias de duración reflejan más
bien una diferencia de enfoque y de forma de utilizar los recursos pianísticos y musicales.
Nos parece que Gilels es expresivo a su manera, dentro de unos tempi más estables que
Cortot.
Brunhoff está más cercano a las duraciones de su maestro, aunque siempre toma
más tiempo, pero una vez más su versión vuelve a ser diferente, aunque nos parece que
en esta obra está más cercano que en la anteriormente comentada de Weber. Brunhoff
puede llegar a momentos de drama en su interpretación, aunque con unos recursos
diferentes a los de Cortot, pero sin renunciar al virtuosismo y a la fuerza en ciertos
momentos. En todo caso, sigue más estrictamente las indicaciones de la partitura y no
hace los arreglos de su maestro, al igual que los otros pianistas mencionados, que tocan
con tempi más estrictos que Cortot y en un estilo que estaría más cercano al de Brunhoff
e incluso al de Gilels que al del pianista suizo-francés.
263
RATTALINO (2010), op. cit., pág 59.
174
3.3.2.4. Resumen.
Cortot elogia a Weber, aunque también enumera algunos defectos que tiene esta
obra, en su opinión. Al igual que en otras ocasiones, en sus clases magistrales se centra
casi exclusivamente en aspectos musicales, mientras que en la edición de trabajo destaca
también muchos problemas pianísticos como por ejemplo las dificultades y posibles
arreglos para poder hacer una mejor ejecución de la obra.
Cortot es fiel a sus indicaciones y toca con mucha libertad expresiva, además de
con virtuosismo cuando lo requiere la obra. Destacan especialmente su uso del colorido
pianístico y la libertad en cuanto a los tempi.
Los otros pianistas, incluyendo su alumno, buscan sus propios recursos expresivos
dentro de unos marcos que incluyen menos rubati que Cortot, mayor duración en cada
uno de los movimientos, y unos tempi que suelen ser menos flexibles que los del pianista
suizo-francés.
175
3.4. Franz Schubert.
Esta serie de danzas quizás sea la más lograda de Schubert265 además de servir
algunas de sus piezas como células que el compositor usó en otras obras, pudiéndose
comprobar con la sexta, cuyo tema inicial es utilizado en el tercer movimiento de su
cuarteto para cuerdas La Muerte y la Doncella (Der Tod und das Mädchen) D. 810.266
En su edición de trabajo de 1960,267 Cortot se centra mayoritariamente en el carácter de
las piezas y en su trasfondo histórico, haciendo también algunas propuestas como la de
repetir la octava pieza al final del ciclo, lo que le da una estructura diferente a la obra en
su conjunto y resalta esa danza de manera especial.
264
Alfred CORTOT: “Position du Romantisme Musical”, en Les musicians célèbres, París, 1946, pág 164.
265
Brian NEWBOULD: Schubert: The Music and The Man, University of California Press, Berkeley y Los
Ángeles,1997, pág 339
266
Op. cit, pág 340.
267
Franz SCHUBERT: Douze Ländler op. 171, Édition de Travail d’Alfred Cortot, Éditions Salabert, París,
1960.
176
3.4.1.2. Interpretaciones de Cortot.
Cortot grabó esta obra en dos ocasiones (1937 y 1950), ambas en Londres. En los
dos casos repite la octava pieza al final, lo que le da a la obra una estructura diferente a
lo que está escrito, aunque le permite al pianista volver a tocar una de las piezas más
emblemáticas de la serie, escrita en la tonalidad de La Bemol Menor, y terminar la obra
de manera más melancólica que con la doceava danza en el tono de Mi Mayor. Además,
el pianista añade una cadenza similar en ambas grabaciones para conectar estas dos
danzas. Éste no es el único arreglo que hace Cortot, ya que en sus dos versiones añade
notas en distintas danzas como por ejemplo en la primera y la cuarta, aunque no son las
únicas, ya que el pianista hace arreglos en varias de ellas.
Por otro lado, las dos versiones están muy próximas en duración, tomando algo
más de tiempo en la primera, pero en general teniendo el mismo concepto en cuanto a
cada danza en particular, lo cual no significa que las toque exactamente igual en las dos
interpretaciones, como puede comprobarse ya desde las primera de las danzas, aunque los
arreglos sean los mismos. También hace algo diferentes otras como la quinta.
177
Cortot, algo que está también confirmado porque el pianista la repite al final, aunque no
exactamente de la misma manera, y además haciendo algún arreglo, en la segunda
versión, como el de tocar las últimas notas de la derecha una octava alta de lo que está
escrito.
El pianista es también libre en el uso de los rubati, que combina con su control del ritmo,
e interpreta de manera libre algunos matices, pero en general (exceptuando los arreglos)
no se toma tantas libertades como en otras interpretaciones, lo que de ninguna manera le
hace perder espontaneidad. Algunas de sus idiosincrasias, como la desincronización de
manos y los arpegios no escritos están también presentes.
En esta obra hemos escuchado a Alfred Brendel, Imogen Cooper, András Schiff,
Mitsuko Uchida Gerhard Oppitz, Filippo Faes y Bertrand Chamayou. Ninguno hace la
repetición de la octava pieza al estilo de Cortot, por lo que tienden a interpretar de manera
diferente la número doce, que originalmente es la que concluye el ciclo. La tendencia
general es a tocar esta última danza de manera más lenta y conclusiva, mientras que Cortot
la interpreta con más rapidez, para luego llegar a la conclusión con la repetición de la
octava danza.
La tendencia de los otros pianistas es tocar más lento que Cortot en la mayoría de
las danzas, y las diferencias de velocidad con pianistas como Uchida son muy evidentes.
La pianista japonesa toca a velocidades mucho más lentas que Cortot en prácticamente
todas las danzas, teniendo su propio estilo y con detalles muy personales, como por
ejemplo su ejecución de los trinos en la octava danza. Cooper también toca con tempi más
lentos que Cortot, pero la diferencia no es tan grande, aunque en cuanto a concepto, la
178
pianista inglesa tiende, al igual que Uchida, a resaltar más los aspectos melódicos de la
obra. Oppitz también toca más lento que Cortot y resaltando de manera especial los
aspectos rítmicos. Pensamos que en un punto intermedio se encuentran Brendel y Schiff,
ya que no apreciamos las diferencias tan extremas como en el caso de Uchida.
Más cercano a los conceptos de Cortot nos parece el joven pianista francés Bertrand
Chamayou, con tempi más cercanos en muchos momentos, aunque más lento en varias de
las danzas, pero no en la octava, lo que da una sensación de estructura general distinta a
la del pianista suizo-francés. El pianista italiano Faes parece dar una especial importancia
estructural a las danzas quinta y octava, lo que le acercaría al concepto de Cortot, al menos
en ese aspecto, aunque Faes hace la cuarta más lenta que nuestro pianista.
3.4.1.4. Resumen.
Ninguno de los otros pianistas repite la octava danza al final de la obra, ni tampoco
hace los arreglos de Cortot. En cuanto a concepto y tempi, hay diferencias muy notables
en alguno de los casos. En otras interpretaciones, se puede notar más cercanías a la visión
del pianista suizo-francés, si bien normalmente la tendencia es a tomar tempi más lentos
que los suyos y a sentir de manera algo diferente la estructura general de la obra.
179
En su edición de trabajo de 1960,268 Cortot destaca algunos aspectos históricos de
esta obra, pero sobre todo la variedad de sentimientos que puede contener esta pieza
breve, y siempre dentro de un ritmo de danza que no debe sonar a demasiado alegre, como
a veces se interpreta esta obra, según el pianista, sino de manera más discreta y estilizada,
evitando que suene de manera vulgar. También hay que dedicar un cuidado especial a los
elementos pianísticos, y Cortot lo recuerda constantemente con sus indicaciones
relacionadas con los ataques, la pedalización y las digitaciones, entre otros problemas, y
sin olvidarse de recomendar algunos ejercicios, en este caso relacionados con los
problemas de ejecución de las terceras del compás 9 y de las sextas de los compases 24 y
25. No hay recomendaciones de duración o indicaciones metronómicas, pero en sus
comentarios, el pianista recomienda para esta obra una duración de entre 80 y 86 la negra.
268
Franz SCHUBERT: Moment Musical Op. 94 Nº 3. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot,
Éditions Salabert, París, 1960.
180
Las dinámicas son interpretadas de manera libre en algunos momentos, como en
el piano escrito en el compás 23, que no es tocado como tal por Cortot en ninguna de sus
dos versiones, ya que sigue en el mismo matiz de los cuatro compases anteriores. Al
repetir esa sección toca todo más piano, incluyendo el forte del compás 19, por lo que
Cortot interpreta la sección que va desde los compases 19 al 26 no como una serie de
cuatro compases en forte (compases 19-22) seguida de cuatro compases en piano (tal
como está escrito en la edición de trabajo), sino como una sección de ocho compases
(compases 19-26) que toca la primera vez con más sonido y la segunda con más suavidad.
En esta obra hemos escuchado a Edwin Fischer, Wilhelm Kempff, Emil Gilels,
Alfred Brendel, Radu Lupu, Maria João Pires, András Schiff, Mitsuko Uchida, David
Fray y Alexandre Tharaud. En general todos los pianistas toman más tiempo que Cortot
en esta obra, salvo excepciones como la primera versión de Brendel y la de E. Fischer,
mientras que el joven pianista francés David Fray es el que está más alejado de las
duraciones de Cortot, pero toca dentro de los márgenes metronómicos recomendados por
nuestro pianista, aproximadamente a 80 la negra, mientras que Tharaud, otro joven
pianista francés está más cerca de la velocidad más rápida recomendada por Cortot, que
es la negra a 86 por lo que su versión dura algo menos que la de su joven colega. Fray
comienza la obra con un efecto particular, ya que toca con cierta fuerza y luego
disminuye.
Las dinámicas de los compases del 29 al 30 son interpretadas por varios de los
pianistas tal como están escritas, es decir con el contraste entre cuatro compases en forte
y otros cuatro en piano. Entre ellos se encuentran Pires, Fray, Tharaud, Schiff y Brendel
(en su segunda versión, ya que en la primera no hace tan claramente esas diferencias).
Uchida hace también ese contraste, pero sólo se percibe claramente en la repetición,
181
mientras que Kempff hace algo las diferencias, pero no de manera tan notoria la primera
vez y más notoriamente la segunda, mientras que Giles hace contrastes, pero más de
carácter que de dinámicas propiamente, algo que también hace E. Fischer. Lupu no hace
esos cambios de dinámica, sino toca la sección con el mismo matiz general, pero a
diferencia de Cortot no hace la repetición más suavemente, sino con el mismo matiz
anterior, dando la impresión de que más que unos cambios dentro de la sección, lo que
busca es un contraste con otras secciones.
3.4.1.4. Resumen.
Cortot no toca esta obra a la velocidad que recomienda, sino algo más rápida. En
otros aspectos es fiel a sus comentarios, pero también puede apartarse de lo escrito en la
partitura de su propia edición, tal como acontece en las dinámicas de los compases del 19
al 26.
Como norma general, los otros pianistas toman más tiempo que Cortot esta obra,
incluyendo a los dos pianistas franceses jóvenes, que están más cerca que el propio
pianista suizo-francés de las recomendaciones metronómicas que se encuentran en sus
comentarios de la edición de trabajo. En cuanto a los compases del 19 al 23, la mayoría
tiene en cuenta los matices escritos en la partitura, aunque en algunos casos también se
pueden interpretar con cierta libertad, prefiriendo adaptar los matices escritos para
conseguir algún otro tipo de contraste entre secciones.
182
3.5. Franz Liszt.
La relación de Cortot con la obra del compositor húngaro Franz Liszt (1811-1886)
no sólo es pianística, sino que también incluye una labor como director de orquesta,
llegando incluso a dirigir las primeras interpretaciones en Francia de algunas de sus obras
orquestales,269 en una época en la que Cortot defendía sobre todo la obra de Wagner, de
la que en algún caso dio las primeras audiciones en territorio francés, pero que también
combinaba con la defensa de otros compositores, incluyendo a Brahms.270 Además, el
pianista estuvo relacionado con personas que conocieron al compositor húngaro,
comenzando por Cosima, hija de Liszt y viuda de Wagner.271
La discografía lisztiana oficial de Cortot se centra en siete obras, entre las que se
encuentra principalmente la Sonata en Si Menor, seguida de otras obras como Au bord
d’un Source, La Leggierezza, Saint François de Paule Marchant sur les Flots,
Paraphrase de Concert sur Rigoletto, y las Rapsodias Húngaras números dos y once.
Además, sabemos que Cortot grabó en su momento al menos dos obras lisztianas que
actualmente no son consideradas parte de su discografía: la Campanella y Liebestraum
nº 3.274 La Campanella aparece en catorce sesiones del pianista que van desde el siete de
enero de 1919 hasta el veintiuno de marzo de 1925, mientras que el Sueño de Amor sólo
tiene una sesión el día uno de marzo de 1923. En el caso de esta última obra, al tratarse
de una sola sesión, puede ser más comprensible el que no fuera publicada, sea por motivos
269
LOMPECH, op. cit., pág 43.
270
Ibidem.
271
GAVOTY: op. cit, pp. 67-69.
272
TIMBRELL, op. cit, pág 63.
273
Op. cit., pág 220.
274
Jim CARTWRIGHT: “Alfred Cortot’s American Recordings-Victor Talking Machine Company” in Inmortal
Performances, Austin, 1977, pp. 30-36.
183
de calidad o por cualquier otro. Pero en el caso de la Campanella nos cuesta creer que no
haya sido satisfactoria ninguna de las catorce sesiones de grabación dedicadas a ella.
Por otro lado, el pianista nunca grabó obras para piano y orquesta del compositor
húngaro, que pensamos hubieran sido una gran contribución a la discografía de estas
obras, como los dos conciertos y el Totentanz. Además, no grabó muchas de las obras de
las que tiene ediciones de trabajo, incluidos muchos estudios y obras diversas como Après
une Lecture de Dante, Funérailles, y Mephisto-Walzer, entre muchas otras, lo que hace
que el pianista tenga un importante número de ediciones de trabajo dedicadas a Liszt. Por
otro lado, de la paráfrasis sobre Rigoletto de Verdi, que sí grabó, no hay ninguna edición
de trabajo publicada por Cortot.
3.5.1. San Francisco de Paula caminando sobre las olas (Saint François de Paule Marchant
sur les Flots) S. 175/2.
Esta obra, segunda de las Leyendas (Légendes) para piano S. 175, fue completada
en el monasterio Madonna del Rosario, cercano a Roma y donde Liszt vivió en una celda
entre los años 1863 y 1868,275 llegando incluso a recibir la visita del Papa Pìo IX en julio
de 1863, lo que hizo que de repente, ese monasterio aislado estuviese en primer plano de
actualidad en toda Roma.276 Allí encontró el compositor la inspiración para producir obras
como la dedicada a un Santo que él veneraba: San Francisco de Paula, el cual camina
milagrosamente sobre las aguas en una ocasión. 277 Liszt quería mostrar con esta obra, que
las leyes de la fe pueden dominar a las leyes de la naturaleza. 278
275
Alan WALKER: Franz Liszt: The Final Years, 1861-1886, Cornell University Press, Ithaca, 1996, pág 55.
276
Ibidem.
277
Op. cit., pág 58.
278
Op. cit., pág 59.
279
Franz LISZT: Deux Légendes: Légende nº 1: ST. François d’Assise, la prédication aux oiseaux. Légende
nº 2: St. François de Paule Marchant sur les Flots. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot.
Éditions Salabert, París, 1949.
184
mismo le llegó a escuchar, y que esta obra era de las que el compositor tocaba con más
asiduidad en sus años de vejez.
Partitura 3. 59. Liszt: San Francisco de Paula marchando sobre las olas S. 175/2. Compases 1-6.
Otro de los problemas pianísticos que preocupa a Cortot en esta obra es el de las
digitaciones, que aparecen mencionadas en varias ocasiones, ofreciendo diversas
opciones e incluso comparando las suyas propias con las del compositor, pero siempre
dando posibilidades para que los pianistas y estudiantes puedan escoger. Menciona
digitaciones para poder tocar mejor ciertas escalas, también para poder tocar con un
mayor legato y algunas que proponen el uso del pulgar en pasajes difíciles de tocar. Los
pedales son también mencionados en diversas ocasiones, como en las que el pianista alude
a la necesidad de su uso con flexibilidad y también a la combinación imaginativa que
tiene que haber entre ellos.
185
La variedad armónica es mencionada con cierta frecuencia por el pianista, y a su
vez la necesidad de que el intérprete sea sensible a todos aquellos cambios armónicos de
la partitura, los cuales hay que señalar en la ejecución de la obra, adaptando la sonoridad
según lo vaya pidiendo el contexto armónico. En nuestra opinión, esta obra en particular
es muy rica en cambios de armonía y por tanto demanda una imaginación sonora
importante para poder reflejar los diferentes estados de ánimo y también las diferentes
atmósferas descriptivas de la Leyenda.
186
Partitura 3.60. Liszt: San Francisco de Paula marchando sobre las olas S. 175/2. Compases 32-35.
Cortot, sin dejar de usar el pedal derecho, no lo hace exactamente como está
escrito, sino que a veces pone más y a veces menos, según el caso. De todas maneras,
siempre parece haber un halo de sonido, por lo que nos parece que Cortot utiliza recursos
como el medio pedal y el cuarto de pedal, y no el pedal derecho hasta el fondo en varios
de los compases de la obra. También usa estos recursos no sólo en momentos como los
del compás 42 y siguientes, que imitan en la mano izquierda los efectos de las olas, sino
que también permite que las fusas se escuchen con claridad mientras deja algo del sonido
de la armonía, pero sin que esté tocando exactamente lo indicado. En otros momentos de
la obra, el pianista toca con el pedal escrito y el efecto es diferente. En nuestra opinión,
no toca necesariamente esos compases en contra de lo que está escrito, sino que juega con
distintos niveles de pedal para poder conseguir un colorido variado. Además, en algunos
momentos también hace algunos arreglos en la partitura, como el añadido de bajos en la
mano izquierda.
El recitativo final (a partir del Lento accentuato assai con somma espressione,
compás 139) es otro de los momentos donde destacan las libertades de Cortot en el terreno
de las medidas y de la lectura notas, a veces no hace exactamente las escritas, y también
en otros aspectos como el arpegiado de acordes, algunos escritos y otros no, pero a los
que Cortot da velocidades diferentes según el momento.
187
Partitura 3.61. Liszt: San Francisco de Paula marchando sobre las olas S. 175/2. Compases 139-145.
188
versión fiel a la partitura, al igual que la de otro pianista francés como Marcel Ciampi,
que también hace las idiosincrasias de Cortot en los pasajes mencionados y tomándose
también libertades en el recitativo. Las jóvenes pianistas francesas son más fieles a la
partitura que Cortot en los primeros silencios y en general, aunque entre ellas también
haya diferencias, como por ejemplo en la forma de enfocar el recitativo, que en el caso
de Le Guay está medido más de acuerdo a lo escrito en la partitura, mientras que De la
Salle lo interpreta de manera algo más libre y no siempre midiendo exactamente lo que
está escrito. También en el pasaje de fusas de la mano izquierda mencionado
anteriormente Le Guay deja puesto el pedal derecho durante todo el compás, mientras
que De la Salle usa el pedal derecho, pero lo va cambiando, o al menos lo hace de manera
diferente a la otra pianista. También es notoria la diferencia de duración global entre ellas,
con una mayor duración de casi 1 minuto y medio de diferencia, siendo De la Salle la que
más tiempo toma, ambas con una mayor duración que Cortot.
3.4.1.4. Resumen.
Cortot resalta la devoción religiosa de Liszt, especialmente por el Santo que está
representado en esta obra musical. Para el pianista, esta obra está llena de fervor místico
que el intérprete debe intentar reflejar. También está interesado en los problemas
pianísticos que plantea la escritura lisztiana y sus efectos particulares como el uso de los
trémolos, en los que Cortot recomienda no intentar tocarlos lo más rápido posible, sino
conservar las medidas escritas.
El pianista es fiel a sus indicaciones en muchos momentos, pudiéndose notar
también algunas de sus idiosincrasias personales, como la lectura de algunos silencios y
de las indicaciones de pedal, que el pianista adapta según sean las intenciones expresivas
que quiera reflejar en el momento. También hace algunos arreglos como el añadido de
octavas en el bajo.
Algunos de los otros pianistas hacen idiosincrasias de Cortot, como la lectura de
los primeros silencios de la obra, incluso Brendel y Kempff, que suelen ser diferentes a
Cortot en estos aspectos. Las jóvenes pianistas francesas son más literales en su lectura
que el pianista suizo-francés, aunque también pueden tomar sus libertades en algunos
momentos.
189
3.5.2. Al lado de una fuente (Au Bord d’une Source) S. 160/4.
280
Alan WALKER: Franz Liszt: The Virtuoso Years: 1811-1847, Cornell University Press, Ithaca, 1987, pág
218
281
Leslie HOWARD: The complete music for solo piano, Vol. 43 (folleto) [en línea], disponible en:
http://www.hyperion-records.co.uk/dc.asp?dc=D_CDA67107 [consulta: 3-5-2015].
282
WALKER (1987), op. cit., pág 217.
283
Simon TREZISE (edit.): The Cambridge Companion to Debussy, Cambridge University Press,
Cambridge, 2003, pág 188.
284
Franz LISZT: Au bord d’une Source, Édition de Travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1949.
190
obra. Recomienda una duración de 3 minutos y 30 segundos y una velocidad metronómica
cercana a 72 la negra.
Sin contar grabaciones en rollo de pianola, Cortot registró esta obra en el año
1923, durante su etapa discográfica en los Estados Unidos, en este caso específicamente
en Camden (Nueva Jersey), donde Cortot realizó muchas grabaciones en esa época. No
volvió a grabar más esa obra, por lo que es el único documento que tenemos de sus
prácticas interpretativas en esta pieza, de gran influencia en músicas posteriores.
Como hemos indicado, es una versión que tiende a la ligereza en general, aunque
el pianista no evade algunos momentos de fuerza, que toca con brío, pero en donde nunca
se percibe una sensación de dureza en lo que está tocando. El virtuosismo no falta
tampoco con momentos en los que brilla de manera especial el trabajo de dedos del
pianista, utilizando en ciertos momentos el famoso jeu perlé tan practicado en la escuela
francesa de piano, que nuestro pianista también dominaba y de la que tiene ejemplos en
muchas de sus grabaciones. Las dinámicas escritas son interpretadas de manera libre, no
siempre haciendo los pianissimos ni los fortissimos, ni tampoco alguna de sus propias
indicaciones como el piano crescendo al principio del compás 10.
191
Partitura 3.62. Liszt: Au Bord d’une Source S. 160/4. Compases 8-12.
192
3.4.2.3. Interpretaciones de otros pianistas.
193
La tendencia en las otras interpretaciones es la de tocar esta obra de manera más lenta y
más melódica, al menos en el comienzo ya que en los momentos de fuerza, algunos de
los pianistas pueden tocar también con brío e incluso, como en el caso de Horowitz puede
llegar a acercarse de alguna manera a la tormenta de la que habla Cortot, aunque en
muchos momentos el pianista ucraniano haga gala de unos muy controlados pianissimi.
3.4.2.4. Resumen.
Cortot elogia la imaginación de Liszt y admira el colorido de esta obra, sin perder
de vista el lado poético. Resalta diversos aspectos técnicos relacionados con las
sonoridades y otros problemas de ejecución.
En su versión de esta obra, Cortot no hace tantos cambios de tempi como en otras
de sus interpretaciones de músicos románticos, sino que se mantiene dentro de un pulso
relativamente estable, salvo en algunos momentos puntuales que normalmente tienen que
ver con transiciones o algunos giros melódicos. La sensación que nos da es que el pianista
quiere de alguna manera reflejar la regularidad de una fuente de agua.
La tendencia general de los pianistas escuchados es la de tocar esta obra con una
mayor duración que Cortot, aunque algunos se acerquen, como es el caso de Daniel
Barenboim. La obra suele ser enfocada de manera más melódicamente dulce y a veces
con un estilo de menos virtuosismo que el aplicado por Cortot.
Cortot publicó siete ediciones de trabajo de estas obras en el año 1949, pero sólo
grabó dos de ellas, por lo que nos centraremos en sus ediciones de trabajo de las Rapsodias
números dos285 y once, 286
obras pertenecientes a un número de diecinueve y cuyas
primeras quince fueron publicadas entre los años 1851 y 1853.287 La segunda Rapsodia
285
Franz LISZT: Rapsodie Hongrois nº 2, Édition de Travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, Páris, 1949.
286
Franz LISZT: Rapsodie Hongrois nº 11. Édition de Travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1949.
287
Ben ARNOLD (edit.): The Liszt Companion, Greewood Press, Westport, 2002, pág 105.
194
es la más famosa de todas ellas, siendo una composición con temas originales de Liszt y
una de las más representativas en la forma que combina el Lassan seguido de la Friska.288
La onceava Rapsodia está dividida en cuatro secciones, que cada vez son más rápidas,
comenzando con un Lento a Capriccio y terminando con un Prestissimo. 289 Según
Charles Rosen, las melodías zíngaras de las Rapsodias no son suficiente buenas como
canciones folclóricas,290 pero sirven al compositor húngaro (que a veces es indiferente a
la calidad de su material) para practicar una de sus mayores fortalezas como compositor:
la manipulación del material para conseguir efectos musicales e instrumentales de gran
intensidad.291
288
Op. cit, pág 106.
289
Ibidem.
290
ROSEN, op. cit., pág 540.
291
Ibidem.
195
Partitura 3.64. Liszt: Rapsodia húngara nº2, S. 244/2. Compases 22-24.
196
opina que está de acuerdo con las intenciones del compositor. Cortot pretende que esos
trémolos se vayan diluyendo como si estuvieran evaporándose, por lo que también
recomienda algunos reguladores no escritos en la partitura original. El pianista puede
adaptar algunos aspectos de la escritura si considera que de esa forma puede conseguir
hacer mejor ciertos efectos.
197
no perder los acentos que están escritos en la partitura, para lo cual recomienda una serie
de ejercicios técnicos. Es necesario distinguir esta sección del Vivace Assai anterior, que
supone una aceleración con respecto a las dos primeras secciones de la obra, pero que hay
que controlar para que no le quite protagonismo a la sección final de la obra, que debería
ser apoteósica, siendo preparada desde las secciones anteriores.
Las dos obras que estamos comentando se encuentran entre las más grabadas por
Cortot, teniendo cuatro grabaciones de la segunda Rapsodia y cinco de la onceava. En el
primer caso, las grabaciones son de los años 1920 (sólo primera parte de la obra), 1923,
198
1926 y 1952, las tres primeras en los Estados Unidos y la cuarta en Japón, con una
distancia de tiempo de treinta y dos años entre la primera y la última y siendo las tres
primeras relativamente cercanas, pertenecientes a los años veinte del pasado siglo. En el
caso de la onceava Rapsodia las fechas son 1925, 1926, 1930, 1952 y 1953, las tres
primeras versiones grabadas en los Estados Unidos, la cuarta en Japón y la última en
Londres, con una distancia de casi treinta años entre la primera grabación y la última de
esta Rapsodia.
Las grabaciones de la segunda Rapsodia son fieles a las teorías del pianista, pero
pudiéndose observar diferencias entre ellas ya desde los primeros compases, sobre todo
199
en el caso de la última grabación donde el pianista da preferencia a tocar acordes cortos
en los primeros siete compases. Comparando las cuatro grabaciones, podemos comprobar
que en la primera el pianista mantiene los acordes con el pedal en los compases primero,
tercero y séptimo, mientras que hace los acordes picados (o al menos con mucha menor
duración) en los compases segundo, cuarto, quinto y sexto. En la segunda grabación, la
tendencia es hacer más acordes sostenidos con el pedal, como en los compases del
primero al cuarto, y luego en el séptimo, mientras que en los compases quinto y sexto los
hace más cortos. En la tercera también tiende a dejar más acordes mantenidos con el
pedal, de manera más cercana a la segunda versión, y siendo el acorde más picado el del
sexto compás, y en la cuarta cambia la tendencia, ya que el pianista sólo deja con pedal
los acordes de los dos primeros compases, haciendo picados todos los demás. Cuando se
repiten los mismos acordes, a partir del compás 62, el pianista toca todos picados, y esto
en sus cuatro grabaciones.
Algunos otros arreglos son comunes a todas las versiones, pero más notorios en
algunas que en otras. En el compás 24, donde está una cadenza que hemos mencionado
anteriormente y donde Cortot pedía que se imitara al címbalo, el pianista añade una nota
aguda no escrita en todas sus versiones, pero es en la cuarta versión, al hacerla a un tempo
algo más lento, donde podemos notar de manera más clara el añadido de esa nota, ya que
en las otras versiones nos da la impresión de que está más bien sugerida, mientras que en
la última el pianista la destaca de manera más explícita. En ese mismo compás, el pianista
toca más notas de las que están escritas en la escala ascendente, llegando a una octava
200
más alta, algo que repite en todas las versiones. Las medidas son interpretadas por Cortot
de manera libre en diversas ocasiones y en todas sus grabaciones de esta obra, así como
también las dinámicas, aunque no se suele apartar demasiado de lo escrito, solamente en
momentos puntuales en los que no hace algunos matices exactamente como están en la
partitura, especialmente algunos pianissimi.
Otros cambios con respecto a la partitura pueden producirse en todas las versiones
y otros en sólo alguna de ellas. En el primer caso encontramos un ejemplo de idiosincrasia
de Cortot que suele repetir en muchas de sus grabaciones: el corte de sonido entre las dos
últimas notas de la obra, incluso cuando en la partitura están unidas por el pedal derecho.
En las tres versiones se puede notar este efecto con claridad. Otra característica común en
las tres últimas versiones es la elección del ossia en la mano derecha, en el pasaje que
comienza en el compás 393, que Cortot recomienda como una opción en la edición de
trabajo, y que toca en todas sus versiones. Un cambio que sólo hace en la segunda versión
(1923) es no tocar los compases del 290 al 297, mientras que en las versiones posteriores
sí toca esos compases.
La cadenza escrita por el propio pianista es tocada en sus tres últimas versiones,
no apartándose del estilo de la obra, sino respetando muchos de sus aspectos originales y
sin evitar el virtuosismo, pero nos da la sensación de que el pianista no busca simplemente
el demostrar su técnica, sino que intenta reflejar diversos estados de ánimo encontrados
a través de la Rapsodia, de tal manera que su aportación se integra plenamente dentro del
contexto general, para luego retomar lo que está escrito de manera brillante y con rapidez.
201
Tampoco hay explicaciones sobre los cambios que realiza en el cuarto compás,
tocando los trémolos que están escritos en las dos últimas negras de otra manera, tal como
está escrito en el noveno compás, mientras que el compás 9 es tocado con la escritura del
cuarto, repitiéndose ese cambio en todas las versiones. Otra decisión en la que el pianista
se muestra ambiguo, y que no explica, se encuentra en el Andante Sostenuto, donde está
escrita una repetición que el pianista no hace en sus versiones primera, tercera y quinta,
pero sí hace en las versiones segunda y cuarta, sin que tampoco exista explicación alguna,
por los que no parece sino una decisión momentánea del pianista.
Aparte de otras idiosincrasias como el añadido de notas, tanto en las zonas agudas
como en los bajos y algunas medidas que no son las que están escritas, nos llama la
atención su forma de tocar los primeros trémolos de la obra, que varían según la versión.
En la primera, el pianista toca los trémolos de manera rapidísima, como imitando una
vibración rápida del címbalo, pero en las otras versiones comienza aplicando un rubato
que pasa desde el detenerse en la primera y la segunda nota para luego tocar las otras con
rapidez (segunda versión) hasta el comenzar lentamente para luego acelerar (cuarta
versión).
Los tempi de los pianistas en la segunda Rapsodia están dentro de los márgenes
de las duraciones de Cortot o muy cercanos, siendo la mayor diferencia con la versión de
Rachmaninov por la mayor duración del pianista ruso y por otro lado con Paderewski por
la menor duración del pianista polaco. Estos dos pianistas de la época de Cortot tienen
sus propias idiosincrasias, empezando por los cortes que hacen en la partitura. Paderewski
no toca los compases desde el 278 al 276, mientras que Rachmaninov no toca desde el 70
al 83. La menor duración de Paderewski se debe a que no toca casi cien compases de la
obra y su última cadenza es muy corta, mientras que Rachmaninov hace una cadenza
final muy larga que pensamos está escrita más en el estilo de su propia música que en la
del compositor húngaro, pero que en todo caso no deja de ser brillante, y también puede
202
ser la causa de la mayor duración, teniendo en cuenta que el pianista ruso sólo deja de
tocar trece compases.
Aparte de estas características, nos parece que la versión de Paderewski está más
cercana a la de Cortot en la libertad de las medidas y los diferentes arreglos, mientras que
Rachmaninov es más estricto en cuanto a las medidas escritas y hace menos arreglos,
aunque en algunos aspectos puede estar más cercano a Cortot, como en ciertas
velocidades y los momentos de virtuosismo. Horowitz hace su propio arreglo, que
también toca Lang-Lang, y que incluye la cadenza final del pianista ucraniano, con una
gran dosis de virtuosismo, pero alejado en cierta manera de la visión que Cortot tiene de
esta obra. Los otros pianistas son más fieles a la partitura en términos generales y
solamente Szidon incluye una pequeña cadenza final, mientras el húngaro Cziffra, sin
hacer cambios extremos en cuanto a lo escrito, puede ser libre en el uso del rubato y
también añadir algunos arreglos en la partitura, algo que François también hace, pero en
menor medida, mientras que Alicia de Larrocha es quizás la pianista de entre los
escuchados que es más fiel a lo escrito.
Cortot comienza señalando los contextos de cada una de estas dos Rapsodias y
tiene entre sus metas el rescatarlas de la banalidad a la que habían sido sometidas en
interpretaciones a través de los años. Cortot hace alusión a los instrumentos populares
cíngaros, que le sirven de inspiración para crear las sonoridades que exigen estas obras,
y para la cual recomienda también diversos ejercicios. En algunos momentos puede
sugerir digitaciones y arreglos diferentes a los del propio compositor, siempre
justificándolo de alguna manera.
Estas dos obras están entre las más grabadas por el pianista, encontrándose en
todas ellas algunos aspectos que son comunes, pero también diferencias notables. Varios
de los cambios de Cortot no son explicados en sus ediciónes de trabajo, y no siempre hace
los mismos cambios en todas las versiones. Por otro lado, el pianista es fiel a lo que
recomienda.
Entre los demás pianistas podemos encontrar algunos aspectos semejantes a los
de Cortot, especialmente en los pianistas de su época, principalmente Paderewski y
Risler, y algo menos Rachmaninov, también Horowitz en el aspecto de los arreglos,
aunque pensamos que su visión de la segunda Rapsodia es diferente a la de Cortot. Los
demás pianistas tienen un estilo diferente al suyo, no hacen sus arreglos recomendados,
salvo pequeñas excepciones, y son más estrictos que el pianista suizo-francés en la lectura
del texto de estas obras.
Publicada en el año 1849,292 esta obra es la segunda de una serie de Trois Études
de Concert, que también tomaron el nombre de Trois Caprices Poétiques en una de las
primeras ediciones.293 Los títulos individuales con los que se conocen estos estudios,
incluyendo La Leggierezza fueron con toda probabilidad una idea de los editores,294 son
292
Humprey SEARLE: The Music of Liszt, Dover Publications, Nueva York, 2012, pág 56.
293
Ibidem.
294
ARNOLD, op. cit., pág 103.
204
los nombres por los que se les reconoce en la actualidad. Los dos primeros en particular
tienen mucha influencia de Chopin, aunque son más largos que la mayoría de los estudios
del compositor polaco,295 encontrándose en La Leggierezza durante muchos instantes una
clara influencia del Estudio op. 25 nº 2 de Chopin,296 manteniendo la obra lisztiana un
carácter casi fantasmal y evidenciando recursos como las divisiones irregulares de
compases, el uso de cadenzas que mantienen la sensación de ligereza y también, aparte
de los pasajes de dedos sueltos, el uso variado de notas dobles como terceras y sextas.297
En su edición de trabajo del año 1957298 Cortot muestra sus preferencias por el
título de Trois Caprices Poétiques, destacando los aspectos poéticos de estas obras, que
le parecen más evidentes que en algunos de los otros estudios lisztianos, opinión con la
que están de acuerdo autores como Rattalino. 299 En estos tres estudios, según Cortot, la
técnica se convierte en un medio y no en un fin, produciéndose una comunicación sonora
refinada. Aparte de sus recomendaciones sobre los diferentes caracteres, y los tempi a
escoger en determinados momentos, el pianista se centra principalmente en los problemas
pianísticos, recomendando diversos ejercicios para dificultades de ambas manos, y
centrándose también en problemas específicos como las sextas y las terceras
especialmente, además de recomendar algunas redistribuciones de las manos, que
mantienen la misma escritura original, pero que según el pianista ayudan a que sean mejor
proyectados los efectos que se buscan. El pedal una corda es mencionado sobre todo al
principio de la obra, donde el pianista opina que debe ser utilizado juntamente con el
legato de dedos (incluso manteniendo notas de la mano izquierda más tiempo del
indicado) en varios compases del Quasi Allegretto. Al final de la obra, Cortot da la opción
de tocar su propia cadenza de cuatro compases.
295
SEARLE, op. cit., pág 56.
296
Kenneth HAMILTON: The Cambridge Companion to Liszt, Cambridge University Press, Cambridge,
2005, pág 264.
297
ARNOLD, op. cit., pág 104.
298
Franz LISZT: Trois Caprices Poétiques, Édition de Travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1957.
299
Piero RATTALINO: Guida Alla Musica Pianistica, Zecchini Editore, Varese, 2012, pág 320.
205
Partitura 3.68. Liszt: La Leggierezza S. 144/2. Compases 1-7.
Cortot grabó este estudio en tres ocasiones, en los años 1919, 1923 y 1931. El
pianista sigue sus recomendaciones y además, aunque toca con libertad y usando un
rubato abundante en sus tres versiones, no se aparta de manera evidente de lo escrito en
la partitura, salvo en algunos momentos puntuales. Destacan en todo momento su sentido
del canto, la capacidad para crear colorido en la interpretación y el dominio técnico en
todas las interpretaciones, donde también demuestra el control de un recurso como el jeu
perlé, tan asociado a la escuela francesa.
206
Partitura 3.69. Liszt: La Leggierezza S. 144/2. Compases 94-101.
Por lo demás, las tres versiones tienen muchas características similares, que
incluyen la forma de hacer los acordes finales con bajos añadidos, incluso en la última
versión antes de tocar la cadenza, o también la elección de tocar la única ossia propuesta
por Liszt en esta obra, que da preferencia a unas escalas descendentes en terceras en vez
de una serie de arpegios de notas sueltas ascendentes y descendentes y la mano derecha.
Cortot hace la ossia en sus tres versiones.
En esta obra hemos escuchado a Dinu Lipatti, Ignaz Jan Paderewski, Leopold
Godowski, Wilhelm Backhaus, Benno Moiseiwitsch, Claudio Arrau, Jorge Bolet,
Solomon, Mischa Dichter, Evgeny Kissin, Louis Lortie y Christian Chamorel. De todos
estos pianistas, los únicos que hacen una cadenza final, distinta a la de Cortot, son
Paderewski y Moiseiwitsch, que tocan dos cadenzas diferentes, aunque según Hamilton
ambos solían tocar las de su maestro: Theodor Leschetizki. 300 Lo cierto es que los dos
pianistas comienzan de manera parecida, pero luego es evidente que hacen sus propias
300
HAMILTON (2008), op. cit, pág 181.
207
variantes. En Paderewski y Moiseiwitsch destaca también su tratamiento de las voces
internas, pero por otro lado, al igual que Cortot, no se apartan demasiado de lo escrito en
la partitura, y ambos tocan la ossia, pero Paderewski toma casi un minuto más que
Moisiewitsch en tocar este estudio, siendo unos de los de mayor duración, superado
solamente por Arrau en su versión para Philips y por el joven pianista suizo Chamorel,
ambos tomando más de 5 minutos y medio para tocar esta obra, mientras que otros como
Backhaus y Cortot (en sus dos primeras versiones) no llegan a los 4 minutos de duración.
3.5.4.4. Resumen.
Cortot prefiere ver esta obra dentro de un contexto poético más que como estudio,
pero eso no impide que en su edición de trabajo haga muchos comentarios sobre técnica
pianística y que recomiende algunos arreglos de redistribución de manos. También
recomienda su propia cadenza para terminar la obra y la ossia que propone el compositor.
208
3.5.5. Otras obras.
Mencionamos que Cortot aborda esta gran obra teóricamente desde cuestiones
relacionadas con la gran forma hasta todo tipo de detalles relacionados tanto con
problemas de tipo técnico como musicales. Utiliza constantemente el lenguaje metafórico
con ejemplo como trino como ruiseñor o adornos como voces de pájaros y se pueden
destacar las llamadas a reflejar los distintos carácteres de la música, especialmente cuando
301
Francisco MARTÍNEZ RAMOS: Teoría y Práctica Pianística en La Sonata en Si menor de Franz Liszt
(Tesina para el Diploma de Estudios Avanzados), Universidad de la Laguna, La Laguna, 2009, pp. 37-38.
209
requieren un tono cantabile. En su interpretación, además de aspectos como el sonido y
la expresividad, creemos que para los oídos modernos destacan sus libertades en cuanto
a cambios de tempi, rubati, añadidos de notas, arpegio de acordes, desincronización de
las manos y otros recursos de su época que no siempre han sido bien recibidos por
generaciones posteriores.
La escucha de esta misma obra tocada por su alumno Eric Heidsieck muestra las
posibles influencias de Cortot, dentro de un estilo con un menor uso de los rubati, pero
conservando diversos aspectos poéticos de su maestro.
Aparte de esta obra maestra, el pianista grabó otras de las que no conocemos
ningún comentario teórico suyo, por lo que no nos centraremos en ellas, pero nos gustaría
hacer al menos unos breves comentarios sobre las interpretaciones. Estas obras son la
Paraphrase de Concert sur Rigoletto S. 434 y tres canciones de Chopin transcritas por el
compositor húngaro (S. 480/2-3-5).
De la Paráfrasis hay dos grabaciones realizadas por Cortot, en los años 1920 y
1923, con una mayor duración en la primera de ellas, sin que el pianista evada el
virtuosismo, pero al mismo tiempo dando muestras de su dominio del fraseo y de las
texturas pianísticas. Las dos versiones muestran similitudes, pero a la vez algunas
diferencias relacionadas con el uso de los pedales con algunos cortes, como los realizados
en la segunda grabación. En la escucha de otros pianistas, incluyendo a Vladimir de
Pachmann, Ferruccio Busoni Leopold Godowsky, Claudio Arrau, György Cziffra, Daniel
Barenboim, y Yundi Li, todos menos de Pachmann tomaron más tiempo que Cortot en la
interpretación de esta obra, siendo Barenboim en su versión en La Scala de Milán el más
alejado de Cortot en este aspecto. Además, se pueden apreciar los diferentes conceptos,
que van desde una mayor rapidez y tendencia al virtuosismo hasta las mayores lentitudes
de pianistas como Arrau o el mencionado Barenboim.
210
Partitura 3.70. Liszt: Paráfrasis sobre Rigoletto S. 434. Compases 1-4.
Las tres canciones chopinianas en trascripción de Liszt que grabó Cortot son
Wiosna (primavera) S. 480/2, con una grabación en 1939, Pierścień (El Anillo) S. 480/3,
con una grabación también en 1939 y Moja Pieszczotka (Mi gozo) S. 480/5, con tres
grabaciones (1919, 1923 y 1939). En la primera de las canciones el pianista destaca
especialmente el canto y ciertas voces internas, mientras que en la segunda, aparte de
estos aspectos, Cortot hace una cadenza rápida y presta mucha atención a las dinámicas.
211
Partitura 3.71. Chopin-Liszt: Moja Pieszczotka (Mi Gozo) S. 480/5. Compases 16.
3.5.5.1. Resumen.
Para las ideas teóricas de la Sonata en Si menor, Cortot se basa en su conocimiento
de la obra y del contexto histórico del compositor, además de un manuscrito de la obra
que se encontraba en Budapest. No conocemos comentarios teóricos suyos sobre la
Paráfrasis de Rigoletto o las tres canciones de Chopin que transcribió el compositor
húngaro.
En la Sonata, el pianista es fiel a sus ideas teóricas, aunque se toma libertades y
parece a veces estar más interesado en los efectos a conseguir que en una lectura literal
de lo escrito. En la Paráfrasis, sus dos versiones muestran similitudes y diferencias, estas
últimas relacionadas principalmente con las duraciones y la sonoridad.
En la Sonata se muestran la posible influencia, pero también las diferencias entre
Cortot y su alumno Heidsieck. En las canciones, no siempre los demás pianistas toman
más tiempo que Cortot.
212
4. Frédéric Chopin.
Cortot es considerado como uno de los más grandes intérpretes chopinianos de
todos los tiempos, como demuestran las palabras del crítico musical italiano Manlio
Miserocchi, citadas por Maurice Croizard: Cuando las manos de Cortot no existan,
Chopin habrá muerto una segunda vez. 302 No han faltado tampoco los comentarios sobre
el parecido físico entre Cortot y el compositor polaco, sobre todo en algunas etapas de la
vida del primero, lo cual enfatizaba aún más la relación entre el pianista suizo-francés y
el compositor, parecido que ha sido comentado por autores como Rattalino, señalando
cómo Cortot llegó a ser considerado una personificación de Chopin,303 aunque al mismo
tiempo el crítico italiano muestra su desacuerdo con el análisis histórico que el pianista
hizo del compositor polaco.304 Otros autores, sin embargo parecen dudar de que la
semejanza física sea solamente con Chopin, ya que se podría encontrar un parecido con
un famoso artista cinematográfico de la época, que en principio nada tendría que ver con
Cortot ni con Chopin: el actor, guionista y director estadounidense Buster Keaton. 305
¿Cómo se atreve usted a escribir que Cortot nos da un Chopin débil y tuberculoso?
¿Ha escuchado las grabaciones que Cortot hizo de los Veinticuatro Estudios o de
302
Maurice CROIZARD: “Chopin est Mort une Deuxième Fois”, en Paris-Match, París, 30/6/1962, pág. 76.
303
RATTALINO (2010), op. cit., pág. 5.
304
Op. cit., pág 17.
305
DOUMET, op.cit., pág. 21.
306
SACHS, op. cit., pág. 358.
307
Op. cit., pág 385.
213
los Veinticuatro Preludios? Son milagros de técnica, elegancia consistente y
virilidad. 308
Pero más a allá de cuestiones estéticas o gustos musicales, lo cierto es que Cortot
dedicó una gran parte de su labor de pianista, de pedagogo y de escritor a la divulgación
de la música de Chopin, siendo con diferencia el autor más grabado por nuestro pianista,
con más de una referencia discográfica en la mayoría de las obras. Entre las grabaciones
chopinianas de Cortot se encuentran estudios, preludios, baladas, impromptus, valses,
scherzos, nocturnos, sonatas y otras muchas obras más. Si bien el pianista no llega a
realizar una integral, no se aleja demasiado de tal proyecto, siendo Chopin el único
compositor tratado discográficamente de manera tan abundante, y si nosotros
consideramos que su labor en otros repertorios no debe ser eclipsada por su entrega a
Chopin, no dejamos de reconocer que el legado chopiniano de Cortot merece toda la
atención posible, por calidad y por cantidad. Nosotros tendremos en cuenta los análisis
que se han hecho sobre el Chopin de Cortot, pero queremos aportar los resultados de
nuestro tipo de investigación, y además tendremos en cuenta algunos documentos que
consultamos en París, como partituras y manuscritos.
308
SACHS, op. cit., pág. 383.
309
Op. cit., pág. 384.
310
HOROWITZ, op. cit., pág. 158.
214
4.1. Ciclos Completos.
4.1.1. Estudios.
En primer lugar, cuando era joven los estudié todos y lo hice lo mejor posible.
Muchos años después los volví a trabajar, usando todos los ejercicios de Cortot (un
proyecto importante). Y recientemente los he trabajado otra vez, sin usar ninguno
de los ejercicios de Cortot. 312
Pienso que algunas veces (los ejercicios de Cortot) van más allá de resolver el
problema, así que tienes que saber cuándo dejar de usarlos.313
311
Frédéric CHOPIN: Études op. 10. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1915.
312
TIMBRELL, op. cit., pág. 111.
313
Ibidem.
215
Pero por otro lado, según la opinión de Manshardt, lo que el maestro buscaba nunca fue
el que el alumno se moviera de forma eficaz sobre las teclas, o que simplemente tocara
las notas correctas, y que mucho de lo que se llama técnica pianística bloquea el sentido
musical espontáneo.314 Esta visión puede cambiar nuestro enfoque sobre algunas
relaciones teórico-prácticas relacionadas con Cortot, y específicamente con los Estudios
de Chopin, como comentaremos en las interpretaciones. Diciéndolo de otra forma: Cortot
nunca estuvo especialmente interesado en simplemente tocar las notas.
314
MANSHARDT, op. cit., pág. 12-13.
315
CHIANTORE (2004), op. cit., pág. 703.
316
TIMBRELL, op. cit., pág. 109.
317
MANSHARDT, op. cit., pág. 65.
216
Cortot resalta otros términos como polifonía (estudios números3 y 6),
declamación (estudios números 3 y 9), pedales (en varios estudios, pero en los números
3 y 6 destaca el uso de los dos pedales, especialmente el llamado una corda), y fatiga
(estudio número 11). El pianista recomienda una duración para cada estudio, mientras
que las indicaciones metronómicas son las del manuscrito de Chopin o de las primeras
ediciones. Cortot consigue tratar una gran cantidad de problemas pianísticos en este
primer volumen de sus ediciones de trabajo y parece tener un atractivo y unas
posibilidades inagotables, ya que sus comentarios y ejercicios sobre esta obra chopiniana
han sido elogiados y criticados, analizados y estudiados, pero siguen ofreciendo
constantemente nuevas posibilidades de estudio y de investigación.
Cortot grabó dos ciclos completos de los Estudios op. 10, el primero en Londres
en el año 1933 y el segundo de París en el año 1942, además de versiones sueltas de
algunos de los estudios. La comparación entre los dos ciclos completos nos parece
fascinante, porque muestra claramente ciertas diferencias, aun cuando se mantenga
siempre vigente el estilo personal de Cortot. También nos parece muy interesante la
comparación con las otras versiones que no están incluidas en los ciclos, que nos permiten
contemplar una imagen más global de la actividad del pianista en estas obras, por lo que
comentaremos algunas de las diferencias más importantes que hayamos percibido al
analizar las diversas interpretaciones.
Empezando por el primer estudio, comprobamos las diferencias sonoras entre las
dos versiones y algunos cambios puntuales, pero en general no cambian demasiado en su
concepto. Es posiblemente el estudio donde más fallos se detectan. En el segundo estudio
tampoco hay grandes diferencias, salvo la sonoridad y algunas voces destacadas de
manera diferente. Una de sus idiosincrasias es levantar antes de tiempo la octava de la
mano izquierda que se encuentra en los compases del 32 al 35, aunque en su edición de
trabajo recomienda mantenerla a través de una vibración del pedal derecho.
217
Partitura 4.1. Chopin: Estudio op.10 nº2. Compases 31-34.
El sexto estudio fue grabado dos veces, dentro de los ciclos de París y Londres, y
nos parece que entre muchos otros, el detalle más importante es cómo Cortot hace un
rubato cuando la mano derecha toca sola que puede llegar a considerarse como un tempo
diferente, 318 un efecto que el pianista hace en las dos grabaciones. Pero hay diferencias
entre ellas comenzando por la duración, aunque nunca se alejan demasiado de sus
recomendaciones, siendo la segunda versión algo más rápida. También hay diferencias
en el uso del rubato y en la forma en que el pianista hace los compases finales. El séptimo
estudio fue grabado en los ciclos completos y las duraciones son prácticamente iguales,
aunque estas dos versiones de Cortot vienen a confirmar las diferencias entre los ciclos
318
MANSHARDT, op. cit., pág. 127.
218
completos y una tendencia, en algunos de los estudios, a durar menos tiempo de lo que el
propio pianista ha recomendado, aunque las diferencias no sean muy grandes.
El octavo también fue grabado solamente en los ciclos completos. Las duraciones vuelven
a ser cercanas a su recomendación y el pianista se muestra fiel a sus ideas, pero también
puede comprobarse la flexibilidad con que esas idas pueden ser puestas en prácticas, ya
que Cortot no se repite así mismo de manera exacta. El noveno estudio también fue
grabado en los dos ciclos y el pianista no es tan fiel a sus recomendaciones de duración,
sobre todo en la primera versión. Pero pensamos que se debe a la gran cantidad de rubato
que utiliza. Entre las dos versiones también se detectan cambios en algunas articulaciones.
En las dos versiones del décimo estudio, Cortot se aparta de manera evidente de
su duración recomendada, tocando a tempi más rápidos. Por otro lado, las dos versiones
son ligeras y en ambas el pianista añade notas no escritas (algo que acontece también en
otros estudios). Éste es un estudio en el que Cortot toca con una duración algo alejada de
sus indicaciones, aunque en todos los demás aspectos es fiel a sus ideas, aun teniendo en
cuenta los cambios puntuales entre las dos versiones.
219
En el análisis de todos los estudios del op. 10 hemos podido comprobar que Cortot
es básicamente fiel a sus indicaciones sobre la expresión, la técnica y el uso de diversos
recursos. Por otro lado, no siempre es fiel en mantenerse cerca de sus propias
recomendaciones de velocidad, lo que podría indicar una evolución en su pensamiento
musical o una flexibilidad al dejarse llevar por la inspiración. Lo que sí creemos que ha
quedado demostrado es que, en el caso de Cortot, el tener unas ideas teóricas firmes no
significa necesariamente que no pueda haber diferencias, a veces considerables, entre
diversas interpretaciones de una misma obra, y por el mismo intérprete.
Para estas obras hemos investigado a pianistas tan diversos como Vlado
Perlemuter, Dinu Lipatti, Samson François, Ruth Slenczynska, Idil Biret (estos cuatro
fueron alumnos de Cortot), y además Ferruccio Busoni, Édouard Risler, Ignaz Friedman,
Wilhelm Backhaus, Claudio Arrau, Vladimir Horowitz, Maurizio Pollini, Agustin
Anievas, Vladimir Ashkenazy, Andrei Gavrilov, Murray Perahia y Jan Lisiecki, en la
mayoría de los casos en ciclos completos y en otros en estudios individuales.
En nuestra opinión es François el alumno que parece tener una mayor influencia
de Cortot en estas obras, aunque también se pueden apreciar diferencias notables entre
los dos en estudios como el 2, el 5, el 8, el 9, el 10 y sobre todo en el 11, que François
toca de manera muy diferente a su maestro. Perlemuter nos parece el más alejado en
general, al menos entre sus alumnos, si bien se pueden apreciar momentos de fraseo y
canto de la melodía que pueden dejar ver la influencia de su maestro. Pero normalmente
toca con tempi más lentos y con menos rubati que Cortot. Biret y Slenczynska muestran
tanto las influencias de Cortot como diferencias con su estilo.
220
Su versión nos parece diferente a la de Cortot. En el caso de Busoni hay que tener en
cuenta que hace una introducción y que añade algunos compases, es una versión muy
libre. Friedman hace bastantes rubati y toca con rapidez, detacando las melodías y los
contrastes, además de sus propios arreglos. En todos los casos, hay diferencias con el
estilo de Cortot.
En cuanto a los otros pianistas, pordríamos señalar diferencias extremas de
concepto, como las que se producen entre un pianista de la época de Cortot, como era
Backhaus, con una tendencia a tocar con mucha rapidez y usando menos rubato que
Cortot, y un joven pianista de actualidad como es Lisiecki, que toca en general con un
estilo más cantado y dolce, aunque sin faltarle elementos de virtuosismo. Pensamos que
Cortot se encuentra en un término medio.
4.1.1.1.4. Resumen.
La edición de trabajo del op.10 de Chopin fue la primera de esta clase de material
pedagógico que publicó Cortot, y todavía sigue ejerciendo una gran influencia entre
muchos pianistas, profesores y estudiantes de piano, a pesar de haber opiniones diversas
sobre algunas de sus recomendaciones, especialmente las relacionadas con los ejercicios.
221
4.1.1.2. Estudios op. 25.
Si la palabra fatiga era mencionada por Cortot en relación con el estudio número
op. 10 nº 11, en este caso se repite el número del estudio, ya que el pianista llama la
atención sobre la necesidad de tener cuidado con la fatiga que puede producir tocar esta
pieza (op. 25 nº11). Otro de los aspectos mencionados por Cortot es la posibilidad de
hacer cambios en la partitura, refiriéndose específicamente a los cambios de dinámica que
según él se deben realizar en el último estudio del ciclo. El pianista hace también
recomendaciones de duración para cada estudio.
319
Frédéric CHOPIN: Études op. 25. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1917.
320
Jim SAMSON: Chopin, Oxford University Press, Nueva York, 1996, pág. 132.
222
4.1.1.2.2. Interpretaciones de Cortot.
Al igual que con el op. 10, el pianista grabó el ciclo en dos ocasiones, 1934 en
Londres y 1942 en París. Además, algunos de los estudios fueron grabados en otras
versiones. Incluyendo los ciclos completos y sin contar las grabaciones que el pianista
hizo en rollo de pianola, se puede escuchar a Cortot en al menos seis versiones del noveno
estudio, en fechas que van desde 1920 a 1954, cifra que se repite en el segundo estudio,
con fechas que van desde 1922 a 1954. De los estudios primero, tercero y onceavo
podemos escuchar tres versiones respectivamente.
321
Olga CHOURAK: Teoría del Pianismo Ruso, Estudio Comparativo de Dos Escuelas: Leonid V. Nikolaev
(1878-1942), Heinrich G. Neuhaus (1888-1964); Universidad Autónoma de Madrid (Tesis Doctoral),
Madrid, 2010., Pág. 294.
322
Op. cit., pág. 416.
323
Op. cit., pág. 610.
324
Ibidem.
325
HAMILTON (2008), op. cit., pág. 185.
223
Cortot realiza alguna de sus prácticas habituales como hacer calderones no escritos, algo
que sucede en prácticamente todos los comienzos de los estudios que tengan anacrusa,
como es el caso del primer estudio, donde en la versión del primer ciclo completo, la
negra se convierte prácticamente en una blanca. Quizás en ese caso los puristas no
tendrían excesivos problemas, pero probablemente tengan más cuando Cortot no hace los
calderones que están escritos, tal como pasa en el estudio número cinco, dos compases
antes del Piu Lento (compases 43-44), en los que Cortot no hace el calderón que está
sobre el último silencio de negra del compás de 3/4, repitiendo el mismo efecto en sus
dos grabaciones. Todavía más polémico podría ser el arreglo que hace Cortot después del
calderón que hemos mencionado. El pianista toca el acorde con salto que está al principio
del compás uno antes del Piu Lento (compás 44), pero luego, en vez de hacer los silencios
de negra siguientes y el calderón que está sobre la última, toca un si en la parte central
del piano, que une a la primera nota melódica de la mano izquierda en el compás siguiente.
Este efecto se repite en las dos versiones, por lo que no es una cuestión de casualidad o
de inspiración del momento, sino que probablemente sea una forma de re-orquestar el
pasaje.
El quinto estudio parece ser el favorito de Cortot en cuanto a cambios más o menos
notorios con respecto a la partitura, ya que hay al menos tres más que podemos citar y
que se dan en las dos grabaciones del pianista. La primera ocurre algunos compases antes
del final (compases 124-125), en los que Cortot hace los silencios del primer compás,
pero no los del compás siguiente, que simplemente elimina en sus dos versiones. El
segundo cambio sucede a partir del quinto compás antes del final (compases 134-137) en
224
el que está escrito un trino de las voces internas mientras otras notas están ligadas. El
trino debería durar cuatro compases según la partitura, pero en las versiones de Cortot
sólo dura aproximadamente dos compases, por lo que elimina dos de ellos. Y en el último
compás, donde hay una subida arpegiada, el pianista añade una octava más a ese arpegio
de modo que acaba en una octava más alta de lo que indica la partitura.
Este estudio nos ofrece más ejemplos interesantes de las prácticas interpretativas
de Cortot en relación a sus propuestas teóricas, y de las diferencias entre sus grabaciones.
Por ejemplo, dos compases antes del Lento (compás 27), Cortot escribe una coma antes
del acorde de blanca indicando una respiración después de las seis corcheas anteriores.
Cortot hace una respiración claramente detectable (algo que no siempre ocurre, aunque
225
el pianista haya escrito una coma de respiración), y hace el mismo efecto en las dos
versiones. También toca a una velocidad mucho más lenta el compás siguiente, uno antes
del Lento (compás 28), siendo consistente en las dos grabaciones. Sin embargo, en los
dos últimos compases de la pieza, Cortot hace una interpretación diferente en cada una
de las versiones. El penúltimo compás contiene dos blancas y el último una redonda con
calderón, todas ellas unidas por un signo de ligadura de fraseos, por lo que en principio
no se supone que haya que cortar el sonido entre ninguna de ellas. Además, Cortot no
añade ningún signo de respiración, ni tampoco indica nada en sus comentarios. Sin
embargo, el pianista no hace exactamente lo que pone la partitura ni tampoco hace lo
mismo en las dos versiones. En la primera versión corta el sonido entre la segunda blanca
del penúltimo compás y la redonda del último, y en la segunda versión corta el sonido
entre la primera y la segunda blancas del penúltimo compás, por lo que Cortot no es tan
firme con sus ideas, o interpreta esos compases según la inspiración del momento.
Quizás sean estos ejemplos de los estudios números cinco y diez los casos más
extremos dentro de las prácticas interpretativas de Cortot, pero tampoco faltan ejemplos
en otros de los estudios, como por ejemplo el número dos. El pianista hace un arreglo en
el penúltimo compás, donde después de tocar el acorde arpegiado añade un fa a distancia
de una octava del fa del bajo del acorde. El efecto es realizado por el pianista en las cinco
grabaciones de este estudio que le hemos escuchado, grabaciones que van desde el año
1922 al año 1954, más de treinta años de diferencia, por lo que es evidente que no se trata
de un arreglo realizado en un momento de inspiración sino de un cambio muy pensado
pero que no está indicado en su edición de trabajo. En el estudio número cuatro cambia
226
la medida de los dos últimos compases, ya que convierte una redonda en blanca, y hace
calderones en las negras. Este cambio se repite en sus dos versiones de la obra.
El pedal atmosférico que el pianista pide para el primer estudio se traduce también
en una cierta libertad en su uso, y en no siempre hacer exactamente las indicaciones de
pedal escritas en la partitura, y específicamente en su edición de trabajo. A partir del
compás ocho antes del final (compás 41), el pianista comienza a usar el pedal derecho de
manera distinta a lo escrito, sobre todo en las dos últimas versiones, ya que desde el
compás siete antes del final, comienza un juego de sonoridades en la que en algunos casos
da la impresión de que no está poniendo el pedal derecho, o en todo caso que está
poniendo muy poco. El efecto es parecido en las tres versiones, si bien no exactamente
igual. Pero donde las tres versiones están de acuerdo es en tocar el compás cuatro antes
del final con prácticamente nada de pedal, en un claro contraste con otras de las
sonoridades producidas. En el mismo estudio se crea también una situación interesante a
partir del tercer compás antes del final (compases 46-47), no relacionada con el pedal sino
con el hacer o no el número exacto de veces un patrón de notas que se repite. En la
segunda negra del compás 46 comienza un patrón de notas arpegiadas que debe repetirse
siete veces, algo que Cortot hace en su primera versión, la de 1925. Sin embargo, en la
versión de 1934 el pianista no hace las siete veces, sino seis, y en la versión de 1942 no
hace las siete veces, ni tampoco las seis veces, sino que hace sólo cinco veces. Podría
tratarse simplemente de un fallo de memoria, o de que el pianista no tuvo en cuenta el
número de repeticiones en las dos últimas versiones. También podría tratarse de una
decisión del pianista, una especie de arreglo al que fue llegando después de años, pero
más allá de conjeturas, lo cierto es que Cortot toca este pasaje de manera diferente en sus
tres versiones, y que no hace ninguna indicación al respecto en sus ediciones de trabajo.
227
Partitura 4.5. Chopin: Estudio op.25 nº1. Compases 41-49.
228
4.1.1.2.3. Interpretaciones de otros pianistas.
Para este ciclo hemos escuchado a los a los alumnos de Cortot mencionados para
el op. 10 y prácticamente a los mismos pianistas, con el añadido del pianista chino Lang
Lang para el ciclo completo, además del español Javier Perianes para el estudio número
uno.
Con respecto a Cortot y sus alumnos, vuelven a ser evidentes las diferencias entre
Perlemuter y Cortot, tanto en cuestiones de tempo como de sonoridad y conceptos
generales. En el caso de François, el pianista enfoca algunos de los estudios, como el dos
y el tres, a tempi muchos más lentos que Cortot y con un estilo que poco recuerda al de
su maestro. Especialmente llamativo en ese aspecto es su versión del segundo estudio,
que a pesar de que el pianista francés utiliza el pedal, nos da la sensación de parecerse
más a Glenn Gould que a Cortot. ¿Posible influencia del pianista canadiense?
Slenczynska y Biret vuelven a mostrar diferencias con su profesor, mostrando influencias
de otras escuelas y profesores. En el caso de Slenczynska nos pareció interesante su forma
de enfocar el estudio número cuatro, de manera diferente a Cortot, Y en el caso de Biret,
sus tempi suelen ser más lentos y su sonido diferente al de su profesor, como en el estudio
tres, más pesante y más lento que Cortot. Ninguno de estos pianistas hace los cambios de
Cortot, aunque hay excepciones, como los compases finales del estudio número cinco en
la versión de François, cuyos cambios en las medidas y añadido de notas parece recrear
la versión de Cortot. François también puede hacer sus propios cambios, como por
ejemplo los cambios de dinámica en el mismo estudio número cinco (antes del Piu Lento).
229
interpretaciones tiene una duración de 4 minutos y 48 segundos la primera y 4 minutos y
31 la segunda, ambas más lentas que su recomendación, y sin embargo es el que menos
duración toma de los pianistas escuchados, excepto en el caso de Wilhelm Backhaus, que
tiene una duración de 4 minutos y 37 segundos. Los que toman más tiempo para tocar
este estudio son los jóvenes pianistas Lang Lang y Jan Lisiecki, el primero con una
duración de 5 minutos y 55 segundos, y el segundo con una duración de 5 minutos y 58
segundos, ambos con una diferencia de aproximadamente un minuto con la versión más
lenta de Cortot. Varios pianistas superan los cinco minutos en la interpretación de este
estudio (François, Biret, Slenczynska, Horowitz, Arrau, Ashkenazy, Gavrilov, Perahia)
pero curiosamente no Perlemuter, que suele ser el pianista que toma los tempi más lentos.
Tampoco Pollini llega a los cinco minutos. La tendencia general es a tomar los tempi más
lentos que Cortot en los estudios lentos, pero no necesariamente en los rápidos.
En el estudio número nueve, todos los pianistas tocan dentro de unas velocidades
muy cercanas a la velocidad recomendada por Cortot, que es de 1 minuto y 7 segundos.
La única excepción parece ser las de los pianistas Ignaz Jan Paderewski, con 1 minuto y
18 segundos y Eugen d’Albert, alumno de Liszt, con 1 minuto y 38 segundos, pero hay
que tener en cuenta que el pianista repite el estudio, y además con dos velocidades
diferentes. Pero se pueden notar diferencias de estilo en distintos detalles, y además varios
arreglos realizados por pianistas de la era romántica. Paderewski hace notas distintas a
lo escrito en su interpretación, Friedman comienza a un tempo más lento y luego acelera,
Eugen d’Albert toca con gracia y repite el estudio, y Vladimir de Pachman toma un tempo
rápido y añade acordes al final. Como podemos comprobar, Cortot no era el único que
hizo arreglos en los estudios.
4.1.1.2.4. Resumen.
230
El pianista en fiel a sus recomendaciones en muchos momentos, pero se toma
muchas libertades en algunos de los estudios, haciendo arreglos, cambiando medidas,
añadiendo notas y otras libertades.
Cortot no era el único pianista de su época que hacía arreglos en la partitura, como
demostró la audición de varios pianistas de principios del Siglo XX en el estudio número
nueve, en donde cada uno de ellos hizo algún tipo de arreglo.
Juntamente a los ciclos de los op. 10 y op. 25, nuestro pianista grabó la serie completa de
los Trois Nouvelles Études y además publicó también una edición de trabajo326 en la que
comienza con datos históricos y explicando las diferencias entre estos estudios y los que
Chopin escribió en sus otros ciclos, y si bien Cortot resalta los aspectos musicales de estas
obras, la edición de trabajo se centra principalmente en resolver los problemas técnicos,
que quizás no sean tan evidentes como en otros de sus estudios, pero no dejan de estar
presentes y no se pueden obviar en estos estudios, que al igual que los otros de Chopin,
van más allá de ser simples ejercicios o demostraciones con el sólo propósito de
deslumbrar con el virtuosismo.327
326
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 2º Série pour Piano, Édition de travail avec commentaires d’Alfred
Cortot, Éditions Salabert, París, 1936-47.
327
Jim SAMSON: The Music of Chopin, Clarendon Press, Oxford, 1994, pág. 59.
231
El orden de los estudios en la edición de Cortot es el siguiente: primero el de fa
menor, segundo el de Re bemol Mayor y tercero el de La bemol Mayor. Sin embargo, ese
no es el orden que se encuentra en algunas catalogaciones, que proponen en segundo lugar
el de La bemol Mayor y en tercer lugar el de Re bemol Mayor.328 Este orden de los
estudios es el que suele utilizar la mayoría de los pianistas.
Estos estudios fueron grabados por Cortot en dos ocasiones, como ciclos según el
orden indicado en su edición de trabajo. Las grabaciones fueron en Londres y en los años
1947 (no publicada en su momento) y 1949, ambas después de la Segunda Guerra
Mundial. Todas estas interpretaciones tienen una duración mayor que las recomendadas
en la edición de trabajo, aunque las diferencias no suelan ser muy notorias y tomando
siempre más tiempo las versiones de 1949.
328
Maurice HINSON, Wesley ROBERTS: Guide to the Pianist's Repertoire, Indiana University Press,
Bloomington, 2014, pág. 243.
232
y no tomando demasiadas libertades con relación a lo escrito en la partitura, todavía tiene
posibilidades de ofrecer versiones que tienen algunas diferencias entre sí.
Casi todos los pianistas escuchados toman más tiempo para tocar el estudio en fa
menor que lo recomendado por Cortot, e incluso que las velocidades reales del pianista.
La mayor diferencia es con Guiomar Novaes, de más de un minuto con respecto a la
recomendación y de unos 40 segundos con respecto a la segunda interpretación de Cortot.
La única excepción a la regla la ofrece Ugorski, que toca este estudio a un tempo muy
rápido, con una duración de 1 minuto y 15 segundos, treinta segundos menos que la
recomendación de Cortot. Este pianista también toca los otros estudios a velocidades más
rápidas que Cortot. Aparte de estas diferencias de duración, nos parecen también
interesantes las que se establecen entre Cortot y François, sobre todo en el aspecto sonoro,
con un uso diferente del pedal derecho, que es menos abundante en el caso de François,
además de su enfoque de la mano izquierda, en contraste con el de su maestro. Perlemuter
también ofrece una mano izquierda más estable y con otro tipo de sonoridad, dando la
impresión de que Cortot hace la mano izquierda de este estudio de manera muy personal
e inimitable.
233
Partitura 4.6. Chopin: Estudio en La bemol Mayor, de Trois Nouvelles Études. Compases 1-9.
4.1.1.3.4. Resumen.
Cortot se toma algunas libertades, pero en general no tantas como en algunas otras
obras de Chopin. Hay diferencias entre las dos versiones.
La comparativa con otros pianistas muestra que en general se tiende a tocar con
más duración que Cortot, salvo excepciones. Los alumnos de Cortot pueden mostrar
diferencias con el enfoque del maestro.
234
4.1.2. Preludios.
Las fuentes teóricas primarias principales que tenemos para conocer las opiniones
de Cortot sobre Los Preludios op. 28 de Chopin se encuentran en dos fuentes, su edición
de trabajo de 1926329 y el libro sobre sus cursos de interpretación que mencionamos
anteriormente con respecto a los Estudios sinfónicos de Schumann, donde el pianista
incluía la obra dentro del capítulo de las variaciones. Los Preludios chopinianos se
encuentran en un capítulo junto al primer libro de los Preludios de Debussy, dedicando
catorce páginas a la obra maestra de Chopin.330 Además, existen comentarios de Cortot
sobre algunos preludios en las grabaciones que se realizaron en la École Normale de Paris
entre 1954 y 1960, publicadas por Sony Classicals en el año 2007.331 En el documento
sonoro, el pianista da lecciones sobre una selección de los Preludios (números dos, cuatro,
cinco, ocho, diecisiete y veinte), con breves comentarios y donde se escucha más bien al
pianista tocar diversos fragmentos. La introducción, en la edición de trabajo es redactada
por su amigo Laurent Cellier.
Tal como aconteciera con los Estudios sinfónicos schumanianos, los comentarios
en la edición de trabajo y en el curso de interpretación parecen tener un énfasis diferente,
más poético en los cursos y más pragmático en la edición de trabajo, aún sin negarle una
parte de vena poética a la segunda. Pero ya desde el primer preludio, creemos que la
diferencia es evidente, destacándose en el curso términos que tienen que ver con el
carácter de la pieza, mientras que en la edición de trabajo habla constantemente de
trabajos, ejercicios y digitación. Por supuesto que no es un contraste absoluto, ya que en
el curso puede mencionar aspectos del pedal derecho, para que no cubra los silencios, o
en la edición de trabajo menciona términos como apasionado y ardiente. Pero repetimos
que en la edición de trabajo de 1926 hay una tendencia hacia los aspectos técnicos.
329
Frédéric CHOPIN: Préludes op. 28. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Senart (Salabert), París, 1926.
330
CORTOT (1934), pág. 40-53.
331
Alfred CORTOT: The Masterclasses, Sony Classical S3K89698, 2005.
235
que nos indican que Chopin tenía especial predilección por el uso de los dedos tercero,
cuarto y quinto en muchos pasajes melódicos. Este tipo de digitaciones no es tan común
en los pianistas modernos, pero era bastante usada en ciertas épocas. Cortot basa su
digitación del Preludio (refiriéndonos al número quince específicamente) en las
preferencias chopinianas y así consta en su edición de trabajo. De todas maneras, en la
Médiathèque Musicale Mahler de París, en sus fondos de partituras pertenecientes al
pianista y que contienen sus anotaciones, pudimos observar una de ellas que pertenece a
una edición alemana de los años ochenta del Siglo XIX.332 Esta partitura contiene algunas
digitaciones (a lápiz) que son diferentes en algunos compases a las de la edición de trabajo
332
Frederik CHOPIN: Sämmtliche Werke für Pianoforte. Nach den französischen und englischen
Originaldrucken bericht und mit Fingersatz versehen von Ed. MERTKE. Steingräbe, Hannover-Leipzig,
1880-85.
236
futuro. Otros aspectos que se pueden tener en cuenta sobre este preludio en la edición de
trabajo de Cortot, comparada con la primera edición de la obra, son el mayor número de
cambios de pedal (por ejemplo, en el primer compás), el cambio de algunas marcas de
fraseo (compases 16 y 18), cambios en algunos signos de dinámica (compás 13), cambios
en el comienzo de crescendi (compás 35) y cambios en diminuendi y ritardandi (compás
74).
En el último preludio hay una digitación particular de Cortot, que menciona tanto
en la edición de trabajo como en el curso de interpretación. Se encuentra en las tres
últimas notas de la obra, tres notas re muy graves que el pianista considera que son
trágicas y que evocan los disparos de cañones y que recomienda tocar con el pulgar de la
mano izquierda, teniendo la mano completamente cerrada para que tenga apoyo y solidez.
Esta digitación no ha dejado de tener polémica, ya que otros pianistas como Claudio
Arrau, que ha sido elogioso con las interpretaciones chopinianas de Cortot, tienen otra
opinión, recomendando más bien la utilización de los dedos 3,4 y 5 de la mano izquierda
para poder lograr una mejor sonoridad, y que además es muy segura y permite trasmitir
todo el poder del cuerpo.333 Sobre la propuesta de Cortot, tocar con el pulgar
verticalmente, Arrau opina que se produciría un sonido que sería duro y feo, y que además
no habría la misma seguridad de obtener fuerza que con la digitación que propone el
pianista chileno.334
También aparecen temas frecuentes como los pedales, mencionados en casi todos
los preludios (las indicaciones de uso de pedal por Cortot en esta obra son consideradas
por Couvert como pedalización expresiva335), y el tempo, sobre el que el pianista tiene
ideas muy firmes, normalmente relacionadas con el exceso de velocidad (preludios
números once y veintidós), pero también avisando sobre los peligros de hacer algunos
demasiado lentos, como es el caso del preludio número veintitrés. El pianista recomienda
una duración aproximada para cada preludio.
333
HOROWITZ, op. cit., pág. 162.
334
Ibidem.
335
Hélène COUVERT: Alfred Cortot, regard sur Chopin. Département de Pédagogie du CNSMDP, 2003,
pág. 165.
237
4.1.2.1.2. Interpretaciones de Cortot.
Alfred Brendel opina que la versión de Cortot (sin mencionar fecha específica) es
un modelo perfecto de caracterización de cada pieza que se integra en un todo perfecto,
además de ser una demostración del dominio fenomenal que Cortot tenía del carácter
musical.336 De esta interpretación tan elogiada por Brendel existen cuatro versiones
grabadas por en estudio (1926, 1934, 1942 y 1957) y también hemos escuchado una
versión en directo grabada en Munich en el año 1955, además de diversas grabaciones de
preludios sueltos, lo que hace que tengamos un número importante de grabaciones.
Nosotros hemos optado por ofrecer en primer lugar una comparativa de las grabaciones
que Cortot realizó del anteriormente mencionado preludio número quince, el preludio que
Cortot considera el más importante, una opinión no compartida por otros autores como
Jeffrey Kresky, que expone que aun siendo el preludio más popular, no es el más
profundo, ni el más disfrutable ni el más interesante del ciclo.337 En todo caso,
analizaremos también la interpretación que Cortot realizó en su clase magistral.
Primera sección (compases 1-27): Cortot comienza con las manos juntas en las primeras
notas, algo que cambiará en otras versiones posteriores. La sensación del tempo es de
fluidez, alrededor de 80 la negra, y las notas repetidas de la mano izquierda dan una
impresión de estabilidad. En la melodía, Cortot realiza algunos énfasis que alteran algunas
medidas escritas. Otras prácticas de Cortot son el arpegiado de algunos acordes, y el
destacar diversas voces además de la melodía principal.
Segunda sección (compases 28-75): El pianista toca a un tempo que suena algo más
rápido. Las notas repetidas de la mano derecha están bastante presentes y dan una
sensación de ostinato. Cortot realiza algunos arreglos como convertir en octavas algunas
336
Alfred BRENDEL: Music Sounded Out, Robson Books, Londres, 1990, pág. 144
337
Jeffrey KRESKY: A Reader's Guide to the Chopin Preludes, Greenwood Press, Westport, CT. 1994, pág.
77.
238
de esas notas repetidas, y además, al final de la sección, reescribe algunos bajos,
convirtiéndolos en trémolos que imitan a timbales.
Tercera sección (compases 76-89): Destacan ciertos arpegiados y la forma en que realiza
la frase que comienza en el si bemol agudo.
Primera sección: El tempo es algo más lento que en la grabación anterior, comienza con
más rubato y da la sensación de una menor estabilidad y de menor simplicidad, aunque
al final de la sección parece volver a un estilo más simple. También hace más cambios de
dinámica en la melodía.
Segunda sección: Las notas repetidas de la mano derecha están menos presentes al
principio que en la versión anterior, destacándose más la melodía de la mano izquierda.
Posteriormente destaca más las notas en ostinato. En toda esta sección, Cortot parece estar
muy atento al juego de dinámicas. También añade octavas y arregla partes de la mano
izquierda.
Tercera sección: Comienza más piano que en la primera versión y destaca ciertas voces
internas. Esta vez prepara con un ritardando la llegada del si bemol agudo y se detiene
algo más en esa nota.
Primera sección: Comienza con algo de rubato, sigue arpegiando diversos acordes y
destaca ciertas voces internas. En general, suena más sencillo (menos rubato) que en la
versión de 1934.
Segunda sección: Las notas repetidas suenan muy piano y destaca mucho la melodía de
la mano izquierda, que toca con algo más de rubato que en las versiones anteriores. Se
produce un gran crescendo que afecta a las dos manos. Sigue añadiendo octavas y
haciendo arreglos.
Tercera sección: Comienza de manera sencilla y hace otra vez un ritardando antes de
llegar al si bemol agudo, aunque esta vez no se detiene tanto en esa nota. Antes del final
destaca algo las notas repetidas.
239
-Grabación de 1950. Londres. Duración: 4 minutos y 37 segundos.
Primera sección: Es la primera vez que Cortot comienza el preludio con las manos no
sincronizadas, aunque el pianista produce una sensación de estabilidad en esta sección.
Sigue realizando arpegiados en la mano izquierda, aunque no siempre en los mismos
sitios que en las versiones anteriores. También destaca voces internas.
Segunda sección: Con un tempo más rápido, comienza destacando la mano izquierda y
luego la derecha va adquiriendo carácter de ostinato. Sigue realizando algunos arreglos.
Tercera sección: Comienza de manera simple, pero con algo de rubato. Vuelve a hacer
ritardando antes del si bemol agudo, y esta vez se detiene en esa nota algo más que en
algunas de las otras versiones. Vuelve a destacar notas repetidas al final, pero sin hacer
rubato.
Primera sección: Comienza con las manos desincronizadas. Parece tener especial interés
en algunos momentos de la línea del bajo y en resaltar algunas voces internas. Por lo
demás, la sensación sigue siendo de sencillez y realiza algunas prácticas ya escuchadas
en versiones anteriores.
Tercera sección: Vuelva a ser simple y también hace ritardando antes del si bemol agudo.
Primera sección: Comienza con una pequeña desincronización entre las manos. El tempo
es movido y sigue realizando juego de voces y rubati.
Segunda sección: El tempo es algo más rápido y hay una gran interacción entre las
distintas voces, con juegos de dinámica. El trémolo de la mano izquierda suena distinto a
las otras versiones.
240
Tercera sección: Se detiene en el si bemol agudo más que en otras versiones.
Primera sección: Comienza con las manos desincronizadas. Cortot juega con las voces,
destacando los bajos y ciertas voces internas aún más que en otras versiones. Enfatiza
ciertas partes de la melodía y presta una atención especial a la mano izquierda.
Segunda sección: Destaca la mano izquierda, y las notas repetidas de la derecha tienen
más cambios de volumen que en otras versiones, con más crescendi y diminuendi. El
pianista sigue haciendo arreglos, y consigue otro tipo de trémolo en la mano izquierda
que no había hecho anteriormente.
Tercera sección: Comienza de manera simple y también hace un ritardando antes del si
bemol agudo, aunque esta vez se detiene algo menos en esa nota.
Primera sección: Comienza con desincronización de las manos. El tempo es el más lento
de todas las versiones, enfatizando a veces las notas repetidas con más rubato y de manera
diferente a las otras versiones.
Segunda sección: Enfatiza el canto. El tempo sigue siendo el más lento de todas sus
versiones. Sigue realizando arreglos.
338
TAILLANDIER-GUITTARD, op. cit., pág. 502.
241
Sansom François (4 minutos y 32 segundos). Algún pianista posterior, como Martha
Argerich (4 minutos y 54 segundos) se acerca a las duraciones de Cortot, pero otros se
alejan de manera considerable, como son los casos de Grigory Sokolov (7 minutos y 17
segundos) e Ivo Pogorelich (7 minutos y 22 segundos).
En general, Cortot vuelve a ser fiel a sus indicaciones, tanto en aspectos técnicos
como en los interpretativos, pero se pueden observar algunas discrepancias, como los
mordentes en el preludio número cuatro, que Cortot recomienda hacer como
semicorcheas, pero que él hace como corcheas en todas sus versiones. Sobre todo, hemos
podido observar libertades con respecto a la partitura, como por ejemplo en el preludio
dieciocho, donde en los compases tres y dos antes del final, el pianista no hace todos los
silencios, y esto se repite en todas las versiones, aunque no siempre haga exactamente lo
mismo. Según Taillandier-Guittard, esta omisión de los silencios sería causada por el
intento de crear una atmósfera de suspense y precipitación.339 En todo caso, nos parece
una decisión premeditada de Cortot.
Otros cambios de medidas se detectan en varios de los preludios, incluyendo entre otros
los números nueve (donde convierte fusas en semicorcheas, además de hacer cambios en
la mano izquierda en algunos momentos) y el trece (convierte algunas semicorcheas en
corcheas).
339
TAILLANDIER-GUITTARD, op. cit., pág. 517.
242
Aparte de las diferencias con la partitura, también se pueden detectar diferencias
entre las diversas interpretaciones de Cortot, aunque generalmente el pianista mantenga
una gran parte de detalles parecidos o iguales entre sus diversas versiones, tal como
comentamos sobre el preludio número quince. Pero en el preludio catorce se puede
percibir una evolución que comprende desde los cambios de duración hasta detalles
interpretativos que van cambiando según la versión. El cambio de tempo en este preludio
es evidente a través de los años, con unas duraciones que van desde los 28 segundos en
la versión de 1926 hasta los 42 segundos en la versión de 1957. También destaca el
enfoque que hace el pianista de los últimos compases, en los que hace un crescendo
terminando con fuerza en la versión de 1926, no hace crescendo (pero tampoco el
diminuendo marcado) en la versión de 1933, hace un diminuendo hasta el pianissimo en
la versión de 1943, no disminuye (sino sólo en las últimas notas) en la versión en directo
de Munich y disminuye en la versión de 1957. Estos ejemplos pueden poner en duda los
comentarios de Daniel Leech-Wilkinson sobre cómo Cortot se repite a sí mismo en sus
diversas grabaciones. 340 Aunque podemos estar de acuerdo en que se pueden encontrar
muchos puntos en común en obras grabadas por Cortot en más de una ocasión, también
es cierto que en otras muchas ocasiones se detectan diferencias importantes, como hemos
comprobado en el preludio número catorce. Por otro lado, para examinar las distintas
opiniones y análisis sobre las interpretaciones que Cortot hace de los Preludios de
Chopin, nos remitimos a los escritos del mencionado Daniel Leech-Wilkinson, además
de los de Taillandier-Guittard y de Couvert.
En esta obra hemos escuchado a Vlado Perlemuter, Samson François e Idil Biret, que
fueron alumnos de Cortot, además de otros como Arthur Rubinstein, Claudio Arrau,
Nikita Magaloff, Adam Harasiewicz, Vladimir Ashkenazy, Alicia de Larrocha, Daniel
Barenboim, Martha Argerich, Maurizio Pollini, Maria João Pires, Grigori Sokolov, Ivo
Pogorelich, Evgeny Kissin, Rafal Blechacz y Daniil Trifonov. Todos estos en
interpretaciones de la serie completa. Además, hemos escuchado también versiones
sueltas de algunos preludios, como el número quince por Vladimir Horowitz, que en
algunos momentos se acerca a las interpretaciones de Cortot, pero cuya sección central
340
Daniel LEECH-WILKISON: Making Music with Alfred Cortot: Ontology, Data, Analysis [en línea],
disponible en :
https://www.academia.edu/1217981/Making_Music_with_Alfred_Cortot_ontology_data_analysis
[consulta 6-4-2015]
243
es enfocada de manera diferente, o en la de Ignace Jan Paderewski, que toca a un tempo
algo más rápido que Cortot y con un rubato diferente al de nuestro pianista, además de
hacer un arreglo al final. En el número diecisiete, Paderewski hace una abundante
utilización del rubato, además de añadir algunas notas y hacer algunos arreglos propios.
En términos generales, la mayoría de los pianistas no se apartan demasiado de los
márgenes de duración que se encuentran en las grabaciones de Cortot, pero en este caso
la excepción en algunos de los preludios son el mencionado Pogorelich y también el
pianista ruso Grigoriy Sokolov, cuyas diferencias de duración con Cortot son muy
importantes en algunos de los preludios, mientras que en otros se acercan a las del pianista
suizo-francés. En el caso del preludio trece, la grabación más lenta de Cortot tiene una
duración de 2 minutos y 55 segundos (Londres, 1957), mientras que la grabación de
Sokolov tiene dura 4 minutos y 28 segundos, y la de Pogorelich 4 minutos y 58 segundos.
En el preludio diecisiete, es con Sokolov con quien existe la mayor diferencia, ya que el
pianista ruso toma 4 minutos y 11 segundos para tocar este preludio, mientras que la
versión más lenta de Cortot (otra vez la de Londres, 1957) tiene una duración de 3 minutos
y 2 segundos. La mayoría de los pianistas escuchados tiene una mayor duración en este
preludio que la versión más lenta de Cortot, salvo Martha Argerich, Maurizio Pollini,
Evgeny Kissin y Daniil Trifonov, aunque no se apartan demasiado. Por otro lado,
sorprende que su alumno Perlemuter, normalmente más lento en sus tempi que Cortot,
tome algunos de los preludios lentos a una velocidad claramente más rápida que la de su
maestro, como demuestran los preludios números dos y cuatro. Sorprende también que
en el preludio veintidós, Cortot haya recomendado no tocarlo demasiado rápido, ya que
eso estropearía el carácter de la pieza, y sin embargo el pianista es uno de los que más
rápido lo toca, con una duración de 41 segundos en su primera grabación, sólo superado
en velocidad por Arthur Rubinstein con 39 segundos y por Martha Argerich con 35
segundos, aunque las diferencias de duración no sean tan grandes entre todos los pianistas
escuchados.
En otros aspectos, como el pedal derecho, destacan las diferencias con pianistas
como Daniel Barenboim, cuya utilización del pedal es menos abundante que la de Cortot
y produciendo una sonoridad menos exuberante que la de nuestro pianista, acercándose
más a la de Arthur Rubinstein. En las dinámicas, Cortot no suele hacer fuertes excesivos
ni tocar demasiado suave, por lo que su estilo es diferente al de otros pianistas que tocan
con mucha fuerza o hacen muchos matices en un rango de pianissimi. Nos parece, por
otro lado, que una pianista en principio alejada del estilo de Cortot como puede ser Maria
244
João Pires muestra ciertas influencias en su forma de concebir los planos sonoros y la
sonoridad en general, a pesar de otras diferencias.
François, sin renunciar a su personalidad, se encuentra cercano a su maestro, incluso en
detalles como los adornos del preludio veintiuno, mientras que con Idil Biret se puede
detectar la influencia de Cortot en algunos preludios, como en los números doce y
veintiuno y algo menos en los números trece y ocho, y no tiene influencia de Cortot en
los silencios del final del preludio número dieciocho, en el que Cortot hace menos
silencios y Biret hace los escritos. En cuanto a este pasaje final del preludio número
dieciocho parece haber divisiones entre los pianistas ya que algunos hacen los silencios
que están escritos y otros hacen menos silencios. Entre los primeros se encuentran
Magaloff, Pires, Argerich, de Larrocha, Biret, Ashkenazy, Barenboim, Arrau y Blechacz,
mientras que entre los segundos se encuentran Perlemuter, Rubinstein, Harasiewicz,
Pollini, Sokolov, Pogorelich, Kissin y Trifonov.
4.1.2.1.4. Resumen.
En esta obra, Cortot destaca más los aspectos poéticos en sus cursos de
interpretación y los aspectos técnicos en su edición de trabajo, aunque en esta última no
renuncie a expresar poéticamente sus ideas.
El pianista suele ser fiel a sus indicaciones, pero a veces también puede hacer
detalles que no son mencionados en sus comentarios o que simplemente son diferentes a
lo que ha escrito. Además, el pianista puede tocar con libertad en relación a la partitura,
aunque pensamos que no se toma tantas libertades como en los Estudios opus. 25
comentados anteriormente.
245
4.1.2.2. Preludio op. 45.
Este preludio, por su tamaño y su carácter podría hacer sido llamado también
Nocturno, aunque sus frases no completamente desarrolladas y sus modulaciones
incesantes le separan en cierta manera de la magistral serie de Nocturnos chopinianos.341
Cortot resalta especialmente en su edición de trabajo342 la satisfacción de Chopin con el
carácter modulante de esta obra, que según el pianista contiene unas treinta modulaciones,
y sin embargo conserva la unidad formal.
Obviamente, Cortot está más interesado en resaltar los aspectos musicales y los distintos
estados de ánimo que se pueden reflejar en esta obra, que el pianista defiende
apasionadamente y con el lenguaje poético que le caracteriza. En este caso tienen clara
primacía los aspectos poéticos sobre los técnicos, pero el pianista no pierde
341
Anatole LEIKIN: The Mistery of Chopin's Preludes, Ashgate Publishing Limited, Surrey, 2015, pág. 9.
342
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 2º Série pour Piano, Édition de travail avec commentaires d’Alfred
Cortot, Éditions Salabert, París, 1936-1947.
246
completamente su lado práctico ni deja de dar algunas de sus recomendaciones, como una
duración aproximara de 3 minutos y 30 segundos.
Al igual que con los Trois Nouvelles Études, Cortot grabó este preludio en los
años 1947 y 1949, e igual que con la otra obra, su primera versión no fue publicada en su
momento, aunque no pensamos que sea una versión fallida ni mucho menos y nos permite
comprobar las prácticas interpretativas del pianista, que en este caso se ven especialmente
estimuladas debido a las modulaciones de la obra, que el pianista destaca con rubati
constantes. Las dos interpretaciones comparten muchos puntos en común, entre ellos el
de tener mayor duración que lo recomendado por el propio pianista, ya que la de menor
duración entre ellas (la segunda) toma aproximadamente medio minuto más que la
recomendación.
Basta escuchar los compases iniciales de cada versión para poder notar diferencias
entre ellas, comenzando por el sonido y también las inflexiones de esa introducción, que
en la primera de las versiones el pianista frasea por grupos de cuatro notas, teniendo la
primera de cada grupo una especie de función anacrúsica, que el pianista marca al hacer
esas notas más largas que las otras (mano derecha: do sostenido, la, fa sostenido), con lo
cual esta entrada de la obras se divide claramente en tres grupos de cuatro notas. Sin
embargo, en la segunda versión, ese tipo de fraseo no parece tan claro sino en el tercer
grupo de cuatro notas, mientras que en el segundo grupo no se aprecia ese efecto
prácticamente nada y en el primero algo, pero mucho menos que en la primera versión.
En la partitura está escrita solamente una ligadura que une las negras, de tal manera que
en principio no hay división en distintas frases, pero Cortot la subdivide en tres secciones,
sobre todo en la primera versión. Eso sí, sin perder la unidad de la frase completa.
247
Se pueden observar otras diferencias, como por ejemplo la forma en la que el
pianista llega a la sección de la cadenza, en la primera versión tocando con más fuerza
los compases anteriores y luego haciendo algo de diminuendo, y en la segunda versión
tocando más piano los compases anteriores y haciendo algo de crescendo antes de llegar
a la cadenza. También es diferente el enfoque de la sección en La Mayor (a partir del
compás 51), que Cortot comienza más piano en la primera versión y con algo más de
sonido en la segunda. Esta es una obra en la que da la impresión que Cortot se deja llevar
por la inspiración del momento y que por eso se producen ciertas diferencias entre las
versiones. Sin embargo, pensamos que la estructura general está claramente delineada por
el pianista, y que los cambios se tratan de ciertas inflexiones que en sí no cambian la idea
que el pianista tiene de esta obra.
La mayoría de los pianistas escuchados toma más tiempo que Cortot para tocar
esta obra, llegando en algunos momentos a establecerse diferencias considerables. Sólo
hay un pianista que toma menos tiempo que Cortot y dos de ellos se mantienen dentro de
los márgenes de sus interpretaciones (no de la recomendación). En el primer caso
encontramos sobre todo a Nikita Magaloff, un pianista que no suele tener grandes
diferencias de duración con Cortot, pero que en esta obra la diferencia con el pianista
suizo-francés es de casi 2 minutos y medio, una diferencia muy considerable. Algo menos
de tiempo toma Pogorelich, pero la diferencia sigue siendo de más de 2 minutos. Por el
lado opuesto se encuentra Perlemuter, el alumno de Cortot, que en muchas obras suele
tomar más tiempo que su maestro, pero que en algunas ocasiones puede demostrar que la
excepción confirma la regla. En este caso toma algo menos de tiempo, aunque la
diferencia no es excesivamente perceptible. Por otro lado, Harasiewicz y Argerich se
mantienen dentro de los márgenes de las duraciones empleadas por Cortot en sus
interpretaciones, pero tocan con al menos medio minuto más de duración que lo
recomendado en la edición de trabajo.
248
Prácticamente ninguno de los pianistas escuchados hace la primera frases de la
obra en el estilo de las interpretaciones de Cortot, especialmente de la primera versión,
que divide la frase en tres secciones. La mayoría opta por una continuidad de las negras,
lo cual no quiere decir que no sean expresivos o que no hagan algún tipo de rubato, pero
sí que no aplican el mismo tipo de fraseo. La única que se acerca al estilo de Cortot en
esa primera frase es Idil Biret, que se detiene en cada una de las primeras negras de cada
grupo de una manera que recuerda a lo que hace Cortot en su primera grabación de la
obra. Perlemuter también da la impresión de dividir la frase en tres secciones, pero no se
detiene tanto en la primera nota de cada una de ellas, algo que también se podría decir de
Thierry de Brunhoff. Por otro lado, tres de los pianistas se detienen algo en la primera
nota (do sostenido), pero luego tocan las otras negras de manera más regular, sin detenerse
en ninguna, al menos de una manera que las destaque de manera evidente. Nos referimos
a Harasiewicz, Arrau y Pogorelich, que a pesar de destacar ciertas notas y a veces dar la
sensación de dividir la frase en secciones (especialmente en el caso de los dos últimos),
no hacen una clara división en tres secciones como la que hace Cortot en la primera de
sus grabaciones.
4.1.2.2.4. Resumen.
Las versiones del pianista son fieles a su concepto general de la obra, pero hay
diferencias entre ellas en diversos momentos. Cortot aplica algunos fraseos peculiares y
no exactamente iguales en sus dos versiones.
La mayoría de los pianistas escuchados toman más tiempo que Cortot para la
interpretación de esta obra, y salvo algunas excepciones no siguen algunas de sus ideas
relacionadas con el fraseo.
249
4.1.3. Baladas.
Las cuatro Baladas de Chopin tienen un lugar de gran importancia en la carrera pianística
de Cortot, y especialmente la número cuatro, con la que el pianista obtuvo el Premier
Prix en el Conservatorio de París, un premio que le fue otorgado por unanimidad y siendo
el único en obtenerlo ese año. 343 Treinta y tres años más tarde, Cortot presenta su edición
de trabajo,344 que incluye las cuatro Baladas, que es la fuente principal que tenemos para
comprender su visión teórica de la obra, aunque también están los comentarios grabados
en las clases magistrales del pianista en la École Normale, grabaciones que incluyen
consejos de Cortot sobre las cuatro Baladas, en el mismo estilo general de sus otras clases
que han sido grabadas: Cortot toca la obra y al mismo tiempo se escuchan sus
comentarios.345
343
GAVOTY: op. cit., pág. 51
344
CHOPIN, Frédéric: Ballades, Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions Senart
(Salabert), París, 1929.
345
CORTOT, Alfred: The Masterclasses, Sony Classical S3K89698. 2005.
346
Ibidem.
347
Jim SAMSON: The Four Ballades, Cambridge University Press, Cambridge, 1992, pp. 17-18
348
Jonathan D. BELLMAN: Chopin’s Polish Ballade: Op. 38 as narrative of National Martyrdom, Oxford
University Press, Nueva York, 2010, pág. 58.
250
dificultades inherentes en todas estas obras, pero lo cierto es que Cortot les dedica mucho
espacio, llegando a tener páginas que están prácticamente ocupadas por los ejercicios
técnicos, como la veinticuatro donde comienza el primer Presto con fuoco de la segunda
Balada. Pero la preeminencia del trabajo técnico no niega que el pianista siga utilizando
un lenguaje poético y que destaque algunos de sus temas habituales, que encuentran un
lugar óptimo en estas obras tan narrativas y expresivas.
Los caracteres de las distintas piezas vuelve a ser una de las temáticas favoritas de
Cortot, caracteres que van desde la exaltación a la fatalidad, pasando por la meditación,
es decir todo un abanico de posibilidades que se abren al interprete y que Cortot desea
comunicar a través de su lenguaje poético, que en este caso no es el que ocupa un mayor
espacio en la edición, pero que de alguna forma nunca deja de estar presente en el
pensamiento del pianista y que se manifiesta también, aunque fragmentado, en sus
comentarios durante las clases magistrales.
Cortot hace también comentarios sobre el fraseo, especialmente sobre el tema del
octavo compás de la cuarta Balada, un tema cuya explicación por Cortot ha sido analizada
en diversos estudios, 349 pero en la que no deja de sorprender la capacidad del pianista en
ser específico en sus intenciones teóricas de tal manera que cada parte de la frase tiene un
sentido propio que Cortot es capaz de explicar de una manera clara y al mismo tiempo
personal, aplicando también consejos técnicos sobre el tipo de ataque que se debe ejercer
sobre esas notas, o más bien la presión sobre las teclas.
349
TAYLOR, op. cit., pág. 319.
350
Fryderyk CHOPIN: Ballades for Piano; The Fryderyk Chopin Institute/Polish Music Publications,
Cracovia, 1977.
251
coinciden en sus indicaciones de pedal, pero esta pequeña muestra es un ejemplo de las
sutiles diferencias que se pueden encontrar entre ellas.
El pianista grabó las cuatro Baladas como un ciclo en tres ocasiones, en los años
1929, 1933 y 1957 (esta última no fue publicada en su momento), un espacio de tiempo
de casi treinta años. Aparte existe una versión más temprana de la primera Balada, ya que
fue grabada en 1926, lo que nos da más de treinta años de distancia entre las versiones de
esta obra. La serie de 1957 se encuentra entre las últimas grabaciones en estudio del
pianista, aunque posteriormente llegó a grabar Sonatas de Beethoven que incluían
también sus comentarios, grabaciones que sólo recientemente han salido a la luz.351
Una vez más, no podemos entender el por qué la grabación de 1957 no fue
publicada en su momento, ya que no hay demasiados fallos y el pianista demostró, en
nuestra opinión, estar todavía en posesión de capacidades plenas, tanto en el terreno
interpretativo como en el puramente pianístico, pero tal como comentamos en relación a
otras obras, pueden haber existido otra serie de motivos que no conocemos. En todo caso,
nos parece que es una grabación que muestra otras facetas del pianista y nos permite
comprobar su evolución interpretativa.
Cortot toma normalmente más tiempo que las duraciones recomendadas en sus
ediciones de trabajo, encontrándose las mayores diferencias en la cuarta Balada, donde
el pianista recomienda una duración de 8 minutos y 30 segundos, mientras que en sus
interpretaciones llega a tomar 9 minutos y 48 segundos en su primera versión, y algo
menos en las otras dos (9 minutos y 36 segundos en la segunda versión y 9 minutos y 44
segundos en la última). Curiosamente, la primera versión es la que toma más tiempo, algo
que no suele ser tan común cuando se comparan los diversos períodos interpretativos de
Cortot.
351
Alfred CORTOT: Anniversary Edition, EMI Music France, París, 2012, folleto pp. 77-79.
252
En las demás Baladas, toma también más tiempo que lo que recomienda, siendo
las de más duración la versión de 1929 en la primera, la de 1933 en la segunda, y la de
1929 en la tercera. La única ocasión en la que el pianista toma una duración menor de la
que recomienda es en la versión de 1957 de la tercera Balada, por lo que se confirma que,
en el caso de la integral de estas obras, el pianista, ya octogenario, tomaba menos duración
que en sus versiones anteriores.
Las indicaciones de pedal son tratadas por el pianista con cierta libertad hacia lo
escrito, que muchas veces no hace, y también podemos encontrarnos con diferencias entre
las interpretaciones. Podemos tomar como ejemplo los compases 135 y 136 de la cuarta
Balada. En la tercera versión, Cortot hace un uso del pedal algo distinto que en las otras
dos versiones, haciendo una diferencia entre poner más y menos pedal que no se escucha
en las otras versiones. Nos han parecido diferencias muy sutiles, pero que muestran la
flexibilidad del pianista en estos aspectos sonoros.
253
indicaciones de la partitura. También toca de esta manera en la grabación de sus clases
magistrales.
En la tercera Balada la situación cambia, ya que el pianista hace las tres veces de
manera distinta, y sólo en una de ellas se acerca a lo que está escrito (es decir, ningún
pedal en las últimas tres negras con puntillo ni en la última blanca con puntillo), lo que
indica que al menos tendría que haber una separación entre los acordes, pero el pianista
interpreta estos compases de manera diferente en sus tres grabaciones discográficas. En
la primera versión (1929) separa solamente la última negra con puntillo y la blanca con
puntillo del siguiente compás, mientras que en la segunda versión (1933) no hace cortes
de sonido, y en la tercera (1957) hace un corte perfectamente audible entre todos los
acordes. En la grabación de sus clases magistrales no hace separación entre los acordes.
En la primera Balada está escrita una indicación de pedal que debe durar los tres
últimos compases, sin cambiar, por lo que no tendría que haber cortes entre los acordes,
pero Cortot corta entre todos los acordes y lo hace de la misma manera en sus tres
versiones discográficas, sin que haya ningún comentario al respecto en su edición de
trabajo, pudiéndose encontrar ejemplos en todas las Baladas de la forma muy personal de
entender las indicaciones de pedal que el pianista tiene según sus prácticas interpretativas.
El pianista también interpreta las señales de dinámica con cierta libertad, tocando
de manera diferente los reguladores que se encuentran a partir del compás 27 de la primera
Balada, que el pianista no hace o los interpreta de manera diferente a lo escrito. En la
primera versión no hace los reguladores de los compases 27 y 29 sino que mantiene más
254
o menos el mismo volumen y hace pequeños cambios de fraseo, en la segunda hace algo
el primer regulador, pero toca de manera libre el segundo, y en la tercera versión no hace
los reguladores ascendentes en las seis notas, sino que crece en las cinco primeras y
disminuye en la sexta.
Los signos de respiración, y específicamente las comas, son vueltas a tratar con
libertad por el pianista según la versión, no siempre interpretando de la misma manera lo
que él mismo indica en la partitura, como ocurre entre los compases 115 y 116 de la
tercera Balada, donde al final del compás 115 el pianista indica en su edición de trabajo
que es necesario hacer lo que él llama una Luft-pause, refiriéndose a una pausa con el
objetivo de respirar. Pero vuelve a tomar sus mismas palabras de manera algo libre, ya
que las tres versiones no resuelven ese pasaje de la misma manera, siendo la segunda
versión la única donde hay un corte en el sonido mientras que en las otras versiones el
pianista sigue manteniendo el pedal, de tal forma que en ese caso la interpretación de sus
propias palabras no implica un corte en el sonido, sino más bien el hacer un ritardando
de transición para llevarnos al compás siguiente, lo cual creemos que también tiene su
lógica, pero que produce un efecto diferente al escuchar las tres versiones.
Los cambios de medida son otra de las prácticas interpretativas de Cortot que
aparecen especialmente en las Baladas primera, segunda y cuarta, algunas veces dentro
de un contexto de rubato donde resulta muy difícil decidir si el pianista está cambiando
la medida escrita o si simplemente da esa impresión debido a que en un contexto
expresivo alarga algunas notas y hace otras más cortas. Pero podemos encontrar diversos
casos donde es evidente que el pianista ha cambiado la medida escrita, sea porque tenía
otras ediciones, o simplemente porque lo parecía que era mejor tocar de esa manera, pero
que no explica en sus ediciones de trabajo.
255
Partitura 4.12. Chopin: Balada nº 3 op. 47. Compases 132-145.
Junto a estas libertades tomadas por el pianista podemos encontrarnos con muchos
momentos donde es fiel a sus propias indicaciones y a lo escrito en la partitura, siempre
tocando con libertad y aplicando algunas de sus prácticas interpretativas habituales, como
la desincronización entre las manos o el arpegiado de acordes, en versiones que han sido
elogiadas desde un punto de vista crítico por Piero Rattalino,352 y que se encuentran entre
las favoritas de público, crítica y pianistas, como en caso de la Dra. Taylor, que muestra
su preferencia por la interpretación de la cuarta Balada en manos de Cortot.353
352
RATTALINO (2010), op. cit., pp. 131-132
353
Ver Anexo I.
256
4.1.3.3. Interpretaciones de otros pianistas.
Se vuelven a comprobar las posibles diferencias entre Cortot y sus alumnos, que
normalmente son más literales con respecto a las indicaciones de la partitura que su
maestro, no haciendo cambios de medidas al estilo de Cortot, por ejemplo. Entre los
pianistas escuchados es quizás Benno Moiseiwitsch el que más se acerca a Cortot en esos
aspectos, siendo evidentes los cambios que hace en las primeras páginas de la primera
Balada.
En cuanto a la duración de las versiones, los más alejados de Cortot son Idil Biret en la
primera, con una diferencia de más de un minuto en relación a la versión más larga de
Cortot, Claudio Arrau en la segunda, también con una diferencia de más de un minuto,
257
Nikita Magaloff en la tercera, con una diferencia que vuelve a ser de más de un minuto,
y finalmente Arrau otra vez en la cuarta, con la mayor diferencia de todas, ya que el
pianista toca esta obra con una duración que sobrepasa a la más lenta de Cortot en casi
dos minutos y medio. Algunos pianistas pueden tocar dentro de los rangos de duración
establecidos por Cortot en la edición de trabajo o en sus interpretaciones (François y
Moiseiwitsch en la primera Balada, y este último también en la cuarta). Pero como norma
general, todos los pianistas escuchados toman más tiempo que Cortot en sus
interpretaciones de estas cuatro obras maestras de Chopin. Las diferencias pueden
detectarse no solamente entre pianistas de estilo diferente como Cortot y Arrau, sino
también entre antiguas alumnas como Idil Biret.
En otros aspectos como los rubati, Cortot nos sigue pareciendo el pianista que los utiliza
con más abundancia, a pesar de que en este caso, y según la Balada en cuestión, ningún
pianista parece evitar su uso, aunque varios de ellos prefieran unos pulsos más estables
en sus interpretaciones, como es el caso de Vlado Perlemuter, pero esto no necesariamente
quiere decir que no expresen la música, sino que utilizan una serie de recursos que son
diferentes a los de pianistas como Cortot, que también es único en su forma de interpretar
las indicaciones de dinámica, dentro de unos rangos que nunca llegan a la brutalidad ni a
la excesiva languidez, tal como hemos comprobado en otras de sus interpretaciones, pero
también podemos apreciar momentos de fuerza sonora en sus interpretaciones de estas
obras. Los otros pianistas, por otro lado, suelen ser más literales que Cortot en muchas
de las indicaciones de la partitura, pero como hemos podido comprobar en los finales de
tres baladas diferentes, no significa que no haya ciertas libertades de algún tipo, que,
aunque en muchos casos no sean tan evidentes como las que hace el pianista suizo-
francés, no significa que no estén presentes de una manera o de otra.
4.1.3.4. Resumen.
En estas obras, Cortot utiliza un lenguaje poético en las distintas fuentes de que
disponemos para entender sus pensamientos teóricos, pero en la edición de trabajo se
centra especialmente en la resolución de los problemas pianísticos que plantean las
partituras, con muchas indicaciones de tipo técnico, y además la recomendación de
muchos ejercicios.
258
disponibles, y no siempre coinciden sus comentarios escritos con lo que están
produciendo sus prácticas interpretativas.
4.1.4. Valses.
Chopin, según Jim Samson, recibe diversos modelos al enfocar sus valses,
comenzando por las propias danzas populares polacas, como las mazurkas y las
polonesas, que tienen mucha influencia sobre los primeros valses de juventud del
354
Frédéric CHOPIN: Valses. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions Salabert,
París, 1938.
355
Alfred CORTOT: The Masterclasses, Sony Classical S3K89698, 2005.
356
http://www.chopin.pl/katalog_part_10.en.html
357
SAMSON (1996), op. cit., pág. 303.
259
compositor.358 Pero también destacan otras influencias, como la de los compositores
Joseff Lanner (1801-1843) y Johann Strauss padre (1804-1849), además de otras como
Schubert, y especialmente Invitación a la danza de Carl Maria von Weber (1786-1826),
sin olvidar a otros compositores polacos de la época. 359
Cortot opina que Chopin no asimiló el estilo del vals vienés, sino que dio a sus
valses un estilo personal, además de reconocer una evolución que va desde los más
brillantes hasta los más íntimos. Sin embargo, en una grabación de sus clases magistrales,
el pianista comienza a tocar un famoso vals vienés para mostrarle a un alumno cómo
había que enfocar esta danza. La clase trataba sobre el primer vals con número de opus,
el op. 18.
En la edición de trabajo, Cortot parece aceptar solamente la influencia de Schumann en
el Gran vals brillante opus 34 nº 1, donde además de comentar algunas palabras del
compositor alemán sobre los valses de Chopin, el pianista ve en ese vals específico la
influencia de obras como el Carnaval opus 9 (el vals de Chopin sería un microcosmos de
la obra schumaniana).
Partitura 4.13. Chopin: Gran vals brillante op. 34 nº1. Compases 1-6.
También reconoce la influencia del folclore polaco en algunos de los valses, como
en el op. 64 nº 3 en la bemol mayor, que el pianista ve como una especie de vals mezclado
con mazurka, alabando la audacia exquisita de la obra.
358
SAMSON (1994), op. cit., pág. 120.
359
Ibidem.
260
Cortot enfatiza el lenguaje poético en su edición de trabajo, más que la resolución de
problemas técnicos. Destacando especialmente los caracteres de los distintos valses y
además muchos momentos especiales de expresión. Por ejemplo, nos habla de coquetería
en algunos momentos del op. 18 y de melancolía en el op, 69 nº 2, pero previene contra
un exceso de sentimentalismo (op. 69 nº1) ya que para el pianista el sentimentalismo es
la negación del sentimiento.
También como en otras de sus ediciones previene contra el énfasis de virtuosismo
que puede destruir la expresión poética de una obra, refiriéndose específicamente al op,
34 nº1, pero al mismo tiempo admite que algunos valses tienen una clara vena
virtuosística, como el último incluido en la edición de trabajo, en mi menor y sin número
de opus. Otros temas tratados por Cortot incluyen la libertad rítmica, la flexibilidad, las
articulaciones, los pedales, la sonoridad y la polifonía, temas que aparecen en diversos
valses. Además, recomienda una duración para cada uno de los valses.
Es posible comparar las opiniones de Cortot con los comentarios de alumnos de
Chopin y otras personas relacionadas con el compositor polaco, y a veces encontrar
contradicciones en los diversos testimonios, como el que se refiere al comienzo del Vals
op. 64 nº 1 (el famoso Vals del Minuto), que según Cortot, basándose en el testimonio de
Georges Mathias (1826-1910), que fue alumno de Chopin, el compositor polaco
comenzaba este vals de manera lenta, haciendo luego un accelerando progresivo hasta
llegar al si bemol agudo del compás nueve.
Sin embargo, el testimonio de otro alumno de Chopin como Wilhelm von Lenz
(1889-1883) nos dice algo completamente diferente, y es que Chopin hacía los cuatro
primeros compases con una duración como si fueran dos compases, es decir muy rápidos
y luego tomaba el tempo del vals cuando entraba el bajo en el quinto compás.360 Es posible
que Chopin haya podido tocar el comienzo de este vals de manera diferente en diversas
ocasiones, ya que los testimonios son de dos alumnos de Chopin, pero estas diferencias
nos muestran algunas contradicciones que es necesario tener en cuenta.
360
EIGELDINGER, op. cit., pág. 87.
261
4.1.4.2. Interpretaciones de Cortot.
Cortot grabó el ciclo completo de catorce valses de Chopin en dos ocasiones, la
primera en 1934 en Londres y la segunda en 1943 en París, además de varias grabaciones
sueltas, llegando a tener algunos grabados hasta seis veces, como es el caso del Vals op.
69 nº 1, también llamado a veces el Vals del Adios, grabaciones que comprenden un
periodo que va desde 1931 a 1954, una distancia de treinta y tres años. Además, contamos
con uno de los pocos testimonios audiovisuales de nuestro pianista, en el que hace una
interpretación del citado vals ante las cámaras.361
Desgraciadamente, son muy escasas las apariciones de Cortot en vídeo, y no
entendemos la razón, ya que vivió en su juventud el nacimiento del cine, y en sus últimos
años el séptimo arte ya estaba completamente establecido, por lo que nos es difícil de
entender que sólo existan unos cuatro testimonios visuales de Cortot, cuando de otros
pianistas de su época existe un testimonio más abundante. Pero si pensamos en otros
pianistas muy importantes, como era Artur Schnabel (1882-1951), también nos daremos
cuenta de que prácticamente no hay testimonios audiovisuales de este pianista (y eso que
era uno de los más considerados de su época). Tampoco existe ningún testimonio audio
visual que conozcamos de Serguei Rachmaninov (1873-1943), otro de los pianistas más
famosos de la época. Así que podemos, si no estar contentos, al menos agradecidos de
que en el caso de Cortot podamos contar con al menos unos pocos documentos
audiovisuales.
La interpretación que Cortot hace de los valses chopinianos es una de las favoritas
de Bernard Gavoty, el crítico musical y biógrafo del maestro. Gavoty opina que es quizás
en los valses donde pueden notarse más los sortilegios musicales que Cortot podía realizar
con el piano, y comenta elogiosamente las interpretaciones que Cortot hace de algunos
de ellos.362 También se encuentra entre las interpretaciones favoritas de pianistas y
profesores de piano actuales como Alain Busschaert,363 antiguo alumno de piano de
L’École Normale de Musique de Paris-Alfred Cortot, que recuerda haber escuchado
cuando era un niño algunas de las versiones de los valses por Cortot, y se convirtieron en
sus favoritas, preferencia que comparte con la versión de los Preludios op. 28.
Cortot toma unos tempi en sus grabaciones que son mayoritariamente más lentos
que las recomendaciones de duración que indica en su edición de trabajo, habiendo
361
Donald STURROCK: The Art of Piano: Great Pianists of the 20th Century, Kultur Video, 2011.
362
GAVOTY, op, cit., pág. 246.
363
Ver Anexo I
262
solamente dos excepciones, la primera en el Vals op.70 nº 3 que tiene una duración de 1
minuto y 54 segundos en su versión de 1943, mientras que su recomendación es de 2
minutos y 15 segundos, y en el vals en mi menor, donde el pianista recomienda una
duración de 2 minutos y 30 segundos mientras que en su grabación de 1934 toma un
tiempo de 2 minutos y 24 segundos. En el resto de las grabaciones, el pianista toma más
tiempo que lo que recomienda, aunque no suelen ser diferencias demasiado notorias, pero
en algunos casos son muy evidentes, como en el op. 34 nº2. Cortot recomienda una
duración de 3 minutos y 40 segundos, pero en sus tres versiones de la obra toca con más
de 4 minutos de duración, y en la versión de 1951 el pianista toma un tiempo de 4 minutos
y 22 segundos, una diferencia bastante notable. Así que podemos observar que el pianista
no es completamente fiel a sus recomendaciones de duración, aunque en la mayoría de
las veces los cambios no sean tan evidentes.
Algunas de las idiosincrasias que aparecen en otras interpretaciones de Cortot son
también notorias en los valses, unas obras que por su contenido poético parecen ser un
vehículo especial para todo tipo de cambios en la partitura. Sin embargo, nos da la
impresión de que Cortot, que obviamente se toma libertades, no hace cambios tan obvios
como los realizados en ciclos como los Estudios op. 25, de los que hemos hablado
anteriormente, aunque hay algunos aspectos que nos pueden recordar sus interpretaciones
de estos estudios, como su alargamiento peculiar de las anacrusas en algunos momentos
del Vals op. 64 nº 2, donde puede convertir una negra en prácticamente una blanca,
Algunos de los cambios de Cortot son recomendados por él mismo en su edición
de trabajo, siendo éste el caso del penúltimo compás del op. 18 (compás 306), que tiene
tres acordes iguales y que Cortot transforma en tres acordes distintos, aludiendo a que era
una tradición establecida para terminar esta obra. Una tradición que en este caso el
pianista acepta sin problema y que hace en sus dos grabaciones de la obra, y que además
confirma en el testimonio sonoro de sus clases magistrales, en el que el pianista toca el
vals delante de los alumnos, haciendo algunos comentarios sobre el mismo, pero cuando
llega al penúltimo compás, hace una vez más el arreglo con el que termina sus dos
grabaciones oficiales en estudio.
263
Partitura 4.15. Chopin: Gran vals brillante op. 18. Compases 297-307.
364
Frédéric CHOPIN: Walzer, G. Henle Verlag, Munich, 1978.
365
The Fryderyk Chopin Institute. Manuscripts [en línea], disponible en:
http://en.chopin.nifc.pl/chopin/manuscripts/detail/id/96
264
muy obvios en el op. 34 nº 1. Curiosamente, Cortot utiliza esta práctica interpretativa de
manera muy evidente en dos de los valses más famosos de la colección, los llamados Vals
del adios, y Vals del minuto.
El pianista suele usar el pedal derecho con abundancia, aunque cuidando siempre
de no ocultar el complejo entramado polifónico que muchas veces se esconde detrás de
la aparente sencillez de muchas de estas piezas. Cortot nunca toca con un sonido seco,
pero en algunos momentos su uso de los pedales puede ser menos abundante y puede
cambiar según el año de la interpretación del pianista. Si tomamos como ejemplo el op.
34 nº 2, podemos ver las diferencias comparando las versiones de 1934 y 1943 con la de
1951. Además de las diferencias de duración, notamos que la sonoridad es diferente en
las tres versiones, lo que puede también deberse a las diferentes tomas de sonido, pero
también percibimos que en las dos primeras el uso del pedal es más abundante en general
y que en la coda especialmente, la última grabación suena con menos pedal que las otras.
¿Es posible que Cortot haya querido un efecto de contraste al estilo del que realiza en el
Estudio op? 25 nº1 (aunque sin ser tan evidente)?
La dinámica es otra de las especialidades del maestro, y siempre dentro de unos
rangos que nunca llegan a producir un sonido estridente ni tampoco unos sonidos suaves
sin vida ni color, pero no faltan las dinámicas no escritas en la partitura. Ya desde los
primeros compases del Gran vals brillante op. 18 en la versión de 1934 podemos
examinar la peculiar manera en la que Cortot introduce reguladores que no están en la
partitura, donde simplemente está escrito un matiz de forte que debe durar cuatro
compases sin cambiar, al menos eso es lo que está escrito, pero en el caso de Cortot se
convierte en un regulador descendente (además de un ritardando partir del tercer
compás). Cortot interpreta libremente estos cuatro primeros compases, a los que da un
aire de introducción, sin perder el interés rítmico, pero tocando de manera muy libre y
adaptando las dinámicas para poder ofrecer su visión. Según sus propios comentarios en
las clases magistrales grabadas en audio, este vals debe ser brillante, pero no ruidoso.
Partitura 4.17. Chopin: Gran vals brillante op. 18. Compases 1-7.
Cortot hace de estos valses unos microcosmos donde el pianista puede mostrar su
estilo propio desde los puntos de vista del carácter, las dinámicas, el uso del pedal, el
265
fraseo y muchos otros detalles característicos de su estilo al interpretar las obras
chopinianas, por lo que es posible estar de acuerdo con Gavoty cuando elogia la
interpretación que Cortot hace de estas obras, y además considera que son probablemente
el mayor exponente de la magia interpretativa de Cortot, y aunque se trate de una opinión
personal que pueda ser discutida, lo cierto es que no le faltan admiradores, como el crítico
inglés Bryce Morrison, que muestra sus preferencias sobre todo por la grabación del año
1943.366
366
Bryce MORRISON: “Chopin: Piano Works: Alfred Cortot”, en Gramophone, 6/1992.
266
con una duración de 2 minutos y 50 segundos, una diferencia de aproximadamente 20
segundos con Cortot. Todos los demás pianistas están más alejados en duración, siendo
la mayor diferencia con Idil Biret, que toca este vals en 4 minutos y 56 segundos (casi 2
minutos de diferencia con la versión de Cortot del año 1943), seguida por otros pianistas
como Claudio Arrau (4 minutos y 45 segundos), Regina Smendzianka (4 minutos y 36
segundos), Jean-Phillippe Collard (4 minutos y 35 segundos) Dinu Lipatti (4 minutos y
27 segundos), Samson François (4 minutos y 20 segundos), Adam Harasiewicz (4
minutos y 10 segundos) y György Cziffra (4 minutos y 4 segundos). Como podemos
comprobar, muchos de los pianistas toman más de 4 minutos tocando este vals, lo que
implica que lo conciben de manera más lenta que nuestro pianista, y dentro de esta lista
se encuentran tres de los alumnos de Cortot (Lipatti, François, Biret), que sin negar la
influencia que hayan podido tener de su maestro en otros parámetros, la diferencia de
duración en este vals demuestra que no han sido influenciados de manera decisiva por su
maestro en cuanto a la duración de esta obra. Es Perlemuter el que más se acerca a las
duraciones de Cortot, ya que el pianista francés toma un tiempo de 3 minutos y 31
segundos. Aunque se aleje algo de las de su maestro, la diferencia no es tan evidente. En
el primer compás de la obra, ninguno de los alumnos de Cortot mencionados hace los
cambios de su profesor sino que todos hacen la medida de cuatro corcheas tal como está
escrita en la edición de trabajo, algo que hacen también la mayoría de los pianistas
escuchados. Ninguno en realidad hace exactamente el arreglo (o rubato) de Cortot, pero
hay pianistas (no tanto entre los alumnos escuchados) que se acercan algo a lo que toca
Cortot en este primer compás. La diferencia está en que ellos hacen las dos primeras
corcheas como tales, y luego en la tercera añaden un puntillo, haciendo la última como
si fuera una semicorchea. Esta versión es tocada por pianistas como Magaloff, Ott, Fliter
y Luisada, que más que dar la impresión de estar haciendo un rubato, su interpretación
de este compás demuestra que están usando una fuente diferente para interpretar ese vals,
como la edición Henle mencionada anteriormente.
En otros aspectos, nos parece interesante la comparación de las interpretaciones
de Cortot con las de su famoso alumno Dinu Lipatti y observar los diferentes recursos
que utilizan los dos, siendo el pianista rumano más estable en los tempi y utilizando un
rubato diferente al de su maestro, aunque no por ello deje de ser expresivo o no pueda
mostrar los diferentes caracteres de los valses, pero lo hace claramente de manera
diferente a su maestro, lo mismo que puede decirse de los otros alumnos mencionados.
En cuanto a otros pianistas, hemos podido comprobar las diferencias de tempi y otros
267
parámetros que les acercan o les alejan de los de Cortot, pero en todo caso, la mayoría de
idiosincrasias de Cortot siguen siendo sólo suyas.
De los pianistas más recientes, nos da la impresión de Luisada, Ott y Fliter toman
ciertas libertades y utilizan el rubato de manera que, aun siendo diferentes a Cortot podría
percibirse cierta influencia, mientras que Alexandre Tharaud y Jean Phillippe Collard nos
parecen más cercanos a otros estilos interpretativos.
4.1.4.4. Resumen.
En su edición de trabajo de los valses chopinianos, Cortot utiliza principalmente
un lenguaje poético para describir el carácter general de cada vals y los diferentes estados
de ánimo dentro de cada uno de ellos. No se olvida de la parte técnica, y además hace
diversas recomendaciones de arreglos.
Sus interpretaciones son fieles a sus ideas poéticas y a muchas indicaciones
específicas, pero el pianista puede hacer arreglos que no ha mencionado teóricamente y
cambiar notas e indicaciones de la partitura.
Los alumnos tienen una influencia general de su maestro, pero también pueden
ser diferentes a él en aspectos como la duración de la obra o en detalles como el uso del
rubato y el posible cambio de medidas.
4.1.5. Impromptus.
367
Frédéric CHOPIN: Impromptus. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, 1934.
268
musicales como Eduard Hanslick,368 acostumbrado a escuchar esta clase de música tocada
con mucha más libertad y con un estilo que él consideraba un mal uso del rubato. 369 Lo
cual nos confirma que existían diversas formas de enfocar las interpretaciones de muchas
obras, incluyendo los Impromptus que estamos comentando, pero no cabe duda de que la
música de Chopin es percibida normalmente como emocional, sobre la que se han
inspirado muchos autores literarios para reflejar emociones en sus personajes 370 y que
además ha sido sometida a todo tipo de análisis, incluyendo el jungiano-psicoanalítico.371
Tal como ocurriera en las Baladas, Cortot combina la escritura poética con un
aspecto práctico que se manifiesta en todos los comentarios sobre los Impromptus y con
ejercicios en todas estas obras. Aunque el número de ellos no sea tan extenso como en las
Baladas, no dejan de estar presentes con cierta frecuencia, incluyendo también sus
famosos ejercicios rítmicos en momentos como el principio del primer Impromptu. La
digitación también es mencionada por Cortot con mucha frecuencia, ofreciendo
alternativas y comparando algunos de sus propuestas con las digitaciones originales de
Chopin. Con respecto a este tema, hemos podido comprobar digitaciones escritas a lápiz
en una partitura personal de Cortot perteneciente a una edición alemana372 que se
encuentra en los Fonds Cortot en la Médiatèque Musicale Mahler de París, como ya
comentamos con respecto al Preludio número quince de Chopin, en el que también había
anotaciones. En este caso vimos digitaciones en el segundo Impromptu que son diferentes
a las que están escritas en su edición de trabajo. Por ejemplo, al principio del pasaje de
fusas en el tercer pentagrama de la página 17 de su edición de trabajo (a partir del compás
82), Cortot recomienda la digitación 2-4-3 para las tres primeras fusas de la mano derecha,
pero en la partitura que hemos visto, la digitación (aunque no escrita de manera demasiado
clara) parece indicar 3-4-3-2, porque la otra posibilidad que vemos sería 3-4-5-4, lo cual
nos parece, si no imposible, sí una digitación de una inmensa dificultad y en nuestra
opinión, absolutamente inútil, de tal forma que pensamos que la que está indicada es 3-
4-3-2.
368
HAMILTON (2008), op. cit., pág. 19.
369
Ibidem.
370
Sam HALLIDAY: Sonic Modernity: Representing Sound in Literature, Culture and the Arts; Edimburgh
University Press, Edinburgh, 2013, pág. 74.
371
Ernesto CARAFOLI, Gian Antonio DANIELI, Giuseppe O. LONGO, (eds.): The Two Cultures: Shared
Problems, Springen Verlag Italia, 2009, pág. 168.
372
Frederik CHOPIN: Sämmtliche Werke für Pianoforte. Nach den französischen und englischen
Originaldrucken bericht und mit Fingersatz versehen von Ed. MERTKE. Steingräbe, Hannover-Leipzig,
1880-85.
269
Ilustración 4.2. Chopin: Impromptu nº2 con anotaciones.
Cortot grabó todos los Impromptus como un ciclo en Londres, año 1933. Aparte
contamos con otra interpretación del primero, grabada en el año 1922 y dos más del
segundo, grabadas en los años 1925 y 1952. No conocemos ninguna otra versión del op.
66 en interpretación de Cortot.
373
SAMSON (1996), op. cit., pág. 303.
374
EIGELDINGER, op. cit., pág. 70.
270
poner algunos ejemplos. Por supuesto, no faltan ocasiones para que el pianista muestre
algunas de sus prácticas interpretativas que hemos observado en otras obras, lo que nos
llama la atención es que en un contexto de obras en las que Cortot enfatiza el aspecto de
la improvisación y el dejarse llevar, el pianista tenga menos tendencias a cambiar lo que
está escrito y tomarse ciertas libertades practicadas en otras obras. Incluso se acerca
mucho a sus recomendaciones de duración la mayoría de las veces, apartándose algo más
en la tercera versión del segundo.
Otra idiosincrasia de Cortot que se repite en sus dos grabaciones del primer
Impromptu se encuentra un compás antes de la re-exposición (compás 82) donde la
partitura pone claramente que se trata de una blanca seguida de dos negras, todas ellas
haciendo trinos y también hay en el compás algunas notas de adorno. En la edición de
trabajo de Cortot hay una indicación de ritardando que está entre paréntesis, algo que nos
parece lógico dado que se trata de una transición hacia el compás siguiente, por lo que la
indicación tiene mucho sentido. Pero lo que se escucha en las interpretaciones de Cortot
son tres blancas, y no una blanca y dos negras, por lo que la impresión que nos da es que
probablemente Cortot ha cambiado el tempo para dar más énfasis a la transición y que las
negras alargan su duración de manera notoria. En todo caso, es una de las prácticas que
Cortot no explica en su edición de trabajo.
271
Partitura 4.19. Chopin: Impromptu nº1. Compases 79-86.
Las dinámicas también pueden ser interpretadas de manera libre por el pianista,
tal como hace en los primeros once compases del segundo Impromptu, con reguladores
no escritos en los primeros compases, y luego tocando con más fuerza en el compás 10
272
cuando en la partitura indica que se trata del final de un regulador descendente, pero el
pianista toca con más fuerza ese compás para luego hacer un efecto de eco en el compás
siguiente.
273
tipo de cambios de medida en la parte central de la Fantaisie-Impromptu, ya que al menos
Rubinstein y Arrau hacen también cambios en la partitura, y también podemos mencionar
las variantes tocadas por von Sauer en esa sección, aunque su versión nos hace recordar
más la mencionada de Clara Schumann, que la que podría haber hecho su maestro Franz
Liszt, ya que Sauer toca en general con un tempo muy estable, dentro de una
interpretación que podríamos llamar objetiva en relación con otras que se solían hacer en
su época. También consideramos una interpretación estable y sin exceso de rubato la del
joven pianista chino Yundi Li.
4.1.5.4 Resumen.
El pianista es fiel a sus ideas de manera general, pero hace cambios en la partitura
que no explica en su edición de trabajo y que suele repetir cuando hay más de una versión.
La comparativa con otros pianistas demuestra que muchos detalles pertenecen
sólo a Cortot, como algunos de sus arreglos y su estilo de rubato, aunque normalmente
sean los pianistas de su época los que estén más cercanos a sus prácticas interpretativas.
4.2.1. Sonatas 2 y 3.
Cortot escribió ediciones de trabajo de las tres Sonatas para piano escritas por
Chopin, aunque sólo grabó dos sonatas, la op. 35 y la op. 58, por lo que nos centraremos
en los comentarios que hizo sobre esas obras maestras de Chopin. Para la Sonata Marche
Funèbre op. 35 contamos con la edición de trabajo375 y además los comentarios escritos
en el libro sobre sus clases magistrales, 376 habiendo menciones a la obra en otras fuentes,
375
Frédéric CHOPIN: Sonate nº 2 op. 35, Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1930.
376
CORTOT (1934), op. cit., pp. 145-152.
274
como en el libro de 1949 que Cortot dedicó íntegramente a Chopin y en el que menciona
una carta del compositor en la que describe brevemente esta obra. 377 En el caso de la
tercera Sonata, contamos con su edición de trabajo.378
Muchos de sus comentarios sobre esta sonata están relacionados con el carácter y
cómo conseguir los efectos adecuados para poder transmitirlos, lo que puede llevar
también a proponer arreglos como el tocar las octavas del inicio con las dos manos y no
con la mano izquierda sola, como está escrito.
377
Alfred CORTOT: Aspects de Chopin, Éditions Albin Michel, París, 2010, pág. 68.
378
Frédéric CHOPIN: Sonate nº 3 op. 58, Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions
Salabert, París, 1930.
379
SAMSON (1996), op. cit., pág. 210.
380
Ibidem.
381
Ibidem.
275
obra (que normalmente se suele ver como una introducción) y no desde el quinto, que es
desde donde la mayoría de versiones comienzan la repetición.382
382
ROSEN, op. cit., pp. 279-282.
276
Todas estas indicaciones de Cortot se encuentran apoyadas por su lenguaje poético, que
resalta lo fantasmal y oscuro en esta música, pero el pianista, una vez más, no pierde su
lado pragmático, sino que combina la poética y la pragmática, encontrándose también
indicaciones de duración.
En el primer tiempo, el pianista nos habla del carácter del comienzo, que debe
tener cierta fiereza, por lo que también recomienda un arreglo entre las manos para
conseguir una mayor fuerza, no siendo el único arreglo propuesto, sino que parece una
práctica necesaria para el pianista en este primer movimiento de la Sonata, de la misma
manera que recomienda muchos ejercicios, lo que parece reflejar el especial cuidado que
el pianista dedica a los problemas técnicos de esta obra, incluyendo las posibles
digitaciones. Finalmente, Cortot critica algunos cambios propuestos por otros editores
como Tellefsen o Klindsworth.
383
SAMSON (1994), op. cit., pág. 133.
277
El segundo tiempo es presentado por el pianista de manera poética para inmediatamente
pasar a centrarse en los problemas técnicos de la pieza y recomendando diversos
ejercicios. Destaca también la interconexión entre las voces en el Trio de este movimiento
(a partir del compás 61).
Partitura 4.25. Chopin: Sonata nº3 op. 58, 1º tiempo. Compases 55-65.
Partitura 4.26. Chopin: Sonata nº3 op. 58, 3º tiempo. Compases 29-33.
384
ROSEN, op. cit., pág. 347.
278
ejercicios ni tampoco algunos arreglos, como el que recomienda en los compases finales
de la obra (reforzando varias corcheas de la mano izquierda con octavas bajas añadidas).
Cortot grabó la segunda Sonata de Chopin en tres ocasiones (1928, 1933 y 1953),
todas en Londres, mientras que la tercera fue grabada por el pianista dos veces (1931 y
1933), también en Londres. De la tercera Sonata existe también una versión de 1954, pero
el pianista toca solamente el tercer tiempo.
Las tres versiones de la segunda Sonata tienen muchos puntos en común y son
fieles a las ideas teóricas de Cortot, aunque entre ellas también se pueden encontrar
diferencias, sobre todo entre la última versión y las otras dos. Comenzando por el primer
movimiento, el pianista cada vez toma más tiempo para tocarlo, pero si entre la primera
y la segunda versión sólo hay una diferencia de unos 5 segundos, entre la primera y la
última es de unos 25 segundos, siempre teniendo en cuenta que Cortot no repite la
exposición en ninguna de sus tres versiones. En otro tipo de detalles, como el fraseo y los
planos sonoros a partir del noveno compás, se puede notar la diferencia de la versión de
1953 con las otras, aunque entre estas también existan pequeñas diferencias puntuales que
tienen que ver más bien con el tipo de sonido y algunos otros detalles, pero pensamos que
no son comparables a las diferencias con la versión de los años cincuenta, donde también
se pueden encontrar detalles diferentes al principio del desarrollo (a partir del compás
106) y al final del movimiento. En este último caso, en las dos primeras versiones el
pianista hace un corte en el sonido entre los dos últimos acordes (compases 41-42),
mientras en que en la tercera versión los une con el pedal, tal como está escrito en la
partitura. Algunos detalles, sin embargo, se mantienen intactos en las tres versiones, como
el corte que hace el pianista al final del cuarto compás.
Al igual que el primer movimiento, el segundo va tomando cada vez más tiempo
en las manos del pianista, con una diferencia de unos 20 segundos entre la primera versión
y la última, sin que haga las repeticiones en ninguna. El estilo en general es el mismo,
con una característica especial de Cortot, ya que toca el trio a una velocidad más rápida
de lo que se suele escuchar, aunque siempre usando rubati, siendo el tempo un poco más
lento en la última versión, pero siempre más rápido que lo que habitualmente se escucha
en ese pasaje. Sin embargo, el comienzo del Scherzo es diferente en la última versión, ya
279
que el pianista hace un calderón en la anacrusa que no había hecho en las otras
interpretaciones y además marca los acentos de una forma diferente.
En el cuarto movimiento vuelve a tomar más tiempo según pasan los años, pero
en este caso nos parece que las ideas son similares, aunque también resaltan las
diferencias con la versión de 1953. Tal como indica el pianista en sus propuestas teóricas,
hace solamente un gran regulador dentro de este movimiento, pero eso no significa que
no haga otros acentos y reguladores, como se demuestra escuchando las tres versiones,
que a la vez son algo diferentes entre ellas. En la última versión, el tempo es más lento y
quizás por eso la acentuación nos suene algo diferente, aunque pareciéndonos más
cercana a la de su segunda versión.
En las dos versiones destaca el brío del comienzo en el primer tiempo, pero los
fraseos puedan cambiar y el tipo de sonido ser diferente, en parte debido a la grabación,
280
pero ambas tienen el común que toman el tema B (compás 41) a un tempo más lento que
el del inicio y tocado con una gran utilización del rubato. También tienen en común el no
repetir la exposición, tal como pasara en la segunda Sonata, y la forma de comenzar el
desarrollo, a un tempo estricto que resalta como contraste a los rubati de muchos otros
momentos. Los compases finales son enfocados de manera similar, añadiendo bajos en
las dos últimas blancas y cortando el sonido entre las negras anteriores.
En el segundo movimiento, los tempi son prácticamente iguales, pero nos parece
que el comienzo es enfocado de manera algo diferente, buscando más líneas melódicas
en la versión de 1931 y con una tendencia mayor a la estabilidad rítmica en la de 1933,
sin que falten los dos ingredientes en ambas versiones, pero con más tendencia a uno o a
otro según el caso. El Trio es interpretado más lento al principio las dos veces y luego
toca con rapidez las octavas repetidas (por ejemplo, compás 93), que se destacan en las
dos versiones.
Según Paul Badura-Skoda, Cortot tenía cierta tendencia a convertir los puntillos
en casi dobles puntillos en el tercer movimiento de esta sonata, aunque de una manera
casi imperceptible.385 Hemos comprobado que el pianista suizo-francés puede hacer más
puntillo que el que está escrito, a veces de una manera casi imperceptible, otras de manera
muy notoria y otras veces hace los puntillos tal como están escritos, aunque siempre hay
que tener en cuenta su uso singular de los rubati. Pero tan interesante para los oídos
modernos como estas prácticas interpretativas que mencionamos puede ser la forma en
que el pianista enfoca la sección central en Mi Mayor (a partir del compás 29), a un tempo
más rápido de lo acostumbrado y destacando principalmente la mano izquierda, mientras
que la derecha comienza tocando mucho más suave pero también es destacada en algunos
momentos. Pero como decimos, dentro de un tempo que se mueve y que puede sonar algo
extraño a los que estén acostumbrado a otro tipo de versiones.
385
Paul BADURA-SKODA: Interpreting Bach at The Keyboard, Oxford University Press, Oxford, 1995,
pág. 8.
281
repite en las dos versiones es la forma en que el pianista enfoca el final de la obra, donde
en la partitura está escrito que se debe mantener el pedal durante los tres últimos
compases, mientras que el pianista corta el sonido entre los compases antepenúltimo y el
penúltimo (compases 284-285), mantiene el pedal en todo el penúltimo y luego quita el
pedal en el último, de tal manera que el acorde final se queda sólo en la zona aguda del
piano sin el apoyo del acorde del compás anterior, que le serviría de bajo.
Partitura 4.27. Chopin: Sonata nº3 op. 58, 4º tiempo. Compases 281-286.
282
entre el cuarto y el quinto compás, o entre los dos últimos acordes del movimiento (que
Cortot tampoco hace en su tercera versión). Además, en el caso de Biret, la diferencia de
tempo con Cortot en los compases iniciales es bastante notoria. Pianistas más recientes
como Kissin o Grimaud tampoco hacen esos cortes de sonido del pianista suizo-francés.
La tendencia de todos los pianistas escuchados es la de hacer la parte central del segundo
movimiento más lenta que el scherzo, con gran diferencia en alguna de las versiones,
como la de Pogorelich y algo menos en otras, como la primera versión de Pollini. Pero en
todo caso ninguno toca esa sección al tempo de Cortot, aunque como dijimos
anteriormente, en el caso de nuestro pianista se trate de un tempo de referencia al que
vuelve cada cierto tiempo, ya que hay un uso constante del rubato y una gran sensación
de flexibilidad. Pero lo cierto es que su tempo en esta sección (a partir del compás 81) es
el más rápido de los pianistas escuchados.
Partitura 4.28. Chopin: Sonata nº2 op. 35. 2º Movimiento. Compases 81-89.
283
otro tipo de diferencias. Biret sí toca con mucho pedal, al estilo de los mencionados
anteriormente.
La tercera Sonata nos ofrece la posibilidad de escuchar a otros alumnos de Cortot,
como Lipatti y Thomas Manshardt, además de pianistas de la época de Cortot como
Rosenthal, Neuhaus y otros no tan asociados a estos repertorios, como puede ser el
canadiense Glenn Gould, aunque algunos autores han señalado la posible influencia del
pianismo romántico en el estilo del pianista canadiense.386
El cambio de tempo en el tema B del primer movimiento es aplicado por la
mayoría de los pianistas escuchados, con excepciones como las de Ashkenazy y Argerich,
que lo toman prácticamente a la velocidad del comienzo, pero también pueden haber otras
diferencias, como la preeminencia de la mano izquierda, convirtiéndose casi en la
protagonista en la versión de Glenn Gould, o la fuerza con que ataca este tema el también
canadiense Thomas Manshardt, de una manera muy diferente a la de su maestro. Lipatti
toca con tempi más estables, con un uso más moderado de los rubati, mientras que en
Rosenthal destaca su tendencia a convertir los puntillos en dobles puntillos, algo que
resalta de manera muy evidente. Neuhaus destaca los aspectos melódicos y Lang Lang
toca este movimiento con una duración que casi llega al doble de la de Cortot, aunque
hay que tener en cuenta las repeticiones.
El segundo movimiento es ejecutado por los pianistas dentro de unos márgenes de
duración que no están tan alejados de los de Cortot. Pueden notarse diferencias entre las
relaciones de tempi entre el comienzo y la parte central, que en el caso del chino Lang
Lang son tocados a velocidades muy diferentes, con la parte central más lenta de todas
las escuchadas. Por otro lado, Glenn Gould vuelve a dar un protagonismo especial a la
mano izquierda y su interpretación de la parte central es una de las más rápidas y con un
énfasis en el ritmo, además de la poca utilización de rubati y el tocar algunas notas
diferentes a las escritas. Neuhaus comienza el Scherzo algo más lento al principio, pero
luego acelera.
Manshardt es el único que se acerca a las indicaciones de duración recomendadas
por Cortot para el tercer movimiento, mucho más que su maestro, lo que hace que su
versión sea la de menor duración de todas y esté a unos 8 minutos de diferencia con la
versión de Lang Lang. El alumno de Cortot hace algunos de los arreglos de su maestro y
386
Kevin BAZZANA: Glenn Gould: The Performer in the Work. A Study in Performance Practice, Oxford
University Press, Oxford, 1997, pág. 147.
284
es también el que más se acerca a su velocidad en la sección central, aunque en todo caso
realizada de manera diferente, mientras que Lipatti toca esa sección a tempo más lento y
dando preminencia a la mano derecha. De Rosenthal podemos apreciar su dominio de las
voces y la tendencia a destacar voces internas, y en los demás casos, dentro de las
aportaciones de cada uno de los pianistas, la tendencia es a tocar la parte central más lenta
que Cortot y a medir los puntillos como tales.
En el cuarto movimiento, ninguno de los pianistas hace el efecto del acorde final al estilo
de Cortot, sino que dejan el pedal del acorde anterior para que así se mantenga el bajo, el
único que se acerca algo es Manshardt, que también hace alguno de los otros arreglos de
Cortot, como el añadido de octavas bajas en la mano izquierda en las corcheas de los
últimos compases. Por otro lado, Manshardt toca las corcheas a partir del compás 9 dando
la impresión de que están separadas, pero al mismo tiempo poniendo el pedal derecho, un
efecto parecido al que hacen de manera más exagerada (y con menos pedal) Rosenthal, y
sobre todo Gould, en todo caso diferentes a la forma en que lo toca Cortot y a lo escrito
en la partitura.
4.2.1.4. Resumen.
Cortot destaca los diferentes caracteres de estas obras y aconseja cambios cuando
lo considera necesario para lograr los efectos deseados, pero rechaza arreglos de otras
ediciones. En ambas obras propone ejercicios para resolver los problemas técnicos.
Aunque Cortot suele ser fiel a sus propuestas, pueden encontrarse diferencias entre
sus versiones, como por ejemplo la que existe entre las dos primeras de la segunda Sonata
en relación a su tercera versión de la misma obra.
Muchas de las recomendaciones de Cortot y varias de sus prácticas interpretativas
no son seguidas por la mayoría de los pianistas escuchados, aunque en algunos casos,
como el de Manshardt puedan estar más cercanos que su profesor a las propuestas de las
ediciones de trabajo.
285
4.2.2. Nocturnos.
Cortot nunca llegó a grabar una integral de estas obras incluidas dentro de un género cuya
paternidad pianística se atribuye a John Field (1782-1837), pero que es con Chopin
cuando alcanzan una proyección mundialmente reconocida y admirada, logrando el
compositor polaco traer juntos en esta música lo erótico y lo heroico,387 y siendo la serie
favorita de pianistas como Claudio Arrau (1903-1991), aunque el pianista chileno
confiesa que su predilección por estas obras chopinianas puede parecer herética, ya que
muchos otros pianistas preferirían ciclos como los Preludios o las Baladas.388
En los dos volúmenes de las ediciones de trabajo, 389 Cortot cubre todos los
Nocturnos chopinianos desde el opus 9 hasta el opus 62, y luego incluye otros dos en su
edición de obras póstumas del compositor polaco. En la Médiathèque Musicale Mahler
pudimos observar algunos ejemplares pertenecientes a la colección de Cortot, que
incluyen su propia edición con anotaciones y además diversas ediciones de los Nocturnos
en su biblioteca personal y en algunos casos con anotaciones, lo que demuestra el interés
que Cortot tenía por estas obras y al mismo tiempo nos parece extraño que nunca se haya
acercado a completar una integral de estas obras.
387
Tad SZULC: Chopin in Paris: The Life and Times of The Romantic Composer, Lisa Drew Books/ Scribner,
Nueva York, 1998, pág. 114.
388
HOROWITZ, op. cit., pág. 157.
389
Frédéric CHOPIN: Nocturnes (Vol1: 10 Nocturnes, Vol2: 8 Nocturnes), Éditions Salabert, París, 1943.
286
Ilustración 4.3. Nocturno op. 55 nº 1 con anotaciones.
287
Ilustración 4.4. Nocturno op. 55 nº 2 con anotaciones.
288
Ilustración 4.5. Edición Ludwik Bonarski.
289
Una edición de Édouard Ganche para la Oxford University Press:
290
Una edición de Stefan Askenase para la editorial Heuwekemeijer de Amsterdam:
291
Y además, la anteriormente mencionada edición Steingräber:
292
Todos estos ejemplos nos vuelven al confirmar el ávido interés de Cortot como
coleccionista, y además su constante trabajo sobre estas obras, que como hemos dicho
anteriormente, nunca llegó a grabar completas, por lo que nos centraremos en aquellos de
los que existe algún registro sonoro por parte del pianista. En el primer volumen de los
Nocturnos se incluyen recomendaciones de duración y también indicaciones
metronómicas, algo que no acontece en el segundo volumen, donde no hay las
recomendaciones ni tampoco las indicaciones metronómicas. Pero en la copia
perteneciente a la colección de Cortot, nos podemos encontrar con indicaciones de
duración marcadas a lápiz en el op. 55 nº 2 y en la que se puede observar que primero
está escrita una duración de 3 minutos y 30 segundos que luego es tachada y cambiada
por una de 4 minutos y 30 segundos.
En los comentarios sobre los Nocturnos que grabó, el pianista no nos parece tan
extenso como en otras obras que hemos comentado anteriormente, aunque puede ser
simplemente una apreciación personal. Comienza en todos dando una idea general del
carácter y haciendo algunas de las veces juicio sobre la mayor o menor importancia de
cada uno según su opinión. Por ejemplo, para el pianista es especialmente importante el
op. 52 nº 2 que considera admirable y lírico, mientras que el op. 52 nº 1 no es visto por
Cortot como uno de los más importantes de la serie, a pesar de que reconoce su
popularidad, sobre todo por la magnífica coda, pero también por la novedad de su
estructura.
293
Partitura 4.29. Chopin: Nocturno op.52 nº 1. Compases 1-6.
Sobre los otros Nocturnos comenta la popularidad, voluptuosidad y melancolía del op, 9
nº 2, los contrastes del op. 15 nº1, la sensación de que más bien se refleja un crepúsculo
que un ambiente propio de la nocturnidad en el op. 15 nº 2 y la sensación de drama, que
supera al de muchas óperas, en el op. 27 nº1.
Como hemos dicho anteriormente, el pianista grabó sólo seis de los Nocturnos,
tres de ellos en una ocasión (op. 15 nº1, op 27 nº1, op 55 nº1) y otros tres en dos ocasiones
(op. 9 nº2, op. 15 nº 2, op. 55 nº 2). En general no sigue sus recomendaciones de duración
del primer volumen de su edición de trabajo, estando cerca solamente en el op. 27 nº1,
donde el pianista recomienda una duración de 4 minutos y 30 segundos, mientras que en
su versión grabada toca en 4 minutos y 37 segundos. En alguno de los otros Nocturnos
llega a tocar con más de un minuto de diferencia que lo recomendado por él mismo.
390
Alfred CORTOT: The Masterclasses, Sony Classical S3K89698, 2005, folleto pp. 50-51
294
En otros aspectos, el pianista es fiel a su estilo y a sus recomendaciones. Nosotros
destacaríamos su dominio de los planos sonoros en todas las grabaciones, haciendo la
mano izquierda de manera muy suave y resaltando la mano derecha, un efecto que Cortot
dominaba de manera especial.391 También puede hacer muy presente la mano izquierda,
como al comienzo del Nocturno en Fa mayor op. 15 nº 1. Notorio es su dominio de las
sonoridades en general y los diversos matices, como puede observarse en la forma en que
el pianista enfoca la coda del op. 27 nº 1 (a partir del compás 94), dentro de un matiz
pianissimo y con una gran sensación de lejanía, pero al mismo tiempo con un gran control
de los medios pianísticos que no permiten que la sonoridad sea demasiado lánguida o sin
interés.
391
DUBAL (1984), op. cit., pág. 52.
295
Otros elementos a tener en cuenta son sus arreglos no escritos, como los bajos en
el op. 55 nº 1, o los cambios de medida en el op. 55 nº 2, siendo ambos recursos habituales
en el pianista pero que resaltan más en algunos momentos que en otros.
En estas obras hemos observado a pianistas como Vlado Perlemuter (todos menos
el op. 9 nº 2 y el op. 55 nº 1), Samson François, Idil Biret, Serguei Rachmaninov (en el
op. 9 nº2 y el op. 15 nº 2), Ignaz Jan Paderewski (en el op. 9 nº 2), Benno Moisiewitsch
(en el op. 9 nº 2), y en todos a Arthur Rubinstein, Claudio Arrau, Nikita Magaloff,
Vladimir Ashkenazy, Maurizio Pollini, Daniel Barenboim, Maria João Pires y Yundi. Las
mayores diferencias de duración se producen con Rachmaninov (op.9 nº 2), Arrau (op.
15 nº 1), Rubinstein (op, 15 nº 2 en la primera versión del pianista polaco), Biret (op. 27
nº 1), otra vez a Arrau (op. 55 nº 1) y el joven pianista chino Yundi, antes llamado Yudi
Li (op. 55 nº 2).
Sin embargo, una de las mayores diferencias con Cortot que hemos apreciado al
escuchar a los diversos pianistas (y hay muchas, tanto de tempi como de conceptos en
general) se produce con su antiguo alumno Samson François en el comienzo del op. 55
nº 1, que si bien Cortot toca con cierta sencillez y no utilizando mucho el rubato como en
otras ocasiones, no hace cortes con el pedal y a pesar de algunos acentos toca de manera
melódica y sin convertir el ritmo en preeminente, el caso opuesto a François, que pedaliza
de manera muy diferente, cortando muchas veces el sonido en las negras pares, lo que le
da a su interpretación un sentido que nos parece aproximarse más al de una danza, aunque
no negamos que el pianista francés también canta las líneas melódicas, pero en todo caso
el inicio del Nocturno se nos muestra como uno de esos momentos de diferencia
conceptual entre los dos pianistas. Durante el curso de su interpretación, François cambia
su estilo dentro de la misma obra, en cuanto al uso de los pedales y al sonido en general.
En otros de los Nocturnos nos parece que François, sin perder su propia personalidad está
más cerca del estilo interpretactivo de Cortot. Perlemuter toca con menos rubati que su
maestro y nos parece un pianista diferente, del que podríamos decir que conserva el
sentido poético de Cortot pero con unos medios diferentes, y pensamos que de Biret
podría decirse lo mismo, aunque en su caso las diferencias de duración con Cortot son
mayores.
296
Interesante también nos parece la comparativa con pianistas de la época de Cortot,
como Paderewski, Rachmaninov o Moisiewitsch. El primero usa rubati en abundancia y
hace desincronización de manos y arpegiados de manera constante, con cierto parecido a
Cortot en algunos aspectos, aunque diferente en otros. Rachmaninov también usa rubati,
pero su estilo es diferente al de Cortot y no usa tanto otros recursos como la
desincronización de las manos. Moiseiwitsch tampoco utiliza tanto esos recursos como
Cortot, lo mismo que Arthur Rubinstein. En cuanto a los otros pianistas, la tendencia
general es tomar más tiempo que Cortot y utilizar menos sus recursos mencionados,
además de ofrecer distintos tipos de sonido y de concepto general de las obras.
4.2.2.4. Resumen.
Cortot no llega a grabar los cuatro Scherzos (Scherzi) de Chopin, sino sólo los
números dos y tres, por lo que nos centraremos en algunos aspectos teóricos relacionados
con ellos, aunque en su edición de trabajo de 1938392 se encuentren comentadas las cuatro
392
Frédéric CHOPIN: Scherzos. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions Salabert,
París, 1938.
297
obras, que muestran la versatilidad de Chopin y también las posibles contradicciones
entre el título y lo que acontece en ellas.393
393
Eero TARASTI: Signs of Music: A Guide to Musical Semiotics, Mouton De Gruyter, Nueva York, 2002,
pág. 139.
394
EIGELDINGER, op. cit., pp. 84-85
395
Op. cit., pág. 85.
298
Partitura 4.32. Chopin: Scherzo nº 3 op. 39. Compases 1-28.
El pianista destaca los distintos caracteres de la obra y las distintas articulaciones, además
de un énfasis general en la polifonía (al igual que en el segundo Scherzo) y señalando el
tipo de ejecución de octavas requerido en esta obra. También se indican ejercicios y
recomienda una duración. En su grabación de las clases magistrales, Cortot toca más que
habla, y eventualmente hace comentarios sobre algún pasaje, con pocas palabras, e
incluso con una sola que nos puede definir el carácter que él desea para cada pasaje, como
el amenazante de las primeras notas y el afirmativo al comienzo del primer pasaje de
octavas.
299
donde han tocado pianistas de la talla de Pascal Rogé, según el cual Cortot tenía planeado
retirarse a esa isla, un sueño que nunca se cumplió.396
El inicio del segundo Scherzo es tocado por nuestro pianista de la misma manera
que plantea en su edición de trabajo, es decir, haciendo el segundo tresillo diferente al
primero y repitiendo esta misma característica cada vez que aparece ese tema. Por otro
lado, se destacan los contrastes al no usar prácticamente el pedal derecho en algunos
compases, una característica que pensamos que pertenece sobre todo a su última etapa.
Detalles de pedal, que en este caso están de acuerdo con sus comentarios en la edición de
trabajo. En los últimos compases sigue las indicaciones de pedal escritas en la partitura
y no hace cortes entre los acordes finales, aunque dentro de esa sección no falten algunos
añadidos de notas y una forma peculiar de tocar algunos de esos acordes.
En el tercer Scherzo no nos parece que el pianista comience con una dinámica tan
suave como dio a entender en su edición de trabajo, comentando que muchos pianistas
hacen este comienzo con demasiada fuerza. En nuestra opinión, Cortot no toca las
primeras notas con un matiz más suave que mezzo forte, por lo que pensamos que es
posible que haya escuchado a otros pianistas tocar toda la primera sección con mucha
más fuerza y se esté refiriendo a esos casos particulares, o que esté enfatizando la
396
Ver Anexo I.
300
necesidad de planificar mejor esa sección hasta la llegada del risoluto, pero lo que su
interpretación no parece indicar es que esas notas del principio deban interpretarse en un
matiz muy suave. Más que el matiz en sí, Cortot parece interesado en el carácter
amenazante que quiere reflejar, y que es el que describe en sus clases magistrales.
301
Partitura 4.35. Chopin: Scherzo nº3, op. 39. Compases 636-649.
En muchos aspectos, el pianista es fiel a sus propios consejos, como por ejemplo
en cuanto a las duraciones de las obras, que en las dos interpretaciones están muy cercanas
a las que él recomienda.
Las mayores diferencias de duración en los dos casos son con Idil Biret, que toma
dos minutos más que Cortot en la interpretación del segundo, y cerca de los dos minutos
en el tercero. Todos los pianistas escuchados toman más tiempo que Cortot, excepto
Argerich, que toma menos tiempo en el tercero. La pianista argentina es también la que
más se acerca a Cortot en la duración del segundo, pero tomando unos segundos más que
el pianista suizo-francés.
Por otro lado, en el comienzo del tercero, Perlemuter y François tocan con cierta fuerza,
más al estilo de la grabación de Cortot, mientras que Biret comienza con un matiz más
suave y luego va aumentando la fuerza cada vez más. Entre los pianistas más recientes,
Pogorelich y Yundi Li comienzan con muy matiz muy suave.
4.2.3.4. Resumen.
Los otros pianistas no hacen lo que Cortot recomienda al principio del segundo
Scherzo, aunque algunos se acerquen más que otros, y el comienzo del tercero es tocado,
en general, más al estilo que Cortot recomienda que el que hace en su grabación
4.2.4. Polonesas.
Cortot incluye en sus ediciones de trabajo la mayoría de estas obras que Chopin
comenzó a escribir desde su infancia y que muestran en sus inicios tanto las influencias
de la música popular polaca como la de compositores al estilo de Würfel y Siegrist,397
pero ya con una tendencia a los cromatismos y al conocimiento del instrumento tan propio
de Chopin.398 En la edición de trabajo de 1939399, el pianista comenta las siete polonesas
más conocidas, que van desde el op. 26 a la op. 61, pero como sólo grabó dos, la op. 53
397
Halina GOLDBERG: Music in Chopin's Warsaw, Oxford University Press, Nueva York, 2008, pág. 79.
398
Ibidem.
399
Frédéric CHOPIN: Polonaises, Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot, Éditions Salabert,
París, 1939.
303
y la op.61 nos centraremos en ellas. Cortot tiene también comentarios sobre algunas
polonesas más tempranas, pero no grabó ninguna. También realizó dos grabaciones de la
Gran polonesa brillante (Grande Polonaise Brillante) op. 22 (sin contar los rollos de
pianola), de la que no conocemos comentarios suyos, pero que será mencionada por otras
razones. Las explicaciones de Cortot son abundantes en su edición de las Polonesas, y en
particular en las dos últimas de la serie, donde el pianista parece querer sacar a relucir
toda la esencia de sus comentarios de estilo poético y también su lado práctico como las
recomendaciones de duración. No faltan tampoco comentarios sobre el patriotismo
polaco, que el pianista relaciona también con el francés, comparando a la famosa
Polonaise Heroïque con la también famosa Marsellaise, ambas de alto contenido
patriótico y revolucionario.
Entre los muchos comentarios sobre esta Polonesa op. 53 destacaríamos los
relacionados con la velocidad y también sobre algunas recomendaciones de otros
pianistas. En el primer caso, Cortot previene contra un exceso de velocidad que
convertiría esta obra de carácter revolucionario en una simple y vulgar demostración de
virtuosismo, y en el segundo describe algunos de las recomendaciones propuestas por
otros pianistas como Karl Tausig (con el pedal derecho sin quitar durante muchos
compases) o Ferruccio Busoni (con sus arreglos de dinámica400), refiriéndose ambos
específicamente al famoso pasaje de octavas de la sección central (a partir del compás
83). Cortot no acepta esas recomendaciones y prefiere seguir las indicaciones de Chopin,
según él mismo comenta, y a la vez propone sus propios arreglos, como el añadido de
octavas en la mano derecha de los compases 171 y 173, para que haya un refuerzo en el
sonido, ya que según el pianista la escritura original produce una sonoridad más débil que
anula de alguna manera la brillantez requerida.
400
HAMILTON (2008), op. cit., pág. 220.
304
Partitura 4.36. Chopin: Polonesa op. 53. Compases 170-174.
305
Ilustración 4.14. Portada del manuscrito. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22. Orquestación de Cortot.
Ilustración 4.15. Portada de la orquestación. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22. Orquestación de Cortot.
306
Ilustración 4.16. Indicación de partes orquestales. Chopin: Grande Polonaise Brillante op. 22. Orquestación de
Cortot.
Ilustración 1. Primera página de orquestación completa. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22. Orquestación de
Cortot.
307
Ilustración 2. Primera página de la reducción para un segundo piano. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22.
Orquestación de Cortot.
Ilustración 4.19. Primera página de partitura para oboes. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22. Orquestación de
Cortot.
308
Ilustración 4.20. Primera página de la partitura para trompas. Chopin: Gran polonesa brillante op. 22.
Orquestación de Cortot.
401
JACOBS, op. cit., pág. 67.
402
John RINK: Chopin: The Piano Concertos, Cambridge University Press, Cambridge, 1997, pág. 43.
403
Frédéric CHOPIN. - Andante spianato et Polonaise, op. 22 / arr. par Alfred Cortot. - s.l. : [s.n.], s.d. - (P
CHOPIN (CF))
309
4.2.4.2. Interpretaciones de Cortot.
Cortot grabó dos veces la op. 53 (1933,1952), una vez la op.61 (1947), y dos veces la op.
22 (1923, 1952), sin contar las grabaciones en rollo de pianola.
Las dos versiones de la op.53 son fieles a las indicaciones de duración del pianista
y también a sus otras recomendaciones, aunque el arreglo del compás 171 sólo es tocado
por Cortot en la segunda de sus grabaciones. Otro arreglo del pianista, que no comenta en
la edición, se produce al comienzo de la re-exposición (compás 65), donde Cortot toca la
mano derecha una octava más alta de lo escrito, algo que no ha comentado. También
llaman la atención algunas idiosincrasias del pianista, que no son habituales en las
interpretaciones de esta obra. Por ejemplo, algunos finales de frase en los que no hace el
regulador descendente que está escrito, sino que acaba con fuerza. Un ejemplo lo tenemos
en el compás 80 (uno antes de la sección central en mi mayor), que el pianista termina en
fuerte, pero en los dos compases siguientes, en vez de tocar los acordes en fortissimo,
Cortot no empieza con fuerza y luego disminuye, interpretando de manera muy libre lo
que está escrito.
310
Partitura 4.36. Chopin: Polonesa op. 53. Compases 79-85.
En la op.61 hace algunos reguladores de manera diferente y puede cambiar algunas de las
medidas, además de hacer algunos arreglos, pero en general no nos parece que haga
demasiados cambios, siendo el más notorio el realizado en los últimos compases
(compases 282-288). Desde el sexto antes del final (compás 282) está escrito un matiz de
pianissimo que sólo ha de cambiar en el último acorde fortissimo, pero que es cambiado
por Cortot, ya que además de hacer algunos arreglos, como añadirle un bajo al último
acorde, toca con fuerza los dos últimos compases antes del final.
311
veces que acontecen, unos arpegiados que suelen tocarse a una velocidad más lenta. Esta
última interpretación ha sido criticada por Piero Rattalino, que la tacha de tener poca
inventiva en el fraseo y en el color.404 En nuestra opinión es una versión que tiene mucho
interés y que nos muestra a un Cortot algo diferente al de otras obras chopinianas y que
desmiente los comentarios sobre su supuesta manera enfermiza de tocar a Chopin. A pesar
de haber grabado muy pocas obras chopinianas basadas explícitamente en el folclore
polaco, el pianista tenía cosas que decir en ese repertorio.
Las diferencias de duración no son muy notorias en la op. 53, siendo Idil Biret la
que más se aleja de las duraciones de Cortot en aproximadamente medio minuto. Ninguno
de los pianistas hace los arreglos de Cortot, pero más allá de la individualidad de cada
uno, no apreciamos las diferencias extremas de otras ocasiones. Recordando el aviso de
Cortot de no tocar demasiado rápidamente esta obra, podemos fijarnos en que el pianista
no es de los que menos tiempo toman en tocarla, hallándose en un punto intermedio, y
siendo Arthur Rubinstein (en su primera versión) y Vladimir Ashkenazy los que tienen
menores duraciones, tomando aproximadamente medio minuto menos que Cortot.
404
RATTALINO (2010), op. cit., pág. 165.
312
una diferencia de duración de más de dos minutos con respecto a su maestro y en los
compases finales no hacen los arreglos de Cortot.
4.2.4.4. Resumen.
313
4.3. Obras sueltas.
Esta obra de 1841, que llegó a inspirar coreografías como las de Rita Saccheto, 405
es presentada por Cortot en su edición de trabajo406 dentro de un contexto en el que el
compositor se entrega de cierta manera a los gustos populares de su época y donde
destacan el ritmo, la exuberancia, la imaginación e incluso el frenesí. El pianista utiliza
un lenguaje descriptivo de muchos aspectos de la obra que él quiere destacar, incluyendo
algunos efectos, e incluso arreglos para poder lograr el máximo de efecto, como en el
compás 264 y siguientes, en los que Cortot sugiere tocar la mano derecha una octava alta,
aprovechando que la izquierda también lo hace con respecto a los compases anteriores.
Las dinámicas escritas también pueden ser revisadas si el pianista considera que no
corresponden a la intención del autor, como en el compás 52, donde no hay ningún matiz
escrito y el matiz anterior era fortissimo, pero el pianista opina que se ha llegado a un
pasaje más melódico que pide un menor volumen.
En una obra de este estilo no podían faltar los ejercicios para solucionar problemas
técnicos, que van desde el fortalecimiento de los dedos débiles de la mano derecha a
problemas generales de la mano izquierda, que prácticamente siempre está tocando
corcheas a un tempo rápido, generando numerosas dificultades a superar. Se aplican por
tanto muchas de las variantes de Cortot a la hora de proponer ejercicios, como los ritmos
y las divisiones de la dificultad en distintas etapas para así poder vencerla desde ángulos
diferentes. Es una edición eminentemente práctica, pero donde tampoco se deja de lado
los aspectos interpretativos, con numerosos apuntes de detalles musicales. Cortot
recomienda también una duración aproximada de 3 minutos y 20 segundos para esta obra.
405
Mary SIMONSON: Body Knowledge Performance, Intermediality, and American Entertainment at the
Turn of the Twentieth Century, Oxford University Press, Nueva York, 2013, pp. 118-120.
406
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 1º Série pour Piano (Édition de Travail par Alfred Cortot), Éditions
Salabert, Paris, 1936.
314
4.3.1.2. Interpretaciones de Cortot.
Ésta es sin duda una de las obras más grabadas por el pianista, con seis registros
entre los años 1919 y 1954, un período de treinta y cinco años. Cortot grabó algunas obras
más de una vez, mientras que otras que sabemos que estaban en su repertorio no fueron
grabadas por el pianista, siendo esta una de las posibles paradojas de su discografía, pero
que al mismo tiempo se convierte en una herramienta importante para analizar su posible
evolución interpretativa a través de los años, incluso cuando ésta sea una obra que quizás
no tenga la posibilidad de variantes que tienen otras que Cortot grabó en más de una
ocasión.
315
y que hace en todas sus versiones. También hace un arreglo del que no comenta nada en
su edición de trabajo y que se encuentra entre los compases 160 y 163. Cortot toca la
mano derecha una octava más alta de lo escrito mientras que hace la mano izquierda una
octava baja. Este arreglo se encuentra en cinco de las versiones del pianista, pero por
alguna razón no está en la de 1933, ya que en esta versión hace la izquierda una octava
baja como en las otras, pero la derecha se mantiene en la tesitura que está escrita.
Teniendo en cuenta que su arreglo es tocado en cinco de las versiones, nos extraña que
no lo incluyera en la de 1933.
316
4.3.1.3. Interpretaciones de otros pianistas.
Hemos podido escuchar las versiones pianistas como Vlado Perlemuter, Samson
François, Idil Biret, Moritz Rosenthal, Arthur Rubinstein, Claudio Arrau, Maria Grinberg,
Jean-Marie Darré y Anatol Ugorski, Las diferencias de duración en este caso no son
excesivamente grandes, pero los que más tiempo toman son dos alumnos de Cortot
(Perlemuter y François), que parecen tener más influencia de la última grabación de su
maestro, aunque sea en el terreno de la velocidad, ya que sus acentuaciones son diferentes,
y además no hacen los arreglos de Cortot.
La menor duración viene del Claudio Arrau de 1938, que no llega a los tres
minutos y en cierta forma y a pesar de las diferencias, nos parece más cercano a las
interpretaciones de Cortot por aquellos años que a la de 1954. El pianista chileno
comienza en un tempo muy lento, pero inmediatamente acelera, de manera que se
convierte en la versión más rápida de las que hemos escuchado. Al final de la pieza
también acelera y luego toca los últimos acordes a un tempo más lento.
4.3.1.4. Resumen.
Continuando con un análisis formal, el pianista nos va llevando por los diferentes
momentos de la obra, aconsejando a veces algunas variantes que según él van a permitir
resaltar mejor ciertos aspectos polifónicos de algunos pasajes, o a resolver mejor algunos
problemas de agilidad, y por supuesto, no faltan las recomendaciones de ejercicios, que
encontramos bastante abundantes, encontrándose prácticamente en todas las páginas de
la obra, y en algunos casos ocupando más espacio que la partitura misma. Cada variación
con sus diferentes problemas técnicos es tratada por Cortot de manera muy cuidadosa
incluso en el terreno puramente pianístico y nos da la impresión de que el pianista ve cada
una de ellas como si fuera un estudio diferente que hay que trabajar individualmente,
recordándonos de alguna manera sus ediciones de los Estudios op. 10 y op. 25 y sin
embargo nos previene del peligro de tratarla de una manera que tienda a la simple
demostración de virtuosismo. Cortot cubre muchos temas en esta obra, lo que demuestra
el especial interés que tiene en ella pudiéndose destacar, aparte de los mencionados, la
libertad que hay que tener en la línea melódica en relación a la mano izquierda, problemas
de digitación (donde Cortot comenta también algunas digitaciones de Chopin), y
407
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 1º Série pour Piano (Édition de Travail par Alfred Cortot), Éditions
Salabert, Paris, 1936.
408
John RINK, Jim SAMSON, (edit.): Chopin Studies 2, Cambridge University Press, Cambridge, 1994, pág.
114.
409
Ibidem.
318
problemas generales de sonoridad, que para Cortot son fundamentales en esta obra.
Recomienda también una duración aproximada.
De esta obra existen cinco interpretaciones discográficas de Cortot, que sin llegar
a las seis de la Tarantelle, está sin duda entre las obras que más grabó, en un período que
cubre desde 1920 a 1954, unos treinta y cuatro años, permitiéndonos comprobar su
evolución interpretativa. Daniel Leech-Wilkison analiza los primeros compases de la obra
en una de las primeras versiones del Cortot y a través del uso del programa informático
Sonic Visualiser y llega a la conclusión de que el pianista tiende a retener el tempo cuando
las notas melódicas van ascendiendo, y a tocar más rápido cuando éstas descienden.
Leech-Wilkison se pregunta posteriormente si esa tendencia estará presente en todas las
versiones del pianista y si será algo común en todas las interpretaciones de otros
intérpretes.410 En nuestra investigación podemos constatar las afirmaciones de Leech-
Wilkison en algunas de las versiones, pero no siempre al mismo nivel, y en algunos casos
siendo más difícil de percibir que en otros esa relación entre la altura de las notas y el
rubato utilizado. Nos da la impresión de que el pianista utiliza un rubato más evidente en
las tres primeras versiones, que resalta no sólo en los primeros compases de la obra, sino
que se toma libertades con los tempi en muchos momentos de la obra.
Una de las tendencias de Cortot en las tres primeras grabaciones es la de tocar más
rápido en los pasajes de fusas e incluso en algunos de corcheas de tresillos. Por otro lado,
suele tocar algo más lentas las zonas más melódicas de tal manera que crea unos
contrastes muy evidentes pero que de alguna forma logra integrar dentro del contexto
general, no dando nunca una sensación de falta de unidad en la obra sino más bien de
fluctuaciones que intentan crear variedad dentro del movimiento uniforme de la mano
izquierda, que en el caso de las primeras grabaciones del pianista se convierte en
extremadamente flexible en cuanto al tempo se refiere. Cortot habla teóricamente de la
relación que debe existir entre la mano izquierda y la derecha en relación con el rubato,
pero en las tres primeras grabaciones, su mano izquierda también parece tener un rubato
propio y adaptado a los cambios de tempi. Pensamos que, en todo caso, Cortot se mantiene
410
Sonic Visualiser [en línea], disponible en: http://www.sonicvisualiser.org/videos.html [consulta: 15-1-
2005]
319
dentro de los parámetros sugeridos por Josef Hofmann para la utilización del rubato: el
buen gusto y el mantenerlo dentro de unos límites artísticos. 411
En las dos últimas grabaciones, el pianista parece cambiar de estrategia. Sin dejar
de ser expresivo toca a un tempo más estable y en las primeras notas de la melodía no
hace el tipo de rubato que practicaba en las primeras versiones y que menciona Leech-
Wilkison. Incluso comienzan a desaparecer algunos cambios de tempo en la versión de
1949, pero es en la de 1954 cuando el contraste con las tres primeras versiones se hace
más evidente. Sólo hay que escuchar las primeras notas de la melodía para comprobar las
diferencias. Sin embargo, el pianista sigue conservando algunas de sus prácticas, como la
desincronización de manos y el arpegiado de acordes, que aparecen en todas sus versiones
y también mantiene los ritardandi en varios de los pasajes transitorios. En todo caso, en
sus comentarios teóricos, el pianista rechaza la idea de tocar esta obra de manera
metronómica, y en ese aspecto es fiel a lo que dice. En cuanto a las duraciones, la versión
que toma más tiempo es la primera (1920) y la que toma menos tiempo es la segunda
(1923).
El uso del pedal derecho no siempre está de acuerdo con lo escrito en la partitura,
habiendo momentos en los que el pianista cambia el pedal con los cambios de armonías,
según está escrito, pero en otras ocasiones prefiere la mezcla sutil de armonías con el
pedal, como puede comprobarse en los dos primeros compases en la versión de 1954, en
411
Josef HOFMANN: Piano Playing, With Piano Questions Answrered, Dover Publication, Nueva York,
1976, pág. 100.
320
los que Cortot no hace el pedal que está escrito, sino que lo deja puesto en cada compás,
mezclando las armonías, y cambiándolo entre compases.
La coma de respiración escrita por el pianista, justo antes del penúltimo compás de la
obra (compás 68), es interpretada por él en todas las versiones como un corte en el sonido
antes de tocar la blanca con puntillo del penúltimo compás. En este caso, el pianista sigue
sus propias indicaciones teóricas, ya que en sus comentarios insistió en la importancia de
hacer una ligera parada, que está sugerida por la coma. Pero recordemos que Cortot no
siempre interpreta las comas que él recomienda como si fueran respiraciones.
En esta obra hemos escuchado a pianistas como Vlado Perlemuter Idil Biret Josef
Hofmann, Arthur Rubinstein, Guiomar Novaes, Nikita Magaloff, Vladimir Ashkenazy,
Maurizio Pollini y Evgeny Kissin.
La mayor diferencia de duración es con Ashkenazy, cuya versión toma más de cinco
minutos, mientras que sólo Josef Hofmann y la primera versión de Arthur Rubinstein
tienen una duración menor que la segunda de Cortot. Los demás intérpretes se mueven
dentro de los tiempos establecidos por las distintas interpretaciones del pianista suizo-
francés, aunque pianistas como Kissin o Rubinstein (en su última versión), también tomen
más tiempo que la versión de Cortot de 1920.
El tipo de rubato que nuestro pianista aplica en los primeros compases sigue siendo de su
propiedad, ya que la mayoría de los pianistas escuchados optan por una interpretación de
321
estos compases que busca más la sencillez y evitan de alguna manera el tipo de rubato
empleado por Cortot en sus primeras grabaciones. Ni siquiera Hofmann, pianista de la
época de Cortot, parece estar interesado en hacer demasiado rubato en esa frase.
Perlemuter y Biret optan también por una interpretación más simple, lo cual no quiere
decir en absoluto que sean inexpresivos y faltos de interés, o que nunca hagan rubato
dentro de esta obra, sino que en los primeros compases son diferentes al Cortot de las
primeras grabaciones, acercándose algo más al de las últimas. Pollini y Novaes parecen
acercarse algo a la idea que tiene Cortot sobre el diseño melódico de la primera sección
de la obra, y nos parece interesante especialmente en el caso de Pollini, considerado un
pianista más moderno y objetivo, pero que en esta ocasión hace un uso del rubato que sin
llegar a los extremos de Cortot parece más cercano a él que otros de sus colegas, al menos
en esos compases, porque luego sigue la tendencia general de ser más estable en el pulso
y sin los cambios de tempo de las primeras versiones de Cortot.
322
4.3.2.4. Resumen.
Cortot defiende la calidad de esta obra y dedica muchos comentarios a ella, tanto
desde el punto de vista de los caracteres como de la técnica pianística, con numerosos
ejercicios que resaltan en una obra que no es de mucha duración.
Algunos pianistas se acercan al estilo de rubato que Cortot emplea en los primeros
compases de la obra (en sus primeras versiones) pero suelen optar por otras vías de
interpretación, tanto en ese como en otros aspectos.
412
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 1º Série pour Piano (Édition de Travail par Alfred Cortot), Éditions
Salabert, Paris, 1936.
413
SAMSON (1996), op. cit., pág. 265.
414
Op. cit., pág. 266.
415
David DAMSCHRODER: Harmony in Chopin, Cambridge University Press, Cambridge, 2015, pp. 233-25
323
se podría hablar de una reunión entre elementos italianos, wagnerianos e
impresionistas.416
416
TAILLANDIER-GUITTARD, op. cit., pág. 312.
417
TIMBRELL, op. cit., pág. 105.
324
y con demasiado anhelo de demostrar el virtuosismo, lo cual arruinaría este pasaje de la
obra, para la que recomienda una duración de 7 minutos y 50 segundos.
325
Algunas idiosincrasias del pianista se repiten en las dos grabaciones, como por
ejemplo en el compás 34, donde están escritas cuatro negras con puntillo, cada una de
ellas precedidas por un mordente, que el pianista toca en tres de los casos, pero en ninguna
de las versiones lo toca antes del primer acorde. El pedal derecho es también usado de
manera peculiar por el pianista en algunas ocasiones, como en el compás 115, en el que
el pianista no hace el pedal que está escrito, sino que lo quita mucho antes, tocando la
escala descendente con un efecto distinto al reflejado en la partitura.
Al menos siete de estos pianistas tienen una duración mayor que la segunda
versión de Cortot, siendo la mayor diferencia con la segunda de Barenboim (para
Deutsche Grammophon). Pero también le superan en duración algunos de sus alumnos,
como Dinu Lipatti e Idil Biret. Por el lado contrario, tres pianistas toman menos tiempo
que la primera de las versiones del pianista suizo-francés, siendo la mayor diferencia con
Marcelle Meyer, seguida de Vlado Perlemuter y Marguerite Long.
326
Brunhoff terminan la obra en un matiz más suave, mientras que otros como Dinu Lipatti
terminan la obra con fuerza.
El pasaje de fusas de la coda puede ser enfocado de manera diferente por sus
alumnos, siendo especialmente notoria la diferencia con Perlemuter en su grabación para
Nimbus, que toca las fusas mucho más lentas que Cortot y en la escala descendente deja
puesto el pedal derecho durante prácticamente toda la escala, tal como está escrito en la
partitura. Otros, como Lipatti, tocan las fusas con cierta velocidad y en la escala
descendente no pone tanto pedal como Perlemuter, pero los efectos son diferentes a los
que hace Cortot, lo mismo que en otros cambios realizados por el maestro, que sólo son
hechos por él mismo.
4.3.3.4 Resumen.
Cortot elogia la obra y combina comentarios de tipo poético con un gran número de
ejercicios que se extienden durante toda esta edición de trabajo. El pianista resalta la
importancia tanto del principio como del final de la obra, advirtiendo en este último caso
de los peligros de ceder ante un virtuosismo que destruya el carácter poético de la última
sección de la obra.
En general, Cortot es fiel a sus ideas teóricas, pero pueden encontrarse varias
diferencias entre sus dos versiones, que se manifiestan de manera especial tanto al
principio como al final de la obra. El pianista también hace cambios en la partitura que
no menciona en la edición de trabajo.
Tanto sus alumnos como los otros pianistas no hacen los arreglos de Cortot,
aunque pueden estar cerca en alguno de los otros aspectos de las dos versiones del
pianista.
327
4.3.4 Fantasía op. 49.
Terminada en el verano de 1841, al mismo tiempo que una serie de obras del
compositor polaco entre las que se incluyen la tercera Balada,418 la Fantasía (Fantaisie)
op. 49 es presentada por Cortot en su edición de trabajo de 1936419 dentro del contexto
histórico personal de Chopin, pero al mismo tiempo no considerándolo como esencial
para la comprensión de la obra, sino una ayuda posible para el intérprete. Karen M.Taylor
ha escrito sobre los comentarios de Cortot acerca de la Fantaisie, resaltando la
imaginación del pianista, que no hace un análisis frío de la obra, sino que se expresa con
un lenguaje muy personal pero al mismo tiempo comprensible a través de arquetipos
culturales, sin perder de vista los detalles técnicos. 420 La autora describe varios de los
comentarios de Cortot sobre los diversos temas de la obra, llegando a la conclusión de
que en todo caso, lo escrito por Cortot es sólo una parte de lo que el pianista quiere
expresar, a pesar de todo su lenguaje poético.421 En esta edición, Cortot es especialmente
específico con las emociones que quiere reflejar, y abunda en comentarios sobre el tema,
pero también es pragmático como en otras ocasiones, de tal manera que indica un buen
número de ejercicios técnicos para resolver las grandes dificultades que plantea esta obra,
incluyendo las famosas variantes rítmicas.
Cortot enfatiza también temas como la sonoridad, que puede ser bella, velada,
solemne o seria, términos de estilo poético que realmente no explican cómo hay que
418
SAMSON (1996), op. cit., pág. 197.
419
Frédéric CHOPIN: Pièces Diverses, 1º Série pour Piano (Édition de Travail par Alfred Cortot), Éditions
Salabert, Paris, 1936.
420
TAYLOR, op. cit., pp. 271-288.
421
Op. cit., pág. 287.
422
CHOPIN: Frédéric: Klavierstücke, G. Henle Verlag, Munich, 1978.
328
obtener esas sonoridades desde un punto de vista instrumental, pero pensamos que pueden
servir de estímulo a la imaginación del intérprete.
Una de las características comentadas tanto por Karen M. Taylor como por Paul
Badura Skoda es la forma especial en la que el pianista enfoca los compases iniciales de
la obra, y en general toda la primera sección con ese estilo de marcha fúnebre. Según
Taylor, Cortot toca con un ritmo estricto en el que solamente hace las semicorcheas con
una duración un poco menor para enfatizar el carácter,423 mientras que para Badura-
Skoda, Cortot solía convertir las fusas en semifusas (es decir, haciendo doble puntillo).424
423
TAYLOR, op. cit., pág. 288.
424
BADURA-SKODA, op. cit., pág. 8.
329
fusas o también hacer una medida intermedia. Todo depende del contexto de la obra y de
la interpretación de la que estemos hablando, y se trata de prácticas interpretativas del
pianista que no explica en su edición de trabajo.
Por otro lado, el pianista suele hacer sus recomendaciones, como las de
pedalización en el compás 21 (levanta el pedal derecho cada negra en las dos versiones)
o la recomendación de tocar una octava más grave la mano izquierda en el si bemol
(octava) de la mano izquierda en el compás 24, aludiendo a las posibilidades del piano
moderno, y que el pianista toca en sus dos versiones, pero también puede hacer cambios
con respecto a las indicaciones de pedal que están escritas en su edición, y sin comentar
nada al respecto, como en los compases 52 y 53, por ejemplo, en los que por cierto las
indicaciones de pedal de la edición de Cortot son diferentes de las de la edición Henle.
Cortot no deja puesto el pedal derecho durante todo el compás, como está escrito en su
edición, sino que lo quita en el silencio que está en la segunda parte del compás y luego
lo pone en las octavas siguientes (tal como está indicado en la edición Henle). El pianista,
no da explicación alguna al respecto, como tampoco en el último acorde de la obra,
haciendo un arreglo en las dos versiones que no comenta en la edición de trabajo.
330
En cuanto a la duración recomendada, el pianista toma más tiempo en su segunda versión,
que se aparta de lo recomendada en unos 50 segundos, mientras que la primera en unos
23 segundos.
Las mayores diferencias de duración, en este caso son con Pires, que toma casi más de 14
minutos en su interpretación, lo que hace una diferencia de más de 2 minutos y medio con
la primera de Cortot y de más de 3 minutos con la segunda. Los demás pianistas toman
en general más tiempo para tocar esta obra que el pianista suizo-francés, pero algunos se
mantienen dentro de los márgenes de duración de sus dos versiones, siendo los más
cercanos Arthur Rubinstein en su primera versión, Nikita Magaloff y Maurizio Pollini.
Ninguno de los pianistas toma menos tiempo que la segunda versión de Cortot, pero todos
toman más que lo que recomienda.
En cuanto al inicio comentado por Taylor y Badura-Skoda, nos parece que todos
los pianistas escuchados son más estrictos en la medida que Cortot, aunque de entre sus
alumnos nos da la impresión que son Salzman y Biret las que más se aproximan a
convertir la semicorchea en fusa, aunque la intención buscada sea unir esas notas con las
corcheas siguientes, algo que distintos pianistas pueden lograr de alguna forma sin reducir
su duración, aunque el efecto sea algo distinto.
Salvo en algunos momentos en los que puedan parecer tomar ideas de Cortot, sus
alumnos parecen seguir sus propios caminos interpretativos con un tipo de estabilidad
rítmica que más que recordar a Cortot recuerda más bien a pianistas de generaciones
posteriores, como algunos de los escuchados, lo que en ningún caso implica, en nuestra
opinión, que no sean expresivos o que no hagan música a un gran nivel. En todo caso no
podemos negar la influencia de su maestro en diversos detalles ni tampoco en el concepto
general poético de la obra. Con respecto a los otros pianistas, aparte de las diferencias de
duración, también podemos apreciar estilos distintos, pero en general son más literales
que Cortot en cuanto a su interpretación de la partitura.
331
4.3.4.4. Resumen.
Cortot suele ser fiel a sus propias indicaciones, pero no siempre a las indicaciones
de la partitura escritas en su edición, haciendo algunos cambios que no había
recomendado en sus comentarios.
332
5. Compositores franceses y españoles.
Cortot no dedicó muchas grabaciones para piano solo a los compositores franceses
de los siglos XIX y XX, al menos en una cantidad que se aproxime a las dedicadas a
Chopin, que es con diferencia el autor del que más obras grabó y comentó, o Schumann,
que ocupa el segundo lugar en las dos actividades del pianista. Pero eso no significa que
la música francesa para piano no ocupara un lugar importante en la carrera musical de
Cortot, y en el terreno de las grabaciones su contribución crece también cuando añadimos
la música de cámara y las obras para piano y orquesta, además de su trabajo junto a
cantantes. Tampoco hay que olvidar que en su momento Cortot tuvo una labor importante
como director de orquesta, que no se limitó a divulgar en Francia las obras wagnerianas
y de otros compositores ya reconocidos, sino que también estrenó obras de compositores
franceses contemporáneos. 425 Como director también dedicó una grabación a François
Couperin, uno de los grandes compositores del Barroco francés, del que no hizo ningún
registro discográfico como pianista.
Su labor hacia la música francesa para piano se complementa con escritos, entre
los que destaca principalmente su libro en dos volúmenes La Musique Française de
Piano, que iremos comentando según los compositores tratados. En París tuvimos la
oportunidad de consultar en la Médiathèque Musicale Mahler las ediciones originales de
los dos primeros volúmenes de esta obra, además de otras ediciones en la Médiathèque
Héctor Berlioz del Conservatorio Superior de la capital de Francia. El primero de los
volúmenes está dedicado a Debussy, Franck, Fauré, Chabrier y Dukas, mientras que el
segundo a Ravel, Saint-Saëns, d’Indy, Schmitt y Séverac. Aunque existe un tercer
volumen dedicado a otros compositores como Satie, el grupo de los seis, e incluso
Stravinski, al no existir ninguna grabación de su música realizada por nuestro pianista,
nos hemos centrado en los dos primeros libros, que tuvimos la oportunidad de ver en
ediciones originales de 1930 para el primero y de 1932 para el segundo. Además, en el
primer caso con una dedicatoria del pianista.
425
GAVOTY, op. cit, pág. 108.
333
Ilustración 5.1. Portada Musique Française de Piano. Edición 1930.
334
Ilustración 5.2. Dedicatoria de Cortot. Libro Musique Française de Piano, Edición 1930.
Cortot grabó obras para piano de Franck, Debussy, Ravel, Saint-Säens, Fauré y
Chabrier, siendo los tres primeros los más representados con dos obras de cierta duración
para cada uno, destacando en ese aspecto el primer libro completo de los Preludios de
Debussy. Sorprende la poca cantidad de grabaciones de obras de Fauré, un compositor
con el que Cortot tuvo una gran relación de amistad, llegando a estrenar obras juntos,
como por ejemplo la Suite Dolly para piano a cuatro manos, además de ser nuestro
pianista uno de los favoritos del gran compositor francés.426 Saint-Säens está representado
por muy pocas grabaciones para piano solo, aunque algunas, como veremos más adelante,
se han convertido en referencias absolutas, mientras que las grabaciones dedicadas a
Chabrier se limitan a dos piezas cortas que solamente grabó en rollo de pianola. Podemos
decir entonces que Cortot grabó obras muy significativas de varios de los compositores
mencionados, sin acercarse en ningún caso a una integral, pero pensamos que se trata de
una representación muy importante en su conjunto.
426
TAYLOR, op. cit., pp. 182-183.
335
5.1.1. César Franck.
Este compositor, que según Robert James Stove es el más infravalorado y mal
entendido de los grandes maestros musicales del Siglo XIX,427 a pesar de que algunas de
sus obras tengan mucho éxito, tanto en las salas de concierto como en el mercado
discográfico.428 Pero esos malentendidos pueden haber sido causados en su momento por
la propia personalidad del compositor considerado francés pero nacido en un área de lo
que ahora es Bélgica,429 y también porque en algunos círculos su música no se adaptaba
a las expectativas de la zona geográfica y el tiempo que le tocó vivir, estando en cierto
modo más cercano a Brahms que a Berlioz.430 Pero por otro lado, el compositor fue una
figura clave en el llamado Renacimiento musical francés, que está relacionado con una
vuelta hacia la música absoluta, especialmente a partir de los años ochenta del Siglo XIX,
en los que el compositor resalta ciertas características alemanas y un uso avanzado del
cromatismo musical,431 un cromatismo que a pesar de la religiosidad de su autor ha
llegado a ser considerado como erótico.432
Cortot defiende la música de Franck, especialmente las obras escritas a partir del año
1883, cuando el compositor ya tenía más de sesenta años,433 pero por otro lado no
menosprecia sus obras anteriores aunque considera que son sólo un débil anuncio de su
estilo y de personalidad posterior.434 Aunque en algunos momentos Cortot pueda tener
errores desde el punto de vista musicológico,435 lo que nos interesa es el interés mostrado
por el pianista, interés que nos fue confirmado también por las diversas partituras
propiedad del pianista que pudimos examinar en París y que incluyen las siguientes:
427
Robert James STOVE: César Franck: His Life and Times, Scarecrow Press, Lanham, 2012, pág. vii.
428
Ibidem.
429
Op. cit, pág. ix.
430
Ibidem.
431
Jim SAMSON (edit.): The Cambridge History of Nineteenth Century Music, Cambridge University Press,
Cambridge, Cambridge, 2002, pág. 507.
432
STOVE, op. cit, pág. ix.
433
Alfred CORTOT: La Musique Française de Piano (V. 1), Éditions Rieder, París, 1930, pág. 56.
434
Ibidem.
435
STOVE, op. cit, pág. 126.
336
- Lutte de l’Hiver et du Prinptemps, en transcripción para piano solo también de
Gustave Samazeuilh.
- Prélude, Fugue et Variation (órgano), en transcripción para piano solo de Y. Péan.
- Prélude, Fugue y Variation y Pastorale (Órgano) en transcripciones de Harold
Bauer.
- Diversas obras para órgano en la edición Durand.
- Diversas transcripciones para piano a dos y cuatro manos en la edición J. Hamelle.
- Quatrième Béatitude en transcripción para dos pianos de Georges Humbert.
- Sonata para violín y piano en La Mayor, en transcripciones para piano a dos
manos y a cuatro manos por el propio Cortot.
Siendo ésta una lista que refleja sólo un porcentaje entre las poseídas por el pianista,
podemos comprobar su interés en obras de diversa instrumentación y en las trascripciones
que de ellas se realizaron. Encontramos también algunas ediciones de las Variaciones
sinfónicas (Variations Symphoniques) FWV 46 entre las cuales nos llamó especialmente
la atención una publicada por la casa Ricordi Americana de Buenos Aires en el año 1948,
con la revisión de John Montés. La portada tiene la firma de Cortot, y la partitura parece
haber sido usada de manera habitual por las marcas que contiene, incluyendo la firma del
pianista en la portada.
337
Ilustración 5.3. Portada edición Variaciones Sinfónicas con firma de Cortot.
Ilustración 5.4. Primera página de las Variaciones Sinfónicas (Edición Ricordi americana) con anotaciones.
338
Las obras de este compositor grabadas por Cortot incluyen esta obra para piano y
orquesta, además de la Sonata para Violín y piano en La Mayor FWV 8, el Quinteto para
piano y cuerdas en Fa Menor FWV 7 y las dos obras pianísticas en las que nos
centraremos, que son el Preludio, coral y fuga (Prélude, Choral et Fugue) FWV 21, y el
Preludio, aria y final (Prélude, Aria et Final) FWV 23.
En todas estas fuentes hay una referencia histórica a la obra, pero luego pueden
dividirse en distintas temáticas, como por ejemplo su defensa de esta obra de Franck en
el libro sobre la música francesa, donde Cortot se pone de parte de los defensores como
Vincent d’Indy o Blanche Selva y en contra de las críticas sobre la forma musical de esta
obra procedentes de algunas figuras musicales como Saint-Saëns. Cortot considera que la
obra tiene una gran unidad, pero que al mismo tiempo, en ella domina la libertad de la
forma, especialmente reflejada en la Fuga que Saint-Saëns tanto criticaba. El pianista
suizo-francés menciona otros compositores que relaciona de alguna manera con esta obra,
siendo Bach el primero de ellos, descubriendo una relación con la idea original de Franck
de escribir un preludio y fuga, además de la relación del tema inicial del preludio con las
notas que representan el nombre del compositor alemán. También lo compara con otro
alemán: Beethoven, sintiendo una relación especial entre esta obra y la Sonata op. 110
del compositor nacido en Bonn, mientras que la comparación con el compositor húngaro
Liszt se refiere a su catolicismo, y Cortot ve una relación entre la obra de Franck y las
436
César FRANCK: Preludio, Corale e Fuga (Revisione di Alfred Cortot), Edizioni Curci, Milán, 1950.
437
CORTOT(1934), pp.34-38.
438
CORTOT (1930), op. cit, pp. 92-102.
339
variaciones lisztianas sobre Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen de Bach. No faltan críticas a
esta visión cristiana que Cortot tiene sobre Franck y las interpretaciones que se basan en
esa visión,439 considerando sus comentarios sobre la obra que estamos comentando no
solamente engañosos sino incluso delictivos (sic), ya que no permiten tener una visión
más erótica de la obra.440
También menciona errores de ejecución pianística que son comunes, como en la última
negra del compás 11 de la Coral y siguientes (a partir del compás 69), donde el arpegiado
439
Asher Iam ARMSTRONG: The Catholic-Christian Masking of César Franck and Alternative Erotic
Readings of his Piano Quintet, Violin Sonata and Prelude, Chorale and Fugue, University of Toronto
(Tesis doctoral no publicada), Toronto, 2015, pp. ii y iii.
440
Op. cit., pág. 88.
340
que hacen la mano izquierda y la derecha debería tomar un poco más de tiempo que en
muchas interpretaciones. Cortot lo considera un error frecuente, por lo que propone una
escritura que refleja mejor su idea de cómo hay que tocar ese pasaje, tomándose algo más
de tiempo en los arpegiados y no interpretando la escritura original como una señal de
tocarlos con rapidez.
Cortot grabó esta obra sólo en una ocasión en el año 1929, siendo una versión que
ha sido elogiada por críticos como Bernard Gavoty (que la considera un milagro)441 o
Jonathan Woolf,442 y que refleja muchas de sus ideas teóricas pero que al mismo tiempo,
en nuestra opinión, contiene elementos de sensualidad sonora que parece acercarle de
cierta manera a las teorías actuales sobre el compositor. Si bien es cierto que su uso del
rubato es algo más moderado que en alguna de sus interpretaciones de compositores
románticos y que se mantiene relativamente fiel a lo escrito en la partitura salvo en
algunas ocasiones en las que adapta algunos matices o hace prácticas habituales como el
añadido de bajos, no nos parece que en ningún momento el pianista toque de manera fría
o que sus ideas teóricas sobre la religiosidad de Franck impliquen un alejamiento de todo
lo que pueda significar emoción humana.
441
GAVOTY, op. cit., pág. 257.
442
Johathan WOOLF: Review: Great Pianists,Alfred Cortot, Naxos Historical, [en línea], disponible en:
http://www.musicweb-international.com/classrev/2011/Jan11/cortot_8111381.htm, 2011. [consulta: 5-
4-2015]
341
puede salirse de esos márgenes de velocidad. En toda la primera sección hasta el compás
8 se manifiestan varias de las características que se mantendrán dentro de su
interpretación de la obra, como el control de la polifonía, un uso abundante pero
controlado del pedal derecho y una lectura libre de los matices.
342
forman las octavas de la mano izquierda y los acordes de la derecha de manera
excesivamente veloz, sino más bien en el estilo que Cortot escribe en su edición de
trabajo.
343
diferente, haciendo el primer acorde y la semicorchea siguiente con la mano izquierda, en
vez de la escritura original de tocar el acorde con la izquierda y las semicorcheas
siguientes con la derecha, mientras que en el registro sonoro, la impresión que nos da es
que el pianista toca muchos bajos como notas sueltas y luego distribuye las otras entre
las dos manos. También nos llamó la atención las medidas del pianista en los tres últimos
compases, en los que convierte las semicorcheas escritas en corcheas.
Por otro lado, las comas de respiración indicadas por el pianista a través de toda
la obra son interpretadas de manera libre, no haciendo ningún tipo de corte en el sonido
la mayoría de las veces.
344
pedal derecho y de los rubati, aunque no hace algunas de las prácticas interpretativas de
su maestro.
5.1.1.1.4. Resumen.
Cortot hace una introducción histórica y defiende la obra contra las críticas de
compositores como Saint-Saëns y poniéndose de parte de defensores de Franck como
Vincent d’Indy y Blanche Selva. El pianista relaciona esta obra con algunas de Beethoven
y Liszt y al mismo tiempo señala su alto significado religioso, algo que ha sido criticado
por algunos autores.
345
La interpretación de Cortot es fiel a sus propuestas teóricas, siendo más fiel a lo
escrito en la partitura que en otras ocasiones, lo que no impide que también haga algunos
cambios, aplicando varias de sus prácticas interpretativas habituales.
Los otros pianistas suelen tomar más tiempo que Cortot en la interpretación de
esta obra, acercándose más o menos a sus conceptos y en algunos casos haciendo algunas
de sus idiosincrasias, como cambios en las medidas y en las dinámicas.
Contamos con dos fuentes con comentarios de Cortot sobre esta obra, su edición
de trabajo de 1950, también para la editorial italiana Curci,446 y su libro sobre la música
francesa para piano.447 En ambos, los comentarios son extensos y tratan algunos temas
similares, pero también se pueden notar algunas diferencias. Mientras en la edición de
trabajo todo son elogios para esta obra, llamando genio a Franck en algunas ocasiones,
en el libro sobre la música francesa, el pianista parece ser algo más crítico con esta obra,
sin que por eso deje de expresar su admiración hacia ella, pero también mostrando sus
preferencias por el Preludio, coral y fuga. Las críticas vienen sobre todo porque el
pianista, al menos por esa época de los años treinta, pensaba que Franck no había sido lo
suficientemente variado en su tratamiento de algunos aspectos rítmicos, como por
ejemplo el haber compuesto las tres secciones que la forman en el mismo tipo de ritmo
binario. Además, para el pianista, mucho del material de esta obra da la impresión de ser
443
Gerald ABRAHAM (edit.): Romanticism, Oxford University Press, Oxford, 1990, pág. 559.
444
Ibidem.
445
Simon TREZISE (Edit.): The Cambridge Companion to French Music, Cambridge University Press,
Cambridge, 2015, pág. 148.
446
César FRANCK: Preludio, Aria e Finale, Revisione di Alfred Cortot, Edizioni Curci, Milán, 1950.
447
CORTOT (1930): op. cit, pp. 117-129.
346
más adecuado para otro tipo de instrumentos o conjuntos instrumentales, como puede ser
el órgano e incluso un cuarteto de cuerda. Ninguna de estas críticas se repite en la edición
de trabajo escrita veinte años después, donde todo parecen ser elogios a la obra y al
compositor.
En las dos fuentes vuelve a ser crucial el tema religioso, tan criticado en algunos
círculos, como hemos comprobado anteriormente y que en todo caso ha sido y sigue
siendo un tema de debate importante con relación a las obras de Franck, al que sus propios
alumnos llamaban Pater Seraphicus,448 pero según Rey M. Longyear. la línea entre lo
sagrado en César Franck es muy difícil de marcar,449 dando como ejemplo de
voluptuosidad el primer movimiento de su Sonata para violín y piano.450
Cortot asocia muchas veces esta obra a la religión, comenzando por el tema inicial
del Preludio, en el que el pianista ve una inspiración semejante a la que le produce la obra
La Natividad, del pintor italiano Piero de la Franchesca (1415-1492), donde se muestra a
unos ángeles tocando para Jesucristo recién nacido:
448
Rey M. LONGYEAR: Nineteenth-Century Romanticism in Music, Prentice Hall History of Music Series,
Englewood Cliffs, 1973, pág. 210.
449
Ibidem.
450
Ibidem.
347
Ilustración 5.5. La Natividad. Piero de la Franchesca.
Según el pianista, esta imagen refleja el mismo estilo del comienzo de la obra de
Franck, con el mismo fervor, la misma certitud y el mismo reconocimiento. En el
comienzo del Aria considera que ningún alma religiosa ha sido más pura y más
conmovedora que la del compositor, mientras que el intérprete de esta obra no debería ser
sólo un músico, sino un creyente.
348
En la sección final del Aria el pianista ve también, a partir del dolce ma cantabile
(compás 282) una contemplación mística que está llena de un sentimiento inexpresable
de lo divino, dentro de una atmósfera de paz sobrenatural. Se esté o no de acuerdo con las
opiniones de Cortot en cuanto a esta obra, no se le puede negar su celo en defensa del
compositor, aunque algunos de los críticos actuales de la visión del pianista consideren
que su argumentación propaga las teorías de d’Indy que entroncan las obras de Franck
dentro de un mundo Católico-Cristiano,451 pero que se olvidan de las similitudes que
existen entre estas obras y otras que son consideradas como modelos de erotismo
(Wagner, Debussy), que podrían servir de referencia para una visión distinta de la música
de Franck.452
451
ARMSTRONG: op. cit., pág. 128.
452
Ibidem.
349
dinámica más bien como una sugerencia para ensanchar la sonoridad, más que para una
demostración de fuerza.
Otra de las preocupaciones del pianista es la relación entre los compases de 4/4 y
2/2, que no deben confundirse, algo que señala tanto al comienzo del Aria (compás 190)
como del Final (compás 297). También puede proponer arreglos de distribución de
manos, como al comienzo del Aria y mencionar indicaciones como el poco rallentando
de los últimos compases de la obra (compás 549), en los que el pianista recomienda no
hacer un rallentando exagerado, sino más bien dejar que las últimas notas vayan
desapareciendo.
El pianista grabó esta obra en dos ocasiones (1932 y 1947) y en ambas se repiten
varias de las características que hemos mencionado en su interpretación del Preludio,
coral y fuga, como son la fidelidad a la mayoría de sus recomendaciones y también a
453
César FRANCK: Prélude, Aria et Final, J. Hamelle Éditeur, París, 1888.
350
muchas de las indicaciones de la partitura (al menos en mayor medida que con otros
compositores mencionados). También consideramos que sus comentarios sobre la
religiosidad de la obra no implican que sus interpretaciones sean frías o faltas de
sensualidad o de colorido, sino pensamos que más bien es todo lo contrario, y a los hechos
nos remitimos. El pianista hace un uso de los rubati que quizás sea menos obvio que en
otras interpretaciones, pero que no obstante está constantemente presente, siendo difícil
en muchos casos descubrir a qué velocidades está tocando exactamente el pianista, debido
a sus libertades con el pulso. Pero en todo caso, sigue siendo un uso diferente al que
podemos notar en muchas de sus interpretaciones de compositores del Siglo XIX.
Las dos versiones tienen muchos puntos en común y los conceptos son
prácticamente similares, cambiando algo el tipo de sonido, lo que en parte puede ser
debido a la grabación pero manteniendo las ideas del pianista comentadas en sus ideas
teóricas, como el uso de los registros del piano para crear diferencias entre los compases
1 y 13, la sensación de estar tocando en compás de 2/2 tanto en el Aria como en muchos
momentos del Final, la fuerza controlada que nunca se convierte en brutal, pero que al
mismo tiempo no pierde intensidad expresiva. Destaca también su respeto prácticamente
exacto de las duraciones de los silencios largos, algo que no suele ser tan practicado en
sus versiones de otros compositores, como hemos podido comprobar. También
observamos en las dos versiones el control polifónico del pianista, que le permite destacar
ciertas voces dentro de una textura, pero al mismo tiempo poder cantar todas ellas dentro
de sus propios planos sonoros, de tal manera que se produce una textura multiforme de
una gran riqueza sonora. Estas, y muchas características más, son mostradas por el
pianista en las dos grabaciones, sin olvidarnos de la visión general de la obra, de gran
expresividad e imaginación, que si bien teóricamente está basada en los aspectos
religiosos del compositor, podemos insistir en que a pesar del uso algo más moderado de
algunos de los recursos habituales del pianista, no se aleja demasiado de sus
interpretaciones de otros compositores que aparentemente parten de una base estética y
una visión del mundo diferente a la mostrada por Franck, o en todo caso por las teorías
de Cortot sobre Franck.
351
metronómica de entre 112 y 116 la negra, mientras que Cortot recomendaba una
velocidad de 104 la negra, pero en las dos versiones escuchadas, la velocidad real
escogida por Cortot está cercana a 84 la negra, aunque es verdad que a causa de los rubati
esta velocidad puede cambiar en algunos momentos, pero podemos decir que esa sería la
velocidad referencial que toma el pianista al comienzo de la obra, lo cual supone una
diferencia importante con su recomendación, y a aún más con la de Franck. En el poco
ritenuto il tempo del compás 43, donde el pianista recomendaba una velocidad de 84 la
negra y el compositor 104, la velocidad real utilizada por Cortot en las dos versiones
podría situarse en una velocidad aproximada entre 60 y 70 la negra, aunque vuelve a ser
difícil determinar las velocidades exactas debido a los continuos rubati del pianista,
además de cambios de tempi muy sutiles entre distintas frases en distintos registros del
piano. Pero es evidente que el pianista está tocando a una velocidad más lenta que lo
recomendado en su edición de trabajo. Sus dos versiones están muy próximas en duración,
siendo algo más rápida la segunda en los dos primeros movimientos y algo más lenta en
el tercero. El pianista también interpreta de manera libre algunas indicaciones de dinámica
y también sus propias señales de respiración (comas).
En esta obra hemos escuchado a Jorge Bolet, Jaqueline Eymar, André Dumortier.
Jean-Bernard Pommier, Yukie Nagai y Peter Ritzen. En cuanto a las duraciones no hay
unos patrones determinados (salvo la mayor duración de Bolet en todos los movimientos),
sino que dependen del pianista y de la sección a la que nos estemos refiriendo. Aparte de
las duraciones de Bolet, en el Preludio la pianista que toma más tiempo es la japonesa
Nagai, con una duración de más de 1 minuto sobre la primera de Cortot, mientras que
Ritzen es el que menos tiempo toma, con una diferencia aproximada de 1 minuto con las
versiones de Cortot y de 2 minutos con la de Nagai. En el Aria es Dumortier el que toma
más tiempo, aproximadamente medio minuto más que la segunda versión de Cortot,
mientras que Eymar es la que menos tiempo toma, con una diferencia de prácticamente
50 segundos con la primera versión de Cortot. En el Final vuelve a ser Nagai la pianista
que tiene una mayor duración, unos 45 segundos de diferencia con la primera de Cortot,
que es la versión que menos dura en este movimiento.
352
Todos los pianistas escuchados suelen ser fieles a las indicaciones de la partitura,
tanto o más que Cortot, y nos da la sensación de que la visión religiosa de la obra es más
evidente en otras versiones que en la del mismo pianista suizo-francés, si se considera
más religiosa la estabilidad rítmica y la menor sensualidad, lo que también podría ser un
punto de debate importante.
Algunas de las recomendaciones de Cortot son seguidas por una parte de los
pianistas, pero no por otros. Por ejemplo, la diferencia buscada entre el primer compás y
el compás 13 a través de los cambios de registro, destacando los agudos la primera vez y
el pulgar la segunda. Este efecto es realizado por tres de los pianistas, mientras que los
otros tres no lo hacen, encontrándose entre los primeros Eymar, Dumortier y Ritzen, y
entre los segundos Bolet, Pommier y Nagai, siendo Pommier el único de los pianistas
franceses que no aplica la idea de Cortot, prefiriendo enfatizar la diferencia de registros
en otros momentos del Preludio. Dumortier hace la diferencia de registros propuesta por
Cortot, pero su visión de todo ese pasaje del Preludio es diferente, tocando con un estilo
más marcado rítmicamente.
5.1.1.2.4. Resumen.
Las teorías de Cortot sobre esta obra tienen una fuerte base religiosa, que se
expresa incluso en la comparación de algunos momentos de la música con cuadros como
La Natividad de Piero de la Franchesca. Aparte de estas alusiones a otras artes, sus
comentarios abundan en referencias al fervor y éxtasis religioso. El pianista muestra una
admiración sin límites por esta obra en su edición de trabajo, pero también le hace algunas
críticas en su libro sobre la música francesa para piano, que se centran sobre todo en
problemas de forma, lo cual no impide que incluso en ese contexto el pianista siga
declarando las virtudes de esta obra pianística.
Las dos interpretaciones del pianista muestran muchos puntos en común, además
de ser fieles a sus teorías, salvo en excepciones como algunas recomendaciones
metronómicas. La base religiosa de sus ideas teóricas no le impide un uso generoso del
rubato y un colorido que no está demasiado lejos de los que el pianista utiliza en otro tipo
de repertorio.
353
Los otros pianistas suelen usar un rubato más moderado que Cortot y en nuestra
opinión se aproximan más a lo que serían una visión religiosa de la obra, si por ello
entendemos una menor sensualidad. Algunas de las recomendaciones de nuestro pianista
son tenidas en cuenta por parte de los pianistas, pero no por otros.
454
Jane F. FULCHER (edit.): Debussy and his World, Princeton University Press, Princeton, 2001, pág. 143.
455
Laura Williams MACY: The Grove Book of Opera Singers, Oxford University Press, Nueva York, 2008,
pág. 495.
456
Alan BLYTH (edit.): Song on Record 2, Cambridge University Press, Cambridge, 2006, pág. 100.
457
Ibidem.
458
SIBAUD, op. cit., pág. 48.
354
Cortot no tuvo una relación de amistad con Debussy,459 probablemente a causa de
las críticas recibidas de su parte cuando el pianista era un devoto director wagneriano,460
ni fue considerado uno de los pianistas debussianos oficiales como Ricardo Viñes,461 ni
tampoco recibió clases del compositor, como en el caso de Marguerite Long.462 Pero
después de su muerte fue uno de los pianistas que tocaron regularmente para su viuda
Emma, entre los que se encontraban Arthur Rubinstein, elogiado especialmente por su
versión del preludio Ondine,463 y Walter Gieseking, al cual la viuda del compositor
consideraba como el más cercano a la forma de tocar de su marido,464 en una música que
debía ser interpretada de tal manera que la técnica quedara en un segundo plano, llegando
a decir que si lo que se elogiaba era la capacidad técnica del pianista, entonces no se
estaba interpretando esta música de manera correcta.465
459
Myriam CHIMÈNES, Alexandra LAEDERICH: Regard sur Debussy: Actes du Colloque 2012, Librairie
Arthème Fayard, París, 2013. pág. 1910.
460
Op. cit., pp. 1910-1911.
461
TREZISE (2003), op. cit., pág. 263.
462
Op. cit., pág. 266.
463
Op. cit., pág. 267.
464
Ibidem.
465
Ibidem.
355
Ilustración 5.6. Debussy. The Little Shepperd. Conferencia Cortot. 1933.
356
Ilustración 5.8. Cortot en la inauguración del monumento a Debussy.
No contamos con una edición de trabajo de Cortot para este ciclo, del que el
pianista era el propietario del manuscrito,466 pero sí con tres fuentes diversas. En primer
lugar sus comentarios en el libro La Musique Française de Piano,467 que a su vez fueron
escritos originalmente para la revista Revue Musicale del 1 de diciembre de 1920.468 Otra
fuente es el acta de las conferencias para la Université des Annales mencionadas
anteriormente,469 pero en la que sus comentarios sobre la obra son prácticamente los
mismos que en el libro sobre música francesa. También contamos con las clases
magistrales del pianista, en las que profundiza más en algunos aspectos de esta obra. 470
En general, al igual que en otras obras, Cortot destaca el carácter de cada pieza y diversos
466
Claude DEBUSSY: Preludes, Book 1, The Autograph Score, The Pierpont Morgan Library Music
Manuscript Series, Dover Publications, Nueva York, 1987, pág. v.
467
CORTOT (1930), op. cit., pp. 36-40.
468
Op. cit., pág. 13.
469
Alfred CORTOT: Debussy. Conférence de M. Alfred Cortot, Conferencia Journal Université des Annales,
Université des Annales, París, 1933, pp.309-319.
470
CORTOT (1934), op. cit., pp.53-62.
357
problemas pianísticos. Haciendo un resumen de las tres fuentes, podemos llegar a una
idea global de los aspectos teóricos de Cortot en esta obra, que en este caso comentaremos
para cada uno de los preludios.
En Voiles (Velas), Cortot ve una visión de barcos que están en el puerto y luego
se van alejando. Destacan sus comentarios sobre el tempo (que no debe ser demasiado
lento) y el uso de los pedales, especialmente el derecho, que debe ser usado con
abundancia. Hace también comentarios sobre la luminosidad de la zona central de la obra.
Para Cortot, Le Vent dans la Plaine (El viento en la llanura) susurra y tirita al mismo
tiempo, evocando el viento que pasa sobre un campo lleno de hierbas. Recomienda un
uso abundante del pedal una corda, pero también tener mucho cuidado con el uso del
pedal derecho. Los acordes en forte del compás 28 y siguientes deben ser vistos como
358
imitaciones de golpes de viento, que a su vez contrastan con los matices suaves que les
siguen. Cortot pudo escuchar en vivo al mismo Debussy interpretando esta obra, por lo
cual es testigo de primera mano. Según Cortot, Debussy cambiaba el tempo en algunos
pasajes como en el compás 9, donde los acordes en corcheas eran más rápidos que el
resto. Debussy aceleraba, luego detenía el tempo y lo retomaba sólo en el A tempo
siguiente. Es un efecto del propio compositor, y que Cortot también justifica en la
partitura, argumentando que el cédez indica que antes el tempo era más rápido.
Partitura 5.10. Debussy: Preludios libro 1. Le Vent dans la Plaine. Compases 9-14.
Para tocar Les Sons et les Parfums Tournent dans l’Air du Soir (Los sonidos y los
perfumes giran en el aire de la tarde), que considera como una manifestación del día que
agoniza, el pianista recomienda inspirarse en un poema de Baudelaire y cuidar el colorido
de los acordes, especialmente los disonantes. Hay que tener cuidado de no confundir los
pasajes que suenan a vals y hacerlos al estilo de Chopin, sino más bien como lo que él
llama valse blue. Aparte de otros comentarios sobre planos sonoros y repartición de
manos, el pianista se centra en los últimos compases, donde hay que respirar entre el
quinto y el cuarto antes del final y luego imitar el sonido de las trompas, teniendo un gran
control de los planos sonoros. Les Collines d’Anacapri (Las colinas de Anacapri) muestra
el contraste entre la soledad de la montaña y el bullicio callejero. El pianista recomienda
buscar algunas sonoridades que no sean tan bonitas, como por ejemplo en el Modéré et
expressif y en los compases finales. Des Pas sur la Neige (Pasos sobre la nieve)
359
transcurre en un fondo triste y helado donde la felicidad ya no existe más. Cortot señala
errores de edición en los compases 27 y 28, en los que las notas si de la mano izquierda
deberían ser bemoles y no becuadros. Resalta también la importancia de los planos
sonoros.
Partitura 5.11. Debussy: Preludios libro 1. Des Pas sur la Neige. Compases 27-29.
Ce qu’a vu le Vent d’Ouest (Lo que ha visto el viento del oeste) llega a ser una
especie de huracán en la que el genio de Debussy refleja el horror de las tempestades y
los náufragos, pero al comienzo de la obra no deber ser tocado con pesadez, teniendo
luego en cuenta las diferentes dinámicas y aquellos momentos en donde la música parece
caer al abismo (a partir del compás 52).
360
Partitura 5.12. Debussy: Preludios libro 1. Ce qu’a Vu le Vent d’Ouest. Compases 48-55.
En La Fille aux Cheveux de Lin (La niña de los cabellos de lino), Cortot ve una
canción escocesa en la que hay que destacar las voces superiores, evitando tocar de
manera demasiado sentimental y debiéndose también usar los pedales con generosidad.
Recomienda también alguna redistribución de manos. En La Sérénade Interrompue (La
serenata interrumpida), obra de aire español, el pianista ve un estilo basado en Goya,
reflejando la timidez y la ira de un personaje que Cortot llama El Novio, siendo necesario
destacar los diversos contrastes.
Los comentarios sobre estas obras son muy variados y en cierta manera se
asemejan a los utilizados con los compositores románticos aunque en varios momentos
se asegura de mostrar las posibles diferencias estilísticas, ya que según Cortot, las obras
de compositores como Debussy, Ravel y Fauré necesitan una aproximación diferente a
las de los románticos y que por tanto no hay que agregar prácticamente nada, sino infundir
el espíritu de la obra y tocar en el tempo correcto, haciendo también las dinámicas.
El pianista grabó este ciclo dos veces de manera íntegra (1930-31 y 1949, ambas
en Londres) y además existen versiones de algunos preludios individuales, como La
Cathédrale Engloutie (1923, 1947), La Fille aux Cheveux de Lin (1919, 1928), Le Vent
dans la Plaine (1928) y Minstrels (1919), además de este último en una versión para
violín y piano que Cortot interpreta junto a Jacques Thibaud (1929). A pesar de las ideas
teóricas de Cortot en las que enfatiza las diferencias de este tipo de música con la de los
compositores románticos, no faltan autores que opinen que las interpretaciones de nuestro
pianista muestran la supervivencia del romanticismo en la obra de Debussy.471
471
TAILLANDIER-GUITTARD, op. cit., pág. 302.
362
versiones de Voiles (Velas) tienen más diferencias, aunque sus duraciones estén cercanas
(2 minutos y 45 segundos la primera y 2 minutos 51 segundos al segunda). El pianista
comienza la versión a 88 la corchea, la velocidad escrita por Debussy, pero a partir del
cuarto compás toma un tempo más rápido, mientras que en la segunda versión comienza
algo más lento, aunque también toma un tempo más rápido a partir del cuarto compás.
Algunas diferencias entre las dos versiones tienen que ver con el mayor número de
acentos y rubati en la segunda, además de terminar esta última versión con menos
suavidad que la primera. Son versiones que en principio son fieles a las ideas del pianista,
pero que también muestran cierto grado de libertad interpretativa y algunas diferencias
entre ellas.
Le Vent dans la Plaine (El viento en la llanura) es uno de los preludios que Cortot grabó
en más de dos ocasiones y donde aparece la tendencia de tomar cada vez más tiempo, ya
que si la versión de 1928 tiene una duración de 1 minuto y 56 segundos, la tercera dura 2
minutos y 10 segundos. No son diferencias extremas, pero sí notorias en la audición,
aunque al comienzo el pianista nunca se aparta demasiado de la indicación de negra a 126
escrita por Debussy. Por otro lado, todas tienen muchos puntos en común, como el tempo
más rápido en el compás 9 (el efecto que Cortot atribuye al propio Debussy) y también la
forma de tocar el pasaje que comienza en el compás 28, aunque en este caso los acordes
en forte nunca son tocados de una manera brutal, sino siempre controlados. En este
preludio, el pianista es también fiel a sus indicaciones teóricas. Las dos grabaciones de
Les Sons et les Parfums Tournent dans l’Air du Soir (Los Sonidos y los Perfumes giran
en el Aire de la Tarde) muestran también algunas diferencias, comenzando la primera a
la velocidad marcada por Debussy, mientras que la segunda es algo más lenta, pero en las
dos versiones hay un uso generoso del rubato. La primera tiene una duración de 2 minutos
y 35 segundos y la segunda de 2 minutos y 47 segundos. Hay similitudes, como el efecto
eco que el pianista hace en los últimos compases, aunque los ambientes sonoros sean algo
diferente. Son versiones donde el pianista toca con libertad y que contradicen en cierta
manera sus teorías acerca de tocar esta música simplemente con el tempo y los matices
correctos.
Les Collines d’Anacapri (Las colinas de Anacapri) es uno de los preludios donde el
pianista aplica sus ideas teóricas en las dos versiones, destacando la forma en que toca la
sección del moderé et expressif, que no hace a un tempo lento y que interpreta con cierto
aire popular, si bien en las dos versiones existen diferencias de planos sonoros y en el
363
tratamiento del bajo. También destacan los últimos compases, que el pianista toca con
fuerza, tal como recomendaba, pero al mismo tiempo nunca de manera brutal. Las
duraciones de ambas versiones son prácticamente similares.
Partitura 5.13. Debussy: Preludios libro 1. Les Collines d’Anacapri. Compases 48-54.
En Des Pas sur la Neige (Pasos en la nieve) se produce una de las contradicciones
teóricas de Cortot, ya que en los compases 27 y 28 el pianista había indicado el error en
la partitura, donde están escrito unos si becuadros en la mano izquierda que tendrían que
ser bemoles, según Cortot, y de esa manera toca en la primera versión, haciendo los si
bemoles. Pero en la segunda contradice sus ideas teóricas y toca los si becuadros, tal como
estaban escritos en la primera edición, aunque en el manuscrito son bemoles, ya que
Debussy no escribió ningún becuadro. No es imposible que el compositor haya cambiado
de opinión, pero nos parece interesante el cambio radical de Cortot con respecto a estos
compases. El pulso en las dos versiones tiene cierta estabilidad, pero al mismo tiempo no
faltan ciertos rubati que hacen que haya una sensación de libertad rítmica durante las dos
interpretaciones, que duran prácticamente lo mismo, algo que también pasa con las dos
versiones de Ce qu’a vu le vent d’Ouest ((Lo que ha visto el viento del oeste), donde
destacan los acentos, los balances y los matices. En la segunda versión, parece que el
pianista no comienza en un matiz tan suave, pero también puede ser debido a la grabación.
El pianista no toca todas las notas de los trémolos de la mano derecha en los compases 47
y 48, y en las dos versiones destaca el pasaje que relaciona con el abismo (a partir del
compás 52).
364
La Fille aux Cheveux de Lin (La niña de los cabellos de Lino) fue grabado en
cuatro ocasiones que van desde 1919 a 1949, siendo uno de los preludios de Debussy del
que más registros discográficos tiene el pianista. La segunda es la versión que más tiempo
toma, mientras que la primera es la de menor duración. Aunque comienza con el tempo
metronómico recomendado por el compositor (negra a 66), este primer registro no da
sensación de tranquilidad sino más bien de rapidez, mientras que en la segunda el tempo
es más lento y la diferencia de duración con la primera de unos 20 segundos. En todas las
versiones el pianista es fiel a su teoría de destacar con claridad la voz superior de la mano
derecha, pero eso no significa que todas las versiones suenen iguales, ya que, en versiones
como la cuarta, el pianista parece estar también interesado en las voces internas. Podemos
decir que son interpretaciones que muestran las ideas teóricas de Cortot, pero al mismo
tiempo diversas diferencias en aspectos como los planos sonoros o las articulaciones. Las
dos versiones de La Sérénade Interrompue (La serenata interrumpida) tienen el mismo
estilo en general y las duraciones son prácticamente similares, aunque la segunda es algo
más lenta y con algunas diferencias de enfoque como por ejemplo en los compases
iniciales, tocados con algo más de rubato en la primera versión, y más estables en la
segunda. También hay diferencias en los compases anteriores a la copla del compás 32,
ya que en la primera versión acelera el tempo y en la segunda se mantiene en un pulso
más estable. Por otro lado, Cortot es fiel a sus ideas sobre los diversos caracteres,
incluyendo los ataques de ira del novio en el compás 46.
365
Partitura 5.14. Debussy: Preludios libro 1. La Sérénade Interrompue. Compases 32-53.
Partitura 5.15. Debussy: Preludios libro 1. Nº 10: La Cathédrale Engloutie. Compases 4-12.
Las dos versiones de La danse de Puck (La danza de Puck) reflejan también las
teorías de Cortot, pero muestran diferencias entre ellas, tocando el pianista con más peso
en la segunda versión y con más ligereza en la primera. Pero otros muchos aspectos son
semejantes, incluyendo la rapidez de la escala final. Minstrels fue grabado en tres
ocasiones, con unas duraciones cercanas y un carácter que refleja las teorías del pianista
sobre el Music-Hall y notándose diferencias en detalles puntuales, como el comienzo algo
más lento de la segunda versión o la abundancia de acentos de la tercera. No queremos
de dejar de mencionar la versión para violín y piano que Cortot grabó con Thibaud y que
de alguna manera nos recuerda al segundo movimiento de la Sonata para Violín y Piano
del mismo compositor, que los dos intérpretes también grabaron.
En Voiles, la versión de Ciani vuelve a ser en mucho más lenta que la del que fue
su profesor, siendo especialmente notoria la diferencia en la medida de las fusas iniciales,
además de notarse disimilitudes en los planos sonoros y las acentuaciones. François
también toca más lento que Cortot, es diferente en algunas articulaciones y hace el final
del preludio de manera diferente a su maestro. Debussy no toca las fusas iniciales con
demasiada rapidez y su forma de destacar algunos acordes también es diferente del estilo
de Cortot. Las fusas iniciales son tocadas con cierta rapidez por pianistas como Gieseking,
Pollini o Kocsis, mientras que otros como Arrau, Zimerman, Michelangeli o Thibaudet
las tocan más lentas. Otros aspectos de las interpretaciones son el mayor o menor uso de
472
TAYLOR, op. cit., pág. 301.
368
los rubati (siendo generosos en su uso pianistas como Gieseking, Michelangeli, Kocsis o
Bavouzet), o el tratamiento del pedal en el bajo a partir del compás 5, donde pianistas
como Michelangeli, Kocsis o Pollini utilizan más el pedal derecho, mientras que otros
como Zimerman se notan más las separaciones, algo que en las versiones de Cortot no
suele suceder sino en momentos puntuales.
Ciani vuelve a ser el de mayor duración en el preludio Les sons et les parfums
tournent dans l'air du soir, con una duración de 4 minutos y 33 segundos, casi 1 minuto
y 45 segundos más que la más lenta de Cortot, y siendo el que más tiempo toma de todos
los pianistas escuchados, y además, con otros tipo de sonido y planos sonoros que Cortot,
tendiendo más a los agudos y tocando todo con más peso. Pensamos que es la versión que
más se aleja tanto de las ideas teóricas como de las prácticas interpretativas de Cortot,
aunque todos los otros pianistas tomen más tiempo y se puedan escuchar enfoques
interpretativos diferentes de algunos de los pasajes de la obra. En todo caso, Ciani nos
parece más cercano a los enfoques de Michelangeli, Zimerman o Arrau.
369
Ninguno de los pianistas hace los si bemoles de la mano izquierda recomendados
por Cortot en los compases 27 y 28 del preludio Des Pas sur la Neige y además las
diferencias de duración vuelven a ser notables, y no sólo con Ciani, sino incluso más con
François, que toma una duración de 4 minutos y 48 segundos, casi 1 minuto y 50 segundos
más que Cortot en su primera versión, la más lenta de sus dos grabaciones, pero es
Michelangeli el que toma más tiempo con esta pieza (5 minutos y 3 segundos), usando el
pianista italiano un rubato pronunciado en zonas como el comme un tendre et triste regret,
que es enfatizada por todos los pianistas, pero donde pensamos que pianistas como
Michelangeli y Arrau utilizan ese recurso en abundancia.
Partitura 5.16. Debussy: Preludios libro 1. Nº 6: Des Pas sur la Neige. Compases 27-32.
370
pianistas siguen los consejos de Cortot de destacar especialmente la línea melódica
superior, pero otros como Ciani parecen especialmente interesados en destacar algunas
de las otras voces. Arrau es el que toma más tiempo en la interpretación de La Sérénade
Interrompue, 42 segundos más que la más lenta de Cortot. Por otro lado, el enfoque del
comienzo, tal como aconteciera con nuestro pianista, está dividido entre los que tocan los
primeros compases con rubato y los que tocan con un pulso más estable, encontrándose
François entre los primeros y Ciani entre los segundos, pero siendo una división muy
equitativa.
371
Partitura 5.17. Debussy: Preludios libro 1. Nº 12: Minstrels. Compases 59-67.
5.1.2.1.4. Resumen.
No contamos con una edición de trabajo de Cortot para esta obra, pero sí con
algunas fuentes, como sus libros sobre la música francesa para piano y sus clases
magistrales, además de su conferencia en la Université des Annales. El pianista destaca
de manera poética el carácter de cada uno de los preludios, ofreciendo consejos
específicos para diversos pasajes e incluso cuestionando la primera edición de la partitura
en algunos momentos, y sabemos que Cortot era propietario del manuscrito de la obra.
El pianista grabó dos ciclos completos y algunos de los preludios por separado.
Suele ser fiel a sus indicaciones teóricas y a mucho de lo escrito en la partitura, aunque
en la práctica utiliza más rubati y puede tocar con más libertad que lo que podría
suponerse si se tienen en cuenta los comentarios del pianista sobre tocar esta música de
manera diferente a los compositores románticos, simplemente tocando con el tempo
adecuado y haciendo bien las dinámicas.
372
5.1.2.2. Children’s Corner (El rincón de los niños) L. 113.
Esta obra, compuesta por Debussy para su hija Chouchou, 473 puede enmarcarse
dentro de una serie de obras francesas dedicadas a la infancia, entre las que se encuentran
Scènes d’Enfants de Bizet, la Suite Dolly de Fauré e incluso La Boîte à Joujoux (La caja
de los juguetes) del propio Debussy,474 sin olvidarnos de obras de Ravel como L’enfant
et les Sortilèges(El niño y los sortilegios)475 o la suite Ma Mère l’Oye (Mi madre la
oca).476 Al mismo tiempo puede también encontrarse una influencia de músicos como el
ruso Modest Mussorgsky, cuyo ciclo de canciones El Cuarto de los Niños causó un gran
impacto en el compositor francés,477 creyendo algunos autores que la misma existencia
de la suite de Debussy es causada por la admiración que sentía por Mussorgsky y ese
ciclo de canciones.478 Las únicas referencias teóricas de Cortot sobre esta obra se
encuentran en su libro sobre la música francesa para piano479 y también en su conferencia
sobre el compositor en la Université des Annales, 480 aunque al igual que pasara con los
Preludios, los comentarios son prácticamente los mismo en las dos fuentes. No hay una
edición de trabajo de Cortot sobre esta obra.
473
E. Robert SCHMITZ: The Piano Works of Claude Debussy, Dover Edition, Nueva York, 1966, pág. 118.
474
Richard Langham SMITH, Caroline POTTER (Edit.): French Music since Berlioz, Ashgate Publishing
Limited, Aldershot, 2006, pág. 139.
475
Ibidem.
476
Arbie ORENSTEIN: Ravel: Man and Musician, Dover Edition, Nueva York, 1991, pág. 172.
477
Elliot ANTOKOLETZ, Marianne WHEELDON (edit.): Rethinking Debussy, Oxford University Press, Nueva
York, 2011, pág. 36.
478
Ibidem.
479
CORTOT (1930), op. cit., pp. 31-35.
480
CORTOT (1934), op. cit., pp. 312-315.
481
ANTOKLETZ, op. cit., pág. 36.
373
destacando la escena infantil al piano en Doctor Gradus ad Parnassum, el gran juguete
en forma de elefante en Jimbo’s Lullaby (La canción de cuna de/para Jimbo), la
corrección del nombre original escrito por Debussy para la tercera pieza, que llamó
originalmente Serenade of the Doll, algo que Cortot atribuye a la poca soltura del
compositor con el idioma inglés, siendo preferible para el pianista el título Serenade for
the Doll (Serenata para la muñeca). También destaca la melancolía por la ausencia del
sol, los pájaros y las flores en The Snow is Dancing (La nieve danza), el rebaño y el pastor
que salen de su caja de juguetes y se enfrenta a una vida insospechada en The Little
Shepperd (El pequeño pastor) y el muñeco que se mueve de manera desordenada y
graciosa, pero que llega a emocionar a la mano que le maneja en Golliwoog’s Cake-Walk.
Cortot no comenta nada acerca de la broma que Debussy hace a Wagner en esta última
pieza, a partir del compás 61, que para algunos autores representa una desacralización del
imaginario del compositor alemán.482 No sabemos si esta broma del compositor francés
(que cita Tristán e Isolda) le habrá hecho gracia al devoto wagneriano Cortot.
Cortot grabó este ciclo en cuatro ocasiones (1923, 1928, 1947, 1953) siendo sin
duda uno de los más grabados por el pianista, a lo que hay que añadir una versión de
482
Luca CERCHIARI, Laurent CUGNY, Franz KERSCHBAUMER (Edit.): Eurojazzland: Jazz and European
Sources, Dynamics and Contexts, Northeastern University Press, Lebanon (NH.), 2012, pp. 68-69.
374
Golliwoog’s Cake-Walk grabada en Tokio en el año 1952 y además la participación del
pianista en un cortometraje483 dirigido en 1936 por Marcel L’Herbier (1890-1979),
poeta484 y director del que destacan películas como su obra maestra L’Argent (1928),485
y que contiene tres de las piezas del ciclo (Doctor Gradus ad Parnassum, Serenade for
the Doll y Golliwoog’s Cake-Walk)486 En general, la interpretación que hace Cortot de
esta suite se encuentra entre las favoritas de pianistas actuales como Josu Okiñena. 487
El pianista destaca todas las veces las notas superiores de la mano derecha de los
dos primeros compases, donde Debussy no ha escrito nada que las destace, algo que sí
hace en los compases 3-4 (escribiendo corcheas picadas) y 6-7 escribiendo negras. Cortot
señala esas diferencias en versiones como la tercera, pero no tanto en las otras, donde
marca el canto, pero de manera muy similar. Algunas acentuaciones también se repiten
en todas las versiones, como las que comienzan a partir del compás 13, pero su enfoque
de la polifonía puede ser diferente en pasajes como los que comienzan en el compás 24,
que en las dos primeras versiones es tocado por el pianista mezclando más las voces y en
las dos últimas destaca de manera más notoria voces individuales como la aguda.
483
Jürg STENZL: “Die Cinéphonies von Émile Vuillermoz und Jacques Thibaud. Claude Debussys
Children’s Corner von Marcel L’Herbier (1936)” en Kieler Beiträge zur Filmmusikforschung, 11/2014,
pp.205-221.
484
Christophe WALL-ROMANA: Cinepoetry: Imaginary Cinemas in French Poetry, Fordham University
Press, Nueva York, 2013, pág. 274.
485
Augusto M. TORRES: 720 Directores de Cine, Editorial Ariel, S. A., Barcelona, 2008, pág. 47.
486
DUBAL, David: The Golde Age of the Piano, Decca Classics Productions DVD, 1990.
487
Ver Anexo I.
375
Partitura 5.19. Debussy: Children’s Corner. Doctor Gradus ad Parnassum, Compases 24-26.
La interpretación de las dinámicas también puede ser diferente según las versiones, como
se puede comprobar en el Animez un peu, tocado con suavidad por el pianista en las tres
últimas versiones, pero con más sonido en la primera. Finalmente, nos encontramos con
una de las idiosincrasias que hemos comentado en otras obras: su lectura libre de algunos
silencios, especialmente los de larga duración. En el penúltimo compás podemos
encontrarnos que los silencios de banca y negra son convertidos en prácticamente uno de
negra en la primera versión y en uno de negra y negra con puntillo en la cuarta, mientras
que en la segunda versión, y especialmente en la tercera, el pianista hace la medida que
está escrita. Las negras picadas de estos dos últimos compases no son tocadas de manera
muy corta salvo en ocasiones como la última nota de la tercera versión.
Partitura 5.20. Debussy: Children’s Corner. Doctor Gradus ad Parnassum, Compases 72-76.
En Jimbo’s Lullaby son también notables alguna de las idiosincrasias del pianista, como
la lectura libre de algunas medidas y la supresión de algunas notas. Por ejemplo, Cortot
no toca la última nota de la pieza (compás 81) sino solamente en la tercera versión,
omitiendo este si bemol grave en las otras tres, quizás al considerarlo ligado al de los
compases anteriores, pero la duda está entonces en el por qué lo toca en la tercera versión.
376
En cuanto a las medidas, el pianista trata con libertad algunas de ellas, y repitiendo el
mismo efecto en las cuatro versiones, por lo que no pensamos que se trate de fallos de
medida, sino de una decisión interpretativa. Tenemos ejemplos en el compás 5, que el
pianista mide siempre de manera diferente a lo escrito o en los compases del 9 al 11, que
también mide de manera diferente, aunque pensamos que la tercera versión se acerca más
a lo escrito. También son notorias sus libertades dinámicas como en el compás 29, donde
el pianissimo nunca es muy suave, o algunas de sus idiosincrasias como el arpegiado no
escrito al comienzo del compás 57. En otros aspectos destaca su dominio de la polifonía
y de la sonoridad en general, estando las duraciones muy cercanas en las cuatro
grabaciones de esta obra.
Las versiones de Serenade for the Doll están muy cercanas en duración, siendo
las mayores diferencias entre la segunda (1 minuto y 46 segundos) y la cuarta (2 minutos
y 1 segundos). En todas ellas, el pianista toca con un tempo no excesivamente rápido,
pero sí con movimiento y destacando acentos. Por otro lado, vuelven a aparecer algunas
de sus idiosincrasias como el hacer menos repeticiones de las escritas, algo que practica
entre los compases 115 y 119, donde sólo hace el número exacto de repeticiones en la
tercera versión, y la libertad en su lectura de las dinámicas, tocando incluso con fuerza
alguna de las indicaciones de pianissimo, pero consideramos que puede deberse a su
concepto alegre y rítmico de la obra. También resulta notoria la omisión de la última nota
de la pieza en la primera de sus versiones.
377
Partitura 5.22. Debussy: Children’s Corner. Serenade for the Doll. Compases 115-124.
Las velocidades de The Snow is Dancing son muy cercanas entre sí, siendo la
última la que toma más tiempo, seguida de la primera. El pianista es fiel a la partitura en
muchos aspectos, aunque también toca con mucha libertad expresiva, y notándose una
tendencia a destacar cada vez más las redondas de los primeros compases, algo que no es
tan notorio en la primera versión, donde casi parece tocar más fuerte las semicorcheas.
También destacan algunos detalles como sus rubati en los cuatro compases a partir del
cédez un peu (compás 34) que no siempre hace de manera semejante y el destacar algunas
voces internas en los compases 9 y 10, algo notorio en la última de sus versiones.
Partitura 5.23. Debussy: Children’s Corner. The Snow is Dancing. Compases 33-35.
378
La libertad con que el pianista interpreta las medidas escritas vuelve a aparecer en
The Little Shepperd, tocada con mucha libertad en todas las versiones, en las que mide de
manera diferente a lo escrito varios de los compases y también corta la duración de
algunas notas o silencios largos. Los compases 8 y 9 nunca son tocados de la manera en
que están en la partitura, destacando de manera especial las fusas finales del compás 9,
que con Cortot se convierten prácticamente en semicorcheas, pero que también puede
verse como un énfasis del pianista para mostrar el cédez escrito por el compositor. El
silencio de blanca del compás 11 es tocado con mucha menos duración por Cortot, algo
que también hace en todas las versiones en pasajes semejantes, indicándonos que esos
cambios son hechos a propósito por el pianista, y no se trata de caprichos momentáneos
o fallos en la lectura de la pieza.
Partitura 5.24. Debussy: Children’s Corner. The Little Shepperd. Compases 8-11.
Las duraciones de todas sus versiones de The Little Shepperd son muy cercanas.
Esta cercanía entre las duraciones acontece también en sus cinco grabaciones de
Golliwogg’s Cake-Walk, siendo la de 1953 la de mayor duración (2 minutos y 48
segundos) y la primera la que toma menos tiempo (2 minutos y 38 segundos). En esta
última de las piezas, el pianista se toma algunas libertades, pero quizás no tan notorias
como en algunas de las anteriores, aunque puede añadir compases, leer libremente las
indicaciones dinámicas y hacer algún arreglo personal. También nos da la impresión de
que en versiones como la primera está más interesado en el carácter alegre y en el ritmo,
mientras que en otras posteriores señala más los contrastes dinámicos, pero algunos
detalles dependen de cada versión particular, como ocurre en un peu moins vite a partir
del compás 47, donde está escrito un matiz de pianissimo que el pianista hace en versiones
como la segunda y la tercera, pero no tanto en la primera y la quinta. Otras diferencias
tienen más que ver con el tipo de sonoridad, como por ejemplo la mayor sequedad de la
379
grabación de Tokio, o el tratamiento de la acentuación, que el pianista parece querer
destacar especialmente en su grabación de 1953.
380
pesar de las diferencias entre ellos) y luego a Debussy o Cortot. Por otro lado, todos los
pianistas, incluyendo Debussy hacen completos los compases del 115 al 119.
La forma en la que Debussy comienza The Snow is Dancing nos parece cercana a
la de Cortot en el sentido de que no intenta hacer exactas tanto las corcheas como las
semicorcheas, sino que utiliza una especie de rubato, que pensamos tiene la intención de
imitar el descenso de la nieve. Otros pianistas como Michelangeli hacen el pulso más
exacto (que es la tendencia más común) e imitan la nieve a través del uso del pedal y el
colorido, algo que tampoco falta en Cortot y Debussy. Gieseking es también más exacto,
pero utiliza menos pedal al principio, aunque luego cambia de sonoridades a través de la
pieza. El tipo de rubato que hace cortot a partir del compás 34 parece pertenecer sólo a
él, ya que incluso el compositor es más moderado en ese aspecto, lo cual no quiere decir
que no se apliquen otros tipos de rubati. En general, las diferencias de duración no son
demasiado notorias, aunque en los extremos François toma unos 45 segundos más que el
compositor.
Debussy es mucho más exacto que Cortot en la lectura de The Little Shepperd,
aun cuando hace algún rubato, pero el compositor también hace menos silencios en el
compás 18. François se toma libertades que le acercan a su maestro, pero todo dentro un
tempo mucho más lento. Gieseking es más exacto en su lectura, aunque no siempre
respeta las duraciones de los silencios largos, algo que sí hacen pianistas como
Michelangeli o Entremont, mientras que otros como Freire tampoco hace completos los
silencios en el compás 11. En todo caso, la tendencia general es ser más exacto que Cortot.
Entremont es el que toma más tiempo en tocar esta pieza, casi un minuto más que el
compositor. En Golliwogg’s Cake-Walk todos los pianistas destacan el ritmo y los
acentos, aunque algunos como François a veces se toman libertades con algunas medidas.
Además, todos tienen la tendencia de tocar con suavidad a partir del compás 47. No hacen
los arreglos de Cortot.
5.1.2.2.4. Resumen.
Cortot compara esta obra con otras relacionadas con el mundo infantil,
especialmente con un ciclo de canciones de Mussorgsky, y luego analiza de manera
poética cada una de las piezas individuales.
El pianista grabó este ciclo completo en cuatro ocasiones, en los que se pueden
comprobar similitudes y diferencias, tanto de concepto general como de detalles
puntuales. El pianista se toma muchas libertades, en nuestra opinión más que en sus
381
versiones del libro primero de los Preludios, lo que contradice su teoría de que en esta
música no hay que añadir prácticamente nada. Por otro lado, pensamos que el pianista es
fiel a sus ideas desde un punto de vista poético.
La mayoría de los pianistas, incluyendo el compositor son más fieles a lo escrito
en la partitura que el pianista suizo-francés, lo cual no impide que a veces se puedan tomar
libertades. François tiene algunos detalles que parecen más heredados de las
interpretaciones de Debussy o de Cortot, que de la partitura.
488
Stephen ZANK: Maurice Ravel: A Guide to Research, Routledge Musical Bibliographies, Nueva York,
2004, pág. 4.
489
Deborah MAWER (edit.): The Cambridge Companion to Ravel, Cambridge University Press,
Cambridge, 2000, pág. 71.
490
Don Michael RANDEL: The Harvard Concise Diccionary of Music and Musicians, Harvard University
Press, Cambridge (MA), 1999, pág. 161.
491
Roger NICHOLS: Ravel, Yale University Press, New Haven, 2001, pág. 56.
492
Alfred CORTOT: “Dans le Souvenir de Maurice Ravel” en La Revue Musicale, Numéro Spécial
Hommage à Maurice Ravel, Décembre 1938, París, 1938, pág. 37.
382
otras personalidades importantes de la época, incluyendo intérpretes famosos de su
música para piano, como Ricardo Viñes o Marguerite Long:
493
Alfred CORTOT: La Musique Française de Piano, Deuxième Serie, Édition Rieder, París, 1932, pp.13-29.
383
a la conclusión de que Debussy estaría más relacionado con Mussorgsky, mientras que
Ravel con Rimsky-Korsakov y Borodin.494
494
Op. cit., pág. 21.
495
Nichols, op. cit., pág. 320.
496
Ibidem.
384
Ilustración 5.9. Portada Concierto para la mano izquierda de Ravel en arreglo de Cortot.
385
Ilustración 5.10. Extracto Partitura del Concierto para la Mano Izquierda de Ravel en arreglo de Cortot.
Ilustración 5.11. Última del Concierto para la Mano Izquierda de Ravel en Arreglo de Cortot.
386
Aparte de las posibles diferencias de carácter entre Ravel y Cortot, el pianista
destaca cierto carácter sarcástico en su antiguo compañero de estudios,497 lo cierto es que
el compostior prefería otro tipo de pianista para la interpretación de sus obras,
especialmente aquellos que eran más discretos con el uso del rubato,498 como por ejemplo
Robert Casadesus, que llegó a realizar algunas grabaciones para rollo de pianola que
luego fueron atribuidas al compositor, que en todo caso estaba presente en esas
sesiones.499 Esos registros atribuidos a Ravel incluyen Le Gibet (de Gaspard de la Nuit),
y la Toccata de Le Toumbeau de Couperin, ambos de 1922,500 mientras que el compositor
grabó él mismo otras obras como Pavane pour une Infante Défunte en 1922, además de
Valses Nobles et Sentimentales y los dos primeros movimientos de su Sonatine, ambas en
1913. Cortot sólo grabó tres obras de Ravel, al menos que se hayan conservado, porque
sabemos de sesiones de grabación como la realizada el seis de abril de 25, donde el
pianista tocó Ondine de Gaspard de la Nuit,501 pero de la que no sabemos nada más. Las
que han quedado son Jeux d’Eau M.30, Sonatine M. 40 y el Concierto para la mano
izquierda M.82.
Los comentarios teóricos de Cortot sobre esta obra de 1901, que representa un
gran logro dentro de la literatura pianística,502 se encuentran en el segundo volumen de
su libro sobre la música francesa para piano.503 Para el pianista, Jeux d’eau refleja un
virtuosismo descriptivo que tiene influencia de obras lisztianas como Les Jeux d’Eau à
la Villa d’Este y Au Bord d’une Source, dos obras que hemos mencionado anteriormente
como influyentes tanto en Debussy como en Ravel. Cortot destaca el contexto poético de
la obra, con la mención al dios fluvial que ríe, perteneciente a un poema de Henri de
Régnier, que a su vez es parte de la colección La Cité des Eaux.504 Para Cortot, esta cita
497
NICHOLS, op. cit., pág. 17.
498
NICHOLS, op. ci.t, pág. 241.
499
MAWER: op, cit., pp. 237-238.
500
Ibidem.
501
CARTWRIGHT, op. cit., pp. 30-36.
502
ORENSTEIN, op. cit., pág. 154.
503
CORTOT (1932), op. cit., pp. 29-31.
504
ORENSTEIN, op. cit., pág. 154.
387
poética no debe ser sólo una imagen, sino que deber ser vista por el intérprete como una
realidad viva durante la ejecución de esta obra que ve como poesía líquida llena de frescor
transparente.
Otros de sus comentarios se centran en el uso del instrumento por parte del
compositor, comenzando por los recursos que utiliza en las zonas más agudas del piano
de tal forma que Ravel las utiliza con una sensibilidad sin precedentes. También menciona
el uso de los bajos, y especialmente la utilización de la nota la becuadro (compás 49), que
es la más grave en la mayoría de los pianos, pero otros autores como Orenstein opinan
que es posible que lo que Ravel quería realmente es que sonara un sol sostenido medio
tono más grave.505 Según Cortot, a pesar de tocarse un la, el oído lo percibe como un sol
sostenido.
505
Ibidem.
388
por otros de los intérpretes de esta obra, como por ejemplo el mencionado Ricardo
Viñes.506
El pianista grabó esta obra en 1920, 1923 y 1931, estando las tres relativamente
cercanas en duración, con la mayor diferencia entre la segunda y la tercera, siendo esta
última la que toma más tiempo (4 minutos y 47 segundos). Todas las versiones son fieles
a las ideas teóricas de Cortot en muchos de los aspectos, especialmente en las sonoridades
y la capacidad del pianista para crear cierta sensación acuática durante sus
interpretaciones, usando el pedal derecho con abundancia. También puede notarse un
gran dominio de los planos sonoros, destacando sin problemas las líneas melódicas más
importantes y manteniendo controlados los acompañamientos incluso cuando estos están
plagados de notas rápidas que hacen muy difícil su ejecución. La forma sonata de la que
habla en sus comentarios es reflejada con claridad por Cortot, pudiéndose notar los temas
que reflejarían la exposición, tanto el tema A del comienzo como otros temas que
podemos llamar B (compases 19 y 29). Asimismo, los pasajes que podríamos relacionar
con un desarrollo y la posterior re-exposición están definidos de manera clara por el
pianista.
506
David ROWLAND (Edit.): The Cambridge Companion to the Piano, Cambridge University Press,
Cambridge, 1998, pág. 194.
389
Partitura 5.27. Ravel: Jeux d’eau. Compases 31-34.
También puede ser libre en el número de repeticiones de un pasaje que hay que
tocar muchas veces, tal como sucede en la cadenza del compás 71, donde algunos de los
patrones son repetidos más o menos veces según la versión del pianista. El uso del rubato
cambia según la versión, siendo la primera la que tiene más abundancia en ese aspecto,
haciendo algunos fraseos muy al estilo de las obras románticas (compás 79, por ejemplo),
e incluso desde los primeros compases de la obra se puede notar la diferencia, entre la
primera y la última grabación, ya que la segunda también comienza de manera parecida
a la anterior, aunque en el resto de la obra su uso sea más moderado y pensamos que es
en la tercera versión donde el pianista se muestra más discreto en cuanto a los rubati, al
menos teniendo en cuenta su uso habitual. Por otro lado, incluso en la última versión
pueden aparecer recursos como la desincronización de manos en el compás 29.
390
Los tempi son estables en general en las tres versiones y de acuerdo a la indicación
de 144 la corchea, siempre con cierta libertad y con momentos de aceleraciones no
escritas en la partitura (compás 10), mientras que las indicaciones dinámicas suelen ser
respetadas pero los fortissimos parecen ser vistos como indicadores de una mayor
intensidad, y no tanto como una manifestación de fuerza bruta (compás 14) y en los
pianissimos como los del compás 24 el pianista toca la línea melódica principal en un
matiz que podríamos considerar entre un mezzo piano y un mezzo forte. Esto no quiere
decir que no se escuchen momentos de grandes contrastes dinámicos, sino que los
momentos más fuertes nunca son brutales y en los más suaves el pianista tiene variedad
de planos sonoros de manera que alguna de las voces puede sonar más fuerte, sin perder
de vista el matiz general. En todo caso, al igual que en otras de sus interpretaciones, las
indicaciones dinámicas pueden ser adaptadas en diversos momentos, pero siendo fiel a
las indicaciones de manera general en esta obra.
391
Partitura 5.29. Ravel: Jeux d’eau. Compases 80-83.
Todos los demás pianistas, excepto Gieseking, y Richter, toman más tiempo que
Cortot, siendo François el que tiene una mayor diferencia, con una duración de 6 minutos
y 5 segundos, casi 1 minuto y 20 segundos más que la versión más lenta de su profesor.
François no usa el tipo de rubato de Cortot salvo en algunos momentos, pero toca con
cierta libertad expresiva, destacando las voces principales y siendo fiel a lo escrito en la
partitura, salvo en lo que respecta a la velocidad y algunos efectos de pedal no escritos.
Perlemuter no toma tanto tiempo y su estilo nos parece algo más cercano al de Casadesus
que al de su maestro, al menos en cuanto al uso de rubati, mientras que en la versión de
Lefébure, se pueden notar rubati al comienzo de la obra y en otros momentos que de
alguna manera se acercan más al estilo de Cortot.
5.1.3.1.4. Resumen.
393
del compositor en la utilización de los recursos del instrumento, especialmente en las
zonas agudas.
Para los comentarios teóricos de Cortot sobre esta obra, ya que no publicó una
edición de trabajo, contamos con su libro sobre la música francesa para piano 513 y el
dedicado a sus clases magistrales.514 En el primer caso, el pianista hace unos comentarios
507
ROLAND-MANUEL: Maurice Ravel, Dennis Dibson, Londres, 1947, pág. 40.
508
NICHOLS, op. cit., pág. 71.
509
Ibidem.
510
ROLAND-MANUEL, op, cit., pp. 22-23.
511
Victor I. SEROFF: Maurice Ravel, Henry Holt, Nueva York, 1953, pág. 87.
512
Ibidem.
513
CORTOT (1932), op. cit., pp.32-33.
514
CORTOT (1934), op. cit., pp. 169-172.
394
generales sobre la obra, de la que destaca su naturalidad y construcción perfecta, y
también menciona algunas características de los movimientos individuales, como por
ejemplo el encanto y la ternura del primer tiempo, sin olvidar el passioné cuatro compases
antes de la re-exposición, la elegancia y discreta reserva del segundo tiempo y el
entusiasmo efervescente del tercero. Nos ha parecido interesante comparar estos
comentarios generales con los de Roland-Manuel, que fue amigo y alumno del
compositor.515 Este autor considera la obra como tensa y nostálgica, con un brillo casi
meridional, un lirismo conciso e ingenuidad en el estilo melódico,516 destacando también
las oleadas apasionadas del primer tiempo, la gracia nostálgica y tierna del segundo y la
vivacidad nerviosa del tercero.517 Como podemos comprobar, los dos autores están de
acuerdo en términos generales.
515
ZANK, op. cit., pág. 39.
516
ROLAND-MANUEL, op. cit., pág. 41.
517
Ibidem.
395
Partitura 5.30. Ravel: Sonatina 1º tiempo. Compases 17-21.
Los comentarios sobre el tercer tiempo destacan la vehemencia con la que hay
que tocar y la rapidez que exigía el compositor, manteniendo el ímpetu y la fantasía
incluso en momento como indicados como plus lent (compases 40, 153). El pianista
comenta también sobre detalles de carácter, fraseo y dinámicas, recomendando que el
final de la obra sea como un relámpago.
396
5.1.3.2.2. Interpretaciones de Cortot.
Por otro lado, el pianista destaca las líneas melódicas, aunque al comienzo de la
obra las fusas del acompañamiento son tocadas con un efecto diferente al realizado en
Jeux d’Eau, estando sonoramente más presentes en esta ocasión. A través del movimiento
destaca también la polifonía y aquellos momentos armónicos que describe en sus
comentarios teóricos, como el acorde con calderón del compás 23, aunque el pianista no
lo mantiene durante mucho tiempo. Después de repetir la exposición, el desarrollo central
está caracterizada por los crescendi y por una mayor fuerza, produciéndose también algún
fallo de nota. En la re-exposición comienza piano, aunque no demasiado y la coda es
tocada con tranquilidad y utilizando algún rubato.
397
música, como puede ser el caso de las negras de la mano derecha, en funciones de
síncopas, de los compases 13 y 14. En el compás 78 destaca un momento de silencio, y
en la coda siguiente hace los reguladores escritos, además de un efecto de pedal en los
dos últimos para aclarar las armonías. Pensamos que el pianista es fiel a sus ideas y
también a muchas de las indicaciones de la partitura.
518
TAYLOR, op. cit, pp. 334-347
399
compositor no tiene un control absoluto de sus dedos. 519 Tanto Cortot como Ravel hacen
más cambios de tempi no escritos que Perlemuter.520
Alumnos de Cortot como Meyer o Perlemuter usan menos rubati que su maestro
en este movimiento, salvo en algunos momentos específicos como la coda, mientras que
François destaca también las líneas melódicas, pero su sonoridad también es diferente a
la de Cortot, con un uso más discreto del pedal derecho, y dando una sensación de más
peso en general. En cuanto a otros pianistas, Ravel no nos parece tan melódico como
Cortot, ni utiliza tantos matices, además de no hacer algunos detalles escritos en la
partitura, como el arpegiado final, pero por otro lado, desarrolla su propio estilo de
interpretación, algo de lo que participa Casadesus aunque este último es todavía más
estable en el pulso, como lo es también el húngaro Ránki, lo cual no quiere decir que no
sean expresivos ni destaquen aspectos melódicos o armónicos, o que puedan utilizar
rubati en ciertos momentos. Pensamos que pianistas franceses como Thibaudet o Rogé,
al igual que El Bacha, son generosos en el uso del pedal y hacen más rubati Casadesus,
algo que también podría decirse de Argerich, mientras que en nuestra opinión Gieseking
y Haas se sitúan en un punto intermedio, tanto por su uso menos abundante del pedal
derecho como por su sentido del pulso, más estable en general.
En el segundo movimiento, Cortot está entre los que menos tiempo toman,
superado en este aspecto sólo por Casadesus, que tiene una duración de 2 minutos y 37
segundos, mientras que Ránki es en este caso el que más tiempo toma (3 minutos y 41
segundos). Ravel destaca de manera especial los acentos y las distintas voces, con un
tempo relativamente estable, pero con constantes acentuaciones y sin que suene nunca
muy suave, mientras que Casadeus vuelve a ser más estable en el tempo, con una
acentuación constante pero no tan marcada como la de Ravel. Los alumnos de Cortot
tocan con estilos diferentes, destacando el uso, o poco uso, del pedal en varios momentos
de la versión de François, que poco tienen que ver con la visión recomendada por Cortot,
aunque al igual que su maestro, el pianista francés interpreta de manera libre los acentos
escritos por Ravel en los primeros compases de la obra. Las dos versiones de Perlemuter
tienen diferencias con la de Cortot, y también entre ellas, siendo más generoso con el uso
del pedal en su segunda versión, además de marcar los acentos escritos en los primeros
compases de manera más literal que su primera versión y que la de Cortot, aunque las
519
Op. cit, pág. 338.
520
Op. cit, pág. 337.
400
dinámicas puedan ser interpretadas con libertad. Meyer toca con dulzura y con un pedal
generoso, marcando también los acentos escritos en la partitura, pero en general su
versión destaca de manera especial aspectos melódicos. En otros pianistas como
Gieseking notamos estabilidad rítmica, con algunos rubati, un uso moderado del pedal y
unas acentuaciones nunca violentas, mientras que Thibaudet también es moderado con su
uso del pedal derecho, pero sus acentuaciones son más marcadas que las de Gieseking y
su visión es distinta a la de Cortot, pareciéndose más a la de François en algunos
momentos. Los acentos iniciales son también marcados en las versiones de Ránki y El
Bacha y algo menos en las de Argerich y Hass, siendo tocados con más suavidad en la
versión de Rogé.
401
5.1.3.2.4. Resumen.
En su versión de esta obra, Cortot es más fiel a lo escrito que en otras ocasiones,
aunque también puede interpretar con libertad algunas indicaciones dinámicas o no tocar
algunas notas.
521
Jean-Michel NECTOUX: Gabriel Fauré, Cambridge University Press, Cambridge, 1991, pág. 62.
522
Op. cit., pág. 396.
402
Ilustración 5.12. Fragmento de la primera página del Nocturno op. 97 de Fauré.
La única obra para piano solo de Fauré grabada por Cortot fue la tercera de sus
Romanzas sin palabras (Romances sans Paroles) op. 17. El registro sonoro es del año
403
1922 y tiene una duración de 2 minutos y dos segundos. El pianista aplica algunas de sus
prácticas habituales como la desincronización de manos y la lectura libre de algunas
indicaciones de la partitura, como las dinámicas. La comparación con pianistas franceses
posteriores como Evelyne Crochet o Jean-Philippe Collard muestran otras líneas
interpretativas posibles, siendo estos pianistas más fieles a lo escrito en la partitura y en
el caso de Collard con una tendencia a tocar con más fuerza. Cortot también grabó su
propio arreglo para dos manos del primer movimiento de la suite Dolly y además dedicó
un capítulo al compositor en su libro sobre música francesa para piano.
Partitura 5.36. Fauré: Romanza sin palabras op. 17 nº3. Compases 1-11.
El pianista grabó dos obras de Saint-Saëns para piano solo, el Estudio en forma
de vals (Étude en forme de valse) op. 52 nº 6 y el Estudio para la mano izquierda (Étude
pour la Main Gauche) op. 135 nº 4 (Bourée). El primero lo grabó en dos ocasiones (1919
y 1931) y para pianistas actuales como Ludmil Angelov su versión no ha sido nunca
superada. Las dos grabaciones del op. 52 nº 6 tienen muchos puntos en común, y en ambas
el pianista hace algún corte en la partitura. Entre otras cualidades, destaca su forma
especial de enfocar la coda en las dos versiones, con un gran dominio de la técnica de las
notas dobles. Su alumna Magda Tagliaferro no hace cortes y por eso su duración es
mayor, aunque también hay otras diferencias, como el tipo de sonido, algo más seco.
François René Duchâble toca con rapidez y su técnica es segura aunque su sonido también
es más seco.
404
Partitura 5.37. Saint-Saëns: Estudio en forma de vals op.52 nº 6. Compases 1-8.
El estudio para la mano izquierda fue también grabado en dos ocasiones (1923 y 1952),
siendo las duraciones muy cercanas, aunque el pianista toma más tiempo en la primera,
que es también la que más fallos tiene. Destaca el ritmo de Bourrée, con un uso discreto
del pedal y está atento a los diversos contrastes de la obra. Los demás pianistas que hemos
escuchado en esta obra, como Marylène Dosse, João Carlos Martins y Leon Fleisher
toman más tiempo que el pianista suizo-francés y en general buscan la claridad polifónica,
las dinámicas y en algunos casos se busca la cercanía al estilo bachiano. Pero Cortot tiene
su propio estilo tocando las obras de este compositor, al que también dedicó un capítulo
en su libro sobre la música francesa para piano.
Partitura 5.38. Saint-Saëns: Estudio para la mano izquierda op. 135 nº 4. Compases 1-8.
405
5.2. Música Española.
Nuestro trabajo se basa casi exclusivamente en obras que fueron grabadas por el
pianista y de las que además tenga algún comentarios teórico, pero haremos una
excepción con la música española, ya que nos parece un legado de Cortot, si no
abundante, al menos digno de ser examinado con interés, comenzando por la admiración
del pianista hacia los grandes compositores españoles como Albéniz, Granados y Falla,
a los que el pianista menciona de la siguiente manera en el octavo programa que la Radio
Suiza dedicó a una serie de conversaciones entre Cortot y Gavoty. Los tres compositores
son elogiados como:
523
Bernard GAVOTY: Entrevistas a Alfred Cortot (emisión 8 de 10), Radio Suisse 17 de enero de 1954 [en
línea], disponible en: http://www.rts.ch/archives/radio/divers/emission-sans-nom/3365637-alfred-
cortot-8-10-.html [consulta: 25-10-2014]
524
Karlos PINTADO PIÑA: Anaïs Nin o la seducción del Minotauro [en línea], disponible en:
http://www.habanaelegante.com/Summer2003/Ronda.html 1922 [consulta: 15-10-2015]
525
http://www.higuerasarte.com/lra-34-2.htm [consulta: 15-10-2015]
406
Iustración 5.14. Extracto primera página de carta del 30-1-1937 de Joaquín Nin a Cortot.
Ilustración 5.15. Última página de carta del 30-1-1937 de Joaquín Nin a Cortot.
407
En su libro sobre música francesa para piano, Cortot hace comentarios sobre
algunas obras de inspiración española, como dos preludios para piano de Debussy: La
Sérénade Interrompue mencionada anteriormente y La Puerta del Vino, un preludio del
segundo libro en el que Cortot ve una imagen ardiente y popular de los suburbios de
Granada en la que hay voces y palmas de manos acompañando la danza de una joven de
cabellos negros.526 Pero el único compositor español del que existen grabaciones
disponibles realizadas por nuestro pianista es Isaac Albéniz, del que grabó cuatro obras,
a pesar de que el seis de abril de 1925 Cortot registró entre otras obras la famosa Danza
del fuego, perteneciente al ballet El amor brujo de Manuel de Falla,527 que por alguna
razón no salió al mercado. Pero además, Cortot tocó Noches en los Jardines de España
recibiendo los elogios del compositor en una carta escrita desde Granada el 30 de mayo
de 1922, por una espléndida interpretación de la obra en Londres de la había sido
informado,528 y también le expresa su admiración y su devota amistad.529 El Palais
Garnier de París fue otro de los lugares donde el pianista interpretó la obra en 1922,
dirigido por Serge Koussevitzky y tocando la misma noche el primer concierto para piano
de Beethoven.530 Además, el pianista la incluyó en alguno de sus cursos de
interpretación.531
526
CORTOT (1932), op. cit., pág. 41.
527
CARTWRIGHT, op. cit., pp. 30-36.
528
LOMPECH, op. cit., pág. 45.
529
Ibidem.
530
JACOBS, op. cit., pág. 169.
531
Op. cit., pág. 150.
408
Ilustración 5.16. Portada (página 1) de Noches en los Jardines de España.
Ilustración 5.17. Página 2 de Noches en los Jardines de España. 1º Movimiento con entrada del piano solista en número de ensayo
3.
409
En esta partitura están escritas a mano las siguientes marcas:
En el Generalife:
-Página 10: Tres compases después de número de ensayo 26 marca re sostenido en acorde.
Danza Lejana:
Página 10: En número de ensayo 3 destaca acento, y seis compases después destaca otro
acento.
-Página 11: Ocho compases después de número de ensayo 3 marca un matiz en piano.
Dos compases después del número de ensayo 4 marca un pianissimo y un fortissimo.
Cuatro compases después de número de ensayo 5 marca un forte y un pianissimo súbito.
410
Ilustración 4.18. Noches en los jardines de España. Fragmento de página 12 con marcas.
-Página 13: Tres compases antes del número de ensayo 11 marca el bemol del último sol
de la mano derecha. En el número de ensayo 11 marca la parte orquestal. Cuatro compases
después del número de ensayo 11 marca la 8º alta.
-Página 14: En el número de ensayo 18 marca el solo. En los compases 3 y 4 después del
número de ensayo 18 marca señales de fraseo. En el segundo compás después del número
de ensayo 19, marcas de fraseo. En número de ensayo 20, marcas de fraseo.
411
Ilustración 5.19. Fragmento de página 15 con marcas.
-Página 16: Dos compases antes de número de ensayo 26, acento en la primera nota. En
número de ensayo 26 marca acentos, también en los siguientes primer y cuarto compás.
Cuatro compases antes del número de ensayo 28 marca negra a 92 (originalmente negra
a 84). Un compás antes del número de ensayo 30 marca la 8º alta en la mano derecha.
Cuatro compases después de número de ensayo 30 marca octava alta en la mano derecha.
Siete compases después de 30 marca la indicación de loco. Seis compases después del
número de ensayo 30 marca el tresillo.
-Pág 17: Un compás antes del número de ensayo 33 divide las fusas (3+4+1). En número
de ensayo 33 marca digitación. En número de ensayo 34 marca acentos en las corcheas
de la izquierda, y un compás después vuelve a marcar los acentos en la mano izquierda.
-Pág 18: Un compás antes de número de ensayo 35 marca frase de escalas y 2 después
subraya parte orquestal. Dos compases antes de número de ensayo 36 señala acentos y
picados. Seis compases después de 37marca el meno forte de la orquesta. En número de
412
ensayo 38 marca un tempo metronómico de negra a 120. Compases 4 y 5 después de
número de ensayo 38 marca el pedal.
-Página 19: 3 compases y 1 compás antes de número de ensayo 41 marca semitrinos. Dos
compases después de número de ensayo 41 blanca con puntillo marca el trino. Tres
compases después del número de ensayo 42 marca el trino en el sol sostenido y el
regulador descendente.
-22 de octubre de 1923: Concierto para piano y orquesta en la menor op. 54 de Robert
Schumann.
-19 de octubre de 1925: Concierto para piano y orquesta en sol mayor op. 58 de Ludwig
van Beethoven.
532
Recibido el 11 de junio de 2012.
413
-10 de marzo de 1930: Concierto para piano y orquesta en la menor op. 16 de Edvard
Grieg.
-16 de enero de 1939: Concierto para la mano izquierda, de Maurice Ravel. Variaciones
sinfónicas de César Franck.
Podemos comprobar cómo el pianista interpretó obras que nunca llegó a grabar
(3º Concierto de Rachmaninov, Conciertos 4 y 5 de Beethoven, Concierto de Grieg), tal
como aconteció con las Noches en los jardines de España. Además, el mismo año en que
tocó esta obra en Londres, con otra orquesta, volvió a la capital inglesa al menos una vez
más para interpretar con la Sinfónica de Londres obras de Franck y Beethoven.
Aunque las grabaciones de Cortot con obras del compositor Isaac Albéniz no sean
abundantes, ya que sólo grabó cuatro obras y repitiendo algunas de ellas, creemos que el
análisis de sus versiones puede ser muy estimulante y traer luz sobre algunos aspectos de
la interpretación de la música española de principios a mediados del siglo XX, en este
caso por uno de los pianistas más renombrados del siglo, que admiraba al compositor,533
y que además fue uno de los músicos que le visitó cuando ya estaba muy enfermo.534
También puede dar más información de cómo artistas no españoles entendían e
interpretaban esta música.
533
Walter Aaron CLARK: Isaac Albéniz: Protrait of a Romantic, Oxford University Press, Oxford, 1999,
pág. 5.
534
Op. cit., pág. 264.
414
5.2.2.1 Rumores de la Caleta (Malagueña) op. 71 nº 6.
La obra, perteneciente al ciclo Recuerdos de Viaje op. 71, fue grabada por Cortot
en tres ocasiones, encontrándose la primera entre sus primeros registros en los Estados
Unidos, fue grabada en Camden en el año 1919 y tiene una duración de 3 minutos y 18
segundos. El pianista toca con lentitud el primer compás y de manera algo diferente a lo
que está escrito en la partitura. En el segundo compás no toca con carácter melancólico
(como está indicado en la partitura), aunque cuando comienza el canto en el compás 26
sí parece toca con ese carácter.
415
en vez de hacer lo escrito toca tresillos en la mano izquierda. Pensamos que Cortot pudo
haber hecho una decisión personal con todos esos cambios, o también tratarse de algún
tipo de tradición que no conocemos. Otro arreglo es tocado, al final de la primera sección
(compás 71) donde no arpegia el acorde y además cambia alguna nota.
416
En la tercera versión, grabada en París en el año 1930, con duración de 2 minutos
y 51 segundos, el pianista comienza con una característica que no hizo en las otras
grabaciones, es decir: no hace la introducción. Por otro lado, comienza con ritmo y a un
tempo relativamente rápido. El canto es quizás algo más marcado que en otras ocasiones
y destaca ciertos acentos y contrastes, como los de algunos pasajes suaves. El pianista
sigue su tendencia de cambiar detalles de la partitura, tal como hizo en las otras versiones.
La sección central comienza con sus propios arreglos y toca de manera melódica, quizás
aún más que las otras veces. Hace desincronización de las manos y en la cadenza, el
adagio vuelve a ser rápido. En la tercera sección comienza con fuerza, añadiendo notas
y cambiando compases enteros. En el acorde final no arpegia y vuelve a añadir un bajo
para terminar la obra.
417
El pianista español Esteban Sánchez, admirado por Cortot y alumno durante un
tiempo del pianista suizo-francés,535 toca con una duración de 3 minutos y 43 segundos.
Empieza con fuerza y acelerando el arpegio. Luego el tempo no es muy rápido, aunque
enfatiza el ritmo y toca los tresillos de semicorcheas con rapidez. El canto es marcado y
destaca varios rubati y acentos. El final de la sección es lento y arpegia el último acorde.
El comienzo de la segunda sección es tocado con fuerza moderada, y luego la melodía
sobresale, pero no muy fuerte, destacando su distribución de voces y sus arpegios. La
cadenza es hecha de manera lenta (distinta a Cortot). En la tercera sección destaca el ritmo
y los rubati, destacando la melodía, pero con algo menos de marcato. Tambén destacan
los acentos, el uso del pedal y los tresillos rápidos. El pianista toca la parte final de manera
lenta. Es una versión más fiel a la partitura que la de Cortot.
535
Conservatorio Profesional Esteban Sánchez [en línea], disponible en:
http://www.march.es/musica/publicaciones/buscadorMusica/ficha.aspx?l=1&p0=4&p5=8024 [consulta:
10-7-2015].
418
rubato, el fraseo y el juego de voces. Hace el final de manera lenta, pero no tanto como
otros. Versión fiel a la partitura, pero con algunos momentos más parecidos a Cortot.
La versión del pianista tinerfeño Guillermo González (que estudió con Vlado
Perlemuter, alumno de Cortot536) tiene una duración de 4 minutos y 4 segundos.
Comienza el arpegio de manera rápida y fuerte. Luego continúa a un tempo no tan rápido,
donde destaca el ritmo y los acentos, además de no hacer los tresillos demasiado veloces.
El canto es tocado de manera marcada, aunque la segunda vez es algo más piano,
concentrándose también en el ritmo y en las distintas voces. La parte final de la sección
es lenta y arpegiada. La sección central comienza fuerte y luego disminuye para tocar en
un matiz de piano, destacándose los rubati y el uso de las distintas voces. La cadenza es
enfocada de manera lenta, cortando el primer acorde, pero no mucho. La tercera sección
no comienza de manera fuerte, pero González destaca el ritmo. Esta vez el canto no es
tan marcado y el pianista se concentra en pequeños rubati. La parte final es tocada en
piano y arpegiada.
Esta obra perteneciente a los Chants d’Espagne op. 232, y que se caracteriza por
sus ritmos de danza y sus breves coplas,537 además de sus modulaciones y la forma de la
sección central como desarrollo,538 fue grabada por Cortot en tres ocasiones, las dos
primeras en Camden y la última en París. La primera es de 1919 y tiene una duración de
2 minutos y 34 segundos. El pianista hace una versión rítmica pero sin brutalidad, aunque
se producen algunos fallos al tocar los saltos. Utiliza rubati (como en la frase que
536
Guillermo González [en línea], disponible en: http://guillermogonzalezpiano.com/?page_id=46
[consulta: 25-6-2015].
537
CLARK, op. cit., pág. 101.
538
Op. cit., pág. 102.
419
comienza a partir del compás 15, que además toca a un tempo diferente a los compases
anteriores).
También destaca su forma de utilizar los silencios y diversos acentos, además del
canto y la polifonía. Las dinámicas son interpretadas de manera libre, como por ejemplo
en los compases del 54 al 56, en los que no es notoria la diferencia entre pianissimo y
forte. El pianista tiene una amplia gama de articulaciones y cambios de texturas, aparte
de añadir algunos bajos, como en el último acorde de la pieza, acorde que además toca
muy picado. La segunda versión fue grabada en 1923 también en Camden, y tiene una
duración de 2 minutos y 37 segundos. Es también rítmica como la otra, y se repiten
muchas de sus características, como la lectura libre de las dinámicas escritas y su control
de la polifonía. En el último acorde la duración del sonido es algo mayor, aunque también
vuelve a añadir un bajo. La tercera versión fue grabada en París en el año 1930 y tiene
una duración de 2 minutos y 38 segundos, la versión más larga de las tres, aunque todas
están muy cercanas en duración, además de repetirse muchas de las características. Los
matices de esta versión no son exagerados y a veces son cambiados, pero por otro lado
son notorios los contrastes de dinámica. El último acorde es tocado al estilo de la primera
versión, muy corto y además con el bajo añadido. En estas tres versiones de Seguidillas,
Cortot no es tan fiel a la partitura, aunque sí más fiel que en la Malagueña. Los mayores
cambios se centran en la matización, que Cortot adapta a sus necesidades interpretativas.
420
5.2.2.2.2. Interpretaciones de otros pianistas.
Alicia de Larrocha grabó al menos tres versiones de esta obra, la primera para Hispavox
(actualmente publicada por EMI) y las otras dos para Decca. La primera tiene una
duración de 2 minutos y 50 segundos, la segunda de 2 minutos y 55 segundos y la tercera
de 3 minutos y 1 segundo. Todas ellas toman más tiempo que las versiones de Cortot y
además la tendencia con los años es a tomar más tiempo. Las tres versiones comparten
muchos puntos en común, como un uso controlado del pedal, el sentido rítmico y la
421
moderación de los rubati, y aunque pueden encontrarse diferencias entre las versiones, la
pianista es fiel a lo escrito en la partitura.
Al igual que en la Malagueña, los otros pianistas han sido más fieles que Cortot a las
indicaciones de la partitura.
422
5.2.2.3. Bajo la pamera (Sous le Palmier) op. 232 nº 3.
539
CLARK, op. cit, pág 101.
540
Op. cit, pág 100.
423
5.2.2.3.2. Interpretaciones de otros pianistas.
Hemos escuchado esta obra en las versiones de Alicia de Larrocha, Rafael Orozco
y Ricardo Requejo. Todos toman más tiempo que Cortot en la interpretación de esta obra
y siendo las mayores diferencias con Requejo y Orozco, que prácticamente toman el
mismo tiempo, con una diferencia de prácticamente un minuto y medio con respecto a la
interpretación de Cortot, y teniendo en cuenta que todos los pianistas hacen la repetición
escrita. Alicia de Larrocha grabó esta obra en al menos una ocasión, para la casa Decca.
Su duración es de 3 minutos y 48 segundos. Toca con más peso que Cortot y su estilo de
canto es distinto al de Cortot, algo más marcado. Destaca el ritmo, y su tempo es estable,
con la presencia de algún rubato. Destacan el canto, el ritmo y los matices (aunque en
algunos casos no los haga tanto). En general es más fiel a la partitura que Cortot.
Rafael Orozco toca con una duración de 4 minutos y 57 segundos. Es una versión
más lenta. Comienza fuerte y hace diminuendo, más que un gran contraste con el tercer
compás, algo parecido al estilo de Cortot. Entre varias de sus características (todo dentro
de un tempo lento), destaca algún uso de la desincronización de las manos. La nota final
es dejada sonar durante bastante tiempo por el pianista. Ricardo Requejo toca también a
un tempo mucho más lento que Cortot con cierta estabilidad en el pulso. La sensación es
bastante diferente a la producida por el pianista suizo-francés. En las interpretaciones más
lentas, los pianistas parecen querer enfatizar un ritmo lento de Habanera, pero no tanto el
Allegretto ma non troppo escrito por Albéniz. En todo caso, en muchos aspectos
Larrocha, Orozco y Requejo son más fieles que Cortot con respecto a lo escrito en la
partitura.
424
en la primera edición ocupa el tercer lugar,541 fue compuesta en menos de un mes542 y
según Walter Aaron Clark refleja la juerga en el barrio de Sevilla, con las castañuelas, las
guitarras y el taconeo.543 Entre otras de sus características, destacan el juego rítmico544 y
las dificultades de algunos de sus pasajes.545 Cortot grabó Triana en 1922, una versión
que por algún motivo no fue publicada, siendo su única grabación de la obra. La duración
es de 4 minutos y 12 segundos. En muchos aspectos, el pianista es más fiel a lo escrito en
la partitura que en otras de sus versiones, pero se toma libertades en algunos momentos.
Lo primero que nos llama la atención es la forma que el pianista tiene de enfocar los
acentos, no siempre haciendo los escritos por Albéniz, sino más bien acentuando las
partes métricamente más fuertes. Hay que tener en cuenta que el compositor resalta esas
partes acentuadas por Cortot con algunos reguladores, pero lo cierto es que el pianista no
destaca tanto los acentos en parte débil, como se puede comprobar en los compases
primero y segundo.
541
CLARK, op. cit., pág. 231.
542
Ibidem.
543
CLARK, op. cit., pág. 234.
544
Ibidem.
545
CLARK, op. cit., pág. 235.
425
Esta tendencia se reproduce a través de toda su interpretación de la obra. Otras de
las características son el uso de la desincronización de manos (como en el compás 50), o
el arpegiado no escrito de acordes (compás 99), además de algunos fallos (compases 138
y 139). Pero opinamos que es una versión que tiene su interés y nos parece que va más
allá de ser un esbozo avanzado que está bien definido en lo principal pero no en lo
secundario, según la opinión de Rattalino.546 Sin ser una versión perfecta, muestra
carácter y prácticas interpretativas que nos parecen de mucho interés.
546
RATTALINO (2010), op. cit., pág. 67.
426
complicados de la obra, destacando las distintas voces y la polifonía en general, además
de los contrastes y los diversos acentos.
427
También destaca partes de canto y diversos matices, aunque en general tiende a la
fuerza y a tocar con peso, siendo una excepción cuando baja el volumen al tocar los
tresillos de semicorcheas. La sección central de la obra es comenzada con fuerza y
destacando la melodía, jugando con matices en el sonido. Logra mantener el tempo en las
partes técnicamente más complicadas, pero curiosamente no apiana en la zona de Re
bemol Mayor (a partir del compás 74), como sí hacen otros pianistas, sino que sigue
tendiendo a tocar con fuera. En los calderones del final de la sección (compases 98-99)
no se detiene mucho. En la tercera sección comienza con ritmo y con fuerza, dando la
impresión de que añade bajos. Las semicorcheas picadas cerca del final (compases 134-
137) son tocadas con suavidad y haciendo reguladores. Los compases finales son tocados
con fuerza.
El pianista Chileno Claudio Arrau toca esta obra con una duración de 4 minutos y
34 segundos. Comienza con cierta rapidez y no fuerte, pero destacando los acentos. Las
negras en tenuto que comienzan en el compás 30 son tocadas con peso. Destacan sus
picados y la forma en que hace los tresillos. La sección central (desde compás 48) no
comienza de manera muy fuerte, destaca la melodía y mantiene el tempo en los pasajes
más difíciles, destacando diversas voces. La sección en Re bemol Mayor es tocada con
un matiz más piano, destacándose luego los ritmos y los acentos. La última sección
comienza también de manera rítmica y destacándose los tresillos de semicorcheas. El
clímax (desde el compás 118) es tocado con fuerza y luego destaca el canto en la mano
izquierda. Termina con fuerza.
428
el que parece que va crecer y luego toca más piano. Hace algunos picados de manera
melódica y acaba con fuerza.
La pianista china Yuja-Wang, en su grabación para la DGG tocó con una duración
de 5 minutos y 25 segundos. Comienza con un tempo relativamente lento y con suavidad,
destacando el canto y los acentos. La melodía es tocada con rubato y las negras en tenuto
a partir del compás 30, con un pulso estable, haciendo los tresillos de semicorcheas con
rapidez. La sección central comienza con cierta fuerza, que se convierte en piano al
comenzar la melodía. La zona en Re bemol Mayor es tocada con matiz piano y luego
crece a forte, Hace los calderones de los compases 98 y 99 pero luego no crece al final de
la sección (con cierto a parecido al enfoque de pianistas como Guillermo González). La
tercera sección es comenzada de manera acentuada y de cierta forma picada mientras que
el clímax es tocado con fuerza. Destaca el canto, los picados y el final en fuerte.
Comenzando con algunos pianistas españoles, Alicia de Larrocha grabó esta obra
al menos en tres ocasiones. La primera grabación que analizamos fue grabada para
Hispavox y las otras dos posteriormente para la casa discográfica inglesa Decca. En la
primera la duración es de 5 minutos y 17 segundos, más lenta que Cortot. La pianista
empieza de manera ligera en piano, pero marcando ciertos acentos y haciendo contrastes
en la zona de picados. No hace rubato al principio del canto de la mano izquierda
(compases 9 y 10), aunque luego sí hace algo de rubato, y en general utiliza rubati en las
partes cantadas. Toca con fuerza pero cambia el matiz en la subida de los tresillos de
semicorcheas (por ejemplo en los compases 44-45). En la sección central comienza con
fuerza y luego disminuye y toca la melodía en piano, hecha con gracia. Los acordes en
las zonas de mucha dificultad técnica son tocados a tempo, manteniéndolo estable. En la
zona en Re bemol Mayor, la pianista toca algo más piano y en general, en toda esta
sección central destaca el canto y las distintas voces, manteniendo algo los calderones
(compases 98-99). En la tercera sección destaca los picados y los tresillos rápidos, además
de resaltar el clímax en fuerte, seguido de un diminuendo y una parada. Destacan también
la melodía de la mano izquierda, los picados, los diferentes colores y el final en fuerte.
La segunda versión fue grabada para la casa Decca en los años 70 y tiene una
duración de 5 minutos, algo menos que su primera versión. Comienza también de manera
ligera, pero destacando algunos acentos. El sonido es diferente de la versión anterior de
la pianista. En la melodía de la mano izquierda (compases 9 y 10) comienza sin hacer
429
rubato, pero luego sí lo hace. Destacan algunos rubati y articulaciones, como los tenutos
y los picados. También llama la atención su forma de hacer los tresillos de semicorcheas.
En la sección central comienza en fuerte, resaltando la melodía con acentos y luego toca
más piano y con gracia. Mantiene el tempo en pasajes difíciles de acordes y apiana
bastante en la zona de Re bemol Mayor, volviendo luego a tocar más fuerte y al final de
la sección toca más piano y hace algo del calderón. En la tercera sección destacan sus
picados y que en el clímax toca con fuerza, aunque no tanta. Canta la mano izquierda en
diversos compases, y en final es tocado con fuerza. La tercera versión fue grabada
también para la casa discográfica Decca en los años 80 y tiene una duración de 5 minutos
y seis segundos. Comienza de manera ligera, y esta vez cuando comienza el canto con la
mano izquierda en el compás 9 hace algo de rubato. Destaca el canto, la forma de hacer
las notas picadas, las diferencias de matices y de texturas. La pianista hace también
diversos rubati, destaca diversas voces y articulaciones, además de su forma de hacer los
tresillos. En cuanto a la sección central, comienza en forte y luego hace la melodía algo
más dulce y con gracia, tocando luego a tempo las partes en fuerte y destacando distintas
voces. La zona en Re bemol Mayor es hecha de manera ligera. La pianista añade bajos en
algunos momentos y destaca algunos acentos. En la tercera sección, destacan los picados,
el clímax forte pero no bruto y el control de la pianista. También el canto, y las diversas
voces. Hace algunos picados y el final es en fuerte. Muchas de sus características
principales se mantienen en las tres versiones, con diferencias puntuales como el mayor
o menor uso de rubati en algunas de las frases.
Esteban Sánchez toca con una duración de 5 minutos y 37 segundos, mucha más
duración que Cortot. Comienza destacando acentos y no toca demasiado rápido. Hace
rubato en la melodía de la izquierda que comienza en el compás 9 y en general destaca el
canto y las diversas voces. El pianista utiliza distintas articulaciones y tiene variedad en
la dinámica. La sección central es comenzada con fuerza, pero enseguida disminuye el
sonido, mientras que la melodía principal también comienza con acento, pero luego toca
más piano. Destaca el canto y hace rubati, con atención a las diversas voces y el fraseo.
La sección en Re bemol Mayor es hecha de manera algo más piano que el pasaje anterior.
Nos da la impresión de que el pianista añade alguna octava a la partitura. Sigue
destacando el canto y retiene algo los calderones, aunque al final de la sección acelera.
La tercera sección es tocada con ritmo y con contraste de matices, llegando al clímax con
430
fuerza. Destaca diversas voces y practica la desincronización de las manos, realizando un
diminuendo casi al final y luego termina en forte las últimas notas.
Rafael Orozco toca con una duración de 5 minutos y 16 segundos. Comienza con ritmo y
destacando el canto, los acentos y las diversas voces. Los staccati son tocados muy cortos
y en los compases de negras con tenuto (a partir compás 30) toca con reguladores y
también usando algún rubato. La sección central comienza en fuerte pero enseguida
disminuye a piano. Destacan la melodía, el ritmo, los acentos y las voces (de la mano
izquierda, por ejemplo). En la sección en Re bemol Mayor hace crescendos hasta llegar a
fuerte y luego los acordes con calderón son tocados con suavidad. En la tercera sección
el pianista toca con ritmo y destacando diversos acentos, enfocando el clímax de manera
melódica, con alguna desincronización entre las manos y luego haciendo una parada. Al
final destaca el canto en la izquierda, los picados y termina con fuerza.
431
La tercera sección es comenzada con ritmo y el clímax es tocado con fuerza, pero no de
manera dura, haciendo un amago de anticlímax, aunque no tanto como Rosa Torres Pardo
o Daniel Barenboim. Destaca ciertos picados y al final toca con fuerza.
Rosa Torres Pardo toca con una duración de 5 minutos y 43 segundos. Comienza
con ligereza, aunque a un tempo lento, y destacando sus acentos, matices y contrastes. El
canto de la mano izquierda en no es hecho con rubati (Compases 9 y 10), pero en general
destaca las melodías. La parte en tenuto (compás 30) es enfocada en piano y los tresillos
de semicorcheas son tocados con rapidez. La sección central no comienza tan fuerte, pero
destaca la melodía, para luego tocar algunos pasajes de manera marcada, aunque no con
demasiada fuerza, destacando los acentos y las distintas voces. La zona en Re bemol
Mayor es tocada algo más piano y la pianista destaca los acordes con calderones al final
de la sección. La tercera sección es comenzada con picados y el clímax es tocado con
fuerza, aunque también se producen algunos anticlímax y silencios. Destaca pasajes en la
mano izquierda, los picados no los hace tan cortos y termina la pieza con fuerza.
Con respecto a la interpretación de Triana, podemos decir que Cortot sigue siendo
el que más libertades se toma con la escritura de Albéniz, aunque nunca al nivel de las
que toma en la Malagueña. Los otros pianistas siguen siendo más fieles a la partitura.
Otra tendencia general es la mayor duración de las interpretaciones en pianistas de
generaciones posteriores a Cortot. Basta comparar la duración de Triana en las versiones
de Cortot (4 minutos y 12 segundos) con la de Rosa Torres Pardo (5 minutos y 43
segundos).
5.2.2.5 Resumen
432
Aunque Cortot llegó a grabar la Danza del Fuego de Falla y tocó en diversas
ocasiones las Noches en los Jardines de España, las únicas de sus grabaciones de música
española que han llegado hasta nosotros son de cuatro obras de Albéniz, en las que el
pianista se mueve entre el respeto a lo escrito en la partitura y el tomarse grandes
libertades, que incluyen el añadido de notas, el tocar algunos compases en octavas
distintas a lo escrito e incluso cambiar compases enteros.
Los otros pianistas son más fieles a lo escrito por Albéniz en la partitura, aunque
también pueden tomarse ciertas libertades. La tendencia general es tomar más tiempo que
Cortot en la interpretación de estas obras, llegando a notarse grandes diferencias en
algunas como Sous le Palmier o Triana.
433
434
6. Conclusiones.
435
Su juicio estético sobre ciertas obras suele coincidir en las distintas fuentes
disponibles, encontrándose algunas excepciones como el Preludio, aria y final de
César Franck, obra que somete a ciertas críticas en su libro sobre la música francesa
para piano, pero que elogia sin reservas en su edición de trabajo publicada en Italia.
436
3) Objetivo 3: Descubrir la relación entre diversas grabaciones de una misma obra
realizadas por el pianista.
Pregunta 3: Si una obra fue grabada por el pianista en más de una ocasión, ¿cuál es
la relación entre esas grabaciones?
Comparando las diversas grabaciones de Cortot en una misma obra, hay muchos
puntos en común y la idea general no cambia de manera excesiva, pero por otro lado
en algunos momentos se pueden producir variaciones que niegan la teoría de que
Cortot se repetía a sí mismo. Estas variaciones pueden incluir distintas relaciones de
tempi entre secciones de una obra (Marcha fúnebre de Chopin) y la elección de notas
que cambian según la versión (compases 27 y 28 de Pasos sobre la nieve de Debussy).
Puede comprobarse una evolución entre las grabaciones realizadas antes y después de
la Segunda Guerra Mundial. Cortot no niega su estilo interpretativo general que
incluye el uso abundante del rubato, dinámicas no forzadas, y los arreglos en las obras.
Pero en su etapa final se producen cambios en algunas de sus prácticas interpretativas,
destacando aspectos como el uso más moderado del pedal derecho y un énfasis en la
acentuación, además de una tendencia a tomar más tiempo en sus interpretaciones.
Rechazamos la opinión de que en esa última etapa, Cortot era solamente una sombra
de sí mismo.
4) Objetivo 4: Profundizar en la relación histórica teórico-interpretativa de Cortot con
respecto a diversos pianistas y teóricos de diferentes generaciones.
Pregunta 4: ¿Cuál es la relación entre las versiones de Cortot y las de otros pianistas,
tanto de su época como posteriores?
La tendencia general en los pianistas escuchados es ser más literales que Cortot en
relación a lo escrito en la partitura, salvo algunas excepciones, normalmente debidas
a pianistas de su época, como Paderewski.
También hay una tendencia a tomar más tiempo que el pianista suizo-francés, con
diferencias extremas en algunos casos, como las que se producen en ciertas obras con
pianistas como Mitsuko Uchida (Doce danzas alemanas D.790 de Schubert),
Delphine Lizé (algunas de las Danzas de la cofradía de David op. 6 de Schumann) o
Lang-Lang (primer movimiento de la Sonata nº3 op. 58 de Chopin y varias de las
Escenas de niños op 15, de Schumann).
Los pianistas escuchados, incluyendo a los alumnos de Cortot, no suelen hacer los
arreglos recomendados en las ediciones de trabajo, ni otras de sus indicaciones,
aunque en algunos casos, como en la pieza final de las Danzas de la cofradía de David
437
op. 6 de Schumann, una alumna de Cortot como Yvonne Lefébure es más fiel que su
maestro a las indicaciones de la edición.
Los alumnos de Cortot tienen sus propias personalidades y en ningún momento
son imitadores de su maestro, notándose su influencia en mayor o menor grado tanto
en un terreno general como en obras específicas, pero también otras influencias en sus
estilos interpretativos, que les lleva a utilizar menos rubato que su maestro, no hacer
sus arreglos, ser más literales en su lectura de lo escrito en la partitura y usar los
pedales de manera más moderada que su maestro. François es probablemente el que
por un lado está entre los más cercanos al estilo de Cortot, pero también con el que se
producen las mayores diferencias en algunas obras, como por ejemplo el Estudio op.
25 nº2 y el Nocturno op. 55 nº1 de Chopin.
438
ser muy pensados y normalmente se repiten en sus diversas grabaciones de una
misma obra, por lo que la mayoría de las veces no se deben a la improvisación
momentánea. Por otro lado, también podemos confirmar que varias de sus
prácticas interpretativas (desincronización de manos, cambios de medida, etc.) no
siempre se ven reflejadas en sus comentarios teóricos.
Aparte de estas conclusiones relacionadas con los objetivos y las hipótesis, hemos
podido confirmar la actualidad de Cortot como pianista, a través de las entrevistas a
pianistas y profesores. Combinando estas opiniones con las reflejadas en libros y artículos
hemos llegado conclusiones como que en general los comentarios son positivos en cuanto
a su arte, con algunas excepciones que no consideran que Cortot está entre los más
grandes pianistas. Pero una gran mayoría piensa que Cortot está en ese nivel. También
hemos comprobado el debate en cuanto a sus ideas teóricas, tanto en el terreno de su
método pianístico como en el de sus recomendaciones técnicas en las ediciones de trabajo,
siendo en este caso más equitativa la división, que incluye a profesionales que admiran y
aplican las ideas del pianista suizo-francés, tanto las relacionadas con los Principios
Racionales como con los ejercicios técnicos, mientras que otros no utilizan nunca sus
ediciones de trabajo y cuestionan los diferentes ejercicios recomendados en ellas, además
de haber una corriente, si no negativa, al menos cuestionadora de la eficacia del método
de Cortot, produciéndose también un debate interesante en ese terreno, que pensamos
continuará durante mucho tiempo. Por otro lado, el material que hemos analizado en París
ha sido fundamental para adentrarnos en la variedad de actividades del pianista y su
relación con otros artistas y personajes del mundo de la cultura en general.
439
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813, 2013.
465
LIPATTI, Dinu: Les Inédits, Archiphon ARC-112/113, 1995.
LIPATTI, Dinu: The Chopin Experience :The Complete Chopin Recordings 1941-
LISZT, Franz: Années de Pelèrinage 1-3/ Alfred Brendel, Zoltan Kocsis, piano, Philips
462312, 1999.
437206, 1993.
LISZT, Franz: Concertos & Légendes/ Claire-Marie Le Guay, piano, Accord , 2003.
LISZT, Franz: Grande Sonate/Eric Heidsieck, piano, A Charlin Disques SLC-29, 1974.
LISZT, Franz: Hungarian Rhapsodies 2, 3, 8, 13, 15, 17, Csárdás Obstiné/ Alfred
LISZT, Franz: Hungarian Rhapsodies, Vol. 2 (Liszt Complete Piano Music, Vol.
LISZT, Franz: Liszt Students Play Liszt - Rare Original Piano Recordings 1905-26,
LISZT, Franz: Piano Sonata In B Minor, 3 Concert Studies / Louis Lortie, piano,
Paraphrase/ Yundi Li, piano, Deutsche Grammophon 0289 471 5852 3, 2003.
LISZT, Franz: Piano Works/ Jorge Bolet, piano, Decca 0289 467 8012 1 dc9, 2001.
466
LISZT, Franz: Rhapsodie Hongroise nº 2 / Samson François, piano, BNF Collection,
2015.
LISZT, Franz: Rhapsodies Hongroises Nos. 6 & 11/ Samson François, piano, BNF
Collection, 2015.
LISZT, Franz: Rhapsodies Hongroises 9-15/ Edith Farnadi, piano, BNF Collection,
2015.
1-6, Sonetti del Petrarca Nos. 47, 104, 123/ Daniel Barenboim, piano, Deutsche
LUPU, Radu: Radu Lupu Complete Decca Solo Recordings, Decca CD 0289 478 2340
7 DB 10, 2010.
Manshardt, Thomas: Alfred Cortot's Last Pupil Live Performances: Mozart, Liszt,
MENDELSSOHN, Felix: 56 Lieder ohne Worte/ Roberto Prosseda, piano, Decca 476
6796, 2008.
HMC902195, 2014.
467
MENDELSSOHN, Felix: Piano Concertos Nos. 1 & 2; Variations Sérieuses; Andante
& Rondo Capriccioso/ Jean-Ives Thibaudet, piano, Decca 468 600-2, 2001.
37838, 1990.
8.553186, 1997.
MENDELSSOHN, Felix: Songs Without Words / András Schiff, piano, Decca 421119,
1987.
MENDELSSOHN, Felix: Songs Without Words, Books 1-4/ Ronald Brautigam, piano,
MENDELSSOHN, Felix: Songs without Words, Vol. 2/ Peter Nagy, piano, Naxos
8.550453, 1991.
2005.
Mozart, Schubert and Schumann, Deutsche Grammophon Collector's Edition 0289 469
8202 0 GB 8, 2002.
468
MOISEIWITSCH, Benno: Moiseiwitsch, Vol. 1(1927-1945): Schumann, Brahms,
2005.
NEUHAUS, Heinrich: The Art of Heinrich Neuhaus, Vol. 3, Classical Records CR083,
2006.
2012.
URN22367, 2008.
PERIANES, Javier: Les Sons et les Parfums-Debussy Meets Chopin, Harmonia Mundi
HMC902164, 2013.
PIRES, Maria João: Chopin, Deutsche Grammophon 0289 477 7483 9 GH 2, 2009.
469
PIRES, Maria João: Maria Joao Pires: The Complete Erato Recordings, Erato 631065,
2014.
PLANTÉ, Francis: Masters of the French Piano Tradition, Arbiter ARBITER150, 2006.
RAVEL, Maurice: Complete Piano Solo Works/ Abdel Rahman El Bacha, piano,
RAVEL, Maurice: Complete Solo Piano Music/ Robert Casadesus, piano, Sony
RAVEL, Maurice: Complete Works for Solo Piano/ Jean-Yves Thibaudet, piano, Decca
RAVEL, Mauricio: Piano Works/ Pascal Rogé, piano, Decca 0289 440 8362 0 df2,
1994.
RAVEL, Maurice: Piano Works/ Vlado Perlemuter, piano, Nimbus NI7713, 2010.
470
RAVEL, Maurice: The Complete Piano Music / Walter Gieseking, piano, Emi Classics
RAVEL, Maurice: The Composer as Pianist and Conductor, Pierian 13, 2010.
RICHTER, Sviatoslav: Complete, Decca, Philips & DG recordings, Decca 0289 478
APR7503, 2012.
SAINT-Saëns: Complete Works for Piano/ Marylene Dosse, piano, VOX CD5X3607,
2008.
1998.
6944890, 2009.
471
SCHUBERT, Franz: Moments Musicaux D 780, Piano Sonata D 960/ Alfred Brendel,
SCHUBERT, Franz: Moments Musicaux, etc/ Alexandre Tharaud, piano, Arion 68508,
2001.
SCHUBERT, Franz: Schubert: Piano Sonatas, Impromptus, etc./ András Schiff, piano,
HAEN98521, 2011.
SCHUBERT, Franz: Sonata D 784, 6 Moments Musicaux, Etc. / Maria João Pires,
SCHUBERT, Franz: The Impromptus, Moments Musicaux/ András Schiff, piano, Decca
sharp minor, Faschingsschwank aus Wien op.26, Allegro in B minor op.8, 3 Romanzen
9, Piano Sonata in F sharp minor Op.11, Fantasie Op.17, Kinderszenen Op.15 – No.7
SCHUMANN, Robert: Fantaisie op. 17, Fantasiestücke op. 12/Martha Argerich, piano,
SCHUMANN, Robert: Klaviersonate g-mol No. 2 op. 22, Waldszenen op. 82, Gesänge
der Frühe op. 133/ Mitsuko Uchida, piano, Philips 0289 478 5393 0, 2013.
1997.
473
SCHUMANN, Robert: Kreisleriana, Gesänge der Frühe, Variations & Nachtstücke/
433899, 2010.
SCHUMANN, Robert: Piano Concerto op. 54, Introduction & Allegro appassionato
op. 92, Novellette op. 21 No.1 · Toccata op. 7, Waldszenen op. 82/ Sviatoslav Richter,
SCHUMANN, Robert: Piano Music/ Vladimir Ashkenazy, piano, Decca 470915, 2002.
SCHUMANN, Robert: Variations sur le nom "Abegg" op. 1 ; Papillons op. 2 ; Sonate
G-moll op. 22; Presto G-moll op. Posth. ; Impromptus uber ein Thema von Clara Wieck
73500 2, 2007.
474
SOFRONITZKY, Vladimir: Schumann: Papillons, Op. 2; Carnaval, Op. 9;
2014.
2013.
UCHIDA, Mitsuko: Mitsuko Uchida plays Schubert, Philips 475 6282 pb8, 2004.
Yuja: Fantasia, Deutsche Grammophon 0289 479 0052 8 CD DDD GH, 2012.
WEBER, Carl Maria von: Piano Sonata No. 2, Invitation to the Dance, Polacca
WEBER, Carl Maria von: Piano Sonatas, Volumen 1/ Julian Jacobson, piano, Meridian
7.3. Videografía.
DUBAL, David: The Golde Age of the Piano, Decca Classics Productions DVD, 1990.
STURROCK, Donald: The Art of Piano: Great Pianists of the 20th Century, Kultur
Video, 2011.
475
CHOPIN, Frédéric: Ballades. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot,
CHOPIN, Frédéric: Études op. 10. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
CHOPIN, Frédéric: Études op. 25. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
CHOPIN, Frédéric: Pièces Diverses, 1º Série pour Piano. Édition de Travail par Alfred
CHOPIN, Frédéric: Pièces Diverses, 2º Série pour Piano. Édition de travail avec
CHOPIN, Frédéric: Préludes op. 28. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
CHOPIN, Frédéric: Sonate nº 2 op. 35. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
CHOPIN, Frédéric: Sonata nº3 op. 58. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
476
CHOPIN, Frédéric: Valses. Édition de travail avec commentaires d’Alfred Cortot,
CZERNY, Karl: 25 Études op. 748. Révision et Annotations d’Alfred Cortot, Éditions
FRANCK, César: Preludio, Aria e Finale. Revisione di Alfred Cortot, Edizioni Curci,
Milán, 1950.
FRANCK, César: Preludio, Corale e Fuga. Revisione di Alfred Cortot, Edizioni Curci,
Milán, 1950.
LISZT, Franz: Au bord d’une Source. Édition de Travail d’Alfred Cortot, Éditions
LISZT, Franz: Deux Légendes: Légende nº 1: ST. François d’Assise, la prédication aux
oiseaux. Légende nº 2: St. François de Paule Marchant sur les Flots. Édition de Travail
LISZT, Franz: Rapsodie Hongrois nº 11. Édition de travail avec commentaires d’Alfred
477
LISZT, Franz: Trois Caprices Poétiques. Édition de Travail avec commentaires
SCHUMANN, Robert: Les Danses des Compagnons de David, Édition de travail avec
SCHUMANN, Robert: Scènes dela Forêt (Waldszenen) op. 82, Édition de travail avec
http://www.altarusrecords.com/ArtistpageDAmato.html/
478
Amazon.es [en línea], disponible en: http://www.amazon.es/
recommendations/liszt-festival-raiding/
Centro de estudios Émile Jaques-Dalcroze [en línea], disponible en: http //www.jaques-
dalcroze.com/paginas/biografia.htm/
http://www.march.es/musica/publicaciones/buscadorMusica/ficha.aspx?l=1&p0=4&p5
eschig.com/
Idil Biret Official Website, biography [en línea], disponible en: http://www.idilbiret.eu/
http://edouard.ganche.free.fr/
http://mediatheque.cnsmdp.fr/opacwebaloes/opac/index.aspx
479
Médiathèque Musicale Mahler [en línea], disponible en:
http://www.mediathequemahler.org/
international.com/
http://angelcarrascosa.blogspot.com.es/
The American Matthay Association for Piano [en línea], disponible en:
http://www.matthay.org/
http://en.chopin.nifc.pl/institute/
480
ANEXO I
Encuesta.
481
482
Preguntas
1. ¿Conoce muchas grabaciones de Alfred Cortot? ¿Tiene alguna favorita?
2. ¿Ha usado, o sigue usando las ediciones de Cortot
3. ¿Considera que usted tiene alguna influencia de Cortot en su forma de tocar?
4. En general: ¿Cuál es su opinión sobre Cortot como artista?
Brenno Ambrosini.
(http://brennoambrosini.com/). Respuesta el 18/10/2014.
1) Conozco muchas grabaciones. Me gusta la frescura y la musicalidad de su Chopin,
pero prefiero como se enfrenta a Schumann.
2) Sus ediciones son obligatorias en mi clase y entre mis alumnos. Los errores de plancha
de la Salabert los corregimos con la Mikuki y la Paderewski.
3) No lo sé, pero lo espero de todo corazón. quién me escucha, puede responder a esta
pregunta.
4) cortot, pertenece a la época de oro del piano, a su primera fase. a aquella época en la
que cada pianista tenía su sonido, su visión interpretativa, su escuela pianística. una
época en la que el contacto con el público era intenso y el mensaje transmitido más
hondo. cortot "hablaba" de vida, arte, historia con su música. no de notas y de metal,
como pasa ahora en las salas de concierto.
Lawrence Amundrud.
(http://www.uregina.ca/cce/faculty-staff/faculty/amundrud-lawrence.html)
Respuesta el 12/10/14.
1) I have on CD almost all the commercial recordings Cortot made. There are so many
that I love it would be impossible to pick one favorite.
2) Yes I use Cortot editions. At the moment I am learning the Liszt E major Polonaise
from the Cortot edition. Almost all the Chopin I have played was learned from Cortot
editions.
483
3) I hope that Cortot’s playing has had a great influence on my playing! I find his playing
very beautiful and much more exciting than anything that is currently being done. I would
certainly like to play that way.
4) Cortot was a very great artist. And what energy he had! He was a great pianist, a
superb chamber musician, an excellent editor, an intelligent writer, and a generous
teacher. I regard him as one of the greatest musicians of the last century.
Ludmil Angelov.
(http://virtuosoartistsmanagement.com/ludmil-angelov-piano). Respuesta el 28/10/2014
1) Conozco gran parte de sus grabaciones y considero que para cualquier pianista es
imprescindible escucharlas y analizarlas. Son una referencia en el aspecto interpretativo
- por lo menos para mí - y una inagotable fuente de inspiración y sabiduría pianística.
Casi todo lo que grabó de la obra de Chopin entra en mis "favoritas", igual que las obras
de Schumann grabadas por él. Otra fantástica grabación, de su época joven, es la
espectacular versión del Estudio en forma de vals de Saint-Saens - en mi opinión, sin
igual hasta el presente.
2) Por supuesto, y no solo las de las obras de Chopin. Adoro el acercamiento complejo
de Cortot como editor, el cual refleja su manera de trabajar: a la vez llena de inspiración
poética y de una tremenda capacidad analítica de los aspectos técnicos y sonoros de las
obras.
3) Sí, sobre todo cuando yo era más joven - lo cual me parece absolutamente normal.
Todos de jóvenes intentamos imitar interpretaciones ajenas, sobre todo cuando estas
tengan la fantástica fuerza sugestiva y la seducción, como las de Cortot. Luego, más
tarde, el tiempo y la experiencia nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos y las
influencias disminuyen su fuerza. Pero Cortot ha dejado su profunda huella en mi
formación como músico y pianista.
4. Yo creo que Cortot fue uno de los artistas más originales de la primera mitad del siglo
XX, no solo como pianista, pero en sus otras facetas: pedagogo, director de orquesta,
escritor y propulsor de la creación artística de muchos compositores de su entorno. Sus
"Cursos de interpretación" siguen siendo una referencia no solo en Francia, pero a nivel
mundial y su legado de músico ha transcendido todas las fronteras, convirtiéndose en
valor universal de la cultura.
484
1) Yes, I do know all Cortot's recordings. My favorite are Chopin's Studies and Préludes
and also Schumann's Symphonic Studies.
2) I used his editions in my youngest days but not now (I do know his system and very
useful exercices ON the works instead of useless scales and exercices.
3) Yes, it's clear to me that Corrot has an influence on me, especially in Chopin and
Schumann : a very unusual way to use rubato and this kind of "stop and go" ... With
Horowitz, he is the pianist who influenced me more than anyone else.
4)I think he was the greatest pianist of his time and an outstanding pedagogue who
brought more spirit to music.
Norma Fisher.
(http://www.rcm.ac.uk/keyboard/professors/profile/?id=5372). Respuesta el 10/10/2014.
1) -
2) I am a great believer in the Cortot "Rational Principles of Piano Technique" and use
his ideas all the time with my students!!
3) -
4) I am a great admirer of his work as a performer and approach to the keyboard in
general.
Pablo Galdo.
(http://www.pablogaldo.com/) Respuesta el 10/10/2014.
1) Sí, conozco muchas grabaciones de Cortot.
485
2) He usado alguna edicion de Cortot y tengo su libro Principios Racionales de la
Técnica Pianistica
3) No creo que cortot tenga influencia en mi forma de tocar
4) Pienso que era un gran artista y muy humano y pensaba mucho.
Josu Okiñena.
(http://www.josuokinena.com/). Respuesta el11-10-2014.
1. Sí, conozco bastantes. Creo que si tuviera que elegir uno me quedaría con el Children´s
corner de Debussy.
2. He usado mucho sus ediciones, fundamentalmente para los estudios de Chopin,
aunque actualmente prefiero las ediciones originales.
3.? Sí, sobre todo en su pensamiento, en el trabajo que hace con la imaginación al
provocar a sus discípulos una serie de acciones de búsqueda de conocimiento,
confiriendo más valor a las ilusiones que despiertan que a la veracidad de las
informaciones.
486
4. Para mí es uno de los grandes pianistas de la historia. Me fascina su modo de concebir
la música interrelacionándola con el resto de las artes.
Dr Karen Taylor.
(http://info.music.indiana.edu/faculty/current/taylor-karen.shtml).
Repuesta el 15/10/2014.
1) I know nearly all of Cortot’s recordings, and I have many of them in multiple formats:
78rpm, 33 rpm, audio tape, CD, even a few very early one-sided acoustic recordings. I
do not have one favorite, but I have some recordings that I am especially fond of:
Chopin: Préludes, Ballade No. 4, Barcarolle
Franck – Variations symphoniques
Schumann – Concerto, some mvts. of Kinderscenen
Ravel – Jeux d’eau, Sonatine
2) Yes. I learned quite a few pieces from Cortot’s éditions de travail while studying with
Lefébure in Paris many years ago, and also worked on parts of the Principes rationnels
de la technique pianistique with her and one of her assistants, Gisèle Couteau. I own
most if not all of Cortot’s study editions, including the late Italian ones published by Curci
(Milano). I still consult them fairly often in my teaching. I use them mainly as a “second”
reference edition to complement an urtext edition; that is the way I also use Schnabel’s
ed. of the Beethoven sonatas.
3) ¡Yes, of course! But I am old now, and don’t perform much in public. These days,
Cortot has much more influence on my teaching, especially on my teaching of cantabile
style, phrase shaping, voicing, pacing/rubato, touches and tone colors, pedaling nuances,
etc. Not so much influence on how I teach technique. That said, I think it is very
dangerous for students to imitate Cortot’s playing. When they try to do that, the result is
487
often just a caricature of his mannerisms, because they copy what catches their ear
immediately—the little personal gestures and inflections—rather than the essential. I tell
my students not to listen to any recording a lot when they’re first learning a piece., no
matter how splendid it might be. After they have ideas of their own, then I suggest several
fine performers they could listen to for inspiration and for ideas that align with their
concept but are perhaps more artistically expressed; Cortot is often one of those. I never
recommend just one recording, however, as I don’t want my students to be clones of any
artist.
4) Dear Francisco: I have written 660 pages on Cortot....and you want me to answer this
question in a few sentences? Seriously: I think that Cortot is one of the greatest
interpreters of the last century and one of the most important musical figures of the period
1900-1940. His style is unique: whether you love it (as I do) or find his wrong notes and
unrestrained rubato annoying (as some pianists today do), you can recognize a Cortot
interpretation after 5-10 seconds, so distinctive was his artistry. How many other pianists
can you say that of?
488
4) Clearly, Cortot had--and still has--an enormous influence, not just as a top
international pianist and recording artist, but also as an inspiring teacher, editor, author,
and conductor.
489
490
ANEXO II
491
492
1-Alfred Cortot (1877-1962).
1891-1900:
1901-1909:
1910-1919:
1920-1929:
1930-1939:
1940-1949:
1839-1870:
Francis Planté (1839-1934), Raoul Pugno (1852-1914), Ignaz Jan Paderewski (1860-
1941), Claude Debussy (1862-1918), Emil von Sauer (1862-1942), Moritz Rosenthal
(1862-1946), Eugene D’Albert (1864-1932), Ferruccio Busoni (1866-1924), Leopold
Godowski (1870-1938).
1871-1880:
493
Carl Friedberg (1872-1955), Édouard Risler (1873-1929), Sergei Rachmaninov (1873-
1943), Marguerite Long (1874-1966), Maurice Ravel (1875-1937), Ricardo Viñes (1875-
1943), Josef Hofmann (1876-1957).
1881-1890:
1891-1900:
1901-1910:
1911-1920:
1921-1930:
1931-1940:
Alfred Brendel (1931), Glenn Gould (1932-1982), Adam Harasiewicz (1932), Joaquín
Achúcarro (1932), Agustin Anievas (1934), Evelyne Crochet (1934), Philippe Entremont
(1934), Cécile Ousset (1936) Vladimir Ashkenazy (1937), Ricardo Requejo (1938),
Marylene Dosse (1939), João Carlos Martins (1940).
494
1941-1950
1951-1960:
Janina Fialkowska (1951), Dezső Ránki (1951), Pascal Rogé (1951), Jenö Jandó (1952),
Zoltan Kocsis (1952), Gerhard Oppitz (1953), András Schiff (1953), Ronald Brautigam
(1954), Andrei Gavrilov (1955), Peter Ritzen (1956), Krystian Zimerman (1956),
Benjamin Frith (1957), Pierre-Laurent Aimard (1957), Jean-Marc Luisada (1958), Ivo
Pogorelich (1958), Abdel Rahman El Bacha (1958), Louis Lortie (1959), Roger Muraro
(1959),
1961-1970:
Filippo Faes (1960), Peter Nagy (1960), Rosa Torres-Pardo (1960), Balazs Szokolay
(1961), Jean-Yves Thibaudet (1961), Jean-Efflan Bavouzet (1962), Eric le Sage (1964),
Miguel Baselga (1966), Stanislav Bunin (1966), Alexandre Tharaud (1968), Hélène
Grimaud (1969), Gustavo Díaz-Jerez (1970).
1971-1980:
Evgeny Kissin (1971), Ingrid Fliter (1973), Alex Slobodyanik (1974), Claire-Marie Le
Guay (1974) Roberto Prosseda (1975), Javier Perianes (1978), Christian Chamorel
(1979), Delphine Lizé (1979).
1981-1990:
David Fray (1981), Bertrand Chamayou (1981), Lang Lang (1982), Yundi Li (1982),
Rafal Blechacz (1985), Judith Jáuregui (1985), Yuja Wang (1987), Lise de la Salle
(1988), Alice Sara Ott (1988).
1991-2000:
495
Fecha no disponible:
Yukie Nagai.
496
Anexo III
497
498
Cartas a Cortot. Por orden Cronológico:
1910-1919:
Editorial Durand, 3-5-1910. Louis Diémer, 14-8-1913. Societé Frédéric Chopin, 12-4-
1919. Editorial Durand, 22-4-1919.
1920-1929:
Kaikhosru Shapurji Sorabji, 5-12-23. Nouvelle Revue Musicale (Léon Vallas), 8-12-
1928. Vindent d’Indy recomendando a Cortot, 25-7-1929. Editorial Sénart, 31-7-1929.
1930-1939:
1940-1949:
1950-1959:
499
Partituras.
Felix Mendelssoh-Bartholdy:
Invitación a la danza op. 65. Revisión de Vincent d’Indy. Edición Sénart-Roudanez. Con
anotaciones.
Momento Capriccioso op. 12. Edición. J.G. Cotta'sche Buchhandlung Nachfolger. Con
anotaciones.
Sonata nº2 op. 39. Revisada por Franz Liszt. Cotta. Stuttgart. Con anotaciones.
Frédéric Chopin:
Maurice Ravel:
500
Ravel: Concierto para la mano izquierda. Arreglo de Cortot. Manuscrito.
Gabriel Fauré:
Manuel de Falla:
Falla. Noches en los Jardines de España. Editorial Max Eschig. Con anotaciones
César Frank:
Otros:
501
502