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El atuendo norteño
Cuando uno se imagina un malambista norteño lo
ve con bombacha y bota fuerte, y está bien que así
sea, pero lo podríamos ver también con alpargatas
polainas propias de la zona y época, lo situaremos
al malambo norteño luego de 1870.
El malambo cuyano
Es una variante que está cotejada más con
el malambo sureño.
En primer lugar, por la cercanía. En el
siglo XVIII parte de Mendoza pertenecía a
la Argentina, no así parte del sur hoy mendocino.
No es muy conocido el malambo cuyano y no hay
grandes destaques en su estudio.
Pero es fácil de identificar la manera de zapatear
que tendría el paisano cuyano por su modo más
suave, y sin repiques donde prevalecían las
mudanzas de cepilleos y chairados.
Esto se debía a su región con connotaciones
especiales como por ejemplo que el agua que
ingería era de deshielo, por ello no tenía yodo
produciéndole una incapacidad para respirar
característico en los cuyanos se le producía el
“coto” o bocio, que le impedía grandes
movimientos. De allí el mote de: “mendocino
cotudo, pata a la rastra”.
No he podido encontrar muchos datos de zapateos
cuyanos, salvo un daguerrotipo que pude ver en el
Instituto de Divulgación del folklore cuyano de
Don Alberto Rodríguez.
El atuendo cuyano
El paisano de cuyo, visto en Mendoza del siglo
XIX usaba bombacha angosta luego de 1870 y los
he visto en fotos con bota fuerte de taco bajo y de
taco “Romaniu”, muy característica de Chile.
El malambo combinado o
“cuarteta”
No pertenece al folklore, es un
formato creado para brindar
espectáculo en un escenario.
Sufre las modas, cuando gusta se propone y de
pronto decae y desaparece.
En Córdoba se llamó “cuarteta” para distinguirlo de
la música de “cuarteto” y evitar confusiones.
En el malambo combinado se utilizan técnicas de la
danza académica como el “canon”; las diferencias
de movimiento dinámico y estático; elementos
como lanzas; rebenques; cuchillos; ponchos;
sombrero; látigos; bombos; (una vez lo vi hacer con
cajas de lustrabotas y cepillos de lustre).
El desplazamiento por el escenario; el balance
visual; la impresión escénica; la música grabada; y
otros con sonido en vivo, utilizando instrumentos
extraños a la región y a la orquesta tradicional.
Se realiza con 4;6;8;10;12 bailarines y cuanto más
bailarines le coloquen a la coreografía, se torna más
fácil para resolver problemas de calidad
interpretativa de los bailarines.
También con muchos bailarines se pueden hacer
cambios de atuendo, de escenografía; aparición y
desaparición de actuantes; etc.
Se apela al vestuario igualitario; tratando de
mostrar a los bailarines en un bloque homogéneo y
es importante que el vestuario no sea el tradicional,
si uno especial preparado para la muestra en
cuestión.
Hacerlo con el traje tradicional confunde al público
neófito y llegan a creer que los paisanos y gauchos
bailaban en esos conjuntos.
Es allí donde juega la capacidad del puestista y del
coreógrafo.
Como es una proyección se puede utilizar a las
mujeres en el desarrollo del espectáculo de
malambo; varias veces lo realicé y fue espectacular
el recibimiento de la novedad por parte del público,
aquí una foto de las chicas realizando uno de esos
malambos de proyección.
FOTO CHICAS HACIENDO MALAMBO