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Al reconocerse asimismo como campesino-artista José Ismael manco parra evidencia el poder que

tiene el territorio sobre los habitantes de los lugares; sus trazos, formas y tema rural ocupa un
espacio para la construcción, exaltación del pensamiento; dado a través de la articulación de la
agricultura con las artes. De esta manera entre azadón y trazos elabora sus propuestas que surgen
del saber familiar, la cotidianidad ubicando en primer lugar su herencia y ser campesino.
Al respecto el autor toma del dibujo como espacio de discusión, “la agricultura como obra de arte” a
través del explorar y la variedad de materiales, esto situado al servicio de las necesidades reales de
su territorio, tanto desde la labor del campo el ser campesino como la representación que propone el
ser creador.
En relación Arte, territorio, habitar se reiteran como forma y objeto para ver el mundo, en esta
ocasión José Ismael desde la experiencia rural con los saberes del campo que al recoger su
cotidianidad representar sus habitantes campesinos, animales, flora y sembrar tanto identidad como
semillas, expone su territorialidad.

Los vínculos entre individuo y territorio son dinámicos y responden a realidades concretas. Para el
caso del Territorio Transito, los fenómenos derivados del deambular, la identidad, son procesos
físicos y simbólicos de territorialización, acompañados de prácticas culturales que permiten lidiar
con este escenario fluctuante, de un territorio existencial y de formación subjetiva. Analizar dichos
procesos, a partir de los vínculos sociedad-territorio que se producen desde las artes visuales, parte
de la hipótesis de que las artes construyen estrategias de sentido que permiten asimilar un escenario
en construcción como el que se propone en el proceso creativo.

El arte nace en la demarcación de un territorio, en la constitución de sus extensiones, mesetas y


fronteras. En el pensamiento deleuziano y guattariano, un territorio se demarca con una serie de
“posturas corporales” que dan la actitud de ese gesto de creación, con una serie de colores que
configuran la “imagen” de ese territorio, con una serie de cantos que constituyen las “entonaciones”
de este territorio. (Cynthia Farina, 2018)

Por consiguiente, los procesos creativos individuales, generan conjuntos, estos vínculos se
construyen de posturas en colectivo y exaltan particularidades desde los micro mundos que se
establecen en un territorio con características comunes, a explorar como la mezcla rural-urbana
abordada en los procesos anteriormente descritos.

Visto que… la mirada el cultivo y el entorno natural son puntos de interrelación

Crecimos entre verdes, rodeados de montañas.


somos oyentes del rio y de la brisa que acompaña al sol implacable
somos hijos del campo, campesinos por herencia y pasión.
Dibujantes de praderas, modelado de la tierra
vecinos del páramo, y el bosque,
observadores del silencio y de la neblina en la mañana,
hijos de una tierra que es maestro. ()
El presente texto pretende generar una noción para el territorio transito como el recorrido que se
cimenta desde el habitar hasta la búsqueda constante que se emprende con el proceso artístico,
asumiendo la idea de lo propio como responsabilidad. Estableciendo una apropiación topofilica del
territorio desde un tejido de relaciones con el terruño y la cultura, agregando como no solo hay un
efecto de atracción y arraigo sino lazos emocionales que nos ligan directamente con aquel espacio
habitado.
Lo anterior desde las necesidades que el fenómeno de la globalidad a establecido para el mundo,
asumiendo una época en la que la idea de conexión es constante, pero del mismo modo ha generado
la búsqueda de identidad, desde la sensación de quiebre que el homogeneizar a logrado, en un
mundo heterogéneo que explora sus particularidades, a través de los valores socio culturales de una
población que se ha interiorizado desde las artes.

1. Territorio transito
El transitar es el recorrer un camino, el ir y seguramente también el venir, mirar hacia adelante y
hacia atrás, observar y re- observar, de esta manera permite conocer, encontrar o perder el recorrido,
pero es una herramienta para el conocer. Mientras el territorio es en principio el dialogo entre ser
humano y lugar.
De esta forma etimológicamente, la palabra territorio, territorium en latín, deriva de modo directo
del vocablo latino terra, y la empleó el sistema jurídico romano dentro del llamado jus terrendi (en
el Digesta, del siglo VI, Di según Méo, 1998:47) como el pedazo de tierra que fue apropiado, dentro
de los límites de una determinada jurisdicción político-administrativa. (Haesbaert, 2011, pg.21) por
ello el territorio emerge como una construcción, un diálogo del hombre con la naturaleza dado a lo
largo de la historia. Así en Deleuze y Guattari el territorio tiene que ver con pensamiento y deseo,
hoy relacionado desde el transitar-territorializado.
"en la óptica ratzeliana, el territorio es un espacio cualificado por el dominio de un grupo humano,
estando definido por el control político de un determinado ámbito espacial. Según él, en el mundo
moderno constituyen áreas de dominación 'estatal' y, más recientemente, 'esta de esta forma, para
Ratzel: nacional". <el transitar de la vida> Territorio es un ejercicio de poder (Haesbaest, 2011,
pg.27)
De esta forma el territorio transito es un devenir de múltiples caras, un cumulo de recursos,
experiencias a los que se intenta dar una orientación desde el habitar, con una deriva que busca
constantemente, que va y viene entretejiendo puntadas de identidad, la cual en medio de esta
búsqueda no por accidente, no como herramienta el territorio envuelve e incentiva a crear.
Con lo anterior somos el resultado del modelar de un territorio, del andar de los días pasados que se
ha configurado en un proceso de territorialización el cual entre pinceladas, trazos, color, imagen y
voces a forjado unas tantas ideas, ha hecho del arte un territorio expresivo, una construcción, un
dialogo y el deseo que transita desde el espacio habitado.
El territorio transito pretende reunir la relación existente entre arte-territorio recogiendo el carácter
expresivo no humano de la naturaleza y el proceso creativo del ser humano que habita: desde una
estética de la naturaleza como cultura, signo acompañados del factor biótico del entorno natural, en
medio de la búsqueda y los cambios resultado del entorno tanto rural como urbano, con la búsqueda
de los orígenes del arte en la Tierra, y acentuando la búsqueda del arte a partir de la diversidad de
medios que terminan por condicionarlo. Es un camino de ideas, en construcción que tiene como
resultado el proceso de creación, el cual llega semejante a una necesidad, establecida entre
conceptos que transitan. Este territorio es el ir de la idea al proceso de creación.

a. Habitar
Encontrarse en un lugar y apropiarse de este, donde la propiedad no es un me pertenece sino un
b. Deriva (ir y venir)
El sentido de la deriva es “dejarse llevar” por las sensaciones, “dejarse tocar” por lo sensible, por
las impresiones y emociones que despierta una imagen por sí misma, imagen que impacta y
moviliza la vida. La experiencia y situación conocer realmente, y así mismo encontrarse al
conocerse.
La deriva es también lo inesperado
c. Devenir (alejarse de lo conocido para conocer)
Posibilidad de cambio
d. Identidad (fluctuante)
Es una posibilidad de encuentro dentro del camino, la identidad se ancla tanto en pertenencias como
en identificaciones.
e. Proceso creativo
Se a tomado el lugar de resultado

2. Creador desde el territorio, cuando arte y territorio se transforman en


sinónimo
Cita de Angela ()
3. Llamado del territorio
Somos resultado del modelar de un territorio, del andar de los días pasados que se ha configurado
en un proceso de territorialización el cual entre pinceladas, trazos, color, imagen y voces a forjado
unas tantas ideas, ha hecho del arte un territorio expresivo, una construcción, un dialogo y el deseo
que transita desde el espacio habitado.

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