Está en la página 1de 21

PSICOANÁLISIS 1

PROFESOR DE LA ASIGNATURA: RODRIGO CORNEJO PORTILLA


Etiología y Mecanismos
de las Psiconeurosis de
Defensas
Las Neuropsicosis
de Defensa
(Ensayo de una teoría psicológica de la histeria
adquirida, de muchas fobias y representaciones
obsesivas y de ciertas psicosis alucinatorias)

Freud, 1894
En el texto aparece por primera vez
ampliamente explicada su “teoría de la defensa”,
que ya había sido mencionada en la
Comunicación Preliminar (1893).

Se esboza el papel de la sexualidad, se roza el


problema de la naturaleza de lo inconsciente, y
se plantea la “teoría de la investidura”
Es universalmente aceptada la escisión de consciencia,
característica de la histeria (Janet, Breuer y otros). Lo que no está
claro es el origen de esa escisión y su articulación a la neurosis
histérica.

Janet: la escisión de consciencia es un rasgo primario de la histeria.


Tiene por base una endeblez innata de la aptitud para la síntesis
psíquica, un estrechamiento del campo de consciencia:

Herencia → Escisión de la consciencia → Provoca síntomas histéricos.


Representación (queda aislada)

Breuer: base y condición de la histeria son los estados hipnoides,


estados de consciencia particularmente oníricos. Por lo cual, la
escisión de consciencia es secundaria, adquirida, producto de los
estados hipnoides. Esta es llamada “histeria hipnoide”.

Herencia → estados hipnoides → escisión de consciencia → síntomas histéricos.


Representación (queda aislada)
Freud plantea otras dos modalidades de histeria cuya
escisión de consciencia es adquirida:

2. La escisión del contenido de consciencia es un acto


voluntario del enfermo. Freud plantea que el sujeto no
busca intencionalmente la escisión de consciencia, sino
que su yo busca desalojar la representación de su
consciencia, pero su resultado es la escisión de
consciencia. “Histeria de defensa”.

3. La escisión de consciencia juega un papel mínimo,


incluso nulo. En estos casos, sólo se interceptó la
reacción frente al estímulo traumático. No hay
representación desalojada de la consciencia. El sujeto
no puede descargar su afecto displacentero, por lo que
se vuelve necesario abreaccionar la reacción que no
pudo ejecutarse en su momento. Son las llamadas
“histerias de retención puras”.
Posteriormente, Freud abandonará la teoría de los
estados hipnoides de Breuer (con lo cual abandona
la noción de histeria hipnoide).

También planteará que el mecanismo de retención


de la histeria de retención también puede ser
entendido como una defensa, por lo que
abandonará esta distinción y planteará que toda
histeria es una histeria de defensa.

Finalmente plantea que la histeria de defensa es


una histeria adquirida, puesto que no observa
trastornos hereditarios a la base de estas histerias.
Freud describe la operatoria del yo de la siguiente manera:

La tarea que el yo defensor se impone, tratar como no acontecida la


representación inconciliable, no será posible para él. Una vez que la
huella mnémica y el afecto ligado a la representación están ahí, no se
los puede arrancar. De ahí que el yo busque entonces debilitar la
representación, volverla inofensiva, arrancándole el afecto, es decir, la
suma de excitación que sobre ella actúa.

Así, la representación quedará aislada de las cadenas asociativas (fuera


de la consciencia), pero su monto de afecto, su monto de excitación
(que no se puede eliminar) tiene que ser aplicado a otro empleo. Hasta
aquí, las operaciones defensivas son iguales para la histeria, las fobias y
las obsesiones. La diferencia se establece desde aquí en adelante:

-En la histeria, el modo de volver inocua la representación inconciliable


es trasponer a lo corporal la suma de excitación (conversión). Ella
puede ser total o parcial y la parte del cuerpo afectada estará en
relación con la vivencia traumática.
-En la Histeria, el modo de volver inocua la representación inconciliable es
trasponer a lo corporal la suma de excitación (conversión). Ella puede ser
total o parcial y la parte del cuerpo afectada estará en relación con la vivencia
traumática.

-El afecto puede tomar otro camino (la vía psíquica y no la vía somática). Si el
afecto se adhiere (desplazamiento) a otras representaciones (en sí no
inconciliables) vía un “enlace falso”, entonces el sujeto padecerá de
“representaciones obsesivas”: Neurosis Obsesiva.

-Si el afecto se proyecta (proyección) en un objeto externo (animales, objetos


inanimados), entonces se trata de una Fobia o Histeria de Angustia.

-En el caso de las Psicosis Alucinatorias, la defensa del Yo es mucho más


enérgica y exitosa, y consiste en que el Yo desestima la representación
inconciliable junto con su afecto (actúa como si nunca existieron). Creación
de una Neorealidad.
Nuevas
Puntualizaciones
sobre las
Neuropsicosis de
Defensa
Freud, 1896
Si en el primer trabajo, el énfasis estaba puesto
en el concepto de defensa, que anticipa el de
represión, en este trabajo Freud pondrá el
acento en aquello contra lo cual actúa la
defensa, es decir, la vivencia sexual infantil (no
mencionada en el texto anterior).

También insiste en que la seducción a la base


es siempre un acto acometido por un adulto a
un niño, y explicite el papel que cumple la
pubertad en el ocasionamiento de la neurosis.
I. La etiología específica de la histeria:

La causación de la histeria tiene como fundamento vivencias


sexuales correspondientes a la niñez temprana (período anterior a
la pubertad) y su contenido tiene que ver con una efectiva
irritación de los genitales.

En el caso de la histeria, se trata de una pasividad sexual de estas


vivencias. La relación entre histeria y sexo femenino, está dada por
Freud, por la frecuencia mayor de ataques sexuales que sufren las
niñas que los niños. Freud insiste en que no son las vivencias sino
los recuerdos despertados después del período de la pubertad, los
que tienen el poder patógeno.

Por otra parte, Freud señala que aún, cuando pueda tratarse de
invenciones de las histéricas (respecto de las atentados sexuales
infantiles) estas deben en el fondo estar soportadas en la huella
mnémica de un trauma infantil.
La vivencia postpuberal que provoca síntomas
histéricos, sólo ejerce sus efectos despertando la huella
mnémica de dicho primer atentado sexual infantil. Estos
traumas posteriores (segundo tiempo del trauma) no
están sujetos al estricto condicionamiento de los
traumas infantiles (primer tiempo del trauma) en
intensidad o naturaleza de estos últimos.

Respecto de la predisposición histérica que Freud


menciona en el primer texto, acá logra esclarecer su
naturaleza (no hereditaria, por cierto). Es cierto que no
sólo los histéricos o los neuróticos en general, sufren de
atentados sexuales en su infancia. No obstante, en ellos
el despertar de esas vivencias en la adultez ocasionará
enfermedad, y en los otros sujetos no. En este sentido, el
problema central no sería entonces la vivencia sexual
infantil, sino el posterior despertar de la huella
mnémica.
II. Naturaleza y mecanismo de la neurosis obsesiva

La causación de la neurosis obsesiva está dada por


vivencias sexuales ejecutadas con placer, en una
posición activa, durante la temprana infancia. Freud
también señala que en toda neurosis obsesiva
estudiada ha hallado un trasfondo de síntomas
histéricos, lo cual revela que a la experiencia
placentera de carácter activa que está a la base de los
síntomas obsesivos (seducir a otro), debe haber
precedido una experiencia pasiva como en el caso de
la histeria, es decir, una vivencia de seducción (de ser
seducido).
La Herencia y la
Etiología de las
Neurosis
Freud, 1896
Freud entrega una serie de argumentos en favor de pensar en
una etiología no hereditaria para algunas neurosis.

Es decir, sin desconocer y mantener la idea de una


predisposición hereditaria como etiología de las neurosis, él
plantea que, a partir de su experiencia, puede afirmar que es
posible pensar que se desarrolle una neurosis en personas,
sin ningún tipo de predisposición hereditaria a tales
enfermedades.

Para ello propone como base de este nuevo tipo de neurosis,


las neurosis adquiridas, lo que él denomina las causas
específicas.
Freud propone aislar en un grupo de neurosis, a la histeria y las
neurosis de obsesiones. A este grupo le llamará de las grandes
Neurosis (posteriormente Psiconeurosis).

Y en otro grupo toma la neurastenia y la dividirá en dos:

a) para el primer grupo, conserva el nombre de neurastenia


(constipación, fatiga, flatulencia, etc., referida a enfermedades
nerviosas cuya causa no sería otra que la imposibilidad de resolver
de manera adecuada la tensión sexual (el onanismo) y

b) para la segunda, propone el nombre de neurosis de angustia


(cuyos síntomas son irritabilidad, fobias, ataques de angustia,
mareos, taquicardias, ahogos, hiperestesia, insomnio, etc.), referida
a enfermedades nerviosas cuya causa es una acumulación de
tensión sexual (abstinencia forzosa, coito imperfecto o
interrumpido, etc.). Este grupo recibirá el nombre de Neurosis
Actuales.
La causa (etiología) de ambas enfermedades
es SEXUAL.

No obstante, la diferencia estriba en:

PSICONEUROSIS:
Perturbaciones de la vida sexual pasada, que
generan “conflictos psíquicos” actuales en el
sujeto.

NEUROSIS ACTUALES:
Perturbaciones actuales de la vida sexual, que
generan “conflictos somáticos”.
Freud propone:

Condiciones: indispensables para el surgimiento de la


enfermedad. Universales, pero se las encuentra
también en otras enfermedades. Herencia.

Causa concurrente: son necesarias para el


ocasionamiento de la enfermedad, pero son
inespecíficas, banales y pueden no presentarse en
algunos enfermos (agotamiento físico, intoxicaciones,
traumas, etc.).

Causas específicas: tan indispensables como las


condiciones pero de naturaleza estricta y sólo aparecen
en la etiología de la afección de la cual son específicas.
Vivencia de orden sexual.
¿Es concebible que una experiencia sexual precoz, sufrida
por un individuo cuyo sexo está apenas diferenciado, se
convierta en la fuente de una anomalía psíquica persistente
como la histeria? ¿Y cómo concordaría esa suposición con
nuestras ideas actuales sobre el mecanismo psíquico de esta
neurosis?

Se puede dar una respuesta satisfactoria a la primera


pregunta: justamente por ser infantil el sujeto, la irritación
sexual precoz produce un efecto nulo o escaso en su
momento, pero se conserva su huella psíquica.

Luego, cuando en la pubertad se desarrolle la reactividad de


los órganos sexuales hasta un nivel casi inconmensurable con
el estado infantil, de una manera u otra habrá de despertar
esta huella psíquica inconsciente.

Merced al cambio debido a la pubertad, el recuerdo


desplegará un poder que le faltó totalmente al acontecimiento
mismo; el recuerdo obrará como si fuera un acontecimiento
actual (Freud, 1896, p.153)

También podría gustarte