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SEMANA 7

Piel rosácea
La rosácea es una enfermedad cutánea crónica que afecta a un número significativo de personas y es más
común en mujeres de mediana edad con tez clara.
La rosácea se manifiesta con enrojecimiento facial persistente, vasos sanguíneos visibles en la piel, pápulas
inflamadas y sensaciones de ardor o picazón.
Se desconoce la verdadera causa de la rosácea y tampoco existe cura para ella, pero la identificación
temprana de los síntomas y el tratamiento adecuado son fundamentales para controlar la afección y
mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Cuáles son los síntomas de la rosácea?
Se manifiesta de manera diferente en cada persona, pero algunos síntomas comunes incluyen enrojecimiento
facial persistente, la presencia de pequeños vasos sanguíneos visibles en la piel (telangiectasias), ojos secos
y párpados hinchados, pápulas inflamadas y una sensación de ardor o picazón, así como engrosamiento de la
piel en la zona de la nariz en algunos casos.
Estos síntomas pueden variar en gravedad y pueden aparecer durante una temporada y luego desaparecer por
un tiempo.
¿Cómo se diagnostica la rosácea?
El diagnóstico de la rosácea se establece mediante la evaluación clínica de un profesional de la
salud, generalmente un dermatólogo.
No existen pruebas de laboratorio específicas para confirmar esta afección cutánea crónica. El
médico realiza un examen físico minucioso de la piel, observando enrojecimiento facial
persistente, la presencia de vasos sanguíneos visibles, pápulas, pústulas u otros síntomas
característicos.
Además, se recopila información sobre los síntomas, factores desencadenantes y antecedentes
médicos y familiares. Una vez identificadas las características clínicas, se establece el
diagnóstico de la rosácea y el plan de tratamiento adecuado.
¿Cómo se trata la rosácea?
El tratamiento de la rosácea se basa en la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales de cada
paciente y es fundamental para controlar y aliviar los síntomas de la rosácea.
Tratamiento tópico :
Los tratamientos tópicos son una parte fundamental del abordaje de la rosácea. Los productos que contienen
metronidazol, azelaico o ácido azelaico pueden reducir la inflamación y el enrojecimiento. Asimismo, los
productos formulados con ivermectina pueden ser efectivos en el control de los síntomas.
Tratamiento oral:
En casos más graves, su dermatólogo puede recetar antibióticos orales, como la doxiciclina o la
tetraciclina, para controlar la inflamación y las lesiones. Estos tratamientos generalmente se usan
a corto plazo debido a posibles efectos secundarios. El seguimiento médico es esencial durante el
uso de antibióticos orales.
Terapia con láser y Luz Pulsada Intensa (IPL) :
Es una opción para reducir la aparición de vasos sanguíneos dilatados y enrojecimiento facial. Estas
tecnologías pueden ser muy efectivas siempre y cuando sean recomendadas por su médico.
Es fundamental consultar a un dermatólogo para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento
adecuado. Con el enfoque correcto y la atención médica oportuna, es posible lograr una piel más
saludable y una mejora significativa en la calidad de vida de quienes padecen rosácea.
¿Cuáles son las causas de rosácea?
A pesar de las investigaciones en curso, la causa exacta de la rosácea sigue siendo desconocida.
Sin embargo, hay varios factores que contribuyen a su desarrollo. Entre ellos, la predisposición genética, anomalías
en los vasos sanguíneos faciales, exposición a factores ambientales como la luz solar o temperaturas extremas, y el
estilo de vida, donde el consumo de alcohol y el estrés emocional pueden convertirse en factores desencadenantes.
Cualquier persona puede desarrollar rosácea, pero es más probable que la desarrollen mujeres en edad adulta (30-
50 años) y con piel clara.
¿Qué precauciones hay que tener?
Para manejar la rosácea y reducir los brotes de la afección, es importante tomar ciertas precauciones y
seguir un cuidado adecuado de la piel.
Protección solar. La exposición al sol es uno de los principales desencadenantes de la rosácea. Use protector
solar de amplio espectro con un alto factor de protección solar (FPS) todos los días, incluso en días
nublados.
Productos para el cuidado facial. Utilice productos para el cuidado de la piel diseñados para pieles sensibles y
evite maquillaje que contiene ingredientes irritantes.
Hidratación. Utilice una crema hidratante suave y sin fragancias para mantener la piel bien hidratada. Esto
puede ayudar a reducir la sequedad y la irritación.
Factores desencadenantes. Identifique los factores que desencadenan los brotes de rosácea en su caso, como
bebidas alcoholicas, alimentos picantes o estrés emocional y trate de evitarlos.
Tratamiento médico. Consulte a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento
adecuado.
FUENTE : https://www.cun.es/enfermedadestratamientos/enfermedades/rosacea
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