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Escribo este diario para llevar la cuenta de esa deuda y saldarla antes de

perder el juego. Desde ese día, tengo el tatuaje de una balanza en mi brazo,
inclinada hacia mi favor como le había pedido al universo. Sia me explico con
más detalle después del entierro de mi padre.
“El universo termino la vida de tu padre, y me dio espacio para poder habitar
contigo este mundo. Mientras yo habite contigo deberás ayudarme a construir
mi nuevo YO. Tengo que cambiar 7 vidas, si lo hacemos tu balanza se moverá.
El reto es que permanezca en equilibrio. Si alcanzas esa meta, yo
desapareceré con parte de la esencia de esas personas y tú… podrás
continuar con tu vida”.
—¿Y si no lo logró? - pregunté asustado.
—¿Si no lo logras?... mmm… Tendré que hacer el trato con alguien más. - dijo
Sia como si hubiese hecho esto ya demasiado tiempo.
—Pero, ¿qué pasará conmigo? - le dije preocupado
—Regresarás al momento en que nos conocimos. Y sabes, esa noche morías
molido a golpes y tu madre se quita la vida días después.
—Que…Que triste… – dije con voz apagada
—Calma, calma. Lo dije claramente. Yo te ayudaré.
—Entiendo- dije moviendo la cabeza en señal de aprobación. Sin duda, Sia
siempre ha sido muy persuasivo.
Tiempo después, mamá y yo fuimos registrados en un programa de gobierno
que apoyaba a personas que vivían en violencia. Ahí nos fue posible acudir a
terapia psicológica por un tiempo, además de que nos ayudaban con los gastos
de alimentos. Poco a poco mamá fue recuperándose y comenzó un trabajo en
un supermercado como cajera. Yo regrese a la escuela pública a recuperar el
año que había perdido. La vida parecía retomar una rutina, mamá llegaba a
casa temprano cuando cubría el turno matutino. Comíamos juntos después de
la escuela, y subíamos a la recamara a ver tele por la tarde. Ella se quedaba
dormida y yo bajaba a lavar platos. Cuando le tocaba ir de tarde, me quedaba
solo en casa; entonces aparecía Sia con frecuencia y me platicaba historias
con sus antiguos deudores.

© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. Se reserva el uso de este documento
a los alumnos de Escuela Cursiva (www.escuelacursiva.com)
Reflexión
Hola! Eva, esta es en realidad la cuarta página, la tercera ya la utilicé en el
ejercicio anterior. Aún batallo con saber cómo integrar a quien se lo está
contando. No sé si queda bien escribir la parte del diario, aún tengo duda
respecto a eso. Lo que tengo claro, es que me gustaría que el lector sintiera
que está platicando con el protagonista. Me gustaría agregar en algún
momento preguntas que vayan directo al lector. No sé si lo estoy expresando
bien, pero algo así que le llaman que brinca la cuarta pared.

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