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Equidad laboral

La equidad en el trabajo también debe entenderse como la práctica de las mismas


condiciones de trabajo para hombres y mujeres, sin importar el sexo, el estado
civil, su origen étnico o raza, la clase social, la religión o su ideología política.
El objetivo de crear equidad en el lugar de trabajo es garantizar que todos los
empleados de una empresa tengan el mismo nivel de oportunidades
independientemente de su origen étnico, país de origen, capacidades físicas o
mentales, género u orientación sexual.
La equidad en el trabajo persigue acabar con la desigualdad de género en el
ámbito laboral promoviendo medidas y acciones que igualen y nivelen el terreno
de juego para hombres y mujeres.

Las empresas y organizaciones son las principales encargadas de promover y


establecer medidas para la equidad laboral, por lo que deben asegurarse de que
cualquier colaborador reciba las mismas posibilidades de acceso, desarrollo y
progresión en el empleo, así como también de eliminar las barreras que lo
impidan.
Actualmente, cuanto más diversas sean las organizaciones, más propensas serán
a alcanzar el éxito y superar sus objetivos. La pluralidad de personas, culturas y
puntos de vista, enriquecen el trabajo colectivo, de ahí que la equidad laboral se
convierta en parte fundamental en la cultura de cualquier organización.
¿Te interesa implementar acciones que fomenten la igualdad y la justicia en tu
espacio de trabajo? Sigue leyendo este artículo y descubre insights e ideas que te
ayudarán a lograr la equidad laboral en tu compañía.

Los desafíos de la Equidad Laboral


La equidad laboral enfrenta una serie de desafíos que obstaculizan la consecución
de igualdad de oportunidades en el espacio de trabajo. Para afrontarlos, primero
es importante localizarlos.
De entre los principales retos que deben atenderse son:
Discriminación y sesgos.
Falta de representación en puestos de liderazgo.
Brecha salarial.
Acceso a oportunidades de empleo.
Sesgo de género en roles y responsabilidades.
Conciliación de trabajo-vida personal
Como responsables de la gestión de personas, su bienestar, felicidad y seguridad
en el espacio de trabajo, una de las labores más importantes es identificar si
existen y persisten algunas de estas barreras en nuestra organización, para
después emplear una estrategia que ayude a mejorar las condiciones de los
colaboradores.
El uso de la data, a través de una estrategia de People Analytics, puede auxiliar a
los equipos de RRHH a identificar si existen algunas de estas barreras.
Otra forma, es llevando a cabo encuestas de clima laboral, ya que a través de
ellas se conoce de primera mano la experiencia de los colaboradores y su visión
respecto a los esfuerzos que lleva a cabo su organización por establecer mayor
equidad laboral.

Así mismo, abordar estos desafíos requiere de un enfoque integral que incluya la
creación de políticas, prácticas y programas de educación y sensibilización, así
como la promoción de la diversidad e inclusión en todos los niveles de la
organización.

Equidad de genero
La igualdad de género es un derecho humano fundamental y es imprescindible
para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y capaces de
desarrollarse de forma sostenible.
La igualdad de género se alcanza cuando en una sociedad las mujeres y los
hombres disfrutan de las mismas oportunidades y derechos en todas las esferas
de la vida.
La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es
uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y
sostenible. Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas, pero
el mundo está lejos de alcanzar la igualdad de género para 2030.
Las mujeres y niñas constituyen la mitad de la población mundial y, por tanto,
también la mitad de su potencial. Pero la desigualdad de género prevalece y
estanca el progreso social.
De media, las mujeres ganan un 23 % menos que los hombres en el mercado
laboral mundial y dedican el triple de horas al trabajo doméstico y de cuidados no
remunerado que los hombres.
La violencia y la explotación sexuales, el reparto desigual del trabajo doméstico y
de cuidados no remunerado y la discriminación en los cargos públicos siguen
suponiendo enormes obstáculos. Todas estas desigualdades se han visto
agravadas por la pandemia de la COVID-19: han aumentado las denuncias por
violencia sexual, las mujeres han asumido más trabajo de cuidados debido al
cierre de escuelas, y el 70 % del personal sanitario y social del mundo son
mujeres.
Al ritmo actual, se calcula que se tardará 300 años en acabar con el matrimonio
infantil, 286 años en subsanar las lagunas de protección jurídica y eliminar las
leyes discriminatorias, 140 años en que las mujeres estén representadas en pie de
igualdad en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo y 47 años en lograr
la igualdad de representación en los parlamentos nacionales.
Es necesario un liderazgo político, unas inversiones y unas reformas políticas
integrales para desmantelar las barreras sistémicas que impiden alcanzar el
Objetivo 5. La igualdad de género es un objetivo transversal y debe ser un
elemento clave en las políticas, presupuestos e instituciones nacionales.

¿Cuánto hemos avanzado?


Gracias a los compromisos internacionales para promover la igualdad de género
se ha avanzado en algunos ámbitos: los casos de matrimonio infantil y mutilación
genital femenina (MGF) han disminuido en los últimos años, y la representación de
la mujer en la esfera política es mayor que nunca. Aún así, sigue sin cumplirse la
promesa de un mundo en el que todas las mujeres y niñas disfruten de plena
igualdad de género y en el que se hayan eliminado todas las barreras jurídicas,
sociales y económicas que impiden su empoderamiento. De hecho, ese objetivo
está probablemente aún más lejano que antes, ya que las mujeres y niñas están
siendo duramente castigadas por la pandemia de la COVID-19.

¿Existen otros desafíos relacionados con la igualdad de género?


Sí. En todo el mundo, casi la mitad de las mujeres casadas no tienen poder de
decisión sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. El 35 % de las
mujeres entre 15 y 49 años habían sido víctimas de violencia física o sexual por
parte de su pareja o por una persona que no era su pareja. 1 de cada 3 niñas de
entre 15 y 19 años ha sufrido algún tipo de mutilación genital femenina o ablación
en los 30 países de África y Oriente Medio, donde esta peligrosa práctica es más
común, y que conlleva un alto riesgo de hemorragias prolongadas, infecciones
(incluido el VIH), complicaciones en el parto, infertilidad y muerte.
Este tipo de violencia no solo perjudica a las mujeres y niñas a título individual,
sino que también deteriora su calidad de vida en general y obstaculiza su
participación activa en la sociedad.

¿Por qué debería importarme la igualdad de género?


La igualdad de género es un derecho humano fundamental, independientemente
del país de residencia. Avanzar en la igualdad de género es fundamental para
crear una sociedad sana en todos sus ámbitos, desde la reducción de la pobreza
hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de niñas
y niños.

¿Qué podemos hacer?


Si eres una niña, debes seguir estudiando, ayudar a tus compañeras a hacer lo
mismo, y luchar por tu derecho a acceder a los servicios adecuados de salud
sexual y reproductiva. Si eres una mujer, debes hacer frente a los prejuicios
inconscientes y al sesgo de género implícito que crean una barrera involuntaria y a
menudo invisible para la igualdad de oportunidades.
Si eres un hombre o un niño, debes acompañar a las mujeres y las niñas en la
consecución de la igualdad de género y el fomento de unas relaciones sanas y
respetuosas.
Puedes contribuir a financiar campañas educativas para frenar prácticas culturales
como la mutilación genital femenina y cambiar leyes perjudiciales que limitan los
derechos de mujeres y niñas y les impiden desarrollar todo su potencial.
La Iniciativa Spotlight es una campaña conjunta de la Unión Europea y las
Naciones Unidas, de carácter mundial y plurianual, orientada a eliminar todas las
formas de violencia contra las mujeres y las niñas, y que supone el principal
esfuerzo del mundo orientado a poner fin a todas las formas de violencia contra
las mujeres y niñas.

Equidad étnica

La equidad étnica también se refiere a que todas las etnias deben ser respetadas
y tratadas por igual, sin importar su grupo al que pertenezcan. El estado debe
reconocer, respetar y promover sus formas de vida, costumbres, tradiciones,
formas de organización social y está obligado a velar que esta equidad o justicia
sea cumplida.
La equidad étnica en salud está dirigida a que los grupos étnicos tengan las
mismas oportunidades que el resto de la población para acceder y utilizar los
servicios.
La Equidad Étnica, debe ser una política de estado, que implica que las políticas
culturales deben ir acompañadas de otras que enfrenten de forma directa los
efectos de la segregación histórica en la igualdad de oportunidades desempleo,
subempleo, informalidad, analfabetismo, salud inadecuada y la participación
política, asimismo implica el castigo a la discriminación y donde todas las políticas
de desarrollo deben tener un enfoque de equidad étnica ( Informe del PNUD del
2006 de Guatemala)
Revisando el VI Censo de Población y V de vivienda 2007, aparecen datos
extraordinariamente sorprendentes, por ejemplo de 5 744 113 salvadoreños, solo
el 0.2 % se consideran Indígenas, es decir únicamente 11 488 personas, de estos
el 15.1 % son Lencas; el 26.6 % son Nahua Pipiles y el 31.3 Kakawiras o
Cacaoperas y del total de la población el 86.3 % se considera Mestizo, es decir
que hay 4 957 169, personas que se creen una mezcla de blanco con indígena
además hay un 12.7 Blancos y 0.1 negros.
El Mestizaje en El Salvador ha predominado como una conformación étnica lo que
dificulta definir a los pueblos indígenas, lo cual es una característica del país, en
esto han influido varios elementos:
Por el tamaño de El salvador, no existieron lugares de refugio, donde los pueblos
pudieran resguardarse, por lo que el español y el Indígena tuvieron que convivir en
el mismo espacio, propiciando la ladinizacion.
El diezmo de la población por las enfermedades, peste y masacres y la
disgregación de la población por la economía añilera de los siglos XVII y XIX.
( mestizo es una persona de raza mixta por lo general de ascendencia indígena y
española), en 1770,en la provincia de San Salvador ( de acuerdo a Antonio
Gutierrez Ulloa, en su obra estado General de la Provincia de San Salvador-Siglo
XVIII Y XIX, los ladinos eran el 35% de la población( 46,232), los Indios eran el
60.30% de la población ( 79,652); en 1807,( sin Sonsonate y Ahuachapán), la
población de mestizos, era del 53.07%,(87.722) y de Indios era del 43.07%,
(71,175)El mestizaje fue una tendencia evidente en la conformación salvadoreña

De acuerdo al Perfil de los Pueblos Indígenas de El Salvador (CONCULTURA y


otros, 2003) se ha analizado a los tres Pueblos indígenas principales en El
salvador: los nahua-pipil, ubicados en los departamentos de Ahuachapán, Santa
Ana, Sonsonate, la Libertad, San salvador, Cuscatlan, La Paz, Chalatenango y
San Vicente. Los Lencas, ubicados en los departamentos de Usulutan, San
miguel, Morazán y la Unión; y los Cacaopera, en el departamento de Morazán.
La equidad étnica se refiere a la justicia y la imparcialidad en el trato de personas
de diferentes orígenes étnicos o raciales en todos los aspectos de la vida, incluido
el empleo. Aquí hay algunas consideraciones importantes sobre la equidad étnica
en el contexto laboral:
Trato justo y no discriminatorio: La equidad étnica implica tratar a todas las
personas en el lugar de trabajo con respeto y dignidad, sin discriminar por motivos
de origen étnico o racial. Esto significa que todas las decisiones relacionadas con
el empleo, como la contratación, la asignación de tareas, la promoción y la
remuneración, deben basarse en el mérito y las habilidades, en lugar de prejuicios
o estereotipos étnicos.
Diversidad e inclusión: Promover la equidad étnica en el lugar de trabajo implica
valorar y celebrar la diversidad étnica entre los empleados. Las organizaciones
que fomentan la diversidad e inclusión suelen ser más innovadoras, creativas y
competitivas. Esto puede incluir la implementación de programas de diversidad,
capacitación en sensibilización cultural y la creación de políticas y prácticas
inclusivas que reconozcan y respeten las diferencias étnicas.
Acceso igualitario a oportunidades: La equidad étnica también implica garantizar
que todas las personas, independientemente de su origen étnico o racial, tengan
igualdad de acceso a oportunidades de empleo, desarrollo profesional y avance en
sus carreras. Esto puede requerir la eliminación de barreras institucionales y
sociales que puedan impedir el acceso de ciertos grupos étnicos a determinados
trabajos o posiciones.
Lucha contra la discriminación: Promover la equidad étnica en el lugar de trabajo
implica abordar activamente la discriminación étnica y el racismo. Esto puede
incluir la implementación de políticas antidiscriminatorias, la capacitación del
personal en la prevención del sesgo implícito y la creación de canales de denuncia
para reportar casos de discriminación o acoso racial.

En resumen, la equidad étnica en el lugar de trabajo es fundamental para


garantizar un entorno laboral justo, inclusivo y respetuoso donde todas las
personas tengan igualdad de oportunidades y trato, independientemente de su
origen étnico o racial. Es un objetivo importante tanto para las organizaciones
como para la sociedad en general, y su promoción requiere un compromiso
continuo con la igualdad y la justicia.

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