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Cómo enseñar a los niños a tener paciencia.

(Grupos
terapéuticosMg. Silvana Bellotti)
Los niños, cuando son pequeños, tienen dificultades en entender el concepto
de paciencia. Cuando quieren algo lo reclaman de forma inmediata, y a menudo se
sienten frustrados al no poder satisfacer sus deseos.
Por eso en una importante tarea para los padres inculcarles este valor y enseñarles a
ser pacientes mediante el ejemplo y algunos ejercicios sencillos, que les ayudarán a
comprender este concepto y manejar sus expectativas.
Se define la paciencia como la
capacidad de padecer o soportar algo sin
alterarse, también la capacidad para
hacer cosas pesadas o minuciosas, o la
facultad de saber esperar cuando algo se
desea mucho.
El niño de cero a seis años actúa de acuerdo con sus impulsos y deseos inmediatos;
no sabe esperar y mucho menos tener paciencia, siempre quiere ser complacido de
inmediato, para él la mediatez no existe.

En la medida que los procesos psíquicos tales como el lenguaje, la memoria, el


pensamiento se van desarrollando en el niño, el adulto puede trabajar para
desarrollar el autocontrol y la regulación de la conducta y es entonces, y aparejado a
este desarrollo, que podemos enseñarle a tener paciencia.

Hay que enseñar al niño a saber esperar su turno en la fila, su turno en el juego,
saber escuchar al adulto, contestar a las preguntas del maestro en el momento que
le corresponde, etc.

Ante el sistema de demandas que impone el adulto y el aprendizaje paulatino y


consecuente de que las cosas no pueden tener retribución inmediata, que todo no
puede darse de acuerdo con los deseos, el niño va aprendiendo a ser paciente, si
bien, aún en las etapas más tardías de la primera infancia, esta cualidad psíquica es
aún muy endeble y fácilmente cede ante la estimulación fuerte, esta es una
conducta normal que no debe interpretarse como malacrianza, sino tan solo como
mecanismos de regulación de la conducta aún no suficientemente estables y
formados. De esta manera en el proceso educativo no existen actividades para “ser
paciente”, sino actividades que en su realización implican el diferir la gratificación
inmediata, el seguir un determinado proceso, el postergar el logro, y esto poco a
poco va conformando la cualidad psíquica de la paciencia.

Cómo inculcar la paciencia a los niños: La paciencia, como otros valores que
debemos transmitir a los niños (solidaridad, tolerancia, generosidad) se aprende
mediante el ejemplo. Con algunos sencillos consejos les enseñaremos a mejorar sus
habilidades sociales.

o La paciencia comienza con el ejemplo de los niños. Los niños son muy
perceptivos con el lenguaje corporal, por lo que debemos enseñarles a mantener
la compostura en situaciones que resultan frustrantes, también para los adultos,
como por ejemplo hacer cola en el supermercado.
o Los padres también deben ser pacientes con los niños. A ciertas edades
intentarán ponernos a prueba, y ante sus berrinches o rabietas es mejor
mantener la calma y hablar razonadamente que perder los nervios.
o Comenzar con ejercicios sencillos, no acudiendo al instante a resolver un
problema (siempre que no sea grave o urgente). Pide al niño que espere, primero
unos segundos, y después un minuto o dos, según vayamos avanzando en el
ejercicio.
o Manejar los tiempos para no crear demasiadas expectativas. Anunciar las
actividades o acontecimientos con uno o dos días de antelación al principio, que
tienen menor percepción del tiempo, cuanto mayor sea el niño con más margen
podremos planificarlo.
o El colegio es uno de los lugares donde más tendemos a hacer comparaciones del
nivel de nuestros hijos. Cada niño lleva su propio ritmo y no debemos apresurarle,
dejando que la paciencia sea un valor que le ayude a realizar mejor su trabajo
y esforzarse por perfeccionarlo.
o Dialogar y razonar con el niño las decisiones, y explicarle cuándo y por qué
debemos esperar en determinadas situaciones, por ejemplo en el médico. Si la
espera es muy larga, llevar juegos, libros o dibujos para colorear que le sirvan para
entretenerse.
o Cumplir nuestras promesas. Si prometemos atender al niño en cinco minutos, o
realizar con él alguna actividad, debemos cumplir con nuestra palabra. Si no es
posible, explicarle las causas para que no se sientan olvidados, saber que les
haremos caso ayuda a sobrellevar la espera con más facilidad.
o Realizar actividades o juegos que fomenten la paciencia, como los
puzzles,acertijos, cocinar etc.
o Enseñarle que no debe interrumpir las conversaciones de los demás, es una
norma de educación. Del mismo modo debemos cumplirla, dejando que el niño
hable y escuchándole con atención.
o Utiliza ejemplos concretos para marcar plazos. Si el niño quiere jugar y
simplemente le mandamos esperar no tendrá referencias, mientras que será más
conveniente decirle "después de lavarte los dientes", "cuando terminemos de
recoger" etc.
Teresa Guerra. Editora de Conmishijos.com

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