LA CONVIVENCIA COMO

EXPERIENCIA EN EL
COTIDIANO INSTITUCIONAL

“La convivencia en la Escuela es un

proceso de construcción
colectiva hacia dentro y fuera de la
institución, debe atravesar
toda la organización escolar en sus
diferentes ámbitos y espacios. La
convivencia pensada desde esta
perspectiva posibilita generar más
y mejores oportunidades para la
inclusión educativa”.
(Res. N°2498/14).-

E
l presente documento surge a partir de considerar la Convivencia como
experiencia en el cotidiano institucional y como tal, ser eje transversal
en cada uno de los niveles y modalidades del sistema educativo
rionegrino. A tal fin, se propone este material y actividades sugeridas para que
pueda ser abordado en la Jornada institucional del 27 de junio 2022, en cada una
de las instituciones educativas de la provincia.
Partimos del reconocimiento del trabajo que se viene realizando en el
territorio en materia de “convivencia escolar”, y en articulación con los principios
de inclusión educativa es que consideramos propicio abrir este espacio para la
reflexión y análisis de las situaciones particulares que se detectan y emergen en
cada institución, contemplando las particularidades de cada Nivel y Modalidad.
Desde esta mirada, pensar el abordaje de la convivencia escolar en términos de
inclusión educativa convoca a pensar en procesos de aprendizajes continuas y
cotidianos desde donde puedan re-pensarse críticamente aquellas prácticas,
posicionamientos, modos de establecer relaciones entre pares y con otros/as que

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de alguna manera, permitan consensuar la toma de decisiones, desde acciones
sostenidas en el marco de un ejercicio democrático profundo y permanente.
El concepto de convivencia nos remite a pensarnos en la tarea de enseñar
y aprender en relación con el/los otro/s y/o entre otro/s (docentes, estudiantes,
familias, Equipo Supervisivo, Dirección de Educación, entre otros) y en este
sentido, hablamos de vínculo social y pedagógico. Esta pluralidad de voces y de
perspectivas hace presente la dimensión comunitaria en la escuela y posibilita
la escucha, la construcción de saberes desde una mirada amplia, sostener el
principio de la corresponsabilidad y, en función de ello, propiciar acciones con
potencial educativo que impacten positivamente en la convivencia de los actores
en las instituciones.
De esta manera, la convivencia se concebirá como elemento/eje transversal de
la institución, transformándose en una acción específica del Proyecto Educativo
Institucional ubicando en el horizonte de la propuesta, la construcción de una
escuela que asuma, reconozca, resignifique el conflicto y trabaje para su abordaje
y resolución desde la palabra, el diálogo, la participación, la comprensión, desde
un pensamiento crítico, reflexivo y creativo.
Las líneas que a continuación se desarrollan tienen la intención de acompañar
a las Instituciones Educativas en la resignificación, abordaje y planificación que
vienen realizando –y proyectan- de la temática “Convivencia Escolar”. Entendemos
que la complejidad que la atraviesa implica pensar y tomar decisiones, apelar
a la elaboración y desarrollo de propuestas de forma integral que tengan como
punto de partida la construcción de un vínculo con el otro, en donde lo colectivo
no supone negar la dimensión individual sino incluirla, ya que en un equipo lo
individual y lo colectivo se complementan y enriquecen mutuamente.
Para la concreción de una convivencia democrática es necesario que se
desarrolle un encuadre, que regule las relaciones que se establecen entre los/as
sujetos, en la creación de acuerdos y consensos en pos del bien común, alineados
con el Proyecto Educativo y propósitos de la Institución, marco que a su vez posibilita
el despliegue de nuevas formas de encontrarnos con quienes compartimos a
diario, permite potenciar los compromisos individuales y colectivos y acrecienta
el sentido de pertenencia. Abordar la convivencia escolar, entendiendo que incide
en el clima escolar, debe ser un eje transversal al cotidiano institucional, instancia
que nos convoca a convertir los emergentes en oportunidades para desempeñar
acciones preventivas que propicien un clima escolar saludable y democrático.
Para trabajar estas situaciones, es necesario generar espacios comunitarios de
lectura de la realidad escolar y de resignificación de la convivencia, donde cada
uno/a pueda pensarse como parte de la trama institucional relacional.
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Asimismo, asumir que los conflictos son propios de las vidas de las personas
y, por lo tanto, lo son también de la vida escolar implica que la escuela debe
reconocer el conflicto como una posibilidad de ser abordado pedagógicamente y
trabajar en su resolución a través del diálogo, la escucha y la participación; construir
un sentido que atribuya el valor de consolidar, afianzar y/o restituir la confianza
en las relaciones entre los actores, y generar un buen clima de vinculaciones, de
forma colaborativa y cooperativa.
Estos tiempos nos invitan a (re)construir acuerdos de convivencia desde una
perspectiva de cuidados1:
- Generar herramientas propias para la participación y convivencia
escolar, que consideren las particularidades de cada institución y su
contexto, sin perder de vista su integración en el sistema educativo nacional y
jurisdiccional.
- Pensar que la conflictividad es parte inherente al vínculo entre las
personas, y por lo tanto las propuestas de abordaje e intervención pedagógica
frente a las situaciones cotidianas de la convivencia escolar deben orientarse
al reconocimiento del conflicto y la generación de estrategias de resolución
a través del diálogo y la participación, desde una perspectiva democrática
fundada en la justicia, los derechos y el reconocimiento de las diversas
identidades culturales.
- Las diversas manifestaciones de los conflictos requieren de un
tratamiento distinto y contextualizado, de propuestas que fortalezcan su
carácter educativo, progresivo y proporcional, así como no punitivo, ni jurídico
o patologizante, reconociendo y garantizando el derecho de todas/os las/os
estudiantes a ser escuchadas/os.
- Las propuestas de enseñanza contribuyen al ejercicio de la
participación, el diálogo y el debate a partir de los contenidos que cada espacio
curricular tiene asignados pero también en vínculo con otras asignaturas y/o
espacios dentro del entramado educativo.
- Propiciar instancias de diálogo y debate en la escuela a través de
órganos de participación democrática donde se desplieguen estas tensiones,
como pueden ser las asambleas de aula o los consejos de convivencia.
1
Tal como establece la Ley Nacional de Educación N 26.206, la Ley 26.892 para la Promoción de la convivencia
y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas, la Resolución del CFE N 239/14 y la Guía Fede-
ral de Orientaciones, y el documento “Pensar los vínculos en tiempos de pandemia: la escuela como un lugar
de cuidado”. Ministerio de Educación de la Nación Argentina, 2022.-.

“Es necesario articular este trabajo vinculado
a compartir las vivencias y/o temores respecto al
cuidado con la construcción -o redefinición- de los
acuerdos de convivencia, en tanto que la apropiación
de las medidas de cuidado no son sólo reguladas
externamente, sino que forman parte de los procesos
de reflexión colectiva” (P. 28).
Los/as invitamos a ver el siguiente video, en el que Ana Campelo, referente
del Área de Convivencia de Nación comparte algunas consideraciones acerca de
la convivencia escolar: “Docentes reflexionan sobre diferentes aspectos de la
convivencia” .
ACTIVIDAD SUGERIDA
En grupos de trabajo, invitamos a leer las siguientes expresiones de Ana
Campelo:
- “La convivencia es un modo de pensar las relaciones en el aula (...)
implica un aprendizaje porque los chicos aprenden a vincularse con los otros
en la escuela, por lo tanto es un objeto de la enseñanza”
- “a mayor intervención docente, menos situaciones de violencia (...)
lo que más preocupa son los modos, los discursos, las construcciones discursivas
a traves del cual se lo visibiliza por efectos de criminalización y patologización
de la infancia”
- “el diálogo es la vía para la para la resolución de los conflictos que
como bien decía, son inherentes al funcionamiento institucional, pero para la
resolución pacífica no violenta de los conflictos”
- “la participación es un derecho (...) es un aprendizaje, porque
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se aprende a participar (...) La institución también aprende (...) a partir de
la participación se apropian de las normas, se apropian de por ejemplo la
elaboración de los acuerdos escolares de convivencia y eso es un puntapié
clave para la promoción de vínculos solidarios, pluralistas y basados en el
respetuo mutuo, saludables”
En clave reflexiva y colaborativa, les proponemos (re) situar las expresiones
precedentes en la cotidianeidad institucional y desde la experiencia de cada
uno/a, integrando a dicho análisis una mirada sobre el abordaje de los conflictos
(latentes o no) en la convivencia escolar y los modos de abordarlos.
Finalizado el intercambio, sugerimos a modo de ejercicio, proyectar posibles
abordajes pensando la convivencia desde los siguientes cuatro ejes2:
- El otro como semejante, desde el reconocimiento de las diferencias
-respetarlas, enriquecernos y favorecer relaciones desde la solidaridad y el
cuidado mutuo -lo que implica también concebirse desde la horizontalidad
en los vínculos, y como sujetos en condición de igualdad de derechos y
oportunidades;
- El sentido de las normas, entendidas estas como acuerdos sociales
de convivencia que regulan la relación entre las personas, que delimitan la
frontera entre lo que sí se puede hacer y lo que no, favoreciendo el sostén del
lazo social.
- El grupo, el trabajo en equipo y los proyectos colectivos: la
experiencia escolar es, principalmente, experiencia compartida “en” y
“con” el grupo de pares. Por lo tanto, se deberá promover el trabajo conjunto
y sumarnos a proyectos colectivos respetando las diferencias. Resulta
interesante recuperar el concepto de grupo sano sostenido por Telma Barreiro
(2000) “...aquél que promueve la salud y estimula el crecimiento personal de
sus miembros, que alienta los aspectos positivos del individuo, potencia su
creatividad y permite pensar libremente, sin temores ni bloqueo (...) la persona
siente que puede ser “ella misma”, sin adoptar máscaras ni barreras”.
2
Documento de referencia: “La convivencia en la escuela. Recursos y orientaciones para el aula”. Ministerio de
Educación de la Nación, 2010.-
 - La resolución dialógica de conflictos, partimos de considerar al
conflicto no como algo negativo, sino como una oportunidad. En otras palabras,
evitarlos o eliminarlos no contribuyen a su resolución ni a la construcción de
estrategias adecuadas para resolverlo. Convivir significa vivir con otros y esto,
sin duda, supone tensiones porque no todas las personas piensan, sienten y
actúan de la misma manera, ni tienen los mismos intereses.
Por último, a partir del trabajo realizado previamente y que seguramente será
recreado por cada institución, los/as invitamos a (re)diseñar una línea de acción
institucional para abordar la convivencia escolar que atraviese la cotidianeidad
escolar en articulación con el PEI elaborado para el presente ciclo lectivo. (Fecha
máxima de envío: 4 de Julio 2022 al link correspondiente a cada Dirección de
Nivel).

Equipo Técnico- Pedagógico, Dirección General de Educación.-