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COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES

GEOGRAFÍA DE ARGENTINA

UNIDAD 1

“LA ARGENTINA: ESTADO Y TERRITORIO”

ADAPTACIÓN

PROFESOR: Lic. GERMÁN ESTEBAN MAIDANA

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LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO ARGENTINO

La forma de organización política de los países se conoce como Estado. El Estado se organiza con
instituciones que regulan el funcionamiento del gobierno y de la administración, de manera que las
sociedades encuentran en él las pautas para su desarrollo

En términos generales, los Estados tienen una serie de atribuciones: regulan la economía,
establecen normas jurídicas que regulan la vida de los habitantes; proveen los servicios
educacionales, sanitarios y de transporte, y se encargan de la emisión de la moneda y organizan
sus ejércitos. Los Estados también cuentan con el poder para defender el ámbito geográfico bajo
su dominio, y a los habitantes que residen en él, contra cualquier tipo de agresión externa o
amenaza internacional.

La administración del Estado está a cargo del Gobierno. Esto significa que mientras que el Estado
es el aparato de poder, el gobierno está constituido por aquellos agentes que diariamente realizan
las tareas que conducen el Estado.

El Estado argentino, con las características que hoy presenta, se constituyó entre los años 1860 y
1920. Fue entonces cuando se inició la organización de una serie de instituciones políticas,
económicas y administrativas centralizadas, destinadas a regular los vínculos entre todos los
habitantes del país. También se unificaron los impuestos y las relaciones de intercambio, interiores
y exteriores.

Simultáneamente comenzó a definirse el territorio del Estado argentino. Uno de los requisitos para
que un Estado sea reconocido como tal en los ámbitos internacionales es el de contar con una
porción de la superficie terrestre donde éste y no otro ejerza un dominio efectivo. La delimitación
del territorio del Estado argentino significó, por un lado, el desalojo de las poblaciones indígenas
ocupantes de áreas que se pretendían incorporar a la nueva forma de organización política y, por
el otro, la negociación de los límites con sociedades vecinas que también estaban definiéndose
como Estados. Al final de ambos procesos el territorio alcanzó una extensión continental de
3.761.274 km2.

Desde el punto de vista administrativo, el país desarrolló su constitución actual a lo largo del siglo
XX: tras un proceso iniciado con 14 provincias, 8 territorios nacionales y un distrito federal, quedó
constituido por 23 provincias y la ciudad autónoma de Buenos Aires.

La Argentina y los organismos internacionales

En la actualidad, muchas de las decisiones que se toman a nivel mundial no están en manos de los
Estados sino en las de organismos internacionales o supranacionales, es decir, de gobiernos
superiores que actúan sobre los Estados nacionales. Este proceso coincide con la disminución de
la participación del Estado en las acciones económicas o en las dirigidas a garantizar la salud y la
educación de las personas que residen en el territorio bajo su dominio. Entre estos organismos se
pueden mencionar el fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización del
Atlántico Norte. En algunos de ellos, como la Organización de las Naciones Unidas, la Argentina
tiene representación.

Para mejorar su situación económica y política, la Argentina, junto conformó un órgano


intergubernamental, el MERCOSUR. Este órgano afectó algunos de los rumbos de la política

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económica argentina en términos de aranceles aduaneros o de orientación de los flujos de
exportación e importación.

LA CREACIÓN DEL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA

Desde el siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XVIII, el actual territorio argentino se hallaba
incorporado jurídicamente al Virreinato del Perú. El conflicto desencadenado con el Imperio
Portugués en torno de la posesión de la Colonia de Sacramento llevó a la Corona española a
decidir en 1776 la formación de una nueva unidad jurídico-administrativa que permitiese un mejor
control militar, administrativo y fiscal del área. Según las disposiciones de la Corona, la nueva
unidad política colonial, el Virreinato del Río de la Plata, quedaba conformada por las siguientes
subunidades: las provincias de Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz (separadas del Virreinato
del Perú), la antigua Audiencia de Charcas y el Corregimiento de Cuyo (escindido de la Capitanía
General de Chile), con Buenos Aires como capital.

Preocupada por mejorar la administración política y fiscal del Imperio, en el año 1782 la Corona
española decidió reorganizar internamente todas sus unidades coloniales a través de la puesta en
práctica de la llamada “Real Ordenanza para el Establecimiento e Instrucción de Intendentes del
Ejército y Provincias del Río de la Plata”. El Virreinato del Río de la Plata fue el primer territorio
afectado por estas reformas: quedó dividido en ocho intendencias, que, a su vez, fueron divididas
en partidos. Según la misma ordenanza, cada intendencia sería administrada por un intendente
gobernador, un funcionario español con atribuciones militares, judiciales y religiosas. También
establecía la organización de gobernaciones militares en áreas de posible conflicto internacional,
como Montevideo o Misiones, o de insurrección indígena, como Chiquitos.

Figura 1: Virreinato del Río de la Plata

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UNA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DIFERENCIADA: LAS MISIONES JESUÍTICAS

Durante los siglos XVII y XVIII, los jesuitas cumplieron un papel importante dentro de la política
territorial colonial española. Organizaron un conjunto de misiones destinadas a evangelizar e
incorporar a la población indígena en las actividades coloniales. Además, como las reducciones se
instalaban en la frontera, permitieron penetrar en áreas hasta entonces no ocupadas por los
blancos y asegurar el control de las mismas frente al avance de las potencias imperiales
contrincantes, como Inglaterra, Portugal y Francia. En la denominada región del Guayrá (actual
noreste de Argentina y este de Paraguay), los jesuitas fundaron treinta reducciones a las que
incorporaron indígenas de origen guaraní.

La forma de organización económica de las reducciones permitió producir para satisfacer sus
propias necesidades e ingresar en el comercio interregional, colocando los excedentes que
obtenían en la producción de ganado, algodón, trigo y azúcar, en jurisdicciones como Santa Fe o
Buenos Aires y compitiendo con los mercaderes locales.

Como los portugueses invadían frecuentemente las misiones en busca de mano de obra, los
jesuitas decidieron armar a los indígenas allí establecidos. También trataron de evitar el contacto
de estas poblaciones con habitantes coloniales, ya que consideraban que podían dificultar el
proceso de evangelización. El mantenimiento del uso del guaraní, además de facilitar la acción de
los religiosos, intensificó el aislamiento de las misiones. Hacia mediados del siglo XVIII, la Corona
comenzó a ver en l autonomía y segregación de las misiones la posibilidad de que los jesuitas
formaran un imperio independiente. Así en 1767, decidió expulsarlos de territorios coloniales. A
partir de ese momento, las misiones perdieron población, y la producción en materia agrícola y
textil disminuyó.

LA FORMACIÓN DEL ESTADO-NACIÓN ARGENTINO

Desde el momento de la declaración de la Independencia hasta el inicio de la constitución del


Estado argentino, numerosas transformaciones afectaron al antiguo territorio del Virreinato del Río
de la Plata. En primer lugar, algunas de sus unidades administrativas se constituyeron como
Estado independientes, como fue el caso de Paraguay, Uruguay y Bolivia. En segundo lugar, el
territorio restante, reconocido como Provincias Unidas del Río de la Plata, pasó por una serie de
reorganizaciones internas de las cuales surgieron nuevas provincias. En efecto, a partir del
reclamo de autonomía de ciertas ciudades, las intendencias de Buenos Aires, Córdoba del
Tucumán y Salta del Tucumán fueron sustituidas por las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán,
Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Buenos Aires,
Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe. Estas provincias contaban con mayor autonomía que la que se
observa en la actualidad en la medida que administraban sus finanzas y, ocasionalmente,
delegaban en Buenos Aires el manejo de las relaciones exteriores o la resolución de conflictos
interprovinciales.

Recién en 1860, cuando Buenos Aires se integró a la Confederación Argentina, luego de la derrota
de Pavón, puede afirmarse que comenzó el proceso que desembocó en la formación del Estado
argentino.

Este proceso implicó la alianza entre sectores dirigentes de distintas provincias, que acordaron la
formación de una república liberal, la unificación de la economía a partir de la adopción del modelo
agroexportador como forma de incorporarse al capitalismo mundial, y el incentivo a la migración

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como medio de contar con mano de obra para llevar adelante las tareas productivas relacionadas
con dicho modelo.

Figura 2: Territorios entre 1825 y 1852

La ocupación de las tierras indígenas

La propuesta territorial de formación del Estado contenía la idea de expansión sobre los ámbitos
geográficos que se hallaban bajo dominio indígena. Ello significaba la posibilidad de contar con
nuevas tierras para poner en producción y de ampliar los volúmenes de exportación. En 1789, Julio
Roca organizó la ocupación militar del área comprendida entre los ríos Salado y Colorado. Desde
el punto de vista de la representación geográfica, la imagen del desierto promovió la realización de
dicha campaña militar. Esta noción mostró a las tierras consideradas las más fértiles del país y
ocupadas por diversos grupos aborígenes como vacías de población e incentivó su ocupación. La
campaña al Chaco a cargo del general Victorica, realizada en el año 1884, si bien tuvo como
objetivo expandir el territorio del nuevo Estado buscó, al mismo tiempo, incorporar mayor cantidad
de mano de obra indígena a las actividades económicas del noroeste (zafra azucarera, haciendas,
obrajes).

Nuevas unidades administrativas después de 1880

Los ámbitos geográficos ocupados tras las campañas al Desierto y el Chaco pasaron a conformar
los territorios nacionales. Así, según la ley 1532, del año 1884, los territorios nacionales fueron
ocho: Misiones, Formosa, Chaco, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

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La tarea de formación del territorio se completó con la definición de los límites internacionales y con
la decisión de que la ciudad de Buenos Aires se convirtiera en la capital del Estado argentino.

Figura 3: Territorios entre 1884 y 1943

ORGANIZACIÓN INTERNA DEL ESTADO ARGENTINO

Desde el punto de vista interno, el Estado argentino está dividido en 23 provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Esta organización ha variado históricamente. Por ejemplo, por casi
más de un siglo el país contó con territorios nacionales, unidades jurídico-administrativas cuyo
gobierno dependía directamente del poder Ejecutivo Nacional. La Capital Federal también mantuvo
una relación directa con el Ejecutivo hasta que en el año 1994 se le otorgó autonomía política.

En el Estado argentino es posible reconocer diferentes escalas de organización político-


administrativas: la federa, la provincial y la municipal. Según la Constitución de 1853, la Argentina
es un Estado federal: las atribuciones y las funciones están repartidas en forma igualitaria entre los
poderes nacional, provincial y municipal. Sin embargo, a lo largo de la historia, las provincias
reclamaron que se les concedieran mayores atribuciones políticas y económicas que las que
siempre han tenido. En la actualidad, las provincias se subdividen en departamentos, con
excepción de la de Buenos Aires, que se divide en partidos. A su vez, los partidos o departamentos
cuentan con unidades administrativas menores que son los municipios, las comunas o las
comisiones de fomento.

Los municipios de agrupan

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En el marco de la política de descentralización administrativa y de crisis financiera, algunos
municipios han optado por agruparse regionalmente. Los objetivos de esta unión incluyen desde el
aumento del poder de negociación con las autoridades provinciales y locales hasta el intercambio
de contactos para conseguir mercados externos para industrias comunes.

En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se han conformado:

 La región del Conurbano Norte: integrada por los municipios de San Isidro, Vicente López,
Tigre y San Fernando.

 La región del Conurbano Sur: conformada por los municipios de Lanús, Lomas de Zamora,
Avellaneda, Quilmes, San Vicente, Berazategui, Ezeiza, Almirante Brown, Esteban
Echeverría, Florencio Varela y Presidente Perón.

Más allá de aumentar el poder comunal, un objetivo a largo plazo es reforzar el carácter regional
de estos agrupamientos, siguiendo las experiencias de otros países como Italia y España.

LA CONSTITUCIÓN DE LAS PROVINCIAS

Con la independencia y la formación de las Provincias Unidas del Río de la Plata, las provincias se
convirtieron en los nuevos sujetos políticos. Ciudades con un territorio dependiente, que hasta
entonces se hallaban en una situación de subordinación respecto de las cabeceras de intendencia,
reclamaron su autonomía y se convirtieron en capitales de provincia. A lo largo del proceso de
constitución del Estado argentino, el número de provincias aumentó. Las 14 originales (Santiago
del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja, Córdoba, Catamarca, Mendoza, San Juan, San Luis,
Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires) pasaron a ser 23. Este incremento se debió al
proceso de provincialización de los llamados territorios nacionales, que habían sido creados en
áreas de posible conflicto internacional o habitadas por indígenas.

Una cuestión importante es si las provincias son anteriores o posteriores a la formación del Estado
nacional. El tema se debatió en el congreso entre representantes de las provincias, cuando el
presidente Yrigoyen propuso la nacionalización del petróleo. Se recurría al proceso de constitución
del país para defender u oponerse a las posibilidades de que el manejo de este recurso quedase
en manos del gobierno central. Aquellos que se mostraban a favor de la nacionalización sostenían
que el Estado era el que había constituido a las provincias. Por su lado, aquellas provincias que se
verían despojadas de las rentas del producto, se oponían a la propuesta de Yrigoyen
argumentando que las provincias eran anteriores a la nación.

FEDERALISMO POLÍTICO, FEDERALSIMO ECONÓMICO

Si se acepta que las provincias como unidades jurídico-administrativas fueron anteriores a la


formación del Estado Nacional, se puede afirmar entonces que la sanción de la Constitución de
1853 significó que aquellas delegaban algunas de sus atribuciones a favor de un gobierno federal
sobre el cual, además ejercerían cierto control. Dentro de este marco debe entenderse la
afirmación presente en la Constitución de 1853, y ratificada en la de 1994, según la cual “la Nación
Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana y federal”.

Sin embargo, ciertos hechos parecerían contradecir esta propuesta federativa. A lo largo dela
historia, han hecho uso de ciertas facultades que sólo pueden comprenderse dentro de una forma
centralizada de gobierno. Por ejemplo, el presidente cuenta con la facultad de dictar decretos de
necesidad o de urgencia en materias que deberían ser reguladas por leyes que deberían ser

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discutidas en la cámara de Diputados o de Senadores antes de su aprobación. Sin embargo, a
partir de dicha atribución, ciertas medidas políticas podrían ser puestas en vigor sin pasar por el
Poder Legislativo. Una forma de acción directa del gobierno central sobre las provincias han sido
las intervenciones federales. En el siglo XIX, en épocas electorales, ciertos presidentes
intervinieron las provincias opositoras a fin de asegurar el éxito del propio partido. Recientemente,
algunas de estas intervenciones tuvieron relación con la inestabilidad política originada por las
crisis políticas y sociales que desencadenaron la carencia de recursos para el pago de salarios o
por los altos niveles de desempleo. Aspectos como los mencionados llevan a algunos a pensar que
en la Argentina sería más adecuado hablar de un federalismo centralizado que de un
gobierno federal.

Cambios a partir de la reforma de la Constitución Nacional

La reforma de la Constitución llevada a cabo en 1994 buscó otorgar más autonomía y


protagonismo a las provincias y a los municipios en la política nacional. En realidad, de esta
manera se respaldaba desde el punto de vista político un proceso de carácter económico y
administrativo que se había iniciado en 1991: el pasaje de funciones del gobierno nacional a las
autoridades provinciales. Por ejemplo, el Estado transfirió a las provincias la administración de
escuelas, ciertas ramas de la salud, de los transportes y de los hidrocarburos. De la misma
manera, las provincias transfirieron a los municipios algunas de sus antiguas funciones.

Figura 4: Mapa político de la Argentina

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La Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Buenos Aires es un centro administrativo y de servicios, el más importante de todo el país. Allí
tienen sede las principales instituciones científicas, sanitarias y académicas, las grandes empresas
industriales y comerciales de carácter nacional e internacional y los mayores centros culturales,
deportivos y de esparcimiento del país.

La ciudad de Buenos Aires se convirtió en capital de Argentina en 1880. Ello fue el resultado de
negociaciones entre las elites dirigentes de la provincia de Buenos Aires y del resto del país, pues
significó que los ingresos que Buenos Aires recibía en su condición de puerto por los flujos
comerciales y la Aduana dejaran de ser recursos provinciales para convertirse en nacionales.

En noviembre de 1882, el Congreso Nacional sancionó una ley que organizaba el gobierno de la
Capital Federal. Según esta norma, las autoridades de la ciudad de Buenos Aires serían un
concejo Deliberante y un intendente. El concejo Deliberante se constituía en el Poder Legislativo
de la Ciudad, con facultades para dictar ordenanzas (normas de una jerarquía inferior a una ley
nacional o provincial) y aprobar el presupuesto de la administración municipal. El intendente era un
funcionario nombrado por el presidente de la nación en acuerdo con el Senado.

La dependencia de la Capital Federal con respecto del gobierno nacional no sólo se mostraba en la
forma de elección del intendente, sino también en el reparto de atribuciones de la administración
del puerto, de la justicia, y el poder de la policía, mientras que el municipal se encargaría de la
provisión de los servicios públicos (agua corriente, alumbrado, desinfección, salud, transporte), la
organización del tránsito, el trazado de las calles, la conservación de parques, paseos y plazas y la
planificación urbana.

En el año 1994, con la sanción de la Nueva Constitución, la ciudad dejó de depender del Poder
ejecutivo Nacional para tomar el carácter de unidad administrativa autónoma. Desde 1996, los
habitantes de la Capital eligen mediante el voto al jefe de gobierno de la ciudad. El Poder Ejecutivo
está a cargo del jefe de Gobierno, acompañado por el vicejefe de Gobierno. Además, el jefe de
gobierno cuenta con la colaboración de ministros y secretarios, que se encargan de temas
específicos. En la actualidad existen once ministerios, algunos tradicionales, como Educación y
Salud, y otros propios del gobierno de una ciudad, como Espacio Público, Planeamiento y Obras
Públicas.

La división en comunas

A fin de mejorar la administración, el gobierno de la ciudad planteó la descentralización de algunas


de sus funciones a nivel de barrio o comunas. El objetivo principal de las comunas es la
descentralización de los servicios orecidos y de la administración pública. Cada comuna agrupa
una cantidad similar de habitantes, en algunos casos coincide con toda la población de un barrio,
pero en otros se ha agrupado a barrios vecinos. Desde 2005, la ciudad está dividida en 15
comunas. La sede de cada comuna se conoce cono Centro de Gestión y Participación
Comunal (CGPC)

La creación de los Centros de Gestión y Participación (CGPC) fue una de las medidas tomadas en
este sentido. La ciudad cuenta hoy con 16 CGPC, donde los habitantes pueden resolver a nivel
barrial muchos de los problemas que los afectan y que hasta entonces debían elevar a las
dependencias de la Municipalidad de Buenos Aires. Por ejemplo, los habitantes pueden realizar
trámites como la inscripción de nacimientos y matrimonios, recepción de denuncias y cambio de
domicilio, pero además pueden participar activamente del gobierno comunal. El gobierno de la

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comuna está a cargo de una Junta comunal, formada por siete miembros elegidos por los vecinos.
Además, existe un Consejo Consultivo Comunal, en el que pueden participar y discutir todos los
ciudadanos. Asimismo cada CGPC maneja su propio presupuesto.

En realidad, la ciudad cuenta con varios tipos de divisiones administrativas que se superponen. Por
ejemplo, existen 47 barrios, 28 circunscripciones electorales y 21 distritos escolares. La
administración de la ciudad propone la unificación de estas variadas unidades administrativas a
través del establecimiento de la división comunal. Cada una de las comunas contaría con un
presupuesto propio. A partir de este proyecto de descentralización, el gobierno de la ciudad sólo se
ocuparía de temas como la educación, la salud y la seguridad.

Figura 5: Comunas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

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CUESTIONES DE LÍMITES DE LA ARGENTINA

Para definir con precisión sus límites internacionales, nuestro país ha debido soportar cuestiones
con todos sus vecinos americanos, a pesar de lo convenido en el congreso de Panamá en 1826.
Esas cuestiones son de carácter jurídico, histórico y geográfico, por lo que su conocimiento no es
fácil ni sencillo. Adviértase que surgieron por distintos motivos, por lo que podemos clasificar en:

 Heredadas como consecuencia de la falta de fijación en el terreno de los signos que


representan a la línea limítrofe (por ejemplo, los límites entre el Virreinato del Río de la
Plata y los territorios en poder de Portugal, hoy heredados por Brasil).

 Producidas por la falta de precisión en el límite entre posesiones de España (por ejemplo,
el límite entre el Virreinato del Río de la Plata y la Capitanía General de Chile).

 Originadas por la secesión de partes del Virreinato del Río de la Plata, hoy convertidas en
países independientes (por ejemplo, los límites entre la Argentina y el Paraguay, ambos
integrantes del Virreinato del Río de la Plata).

De todos modos es conveniente recordar que:

 No se produjeron por ansias de expansión territorial de nuestro país sino como


consecuencia de la imprecisión de los límites vigentes hasta 1810.

 Ninguna se resolvió mediante una guerra, como ha sido habitual en otros lugares del
mundo.

 La mayoría se solucionó por acuerdo entre las partes; en algunos casos se acudió al
arbitraje o bien a la mediación.

 Todas las cuestiones han sido resueltas de manera absolutamente perjudicial para nuestro
país.

Límites y fronteras

La periferia de los Estados está constituida por dos elementos claramente diferenciados: el límite
internacional y la frontera.

El límite internacional es la línea convencional que separa dos Estados contiguos. El


establecimiento de esa línea es resultado de un largo y penoso proceso sostenido entre países
vecinos que han acudido a distintos elementos jurídicos (tratados, arbitrajes, mediaciones) e
incluso a veces a la guerra para definirla.

Todo límite es producto de una decisión humana, que utiliza algún elemento (línea de altas
cumbres, vaguada, paralelo, etc.) para que sirva de apoyo y sostén al límite: en consecuencia, no
existen “límites naturales” sino sólo convencionales o arbitrarios.

La frontera, en cambio, es la franja de territorio que se encuentra al lado del límite internacional;
por ello, todo límite internacional genera dos fronteras. Caracteriza a la frontera la mezcla de las
características de los países vecinos (idioma, actividades económicas, etc.). El ancho de la frontera
de un país es variable y difícil de precisar; responde a la influencia que soporta de su colindante.

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Los Estados insulares (caso Islandia, Cuba, etc.) y los sectores litorales de un Estado (caso
Argentina) no poseen frontera, aunque exista el límite jurisdiccional en las aguas oceánicas. En
estos casos en lugar de frontera convendrá referirnos a fachadas y, en tal sentido, podemos
manifestar que nuestro país posee una importante fachada en el océano Atlántico Sur.

Descripción de las fronteras

Definida como la franja periférica de un Estado, debe aceptarse que la frontera es una sola para
cada uno de ellos pero, en el caso de nuestro país, cuyo territorio emergido sudamericano ofrece
diferentes diferencias en sus bordes, es habitual hacer referencia a “las fronteras”.

La determinación de tramos o sectores de la frontera, para facilitar su descripción, es siempre


arbitraria, pues elementos de orden fisiográfico, poblacional, económico y político pueden ser
válidamente utilizados en tal sentido. Un buen camino a seguir es considerar las situaciones que se
plantean con cada uno de los países vecinos.

El ancho de una frontera no es rígido ni permanente pues se modifica según las circunstancias
locales, siempre variables en relación con varios hechos (precios de los mismos productos a cada
lado del límite, posibilidades de tránsito vecinal, controles aduaneros, potencia de radioemisoras
cercanas al límite, etc.).

Tipos de áreas de frontera

Nuevas formas de relación y articulación comienzan a establecerse en las fronteras del Mercosur,
por lo que es posible encontrar distintas situaciones que, de acuerdo con algunas tipologías
recientemente elaboradas, pueden ser resumidas de la siguiente manera:

 Áreas de frontera-corredor: se trata de espacios fronterizos que por su condición de


áreas semivacías en cuanto a población y actividades económicas (con excepción de los
servicios de paso) se han convertido en corredores de tránsito, con inversión en
infraestructura de transporte pero con escasos intercambios entre los niveles locales a
ambos lados del límite internacional. Tal es el caso del denominado “corredor andino”,
entre las ciudades de Mendoza (Argentina) y Santiago (Chile) a través de una compleja y
extensa región cordillerana. Casi todo el resto de la región cordillerana puede ser
caracterizada como este tipo de espacio fronterizo. Algo parecido ocurre con las
despobladas regiones fronterizas del Chaco, entre Paraguay, Brasil y Bolivia.

 Áreas fronterizas de cooperación y articulación productiva: es el caso de las áreas con


presencia de ciudades gemelas a ambos lados de las fronteras y de actividades
económicas similares, en las que se está conformando una estructura regional binacional o
trinacional de evidente articulación productiva. Se trata de la región arrocera en formación
entre el estado brasileño de Río Grande do Sul y la provincia de Corrientes, con el río
Uruguay de por medio.

 Nuevas áreas de frontera: se trata de regiones fronterizas ignoradas como tales hasta
hace poco. Un caso de nueva frontera lo constituye el río de la Plata, revalorizado como
área de frontera a partir del proyecto de construcción del puente Buenos Aires-Colonia y
del impacto que el mismo provocará sobre el reordenamiento territorial de ambas ciudades,
en especial acerca de la redefinición de los roles que juegan los complejos portuarios de
Buenos Aires y Montevideo.

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 Nuevas fronteras multiestatales o de bloque económico: se trata de la definición de
fronteras respecto de terceros países. Es el caso de la definición de fronteras económicas
comunes del Mercosur, respecto de los países sudamericanos vecinos no miembros.

Otros usos del término frontera

La palabra frontera ha sido usada, y aún lo es hoy, con significado distinto del señalado:

 En la historia argentina con la denominación de “frontera interior” se hace referencia a la


franja territorial que separaba las áreas en poder del blanco y del indígena.

 En la expresión “frontera agropecuaria” se indica la zona que está sometida a un proceso


reciente de colonización, con una ocupación densa y efectiva del territorio.

 También señala una meta y las “nuevas fronteras” son los objetivos que un Estado, una
empresa, etc., desea alcanzar.

CUESTIONES DE LÍMITES CON LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

Dos fueron las cuestiones a resolver:

1- Cuestión en el río Uruguay

La cuestión se resolvió por acuerdo en 1961. Desde la isla Brasilera (localizada frente a la
desembocadura del río Cuareim en el río Uruguay) hasta la presa de Salto Grande el límite
internacional se apoya en la línea media del río; desde dicha presa hasta el paralelo
correspondiente a Punta Gorda el límite internacional se apoya en la línea de vaguada (línea de
máximas profundidades).

En el sector de las islas Filomena se introdujo una modificación, pues se estableció una línea
complementaria para que esas islas, situadas al oeste de la línea de navegación, quedasen en
poder de Uruguay, que las ocupaba con anterioridad al acuerdo.

2- Cuestión del río de la Plata

Se resolvió por acuerdo en 1973. Para entonces ambos países habían establecido que el río de la
Plata se extiende desde el paralelo de Punta Gorda hasta una línea recta (representación
convencional de su desembocadura) que une Punta del Este (Uruguay) con Punta Rasa del cabo
San Antonio (Argentina). Se acordó que:

 Las aguas del río son de “uso común”, salvo en las franjas de jurisdicción exclusiva
adyacentes a las riberas, de 2 millas de ancho en la primera parte del río (hasta la línea
Colonia-Punta Lara) y luego de 7 millas de ancho;

 Una línea zigzagueante definida por 23 puntos determina las respectivas jurisdicciones en
el lecho y en el subsuelo del río;

 La isla Martín García quedó destinada a “reserva natural para la conservación de la fauna
y flora autóctonas” y también como sede de la comisión administradora bajo jurisdicción de
la República Argentina.

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Asimismo quedó establecido un límite lateral marítimo que, a partir del punto medio de la línea
Punta del Este-Punta Rasa, es línea de equidistancia entre las costas uruguaya y argentina,
introduciéndose en el océano Atlántico por una extensión de 200 millas marinas.

Además se establecieron varias normas sobre pesca y la posible contaminación de las aguas.

Frontera con República oriental del Uruguay

Las fronteras se definen sólo en tanto las riberas argentinas y uruguayas están suficientemente
próximas como para permitir un intercambio fluido de personas y de cosas, es decir, donde es
posible el tránsito vecinal. La intensidad se ve facilitada por la existencia de tres elementos de
comunicación que aseguran el tránsito permanente: 1- Puente sobre la represa de Salto Grande,
que une Concordia con Salto; 2- Puente internacional General Gervasio Artigas, que une
Colón con Paysandú y 3- Puente internacional Libertador General San Martín, que une
Gualeguaychú con Fray Bentos.

Figura 6: Límites con Uruguay

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CUESTIONES DE LÍMITES CON BRASIL

Se resolvieron dos cuestiones:

1- Cuestiones en los ríos Uruguay e Iguazú

Varios tratados, el último en 1941, permitieron fijar el límite internacional en los ríos Uruguay e
Iguazú entre nuestro país y Brasil: se apoya en la línea de vaguada. En las cataratas del Iguazú
pasa por el Salto Unión.

2- La cuestión de Misiones

Territorios que formaron parte de las antiguas misiones jesuíticas motivaron la intervención como
árbitro de Grover Cleveland, presidente de EE.UU. Su laudo, de 1895, otorgó toda el área en
disputa a Brasil, área que se estima en una superficie equivalente a la actual provincia de
Misiones. Los ríos Pepirí Guazú y San Antonio son portadores del límite internacional actual;
entre sus nacientes se encuentra la denominada “frontera seca” de 30 km de extensión. Allí se
enfrentan las localidades de Bernardo de Irigoyen (la más oriental de nuestro país) y la de
Dionisio Cerqueira de Brasil, cuyos habitantes realizan un activo tránsito vecinal.

Frontera con Brasil

Las fronteras comprenden a las provincias de Misiones y Corrientes.

En el sector meridional el puente que une Paso de los Libres (Corrientes) con Uruguaiana
(Brasil) facilita un tránsito intenso comercial y de turistas. En el sector noroeste de esta frontera se
construyó otro puente entre Puerto Iguazú y Puerto Meira.

El clima cálido y húmedo, los suelos rojizos y los densos bosques espontáneos dan personalidad a
esta frontera argentina que está poco poblada, hecho negativo que se explica por el demorado
proceso de ocupación y la imperfecta ordenación del espacio geográfico, causados por la carencia
de infraestructura vial. Esta situación permite la presencia clandestina de numerosos grupos
brasileños, que hacen un ilegal e inadecuado uso de los recursos naturales del área.

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