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Los cambios del siglo XVIII en la América española:

En el siglo XVIII, en contexto de mayor pérdida de sus dominios europeos, España concedió
especial importancia a sus posiciones americanas. La dinastía de los Borbones emprendió una serie
de reformas tendientes a reformular la relación entre la metrópoli y sus colonias. Una de esas
medidas fue la creación del Virreinato del Río de la Plata, que trajo notables consecuencias para la
sociedad y la economía de la región.

Las reformas borbónicas: la redefinición del vínculo colonial

Desde principios del siglo XVIII, la dinastía de los Borbones aplicó los principios del despotismo
ilustrado (sistema de gobierno que quiere conjugar intereses de la monarquía con el bienestar de
sus gobernados) para organizar un Estado centralizado, capaz de administrar de forma eficiente sus
dominios europeos y americanos.

Mediante las llamadas reformas borbónicas se intentó una redefinición del vínculo colonial, cuyos
objetivos eran flexibilizar el comercio y fomentar la economía para aumentar ingresos de la corona,
y reorganizar la administración del vasto territorio americano para evitar la corrupción y el
contrabando. También tenían como propósito de combatir la intromisión de otras potencias
europeas en las posiciones españolas.

Las reformas económicas: El sistema de flotas u galeones implementados por España era un
obstáculo considerable para el desarrollo de las regiones de la América española. Estas no podían
comerciar libremente entre sí y dependían de un único puerto: el de Cádiz. Para resolver esto los
Borbones establecieron cambios.

El sistema de galeones fue paulatinamente reemplazado por navíos de registro, barcos autorizados
a comerciar con América luego de ser inspeccionados y registrados en la Casa de Concentración.

Las reformas administrativas: Para lograr una mayor centralización y remediar el contrabando. En
el siglo xviii Felipe v creó un organismo de administración colonial: el despacho universal de indias:
inició la división de los dos virreinatos existentes en América: En 1739 creo wl Virreinato de Nueva
Granada. Este abarcaba las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela.

En 1.773 el enriquecimiento de Venezuela determinó su separación como capitanía general.

Como modo de organizar los virreinatos en 1.782 Carlos III estableció las intendencias, estas eran
subdivisiones dentro del virreinato que tenían como objetivo agilizar la administración y facilitar la
política impositiva. Sus funciones eran, organizar la recaudación de tributos e impuestos, impulsar
la agricultura, ganadería, industria, mejorar calles, edificios públicos, etc.

Esta no tuvo las consecuencias favorables como suponía la corona, sin embargo, fomento la
aparición de nuevas burocracias formadas por nuevos funcionarios y comerciantes españoles
atraídos por las ventajas del reglamento “comercio libre”.

La creación del Virreinato del Río de La Plata

Originalmente el virreinato del rio de la plata dependía del virreinato del Perú, este era muy
extenso y sus autoridades tenían problemas para controlar las regiones más alejadas de Lima.
Pata enfrentar la expansión portuguesa y combatir el contrabando, la corona decidió establecer
una nueva jurisdicción. En el año 1776 Carlos III creó el Virreinato del Río de La Plata.

Abarcaba las actuales repúblicas de Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, parte del Estado
brasileño Río Grande Do Sul y una salida al Pacífico hoy perteneciente a Chile.

El virreinato del rio de la plata fue el primero en subdividirse de acuerdo al sistema de


intendencias. Quedando dividida en ocho intendencias: Buenos Aires, Asunción, Córdoba del
Tucumán, Salta del Tucumán, Charcas, Potosí, Cochabamba y la Paz. También se organizaron en
cuatro gobiernos-militares en las fronteras con Brasil; Misiones, Moxos, Chiquitos y Montevideo.

La apertura de puerto de Buenos Aires

La entrada en vigencia del Reglamento para el Comercio Libre en 1778 permitió la apertura del
puerto de Buenos Aires y la instalación de una Aduana, lo que favoreció notablemente a esta
ciudad.

Años después, el crecimiento de la ciudad-puerto justifico la creación de un Consulado en 1794.


Este organismo funcionaba como tribunal judicial para asuntos mercantiles y como junta de
protección y fomento del comercio, la agricultura y la industria Un abogado criollo, Manuel
Belgrano, fue nombrado como su primer secretario. En el seno de este organismo chocarían los
intereses de los comerciantes partidarios de continuar con el vinculo comercial exclusivo con
España, es decir, los monopolistas, y quienes pretendían el intercambio con otras naciones,
llamados librecambistas

La sociedad porteña cambia sus hábitos

Al constituirse en capital del virreinato, Buenos Aires adquirió la categoría política de las grandes
ciudades americanas. . La riqueza generada por la intensa actividad comercial del puerto permitió
la consolidación de una elite integrada por funcionarios, comerciantes, jefes militares y dignatarios
de la Iglesia, la mayor parte de ellos de origen peninsular. Este grupo adoptó costumbres y modos
de relación social propios de una capital virreinal. También formaba parte de la elite porteña el
llamado grupo de los intelectuales criollos, muchos de ellos abogados formados en Europa o en la
Universidad de Charcas.

Existían sectores medios, conformados por comerciantes minoristas, emplea dos de casas
comerciales y de la administración, pulperos, maestros y artesanos especializados.

Los sectores populares de la ciudad estaban formados por gran número de mestizos, mulatos y
negros. El aumento de la cantidad de esclavos revelaba el poder económico creciente de sus amos
blancos.

Durante el periodo virreinal, la ciudad creció en número de habitantes, ya que la actividad


mercantil atrajo a comerciantes españoles y extranjeros, artesanos y profesionales.

Un habitante del Litoral, el gaucho


Desde el comienzo de la Conquista, la Corona había dado precisas instrucciones para que la
población se arraigara en las ciudades. Sin embargo, en el Litoral la temprana existencia de ganado
salvaje o cimarrón, que se criaba libremente en los campos, favoreció la aparición de un tipo social
característico de esta región. Las primeras menciones de estos hombres jóvenes, muchos de ellos
mestizos eran “mozos perdidos”, “agregados”, “changadores”, etcétera.

Generalmente, no residían en un lugar fijo, cabalgaban por las enormes extensiones de campo de
la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires y se alimentaban con la carne de los
animales cimarrones que faenaban.

En el siglo XVIII, ante la escasez de mano de obra, se dispuso que los que no estuvieran
contratados en alguna estancia debían ser enganchados en la milicia o enviados a trabajar en las
haciendas. A fines de ese siglo se los empezó a llamar “gauderios” y en 1790 aparece por primera
vez la palabra gaucho para nombrarlos.

Los conflictos de fines del siglo XVIII

Los conflictos entre la metrópoli y las colonias españolas en América comenzaron a fines del siglo
XVIII. Varios grupos sociales americanos se sintieron perjudicados por las reformas borbónicas y se
rebelaron contra las autoridades.

El descontento por las reformas borbónicas: Las reformas borbónicas generaron tensiones entre
las autoridades españolas y varios grupos de la población americana. El aumento de los impuestos
causó malestar, mientras que la apertura comercial benefició sobre todo a los comerciantes
españoles.

A fines del siglo XVI, el descontento se manifestó de diversas maneras. En algunas regiones, como
el área andina del Perú y el Virreinato de Nueva Granada, varios grupos se unieron contra la
política de la metrópoli y se rebelaron. Si bien estos movimientos anticiparon el proceso
revolucionario posterior, no cuestionaron el vinculo colonial, es decir, no incluyeron la
independencia entre sus reclamos.

La rebelión de Túpac Amaru

En los territorios que habían pertenecido al Imperio Inca continuaba el trabajo forzoso de los
indios, quienes habían sido despojados de gran parte de sus tierras. Estos sufrían, además, el
abuso de los corregidores, funcionarios que no solo recaudaban tributos e impuestos para la
Corona sino que también los obligaban a comprar objetos innecesarios, por los que les cobraban
precios abusivos. Las reformas borbónicas agravaron esta situación, al aumentar los impuestos..

En 1777, el curaca José Gabriel Condorcanqui se presentó ante las autoridades para denunciar los
abusos de los corregidores y pedir la supresión de la mita y de los obraje. Como no obtuvo una
respuesta favorable, en 1780 encabezo una rebelión y se proclamó Inca, con el nombre de Tupac
Amaru II; gobernadores, indígenas y algunos mestizos se sumaron al movimiento, que se extendió
por los actuales territorios del Perú, Bolivia y la Argentina.
Túpac Amaru declaró la guerra a los españoles y propuso la supresión de los corregimientos de los
impuestos a las ventas y del trabajo forzoso. Busco ayuda de los criollos pero estos, temerosos de
perder sus propiedades, se unieron a los españoles.

En 1781, fuerzas militares españolas, de las que también participaron mestizos, mulatos e
indígenas, derrotaron a Tupac Amaru. Tomado prisionero, fue sentenciado y ejecutado junto con
su familia y los principales líderes de la rebelión. Fue descuartizado y las partes de su cuerpo,
colocadas en las plazas de algunas poblaciones rebeldes. En dos ocasiones Apaza cerco la ciudad
de La Paz pero, traicionado por algunos jefes indigenas, fue apresado y descuartizado en la plaza
pública. A continuación, las autoridades dictaron duras medidas contra la cultura indígena:
prohibieron el uso de trajes incaicos y la exhibición de retratos de los Incas y establecieron la
obligatoriedad de hablar castellano

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